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EDITOR Cultura en Escena CORRECCIÓN DE ESTILO Liliana Rojas Álvarez DISEÑO Ana Isabel Plascencia Vásquez FOTOGRAFÍA Francisco Salazar, César Orozco, Luis Garza

COLABORACIONES Héctor Zagal, Leticia Robles, Laura Uribe, Liliana Rojas, Jesús Brito.

CORREO ELECTRÓNICO

cultura.escena@gmail.com

ANUNCIANTES EN ESTA SECCIÓN: MUSEO RAÚL ANGUIANO 22 | LUNA MORENA 40| INSTITUTO CULTURAL CABAÑAS 42|

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contenido

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Diciembre 2009 / No. 1

HÉCTOR ZAGAL

Hay muchos que son menos iguales que otros.

4 EDITORIAL > Una mirada 23 LITERATURA > De la más. vista nace el amor.

36 CINE > Dos documentales.

6 MÚSICA > L a m ú s i c a 26 ARTE > Museos. Huic hola, como medio de transmisión de nuestras 29 COMIDA > raíces culturales. Degustando herencias culinarias del pueblo 10 JOSÉ BENÍTEZ > … huichol wixarika. Chaman, Wixirika, Artísta. 32 DIAGNÓSTICO > Y la 15 ADIVINANZAS artesanía...

38 POESÍA > Estoy llorando... 41 ADIVINAZAS > Respuestas


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yszard Kapuscinski, aquel gran escritor y periodista, ha dicho con precisión que “logro entender la historia de la humanidad cruzando museos y estimando toda forma artística creada”. Y así entendemos en PAUSA la trascendencia del arte y la cultura como nuestra razón de existir. Nuestro proyecto editorial percibe a la lectura y la promoción del arte como un acto civilizatorio en la que todos los seres humanos libremente aportan a la construcción de ciudadanía, reto que asoma y procura de manera leal y auténtica como uno de los cimientos para la transformación de nuestro país. José Vasconcelos, aquel primer gran reformista y promotor de la educación post-porfiriana, defendió que “La Cultura engendra progreso y sin ella no cabe exigir de los pueblos ninguna conducta moral”. Parece triste pero esa concepción siente un proceso estacionario en la que nos encontramos inmersos en una sociedad de ciudadanos de perfil bajo a merced de los poderes fácticos y de su hegemonía del conocimiento. PAUSA viene a sumarse a esos proyectos y apuestas, a respaldar el derecho al desarrollo y conservación de la propia cultura, las tradiciones y la participación

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Una mirada más social. A fomentar y difundir el talento natural de los jóvenes sin el afán segregacional de la edad que por no coincidir en la lógica del mercado la frustración creativa implora, que como bien acertaba el ilustre Juan José Arreola: “Juventud no es la de aquel que tiene 20 años, Joven es aquel que se conmueve ante cualquier injusticia en el mundo”, buscamos hacer honor a ello. Todas las visiones son necesarias, PAUSA es una mirada más, sin todas ellas, el debate y la deliberación de las ideas no llegaría a la profundidad de los temas. En consecuencia los sucesos de progreso y desarrollo en educación y cultura se verán afectados en la decadencia y cacicazgos privilegiando a unos pocos.

-FRANCISCO AGUIRRE

En fin, ¿Por qué mejor no te detienes y haces una PAUSA?


MÚSICA

La música Huic hola, como medio de transmisión de nuestras raíces culturales. Como un lenguaje para comunicarse con los dioses.

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n el devenir histórico, una de las riquezas culturales más importantes de los pueblos ha sido, sin duda alguna, la música. Todas las culturas han encontrado este arte como un medio para transmitir su sentir utilizando la imitación de la naturaleza, asimilándola como la expresión artística más antigua que ha encontrado el hombre para transferir sus sentimientos y pensamientos, como una forma de transmutar el mundo material en uno más espiritual, llenando su existencia de ritos musicales, venerando a los cuatro elementos o a animales que por su majestuosidad, recrean el mismísimo semblante divino… por medio de un despertar a la 8

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sensibilidad, abriendo sus ojos a la naturaleza que los rodea, reconociendo que el ser humano está hecho para la belleza. En el caso específico de nuestro país en donde abunda la riqueza cultural en los pueblos prehispánicos no se marca la excepción, un ejemplo es el caso de los Wixárika, pueblo huichol situado en el espinazo de la Sierra Madre Occidental del estado de Jalisco, que designa una relación intersubjetiva entre los artistas y la naturaleza, en donde la creación de la música está íntimamente ligada con aspectos cósmicoreligiosos concretos. Los Wixaritari ven la música como un lenguaje para comunicarse con los dioses, por esto en sus viajes a Wirikuta (lugar donde se reúnen los Dioses) se manifies-


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ta la creación de ésta por medio de los sueños, y es interpretada por las personas que tienen ese don, luego la transmiten a los músicos y se canta. Para ello, se utilizan como medio de comunicación cuatro instrumentos fabricados con materia prima: -

Raweri. Un pequeño violín que ejecuta la melodía. - Canari. Una pequeña guitarra, que es la que generalmente acompaña la melodía del raweri. El raweri simboliza la feminidad y la canari la masculinidad. - Tépu. Es un membranófono fabricado con cuero curtido de venado. Para la construcción del cuerpo 10

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del tambor, el Mara’akame (cantador) elige el árbol de roble que le señalaron los dioses mediante una interpretación onírica. Kaiza. Es una sonaja elaborada con tecomate que contiene semillas o piedras. Su sonido hace referencia a la serpiente de cascabel, que es la mensajera del Padre Sol.

Al respecto, “el Venado azul” un músico huichol procedente de la comunidad de Santa Catarina municipio de Mezquitic, manifiesta acerca de su experiencia en la interpretación de la música que la conexión antes mencionada le hizo “aprender muchas cosas sobre la naturaleza, sobre el valor de ser indígena y wixárika”.

Este músico inició su carrera hace muchos años en un centro ceremonial de su comunidad interpretando las canciones tradicionales de su pueblo “fue allí donde aprendí a tocar música tradicional, desde el centro ceremonial, allí fue donde causé la admiración de mis compañeros porque salí, no muy listo, pero más creativo”. Aunque en la actualidad “el Venado Azul” compone e interpreta canciones de corte más popular, es de cualquier manera una conexión con nuestras raíces autóctonas ya que, buscando una manera de mantener a su familia, pidió permiso para salir de su centro ceremonial y en un viaje que hizo con su mujer se dio cuenta de que una forma de subsistir po-


día ser haciendo lo que sabía, cantar, utilizando como herramienta “la lengua materna –de nosotros- y el español… eso fue lo que impactó” pues gustaba a las personas y le permitía obtener los ingresos necesarios para la manutención de los suyos.

“y entonces de esa manera fui poco a poco entendiendo que en otra vuelta, aprendiendo una canción, podía cantar y ganar dinero rápido… en un restaurante, por ejemplo, nos poníamos a cantar -bueno- yo me puse a cantar porque todavía a las mujeres en ese tiempo les daba mucha pena… estamos hablando que fue hace doce años y de esa manera fue como empecé y sostenía a mi familia, para estar y cumplir con el lugar sagrado”. Así “el Venado Azul” se ha convertido en un pionero de la transmisión de la música Wixárika a los mestizos, demostrando su amor por la naturaleza, respeto por lo sagrado y sobre todo por sus tradiciones. Su tarea es ardua pero concreta: ser un enlace con miles de personas, pues quiere cantar “para los jóvenes, para mis sobrinos, para mis nietos, para toda mi gente, para toda la gente de la comunidad con raíz indígena… yo por el momento lo que estoy haciendo es que la gente conozca al venado azul, escuche la voz del venado azul; que escuche la voz nativa de México, indígena, Wixárika… el día de mañana si Dios nos presta vida quiero cantarle al abuelo fuego, al aire, a la madre tierra, al agua”. Actualmente este músico está en la labor de dejarse crecer el cabello para encontrarse con sus antepasados, quiere purificar su identidad cultural, indígena… ejemplo a seguir para todos aquellos que nos hemos olvidado de nuestras verdaderas raíces.

-IDALIA GONZÁLEZ

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El arte para Benítez, eterno enamorado de la vida, representó una forma de expresar las riquezas de sus creencias, la cosmovisión de su pueblo, el reflejo de su mundo, la memoria de sus antepasados; y un redescubrimiento de su identidad perdida en la emigración.

“Cuando empecé a trabajar en la costa, cambié mis prendas de manta y mis kakaite, por ropa mexicana, y pronto me sentí como un mestizo.” “No podía dibujar las figuras como eran, pero volví a pensar sobre las vidas de nuestros abuelos, nuestros padres y sus costumbres”

Mara’akame José Benítez Sánchez, Artista Wixarika.

N

acido 1938 en San Pablito, Nayarit, con tradiciones religiosas y vínculos familiares que lo ligan a la comunidad de San Sebastián Teponohuastlán, Wautüa; el mara’akame Yucauye Cucame, José Benítez Sánchez fue uno de los indígenas más destacados en toda la escena cultural; ya que a lo largo de su vida se desempeñó como intérprete lingüístico y artístico, músico, maestro y defensor de los derechos de su pueblo. 14

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Benítez realizó una serie de viajes o peregrinaciones y sacrificios votivos a los sitios sagrados (Wirikuta, Tuamuxawitá, Nüariwametá, Teakata, entre otros) que sensibilizaron y prepararon su mente y espíritu para retomar su camino chamánico iniciado en su niñez y volverse un mara’akame respetado y admirado por otros mara’akate; en varias ocasiones, realizó varias “ausencias creativas” prolongadas, integrándose a las costumbres y al camino tradicional religioso, mismas que le dotaron del gran conocimiento plasmado en cada uno de sus cuadros. Por ello, sus expresiones artísticas se fueron tornando cada vez más complejas, al grado de crear sus figuras con tal abstracción que pueden: “reconocerse como símbolos de una iconografía” y que han sido fuente de inspiraron para muchos artesanos. La capacidad del Mara’akame queda manifiesta, de manera inmejorable, cuando al verse obligado a utilizar materias primas diferentes debido a la dificultad para conseguir estambre de lana y a la escasez de la cera de Campeche, integró el estambre acrílico más delgado logrando cuadros con una misma calidad.

En todo momento, en el trabajo del


Mara’akame, existe claramente el anhelo de mostrar la realidad de su pueblo, impregnando los elemento de sus obras con un profundo sentido religioso que es, en sí, la plataforma sólida que impulsa al Wixiraka en todo momento, y le da las directrices de las temáticas, colores, formas y figuras tan peculiares de su cultura. “Los que hacemos el arte, la pintura, los cuadros, lo llenamos de energía, de respiración, de fe en lo que hacemos.”

LA SEMILLA DEL MUNDO Esta obra, que se encuentra expuesta en la estación central del tren ligero de Guadalajara (estación Juárez), le mereció a José Benítez Sánchez ser galardonado con el premio Nacional de Ciencias y Artes en el 2003. En ella nos narra la cosmovisión de su concepción del mundo: “El primer mundo es en el que los dioses crearon el mundo: ahí vivían nuestros antepasados y quedaron los templos de Haramara (Madre lluvia), cuando la diosa Iwakame o Nakawé (mujer anciana) salió del primer mundo y cayó boca arriba haciendo que de su boca brotara la vida en forma de agua inundándolo todo. El segundo mundo fue originado por Watákame, quien elaboró una canoa y viajó en ella para esparcir la semilla de la vida y hacer nacer todo en este mundo. Lo que Watákame echó a la canoa sirve para entenderse con los dioses del primer mundo y de ahí salió también la vida representada por medio de una pausa

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golondrina, la luna, el hacha, la pluma, el venado, las estrellas, las cas, el machete, el abuelo fuego y otras cosas. El tercer mundo fue creado por la Madre Águila Joven, y es a donde nos dirigimos cuando morimos y desde donde ella no cesa de vigilarnos.” La mezcla de colores a través de cada una de las figuras, realza de manera natural a cada uno de ellos y logra una armonía visual que permite analizar cada elemento por separado y, de esta manera, ver con claridad la sutileza de los trazos, su complejidad, su necesidad de estar, pero sobre todo la interrelación que existe entre cada uno de los elementos, lo que genera un deseo de interpretar uno a uno los elementos y las figuras componen. Como un todo, la unión de los elementos se da como si fuera una danza de mutación de 16

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formas: círculos a óvalos, y óvalos a espirales; de colores: amarillo a morado, morado a azul, y azul a verde; de sentido: del primer mundo al tercero, del tercero al segundo. La textura y las líneas casi invisibles del estambre solo vienen a resaltar la capacidad y habilidad del autor. El esfuerzo, la dedicación y el empeño que imprimió José Benítez, serán elementos siempre implícitos en sus obras artísticas, sociales y religiosas, que lograrán deleitarnos en la contemplación de cada una de ellas y evocarán a aquel Wixarika, que logró trascender en todo momento las barreras culturales y temporales. A la memoria de José Benítez Sánchez, el Mara’ákame Yucauye Kucame… …Chaman, Wixirika, Artísta. -JESÚS BRITO


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Hay muchos que son menos iguales que otros «Todos los hombres nacimos desheredados y nuestra condición verdadera es la orfandad, pero esto es particularmente cierto para los indios y los pobres de México». El laberinto de la soledad, Octavio Paz pausa

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“Lo cierto es que los indígenas merecen una especial atención entre otros motivos por la riqueza y fecundidad de memoria, tradiciones, usos y costumbres, pero sobre todo, porque todos tenemos una deuda histórica con ellos” 20

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n México hay 13,851,503 indígenas tantos como habitantes tienen Noruega, Dinamarca, Malta e Islandia juntas… Nuestro país es la segunda región con más diversidad de lenguas vivas en el mundo. Pero, como es costumbre en estas latitudes, anhelamos dominar idiomas foráneos el francés, el chino y, sobre todo, el inglés. El problema es evidente: urge un reconocimiento real de la alteridad y aquí, la diferencia entre multiculturalismo y globalización es más patente que nunca. Ya lo he dicho, la globalización es la “Mcdonalización” del mundo: la unívoca y sistemática imposición de valores norteamericanos, la neutralización de las identidades, donde se teme a aquello que no resulta familiar ni conocido. Por el contrario, el multiculturalismo

reconoce a los demás, está abierta a recibir la influencia del Otro. La pluriculturalidad admite la individualidad: España es un ejemplo positivo. En el País Vasco, el euskara se revitalizó de manera sorprendente tras la supresión de su ejercicio en el franquismo (1939-1975); hoy resurge de las cenizas con un número de 775 mil vascoparlantes. En resumen, la globalización pugna porque todo el mundo hable inglés; el multiculturalismo, porque seamos poliglotas. ¿Qué ha sucedido con las lenguas indígenas de México? Cuando nos visitan del extranjero aflora en nosotros un indigenismo, frecuentemente hipócrita, y llevamos a nuestros visitantes a Teotihuacán, Montalbán o el Tajín, palpables muestras del «glorioso antepasado mexicano»… Pero que a todas luces, sigue siendo un pretexto pura y duramente folclórico.

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Las alegorías de los continentes (imágenes femeninas con atributos de su región), tan de moda en los siglos XVI y XVII son particularmente características. Mientras a Europa se le representaba sentada en un trono, a América se le ilustra desnuda, con un tocado de plumas y provista de su arco y carcaj; es, a diferencia de la matrona europea, una mujer de rostro horrible (¿aludirá esto a los rasgos indígenas?). La alegoría de América aparece en compañía de un lagarto y de la cabeza decapatida de un hombre… Del otro lado de la balanza, Edmundo O´Gorman recuerda que «en opinión de algunos, —los indígenas— cumplían los requisitos aristotélicos de la sociedad civil perfecta»; en El laberinto de la soledad Paz hace lo propio, la idea construida del indígena guardaba una estrecha relación con el estoicismo y la impasibilidad. Ello, aunado al hecho de que la Virgen de Guadalupe, la virgen del pueblo, era india; tan india, que empática y simbólicamen22

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te se aparece ante Juan Diego, indio a la vez. La imaginería ni la Historia mienten. Desde el descubrimiento americano, el indígena se debate entre dos visiones totalmente opuestas: el ser adánico y el antropófago; el puro y el salvaje. Así las cosas, de lo que se trata es de superar tanto el obsoleto indigenismo de Rivera y Vasconcelos como la absurda visión decimonónica de las facciones positivistas y cientificistas. Lo indígena, no por el hecho de ser indígena es bueno, de la misma manera que lo no-indígena —hispanismo, criollismo, extranjerismo— tampoco refiere alguna bondad por el simple motivo de no serlo. Ambas visiones, 1) la del indígena inmaculado y 2) el indígena incivilizado, son miopes y cojas. Lo cierto es que los indígenas merecen una especial atención entre otros motivos por la riqueza y fecundidad de memoria, tradiciones, usos y costumbres, pero sobre todo, porque todos tenemos una deuda histórica con


ellos. Y cuando digo, todos, no me refiero al gobierno, sino nosotros, los ciudadanos. En la Nueva España su rango social —salvo un puñado de excepciones— era de los más bajos. El libro México Bárbaro de Kenneth Turner es un claro testigo de la vergonzosa persecución que sufrieron los indígenas a finales del siglo XIX y cuando uno lee a Rosario Castellanos, uno comprende fenómenos como el neo-zapatismo. . El indígena nos sigue pareciendo inferior: culturalmente, estamos acostumbrados a ningunearlo. En este país de más de 13 millones de indios, “Indio” sigue siendo un reconocido insulto. Hoy, la expresión “gachupín” a no ser el 16 de septiembre, resulta difícil escucharla, en cambio, “naco” es una vigente expresión altamente negativa y burlona que patentiza nuestro marcado racismo. El minusvalorar al indígena no es, lamentablemente, algo nuevo. El catrín de la fachenda, personaje dieciochesco del escritor costumbrista José Joaquín Fernández de Lizardi, expresa sin pelos en la lengua: «[…] el oficio de labrador se queda para los indios, gañanes y otras gentes como éstas sin principios […]». Ignoro si en el curso de la Historia una raza oriunda haya sido tan vapuleada en su propio territorio, lo que es evidente es que los pueblos indígenas en este país siguen relegados a las clases más bajas de la sociedad y aunque es un hecho que México hoy, a diferencia de la India, no se rige formalmente por un sistema de castas, cabe preguntarse, ¿cuándo hemos visto a un indio como C.E.O. de una empresa trasnacional?, o bien, ¿qué indígenas conducen programas de televisión? El indígena en las clases altas es una rigurosísima excepción; no entona y no va ad hoc para sus exigencias. Los empeños del Gobierno Federal y del Gobierno de Jalisco en los últimos años para apoyar a los pueblos indígenas son notorios y, me parece, que van por buen camino. Para consolidar la democracia mexicana es necesario profesar un verdadero respeto a la diferencia: afianzar el multiculturalismo. Se habla de respeto y reconocimiento de los pueblos indígenas y, sin embargo, en la calle, “en el nivel cancha”,

como he dado cuenta, ser indígena continúa siendo un estigma. Lamentablemente, la cornucopia (cuerno de la abundancia), tan emblemática con la que asociaron los europeos a la alegoría americana no es para todos. Y es que en México, como decía George Orwell, todos somos iguales pero hay algunos que son más iguales que otros… O mejor dicho, hay muchos que son menos iguales que otros. Celebro, pues, los esfuerzos de los editores de esta revista y del Gobierno del Estado de Jalisco por llamar la atención sobre la realidad indígena en estas tierras.

• Datos tomados del Consejo Nacional de Población 2008, INEGI, y la Comisión Nacional para el desarrollo de los pueblos indígenas

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d

El

MURA

explora

la

capacidad

que tiene el arte de intensificar de sus exposiciones y programas busca

un

mayor

acercamiento

a la profundidad y diversidad de

la

expresión

artística

con

énfasis especial en el arte de nuestro tiempo.

Av. Mariano Otero 375 44150 Guadalajara, MX T +52 (33) 1377 7909 Email museoraulanguiano@gmail.com

medio Martes a sábado de 10:00 a 18:00 hrs. Domingo de 10:00 a 15:00 hrs.

n u e s t r a s experiencias. P o r


LITERATURA

Literatura y

de la vista nace el amor…

C

orresponde hablar un poco acerca de la literatura Wixarika, popularmente conocida como “Huichol” y debo decir que cuando me encomendaron este apartado no pude menos que sentir una inquietud muy agradable, sin embargo el panorama cambió cuando inicié la búsqueda en los anaqueles de diferentes bibliotecas y descubrí lo que tanto se ha dicho… los Wixarika guardan con recelo su cultura, por ende, la literatura escrita por Huicholes no es hasta ahora tema de dominio público, lo que inicialmente creí que vendría a complicar mi labor, sin embargo, les platico que me encontré con algunos textos que ayudarán al propósito de mostrar como ejemplo casi fotográfico lo que detallados estudios han resaltado sobre esta familia, pues se sabe que sus costumbres y tradiciones están basadas meramente en hechos cósmicos, mismos que han sabido plasmar a través de la rica simbología contenida en su música y en su mitología, ésta última como reflejo exacto del colorido y de la infinidad de imágenes que común-

mente conocemos a través de sus artesanías –me detengo un poco, al considerar importante mencionar el origen de la intención de hablar de la cultura Wixarika, que ha nacido, como dice el dicho… “de la vista… de la vista nace el amor”, ya que tratándose de un pueblo tan celoso y aparentemente impenetrable, su colorido y la infinidad de imágenes que componen su artesanía, indudablemente atrapan al que se detiene un poco a observarla–. Es fácil engancharse a las obras que estos artesanos ofrecen en cada creación que, por cierto, cada una es 100% original y, curiosamente, esta originalidad se apega estrictamente a normas de vida muy especiales; cabe mencionar que en el arte literario no difieren para su creación, pues ésta vive apegada rigurosamente, según mencionan los expertos, a su devoción hacia la naturaleza y la divinidad, dejando lejos la posibilidad de variaciones y argumentos o juicios individualistas; aunque así como cada una de sus piezas de arte es única, la literatura sin ser excepción, ofrece a través de símbolos e imágenes recurrentes la explicación de

-LILIANA ROJAS

algo humanamente inexplicable y mística y mágicamente bello para reflejarnos pasajes implícitos en su historia. La literatura Huichol nace, como en muchas otras culturas, a partir de la necesidad de dar explicación a las manifestaciones que la naturaleza ofrece, dicho con otras palabras, la literatura es, en términos llanos, su filosofía, su ciencia, su religión y la tabla misma en la que asientan las generalidades de su comportamiento y sus costumbres, en sí, su manera de ver e interpretar el mundo, aunque esto no significa que exista un legado escrito, es mejor dicho, una tradición que viene de generación en generación. Es importante además mencionar que la mitología, como una de las manifestaciones simbólicas más importantes del pueblo Wixarika, tiene figuras recurrentes muy especiales, tales como el maíz y el venado, por ello es que enseguida les mostramos estas y algunas otras figuras simbólicas utilizadas para la interpretación de sus artesanías y su literatura: pausa

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V e n a d o : Mensajero de los dioses M

a

í

T o r t u g a : Asistente de la

prosperidad

diosa de la lluvia

P e y o t e :

V e l a d o r a :

Símbolo de la vida

Ofrenda a los

y del éxito

dioses

de

E c l i p s e :

Dios:

Protector de los

Unión entre

niños

macho y hembra

E s c o r p i ó n :

Salamandra:

Protector del

Dios de llluvia

peyote

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:

Salud y

Ojo

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z

I g u a n a : Adivino del futuro, ojos del espíritu


L

u

n

a

: Águila dos cabezas:

Fertilidad

Dualidad de los dioses

S e r p i e n t e :

M a r i p o s a :

Dios del océano

Buena suerte

S h a m a n :

P á j a r o :

Curandero

Libertad

Muwueru: /Flecha) Instrumento más importante del Shaman

L

León de Montaña: Mensajero del Dios del fuego

S

o

b

o

:

conocimiento y sabiduría o

l

:

Poder

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Arte

Museos H

ace algunos días mi hermano Juan Carlos me comentó acerca del fallecimiento de José Benítez Sánchez, el artista huichol autor del mural monumental que se encuentra en la Estación Juárez del Tren Ligero de Guadalajara, y a quién él tuvo oportunidad de conocer y comprar un par de piezas artísticas. Sin embargo, y después de compartir la admiración que nos causan los usos y costumbres de los conocidos como huicholes, poca interacción he tenido con ellos, siendo así pocas las cosas que conocemos de sus costumbres y de cómo es que han llegado hasta nuestro siglo XXI conservando parte de sus creencias y su cultura. Me decidí a acudir al Museo Huichol (Wirrárika), que está situado en el costado norte de la Basílica de Zapopan, bajo el resguardo de los monjes franciscanos, quienes desde el siglo XVII se dieron a la tarea de evangelizar a este pueblo que se resistió a una primera evangelización por parte de los jesuitas, poco después de iniciada la Conquista. Los Wirrarikas o mejor conocidos por nosotros como Huicholes son una comunidad que lejos de desaparecer con la llegada de los españoles, resistieron el mestizaje y han conservado muchos de sus usos

y costumbres hasta la actualidad, lo que no necesariamente significa que no hayan permitido la incorporación de otras formas de pensamiento. De hecho, actualmente es común encontrarlos en las universidades preparándose, para a través de la educación llevar lo que nosotros consideramos progreso a las zonas en las que durante siglos permanecieron aislados. El que los wirrárika estén integrando la educación que imparte el estado mexicano a su vida, deberá contribuir a que nuestra convivencia sea armónica; sin embargo es importante darnos cuenta que sus creencias religiosas, vestimentas, forma de gobierno y estructura social son parte de su identidad. El Museo Huichol cubre con la función de dar un conocimiento general de quiénes son los wirrárika y una descripción de sus principales características como grupo social. La existencia de este espacio se debe a la labor del franciscano Ernesto Loera quien en 1961 montó una Exposición Huichola, “con el objetivo de ayudar a las Misiones, y también para dar a conocer y promover la artesanía del pueblo huichol”. A par tir del 25 de julio de 1998 la exposición quedó remodelada y se convir tió en el Museo Huichol Wizrrárica, para “difusión y conocimiento de la prodigiosa cultura huipausa

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chola”. La cantidad de visitantes puede variar ya que la gran mayoría de usuarios son estudiantes para cubrir el requisito de una tarea, lo que dicho sea de paso poco ha servido para que se propicie un acercamiento. Como museo etnográfico perfila perfectamente el quiénes son, dónde se ubican, cómo se han ido conformando histórica, política y culturalmente. Además de contar con montajes de la vida cotidiana y los espacios en que habitan. Al visitarlo uno debe tomar en cuenta que no es atendido directamente por los huicholes, pues hay quienes creen que son los naturales de esta etnia los administradores del mismo y no es así. Vale la pena repasar que los museos son recintos en los que se adquieren, conservan, investigan, comunican y exhiben piezas a través de las que conocemos formas de ser y pensar, por lo tanto deben ser dinámicos en su origen, por su propia naturaleza. De hecho la palabra museo tiene su origen en la palabra musa, como inspiración, como quien crea a partir de la contemplación. Con la exhibición de prendas, la recreación de escenas de la vida cotidiana y la descripción de la cosmogonía, ritos y gobierno de los huicholes podemos conocer el cómo este pueblo está conformado y organizado social y políticamente. De hecho, la visita al Museo nos ofrece ampliar nuestro conocimiento de esta etnia que habita en la Sierra Madre Occidental, con asentamientos en los estados de Jalisco, Durango, Nayarit y Zacatecas. Ellos mismos se nombran como Wirrárika o Wirraritari (en plural). No es posible determinar si la palabra huicholes proviene de una deformación del término Wirrárika. En el caso de los pueblos avecindados en Jalisco, contrario a lo que pasa con otros como los del Estado de Nayarit, los wizrrárika no permiten el asentamiento de los 30

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mestizos. Este aislamiento es una manera de conservar y preservar sus cultura, aunque hay quienes afirman que esta situación les trajo atraso y en algunos casos abandono. El museo nos ilustra de manera general acerca de los antecedentes históricos, mitologías, cosmogonía, religión, las principales fiestas, sus deidades y viviendas; además de poder conocer las fechas más significativas para sus ritos relacionados principalmente con el ciclo agrícola (maíz, venado y peyote). Podemos decir que la visita al Museo Huichol Wizrrárica nos lleva poco tiempo pues el espacio es pequeño, además de que se vuelve un tanto cuanto tedioso por la forma monótona en la que está organizado. La Secretaría de Cultura Jalisco apunta en su página de internet que la “exhibición se encuentra

dividida en tres partes: el área huichola, con 159 piezas, el área cora, con 43 piezas, y el área tepehuana, con un número variable de piezas. El objetivo principal del museo es dar a conocer el arte de este pueblo, a la vez que, por medio de la venta de los artículos, los huicholes reciben una compensación a su trabajo y dedicación”. Una visita deberá permitirnos abrir nuestro entender a esta cultura tan exótica para nosotros, pero que finalmente es cercana y que en la actualidad se está permitiendo abrirse para adecuarse a este tiempo. Museo Huichol Wizrrárica Basílica de Zapopan Costado Norte Admisión: $10.00 Niños $20.00 Adultos No se permite tomar fotografías bajo ningún formato. -LETICIA ROBLES


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“Si un hombre pudiera subir al cielo y contemplar todo el universo, la admiración que le causarían sus bellezas quedaría grandemente mermada si no tuviera alguien con quien compartir su placer.” Cicerón

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uando hablamos de las tradiciones de un pueblo, no podemos dejar de lado un aspecto muy importante como lo es el arte culinario, que está presente en la historia de cada grupo social como parte de su identidad, además de ser un vínculo con otras culturas, un goce universal que trasciende el tiempo, generación tras generación, como ocurre en la comunidad huichol Wixarika. Los Wixarikas (pronunciación Vuirraricas), se conocen comúnmente como huicholes, a quienes podemos localizar en el oeste central de México en la Sierra Madre Occidental principalmente en los Estados de Jalisco y Nayarit. Se dividen principalmente en cinco grupos y/o comunidades autónomas con sus propias leyes tanto en lo civil como en lo religioso. Y uno de los sueños es mantener vivas sus tradiciones, su cultura; desafortunadamente para los Wixaritari (plural) la forma más común de trasmitir sus conocimientos es por medio oral, lo cual pone en riesgo esta utopía.

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Este pueblo huichol, vive sus días con tradiciones representadas con bailes, música, fiestas, ofrendas, y un sinfín de rituales vinculados a la naturaleza, como por ejemplo la fiesta anual de la siembra, para dar gracias de los buenos granos que les brinda la Madre “El maíz”, agradecen con danzas la llegada de la lluvia para el crecimiento de los frutos; y la ausencia de ésta, para que puedan madurar y disfrutar de estos. Por ello es que en su manera de ver y entender el mundo, los alimentos son más que un acto de nutrición al cuerpo, alimentan el alma, el corazón… y como eje central toman al maíz, como creador de su identidad, de su cultura; está presente en la creación, en sus celebraciones, en su vida diaria. (2) Lo consideran una deidad de la trilogía sagrada maíz-venado-peyote; constituye una razón para que el grano reciba el tratamiento especial, tanto el que sirve para alimento, y el que juntos almacenan en la Casa de Dios, para las ceremonias (1). Compartir es parte de su esencia, por ello es que no se puede olvidar que algunas de sus tradiciones gastronómicas están en la forma de preparar los platillos, como si cada integrante de la familia tuviera una función sagrada, y no como un acto solitario o egoísta, para poder guardar la “receta secreta” como se puede ver en otras familias, donde la tía o la abuela, jamás la compartieron, aunque esto significara perder para siempre la tradición del platillo de la familia… Quizá por ello, en su cocina podemos disfrutar del esplendor y la riqueza de la herencia culinaria que se trasmite por generaciones, de


paladar en paladar, recorriendo suavemente todos los sentidos, como sucede al recordar el exquisito sabor del Dulce de maíz o kariyari, pues pareciera que haya sido creado con mágicos ingredientes, que afortunadamente podemos encontrar en territorio mexicano como lo son: azúcar, canela, maíz color azul, y agua. Cabe mencionar que éste dulce se regala y está presente en las fiestas tradicionales, en forma de pequeños tamales.

COMIDA

Como se ha visto la base de sus alimentos es el maíz preparado en diferentes y exquisitas e interminables representaciones; sin embargo hay otros alimentos como la carne de venado, donde se involucran desde el acto de cazar, que se convierte en una ofrenda, en una ceremonia familiar consistente en que los hombres lleven la sangre obtenida de la caza de venados a sitios ceremoniales ubicados en la Sierra, para que su cosecha de maíz resplandezca en temporada de lluvia, como si fuera un ciclo, pareciera pues, que todas las costumbres culinarias se entretejen con hilos de mágico sabor. Pongamos las manos sobre la masa para que futuras generaciones puedan degustar platillos que nos dejen un dulce sabor, como un maravilloso recuerdo de las visitas a casa de la abuela, donde nos servía un delicioso chocolate caliente en un jarro de barro, que nos ayudaba a sentirnos mejor o más queridos en una tarde fría de invierno. Vivamos nuestras tradiciones, degustémoslas, recordemos que la comida no es solo un alimento para sobrevivir, va más allá de la satisfacción del apetito o del placer con el sabor; es lo que nos representa.

Un platillo es una mezcla perfecta de simbolismos que nos unen a la historia de una sociedad, como una suculenta forma de comunicar por medio de sabores quienes somos.

(1) Zingg RM. Los Huicholes. Una tribu de artistas. Instituto Nacional Indigenista. Colección INI. Tomo 1. Número 12.

México DF. 1982. p. 28-35. (2) E. El Mito y los rituales agrarios como la explicación de la relación naturaleza-sociedad. En: Gustavo López Castro (Coordinador). Sociedad y Medio Ambiente en México. México: El Colegio de Michoacán; 1998. p. 80-99.

-LAURA URIBE pausa

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“ Y la

artesanía...” 34

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E

n México se habla una gran diversidad de lenguas que superan en número el medio centenar. Sin embargo, son pocas las culturas nativas que han logrado conservar y reproducir de manera exitosa su cosmovisión y cultura ancestral. Uno de los casos más interesantes es el de los indígenas huicholes, quienes no obstante su apertura a la interacción exterior, han sido sumamente celosos de la conservación de sus tierras y tradiciones, reconociendo su identidad y defendiéndola con orgullo.


Esta supervivencia cultural ha sido posible, entre otras cosas, por la accidentada topografía de sus territorios, una organización política descentralizada y capacidad de adaptación a la realidad exterior a su cultura, lo que los ha llevado a participar activamente en la historia reciente de México. Sin embargo, la principal causa de su trascendencia ha sido una tenacidad colectiva para cumplir las tradiciones ancestrales.

Como resultado de una encuesta aplicada del día 05 y 06 de Octubre del 2009 en la población wirrarika de San Andrés Cohamiata, aplicada a 15 personas que se dedican a la producción de artesanía, hemos deducido los siguientes resultados: ¿CUÁL CREE QUE SEA EL PROBLEMA PRINCIPAL POR EL CUAL SE A AFECTADO LA ARTESANÍA HUICHOLA?

¿CREE QUE EL PRECIO ESTABLECIDO A CADA PRODUCTO HUICHOL ES EL ADECUADO HOY EN DÍA?

NO HAY DIFUSIÓN

SI

NO HAY MERCADO

NO

DESINTERÉS POR PARTE DE LA COMUNIDAD NACIONAL

6.65%

33.35%

33.34%

PRODUCTO CHINO

46.67% 13.34%

66.65%

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A pesar de los programas, eventos y acuerdos que ha hecho el gobierno del Estado de Jalisco para apoyar e impulsar la artesanía wirrarika para este sector indígena no es suficiente, la mayoría sigue viviendo en extrema pobreza, desde su perspectiva argumentan la falta del mercado en este país se debe a que al pueblo mexicano no le interesan sus productos, otros tantos señalan que no hay difusión por parte del gobierno o que los artículos chinos o “piratas” son quienes han afectado sus ventas, lo cierto es que los huicholes siguen careciendo de atención, pero una atención verdadera, sin intereses políticos de por medio.

¿QUÉ TIPO DE GENTE SUELE COMPRAR SUS PRODUCTOS?

0%

¿ESTARÍA DE ACUERDO SI EL GOBIERNO INCLUYERA COMO DESTINO TURÍSTICO LA ZONA HUICHOL DENTRO DEL PROGRAMA “VIVE MÉXICO” ?

ADULTOS NIÑOS

SI

13.34% 20%

JÓVENES ANCIANOS

66.66%

La comunidad Wirrarika se encuentra en las mejores condiciones para negociar e incluso tomar nuevas medidas de producción para mejorar la calidad de sus productos, negociar precios, están abiertos a cualquier planteamiento que pudiera ofrecerles una estabilidad, no importa si deban estar lejos de su lugar de origen pero que puedan mantenerse unidos, con la familia y costumbres. 20% 26.66%

40%

40% 60%

46.66%

0%

¿ESTARÍA DISPUESTO A DISMINUIR EL COSTO DE SU PRODUCTO? SI NO

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¿QUÉ LE PARECE LA IDEA DE ETIQUETAR Y EMPAQUETAR SU PRODUCTO?

¿QUÉ LE PARECE LA IDEA DE TRABAJAR BAJO ÓRDENES DE PEDIDOS?

BUENO

BUENO

MUY BUENO

REGULAR

REGULAR

MUY BUENO

MALO

MALO

ME DA IGUAL

ME DA IGUAL

PARA UNA MEJORA EN LA ELA BORACIÓN DE SUS ARTESANÍA ¿ESTARÍA DISPUESTO A RECIBI ASESORIA Y/O MODIFICARLO? SI NO


AAS IR

SI PARA LOGRAR UNA MEJORA EN LAS VENTAS DE SU PRODUCTO TUVIERA QUE CAMBIAR DE RESIDENCIA ¿LO HARÍA?

Para ellos, más allá de la cuestión económica lo más importante es dar a conocer su cultura, son inmensamente bastos de esta característica, las celebraciones religiosas están calendarizadas a lo largo de todo el año, e incluyen danza, música y cánticos nocturnos; esta vida ceremonial también peregrinajes y rutas a sus lugares sagrados. Y es que la cultura huichol funda su identidad en la recreación constante de los mitos que dieron inicio al mundo, por ello es que los peregrinajes se repiten año con año.

¿QUÉ LE PARECE MÁS IMPORTANTE AL VENDER SU PRODUCTO?

13.34%

SI

53.34%

SI NO

¿ESTARÍA DE ACUERDO SI EL GOBIERNO INCLUYERA COMO DESTINO TURÍSTICO LA ZONA HUICHOL DENTRO DEL PROGRAMA “VIVE MÉXICO” ?

SI

NO

La gran mayoría de los lugares sagrados, rocas, cerros, cuevas, lagunas, ojos de agua y el mar, son considerados moradas de antepasados divinizados. En tiempos míticos, a través de sacrificios y auto-sacrificios, los antepasados se transformaron en objetos que sus descendientes necesitaban para vivir, como agua, maíz, sol, venados, tabaco y peyote (cactus de propiedades alucinógenas considerado sagrado). El idioma que hablan los huicholes pertenece a la rama conocida como corahuichol y no tiene escritura. Si bien la historia entera de este pueblo no se ha escrito, ésta se describe a lo largo de esta ruta sagrada, que incluye alrededor de 22 sitios sagrados de gran importancia. Para los huicholes el mundo no fue hecho por los dioses, sino que está hecho de dioses, todo cuanto se mira es dios y éstos se expresan en toda la vida cotidiana, en cada rito, en cada canto, en cada peregrinación a Huiricuta (el destino final). La cultura huichol percibe la incertidumbre de la realidad y responde ante ella haciéndose cargo de su mantenimiento en armonía y equilibrio. Es ésta la enorme dimensión de su responsabilidad ancestral, buscar desde el anonimato mantener la creación y el orden en el universo. Y a partir de esta responsabilidad los huicholes construyen su vida y sus acciones. Pero el cumplimiento cabal de esta responsabilidad fundacional para el pueblo huichol, cada día se vuelve más difícil y complicado.

Lo que corresponde al turismo, esta comunidad le parece una excelente idea que su zona montañosa sea parte de programas o proyectos futuros turísticos, ya que la población nacional e internacional tendrá más acceso al mundo místico que los rodea. Si bien hay mucho extranjero que va a visitarlos para algunos wirrarikas no les agrada la idea debido a que existen turistas descontrolados e ignorantes y tienen consecuencias nocivas para el área y es la principal causa de la profanación de los templos y santuarios huicholes. En la actualidad abundan los turistas que sin mostrar respeto alguno interrumpen las ceremonias, roban y dañan las ofrendas. Otro triste símbolo del turismo irresponsable se observa en que las piedras sagradas han sido pintadas con aerosol. A esta debacle se suma el saqueo desmesurado del peyote, cactácea en peligro de extinción debido al comercio ilegal y abuso en el consumo y al largo tiempo que tarda en crecer. Es complicado llegar a una causa que determine con precisión la falta de apoyo por parte de las autoridades y la sociedad en general para la comunidad huichol y en general para cualquier grupo indígena, por una parte, no le es suficiente los convenios y programas por parte del gobierno, por otra, este ultimo sigue teniendo proyectos para impulsar la cultura y sus productos artesanales; lo cierto, es que es una comunidad grandiosa, firme en sus creencias y unida con los suyos. pausa

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Cine

2 documentales… C

uando la música, los cuadros de estambre y chaquira, los morrales y artesanías, medios emblemáticos que por separado, han sido sólo capaces de revelar una parte de las costumbres y tradiciones que conforman la insondable espiritualidad y cosmovisión Wixaritari, aparece el Séptimo Arte, que con un deseo de conocer a plenitud, se ha encargado de integrar y mostrar un reflejo más claro de esta rica y compleja cosmovisión. Hasta hace unos años el hermetismo en sus actividades religiosas más importantes, sería el principal causante de la imposibilidad de realizar trabajos fílmicos de esta índole. Ha podido más la preocupación ante la apatía de sus nuevas generaciones por sus herencias culturales, la causante de la nueva e inesperada apertura que ha venido a mostrar el compromiso de los jicareros (sacerdotes encargados de los rituales) con sus tradiciones. Dos documentales que han sido referentes en algunos festivales y salas de cine independiente: Venado y Flores en el desierto, en los cuales han capturado lo “cotidiano”, tanto de las peregrinaciones realizadas por estas comunidades hacia el centro del país en busca de su encuentro con los dioses, como también de su forma de convivir entre ellos, de educar a sus hijos, de transmitir el conocimiento y el amor por la naturaleza. Buscando con ello lograr lo que Godfrey ha determinado como elemento esencial del documental, que es mostrar que “hay muchas cosas que asumimos y por eso no vemos” (Reggio, 2004). Recordando con insistencia el principal objetivo de su realización, la transmisión a las nuevas generaciones tanto Wixaritari como a las nuestras, de 38

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la tradición y cultura de estas comunidades indígenas. El Venado es un retrato del peregrinaje a los cinco puntos sagrados o venados, los cuatro puntos cardinales y al centro, la recolección de los cinco granos de maíz que serán los primeros en plantar en la siguiente cosecha y el consumo del hikuri (peyote); buscando con ello mostrar que sus tradiciones giran en torno a la triada Venado-Maíz-Peyote, elementos que como en muchas otras cosmogonías, forman una sola unidad que es asumida por los Wixaritari como el dios que les presta la vida. Bajo la dirección de Pablo Fulgueira, este documental de presentó en la 24 edición del Festival Internacional de Cine de Guadalajara, y ha sido filmado en el desierto de Durango. Flores en el desierto muestra a través de las realidades próximas, cómo es su comportamiento durante la peregrinación, la convivencia entre los hijos y su madre, la forma de educarlos, de jugar y su alegría… en pocas palabras, retratando una visión más humana y social, la semejanza que existe entre nuestras comunidades y las comunidades Wixaritari. El paisaje, los sonidos propios del lugar y el peregrinar, la música y los colores de los trajes, las texturas y la narración junto con la fotografía del documental, lograrán cautivar desde un inicio y transportar verdaderamente al espectador a ese viaje, a esa realidad y a ese andar lleno de tradición.

Venado Duración: 79 Min. Director Pablo Fulgueira Fotografía: Santiago Sánchez Música: Diego Espinosa Sonido: Alonso Degert Edición: Pablo Fulgueira Producción: Issa Guerra / Pablo Fulgueira Intérpretes Antonino de la Cruz / Ramón Carrillo

Flores en el desierto Duración: 72 minutos Director: José Álvarez Director de Fotografía: Pedro González Rubio
 Editor: José Luis Fernández Tolhurst
 Fotografía de 8mm y 16mm: Fernanda Romandia
 Producción: Hugh Fitzsimons y Mantarraya 
 Música: Martín Delgado, José Bautista, Jesús González
 Sonido: Sergio Díaz

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Poesía

O

riginaria de Santa Catalina, Mezquitic, Jalisco, Angélica Ortiz López nació

el 3 de febrero de 1969. Es poeta, narradora, profesora e investigadora del Departamento de Estudios en Lenguas Indígenas de la Universidad de Guadalajara en proyectos sobre Adquisición del huichol como lengua materna. Realizó estudios de Licenciatura en Educación Primaria, Medio Indígena, modalidad semiescolarizada. Ha escrito y publicado diversos libros de lectura y textos escolares en lengua huichol. Ha participado en diversos encuentros, entre ellos el encuentro de “Creadoras de sueños y realidades Mujeres indígenas en el arte popular 2002, y en el Encuentro Continental de Escritores en Lenguas Indígenas 2002. Entre sus libros publicados se encuentran: Ne Werika Xika Nehikitinike (Si yo fuera águila), 1992; Iki mi’akwie (Ésta es tu tierra), 1995; Tatei Haramara (Nuestra Madre la diosa del mar), 1995; y Antología de textos, 1995.

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Nemutatsuaka

Nenausi

’Aniuki

Nemutatsuaka ’ena tetetsie nehakaiti ’ena netsuariya ’aixi ma’ane, ’aixi mitiutsuani, nehixite ri kwinie mitihatika. Tanaiti temuyetsuari hipati kwinie hipati yaki, ne hiki kwinie nemireutsuamiki ’aimieme ’ena nemaka netsuariyatsie ne’uyeniereti. Heiwa tsepa pemikareutsuamiki pemitatsuaritiarieni, tsi tsuariya mitatsikuweiyane tanuiwaritsie tamiiyatsie, Tuukari mikaxuawe tsuaritsie mieme xeikia. ’Aimieme hiki nemutatsuaka mexi neyiwe, mexi nehamarike, mexi nehixite katiwawe. Tsuariya mikayutua, maiweti mi’ane, meiti’enietiyeika xeikia kemi’ane mitatsuaka, tsi ta’iyaritsiepaiti hatineikati mi’ane ’aimieme xei ’ukai ’aixi retsuarieti ’aixi yeme kana’aneni.

Atsi pepikahaineni nenetapani seikia, kataku ’aniuki tau hanutahitiani, hiki tikali pitatsanukanama. Pepikahaumaka, nekulika ’eki ’aku Nenausi; tikali li peukuyeika, ya kuta tepiyini, ¡’au pi’i! Neneupitia taxukuri tepitamani, muwa ne’imiali nepitanuiya, muwa ne’iili nepitakenikeyu, nehatiyilati ’aha nepa’iniatakeyu, ’awewiya netemawieti nepiyiane, neneupitia, ’eki ’aku Nenausi, nekulika, ¡’au pi’i! Hiki li, tahikiate ’ikalitia temisewi Ta’iteili li muyunuiwitiane, tatuukali meuhane temi’iwiyani, pepikaumaka li, ’eki ’aku Nenausi.

’Aniuki nemaye’erietiyeika Tatewarí aurie ne’utikaiti. ’Eki ’auwenitsie neta ne’itsitsie. Nemikaramate ketipaimexia titi nemireuku nemetsita’enieti, ya titi ’a’ixatsika neheinitsita paiti nemetima. Nunutsi yu’iyarita pai ’a’imiari mukaxei. Hiki miki ’emutewi, mitikema ri. ’Ahepai ’uwenitsie mitiutiyeixa. Yutiiriyama mitiwaruti’ixatsitiwa, me’ita’enieti memeukukutsu. Miki mi’ane mikawaranutahitiwa, tsi miramate kename ’ixatsikaya wareukutiwati waheinitsita paiti ’ukateteke ’u’iwieximeti.

Mi Nausi*

Recuerdo tus palabras, sentados junto a Tatewarí. Tú, en tu equipal, yo en mi petate. No recuerdo cuántas veces me dormí escuchándote, tus palabras se seguían grabando en mis sueños. Como semillas las dejabas caer sobre mi corazón de niña. Ahora ha crecido y tiene sus propios poderes. Igual que tú se sienta en su equipal. A sus hijos entrega su palabra, y éstos se duermen escuchándolas. Jamás los despierta, sabe que sus palabras penetran en los sueños como semillas.

Estoy llorando Estoy llorando sentada aquí en esta piedra. El llorar aquí vale la pena, se llora bien: mis ojos ya están hinchados. Todos lloramos por algo; unos poco, otros mucho, hoy, lloro sin dejar de mirar a través de mis lágrimas. A veces no quieres llorar, pero te hacen llorar, el llanto nos persigue y morimos con él. No hay día especial para llorar. Por eso, hoy lloro, mientras puedo, mientras sé llorar, mientras mis ojos no se han secado. El llanto no se vende, el llanto es sagrado para aquel que lo llora, y una lágrima bien llorada merece respeto por aquel que no la llora.

No digas nada, sólo abrázame, no vaya a ser que tu voz despierte al sol, ahora que la noche nos cobija. No tengas miedo, hermanita grande; sí, tú, mi Nausi. La noche se desvanece pronto, hagámoslo ahora, ¡di que sí! Deja que coloquemos el mismo xukuri,** que ahí quiero tener mi semilla, ahí mismo quiero también poner mi flecha, que creciendo probará de tu agua. Busco y persigo lo que tú sabes hacer, tú, mi Nausi, mi hermanita grande, ¡di que sí! Ahora ya somos uno bajo la noche, nuestra semilla está creciendo, en los días venideros lo habremos de cuidar, ya no tengas miedo, tú, mi Nausi.

Tus palabras

Datos y poesías tomados de la página XX Festival de Poesía de Medellín. pausa

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1

ADIVINANZAS Luciérnagas

Respuestas: página 17 “Adivinancero” de Valentín Rincón y Cuca Serratos, Ediciones NOSTRA

3

4

2

Rayo

Calabaza

Tejas

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