Índice
Introducción
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Las visitas
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Los souvenirs
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Sueños que no se hacen realidad
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Extraños Acompañantes
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La espera
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Introducción
Muchas veces me he preguntado: “¿Cuándo deje de ser feliz?, ¿por qué dejé de ser feliz?” Las respuestas no las he logrado encontrar aún, pero a lo largo de estos últimos días me he encontrado con extrañas sensaciones y sentimientos, que se han apoderado de mí.
Durante este proceso, me he dado cuenta que no estamos preparados para ayudarnos entre nosotros mismos. No somos capaces de entender las emociones y sentimientos de los demás y por tanto, ser empáticos con ellos, muchas veces evitamos aunque sepamos que alguien está mal, evitamos preguntar qué es lo que pasa, o si podemos ayudar en algo. Y cuando lo hacemos, muchas veces en vez de reconfortar a la persona que se encuentra mal, terminamos hundiéndola más en sus sentimientos y emociones.
También me he encontrado con gente que se preocupa por mí y que me han ayudado en esta i
constante lucha contra mis deseos cada vez más fuertes por morir.
Por eso es que, a continuación trato de describir los sucesos, emociones y sentimientos a los que me he afrontado en los últimos días en mi constante lucha por mantenerme vivo.
ii
Las visitas
Estoy aquí sentado a la mesa en un centro comercial de la ciudad. He terminado de comer, y aún queda un poco de refresco, me encuentro a la espera para entrar al cine. A pesar del frío que hace, no se compara con el frío interior que muchas veces he sentido.
A mí alrededor están una gran cantidad de personas. Hay gente de todas las edades: Jóvenes, padres con sus hijos, gente adulta incluso algunos extranjeros; pero a pesar de esa gran multitud a mí alrededor me siento totalmente solo. Todos se ven felices, algunos comen, otros ríen, otros hablan por teléfono; pero sin importar que sea lo que estén haciendo logro ver en sus caras un reflejo de felicidad. Y es allí donde hago una pausa, y me pregunto "¿qué hace que toda esta gente sea feliz?". No es la primera vez que reflexiono al respecto. Muchas veces me he preguntado: “¿Cuándo deje de ser feliz?, ¿por qué dejé de ser feliz?” Las respuestas no las he logrado encontrar aún, pero a lo 1
largo de este camino si me he encontrado con extrañas sensaciones y sentimientos, que se han apoderado de mí.
Les contare como inicio todo: Para eso tenemos que remontarnos a hace casi un año que comencé con esta lucha, les diré que era una persona alegre y dinámica, con amigos, metas y dispuesto a ayudar a otros cuando fuera necesario. Fue en algún punto que no he determinado aún que como ya mencione me encontré con extrañas sensaciones y sentimientos, que se apoderaron de mí.
Al principio los llame mis demonios internos; refiriéndome a esas extrañas cosas que te hacen sentir diferente, que hacen que cambies y que tu perspectiva de todo lo que te rodea cambie. De pronto, aunque todo sigue igual ya nada es como antes. Y aunque creo que todos tenemos cosas con las que tenemos que luchar, estos demonios internos no se comparan a esas cosas. No son las típicas limitaciones que todos creen tener o los cambios de humor que las mujeres tienen de forma continua. Tan pronto comencé a luchar con mis demonios internos me he dado cuenta que estos demonios son 2
sumamente inteligentes y poderosos y que estos demonios internos se hacen cada vez más fuertes.
Y aunque al principio eran extraños demonios internos. Creo que podría decir que ya no son tan extraños, y es que últimamente han sido tan comunes sus visitas, que lo que antes llamaba mis demonios internos, ahora podrían ser mis amigos internos, aunque prefiero seguir llamándolos demonios ya que no son el tipo de amigos que me gustaría tener.
A diferencia de un amigo del cual disfrutas cuando te visita, estos demonios cuando llegan hacen de mí una persona totalmente distinta. Es como si se robaran mis fuerzas, mi motivación por seguir adelante y lo más importe se roban mi felicidad.
Al principio, no sabía lo que me pasaba, simplemente sentía en mí una serie de cambios radicales. Comenzaba sintiéndome triste sin razón, sin ganas ni motivación para hacer algo. Y algunas ocasiones, simplemente el deseo de dormir. A esto es lo que le llamo la visita de un demonio.
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Con el paso del tiempo, he aprendido a identificar cuando un demonio me visitará, podría compararlo a cuando percibes que alguien se acerca porque escuchas el sonido de sus pasos al caminar acercándose hacia ti. De igual forma, cuando la visita de un demonio se acerca, comienzo a sentirme un poco triste, sin motivación para hacer algo y sumamente cansado. Y aunque mis sentimientos no eran los mismos en cada visita. Entre más me visitaban los demonios, con más anticipación lograba percibir que se acercaba una visita.
Las visitas comenzaron durando poco tiempo, algunas veces unos cuantos minutos, otras un par de horas, creo que cada visita aumentaba de tiempo. Trataba de dormir lo más posible para no sentir los efectos de cada una de esas visitas, al principio funciono.
Sin
embargo,
después
las
cosas
comenzaron a cambiar un poco.
Cuando la visita de un demonio llegaba, se robaba de mí esa felicidad y motivación, pero después también me hacía estar molesto con los demás. Todo lo que dijeran o hicieran comenzaba a 4
molestarme. Fue en este momento que muchos de los que me rodeaban se dieron cuenta que estaba mal, y aunque vi como la mayoría simplemente decidía por ignorar la situación y alejarse para evitar cualquier problema. Otros pocos me preguntaron que me pasaba.
Y es allí donde viene la mejor parte, cuando alguien me preguntaba que me pasaba después de que les había contado lo que me pasa, terminaban la conversación con unas simples palabras como: "animo", "échale ganas" o "tú eres fuerte podrás salir adelante".
Creo que esas palabras solo empeoran las cosas, y es que ¿acaso esa gente cree que yo no quiero echarle ganas?, ¿cree que no me quiero sentir animado? ¿Es verdad que esa gente piensa que yo no quiero sentirme feliz como antes? Pareciera que con esas simples palabras creen que arreglaran todo. Pero en realidad no los culpo, creo que no sabes de lo que esos demonios son capaces de hacer, a menos que uno ya te haya visitado antes. Y creo que a pesar de todo debo agradecerles, porque al menos
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ellos se han tomado la molestia de acercarse y preguntarme que me pasa.
Y al final, pero creo que es el grupo más importante de personas: aquellas que se han acercado, se han interesado por mí, pero han hecho más aún, me han demostrado que están a mi lado para ayudarme a luchar contra esos demonios internos que se apoderan de mí. Y creo que si lo hacen es por dos posibles razones, porque de verdad me quieren y aprecian o porque ya han sufrido la visita de estos demonios antes. Sea cual sea el caso, esas personas son tan refrescantes como el fragante aroma de un Jazmín en medio de un gran campo de flores.
Debo aceptar que esos demonios son sabios y perspicaces, llegan cuando menos lo esperas y se llevan todo lo mejor de ti. Pero descubrí que mientras me visitaban no conformes con llevarse todo de mí, dejaban a cambio algunos pensamientos que nunca habían pasado por mi mente. Y como ya he contado, al principio esas visitas eran muy periódicas pero últimamente me están visitado con más frecuencia.
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Lo que es peor, creo que ya no es solo un demonio ahora son varios. Y cada uno se roba de mi cosas específicas, algunos mis deseos de levantarme cada mañana, otros mi gusto por la música, o las ganas de ver a esos seres queridos y amigos que me hacían feliz, otros se han llevado mi peculiar alegría o mi gran sonrisa que me caracterizaba.
Logre concluir que cuando un demonio me visitaba, era como si se alimentara de mis buenos motivos y deseos, pero debo admitir que esos demonios son generosos y nunca llegaban con las manos vacías. Conforme pasaban las visitas, entendí que con cada visita recibía un souvenir. Podría decir que tengo una lista de esos souvenirs que me han dejado con sus visitas. Algunos de ellos son grandes, otros pequeños, pero debo decir que son el tipo de souvenirs que nadie quiere recibir.
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Los souvenirs Después de la visita de uno o varios demonios logre reconocer algunos de los souvenirs comunes que me regalaban. Debo mencionar que esos souvenir tenían efectos secundarios sobre mí. Al inicio los efectos solo eran de algunas horas de tristeza y ganas de estar solo. Pero después creo que la apreciación de esos demonios por mí incremento, comenzaron a traerme más y mejores souvenirs, ahora tenían más efectos y la tristeza y ganas de estar solo, no duraba unas horas, sino que ya eran incluso días.
De tal modo, que los efectos de cada souvenir duraban demasiado, así que si recibía otra visita de esos demonios tan generosos, aunque todavía tuviera los efectos del souvenir anterior, me dejaban otro hermoso souvenir lleno de tristeza y soledad.
Incluso
como
ya
había
mencionado
los
demonios comenzaron a traer a otros demonios y sus visitas eran cada vez más frecuentes. Después, creo que eran tan generosos que como vieron que cuando regresaban aun contaba con los efectos de los 8
anteriores
souvenirs,
decidieron
traer
nuevos
souvenirs.
Ahora dentro de los efectos de esos nuevos souvenirs se encontraban un cansancio inmenso y algo que nunca me había pasado, una sensación un poco extraña, de pronto comenzaba a llorar sin explicación alguna. Recuerdo una ocasión en que al ir manejando al trabajo, de pronto al ver el soleado panorama de la ciudad, lagrimas comenzaron a brotar de mis ojos; eso sí, las lágrimas nunca venían solas, algunas veces se acompañaban de una dosis extra de cansancio u otras de inmensa tristeza.
Las visitas continuaron y con ellas nuevos souvenirs, uno en específico es aquel que creo que era un souvenir un poco egoísta y posesivo, pues me hizo alejarme de la mayoría de mis amigos y seres queridos. Hacía que me aislara totalmente de mis amigos, mis actividades y mi deseo por salir y conocer el mundo exterior.
Aun cuando recibía varias invitaciones a salir, yo siempre decía que ya tenía planes, claro planes con mi nuevo souvenir, disfrutar de mi soledad, tristeza y 9
ganas de estar en total aislamiento. Lo anterior creo que fue uno de los souvenirs que más efectos tuvo en mí. No había nada como disfrutar de las cuatro paredes de mi cuarto en total oscuridad.
Después de otras visitas, recibí un nuevo souvenir, este también era peculiar pues incluía el deseo de escuchar música; pero no cualquier tipo de música, sino aquella que por alguna razón me hacía sentir
más
los
efectos
de
otros
souvenirs,
potencializaban mi tristeza, soledad y ganas de estar aislado. Creo que mis demonios habían encontrado la combinación perfecta para mí.
Conforme las visitas pasaban, y yo me llenaba de souvenirs no había nada mejor para un fin de semana
que
pasarlo
a
solas,
en
oscuridad,
escuchando música triste y diciendo a todos mis amigos lo bien que me sentía, era como si de verdad comenzara a disfrutar los efectos de mis souvenirs.
Es allí donde comprendí lo efímeros que son los amigos; cuando yo decía que contaba con varios amigos, la realidad era que pocos habían percibido que algo en mi pasaba, que yo ya no era el mismo de 10
antes. Al parecer mis demonios lo notaron, y no tardo mucho antes de que recibiera otro souvenir, la capacidad de ocultar las cosas, y fingir ante todos contar con esa deliciosa y extrañable felicidad que antes tenía.
Continúe
ocultando
la
mayoría
de
mis
sentimientos por varios meses sin que muchos lo notaran, y si alguien se atrevía a preguntarme como me sentía, mi respuesta era que de momento no me sentía bien o que me dolía la cabeza o cualquier otro pretexto sin sentido. Lo único que buscaba era ocultar mi situación real y demostrar a todos que me encontraba bien, que seguía siendo la misma persona fuerte de antes.
Pero la verdad era que, cada vez me sentía más y más hundido por todos y cada uno de los efectos de los maravillosos souvenirs que me dejaban mis ya casi íntimos amigos. Y es que la verdad es que mis demonios habían moldeado tanto mi personalidad que creo que perdí mi esencia y me convertí en su marioneta, haciendo y actuando como mis demonios querían que lo hiciera.
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Después de una visita, uno de esos demonios me dejo un souvenir especial, era un sentimiento de profunda inseguridad y mucho miedo. Fue y sigue siendo difícil acostumbrarme a tener ese souvenir. Muchas veces por la madrugada llegue a despertar sintiendo que alguien había entrado a mi casa y que quería robar o hacerme algún daño. Junto a mi cama, tenía preparados varias cosas para defenderme por si alguien entraba. Recuerdo que en varias ocasiones llegue a bajar las escaleras temblando de miedo porque escuchaba que alguien estaba adentro. Otras incluso tuve que pedir ayuda a mis familiares para ver que todo estaba bien.
Por el mismo sentimiento, caminar por las calles yo solo, se convirtió en un verdadero reto, desconfiaba de cualquier persona, y sentía que en algún descuido alguien podría atacarme o tratar de hacerme daño. Y ni hablar de subirme al transporte público, veía a todos como mis enemigos, sentía que en cualquier momento alguien se subiría y nos asaltaría. En mi trabajo llegaron a darse cuenta de esa timidez que mostraba, y varios me llegaban a asustar ya que no era difícil de hacerlo.
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Incluso en mi propio carro me sentía inseguro. Recuerdo muchas veces en que al subir a mi carro, cuando el estero prendía daba un brinco del susto que me causaba la música. O en otras ocasiones tenía la necesidad de revisar que no hubiera nadie más que me pudiera hacer daño.
El panorama comenzaba a tornarse cada vez más oscuro, era como si fuera cayendo en un pozo sin fondo. Para cuando esto sucede, recuerdo haber estado leyendo un libro con el cual me sentí muy identificado: “The fault in our stars1”, la historia me envolvió totalmente de tal forma que todo el tiempo libre que tenía era dedicado a leer lo más posible el libro. Para aquellos que no lo hayan leído es una historia de amor que se ve de alguna forma truncada, y que muestra lo efímera que es la vida. Y es que después que todos leían o veían la película de este libro, decían que era una hermosa novela
romántica,
para
mí
el
panorama
era
totalmente distinto, me ayudo a ver que nadie estamos a salvo nunca, que en cualquier momento podemos recibir una mala noticia, tener un accidente,
1The Fault in Our Stars. John Green, E. P. Dutton, 2012.
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contagiarnos
de
alguna
enfermedad
mortal
o
cualquier otra situación que marca nuestra vida de una forma u otra, como en mi caso, que mi vida cambio después de recibir la primer vista de aquel desconocido demonio.
Para mí fue un claro ejemplo de que todos tenemos una percepción distinta de las cosas, donde unos
ven
rosa,
otros
vemos
negro
total.
Lastimosamente, ese libro fue un gran parteaguas en mi vida, hizo que otros demonios llegaran a mi vida y dejaran sus propios souvenirs.
Un día creo que recibí, la que hasta ese momento era la peor visita de todas, y es que además de todos los malos sentimientos que dejaban en mí los demonios tras su visita, este era un demonio muy extraño, al menos por el tipo de souvenir que me dejo. Y es que con esta visita se fueron todas mis ganas de vivir y continuar. El souvenir que recibí fue: un deseo intenso de morir.
Este souvenir resulto ser muy poderoso, sus efectos desde que lo recibí han resultado ser casi permanentes además de que, al igual que otros 14
souvenirs recibidos anteriormente, potencializó todos los efectos de los demás souvenir, y es que tan pronto como alguna visita se acercaba, de inmediato comenzaban todos los malos deseos: Falta de alegría, nada de motivación en el trabajo, enojo con los demás y por si fuera poco ganas de morir.
Recuerdo en alguna ocasión haber posteado en alguna de mis redes sociales algo como “Me siento bien... Creo que casi como se sentía Augustus Waters poco después de regresar de Amsterdam...” Aquellos que han leído el libro sabrán que en realidad me sentía muy mal, tan mal que lo único que quería era morir.
No lograba encontrar la motivación para continuar adelante, y a pesar de saber que debía continuar luchando, cuando no tienes la motivación adecuada, nada que cualquier persona te diga te ayudará. Era como seguir cayendo en aquel pozo sin fondo, y cada segundo cayendo, era como horas de sentimientos negativos dentro de mí.
Algunas veces las visitas se distanciaban un tiempo y obtenía un respiro de positivismo y buenos 15
pensamientos, y tenía las ganas necesarias para salir con mis amigos, reír un poco y pasar un buen momento. Pero la realidad era que ese respiro duraba muy poco, y rápidamente regresaban a mí los demás sentimientos negativos.
En
una
de
las
visitas
posteriores,
los
sentimientos negativos se potencializaron tanto, que lo único que deseaba era morir, en ese momento el deseo de morir se incrementó tanto que me di cuenta que si quería morir, tendría que hacer algo yo mismo, que difícilmente podría simplemente morir.
Creo
que
comencé
con
los
típicos
pensamientos: colgarme, de hecho debo mencionar que encontré el lugar perfecto para hacerlo en mi casa; también estaba la posibilidad de al ir manejando, acelerar a fondo y estrellar mi coche contra algún árbol, en alguna construcción, o al ir manejando por la carretera, debo mencionar que en ese tiempo viajaba mucho debido a mi trabajo, así que la idea no era tan complicada. También me paso por la mente el cruzar la calle justo cuando algún camión fuera pasando.
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Sin embargo, siempre pensaba en la posibilidad de mi intento fallara y al final continuara con vida, en un estado mucho más crítico que como me encontraba en ese momento; me imagine quedando en estado vegetal, o que tuvieran que cortarme alguna extremidad y seguir viviendo de esa forma. El panorama no era muy alentador. Por lo que de momento no lleve a cabo ninguno de los intentos.
Pasaron varias visitas y los efectos de los souvenirs continuaban, la tristeza y soledad seguían aumentando, así como lo hacían las ganas de morir. Y junto con ellos vino una nueva sensación creo que esta no fue causada por ningún souvenir, era algo propio, la sensación de impotencia e inutilidad, todo lo que intentara para sentirme mejor era en vano, y mi estado de ánimo decayó tanto deje de ser productivo en mi trabajo y en cualquier asunto. Lo cual solo me hundía más y más en ese pozo sin fondo.
Poco después tuve la visita de un demonio que ya me había visitado anteriormente, y me dejo el mismo souvenir que en su visita anterior. El deseo intenso de morir, y para ese entonces ya sabía cuál era la solución: suicidarme. Fue entonces cuando 17
hice uso de los grandes avances tecnológicos y me dirigí al navegador de mi computadora para buscar algunas ideas en el buen google, simplemente puse la frase “formas de suicidarme”.
Fue sorprendente descubrir que la búsqueda arrojó en promedio 490,000 resultados, páginas y páginas en las cuales encontré muchas opciones, y muy buenas ideas, algunas páginas incluso daban consejos extra para evitar que el intento de suicidio fallara. Recuerdo mucho una página web, la cual prefiero no citar, que mostraba más de 10 formas de suicidarse.
La información de esa página fue algo peculiar, ya que hacía ver cada forma de suicidio como un reto, te incluía consejos prácticos y cosas a evitar, lo hacía ver como una aventura fácil de cumplir. En su momento pensé en llevar a cabo diversas formas pero antes, analice los pros y contras de cada una de las formas.
Encontré cual sería la forma perfecta de suicidarme, analice los factores para evitar el mínimo error y de esa forma continuar viviendo. Sin embargo, 18
creo que los efectos de los souvenirs no fueron tan buenos como para llevarme a intentar suicidarme, aunque poco falto para el primer intento.
Debo agradecer a Dios, porque tuve un lapso de buenos pensamientos en el cual me sentí cuerdo y fue en ese momento donde reconocí que necesitaba ayuda profesional, sabía que si no lo hacía pronto, los demonios se apoderarían de mí y me ganarían la batalla final. Lo cual en ese momento sabía que no era la solución a mis problemas.
Fue como si de alguna manera extraña hubiera llegado por un instante al fondo de ese pozo que parecía interminable. Pero el piso se sentía muy frágil y quebradizo, por lo que tenía que darme prisa o volvería a continuar cayendo por ese pozo que durante mucho tiempo no había tenido fondo.
Así que comencé a buscar ayuda profesional, y recurrí a alguno de mis compañeros psicólogos pidiendo ayuda, sin embargo, él dijo que no podía ayudarme debido a esos extraños códigos de ética que no entiendo muy bien, sin embargo me canalizo
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con uno de sus colegas. Me decidí tome el teléfono y agende una cita, sería el sábado a las 14:00.
Estaba un poco temeroso de acudir a esa cita, sin embargo sabía que era para mi bien, y aunque una parte de mi me motivaba a suicidarme, la otra me decía que debía buscar ayuda. De modo que me determiné y acudí a mi cita, fue como si en ese inmenso panorama oscuro que me rodeaba viera a lo lejos una estrella que me brindaba un tenue rayo de luz y esperanza de poder visualizar aquel cielo lleno de color que antes solía ver. Mi psicólogo resulto ser una buena persona, me ayudo y me entendió, las sesiones no siempre fueron fáciles pero en todas me hacía reflexionar en que estaba haciendo, y qué tenía que hacer para mejorar mi situación. En ese momento había encontrado a una persona que me entendía, sabía teóricamente por lo que estaba pasando y se esforzaba por ayudarme a librarme de aquellos demonios y dejar de lado por siempre los souvenir que me habían dejado.
Durante el periodo de sesiones, recuerdo una ocasión en que me sentía bien y fui al cine;
20
Interestellar2 fue la película elegida. Disfrute la película, me pareció muy interesante y aunque contenía muchos datos científicos que no se si sean verdad, me pareció una buena película. Sin embargo debo decir que después de salir del cine, no pude contener las lágrimas y solté el llanto, era algo inexplicable, en ese momento lo único que quería era estar con mis seres queridos y poder abrazarlos. Era un deseo inmenso que sentía y que, por el momento no se podría cumplir sino hasta dentro de unas semanas más. Nada podía hacer que las lágrimas cedieran, lo que si recuerdo es que esas lágrimas eran producto de mis verdaderos sentimientos, y no de algún souvenir de la visita de un demonio. Aunque tal vez, si tuvo alguna influencia, en ese momento eran mis verdaderos y más profundos sentimientos los que fluían.
En este momento, debo decir que ya no me apena llorar o que me vean llorar; en una de las sesiones
trabajamos
el
sentimientos libremente.
hecho
de
Lo cual me ayudo a
2 Interestellar. Christopher Nolan, Paramount Picture. 2014
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expresar
descubrir que llorar es la forma de expresar un sentimiento de tristeza o dolor, así como reír es la forma de expresar que estas feliz, llorar puede ser la expresión de estar triste.
Debo reconocer que las sesiones me ayudaron en gran manera, las visitas dejaban de ser tan frecuentes y parecía que los demonios ya no me traían los mismos souvenirs, o tal vez, era yo el que estaba por primera vez venciendo en las batallas contra mis demonios internos.
Tuve un gran avance y llego el momento en que todo lo que había que trabajarse se había trabajado y no quedaba más estaba listo para continuar solo, algo de lo cual no estaba seguro totalmente, sin embargo había aprendido que tenía que enfrentarme a cualquier asunto por mí mismo así que decidí aceptar la propuesta de concluir las sesiones y seguir trabajando por mi cuenta como lo había estado haciendo en las sesiones.
Todo iba marchando bien y podría decir que estaba a punto de ganar la batalla final a mis demonios internos, ya casi no tenía visitas y si las 22
tenía los efectos de los souvenirs duraban muy poco tiempo, esos efectos eran muy leves y además, ya estaba preparado para combatirlos y sentía la seguridad para hacerlo, enfrentarme de manera decisiva a mis demonios internos y demostrarles que podría vencerlos. Solo pensar en sentirme bien de nuevo era como un sueño que estaba a punto de hacerse realidad.
Sin embargo, cuando estaba a punto de cantar victoria, mis demonios, se aprovecharon de ese sentimiento de inseguridad y miedo que aún tenía y me atacaron sin piedad con un arma sorpresa. Misma que logro en mí un desconcierto total. Era algo que no sabía cómo manejar ni que hacer para evitarlo. En ese momento me di cuenta que la batalla con mis demonios internos había comenzado con más fuerza que antes. Y que ahora había sueños que no se hacían realidad.
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Sueños que no se hacen realidad Después de mucho tiempo luchando contra mis demonios internos, estaba casi seguro de que podría vencer la batalla, ese sueño de estar bien y contar con la misma felicidad de antes estaba a punto de cumplirse, faltaba muy poco.
Fue en ese momento donde mis demonios me atacaron por sorpresa y ocurrió algo que nuevamente me hizo volver a ese pozo sin fondo. Recibí otra visita, una muy peculiar, esta vez mi demonio no me dejo un souvenir, esta vez se hizo presente a través de sueños. En estos sueños, los demonios cumplían en mí sus propósitos y en parte lograban cumplir el deseo que yo mismo había tenido tiempo atrás: morir. Es allí donde soñé y pude vivir y sentir muchas de las formas en la que anteriormente había pensado para morir.
No recuerdo exactamente cuándo fue el primer sueño, que creo que más que sueño debo llamarles pesadillas, en la mayoría de mis sueños moría o estaba a punto de morir. Debo decir que en muchas ocasiones agradecí que mis sueños no se hayan 24
hecho realidad. Es allí donde hice otro de mis post en redes sociales que decía “Muchos tienen sueños que desean se hagan realidad, yo simplemente prefiero no soñar.”
Y es que, muchos han tenido pesadillas, creo que es algo normal y según sé, es un mecanismo que el cuerpo tiene para liberar algunas emociones y sentimientos, y entonces la mente crea historias que van ligadas a las vivencias, sentimientos y deseos que cada uno tiene.
Si lo anterior es totalmente cierto, no cabe duda que, o tengo muchas ganas de morir o tengo mucho miedo a morir. Pues eso es lo único que se reflejaba en mis pesadillas: Muerte. Podría decir que he experimentado la muerte de diversas formas, ninguna ha sido agradable y en ninguna he tenido los resultados que imaginaba cuando anteriormente pensaba en suicidarme. En algunas ocasiones incluso lograba ver lo que pasaba con mi cuerpo después de morir. Estoy consciente que muchos hemos pensado en morir, incluso conozco gente que habla acerca de cómo o a qué edad le gustaría morir. Pero cuando lo 25
hacen no lo hacen pensando en morir de inmediato. En mi caso, podría decir que he muerto al menos 6 veces. Algunas formas son más trágicas que otras, algunas más dolorosas, otras más rápidas y otras casi sin dolor. Pero al final simplemente he muerto.
Es allí donde en otro de mis post digo: Que bueno que “hay sueños que no se hacen realidad”. El resultado hasta el momento 16 likes y 0 comentarios, podría decir que son pocos los que saben a lo que en realidad me refería, pero aun así veo que a la gente le gusta mi comentario triste y deprimente, no sé si al darle like quieren decir que entienden mi situación o que les gusta que mis sueños no se hagan realidad. Pero lo que sí sé es que nadie se tomó la molestia de preguntar si todo estaba bien. Lo cual ya no me afecta, creo que me he acostumbrado, sé que le importo a muy pocos y esos pocos sí se acercaron ya sea en persona, mensaje o videoconferencia.
Dicen que si cuentas los sueños no se hacen realidad, por eso, aunque no recuerdo todos los detalles, ha llegado el momento de contar algunos de mis sueños.
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El primero de mis sueños, ocurre en mi casa, es de noche y estoy dormido, de pronto en mi sueño despierto al escuchar algunos ruidos en la casa. Bajo totalmente asustado y con adrenalina total, y descubro que en efecto alguien que ha entrado en la casa. Es un niño que en su mano tiene algo como un bat, trata de golpearme pero logro defenderme de él, en ese momento me percato que hay alguien más detrás de mí, justo cuando volteo veo venir el golpe de otro bat, me pega justo en la cabeza y caigo directo al piso.
De pronto todo comienza a ser extraño, pues ya no me siento asustado, estoy tranquilo y de alguna manera logro verme allí tirado en el suelo de la sala de mi casa, a la vez que comienzo a ver cómo un poco de sangre comienza a fluir de mi cabeza, al mismo tiempo que mi cara que yace sobre el piso comienza a llenarse de mi propia sangre. Puedo ver como las dos personas que estaban en mi casa se mueven rápidamente por las habitaciones de la casa, suben tardan un momento y de pronto regresan llevan en sus manos unas bolsas llenas. Justo cuando uno de los dos pasa junto a mí me da una patada en mi cara ensangrentada e inerte. 27
Es justo en ese momento donde despierto, y totalmente asustado me doy cuenta que solo fue una pesadilla y que por dicha ha sido solo un sueño que no se ha hecho realidad. Al menos no hasta al momento.
Durante
el
día
siguiente
me
encuentro
sumamente desconcertado, pero trato de estar tranquilo, y relajado, recuerdo haber bajado en la mañana y visualizar en la sala de mí casa, justo el lugar donde sucedieron mis sueños.
Pasan varios días sin que tenga nuevamente un sueño similar, creo que me encuentro más relajado y aunque no recuerdo con claridad lo que soñaba, si estoy seguro de no haber tenido otra pesadilla. Hasta que de pronto estoy allí nuevamente. Es de noche y estoy caminando por la calle, es una calle agradable se ven en la escena algunos árboles y por la calle pasan diversos autos. De pronto, uno de estos autos se detiene repentinamente junto a mí, se bajan dos personas, no recuerdo sus rostros, se acercan hacía mí y sin ninguna razón uno de ellos comienza a golpearme.
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Me encuentro desconcertado por la situación, trato de defenderme pero uno de ellos me sostiene mientras el otro disfruta del momento propinándome una golpiza, siento claramente los golpes en mi rostro, mi estómago, e incluso unas patadas. Siento como la sangre sale de nariz y siento un dolor intenso en mi estómago, comienzo a respirar con mucha dificultad. Trato de pedir ayuda aunque creo que mi voz se queda atorada en mi garganta. Es imposible gritar o pedir ayuda.
Aun con mis ojos ensangrentados, veo que los autos continúan pasando, nadie tiene el valor para hacer algo al respecto y venir en mi ayuda. Los golpes continúan, y de pronto a jalones me acercan a la calle. Me avientan al piso y una lluvia de patadas comienza a caer sobre mi cuerpo adolorido y sin fuerzas para defenderse.
De pronto, escucho el sonido de la policía acercándose, creo que por fin la situación terminara. Es allí donde siento dos últimas patadas con más fuerza que las anteriores. Sigo tirado en medio de la calle mientras los hombres se suben a su auto, y arrancan, veo el carro acercándose hacía mí, trato de 29
moverme pero mis músculos no responden, todo intento por moverme es imposible.
Es en ese momento donde la desesperación aumenta de forma instantánea, por fracciones de segundo lucho por moverme, hasta que por fin mi lucha concluye, cuando veo que el auto está acercándose hacía mí y justo cuando el auto pasa sobre mí inmóvil cuerpo es donde puedo gritar. Un gran grito lleno de desesperación e impotencia que hace que despierte y me enderece.
Qué alivio nuevamente todo ha sido un sueño, con mis manos me limpio la sangre de mi cara, pero me doy cuenta que no estoy sangrando es solo sudor que esta por toda mi cara. Por dicha, esto ha vuelto a ser solo un sueño que no se ha hecho realidad. Al menos no hasta al momento.
Tengo miedo de dormir nuevamente, sin embargo, tengo que hacerlo aún es de madrugada y al día siguiente tengo que trabajar, así que enciendo la radio y trato de despejar mi mente escuchando un poco de música. Al final logro quedarme dormido nuevamente. Esta vez ya no he tenido sueños, de 30
pronto escucho el sonido de mi despertador y agradezco a Dios porque solo ha sido un mal sueño.
Creo que en mis sueños el desgaste de energía ha sido tan tremendo que durante el día no tengo fuerzas para nada y todo el tiempo me siento temeroso, ya uno de los souvenirs anteriores ha sido esa falta de seguridad y ahora con este sueño ese sentimiento ha regresado. Creo que esta vez, el sueño ha dejado sus propios souvenirs.
Es allí donde, me pongo a pensar un poco y me doy cuenta que aquellos demonios a los que creía haberles ganado la batalla, me están atacando nuevamente pero ahora con un arma distinta y poderosa. Una forma en la cual no los veo venir, simplemente se apoderan de mí mente.
Al darme cuenta de eso, un escalofrío intenso recorre mi cuerpo, no sé qué hacer para evitar estos nuevos ataques, son poderosos y con cada sueño se roban mis energías y me dejan una dosis de miedo. Tengo miedo de que me pase lo mismo que anteriormente me ha pasado. Que de pronto otros sentimientos invadan mi cuerpo y mente. 31
Creo que muchas veces había deseado morir, pero esta vez, era la segunda vez que moría, esta vez sí que había sido dolorosa e impotente. Sentir como golpeaban mi cuerpo no era nada agradable. Cada uno de esos golpes se sentía tan real que estaba seguro que por todo mi cuerpo tendría moretones o dolor al caminar. Pero no es así. Todo es tan normal como siempre.
No sé si estoy feliz que así sea, lo que sí sé es que aquello que había experimentado no era nada comparado a lo que había imaginado cuando anteriormente había pensado en suicidarme. Nunca me había imaginado sentir tanto dolor o tanta adrenalina como esta vez.
Hasta el momento estos sueños han hecho que antiguos souvenir hayan cobrado fuerzas, o en el peor de los casos han traído nuevos souvenirs, nuevamente el tipo de souvenirs que nadie quiere recibir.
Creo que esta batalla será difícil de vencer, digo al menos si quiero vencer esta batalla tendría que dejar de dormir toda la noche por todas las noches lo 32
cual es imposible. De momento busco formas de relajarme y estar tranquilo antes de dormir, escucho música o sonidos relajantes antes de dormir. Al parecer está dando resultados pero no sé si sea definitivo o solo por unos días, pero al menos está funcionando.
Todo parecía estar mejor, de pronto en una noche tuve un sueño extraño, me he dormido escuchando sonidos de la playa y creo que por eso de pronto en mis sueños estoy en una piscina nadando. Disfruto del agua por mi cuerpo y un calor agradable se siente en el ambiente. Todo parece estar tan bien. De pronto, algo me golpea y mi cuerpo comienza a hacerse pesado, cada vez es más difícil nadar, trato de nadar a la orilla de la piscina pero no logro llegar, mi cuerpo se siente muy pesado. No logro coordinar mis movimientos, la desesperación se apodera de mí, trato de pedir ayuda, pero es como si no hubiera nadie cerca. Nadie me escucha ni nadie percibe que estoy allí ahogándome.
Continúo esforzándome por nadar pero todo esfuerzo es en vano, mi cuerpo comienza a hundirse, trato de contener la respiración y continuar nadando 33
pero todo es en vano, no quiero darme por vencido, sin embargo llega el momento en que no puedo más trato de respirar, pero es imposible hacerlo debajo del agua. Comienzo a sentir como el agua entra por mi nariz y pasa por mis pulmones, es una sensación totalmente extraña, siento mi cuerpo como nunca antes. Estoy allí debajo del agua sin poder hacer nada, solo veo la luz que el sol refleja en la piscina. De pronto esa luz comienza a apagarse, creo que he muerto.
Solo despierto asustado, no sé qué ha hecho que despierte pero estoy moviendo mis manos y pies, y me doy cuenta que estoy respirando nuevamente. Siento en mis pulmones el suave paso del aire que me mantiene vivo. Por dicha, esto ha vuelto a ser solo un sueño que no se ha hecho realidad. Al menos no hasta al momento.
Es difícil volver a conciliar el sueño, trato de hacerlo pero no logro dormir, además tengo miedo de volver a tener el mismo sueño o alguno parecido. La situación es complicada, pero al final logro volver a dormir. Despierto por la mañana y nuevamente un cansancio extremo invade mi cuerpo. Siento dentro 34
de mí la tristeza de haber muerto junto con la impotencia de no poder hacer nada para evitarlo, en esta ocasión igual que en las anteriores, he tratado de luchar por vivir pero sin resultado aparente. Esta es la tercera vez que muero en mis sueños.
Los días continúan y con eso los sentimientos negativos se aprecian cada vez más en mí, no cabe duda que las visitas de los demonios junto con sus souvenirs y estos sueños raros, han dejado en mí grandes estragos. Aun así me esfuerzo por seguir en esta lucha constante contra mí mismo.
Hasta que de pronto me encuentro nuevamente con un sueño extraño, llega la noche estoy dormido y comienza mi sueño nuevamente: En mi sueño veo la escena desde arriba estoy dormido en mi cuarto, de pronto alguien llega a mi cuarto, se acerca a mí y comienza a apuñalarme varias veces. Creo que en esta ocasión no sufrí tanto, al menos no tuve tiempo de entrar en pánico ni percatarme de que algo malo pasaría, no sé si es ventaja pero creo que eso me ayuda para estar más tranquilo en ese momento. Poco a poco mi cama comienza a llenarse de sangre y veo como la persona que recién me ha matado sale 35
de mi cuarto, no se llevó nada, no cabe duda que su propósito era claro, matarme.
En esta ocasión no logro recordar que es lo que me hace despertar, y aunque despierto asustado, no es igual que las otras veces, ahora me siento tranquilo. Creo que podría decir que esta es una de las muertes más tranquilas y menos dolorosas que he tenido. Y aunque no es una de las formas en que me gustaría morir, al menos estoy tranquilo. Por dicha, esto ha vuelto a ser solo un sueño que no se ha hecho realidad. Al menos no hasta al momento.
Conforme los días pasan, no sé si me comienzo a acostumbrar a tener esos sueños extraños o si en realidad mi cuerpo y mi mente desean tanto morir que lo único que hacen es expresármelo de cuantas formas posibles existan. Lo que si estoy seguro es que con cada sueño nuevos temores se apoderan de mí, cada vez es más y más complicado vivir lo que para muchos es un día normal.
Y es que mientras todos están allí absortos en su mundo, en sus actividades, yo estoy aquí, lleno de temores, tristezas y con el apoyo de unos magníficos 36
sueños que solo me demuestran lo mucho que mi cuerpo quiere morir. Pero no me sorprende la situación, así he vivido los últimos meses y creo que este deseo de morir se está volviendo parte de mi diario vivir.
Tanto así que llega el momento de tener otro sueño, esta vez un poco más aterrador que los anteriores.
Me
encuentro
en
un
salón
de
conferencias, al parecer estoy en el intermedio de la sesión, un grupo de personas están hablando sobre algo que paso recientemente. Me acerco y descubro que esa gente está viendo videos de cómo algunos sicarios o gente de la mafia había torturado y desmembrado a otras personas sin motivo aparente.
El hecho era muy atroz, esa gente inocente estaba sintiendo el dolor de ser torturado y desmembrado en vida. "No puede ser que haya tanta maldad en las personas", comentábamos entre los presentes. En ese momento
se escucha un
estruendoso ruido, un grupo de personas irrumpen en el lugar donde estábamos, era el mismo grupo de personas del cual estábamos viendo esos videos. Rápidamente corremos y tratamos de escondernos o 37
huir. Logro esconderme en uno de los cuartos del salón.
Al parecer estoy a salvo, sin embargo no todos han tenido la misma suerte que yo. De pronto, se escuchan unos pavorosos gritos de dolor, no sé en realidad que es lo que esté pasando, pero según lo que acababa de enterarme y los gritos que escucho me imagino que están cometiendo las mismas acciones que en el video que veíamos, los están torturando, no lo sé con certeza pero la situación es sumamente escalofriante.
En ese momento alguien irrumpe en el cuarto en el que estoy, comienzan a buscar por todos lados a cualquier persona que estuviera escondida. Me encuentran, y de forma brusca me sacan al salón donde estábamos al inicio, lastimosamente me doy cuenta que mis sospechas eran ciertas, hay sangre por todos lados, la gente está siendo golpeada fuertemente y sin piedad alguna. De un golpe me tiran al piso y continúan golpeándome, no sé porque lo hacen, solo sé que mi cuerpo ya ha sentido sensaciones similares anteriormente. Lograba sentir cada uno de esos golpes de forma clara, sentía como 38
todo mi cuerpo se estremecía con cada golpe, de inmediato mi cara está llena de sangre y logro percibir como debajo de mi comienzan a verse las gotas de mi sangre que caen al piso. Al poco tiempo entran más sujetos, ellos utilizan una nueva técnica, comienzan a tomar a la gente y cortarle sus brazos o piernas. Los gritos de auxilio de todos nunca cesaron pero la ayuda nunca llego, muchos tan pronto les cortaban alguna extremidad caían no sé si muertos o sí solo perdían el conocimientos de tanto dolor. Mi momento se acerca, es inevitable. Sé que mi final llegara muy pronto, los nervios y el terror me invaden aún más, pero ya no hay nada que pueda hacer.
En instantes esa gente está en frente de mí, creo que ahora si es ineludible mi muerte, alguien me toma del cabello y me pone de pie, creo que mi muerte será distinta, veo como levantan lo que parece una espada filosa y siento el viento que genera cada uno de los movimientos de esa espada acercándose a mí. Hasta que súbitamente todo se torna oscuro, no sé lo que paso, pero justo después de unos instantes de oscuridad abismal solo despierto gritando.
39
Me encuentro asustado, este ha sido uno de esos sueños difíciles, creo que el terror que sentía en mi sueño aun se sigue sintiendo de manera clara. Poco a poco comienzo a tratar de tranquilizarme y darme cuenta que, por dicha, esto ha vuelto a ser solo un sueño que no se ha hecho realidad. Al menos no hasta al momento.
Ese día recuerdo que fue complicado, la situación no fue fácil, y el temor y desconcierto continuaban sobre mí. Recuerdo haber salido a la calle, el clima estaba muy frío y hacia un poco de viento, pero aun así, creo que mi frío interior era más grande, camine sin sentido por algunas calles, parecía invisible nadie se percataba de mí. Después de casi una hora regrese a casa, sin embargo los sentimientos y temores continuaban. Ese día poco a poco los temores fueron disminuyendo y con eso comencé a sentirme un poco mejor.
Mis días no siempre son fáciles de llevar, y que decir de mis noches, algunas son tan prolongadas y con tantos sentimientos que preferiría no dormir, sin embargo, aquí estoy nuevamente dormido y soñando. Esta vez estoy manejando en la carretera, de pronto 40
algo pasa con el carro, no estoy seguro si algo ha impactado con el carro o si haya sido algún desperfecto en la carretera o con el carro, pero eso que pasó hace que el carro salga de la carretera y se voltee.
Siento dolor intenso en mi pecho y en mis brazos, mi cuello me duele mucho, veo sangre en algunas partes del carro, sé que estoy sangrando pero no logro percibir con claridad de dónde. Con mucho esfuerzo logro soltar mí cinturón de seguridad y trato de abrir la puerta que se encuentra un poco atascada, la empujo con mi cuerpo y por fin logro abrir la puerta, lo que me permite salir del carro, mis piernas no responden mucho así que tengo que arrastrarme por el piso.
No he logrado alejarme mucho del carro, cuando de pronto veo unas llamas en el carro, comienzan a expandirse de manera rápida, trato de alejarme lo más posible del carro pero todo esfuerzo es en vano, en ese momento escucho una explosión, siento una onda de calor y viento que me alcanza y hace que mi cuerpo se estremezca. En ese momento despierto y me doy cuenta que estoy en mi cuarto, no 41
he sufrido ningún daño, por dicha, esto ha vuelto a ser solo un sueño que no se ha hecho realidad. Al menos no hasta al momento.
Esta vez, creo que fue más la desesperación la que hizo que me sufrir, creo que me estoy acostumbrando a sentir los golpes y a sufrir. Pero esos momentos de desesperación e impotencia son los que hacen de mis sueños un momento sumamente difícil. Además, esos sentimientos de tristeza e impotencia que siento durante el resto del día me hacen perder todas mis energías y ganas de vivir.
42
Extraños acompañantes
Los días continúan su curso, es interesante el hecho de que según como me sienta, algunos días pasan rápidamente, mientras que otros lo hacen muy lentamente. Pero no hay nada que detenga el paso del tiempo, no cabe duda que el tiempo nunca se detiene, en todo caso sería yo el que tendría que detenerme en el paso del tiempo pero hasta ahora continuo vivo, un poco desconcertado, primero por aquellas visitas de mis demonios internos con sus respectivos souvenir, además de tantos sueños extraños dando vueltas en mi cabeza. En ocasiones incluso me había puesto a pensar ¿qué más podría ocurrirme?
Ahora lamento haberme hecho esa pregunta, porque justo después de mi sexto sueño, ocurrió algo distinto. Estando yo en mi cuarto, ya en mi cama al lado derecho, listo para dormir como siempre con todas las luces apagadas, de pronto sucedió algo extraño, comencé a sentir la presencia de alguien que me observaba muy cerca. Un poco temeroso voltee por todos lados pero sin encontrar nada, así que trate 43
de no darle atención, sin embargo esa extraña sensación continuaba, con lo que incrementaba a cada instante el miedo e impotencia que sentía.
Trate de olvidarme de eso y de inmediato prendí la radio, eso era lo que hacía cuando en ocasiones sentía miedo por algún ruido extraño, trate de concentrarme al máximo en la música y dejar de lado lo que sentía. Yo sabía que no era real, lo que a su vez me tranquilizaba pero también me asustaba un poco. Cuando todo estaba mejorando y me sentía un poco más tranquilo, algo inexplicable sucedió.
Comencé a sentir que alguien se sentaba en mi cama por el lado izquierdo, justo al lado de mí. La sensación de miedo fue totalmente inexplicable, sentí claramente como la cama se movió justo como cuando alguien se sienta en una cama y mueve un poco el colchón. Obviamente voltee de inmediato pero no había nada, la cama se veía intacta, como si nada hubiera pasado, sin embargo yo tenía bien claro lo que acaba de sentir. De pronto sentí como si alguien se hubiera recostado, por más que trataba de pensar que eso era solo producto de mi imaginación, no lograba sacar la idea de mi mente. 44
El miedo me invadió totalmente, de pronto me sentí paralizado por el miedo sin saber cómo reaccionar, nuevamente volví a voltear pero todo seguía igual, como si nada estuviera pasado, y tal vez nada estaba pasando, pero todo era tan real en mi cabeza que hacía que el miedo no me dejara pensar en otra cosa, solo sabía que alguien que no era real estaba allí en mi cama acostado junto a mí. No sé cómo lo hice pero, dentro de todos mis temores logre conciliar el sueño, y al fin me quede dormido,
La mañana llego y de inmediato voltee al lado de la cama pero no había nada. Trate de pensar que solo había sido un sueño más; sin embargo mi mente me recordaba lo real que había sido todo. Trate de seguir mi día como lo hacía siempre que tenía la visita de algún demonio con sus souvenirs, o como cuando tenía uno de esos sueños que hacían que todo el día estuviera pensando en eso.
Al parecer todo iba normal, hasta que de pronto comencé a sentir la misma sensación que un día anterior,
esa
sensación
de
que
alguien
me
observaba, con la diferencia que ahora lograba sentir de donde venía esa mirada, era como si alguien 45
detrás de mí a mi lado derecho estuviera viéndome y siguiéndome todo el tiempo. No sé porque pero a mi mente venia la imagen de una niña pequeña, como de unos diez años con un vestido un poco abajo de la rodilla. Sin embargo, esa solo era la imagen que yo tenía en mi mente, ya que cada vez que volteaba no había nada ni nadie.
Así
paso
el
primer
día,
con
alguien
observándome de cerca, no puedo decir que estaba todo el tiempo detrás de mí, pero en muchas ocasiones en el día llegue a sentir su presencia. Lo que hacía que estuviera a la expectativa y constantemente con sobresalto y miedo. Así pase el primer día, al llegar la noche pensé que tal vez todo terminaría al dormirme. Debo decir que esa noche no sentí su presencia ni tampoco sentí nada extraño en mi cama. Sin embargo al día siguiente, de pronto volví a sentir esa presencia extraña que me observaba. En ese momento todas mis esperanzas de tener un mejor día se vinieron abajo, nuevamente tenía alguien detrás de mí que me observaba y me acompañaba en muchos momentos de mi día. Así transcurrieron varios días.
46
Recuerdo en especial una noche en la que fui el último en salir de mi trabajo, así que yo tendría que cerrar todo, lo que implica que tendría que dejar todo oscuro para poder cerrar la oficina. Llego la hora, tengo que salir de la oficina y enfrentar mis miedos. Todo estaba oscuro y aunque yo estaba solo en sentido físico sentía que alguien más estaba allí conmigo vigilándome detrás de mí. Ni siquiera quise voltear pues el miedo que me invadía era muchísimo.
Al fin salí de la oficina, digamos que logre salir victorioso, salí totalmente asustado con la respiración a mil por hora y sudando de miedo. Pero ya estaba afuera y eso era al menos una ventaja. Creo que ese día fue el día que más miedo sentí. Sin embargo había logrado vencer mis miedos. Después de ese día, ya no volví a sentir esa extraña presencia. Era como si le hubiera ganado la batalla a ese extraño sentimiento. No sé si esa presencia se haya quedado en la oficina o si simplemente le gane la batalla, pero al menos deje de sentirme mal, me sentí liberado y la situación comenzaba a tornarse mejor.
Pasaron algunos días hasta que nuevamente paso algo extraño, estando en la oficina después de 47
comer, al estar lavando los trastes vi el reflejo como de una persona que paso por detrás de mí de manera muy rápida. De inmediato voltee pensé que alguno de mis compañeros había pasado y que tal vez trataría de asustarme, pero para mi sorpresa y miedo no era nadie. Y como me encontraba en un segundo piso trate de pensar que, tal vez era algún reflejo de algún pájaro que había pasado afuera.
Termine de lavar los trastes lo más rápido posible y salir de la cocina de la oficina, sentía que al salir de allí estaría a salvo. Y aunque no había visto nada claramente por mi mente pasaban miles de ideas, lo cual logro desconcertarme en gran manera, por ahora tenía que regresar al trabajo y continuar como si nada hubiera pasado. Tal y como siempre lo hacía. Pasaron unos días más antes de que volviera a ver algo similar, hasta que un día estando en la misma situación que la vez anterior, lavando los trastes después de comer en la oficina, comencé a ver algunos reflejos, esta vez la situación era un poco diferente. Esta vez, no fue solo un reflejo, eran varios reflejos los que podía ver. Sensación que duró varios segundos, motivo por el cual decidí pedirle a alguien 48
de la oficina que fuera y se parara justo en la posición donde yo estaba viendo esos reflejos, incluso le pedí que me ayudara a enjuagar un plato. Quería que la situación fuera exactamente la misma en la que yo me encontraba.
Le pregunte si veía algún reflejo o alguna sombra en la pared donde yo aún continuaba viendo esos
reflejos
que
pasaban
rápidamente.
Sin
embargo, aun cuando yo mismo los estaba viendo pasar, no logró ver nada. Recuerdo su cara y como me veía con gran extrañeza y sin entender que es lo que pasaba. Trate de explicar la situación pero eso creo que solo empeoro la situación. Después de eso, ya no he vuelto a ver ni sentir nada, pero debo admitir que siento miedo cuando me acerco a lavar los trastes. Trato de pensar en cualquier otra cosa o escuchar música o platicar con alguien si hay alguien allí.
Los días han pasado y con ellos cierta tranquilidad vuelve a mí, al parecer ya no he tenido la visita de ningún demonio con sus souvenirs, ni tampoco sueños ni acompañantes extraños, todo parecía estar regresando a la normalidad, hasta que 49
de pronto una noche, despierto asustado tras un sueño extraño, este era diferente a los demás, en este nadie me atacaba ni tampoco moría. En mi sueño simplemente, me encuentro en algún patio, en un recipiente agarre un poco de jabón para lavar ropa. Y me dirijo hacia una persona, un hombre que está junto a una llave de agua.
Cuando me acerco veo que sus manos están llenas de sangre aun escurriendo, algo dentro de mí me dice que ese hombre acaba de matar a alguien, sin embargo eso de momento no importa; abro la llave de agua y veo como la sangre de sus manos comienza a escurrir y diluirse poco a poco, pongo sobre sus manos un poco de jabón y el comienza a tallarse para quitarse toda la sangre de sus manos. En ese momento despierto, como la mayoría de las veces totalmente desconcertado, esta vez mi sueño ha sido muy extraño, creo que en vez de morir ahora era yo el que ayuda a alguien que recientemente había matado a alguien.
Este hasta ahora, ha sido mi último sueño de este tipo, cabe mencionar que es el séptimo, anteriormente había muerto en seis ocasiones, y 50
ahora en mi séptimo sueño seguía con vida. No sé si esto signifique algo en especial, pero me hace recordar que mucha gente dice que los gatos tienen siete vidas, bueno si llegara a existir alguna relación yo ya he muerto en seis de mis siete vidas. Lo que me recuerda la oportunidad de vivir esta vida al máximo y no dejarme vencer por cualquier situación difícil que se presente en mi vida. Suena fácil, pero la realidad es que es muy complicado hacer que las cosas vayan bien, más aún cuando tengo los antecedentes de las visitas de los demonios, los souvenirs que me dejaron, los sueños e incluso los acompañantes que he tenido.
51
La espera
Han pasado ya varias horas, semanas, meses y ya un año desde el momento en que tuve la primer visita de un demonio interno. Las batallas han sido frecuentes y constantes, he estado a punto de tirar la toalla y darme por vencido en varias ocasiones, sin embargo, hasta ahora Dios me ha dado la guía y sabiduría para no dejarme vencer por ninguno de los demonios, sus souvenirs, sus visitas en mis sueños o incluso aquellos acompañantes que tuve.
Durante mi viaje, me he encontrado con el apoyo de mis familiares, seres queridos y amigos que se han vuelto mis hermanos. El oscuro panorama que veía todo el tiempo ha cambiado, ahora veo un hermoso paisaje, junto a mí se encuentran mis padres que siempre me han apoyado y siempre se han preocupado por mi bienestar. Ayudándome en todos mis momentos difíciles y alegrándose conmigo en mis momentos felices. Es como estar en un jardín con un agradable olor a Jazmín, y aun cuando ese paisaje se vuelve oscuro, ese bonito aroma aun se percibe, y es en medio de esa oscuridad que recuerdo a aquella 52
Estrella y su Lucero que me ayudan a iluminar mi panorama, y aunque nunca deje de percibir el aroma de aquel Jazmín en el jardín, ahora lo puedo volver ver nuevamente con claridad.
Puedo decir que aunque no soy aquella persona que era antes, ahora me encuentro en una mejor situación. Ya no he tenido visitas de demonios y mis sueños han disminuido. Creo que ahora si estoy ganando la batalla a esos demonios. Pero no estoy seguro de cantar victoria. Algunas veces aun veo como mi panorama se oscurece de manera repentina y por solo por unos momentos. No sé si sean los efectos secundarios de toda la situación que he vivido.
Todo parece marchar bien hasta que de pronto un martes sin aparente razón específica, me siento más triste de lo normal, es como si uno de aquellos demonios me hubiera enviado un souvenir lleno de tristeza y malos sentimientos. Tengo que ir a trabajar así que con pocos ánimos me alisto, voy rumbo al trabajo y comienzo mis actividades. Sin embargo no pinta como un buen día, la tristeza cada vez más es más y más evidente, llega la hora de comer por suerte 53
hoy tengo dos horas para comer, mismas que aprovecho para dormir, nadie en mi trabajo sabe que me pasa pero tampoco preguntan si pueden ayudar en algo.
Mis sentimientos negativos incrementan con rapidez hasta el grado de nuevamente sentir aquella necesidad y deseo de morir, trato de no pensar en eso pero la necesidad se hace cada vez más evidente, me siento como en mis peores días. Hacía mucho no tenía estos sentimientos, creo que ya no estoy en forma para combatir tales sentimientos. Son tan intensos mi deseos de morir que nuevamente vuelvo a buscar en internet algunas formas de suicido. Por instantes eso es lo único en lo que pienso. Quiero dejar de existir quiero terminar con mis sentimientos, y por fin poder descansar en paz por un buen tiempo. Por ahora no puedo hacerlo de manera definitiva, pero al menos ya es de noche y ya puedo descansar y olvidarme de todo por unas horas.
Esta vez, sin embargo, he actuado diferente he recurrido a aquellas personas en quien confío y con su apoyo me he dado cuenta que nuevamente necesito ayuda. Y es que a pesar de que lo único que 54
quiero es morir, algo dentro muy dentro de mí me recuerda que esta vida es para vivirla y que tengo que seguir luchando como lo he hecho en otras ocasiones. Así que estoy decidido buscare de inmediato la ayuda necesaria. Así que busco nuevamente el apoyo de un psicólogo, la cita por motivos de agenda tendrá que esperar unos cuantos días.
Creo que ha llegado el momento de hablar sobre mi situación con otros. Recuerdo en una ocasión estar hablando con un compañero en una de esas típicas pláticas de café, pero que ha tenido un potente efecto en mí. Recuerdo que comencé hablando sobre las formas de suicidarse y cual sería más efectiva. Para mi sorpresa, esta persona sabía más de lo que me imaginaba del tema y me ayudo a analizar que los aparentes métodos eficaces de suicido no son tan eficaces. Cada vez que yo hablaba sobre alguna forma de suicidarme, me ayudaba a ver que morir no sería tan fácil. Cada que el rebatía una de mis formas de suicidio yo mentalmente estaba Armando en mi cabeza la idea de que el suicidio no era una solución tan fácil como lo pensaba.
55
Dentro de su plática dijo algo interesante, no recuerdo exactamente sus palabras pero era algo como: "El mejor método para suicidarse es vivir la vida, lentamente sufres lo que debes sufrir, hasta que llega el momento de morir". Esas palabras sí que me dejaron pensando, y es que es verdad, ¿por qué querer terminar con mi vida y mis sufrimientos tan rápido?, si tengo vida es porque necesito vivirla y disfrutar o sufrir de las consecuencias de estar vivo. Creo aquella platica de café me ayudó mucho.
El tiempo como siempre continúa avanzando rápidamente y aun no he podido acudir al psicólogo. Pero si llegó el momento en que he tenido que viajar, ha sido una decisión complicada, como ya he mencionado antes, había pensado en suicidarme cuando fuera manejando en la carretera, y después en uno de mis sueños había muerto en la carretera, de tal forma que la determinación para viajar no era nada sencilla. Pero era algo que no se podía posponer, así que me decidí y realice el viaje. Creo que en general todo marcho bien, incluso durante el viaje tuve el tiempo suficiente para reflexionar y hablar conmigo mismo.
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Dentro de esas platicas, me di cuenta que todos tenemos dentro de nosotros un poco de locura. Y que cada quien lucha con sus demonios interiores, creo que en ese viaje es como si me uniera encontrado con un Ángel que me ayudara y me entendiera. La conversación conmigo mismo fue amena y me ayudo a no estar tan preocupado por el viaje o por el hecho de que fuera a pasar algo durante el camino.
El tiempo transcurre y por fin llega el día de mi cita con el psicólogo. Es una nueva persona le he contado todo lo que trabaje con el anterior psicólogo y eso ha sido de gran ayuda, sin embargo, al hablar sobre las visitas de los demonios, las pesadillas y esa última visita que he tenido, mi psicólogo se forma un diagnóstico y cree que es necesario realizar algunas pruebas para descartar posibles enfermedades y alteraciones mentales, tendré que esperar a mi siguiente consulta para realizar dichas pruebas y determinar con mayor claridad que es lo que me pasa.
Debo mencionar que mi cita fue muy agradable, creo que me gusta mucho reflexionar y hablar abiertamente sobre el tema, cosas que no puedo 57
hacer con cualquier persona, debido a que no todos te entienden o algunos comienzan a juzgarte de inmediato, y en vez de ayudar empeoran más la situación. Me sentí muy relajado en mi cita y sabia a lo que iba, así que tratar de aprovechar al máximo el tiempo de consulta y lograr avanzar lo más pronto posible. No quiero volver a tener otro episodio de tristeza y que regresen a mi esos sentimientos negativos y de suicidio.
El reloj continúa su curso y con él, llega el momento de volver a viajar, para este viaje me sentí un poco más preparado, sentí que ya había afrontado mis miedos iniciales y que sería más fácil, además tengo que viajar con alguien más lo cual me brinda un compañero de viaje que me permite lograr distraerme y poder platicar con alguien real durante el camino. Aquí voy nuevamente, enfrentándome a mis deseos suicidas y sueños de que muero, aunque me siento más preparado el panorama no es muy alentador.
El viaje ha sido agradable, sin embargo durante el
camino
nos
encontraremos
con
algunas
situaciones que no me ayudaron mucho, vimos varios accidentes y eso me hacía recordar mis sueños y a la 58
vez mis miedos. Llega el momento en que tengo que manejar, la situación no es nada fácil sin embargo estoy decidido a afrontarme a mis temores internos como ya lo he hecho anteriormente. Comienzo a manejar escuchando música agradable y a la vez platicando con mi compañero, cuando de pronto me doy cuenta que mi compañero está dormido.
En ese momento, es como si todo dentro de mi comenzará a trabajar al mil por hora, mi mente rápidamente comenzó a volar y maquinar cosas malas, recuerdo haber pasado junto a un lago, "simplemente puedo hacer que el carro se vaya hacían lago, caer y morir" pensé. Pero después mi parte racional me ayudo a comprender que tal vez el lago no era lo suficientemente profundo y que posiblemente no muriéramos, y no hay nada peor que un intento fallido de suicidio. Así que por el momento continuo manejando.
Trato de distraerme con los bellos paisajes que este mundo maravillosamente creado nos ofrece, eso me reafirma la existencia de un ser divino que cuida de cada uno de nosotros y que sin duda ha cuidado de mi durante todo este tiempo. Sin embargo continuo 59
manejando, de pronto tengo pasar un tráiler, los minutos que por lo regular pasan de manera rápida, ahora se vuelven lentos, tan lentos que tengo el tiempo suficiente para pensar en que mientras esté pasando a ese tráiler puedo simplemente mover el volante y estrellarme contra el tráiler, comienzo a imaginar cual sería el momento perfecto, para lograr el mayor impacto posible y por tanto asegurar mi muerte. En mi mente esta todo planeado y listo para ser realizado.
Es en ese momento cuando estoy pasando el tráiler que volteo y veo a mi compañero dormido, el tiempo comienza a transcurrir aún más lento y me pongo a pensar en que mi compañero de viaje no tiene por qué sufrir las consecuencias, él es responsable de una familia y hasta donde se él quiere seguir viviendo. Comienzo a pensar y determinó que el sería el primero en impactarse contra el tráiler, por lo que seguramente el sí moriría, pero ¿qué pasaría con el auto después de chocar? Me pongo a pensar que tal vez yo no moriría y que ser el responsable de su muerte sería algo que me afectaría aún más.
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Simplemente paso el tráiler y continuo mi camino, justo después mi compañero despierta y comenzamos a platicar, el viaje se hace más ligero, sin embargo me doy cuenta que mis sentimientos siguen latentes, que si no los controlo puedo causarme daño a mí y a otras personas. Lo cual en realidad me preocupa y no quiero que pase. No cabe duda que necesito con urgencia ayuda profesional, faltan solo unos días más para mi siguiente cita y espero en esta cita mi psicólogo pueda determinar con mayor claridad que me sucede y si es necesario la ayuda de un psiquiatra, buscarlo de inmediato y tratarme cuanto antes.
Los días continúan su curso, y en mi búsqueda por sentirme mejor e invitado a una amiga a comer, aunque el propósito en realidad es despedirla, porque está por viajar por un buen tiempo fuera de la ciudad, creo
que
esa
comida
ha
sido
en
realidad
enriquecedora, durante la conversación ha surgido el tema de cómo me siento y de mis últimos sentimientos, creo que hablar al respecto me ayudo a ver que cuento con amigos que me entienden y se preocupan por mí. Además ella ha reiterado en mí la necesidad de buscar ayuda profesional y de hablar de 61
mi situación con aquellas personas que crea conveniente hacerlo. La comida ha resultado ser realmente de gran ayuda en mis momentos difíciles.
Le tiempo sigue su curso y con el sentimientos negativos y positivos vienen a mi mente, muchos detonantes hacen que mi día se torne en un panorama oscuro y sin sentido de vida, mientras que otros me hacen recordar el gran valor que tengo como persona y la gran oportunidad de vivir y estar rodeado de gente que me quiere. Por ahora aquí estoy en la sala de espera listo para ser atendido nuevamente por mi psicólogo, y tratar de determinar qué es lo que en realidad me pasa. Me siento un poco nervioso pero a la vez estoy animado por saber qué es lo que tengo, porque así podré recibir la ayuda necesaria.
Tanto he pensado en el suicidio y he tenido tantas formas de hacerlo, pero hasta el momento sigo vivo, y si es así creo que es porque algo más me falta hacer en este mundo, aun no es mi tiempo para morir. De pronto escucho una voz que dice mi nombre, el momento ha llegado. Allí estoy listo para enfrentarme a mis demonios internos, a mis pesadillas y a mis acompañantes y poder saber qué es lo que me pasa. 62
Aquí voy me dirijo al consultorio, saludo al psicólogo y una nueva sesión de terapia da comienzo.
Los minutos que paso en terapia son como solo segundos, pasan rápidamente y hablar abiertamente y reflexionar sobre lo que me pasa y como me siento me ayuda a racionalizar mi situación aun así no es tan fácil como pareciera. "Se trata de hacer consiente lo inconsciente" me dice el psicólogo. No tengo la menor idea de cómo hacerlo pero trabajare en ello. Con eso concluye mi sesión.
Aunque la sesión ha resultado práctica y enriquecedora, aun no es posible definir un cuadro clínico claro de lo que me pasa. De tal forma que aquí me encuentro, aun no tengo un diagnóstico certero de lo que tengo, espero pronto poder obtener un tratamiento que me ayude a vencer todo esto que siento, a que terminen las visitas de mis demonios internos, mis sueños de muerte a que nunca regresen esas visitas inesperadas y sobre todo a que terminen esos deseos suicidas antes de que ellos terminen conmigo.
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Mientras ese momento llega, busco formas de distraerme y sentirme mejor, como ahora que como mencione al inicio me encuentro en el centro comercial, mi refresco ya casi se ha acabado y mi pelĂcula estĂĄ por comenzar.
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