EL RACIONAMIENTO EN COLOMBIA Alexander Rend贸n
El siguiente artículo es tomado del periódico La semana, El Tiempo y El País y la pagina virtual Wikipedia del día 8 de marzo del 2016. La Crisis energética de 2015-2016 es una crisis que se presenta en Colombia durante el segundo gobierno del presidente Juan Manuel Santos, entre los años 2015 y 2016, provocada por la disminución de la capacidad de suministro de energía eléctrica del país debido al fenómeno de El Niño combinado con la falta de previsiones del gobierno colombiano. El fenómeno climático provocó sequías en el territorio colombiano, lo cual afecta los niveles de los embalses generadores de energía hidroeléctrica y termoeléctrica, provocando déficit en la producción de energía de las instalaciones operadas por ISAGEN y Empresas Públicas de Medellín.
El gobierno del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, está tomando las medidas para evitar un eventual apagón. El 8 de marzo de 2016 el gobierno anunció planes para ahorro de energía y agua, estableciendo una meta diaria de 5% En varias ciudades se están implementando el ahorro necesario en algunos sectores industriales, gubernamentales y poblaciones.
Consecuencias El costo económico anual de un racionamiento de energía en Colombia oscila entre 1.000 y 1.600 millones de dólares, sin contar con el impacto social que se desprende de los apagones. Así se deriva de varios estudios realizados por entidades como Interconexión Eléctrica S.A. (ISA) y el Banco Mundial. El corte obligatorio de energía empieza a tener consecuencias desfavorables en pequeñas y medianas unidades productivas. Los esfuerzos del Gobierno para evitar un racionamiento eléctrico, del tipo del que se presentó en 1992 cuando se dijo que el país estaba “sobredimensionado” en la generación de energía, no parecen efectivos
“Es claro que el sistema eléctrico nunca ha estado a la altura de las necesidades del país. Lo del cargo de confiabilidad ha sido un desastre, la capacidad instalada es insuficiente. Si hoy no estamos en apagón es porque estamos importando energía de Ecuador. Aquí no se puede hablar de imprevistos y de fenómenos que nadie contaba, lo que pasa es que no ha habido una política de prevención”
Lo cierto es que el país está frente a un inminente racionamiento, más que a un apagón. “Nuestros análisis muestran que habría algunos días en los que podríamos tener problemas en horas puntuales, donde la demanda sobrepasaría la capacidad
de generación del sistema”, dijo María Nohemí Arboleda, gerente de XM, operadora del mercado energético. De hecho, expertos coinciden en que una suspensión, así sea parcial, traerá serias implicaciones para el crecimiento económico de Colombia. Todos los cálculos apuntan a que un racionamiento podría reducir el crecimiento de la economía hasta en un punto del PIB, cerca de $8 billones. El panorama no deja de ser desalentador si se tiene en cuenta que el Gobierno estima que la economía crecerá 3 % en 2016. “Ese efecto económico ya inició: Desde 2006 los colombianos pagamos $18 billones por cargo de confiabilidad, vía tarifas, que se suponía era para garantizar la seguridad del sistema. Estamos ante un fenómeno de usurpación de dineros públicos peor que Reficar y SaludCoop”, sostiene el economista Aurelio Suárez. “Es muy difícil” en este momento, cuantificar en términos económicos el cambio de los hábitos de consumo y productividad de los hogares, la inversión adicional de muchas empresas en plantas eléctricas para que puedan operar y los menores ingresos por la falta de energía, entre otros factores, agrega. “La experiencia enseña que estos apagones implican una caída de la economía en más de un punto del PIB. Sin duda, los sectores más afectados serán la industria, el comercio y los hogares. Pero además el ciudadano se verá muy afectado porque sin luz habrá menos empleo, y habría que esperar a ver cómo se comportan los precios de la energía en bolsa”, señala el economista Eduardo Sarmiento, quien anota que un racionamiento afectaría “las ya deterioradas exportaciones”.