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La Universidad Casa Grande se vincula con la colectividad de manera múltiple y diversa. Una articulación significativa es la puesta en escena de obras de teatro en la ciudad, tanto mediante actividades académicas que promueven la formación de estudiantes de la carrera de Comunicación Escénica de la Facultad de Comunicación Mónica Herrera, como de iniciativas personales de sus profesores. Se complementan con la realización de eventos públicos de discusión. En su conjunto, constituyen contribuciones valiosas a la cultura de la ciudad, que no dejan de realizarse en forma sistemática y rigurosa.
Se puede decir que se materializan frases célebres de grandes personajes del teatro, desde la crudeza de un Bertolt Bretch que pronunciara:
Si la gente quiere ver sólo las cosas que pueden entender, no tendrían que ir al teatro: tendrían que ir al baño; pasando por las palabras de Laurence Olivier:
En una pequeña o gran ciudad o pueblo, un gran teatro es el signo visible de cultura; hasta Federico García Lorca:
El teatro es poesía que se sale del libro para hacerse humana.
Entregado: 30/05/2014 Aprobado: 13/06/2014
Entrevista a Guillermo Boschetti
El jueves 24 de abril de 2014 se presentó en el espacio Tardes de Té-atro, organizado por la Carrera de Comunicación Escénica de la Facultad de Comunicación de la UCG, el autor argentino Guillermo Boschetti. Nuestro entrevistado practica el difícil arte de ‘teatro de autor’ con la modalidad de stand up, y en esta oportunidad nos relata su experiencia.
¿A qué se debe su estancia en Ecuador? Ecuador me parecía un campo interesante para desarrollar mi vocación artística. Vine en el 2006, buscando la posibilidad de desarrollar teatro de calidad, teatro de autor. Me parece un desafío estar en Guayaquil porque podría decirse que hay más cosas por hacer. ¿A qué se refiere con teatro de calidad? Teatro de calidad es teatro de autor. En Buenos Aires se pueden ver en las calles obras que se presentan por meses, eso es lo que quiero en Ecuador. El público guayaquileño es más de comedia, así que la mayoría de las obras han sido comedias. El humor es una forma de comunicarse y a través del humor podemos ofrecer una perspectiva distinta. ¿Cree que se puede regir el humor en el teatro o la expresión artística? El humor es una forma de expresión con la que se puede conectar un montón de
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Obra: Palabras, palabras y más palabras
cosas, inclusive dramáticas. De alguna manera hay una contradicción en el humor, por ejemplo, nos reímos del que se cayó al resbalarse con una banana, pero realmente lo que le ha pasado es un drama. Nos reímos un poco del drama ajeno. Lo que yo estoy haciendo en este momento es un monólogo en formato stand up, es multitemático. Yo desarrollé los textos con otros compañeros hace ya varios años en Córdova, cuando estábamos más profundamente en la intelectualidad de aquella época, al volver la democracia en Argentina y delirábamos bastante. Vino una libertad expresiva y artística, y salieron este tipo de textos. Yo los traigo acá porque pienso que es un humor universal. Surge a partir de textos y de ideas, y dentro de ese contexto se puede tener diferentes tipos de humor como la ironía o lo grotesco. Se trata, básicamente, de un juego de palabras de nuestro idioma. Salen de situaciones que se improvisan y se empieza a delirar, a crear, como una tormenta de ideas que se van filtrando y queda lo más efectivo al final. Le puse Palabras, palabras y más palabras porque yo lo defino como un divertido y vertiginoso viaje a la lujuria verbal… La obra apunta más a un público universitario y responde muy bien. Además, creo que el formato y el contenido me parece que es un poco novedoso y distinto al típico stand up, que es el recurso de hacer humor sólo con la palabra, sin apoyo de escenografías, ni vestuario, que denoten un personaje. El que actúa es el actor, no un personaje en sí, el actor mismo es su propio personaje.
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Por Marina Salvarezza Nacida en Génova, Italia. Se gradúa en la Accademia dei Filodrammatici de Milán, en Arte Dramático e Idiomas. Desde 1976 reside en Guayaquil, donde crea el Teatro Experimental Guayaquil y participa en más de 60 producciones teatrales, televisivas y cinematográficas. Es profesora-fundadora de la Universidad Casa Grande donde coordina la carrera de Comunicación Escénica, en la Facultad de Comunicación y dirige el grupo de teatro TZANTZA GRANDE.
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o recuerdo como este pequeño libro llegó a mis manos hace ya muchos años... tal vez lo compré en algunas de las librerías que tenía por costumbre visitar en el centro de la ciudad cuando iba al correo. Las páginas están un poco amarillentas y tienen el característico olor a humedad y "a vieja impresión", pero los dibujos poseen colores muy alegres y conservan un trazo infantil un poco pasado de moda, pero muy original, sobre todo diferente a los dibujos de estilo Disney, que invaden nuestra vida. Lo que sí recuerdo con gran sorpresa y deleite es el contenido: Un magnífico cuento de Jacinto Benavente cuyo título es El Príncipe que Todo lo aprendió de los Libros. No podía creer que un dramaturgo tan importante hubiese dedicado un texto a los más jóvenes con un extraordinario mensaje de sabiduría y de amor.
Después de leerlo pensé enseguida en su puesta en escena, pero a raíz del considerable número de personajes, pude concretar mi sueño sólo 15 años más tarde, sobre todo gracias a la existencia del grupo de teatro TZANTZA GRANDE cuyos jóvenes integrantes poseen la audacia, el entusiasmo y el talento necesarios para realizar un espectáculo donde no sólo las palabras de Jacinto Benavente pueden transmitir todo su valor simbólico, sino que también la gestualidad y la empatía con los personajes llegan de forma divertida y fascinante a un público infantil que es cada día más exigente y poco tolerante al aburrimiento escénico. En el mes de marzo del 2013 empezó entonces el desafiante camino hacia la realización de un espectáculo que se presentó por primera vez en la Sala Experimental del Teatro-Centro de Arte la primera semana de junio, mes que por tradición está
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Fotos: Cortesía de la carrera de Comunicación Escénica.
Entregado: 06/05/2014 Aprobado: 20/05/2014
dedicado a la infancia. Fue el resultado de 200 horas de trabajo, difícil y sacrificado, con extensas jornadas los sábados y domingos, ya que también parte de la escenografía y varios elementos del vestuario y de la utilería, fueron creados por los actores, en una extraordinaria fusión de ideas y de fantasía. Una hermosa coreografía dedicada al ancestral juego del ajedrez, símbolo de inteligente y misteriosa fuerza lúdica, abrió la representación donde se lucieron los nobles y los plebeyos, los buenos y los malos, los excéntricos y los payasos, con elegancia y con energía, entregando una nueva vida a las sabias palabras del gran dramaturgo español Jacinto Benavente, cuyo espíritu nos acompañó desde el primer instante con infinita bondad y paciencia, uniendo su pícara mirada cómplice de afecto al entusiasmo de los actores y del público. El resultado fue excelente y los aplausos de una sala llena han consolidado la fe y la confianza en el trabajo teatral inyectando una vez más: alegría, satisfacción y coraje en el alma de todos los integrantes de TZANTZA GRANDE. Gracias a Melissa López, Alicia Macías, Jessica Arias, Vanessa Recalde, Jenny Goya, Ivanna Verduga, Ileana Cordero, María Belén Quintero, Karla Caicedo, Verónica Ruiz, Jesse Gallardo, David Castro Mosquera, Ariel y Axel Zoeller, Adrián Contreras, Diego Ortega, Carlos Aragundi: Habéis cumplido otro pequeño milagro... un inolvidable espectáculo teatral. ¡El Príncipe os agradece!
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Entrevista a Jaime Tamariz*
Asesor de la Carrera de Comunicación Escénica. Licenciado en Comunicación Social con mención en Marketing y Administración de Empresas y en Diseño Gráfico. Estudios completos en Escuela de Teatro en España. Director de la productora teatral DAEMON. Por Juan de Althaus
J.A: ¿Qué te atrajo del teatro? J.T: Tomé una decisión radical, te voy a ser sincero, mi plan nunca fue estudiar teatro. Cuando fui a España a los 30 años, a buscar cosas nuevas, orientándome más a la producción de cine, pensaba que tenía una vida muy sedentaria y decidí meterme en clases
de yoga, o algún tipo de trabajo físico. Pero una amiga –recuerdo que estábamos en el barrio de Lavapies–, tomando unas cañas, me dijo, “pues aquí atrás hay una escuela de teatro donde está Cristina Rota”. Yo no sabía quién era ella en ese momento, y bueno, si está aquí a una cuadra, voy a preguntar.
Entré y vi el pensum, me alucinaba: Tenían clases de esgrima, de voz, de cuerpo y movimiento, de interpretación, de música afro, de jazz, y me pareció muy interesante. Decidí hacer el seminario de verano de dos semanas. Realmente fue un descubrimiento maravilloso, yo no sabía que la interpretación era eso, de vivir realmente las cosas, esa manera de relacionarte con la realidad. Me encantó, me cautivó completamente, por la capacidad de profundizar en la condición humana. Cuando finalizamos, me di cuenta que eso es lo que quería estudiar. Entramos casi 300 en esa época, en el primer año, pero
Fotos: Gabriel Mieles
sólo nos graduamos 28. Es decir, es un proceso muy duro y no todos terminan. J.A: Desde el 2012, ¿cuáles obras has puesto en escena y por qué las seleccionaste? J.T: DAEMON no nació como una productora. Con mi socia Denisse Nader, lo formamos como un espacio para estudiar proyectos, como un laboratorio creativo. Denisse y yo tenemos una simbiosis creativa que a mí me encanta, disfruto mucho con las producciones y la pasamos muy bien juntos. Luego surgió el proyecto del Amante, que fue
el primero con el que iniciamos en el barrio Las Peñas, con Alejandro Fajardo y Alejandro Paredes. Yo lo dirigí y fue un éxito. Dio el impulso a las demás obras que fuimos montando, como La gata sobre el tejado caliente y Alguien voló sobre el nido del cucú, en el Teatro Centro de Arte, y nos fue muy bien. Tuve la oportunidad de trabajar con Chevi Muraday, un coreógrafo español, que sirvió como un aporte internacional. Al inaugurarse el Teatro Sánchez Aguilar, en el 2012, nos invitaron a realizar una primera obra de coproducción nacional-local de Guayaquil. Así montamos Arte de Jazmín
J.A: ¿Son bastante diferentes cada una de estas obras? J.T: Sí, y han habido otras producciones que no mencioné, porque aquellas han sido en la sala principal, del Teatro Sánchez Aguilar. En la sala pequeña hemos trabajado Lazarillo, un maravilloso proyecto con la colaboración de la productora de teatro Malayerba de Quito. Es un trabajo bellísimo en el cual participé como productor a través de DAEMON, y también trabajé en la dirección de arte, vestuario, utilería, etcétera. J.A: ¿Por qué escogiste poner en escena la obra Scrush? J.T: Scrush, como todas las producciones para Navidad, podemos compartirla con todas las generaciones. Tratamos de buscar historias que incluyan el tema de la tradición, de las historias vueltas a contar y, aunque pueda parecer trillado, creo que es una fuente importante de inspiración, porque implica volver a imaginar las cosas. A mí me gusta mucho trabajar en adaptaciones o en el tránsito de llevar proyecciones del cine al teatro, o de la literatura, como el caso de la obra literaria El Principito, que es nuestro próximo proyecto. En ese tránsito, hay una búsqueda de lo esencial de la historia que transciende las
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Laretza, obra conocida internacionalmente, con tres personajes, los cuales fueron interpretados por José Burgos, Roberto Manrique y yo. Luego presentamos en el Sánchez Aguilar Frankenstein, Otra vez Navidad, Un Dios salvaje y Scrush.
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J.A: Cuando realizas estas adaptaciones, ¿qué te orienta?, ¿partes de cero para ver lo que puedes hacer? J.T: Con Denise Nader hacemos una adaptación muy amplia, vemos el proyecto desde muchas perspectivas. Por ejemplo, en el trabajo que estamos haciendo con El Principito, es la perspectiva poética, ¿cuál es la poética de la obra?, ¿dónde radica su belleza, su trascendencia, la parte humana de la historia? A partir de allí, hacemos investigación, todo lo que se ha escrito, montado, filmado y pintado. Buscamos una relación, no solo con la obra en sí, sino también con cosas paralelas, como música y autores de la época. Trabajos como Perros, que es un guión de Quentin Tarantino, fue maravilloso porque pudimos contar la misma historia adaptada a Guayaquil. Tuvimos que buscar en los años 70 una parte musical que ayude a definir muy bien la estética, ya que es una de sus marcas, y nosotros quisimos mantener ese sabor, esa cadencia que tiene la narrativa de Tarantino. El experimento salió muy bien, ¡a mí me gustó mucho! Tarantino tiene esa magia de cómo él orquesta la escena. Nosotros nos divertimos mucho, con sangre de tintas, cuchillos, orejas de silicón, que teníamos que cortar… J.A: La obra Arte, es la de los tres personajes… J.T: Es muy interesante, una comedia muy intensa que tiene un aspecto internacional
enorme, porque Jazmín Larretza es de las dramaturgas vivas, tal vez la más importante, no solamente por el éxito comercial que tiene, sino porque su obra funciona. Tiene un uso de la comedia muy inteligente, es la comedia situación, muy europea. Por eso, me gusta hacer sus textos, como lo hice, por ejemplo, con Un Dios salvaje. Polanski, en el 2012, lo llevó al cine con Jodie Foster, Christopher Watts, Kate Winslet. Fue una producción de altísimo nivel, pero Roman Polanski la orientó más al drama; nosotros hicimos una comedia en el teatro y su resultado me gustó mucho. Sin embargo, después me enteré que mucha gente no había ido a ver la obra por el título, porque se llamaba Un Dios Salvaje, cuando la obra no tiene nada que ver con ningún Dios. Es una metáfora para hablar de los niños, que hacen lo que quieren, y que los adultos tenemos dentro de nosotros un niño. Pero así son los prejuicios, y de verdad que se la perdieron, porque fue una comedia maravillosa, que me gustaría volver a montar. J.A: ¿El público ha recibido bien estas obras? J.T: Si, realmente. En Guayaquil no hay una industria montada, no hay un teatro guayaquileño. Sin embargo, nosotros hemos tenido una escala ascendente e importante, y quiero resaltar el apoyo e interés de una gente, que quizás antes no lo tenía, en ir al teatro, en lugar de hacer otras actividades. Creo que eso habla muy bien de nuestra comunidad, no solo en el crecimiento económico. No se trata solamente de mejores pasos a desnivel, mejores edificios, calles más *Entrevista realizada el 5 de mayo de 2014
bonitas, se trata de qué producimos como sociedad, a nivel de cultura. Creo que hay otros grupos que están teniendo un espacio para trabajar, lo cual es muy valioso. Lo más sano es la diversidad, pero que siempre es importante mantenernos unidos en términos de defender los espacios ganados para nuestra ciudad. J.A: ¿No es una dificultad para el teatro la presencia masiva de las pantallas, como el cine, la televisión, el internet? J.T: Julie Taymor, la directora del Rey León, muy famosa por sus obras comerciales de gran éxito, hace una referencia diciendo que no hay nada más poderoso que la presencia, no hay nada más trascendente que lo real, pero no lo real del reality, sino de la realidad contada, de construir realidad, de ser parte de la existencia de esa realidad y el teatro te da esa oportunidad. El teatro es una vez, único e irrepetible. Aunque lo hagas todas las noches, cada noche es única e irrepetible. Es verdad, aunque pueda sonar a frase hecha. Porque ese público es distinto al de la vez pasada, y reacciona, respira, en forma distinta; tiene una energía distinta y lo que se genera es un diálogo entre el artista y el público. Yo creo que eso es más poderoso que cualquier otra relación que nosotros podamos generar con un aparato, que de todas maneras, no deja de ser una proyección de nuestro propio ego, de nuestra propia imaginación, que tenemos que completar de alguna forma. Cuando tenemos al ser humano en frente, eso nos compromete como seres humanos en nuestras propias condiciones. Yo creo que ahí radica la fuerza del Teatro.
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generaciones y tiene un valor interesante que vale la pena mantener.
Por Juan de Althaus
Foto: Gabriel Mieles
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Entrevista a Marina Salvarezza, coordinadora de la Carrera de Comunicación Escénica de la Universidad Casa Grande*
La esposa acepta y se encuentra con otro hombre muy agradable, intelectual y sentimentalmente superior al esposo, un hombre que tiene todo mucho más que él y cuando ella se lo cuenta al esposo, en él surge un celo tremendo que lo lleva al suicidio. Ella se enamora de este señor y cuando ve que el esposo sufre mucho le dice: “No te preocupes porque me lo inventé”, pero él se siente celoso en tantos niveles que por muy liberal que sea no lo puede soportar. Es una obra magistral que, dentro de la farsa, te dice verdades increíbles. Producida en los años 80, tuvo un gran éxito en Italia. La sentí mucho porque mientras la estaba trabajando, Franca Rame, la esposa de Darío murió, por tanto le dediqué a ella este trabajo. Una presentación con excelentes resultados porque el público se da cuenta que se puede ser cómico en distinta forma, no solo con la vulgaridad ni con la superficialidad, sino que diciendo cosas muy profundas. J.A: ¿Y el público reaccionó bien? M.S: Muy bien, y habiéndola presentado con un público muy variado. La primera noche la sala estaba repleta y yo estaba aterrada porque se necesita mucha comunicación entre los dos actores, Elena Gui y Santiago Carpio pero, a pesar del público, lo hicieron maravillosamente. El público se conecta, goza, pero con una risa que duele, sobre todo en los hombres. Hace poco me la pidieron en Loja, y con el teatro casi repleto, hemos presentado allí siete funciones. El público de Loja es inteligente, se ríe de la sutileza que hay en el discurso; de verdad me quedé asombrada.
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en nuestra interpretación, fue un recuerdo muy fuerte y bello. La obra la ha pedido en muchos otros lugares y la vamos a representar. Para mí es algo extraordinario. Después, trabajé como actriz en una obra clásica de August Strindberg que retomé después de algún tiempo. Esta obra es totalmente opuesta a la de Quirolo y fuertemente dramática. Es una confesión de dos mujeres, en la que solo una habla, la Sra. X, mientras que la Sra. Y solo escucha. Para mí, fue un papel muy desafiante representar a la Sra. Y, que trata de hablar, pero la Sra. X nunca le da la posibilidad de hacerlo; dentro del juego dramatúrgico, me parece magistral. Es la historia de la infidelidad de un esposo, cuya mujer lo descubre hablando con la amante del marido. Es una obra muy linda y viéndola uno se pregunta quién es la más fuerte de las dos, quién habla y reconoce lo que ha pasado, o quién calla y prácticamente acepta la situación. Después, en diciembre de 2012 trabajé en Frankenstein, donde hice el papel de una señora fría, que me gustó y lo hice con muchísimo cariño, un ama de llaves muy particular. Pienso que esas tres experiencias, a nivel actoral, me han llenado en estos dos años. El año pasado estrené Pareja Abierta del gran dramaturgo italiano, Dario Fo. Esa obra también me dio excelentes resultados, porque encanta al público. Es la historia de una pareja de esposos de 30 años de matrimonio, en el que el esposo ha sido constantemente infiel, hasta que él le dice que el matrimonio tiene que ser una pareja abierta, que puede subsistir siempre y cuando ella también se libere de ciertos prejuicios.
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J.A: ¿Cuénteme de su experiencia estos últimos dos años como actriz y como directora de teatro? M.S: Quisiera hablar especialmente de dos eventos que han caracterizado los dos últimos años en mi carrera. El primero, es la realización de un sueño que era el volver a interpretar a Julieta en Montesco y su Señora, de José Martínez Queirolo. Fue un sueño porque la última vez que lo representé fue con José Martínez interpretando el rol de Romeo, durante una etapa de la enfermedad de Pipo (José Martínez), en la que todavía se mantenía bien, a pesar que a los pocos meses el cáncer lo venció. Fue muy grato para mí representarla de nuevo con Virgilio Valero, hace dos años, y posteriormente estrenarla en el festival dedicado a José Martínez Queirolo. Esta es una obra muy particular, una farsa dedicada a dos personajes que son el emblema del amor juvenil, visto desde una faceta cómica, ya que el genio de Pipo imaginó que en lugar de morir, son salvados. Ellos viven la vida con todas las peleas de un matrimonio de 30 años ya acabado. A pesar de esto, Julieta siempre recuerda la época juvenil, frente a la amargura de un Romeo dedicado solamente al trabajo. Es una obra corta, pero bellísima. La primera noche que la estrenamos en la Casa de la Cultura, fue mágico, porque además la sala está dedicada a él, una sala donde creo que he visto unas 50 representaciones de la obra de José Martínez Queirolo, y así está cargada de la presencia de Pipo. Era como de verdad, estar en otra parte del cosmos y seguramente el público sintió esto. La gente se conmovió
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12 Aquí en Guayaquil también me la están pidiendo. Vamos a ver si se puede hacer una presentación para la Universidad Casa Grande, porque de verdad es una obra que merece ser discutida y comentada. Tiene muchas ideas para la mujer y para el varón. También te cuestiona, con una cierta dureza y una cierta frigidez, pero al mismo tiempo te dice “frente a esto tú no puedes recurrir a la falta de respeto de tu pareja”, porque llega al punto que las amantes del esposo van a la casa y la esposa cocina para ellas, es decir, ella aguanta todo hasta que se rebela. El público podría preferir quedarse en su casa o en el cine con todas estas maravillas tecnológicas, sin embargo, todavía le interesa ir al teatro donde se encuentran con los actores en vivo ¿A qué se debe? Claro. Personalmente creo que el teatro nunca va a morir. Desde que estudio teatro, he escuchado siempre decir que el teatro
va a morir o que tiene muchas dificultades. Ahora con 50 años haciendo teatro se dice lo mismo. El teatro es como un ave Fénix, puede estar un poco dormido, pero surge con más ímpetu y agresividad, porque pienso que está en la necesidad del ser humano el contar historias freante a los otros, transformándose los actores en personajes. Yo creo que ésta es la gran magia del teatro. Pienso que, quien ama el teatro, ama el contacto casi físico, el vivir con los actores lo que ellos están dando en escena. Justamente sucede esto en las cuatro obras que te estoy nombrando. En Frankenstein el éxito con el público fue increíble, tanto así, que cuando se tomaban las fotos con los personajes nos quedábamos casi una hora más para las fotos con el público, porque estaban muy entusiasmados en llevarse un recuerdo con los actores. Frankenstein es una obra muy compleja, magistralmente *Entrevista realizada el 14 de mayo del año 2014
puesta en escena, de Jaime Tamariz. La representación de este castillo con un estilo gótico moderno de Jaime Tamariz. Fue increíblemente hermoso. La música y las actuaciones también lo fueron. Pienso que esto es lo que el público necesita, algo que también lo llene visualmente. Las otras obras, mis obras, han sido muy modestas como puesta en escena, porque un poco de mi característica es la obra de tipo “de bolsillo”, como Monstesco y su señora o como La más fuerte o también como Pareja Abierta, que la puedo montar aquí con dos actores y un butacón, que es lo indispensable, aunque uso efectos de luces importantes. Las obras se basan en la interpretación y siento que el público, cuando va al teatro, es porque quiere ver actores de carne y hueso. El público iba a ver a Sarah Bernhardt, a Eleonora Duse, a Laurence Olivier, es decir, el teatro está hecho por grandes actores porque el público ama verlos allí. Una obra bien actuada, cualquier tipo de público la entiende y la ama. J.A: ¿El buen actor sabe transmitir algo aunque no sea muy claro? M.S: Indudablemente y el público lo recibe. Por ejemplo, una película de Federico Fellini, si tienes más referentes la gozas a distintos niveles, pero también hay alguien que la puede gozar simplemente por lo que está viendo. Si eres amateur del teatro sabes de dónde viene Henrik Ibsen, August Strindberg, Federico García Lorca o Lope de Vega, pero también el que no sabe nada, cuando la obra está bien representada, la goza igual que la persona culta.
Foto: Gabriel Mieles. Entregado: 30/05/2014 Aprobado: 13/06/2014
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Si eres amateur del teatro sabes de dónde viene Henrik Ibsen, August Strindberg, Federico García Lorca o Lope de Vega, pero también el que no sabe nada, cuando la obra está bien representada, la goza igual que la persona culta.
Desde inicios del año 2013, la carrera de Comunicación Escénica de la Facultad de Comunicación de la UCG, ha organizado varios conversatorios denominándolos Tardes de Téatro. Ventanales ha seleccionado el de las 4P de la comunicación escénica, realizado el 22 de noviembre del año 2013. Marina Salvarezza, dirigió el evento, al cual asistieron varios invitados.
Carlos Ycaza
Un apasionado de la actividad artística, del cine y del teatro, señaló que: Lo interesante es que para hacer una obra teatral, como decía Federico García Lorca, se necesitan dos tablitas, el actor y el público, nada más. Eso me marcó y las personas que hicieron El Juglar marcaron la etapa del teatro en Guayaquil, con un antes y un después, que identificó una época, y trascendió a la televisión en el sentido de expresión artística. Ycaza, además añadió que para realizar la actividad teatral se requiere de personas de una sensibilidad especial y que puedan integrarse a la administración empresarial y a la gestión de recursos. Jaime Tamariz
Marina Salvarezza
Comenzó señalando que: Al decir 4P se nos vienen a la cabeza algunas teorías, pero a nadie se le hubiera ocurrido que la producción, la promoción, la plaza y el público tengan que ver con el teatro. Varios representantes y responsables del teatro de nuestra ciudad, describen lo hermoso y difícil que ha sido el trabajo en busca de un espacio para el teatro en Guayaquil.
Como actor y productor de DAEMON, y profesor de la UCG, compartió su experiencia de producción, que ha tenido un resultado diferente y afortunado, que junto a los alumnos de la UCG, ha podido crecer. En su productora se arma la producción según lo que se necesite, es importante saber escoger al equipo, el tema de producción. Yo estudié publicidad y marketing –añadió–, y se manejar una estrategia de comunicación; eso nos ha ayudado mucho.
Virgilio Valero
Actor cubano, nacionalizado ecuatoriano, centró su exposición explicando cada una de las 4P. En cuanto a la Producción, es muy difícil producir, porque en las instituciones no hay dinero destinado a las producciones artísticas, incluida la Casa de la Cultura. El grupo Teatro de la Casa, obtiene un 20% de cada función, que sólo sirve para la siguiente producción. Bernardo agradeció a los medios de comunicación por la promoción de sus espectáculos, que hay mucha presión por el alquiler de las salas. Del teatro no se vive, coordinar horarios es complicadísimo. La obligación de cada uno de nosotros es el compromiso para traer cinco o diez personas para ver la obra. Es importante que las personas por sí mismas se acerquen y averigüen sobre las obras. EDUARDO MUÑOA
Para el dramaturgo lo más interesante del teatro es el público, el teatro existe para él, son testigos del hecho escénico. El problema es conseguirlo, es algo que se crea. Muñoa señaló que lo más interesante que comenta Marina Salvarezza es el hecho de que la gente empiece a ver una diversidad de propuestas, y las legitime con su presencia. Ese es el gran reto y toma tiempo, porque hay que competir con cines, bares, y armarse de paciencia para poder conseguirlo.
Actor y director, forma parte del grupo Teatro Ensayo Gestus que se inició el 1987, como producto de la decisión de un grupo de universitarios que querían brindar a Guayaquil otras propuestas teatrales. Desde ese momento a la fecha, han pasado muchas personas que han profesionalizado su labor, dentro y fuera del país. Valero señaló que: como producción siempre trabajamos mediante la autogestión, somos personas con un compromiso con el teatro, no nos unimos por la necesidad económica. Martha Ontaneda
Productora, actriz y amante del teatro, confesó sobre el difícil trabajo que significa hacer arte: Los actores somos perseverantes y luchamos por nuestros ideales, por llevar la cultura y nuestro trabajo a toda la ciudad. Sin embargo, son los jóvenes quienes tienen una tarea que cumplir, quienes con su empeño y vitalidad pueden ayudarnos a hacer que las salas de teatro guaya quileñas se llenen.
Marina Salvarezza
Dijo que: En la variedad está la posibilidad de crecer y educarnos en el teatro. Que haya poco o mucho público, es importante, pero creer en lo que estamos haciendo es mucho más. Hay un factor de desarrollo más profundo, un futuro más luminoso de lo que ha tenido Guayaquil, puede encenderse o apagarse, pero ustedes los jóvenes tienen la capacidad de ser esa luminaria siempre encendida, conociendo la historia del teatro. Ahora, lo importante es tener la constancia y la perseverancia de seguir instruyéndose y rescatar ese ancestro que existe. Salvarezza acotó que los teatros han tenido buenas temporadas, como hace muchos años con Jesucristo Super Star, La Casa de Bernarda de Alba. Con Ionesco en los años 60, el público llenaba la sala, solo que esto pertenece a la historia. Por eso, la importancia de la formación de los alumnos sobre la historia del teatro. Si los locos pierden la fuerza, se acaba el asunto del teatro. Hace 20 años no se podía hablar frente a los alumnos. El futuro se construye con una base sólida y si desconocemos nuestras raíces estamos construyendo en el aire. Si estamos aquí, ahora, es porque otros sembraron sus raíces.
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Bernardo Menéndez,
experiencias Encontramos a varios estudiantes de la carrera de Comunicación Escénica al terminar una clase con Marina Salvarezza, en la pequeña sala de teatro de la Universidad Casa Grande. Ellos colaboraron con Ventanales hablándonos de sus experiencias en el aprendizaje de la comunicación escénica con sus profesores.* J.A: ¿Qué nos pueden comentar sobre sus experiencias de aprendizaje en Comunicación Escénica en la Universidad Casa Grande? David Castro: Yo estoy aquí desde hace tres años, es una experiencia súper chévere. Básicamente, el vivir y sentirte realizado cuando estás en un escenario es algo que ninguna otra carrera te lo puede dar. Todo el sacrificio que entregas en las horas de ensayo y en el momento que lo presentas al público es como tener un hijo, es decir: “Esto es lo que yo hice”. Es una experiencia muy gratificante. Personalmente, Tzantza Grande es un grupo de teatro al que le he cogido bastante cariño. Entramos hace dos años y estuvo bien, porque es una manera en la que puedes poner en práctica todo lo que vas aprendiendo en la universidad.
Jesse Gallardo: Lo que puedo decir es que la universidad, como plataforma, nos ha dado la oportunidad de poder estudiar teatro, lo cual es muy gratificante. El hecho que Universidad Casa Grande sea la única donde hay esta carrera, para mí ha sido muy gratificante, porque por fin he podido dedicarme a lo que me gusta. La carrera está conformada por personas que de verdad son del medio, entonces, no es cualquier carrera. Ellos están trabajando continuamente, lo cual nos enriquece, porque al mismo tiempo podemos aprender de sus experiencias. Todo lo aprendido lo podemos poner en práctica y aparte se crea una familia, se da un vínculo y podemos aprender de nuestros mismos compañeros. Así, nos vamos formando para el día de mañana, cuando salgamos y tomemos vuelo por nuestra propia cuenta.
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hablan de sus
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Los estudiantes
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J.A: ¿Alguien puede comentar sobre algo muy particular, una puesta en escena que presentaron y que dificultades tuvieron y cómo las superaron? Carlos Aragundi: Dentro de la carrera de Comunicación Escénica he requerido, mucho antes de llegar a una puesta en escena, enfrentarme a mí mismo, porque esta es una profesión de muchos procesos, de descubrimientos, de herramientas que uno va teniendo y va adquiriendo con el paso del tiempo; incluso cosas que no sabía de mí mismo, y voy superando poco a poco mis limitaciones. En el caso de Tzantza Grande, cuando ingresé noté cómo es el ambiente de grupo, cómo esta individualidad se conecta con otras y cómo cada uno va aportando su granito de arena para presentar todo este trabajo que nació del grupo, y es el grupo el que lo presenta ante un público. Hay muchos problemas para poner en escena una obra. Desde el tiempo que se requiere, porque todos llevan distintos horarios, hasta estudiar los textos, analizarlos, entrar a los roles y a la creación de personajes. De pronto, ver qué cosas surgen en el momento, porque muchas veces iniciamos con una idea, que con el paso del tiempo se puede ir modificando, quitarle cosas y agregarle otras. Pero lo importante es que todos participen, todos son bienvenidos a participar dentro del proceso. David Castro: Como una anécdota, teníamos el estreno de El Príncipe que todo lo aprendió de los libros y un ex compañero hacía dos papeles, hacía primero de ladrón y de ahí hacia el papel del Rey; la función empezaba a las 11h00 y minutos antes de comenzar, él no aparecía, es más, nunca apareció. Entonces, cuando tocaba, tuvimos que escoger a un compañero que hacía el papel de ogro, pero no se sabía el otro papel y se tuvo que aprender lo que pudo del texto. Además, el compañero que iba a ser el papel del rey era flaco y el que lo representó era
Carlos Aragundi:
Esta es una profesión de muchos procesos, de descubrimientos, de herramientas que uno va teniendo y va adquiriendo con el paso del tiempo; incluso cosas que no sabía de mí mismo, y voy superando poco a poco mis limitaciones. gordito. Lo tuvimos que enfundar como se pudo, porque el traje le quedaba como una pupera. En esa misma función, Ariel, compañero de la carrera, era el príncipe y yo era el bufón. Nos maquillaron y nosotros estábamos confiados de la persona que nos estaba maquillando. Sentíamos que nos ponían bastante maquillaje, pero pensábamos que por las luces no se iba a notar, pero cuando nos miramos al espejo parecíamos princesitas de 15 años y antes de entrar a escena fuimos donde Jesse para que nos ayude y nos empezó a sacar el maquillaje. Esa es una de las varias anécdotas que tengo. Rocío Maruri: Yo he tenido la oportunidad de estar en esta carrera desde que se inició en la universidad. Así tuve la oportunidad de estudiar lo que siempre quise. Para mí, esta experiencia ha sido como una montaña rusa, pero siempre gratificante. Ves compañeros llegar e irse. Recuerdo que entramos un grupo de doce y creo que sólo quedamos cuatro. Es una carrera fuerte. Algo que yo agradezco siempre, son los profesores que he tenido, porque han sabido darnos oportunidades in-
J.A: ¿Cómo se puede representar un personaje que no tenga nada que ver con esa persona y cómo se hace esa transformación, cómo evita que su propia manera de ser intervenga en la representación de ese personaje?
Entregado: 30/05/2014 Aprobado: 13/06/2014
Jesse Gallardo: Podría decir en este caso, que no necesariamente dejamos de ser nosotros, porque nunca vamos a poder dejar de serlo. Lo que hacemos es trabajar en esta creación de personajes, y a la vez tenemos que agregarle algo de nosotros mismos para que este personaje cobre vida y sea algo real. Necesitamos brindarle algo al personaje, que sea de nosotros mismos; inclusive para tener una conexión, para que tenga cualidades reales. También
Jesse Gallardo:
Necesitamos brindarle algo al personaje, que sea de nosotros mismos; inclusive para tener una conexión, para que tenga cualidades reales.
es muy difícil cuando un personaje está muy distante de lo que somos nosotros; por ejemplo, hacer el personaje de un asesino: Ninguno de nosotros ha matado a alguien, pero este asesino tiene emociones, tiene motivos, tiene un motor que lo lleva a ser asesino. Entonces, nosotros tenemos que buscar y reemplazar situaciones y sentimientos. No quiere decir que vayan a ser específicamente los mismos, pero sí que se asemejen. Todo el mundo ha experimentado la ira en cierta instancia, y este asesino, para llegar al punto de matar a alguien, pasó por la ira. Lo que nosotros hacemos es utilizar esta memoria emotiva, de recuerdos o sentimientos, para poder canalizarlos y ponerlos en la perspectiva del personaje. El año pasado me tocó interpretar a un chico de 20 años, deportista y muy conocedor de fútbol. Le presté bastantes elementos míos, para que se sienta más real y tome una forma concreta, pero con características específicas de este personaje. Yo creo que eso es lo que más o menos se puede hacer. Puede ser que yo haga ese personaje o lo haga otra persona. Ambas representaciones serán diferentes, porque cada uno le va a prestar sus propias maneras de ser al personaje, y por lo tanto, se van a producir variaciones.
* Entrevista realizada por Juan de Althaus el 14 de mayo del año 2014.
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tantes leídas y escogíamos guiones. Es verdad lo que dicen mis compañeros, lograr que los horarios funcionen entre todos, es muy difícil. De manera personal, recuerdo la primera obra que monté: Los vampiros, por lo cual siempre me he preguntado, ¿cómo hice ese papel?, y si ahora lo hago de nuevo, será una experiencia diferente. El hecho de saber que estoy a un nivel más alto, y por todo lo que he podido aprender, para mí es realmente satisfactorio.
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creíbles que las hemos podido aprovechar. Antes de hacer un trabajo de interpretación, yo supe que existía el grupo Tzantza Grande y entré de una. Recuerdo que antes el teatro era un lugar con pura basura, donde solamente teníamos una habitación, la alfombra y unas ventanas. Así nos reuníamos. Éramos unas siete personas, gente que ni siquiera estaba en la universidad, que compartíamos el gusto por el teatro. El primer año no montamos nada, sólo hacíamos bas-
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en la UCG con
Susana Nicolalde
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Día Mundial del Teatro
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Durante los días 24, 25 y 27 de marzo de l año 2014, en ocasión del Día Mundial del Teatro, la carrera de Comunicación Escénica de la Facultad de Comunicación de la UCG, realizó una serie de conferencias que incluían un Conversatorio sobre actividades de la Asociación de Teatreros Casa de Teatro, #El último Jueves, colectivo multidisciplinario de Acción Literaria, y la conferencia de Susana Nicolalde, con la participación de los panelistas actores Virgilio Valero y Bernardo Menéndez.
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arina Salvarezza, coordinadora de la carrera de Comunicación Escénica, señaló que en la sexta edición de las Tardes de Té-atro, cuyo espacio es una oportunidad para conectarse con el arte maravilloso y vivo del teatro. Se invitaron a personalidades de gran trayectoria a nivel nacional, como son Bernardo Menéndez y Susana Nicolalde, quienes han brindado al mundo del arte ecuatoriano de la danza y de la expresión artística, una parte de sí mismos.
En su intervención, Bernardo Menéndez citó a Brett Bailey: Nos reunimos para llorar y para recordar; para reír y contemplar; para aprender, afirmar e imaginar. Para maravillarnos ante la destreza técnica, y para encarnar dioses. Para dejarnos sin respiración ante nuestra capacidad de belleza, compasión y monstruosidad. Vamos para llenarnos de energía y poder. Para celebrar la riqueza de nuestras diferentes culturas, y para hacer desaparecer las barreras que nos dividen.
Nosotros, los artistas de escenarios y ágoras, ¿nos conformamos con las demandas asépticas del mercado, o utilizamos el poder que tenemos: para abrir un espacio en los corazones y las mentes de la sociedad, para reunir gente a nuestro alrededor, para inspirar, maravillar e informar, y para crear un mundo de esperanza y colaboración sincera? Susana Nicolalde dijo que uno de sus estandartes es el encuentro anual de mujeres en escena, con el que participa en eventos nacionales e internacionales, proyectando el tema de género desde el teatro. Ella compartió sus vivencias artísticas, como actriz y directora guayaquileña. Susana es una mujer sencilla de palabras, nada apegada a las formalidades. Expresa que el teatro ha sido su pasión y su razón de ser. Concibe el teatro como un territorio de absoluta libertad, en donde se puede encontrar lo que se está buscando: Un sitio donde se permite explorar, donde se permite todo, absolutamente todo. Para Nicolalde, no hay una sola manera de entender y hacer
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en tu casa. Eres la misma, porque esa falsa idea de que los actores pueden hacer muchas cosas y que se transforman en el personaje, eso es mentira, porque tu como ser humano no puedes quitarte tu personalidad para transformarte en otro, para eso hay técnicas, hay pasos, hay maneras de estudiar. Para conocer un poco más de Susana y emulando a un espacio de Actors Studios, preguntamos: ¿Cuál es tu palabra favorita? Amor. ¿Cuál es la que menos te gusta? Miedo. ¿Qué es lo que más te causa placer? El sexo. ¿Qué es lo que te desagrada totalmente? La mentira. ¿Cuál es el sonido que más placer te produce? El silbido. ¿Cuál es el sonido o ruido que odias escuchar? El del tractor. ¿Cuál es tu mala palabra favorita? Hijo de put* ¿A parte de tu profesión, qué otra profesional te habría gustado ejercer? Cantante. ¿Qué profesión nunca ejercerías? Abogada. ¿Si el cielo existe y te encontraras a Dios en la puerta, qué te gustaría que te dijera al llegar? ¿Qué me gustaría que me diga a mí? Ay, no sé… ¿qué haces aquí? O le diría seguramente, “ven a hacer una obra de teatro conmigo”.
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teatro, hay muchas formas y todas ellas con diferentes puntos de partida. Lo más importante es entender ¿cuál es? y ¿por qué? Entre el sonido de los timbales y la marimba se desarrolla un extracto de la obra de Susana Nicolalde denominada Y no ha pasado es nada, título que lleva una frase muy nuestra, muy costeña y en cuya obra se ven reflejadas aquellas imágenes de nuestra realidad, esas imágenes que nunca queremos mirar y siempre deseamos olvidar. Es un tema que recoge preguntas sobre lo que pasa con los niños de la calle, qué pasa con los viejos olvidados, qué pasa con los jóvenes “callejizados”, con las juventudes, con todos esos personajes que viven en la calle, que es su hogar. Esas historias que transitan, en un parque, en una vereda, en una cantina, en una esquina. Como dice la cachinera en la obra: “Historias en lugares imaginables e inimaginables”. Ahí van a estar esas historias que no se cuentan, que están ahí a la mano. Solamente falta que nosotros agudicemos la mirada, o el oído, y las podamos ver y escuchar, porque están ahí, en uno mismo. El actor es nuestro proceso, el actor no interpreta, el actor vive en la escena, la que tenga que vivir, dependiendo de qué quieras contar, porque sino lo vives en la escena es difícil que te lo creas, y si no te lo crees, es muy difícil que el público te lo crea. Así es, tan sencillo y elemental como eso. Otra premisa muy personal, es que no puedes ser dos: Uno en el teatro y otra persona
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*Susana Nicolalde es actriz y directora de la Fundación Mandrágora Artes Escénicas, y trabaja con varios colectivos teatrales de Guayaquil y Quito. Ha participado en importantes producciones teatrales y su formación artística se remonta a 1982. Ella desarrolla su labor sobre la base de la búsqueda constante de formas de expresión del lenguaje escénico, a través de talleres de distintas disciplinas estéticas, como danza contemporánea, pantomima, teatro de la calle, dramaturgia, música, canto y teatro danza.
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Entrevista a Eduardo Muñoa*
Posee el título de Licenciatura en Arte Teatral, con especialización en Dramaturgia y en Dirección del Instituto Superior de Artes de La Habana. Además, adiestramiento de Posgrado en el Instituto Cubano de Radio y Televisión, cinco años en dirección de contenidos y dirección de programas dramatizados en televisión, director y presentador de programas culturales. Desde el 2006 es docente y coordinador en la Dirección General Académica de la UCG. Por Juan de Althaus
J.A: ¿Qué obras ha puesto en escena los últimos dos años, por qué las escogiste? E.M: En los dos últimos años yo concreté un viejo proyecto, que era tener un núcleo teatral que nos permitiera producir con cierta regularidad teatro. Anteriormente monté obras en Cuba, dirigí Así que pasen cinco años de Federico García Lorca, estre-
né una obra mía llamada Crónica del Amor Oscuro, y en el 2010 estrené otra, como autor y director. Desde el 2012 hasta el presente he concretado el proyecto de tener una producción más o menos continua. Hemos puesto en escena cuatro obras: Las Criadas de Jean Genet, Infieles de Marco Antonio de la Parra, Master Class de Terrence MacNally y María
Estuardo. Dentro de un par de meses estrenaremos La Boda de Virgilio Piñero. A mí me interesa mucho el texto teatral, que haya una solidez en el texto. Me gusta el texto teatral estructurado y si te das cuenta, son textos muy diferentes. Tienes el teatro del absurdo de Las Criadas, luego Infieles, que es una obra un poco más contemporánea, más metida simbólica, y de ahí saltas a MacNally con Master Class que es una obra sobre la vida de María Callas. María Esturado es una tragedia romántica del siglo XVIII. Hay toda una diversidad en el texto. Lo primero que me llama la atención del teatro es el texto, lo que dice la obra. Alguien me dijo hace mucho tiempo, cuando era estudiante: “Tú estás enamorado de las palabras”; claro, por eso estudio dramaturgia. Me interesa experimentar con el texto, jugar con él y verlo desde otras posibilidades diferentes. Esa diversidad de obras
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Fotos: Gabriel Mieles
J.A: ¿Por dónde va el teatro hoy en día?, ¿se mantiene esa dicotomía que proviene de la época de los griegos, entre la tragedia y la comedia?, ¿hay otras orientaciones o siempre se mantiene esta estructura básica? E.M: Yo creo que la base sigue siendo la misma. Al final de la jornada, Aristóteles está en todas partes. Lo que ocurre, es que los géneros han empezado a ser divididos en el teatro, como en muchos temas de arte. Todo se comienza a “hibridar”. El drama tradicional se contamina del musical y el musical se contamina del absurdo. Esto que sucede es muy interesante, el género en puridad ya no existe. Si empiezas a desenrollar el hilo de Ariadna, al final terminas encontrando una base que sí responde a esa dimensión aristotélica de la comedia o la tragedia, pero es como un trabajo demasiado laborioso y creo que innecesario. Una de las cosas buenas que hay que aceptar como signo de los tiempos es que todo
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me da, en algún sentido, la posibilidad de imponerme a mí mismo no tener una zona de seguridad, de no estar en una zona de confort. Son textos muy diferentes, que requieren ejercicios de montaje disímiles y requieren, al final de la jornada, maneras de enfocarlos muy distintas. Esta perspectiva me obliga, constantemente, a replantearme valores, paradigmas e ideas. Creo que algún día podremos vivir el teatro en Guayaquil, pero personalmente, sí tengo que priorizar algo, prefiero priorizar el ejercicio creativo antes que lo comercial. Por eso escogí esas obras.
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está muy mezclado, ya no hay pureza en el género ni en la producción estética. Hay la posibilidad que coexistan muchas maneras y percepciones diferentes de enfocar el teatro, y que todas sean legítimas, perfectamente aceptables y válidas, siempre que haya una verdad sostenida detrás. J.A: ¿Ninguna tendencia del teatro se ha apartado bastante de esa dicotomía fundamental? E.M: No. Ni siquiera las más rupturistas. Al final, todos terminan en lo mismo, haciendo el mismo ejercicio de representación. La gente asume el discurso de más o menos verdad, más o menos autenticidad. Pero al final es representación. El teatro es una máscara de representación, sino sería como un documental sobre la vida, sería un reportaje, no
sería teatro. La propia condición de ficción del acto teatral, cualquiera que sea la perspectiva que se enfoque, termina siempre en la construcción de ficción y termina siempre,
Si ya asumiste el riesgo de poner tu obra frente a los demás, también tienes que asumir las consecuencias que puedan entenderla como ellos quieran, de que tienen la más absoluta libertad de decisión de pensar y simbolizar sobre tu obra lo que les parezca.
de alguna manera, en esos principios de teatralidad que se han anunciado desde el siglo V antes de nuestra era. J.A: ¿En esa época había también la idea del uso catártico del teatro? E.M: Yo creo que el teatro sí tiene la posibilidad de colocar a la gente frente a un espejo, frente a una posibilidad de pensar. No creo que sea la obligación, tampoco creo, en sentido general, que el arte esté obligado a provocar que la gente piense. J.A: Pero algo toca al público… E.M: Exactamente, eso se espera, que algún punto de la sensibilidad del espectador se ponga en funcionamiento, que toque, que algo se dispare en él. Creo que el teatro tiene debe colocar a la gente sobre el espejo de sí mismo y darse cuenta de por dónde y porqué eres así, que te identifiquen en algún punto con lo que estás viendo, esa es la clave. J.A: ¿Puede el teatro desidentificar en algún punto al espectador? E.M: Desde que dices yo no, estás estableciendo una identidad. Desde el momento en que tú no te reconozcas en lo que estás viendo también es un acto de identidad. J.A: Cuando, por ejemplo, te sorprende o te remueve algo que tú estabas pensando… E.M: A mí me pasó, por ejemplo, con Master Class. Tuve una amiga que me comentó: “Nunca quisiera ser una profesora como María Callas”. Ahí hay un acto de identificación, en el momento que ella está negando a esta
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J.A: ¿Después de la escenificación preguntas a algunos espectadores sobre cómo fue la obra? E.M: Si me dicen, la acepto, pero nunca voy a preguntar qué te pareció o qué entendiste, porque no lo creo necesario. Puedes pensarte el concepto más complejo del mundo y pensar que cinco espectadores lo van a entender todo, 10 lo van a entender un 75%, 20 va a entender la mitad y 25 va a entender una cuarta parte; el resto necesita ser seducido por la luz, el color, lo que ven y escuchan. Desde el momento que se seducen, para ellos tendrá un significado que puede ser absolutamente opuesto al que yo construí, o estar en una dimensión completamente diferente a la que yo pensé, pero que es tan válida y tan legítima como la mía. Por tanto, aunque puede sonar petulante, me parece un acto de inseguridad ir preguntándole a la gente qué te pareció o qué pensaste. Creo que ese es un derecho personal del espectador y, querer entender o llevar al otro a que entienda lo que tú quieras que entienda, eso es intromisión irrespetuosa, el espectador tiene el derecho de pensar de tu obra lo que él quiera. Si ya asumiste el riesgo de poner tu obra frente a los demás, también tienes que asumir las consecuencias que puedan entenderla como ellos quieran, de que tienen la más
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mujer. Siempre le digo a mis alumnos, que uno nunca puede prever lo que va a pensar el espectador, eso es imposible. Podemos pensar el concepto más complicado del mundo y más preciso que quieras, y lo van a entender cinco espectadores.
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absoluta libertad de decisión de pensar y simbolizar sobre tu obra lo que les parezca. Sí, tengo amigos que me dicen sus opiniones. J.A: ¿Tú te preguntas después de cada puesta en escena sobre lo que has presentado? E.M: Por lo general, suelo cuestionarme todo el tiempo hasta el último momento. Es muy estresante el fenómeno, uno se la pasa con el alma en vilo hasta que suena el último corte y la gente empieza a aplaudir. Todo el tiempo estás cuestionándote si esto estará yendo por donde tiene que ir. La ventaja del teatro, a diferencia de la televisión o del cine, es que no puedes decir: “Corte y repetimos”.
Todo el tiempo tienes que saber que te tienes que dejar ir y dejar que fluya. De hecho, uno de los planes que tengo para el próximo año es volver a actuar. Voy a montar una obra y actuar en ella porque me da esa libertad de que una vez que empieza la obra, como actor, ya no puedo dirigir la obra. En la dirección, constantemente me voy cuestionando todo mientras ocurre la función, ¿por qué no hizo esto, por qué pasó aquello? Es estar al borde del infarto, uno se muere todos los días, en cada función de teatro. Pero al final, sí me interesa un poco saber si le hizo sentido a la gente, no qué sentido le hizo, sino si le hizo sentido. Si la gente no se va vacía, si la gente no se va indiferente, yo estoy bien.
*Entrevista realizada el 14 de mayo del año 2014