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na “rabona” en un partido de futbol es una manera distinta de patear el balón. Algo original, nuevo, único. Un relámpago inesperado. Una liebre que salta de repente detrás de una mata. Una buena noticia que sorprende gratamente. Nuestros “apuntes” quieren ser una rabona en el periodismo deportivo. Informar, formar y entretener creando belleza ¿por qué divorciar estas dimensiones que en la realidad están juntas? Es posible una mirada nueva, joven y provocativa, sobre el viejo y maravilloso tema del deporte. Decía André Maurois: “lo bello es aquello que es inteligible sin reflexión”. Decía Pablo Neruda en su poema “Verbo”: “voy a arrugar esta palabra, voy a torcerla, sí, es demasiado lisa, es como si un gran perro o un gran río le hubieran repasado lengua o agua durante muchos años… quiero palabras ásperas como piedras vírgenes.” “Apuntes” no son ni un tweet, ni un tratado acabado. Son un sabroso “tente en pie” en el camino de la vida, en el que algo aprendes y te deja un buen sabor de boca. “Rabona”. Etimológicamente se dice del animal que no tiene rabo o que lo tiene más corto que lo normal. Familiarmente se dice de la prenda de vestir que queda corta. En el futbol se dice del artista que patea el balón cruzando el pie: es un derroche de estilo y eficiencia.
directorio Director General Pedro González M. Editor Axel Huémac Consejero Editorial Nicanor Iturrino Roberto Diego Ortega Rafael Pérez Gay Diseño gráfico Lorena Castillo Comunicación Leonardo Ramos Ilustradores Shammed Hidalgo Mario Bernal Mercadotecnia Kevin Caballero Ventas Pablo González Alexandra Stergios www.apuntesderabona.com apuntesderabona@gmail.com /apuntesderabona @ApuntesdeRabona
Editorial Hace más de 6,500 años, los egipcios se reunían en multitudes para presenciar espectáculos de música y danza… Algunos siglos después, los griegos organizaban los Juegos Píticos en Delfos para conmemorar —según la mitología— la toma del santuario al derrotar Apolo a Pitón. Aquel certamen era, en esencia, de canto y acompañamiento musical, y es tal vez el primer festival del que se conoce el nombre. Luego vinieron Woodstock, Wacked Open Air y Viña del Mar, entre muchos otros concurridos y electrizantes eventos. En México se celebró el festival Rock y Ruedas de Avándaro en 1971 —estandarte del movimiento jipi— y en 1998 se realizó el primer evento iberoamericano de rock Vive Latino. Hoy, a pocos días de la celebración de uno de uno de los festivales más esperados en nuestro país, Apuntes de Rabona se sube al escenario del Corona Capital y demuestra que las multitudes que abarrotan los estadios, también lo hacen en los conciertos y para corear a Jack White o Kasabian. Vivimos en un mundo en que la guitarra se asemeja a la pelota como catalizadores de emociones, en que hay equipos alemanes cuyo futbol suena a orquesta y brasileños que juegan a las jam sessions. Un planeta en que las grandes figuras inspiran letras de rock que a su vez inspiran jugadas de fantasía en el medio campo. Una sociedad de música y futbol en la que Rod Stewart jugó en el Brentford de la tercera división. Un mundo que es un juego armónico entre el arte de las musas y el arte de las patadas. Nuestro número de octubre, mes del Corona Capital, es un collage de cultura y futbol pegado con música, en el que predominan las bandas que veremos los días 11 y 12. Textos sobre Damon Albarn y Jack White, complementan una infografía que refleja el lado más futbolero de los artistas que vendrán al festival. El futbol callejero y la violencia detrás de las cámaras, así como el padecimiento que separó a Camus de las canchas y el rol que juegan los auxiliares técnicos, son algunos de los artículos que completan nuestro número con el que festejamos medio año de pensar desde el futbol, y del que nos sentimos muy orgullosos. Bienvenidos.
Pedro González Moctezuma
Portada por:
Mario Bernal
ÍNDIC e 4 5 6 8 10 12 14
Damon ALBARN
Once ideal de POLITICA MEXICANA Jersey retro LIVERPOOL 1964
El huésped
A la sombra del ENTRENADOR
El elefante coreado: “Po po po po po poo pooo”
Corona Capital
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Futbol y música
Columnas
Futbol callejero
Violencia detrás de cámaras
Futbol en el guion
¡Liverpool, ven fuera!
Semicírculos completos
EL PERSONAJE
Apuntes de rabona
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n 1995, la ya consolidada banda de britpop Blur lanzó su cuarto disco, The Great Escape, en el que se incluía “Country House”, sencillo que trata de un hombre que se muda a una casa de campo para escapar de las presiones de la ciudad. Ese mismo año se grabó el video. En la primera secuencia un grupo de jóvenes (los integrantes de la banda) se encuentran en una sala de estar y uno de ellos, el que ocupa el sofá más cómodo, lee en una revista una nota sobre el Chelsea. Su nombre es Damon Albarn, vocalista, compositor y fundador de Blur, además de uno de los íconos vivos de la música británica. Cuando el petrolero ruso Roman Abrahamovic compró al Chelsea en el 2003, el club londinense no era el hostigante cúmulo de súper figuras que es ahora, sino un equipo con historia que comenzaba su reestructuración para abandonar la media tabla y conseguir una serie de títulos importantes. En aquellos días, los blues contaban con un representante comprometido y popular, el artista de moda: Damon Albarn . El líder de Blur, aficionado entregado por el Chelsea, abría un espacio a los colores de su equipo apare-
El líder de Blur, aficionado entregado por el Chelsea, abría un espacio a los colores de su equipo apareciendo en revistas y conciertos vistiendo la playera del club.
ciendo en revistas y conciertos vistiendo la playera del club, así como dándole un espacio en su antes mencionado video, “Country House”. Damon Albarn es uno de los más prolíficos artistas contemporáneos, pues no conforme con triunfar en Blur, inició un segundo proyecto de rock alternativo, Gorillaz, cuyo éxito es comparable con el de su primera banda. Actualmente, la excéntrica agrupación de caricatura cuya única constante en conciertos es Albarn, tiene cuatro álbumes y siguen activos. Más adelante lanzó otra de sus múltiples producciones, el disco The Good, The Bad and The Queen, en el que comparte créditos con el exbajista de The Clash, Paul Simonon; el exguitarrista de The Verve, Simon Tong; y el baterista nigeriano de la banda de Fela Kuti, Tony Allen. Actualmente el hombre que canta Tender y que visita frecuentemente Stanford Bridge para apoyar al Chelsea, promociona su primer disco como solista titulado Everyday Robots, en el que nos demuestra su habilidad para componer música con tintes melancólicos, diferente a lo que nos tiene acostumbrados, pero de gran intimidad. A lo largo de su carrera, Albarn ha ganado 55 premios con Blur y Gorillaz, pero en su extenso palmarés también hay un Trophy Tour 6, torneo de futbol de seis jugadores para estrellas en el que se coronó a lado de los integrantes de Blur y el actor Phil Daniels, demostrando que el futbol complementa sus pasiones y talento artístico.
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Pensar desde el futbol
EL ONCE
El once ideal de política mexicana Por: Luis Miguel Bustamante @luismiBuZar
1. Portero. Benito Juárez: Gran juego por aire por aquello que le hizo el viento, gran visión para salir jugando desde su área hasta los confines de la patria si de defender la meta se trata.
7. Volante izquierdo. Cuauhtémoc Cárdenas: Conoce su posición desde pequeño, se atreve a ir contra lo establecido y romper cualquier equipo, siempre por la izquierda. El jugador más valioso de aquel juego del 88 cuando a pocos segundos del final, cayó el sistema dentro del área y se marcó penal.
2. Defensa central. Porfirio Díaz: Un garante del orden, disciplinado y aguerrido por su origen militar. General que es capitán y que a la voz de márcalos en caliente acomoda la zaga. Un 5 de mayo demostró ser experto en la defensa. El hombre necesario.
8. Contención. Fidel Velázquez: Experimentado a la hora de contener los movimientos del rival, fortalece a su equipo por consolidar estructuras sólidas que permiten retener el balón y el poder en el terreno de juego.
3. Lateral izquierdo. Vicente Lombardo: Aguerrido como pocos, su capacidad de organizar el juego desde la izquierda permite, hasta hoy, articular el juego por aquel sector. Constructor del juego desde los cimientos por su sensibilidad de la realidad obrera.
9. Delantero. Andrés Manuel López: Inconforme natural con las reglas del juego, se respeta su ambición y agresividad para ir al frente una y otra vez. Es un verdadero peligro para los rivales. Gran pegada con la izquierda y muy querido por los sectores populares de la grada.
4. Defensa central. Francisco I. Madero: A pesar de diferencias, su principio democrático resulta complementar de manera perfecta la capacidad de orden y progreso de Díaz. Su idea de juego es elemental a la hora de organizar ofensivas frente a equipos que no sueltan la pelota y no permiten el juego limpio y vistoso.
10. Creativo. Plutarco Elías Calles: Impresionante capacidad para ver las jugadas mucho antes de que sucedan. Su diseño de juego logró estructurar al equipo de tal manera que pudo mantener la pelota y garantizó la llegada de su equipo a la meta durante 70 años.
5. Contención. Lázaro Cárdenas: Gran capacidad para distribuir, ya sea la redonda o la tierra. En 1938 recuperó el balón en propio terreno e inicio una ofensiva con todo el combustible en búsqueda del progreso.
11. Volante derecho. Manuel Gómez Morín: El gran generador de juego por este sector de la cancha. Su creatividad y movilidad sin pelota permiten que el juego por todo el campo sea más democrático. Su origen universitario lo obliga a ir hacia el frente. Sus ideas son sus armas, no tiene otras, pero tampoco las hay mejores.
6. Lateral derecho. José Vasconcelos: No teme enfrentarse a los equipos más sucios. Su gran categoría y ritmo, propios de sus raíces universitarias, le permiten salir jugando sin pelotazos o choques aún en los momentos de mayor presión o represión.
Cambio: La opinión pública nos dicta que en este sistema no existen los cambios.
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Apuntes de rabona
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Por: Pedro González M. @gonmoc
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EL JERSEY RETRO
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esde 1964 el Liverpool nunca ha caminado solo. Un año antes, el grupo coterráneo de rock and roll, Gerry and the Pacemakers, colocaban su versión de “You’ll Never Walk Alone” –compuesta originalmente para el musical Carousel– en el primer lugar de las listas británicas. Los aficionados reds, a raíz de eso, la adoptaron como cántico de guerra en una de las épocas más importantes del club. Cinco años antes, compitiendo en la segunda división y entrenando bajo deprimentes instalaciones golpeadas por la crisis, el conjunto del puerto contrató un nuevo entrenador: Billy Shankly. De la mano del escocés, empezó a haber cambios sustanciales en el club que se reflejaron en los resultados. Se instalaron en Anfield salas de estrategia desde donde el nuevo director y su cuerpo técnico revolucionarían al equipo; se descubrió una placa en el estadio que reza “This is Anfield”, “para recordar a nuestros muchachos qué camiseta defienden y a nuestros rivales contra quién juegan”. Se fortaleció la rivalidad con el Everton y se implementó el uniforme totalmente rojo para parecer diablos e infundir temor a sus adversarios. Shankly es el entrenador con más partidos al frente del club, y también uno de los más exitosos. En quince años consiguió regresar al Liverpool a la primera división, ganó tres títulos de liga, dos copas y cuatro community shields. Murió en 1981 y hoy en día, en la entrada del estadio, una estatua de él recibe a los aficionados con la insignia “He made people happy”. En el año de 1964, Shankly ganó su primera liga, el equipo reconocía el color rojo y se identificó al club con el himno que hoy está bordado en su escudo. El uniforme de aquel año es tan sublime como la afición del club, que marcada por la tragedia de Heysel y las sonrisas que regaló Shankly, es una de las más auténticas y apasionadas del mundo.
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CREATIVIDAD CREATIVIDAD ++ DISCIPLINA DISCIPLINA ASÍASÍ SON NUESTROS SON NUESTROSALUMNOS: ALUMNOS:
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EXAMEN DE ADMISIÓN EXAMEN DE ADMISIÓN
17 DE OCTUBRE / 16:00/ HORAS 17 DE OCTUBRE 16:00 HORAS
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INICIOINICIO DE SEMESTRE DE SEMESTRE
ENEROENERO Y AGOSTO 2015 2015 Y AGOSTO
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LA PLUMA DEL DR. TULIP
Apuntes de rabona
Por: Victor Juรกrez @VctJu
Pensar desde el futbol
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esde el momento en que ya no pude alcanzar el balón, tenía la certeza de que jamás volvería a pisar una cancha de futbol. Maldito sea el momento en que abandoné el área grande decidido a intersectar a mi rival quien, en solitario, se perfilaba a la portería. El balón pasó a mi lado, burlón, mientras me paraba en seco, torpe yo. Estoy seguro que un tiro cruzado ante mi estirada inútil o un penal deliberado… cualquier otra escena diferente a mi abrupta claudicación hubiese sido más digna de mi retiro de las canchas. Maldito sea el momento en que mis pulmones dejaron de funcionar. De niño, las visitas al médico fueron bastante frecuentes. Fiebres intermitentes a lo largo del día, unas protuberancias pequeñas que aparecían por unas cuantas semanas en mi cuello y muchísimos ataques de tos. Mi madre aseguraba que se trataban de simples alergias, como las de la abuela Claudine, tosedora crónica: al polvo, al perro, al sol y a nuestras carencias diarias. No se equivocaba del todo, pero lo cierto es que la única alergia que tengo hoy en día es a ese existencialismo nauseabundo y soberbio que germina al norte de Francia. Mi padre aseguraba que fingía enfermedad para no acudir a la escuela. Sin embargo, siempre tuve la certeza que alguien o algo se alojaba dentro de mí. Es ridículo expresarlo de esta forma, pero uno sabe cuando la enfermedad es huésped de nuestro cuerpo y cómodamente, ya se ha alojado en la profundidad de los tejidos para quedarse un buen rato. Muchos me han cuestionado la razón y el momento por los cuáles me incliné al escrutinio de la vida a la luz de la razón y la dialéctica, abandonando mis pasiones juveniles. La realidad es que nos despojamos de nuestras pretensiones más insolentes hasta que algo más fuerte que nuestra jovial esencia la convierte en caduca –como la enfermedad o la muerte física, naturalmente–. Pero por sobre todas las cosas, la muerte y la enfermedad de espíritu son las más devastadoras sin lugar a dudas. Por otra parte, somos todos filósofos cotidianos, taciturnos pensadores. Es sólo cuestión de abandonar esa timidez de pensamien-
to en la que nos vemos inmersos día a día, por preocupaciones y asuntos banales. Es en ese momento en que abandonado, abrazas la meditación y reflexión de premisas existenciales importantes. La primera vez en mi vida que yo encontré ese lugar –ese momento– fue bajo la ignominia de tres postes fríos en comunión con dos vértices: la portería probablemente es el lugar más escalofriante del futbol. Comencé a preocuparme por mi salud cuando tosí sangre. Como siempre, acudiendo a las citas importantes demasiado tarde, como a ese último balón. Durante toda la noche, la oscuridad me resultó asfixiante y la única escapatoria que encontraban mis maltrechos pulmones era la expectoración de sabor metálico. Al amanecer, las manchas rubras en las sábanas acongojaron mi espíritu. Y en ese preciso momento todo tomaba sentido: mis brazos magros, la impronta de las costillas en mi pecho, lo enfermizo desde pequeño, mis “alergias”… no tenía el gusto de conocerle, y mi huésped se presentaba conmigo de una manera muy colorida. Confiado de que podría sobrellevarlo sin que mi madre o la abuela se enterasen, decidí no mencionar nada al respecto. Pero esa tórpida caída durante el último juego con mi querida RUA quebrantó mi salud definitivamente. Rivales y compañeros, aterrorizados, se acercaron a mí. Inmediatamente fui hospitalizado, y pronto mi madre me acompañaba a un lado de mi lecho, enjugando sus lágrimas con el dorso de mi mano, clamando plegarias al cielo. Se vislumbra tan pequeña a lo largo de poco más de cien metros de campo. De cerca es imponente, inmensa, alta, infinita distancia entre los postes, cuyas dimensiones te traicionan si osas dar unos pasos hacia delante. El lugar más ingrato y escalofriante de una cancha de futbol. La razón por la que me convertí en huésped definitivo de la portería desde pequeño obedece a la carencia de nuestro hogar. Jugar en cualquier otra posición implicaba que al final del día las suelas de mis zapatos acabaran más planas que la meseta de Tassili n’Ajjer a causa de las corretizas necesarias para
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LA PLUMA DEL DR. TULP
alcanzar la pelota. “El portero casi no corre”, me mintieron. Las veces que el balón volaba sin destino por encima de mi guarida fueron el mismo número de palizas que la abuela Claudine me dio por malgastar el calzado. En la soledad de los tres postes era el espectador más privilegiado, al ver cómo mis compañeros se orquestaban, organizados, cómo peleaban cada balón, cómo corría aquel lateral pidiendo la bola o cómo la “Sandía” Boufarick –con todo y sus noventa kilos– culminaba la jugada con el gol. Ningún gesto pasaba desapercibido de mi vista, siempre al frente, siempre atento ante cualquier avanzada del enemigo. Y al mismo tiempo era el jugador con el que el futbol se ensañaba más. En repetidas ocasiones, pase a ser de héroe a villano en un instante por un mal rebote, un descuido defensivo, o una mala salida. Caprichosa ingratitud. La primera vez que fui hospitalizado, los doctores confiados aseguraron que se trataba de una simple neumonía. Parte del tratamiento que recibí en el sanatorio restituyó mis fuerzas. Sin embargo, la omnipotente penicilina no pudo aminorar mis pesares y salí del nosocomio de la mano de mi enfermedad, acompañado de ese huésped maldito que se alimentaba de mis pulmones. Me aparté de las canchas, de mi felicidad, y de la gente recluido en mi cuarto. Y cuando perdí esperanza alguna de curarme, decidí vaciar todo lo que sentía, encontrando consuelo en la tinta y el papel. Jamás habría de imaginarme que el sustrato de un hongo del gitano Samir me curaría. Han pasado ya algunos años de aquellos acontecimientos que marcaron mi vida. El vigor de mi respiración jamás volvió a ser el mismo y me han dicho que probablemente el microorganismo persista en la profundidad de mis tejidos. No obstante he de reconocer que después de mucho tiempo en que el mundo y mi restituida salud me han permitido variadas experiencias, lo que más he sabido, a la larga, acerca de moral y de las obligaciones de los hombres, se lo debo al futbol y a mi ingrato huésped, la tuberculosis.
LA TACTICA
Apuntes de rabona
A la sombra
del entrenador Por: Eugenio Bustillos @eubustillos
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ourinho en el Barcelona de Van Gaal, Carlos Queiroz en el Manchester United de Ferguson —el responsable de descubrir al egocéntrico de Cristiano Ronaldo—, Tito Vilanova en el Barcelona de Guardiola, Ambriz en la selección del 2002 de Aguirre, Sergio Egea en los bicampeones Pumas de Hugo Sánchez e incluso el extrañísimo caso de Jordi Roura. Todos ellos comparten una característica en común: eran los auxiliares técnicos. Pero el histórico por excelencia es Jimmy Murphy, un galés que por más de veinte años fue la mano derecha de Sir Matt Busby en el Manchester United. En 1958 tras del trágico accidente aéreo que sufriría el equipo en Munich, donde morirían 23 personas, entre ellas 7 futbolistas; Murphy se haría cargo del equipo mientras Busby se recuperaba en Alemania. Los directivos tenían intenciones de cerrar el club por un tiempo indefinido; sin embargo, el heróico segundo entrenador daría un motivador y eufórico discurso en el cual convencería a los dueños de retractarse en sus planes. Él mismo diseñaría el plan en la reestructuración de los Red Devils basado en las fuerzas básicas. Esto le valdría la completa confianza de Busby para seleccionar a los jóvenes que subirían al primer equipo: Bobby Charlton y George Best, entre otros. El mítico Manchester United pasaría de estar a la orilla del olvido a ser campeón de Europa en tan solo diez años. El cuerpo técnico de un equipo se conforma esencialmente por el entrenador —el más importante—, el auxiliar técnico, el entrenador de porteros, el preparador físico, un médico, un fisioterapeuta, y hoy en día, un psicólogo. Todos influyen en el éxito y el fracaso del club. Una anécdota muy particular es la de Jorge Campos cuando era parte de los colaboradores de La Volpe en la selección mexicana. El exfutbolista le sugirió a su jefe que cambiara a Oswaldo Sánchez por Moy Muñoz para los tiros penales, cuando enfrentaban a Argentina en la semifinal de la Copa Confederaciones del 2005. El Bigotón no seguiría el consejo y México quedaría eliminado. Moy nos habría llevado a la final… quién sabe. Otra curiosa anécdota es la de las Chivas holandesas, se decía que el equipo no despegaba por culpa de las constantes lesiones, atribuidas al preparador físico Michel Tenhaken, quien estaba especializado en preparar triatlones y no jugadores de futbol. No obstante, el que tiene mayor influencia en las decisiones del D.T. es el segundo entrenador. Los hay de dos tipos: jóvenes aspirantes a entrenadores sin experiencia, y auxiliares técnicos profesionales que saben exactamente cuál es el rol que deben desempeñar en el equipo. En la gran mayoría de las ocasiones es una persona de mucha confianza para el estratega, en algunas otras es una persona impuesta por el club; sin dejar de lado que debe de existir una gran sintonía entre ellos. Hasta hace unos treinta años sus funciones
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LA TACTICA
Ilustración: Shammed H. @elShamps
Pensar desde el futbol
eran simplemente pitar los interescuadras. En nuestros días, juegan un papel más relevante. Dirigen parte de los entrenamientos, observan a los jugadores de las categorías inferiores para reforzar el plantel, ocasionalmente se encargan de dar conferencias de prensa, la cual parecía ser la única función de Karanka en el Real Madrid. Ayudan al control del vestuario y al análisis de los rivales, son intermediarios entre los jugadores y el míster y, sí tienen los estudios, llevan un registro de las estadísticas de los dirigidos. Además, deben de tener y compartir conocimientos tácticos durante los entrenamientos y los partidos. Guardiola en su etapa en Dorados, no era parte del cuerpo técnico, pero aun así discutía sustituciones y cambios de alineación en pleno partido con su entrenador, Juanma Lillo. Seduce enormemente la idea del auxiliar técnico como la mente maestra que está detrás de todo lo que sucede con el D.T., ya sea como un excelente motivador, o como un gigante estratega que se come a sus rivales, a pesar de todo, los segundos entrenadores siguen siendo un misterio y bastante desconocidos para el público en general, para la prensa, y muy probablemente para sus propios directivos. Su trabajo sólo es valorado por los jugadores y por el cuerpo técnico, pues siempre vivirá a la sombra del entrenador.
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Por: Axel Hu茅mac @soyunahiena tra ci @m 贸n: M ar a ri o_b io Berna l erna l_8
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Pensar desde el futbol
LA BANDA IZQUIERDA
Entre su fiesta y los tragos, una vocecita se apoderaba de lo vasos vacíos y de los pies traviesos de los hinchas, que como metrónomo averiado trataban de marcar el ritmo de una melodía despreocupada que no los tomaba en cuenta.
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l jugador de futbol es una bailarina en potencia, siempre lo he dicho. En el arco misógino en el que encumbraron a sus ídolos en Grecia, este aforismo encendería lanzas en llamas con el iracundo desdén de aquellos que saquearon Roma. Yo mismo no lo creí, hasta que una comparativa cuadro por cuadro entre “el gordito” Ronaldo y la célebre encueratriz Ninón Sevilla culminaron en mis ánimos sacrílegos. Y es que, en el marco de las aficiones ortodoxas, muchas veces se olvida que la habilidad con el esférico es un arte tan válido como la potencia vocal de un tenor. En ambos casos el talento funciona como imán para las masas y el teatro, igual que el estadio, se convierte en un aglutinante social de primera calidad. Como el ídolo Jorge Valdano dijo una vez: “Algunos dirán que en el futbol sólo interesa ganar y otros, más cándidos, seguiremos pensando en que si esto es un espectáculo también importa gustar”. Los dramaturgos rondan las canchas en sus múltiples formas. Los hay narcisistas de corte isabelino como José Mourinho, rumiantes existencialistas como Marcelo Bielsa, dialécticos calculadores como Pep Guardiola y hasta con ánimos revolucionarios como César Luis Menotti. Pero los más sobresalientes son aquellos que destazan un libreto de Ibsen, con la inocencia de quien confunde un diálogo con una acotación. La inmunidad infantil se convierte en la piedra angular del improvisador de textos; el mejor actor es el que actúa sin saber lo que es actuar. Por ello, el escenario no le es suficiente a la historia y, como diría Kant en su Idea de una historia universal en sentido cosmopolita, fluye por ley natural hasta donde el caudal de un río puede llevarle. Así el público es capaz de apropiarse de la batuta de una orquesta y rescatar una obra en peligro. ¿Qué sería de un clásico en la mítica Bombonera –Boca-River, para los menos doctos– sin los petardos de salva que se lanzan entre fanáticos de la afición contraria?
El 22 de octubre de 2003, un grupo de seguidores del Brujas se encontraba en un bar de Milán calentando motores antes de dirigirse al estadio para apoyar a su equipo, que disputaba esa noche un partido contra los héroes locales. Entre su fiesta y los tragos, una vocecita se apoderaba de lo vasos vacíos y de los pies traviesos de los hinchas, que como metrónomo averiado trataban de marcar el ritmo de una melodía despreocupada que no los tomaba en cuenta. “Po po po po po poo pooo”. Ya en el juego, la vocecita se clavó tras su cráneo y se acurrucó esperando el momento propicio para emboscar. El Brujas no la estaba pasando bien aquella temporada. Su presencia en el campo se asemejaba a una crónica de muerte, como quien se presenta a tomar el té a sabiendas de que el brebaje ha sido envenenado por el anfitrión. No obstante, un milagroso gol coronó al modesto conjunto belga frente al gigante Milan. El festejo explotó con un grito, que a modo de oración, comprobó la existencia del inconsciente: “Po po po po po poo pooo”. Meses antes, un furibundo Jack White peleaba una batalla creativa con los pedales de su guitarra para crear, lo que él creía sería una sinfonía de transgresión. Meg White, su secuaz en el crimen, acompañaba escuetamente sus pasos en la batería, no por pena ni incapacidad, sino por una cuestión de principios; si un sonido es necesario, se reproduce, de lo contrario mejor que no estorbe. Un consejo que Cristiano Ronaldo debería acatar con contundencia gremial; no siempre se puede ser el que anota los goles. La agrupación entonces conocida como The White Stripes se encontraba en la grabación de su obra culmen: Elephant. La idea era aterrizar riffs en la guitarra con suficiente contundencia para incitar a la ruptura del american sweatheart. El arte de la portada nos presentaba a un Dumbo posmoderno, muerto bajo la crueldad de su carpa. Elephant tomó prestado su nombre de la silueta
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tde un cadáver, insinuado apenas por la enigmática posé del dueto. Para aquellos de nosotros que aún no encontramos al elefante en la portada de este álbum, las ilusiones de White se perdieron después del primer premio MTV ¿o acaso fue en los grammys? Sin embargo, el éxito del primer sencillo del disco, “Seven Nation Army”, llegó a romper más y mayores fronteras de las que sus autores pretendían. Con un inusitado éxito, llegaron a los primeros lugares de popularidad en múltiples países. Así un gran grupo de personas, no aficionadas a la emergente ola del “rock alternativo”, conocieron de oído la pegajosa secuencia que abría la melodía: “Po po po po po poo pooo”. Sin saberlo, hinchas del Brujas comenzaron una tendencia para celebrar los laureles obtenidos en la cancha. El himno se lo prestaron al Roma, quien después lo pondría en uso corriente para la Eurocopa 2004. Francesco Totti, capitán del equipo italiano, gustó tanto del “Po po po po po poo pooo”, que corrió sin dudarlo a adquirir una copia del mítico Elephant. No todo se reflejó en ventas para el dúo de Detroit, quien aún permanece en el anonimato para la gran mayoría de fanáticos que corean su canción en los estadios. Al respecto, Jack White comenta: “No hay nada más bonito que la gente acoja una melodía y permita que entre en el panteón de la música popular. Como compositor es algo imposible de planear sobre todo en estos tiempos”. La obra no pertenece a ningún ente consciente, el arte es una bola luminosa que no se detiene a reflexionar, la posee quien la hace suya por un instante, pero luego debe devolverla. Se mueve de pase en pase, de jugador a fanático, de fanático a espectador. La pasión culmina en gol, pero siempre vuelve al campo para sortear su suerte en una contienda que jamás termina. Ese es un himno al futbol. Elefante pambolero, descripción sonora: “Po po po po po poo pooo”.
JACK WHITE 39 AÑOS
DETROIT - EEUU
BLUNDERBUSS . LAZARETTO
La canción Seven Nation Army de The White Stripes fue adoptada por los fans del club Brujas previo a un partido de la Champions en el 2003 para apoyar a su equipo. Desde entonces, la composi– ción de Jack White ha sido utilizada por muchas porras de muchos deportes.
SCAN
FOSTER THE PEOPLE
SCAN
LOS ÁNGELES - EEUU
30 AÑOS
TORCHES . SUPERMODEL
Su canción Call It What You Want forma parte del soundtrack del videojuego FIFA 12.
MASSIVE ATTACK BRISTOL - INGLATERRA
51 AÑOS
LOS ÁNGELES - EEUU
47 AÑOS
BLUE LINES
PROTECTION . MEZZANINE . 100TH WINDOW . HELIGOLAND
El padre de Robert Del Naja era napolitano, por lo que el vocalista de la banda de Bristol se enamoró del Napoli desde muy joven. Hay un video en el que explica su amor por el club que comparte con James Lavelle de UNKLE. SCAN
INTRO El 11 y 12 de octubre diferentes bandas de la escena musical
abarrotarán el Autódromo Hermanos Rodríguez en uno de los festivales más esperados de la Ciudad de México. Muchas de estas bandas son reconocidas a nivel mundial, y como todos nosotros, han convergido su vida con el futbol en algún momento. Repasamos algunos datos raboneros de los principales artistas que vendrán al Corona Capital 2014 y cómo se han relacionado con el balompié.
CORONA
KASABIAN 35.5 AÑOS KASABIAN . EMPIRE WEST RYDER PAUPER LUNATIC ASYLUM . VELOCIRAPTOR! . 48 13
LEICESTERSHIRE - REINO UNIDO
Club Foot, la primera canción de su primer disco, fue el soundtrack de la película Goal protagonizada por Kuno Becker. El vocalista Sergio Pizzorno quería ser futbolista profesional, hay un video en el que en un partido de famosos anota un golazo. La banda es seguidora del Leicester City.
THE HORRORS STRANGE HOUSE 29 AÑOS PRIMARY COLOURS . SKYING . LUMINOUS
SOUTHEND - ING
El vocalista Faris Badwan ha declarado ser fanático del Blackburn Rovers desde los seis años. En una ocasión apareció en el programa de televisión ingles Soccer AM anotando un espléndido gol en el spot kick challenge.
SCAN
WEEZER THE BLUE ALBUM . PINKERTON . THE GREEN ALBUM . MALADROIT EVERYTHING WILL BE ALRIGHT IN THE END . RADITUDE DEATH OF FALSE METAL . HURLEY THE RED ALBUM . MAKE BELIEVE
Para alentar a la selección estadounidense en el Mundial del las barras y las estrellas. La canción se llama Represent.
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DAMON ALBARN LONDRES - INGLATERRA
CAPITAL
46 AÑOS
EVERYDAY ROBOTS
Seguidor del Chelsea desde antes que Roman Abrahamovic comprara al equipo y se hiciera de grandes jugadores y seguidores villamelones. Para apoyar al club, dio entrevistas y conciertos enfundado en la casaca azul, en incluso en el video de Country House aparece leyendo una noticia sobre el Chelsea. Damon ganó junto a su banda Blur un torneo de futbol contra otros famosos llamado Trophy Tour Soccer 6.
Infografía: Mario Bernal
Texto: Pedro González
MUSICA
Apuntes de rabona
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Por: Pablo Cervera @Pablocervera1
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l escritor Jorge F. Hernández en su novela La Emperatriz de Lavapiés sugiere que “viajar es morirse un poco”. El personaje principal, Pedro Torres Hinojosa, realiza un viaje a España buscando un amor perdido; un encuentro anhelado que lo lleva a través de las calles de Madrid, entre aventuras, caminatas y nuevas amistades. Tomaré esta interesante sugerencia y la relacionaré con dos historias: la primera en Londres y la segunda en el mismo Madrid. Los viajes son un mecanismo de conocimiento, incluso cuando uno no los decide del todo. Viajar implica aprender, recordar y comprender tanto nuestra vida como la de los demás, con cada viaje morimos un poco en el tiempo y en nuestro ser, son momentos únicos que transforman. La primera historia comienza en Nigeria, uno de los famosos corazones de la música Africana. En 1938 nació Olufela Olusegun Oludotun Ransome-Kuti, mejor conocido como Fela Kuti. Un niño africano, hijo de un ministro religioso y una activista política. La familia de Fela gozaba de privilegios en un continente que desde la Conferencia de Berlín, en 1884, estaba dominado y oprimido por países europeos. Desde temprana edad aprendió piano con su padre, tocó los tambores y dirigió el coro de su escuela. El viaje de Fela comenzó a sus 20 años cuando su padre lo envió a Londres a estudiar medicina. Rápidamente se cansó de la anatomía humana y abandonó la carrera para asistir al Trinity College of Music, donde reforzó su talento innato y aprendió música clásica y jazz. A partir de entonces y durante toda su vida, Fela Kuti desarrolló un estilo musical bastante peculiar conocido como el Afrobeat. Mezclando el inglés y el yoruba (lengua del oeste de África), los ritmos tribales aprendidos en Nigeria durante su infancia, con la ejecución instrumental del jazz que conoció en Inglaterra, logró realizar un excelente sincretismo cultural. Años después su música y figura se convirtieron en la bandera de protesta contra el poder, la avaricia y la corrupción, a tal grado de asociar el Afrobeat con el activismo social y político. La segunda historia es más actual y sucede en Madrid. Recientemente el Real Madrid contrató al jugador mexicano Javier “Chicharito” Hernández. Esta inesperada transacción provocó toda una polémica: está mal, tal vez no juegue, es la mejor contratación que pudo haber hecho el Real Madrid
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este año, etcétera. El viaje de “Chicharito” comenzó a los 22 años cuando, después de jugar el mundial de Sudáfrica 2010, partió de México para jugar en el Manchester United. Su primera etapa fue fabulosa, cada vez que el Manchester requería un gol decisivo acudían a Hernández; el mayor número de las ocasiones respondió. Pronto el equipo se reforzó y Javier pasó a un segundo plano, aún le daban minutos pero su tiempo en la banca crecía. No dudo que el futbol inglés haya elevado el nivel de juego de Hernández, tampoco dudo de su efectividad en el área o su buen compañerismo, sus orígenes y viajes le han ayudado a formarse como profesional. Así como muchos, “Chicharito” ha pasado de un club a otro, de país en país y por culturas diversas. Las transacciones en el futbol son el pan de cada día. Todos los años los directivos se preocupan por traer jugadores que mejoren al equipo, y si es posible que llenen estadios y vendan playeras. Los viajes prolongados provocan cambios personales, a veces pueden transformar el origen. Pero ¿realmente podemos esperar que los jugadores transformen el modo de juego de una selección, la forma de jugar en un país, o incluso más allá, podemos creer que su alcance como figuras públicas puede transformar las ideas de las personas? ¿Está en sus manos ese deber como famosos futbolistas? ¿Tienen ese alcance como jugadores o están restringidos por los aparatos institucionales del futbol? La respuesta solamente está en los jugadores. El arma que encontró Fela Kuti fue la música, su aprendizaje en Inglaterra cambio su existencia y quiso cambiar su país. Transmitió mensajes en la música e incluso lucho contra la opresión en Nigeria. Imaginemos jugadores críticos que deseen transformar la liga de un país, desmantelar o reorganizar el negocio del futbol mundial o provocar reflexión en las personas, imaginemos jugadores que viajen por el mundo y encuentren en el futbol un arma de cambio como la música o la literatura.
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COLUMNA
Apuntes de rabona
LA VIDA, ESPEJO DEL FUTBOL I have a dream “Los sueños son pájaros nocturnos de Dios que nos traen mensajes.” Niko Katzanzakis
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o tengo un sueño sino dos, los cuales reflejan con claridad por qué podemos decir que la vida es un espejo del futbol. Tal vez después de un mes de disfrutar los partidos del Mundial, mi inconsciente quedó lleno de balones, los cuales se convirtieron en la materia prima de dos sorpresivos sueños. Una amiga, que es una picuda psicóloga, me recomendó hace tiempo escribir mis sueños con todo detalle y ponerles un título. El 11 de agosto, casi un mes después de la final del Mundial de Brasil, tuve el primer sueño futbolero que recuerdo vivamente como si fuera una película que vi en el cine: “El maestro de las fintas” Estaba metido en una cancha de futbol donde había un importante juego de primera división. Más o menos en la esquina izquierda del área grande de la portería del lado derecho, estaba yo instalado, con una pequeña casa de campaña reporteando el evento en calidad de periodista-fotógrafo. Enfocaba con un gran close-up a un futbolista chaparro, moreno, vestido con uniforme azul fosforescente que a unos pasos de mí hacía un montón de extraordinarias fintas. Sin tocar el balón, con su pura mirada y moviendo el cuerpo habilidosamente, hacía bailar desconcertados a todos los rivales, al público e incluso a mí. Fin. ¿Quién es ese crack capaz de hacer semejantes fintas? ¿A quién estoy fintando en la vida? ¿O quien me está fintando? A nivel personal y social es innegable que en lo más profundo de mis sentimientos tengo una sensación que identifico perfectamente: hay algunas situaciones en que siento que hay mucho movimiento pero nada cambia. Nadie toca el balón, ni lo hace avanzar. Algo así como aquello de mucho ruido y pocas nueces, mucho tango y pocos goles. Lo interesante es que en la lógica-ilógica del sueño, yo admiraba secretamente al maestro de las fintas, un jugador capaz de dominar el entorno con el poder de su mente. El 30 de agosto asistí durante la noche a una segunda e inesperada proyección cinematográfica. “¡Ponte los tenis!” Jugaba una cascarita con amigos en “La Bombonera”, la canchita que tenemos en el jardín de la casa. Yo traía puestas unas viejas chanclas de baño, medio rotas, que se me salían cada vez que chutaba… no podía correr rápido… me dolían los dedos de los pies. Como siempre, yo le echaba todas las ganas para ganar, pero sufría mucho y en cámara lenta me movía pastosamente a causa de las chanclas… De repente, se me prendió el foco y salí disparado de la cancha a aponerme unos tenis nuevos que acabo de comprar, acolchonados y con agujetas verdes (con colores como los usan los profesionales). En adelante la cascarita fue un deleite y yo
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me preguntaba ¿por qué no lo hice antes? ¿Qué significan las chanclas de baño? ¿Y los tenis? ¿En qué situación de mi vida no estoy jugando a gusto y por qué? A nivel personal y social, nuevamente identifico situaciones de desgaste absurdo, tareas en las que no se utilizan los medios idóneos para lograr los fines deseados. ¿Ya llegó el “de repente”? ¿Ya se me prendió el foco? ¿Por qué aplazar decisiones vitales que puedo tomar ya? -----Mi intención al compartir estos sueños futboleros no es exhibir mis angustias y deseos frustrados, sino compartir “el mensaje” que interpreto en ellos. Primero tengo que afirmar que para mí han sido muy liberadores y me han ayudado a conocerme y entender mejor situaciones que estoy viviendo. No sé si a mis ambles lectores estas imágenes y preguntas que yo me hago les digan algo… Lo que es verdaderamente interesante es que mi inconsciente, no yo, haya escogido el futbol como un lenguaje para expresar lo inexpresable. Cuando veo en la pantalla mental una vivencia íntima y opaca, reflejada a colores y en tercera dimensión en un código futbolero, entiendo con mucha más claridad lo que me está pasando. Platón, en su libro La República, inventó el mito de la caverna para tratar de explicar el proceso del conocimiento en los seres humanos. Hoy tendremos que usar otros símbolos y figuraciones para explicar nuestra psicología posmoderna. Tendremos que hablar de satélites, computadoras, ADN o de futbol, para que todos entiendan y así podamos pasar de las grutas oscuras de la ignorancia y la enajenación al pleno sol de la conciencia. Para los millones de personas que jugamos futbol o que disfrutamos de verlo, celebro que Apuntes de Rabona haya inaugurado una espléndida autopista para “pensar desde el futbol”.
Una amiga, que es una picuda psicóloga, me recomendó hace tiempo escribir mis suenos con todo detalle y ponerles un título. El 11 de agosto, casi un mes después de la final del Mundial de Brasil, tuve el primer sueno futbolero...
Pensar desde el futbol
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ESFÉRICAS INSOLENCIAS
@gonmoc
Constelaciones Busquets, Xavi e Iniesta completaban una de las más poderosas constelaciones que ha visto el futbol mundial, y nos demuestran que efectivamente, la Champions es la reivindicación de los astros en la tierra.
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as estrellas nos sirven para soñar. Están en lo más alto, aparentemente minúsculas cuando gigantes y brillantes por incandescentes. Las observamos para sentirnos diminutos y nos embriagamos con la incertidumbre del universo y la estética de los puntos luminosos. Son música en silencio, un himno a la ilusión que nos cosquillea el vientre cuando nos recostamos a divagar. Las estrellas forman constelaciones cuando se agrupan en la bóveda celeste; y cuando lo hacen en un campo de futbol, las estrellas juegan la UEFA Champions League. Hace ya varios años que cuando cierro los ojos veo la constelación de Orión. Nuestra mirada no se apaga al descansar los párpados, al contrario, se enciende en recuerdos de luz e imágenes que nos marcaron de por vida. Algunos ven sus sus pasiones y otros sus preocupaciones… cuando yo cierro los ojos encuentro en la oscuridad de mi mirada la constelación del cazador, tal vez por mítica o inalcanzable, o porque mi mamá me la enseñó cuando tenía quince años y en ella veo las raíces de mi familia aventurera. Las estrellas suelen aparecerse en mis pensamientos cuando me desprendo de la realidad, tal como lo hacen los partidos de la Champions. Constelaciones intermitentes tan perfectas que parecen irreales, las batallas de la Liga de Campeones son una alternativa a nuestro mundo tangible, algo real pero tan particular como una fantasía… Jugadores como Zlatan, Messi o Pirlo son las estrellas terrenales que alimentan nuestro vicio astronómico de apreciar la perfección, son los protagonistas de un torneo que refleja hoy en día lo que han significado las constelaciones para la humanidad: lo inalcanzable. ¿Qué hace tan particular a este torneo que lo relacionamos con las estrellas? Recién se jugó la fecha 1 de la temporada 2014-2015 y ya nos emocionamos con lo que viene en el que tal vez es el mejor torneo a nivel clubes del mundo. En 1954 se fundó la Unión de Asociaciones de Futbol Europeas (UEFA), y en 1955 –veinticinco años después de que Eugene Joseph Delporte fijara el sistema moderno de límites entre las constelaciones– se construyó la primera galaxia a ras de piso, se jugó la primera Champions League. La entonces llamada Copa de Campeones de Europa, fue impulsada por dos periodistas del diario francés L’equipe y el presidente del Real Madrid, Santiago
Bernabéu, quien llevó a su equipo a coronarse en las primeras cinco ediciones del certamen, con lo que se adelantaron en la carrera por el continente. Con el tiempo el torneo que junta a los mejores clubes de las ligas europeas se regularizó y se hizo más competitivo. Actualmente el equipo con más títulos sigue siendo el Real Madrid con 10, seguido por el Milan que tiene 7, y posteriormente Liverpool y Bayern Munich con 5. Contar la historia del firmamento es como contar la historia de la historia. Sabemos que las constelaciones son trazos de estrellas que aparentemente no se mueven y que han estado ahí desde hace millones de años. Civilizaciones milenarias encontraban en la magnitud del cielo un lienzo para dibujar a sus dioses, su historia y sus rutas, cosa que hoy nosotros encontramos en los céspedes de Europa. Una conglomeración de los elementos más brillantes e inalcanzables que los hombres podemos observar. Tracemos en nuestra mente la constelación de Orión. Cuatro estrellas brillantes (Betelgeuse, Bellatrix, Salph y Rigel) representan las manos y los pies, y encuadran tres más pequeñas –las que nosotros desde niños identificamos como los tres reyes magos– (Alnitak, Alnilam y Mintaka), que representan el cinturón. De manera abstracta ya tenemos ahí a Orión, el cazador, una constelación que se ve en los dos hemisferios del globo y es la más conocida del cielo, una representación de la mitología griega, y una referencia para los navegantes de la historia. Ahora recordemos la alineación del Barcelona, campeón de Europa en el 2011. Dos puntos clave en el fondo que sostenían al equipo, Mascherano y Piqué formaban un cuadro con dos manos ofensivas, David Villa y Lionel Messi; esto sostenido por un cinturón de tres eslabones formado por Busquets, Xavi e Iniesta completaban una de las más poderosas constelaciones que ha visto el futbol mundial, y nos demuestran que efectivamente, la Champions es la reivindicación de los astros en la tierra. El 21 de octubre, las estrellas fugaces llamadas Oriónidas surcaran la constelación del cazador encendidas en llamas. Hace algunos días, las estrellas que brillan en la Tierra jugaron su primer partido de Champions League para reconstruir el sistema de constelaciones que año con año nos recuerda que en el “viejo continente” el futbol ha logrado que las constelaciones brillen sobre el pasto.
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Apuntes de rabona
LA CONJURA DE LOS NECIOS @ropalaciosv
Emilio Azcárraga, un terremoto y los cachirules
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o que hace algunos años era un monopolio hoy es un duopolio, pero fuera de eso, su esencia no ha cambiado. Los dueños tienen el mismo apellido y siguen la misma lógica: en un pueblo de jodidos, televisión para jodidos. Con ellos al frente, el negocio de vender aire se hizo sumamente rentable. La televisora hecha para que se sientan orgullosos los pobres de México. Vendedora de aspiraciones: siempre como nos gustaría ser, jamás lo que somos. Emilio Azcárraga Milmo vivió la vida con la intensidad del que no cree en la eternidad. O más bien, de quien cree que la eternidad existe sólo para él. Se codeó con seis presidentes, y cuando cada uno de ellos escupía la luz de la verdad, todo se transmitía por su televisora. Donó millones para sus no especificadas causas, y la única deuda que contrajo fue de honor. Televisa era más una oficina de presidencia que un medio de comunicación. Emilio se sentía inmortal y era intocable. Al final de su vida tenía graves problemas de páncreas, pero aun así no llegaban a compararse con su enfermedad de poder. Mujeres, divorcios. Drogas, hospitales. Dinero y más dinero. Con dureza e ironía lo relata Fabrizio Mejía en su libro Nación TV: Emilio no usaba reloj, el tiempo era para los mediocres. Había hecho una imagen del México imposible donde los pobres que vivían en botes de basura eran simpáticos, las cantantes sin voz eran exitosas, los escotes son horario estelar y el futbolista promedio es promesa internacional. La maldición de toda televisora es que nunca termina, siempre sigue y sigue, aún en las madrugadas, como la luna eternamente encendida. En 1983 se anuncia que México, Televisa y su Estadio Azteca serían la sede de la Copa del Mundo. Derechos internacionales de televisión, patrocinios, publicidad, boletos. Se venía un festín. Pero dos años después pasó en México la única cosa que debe recordarse: un terremoto dejó en escombros la capital y mató a miles de personas. La idea del negocio millonario se tambaleaba, como la tierra. Telefonazo a Guillermo Cañedo: “Convence al Presidente de que este terremoto debe tomarse como una oportunidad para, qué se yo, exaltar las ganas, el esfuerzo, la determinación para salir adelante. Que no sea joto, este Mundial se inaugura en el Azteca”. Paréntesis: Guillermo Cañedo participó en una de las mejores invenciones para el futbol mexicano: una subdivisión de regiones, hecha para competir únicamente contra países del Caribe y Centroamérica, jugar contra defensas carpinteros y porteros pescadores. Una región con forma de burbuja en la que nos autonombramos gigantes. Llamémosle CONCACAF. Así, con una ciudad aún devastada, Miguel de la Madrid se paró en el estadio Azteca para la inauguración de México 86. Histórica rechifla y mentadas de madre de ocho minutos. Y es
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Urgía ganar otro campeonato aunque fuera juvenil, alargar la distracción. Y en este país gana quien arranca con ventaja, y para arrancar con ventaja hay que hacer trampa.
que el pueblo inconforme siempre ha estado, pero pocas veces se digna a manifestarlo. Que el Mundial no se haya ganado tampoco importó tanto. La mano de Dios y el barrilete cósmico –la jugada de todos los tiempos– sirvieron para opacar la euforia revolucionaria. A veces los goles ayudan a silenciar la protesta, a olvidar la inconformidad. Urgía ganar otro campeonato aunque fuera juvenil, alargar la distracción. Y en este país gana quien arranca con ventaja, y para arrancar con ventaja hay que hacer trampa. ¿Quién se va a dar cuenta si falsificamos unas actas de nacimiento? El escándalo de los cachirules. (Según Fabrizio Mejía, la palabra “cachirulo” fue un invento de Televisa para apelar a la niñez a partir de vestir a adultos como niños). Descalificados para Italia 1990. El Tigre Azcárraga y millones de dólares sin ganar. No de gratis somos para el resto del mundo el lugar del camino chueco y de los tratos por debajo de la mesa. En 1988 el grosero fraude electoral –con Televisa como silencioso cómplice– y ahora esto. El pueblo y las reglas están hechos para pasarles por encima. Televisa es un mago de la mentira –y hablo de Televisa como si fuera una persona, porque en el fondo lo es–. Nos ha engañado, no somos tan buenos como nos lo ha hecho creer. La buena: aún queda gente al frente que cree que el deporte, la pasión y el espectáculo son lo más importante. La mala: los hilos los maneja muy poca gente. La peor: les importas un carajo. Posdata: Azcárraga estuvo rodeado de mucha gente a lo largo de su vida, quienes cuentan sus anecdóticas frases. Ésta es mi favorita: “Si la dignidad de alguien se opone al interés de Televisa, que chingue a su madre la dignidad”.
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Futbol callejero:
eco de una democracia perdida
Ilustraci贸n: Shammed H. @elShamps
Por: Diego Andrade @diego_a72
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Pensar desde el futbol
FILOSOFIA
Así como se van cerrando espacios de lucha política, se clausuran también los espacios dedicados a satisfacer otra necesidad: la necesidad lúdica. Hay muchos lugares donde hay futbol y donde responde también al mercado.
“La clave para jugar al futbol es la participación. El toque genera participación; el pelotazo, aislamiento. El toque es el fundamento del juego, la participación la condición indispensable.” Ángel Cappa Los griegos, creadores del concepto de democracia y pioneros en su realización, construyeron dentro de su polis un espacio vacío justo en el centro, donde tenía lugar la deliberación de las políticas públicas. Sólo por medio del diálogo y la confrontación entre ciudadanos libres se ejercía el poder. Resulta curioso que sus vecinos, los espartanos, tenían en el centro de su ciudad un espacio ocupado por un trono, simbolismo que habla por sí solo. La tradición republicana enseñó posteriormente el significado del espacio vacío y también el de la democracia. Aquél espacio es el lugar de expresión de la voluntad general, misma voluntad que se materializa en la ley. La democracia nunca ha sido gobernar según la opinión de las masas, si esto fuera así, el nazismo o el fascismo serían democráticos. El espacio vacío en el centro de la ciudad es el lugar donde habita lo más puro de la razón humana, su hijo pródigo: el derecho. Actualmente la ciudad, hablo de la Ciudad de México aunque bien aplicaría para otras grandes urbes, es un espacio que ha devenido como imposible para la vida humana. Tanto movimiento y tan poco espacio, no pueden generar otra cosa más que aislamiento y neurosis colectiva. La ciudad, aquel lugar pensado originalmente para la mejor organización y desarrollo posible de la colectividad, ha cedido su función primigenia y sus espacios de experiencia colectiva,
para obedecer a la lógica del capital. El neoliberalismo, la resignificación del capitalismo (que carga con sus mismas contradicciones), necesita la reinversión y la realización constante de sus excedentes, mismo ciclo que conquista a la ciudad y subsume su diseño estructural en una lógica imparable de consumo. Ser ciudadano es ser sujeto de derecho, y uno fundamental es el derecho a la ciudad. En todo esto, ¿dónde entra el futbol? Así como se van cerrando espacios de lucha política, se clausuran también los espacios dedicados a satisfacer otra necesidad: la necesidad lúdica. Hay muchos lugares donde hay futbol y donde responde también al mercado. No hablo de esto, hablo del futbol callejero. El espontáneo e improvisado que se apropia de espacios públicos y los transforma en función del juego y de la diversión. Hablo de la apropiación que realizan dos latas de refresco, dos mochilas, un balón, y quince albañiles en su hora de descanso. Escribe el sociólogo David Madrigal: “La participación de los habitantes de la ciudad en un tipo de construcción lúdico-espacial como lo es la práctica callejera del futbol, implica confrontación, iniciativa, aporte de pensamientos, interacción, propuestas y discusiones, que constituyen la esencia de lo que el pensamiento político contemporáneo ha venido a consagrar como el ejercicio de la ciudadanía”. Existen programas sociales, sobre todo en Latinoamérica, que presentan al futbol callejero (y a su institucionalización) como una nueva manera de transformación social y urbanística, por medio de la cual los jóvenes pue-
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dan apropiarse de los espacios que les han arrebatado, y encontrar otros valores diferentes a los actualmente predominantes. Destaca el Movimiento de Futbol Callejero, nacido en un barrio al oeste de Buenos Aires y promovido por la organización argentina Defensores del Chaco, una institución que surgió como una iniciativa para brindar asesoramiento legal comunitario gratuito, y que ha evolucionado hasta ser una incubadora y formadora de líderes juveniles latinoamericanos. El Movimiento realiza congresos donde se piensa al futbol como regenerador del tejido social, tan desgarrado por la pobreza, el desempleo y la violencia. También realiza un Mundial de Futbol Callejero, mismo que se realiza en paralelo a la Copa del Mundo de la FIFA y que genera un ambiente participativo donde se muestran valores que sólo el deporte (pero el futbol siendo el más bello de todos) enseña: trabajo en equipo, solidaridad, sana competitividad, respeto y tolerancia a la frustración. Es fundamental entender que desde un discurso democrático actual, la esencia del ejercicio democrático es la participación. Resulta irónico que algunos intelectuales vean al futbol solamente como enajenación política, y no puedan intuir que éste pueda manifestar paz, derecho y justicia social. Quizá algún día se entenderá que el futbol puede cargar, en algunas de sus formas, las mismas características que consolidan al ejercicio democrático ciudadano. Sólo falta desplazarlas a la vida política… ¿o ya estarán?
FILOSOFIA
Apuntes de rabona
“[…] es la danza metafísica autopropulsada del capital lo que hace funcionar el espectáculo, lo que proporciona la clave de los procesos y las catástrofes en la vida real.” Slavoj Zizek
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lgo tiene que estar sucediendo para que las últimas grandes estrellas de los únicos tres países campeones en Latinoamérica hayan estado envueltas en un escándalo que no parece tener explicación definitiva. El primero (el brasileño) –el más alegre de los tres– entra “de la nada” en una depresión extraña que lo invita a refugiarse en los antros, el alcohol y las mujeres, bajando su nivel de juego a puntos insospechados para cualquier “analista” de futbol. El segundo (el argentino) padece “de la nada” una extraño nuevo hábito de vomitar dentro y fuera del campo generando dudas a sus fervientes seguidores. El tercero (el uruguayo) todavía castigado, se le “ocurrió” en pleno partido mundialista y después de haber encajado dos goles a Inglaterra, morder “de la nada” a un jugador italiano. Si usted es europeo no se preocupe ¿no acaso fue “de la nada” un cabezazo a otro italiano que dejó a uno de los más elegantes genios de este deporte fuera de una final de un mundial de futbol?
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Esta “nada” parece ser la nueva mano invisible de la cual nos hablaba Adam Smith por allá del siglo XVIII, acerca de cómo funciona el mercado. Todo lector que ejerza el deporte de la reflexión sabrá que no basta esa “nada”, sino “debe haber algo más que una mano invisible” que esté provocando estos sucesos. Queda claro que hay una violencia en la pantalla (una mueca, un vómito, una mordida) y una violencia detrás de cámara. La violencia “de la pantalla” es plenamente subjetiva, aquella en la que se ve a un ser humano agrediendo a otro ser de su misma especie o a sí mismo, sea de manera física o psíquica. La violencia “detrás de cámaras” es objetiva porque tiene que ver más con las causas sistemáticas que llevan a un sujeto a realizar semejante acto. Esto sucede porque la violencia objetiva –en tanto sistemática– es anónima pues no descansa en un sujeto, sino es producto de puras relaciones. La violencia ya no viene de un monstruo llamado Leviatán cuyos brazos venían desde fuera
VIOLENCIA
Por: Julián Náder @NaderJulian
DETRÁS DE CÁMARAS
Ilustración: Mario Bernal mario_bernal_8
para someternos. La violencia ahora se encuentra en el aire, se respira lentamente, se ingiere silenciosamente; es como si “nada” estuviera pasando. Es por eso que se necesita la lógica para ver bien: quien no tiene el concepto de violencia no lo verá en ningún lugar, quien lo tiene lo verá en todos. En tanto estructural, esta violencia dentro de la cancha es reflejo de los padecimientos que ejerce también en las gradas, en las afueras del estadio, en los barrios, en las ciudades, en la sociedad en general. Si la violencia subjetiva permite la demonización de quien la ejerce, la violencia objetiva está sujeta a lo constitutivo del sistema capitalista. Mientras cuestionamos mucho las actitudes de Ronaldinho, Messi y Suárez (e incluso nos creemos capacitados para recomendar psicólogos, pues no nos basta consumir los cuerpos, es tanta nuestra hambre que queremos consumir también las almas) poco cuestionamos el pase de transferencias, la cantidad de partidos en una temporada, la presión insufrible de los medios de comunicación,
la incorporación del narcotráfico al futbol, la renta-venta de jugadores, el cambio de nacionalidades, el constante apremio de los patrocinadores, por decir lo menos. Ronaldinho, Messi, Suarez y Zidane, así como todo agente libre, son también resultado de las instituciones futbolísticas y la configuración que le hemos dado políticamente a nuestro deporte. La violencia detrás de cámaras ha logrado hacer de ésta un constituyente básico de la subjetividad actual. Es decir, esa “brutal intervención sobre lo real” (esa mordida, ese cabezazo, ese vómito) encubre siempre cierta impotencia sobre lo que sucede más-allá-de-la-cancha; esto merced a una profunda confusión inhalada desde esa malla de violencia en la cual estuvieron envueltos. A tal grado es invisible esta violencia y tan intensa esta confusión que el jugador ve cualquier red y tiende a disparar, sin saber que corre el enorme peligro de meter un autogol.
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Pensar desde el futbol
¡Liverpool, ven fuera!
EL INVITADO
Por: Dara Rivera @Cocainelil
Ilustración: Shammed H. @elShamps
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ace unos días, mientras escuchaba a mi padre conversar con un amigo de su iglesia, intenté enumerar los milagros que hay en la Biblia. No pude recordar muchos, y convertir el agua en vino lo consideré más bien un superpoder, pero definitivamente el primero que vino a mi mente fue el de Lázaro. Lázaro era un tipo que murió. Un día, alguien busca a Jesús para decirle que Lázaro está enfermo, pero Jesús lo deja correr, pues su enfermedad no sería de muerte sino para gloria de Dios. Pasados dos días, Jesús viaja a Judea para visitar al enfermo, aunque sabía que ya estaba muerto; iba para realizar un milagro. Pero mi milagro favorito es el Milagro de Estambul. Entonces el Liverpool era otro, un Liverpool con Luis García, Carragher y un joven Xabi Alonso. De los quince jugadores que participaron en el milagro ya sólo queda Steven Gerrard, Captain Fantastic, hombre que no conoce otra canción además de “You’ll Never Walk Alone”. Y el Milan era, sencillamente, el mejor equipo del mundo, el equipo que yo habría armado de tener un Fantasy: Dida, Cafú, Shevchenko, Pirlo, Gattuso, Maldini, Crespo, Kaká. El 25 de mayo de 2005, apenas Gerrard se despidió de Maldini cayó el primer gol. ¿Quince segundos?, ¿dieciséis? Maldini comenzó lo que sería la masacre del primer tiempo que Hernán Crespo sellaría al 39 y al 44 con dos goles más. Anotar dos goles en seis minutos era una hazaña que sólo el mejor equipo del mundo, el Milan de Ancelotti, podría lograr. O no. Cuando Jesús llegó a casa de Lázaro se encontró con que llevaba ya cuatro días muerto. Los dolientes miran a Jesús como diciéndole: “ya para qué vienes, debiste llegar hace cinco días”. El hijo de Dios es llevado donde su amigo yace sepultado. Estando ahí, llora y pide que retiren la piedra que cubre el sepulcro, pero la hermana de Lázaro le advierte que el muerto ya apesta. “¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?”, le espeta Jesús. Entonces Jesús levanta la mirada al cielo, agradece a su padre por lo que está a punto de hacer y grita: “¡Lázaro, ven fuera!”. Y Lázaro salió.
Como salió el Liverpool. Quisiera saber de qué se habló en el vestidor, ¿cómo levantas el ánimo de tus hombres en una final que vas perdiendo desde los primeros segundos, Benítez? ¿Qué les dices a tus compañeros, Gerrard? Imagino algo como en Space Jam: tomen agua bendita, ahora a ganar. El primer gol de los reds cayó al minuto 54, un cabezazo del capitán que Dida no pudo parar. Gerrard mueve los brazos alentando al equipo y a los aficionados, “¡vamos, esto es un nuevo comienzo!”. Dos minutos después, un tiro desde fuera del área por parte de Smicer les da el segundo gol. Y dos minutos después, una falta sobre Gerrard concede un penalti. Un penalti que cobra Xabi Alonso. Un gol que se antoja fácil, clavar el balón y nada más. Pero los milagros no ocurren sin robarte el aliento. El tiro de Alonso es despejado por los puños de Dida y parece escaparse el empate, pero Xabi Alonso supo que no, y en un segundo tiro, en dos segundos que marcan historia, vuelve a patear el balón y cae el tercer gol. Anotar tres goles en seis minutos era una hazaña que sólo un equipo superior al mejor equipo del mundo, el Milan de Ancelotti, podría lograr. El resto del partido pasa sin goles y llega la tanda de penales. Dudek para el balón decisivo, el penal de Shevchenko, el penal que sí iba a entrar. Y el Milagro de Estambul se consuma. Hoy el Liverpool vuelve a la Champions, tras cinco años de no participar y nueve años después de aquella noche en Estambul. Lo hace sin el pistolero que los calificó y con sólo un hombre milagroso. El Liverpool vuelve a la Champions luego de perder la liga y esa copa que ya saboreábamos, la que se escapó porque los zapatos traicionaron a Gerrard, porque el Crystal Palace nos recordó que en Inglaterra se juega el mejor futbol del mundo y un equipo sin gloria puede sacarte un susto sin importar que hayas vencido a los titanes, porque esto no es España. ¿Ganaremos la Champions? No lo sé, pero es bueno estar de vuelta. Y aunque tus sueños se rompan en pedazos, en el Liverpool sabemos que debes caminar con esperanza en el corazón, y nunca caminarás solo.
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EL INVITADO
Apuntes de rabona
Semicírculos completos Por: Damián, Marco @damianesmarco
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l hecho que sacudió a un pueblo entero y lo dejó sin equipo, comenzó con una falta en el semicírculo del área durante algún aburridísimo partido a ceros en la cancha del Oaxtepec. Corría la temporada 83/84. Después de casi noventa minutos, un defensa del Monterrey cometió falta apenas fuera del rectángulo; frente al manchón penal. Una patada de tachón a espinilla, tan hartera como frecuente en días caluroso. Roja directa y tiro libre. El líbero regio mentó madres en su camino al vestuario. Jorge pensó que era penal. Fiel aficionado y empleado del Seguro Social, Jorge estuvo encargado de pintar de cal las líneas de ese estadio durante casi treinta años. En realidad se encargaba de toda la jardinería; antes para los partidos llaneros, luego para la primera división nacional del pequeño y alto estadio de Oaxtepec. Cada viernes podaba el pasto de aquel campo. Admiraba el cielo, tan cerquita, y sudaba con gusto. Cuando acababa de podar, tomaba un descanso. A continuación repintaba cada línea sobre las marcas prestablecidas. Primero la más larga, de cien metros. Después una de fondo, de setenta y tantos. Completaba el rectángulo y seguía por las áreas chicas. Trazaba la media cancha y después los puntos. Al final, los círculos. Uno grande al medio y dos cachitos fuera de cada área. Siempre así, con los semicírculos al final. El más lejano resquicio del área chica, según él, se lo dejaba al último. Por eso se sorprendió cuando el árbitro no pitó pena máxima. Jorge pensaba en esa franja como parte de la zona de meta. Su sorpresa fue mayor al ver a los demás aficionados conformes con la decisión. Empapado por cerveza, que voló cuando el tiro libre paró en las tribunas, comprendió que ese semicírculo servía para nada. Todavía triste por el empate, un auxiliar del equipo le explicó que esa línea correspondía al radio del manchón penal. Jorge no entendió, pero no quiso preguntar más para evitarse una majadería del entrenador. El técnico caminaba hacia ellos como furia, por el pasillo de los vestidores. Jorge recurrió al diccionario y a un libro de geometría en
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casa de su madre. A pesar de haber olvidado sus clases de matemáticas y tras una noche en vela, en compañía de grillos morelenses, comprendió el radio y el diámetro. Se preguntó por qué, entonces, no se pintaba ese círculo completo. Durante las siguientes semanas practicó sus círculos. Se obsesionó con ellos. Los trazaba en hojas de papel, periódicos, servilletas y en las paredes de los baños. Cuando perfeccionó el arte del compás, decidió que era momento de completar esas dos esferas invisibles del área. No era tarea fácil. Había repasado las líneas del campo, pero nunca había trazado una desde cero. Primero intentó con un compás para pizarrón, pero no era suficientemente grande. Luego de pensar, se decidió a usar cuerda de tender. La cortó a nueve metros y quince centímetros exactos. Amarró una estaca de un lado, para clavarla al manchón penal, y del otro extremo el bote de cal. Jorge entró de noche al estadio luego del último partido de la temporada. Victoria irrelevante y por la mínima contra Leones Negros. La luna estaba en lo alto, llena, adornada por la bruma. Jorge remarcó el semicírculo antes de seguir con el resto, todavía imaginario, alrededor del manchón. Dibujó la circunferencia. La luz lunar alumbraba su círculo como un reflector a la medida. Halo perfecto y redondo al corazón del área. Cuando los jugadores del Oaxtepec llegaron a la cancha para el último entrenamiento del torneo se encontraron con un hueco, sin fondo aparente, frente a la portería local. De poco más de nueve metros de diámetro. El delantero estrella, asombrado, decidió patear una pelota dentro de ese agujero eterno. Nadie la escuchó caer. Los periódicos locales llenaron páginas de teorías. A Jorge nadie lo encontró. Geólogos llegados de Chapingo tomaron fotos. Se organizó misa, sin saber bien a quién. Seguridad civil tapeó el agujero como pudo. La gente dejó de acercarse al estadio, y la directiva vendió la franquicia a Puebla. Desde entonces, en Oaxtepec, los semicírculos se dejan como van: incompletos.