El viaje sin regreso Arbolรณ Rafel Olivo
Era una tarde lluviosa en Londres, muy habitual en esa época del año. La lluvia empapaba cada una de las calles de esa hermosa ciudad. Las nubes grises cubrían el inmenso cielo y sin dejar pasar ni un pequeño rayo de sol.
En casa de los James la situación no era muy distinta de la que podíamos ver en el exterior, todos estaban muy enfadados y disgustados con el resultado de la fiesta. Repentinamente se oyó un sordo sonido de fondo, era el teléfono fijo, que consiguió distraer los pensamientos de todo el mundo.
Valery, la madre, se sorprendió solo con escuchar la primera palabra del presentador del concurso “Travel with your family”. Habían ganado un viaje para cuatro personas en el perdido pueblo de los pirineos catalanes, llamado Sort. Así que sin pensarlo hicieron las maletas y se fueron muy emocionados a empezar una gran aventura.
Al día siguiente la familia llegó a Sort y se dirigierón al hotel en el que se alojarían durante esa semana de vacaciones. Solo eran las ocho de la mañana cuando la familia se disponía a visitar los rincones más secretos de ese pequeño pueblo. Por eso pidieron consejo a la recepcionista del hotel,tenía un aspecto peculiar, ese pelo largo y negro iba a conjunto con sus grandes ojos, oscuros como el carbón. Hablaba con un tono alterado y sospechoso,el cual daba miedo a Hillary, la predilecta de Valery y James. Arthur, el otro hijo, intentó calmar a su hermana sin logro alguno.
Después de la conversación, la família se dirigió a todas las instalaciones históricas y culturales del pequeño pueblo. Ya por la tarde, decidieron hacerle caso a la recepcionista y, por eso, se avecinaron a pasear por toda la calle mayor. Una calle llena de niños y adultos comprando souvenirs y golosinas. Hillary no iba a ser menos y quería golosinas para cuando fueran a ir al cine, que era dentro de un par de horas. Valery le dio dinero y la espero en el porche de enfrente con James y Arthur. Pasaron unos veinte minutos y Hillary no aparecía por ningún lado.
Valery se empezó a preocupar y, por eso, James se fue dentro de la tienda a buscar a su hija. Mientras James se alejaba, su esposa y su hijo observaban cada paso que daba y justo después de que entrara a la tienda, la puerta se cerró y Arthur se sobresaltó. Estaba claro que algo pasaba, porque volvieron a pasar veinte minutos y nadie salía de esa tienda, pero Valery y Arthur se hicieron grandes y decidieron entrar a encontrar al resto de la familia.
Cuando entraron también se les cerró la puerta, de golpe, pero por suerte o desgracia se consiguieron coger al manojo y, mientras gritaban desconsoladamente porque alguien les tiraba fuertemente de las piernas, observaron quien les había cerrado la puerta justo al entrar, había sido la recepcionista que le daba mala espina a Hillary.
Y en ese justo momento esa pequeña calle se quedó inhóspita y la familia londinense desapareció, habiendo sido engañada, o no, por la peculiar recepcionista del hotel. La cual nunca volvió a aparecer.