"NosOtros: Repertorios fotográficos Autorreferenciales" Módulo 1 del Pregrado en Comunicaciones UdeA

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Repertorios fotográficos autorreferenciales Vol.III / septiembre 2021


Estos son los resultados de la experimentación fotográfica realizada por los estudiantes del Módulo 1 del Pregrado en Comunicaciones, a raíz de la actividad titulada “NosOtros: Repertorios fotográficos autorreferenciales”. En esta ocasión, hemos decidido extender el autorretrato hacia un “otro-significante”, es decir, una persona de importancia e impacto en la vida del estudiante. Se desarrollaron procesos de abstracción gráfica autogenerada, con la aplicación de la sintaxis de la imagen que resultó en las creaciones de la portada, contraportada e ilustraciones internas. El ejercicio también contempló la reflexión y aplicación de las leyes de la percepción al ejercicio estético-fotográfico, y al componente de intencionalidad comunicativa y la subjetividad. En las fotografías se contó también con la reflexión donde se reconocen y se relacionan las características de los conceptos del Yo, Persona, Sombra, Anima/Animus y el viaje del Héroe en relación con el Sí-Mismo como hilo conductor de un momento o situación importante para el estudiante. Se logró hacer un acercamiento teórico-práctico de carácter reflexivo que permitió reconocer el sí-mismo, la familia, el barrio y la ciudad como espacios y escenarios simbólicos en los cuales se construyen las relaciones mediante la comunicación directa. OBRA FOTOGRÁFICA DE ESTUDIANTES DEL PREGRADO EN COMUNICACIONES (Módulo I, Período 2021-1): Yefferson David Avendaño Zapata Estefanía Bedoya Patiño Samuel Castro Cadavid Juan Sebastián Chaverra Moncada Isabela Gil Ruiz Marolyn Julieth González Cortés Juan David González Torres María Clara Lopera Uribe Stephanya López Hernández Angélica María Muñoz Zapata Mateo Muñoz Uribe Joan Manuel Ossa Balbín Andrés Camilo Tuberquia Zuluaga Valentina Vallejo García Simón Villa Jiménez Valentina Acevedo Maya Brayan Stiven Agudelo Ospina Luisa Fernanda Arboleda Zapata Carolin Naty Ávalos Ardila Sofía Bustamante Henao Dayan Franco Agudelo David Franco Velásquez Leidy Vanessa Giraldo Rúa Juan Diego Nell Ramírez DOCENTES ORIENTADORES DEL EJERCICIO: Marta Cecilia Chavarriaga Monsalve (Laboratorio I) José Fernando Londoño Mejía (Comunicación I) Mario Alberto Zapata White (Pensamiento I) Luis Eduardo Cárdenas Valencia (Ciencias y Humanidades I) Ángela María Zuluaga Valencia (Taller de Medios I) PORTADA Y CONTRAPORTADA ELABORADA EN LA ASIGNATURA PENSAMIENTO I: Estudiante Isabela Gil Ruiz Estudiante María Clara Lopera Uribe ILUSTRACIONES INTERNAS Estudiante Valentina Vallejo García Estudiante Juan Sebastián Chaverra Moncada Estudiante Samuel Castro Cadavid Estudiante Juan David González Torres DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN DE LA PUBLICACIÓN: Mario Alberto Zapata White Ángela María Zuluaga Valencia


otro, tra Del lat. alter, altĕra.

1. adj. Dicho de una persona o de una cosa: Distinta de aquella de que se habla.



Yefferson David Avendaño Zapata Opuestos complementarios: Ruptura de la realidad y la fantasía Es sin duda una imagen que representa ese lado oscuro, ese que se mantiene latente en la vida de cada uno de nosotros, en ocasiones confundimos lo real con la fantasía, nos adueñamos de esa idea de tal forma que no quisiéramos soltarla jamás. En el círculo, sobre el sujeto principal se nota un agujero que se presta para pensar en ese pequeño hoyo que separa la realidad dándole una connotación al resto de a la imagen de manera fantasiosa, el fondo de la imagen simboliza el universo de pensamientos de los que somos partícipes, esa parte oscura que sin duda desconocemos la mayoría de nosotros. el reloj de arena sin su parte superior nos comparte la idea que la arena es “polvo de estrellas”; que simboliza que nosotros mismos hacemos que el tiempo sea más corto o más extenso, dependiendo gran parte de nuestros pensamientos, por decirlo de alguna manera, nosotros alimentamos nuestro tiempo, queda en nosotros si vivimos de mala o de buena manera. Las dos imágenes al pie bajo de la imagen, en las que se halla el rostro del otro significante, son dos aspectos de aquella persona que sin duda hacen parte de mi idealización en una mujer; la sensualidad y el misterio, estos aspectos que la han convertido en ese sujeto tan importante de mi construcción como persona. Ya pasando al sujeto principal, ese que es la construcción unificada de ambos, establecido en mi imaginario, la idea de que somos uno solo, que nos complementamos en más de una medida, se puede notar que el rostro es la integración de los rasgos faciales de ambos, la conversión de dos narices en una, el contraste de un ojo de cada uno, la sonrisa que me pertenece y el tono de piel que la caracteriza, el torso es de ella, ya que ella carga de una forma metafórica con el corazón de ambos, y las extremidades inferiores, que son de mi persona da a entender que soy un apoyo para ella, aquella persona que le da motivos para continuar cuando simplemente dice no poder dar más, las alas con diferente color y textura enmarca esa idea que su sombra y la mía son muy distintas, mientras yo niego y desagrado aspectos de mí, ella los hace lucir de una excelente manera, sucediendo lo mismo desde mi punto, según ella esos aspectos que yo poseo son esos aspectos que sin duda a ella no la componen, dando así también un balance, una complicidad entre ambos, generando una unificación que permite percibir esa añoranza de que todo permanezca, la expresión de mi como sujeto en el círculo superior simboliza; ese temor por perder esa idea de “unidad”, por tener en algún momento que desprenderme de ella, de lo que hemos construido juntos, de todo aquello que mi consciente se ha adueñado y teme soltarla, se puede notar en última medida, en la parte inferior del sujeto principal un aura negra que asciende, esta que representa mi sombra consumiendo esa idea, ya que en algunos momentos la sombra a salido a flote y eso ha creado conflictos entre los dos, un deterioro en esa imagen idealizada.


Estefanía Bedoya Patiño CUANDO LA SOMBRA HACE PRESENCIA Todos los días lucho con una parte de mí que no quiero sacar a relucir, con una parte que me causa inseguridad y desesperación, siempre intento ocultarla porque no me enorgullece y aunque quiera negarla no puedo, pero soy consciente de que es esta la que me mantiene cuerda en todo momento, en ocasiones me siento impotente y frustrada por no poder controlarla, al saber que en cualquier oportunidad va a salir a flote y no será de la mejor manera. En esta fotografía quise reflejar mi sombra, para eso le pedí ayuda a mi amigo de toda la vida, Juan Pablo Ramírez, somos totalmente diferentes, tanto en gustos como en la forma de ser y ver la vida, pero aun así nos complementamos. Juan Pablo representa mi sombra, todo lo que me atormenta, lo que no me gusta que los demás vean en mí, su cara refleja la satisfacción al ver que puede aparecer en cualquier momento y acabar con todo, mientras que en la mía se ve la frustración y la debilidad al estar frente a él. El entorno de la foto es oscuro, esto deja ver como se nubla todo a mi alrededor en el momento en que él aparece, pero también se ve un rayo de luz que representa la esperanza y las ganas de salir adelante. Las manchas de pintura en mi rostro y en mi brazo hacen alusión a todo lo que me ha marcado, lo que ha sido mi existencia hasta el día de hoy, como los tropiezos y los conflictos que me ha causado la sombra, el movimiento de mi mano lanzando pintura muestra mis deseos de ocultar y de acabar con la sombra cuando sale a flote, la desesperación por querer acabar con ella y dejar claro quién manda. Esta fotografía fue tomada en la tarde con luz natural, en plano medio, el equipo fotográfico que utilice fue una cámara Canon EOS 90D, con parámetros de ISO 125, diafragma f/3.5, velocidad de 1/60 segundos, con una distancia focal de 18 mm y dimensiones de 3200 x 4800. Primero tomé la fotografía de Juan Pablo, posteriormente él tomó la mía con los mismos parámetros, los colores, las modificaciones y el montaje para unir las dos fotografías en una sola se realizaron en Adobe Photoshop.




Samuel Castro Cadavid Nosotros mismos “Ser nosotros mismos” es el enunciado con el cual quiero dar cuenta de la gran cantidad de aspectos que son necesarios para la composición total de un ser. Dejar de pensar que soy uno solo ya es el primer paso, siendo el segundo la capacidad de afrontar, aceptar y comprender todo lo demás que hay dentro de mí. Buscando aquel fuego con el cual lograr unir lo que he elegido ser, la persona que ha de protegerme y representarme ante el exterior, todo los aspectos, imágenes, emociones y actitudes que he rechazado, relegado y enviado a la penumbra, a la perversa oscuridad del inconsciente. Oscuridad que constantemente está marcando mi camino como una sombra. Manteniéndose atrás mío y persiguiéndome en una constante lucha por el poder, por la atención. En una representación netamente simbólica con el fin de expresar el todo que somos, la importancia de apropiarse de uno mismo y en especial, el papel fundamental que cumple otro ser en la construcción total de nosotros mismos, estas fotografías buscan explicarme y al mismo tiempo entenderme. Por eso la focalización tan directa en las dos imágenes de abajo, resaltando cercanía y profundidad. La cercanía de dos máscaras similares, de dos personas que se muestran al mundo de manera frívola y despreocupada. Sin connotar ninguna emoción en la gestualidad, porque el rechazo y la desgarradora tristeza que reside en la sombra es el delimitante de la cantidad de amor que conscientemente la persona proyecta. Siendo mi sombra representada en la adicción, y convirtiéndose la adicción en la manifestación de todo con lo que mi Yo no ha querido identificarse, pero que al fin y al cabo, debido al capricho y el orgullo de querer ahogar todas estas emociones “contrarias” a lo que me representa, han terminado saliendo a la luz y encendiéndose. Con ayuda de lo que no he elegido ser proyectado en el otro, es que se activa el mecanismo de “encender” la oscuridad. No hay manera de encender un cigarro (sombra), sin un encendedor. El cigarro no existe sin fuego para encenderlo, porque no habría combustión y no se consumiría. En las fotografías de la parte superior, está simbolizada esta relación. Yo estoy ayudando a encender el fuego, a identificar la sombra, a comenzar a crear un vínculo con lo que negamos. Y del otro lado, la otra persona también está realizando la misma acción, complementando el círculo. Al ser esta otra persona un significante tan importante en mi construcción, me reflejo yo dentro de él y el dentro de mí. Una parte de mi vida, con una parte de la suya. Porque él también es el símbolo de otros yo dentro de un contexto en específico. Las fotos fueron tomadas en la calle, pero más específicamente en un lugar característico y representativo como lo son estas gradas que se pueden apreciar en la parte de atrás. Es un sitio en el cual nos desplegamos y en el que otros yo han salido a la luz, han visto el fuego. La desesperación y la ansiedad proveniente de la desarticulación familiar que abarca la ausencia absoluta del padre y la ocupación laboral parcial de la madre se ha convertido en el Anima/ Animus. Es el puente que ha permitido la conexión entre el consciente, y el inconsciente. Entre lo que se muestra y lo que se oculta; lo que soy y lo que también soy, pero no he elegido aceptar. La ansiedad me ha enlazado con mis otras partes, enseñándome que realmente mi Yo es un charlatán y todo no está tan bien como el lo estaba planteando. Ilustrando el problema del desconocimiento propio y el mandato narcisista de creer estar completo y ser uno solo con crisis, enfermedades mentales y patologías extremas. Que realmente sólo están buscando unirnos, como el fuego que une las dos partes de la imagen, y ser finalmente NOSOTROS mismos. Muchos círculos en uno solo.


Juan Sebastian Chaverra Moncada “Doppelgänger” La familia es parte fundamental de cada persona, ese momento en que estamos en esa anomia de no conocer nada, ser guiados, formar poco a poco nuestra persona gracias a los conocimientos que nuestros padres o familiares cercanos comparten con nosotros, esas reglas a las que estamos regidos desde que nacemos, pero siempre habrá un punto de nuestras vidas donde ese conocimiento brindado por las figuras paternas no es suficiente, comenzamos nuestro camino en el descubrimiento de otros, en esta travesía nos topamos con muchas personas, esas que tiene un Yo que no termina de convencernos, pero por suerte, yo encontré a este sujeto que logró ayudarme a formar mi persona y yo ayudé a formar la suya. En este retrato quiero poder plasmar como nuestras personalidades, esos arquetipos, esos complejos y esas sombras se han unido, han hecho de la amistad que tengo con Sebastian, quien es mi mejor amigo desde hace más de catorce años, se convierta en casi una sola, desde nuestros gusto, nuestra forma de ver la vida, ese odio en común a diversas cosas, nuestras sombras, eso que tanto negamos, esos crecimientos como persona que hemos logrado tener a lo largo de los años y él ha sido parte fundamental en todo esto, en él puedo verme a mí mismo. Mediante este plano medio y el uso de varios ángulos, al unir y poder formar tres rostros, dando a entender este sujeto, esta persona, sombra y ese Yo que todos cargamos, el poner el uno sobre el otro con la intención de demostrar ese reflejo de mi ser, el verme a mí mismo cuando lo veo a él, el conocernos mutuamente más que nadie, entonces, decidí asignarle el titulo de Doppelgänger, el cual es un vocablo alemán que hace referencia a ese doble de cualquier persona sin ser su gemelo, para mí es mi doble, mi otro yo.




Isabela Gil Ruiz Me veo en ti En ti estoy yo y en mí estas tú, la forma en la cual nos complementamos me parece increíble e irónica, aún me resulta un poco imposible de aceptar que lo que más odio de ti es lo que no quiero aceptar de mí y eso me hace querer conocer que es lo que más odias de mí. Desde mis ojos somos opuestos en muchos sentidos, pero ¿realmente somos eso o nos complementamos? Hemos buscado el equilibrio en la contradicción, es algo que siempre hemos hecho, me di cuenta hasta hace poco, pensando en las actitudes que siempre como hermano has tenido desde pequeño, has sido amoroso, competitivo, muy cuidadoso con tu aspecto físico, sociable, un poco perezoso y egocéntrico. Somos nuestras sombras, eres eso que me niego a sacar y que en ocasiones quisiera ser, te veo en la luz cuando en la mayoría de ocasiones estoy en la oscuridad, me siento en el vacío cuando busco algo con esfuerzo y tu lo logras sin pensar, siento miedo de que me quites eso que consideraba mío con algo tan simple como que te comience a gustar una canción que a mí me gustaba, siento que me debilito con algo tan simple, como si en medio de esa acción dejaras de ser tú y me quitaras una parte de mí. Siento que no nos percibimos de la misma forma, cuando te digo que eres sociable lo primero que mencionas es tu mal carácter, te veo diferente o no se si estoy fallando, pero para mis ojos siempre has estado rodeado de personas y ahora más que nunca, quiero saber cómo te sientes ¿Por qué me alejas? ¿quieres seguir escondiéndote? ¿Soy yo tu sombra algo asfixiante?, espero no ser esa oscuridad en la que por miedo no sabes cómo reaccionar, quiero liberarte, pero no sé cómo, quiero que me liberes de estos pesares que día a día me llenan el alma de soledad, dime como o por lo menos creemos una manera de hacerlo juntos, yo en mi oscuridad y tú en tu luz. Quiero que nos liberemos de estas cosas que nos detienen, no quiero amarrarte, pero quiero que me tengas en cuenta, no quiero que como mecanismo de defensa me olvides, porque sé que si lo haces después voy a tomar fuerza para hacerte caer en cuenta de que no me debes abandonar, hago parte de ti como tú de mí. Te siento dentro de mi más que nunca, con dolor y con una felicidad profunda, siento como te aferras y me desgarras queriendo separarte de mí, ¿seguirás siendo parte de mí o estas cansado de cargar con mí como tu sombra?, lo único que quiero es que aprendamos a vivir de la manera más sana, dándonos fuerza mutuamente con nuestras propias falencias, no hasta llegar a ser un individuo, pero si un sujeto que acepta cada una de sus partes. En las imágenes quiero representar el tema de la sombra con una composición en la cual resalta la comparación, creando una conexión entre mi hermano y yo, en las fotografías que se encuentran en la composición están dos fotos de plano general y cuatro fotos de primer plano a las cuales para crear la comparación se han recortado de perfil, la iluminación que se utilizó en las fotografías fue natural, el espacio es un espacio abierto al cual se le conoce como “La Pinera” que se encuentra en Entrerríos, un espacio al cual asocio con la infinidad, porque uno sin conocerlo puede llegar a extraviarse como lo puede llegar a ser la mente, nuestro inconsciente y consciente. En la parte de post producción de las imágenes se utilizó Lightroom para crear un contraste adecuado, para modificar los colores y temperaturas de la imagen y posteriormente utilice Photoshop para la unión de todos los elementos.


Marolyn Julieth González Cortés ÉL, REFLEJO DE MI SER En diferentes situaciones y de personas distintas hemos escuchado decir que primero debemos conocernos y amarnos a nosotros mismos para luego poder llegar a amar a los demás, sin embargo, la postura no es tan veraz y firme como la seguridad con que la proclaman. En mi caso, los entes exteriores, los entornos en que me desarrollo, la sociedad y las personas significativas en mi vida, se han convertido en ese bastón de apoyo para largo camino de entenderme, también se convierten en ese espejo con el que a través de su reflejo puedo ver partes de lo que soy. No aprendí a conocerme primero para entender a los demás, aprendo de los demás para construirme. Por esta razón planifique este autorretrato poniendo como figura relevante a mi novio, ya que es en su compañía y en relación con él, que he logrado con cierta sencillez quitarme la máscara con la que quiero y permito que el mundo me observe. Él se encuentra vestido de negro y yo de blanco, representando el contraste entre ambas personas y su unión. Después de varios días de dialogar juntos, identificamos que él es reflejo de mi sombra y yo el reflejo de la suya. La sombra no siempre es mala, pero tampoco buena, de lo que si tengo certeza es que es necesaria. El espejo lo implementé como objeto por medio del cual pude materializar mi idea de cómo desde mi novio, su sujeto, yo y persona, veo mi reflejo, aquel que oculta y contiene muchos aspectos que me brindan una luz y ayuda para comprender la cantidad de sucesos que fluyen dentro de mi ser y que de manera consciente e inconsciente permito. Mi postura con este espejo no es mera coincidencia por comodidad, me encuentro abrazando y reposando mi cuerpo sobre su reflejo dando a entender que estoy aceptando, queriendo e integrando todo lo que me constituye, además de descargar mi cansancio emocional y mental sobre este. Su reflejo no se encuentra en la mitad del espejo, está a un costado, cerca y junto al lado donde yo me encuentro posicionada, mostrando ese complemento que nos damos como pareja, esta idea también se ve materializada en la vestimenta, en su mayoría él está vestido de negro, pero tiene un letrero blanco en su saco, yo me encuentro vestida de blanco, pero mis zapatos y el accesorio que tengo en mi vestido son negros, esto no para representar una dualidad, sino más bien para dar a entender que cada uno desde su pluralidad complementa y sirve de iluminación para el otro. Utilicé un plano general y ángulo normal con los cuales quise resaltar las dos figuras humanas para denotar su simbolismo con respecto al fondo, pero con este mismo plano lograr contextualizar la imagen para complementar la puesta en escena. A modo de apoyar los objetos más significativos y relevantes utilicé baja profundidad de campo para que mi novio, el espejo y yo tuviésemos una nitidez mayor que ayudase a resaltar la intensión, esto con ayuda del fondo desenfocado con menos nitidez. Hice uso de algunas reglas de composición fotográfica fundamentales: centro de interés con que se enfatizan las figuras principales y los colores, ya que trabajé la fotografía con la luz natural del día soleado, pero apliqué en postproducción un filtro en blanco y negro con tendencia de colores cálidos (amarillo) para neutralizar un poco los colores vivos y crear una atmosfera de intimidad y reflexión.




Juan David González Torres En mi cabeza había un montón de ideas durante toda la experimentación para esta presentación visual, ideas que rozaban muchos más apartados de los que en este momento puedo nombrar, ideas que de una u otra manera daban cuenta de cómo soy yo en muchos aspectos, de hacía que lado se inclina mi marea de pensamiento al momento de darle rienda suelta con una idea a mi parecer, tan espectacular y abrasadora como lo es la expresión a través de una o varias figuras fotográficas. Habiendo decidido el planteamiento por el cual enfocaría esta actividad, me dispuse a dejar fluir mis ideas y mi recursividad, pese a que el pecho se me llenase de impotencia y de desasosiego por factores como no poseer una cámara profesional (solo contando con la de mi celular) y a su vez no poseyendo experiencia previa en ninguna aplicación de edición. Pude sobrellevar estos inconvenientes al momento de realizar las primeras tomas, después de estar durante al menos una hora condicionando el espacio de mi sala, creando un trípode improvisado con unos cuantos libros y el reposador de mi gato, y decidiendo el concepto y ángulo el cual emplearía para estas tomas. Después de este viacrucis lleno de risas compartidas y desbordes de imaginación, después de apretar por primera vez el botón de toma, después de correr lo más rápido posible para utilizar al máximo esos 10 segundos de cronometro que pude configurar, y después de posar lo más naturalmente que se pudo, lo entendí. Al momento en que me dispuse a ver las primeras tomas realizadas en ráfaga pude comprender lo que realmente quería lograr y dar a conocer con esta intervención visual, fue casi (diciéndolo de manera muy fantasiosa) una iluminación que corrió desde mi pupila hasta la punta de mis pies, la iluminación que me decía sin rechistar que quizá la mejor forma de dar a mostrar la dualidad de mi padre y mía es simplemente conversando, como hacemos desde que el sol nace hasta que muere. Las siguientes tomas las intente guiar de una manera en que el contraste fuese aparte de implícito, explicito, así le sugerí a mi progenitor que utilizase una camisa blanca mientras que yo en contraparte utilizaría una negra (conceptos básicos del ying y el yang), esto se vio mucho más potenciado por las poses que decidí que tomásemos y por los cuadros que en la fotografía podemos presenciar, donde uno de ellos es la representación de la destrucción al quemar y el otro es la vida dada por el agua y el buen cuidado, el lugar donde nuestras miradas se dirigen también es un punto clave que va de la mano en nivel de importancia con la sugerencia que hago al receptor poniendo un reloj en mitad de las escenas, pero ninguna de las 3 tomas que incorpore tendría sentido alguno si no fuese por la ultima, en la cual mi padre y yo estamos entre risas (que contrastan la seriedad anteriormente establecida) disfrutando de un trago y sonriendo como el amor que nos tenemos propone.


María Clara Lopera Uribe LA SOMBRA EN COMÚN Con estas fotos quiero dar a entender desde mi caso real el concepto de “Persona” y como identifica esto en las fotos, también dar a entender la relación que hay entre los conceptos de “Persona” y “Sombra” teniendo en cuenta que son opuestos. En esta actividad el filtro “Blanco y negro” hará parte de la “Sombra” y el “Filtro original” hará parte de la “Persona”. Las fotos que componen la imagen #1 fueron tomadas con mi celular iPhone Xr el cual tiene una configuración predeterminada y no permite modificar el triángulo de exposición. Para estas tomas utilizamos luz ambiente (4:00pm aproximadamente). Empleamos en todas las fotos el Plano medio. Después de esto en Photoshop recorté el contorno de cada imagen con las herramientas Lazo magnético y Selección rápida. Con esto logré tener cada foto con un fondo transparente y así poder manejarlas mucho mejor a la hora de unirlas. Posteriormente en la aplicación Canva abrí una página en blanco para unir todas las fotos y lograr el objetivo. En primer lugar, agregué como fondo (capa del fondo) una imagen de una hoja de papel arrugada a la cual le disminuí el porcentaje de transparencia para que fuera más suave su apariencia. En segundo lugar, agregué la foto en la que estoy feliz y con una prenda amarilla, ésta la ubiqué en el centro de la hoja. En tercer lugar, empecé a agregar las fotos en las que tengo una prenda negra y en las que aparentemente estoy triste, estresada y desconfiada. Después de ubicar todas las imágenes a mi gusto, imprimí el diseño en una hoja opalina tamaño carta y los bordes los quemé levemente con una candela excepto el borde inferior de la foto en la que estoy feliz ya que ahí quise darle color con pigmentos naranja, rosados y morados para expresar lo bueno en esa parte que ejemplifica el concepto de “Persona”. Para enviar la foto con una calidad aceptable, escaneé la hoja del trabajo en la impresora de mi casa, se descargó como formato .jpeg y lo envié. Con la foto #2 (Trabajo 100% digital) me ayudó mi hermano, él es mi significante. Le tomé una foto en la que se notara triste y otra en la que se notara feliz. Igualmente recorté el contorno de cada imagen con las herramientas Lazo magnético y Selección rápida de Photoshop y me dirijo a Canva para ubicarlas como deseo. Subo las fotos de los dos con fondo transparente e inicio a ubicarlas. Dividí la hoja en 2 y en esa línea que la dividía puse la mitad del rostro de él feliz y al otro lado la mitad de mi rostro triste. En el lado izquierdo agregué como fondo una imagen con unas líneas que nos expresan sorpresa y a ese lado también agregué una foto mía sonriendo la cual nos quiere decir que según ese contexto mi “Sombra” está cargada de cosas “buenas”. En el lado derecho agregué como fondo una imagen con textura de humo que acompaña la foto de mi referente que está evidentemente triste y esto da a entender que su “Sombra” es opuesta a su “Persona” que se muestra en el centro de la hoja. Con esto queremos re confirmar que la entre los conceptos de “Persona” y “Sombra” son opuestos.




Stephanya López Hernández Realidad discontinua Empezaré diciendo que la palabra discontinua hace referencia a algo que consta de elementos separados. Mi intención con estas fotos es mostrar como cada persona interactúa con su ser de diversas maneras. Todos tenemos roles y en algunas ocasiones dejamos que tomen el control, esto se debe a que convivir con el yo, la persona y la sombra, no es algo fácil, por eso en el autorretrato con otro significante quise plasmar esos tres conceptos. Muchas veces nuestros conflictos internos nos dominan hasta el punto de tocar fondo y salir de ahí toma tiempo, o por el contrario nunca se sale de ese pozo sin retorno. Sin embargo, todo es un proceso de aceptación constante, ya que somos la construcción de lo que queremos ser o mostrar frente al mundo. Estamos tan inmersos en muchos estereotipos, actitudes y acciones de la sociedad que no nos damos cuenta de que solo nos están moldeando a su antojo. Estas fotos conforman lo que soy, expresan esa profunda interacción con mi vida y con las demás personas. Los colores que predominan en las imágenes son el negro, el verde, el amarillo y el rojo. El color negro es la ausencia de todos los colores, establece la diferencia entre lo bueno y lo malo y hace referencia al misterio y la introversión. Lo elegí de fondo porque quería expresar esa parte oculta que habita en mí; con el verde quise capturar la naturaleza de la imagen y lo tranquilizante que este puede ser. Por último, con el color rojo represente la parte maligna de cada persona. Para concluir, cada uno vive en su mundo de la manera que quiere, lo importante es descubrir quienes somos. La vida es sufrimiento y dificultad, el mundo está maldito, pero aún se encuentran razones para vivir.


Angélica María Muñoz Zapata OBSERVAR (ME) Inicialmente, mi fotografía gira entorno al “Yo” de este momento de mi vida, de ahí el uso de un primerísimo primer plano, la baja profundidad de campo y el ángulo normal en mi habitación, todo eso me permite expresar la parte introvertida de mí, ese lado que le gusta pensar hacia adentro, cuestionarse y observarse, por otro lado, el hecho de que esté rodeada por cinco miradas —las cuales recorté de otras fotografías de plano cerrado— refiere a que también disfruto compartir y exteriorizar aspectos personales, y en este punto comprendo que cuando hay otros “Yo” empiezo a ser sujeto y persona. Los ojos al inicio de mi cabeza hablan de mi rol de hija, la mirada a blanco y negro al nivel de la mía muestra mi persona como novia, exponiendo también que es la persona más cercana a mi propia percepción, y finalmente dos pares de ojos que me observan como amiga; esas miradas que me rodean cuentan con una ligera distinción en la intensidad de su color, marcando la diferencia entre un ámbito de mi vida y otro, sin embargo, eso no representa que uno sea más importante que otro, pues todos son igual de valiosos para mí. Me ubiqué junto a una ventana que iluminaba más la parte izquierda de mi rostro para conseguir una sombra suave en la parte derecha, esto en consecuencia de que en este punto de mi vida siento un poco de temor ante mi sombra y por ello la foto es más iluminada, pero poco a poco he encontrado personas que incluso sin darse cuenta me empujan a acercarme a mi sombra sin temerle, la persona principal en ese proceso es mi novio —Steven—, quien me motiva a ser la Angélica de la que a veces huyo, también me permite comprender que en ocasiones es necesario revelar partes de mí que reprimo por algún u otro motivo; conocer su mirada —que suele ser diferente a la mía y de ahí que esté en blanco y negro— con respecto a mi “Yo” me permite comprenderme de otra manera y preguntarme: ¿Qué es lo que conforma mi sombra que me genera tanto temor? Finalmente, la intención de mi foto es mostrar cómo es el proceso de observación de mí misma, basada también en los diferentes entornos en los que me desarrollo y son de importancia para mi crecimiento personal, no puedo ser hija sin la mirada de mis padres, no puedo ser novia sin la mirada de mi novio, no puedo ser amiga sin la mirada de mis amigos y claramente no puedo ser quien soy sin observar (me).




Mateo Muñoz Uribe Déjà Vu “¿Quién he sido?, ¿quién soy?, ¿quién seré?”. Estas son preguntas que me han acompañado durante momentos muy específicos de toda mi vida. Y me temo que nunca habrá una única respuesta. Es que soy tantas cosas, tan cambiantes, que definirme en un solo concepto sería un acto de insolencia ante todo lo que he vivido; quien he sido, soy y seré. En mi fotografía quise explorar lo que es el déjà vu. ¿Por qué siento que ya he vivido lo que estoy viviendo?, ¿acaso estoy ligado a algo más grande?, ¿algo que no puedo comprender? Quise experimentar con este concepto por la dualidad que plantea: qué es real y qué no, qué es lo que he vivido y qué es lo que aún no. Aplique este concepto a lo que es mi composición porque quise dar a entender que también vivimos a través del otro y que no necesariamente tenemos que ser nosotros los únicos que experimentamos emociones en solitario; sino que constantemente estamos percibiendo y entregando sensaciones a las personas. Sentimos por y con los demás. En la fotografía se puede apreciar a mi madre, rodeada por una oscuridad que para mí representa las tormentas por las que he pasado. Sin embargo, el foco de atención está en las luces de color azul y morado que envuelven a mi madre, significando estas, todas las experiencias que han contribuido aprendizajes, resiliencia, amor y paciencia a mi proceso como ese “yo” que soy. Mi “yo” se ve reflejado en la parte izquierda del rostro de mi madre: allí se puede apreciar, por medio de una doble exposición, parte de mi rostro. Con esto quise representar el hecho de que de alguna u otra manera, todas las personas que están a mi alrededor son parte de lo que soy y que soy un “yo” en constante construcción. Una construcción propia, forjada por mí, pero también por la magia de todos los demás. Las personas con las que he establecido un vínculo sentimental hacen parte de mí y yo de ellos. Soy un yo que se construye y se deconstruye, que vive a partir de mi persona, de mi sombra y de mi exterior. Un yo que ha vivido y que aún no lo ha hecho al mismo tiempo. Un yo que es y aún no es. Un yo que será.


Joan Manuel Ossa Balbín No somos tan diferentes Esta composición fue realizada por medio de una cámara de celular, se utilizó una luz natural y un ángulo de toma normal, donde los sujetos fueron fotografiados en un primer plano. Se tomaron gran cantidad de fotos, todo esto, en búsqueda de tener las tomas adecuadas en tema de luz, calidad, distancia con los sujetos y posturas pertinentes. Los procesos de edición se llevaron a cabo en Adobe Photoshop con uso de una serie de herramientas tales como: trazado, pincel y tampón de clonar, para finalmente, en Canva agregar fondo, imagen de sombra y recortes. Cabe destacar que los rostros son el centro de interés de esta composición. La idea principal de este trabajo fue hacer división a la mitad de los rostros de las dos personas y posterior a eso realizar la unión de los mismos en manera alternada. Todo esto, con la intención de mostrar la forma en que la sombra en ocasiones toma el lugar que necesita cuando se le deja de reprimir; ¿Por qué? Considero que mi padre y yo tenemos una relación totalmente complementaria. Él y su “yo” tan impulsivo y terco y mí “yo” tan reflexivo y dócil, siendo así, cada uno la sombra del otro recordando que la sombra no siempre sale a flote con actitudes negativas.




Andrés Camilo Tuberquia Zuluaga A través del espejo Siempre he pensado que, por ser sujetos sociales, por ser personas y cumplir un rol en los distintas escenarios y situaciones, tenemos partes de los demás en nuestro interior. Utilicé este trabajo para plasmarlo y usando el reflejo de un espejo como apoyo, proyecté la forma de mi conciencia, y del ánima que me guía, mi madre, pues somos, primeramente, lo que nos enseñan. A veces un ánima positiva y a veces negativa, pues no soy mi madre y por el contexto sociocultural no siempre estamos de acuerdo, aun así, no resta importancia al peso que tienen sus opiniones en lo que hago y en las decisiones que tomo. Fueron tomadas dos fotografías, con una cámara digital Nikon D3300, en modo manual, con una sensibilidad ISO de 1600, una velocidad de obturación de 1/60 segundos y una apertura de diafragma f4, que posteriormente fueron editadas en Photoshop para superponer una parte de una sobre la otra. Así, jugué con distintos elementos buscando dar distintos mensajes: como los planos, el medio corto y el primer plano, con los que busqué representar la ley de proximidad en su tipo físico y afectivo, entre mi madre y yo; además, con el fin de enfrentar la dualidad y jugando con luces de color rojo (representante de la pasión y calidez) y el azul (representante de la frialdad y la pasividad), intenté retratar mi interior y mi exterior, respectivamente. Siendo más fuerte la luz roja (mi interior), que expongo de manera que mi persona, al tratar de mostrarme como alguien frío ante los demás, hace que se desborde a través de cada cosa que hago, el espectro sentimental que yace en mi YO. El cómo se desdibuja mi máscara en distintas situaciones como el enojo, la tristeza, la desesperación; la camiseta negra también tuvo un propósito, el cual era personificar mi sombra, lo que no quiero ser, lo que trato ocultar pero que emerge con el doble de fuerza. Este trabajo significa entonces, el cruce de conceptos técnicos y de lo que ahora sé que se compone mi ser.


Valentina Vallejo García Almas Complementarias Dos sujetos, dos sombras, dos mundos, dos pensamientos, dos corazones, dos almas, dos realidades desiguales con diferentes historias por contar, atravesada y conectadas por un hilo, el hilo rojo, por medio del cual se sostiene, se estrecha, se abraza, se desnuda, se observa, se añora, se refleja, otra realidad, que no son las realidades de los particulares, es la realidad del nosotros, la historia del tú y yo, un solo pensamiento, porque eso somos, dos particulares, construyendo un concepto unificado. Me parece curioso, como dos personas que cruzaron sus caminos, pueden conectarse a tal punto de sentir que cuando se está con el otro, el mundo se hace distinto, las realidades desiguales, se convierte en una sola realidad, ¿Cómo pueden estar en sincronía sus cuerpos, sus pensamientos, sus palabras, sus decisiones y sentimientos? Y cuando miro la profundidad de sus ojos, me pregunto: ¿es acaso esta mi alma gemela? No, definitivamente no, porque nuestras almas son distintas, es ese contraste de lo que somos en la individualidad, lo que permite el complemento, si, definitivamente eso somos, almas complementarias. Un poco de él, un poco de mí, formando mucho, conociendo en primer plano, la luz, que mostramos a todos y es fácil de aceptar, pero, enamorándonos de la oscuridad, esa oscuridad desnuda y trasparente, que solo habla de verdades, es en ese lugar, cuando se aprende a amar, amar de verdad, donde se arriesga, donde se abraza, donde se aprende y donde se mantiene, porque es muy fácil vivir en la luz, pero es mágico abrazar en la oscuridad, donde no se ve, pero si se siente.




Simón Villa Jiménez Soy la foto del carnet, la de la cedula, la foto del pasaporte, la de los grados. La foto en la playa, la foto del cumpleaños, la selfie. Las fotos guardadas, amarillentas, roídas, arrugadas. Un recuerdo en una botella, un grito sordo, una cicatriz. Una imagen que se desvanece, un futuro olvido. Para este ejercicio fotográfico, tomé como referentes algunas fotos que mi mamá conserva de sus abuelos, padres y hermanos. Son fotos viejas, a blanco y negro, que se notan deterioradas y en las cuales la imagen se ha ido desvaneciendo. Mi madre me cuenta que estas fotos las tomaba un tío de ella, un loco, que le gustaba experimentar con una cámara oscura que tenía. Los niños no aguantaban tanto tiempo quietos frente a la cámara y el trípode era precario, por eso en las fotos se nota la trepidación. También tomé como referente algunas fotos de la Virgen de los Dolores, patrona del pueblo en el que nací. En semana santa solían llevarme a las misas de bendición y me tomaban fotos junto a los santos. No soy católico practicante, pero encuentro en el arte religioso mucha belleza y solemnidad, sobretodo en la imagen de la dolorosa, la corona de espinas, el corazón traspasado por espadas, el contraste del negro y el dorado. Quise reflejar en estas imágenes algunos de estos elementos entre las fotos documentos viejas y las fotos de los santos, porque hacen parte de mi historia y mi herencia, son evidencias de la configuración del quien soy hoy. A la vez quise pensar en el tiempo, el tiempo es un parámetro importante en la toma de una fotografía, para captar la luz, pero también el tiempo nos desafía como humanos, el tiempo nos hace evanescentes.



Ilustraciones por estudiantes Valentina Vallejo Garcia y Juan Sebastian Chaverra Moncada


Ilustraciones por estudiantes Samuel Castro Cadavid y Juan David González Torres




Valentina Acevedo Maya La belleza a través de la naturaleza Mediante el autorretrato que he realizado, quise dar a conocer de cierta forma sentimientos de tranquilidad y naturalidad, ya que ésta plasma una forma relajada de expresión, lo cual es algo que me gusta mostrar ya que es un sentimiento o actitud que me caracteriza desde siempre. Esto lo hice con la intención de reflejar un Yo, que siempre tengo presente y me lo han admirado de cierta forma, debido a que soy una persona introvertida, y me gusta demasiado la paz y satisfacción que se encuentra en la naturaleza. Quise agregarle un rojo a la imagen, ya que éste transmite amor, ternura y pasión, y es lo que siento en muchas circunstancias y ocasiones de mi vida, transmitiéndolo a las personas con las que más comparto, amando desde lo más profundo de mí ser y queriendo mostrar que no todas las perspectivas deben ser negativas, también hay cosas bellas en la vida, y siempre es bueno se agradecido con ello. Eso me gusta de mí, lo agradecida que puedo ser por cada acto que sea mínimo, que haga feliz o ayude a otra persona, promoviendo de esa forma en el otro, mejores actos y pensamientos. En el autorretrato con significant other, he querido compartir la foto con mi pareja, ya que éste es un ser que amo profundamente y me ha ayudado demasiado en acomodar diversos aspectos de mi personalidad positivamente, ha estado conmigo en mi formación como adulta y me ha hecho ver la vida de una forma bonita y diferente que cualquier otro. Como pareja somos dos seres completamente distintos, él es un ser muy extrovertido, es muy seguro a la forma de expresarse con el otro, es un hombre con carácter fuerte, pero aun así muestra ese lado emocional que trae afecto, amor, compasión, respeto y diversas formas de expresar que lo hacen ver como una persona noble y sincera. Por el contrario, yo soy un ser más introvertido, un poco insegura de mí, lo que hace que no pueda expresarme de la mejor manera, suelo tener un carácter más pasivo, aunque sólo en las ocasiones que me afectan demasiado suelo explotar ese carácter de forma poco común en mí. La forma en la que decidí crear el autorretrato con mi pareja, fue con la intención de juntar mi color de cabello con el arbusto que se encontraba detrás de nosotros, aunque en realidad el color del arbusto es verde, quise jugar con su color para dejarlo llevar entre mi cabello, y realizar una acción más expresiva de sí. Aquella fotografía, tiende a jugar con la expresividad de ambos, ya que ninguno mira hacia el frente, e intentan llevar la mirada hacia el otro, buscando esa forma de expresarnos en medio de la mirada, pero no se consigue y se encuentra algo natural y bello de juntar dos personas completamente diferentes con rasgos similares.


Brayan Stiven Agudelo Ospina Stiven Agudelo el yo de este texto, tal vez no es la misma persona que comenzó este viaje, pero es quien decide terminarlo y tomar el control casi a mitad del camino ya que en este concepto tenemos a dos personas muy distintas siendo conscientes de que habitan en un mismo lugar pero que no pueden tener el timón al mismo tiempo, al principio tenemos a Brayan como capitán de este “barco” una persona tierna, cariñosa, confiada y que creía que todo el mundo era bueno, seguramente es quien debería haber seguido teniendo el control, pero el tiempo y las fracturas internas que obtuvo obligaron a que Stiven tomara el control del cuerpo siendo una persona calculadora, fría, y que no cree que el mundo es bueno si no que cada persona del mundo es buena para algo, decide usar a quien lo rodea en beneficio propio, aquí aparece la persona que no expresa su identidad, -solo sobrevive- y Brayan se vuelve su sombra por miedo a sentir el dolor nuevamente, algo que no dejará que pase nuevamente, decide que todo lo que representa él es todo lo que ya no es y nunca más saldrá o se dará a conocer de esa manera con quien lo rodea; a veces tendrán enfrentamientos por quien tomara el control pero siempre será a solas y donde el ánima actúa como intermediario, como el juez de este combate, pero hasta ahora siempre ha salido invicto Stiven con el argumento de que es la mejor forma de el yo para defender su animus, así no sufrirá él o mucho menos sus motivaciones, tampoco la familia que genera una motivación más para ser firme. En esta definición el viaje del héroe puede ser encontrar la paz y el método de mantenerla o como nivelar estas dos formas de ser, buscar el conocimiento necesario para manejarse a sí mismo y llenarse de la sabiduría para guiar a quien viene tras el, a su motivante personal de la mejor manera y tal vez a futuro finalizar pacíficamente habiendo logrado su meta y teniendo un nuevo héroe que comenzara su camino desde las bases construidas por él.




Luisa Fernanda Arboleda Zapata El caótico arte del mundo interno Siempre he considerado que el estudio de sí mismo es uno de los más complejos que existen, puesto que enterarse por completo de todo lo que abarca nuestro ser resulta desconcertante. Conocerse a sí mismo implica desvestirse radicalmente, una tarea ardua, pero a su vez con repercusiones positivas, arte que va de la mano con el caos interior. Encabezando la secuencia de fotografías se ubican los múltiples arquetipos que están presentes en nuestra existencia total, todo lo que encapsulamos en un pequeño fragmento de nuestra mente y que en algún momento busca tomar la luz, una representación de la sombra y sus actitudes/acciones/emociones reprimidas. Cada trozo de ser “no visible” ante el mundo se encuentra allí, en medio de la nada y el todo. En segundo plano se encuentra un facsímil de la obra “La creación de Adán” realizada por Miguel Ángel, dando referencia a lo que se construye al involucrar al otro en mi existir. La persona que me acompaña siendo el segundo significante es mi novia, una persona con la que he podido compartir cada parte de mí, incluyendo los múltiples yo que puedan dar existencia en mi interior. Consecuente a ello en la última fotografía se dan fragmentos de ambas haciendo alusión a lo que brindamos de nosotros al otro y lo que este nos da, conectar con el otro podría considerarse un acto retroalimentador y afirmamos que estamos siendo construidos constantemente con las interacciones que tenemos con los demás. Para realizar la primera fotografía hice uso de plano entero y plano medio corto, en la segunda plano detalle al igual que en la tercera para darle más atención a esos pequeños fragmentos. Para la edición utilicé las herramientas PicsArt y Snapseed para generar los efectos de las múltiples personas y adecuar el fondo, y Lightroom para ajustes de exposición, contraste, iluminaciones, color, intensidad, saturación y agregarle un poco de efecto grano.


Carolin Naty Ávalos Ardila EL SENTIDO DE MI SOMBRA Mi sombra hace parte del YO, y entre más consciente yo sea de mi sombra o mis sombras, más probabilidades tengo de desarrollar su potencial. Sobre la bicicleta ella, la sombra, casi siempre va delante de mí, en especial en las mañanas, me recuerda de dónde vengo y hacia dónde voy. Se evocan momentos de lo que vivido y que me han llevado al lugar donde me encuentro en este momento. La sombra, también me motiva, yo la veo y veo otra persona, una persona, que quiere competir, quiere estar adelante y a veces la sombra hace más cosas que yo, y es sobre la bicicleta que lo pienso, es sobre la bicicleta que lo interiorizo. Es por eso que nunca la quiero dejar, para desarrollar ¨eso¨ que la sombra lleva años mostrándome, y que tal vez, cuando me bajo de la bicicleta al no ver mi sombra, no hay nada más que me lo recuerde. Quiero mi sombra, quiero aprender de ella y por eso mi auto retrato es ¨EL SENTIDO DE MI SOMBRA¨, junto a la sombra de mi pareja que ahora camina a mi lado y queremos desarrollar nuestro potencial juntos. Realice máscaras de una fotografía, elimine lo que no eran sombras y la agregue a otra fotografía, a la que le aumenté la saturación y la agregue en la capa inferior para superponer la sombra, tipo collage. La fotografía de la sombra, la tomé en las horas de la mañana lo que ayudó a que, esta, quedara delante de mí.




Sofía Bustamante Henao Mujer, mírate Para lograr el retrato, busqué un lugar con buena iluminación natural y procedí a situar la cámara canon EOS Rebel t6 en una mesa detrás de una de las sillas, situé al sujeto diagonal a la cámara, para que el espejo diera con mi rostro y se reflejara en la cámara; me senté en la silla para quedar al frente del sujeto y con la ayuda de una aplicación instalada en mi celular, la cual puede conectarse por medio de wifi con la cámara, pude capturar. La edición fue básica, lo hice por medio de una aplicación llamada Lightroom, donde le agregué un filtro a la toma y organicé la exposición. El ángulo de la toma es contrapicado y su plano se inclina por el americano/ tres cuartos y trabajando en modo manual. El concepto que quiero enfatizar es mi reflejo en el espejo y la persona que lo está sosteniendo. El propósito es dar a mostrar como mi sombra se revela, retándome para salir y cambiar mi “yo”. Verse en el espejo e identificar cuáles son mis complejos y vacíos son cosas que para mí “yo” es algo difícil de hacer y él sujeto que sostiene el espejo con su función del “yo” más racional me incita a verme y a sacar de mí esa sombra que tanto oculto y me niego aceptar. Mujer, mírate, saca y acepta tus vacíos así como aceptas que te sientes bien contigo misma, acepta que realmente no lo estas, la mayoría del tiempo, no lo estas.


Dayan Franco Agudelo CON UNA MIRADA AL FUEGO A simple vista, la fotografía podría no tener un sentido lógico o coherente de la suma de todos los elementos que en ella intervienen. La imagen empieza a tener forma cuando empezamos a mirar de adentro hacia afuera, así en todos los sentidos de la vida o en lo que nos identifiquemos al ver la imagen, ya que cuando organizamos bien y damos sentido a lo que hay dentro, todo lo de afuera tomará el sentido por inercia, por añadidura. Al observar la imagen podemos notar en unos pocos segundos el foco de la imagen y hacía que lugar nos lleva a mirar el ojo en primera instancia, en dirección a lo enfocado, a lo nítido. El centro de la imagen roba la atención del espectador, su composición con un autorretrato en negativo un poco abstracto por el fuego que lo cubre, algo que es poco común a lo que normalmente vemos y percibimos en nuestro diario vivir. El autorretrato en negativo que se puede apreciar, se encuentra sobre lo que podemos ver es una foto instantánea, lo cual implementé ya que vivimos en un mundo donde el afán nos ataca constantemente para muchas cosas de nuestro diario que hacer y lo queremos todo instantáneo, todo al instante, al segundo y no paramos a reflexionar, a sentar cabeza y pensar de lo provechoso y bonito que se está perdiendo el no seguir el proceso natural de las cosas; el autorretrato en negativo hace alusión al reverso de mi yo, a la otra cara de la moneda que vive dentro de mi y que muy pocas veces hay tiempo para conocerla y simplemente sale de mí cuando menos me lo espero; El fuego representa la purificación, el cambio, un nuevo comienzo. Es el abrazador grito que quiere ocultar mi otro lado, mi lado oscuro de la luna para dejarlo en mi vida como unas simples cenizas; sostengo el autorretrato con mi mano derecha porque es mi mano dominante, lo cual relacioné mucho con esa conciencia que tengo de mi lado negativo y que estoy dispuesto a aceptar, aunque se esté quemando y otras partes de mi quieran ocultarlo. Esta fotografía claramente está compuesta por una figura y un fondo que nos da un importante ejemplo de la profundidad de campo y que llevan un contraste en el enfoque y en armonización de los colores ya que para el fondo se buscó y se logró un espacio y condiciones para que fuera un fondo frío y que diera dicha sensación para el contraste de la sensación cálida que deja implícitamente a entender el fuego que está quemando el autorretrato. Está lograda esta composición con base a la regla de tercios (en el dedo índice que sostiene el autorretrato por el frente y en la parte superior derecha del autorretrato donde quema más fuerte e intensamente el fuego) y en la agrupación de 3 elementos para un equilibrio armónico en la imagen desde un plano medio corto. (mi autorretrato, el otro significante y yo) Acerca de lo que podemos percibir en el fondo desenfocado, se logran ver lo que al parecer son dos personas. Y sí, soy yo al lado mi madre, mi otro significante, mi apoyo. Mi madre está en el fondo a mi lado, como lo ha estado durante mi vida y a ella la signifiqué con mi mano tapándole su boca por todo lo que ha tenido que callar y soportar por ser madre, por ser mujer y los sacrificios y ha tenido que hacer por los que ama, y al lado de ella estoy yo que soy el que sostiene el autorretrato de mí mismo, pero en negativo y decidí tapar mi cara con la intención de dar a entender que somos uno solo, esa unión, el lazo que nos une y como nos fusionamos. Esta obra es arte, contiene lo que soy, pienso y siento, pero con lo lado del revés y eso la hace mágica.




David Franco Velásquez MI REFLEJO Muchas personas nos preguntamos qué es necesario para lograr una buena fotografía, a lo que el célebre fotógrafo Ansel Adams responde: “No hay reglas para las buenas fotografías, son solo buenas fotografías”. La escritura con luz simplemente es un término maravilloso, aunque me parece que el arte de la fotografía es completamente inefable, sin embargo, no sería nada sin un motivo. La persona que me acompaña en esta imagen es mi hermano Samuel Franco Velásquez, el cual ha sido esa persona que me ha acompañado durante casi toda mi vida y con el que he pasado tanto mis mejores momentos como los peores. Sinceramente es lo más importante en mi vida, en el que más confió y con el único que converso mis problemas, tanto así que lo considero como si fuera una parte externa de mí. en la composición de la imagen escogí el primer plano por que lo considero una imagen muy íntima, usé una luz frontal que genera la sombra en la parte de la pared . Todos nos vemos envueltos en ese arquetipo de la persona que inconscientemente lo relacionamos con el rostro de las personas a las que vemos como esa parte social y por medio de la cultura identificamos que espera la sociedad de nosotros, de ese punto de quiebre o inflexión es donde comenzamos a construir esa “máscara”. Ni nosotros mismos sabemos con que cargamos, así que de esta manera necesitamos una persona para poder soliviar cargas como lo es mi hermano para mí.


Leidy Vanessa Giraldo Rúa La fotografía fue tomada con poca luz, quería en ella reflejar nuestra persona, pero también esa sombra que podemos apreciar, y aunque en nuestro concepto la sombra son cosas en su mayoría negativas, en la foto se plasma como algo perfecto. Al momento de tomarla la intención era reflejarnos, pero al ver el resultado se aprecia a la sombra mas grande, mas definida, y esto me hace pensar que la sombra es lo que uno quiere que sea. En la imagen apreciamos a mi pareja, a mi equipo a mi compañero, el es una persona muy importante para mi diría uno de mis pilares fundamentales, ha estado conmigo no de toda mi vida, pero si en mis procesos más importantes, su apoyo y confianza son los que de alguna manera me han impulsado en aquellas ocasiones que lo único que yo deseo es rendirme. Es algo bonito ver la imagen y ver reflejadas a dos personas que como todas tienen sus sombras, y que han aprendido a convivir con ellas, no solo con la sombra propia sino con la de el otro, esto me parece importante en cualquier relación. Todas las personas contamos con ese lado oscuro que como ya conocimos debemos aceptar e incluir en nuestra vida cotidiana, pero que otro aprenda a amar esa sombra es un paso que no cualquiera se atreve a dar. Nunca he intentado ocultar lo que soy, Él es la persona con la que más sincera puedo ser, sin necesidad de omitir detalles, sin ocultar lo que soy. Al ver esa persona que soy y en eso que me he convertido, él tiene mucho que ver, he madurado y avanzado en cuanto a esas inseguridades que no me dejaban de alguna manera poner la vara de mi vida tan alta, ahora soy mas segura de mi cuento con muchas mas experiencias en mi vida y gracias a el y a mi familia yo he obtenido o desarrollado algunas virtudes que no conocía. En la parte inferior de la foto quise incluir otra de las fotografías tomadas en ese momento ya que ahí también podemos observar no solo esas sombras si no ese otro lado, en el que te mueres de la risa con alguien y te das cuenta que te encuentras en el lugar indicado, es por esto que mi fotografía no cuenta con mucha edición, simplemente quise mostrar esos tres momentos en una sola.




Juan Diego Nell Ramírez A la hora de desarrollar el autorretrato surgió la idea de representarme a mí mismo como alguien que ni siquiera yo conozco, alguien que no puede confiar en sus principios porque siempre se verá traicionado por estos. De tal forma, surge la pregunta ¿Quién soy yo realmente? Y si yo no la persona indicada para responder esa pregunta, ¿Quién lo es? Una de las mejores formas de generar duda y misterio es a través del juego de sombras y la luz como herramienta para llamar la atención en la fotografía. Inicialmente me proyecté una imagen con luz de día, en la que se viera mi silueta y la de otra persona con una forma que nos identificara fácilmente a ambos. Lamentablemente, esto no se pudo llevar a cabo por las cuestiones meteorológicas con las que me encontré a lo largo de la semana, que generaban luz suave sobre los sujetos y no permitían la visibilidad de su sombra. Es por esto último que decidí hacer una foto durante las horas de la noche. Y aquello fue un reto, debido a que el sensor no permitía entrar tanta luz como me gustaría sin estar generando ruido en la imagen. Aun así, continué con esta misma idea. Noté que había un pequeño espacio con una lámpara de luz cálida que daba directamente sobre mí. Lo dudé durante una casi desesperante media hora, pero algo que me hizo generar más confianza sobre la idea, fue el hecho de que bajo esta misma fuente de iluminación había unas cuantas ramas de un árbol cercano, y si me paraba en el lugar correcto, lograría que la sombra de estas ramas generase una textura bastante interesante sobre mi rostro. Me puse a la tarea de mostrarle a mi ayudante, Robin (quién también haría la función de significant other), los parámetros con los que me gustaría que quedase la foto. El sujeto se encontraría a unos cuantos metros de la cámara (3-4) y una parte de la sombra del árbol cubriría su rostro. Fijé el ISO en 800, la apertura focal en f/5.6 (para lograr que el fondo quedase ligeramente desenfocado) y la velocidad de obturación en 1/13 de segundo. Tras una sola toma, de inmediato volví a notar que la iluminación no era suficiente, así que se me ocurrió alejarme de la sombra y sacar mi celular como una fuente secundaria de luz, añadiéndolo a la composición en uno de los puntos de interés que hay en la ley de tercios. Esta vez, la sombra no estaba siendo proyectada por la planta, la estaba generando yo mismo al situarme de forma que la luz me diera por uno de los lados de la cara.


Período 2021 - 1


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