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LIMATAMBO. El arquitecto Fernando Belaunde en uno de los conjuntos habitacionales emblemáticos de su segundo gobierno.
arquitecto Fernando el
Tenía 24 años cuando arribó al Perú tras el largo exilio político de su familia. Carismático, con muy buena formación académica y gran amor por la tierra de la que estuvo alejado, Fernando Belaunde Terry jugó un rol importante en la modernización de la arquitectura peruana.
de un programa universitario orientado a la formación de arquitectos. A esas tareas consagró el entusiasmo de sus primeros años n baúl cargado de ilusiones y profesionales. Había obtenido el título de tres iniciativas muy precisas arquitecto en la Facultad de Arquitectura de traía en el equipaje Fernan- la Universidad de Texas, en Austin. Así culdo Belaunde Terry al desem- minaba su destierro de doce años, primero barcar del Heyho Maru en el forzado a completar la secundaria en París, Callao, a inicios de 1936: el lanzamiento de debido a la deportación de su padre, y lueuna revista de arquitectura, la creación de go debido a sus estudios de arquitectura en una asociación profesional y la instauración Estados Unidos.
Miguel Cruchaga
U
Lima, 21 de octubre del 2012
RESIDENCIAL SAN FELIPE. Otro de los proyectos de vivienda impulsados por el belaundismo a mediados de la década del sesenta.
PROYECTOS SOCIALES
La revista El Arquitecto Peruano (EAP), apareció en agosto de 1937. Estuvo orientada a introducir la arquitectura y el urbanismo como nuevas profesiones en un medio que poseía el rico legado precolombino y se convirtió rápidamente en el instrumento destinado a abrir el horizonte de la profesión en el país. Divulgó los aportes de las nuevas tecnologías y la aparición de iniciativas innovadoras destinadas a mejorar el alojamiento y la calidad de vida de la población. De allí que dedicara atención a los proyectos de vivienda de interés social que, años después, daría lugar a la implantación de programas destinados al ordenamiento urbanístico y habitacional. Ello sucedería a partir de 1946, un año después de que fuera elegido diputado, durante el gobierno de José Luis Bustamante y Rivero. Sus iniciativas legislativas propiciaron la creación de la Corporación Nacional de la Vivienda, encargada de la concepción y ejecución de los primeros proyectos habitacionales de interés social (como la Unidad Vecinal No. 3), destinados a brindar casas decorosas y económicas a decenas de miles de familias de los sectores medios y bajos en todo el país. Belaunde propuso además, la ley de “propiedad horizontal” que permitió dar títulos de propiedad a los departamentos, oficinas y locales comerciales integrados en un mismo edificio y la creación de la Oficina Nacional de Planeamiento y Urbanismo (ONPU), que permitía la expansión urbana de las ciudades ordenada y racionalmente.
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UNIDAD VECINAL NÚMERO 3. Como diputado en 1946, Belaunde impulsó la creación de
unidades vecinales y conjuntos habitacionales para sectores populares.
La sociedad de arquitectos En octubre de 1937 se constituyó la Sociedad de Arquitectos del Perú. Rafael Marquina y Bueno fue elegido presidente y Belaunde el primer secretario de la institución. El gremio creció rápidamente supervisado y regulado por un cuerpo colegiado que mantiene su inspiración democrática y el sentido de responsabilidad de sus fundadores. En 1962 fue transformada por ley en Colegio de Arquitectos del Perú. El Departamento de Arquitectura se creó en la Escuela de Ingenieros en 1948, poco tiempo después de que Belaunde se incorporara como profesor. Luego asumió su dirección y dos años más tarde se convirtió en el decano de la primera Facultad de Arquitectura peruana, en la que introdujo un moderno programa de estudios. Consagrada como Universidad Nacional de Ingeniería, se trasladó a una amplia propiedad en la zona norte de Lima. Belaunde quiso dotar a la universidad de un edificio propio y produjo un fenómeno extraordinario: los estudiantes trabajaron como obreros, los profesores actuaron como capataces o maestros de obra y los industriales de la construcción fungieron −muchas veces− de proveedores gratuitos de materiales e insumos. Así, se edificó un espléndido local de 3.200 m2, sin costo alguno para la institución en un hecho sin precedentes en la historia de la universidad peruana. PIONERO. Carátula de la revista promovi-
da por Belaunde que impulsó la carrera de arquitectura en el país.
provisado e inmediatista que propiciaron – tal vez sin proponérselo– la quiebra del orden y la aparición del caos que hoy padecen amplios sectores de las ciudades del país. Si bien, en los últimos años, esta tendencia ha sido paliada por la mayor participación privada en el desarrollo inmobiliario, ello ha sucedido muchas veces con menoscabo de los niveles mínimos de calidad y preservación del medio ambiente, debido a la densificación de edificios concebidos con exagerado sentido comercial. Los proyectos promovidos por el Estado contribuyeron, en el pasado, a ofrecer criterios de competitividad en un mercado que ha ido perdiendo los referentes de moderación y respeto por la calidad del vecindario.
LA QUIEBRA DEL ORDEN
La cíclica interrupción en la continuidad de las políticas públicas determinó el debilitamiento y, eventualmente, la sustitución de estas iniciativas por otras de carácter im-
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SUS PROYECTOS
En su primera etapa como proyectista, Belaunde estuvo influido por el estilo “californiano”, inspirado en los conventos cons-
Ello ha sucedido muchas veces con menoscabo de los niveles mínimos de calidad, debido a la densificación de edificios concebidos con excesivo sentido comercial. truidos por los misioneros franciscanos en la costa oeste de los Estados Unidos, quienes produjeron una arquitectura de inspiración andaluza, constituida por una volumetría de sabor mediterráneo en la que predominan los muros pintados a la cal con escasas y reducidas perforaciones, con románticos y alargados balcones y techos inclinados recubiertos con tejas. En la avenida San Felipe y algunas transversales de la avenida Basadre sobreviven proyectos representativos de su primera etapa. Posteriormente, concibió el edificio Fe-
rrand en la avenida Garcilaso de la Vega, en el centro de Lima. Un proyecto modernista y semicircular que se adaptó a la peculiar conformación del terreno. Objeciones e intransigencias propias de la época determinaron que este fuera ‘decorado’ –con la intervención de otro proyectista– sobreponiéndole algunas molduras clásicas. A pesar de esto, la fuerza del original se impuso al ornamento y produjo un resultado interesante que ha sido un hito en la modernización urbanística de la ciudad. Durante su fértil existencia, Fernando Belaunde Terry ayudó a generar en el país no solo numerosas e importantes obras sino que fue uno de los principales introductores de la arquitectura como una profesión inspirada por la tradición precolombina y orientada a estar al servicio de las necesidades habitacionales, urbanísticas e institucionales del pueblo peruano. *Arquitecto.