Azúcar y sucedáneos
Manuelita
MÁS QUE AZÚCAR
La planta de alcohol carburante fue inaugurada en 2006.
En 2020, el grupo Manuelita le apuesta a convertirse en una empresa líder agroindustrial en Latinoamérica, con un modelo de negocios basado en la sostenibilidad económica, social y ambiental.
H
ace 153 años, cuando fue creada la organización Manuelita, el negocio se enfocaba solo en la producción de azúcar. Hoy, la gran apuesta se centra en ofrecer alimentos, energías renovables e insumos para la industria en cuatro plataformas: caña de azúcar, aceite de palma, acuicultura y frutas y hortalizas, que la convierten en una empresa líder del sector agroindustrial con presencia en Colombia, Perú, Chile y Brasil, y más de 50 países. Para este año, el reto es continuar con el desarrollo y consolidación de las cuatro plataformas en un entorno poco dulce por la volatilidad climática y bajo crecimiento económico en la región. Su emblemático negocio de producción de azúcar atraviesa por cambios en el consumo que retan a esta industria a innovar sus productos. Según Harold Eder, presidente de Manuelita, las nuevas preferencias de los consumidores al buscar una dieta balanceada los llevan a comprar productos más naturales y con calorías acorde con la actividad diaria. Asimismo, se inclinan por alimentos elaborados con prácticas avanzadas de sostenibilidad social y ambiental. Ante esta exigencia, Manuelita amplió la oferta de presentaciones de azúcar, sin químicos y otros endulzantes naturales, con diferentes niveles de calorías. Manuelita es el tercer productor de azúcar en Colombia, y muele hoy cerca de 10.000 toneladas de caña al día. También es el primer productor de azúcar refinada en Perú, en donde tiene sembrada caña, en pleno desierto. El destino principal del azúcar refinado de este centenario ingenio es elaborar
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ESPECIAL ALIMENTOS
HAROLD EDER, PRESIDENTE DEL GRUPO MANUELITA
gaseosas, jugos y refrescos, confitería, salsas y conservas, licores, lácteos, panadería y pastelería, y hasta medicamentos. El producto estrella es el azúcar refinado ‘Alta pureza’, que posee una pureza (nivel de sacarosa) del 99.8%, lo cual la hace más sana y dulce que otros azúcares del mercado. Y hay endulzante para todo los gustos: pulverizada, blanca o morena, light con estevia y hasta para diabéticos. El nuevo look de esta empresa incluye la presentación en sobre pequeño, en caja, en bolsa y en formatos especiales para la industria y exportaciones. CRUZANDO FRONTERAS
El azúcar siempre ha movido esta empresa, aunque en los últimos 30 años también produce etanol, aceite de palma y biodiesel, a la vez que genera energía, cultiva uvas y vende mejillones y camarones, así como otros subproductos para uso industrial. Este proceso de diversificación a otras plataformas agroindustriales empezó en Colombia en 1986, con la operación de cultivo y procesamiento de aceite de palma en el Meta y la incursión en el negocio de la acuicultura en Cartagena. En 1998 inició el proceso de internacionalización de Manuelita con la compra de Agroindustrial Laredo, en la ciudad de Trujillo, al norte del Perú. Fue el primer ingenio peruano en producir azúcar refinada de alta
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CON TODA LA ENERGÍA Desde 2006, Manuelita produce bioetanol de caña de azúcar y en 2009 inició la producción de biodiesel de aceite de palma, lo que la convierte en la primera productora de biocombustibles avanzados en Colombia a partir de dos fuentes de biomasa. Es el primer productor colombiano de bioetanol en ingresar a Brasil. Ahora, Manuelita le apuesta a la generación de energía eléctrica renovable, con dos propósitos: autoabastecer su propia energía para sus plantas y generar excedentes para la venta a la red púbica en Colombia y Brasil. “Allí hay mucho potencial montando turbogeneradores de mayor capacidad, de modo que podemos tener energía suficiente para mover nuestras fábricas y excedentes para vender al público”, explica Harold Eder, presidente de Manuelita.
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pureza y es pionero en el cultivo de caña en condiciones desérticas gracias al novedoso sistema de fertiriego por goteo. En 2007, amplió su oferta de alimentos y su presencia en Perú con el negocio de producción y exportación de frutas y hortalizas frescas en la región de Ica. Su incursión en ese país la llevó a posicionarse como uno de los diez primeros exportadores de uva de mesa sin semilla del Perú y uno de los principales proveedores de uva de mesa para Walmart, en Estados Unidos. En ese mismo año, Manuelita llegó a Chile al crear una empresa dedicada a la siembra, procesamiento y exportación de mejillones. Hoy es uno de los productores de ese alimento en el país austral con mayor productividad, además de ser el segundo mayor exportador de estos moluscos a Europa del Este y fue el primer exportador de mejillones de Chile en Latinoamérica en 2015. Tres años después, inició en Brasil la producción de alcohol en Vale do Paraná, ingenio sucro alcoholero en alianza entre Manuelita y el Grupo Pantaleón de Guatemala. El presidente de Manuelita destaca de esta organización su propósito central
de “generar progreso y bienestar con empresas y productos ejemplares, a partir del aprovechamiento racional y sostenible de los recursos naturales”. Para el directivo, la clave de este grupo, además de responder a las necesidades de los clientes, es el compromiso con la sostenibilidad social y ambiental. Es una compañía que genera más de 9.600 empleos en los países donde opera y más de 5.000 en Colombia. Asimismo, atiende a casi 3.000 clientes en más de 50 países. Y como parte de su responsabilidad empresarial, Manuelita destina más de $23.600 millones en inversión social anual y más de $10.600 millones en inversión ambiental. Dentro de este aporte se destaca, entre otras acciones, la operación de cultivo y extracción de aceite de palma en el Meta, en donde no se desperdicia nada. Por ejemplo, algunos de los residuos vegetales, las cenizas de la caldera y los efluentes de la planta extractora de aceite se convierten en fertilizante orgánico y las aguas residuales de la planta extractora y de biodiésel se utilizan para producir biogás con el que se genera electricidad. Y en el campo de lo social, uno de los casos de éxito es Educar Uno a Uno, proyecto de la Fundación Manuelita que beneficia a 1.200 estudiantes en Palmira. El programa busca mejorar la calidad de la educación pública a través de un modelo integral que per-
El azúcar siempre ha movido esta empresa, aunque en los últimos 30 años también produce etanol, aceite de palma y biodiesel, genera energía, cultiva uvas y vende mejillones y camarones. mite a los docentes enriquecer la enseñanza a través de proyectos de aula, aprovechando el potencial de las TIC con un computador por cada niño. En su tercer año, el proyecto ya muestra un mejoramiento en los indicadores de calidad de la enseñanza de docentes, en competencias TIC de estudiantes y en mayor número de egresados matriculados en universidades y programas de formación técnica.
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