TIPOS DE DEFINICIONES DE INADAPTACIÓN
Siguiendo a AYERBE ECHEBERIA (1991) señalamos, a la luz de estas informaciones, varios tipos de definiciones con respecto al término inadaptación.
Definiciones centradas en la deficiencia:
Según esta vertiente, inadaptada sería aquella persona con algún déficit de salud, inteligencia o trastorno de afectividad, carácter o comportamiento, que le priva de insertase sin ayuda en el medio en que ha de vivir (RECIO, 1979).
«Inadaptado es el niño o el adolescente que, por la insuficiencia de sus aptitudes o por los desajustes de su conducta, se encuentra en dificultad o en prolongado conflicto con las circunstancias propias de su edad o de su ambiente» (J. L. Lang, 1962).
SÁNCHEZ MANZANO (1993, p. 270) compara el término inadaptación con el de anormalidad y señala que este se refiere «al individuo o grupo de sujetos que se desvían de la norma».
Partiendo de la misma perspectiva, AJURIAGUERRA (1980) intenta delimitar el estudio de la inadaptación social a tres tipos diferentes: Las personalidades subnormales o inhabituales, los psicópatas y la personalidad antisocial.
Definiciones centradas en la especificidad humana:
«La patología de la personalidad parece tener alguna relación con el proceso de adaptación constructiva... es decir, la realización de sí mismo en el mundo. El hombre que fracasa en la realización de sus proyectos o que no tiene éxito en crear las condiciones que responden a la concepción que se hace de sí mismo puede, por ello, perder el contacto y la interacción normal con el medio» (J. Nuttin, 1980).
Se consideran a las personas con capacidad de realizar proyectos, por tanto se pueden producir dos formas básicas de inadaptación:
- Inadaptación psíquica para pasar de la fase de proyecto a la fase de realización. - Imposibilidad de elaborar nuevos proyectos.
Este tipo de definiciones pueden dar lugar a modelos de intervención de prevalencia médica y dirección únicamente interpersonal, dejando de lado aspectos ecológicos de corrección de las injusticias sociales de protección de los servicios sociales de base, etc.
Definiciones centradas en la primacía del medio:
«Se trata de un niño cuyas aptitudes y eficiencia resultan suficientes, y de carácter normal, pero que está inmerso en un medio que no corresponde a sus necesidades corporales, afectivas, intelectuales o espirituales» (R. Lafon, 1979).
Esta perspectiva se puede enlazar con la noción de marginación ya que la misma puede entenderse como una falta de participación respecto a unos objetos sociales o unos derechos individuales. Tres son los elementos desde los que es posible hablar de marginación:
- Participación o ejercicio del conjunto de papeles que se le atribuye a un individuo o grupo en función de su pertenencia a cierto número de categorías socioculturalmente relevantes (edad, sexo, estado civil, ocupación...) - Esquema normativo o conjunto de valores y normas que definen las áreas legítimas, esperadas o toleradas de participación. - Los recursos objetivos, los elementos materiales o inmateriales necesarios para que la participación sea efectiva y ausencia de trabas que impiden el acceso al uso de los mismos recursos (Escamez, 1985).
Otra definición es la de M. De Maistre (1984): «Un inadaptado aparece en principio, como un individuo que no responde a las exigencias que la sociedad le plantea. Lejos de considerar nuestra sociedad como perfecta, diremos que la inadaptación a que nos referimos impide al individuo integrarse en la sociedad de modo que pueda ser reconocido como valioso y desempeñar un papel en la evolución. Para transformar la sociedad hay que integrarse previamente en ella, por imperfecta que sea». Según esta perspectiva, toda inadaptación procede de causas fundamentalmente sociales. Considera a la sociedad como punto de referencia fundamental para todas los individuos. Un inadaptado sería en principio, la persona que no responde a las exigencias que la sociedad le plantea. Su inadaptación le impide integrarse en la sociedad de forma que, ni se le reconoce como valioso, ni desempeña un papel en su evolución.
Definiciones centradas en la interacción sujeto-medio:
En estas definiciones prima la relación que se establece entre el sujeto y el medio y se considera que el sujeto y el grupo social interpretan la situación y le «asignan» un significado.
«Existe inadaptación cuando las exigencias individuales de los individuos que varían mucho según las épocas y que dependen en gran parte del nivel general de la colectividad, no son satisfechas» (M. Lobrot, 1972).
En relación con esta idea, la inadaptación surge cuando el nivel de exigencias individuales es muy alto (las aspiraciones y necesidades del individuo sobrepasan las posibilidades «normales» o sus propias capacidades); y se manifiesta cuando la sociedad no se adapta a las exigencias del individuo ya sea porque el nivel de exigencias de este sea demasiado elevado, porque la sociedad adopta una actitud hostil o agresiva hacia él o no dispone de los medios para satisfacer sus exigencias.
NOCIÓN DE INADAPTACIÓN
Es preciso previamente reflexionar sobre las definiciones expuestas hasta el momento, en cuanto a que nos dan una noción de inadaptación errónea o mal definida. Una sobrevaloración de los condicionamientos biológicos o personales minusvalora a la persona. Toda desviación ha de ser diagnosticada y tratada teniendo en cuenta tanto a la persona como al entorno social. Es necesario hacer hincapié sobre los problemas sociales que condicionan los problemas familiares y personales que motivan las conductas agresivas, etc. Los conceptos de adaptación e inadaptación no implican un nexo que una al sujeto con su medio, tampoco con un handicap, perturbación o desequilibrio (Lang, 1974 y Perron, 1973).
Podemos decir, a la luz de las anteriores definiciones, que la inadaptación supone apartarse de las normas del grupo y de las estructuras de la sociedad en la cual se vive por distintas razones.
Pero, ¿Por qué los individuos se apartan de las normas del grupo?.
GONZÁLEZ (1996, p. 21) analiza las causas de la desadaptación y del enfrentamiento del individuo con la sociedad y expone la perspectiva de varios autores a lo largo de la historia. Señala que a la hora de comprender el desarrollo de conductas disociales, desviadas o conflictivas, casi todos los autores señalan o hacen referencia a la no aceptación, «entendiendo que cuando el individuo se siente rechazado experimenta un estado de angustia como reacción a tales situaciones y se siente desamparado».
MARTÍNEZ ROIG y PAUL OCHOTORENA nos ofrecen una posible respuesta, con respecto a los menores:
«La inadaptación social del menor se produce cuando determinados valores que se desean (éxito, posición social, nivel de consumo, etc, y hasta bienes elementales para la supervivencia) no se pueden alcanzar de un modo legítimo con los medios y recursos de que dispone el menor» (1993, p. 27).
Las consecuencias de estas situaciones según MARTÍNEZ SÁNCHEZ (1991, p. 121) son la circularidad, y como consecuencia la incontrolabilidad del medio y el «desamparo aprendido». Todo ello produce una serie de déficits tanto en el ámbito cognitivo como en el actitudinal y motivacional (autoconcepto, autoestima y autorrespeto). A su vez, señala como características básicas de los niños inadaptados la inmadurez y la inseguridad.
Estas consecuencias también suelen comprobarse fácilmente en la escuela, ya que estos alumnos aunque pueden poseer una inteligencia normal están afectados por un desajuste personal que en muchos casos provoca conductas agresivas, incapacidad para estrechar lazos afectivos, inseguridad, conflictos familiares y choques con el entorno, fracaso escolar, etc.
GARRIDO GENOVÉS (1990) señala como características los trastornos de conducta (formas abusivas de relación como echar la culpa a otros y fantochear), hiperactividad y déficit de atención, deficiencias en el aprendizaje, en la lectura y en el rendimiento escolar, pobres habilidades de relación interpersonal y pobres habilidades cognitivas de solución de problemas interpersonales.
A estas características del sujeto hay que añadirle las propias de su familia: Una mala relación marital de sus padres, abusos de alcohol y conductas delictivas por parte de cualquiera de sus progenitores, ausencia del padre del hogar, prácticas de crianza basadas en el castigo y la inconsistencia, pobre supervisión del niño, familia numerosa y status social bajo.
AYERBE ECHEBERRÍA (1996a) señala que el hecho de que una persona sea considerada como normal o inadaptada depende de múltiples factores como los de:
- Contexto social. En una minoría marginal hay comportamientos que no se consideran inadaptados mientras que en otros grupos sociales sí que se considerarían como, por ejemplo, el absentismo escolar gitano. - Base social que define el comportamiento inadaptado. - Quién manifiesta el comportamiento. Influyen mucho las características personales del individuo. - Cuáles son las consecuencias de dicho comportamiento y situación. Si conduce a un delito. - A quién/qué afectan las acciones. La actitud social suele ser más benevolente hacia aquellas cuyo comportamiento no afecte a un estrato social alto. - Quién se encarga de evaluar el comportamiento. Se juzga con más benevolencia a sujetos pertenecientes a nuestro grupo social, por ello es importante el grupo social de pertenencia del evaluador. - Cuál es la distancia entre el contexto social de ambos y qué marco de referencia ha creado el propio sujeto.
Según este autor, para entender bien el concepto de inadaptación es necesario considerar, el menos, la mayoría de los aspectos que se citan a continuación:
- La permanencia o duración prolongada de unas relaciones defectuosas o inadecuadas o el riesgo de que se llegue a una situación de permanente insatisfacción o conflicto. - Una inadecuada vivencia y/o utilización de los elementos subjetivos y del mundo circundante. - Inadecuación y desequilibrio entre el concepto que tiene una de sí misma y la experiencia de su desenvolvimiento social. - Consideración de la situación que vive la persona, tanto en aspectos objetivables (social, legal..) como en su dimensión subjetiva: Hechos, situaciones, procesos, experiencias intervinientes en el sujeta. A la larga, la inadaptación produce efectos psicológicos: Falta de recursos, cauces de comunicación inadecuados, percepción adecuada de sí misma y/o de la realidad, etc. - Interacción entre vivencia personal de falta de valía y percepción social despreciativa y consecuente imposibilidad desempeño de un papel valioso. - Falta de participación activa y constructiva, como sujeta social y portador de proyectos en el grupo social. - Dificultades para vivir en sociedad. Incapacidad duradera y seria de vivir adecuadamente, sintiéndose desgraciada en la realidad física, económica, cultural reconociendo (y quizás luchando por superar sus limitaciones). - Pertenencia y participación en un grupo que tenga finalidades alejadas de los patrones intelectuales, afectivos, relacionales o comportamentales, sin que posea alternativas constructivas en relación a la sociedad o a sí mismo. - Ausencia de elementos materiales o inmateriales necesarios para que sea posible una participación social aceptable: Marginación económica, social, cultural, escolar, laboral (AYERBE ECHEBERRIA, 1991a, p. 44).
Por lo tanto, podremos decir que inadaptado es aquel que fracasa ante los estímulos que el medio social le ofrece. La inadaptación implica una conducta específica, es decir, la persona manifiesta un comportamiento discrepante de las conductas o pautas comportamentales consideradas normales dentro del contexto que la rodea. La marginación puede provocar el hecho de que una persona manifieste conductas inadaptadas, no obstante, la supresión del comportamiento diferente no tiene porque implicar el fin de la marginación.
En algunos casos se puede decir que existe una dependencia jerárquica de la inadaptación con respecto a la marginación. En esos casos significa que la situación de marginación es la causa (o al menos es un factor determinante en la etiología de su conducta) de que el individuo llegue a manifestar un comportamiento discrepante; a modo de ejemplo podemos citar el emigrante en un país con una cultura diferente a la suya que sigue manifestando pautas comportamentales que entran en conflicto con la «normalidad». En otras circunstancias la manifestación de un comportamiento discrepante no implica necesariamente que exista una situación de exclusión.
El que un comportamiento discrepante sea aceptado, tolerado, rechazado o perseguido depende de:
- Las características individuales del autor del comportamiento. - Del grupo social al que pertenezca: El nivel de tolerancia del sistema social suele ser más elevado con las «desviaciones» si el inadaptado está más próximo al grupo normativo mientras que, va disminuyendo a medida que los sujetos se alejan de este. Se tolera mejor el comportamiento discrepante de un joven si es de una familia estructurada puesto que a la desestructurada se le supone una mayor situación de riesgo.
No obstante no podemos considerar al inadaptado como aquel individuo que manifiesta una conducta distinta, puesto que sería una apostura muy reduccionista.
La inadaptación, lejos de ser un hecho aislado, es el resultado de un aprendizaje social inadecuado o deficiente que conduce a interiorizaciones, conductas, y situaciones que difieren del contexto normativo en que vive la persona. Es la consecuencia de un proceso de formación de la personalidad que no ha respetado y
satisfecho las necesidades básicas de la persona (las que le permiten una integración social posterior adecuada) a lo largo de su proceso evolutivo.
La conducta de inadaptación se convierte en una forma de satisfacción de las necesidades de la persona. A través de ella se obtiene reconocimiento o atención y se da un sentido a la vida.
No es fácil que un inadaptado modifique su conducta porque sólo recibiría a cambio un nivel semejante de satisfacción en un contexto de integración y, para ello, necesitaría una cooperación social que no encuentra fácilmente.
Lo opuesto a la inadaptación no serían las conductas de sumisión social indiscriminada, puesto que estas implican, además de una desvalorización de la autonomía y capacidades propias, una visión protectora y permisiva de nuestra sociedad, entendida como el mejor de los mundos posibles. Existe un punto intermedio, que es el de la autonomía personal, la cooperación con las demás, la capacidad crítica y de cambio…
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