Revista software 3

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COMUNICACIÓN

Ayuda sin dejarte la piel EL CASO

“Me entrego al cien por cien”

Podemos echar una mano a los demás, pero no es un deber. Obligarnos puede ser el origen de exigencias ajenas y sumisión

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stoy agobiada. Mi trabajo es muy exigente, aunque me gusta; mi novio, como es lógico, también; y luego están nuestros amigos (sobre todo, mis amigas) a los que tengo que atender y ayudar cuando tienen problemas o me llaman para vernos: que si tienen niños, que si discuten con sus parejas o se quedan sin trabajo... Creo que estoy obligada a acudir cuando me necesitan, pero entro en crisis cada vez que tengo que coordinar las citas de unos u otros. Y, además, también está la familia. Mi vida es estupenda, pero cada día estoy mas irritada y nerviosa. ¡Me gustaría irme a una isla desierta! Judith (Madrid)

3 Pasos para ser buen amigo

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Sé el mejor amigo de ti mismo

Busca estar bien contigo mismo. Si te encuentras agobiado por tanto compromiso, trasladas a tus amigos tu malestar. Así que piensa primero en ti. Recuerda que si tu estás bien, cuando les veas les contagiarás tu bienestar.

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La amistad es libertad

Salvo situaciones excepcionales, da a tus amigos lo que quieras darles. Si no te apetece el plan que te proponen o no puedes atenderles cuando reclaman tu atención, di sencillamente NO: “Lo siento, pero no puedo”. Y aprende a manejar los sentimientos de culpa.


PAREJA

Cómo encauzar un enfado

disgusto e indiferencia, pero sin dar cuenta de la causa. Ten presente que la buena comunicación es la que permite que el otro se entere de lo que queremos decir. Formula preguntas y sugerencias, no acusaciones, que sólo pondrán a tu compañero o compañera a la defensiva y raramente ayudarán a encontrar soluciones. Especifica lo que te gusta y lo que te desagrada de su comportamiento con ejemplos concretos. Pide, pero no exijas. Así muestras respeto por tu pareja y haces más fácil que quiera cooperar.

Aprende la forma de evitar un conflicto “armado”

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uando uno no quiere, dos no se pelean”. Silvia Sanz García, psicóloga del centro Psytel, está de acuerdo: “Si no deseamos tener un conflicto, podemos evitarlo”. Para conseguirlo, esta experta recomienda: Cuida la comunicación no verbal. Si llegamos a casa sin saludar y nos sentamos a leer el periódico, está claro que se está comunicando enfado,

Huye del contraataque. No contestes a sus quejas con “contraquejas”. Propón un acuerdo, ofreciendo soluciones. Expón lo que hace, no lo que es. Por ejemplo, en lugar de decir: “Eres un manipulador diciéndome lo que tengo que hacer”, di: “Cuando me dices lo que tengo que hacer, haces que me sienta como un niño irresponsable”. Muéstrate receptivo. Evita el sarcasmo y la ironía, y cuando hable, escucha a tu pareja sin interrumpirla. No airees trapos sucios. Céntrate en el tema que se está tratando durante la discusión y no saques a colación con ictos pasados.

Si queréis resolver el conflicto, debe haber voluntad de escucha.

No almacenes resentimientos. Plantea los problemas a medida que surgen, no los acumules porque, si no, el resentimiento te hará explotar en el momento menos oportuno.

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TEST

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l último título de José Pedro Manglano, nalista del Premio Espiritualidad Martínez Roca, te acompaña en el viaje del autoconocimiento utilizando un elaborado pero irónico análisis de nuestros “yoes” más dominantes. 22 maneras de caerse bien. Actitudes para conquistarlafelicidad (Planeta) te ayuda a descubrir las razones de tu comportamiento y, lo más importante, te enseña a enmendar los errores.

¿Conoces tu auténtico yo?

Como dice el autor, ser feliz empieza por encontrarse cómodo con el propio yo. Aceptarse y amarse es la principal tarea de lo que llamamos vivir. La cuestión radica en conocerse a uno mismo para corregir aquello que nos impide ser persona y nos encamina a resignarnos a estar en el mundo. Aquí te mostramos algunos de esos 22 egos que nos arrastran hacia esa resignación. Combátelos para acercarte a las cuatro actitudes que te harán ser mejor persona: rebelde,respetuoso, agradecido y abierto.

Trabajar para ser feliz empieza por caerse bien a uno mismo, por encontrarse cómodo con el propio yo

Cada uno de estos 18 egos nos muestra sin tapujos una faceta negativa de nuestro Sé sanamente rebelde comportamiento. ¡Son más Rebeldía signica libertad, esperanza e iniciativa respecto al mundo que se estrena. El rebelde no se habituales de lo que creemos! adapta a lo imperfecto y a lo injusto, y ama el bien Identificarlos es el primer paso por encima de sus conveniencias. La rebeldía es, también, la primera necesidad fundamental para para empezar a superarlos forjar la propia personalidad.

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TEST

Relacionados con su carencia, existen cuatro “yoes” principales: evítalos. El yo corrompido: El rebelde muere cuando su mundo interior ha dejado de ser distinto al exterior. Surge el “Las cosas son como son, no se puede hacer nada para cambiarlas”. En el momento en que uno abandona el bien por ser difícil o complicado, entra a formar parte de las estructuras injustas, donde paga una cara hipoteca por su libertad.

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El yo respondón: No sabe enfrentarse con lo que reclama su respuesta. Se disfraza de rebelde, y lo hace oponiéndose con orgullo y pataleo colegial. Se opone a lo que se le antoja por inercia, para afirmarse por superar complejos, por inmadurez o descontento consigo mismo. Este obstinado protestón es un débil camuflado que se amarga y se queja de que otros no cambien el mundo.

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El yo gregario: Otra forma de disfrazarse de rebelde es rebelarse contra asuntos superficiales y sin importancia. Fácilmente manipulable por la publicidad y los tópicos, está dispuesto a derramar sangre por vestir una prenda inusual. Sigue a pies juntillas los rasgos estipulados y diseñados por el subgrupo social en el que se mueve, y se opone al sistema porque otros lo hacen.

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El yo burgués: Se cría en un entorno de confort, que convierte en su valor último. En una primera fase, centra su “lucha” en el mantenimiento de este confort, aunque pronto deja de satisfacerle, y entonces cobra fuerza el logro del reconocimiento y la fama. Sus reivindicaciones son inútiles, porque no le comprometen. Su pancarta, en el fondo, es muy pobre, está en blanco.

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El yo salvaje: Para forjar una personalidad rica es preciso aprender a dominar las pasiones que esclavizan al yo salvaje: la tendencia a aplicar la ley del más fuerte, a la comodidad, a satisfacer lo que pide la genitalidad, a sacar el genio al conducir, al enfado que provoca el cansancio... Ser capaz de que la impulsividad ceda en favor de la espiritualidad posibilita una satisfacción y libertad imprescindibles para sentirse bien con uno mismo.

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El yo manipulador: Dirige los hechos y a las personas con la intención de gobernar la realidad a su antojo. Su mejor arma: la mentira, incluso bien intencionada, desde su punto de vista, pues considera que el fin justifica los medios. Ya sea para salir del paso, evitar sufrimientos, hacer la vida más fácil o evitar que alguien pase por un mal trago, el manipulador no tarda en toparse de bruces con la verdad y ver que no encaja en el mundo real.

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Sé Respetuoso Mantener una actitud respetuosa tanto con uno mismo como con los demás es otro de los pilares que sustentan una personalidad madura, íntegra y plenamentesatisfactoria. Los siguientes “yoes” tienen poca idea de lo que significa el respeto.

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CRECIMIENTO PERSONAL

Claves para disfrutar a tope de la vida

Ser feliz y disfrutar plenamente de la vida no depende de edad ni sexo. Todos podemos conseguirlo. ¿El secreto? Desde luego, luchar por ello y, sobre todo, amar y vivir el momento presente.

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curra lo que ocurra, la vida es el mejor regalo que nos han dado y nos darán. Por eso, no podemos desaprovecharlo independientemente de la edad que tengamos. Aceptarnos y amarnos incondicionalmente; aprender algo nuevo todos los días; apreciar la belleza que nos rodea... son algunas de las claves de las que habla David Niven en su libro Los 100 secretos de la mejor mitad de la vida. Nosotros hemos destacado 27 que pueden ayudarnos a vivir plenamente y a ser felices. ¡Haz que corra la voz!

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Trabaja por tu felicidad

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Date el visto bueno

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Intenta algo nuevo

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Descubre la belleza que te rodea

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Mantén a raya tus temores

No dejes la felicidad en manos del azar. Puedes alcanzarla si, en primer lugar, sabes qué es lo que estás haciendo y lo que no para conseguirla, y, posteriormente, emprendes los cambios pertinentes para luchar por ella. Puedes hacer los mejores planes para tu vida, pero ninguna acción, ningún logro y ningún resultado te harán sentirte completamente realizado si no dejas de ponerte limitaciones y te apruebas a ti mismo con tus cualidades y con tus defectos. Nos sentimos cómodos con lo que conocemos y nos es familiar. Pero no podemos perdernos la oportunidad de experimentar cosas nuevas (desde probar un detergente a cambiar de trabajo). Puede que algunas veces la experiencia no te resulte satisfactoria, pero seguro que en otras ocasiones estarás encantado de haber hecho algo nuevo. Quizás sea una flor, una obra de arte, el rostro de un niño... Puedes admirar y rendirte ante la belleza de cientos de cosas que te rodean. Lo importante es que tomes el tiempo necesario para incluir el disfrute de esa belleza en tu vida diaria. Recuerda que la capacidad de maravillarnos y sorprendernos forma parte del elixir de la vida. Pasamos gran parte de nuestra vida imaginando lo peor que nos puede pasar y sus consecuencias. Pero ¿no sería mejor tomar distancia de nuestros temores y preocupaciones? Veríamos que el principal obstáculo que hemos que superar no es aquello a lo que tememos, sino el hecho mismo de tener miedo.


CRECIMIENTO PERSONAL

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Ten tiempo para pensar

Nuestra vida habitual absorbe todo nuestro tiempo y atención, y no nos da la oportunidad de pensar, cuestionar y evaluar. Tómate un instante para disfrutar de los resultados de una pausa para reflexionar.

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Valora tu trabajo

Para muchas personas el auténtico valor de su trabajo no es el dinero que ganan, sino las recompensas sociales y personales que les aporta. Por eso, cuando evalúes tus planes laborales no pierdas de vista lo que realmente obtienes con tu trabajo.

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Conoce tu salud

Si sabemos cómo andamos de salud, ya sea que tengamos alguna dolencia o estemos pletóricos, podremos elegir un estilo de vida más saludable y acorde con nuestras necesidades.

Vuelve a ilusionarte con pequeños gestos. Verás cómo cambia el mundo.

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EL PLACER DE VIVIR

GuĂ­a para disfrutar mĂĄs y mejor de la vida

Amo los vegetal

No consumir carne ni pescado es solo la base para ser vegetariano, porque el verdadero concepto de este tĂŠrmino abarca un estilo de vida basado en el respeto a la naturaleza y al propio cuerpo. Una buena oportunidad para hacer lo mejor por tu salud, los animales y el planeta. Por Mar Nite

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ENTREVISTA

“Locura es querer ser igual que los demás” E Paulo Coelho Nació en Río de Janeiro en 1947. Fue educado en una severa disciplina frente a la que terminó rebelándose, por lo que es ingresado en un hospital psiquiátrico. Hippie en los años 60, deja sus estudios e inicia un largo viaje por todo el mundo: México, Perú, Bolivia, Chile, Europa, África. Ya convertido en escritor, enseguida salta a la lista de los autores más vendidos en todo el mundo, y es traducido a 40 idiomas. En 2002 fue elegido para ocupar el asiento número 21 de la Academia Brasileña de las Letras. Vive en Río de Janeiro con su esposa, la pintora Cristina Oiticica.

PAULO COELHO EL AUTOR

Sólo si aceptamos nuestras diferencias y persistimos en nuestra propia esencia, seremos capaces de llevar adelante una vida con sentido, guste o no a la gente que nos rodea.

n mis libros planteo preguntas, no respuestas. Escribo para entender mi alma y nunca puedo predecir cómo afectarán al lector mis propias dudas. El poder de los libros es precisamente éste: dar a los lectores la posibilidad de cuestionarse a sí mismos y a la sociedad en la que viven”. Habla Paulo Coelho: escritor brasileño de 59 años y autor superventas donde los haya: lleva 85 millones de libros vendidos en todo el mundo y ahora ha batido récords con otro más: La bruja de Portobello (Planeta). Una novela en la que explora nada menos que el lado femenino de Dios y donde, una vez más, sigue profundizando en la psicología humana con la precisión de un bisturí. Psicología: Creo que usted escribe desde que era muy joven, casi un adolescente; ¿recuerda las razones que le llevaron a escribir? P. C.: Siempre quise ser escritor, pero nunca me sentí apoyad para ello; ni por mi familia ni

por la gente que me rodeaba. En Brasil me decían que era imposible ganarse la vida con la literatura, que ésa no era una carrera de verdad. Mis padres querían que fuera ingeniero, pero yo siempre me rebelé contra eso... Pero hubo algún momento en el que dijera: “Quiero ser escritor”. Nosotros siempre recomendamos a nuestros lectores que se expresen, que luchen por lo que de verdad quieren hacer en la vida... Recuerdo el día que leí Trópico de Cáncer, de Henry Miller: entonces me di cuenta de que quería ser como él: una persona que vive intensamente la vida, que siente la literatura como parte de eso. Fue entonces cuando tomé la decisión. ¿Qué le ayudó a luchar por lo que quería, por su sueño? Darme cuenta de que el único responsable de mi vida era yo mismo. Eso me hizo vivir el día a día como si no hubiera un mañana.

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APRENDER A VIVIR

Cómo manejar los

sentimientos

tóxicos

Son adictivos y peligrosos porque envenenan el corazón, sesgan todo contacto afectivo con la realidad y cierran el camino a la alegría y la paz.

H

oy voy a hablar de dos emo-ciones tóxicas, que además están muy relacionadas: el resentimiento y la envidia. El resentimiento es un odio reiterativo y amargo. Es muy cercano al rencor, que es una animadversión represada, una furia envejecida, que al cabo del tiempo se ha vuelto rancia, palabra de la que deriva “rencor”. Surge cuando alguien ha sufrido una ofensa y no ha podido o no se ha atrevido a hacer nada. Lleva por ello incluido un sentimiento de impotencia o indefensión que puede ser más doloroso aún que la ofensa. La víctima recuerda el daño una y otra vez –de ahí el “re” de la palabra resentimiento– , sin poder olvidar ni perdonar. A veces, el antecedente no es un hecho concreto, y por ello no hay un culpable al que atribuir el daño. Una persona puede sentirse maltratad por su situación. El paro, la marginación social, un defecto físico pueden provocar un resentimiento

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universal hacia todos los que tienen empleo, hacia la sociedad entera o hacia las personas sanas o bellas. El malestar que experimenta lo proyecta contra la realidad, contra el mundo, con lo que está cerrando toda posible salida. Es incapaz de reconocer nada bueno. El corazón se encuentra hundido en un pantano, sin poder salir de él. Acabo de ver una estupenda película de Gracia Querejeta –Siete mesas de billar francésque cuenta dos historias de resentimiento. Dos mujeres se encuentran atadas, incapacitadas para progresar, por el recuerdo de pasadas ofensas, una memoria amarga de la que no saben o no quieren liberarse.

Para combatir el resentimiento es necesario hacer el trabajo del duelo, es decir, resituar el recuerdo de la ofensa. Poderoso veneno

La envidia está muy relacionada con el resentimiento. Es un sentimiento de tristeza, irritación y odio, que sentimos contra alguien que posee un bien que nosotros no tenemos. En el primer diccionario de la lengua castellana, escrito en el siglo XVII por Sebastián de Covarrubias, se lee: “Su tóxico es la prosperidad y buena andanza del prójimo; su manjar dulce, la adversidad y calamidad del mismo: llora cuando los demás ríen y ríe cuando todos lloran. Lo peor es que este veneno suele engendrarse en los pechos de los que nos son más amigos”. La sabiduría popular nos dice que se trata de un veneno muy fuerte, por ello se puede “morir de envidia”. Además, el envidioso, al entristecerse por el bien ajeno, ciega las fuentes de la generosidad y de la compasión. Por ello, se deshumaniza.


APRENDER A VIVIR

La solución, la acción

Los antiguos catecismos decían que el antídoto de la envidia es el amor. Tal vez sea mucho pedir al envidioso. Pero, al menos, le conviene humanizar al envidiado, no convertirle en mera figura ofensora, distanciarse de él, no darle el poder de ofender. Esto último tiene que ver con un sentimiento de debilidad e impotencia que es común al resentimiento y a la envidia. La solución más eficaz en estos casos es siempre la acción. La pasividad es caldo de cultivo para sentimientos tóxicos. Me gusta por ello hablar de la “inteligencia resuelta”, porque la palabra resolución me parece bellísima. Designa a quien se enfrenta con los problemas y busca soluciones con decisión. A veces, esta actitud hay que aprenderla poco a poco, proponiéndose metas cercanas que nos proporcionen pequeños triunfos, que vayan reconstruyendo nuestra personalidad fragilizada, que nos vayan también endureciendo un poco, haciéndonos menos vulnerables, y que nos den ocasión para jalearnos, para darnos ánimo, para aplaudirnos. Algo, por supuesto, que necesitamos todos.

Cerrar la herida

¿Y qué podemos hacer? Primero, tomar conciencia de que esos sentimientos son perjudiciales. Después, como en todas las intoxicaciones, ver qué es lo que hace daño. En este caso, son dos elementos: una equivocada interpretación de los hechos, y un sentimiento de inferioridad personal. El resentido o resentida no deja que una ofensa se vaya diluyendo en el olvido, como suele suceder con otras experiencias, sino que se empeña en mantenerlo presente y activo. No quiere separarse de ese trozo de su pasado, fantasea sobre él, imagina venganzas, y con todo esto acaba por fortalecerlo. La única solución es aceptar lo sucedido y procurar cerrar la herida, lo que exige una actitud parecida al llamado “trabajo del duelo”. El trabajo del duelo consiste en la lenta aceptación de lo irremediable. En el caso del resentimiento, se trata de “resituar el recuerdo de la ofensa”.

José Antonio Marina es filósofo, profesor de filosofía, investigador, autor de más de 20 ensayos. Uno de los últimos, “La magia de escribir” (Editorial Plaza y Janés).

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INFORME: DEFENDER

CÓMO DEFENDERTE DE LA GENTE AGRESIVA Por María Blanco Brotons

Compañeros insolentes, amigos ofensivos, parientes criticones... ¿Es mejor contraatacarles, intentar razonar con ellos o hacer oídos sordos?

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a palabra es el arma más peligrosa y dañina que podemos utilizar contra alguien. Todos recordamos alguna situación cercana en la que una persona, conocida o no, nos ofendió con una palabra malsonante, un tono agresivo o una observación desafortunada sobre nuestro aspecto, nuestra situación laboral, nuestra pareja, nuestra forma de pensar... A veces, estos ataques injustificados suelen provenir de la misma persona, alguien que por alguna razón disfruta humillándonos o poniéndonos en ridículo. ¿Cómo conviene contestar a estas “bofetadas” verbales? ¿Hay alguna forma de asegurar que no vuelvan a repetirse? En este informe te explicamos cómo defenderte en cada situación. Para poder convertirte en una persona más segura ante la vida.

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“¡No puedo creer lo que me ha dicho!”

La mayoría de las veces estas agresiones nos pillan por sorpresa, nos dejan atónitos y sin respuesta; otras la contestación llega cuando es demasiado tarde, y nos lamentamos pensando lo bien que no sentiríamos si hubiéramos contestado tal o cual cosa; y otras tantas respondemos con demasiada agresividad, malgastando así una preciosa energía en alguien que no se lo merece. La psicóloga Barbara Berckham (Cómo defenderse de los ataques verbales. El Nuevo Extremo) propone de manera muy acertada cómo hacer frente a todos estos baches que nos encontramos en el día a día mediante unas cuantas técnicas concretas que dejarán K. O. a nuestro ofensor. ¿Te interesa descubrirlas?.


SUMARIO

EL INSOLENTE: ASÍ LE PARAS LOS PIES

EL GRACIOSILLO: CUÁNDO HACER OÍDOS SORDOS

EL CRÍTICO DESTRUCTIVO: ¡DESÁRMALO!

Ponte el escudo protector y no consientas que sus malos modos influyan en tu estado de ánimo.

Ignorarle es la mejor opción; pero, si no es posible, te explicamos trucos efectivos para que te deje en paz.

Hay personas que se reafirman a través de la crítica, pero desarmarlas puede resultar muy fácil.

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