Granada Costa
31 DE MARZO DE 2017
Cultural
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El vasar poético
B
Jorge de Arco Madrid
ajo el título de “Nortes” (Norbanova. Madrid, 2016), se edita el tercer poemario de Antonio Linares Familiar. Este salmantino (Peñaranda de Bracamonte, 1962) afincado en Madrid, lleva años alternando su labor docente con su actividad lírica y traductora. En 2011, veía la luz “El perfil de la torre”. En esta entrega, Antonio Linares apoyaba su contemplación sobre un tiempo distinto y renovador, y sus ojos se detenían en los perfiles y las luces de una Naturaleza fraternal y sanadora: La mirada se torna familiar ante el diálogo de las piedras; los días caen entre los surcos arados con sal de lagrimas bajo un sol en agonía, mientras, ajeno a mi caminar, busco una flor azul. Ahora, en “Nortes”, la “flor” sobre el que pinta su cotidianeidad, se va plagando de incertidumbres, de ausencias, de aguaceros, de nombres, de soledades, de insom-
Alejandro García Boyano Almuñécar-Granada
D
. Tirifilo estaba a medio despertar cuando escuchó un chirrido que no provenía del brazo de su esposa Doña Anélida ni de su rodilla. Don Tirifilo ya más despierto observó que el chirrido procedía de la puerta de la habitación que se abría lentamente, muy lentamente, con una lentitud desesperante, lentitud comparable al paso de una tortuga poliomielítica carente de sentido de la prisa. La puerta se entreabrió, por fin, ante la atónita mirada de los esposos, fue el momento en el que Doña Anélida se dirigió a su esposo: mira Tirifilin, parece por la entreabierta puerta una mano empuñando un revolver, pistola de un solo cañón compuesta de un tambor giratorio, de varias cámaras posiblemente cargado con balas. ¡Tienes razón! Ya lo veo y la mano que empuña el revolver me parece que es la de “Maritripa” la partera que viene a exigir el aguilando. Yo creo que no. Me parece que la manera de sostener el arma se corresponde con la mano de un profesional, de un asesino en serie. ¿No ves que no tiembla? ¡Bueno preguntémosle! D. Tirifilo preguntó al dueño de la mano que empuñaba el revolver ¿Sois vos un asesino?
CON UNA BRISA DEL NORTE nios… que susurran junto al corazón la llama del tiempo inexorable. La memoria se derrama y se recuesta en los silencios que sirven de reflexión a un yo poético esperanzado si descreído: Miro hacia donde no estoy y descubro una figura perdida en la esquina de la edad: con una señal me indica trazos de mi sombra y con una brisa del norte los arrastra hacia una escalera de caracol y nos reúne a la mesa par diluirnos en este momento. En el decir del vate salmantino se funden elementos de indudable interés: un personal simbolismo, una íntima reflexión sobre el ceremonial de la existencia y una visión realista y, en cierta medida, descarnada, sobre la finitud del ser humano. Elementos, al cabo, que se conjugan de manera solidaria bajo una luz común y reveladora.
Dividido en cuatro apartados, “Norte de lugares y memorias”, “Norte de las convicciones”, “Norte de los silencios” y “Norte de la (in)con(s)ciencia”, el volumen va trazando un mapa de andanzas y remembranzas, de soles y lunas, de pavesas y llamas.., que sostienen las pretéritas y las vigentes vivencias que conforman el día a día del poeta:
estas páginas, conforman el universo almado de un escritor de palabra viva y verdadera, honda y desnuda, que pugna por salir ileso de la desigual batalla contra la vida: Escucha a las urracas, graznan mis pecados más allá de esta copa que se vierte sobre mi tumba.
Aquí ahora, asumo los requisitos de estar vivo. Injerto mi alma en su cauce, disuelvo los miedos en la esperanza para que mis cenizas en alguna mirada sean viento, lluvia, árbol, o una lágrima. Después de leer -y releer- los versos de Antonio Linares, he recordado, al poeta suizo Hans Grapp, quien dejara escrito en su libro “Monólogos del tiempo”: “Mi Norte no tiene fronteras./ Mi Norte es una herida,/ una palabra huérfana./ Mi Norte es el rincón de mis anhelos”. Los anhelos, sí, las inquietudes, las preguntas, que van surgiendo al hilo de
EL VECINO DEL 3º A No, soy el vecino del 3º A me he equivocado al tocar en el ascensor y al encontrar la puerta abierta como esta casa tiene la misma distribución que la mía he entrado, la pistola es de chocolate pero sin almendras y Vds. perdonen está muy rica, me voy. ¡Queden con Dios y con el Beato de Liébana! D. Tirifilo y Doña Anélida se tranquilizaron, se miraron, sonriendo y desayunaron berberechos con nata al vapor. Después D. Tirifilo se encerró en su despacho y se dispuso a trabajar para lo que él llamaba “la Revista Maldita” y trabajar trabajó pergeñando lo que se transcribe tal como D. Tirifilo María de Jesús lo entregó a su dirección un viernes 19 del 11 a las 11 horas 11 minutos y 11 segundos (en Canarias el horario es diferente). SONETO MARIANO Desde la tierna infancia te entregaste en la lucha sin parar a la conquista España se ensancha ante tu vista al ritmo de tu voz y estandarte.
Del palacio de la Moncloa relevaste al político infiel y socialista y en el mismo sitio como conquista a tus amiguetes con amor alzaste. Tu invicta campaña te cubrió de gloria por tus virtudes te aclaman santo y eres genial, leal y justiciero. Gozosos por honrarnos en tu historia tus amiguetes con cadencioso canto también te proclamamos el primero… D. Tirifilo también terminó la siguiente composición musical. Viernes 19 de noviembre Fun. Fun. Fun. Viernes 19 de noviembre fun, fun, fun víspera del 20 de noviembre YA se murió el asno de cara de vinagre que le dio un pasmo al bicho miserable pun, pun, pun. Después siguió escribiendo sin parar, hasta el amanecer del tercer día en que
todo cambió. D. Tirifilo agotó el bolígrafo y siguió escribiendo con un rotulador blanco y que al amanecer del tercer día d. Tirifilo se sintió como Dios y le dio por crear las aguas de la lluvia y dejar trozos secos en la tierra y a los charcos llamo mares. Después en el jardín de su casa plantó árboles frutales cuya semilla se reproducía según su especie, y vio D. Tirifilo que toda semilla se reproducía según su especie, y vio D. Tirifilo que todo marchaba bien y así trabajó creativamente por la tarde y la mañana. Luego dijo “Haya lumbreras en el firmamento” y así siguió hasta que se cansó pensando para sí: “Estos trabajos tan importantes no están nada retribuidos”. Hace 3 días que estoy escribiendo desde el amanecer o sea desde el 19 de noviembre y estamos a 22. ¡Maldita revista y maldito vecino de la pistolita! ¡Me defeco en su madre! D. Tirifilo ya más tranquilo se deslegañó y se preparó un bocadillo de sardinas en tomate ante la piadosa mirada de su sufrida Doña Anélida. Y se acostó.