¿Qué pasaría si mañana por la mañana se despertara y descubriera que tiene todo el poder de Dios? El viento y las olas obedecerían sus órdenes. Podría hacer que los sordos oyeran y los ciegos vieran. Incluso podría resucitar a los muertos. ¿Seguiría sintiendo la necesidad de orar? Jesús sí. Una vez abrí una Biblia vieja y marqué cada referencia que se hacía a Jesús cuando oraba. Fue sorprendente ver cuán a menudo los escritores del Evangelio relatan que el Señor oraba. A veces se iba a un lugar retirado en una montaña para orar a solas. En otras ocasiones, oraba en voz alta entre sus seguidores. Oraba cuando se preparaba para tomar decisiones importantes, como el llamamiento de los doce. Les enseñó a orar para que pudieran tener el poder de Dios en sus vidas. Jesús tenía todo el poder y la autoridad de Dios en Él, no obstante, oraba. Su vida de oración establece un ejemplo perfecto de cómo una persona debería vivir en comunión con Dios. Pero no ofrecía sus oraciones solo para proporcionar un ejemplo. Sus oraciones eran reales. Vivía con la oración. E. M. Bounds, que se pasó la vida estudiando y escribiendo sobre la oración, escribió: llenó la vida de nuestro Señor mientras estuvo en la tierra.
Su vida fue un constante flujo de incienso endulzado y perfumado con la oración”. Si usted es como la mayoría de los cristianos si se siente insatisfecho con sus oraciones y quiere que estas ocupen una parte más amplia en su vida. Entendemos que Dios obra a través de la oración. Oramos creyendo que Él escucha y responde cuando le hablamos. Para el creyente que está madurando en Jesucristo, la oración no es solo algo que se deba hacer en la mesa antes de las comidas, o cuando uno se levanta por la mañana y antes de irse a dormir, o incluso en momentos de soledad y meditación. Compartimos el deseo de Dios de que la oración se convierta en parte central de nuestras vidas. Sabemos que el Señor ansía que nuestros días estén llenos de oración. Experimentamos su propósito cuando oramos. Entendemos que Él quiere que la oración forme parte central en todo lo que hacemos y en todo lo que somos.
Consejos para desarrollar una vida llena de oración.
La Biblia nos dice: “Haya, pues, en vosotros este sentir [actitud] que hubo también en Cristo Jesús” (Fil. 2:5). Al orar… 1. Pídale a Dios que le ayude a desarrollar el tipo de actitud que tenía Jesús. La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús. quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Filipenses 2:5-6. NVI 3. Dé gracias a Dios por el honor de acudir ante Él en oración. Así que, hermanos, mediante la sangre de Jesús, tenemos plena libertad para entrar en el Lugar Santísimo. Hebreos 10:19. NVI
2. Comprométase a obedecer lo que Dios le ordene en su Palabra. Jesús respondió: «Pero aún más bendito es todo el que escucha la palabra de Dios y la pone en práctica» Lucas 11:28. 4. Alabe a Dios por darnos a su Hijo, Jesucristo. Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en las regiones celestiales con toda bendición espiritual en Cristo. Efesios 1:3
Adaptado del libro Fortalezca su vida de oración en 28 días Por Stephen Nelson Rummage © 2010 por Editorial Portavoz