Historias de vida

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HISTORIAS DE ÉXITO

Agosto 2013

Una joven y su lucha contra las estadísticas

Foto: Empresas y Empleo USAID/G. Robleto.

Nicaragua es un país de jóvenes. Entre su población de 5.5 millones de habitantes, más del 72% son menores de 30 años y el 22.2% tiene entre 15 y 24 años. La falta de acceso a un trabajo digno es su principal problema. Nadieska Castellón era parte de esas estadísticas hasta que un día su historia cambió

Nadieska Castellón en su centro de trabajo, Mundial Automotriz.

“Con este trabajo ahora puedo llevar pan a mi casa y mi meta es seguirme preparando. La mayoría de las muchachas que viven cerca de mi casa no estudian, no trabajan, no tienen la oportunidad de estudiar que yo tuve, yo he salido adelante y ahora tengo un trabajo para poder darle un mejor futuro a mi hijo”.

Nadieska Castellón vive en Ciudad Sandino, municipio se caracteriza por su alta concentración poblacional, mayoritariamente joven y sin oportunidades de trabajo. En Nicaragua, las personas entre 15-24 años representan el 27% de la fuerza laboral (mitad hombres y mitad mujeres), el 44% de los desempleados y las desempleadas son jóvenes entre 15 y 24 años. La tasa de desempleo entre los jóvenes es dos veces superior a la observada entre los adultos. (PNUD, 2009). En ese contexto vive Nadieska, quien proviene de una familia de 5 hermanos. Dos años y medio atrás, Nadieska estaba en su casa cuidando de su bebé, sin ninguna perspectiva de estudiar ni acceder a un empleo, un escenario común en su barrio. Mientras miraba televisión vio un aviso que invitaba a jóvenes a aplicar a una beca para carreras técnicas en Fundación Victoria. Nadieska se animó a aplicar, el día que vio el aviso era el cumpleaños de su hijo, actualmente de 4 años. Así llegó la oportunidad de su vida: estudiar una carrera técnica. Una oportunidad que no tuvieron sus hermanos, ya que ella es la única en su familia que ha podido estudiar más allá del bachillerato. Nadieska eligió estudiar Mantenimiento Industrial, una carrera demandada mayoritariamente por hombres. La joven cuenta que al inicio de las clases algunos de sus compañeros la cuestionaban sobre la carrera que había elegido y hubo hasta quienes le dijeron “marimacha”, que en el lenguaje popular se refiere a “personas del sexo femenino que actúan o se comportan como hombres”. El septiembre del 2012, Nadieska inició prácticas laborales en la empresa privada La Casa de las Mangueras, en diciembre de ese año fue contratada de manera permanente como asesora para maquinaria industrial. Actualmente labora en Mundial Automotriz, otra de las empresas del grupo empresarial con el que realizó pasantías. “Con este trabajo ahora puedo llevar pan a mi casa y mi meta es seguirme preparando. La mayoría de las muchachas que viven cerca de mi casa no estudian, no trabajan, no tienen la oportunidad de estudiar que yo tuve, yo he salido adelante y ahora tengo un trabajo para poder darle un mejor futuro a mi hijo”, dice. A través de la alianza entre Fundación Victoria y el Programa Empresas y Empleo de USAID, jóvenes de escasos recursos económicos accedieron a becas completas para estudiar carreras técnicas en Mantenimiento Industrial y en Administración de Empresas con énfasis en Mercadeo y Ventas. La formación de estos jóvenes se enfocó en responder a la demanda de mano de obra del sector privado, ya que los cursos fueron diseñados partiendo de un análisis previo para identificar dos áreas de gran demanda laboral. Las becas otorgadas por USAID y Fundación Victoria son completas.


HISTORIAS DE ÉXITO El taller de las oportunidades

Foto: Empresas y Empleo USAID.

En su taller de artesanías y muebles, Nohemí Cuevas Sandino brinda empleo a 10 jóvenes, generando como empresaria, oportunidades para la juventud y mujeres, los dos grupos con más dificultades para encontrar empleo formal. La participación en misiones comerciales ha sido su aliada para acceder a nuevos clientes en la región

Nohemí Cuevas en su taller de muebles.

“Estamos preparando parte de la casa para hacer la sala de exhibición de productos, ya puedo decir que ahora sí cuento con nuevos productos como tostoneras, rodillos, molenillos, tajadores, adornos y muebles en general. Estoy planificando la amplitud de mi taller, ahora es demasiado pequeño para todos los pedidos que tengo, así mismo estoy gestionando un crédito con una institución financiera para comprar mi camioneta”.

En el municipio de Nandasmo, Masaya, vive Noemí Cuevas, madre soltera de 8 hijos, quien se ha comprometido en estos últimos años a brindar empleo a jóvenes en riesgo. Durante 5 años Nohemí Cuevas, fue presidenta de la Asociación de Artesanos en Nandasmo (ASOARTE). Nohemí inscribió su taller de artesanías y muebles a la Red Nacional de Artesanos, del cual Grupo Raíces es promotor. A través de la Empresa Ancla Grupo Raíces, se apoyó la cadena productiva y comercial de productos elaborados por más de 100 artesanos, entre estos Nohemí. Antes de ser propietaria de su propio taller de artesanías y muebles, Nohemí se dedicaba al destace de cerdos. “Había quedado con la responsabilidad de criar sola a mis 8 hijos, viví en una casa de plástico con tablas y decidí por mis hijos incursionar en otro rubro, compré mi primer torno para madera en 1990 y la primera producción que hice fue de elaboración de trompos y molenillos, viendo que en mi municipio se estaba caracterizando por la fabricación de artesanía y muebles de madera”. Al crecer la demanda de sus productos surgió la necesidad de crear nuevos puestos de trabajo y lo logró con apoyo de Empresas y Empleo. El taller de Nohemí fue una de las PYMES que participó en misiones comerciales con la empresa ancla Grupo Raíces. “Con el apoyo de Empresas y Empleo de USAID y el Grupo Raíces, tuve la oportunidad de asistir a diferentes ferias en Guatemala, Costa Rica y República Dominicana, y a ferias nacionales en donde he dado a conocer mis productos, a finales de noviembre 2012 recibí un contrato de El Salvador para elaboración de 400 sillas, un contrato de US$ 22 mil dólares y otro contrato en Puerto Rico para elaborar 500 unidades de tostoneros (herramienta para hacer tostones) que equivale a US$1,750”. “Genero empleos a 10 jóvenes entre los 19 y 21 años, 5 quienes están de manera temporal y mis 2 hijos menores que también laboran conmigo en el taller. Por medio de una subvención, mi taller recibió dos equipos, recibimos capacitaciones para el fortalecimiento de la capacidad productiva de artesanos de la Red mediante el desarrollo de nuevos diseños de productos y de mejora de la calidad, dándole seguimiento a las tendencias del mercado y a la demanda de compradores”, dice Nohemí. A sus 50 años, Nohemí ya tiene preparado su relevo en el negocio, su hija Camila Cuevas, tiene 21 años y estudia su último año de Economía en una universidad de Managua, ella vela por la calidad de los productos y su otro hijo Ruddy Cuevas es Ingeniero en Sistemas y es quien se encarga de entregar los pedidos. “Estamos preparando parte de la casa para hacer la sala de exhibición de productos, ya puedo decir que ahora sí cuento con nuevos productos como tostoneras, rodillos, molenillos, tajadores, adornos y muebles en general. Estoy planificando la amplitud de mi taller, ahora es demasiado pequeño para todos los pedidos que tengo, así mismo estoy gestionando un crédito con una institución financiera para comprar mi camioneta”.


HISTORIAS DE ÉXITO El progreso en “La Bendición”

Foto: Empresas y Empleo USAID.

Nuevos conocimientos y mejores equipos han sido los principales aliados para el progreso de miembros de la cooperativa “La Bendición”, que ha incorporado cambios en su forma de producción y en la manera en la que sus socios vienen estableciendo relaciones de colaboración basadas en la asociatividad

Geovanny Montes en su taller, miembro de la Cooperativa “La Bendición”.

“La prosperidad está llegando a mi taller. Se nos abrieron las puertas con el apoyo recibido por la USAID, una de las cosas que más necesitábamos en estos años era darnos a conocer y lo estamos haciendo, ahorita tengo un pedido grande, tengo que entregar 1,000 piezas en 15 días, tendré que contratar el doble del personal”.

Geovanny Montes, de 34 años, es uno de los socios y fundadores de la Cooperativa Textil Vestuario “La Bendición”. A través de una alianza entre el Empresas y Empleo de USAID y la Escuela de Diseño de la Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI), la cooperativa recibió asistencia técnica para desarrollar nuevos diseños, fortalecer la asociatividad y la integración a las cadenas de valor en la rama textil.También recibieron capacitaciones en contabilidad y serigrafía con el apoyo de estudiantes de la Maestría en Desarrollo Rural Ecosostenible de la UPOLI. “Cuando terminé mi formación en la secundaria, inicié mi carrera universitaria los días sábados, pero lamentablemente no terminé porque nacieron mis dos hijos y me dediqué a trabajar duro por ellos”, dice. Geovanny inició con una máquina de coser y era el único empleado. “Me dediqué a elaborar gorras y a visitar el mercado localmente, luego elaboré camisas para hombre, shorts, pero como todo comienzo fue bien duro, trabajaba día y noche, hasta donde mi cuerpo aguantaba, no contaba con un horario de trabajo, a veces tenía pedidos, pero no tenía la materia prima suficiente o la capacidad para hacerlo solo y decidí emplear a un amigo y así a medida que incrementaba los pedidos, empleaba a una persona más”. “La prosperidad está llegando a mi taller”, expresa Geovanny. “Se nos abrieron las puertas con el apoyo recibido por la USAID, una de las cosas que más necesitábamos en estos años era darnos a conocer y lo estamos haciendo, ahorita tengo un pedido grande, tengo que entregar 1,000 piezas en 15 días, tendré que contratar el doble del personal”. “Nuestra calidad y presentación, han mejorado, yo fui beneficiado con una máquina de coser pegadora de pretina en jeans, con la nueva máquina que tenemos, se nos facilita el trabajo, antes requería más energía eléctrica, tenía 4 máquinas haciendo lo mismo, 4 personas trabajando toda la semana en lo mismo, ahora la operación que hace la nueva máquina se nos redujo a un día, la calidad de acabado es excelente y los operarios se dedican a cortar y armar otros pedidos”. “Económicamente estamos mucho mejor, en años pasados mi taller generaba CS$15 mil córdobas de ingresos mensuales, en la temporada escolar llegaba hasta a CS$ 20 mil, solamente en esa época, el resto del año eran ventas bajas, ahora que tenemos mejor presentación, generamos más ingresos, vendemos más porque el producto tiene un mejor acabado, estoy haciendo mochilas, bolsos, publicidad para empresas, camisas con logos, línea empresarial, mis ingresos han mejorado y estoy obteniendo CS$45 mil córdobas mensuales, prácticamente estamos duplicando nuestros ingresos”, destaca. Geovanny genera 8 empleos temporales. En el taller cuenta con 6 operarios de manera permanente. “Mis planes para el 2013 son culminar mi carrera universitaria, dedicarme a trabajar más en la línea empresarial, ahora dirijo y cuento con personal. Siempre hay que estar innovando para mantener la clientela y el trabajo, estamos trabajamos día y noche si es necesario, porque somos motivo de progreso, mis productos se exhiben en la Cooperativa La Bendición y hoy ya cuento con 7 máquinas para entregar mis pedidos a tiempo”.


HISTORIAS DE ÉXITO Sembrar y cosechar para una mejor vida en comunidad

Foto: Empresas y Empleo USAID.

El ajonjolí es un producto atractivo para cientos de productores de las zonas secas de León y Chinandega, pero históricamente el problema para los productores ha sido la falta de acceso a financiamiento y los bajos rendimientos. La asistencia técnica ha sido la clave para hacer rendir más los suelos; mientras que la alianza entre la empresa ancla Expornica y la microfinanciera FDL ha garantizado el acceso a financiamiento

Marvin Betancourt, productor de ajonjolí.

“Yo no me puedo quejar, todo lo contrario tengo mucho que agradecer, el técnico de la alianza me visitaba cada tres semanas, debido a esto obtuve mejores resultados en la cosecha, el joven estuvo aquí desde la preparación de la tierra, siembra del cultivo, manejo de plagas, aplicar todas las recomendaciones, con la asistencia técnica no gasté más de la cuenta, hice las aplicaciones en su momento cuando el cultivo lo necesitaba”.

En la comunidad Unión España, municipio de Telica, León (occidente de Nicaragua), vive Marvin Betancourt Gómez con su familia. Marvin ha venido trabajando en el rubro de ajonjolí por más de 5 años, pero nunca había obtenido mejores rendimientos como en su reciente cosecha. “Normalmente he venido sembrando 5 manzanas de ajonjolí, y ahora con otro compañero nos coordinamos y sembramos 8 manzanas, obtuvimos un promedio de 6-7 quintales de ajonjolí por manzana; en esta cosecha les dimos empleo a 46 personas (hombres y mujeres), gente adulta que puede trabajar en el campo”, manifiesta Marvin, quien obtuvo una ganancia de CS$ 30 mil córdobas (aprox. US$1,300 dólares) luego de haber pagado su préstamo al Fondo de Desarrollo Local (FDL), crédito al que tuvo acceso mediante la alianza establecida entre la institución financiera y el Programa Empresas y Empleo bajo el componente Acceso a Financiamiento. “Lo primero que se hace es pagar el crédito del FDL, lo que me sobra lo invierto en el hogar, hace poco decidí ponerle una ventecita (puesto de venta) a mi esposa y fue con parte de esta ganancia. También, con apoyo de mi hija mayor, vamos a poner una pequeña farmacia para ayudar no sólo a la comunidad Unión España, sino a las personas que vienen de otras comunidades, que a veces vienen buscando la medicina desde largo y todo esto con mi ganancia, el resto lo vuelvo a invertir”, cuenta con ilusión. Marvin se considera un líder en su comunidad. “Desde hace años he venido trabajando para buscar cómo mejorar las condiciones de vida, ya que aquí hay 8 comunidades más, tenemos una población de 3 mil 800 personas y más de 177 familias, el año pasado iniciamos con un grupo de 14 productores de ajonjolí, todos cumplimos con el pago de nuestros créditos con el FDL y estos nos garantizó volver a trabajar este año y ampliarnos un poquito más con la integración de 6 productores más y ahora ya somos un grupo de 20”. “Como productor y líder de la comunidad quiero agradecer el apoyo, por medio del FDL se nos ha apoyado con este crédito para el cultivo del ajonjolí y que ahora estemos cosechando para tener esos billetitos que permiten cancelarle al FDL y mejorar las condiciones de nuestros hijos, yo me siento un padre orgulloso, mi hija mayor estudia licenciatura en Trabajo Social en la UNAN-León, la menor estará iniciando este 2013 la carrera de Ingeniería en Sistemas en la UNAN-León, y mis tres hijos menores se encuentran todavía en la educación”. “Yo no me puedo quejar, todo lo contrario tengo mucho que agradecer, el técnico de la alianza me visitaba cada tres semanas, debido a esto obtuve mejores resultados en la cosecha, el joven estuvo aquí desde la preparación de la tierra, siembra del cultivo, manejo de plagas, aplicar todas las recomendaciones, con la asistencia técnica no gasté más de la cuenta, hice las aplicaciones en su momento cuando el cultivo lo necesitaba”.


HISTORIAS DE ÉXITO La innovación que cambió los números de Rosa María La yuca es una fuente de alimento para los nicaragüenses y ha sido un rubro histórico, sin embargo el potencial de este cultivo no se ha aprovechado lo suficiente, lo cual ha venido cambiando con nuevas variedades para yuca de mayor calidad y rendimientos que benefician a mujeres como Rosa María

Foto: Empresas y Empleo USAID.

Rosa María Herrera, de 66 años, ha dedicado la mitad de su vida a cultivar maíz, frijoles y yuca. Como productora, su economía había sido de subsistencia. Lo que lograba cosechar lo destinaba para la alimentación de su familia, sin mayores perspectivas de incrementar sus ingresos.

Rosa María Herrera, productora de yuca.

El caso de Rosa María había sido similar al de los 7 mil productores de yuca que se estima hay en el país, según datos del Ministerio Agropecuario y Forestal (MAGFOR). Aunque el cultivo de yuca ha tenido una larga tradición en Nicaragua, los agricultores nicaragüenses tienen un conocimiento limitado de las técnicas agrícolas modernas para mejorar los rendimientos y la calidad de los cultivos. Rosa María cultiva yuca en Chacra Seca, una comunidad rural ubicada a 10 kilómetros del municipio de León, zona donde tiempo atrás se cultivó algodón. En Nicaragua, el 46% de la población vive en zonas rurales, donde existe el más alto nivel de pobreza. La mayor parte de los pobres, trabajan en el sector agrícola. La yuca es una fuente de alimento para los nicaragüenses y ha sido un rubro histórico, sin embargo este cultivo no se ha explotado masivamente como una alternativa comercial en Nicaragua.

“El año pasado,Tecnoagro me ayudó con un pequeño préstamo a través de una empresa local, aunque eso me ayudó, no era suficiente, tuve problemas cubriendo costos, sobre todo para control de plagas y fertilizantes. Esta vez ha sido diferente, Empresas y Empleo y Tecnoagro me ayudaron a tener un préstamo con FDL, con esta nueva variedad de yuca, mis ganancias dan para pagar el préstamo y tener más ganancias”.

Esa realidad era compartida por Rosa María, hasta que un día un técnico le habló de una variedad de yuca, que le permitiría tener más rendimientos. El Programa Empresas y Empleo estableció una alianza con la empresa ancla Tecnoagro, iniciativa orientada a incrementar la calidad y rendimientos de la yuca ofrecida por productores de León, mismos que tendrían garantizada la compra de su producción a través de la empresa ancla que se dedica a exportar yuca de primera calidad. Al iniciar con esta nueva variedad tuvo muchas dudas, como es natural cuando se intenta algo nuevo. Fue en mayo del 2011, cuando Rosa María sembró por primera vez la variedad Perú-183. Con la semilla de yuca que tradicionalmente sembraba, Rosa María lograba un rendimiento de 170 quintales usando la variedad de yuca tradicional y obtenía una ganancia de US$1,000 dólares por hectárea cultivada. En su primer ciclo productivo con la nueva variedad de yuca, Rosa María logró cosechar 335 quintales, un incremento de 97% en sus rendimientos en comparación a su ciclo anterior. El 65 % del cultivo correspondió a yuca de primera, es decir, calidad de exportación, lo que significa que se triplicaron sus ingresos. Los resultados obtenidos por Rosa María se fundamentaron no sólo en asistencia técnica, en esta iniciativa representó un papel fundamental el rol del Fondo de Desarrollo Local (FDL), microfinanciera que garantizó financiamiento a Rosa María para control de plagas y abonar la tierra. “El año pasado, Tecnoagro me ayudó con un pequeño préstamo a través de una empresa local, aunque eso me ayudó, no era suficiente, tuve problemas cubriendo costos, sobre todo para control de plagas y fertilizantes. Esta vez ha sido diferente, Empresas y Empleo y Tecnoagro me ayudaron a tener un préstamo con FDL, con esta nueva variedad de yuca, mis ganancias dan para pagar el préstamo y tener más ganancias”.


HISTORIAS DE ÉXITO Bertilda y su rol en la seguridad alimentaria

Foto: Empresas y Empleo USAID.

Las mujeres producen el 60 y 80 por ciento de los alimentos en los países en desarrollo y la mitad de la producción de alimentos a nivel mundial. Bertilda Quintanilla, madre de 5 hijos, encontró en el microcrédito una oportunidad para garantizar a sus hijos “el pan de cada día”

Bertilda Quintanilla, usuaria de microcrédito.

“Ahora comemos cuajada todos los días. Vendiendo cuajada y leche, siempre tengo hasta 50 córdobas (US$ 2 dólares) para comprar azúcar y otras cosas. Estamos pensando en usar la cosecha de maíz para pagar el préstamo y entonces poder comprar otra vaquilla.Ya nunca más vamos a depender sólo de los frijoles y el maíz”.

Bertilda Quintanilla vive cerca de Jinotega, en la zona norte central de Nicaragua. Su familia está compuesta por cinco hijos y su pareja. Durante toda su vida el cultivo de granos básicos había sido el principal sustento para esta familia que se ha dedicado a sembrar maíz y frijoles en 5 hectáreas de tierra (7 manzanas).Y aunque estos cultivos han sido la fuente principal de ingresos y sobrevivencia, no han sido suficiente, razón por la cual Bertilda ha tenido el sueño de tener una vaquilla para poder dar leche a sus hijos y vender cuajada. El anhelo de Doña Bertilda fue alcanzado en agosto del 2011, cuando obtuvo un microcrédito con el Fondo de Desarrollo Local (FDL), microfinanciera con la que el Programa Empresas y Empleo de USAID, estableció una alianza para apoyar los esfuerzos orientados a mejorar la seguridad alimentaria y nutricional en Nicaragua, uno de los ejes de trabajo de la USAID. FDL es una microfinanciera con un modelo de negocios que promueve la inclusión financiera y el desarrrollo. Los microcréditos que otorga para actividades productivas son complementados con asistencia técnica para garantizar el rendimiento de la inversión de los micro y pequeños productores. La alianza entre el Programa Empresas y Empleo y FDL se basó en co-financiar el componente de asistencia técnica, la cual es brindada por la organización no gubernamental Nitlapan. FDL sufrió pérdidas importantes en su cartera de créditos a raíz de la crisis provocada por un movimiento conocido como No Pago (2009), que incentivó la cultura de no pago. Como resultado de las pérdidas, FDL no tenía suficientes fondos para proveer asistencia técnica a sus clientes potenciales, lo cual conllevó a la disminución de la oferta de créditos. La asistencia técnica que es parte del crédito al que pudo acceder Doña Bertilda, se basa en recomendaciones para el cuidado de las vacas, cómo incorporar sales minerales a la alimentación del ganado y obtener un mejor aprovechamiento de las tierras para pasto. Doña Berlinda obtiene una producción de 18 litros de leche al día, de las cuales obtiene 4 libras de cuajada. El rendimiento le genera ganancias de US$1,000 dólares por año, lo cual ha significado un incremento de un tercio en sus ingresos anuales. “Estoy agradecida con FDL por el crédito, ahora comemos cuajada todos los días. Vendiendo cuajada y leche, siempre tengo hasta 50 córdobas (US$ 2 dólares) para comprar azúcar y otras cosas. Estamos pensando en usar la cosecha de maíz para pagar el préstamo y entonces poder comprar otra vaquilla. Ya nunca más vamos a depender sólo de los frijoles y el maíz”, dice Doña Berlinda. Género y seguridad alimentaria y nutricional De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), las mujeres producen entre el 60 y 80 por ciento de los alimentos en los países en desarrollo y la mitad de la producción a nivel mundial. Las mujeres desempeñan un papel predominante en la seguridad alimentaria y nutricional.


HISTORIAS DE ÉXITO El secreto para el éxito lo tiene mamá

Foto: Empresas y Empleo USAID / G. Robleto.

Dolores López tiene “El secreto de Mamá”, una pequeña empresa que nació en la cocina de su casa y que hoy en día genera empleos e ingresos para otras mujeres y los suplidores de su materia prima

Dolores López, propietaria de “El Secreto de Mamá”

En la parte trasera de su casa opera la empresa familiar que fundó Dolores López, quien descubrió su vocación de empresaria cuando ya crecidos sus hijos y sin más trabajo para hacer en casa, decidió producir para comercialización, las jaleas y salsas que tanto le gustan a su esposo e hijos. De profesión sicóloga, esta pequeña empresaria es ahora una de las PYMES que provee para la cadena de supermercados más grande del país, Casa Mántica (supermercados La Colonia). Dolores López utiliza como materia prima, mayoritariamente frutas, especies y hierbas tradicionales en Nicaragua, las cuales son transformadas con un toque tradicionalgourmet, una especialidad heredada de su madre, cuya fotografía ilustra las etiquetas de la línea de productos de “El Secreto de Mamá”. Recientemente, esta empresaria logró exportar hacia Panamá, dando un giro a la empresa, hasta hace poco solamente dedicada a la comercialización a nivel local. En una alianza tripartita entre el Programa Empresas y Empleo de USAID, la empresa ancla Casa Mántica, y 14 PYMES, se crearon y fortalecieron capacidades técnicoproductivas y gerenciales de esas PYMES, entre estas “El Secreto de Mama”.

“La certificación en Buenas Prácticas de Manufactura abre puertas a nivel centroamericano y a nivel internacional, la aplicación de las Buenas Prácticas de Manufactura es la piedra angular para cualquier empresa que produzca alimentos”.

Las micro, pequeñas y medianas empresas en Nicaragua, constituyen un importante sector de la economía del país en generación de empleo y representan más del 90% del universo empresarial, según el Centro de Exportaciones e Inversiones (CEI). Dolores cuenta que a raíz de iniciado el proceso de comercialización de su producto a mayor escala, ha incrementado su demanda de materia prima a productores que le proveen de perejil, chile y carambola (melocotón), beneficiándose también de su éxito, todos los actores en la cadena. Las PYMES desempeñan un relevante papel en la economía actual, contribuyendo a la generación de riqueza y empleos. De acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la participación de las mujeres en la economía centroamericana es de 42 por ciento. Las PYMES generan 12 millones de empleos en la región. La mayoría de las PYMES en Nicaragua son dirigidas por mujeres. En Nicaragua, según los resultados principales de la más reciente Encuesta de Hogares para la Medición del Empleo Urbano y Rural, ocho de cada diez empleos son generados por PYMES como “El Secreto de Mamá”. Esta empresa nació hace 12 años, como un experimento. “En ningún momento empecé como empiezan todas las empresas siendo una empresa y la aceptación del público me ha llevado a donde estoy. El nombre lo pusieron mis hijos”. “A raíz del apoyo que he recibido a través del Programa de Empresas y Empleo de USAID he logrado recientemente certificarme en Buenas Prácticas de Manufactura; y todo esto porque Empresas y Empleo me ayudó con los manuales, la capacitación técnica para eso y entonces yo ya quedé con un norte a cual dirigirme. La certificación en Buenas Prácticas de Manufactura abre puertas a nivel centroamericano y a nivel internacional, la aplicación de las Buenas Prácticas de Manufactura es la piedra angular para cualquier empresa que produzca alimentos”, destaca.


HISTORIAS DE ÉXITO Cultivar mejor para un futuro más próspero

Foto: Empresas y Empleo USAID.

Las mujeres miembros de la Cooperativa Lucrecia Lindo afirman que lograron resurgir como el ave fénix, tras haber perdido su infraestructura por el paso del Huracán Mitch, hoy no solamente están produciendo nuevamente, sino que producen más y mejor

Gloria María Varela, en plena faena.

“Esta alianza nos ha venido a ayudar para tener mejores ingresos en nuestras familias y la comunidad de Puerto Morazán. Tenemos a 23 varones como empleados fijos en la cooperativa. Estos empleos son la única fuente de vida que los varones y las mujeres tienen en esta comunidad porque acá en Morazán vivimos de la pesca”.

Gloria Marina Varela Morales, es coordinadora de la Cooperativa Lucrecia Lindo, en Puerto Morazán. La cooperativa está integrada por 15 socias. Como organización, la cooperativa está constituida desde 1987, y aunque han pasado ya 16 años desde que fue fundada, las técnicas de cultivo de camarón no habían variado en todo ese tiempo, hasta que establecieron una alianza con el Programa Empresas y Empleo de USAID y la empresa ancla Serviconsa, basada en asistencia técnica para incrementar la productividad de la cooperativa. “Anteriormente la producción la hacíamos artesanalmente, sólo mirábamos el agua para calcular la salinidad, nosotras mismas la probábamos (el agua) y con el sabor decíamos qué cantidad de salinidad tenía. Hoy nosotras tenemos equipos, nos dieron todo el apoyo, el salinómetro, el oxigenómetro, tenemos los equipos para saber de todos los parámetros que necesitamos y hoy estamos teniendo mayor conocimiento”, cuenta Gloria, de 44 años y madre de 2 hijas. “Nos han brindado la asistencia técnica en las capacitaciones que nosotros hemos tenido, hace unos años atrás nosotros teníamos producción de unos 500 kilogramos por hectárea, hoy ya vamos superando, llevamos como unas 800 - 1000 kilogramos por hectáreas, gracias a Dios y al Programa porque en estas capacitaciones que nosotros hemos recibido, hemos tenido más conocimientos, conocemos sobre cómo prevenir las enfermedades en los camarones”, señala. La empresa ancla Serviconsa otorga financiamiento a la cooperativa Lucrecia Lindo para que asuman los gastos de producción y administración de la cooperativa, la cual a su vez tiene garantizada la venta de su producción a través de la empresa ancla. “Esta alianza nos ha venido a ayudar para tener mejores ingresos en nuestras familias y la comunidad de Puerto Morazán.Tenemos a 23 varones como empleados fijos en la cooperativa. Nosotros estamos generando trabajo, tanto a mujeres y a varones. Nosotras le hemos dado trabajo a los varones, cuando estamos en cosecha también le damos trabajo a mujeres porque llevamos una parte de camarón a vender localmente en Morazán, las mujeres llegan a trabajar en procesar el camarón. Estos empleos son la única fuente de vida que los varones y las mujeres tienen en esta comunidad porque acá en Morazán vivimos de la pesca”, explica Doña Gloria. “En mi familia yo he tenido el apoyo, tengo 2 hijas estudiando en la universidad en León, ellas ya se están capacitando, tal vez no vayan a tener el mismo trabajo que yo tengo, tal vez vayan a tener uno hasta mejor, porque van a tener mejor conocimiento. Reactivación económica de Puerto Morazán El huracán Mitch, uno de los ciclones tropicales más poderosos y mortales que han azotado Centroamérica, devastó en 1998, la infraestructura productiva de las familias productoras de camarones en El Estero Real, Chinandega. Doña Gloria Varela cuenta que luego de ese desastre han logrado renacer como el ave fénix. Las pérdidas en la zona se calcularon en 30 millones de dólares. De la reactivación económica de la zona dependían cientos de familias.


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