Mariana Galindo Juliana Velandia
Había una vez un tren con sus pasajeros que corrían alrededor de la montaña de la laguna de Guatavita , siempre en sus locas carreras intentaban perseguir al sol, de noche se detenía para mirar las estrellas y saludar a la laguna, encendiendo cuatro antorchas en las esquinas, alzando sus manos unidas en un ritual de agradecimiento, los más pequeños tiraban oro a la laguna, pero había un niño que era muy tímido y no le gustaba hacer esos rituales y no creía en esas cosas.
Una mañana mientras el tren daba su recorrido hicieron una parada y todos se bajaron del tren para saludar a los indígenas, estuvieron charlando un rato y alrededor de las cuatro de la tarde se fueron, el pequeño se había quedado en el tren pero bajó un momento para tomar aire, en ese instante el tren arranco, el niño se asusto mucho por que el tren se demoraba una semana para dar la vuelta, y busco a los indígenas pero no encontró a nadie, fue montaña arriba para buscar frutas y agua pero en la subida escucho un ruido y se acerco a ver que era y era una furiosa chimpancé cuidando a sus bebes el niño se alejo lentamente y salió corriendo. La chimpancé iba detrás del niño, cuando estaba a punto de atraparlo se enredo en unas ramas que salieron de la nada, el niño siguió corriendo hasta que se golpeo con un árbol.
Cuando despertó estaba en una cama de hojas tenía mucha hambre y sed, de repente apareció una abuelita con comida y agua y se la ofreció y el niño le pregunto cuánto tiempo había estado inconsciente y la abuelita le dijo que un 1 día él le pregunto dónde estoy? Ella el dijo en lo más alto de la montaña. El niño le pregunto cuántos días faltan para que pase el tren por acá la abuelita le dijo faltan 6 días pero si quieres volver a subirte le tienes que demostrar que eres parte de él ¿cómo? Tienes de adaptarte a creer.
La abuelita le dijo que lo podía ayudar pero tenía que pasar por unas pruebas de cinco días el dijo que claro que empezaran ya, los próximos días duraron haciendo rituales extraños pero el ultimo día el niño se sintió diferente se despidió de la abuela y regreso al lugar donde se había quedado del tren todos se bajaron y muy sigilosamente el niño puso un pie detrás de otro y entro, después todos subieron, nunca notaron que él niño no estuvo durante todo ese tiempo , regresaron y desde ese momento el niño se volvió el mejor amigo de todos y creyó en sus ideas y rituales.