MAYO | JUNIO 2017 Nยบ 890
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Orar y movilizar nuestras vidas al estilo de Jesús
Objetivo del encuentro: compartir la fe y el trabajo que estamos II Encuentro Nacional realizando en nuestras respectivas de la Red Mundial comunidades, los desafíos que de Oración enfrentamos y las necesidades que (Apostolado de la Oración) San Antonio de Arredondo, Córdoba tenemos, para llevar adelante esta misión que nos encomienda el papa Francisco. Reflexionaremos juntos +información sobre el pedido que hace el papa a ao@apostor.org.ar (011) 5235-2281 su Red Mundial de Oración. 2
Mensajero
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En esta revista... Intenciones Mayo Pag. 5 Hora Santa Mayo Pag. 6 Francisco Pag. 7 Anunciamos a Jesús Mayo Pag. 11 Intenciones Junio Pag. 12 Hora Santa Junio Pag. 13 Nota de Tapa Pag. 14 Beatos y Santos | Carlo Acutis Pag. 18 Anunciamos a Jesús Junio Pag. 19 Familia Pag. 23 Testimonio | Immaculée Ilibagiza Pag. 24 Mej Pag. 25
El Mensajero del Corazón de Jesús Propiedad de la Asociación Civil Apostolado de la Oración | Registro de la propiedad intelectual: 5072268 |
MAYO/JUNIO 2017- Nº 890 | Director: Javier Rojas sj |Edición: Angélica Moyano |Colaboradores en este número: Verónica Saez, Juan Carlos Cruz. Diseño gráfico y editorial: Lily Mereles: glmereles@gmail.com | Impreso en: Perfil Gráfico perfilgrafico@speedy.com.ar |Suscripción de Marzo 2017/Fer 2018 Anual: $450 sujeto a reajuste | Cada número: $50+$25 de gasto de envío. |Si retira por la sede: $50 |Forma de pago en Argentina • Pago Fácil . Solicite su credencia de pago. (no enviar comprobante por email) • Transferencia (si enviar comprobante por email) Banco Comafi Argentina Asociación Civil Apostolado de la Oración Cta. Cte. Nº 0640 00003/9. |CBU: 2990064206400000390008 |CUIT: 30-50013029-2 |Para SUSCRIBIRSE puede comunicarse con nuestra administración: Tel.: (011)5235-2281o elmensajero@apostor.org.ar
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Editorial
Estimado amigo de la Red Mundial de Oración Desde la secretaria regional tenemos tres gratas noticias para compartir contigo. La primera la tienes a la vista. La revista ha cambiado su formato. Ahora es más grande y a todo color. Esto es muy importe para nosotros ya que el primer mensajero se remonta a los años 1800 y en Argentina, la primera revista se editó en 1917. Desde ese entonces en su recorrido histórico ha atravesado por momentos de interrupciones breves, como de publicaciones conjuntas bajo el nombre de El Mensajero del Corazón de Jesús Rioplatense, uniendo así los Apostolado de Argentina y Uruguay, como en la actualidad. Hoy esta trayectoria, se ve renovada a través de nuestra revista no sólo por el nuevo formato que presentamos sino también por el contenido que va evolucionando porque buscamos siempre ofrecerte un material que satisfaga tus necesidades espirituales y la de tu comunidad. De esta manera queremos que continúe el “mensaje” del Corazón de Jesús no sólo para este tiempo sino también para las generaciones venideras; para ello contamos con tu apoyo. Te agradecemos por acompañarnos y te pedimos que nos ayudes a divulgarla. Nuestro propósito sigue siendo llegar tu hogar y comunidad, para seguir compartiendo juntos la fe, para crecer en disponibilidad interior y colaborar con Jesús en su misión, y fortalecer nuestra devoción al Sagrado Corazón de Jesús. El camino espiritual que propone la Red Mundial de Oración del Papa, se difunde a través de esta revista. Es un mensaje de amor y esperanza tan necesario para el mundo de hoy. Esta Red de Oración busca que Jesús y su proyecto del Reino, vuelvan a ser el centro de nuestra vida. Necesitamos situarnos en el corazón del mundo, con una espiritualidad centrada en el Corazón de Jesús: un corazón compasivo y misericordioso que se involucra en la vida de las personas para que ésta sea más digna. La segunda noticia es que tenemos nuevas oficinas en las instalaciones del Colegio del Salvador, en Av. Callao 542. Luego de funcionar varios años en la calle Hipólito Yrigoyen 2005, nos hemos mudado a un nuevo espacio. Estamos contentos de trabajar ahora junto a otras obras de la Compañía de Jesús. Los esperamos para que conozcan las nuevas instalaciones. Y la tercera noticia es la realización del II Encuentro Nacional de la Red Mundial de Oración del Papa (Apostolado de la Oración) que se realizará en San Antonio de Arredondo, ciudad de Córdoba, en la residencia franciscana, del 19 al 21 de agosto de este año. Habíamos anunciado que nos encontraríamos en el mes de octubre en la ciudad de Buenos Aires, pero tuvimos que adelantarlo. El primer objetivo del encuentro es compartir la fe y el trabajo que estamos realizando en nuestras respectivas comunidades, los desafíos que enfrentamos y las necesidades que tenemos, para llevar adelante esta misión que nos encomienda el papa Francisco. Pero también quiero que reflexionemos juntos sobre el pedido que hace el papa a su red mundial de oración. Este servicio eclesial que ya tiene 172 años, necesitaba un proceso de recreación que fue aprobado por el Santo Padre en diciembre del 2014, con el primer documento titulado «Un camino con Jesús en disponibilidad apostólica» . Desde entonces comenzamos a nivel internacional una renovación de nuestro servicio de evangelización que deseo profundizar y compartir con ustedes. De esta manera la Red Mundial de Oración seguirá prestando servicio a toda la Iglesia con un renovado impulso. Para mayor información sobre el encuentro te pedimos que nos escribas a ao@apostor.org.ar o nos llames al Colegio Del Salvador (011) 5235-2281. Muchas gracias y bendiciones. P. Javier Rojas s.j.
“Esta Red de Oración busca que Jesús y su proyecto del Reino, vuelvan a ser el centro de nuestra vida.”
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MAYO | INTENCIÓN UNIVERSAL
i n t e n c i o n e s d e l s a n to pa d r e Por los cristianos de África TESTIGOS DE LA PAZ « Pa r a q u e d e n u n t e s t i m o n i o p ro f é t i c o d e r e c o n c i l i a c i ó n , d e j u s t i c i a y p a z , i m i ta n d o a J e s ú s M i s e r i c o r d i o s o »
En muchos lugares del mundo hay personas que viven el flagelo de la guerra, de la discordia, de las divisiones en el país, en medio de persecuciones políticas y religiosas, que los obligan a marcharse de su propia tierra. Muchos de ellos son cristianos, al igual que nosotros, y son invitados por Jesús a construir un mundo donde reine la misericordia y la paz. Este mes el papa Francisco nos pide rezar en especial por los cristianos en África. Una tierra que hace años padece y sufre la guerra, el odio, la persecución a los cristianos y la falta de paz. Nuestra oración por quienes tienen que enfrentar esta situación en ese precioso continente, no puede quedar solamente en una plegaria, sino que debe convertirse en un compromiso personal con la construcción de la paz. Unámonos al papa Francisco y a nuestros hermanos africanos, para pedir juntos por la paz. Pidamos también por los que enfrentan
situaciones de persecución para que no olviden que el amor que Dios les tiene, es más fuerte que cualquier sufrimiento. El amor y el perdón tienen el poder de transformar al ser humano; tienen también la fuerza y la energía que dan el valor para hacer frente a las adversidades. Esta certeza es la que nos da la paz interior que necesitamos para perseverar en la fe y el seguimiento a Jesús. Nuestro compromiso con la paz debe ser tan real y concreto que debemos examinarnos y comprobar si nuestras acciones, palabras y actitudes, siembran paz o guerra, concordia o división, esperanza o desolación.
Conferencia E p i s c o p a l A r g e n t i n a Para que, como pueblo, sepamos compartir valores y proyectos que conformen un ideal de vida y convivencia, dejando circular la vida, la simpatía, la ternura y el calor humano (Cfr. “El Bicentenario”, Nº 23).
¿Eres un instrumento de paz? Javier Rojas, SJ Director Regional de la Red Mundial de Oración del Papa Argentina-Uruguay-Paraguay 5
MAYO | HORA SANTA
Exposición del S a n t í s i m o Sacramento 1.- ORACIÓN QUE NOS PREPARA: Disposición: “Señor aquí estoy en tu Presencia porque en Ti está la fuente de paz. Me abandono en tus manos, dispón mi corazón para oír tu voz en mi interior”
3.- PALABRA QUE NOS ILUMINA
Invocación: Señor, abre mi mente y mi corazón a tu Espíritu Santo.
En aquel tiempo, disputaban los judíos entre sí: « ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?» Entonces Jesús les dijo: «Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre.» Esto lo dijo Jesús en la sinagoga, cuando enseñaba en Cafarnaúm. Jn 6,52-59
Petición: Concédeme comprender desde dentro lo que el Papa nos pide en este mes, y ayúdame a comprometerme, para ayudar a los cristianos del África, con mi propio testimonio cristiano. EL GUÍA HACE UN BREVE SILENCIO Y CONTINÚA 2.- INTENCIÓN QUE NOS MOVILIZA (GUÍA) En este momento de oración, Señor, nos unimos con nuestro Papa Francisco a través de su Red Mundial de Oración, para orar juntos por la intención de este mes: «Por los cristianos de África, para que den un testimonio profético de reconciliación, de justicia y paz, imitando a Jesús Misericordioso»
(GUÍA) Tu Palabra me da Vida, Señor, quiero recibirla, escuchándola con el corazón y poniéndola en práctica. Habla, Señor, heme aquí.
don para los que me rodean? (PAUSA) 4.- PETICIÓN QUE NOS HERMANA (GUÍA) Señor Jesús, junto a nuestros hermanos cristianos del África, queremos elevar nuestra oración para pedirte: “Jesús, haz que seamos testimonio de reconciliación, justicia y paz.” • Por la Iglesia, para que la Eucaristía siga siendo la fuente de su vitalidad y de su habilidad para dar testimonio de tu presencia, roguemos al Señor. • Por el Papa, por su persona e intenciones, para que sea fortalecido en su misión y en su salud, roguemos al Señor. • Por los cristianos del África, para que, reconfortados con tu Cuerpo y con tu Sangre revelen al mundo que es posible el perdón, roguemos al Señor. • Por nosotros y por todos los cristianos que nos reunimos juntos, en torno a la mesa del Señor, para que irradiemos tu Misericordia a todos, roguemos al Señor. 5.- BENDICIÓN QUE NOS ENVÍA (El sacerdote bendice a los fieles)
PALABRA DE DIOS EL GUÍA HACE UN BREVE SILENCIO Y CONTINÚA LEYENDO EL COMENTARIO DE LA INTENCIÓN DEL PAPA PARA ESTE MES (Pag. 5) • ¿Qué palabras quedan resonando en mi corazón? REPETIR LA INTENCIÓN DESPUÉS DE HACER LA PREGUNTA Y DEJAR UNA PAUSA PARA LA ORACIÓN
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EL GUÍA HACE UN BREVE SILENCIO DEJANDO QUE LA PALABRA DE DIOS REPOSE EN EL CORAZÓN. Y LUEGO CONTINÚA • ¿Qué implica comer el Cuerpo de Jesús y beber su Sangre? (PAUSA) • Jesús me da su propia Vida de perdón y de amor a los demás ¿cómo la recibo?, ¿cómo la hago fructificar en
LUEGO DE LA BENDICIÓN SE REALIZA LA RESERVA DEL SANTÍSIMO. (GUÍA) Gracias, oh Dios, Padre nuestro, por sustentarnos en el camino hacia ti con el verdadero Pan y la verdadera Bebida de vida, tu Hijo Jesucristo. Que Él se encarne en nosotros para que seamos capaces de ser artífices de tu Amor Misericordioso que dé vida al mundo.
FRANCISCO
CARTA APOSTÓLICA “Misericordia et misera”, 20.11.2016 (Continuación mensajero 889)
17- Aunque no llega a ser noticia, existen sin embargo tantos signos concretos de bondad y ternura dirigidos a los más pequeños e indefensos, a los que están más solos y abandonados. Existen personas que encarnan realmente la caridad y que llevan continuamente la solidaridad a los más pobres e infelices. Agradezcamos al Señor el don valioso de estas personas que, ante la debilidad de la humanidad herida, son como una invitación para descubrir la alegría de hacerse prójimo. Con gratitud pienso en los numerosos voluntarios que con su entrega de cada día dedican su tiempo a mostrar la presencia y cercanía de Dios. Su servicio es una genuina obra de misericordia y hace que muchas personas se acerquen a la Iglesia. 18. La cultura del individualismo exasperado, sobre todo en Occidente, hace que se pierda el sentido de la solidaridad y la responsabilidad hacia los demás. Dios mismo sigue siendo hoy un desconocido para muchos; esto representa la más grande de las pobrezas y el mayor obstáculo para el reconocimiento de la dignidad inviolable de la vida humana. 19. En la cruz se revela de manera extrema la solidaridad de Jesús con
todos los que han perdido la dignidad porque no cuentan con lo necesario. Si la Iglesia está llamada a ser la «túnica de Cristo» para revestir a su Señor, del mismo modo ha de empeñarse en ser solidaria con aquellos que han sido despojados, para que recobren la dignidad que les han sido despojada. «Estuve desnudo y me vestisteis» (Mt 25,36) implica, por tanto, no mirar para otro lado ante las nuevas formas de pobreza y marginación que impiden a las personas vivir dignamente. No tener trabajo y no recibir un salario justo; no tener una casa o una tierra donde habitar; ser discriminados por la fe, la raza, la condición social…: estas, y muchas otras, son situaciones que atentan contra la dignidad de la persona, frente a las cuales la acción misericordiosa de los cristianos responde ante todo con la vigilancia y la solidaridad. Cuántas son las situaciones en las que podemos restituir la dignidad a las personas para que tengan una vida más humana. Pensemos solamente en los niños y niñas que sufren violencias de todo tipo, violencias que les roban la alegría de la vida. Sus rostros tristes y desorientados están impresos en mi mente; piden que les ayudemos
a liberarse de las esclavitudes del mundo contemporáneo. Estos niños son los jóvenes del mañana; ¿cómo los estamos preparando para vivir con dignidad y responsabilidad? ¿Con qué esperanza pueden afrontar su presente y su futuro? 20. Estamos llamados a hacer que crezca una cultura de la misericordia, basada en el redescubrimiento del encuentro con los demás: una cultura en la que ninguno mire al otro con indiferencia ni aparte la mirada cuando vea el sufrimiento de los hermanos. Las obras de misericordia son «artesanales»: ninguna de ellas es igual a otra; nuestras manos las pueden modelar de mil modos, y aunque sea único el Dios que las inspira y única la «materia» de la que están hechas, es decir la misericordia misma, cada una adquiere una forma diversa. La cultura de la misericordia se va plasmando con la oración asidua, con la dócil apertura a la acción del Espíritu Santo, la familiaridad con la vida de los santos y la cercanía concreta a los pobres. Es una invitación apremiante a tener claro dónde tenemos que comprometernos necesariamente. La tentación de quedarse en la «teoría
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sobre la misericordia» se supera en la medida que esta se convierte en vida cotidiana de participación y colaboración. 21. No guardemos sólo para nosotros cuanto hemos recibido; sepamos compartirlo con los hermanos que sufren, para que sean sostenidos por la fuerza de la misericordia del Padre. Que nuestras comunidades se abran hasta llegar a todos los que viven en su territorio, para que llegue a todos, a través del testimonio de los creyentes, la caricia de Dios. Este es el tiempo de la misericordia. Es el tiempo de la misericordia para todos y cada uno, para que nadie piense que está fuera de la cercanía de Dios y de la potencia de su ternura…para que cada pecador no deje de pedir perdón y de sentir la mano del Padre que acoge y abraza siempre. A la luz del «Jubileo de las personas
socialmente excluidas», mientras en todas las catedrales y santuarios del mundo se cerraban las Puertas de la Misericordia, intuí que, como otro signo concreto de este Año Santo extraordinario, se debe celebrar en toda la Iglesia, en el XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario, la Jornada mundial de los pobres. Será la preparación más adecuada para vivir la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, el cual se ha identificado con los pequeños y los pobres, y nos juzgará a partir de las obras de misericordia (cf. Mt 25,3146). Será una Jornada que ayudará a las comunidades y a cada bautizado a reflexionar cómo la pobreza está en el corazón del Evangelio y sobre el hecho que, mientras Lázaro esté echado a la puerta de nuestra casa (cf. Lc 16,19-21), no podrá haber justicia ni paz social. Esta Jornada constituirá también una genuina forma de nueva
evangelización (cf. Mt 11,5), con la que se renueve el rostro de la Iglesia en su acción perenne de conversión pastoral, para ser testimonio de la misericordia. 22. Que los ojos misericordiosos de la Santa Madre de Dios estén siempre vueltos hacia nosotros. Ella es la primera en abrir camino y nos acompaña cuando damos testimonio del amor. La Madre de Misericordia acoge a todos bajo la protección de su manto, tal y como el arte la ha representado a menudo. Confiemos en su ayuda materna y sigamos su constante indicación de volver los ojos a Jesús, rostro radiante de la misericordia de Dios. Dado en Roma, junto a San Pedro, el 20 de noviembre, Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, del Año del Señor 2016, cuarto de pontificado.
RESPIRO HONDO Y RECIBO EL ABRAZO DEL PERDÓN DIVINO • ¿Cómo romper “el círculo de mi egoísmo para ser instrumento de misericordia para los otros”? • ¿Experimento alegría en de la misericordia de Dios en mi vida? • ¿Valoro esta misericordia Divina expresada en los gestos de amor de los que me rodean? • ¿Enjugo las lágrimas de mis hermanos para salir del círculo de la soledad en el que con frecuencia terminamos encerrados? • ¿Qué puedo hacer para erradicar la mayor de las pobrezas de hoy, que consiste en que Dios no es conocido? • ¿Cómo vivo la cruz cotidiana? ¿La aprovecho para revelar la solidaridad de Jesús con todos los que han perdido la dignidad? • ¿Voy forjando La cultura de la misericordia con la oración asidua? • …Me pongo en manos de María para volver los ojos a Jesús, rostro radiante de la misericordia de Dios.
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MAYO | ANUNCIAMOS A JESÚS | P.
J av i e r R o j a s , s j
SALIR DE LOS EGOÍSMOS Domingo 4º de Pascua Jn 10, 1-10
Son conocidas por todos, aquellas palabras que el zorro dirige al Principito en la obra que narra Antonie de Sanit-Exupéry: «Sólo se conoce lo que uno domestica». Este animal, conocido universalmente por su astucia, plantea uno de los temas esenciales para el proceso de madurez humana y espiritual: el conocimiento interior. Un verdadero proceso de madurez comienza con el conocimiento del propio mundo interior en el que habitan los pensamientos, sentimientos y deseos. Domesticar, es una manera de hablar del proceso de aprendizaje por el que aprendemos a convivir con aquello que podemos considerar salvaje o indomable, y que habitan en nuestro interior. Dios nos habla al corazón, pero no siempre conseguimos distinguir con claridad su voz. Hay también otras voces que resuenan en nuestro corazón. ¿Cómo distinguir con claridad la voz de Dios de esas otras voces? Lo primero que tenemos que aceptar con paz y serenidad, si deseamos afinar nuestra escucha, es reconocer que hay otras voces en nuestro interior. No depende absolutamente de nosotros que estén ahí, pero sí depende de nosotros que les prestemos oído o no. Lo segundo, es que debemos aprender
a
relacionarnos s a n a m e n t e con nosotros mismos, y a ser más pacientes y compasivos con nosotros. No debemos olvidar que el crecimiento y madurez humana es un proceso, y no es posible hacerlo a fuerza de castigos, represiones o impaciencia. Sólo empeoraremos. San Ignacio de Loyola nos enseñó que la voz de Dios trae paz, serenidad, mansedumbre y aumento de amor, esperanza y caridad. Y que por el contrario la voz del enemigo -así llamaba al mal espíritu- ocasionaba oscuridad, inquietud, turbación, haciéndole sentir sin amor y moviendo el corazón a estar sin esperanza, y sin caridad. Y afirma, «Los pensamientos que salen de la consolación son contrarios a los pensamientos que salen de la desolación» [EE317] No debemos olvidar que los ojos con los que miramos la realidad están siempre, más o menos, teñidos de nuestro estado emocional. Si hay
paz en nuestro corazón nuestra experiencia y visión de la realidad estará llena de esperanza y fe. Mientras que si los sentimientos que habitan en nosotros son los que causa el enemigo, nuestra manera particular de ver lo que vivimos y experimentamos estarán teñidos por esos sentimientos interiores. Las personas que tienen un corazón domesticado han asumido con paz que, independientemente de las voces que se escuchen su nuestro interior, deben seguir aquellas que las conduce a la paz y al aumento del amor, la esperanza y la caridad. No te asustes si en tu interior surgen pensamientos y sentimientos que te resultan desagradables, impuros o contrarios a los que desearías experimentar. Recuerda que lo fundamental es descubrir la voz que te conduce a la paz. Esa es la voz de Pastor que debemos seguir. La voz del Pastor nos «saca fuera» de los egoísmos. Nos libera de la tristeza que infunde la desesperanza y nos pone a salvo de esas otras voces que tienen siempre «buenas razones» para mantenernos cautivos del odio, el rencor o resentimientos. Pidamos a Jesús, Buen Pastor, que nos dé luz para reconocer su voz en medio de esas otras voces que no nos hacen sentir amados y en paz.
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MAYO | ANUNCIAMOS A JESÚS | P.
J av i e r R o j a s , s j
NO TE DEJES VENCER Domingo 5º de Pascua Jn 14, 1-12 En el capítulo III del Eclesiastés leemos lo siguiente: «Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora: Tiempo de nacer y tiempo de morir, tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado,... tiempo de abrazar y tiempo de abstenerse de abrazar,...tiempo de callar y tiempo de hablar,...tiempo de guerra, y tiempo de paz». Este texto sapiencial nos invita a comprender algo que nos resulta a veces difícil, y es aceptar que vivir es estar sujeto al tiempo que fluye. El tiempo pasa y con él nuestra vida fluye y se enriquece con la experiencia. Porque en esto consiste la sabiduría, en comprender la experiencia. Necesitamos aceptar, serena e incondicionalmente, que nuestra vida es un don de Dios que fluye y se enriquece. Que nuestra vida no es un paquete cerrado sino un don a desarrollar y potenciar. Vivir desde la certeza de que la vida es un regalo, un don, nos ayuda aceptar, primero, que somos creaturas finitas. Esto significa reconciliarse con la propia precariedad y limitaciones. En segundo lugar, nos impulsa a trabajar el potencial que Dios puso en nosotros al crearnos. La persona que no hace crecer el don que Dios ha depositado en él no vive, padece su propia vida. Muchos todavía creen que la vida que tienen es un «paquete o combo cerrado» y que “les tocó lo que les tocó” y no pueden hacer nada más que resignarse a su suerte. Es verdad que hay situaciones que no podemos cambiar, pero sí podemos elegir qué postura tomar ante lo que no podemos cambiar. Cuando Jesús dice a sus discípulos
«no se inquieten» les está pidiendo que no se dejen vencer por los tiempos difíciles que puedan atravesar. Les anima a que aprendan que la vida es tiempo, y que es en el tiempo donde desarrollamos nuestro ser. Les anima a que no desperdicien sus horas lamentándose con pensamientos inútiles y sentimientos vacíos, lo que no han podido conseguir. Las situaciones difíciles también pasan, como los buenos momentos y lo importante es la experiencia que puedes sacar de ellos. Vive cada momento como un instante por el que tal vez no vuelvas a transitar. Esta vida es bella aún con la complejidad que encierra. Este instante de tu vida con lo precioso que tiene, o con lo doloroso que acontece, es el momento y la oportunidad para crecer. Para dar honor y gloria a Dios por el regalo de la vida. Esta vida, real, complicada, maravillosa y llena de sueños es la que hay que aprender a vivir, pacientemente. Durante mi trabajo en el hospital y en la cárcel aprendí que la vida es muy corta. Pasamos casi el 80% del tiempo queriendo que las realidades y las personas se acomoden a nuestro parecer, y sólo un 20 % lo invertimos en amar y agradecer. Ver a personas privadas de su libertad o incapacitadas de poder expresarse, me ha hecho valorar la presencia del otro y la belleza de las palabras “te quiero”, “gracias” y “perdón”. Pidamos al Señor que nos conceda la gracia de saber vivir en esta vida, sabiendo que la vida definitiva es la que viene.
LA FELICIDAD ESTÁ EN LA REALIDAD Domingo 6º de Pascua ¿Por qué para muchas personas ser felices les resulta una «misión imposible»? Por momento tengo la impresión que muchos buscan tener una vida de cuento, de telenovela o de serie romántica. Una vida donde la fantasía, los sueños, los anhelos, etc., se hacen del todo realidad. Es verdad, y nadie puede negar, que una parte importante de nuestra felicidad radica en que se concreten nuestros sueños, proyectos, 10
anhelos, etc., Pero, ¿todos? ¿Exactamente cómo lo imaginamos? ¿Con una perfectísima coincidencia entre lo que soñamos y lo que logramos? Lamentablemente, eso no sucederá. Hay personas que aún no han despertado. Los sueños son como las utopías «¿para qué sirven? Sirven para caminar» (Eduardo Galeano), pero la felicidad no consiste en que
todos nuestros sueños se concreten en la realidad. Por ejemplo, ¿Cuántas veces sueñas o deseas que los demás actúen como imaginas que deben hacerlo? ¿Cuántas de tus peleas con los demás se deben a que no acceden a tus pareceres y caprichos? ¿Cuántas desilusiones cargas sobre ti porque te has «imaginado» algo que luego no sucedió? ¡Te das cuenta! La felicidad no depende de que tus sueños, proyectos
MAYO | ANUNCIAMOS A JESÚS | P. o imaginaciones se concreten, porque no tienen que ver totalmente con ellos. La felicidad está relacionada con la realidad y no con la imaginación. Con los hechos que acontecen, con las situaciones que se dan, con el fluir de la vida. Lo que construimos en nuestra imaginación sobre qué es tener una vida feliz, es muchas veces análogo a creer que existe «Alicia y su país de las maravillas». La felicidad está en lo que acontece y en lo que queda en el corazón. Es también el resultado de un proceso vivido donde tal vez existieron las luchas y las dificultades.
J av i e r R o j a s , s j
Los discípulos de Jesús imaginaron un mesías. Ellos llenaron sus mentes y sus corazones de expectativas fundados en sus propios deseos y proyectos que Jesús no colmó. La idea de mesías que ellos tenían no coincidió con el Maestro que se encontraron. Cuando no estamos dispuestos a aceptar la realidad que vivimos, con toda su belleza y complejidad, no podemos construir una felicidad real. Pasamos casi el 80% de nuestra vida luchando con “cambiar” la realidad, sin antes aceptarla primero. Sólo es posible construir algo, si primero aceptamos lo que tenemos.
La felicidad es un resultado, una consecuencia y no un objetivo o fin en sí mismo. Ella llega como consecuencia, primeramente, de la aceptación propia y de los demás, incondicionalmente. Se construye abriéndonos al misterio de los demás sin pretender proyectar sobre ellos nuestros propios pareceres. Se fortalece mediante la empatía y comprensión de las personas. Muchos de los conflictos o dificultades se resuelven cuando comenzamos por aceptar la realidad y a las personas como son.
EL DESAFÍO DE ESCUCHAR Ascensión del Señor Mt, 28, 16-20 Seguramente recuerdas aquel juego de niño que conocemos como el «gallito ciego». Es una actividad lúdica que consiste en vendar los ojos a un participante, hacer que dé varias vueltas para marearlo, y luego pedirle que atrape a los demás teniendo los ojos vendados. Lo que sucede es que, sin ver y mareado por las vueltas, todo horizonte se desvanece. El niño se siente perdido y desorientado. Instintivamente extiende las manos y las agita para buscar atrapar a alguno, pero también porque es la manera de ubicarse en el espacio y no chocar y tropezar. Este juego logra que él se sienta profundamente inseguro. Este juego de niños tiene algunos elementos que nos pueden ayudar a comprender nuestra vida de adultos. Hay momentos en los que nos sentimos muy inseguros, desorientados, perdidos y sin horizontes claros, como si tuviéramos los ojos vendados y nos hubieran dado varias vueltas para marearnos. Una situación así nos genera mucha angustia y fácilmente, si no sabemos manejarla, caemos en desesperación. No tener las cosas claras nos aflige, y como consecuencia nos sentimos perdidos. Pero ocurre también, como en el juego del «gallito ciego», en el que luego de dar manotazos sin obtener ningún resultado, algo dentro de nosotros dice que tenemos que
serenarnos. Es el momento en que damos mayor importancia a la vista para afinar el oído y escuchar más. Dejamos de movernos de un lugar a otro, nos detenemos, y permitimos que la “brújula interior” nos conduzca. La sensación de seguridad que teníamos en «ver» las cosas claras, pasa ahora a la etapa de escuchar lo que pasa alrededor nuestro y en nuestro interior. Es aquí donde ponemos ahora nuestra seguridad. Los momentos difíciles se resuelven con frecuencia cuando comenzamos por dar credibilidad a la Voz que susurra en nuestro interior. Las personas necesitamos sentirnos seguros y nos aferramos a cualquier cosa que pueda darnos una pizca de esa seguridad que, en estos tiempos de cambios tan vertiginosos, es sinónimo de felicidad. En nuestra vida la fe nos hace esperar con paciencia el momento de Dios, en contrapartida a las seguridades inmediatas que procuramos. Esta es la mejor aliada para salir de situaciones
difíciles y sentirnos verdaderamente seguros. Es la fe en Jesús, a quien no vemos pero podemos oír, la que nos permite serenarnos y buscar dentro de nosotros esa “brújula interior” que nos orienta. Es la Voz del Espíritu de Dios que vive en nosotros la que nos aconseja y nos ayuda a decidir bien. Los discípulos, al igual que la virgen María, guardaron las palabras Jesús en su corazón. Y el eco de esa voz les dio la fuerza y el coraje necesario para enfrentar las dificultades. La ascensión de Jesús a los cielos, desafía a los discípulos a poner la confianza en escuchar más que en el ver. Escuchar la Palabra de Dios, es fuente de seguridad y confianza. Dejemos resonar en nuestro interior las palabras de Jesús: « Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo »
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JUNIO | INTENCIÓN UNIVERSAL
i n t e n c i o n e s d e l s a n to pa d r e Eliminar EL COMERCIO DE LAS ARMAS P o r lo s r e s p o n s a b l e s d e l a s n ac i o n e s , pa r a q u e s e c o m p r o m e ta n c o n d e c i s i ó n a p o n e r f i n a l c o m e r c i o d e l a s a r m a s , q u e c a u s a ta n ta s v í c t i m a s i n o c e n t e s .
Todos queremos la paz para el mundo. Todos deseamos que en nuestros países reine la paz, pero sin actitud de diálogo, la reconciliación y la misericordia difícilmente podamos construirla. Sin paz no hay esperanza de un mundo más digno para vivir. El papa Francisco nos pide elevar nuestras plegarias por los responsables de las naciones para que el compromiso por la paz, que muchos mencionan, sea real. Y para ello se debe terminar con el comercio de las armas. Es un deber de todos buscar otras vías de resolución para los conflictos, que no sea empuñar las armas. El diálogo es el mejor camino. La violencia genera más violencia, el odio más odio, y ya son demasiadas las víctimas inocentes que se ha cobrado el comercio de las armas. También existen otras maneras de matar sin recurrir a las armas. El Santo Padre, en un ángelus en la Plaza de San Pedro dijo: «cuando decimos que una persona tiene la lengua de serpiente, queremos decir que sus palabras matan» y agrego, «Los chismes pueden matar, porque matan la fama de las personas».
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El desafío más grande que tenemos como habitantes de la misma «casa común» es asegurar y vivir en paz. Es una tarea artesanal y es responsabilidad de todos. Para construir un mundo más pacífico necesitamos desterrar también en nuestro interior todo lo que genera división. El odio, el resentimiento, los deseos de venganza, etc., no favorecen la construcción de la paz y la armonía. Todos hablamos de la necesidad de paz, pero ¿estamos realmente comprometidos en su construcción? El comercio de armas impide que la paz sea una realidad, al igual que las palabras, las conversaciones y los “chismes”, que lamentablemente dividen. El comercio de armas y las palabras hirientes complican la paz, y hacen que sea difícil resolver los conflictos por medio del diálogo. El mundo ya padece muchas heridas a causa del comercio de armas. ¡Detengamos este comercio de muerte! Javier Rojas, SJ Director Regional de la Red Mundial de Oración del Papa Argentina-Uruguay-Paraguay
Conferencia E p i s c o p a l A r g e n t i n a Para que sepamos acompañar a las familias heridas por el flagelo de la droga y alentar en la esperanza a todos los que buscan una respuesta sin bajar los brazos. (Cfr. “El Bicentenario”, Nº 56)
JUNIO | HORA SANTA
Exposición del S a n t í s i m o Sacramento 1.- ORACIÓN QUE NOS PREPARA: Disposición: “Señor, me presento ante Ti, sabiendo que me llamas y me amas tal como soy. Hago silencio interno para que sólo Tu Señor, habites mi alma.” Invocación: Señor, abre mi mente y mi corazón a tu Espíritu. Petición: Dame conocimiento interno de lo que el Papa nos pide en este mes, para conducir mi vida a trabajar por la paz. EL GUÍA HACE UN BREVE SILENCIO Y CONTINÚA 2.- INTENCIÓN QUE NOS MOVILIZA (GUÍA) En este momento de oración, Señor, nos unimos con nuestro Papa Francisco a través de su Red Mundial de Oración para orar juntos por la intención de este mes: “Por los responsables de las naciones, para que se comprometan con decisión a poner fin al comercio de las armas, que causa tantas víctimas inocentes””. EL GUÍA HACE UN BREVE SILENCIO Y CONTINÚA LEYENDO EL COMENTARIO DE LA INTENCIÓN DEL PAPA PARA ESTE MES (Pag. 12) a) ¿Qué palabras quedan resonando en mi corazón? REPETIR LA INTENCIÓN DESPUÉS DE HACER LA PREGUNTA Y DEJA UNA PAUSA PARA LA ORACIÓN 3.- PALABRA QUE NOS ILUMINA (GUÍA) Señor, que la lectura y meditación de tu Palabra ilumine nuestra vida, para que seamos
dóciles al Plan del Padre y verdaderos discípulos de la paz. Quiero estar contigo Señor…
• Jesús me invita a construir su Reino ¿con mis acciones, soy instrumento de paz o división? ? (PAUSA)
Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados. Bienaventurados los humildes, pues ellos heredarán la tierra. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, pues ellos recibirán misericordia. Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios. Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados aquellos que han sido perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados serán cuando los insulten y persigan, y digan todo género de mal contra ustedes falsamente, por causa de Mí. Regocíjense y alégrense, porque la recompensa de ustedes en los cielos es grande, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que ustedes. Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos. (Mt 5, 3-12,16) PALABRA DE DIOS
4.- PETICIÓN QUE NOS HERMANA (GUÍA) Señor, Dios, que nuestras voces se conviertan en una con las voces de todos tus hijos e hijas en todo el mundo, víctimas de la violencia sin fin: “Jesús, ayúdanos a ser artesanos de tu paz”
EL GUÍA HACE UN BREVE SILENCIO DEJANDO DE LA PALABRA DE DIOS REPOSE EN EL CORAZÓN. Y LUEGO CONTINÚA
• Por el Papa Francisco, piedra que sostiene tu Iglesia, para que lo asistas en todo momento ante los difíciles retos que se presentan en el mundo, oremos… • Por todos los pueblos, sin importar su raza o su tradición de fe, para que sean liberados del dolor, la violencia y el miedo, oremos... • Por los gobernantes del mundo para que animen a sus pueblos a vivir como hermanos y no como enemigos, valorando y respetando las diferencias. oremos… • Para que tengamos la valentía de hablar a favor de la paz y la no-violencia en nuestras familias y comunidades, oremos… 5.- BENDICIÓN QUE NOS ENVÍA (El sacerdote bendice a los fieles) LUEGO DE LA BENDICIÓN SE REALIZA LA RESERVA DEL SANTÍSIMO. (GUÍA) Señor, con el corazón agradecido, deseamos que nuestra oración común por la paz sea el comienzo de un compromiso universal de traer tu justicia y misericordia a un mundo profundamente dividido ira, la violencia y la intolerancia.
• ¿Qué bienaventuranza resuena con más fuerza en mi vida? (PAUSA) 13
NOTA DE TAPA
EL SAGRADO CORAZÓN: Una revelación para la misión Guillermo Randle sj
“Nunca habría sido católico si
no hubiera aceptado la doctrina del desarrollo de los dogmas John Henry Cardenal Newman
Traemos a colación esta frase del beato Newman porque nos ayuda a ver cómo la devoción al Sagrado Corazón se desarrolla en el tiempo, al poner hoy el acento más en la misión o envío a los demás, que en la reparación individual, y al observar cómo sale a la luz formalmente 14
este enfoque, de acuerdo a una circunstancia diferente, como es el siglo XXI y en una Iglesia en estado de salida hacia los demás. Para que este desarrollo, o cambio en la continuidad, sea auténtico, debe responder verdaderamente a la revelación original. O sea, a la realizada a santa Margarita María de Alacoque, que reza así: “para que (la devoción) se manifieste a los hombres”. O sea, que al hablar de misión, no adicionamos a ella nada nuevo, sino que desplegamos lo existente, o explicitamos lo implícito
en el término “manifestación”. Podemos ver así, de acuerdo a esta ley del desarrollo, que Dios no crea nada en estado completo, sino que deja que cada cosa se realice poco a poco . Es por esto que enfatizar el término misión, no es un cambio en la devoción, sino una continuidad. No es ruptura, sino desarrollo, que es cambio en la continuidad. Este desarrollo, por tanto, excluye expresamente una ruptura con el pasado, a la vez que afirma un poder de asimilación y una anticipación de su futuro con el acento puesto en la
UNA REVELACIÓN PARA LA MISIÓN “Estar con ÉL y ser enviado”. (Mc 3,14)
misión, como manifestación de un renovado vigor eclesial. El desarrollo, o cambio en la continuidad, no excluye, sin embargo, una “ruptura renovadora”, que no es discontinuidad, sino sólo la explicitación y énfasis de un término implícito, como es el de la misión, gracias al cual el cristianismo reencuentra hoy su pertenencia, que es ser para los demás y para Dios, en consonancia con este momento de la Iglesia y del mundo, y lo hace pensable en una sociedad post cristiana. Respondemos de este modo al pensamiento de Michel de Certeau: “La tradición está muerta si ella permanece intacta, si una invención no la compromete a devolver la vida, si ella no cambia por un acto que la recrea… Todo aquello que inyecta en una tradición el aguijón de un tiempo nuevo es también quien la salva de la inercia” . “Cambiar por un acto que la recrea”, quiere decir cambiar en la continuidad, no para ser diferente, sino para desarrollar lo implícito. Que “la salva de la inercia”, quiere decir, de la desidia de un lenguaje cristiano cuando no está articulado sobre la Iglesia “en estado de salida”, hace que esté amenazado de ser descubierto en flagrante delito de ilusión o insignificancia. UNA REVELACIÓN PARA LA MISIÓN “Estar con ÉL y ser enviado”. (Mc 3,14) La devoción al Sagrado Corazón es una de las más conocidas en la Iglesia Católica. Tuvo sus comienzos informales en el siglo XII con san Anselmo y san Bernardo, pero con santa Margarita María en el XVII derramó “su amor” simbolizado en su Corazón, a fin de que - son palabras de Jesús a Margarita María - : “se manifieste a ellos (los hombres)
para enriquecerlos con los preciosos dones que te estoy descubriendo los cuales contienen las gracias santificantes y saludables necesarias para separarles del abismo de perdición”. Esto quiere decir que, si bien el término “Corazón de Jesús” pueda insinuar una relación de afecto íntimo e individual con Él, puede al mismo tiempo, llevarnos a un equívoco, en el sentido de creer que sólo se trata de esa intimidad, al modo de san Anselmo, iniciador de la devoción en el mundo medioeval, quien en su libro Proslogion, dice: “Cierra la puerta de tu habitación y búscalo en el silencio”. Por el contrario, se trata además de una revelación para la misión: “para que se manifieste a los hombres”, o sea, que no quede encerrada en un intimismo, sino que sea el medio por el que los hombres sean enriquecidos con las gracias del encuentro con Cristo. Esto está en coherencia con Marcos 3,14 donde nos llama para “estar con Él”, e inmediatamente añade: “y ser enviados”, a fin de proclamar la Buena Nueva de salvación para todos. “Envío” o “misión”, como dice el Papa Francisco, que no es un adorno, sino que hace del cristiano un ser para Dios y para los demás. Veamos a continuación, cómo “estar con Él” y “ser enviados” están íntimamente ligados entre sí. En primer lugar, lo haremos basados en una frase de san Ignacio de Loyola en los Ejercicios Espirituales (EE 104), y en segundo lugar, en dos frases de Jesús en el capítulo 15 de san Juan. ESTAR CON ÉL PARA CONOCERLO INTERNAMENTE Y MÁS AMARLO Y SEGUIRLO (EE 104). “Estar con Él” implica un conocimiento interno, un grado de identificación tal, que lleguemos
a tener “los mismos sentimientos que tuvo Cristo”, quien “no retuvo ávidamente ser igual a Dios, sino que se vació de sí mismo tomando condición de siervo”; que nos invita a servirlo en los demás, deseoso del encuentro con nosotros en los otros. Se trata de remontarse hasta sus juicios de valor en los diferentes campos, a sus preferencias, a sus sentimientos, y remontarse hasta ahí para revestirnos de ellos y hacerlos nuestros, con el objeto de juzgar acerca de todas las cosas con su espíritu y el del evangelio; manifestar preferencias acordes con las suyas, y una inclinación del corazón en armonía con la íntima inclinación del suyo propio. Estas disposiciones, si son auténticas, conducen a la acción, en tanto que Él es el Jefe viviente que asigna a cada uno su tarea y el modelo normativo que muestra a todos cómo cumplirla. El haberse perdido el sentido de esta identificación íntima hizo que se perdiese la dimensión testimonial de la vida de fe, que sin obras está muerta. No fue sólo en la ilustración y el liberalismo, sino igualmente en la piedad corriente de las iglesias, donde empezó a expandirse cada vez más un individualismo salvador, representado en el ya citado lema “salva tu alma” propio de las misiones populares, que nos llevó en el mejor de los casos, a concentrarnos sólo en la idea de “reparación” de las deshonras inferidas a Cristo. Hoy en cambio, dentro de una cosmovisión de la realidad que implica una creciente globalización de la humanidad y una conciencia eclesial solidaria en constante aumento, hablar de devoción al Sagrado Corazón es descubrir en ella, no sólo un lugar para la devoción individual, sino también, de salida y envío a los demás, en quienes Cristo también es deshonrado. Mucho va
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a depender, por tanto, para el futuro de la devoción y de la vida de fe en Iglesia, que se asocie “reparación y envío a los demás”, en una Iglesia que busca hoy compartir la fe con un Cristo deshonrado en la humanidad indiferente, y sufriente al mismo tiempo. La gracia de un conocimiento interno o vital del Señor que por nosotros se hizo hombre, por la que podemos llegar a tener los mismos sentimientos de Cristo, es un conocimiento dado por el Espíritu, que penetra profundamente, no es, por tanto, meramente intelectual, ni sentimentalismo alguno. De otro modo, tendríamos de Cristo un conocimiento imperfecto, “según la carne” (2 Cor 5,16 con nota BJ); sabríamos teología, podríamos conocer de Él tantas cosas maravillosas, podríamos incluso ser sus admiradores, como tantos lo fueron durante su vida “según la carne”; mientras que este conocimiento interno es amor, que se manifiesta más en las obras que en las palabras. En este contexto, decir a otro “que Jesús te dé un corazón semejante al suyo” quiere decir que le conceda la gracia de amar en el servicio a Dios en los demás, como Él nos amó, es decir, “hasta el extremo”. Son raros los pasajes del Evangelio en que este amor no se transparente a
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través de algunos de sus sentimientos, como son la compasión o la misericordia, que compendiamos en su amor. En otras palabras, desear que otro tenga un corazón semejante al suyo, quiere decir que posea “los mismos sentimientos que tuvo Cristo” (Flp 2,5). O sea, que adquiera un grado de identificación tal con Él, mediante el trato de amistad – que no otra cosa es la oración – a fin de que su amor radique más allá de sus pensamientos, en los sentimientos que, como en Cristo, llevan a la acción. En este sentido, la acción es la exteriorización de la gracia recibida en la oración. Por otra parte, es cierto que la vida de Cristo tal cual aparece en los Evangelios, no es plenamente comprensible ni comprendida en todo su profundo significado, más que si es leído desde su amor, que constituye el centro más íntimo del ser de Jesús. De tal manera que basta con hablar del Amor de Jesús, sin circunloquios, ni símbolos, y ciertamente en cambio con el signo de la cruz, que no por adusto deja sin embargo, de contener y expresar la ternura de su amor hasta el extremo, que es puerta de la resurrección y revelación del misterio pascual, centro de nuestra vida de fe. Al leer los Evangelios en esta clave de cruz-resurrección, Jesús es percibido más plena e indivisiblemente en cada
momento de su vida. Todo cuanto hace y dice en cualquier escena nos da la medida completa de su ser interior, de su infinita coherencia divinohumana, de su persona plenamente entregada a la misión recibida del Padre, de lo que siente o experimenta, más allá de las palabras. Ese mundo interior de Cristo al que estamos invitados a llegar y manifestar. De la misma manera, en este contexto, decir que Jesús nos da un corazón semejante al suyo, quiere decir que amplía en nosotros “la anchura y la longitud, la altura y la profundidad del amor de Cristo, que supera todo conocimiento” y que éste, como dijo Jesús a Margarita María: “se manifieste a ellos (los hombres)”. Lo importante hoy es esta manifestación, este envío a los demás. En este contexto, el signo y el símbolo formando un todo, es ciertamente secundario, y mejor no caer en disquisiciones que nos detengan en un decir, sin realizar la puesta de la Iglesia en estado de salida, a la que la revelación nos invita. ESTAR CON ÉL PARA SER ENVIADOS “COMO TÚ ME HAS ENVIADO AL MUNDO” (Jn 17,18) El conocimiento interno para más amarlo y seguirlo, motiva su realización más allá de los mandatos
del Decálogo, en sus consejos particulares, para un seguimiento más cercano; así lo manifiesta Jesús al joven rico cuando le dice “sin embargo todavía te falta algo” (Lc 18,22). Ese mayor amor concreto, “como tú me has enviado”, sintetiza, sin antropologismo, todo el conjunto de valores que atisbamos en su persona: “la anchura y la longitud, la altura y la profundidad del amor de Cristo, que supera todo conocimiento” (Ef 3,18). En otras palabras, sólo la interiorización y la vivencia de su Amor, desde la experiencia de la vida según su Espíritu, nos permitirá presentar un Cristo íntegro y no mutilado, el que contemplamos en el signo de la cruz. ESTAR CON ÉL “PARA QUE VAYAN Y DEN FRUTO” (Jn 15,16)
Jesús de la historia, a fin de tener los mismos sentimientos motivadores de su acción. Para esto, ayuda tener presente todo el espacio interior del misterio de Cristo, que se manifiesta en su conciencia del Reino de Dios, en su identificación con el mismo; en la manifestación de su propia trascendencia compartida en la soberanía de Dios; en su obediencia al proyecto del plan salvífico del Padre, por el que se realiza la posibilidad de nuestro encuentro con Él; y sobre todo, en su conciencia filial, en la que se revela como Hijo venido de junto al Padre, y en estrecha unión con Él. Así es como podemos penetrar, de alguna manera, en el misterio de la conciencia de Cristo, es decir, en el misterio de su Amor, y con su ayuda, en nuestra propia conciencia, desde donde nos llama para servirlo en los demás y “dar fruto”. CONCLUSIÓN
De lo dicho hasta aquí concluimos que si el “estar con Él” es auténtico, lleva a salir hacia el otro; sino, es sólo escapismo o huida. Más aun, en el “estar”, radica en potencia el fruto de nuestra acción; sino ésta, es sólo “bronce que suena o címbalo que retiñe” (1 Cor 13,1). Por esto, en nuestra reflexión buscamos el testimonio del trato de amistad con el Jesús viviente en su vida mortal, el Jesús terreno, el
La revelación hecha por Jesús a Margarita María a fin de “que su amor se manifieste a los hombres”, explicita la misión o envío, que funda la realidad actual eclesial en salida a los demás, como nos pide el papa Francisco. La motivación que urge es el amor, que al ser comunicación invita no sólo a “estar con Él” sino también, a “ser enviados”. Se trata por tanto,
de una devoción dinámica dentro de una Iglesia “en estado de salida” o de incómoda conversión permanente. Por esto entendemos que la manifestación a los hombres del Sagrado Corazón es hoy abrirnos como el signo de la cruz, a los cuatro rumbos, “como yo he sido enviado por el Padre” a fin de que “vayan y den fruto”. Este envío revelará la autenticidad de dicha devoción y será señal de una fe viva, que debe ser transmitida a “todos los habitantes del universo” , como en 1920 decía Monseñor Gauthey, fiel al espíritu de la revelación a Margarita María. Finalmente digamos que si su deseo se cumplió con las encíclicas Miserentissimus Redemptor de 1928 y Haurietis aquas de 1956, esto fue ciertamente bajo una forma y con una significación diferentes a lo que fue el mundo de 1675 o 1689. Podemos concluir que la revelación a Margarita María fue expresada originalmente, con un lenguaje humano del siglo XVII y con un estilo propio de una religiosa determinada por su personalidad. Esto nos ayuda a comprender que la forma que toma una revelación es relativa a la persona que la recibe y al tiempo histórico en el que ella vive. Por tanto, la revelación de aquel entonces se actualiza al hoy de un modo nuevo y propio a nuestro tiempo.
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BEATOS Y SANTOS
CARLO ACUTIS Un g en io d e l a inf orm á tic a e n e l cie lo ¿Es posible para un joven de quince años darnos una lección de vida? ¿Puede dejar enseñanzas profundas para una época como la nuestra, caracterizada por el desenfreno, la velocidad, la sed de poder, la sed del éxito a cualquier costo, la vida de un joven de quince años? ¿Puede, un adolescente, ofrecernos un modelo de vida válido para el siglo XXI, caracterizado por el avance tecnológico, por la informática, por los viajes espaciales, por los avances prodigiosos en la ciencia? ¿Qué tiene para ofrecer a nuestra existencia un adolescente que con tan sólo 15 años muere repentinamente? ¿Cuál es el mensaje que nos deja en el curso de su breve existencia? Un joven de quince años, con su inexperiencia a cuestas, sí puede dejarnos un mensaje de trascendencia, de una vida mejor y más plena, aún en nuestros tiempos. Un joven de quince años, sin experiencia en la vida, sí puede dejar un mensaje trascendente, un mensaje que va más allá de esta vida. Este joven nació el 3 de mayo de 1991 en Londres (Inglaterra), donde residía su familia por motivos laborales. Después se mudaron a Milán y comenzó asistir a una escuela local. Su vida estuvo marcada por un profundo amor a la Eucaristía, a la que consideraba como “mi autopista hacia el cielo”. Fallece a tan sólo 15 años de edad a causa de una leucemia fulminante, dejando en la memoria de todos los que le han conocido un gran vacío y una profunda admiración por el que ha sido su breve y a la vez intenso testimonio de vida auténticamente cristiana. Desde que recibió la Primera Comunión a los 7 años de edad nunca ha faltado a la cita cotidiana de la Santa Misa. Siempre, antes o después de la celebración eucarística, se quedaba delante del Tabernáculo para adorar al Señor presente realmente en 18
el Santísimo Sacramento. La Virgen era su gran confidente y nunca dejaba de honrarla rezando cada día el Santo Rosario. La modernidad y la actualidad de Carlo han contribuido a convertirlo en un chico muy especial al que todos admiraban y querían. Algunas de sus palabras son: “Nuestra meta debe ser el infinito, no el finito. El Infinito es nuestra Patria. Desde siempre el Cielo nos espera”. Suya es la frase: “Todos nacen como originales pero muchos mueren como fotocopias”. Para dirigirse hacia esta Meta decía que nuestra Brújula tiene que ser siempre la Palabra de Dios, con la que tenemos que confrontarnos constantemente. Pero para una Meta tan alta hacen falta Medios muy especiales: los Sacramentos y la oración Desde el 2016 se encuentra en proceso de beatificación. Daba clases de catecismo a los niños y ayudaba a las personas que vivían en la calle. Ideó lo que algunos llamaron un “kit para hacerse santo” compuesto por la Misa, la Comunión, el Rosario, la lectura diaria de la Biblia, la confesión y la entrega a los demás. Según indica el sitio web “Famiglia Cristiana”, antes de saber que estaba enfermo el muchacho hizo un video donde dijo que si moría le gustaría
que lo enterraran en Asís, donde actualmente reposan sus restos. Cuando se enteró de su enfermedad, decidió ofrecer sus sufrimientos por el Papa y la Iglesia Católica. Falleció el 12 de octubre de 2006 en la fiesta de la Virgen del Pilar. En 2007 el periodista del diario vaticano L’Osservatore Romano, Nicola Gori, publicó el libro “Eucaristía. Mi autopista para el cielo: Biografía de Carlo Acutis” y el 26 de octubre de este año también presentó en el Vaticano su nuevo libro “Un genio de la informática en el cielo: Biografía de Carlo Acutis”. Los libros y el documental buscan ser un medio para transmitir a las generaciones más jóvenes que cada niño y joven nacen con una chispa interior, una profunda originalidad y un claro llamado a la santidad. Carlo solía decir también “El globo aerostático para subir a lo alto necesita que se le quite peso. De igual modo el alma para elevarse al cielo necesita cortar todos los pequeños pesos que son los pecados veniales” (Fuente: ACI Prensa)
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J av i e r R o j a s , s j
EL DON DE ACOGER Domingo de Pentecostés Jn 20, 19-23 No dejan de maravillarme las historias de las personas. Cuando se relatan, sientes la vida que fluye en las palabras. He escuchado historias preciosas, duras, sacrificadas y sorprendentes. La vida es un misterio y, el corazón, el sagrario donde se guardan los relatos, a veces, celosamente. Cuando ingresé a la Compañía de Jesús (jesuitas) creí que las personas contaban sus historias a otras, sobre todo, porque eran religiosas o personas de fe. Cuando me ordené de sacerdote me resultó normal que más personas me buscarán para contarme sus historias de vidas, ¡era cura! ¿Por qué no habrían de hacerlo? Pero, con el correr del tiempo, me di cuenta que en realidad no es así. Las personas no abrimos el corazón a otras porque tengan fe o porque sean religiosas. Ni siquiera porque se trate de un sacerdote. Las personas dejamos que los demás entren a nuestra vida cuando nos sentimos libres ante ellas. Cuando percibimos que podemos ser nosotros mismos y
que no habrá amenazas ni condenas. Y estamos dispuestos a hablar con otros porque nos sentimos comprendidos y sobre todo amados, más allá de “todo lo que hayamos hecho”. En realidad, todos buscamos con quien compartir nuestra vida. Generalmente, no elegimos a quienes se pasan todo el tiempo dándonos fórmulas y recetas mágicas sobre cómo debemos ser o cómo deberíamos resolver tal o cual problema. Me inclino a pensar que quienes dan consejos todo el tiempo, tienen más horas de lectura que de encuentros personales. O lo que es peor, creen que pueden resolver la vida de los demás cuando ni siquiera son conscientes de los problemas que tienen. Cuando comprobamos que la persona que está delante de nosotros puede sostener su mirada de ternura, sus labios sellados y su corazón dispuesto a recibir el misterio que somos, abrimos las ventanas del alma de par en par. Nos atrevemos a expresar el «misterio que somos», cuando encontramos un
compañero de camino, un amigo en el Señor. No necesitamos ángeles saltando a nuestro alrededor ni personas que destellen perfección o “santidad”, lo que necesitamos son personas humanas que no se escandalicen de la humanidad de los demás. Pentecostés es el acontecimiento de la comunión por excelencia: la fiesta del encuentro. Dios, entrega su Espíritu de comunión. Al soplar sobre los discípulos les infunde el don de perdonar los pecados. El de acoger historias de dolor y de pecado para que sean reparadas por la gracia que ha derramado en sus corazones. No es casual que, al soplar sobre ellos, les hable de perdonar los pecados, de desatar y de la responsabilidad que tienen como discípulos y apóstoles. Cuando los sacerdotes nos situamos ante el misterio del ser humano con un corazón comprensivo debemos estar más dispuestos a «salvar la proposición del prójimo que a condenarla» [EE 22], al igual que Dios lo hace con nosotros. El Espíritu de Dios nos hace más humanos. Nos ayuda a profundizar en el misterio que somos, para descubrir la imagen y semejanza de Dios que llevamos impresa en nosotros, y nos ayuda a comprender que la fragilidad de los demás, no es impedimento para que reciban el perdón.
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J av i e r R o j a s , s j
EL DON DE AMAR Santísima Trinidad Jn 3,16-18 Todos coincidimos en que el «amor es un misterio» que escapa a toda lógica humana. Es una realidad que parece guardar su secreto celosamente. ¿De dónde nos viene esa necesidad de amar? ¿Por qué cuando nos falta el amor pareciera que nos falta el alma? ¿A qué se debe que podemos llegar a amar a alguien hasta perdernos a nosotros mismos? ¿Qué tiene el amor que puede cambiar nuestra vida por completo? ¿Por qué nos resulta difícil poner en palabras cuánto amamos a otras personas? Escucho con frecuencia decir «no puedo explicar por qué amo tanto a esta persona». Es una verdad que no tiene “lógica”, sin embargo, no nos resulta extraño encontrar a personas que están «locos de amor» por alguien. La Santísima Trinidad es un misterio de amor que nos ayuda a reflexionar y profundizar en el misterio el amor humano. Y el amor que los seres humanos nos podemos entregar mutuamente nos ayuda a vislumbrar el amor trinitario. El amor humano nace de la «certeza de sentirnos amados». El amor, en primer lugar, «se recibe». No existe realidad más fundante en nosotros que sabernos y sentirnos amado. Jesús, se sentía amado por su Padre. «Como el Padre me amó así yo los he amado». (Jn 15, 9). Si yo me siento amado es gracias a la generosidad de quien ama. Sentirse querido, amado, deseado por otro, es una de las experiencias más fuertes y significativas que estructuran incluso el psiquismo humano. El amor es un don de Dios que llega a nosotros sin mérito de nuestra parte. Aun cuando nuestro comportamiento pareciera rechazar ese amor, Dios lo seguirá entregando infinitamente. Porque, así como experimentamos
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el amor de otros sin que lo hayamos cultivado antes, de la misma manera, Dios está “empecinado” en amarnos hasta el fin. El amor que se recibe gratuitamente es de una calidad y profundidad superior al que pretendemos ganar o comprar por medio de nuestros méritos. El amor «comprado» es agua en nuestras manos que se escurre lentamente y desaparece. No podemos obligar a los demás a que nos amen, pero si aceptar o rechazar el amor que nos pueden dar. La segunda dimensión es que el amor «nos hace vivir». Esta es la primera y gran conquista que el hombre debe alcanzar. Vivir en el amor es estar unificado internamente. Significa amarse a sí mismo, - que no tiene nada de egocéntrico-, y amar a los demás. Amarse a sí mismo es aceptar la condición humana frágil y limitada. Cuando el amor reposa primero en nosotros, vivimos con paz interior y sólo entonces podemos amar a los demás. Amar, es aceptación y no resignación. Amar lo que somos significa reconocer nuestra condición de hijos de Dios. Amar como somos es reconciliar la propia historia de fragilidad y pecado y comenzar un camino de conversión. Si no vivimos primero el amor hacia nosotros mismos difícilmente podremos expresarlo hacia afuera. No podremos amar en verdad a los demás, si antes no hemos aprendido a ser comprensivos y compasivos con nosotros mismos.
La tercera dimensión es el amor que «se ofrece». “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por los amigos” (Jn 15, 13). Cuando sentimos que podemos amar y entregar amor a otros, es porque primero estamos en paz con nosotros mismos, y hemos experimentado profundamente la aceptación y el amor de los demás. Cuando nos reconciliamos con nosotros mismos podemos ofrecer amor a otros. Tenemos que liberarnos de la pretensión de que el amor del otro colme todas nuestras necesidades afectivas y llene todos nuestros vacíos. Porque el amor humano es limitado. No seremos felices porque recibamos amor únicamente, necesitamos también aprender a dar amor. Ofrecer amor a otros de manera gratuita. Ahí se completa el dinamismo amoroso saludable. Quien pretenda que el otro «me ame» como yo quiero no encontrará paz, y como consecuencia, no sabrá gustar del amor que el otro puede dar. En la Santísima Trinidad existe un dinamismo amoroso que nos ayuda a orientar el amor humano: sentirnos amados para vivir en el amor y ofrecer el amor que hemos recibido. Pidamos a Dios la gracia de entender la magnitud de su mensaje y de asumir con responsabilidad, que nuestra vida cobra sentido cuando podemos disfrutar del amor libremente.
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CON LOS OJOS DE JESÚS Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo Jn 6, 51-58 Es frecuente que ante las decepciones que vivimos adquiramos la actitud de “arreglárnosla solos” o de seguir el propio “parecer” sin que nos importen los demás. Los desengaños que sufrimos, de personas o instituciones, son muy duras y generan división. Esta realidad, que en muchos casos es doloroso, esconde también un peligro que necesitamos aprender a resolver. En la familia, el trabajo, el país y aún en la iglesia, podemos sufrir desengaños o desilusiones, pero debemos tener cuidado de no «hacer nido en ello» ni en pasarse el tiempo «rumeando» la desilusión. Quedar anclado en ello engendra la tristeza, alimenta a los rencores y desvanece la esperanza. Es fundamental construir la vida sobre cimientos firmes que generen comunión. Nuestra vocación de cristianos exige que aprendamos a mirar y vivir los acontecimientos con los ojos de Jesús. Ni las personas, ni el país, ni la misma iglesia, en tiempos de Jesús, estuvieron al margen de cometer errores y generar desengaños, pero fue en esa situación
–y salvando las distanciasdonde Jesús nos dio ejemplo de cómo construir comunión. El sentido de nuestra vocación de cristianos y de nuestra misión de colaborar con que el mundo sea más humano, fraterno y digno para todos, lo encontraremos siempre al acercarnos a Eucaristía: el santísimo Cuerpo y Sangre de Jesús. En cada acto de comulgar recibimos una invitación de Señor, que es sencilla y a la vez contundente: Construye aquello que recibes. Es decir, nuestro compromiso al recibir la comunión es construir comunión. En el lugar, tiempo o situación en la que nos encontramos debemos buscar los caminos que construyan la comunión. Debemos buscar siempre -como ha repetido en varias ocasiones el papa
Francisco- «lo que nos une más que lo que nos divide». La comunión se siembra mediante la compasión y la misericordia y se riega con la solidaridad y la esperanza. Quién al recibir a Cristo en la comunión no construye comunión, es un mentiroso. Hoy celebramos la Solemnidad el Cuerpo y Sangre de Cristo, y la liturgia no podría haber elegido un evangelio más oportuno para volver profundizar en este gran misterio de un Dios que se hace alimento por nosotros, y por el que renueva con nosotros su deseo de que el mundo sea más humano y digno para todos.
«ASÍ QUE NO LES TENGAN MIEDO» Domingo 12º del Tiempo Ordinario Mt 10, 26-33 Hay partes del evangelio que son más difíciles de comprender, de asimilar, o incluso, más difíciles de vivir, que otras. En algunas se nos exhorta a tener más fe y confianza. En otras, mayor capacidad de salir de nosotros mismos para entrar en la lógica del mensaje de Jesús. Hay escenas del evangelio en las que quedamos cautivados por los gestos expresados con tanto amor y sencillez. Hay palabras que nos agradan cuando Jesús las pronuncia con firmeza y claridad, y sobre todo cuando lo hace para cuidar de la dignidad humana. Pero hay también pasajes del evangelio que nos desconciertan, nos cuestionan y, sobre todo, nos sorprenden. El evangelio de hoy nos presenta
uno de esos fragmentos en los que necesitamos prestar mucha atención, porque esconde una riqueza que no se descubre si no estamos dispuestos a escucharlo con fe y confianza. No es nada parecido a esos “discursos” o “mensajes” de los hombres, que estamos acostumbrados a escuchar, donde se «anima a otros a la trasformación» y donde se aconseja o recomienda «cómo se debe vivir o proceder», pero quienes los transmiten no están abiertos a la conversión. El mensaje de Jesús es distinto. Sus gestos dicen siempre más que sus palabras. Sus actitudes son el reflejo de lo que guarda su corazón, y sus palabras revelan el contenido de
su vida y de su oración. ¿Cuál es el mensaje del evangelio de hoy?, ¿Qué verdad hay detrás de éstas palabras?, ¿Por qué decimos que hay fragmentos del evangelio que necesitamos leerlos con una fe firme y, sobre todo, dispuestos a salir de nuestros propios esquemas mentales? En este evangelio Jesús se dirige a quienes desean seguirlo, los cuales se encontrarán con la realidad de la incomprensión de muchos, el abandono de los más cercanos, el cuestionamiento de no pocos conocidos, y hasta la burla de los más allegados. Jesús los anima vivir su fe con valentía, pero los previene de la ilusión infantil de pensar que, con fe, 21
JUNIO | ANUNCIAMOS A JESÚS | P. “a partir de ahora…todo será mejor…”. La fe no es un amuleto para la buena suerte, ni una barita mágica que rompe los “gualichos”. No se reduce a la creencia de una “coctelera” de mensajes que deambulan por las redes sociales. La fe es mucho más que eso. La fe es confiar en Alguien y no en algo. La fe es esa extraña sensación de abandono cuando estás en la cuerda floja sabiendo que Jesús es la única red de contención. Tener fe, significa haber puesto la
J av i e r R o j a s , s j
propia vida en manos de otra Persona. Éste es el mensaje del evangelio de hoy. Es una invitación a confiar en Dios, cuando tenemos motivos para temer y perder la esperanza. Poner nuestro corazón en sus manos, cuando el miedo parece tener el poder para arrebatarnos la paz interior. Dejar todo a Su voluntad aun, cuando la desesperación asecha nuestros deseos y nos infunde el temor de perder lo que consideramos
valioso. Jesús no prometió que desaparecerían los momentos difíciles, sino que estaría siempre con nosotros. En la oscuridad de la vida, Él es la luz que nos guía y acompaña. La invitación al abandono que nos pide el evangelio, contradice el razonamiento hasta el extremo de ser escandaloso. Jesús nos invita a abandonarnos en sus manos y a creer que aún allí donde hay dolor e incomprensión, pérdida y abandono, lejanía y rechazo, es posible esperar nueva vida. Como dice San Pablo “la esperanza que se ve, no es esperanza”. Nuestra fe, vive y crece en esperanza, en confianza, en capacidad de salir de nosotros mismos para abrirnos a una vida nueva donde se confía en Alguien, y dónde se espera en Alguien.
NOTICIAS | PARA COMPARTIR LA HISTORIA DE PABLO “Estando cerradas las puertas… Jesús vino y se puso en medio de ellos”… Juan 20,19 En la penitenciaría de Formosa, Unidad n° 10, un hermano nuestro que está en la cárcel, se consagró al Sagrado Corazón de Jesús y recibiendo la medalla de consagración de manos del obispo de esa diócesis. Se trata de Pablo Roberto Ortiz Cabral, de 40 años, casado y con 4 hijos. Una vez que fue detenido, su suegra le regaló un librito para rezar el rosario con una estampa del Sagrado Corazón de Jesús, a quien comenzó a pedirle todas las noches por su libertad, y por la salud de su padre, que había caído gravemente enfermo sin muchas probabilidades de vida. Jesús escuchó su oración y al poco tiempo le dieron el alta. Su padre hasta hoy, con sus 89 años, goza de buena salud. Más tarde Pablo es trasladado a la unidad n° 10 de dicha ciudad, que tiene una capilla y gente encargada de la pastoral. Los guardias ofrecieron a los que quisieran, la posibilidad de ir a rezar. “Rosario en mano y con mi estampa dentro de la Biblia asistí… desde esa vez, no falto ni un solo día” 22
, son las palabras de Pablo. Cierto día le llamó la atención la medalla de consagración que tenía colgada una señora de la pastoral, y le preguntó cómo podía obtenerla. Ella le comentó cuales eran las disposiciones que él debía tener para poder llevarla en su pecho, a lo que Pablo asintió; y en una emotiva ceremonia se consagró para siempre al Corazón del Aquel que fue hasta la cárcel a buscarlo con su infinito Amor, como antaño buscó a sus discípulos y entró donde estaban las “puertas cerradas”. “Desde hoy soy un integrante más que no falta…Doy gracias a Dios, al Sagrado Corazón de Jesús, a la Virgen María y a la Pastoral Penitenciaria por esta oportunidad que me han
dado”. Así concluye Pablo su preciosa carta que nos envió a la Red Mundial de oración del Papa, que a través de nuestro material, contribuye a la difusión de las intenciones del Santo Padre y a la devoción al Corazón de Jesús. Desde tu humilde lugar querido lector, tú también puedes colaborar con esta tarea.
FATIMA
El 13 de mayo, Francisco celebrará en Fátima el centenario de las apariciones hay expectativa por la canonización de Francisco y Jacinta, y la beatificación de Lucía
FAMILIA
¡CUIDA TU PAREJA Escrito del P. Ricardo Bulmez
Yo siempre digo, no cuides tanto a tu familia, cuida a tu PAREJA y la gente se sorprende!! Pero cómo que no voy a cuidar a mi familia? Es MI FAMILIA!! A tu familia no la tienes que cuidar. Es tu familia. TU FAMILIA, está SEGURA, nunca se pierde Ustedes han oído decir a alguien “allí va mi ex hijo, allí va mi ex padre”? No, verdad? Pero han oído mucho, “allí va mi ex pareja”. Entre los padres, los hijos, los hermanos, los abuelos, los tíos, los primos… la familia es lo más seguro, que se tiene, no hay ex. Ellos están allí y por muchos años que duren sin verse, por mucho tiempo que tarden en escribirse ellos están allí. Usted no puede decir; “aquella señora que va pasando por allí, fue mi madre por 25 años”… Su madre está allí, ella está segura. Es más, les voy a decir otra cosa,… de todos los amores; que es tender lazos, de todos los puentes, el amor más débil que existe es el de PAREJA. En una pareja no hay consanguinidad. Por eso hay que darlo TODO, eso que llamamos AMOR ETERNO, se da en papá, en mamá, en un hijo y en amigos, que también pueden llegar a ser un amor eterno; es decir un amor sin condición. Pero el AMOR en una PAREJA es un AMOR DIARIO, que tiene que cuidarse TODOS LOS DIAS Pero vete lejos de tu pareja diez años… a ver que encuentras. Por eso EL AMOR DE PAREJA, es AMOR de todos los DIAS. Yo puedo hablar con mis padres cada semana, una vez al mes…Pero si tuviera pareja, la estuviera llamando a cada momento. Y no es que sea bueno o no. Es que el AMOR es así.
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TESTIMONIO | IMMACULÉE ILIBAGIZA
¿Quién es Immaculée Ilibagiza?
Sobrevivir para contarlo El Papa pide que en mayo recemos por los cristianos de África, para que sean testigos de la PAZ. Por esta razón ofrecemos en este número un precioso testimonio surgido en medio de ese querido continente, cuyo gesto de perdón a sus enemigos y su lucha por la paz entre hermanos nos ayudarán a comprometernos por esta causa común a todos. ¿Quién es Immaculée Ilibagiza? Podremos darnos una idea leyendo un fragmento del su testimonio, publicado en la introducción de su libro SOBREVIVIR PARA CONTARLO: “Escucho a los asesinos llamarme por mi nombre. Estaban del otro lado de la pared, y a menos de tres centímetros del estuco y madera que nos separaban. Sus voces eran frías, duras y decididas. –Ella está aquí... sabemos que está por aquí en algún lado... Encuéntrenla, encuentren a Immaculée. Había muchas voces, muchos asesinos. Podía verlos en mi mente: aquellos que solían ser mis amigos y vecinos, que siempre me saludaban con amor y amabilidad, ahora recorrían la casa con lanzas y machetes llamándome por mi nombre. –He matado 399 cucarachas –dijo uno de los asesinos–. Immaculée sería la número 400. Es un buen número para matar. Me agazapé en la esquina de nuestro minúsculo baño secreto sin mover un músculo. Al igual que las otras siete mujeres que se escondían para salvar sus vidas conmigo, contuve mi respiración para que los asesinos no pudieran escucharme mientras respiraba. Sus voces me arañaban la carne. Sentía como si estuviera acostada en un lecho de carbones ardientes, como si me hubieran prendido en fuego. Un viento arrollador de dolor engullía mi cuerpo; miles de agujas invisibles me destrozaban por dentro. Jamás soñé que el miedo pudiera causar 24
una angustia física tan agonizante. Intenté tragar, pero mi garganta se había cerrado. No tenía saliva, y mi boca estaba más seca que la arena. Cerré mis ojos y traté de hacerme desaparecer, pero sus voces sonaban cada vez con más fuerza. Sabía que ellos no tendrían misericordia, y en mi mente sólo resonaba introducción XVIII un pensamiento: Si me atrapan, me matan. Si me atrapan, me matan. Si me atrapan, me matan. Si me atrapan, me matan. Los asesinos estaban justo detrás de la puerta, y yo sabía que en cualquier segundo me encontrarían. Me preguntaba cómo se sentiría cuando el machete atravesara mi piel y me cortara los huesos. Pensaba en mis hermanos y en mis queridos padres, preguntándome si estarían vivos o muertos y si estaríamos juntos pronto en el cielo. Junté mis manos, sujeté el rosario de mi padre y empecé a orar en silencio: Por favor Dios mío, ayúdame. No me dejes morir así, no de esta manera. No permitas que los asesinos me encuentren. Tú nos dices en la Biblia que si pedimos, se nos dará... y bien, Señor, te estoy pidiendo que por favor hagas que esos asesinos se vayan. Por favor, no me dejes morir en este baño. Por favor, Dios mío, por favor, por favor, ¡sálvame! Los asesinos salieron de la casa y todas comenzamos a respirar de nuevo. Se habían ido, pero volverían muchas veces en los siguientes tres meses. Creo que Dios permitió que yo sobreviviera; pero aprendí durante los 91 días que pasé temblando de miedo con siete mujeres en un baño del tamaño de un ropero, que sobrevivir es muy distinto a salvarse... y esta lección me cambió para siempre. Es una lección que, en medio de un asesinato masivo, me enseñó a amar a aquellos que me odiaban y me perseguían, y me enseñó a perdonar a quienes habían
masacrado a mi familia”. Immaculée Ilibagiza nació en Ruanda en 1972, en el seno de una familia católica y alegre. Única mujer entre sus tres hermanos, estudió Ingeniería Electrónica y Mecánica en la Universidad Nacional de Ruanda. Su vida y la de su familia se transformaron dramáticamente en 1994, cuando tuvo lugar el Genocidio de Ruanda, en el que la raza Hutu se propuso la exterminación de la raza Tutsi. Las víctimas se cuentan en más de un millón. En este doloroso contexto, Immaculée y otras siete mujeres estuvieron 91 días escondidas en un baño minúsculo, temiendo por sus vidas. Perdió, durante este tiempo, a la mayoría de su familia, pero ella sobrevivió para poder compartir con el mundo, no sólo la milagrosa historia de su salvación, sino también la historia de cómo logró descubrir a Dios en medio de tanta adversidad, aprendiendo a perdonar y a seguir adelante. Desde hace varios años brinda conferencias invitadas por gobiernos e instituciones de todo el mundo y es referente en la comunidad internacional por su enorme trabajo en defensa de los derechos humanos. Dirige una fundación para asistencia de los hijos huérfanos de víctimas del genocidio y colabora con organismos internacionales de derechos humanos en la prevención y asistencia de estas tragedias. Entre las distinciones y premios recibidos se destaca el premio Mahatma Gandhi por su labor de fomento de la reconciliación y la paz. ( http://www.immaculee.com.ar/ quieacuten-es.html) En su libro “Sobrevivir para contarlo” podrán apreciar más detalles de su testimonio de Amor cristiano, que nos impulsa a seguir su ejemplo.
MEJ | CATEQUESIS
¿Qué es el MEJ? El MEJ es un Movimiento Internacional de formación cristiana para niños, adolescentes y jóvenes de 5 a 25 años (+/-), a los cuales se les desea proponer vivir al ESTILO DE JESÚS. Se quiere guiarlos a una relación amorosa y “de corazón a corazón” con Jesús, basado en una ESPIRITUALIDAD EUCARÍSTICA. Los prepara a vivir como cristianos adultos, COMPROMETIDOS en el servicio a sus hermanos por los desafíos de la humanidad. Es la rama juvenil de la Red Mundial de Oración del Papa (Apostolado de la Oración), que está confiada por la Iglesia al cuidado de la Compañía de Jesús. Es la innovación de la antigua Cruzada Eucarística, la cual tuvo gran éxito en muchos países en torno a la mitad del siglo XX. Un poco de historia El 3 de diciembre de 1844 el Padre espiritual de un grupo de jóvenes jesuitas, Francisco Javier Gautrelet SJ, les hizo una gran exhortación (reflexión e invitación) de la que nació el Apostolado de la Oración (AO). Era el día 3 de diciembre, fiesta de San Francisco Javier, en Vals, cerca de Le Puy, Francia. Les exhortó a ser misioneros desde sus estudios, por medio de la oración y el ofrecimiento de su vida diaria, unidos con Jesucristo en la Eucaristía. El año 1865, el Papa Pío IX hace una llamada a los hombres católicos, adultos y jóvenes, a que acudan en su ayuda. Muchos estudiantes están impacientes por incorporarse. Entonces el P. Cros asume la idea del P. Gautrelet, y explica a los jóvenes que pueden participar apoyando al Papa con sus oraciones, horas de silencio, sacrificios y comuniones. La idea se difunde con gran rapidez por los Colegios y Residencias de Francia, Bélgica, Canadá, Inglaterra y por todo el mundo católico. Así entran los primeros niños en esta dinámica de oración y entrega, y son llamados los Cruzados. Durante el año 1870, el P. Enrique Ramière, sucesor del P. Gautrelet, pide al Papa Pío IX que otorgue su bendición a ésta, para llamarlo de una manera “Milicia Pontificia”. En la carta que acompaña su petición, explica que la “Milicia Pontificia” es una sección del Apostolado de la Oración adaptada a los jóvenes cristianos, para defender la causa de la Santa Sede con sus armas propias, especialmente a través de la Comunión
frecuente e intensas horas de estudio, ofrecidas por esta intención. Contaba ya por esos años con 100.000 integrantes en todo el mundo, impulsando en todas las ciudades y diócesis la participación en la vida sacramental. En 1881 se lleva a cabo el 1er Congreso Internacional, en Lille, en el cual se dirá: «el AO es una cruzada eucarística permanente». Entre los años de 1911 a 1914, nacen las Ligas Eucarísticas fundadas para niños, adolescentes y adultos, con la finalidad de poner en práctica estos decretos. Y como consecuencia del Congreso Eucarístico de Lourdes en julio de 1914, surge la idea de la “Cruzada Eucarística de los Niños” con el objetivo de acercarlos a la Eucaristía; sin embargo, el inicio de la Primera Guerra Mundial retrasará este proyecto. Durante el año 1916, durante el transcurso de la Primera Guerra Mundial (28JUL1914 al 11NOV1918), el AO organiza entre los niños diversos grupos de oración a favor de los combatientes y por la paz, proyecto apoyado por el Papa Benedicto XV. El sello característico fue: “Ora, comulga, sacrifícate y sé apóstol.”. En 1917 la Cruzada Eucarística se organiza en el interior de la AO, y es confiada a la dirección de la Compañía de Jesús. El 6 de agosto de 1932 (Festividad de la Transfiguración del Señor), el P. Wlodimir Ledochowski, Superior General de los Jesuitas, obtiene del Papa Pío XI el reconocimiento de la Cruzada Eucarística del Apostolado de la Oración como Asociación Primaria. Entre los días 21 y 23 de marzo de 1962, la Asamblea de Cardenales y Obispos de Francia promueve la nueva denominación: Movimiento Eucarístico Juvenil (MEJ). Sin embargo no se trata sólo de un cambio de nombre, sino que significa también una renovación en la pedagogía y una actualización que se ofrece adecuada a cada etapa de la vida del niño y del adolescente (nombres, objetivos y métodos específicos de formación). Otros países, como Italia, España, Chile, Argentina, Madagascar, etc., hacen lo mismo, con un programa adaptado a los niños y adolescentes de cada país. Fuente: Manual Internacional del MEJ 25
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Actualmente el MEJ se encuentra presente en las siguientes provincias de la Argentina:
Y las siguientes congregaciones han adoptado el MEJ como propuesta pastoral para sus comunidades y escuelas:
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• Adoratrices del Santísimo Sacramento. • Compañía de Jesús. • Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús. • Hijas del Divino Salvador. • Religiosas de Jesús María. • Siervas del Sagrado Corazón de Jesús.
Buenos Aires. Santa Fe. Misiones. Chaco. Corrientes. Salta. Mendoza. La Pampa. Santiago del Estero. Tucumán. La Rioja. Córdoba.
MEJ | CATEQUESIS
RESUMEN MATERIAL DEL CONSEJO NACIONAL
Encuentro de Mej: Seamos testimonio del Amor de Jesús Eucaristía Edad: 13 a 15 años Objetivo: Dar a conocer el lema MEJ 2017 y preparar el corazón a lo que vamos a vivir durante este año. Motivación: Juego de presentación -presentar testimonioRealizamos una ronda y cada uno de los miembros del grupo dicen sus nombres. El animador/monitor/ coordinador va al centro de la misma y al escuchar el nombre de uno de ellos, lo busca y tiene que tocar su cabeza con un rollo de papel (en forma de diploma), para evitar esto, el que va a recibir el toque, debe decir el nombre de otra persona. Y si es tocado, pasa al medio y el que tenía el testimonio dice otro nombre (no repetir). Descripción de la experiencia: Dinámica: Realizar un carrera de
una determinada distancia hasta el pizarrón/cartulina/afiche. Invitar a que cada uno escriba un sentimiento que haya percibido últimamente. Una vez que todos escribieron, hacemos una votación. Dividimos en subgrupos de cuatro y trabajamos con el sentimiento elegido: ¿Qué acciones puedo despertar con este sentimiento? ¿Con qué acción podemos dar testimonio de este sentimiento? Análisis: Una vez finalizada la actividad previa hacemos un compartir entre todos y que cada grupo presente lo trabajado. • ¿Cómo creen que Jesús se hace presente en estas acciones? Discernir: Ya explicado lo que son los testimonios, acciones y sentimientos damos a conocer el lema 2017. Las acciones y sentimientos elegidos serán vividas como grupo este año. Oración final, cada uno con sus intenciones respondemos “Seamos testimonios del amor de Jesús Eucaristía”
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HAY UN SOLO CAMINO QUE SÓLO TÚ LO PUEDES RECORRER EJERCICIOS ESPIRITUALES DE UN DÍA: CAMINO DEL CORAZÓN MAYO | Sábado 6 de 8.30 a 16 hs JUNIO | Sábado 3 de 8.30 a 16 hs JULIO | Sábado 1 de 8.30 a 16 hs AGOSTO | Sábado 5 de 8.30 a 16 hs COLEGIO DEL SALVADOR: AV, CALLAO 542 INSCRIPCIONES: AO@APOSTOR.ORG.AR TELÉFONO: 011-5235-2281 ALMUERZO A LA CANASTA 28