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Premio Premioalalartista artistajoven joven2012 2012 Fundación FundaciónNuevo NuevoBanco BancodedeSanta SantaFeFe
Guardianes de la distribución de los colores “El celeste … qué lindo color para un cielo y con esas nubes lentas queda tan bien. Descansa la vista. Y el amanecer tan rosa. Y el atardecer tan calmo.” Agustín González. Poesía vs poema, Colección Brillo de Poesía Joven, Ivan Rosado, Rosario, 2012, p. 20
Los colores viven en armonía gracias a la manera en la que se han distribuido el mundo y que está escrita en un libro llamado “La distribución de los colores en el mundo de acuerdo al momento del día y la época del año”. Es tarea de los guardianes hacer que no se subviertan las disposiciones descriptas en ese libro. En este libro por ejemplo hay un capítulo dedicado a los cielos, que es sin duda territorio del celeste durante gran parte del día y que cede ante los rosas, rojizos y anaranjados tanto antes como después del negro que invade todo el cielo durante un tiempo que llamamos noche. Minuto a minuto, segundo a segundo, los guardianes supervisan el transcurso de los colores. En el océano, el trabajo de los guardianes es más sutil y minucioso porque los azules, índigos y turquesas se mezclan y desmezclan en el agua. Con respecto a la tierra el libro dice: “En la tierra están los marrones, tanto en las capas más profundas como en las más altas montañas. También los árboles, como crecen en la tierra pertenecen al marrón, pero también al verde, al rojo y al amarillo.” Hay también un capítulo muy largo sobre las flores y sobre cómo los colores se distribuyen en las distintas variedades. Cada tanto puede suceder que algún color se olvide y aparezca donde no debería pero hay que estar muy atento para percibirlo.
/ La instalación está compuesta por: .15 guardianes: objetos tejidos al crochet con hilo de 3 hebras y rellenos con vellón siliconado. Miden entre 1,20 y 1,70 metros de alto cada uno. El ancho es variable. Tienen una base de hierro, se sostienen por si mismos. . una alfombra de 8 metros de largo por 2 metros de ancho. Es una alfombra compacta de alto tránsito, se puede pisar. . una cortina de 12 metros de largo (estirada) y 3 metros de alto. . el libro “La distribución de los colores en el mundo de acuerdo al momento del día y la época del año” escrito por Agustín González. La medida total de la instalación es variable porque los elementos que la conforman son autónomos y se puede disponer de los mismos de diversas formas.
Guardianes de la distribuci贸n de los colores. Centro de Expresiones Contempor谩neas. Rosario, 2012.
Guardianes de la distribuci贸n de los colores. Centro de Expresiones Contempor谩neas. Rosario, 2012.
Guardianes de la distribuci贸n de los colores. Centro de Expresiones Contempor谩neas. Rosario, 2012.
Guardianes de la distribuci贸n de los colores. Centro de Expresiones Contempor谩neas. Rosario, 2012.
Guardianes de la distribuci贸n de los colores. Centro de Expresiones Contempor谩neas. Rosario, 2012.
Guardianes de la distribuci贸n de los colores. Centro de Expresiones Contempor谩neas. Rosario, 2012.
acerca del proyecto
Guardianes de la distribución de los colores
Me gusta tejer porque me interesa el linkeo con la historia, creo que me inscribe en una tradición muy hermosa. Las comunidades andinas usaban el tejido para contabilizar, para hacer puentes y enterrar a los muertos. Mi abuela borda y teje para regalar, y mi abuelo cosía “para afuera” (era sastre): distinción del regalo y de la profesión. Etimológicamente amigurumi significa peluche tejido. Todo empezó porque quise hacerme mis propios animalitos, después imitando el gesto generoso de mi abuela, los fui regalando uno a uno. Creo que aprender a tejer implica no solo dominar las técnicas y procesos de trabajo, sino también dominar principios abstractos de operaciones simétricas que construyen complejas estructuras a partir de unidades de información relativamente simples (un poco sucede lo mismo con los dibujos: encontré algunas estructuras que se repiten pieza a pieza y configuran un tímido lenguaje). Hay que estar muy atentos: para conseguir las formas es necesario usar combinaciones matemáticas, multiplicar para agrandar y dividir para disminuir. Tengo ideas formales muy claras: me gustan que sean objetos de volúmenes puros, netos; de formas silvestres y sencillas. Elegí estas figuras porque me parece que de alguna remota manera se conecta con la escultura minimalista que corre el costado hippie del tejido en sí. Como aquellas, mis amigurumis pueden ser vistos desde cualquier lado y se presentan “inmaculados” desde todos sus ángulos. La cualidad más inmediata es la paleta de colores vibrante, intento reducir los elementos a sólo puro color seductor. Me gustan que los amigurumis convivan con los dibujos y así surgió la idea del guardián, como un arcangel que vigila a todos. También me gusta que el tejido sea algo portable y que lo pueda hacer acompañada. Cuando dibujo me pasa lo mismo. Me gusta compartir, así se torna una actividad afectiva inmediata. Me gusta abrazarlos y que los otros también los puedan abrazar. Por lo general, el tejido es animado y representa a un ser cuya función especial es espacializar relaciones entre seres humanos. El tejido transforma los contextos y los espacios
cotidianos. Una pieza de tejido hecha a mano sobre una mesa, sobre el suelo o colocada sobre la cabeza, transforma el espacio para ser utilizado con propósitos rituales, como un mantel en una cena. Cuando vino la Presidenta le regaló a la ciudad la primera bandera argentina. La tradición señala que esa primera bandera izada por Belgrano fue confeccionada por una vecina de Rosario de nombre María Catalina Echevarría de Vidal. Ella, mi abuela Lía Ruffinengo y los muñecos de nieve gigantes de Gary Hume son mis referentes.
Proceso de trabajo. Para la realización de este proyecto decidí instalarme en Rafaela, para estar contenida por mi ciudad que es muy amable y de una escala circulable. También están mis afectos verdaderos que, intuí, se ocuparían de resolver todo lo que yo no pudiera. La concreción de este proyecto involucró a un montón de gente muy generosa. En Buenos Aires pude comprar lana por mayor, además pronto terminaría el invierno y necesitaba lana lana gruesa, no me servía otra. Ya se me hacía difícil encontrar colores brillantes. Por eso compré 16 kilos de lana. Que es un montón, de casualidad entraron en un taxi. Pensaba que era muchísimo. Un mes más tarde, tuve que volver para comprar la misma cantidad. O sea que en los guardianes hay cerca de 32 kilos de lana. Para construir los guardianes, lo primero que hice fue escribir un patrón para darle a las tejedoras. El patrón era para una bola de 80 cm. aproximadamente, tomé de base una pelota que yo había tejido de esas características. Me pareció lo más sensato darle a mucha gente, pensé al principio en 15 tejedoras. Entonces cada una tejería tres bolas en promedio y después me ocuparía de armarlos. Fue una empresa difícil encontrar tanta gente dispuesta. El tejido es una actividad que se practica casi desde el principio de la humanidad. Además de abrigo, también servía, por ejemplo, para construir puentes. Sin embargo, con los procesos de industrialización, el tejido quedó relegado al hobby. Y más el crochet, que es lento y delicado. Conocí muchas señoras que tejen al crochet, pero no para afuera. Para sí mismas, a su tiempo, siguiendo sus proyectos personales. Entonces así, como hace Batman con sus trajes, le encargué a varias señoras la bola y yo después me ocupé de unir las partes que formarían un guardián. Pero, el gesto es inevitable, porque todas las bolas quedaron diferentes. Es como si cada una tendría una firma propia. Eso me gustó porque hace que cada guardián tenga su actitud. Tejer una bola de un guardián siguiendo ese patrón me llevaba tres días de intenso trabajo. Después de una ardua búsqueda encontré diez tejedoras a quienes le encomendé la tarea. Pero a lo que a mi me llevaba como mucho cinco días, a ellas entres dos y tres semanas. El tiempo pasaba y no llegaban nunca las bolas. Entonces dupliqué los esfuerzos conseguí 18 tejedoras. Cada una a su tiempo fue
entregándome el encargo. Necesitaba 45 bolas. Fue muy lento todo y durante el tiempo de producción yo estaba bastante nerviosa y con mucha ansiedad. Pero todas fueron muy amorosas. Entendía que no era sencillo trasmitirles que esto se trataba de una propuesta artística, entonces tenían que tejer con un punto muy apretado para que adoptara las formas. Algunas, como Liliana, me consultaba todo el tiempo y yo iba a la casa y lo veíamos juntas. Más de una vez, sobretodo al principio, desarmaba el trabajo y yo me volvía loca porque quería que avanzara. Pero una vez que le agarró la mano se hizo todo mas rápido. Para ellas tejer apretado era algo “mal hecho”, por ejemplo: un pullover tejido así de apretado sería duro y muy pesado. Pero para lo que yo necesitaba era fundamental. También tejer así implica tener mucha fuerza. Y en esas dimensiones también mucha paciencia. Lorena un día cansada me mando un mensaje para decirme que había decidido no continuar con la tarea porque le daba diabetes (¿?¿) y me devolvió los ovillos y una bola a la mitad. Para encontrar a las tejedoras le preguntaba a cualquier persona que me cruzaba, todas mis amigas habían empezado una cadena de contactos para localizarlas. Fui creo que a todos los negocios que venden lana en Rafaela. Muchos me pedían si podía darles los guardianes para decorar sus vidrieras. Debo admitir, con vergüenza, que les decía que sí a todo con tal de que me den más contactos de tejedoras. Me daban a veces teléfonos viejos (de esos que no tenían el cuatro al principio), tenía que salir con un mapa de Rafaela a encontrar calles inglesas mal pronunciadas que no conocía, como Rosa que vive en calle Woodgerey y me decía Gujey. Las llamaba, acordábamos una cita, les llevaba 600 gramos de lana de un mismo color, la aguja de crochet 0000 y el patrón impreso. Les decía: cuanto antes lo termines, te traigo más, necesito 45 bolas. Me decían pasá pasado mañana y así pasaba como tres veces hasta que finalmente terminaban la primer bola. Muchas tejieron solo una, como Marcela que la hizo desde el corazón, me dijo, y no quiso nada a cambio. Liliana tejió cuatro, fue la más comprometida, y cuando le decía que no llegaba ella me decía “todo va a salir bien”, tenía razón. Igual que Mónica que cuando me avisaba que había terminado me mandaba un mensaje que decía “te mando un beso grande como la pelota”. Nelly se confió y tejió sin contar los puntos.
Así que, de repente, tenía como un mantel gigante pero nunca adoptaba la forma de bola. Es así, hay que estar muy muy muy atentos para avanzar y es difícil porque hay que contar hasta a veces 300 punto a punto. Después cuando rellené la primer tanda y me di cuenta que eran bastante deformes le pedí a Gisel, que es una genia del tejido, que me haga un patrón nuevo. Y dibujo un círculo en la mesa de 80 cm de diámetro y así tejió y destejió y corrigió el patrón original. Después la llamé a Estela, que era mi maestra de actividades prácticas en la escuela primaria, y asumió la tarea como un favor personal. Tejió dos bolas y no me quiso cobrar tanto trabajo. Cintia estuvo bastante activa, tejió dos bolas y me mandó el teléfono de Sandra que también tejió dos más. Victoria Ortiz trabaja en los centros de la municipalidad donde enseña el oficio a muchas mujeres, tejió una y me contactó con Claudia, una chilena que tejió una tan tan apretada que no la podía rellenar bien. Mari me hizo ir cuatro veces a la casa porque no entendía el patrón, no había forma de que lo entendieran. Entonces se puso a tejerla sola sin guía hasta que un día desistió y me devolvió la lana. Algunos de esas bolas truncas se las daba a otra tejedora, otras veces yo las terminaba. Pero me tenía que concentrar también en rellenarlas, cocerlas, conseguir las bases, perseguir al herrero, hacer los bocetos para la cortina y la alfombra, y visitarlas a todas porque todas las tejedoras demandaban mucha atención. Marisa tejió con una gripe tremenda, una ídola, me hizo tres una de cada tamaño. Era muy responsable, me decía tal día esta listo y era cierto. Cumplía con los plazos. Betiana me dijo que necesitaba trabajo así que me pidió lana para ella y para su hija. Pero solo pudo tejer una, después no se que le pasó si se aburrió o consiguió otro trabajo. Y Lorena me tejió dos, pero muy flojas entonces se ve el relleno y no me gustaba. La experiencia fue increíble. Conocí gente tan buena. Y ellas se comprometieron tanto con el proyecto. Y yo les decía quiero hacer como un muñeco de nieve gigante, y no se lo podían imaginar pero asumían la tarea con tanto amor y cariño, cada una como podía. Entonces antes de ir a Rosario decidí homenajearlas de alguna manera, agradecerles de alguna forma especial. Y también quería que conocieran a los guardianes, para mi era importante. Es un poco como un vientre subrogado. A su manera, cada una dio a luz este proyecto. Entonces organicé una tarde de te. Con mi mamá los pusimos a todos en el patio, hicimos esa foto preciosa que usamos para el catálogo, y armamos una mesa con flores de un ceibo. Betty (una profesora jubilada que también es artista) me prestó su juego de te que tiene doce de todas las piezas y una tetera grande. Como hacía mucho calor, alquilé unas copas y preparé una limonada con jengibre y jugo de naranjas. Mi abuela cocinó unas cookies y yo unos muphins, que
no leudaron mucho, entonces los decoré tanto que parecían hechos por un niño. Mi tía trajo un budin. Y vinieron un montón, casi todas las tejedoras. Fue una tarde hermosa. Mirta, una de las tejedoras, me trajo un regalo (me dijo, todas las mujeres necesitamos tranquilidad por eso date un baño de espuma y sales) y me agradeció por hacerlas parte del proyecto. Se sacaban fotos con los amigurumis. Adentro del taller extendí la cortina. Mide 12 metros. Mi mamá se encargó de cocerla. Estuvo presente en absolutamente todos los detalles. El te fue hermosisimo. Irene dijo que parecía como un paraíso hand made. Lo consideré un pre show, me dio cierta tranquilidad tantear como se relacionaban con la obra, nunca me había pasado eso con los dibujos. Me di cuenta que con los tejidos se establecen conexiones mucho más directas, con una frecuencia más sencilla.
las tejedoras y los guardianes}
en el jardĂn de mi taller, en Rafaela.
Ángeles Ascúa Nació en 1985 en Rafaela, Santa Fe. Es licenciada en Bellas Artes (orientación Teoría y Crítica, UNR) y auxiliar de la cátedra Teoría de la Forma que dirige Roberto Echen. Recibió el premio al mérito académico Santander Río en el 2009. En el 2007 le otorgaron la beca estímulo para jóvenes artistas visuales de la Fundación del Nuevo Banco de Santa Fe. Transitó por diversas instancias de formación con Martín Kovensky y Diego de Aduriz. En el 2008, mediante una beca del Servicio Alemán de Intercambio Académico DAAD, realizó el programa de verano de la Freie Universität Berlin. Fue seleccionada para la edición de 2010 de Curriculum Cero, en la galería Ruth Benzacar. En el mismo año trabajó a partir de los dibujos y objetos de Lorenzo Bosio en “Gabinete de tuneado, los dragones existen” propuesta seleccionada para -30NO+ del Museo del Diario La Capital de Rosario. En el 2011 su proyecto “Viaje a los países desconocidos” fue seleccionado para AJA!, premio que otorga el Museo Municipal de Bellas Artes Dr. Urbano Poggi de Rafaela, y así concretó su primera exposición individual. Este año expuso “Guardián” en Galería Inmigrante de Buenos Aires. Participó en exposiciones colectivas en el Museo Castagnino+macro, Centro Cultural Parque España, Museo Diario La Capital, Cultura Pasajera, Museo Rosa Galisteo de Rodriguez. Junto a Florencia Caterina y Matías Pepe integra La Herrmana Favorita. Desde el 2008 al 2011 coordinaron el ciclo de muestras de “La Antesala” del CC Lavardén. Concretaron dos ediciones de la colonia de vacaciones “El verano es nuestro invierno” y “Club del Trueque”. Recibieron una beca del Fondo Nacional de las Artes para realizar el SPA (Seminario de Profesionalización de Artistas) que consistió en un programa de un semestre de duración, para clínica de pares y encuentros con Rafael Cippolini, Ernesto Ballesteros y Julia Converti. Este año, repiten la experiencia, los especialistas convocados son Pablo Siquier y Eva Grinstein. Participaron del Barrio Joven de arteBA 2011 y 2012. “Un nombre para las Lay’s de pollo” es su último proyecto curatorial, expuesto en el Museo del Diario La Capital de Rosario. El New Museum de New York los seleccionó para la publicación “Art Spaces Directory” (an international guide to the sites where contemporary art and
artists are nurtured, interrogated and sustained). Actualmente, con Michele Siquot y Agustín González, están muy abocados al proyecto BOGA (Galería de Bolsillo), institución de acción portátil dedicada a la exhibición de obras de arte de autores contemporáneos de reconocida trayectoria y principalmente, buen humor. Realizaron una residencia en Córdoba para una exposición en el Centro Cultural España. En este momento planean una muestra en el Museo Histórico de Rosario Dr. Julio Marc que entablará un diálogo entre las colecciones de miniaturas de ambas instituciones. Ángeles Ascúa recibió el Premio al Artista Joven 1012 Fundación Nuevo Banco de Santa Fe, concurso declarado de interés cultural por el Ministerio de Innovación y Cultura de la Provincia de Santa Fe, para la producción de “Guardianes de la distribución de los Colores” que será financiada por dicha Fundación y se expondrá en el Centro de Expresiones Contemporaneas (CEC) de Rosario y en el Museo Rosa Galisteo de Santa Fe. El jurado estuvo compuesto por Fernando Farina, Roberto Echen, Leonardo Sheffer y Verónica Gomez.
www.laherrmanafavorita.blogspot.com.ar www.angelesascua.wordpress.com