NORMAS, ESTRUCTURA Y RUTINA EN UN HOGAR DE UNA PERSONA CON TDAH
El TDAH es el trastorno neurobiológico más frecuente en la infancia. La convivencia con un Niño adolecente con TDAH no es fácil. Este Trastorno suele ocasionar serios problemas a nivel académico, social y emocional. El objetivo de este Manual es proporcionar una guía para que usted pueda canalizar de manera adecuada los síntomas de su Hijo con TDAH.
Angela Almenaba Guerrero Psicóloga Clínica
INDICE
PRESENTACIÓN ........................................................................................................ 2 1.
2.
EL TDAH: CONCEPTOS CLAVES ........................................................................ 3 1.1
INATENCIÓN ............................................................................................... 3
1.2
HIPERACTIVIDAD ...................................................................................... 4
1.3
IMPULSIVIDAD ........................................................................................... 4
DIAGNÓSTICO ADECUADO DEL TDAH ........................................................... 5
3. COMORBILIDAD: OTROS PROBLEMAS QUE SE PUEDEN ASOCIAR AL TDAH ............................................................................................................................... 6 4.
DIAGNÓSTICO DEL TDAH: PROCEDIMIENTOS .............................................. 7
5.
TRATAMIENTO ...................................................................................................... 9
6.
ESTRATEGIAS PARA AYUDAR A UN NIÑO CON TDA-H .............................. 9
6.1
ESTRATÉGIAS DE APOYO EN LA ESCUELA.............................................. 10
6.2
ESTRATEGIAS DE APOYO EN EL ÁREA SOCIAL ...................................... 11
6.3
ESTRATEGIAS DE APOYO EN CASA ........................................................... 12
7.
MANEJO DE CRISIS ............................................................................................. 13
BIBLIOGRAFIA ............................................................................................................ 15
1
PRESENTACIÓN
El TDAH es un trastorno de origen biológico de que afecta la capacidad del niño, adolecente, o adulto para prestar atención a las acciones que se realiza, ocasiona dificultad para regular su nivel de actividad, o frenar su comportamiento. En este manual se describirá más adelante criterios diagnósticos y características clínicas.
El TDAH es multifactorial y es por esto que su tratamiento también debe ser mutimodal, pero sobre todo se deben aprovechar los recursos que posee la familia del niño, quienes serán parte del equipo de trabajo. Este manual estará dirigido a los padres y la familia. Y le ayudara a abordar las conductas relacionadas con el TDAH en el hogar y en la escuela incluido el refuerzo de las conductas positivas, la aplicación de medidas de disciplina.
No todo lo que parece TDAH lo es, algunos padres o profesores pueden pensar que sus hijos o alumnos que son muy activos son ¨hiperactivos¨, pero eso no significa que tengan TDAH. Los niveles de atención, hiperactividad e impulsividad también forman parte de la forma de ser de cada niño, es por ello que el diagnostico del TDAH debe ser elaborado por un profesional.
En el TDAH la falta de un buen control inhibitorio durante los primeros años, determina que los niños presenten de manera habitual conducta exploradora, hiperactiva, respuestas impulsivas, poca tolerancia a la frustración, siempre en movimiento y se caracterizan, además, por ser agotadores, demandantes, arriesgados y, por demás, desobedientes. Es asi que los padres de estos niños experimentan mayor estrés y enfrentan los problemas de una manera menos adaptativa.
Este manual es una ayuda para los padres con el fin de que conozcan mejor el TDAH, reconozcan los síntomas y se preparen a abordar este trastorno.
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1. EL TDAH: CONCEPTOS CLAVES Russell Barkley en su libro. “Niños hiperactivos. Cómo comprender y atender sus necesidades”, define al TDAH como: “Trastorno del desarrollo caracterizado por unos niveles evolutivamente inapropiados de problemas atencionales, sobreactividad e impulsividad. Normalmente surgen ya en la primera infancia, son de naturaleza relativamente crónica y no pueden explicarse por ningún déficit neurológico importante ni por otros de tipo sensorial, motor o del habla, sin que tampoco se detecte retraso mental o trastornos emocionales graves. Estas dificultades guardan una gran relación con una dificultad para seguir las conductas gobernadas por reglas y con problemas para mantener una forma de trabajo consistente a lo largo de períodos de tiempo más o menos largos”. (BARKELEY, 1998) Es asi que el TDAH es un patrón persistente de desatención y/o hiperactividad – impulsividad, cuya presencia se detecta antes de los siete años de edad y las alteraciones provocadas por los síntomas se presentan como mínimo en dos ambientes, afectando la actividad social, académica y laboral. Ahora conceptualizaremos los síntomas nucleares, que a su vez resultan indicadores para la detección de niños con TDA-H, señaladas en el DSM-IV, bajo tres tipos:
1.1
INATENCIÓN
Los niños con Inatención tienen muchas dificultades para realizar la misma actividad durante un tiempo sostenido. El hecho de no fijarse bien hace que cometan errores académicos, y tienen que hacer un esfuerzo extra para mantenerse en actividades rutinarias, y para mantenerse organizados. La inatención hace que cualquier estimulo, haga perder al niño el norte y olvidarse de lo que está haciendo. A continuación enunciare ejemplos sencillos para esclarecer a ustedes esta característica;
A menudo no presta atención suficiente a los detalles o incurren errores en descuido en las tareas escolares, en el trabajo o en otras actividades.
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Tiene dificultades para mantener en tareas o actividades lúdicas.
A menudo parece no escuchar cuando se le hable directamente.
A menudo no sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares, encargos u obligaciones en el centro de trabajo (no se debe al comportamiento negativita o a la incapacidad para comprender instrucciones).
A menudo tiene dificultades para organizar tareas y actividades.
Evita, le disgusta o es renuente en cuanto al dedicarse a las tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido (como trabajos escolares o domésticos).
A menudo extravía objetos necesarios para tareas o actividades (ejemplo: juguetes, lápices, ejercicios, libros o herramientas).
1.2
HIPERACTIVIDAD
Los niños con hiperactividad están en movimiento constante tienen mucha dificultad para permanecer sentado durante mucho tiempo, esta actividad es excesiva e inapropiada en relación a la edad, la situación o la tarea. A continuación enunciare ejemplos sencillos para esclarecer a ustedes esta característica;
A menudo mueve en exceso manos y pies, o se remueve en su asiento.
Abandona su asiento en la clase o en otras situaciones en que se espera que permanezca sentado.
A menudo corre o salta excesivamente en situaciones que es inapropiado hacerlo.
Tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio.
A menudo habla en exceso.
1.3
IMPULSIVIDAD
Los niños impulsivos tienen dificultad para modular sus respuestas o reacciones inmediatas ante situaciones, no valoran las posibilidades y las consecuencias de cada respuesta, simplemente actúan y luego sufren las consecuencias. Esta impulsividad es la responsable en gran parte de las consecuencias a largo plazo del TDAH no tratado. A continuación enunciare ejemplos sencillos para esclarecer a ustedes esta característica;
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A menudo precipita respuestas antes de haber sido contestadas las preguntas.
Tiene dificultades para guardar turno.
A menudo interrumpe o se inmiscuye en las actividades de otros (por ejemplo se entromete en conversaciones o juegos).
Es probable que la mayoría de los padres luego de leer estas descripciones se haya sentido identificados con alguno de los síntomas. Sin embargo para poder hablar de TDAH es necesario que los síntomas descritos anteriormente estén presentes en cantidad, intensidad y duración, y además que produzcan un deterioro marcado y sostenido en la vida del niño.
2. DIAGNÓSTICO ADECUADO DEL TDAH Hemos hablado de una tríada diagnóstica: inatención, hiperactividad e impulsividad que se agrupan en dos factores. Estos deben ser considerados los síntomas primarios y sobre su estudio se formula el diagnóstico. Una evaluación temprana será clave para un tratamiento adecuado a sus necesidades y un desarrollo positivo y equilibrado. El momento más adecuado para evaluar, es cuando padres o profesores adviertan de la presencia de indicadores de TDA-H, así como cuando observen en el niño:
Sentimientos de malestar
Trabajo escolar por debajo de lo esperado
Dificultades para seguir normas
Dificultades para relacionarse o ser aceptado por otros
Conductas que ponen en riesgo su seguridad o la de las otras personas
El diagnóstico del TDAH requiere que el niño cumpla los criterios del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV-TR); debe presentar al menos seis ítems de la lista del criterio A, pues además el TDAH debe cumplir con los otros criterios y de manera muy importante el de impacto y la repercusión de los síntomas en la familia, la escuela y la vida social.
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Este es un diagnóstico predominantemente clínico, pero puede ser apoyado por escalas, para corroborar la gravedad de la sintomatología, y por pruebas neuropsicológicas.
3. COMORBILIDAD: OTROS PROBLEMAS QUE SE PUEDEN ASOCIAR AL TDAH
Los niños o adolescentes con TDAH presentan en algún momento de la vida otro trastorno psiquiátrico sobreagregado, lo que se denomina comorbilidad del TDAH. Los estudios clínicos sobre el TDAH en diferentes edades han demostrado que la comorbilidad psiquiátrica está presente entre el 70% y el 80% de los casos. “Entre las comorbilidades más frecuentes se encuentran el trastorno negativista desafiante, y los trastornos de aprendizaje, los trastornos por tics y los trastornos de ansiedad” (Jensen et al., 199738; MTA, 199939, Barkley, 200630). No ha sido posible establecer si los trastornos asociados son una variante del TDAH o son coexistentes y etimológicamente independientes.
La comorbilidad más común es con los trastornos disruptivos: el trastorno oposicionista desafiante (TOD) o el trastorno disocial de la conducta (TDC). Se estima que la comorbilidad del TDAH con el TOD y TDC es de un 70% y 30%, respectivamente. Las alteraciones emocionales son más frecuentes en el TDAH, con predominio inatento. Hasta un 90% de los pacientes pueden tener baja autoestima o periodos de disminución del ánimo. La depresión puede presentarse hasta en un 30% y los trastornos de ansiedad en un 25% de los casos.
El trastorno afectivo bipolar se presenta en menos del 4%. Otras entidades asociadas al TDAH, pero que se presentan en porcentajes menores, son: los tics motores (15%), el síndrome de Gilles de la Tourette (SGT), alteraciones del sueño, trastorno obsesivocompulsivo y otras alteraciones del desarrollo. Una de las comorbilidades frecuentes, y que merece mayor atención es la de los trastornos Específicos del aprendizaje (TEA), que de igual manera tiene su presentación desde los primeros procesos del aprendizaje. 6
Identificar las diferentes patologías comórbidas en la evaluación o el seguimiento permitirá planear intervenciones psicoeducativas y farmacológicas adecuadas, para proporcionar un mejor pronóstico. Una evaluación completa del TDAH en niños y adolescentes debe incluir una valoración de los trastornos psiquiátricos y del aprendizaje asociado. La presencia de comorbilidad condiciona la presentación clínica, el pronóstico, el plan terapéutico y la respuesta al tratamiento
4. DIAGNÓSTICO DEL TDAH: PROCEDIMIENTOS
Dado que no se puede realizar una tomografía cerebral computada o un análisis de sangre para diagnosticar el TDAH, es importante que un profesional del cuidado de la salud especialmente capacitado para diagnosticar y tratar el TDAH evalúe el comportamiento de su hijo. La mayoría de los casos de TDAH se diagnostican durante los primeros años escolares. Los niños a quienes se les diagnostica TDAH presentan síntomas que afectan su capacidad de comportarse como otros niños de la misma edad. Esos síntomas deben durar al menos 6 meses para que se pueda diagnosticar el TDAH. Hay tres subtipos de TDAH: el que está relacionado principalmente con la falta de atención, el que está relacionado principalmente con la hiperactividad/impulsividad y el que está relacionado con síntomas de ambos (llamado subtipo combinado) Existen dos sistemas de clasificación internacional: Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV-TR) (APA, 2001)10. Sistema de Clasificación Internacional de los Trastornos Mentales (CIE-10) (OMS, 1992)111.
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Los criterios específicos que se incluyen en el DSM-IV-TR y en la CIE-10, recogen un listado similar de 18 síntomas, referidos a conductas de desatención, hiperactividad e impulsividad. Los dos sistemas de clasificación coinciden en varios puntos importantes:
Inicio de los síntomas antes de los 6 años (CIE-10) o 7 años (DSM-IVTR).
los síntomas se han de mantener a lo largo del tiempo (persistir al menos durante 6 meses),
se han de presentar en diversas situaciones de la vida del niño, han de causar un deterioro funcional, y
Los síntomas no pueden ser mejor explicados por otros trastornos.
Una característica específica de la CIE-10 es la exigencia de la presencia de los tres síntomas esenciales para realizar un diagnóstico de TDAH referidos a conductas de desatención, hiperactividad e impulsividad. Requiere, al menos, seis síntomas de inatención, tres de hiperactividad y uno de impulsividad, estableciendo cuatro categorías diagnósticas: 1. Trastorno de la actividad y de la atención. 2. Trastorno hipercinético disocial; en este caso, el trastorno hipercinético va acompañado de trastorno de conducta. 3. Otros trastornos hipercinéticos. 4. Trastornos hipercinéticos sin especificación. Sin embargo, de acuerdo con el DSM-IV-TR, tanto las dificultades de atención como la hiperactividad
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5. TRATAMIENTO El tratamiento debe ser individualizado en cada paciente en función de la frecuencia e intensidad de los síntomas, la repercusión de éstos en la vida familiar, social y escolar del niño, la presencia de otro tipo de cuadros que con frecuencia se asocian al TDAH (depresión, ansiedad, trastorno de conducta, fracaso escolar, etc). El tratamiento estará indicado y controlado por un profesional (psiquiatra, psicólogo, neuropediatra, pediatra) con experiencia en el TDAH. El tratamiento del TDAH de niños y adolescentes tiene por objetivo mejorar los síntomas nucleares de la enfermedad (hiperactividad, impulsividad y déficit de atención) y reducir la aparición de otros síntomas frecuentemente asociados al TDAH. Existen diversos tipos de tratamientos indicados en el TDAH de niños y adolescentes, sin embargo el que presenta mayores niveles de eficacia es el tratamiento combinado o multimodal, que incluye el tratamiento psicológico, el farmacológico y la intervención psicopedagógica. El tratamiento debe ser multimodal e incluir: 1. Información a los familiares, profesorado y niño. 2. Apoyo psicopedagógico en el colegio. 3. Tratamiento farmacológico, si la sintomatología lo requiere. 4. Tratamiento psicológico, si es necesario (individual, familiar y grupal).
6. ESTRATEGIAS PARA AYUDAR A UN NIÑO CON TDA-H Entre los tratamientos conductuales se encuentran tres enfoques:
Capacitación para padres: Ayuda a los padres a conocer sobre el TDAH y las maneras de controlar las conductas relacionadas con el TDAH.
Tratamiento enfocado en el niño: Ayuda a los niños y adolescentes que sufren TDAH a aprender a desarrollar destrezas sociales, académicas y de resolución de problemas. 9
Intervención escolar: Ayuda a los maestros a cumplir con las necesidades educativas de los niños enseñándoles a controlar las conductas de sus estudiantes relacionadas con el TDAH dentro del salón de clases (como dar recompensas, evaluar consecuencias y enviar boletines diarios a los padres).
6.1
ESTRATÉGIAS DE APOYO EN LA ESCUELA
Las escuelas pueden trabajar junto a la familia y los profesionales para ayudar a los niños que padecen TDAH. Una comunicación fluida entre los padres y el personal de la escuela puede ser muy importante para que el niño obtenga buenos resultados en la escuela. Por lo general, los maestros son los primeros que observan comportamientos relacionados con el TDAH y pueden brindar a los padres, tutores y médicos información que puede ser útil para el diagnóstico y tratamiento. Además, los maestros y los padres pueden trabajar juntos para resolver problemas y planificar maneras de apoyar el aprendizaje del niño en el hogar y en la escuela.
Estudios señalan que entre el 60 – 80% de niños con hiperactividad tienen problemas académicos importantes. Algunos de éstos niños fallan en sus tareas escolares porque son demasiados impulsivos, aunque la capacidad intelectual sea adecuada, son inmaduros en lo que respecta a la intensidad y duración de su concentración, y en su habilidad para mantener un foco de atención en la tarea que se le presenta.
Otro grupo de niños fallan en sus tareas escolares porque son demasiado compulsivos y tienen una atención demasiado selectiva (tendencia a concentrarse solo en un aspecto de un estímulo de un ambiente complejo) y así se concentran tanto tiempo en una porción de trabajo que en total no aprenden lo suficiente. Lo cierto es que generalmente los niños con TDAH presentan un rendimiento escolar insatisfactorio.
Algunas de las posibles dificultades que pueden presentar estos alumnos se manifiestan en diferentes aspectos: 10
Dificultades en la comprensión y fluidez lectora.
Dificultades en el cálculo y en matemáticas.
Dificultades en la escritura.
Frente a estas dificultades se propone una respuesta educatica que esbozaremos a grandes rasgos. Las Instituciones deben establecer principios de intervención que se deben aplicar en las aulas con los niños con TDAH se basan en sus dificultades nucleares son las siguientes: Normas e instrucciones claras, breves, precisas( a ser posible presentes de forma visible). Dividir las tareas a realizar en pequeños pasos y que el niño pueda verbalizarlos al ir realizando la tarea. Proporcionar las consecuencias a la conducta de forma inmediata y con mayor frecuencia de lo habitual (fundamentalmente las positivas). Mantener las consecuencias negativas proporcionadas a las positivas, aplicando el programa un plazo razonable antes de utilizar las primeras (al menos una o dos semanas).
6.2
ESTRATEGIAS DE APOYO EN EL ÁREA SOCIAL
Por lo general, los niños que padecen TDAH tienen dificultades con las relaciones sociales, lo que puede causar conflictos con los miembros de la familia o provocar el rechazo de los niños de su edad. La falta de destrezas sociales sumado a una conducta hiperactiva, impulsiva y desatenta puede hacer que los niños que padecen TDAH actúen de una manera que los demás consideren maliciosa, autoritaria, grosera, desconsiderada o extraña. Además, los niños que padecen TDAH, al igual que los niños que padecen otras discapacidades, suelen ser intimidados con más frecuencia. Los compañeros pueden asumir un papel de “modificadores conductuales”, ignorando las conductas inapropiadas y reforzando las positivas mediante un programa de administración de condicionantes positivos (fichas, privilegios).
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Debe tenerse en cuenta en este tipo de aproximaciones que los compañeros no suelen ser capaces de administrar los refuerzos negativos de forma consistente y proporcionada, por lo que esta tarea debe reservarse a un adulto. Un actividad especialmente interesante es el de tutorías por los compañeros (tutoría entre iguales), dirigido a mejorar las adquisiciones académicas. En él, cada niño es emparejado con otro que actúa como tutor y supervisor de sus tareas escolares, y que previamente ha sido entrenado para desempeñar esta labor. El profesor debe supervisar este tipo de procedimientos, aportando la ayuda adicional que se requiera. La correcta realización de las tareas supondrá la obtención de puntos o fichas, premios, elogios... según los establecido previamente por el docente.
6.3
ESTRATEGIAS DE APOYO EN CASA
La intervención en familia es fundamental para ayudar al niño en su desarrollo. Uno de los aspectos fundamentales a trabajar con estos niños es la Autoestima. Para ello los padres deben:
Enseñarles a aceptar las dificultades
Identificar los esfuerzos
Darles confianza
Emplear un lenguaje positivo
Evitar la acusación y el ridículo
Potenciar actividades que fomenten la integración social
No recriminarle a él sino a la conducta
Colocarse en su situación
A continuación mencionaremos pautas que podrán guiar su actuar:
Prestar atención al niño escuchándole y hablándole con paciencia, comprendiendo su patrón de conducta y explicándole los planes para ayudarle.
No actuar con él de forma excesivamente permisiva. Es conveniente que le proporcionen pocas normas de conducta pero que éstas sean claras y coherentes. Un ambiente sin una normativa clara aumenta la ansiedad y confusión del niño. 12
Utilizar el “no” cuando el niño pida o exija cosas poco razonables y explicar el porqué de forma precisa y razonada.
Utilizar los intereses del niño y emplearlos como motivación para ayudarle a aprender de forma más eficaz. Por ejemplo: “cuando terminemos esta tarea puedes jugar con la videoconsola”.
Mantener en casa unas normas de vida, consensuadas previamente por los padres. Por ejemplo: mantener si es posible el horario de actividades diarias (baño, comidas, tareas).
Hacerle partícipe de las tareas domésticas que pueda realizar según sus capacidades y alabarle cuando intente actuar por sí mismo.
Es conveniente dar órdenes claras y concisas, acompañando estas órdenes de contacto ocular y si es necesario haciéndoselas repetir al niño en voz alta.
Procurar fraccionar las tareas y deberes a realizar en casa, utilizando tiempos más cortos. Las tareas largas deben dividirse en partes.
Evitar llamadas de atención en público. Comentar su comportamiento en privado.
Utilizar como castigo “la ausencia de con TDAH y no en un ambiente hostil. premio”. Evitar castigos físicos o muy prolongados, suelen ser contraproducentes y de escasa eficacia.
Cuando haga algo bien, reforzarlo con una sonrisa o una palabra de elogio. El refuerzo positivo con un sistema de “puntos” puede ser muy beneficioso.
7. MANEJO DE CRISIS
En el diseño de estas actividades hay que tener en cuenta que el niño hiperactivo no suele centrarse durante muchos minutos en una misma tarea, por lo que ésta ha de ser clara, breve y fácil de ejecutar si se quiere obtener buenos resultados. Están orientadas básicamente para incrementar la inhibición muscular, la relajación, el control corporal y la atención. Ejercicios de relajación o autocontrol de la impulsividad. “COMO UN GLOBO”. Inspiramos muy lentamente, vamos dejando que entre el aire por nuestros pulmones y nuestro abdomen (respiración diafragmática). Éste 13
último se va a ir convirtiendo en un globo que se va hinchando a un ritmo lento, después vamos a ir dejando escapar el aire y sintiendo como el globo se va desinflando poco a poco hasta quedar vacío. “TORTUGA QUE SE ESCONDE” (Relajación muscular progresiva). Tumbados boca abajo, somos una tortuga que va a ir escondiendo su cabeza y replegando sus patas, hasta que sólo se vea el caparazón. El niño debe haber encogido y tensado los músculos de los brazos, piernas y cuello. A continuación sale el sol y el animal vuelve a asomar muy despacio su cabeza, al tiempo que va estirando las extremidades, dejándolas distendidas y relajadas. “CARRERA DE CARACOLES”. El adulto y el pequeño van a competir en una carrera, como si fueran caracoles. Pero como es una prueba muy especial, el ganador es el que llega el último, de manera que irán avanzando a cámara lenta, ejercitándose en movimientos sumamente lentos, y en el autocontrol de la impulsividad. Paradójicamente en esta ocasión aprenderá que la recompensa llega cuando uno es capaz de enlentecer sus movimientos y ser consciente de los músculos que hay que tensar en cada tramo. Premios (Consecuencias positivas) Para un niño un premio es algo agradable que desea alcanzar, de tal modo que hará lo que sea por conseguirlo. Algunos ejemplos pueden ser: jugar, colorear, salir al patio, realizar alguna excursión, campeonato, comentarios de ánimo, recompensas tangibles,economías de fichas… Tiempo fuera Consiste en la retirada de la situación de refuerzo positivo en respuesta a una conducta inapropiada (sacar al niño de la clase unos minutos, retirarlo de la zona de atención del profesor u otros compañeros o de la situación en la que puede ganar refuerzos positivos, etc.). Este tipo de consecuencias negativas exige un buen conocimiento previo del niño y de las situaciones en las que utilizarla. Si, por ejemplo, lo que el niño busca con una conducta disruptiva es evitar realizar una tarea en clase, un período de “tiempo fuera” sólo conseguirá reforzar la conducta, al obtener el niño lo que pretendía. Además, en el caso de niños muy conflictivos puede ser extremadamente difícil lograr el cumplimiento del
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“tiempo fuera” (puede recurrirse entonces a alternativas como que lo cumpla fuera del horario escolar, o sustituirlo por una copia repetitiva).
BIBLIOGRAFIA
Orjales Villa, I., Déficit de atención con hiperactividad. `Manual para padres y
educadores`. Editorial CEPE. (1999)
Manual
de
adaptaciones
curriculares.
DIRECCIÓN
NACIONAL
DE
EDUCACIÓN BÁSICA ESPECIAL, LIMA, (2007, Febrero)
Russell A. Barkley. Niños hiperactivos. Cómo comprender y atender sus necesidades especiales. Ediciones Paidós, 1999.
Carlos Lozano. Vivir con un niño hiperactivo: Manual de Ayuda. Editorial. La Esfera de los Libros(Madrid, 2005)
Guía de Práctica Clínica sobre el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) en Niños y Adolescentes. MINISTERIO DE SANIDAD, POLÍTICA SOCIAL E IGUALDAD. Edición: 2010
Manual de Diagnóstico y tratamiento del TDAH. Cesar Soutullo. Buenos Aires, Madrid. Medica Panamericana.(2007)
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