DAYUMA Por: Lcda. Gina Franco Raffo "Ningún sacrificio que hagamos por DIOS, es más grande que el sacrificio que él hizo por mí". Jim Elliot. Hace pocos días falleció Dayuma Kento, la primera huaorani contactada que llegó a ser la máxima líder de su nacionalidad, vivía en el Puyo pero fue sepultada en Toñampari, una comunidad ubicada a 20 minutos de vuelo desde el aeropuerto Rio Amazonas de Shell, Pastaza, cumpliendo así, su última voluntad. Fue la creadora de la organización Onawe, ahora NAWE (Nacionalidad huaorani del Ecuador) y en 1991 entregó el mando a Nanto Huamoni. La historia de Dayuma es una muestra de fe y valor, nació a comienzos de los años treinta en la selva oriental del Ecuador, como miembro de la tribu Huaorani, (Aucas), creció en una de las más violentas sociedades conocidas por la antropología, cuando ella era joven, su padre fue mortalmente herido en un ataque, Esto impulsó a Dayuma a huir de su tribu con otras dos chicas para irse a vivir con los más pacíficos quichuas, su familia le pidió que no fuera, creyendo que todos los extranjeros eran caníbales, pero Dayuma estaba convencida de que sus posibilidades de sobrevivir serían mayores si se iba. En 1955, Jim Elliot, junto con otros misioneros incluyendo el hermano de Rachel, Nate Saint, hicieron planes para contactar a los huaorani, se reunían con Dayuma cuando Rachel viajaba para aprender huaorani, cuando arribaron a territorio huaorani a comienzos de 1956, encontraron tres huaos amistosos, un hombre y dos mujeres. Una era la hermana de Dayuma, Gimade, que quería averiguar qué había pasado con su desaparecida hermana. Dos días más tarde, los hombres fueron asesinados por un grupo más numeroso de guerreros huao, incluyendo algunos familiares cercanos de Dayuma. Dayuma, vivió fuera del territorio huaorani por muchos años, en una hacienda, en el lugar había muchos quichuas y gente de otros lugares, ocasionalmente intentó asimilarse a la lengua y la cultura quichua y de ese modo se hizo amiga de una misionera norteamericana llamada Rachel Saint que tomó interés en aprender la lengua huaorani, también llamada “Huao Terero”. Esta lengua no está relacionada con ninguna otra conocida en la tierra y nunca había sido estudiada antes. Dayuma fue una gran ayuda para Rachel, a pesar de que había olvidado mucho de su idioma natal y no hablaba inglés. En los años 50, Dayuma trabajaba en una finca cuando fue rescatada por un grupo de misioneros norteamericanos del Instituto Lingüístico de Verano que habían acudido a evangelizar territorios cercanos al río Curaray.
Las misioneras Raquel Saint y Elizabeth Elliot habían conocido a Dayuma y convencieron al dueño de la hacienda, en abril de 1956, para que les entregara temporalmente a la mujer, por una alta suma de dinero. Mientras Dayuma permaneció en la hacienda y trabajó de cerca con Rachel Saint, quien le presento a Jesucristo como su Salvador y lo aceptó, ella comenzó a enseñarle más sobre la Biblia y Dayuma continuó enseñándole a Rachel su lengua. Más adelante, en 1958, dos mujeres de la tribu de Dayuma vinieron a contarle que su madre Akawo todavía vivía. Dayuma partió con ellas, pero pronto volvió al pueblo quichua con una invitación para Rachel Saint, Elisabeth Elliot y su hija de 3 años, Valerie, para que vayan a vivir con ellos. Así comenzó el primer contacto pacífico con la tribu Huaorani. Dayuma fue muy importante para que muchos de sus familiares acepten a Jesucristo como su Salvador personal, Elisabeth Elliot, esposa de uno de los misioneros asesinados, dijo que “Dayuma fue la predicadora”. Las enseñanzas del evangelio tuvieron un efecto a largo plazo en la tribu, sobre todo porque los homicidios se redujeron al menos el 90%. Steve Saint aún no cumplía los cinco años de edad cuando su padre, Nate Saint, y otros cuatro hombres fueron asesinados con lanzas en 1956 por los Aucas, ahora conocidos como Huaorani. Los cinco misioneros y sus familias fueron a vivir a las junglas de Ecuador con la esperanza de llevar el Evangelio a las tribus salvajes que habitaban allí. Cuando los hombres murieron, la tía de Steve, Rachel, y Elisabeth Elliot, esposa de uno de los mártires, decidieron valientemente continuar con la obra, pues se sintieron comprometidas a perpetuar la misión por la que sus amados esposos habían dado la vida: transmitir el Evangelio a los Huaorani, las dos mujeres convivieron con la tribu, enseñaron a leer a los nativos y les transmitieron las Sagradas Escrituras, como resultado, algunos de los Huaoani decidieron servir a Dios. Dayuma, también había aprendido a coser mientras vivió con los quichuas y confeccionó ropa para su pueblo, ella vivía con los huaorani en el pueblo de Toñampari, que está muy cerca donde los cinco misioneros fueron asesinados. Allí también se encuentra el sepulcro de Rachel Saint. Dayuma quien falleció a los 91 años, fue llevada por su familia hasta Toñampari, para que se cumpla la promesa que ella realizó hace 20 años, de que debía ser sepultada junto a la tumba de la misionera Raquel Saint, a la que conoció en 1956 y consideraba su hermana. Esta es una historia verídica acerca del perdón, el amor de Jesucristo y la devoción de un misionero al llamado de Dios.
PIE DE FOTO: Dayuma fue llevada a Estados Unidos y con apoyo del Instituto Lingüístico de Verano, encargado de evangelizar (contactar a los huao, conocidos entonces como Aucas), Rachel Saint la sometió a un intenso trabajo para elaborar un alfabeto huaorani.
DAYUMA, líder de la nacionalidad huaorani asentada en el interior de la Amazonía de Pastaza, Napo y Orellana y convertida al cristianismo en 1957, ayudo a evangelizar a sus hermanos que conformaban la tribu de los Huaoranis.
Nate Saint, con “Jorge” un contactado de la tribu de los Aucas, Saint fue asesinado junto a cuatro misioneros que vinieron a la selva amazónica para cumplir la misión de evangelizar a este pueblo indígena.
Pie de foto: Rachel Saint, regres贸 a la tribu huaorani con Elisabeth Elliot.
PIE DE FOTO: Steve Saint hijo del misionero, Nate Saint, asesinado por los Aucas, se crió entre los Huaorani, pasaba parte del tiempo en la escuela en los Estados Unidos, y el resto del año vivía en la aldea de la jungla.