PA C O
P E R IÑ Á N
CUQUI UN GUI ÓN CI NEMATOGRÁFI CO Pa r al as e r i edet e l e v i s i ónVI ENTOSUR Ba s a doe ne lr e l a t o“ CUQUI ” or i g i na lde FERNAND O QUIÑONES Ada pt a c i óndedi á l og os FERNAND O QUIÑONES
© Paco Periñán © Herederos de Fernando Quiñones
* Casi todas las sugerencias y correcciones de Fernando Quiñones, junto a su adaptación de los diálogos, fueron incorporadas a la última versión del guión cinematográfico (1988) que es la que aquí se recoge.
** El guión original de "Cuqui", en su primera versión, con todas las correcciones y las notas manuscritas de Fernando Quiñones, se encuentra en la "Fundación Fernando Quiñones".
*** Las circunstancias que rodearon el proyecto de la serie para televisión "Viento Sur", sobre relatos de F.Q., y la participación de Quiñones en dicho proyecto, están recogidas en las páginas 269 -291 del libro: "Si yo les contara... Estudios sobre Fernando Quiñones", publicado en 2020 por la Editorial Trea, bajo la coordinación y edición de José Jurado Morales, Alberto Romero Ferrer y Nieves Vázquez Recio.
P A C O
P E R I Ñ Á N
CUQUI Un relato cinematográfico
Basado en el relato “CUQUI”, original de FERNANDO QUIÑONES Adaptación de diálogos FERNANDO QUIÑONES
“CUQUI, un relato cinematográfico”, es uno de los seis guiones inéditos que se escribieron en el otoño de 1988, formando parte del proyecto de una serie de televisión para Canal Sur de Andalucía que se iba a titular “VIENTO SUR” y que nunca vio la luz. Casi toda la serie, en la que intervinieron prestigiosos guionistas como Jaime de Armiñán, Julio Llamazares, Lola Salvador o Fermín Cabal, estaba basada en relatos publicados en Madrid en 1987 por Alianza Editorial en el libro del mismo título, original de Fernando Quiñones, quien se encargó de la adaptación de los diálogos de todos los guiones.
SINOPSIS
Por fin llegan las vacaciones en aquel verano de 1960 en Cádiz. CUQUI, a sus seis años, sólo piensa en olvidarse del colegio, ir a la playa y correr por las calles de su barrio. Pero un marinero joven y apuesto, vecino de la casa, acaba de desembarcar y algo escondido se va a despertar en la madre de Cuqui. Una tarde, Cuqui pilla a su madre en la cama haciendo cosas muy raras con el marinero. A su edad no entiende nada de aquel extraño y agotador ejercicio físico de su madre que se va a prolongar durante todo el verano. Un verano por las azoteas y las esquinas de Cádiz, entre juegos y travesuras, que Cuqui nunca olvidará porque fue entonces cuando empezó a comprender y compartir con sus padres las alegrías y fatigas que traen el dinero, los celos, la amistad, el amor y la pasión.
«Paco Periñán ha trazado una linda versión para imágenes de mi relato CUQUI» Fernando Quiñones
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CUQUI
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EXT. MURALLAS Y MUELLE DE CADIZ -DIA
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Un Domingo de primavera... En primer término destacan las cuatro torres miradores de la Plaza de España. Al fondo, caminando por las murallas de San Carlos, pasean PEPE y PEPI con su hijo CUQUI, de apenas siete años. El paseo continúa por el muelle entre barcos atracados y el Vapor del Puerto de Santa María que da los últimos silbatos antes de partir. La actividad en el muelle pesquero es escasa. Cuqui camina entre las redes esparcidas por el suelo. Un barco de pesca se acerca a la bocana del puerto. En la borda del barco está MANOLO con su gorra marinera y el petate apoyado en un candelero. Cuqui, al verle de lejos, saluda con la mano. Pepi se acerca a Cuqui y le desengancha los pies de entre las redes, mientras sigue con su mirada el barco de pesca que está a punto de atracar. Pepe y Pepi andan cogiendo a Cuqui de la mano. Pepi vuelve su cara hacia el barco de pesca. Su mirada se pasea con disimulada intensidad entre los hombres que desembarcan. Manolo baja de un salto al muelle con su petate al hombro. Pepe, Pepi y Cuqui siguen caminando muelle abajo. FUNDIDO EN SOBREIMPRESIÓN... “CADIZ EN EL VERANO DE 1960”
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INT. IGLESIA CAPILLA DEL COLEGIO. - DIA
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Un CURA muy viejo, con gruesas gafas, se sienta en un destartalado órgano, al fondo de la capilla. Tiene que acercar su cara a poco más de dos centímetros del tablero para cambiar las clavijas. Con una sola mano teclea, de forma mecánica, los ocho primeros compases del tanguillo de carnaval “Los duros Antiguos”. El Cura mira hacia arriba y con las dos manos en el teclado, ataca una composición de música sacra que servirá de fondo a la secuencia. La capilla está solitaria y semioscura. Cerca del altar hay una cristalera con puerta que da a la sacristía. A través de ella se ve la figura de un niño, el GORDI, que mira repetidas veces hacia el altar. El Gordi se echa las dos manos a la boca para proteger sus palabras... GORDI Date prisa, Cuqui. Cerca del altar está Cuqui, un niño delgado, inquieto en sus movimientos pero de una mirada tierna y soñadora. Con dificultad lleva entre sus brazos una banqueta que coloca frente al altar. Se sube encima y mira fascinado la puerta del sagrario. Detrás de la cristalera, el Gordi, visiblemente nervioso, le anima con gestos para que siga adelante. El rostro emocionado de Cuqui delata que el momento ha llegado. Con ceremonial lentitud levanta el brazo y dirige su mano hacia la puerta del sagrario. Da una vuelta a la llave y comienza a abrirlo despacio. En sus ojos, la ilusión y el resplandor del sueño más grande jamás imaginado... Cuqui mira de reojo al Gordi en el preciso instante en que este, a la velocidad del rayo, se pone de rodillas frente a una imagen de la virgen de Lourdes, que hay en la sacristía. Cuqui cierra rápidamente la puerta del sagrario. Por una puerta de la sacristía se acerca ANTONIO. Es el portero, vigilante y sacristán del colegio.
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
Antonio tiene unos cuarenta años, flaco, con orejas grandes y despegadas y un babi de color gris que no le sienta nada bien. Lleva en la mano un pequeño ramo de claveles blancos. Antonio se sorprende al ver al Gordi con los ojos cerrados, de rodillas frente a la virgen y hablando en voz baja, muy deprisa. ANTONIO ¡¿Qué haces tú aquí?! El Gordi se pone de pie haciéndose el sorprendido y con una cara angelical GORDI Estaba hablando con la virgen. Antonio da la espalda a la cristalera que une la sacristía con el altar. Allí está Cuqui llevando sigilosamente la banqueta a su sitio. ANTONIO (al Gordi) ¿No has oído la campana? Antonio se acerca al Gordi y le coge por la oreja, casi mecánicamente, sin violencia. ANTONIO Como se entere el Padre Superior. El Gordi se echa la mano a la oreja y refunfuña... GORDI Venía a despedirme de la virgen. Antonio, al dirigirse a la puerta, advierte la presencia de Cuqui, de pie, junto a la cristalera, inmóvil y con las manos juntas en posición de rezar. ANTONIO (a Cuqui) ¿Y tú? Cuqui levanta la cabeza.
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
CUQUI (señalando al Gordi) Yo he venío con este. ANTONIO Venga, par patio los dos. Volando. Cuqui y el Gordi salen corriendo hacia la puerta. Antonio se dirige hacia la estatua de la Virgen de Lourdes y mete el pequeño ramo de flores en un florero. Mira hacia la cara de la imagen... ANTONIO Estos críos me tienen... hasta las pelotas. Antonio, con un gesto marcadamente amanerado, pone derecha una de las velas que adornan la imagen de la virgen.
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INT. PASILLO SACRISTIA HACIA EL PATIO. -DIA
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Cuqui y el Gordi corren hacia el patio. ¡¿Qué?!
GORDI
CUQUI ¡Lo he visto! El Gordi se para y olvidándose de su oreja mira fíjamente a Cuqui. GORDI ¿Sí? ¿Y cómo era? Cuqui abre los brazos dibujando un arco en el aire. CUQUI Como el sol, pero mucho más grande. Se OYE EL MURMULLO de los niños en el patio. Cuqui y el Gordi salen corriendo, pasillo adelante.
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INT. PATIO DEL COLEGIO. -DIA
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Por una de las puertas que dan al patio, aparecen Cuqui y el Gordi, andando despacio. Se colocan los últimos, en una de las filas de niños que alineados ordenadamente miran con simulada atención a la barandilla del primer piso del patio. De allí cuelga un tapiz a modo de estandarte. Detrás, con las manos serenamente apoyadas en la barandilla, está el PADRE SUPERIOR, con sotana y aspecto bonachón. A cada lado tiene un niño muy repeinadito y detrás de cada niño, un profesor. El Padre Superior está dirigiendo sus palabras a los niños del patio. PADRE SUPERIOR ...Hoy es el último día de colegio. Y quiero recordaros, sobre todo a los mayores, que las vacaciones del verano son unos días elegidos por Dios para que vivais más profundamente el CALOR de la familia. Así que tenéis que ser obedientes en vuestras casas y ayudar en todo lo que podais. El Padre Superior vuelve su mirada hacia uno de los niños repeinaditos y le hace una señal con la mano. El NIÑO recoge de una mesita una cesta grande de caramelos y se lo da al Padre Superior que la apoya en la barandilla. PADRE SUPERIOR Y ahora, recoged en silencio estos caramelos como un regalo de vuestros profesores para que no les olvideis en las vacaciones. En el patio se despierta la alegría contenida de los niños. PADRE SUPERIOR He dicho en silencio.
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
El Padre Superior lanza los caramelos al patio en medio de un griterío infernal.
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EXT. CALLE DE CADIZ. ARCO DE LOS BLANCOS. - DIA
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Cuqui, el Gordi y otro NIÑO, con sus babis y maletas, van andando por la calle comiendo caramelos. Se paran frente al Arco de los Blancos. CUQUI (al Gordi, señalando al otro Niño) A este no le vayas a contá ná ¿Yo?
GORDI
NIÑO ¿El qué, Gordi? GORDI Na, vámonos. El Gordi y el Niño siguen calle abajo. CUQUI (al Gordi que se aleja) Como se lo cuentes te doy una ajogailla, Gordi. Cuqui cruza el Arco de los blancos.
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EXT. CALLE. TIENDA BAZAR EL GALEON. -DIA
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Cuqui se para delante del bazar y mira con la cara pegada a los cristales del escaparate. Todo está lleno de artículos confeccionados con moluscos y conchas marinas. En primer término se dibuja la confusa arboladura de un barco de madera. Cuqui, mientras deslía un caramelo, mira ensoñado el barco y un cartelito con el precio dibujado a mano que está al lado.
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EXT-INT. CALLE. TALLER LAPIDAS Y MARMOLES. -DIA
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En un bajo que da a la calle, al lado de la casa de Cuqui, hay un pequeño taller donde hacen lápidas de mármol. Cuqui se para en la puerta, antes de entrar. En el interior, AGUSTINITO, un niño de la misma edad que Cuqui, está frotando con un trapo una lápida recién grabada con grecas y angelitos. Desde el fondo del taller llegan los GOLPES DEL CINCELADO sobre el mármol. CUQUI Hola, Agustinito Agustinito le hace un gesto con la mano para que entre. Cuqui, temeroso, señala con su mirada el fondo del taller. Entra
AGUSTINITO
Agustinito le da un trapo a Cuqui Ayúdame
AGUSTINITO
Los dos se ponen a limpiar la lápida frotando los angelitos de las esquinas. Agustinito saca del bolsillo una moneda de dos reales y se la da a Cuqui con disimulo, mirando hacia el fondo del taller. Cuqui la coge sin decir nada y sigue limpiando. Un hombre mayor, con el cincel y el martillo en la mano, se acerca por el fondo. Es el PADRE DE AGUSTINITO. PADRE DE AGUSTINITO ¿Qué estás haciendo Cuqui? Ya sabes que a tu madre no le gustas que andes por aquí. Cuqui saca unos cuantos caramelos del bolsillo de su babi y los deja sobre la lápida.
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
CUQUI Venía a traerle caramelos a Agustinito. Me han dao un puñao en el cole. Agustinito, muy contento, va recogiendo los caramelos y se los mete en el bolsillo. PADRE DE AGUSTINITO Si quereis jugar, os vais a la azotea o al patio, que tu madre es muy superticiosa. Cuqui se levanta. CUQUI Ahora bajo, Agustinito. AGUSTINITO ¡Tráete el trompo! Cuqui coje su cartera y se va. El Padre se queda mirando a Agustinito. PADRE DE AGUSTINITO Y tú, no te vayas a quitá de en medio sin terminá esto.
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EXT-INT.CASA DE CUQUI.CASAPUERTA PATIO.COMPLEJO. DIA
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Cuqui entra en la casapuerta de su casa. Es una casa gaditana con patio interior de tres galerías, bastante modesta pero arregladita. En los bajos del patio, también utilizado para vivienda, hay una puerta entreabierta en la que está asomada MACUCA, una niña de seis años. Cuqui le saca la lengua mientras se dirige a las escaleras. Macuca se esconde. Cuqui sube las escaleras. Se cruza con MANOLO que baja. Manolo tiene unos treinta años, barbilampiño, sano y desenfadado. Va tarareando un cuplé del carnaval. MANOLO Hola, sinverguenza.
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
Cuqui da un grito, subiendo los escalones de dos en dos CUQUI ¡Hola Manolillo! Manolo sonríe y cruza el patio. Desde la última galería le llama su TITA. TITA ¡Manolín! Manolo se vuelve mirando hacia arriba. Una señora mayor, marimandona, rebosante de color y gordura, se asoma a la barandilla del último piso. MANOLO Qué, Tita. TITA Cuando vuelvas, acércate a casa la prima que te va a da un poquito de berza. La Tita mete una cacerola en un canasto atado a una cuerda. MANOLO Otra vez berza. Cuqui llega al rellano del segundo piso. PEPI, su madre, le espera con la puerta abierta. Pepi es una mujer joven y bonita aunque algo desarreglada. PEPI Cuqui, en la escalera no se chilla. Cuqui, con el babi y las manos manchadas de polvillo blanco, saca unos caramelos del bolsillo. CUQUI Mira, mamá. PEPI Mira tú, cómo te has puesto. ¿A que has estao en el tallé?
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
CUQUI He ido a vé a los angelitos PEPI Po muchos de esos angelitos van al infierno. Como tú, si no haces lo que te dicen. Pepi le da un beso a Cuqui. PEPI Anda, a lavarte ahora mismito. Pepi y Cuqui entran en la casa. En el patio, Manolo recoge la cacerola del canasto mientras habla con su Tita a gritos. Oye ¿Qué?
MANOLO TITA
MANOLO Esta noche vamos a ensayá en el lavaero, ¿en? TITA ¿Otra vez vais a empezá a darme la murga?
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INT. CASA DE CUQUI.
-COMPLEJO-
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COMEDOR Pepi lleva una fuente llena de pimientos fritos a la mesa. Allí está PEPE, su marido, algo mayor que ella. Lleva una camiseta de tirantes y pantalón de pijama que le deja ver una incipiente barriga. PEPI Cuqui... a comer. Cuqui, en el cierro de la habitación, silba a unos canarios mientras cubre la jaula con un pañito.
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
Ya voy
CUQUI
MOMENTOS MAS TARDE... Pepe coje un pimiento frito de la fuente que ya está casi vacía. Cuqui se entretiene, delante del plato de sopa, cogiendo con los dedos hilitos de carne que cuelgan de la cuchara. PEPI Cuqui, come. Cuqui, ensimismado, con un hilito de carne entre los dedos... Papá...
CUQUI
PEPE Come, Cuqui. CUQUI Hoy he visto a Dios Pepe mira sonriente a Cuqui mientras se zampa de un tirón el último pimiento de la fuente. PEPE Muchas hormigas en el coco es lo que tú tienes. (a Pepi, señalando la fuente) ¿No hay más? PEPI Pepe, si te has comido medio kilo. CUQUI Lo he visto, papá. Pepe ataca una fuente de cazón en adobo...
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
PEPE (sin prestarle atención) Sí, Cuqui... Y yo. PEPI Hazle caso a la criatura, que lo vas a chingar. PEPE (a Cuqui) A ver, ¿dónde lo has visto? CUQUI Ahora no lo digo. PEPI Cuando se empieza una cosa hay que terminarla, Cuqui. ¿Lo has visto o no lo has visto? PEPE (a Pepi) Tú también... pareces tonta. PEPI ¿Tonta por qué? O es que na más que lo van a podé vé los curas. Pepe mira a Pepi en tono socarrón mientras da buena cuenta del cazón en adobo. PEPE No... Lo puede vé tor mundo. Yo mismo. Esta mañana, cuando me he despertao. Me habló y to. ¡A levantarse!, me dijo. Y yo me levanté. ¡A afeitarse!... Yo me afeité. ¡Y ahora... A la tienda!... Y yo lo miré así... Pepe mira a Cuqui fijamente con los ojos muy abiertos, un trozo de pescado en la boca y el tenedor amenazante en la mano. PEPI ¡Ay, déjalo que lo vas a asustá!
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
Pepe se traga el pescado de un tirón y deja el tenedor en el plato. PEPE (a Cuqui) ...Y me fui, como todos los días. ¿Y sabes por qué? (levantando la vista al cielo) Porque EL, lo que quiere es que yo siga aquí en Cai con mi tienda de telas. (señalando a Cuqui) Lo mismo que tú seguirás en ella cuando seas mayor. Pero si andas con tantas fantasías... Cuqui se vuelve hacia su madre, insistiendo con determinación. CUQUI Yo lo he visto. PEPE Qué cabezón eres. Has salío a tu madre. PEPI No lo atosigues que acaba de empezá las vacaciones el chiquillo Pepe se vuelve hacia Cuqui en un tono paternal. PEPE Mira Cuqui, las cuentas... Once y once ventidós y me llevo tres. Eso es lo primero que tienes que aprendé y luego todas las fantasías que quieras, pero lo primero es lo primero... Y lo primero es la tienda. PEPI Qué pesao te pones con la tienda. La tienda, la tienda, ¿y yo, joé?
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
Pepi se levanta y cambia el plato a Cuqui. PEPI (a Cuqui) Mañana te llevo a la playa, rey moro. ¡Eso!
CUQUI
Cuqui se gira en su silla, dispuesto a levantarse... PEPE ¿Dónde vas? CUQUI Me estoy haciendo pipí. PEPI Se hace antes de comer Cuqui pone cara de besugo degollado. CUQUI Es que no me puedo aguantá Pepe, cariñosamente, le pasa su mano por los pelos erizados de la coronilla. PEPE Anda, ve. Pero ya vas siendo mayorcito pa andá siempre como una regadera. Cuqui se levanta de la mesa y sale corriendo hacia la puerta, con las manos en la pichita.
DORMITORIO DE LOS PADRES Cuqui pasa de largo del cuarto del water y entra despacio en el dormitorio de sus padres. Se acerca con cautela a la mesita de noche y coge dos monedas de dos reales que hay junto a la calderilla.
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
CORREDOR Cuqui sale del dormitorio y va por el corredor hasta la puerta del comedor mientras oye la conversación de sus padres... PEPI OFF Tú lo chingas y luego la que lo tiene que aguantá soy yo. PEPE OFF Pa eso lo querías, ¿no? PEPI OFF Qué bruto eres, Pepe. PEPE OFF Qué guapa te pones, Pepi. COMEDOR Cuqui entra en el comedor. PEPI (a Cuqui) ¿Has tirao de la cadena? CUQUI Se me ha olvidao. Cuqui se sienta en la silla. PEPE (en tono cariñoso) No se te tiene que olvidá, que pa eso te he puesto yo ahí una cuerda.
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INT. CASA DE CUQUI . CUARTO DE CUQUI. - NOCHE
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Cuqui, en calzoncillos, está sentado en el suelo, junto a su cama. Tiene una cuerda en sus manos, a la que hace un nudo en uno de los extremos y luego va metiendo moneditas de dos reales.
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
Cuqui se mete debajo de la cama y engancha la cuerda en los alambres del somier, junto a otra cuerda colgada que está llena de moneditas. Frente a Cuqui, aparece su gato MORO, que lo mira fijamente. CUQUI Tú callao, Moro. Cuqui sale de debajo de la cama mientras, de memoria, despreocupado y a toda velocidad, recita su oración de todas las noches. CUQUI Jesusito de mi vida, eres niño como yo, por eso te quiero tanto y te doy mi corazón. Tómalo. Tómalo. Tuyo es, mío no. Cuqui, metido en la cama, oye la voz de Pepi desde su dormitorio. PEPI OFF ¡Cuqui, esa luz! Cuqui mira con desagrado la lamparita que hay en su mesita de noche y apaga la luz.
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EXT. ESPIGON DE LA CALETA. -DIA
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Una mañana resplandeciente y calurosa. Cuqui, en bañador, sigue con un canuto de cartón las barquitas de pesca que salen de la caleta. A unos metros, entre las rocas, está el Gordi jugando con un cangrejo al que tiene cogido por una de sus patas con un hilo. El Gordi se entretiene en meter y sacar el cangrejo en un cubito de plástico lleno de agua. Manolo, en pantalón y mangas de camisa, baja por el camino del espigón y se acerca andando entre las rocas hasta Cuqui que continúa mirando a las barcas a través de su canuto de cartón. MANOLO ¿Qué hay, sinverguenza?
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
CUQUI Hola Manolillo. Una barca de pesca pasa frente a Cuqui. En la borda va sentado un NIÑO que saluda con la mano. Cuqui responde al saludo. MANOLO Te gustan ¿eh? CUQUI Cuando sea mayó voy a tener un barco pa mí solo. MANOLO ¿Y pa qué quieres tú un barco? CUQUI Pa andá por el mar, como tú. MANOLO Sí, así es muy bonito. Pero cuando hay temporal y el agua te pasa por encima de la cabeza... Cuqui deja de mirar por el canuto. CUQUI ¿A ti te da miedo? MANOLO ¿A mí? ¡Que va! No. Bueno sí... Una vez. Parecía que íbamos bocabajo, como si el cielo estuviera en los pies. CUQUI Yo no tengo miedo MANOLO Había gente que se cagaba por la boca, Cuqui. Y de pronto vino una ola que por poco me echa abajo. Si no me agarra mi pare...
(CONTINUA)
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CONTINUACION: MANOLO (continuación)
(llevándose las manos al cuello) Se me puso el corazón aquí. CUQUI ¿Eso qué es? ¿El qué?
MANOLO
CUQUI El corazón Manolo sonríe y hace el gesto de abrirse el pecho en dos. MANOLO Uff...Eso es... Como un armario mu grande donde están to las cosas que queremos. Cuqui mira a Manolo con extrañeza. CUQUI ¿Un armario? MANOLO Ya lo entenderás. ¿Dónde está tu madre? El Gordi, con la cabeza medio metida en una oquedad de la roca, llama a Cuqui gritando. GORDI ¡Cuqui, Cuqui! ¡Se me ha escapao! Cuqui se vuelve hacia el Gordi. CUQUI Mira que te lo dije. Cuqui corre hacia las rocas. MANOLO Espera, Cuqui. ¿Y tu madre? Cuqui, sin mirar, señala con el brazo unas rocas.
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
Por ahí.
CUQUI
Cuqui llega donde está el Gordi mirando por el hueco de una roca. El cangrejo se ha metido por ahí dentro. Cuqui mete la cabeza entre las rocas y tira del hilito inutilmente. CUQUI Eres tonto, Gordi. El Gordi se pone a reir. Cuqui saca la cabeza de entre las rocas. CUQUI ¡Te Voy a dar una ajogailla! GORDI (señalando hacia la arena) Mira. Allí cerca en la arena hay un perro “montado” encima de una perra. Cuqui suelta el hilo y se acerca un poco junto al Gordi. CUQUI Están jugando a borricate. GORDI Mi padre me ha dicho que eso lo hacen cuando tienen mucha caló. CUQUI ¿Y por qué no se meten en el agua? GORDI Yo qué sé. Cuqui coge el cubito de playa, lo llena de agua y se acerca a los perros. Al fondo, Manolo está hablando con Pepi que está sentada en una roca, con los pies metidos en el agua, haciendo punto. Cuqui le tira el cubo de agua a los perros.
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INT. CASA DE CUQUI. DORMITORIO PADRES.COMPLEJO. - DIA 12 Cuqui, de pie junto a la cama, mira fíjamente un armario grande de tres cuerpos que está frente a él, al lado de la cama. Pepi entra y cruza la habitación con una palangana llena de ropa para planchar. PEPI ¿Qué haces ahí como un pasmarote? Pepi deja la palangana sobre una mesa camilla, en la habitación contigua, y vuelve al dormitorio. Cuqui está junto a una de las puertas laterales del armario, jugando con el pomo, a punto de abrirla. Pepi aparta a Cuqui. PEPI Deja el armario, Cuqui. Pepi abre la puerta lateral del armario. Cuqui intenta mirar dentro. CUQUI ¿Ahí dentro qué hay mamá? Pepi saca una plancha. PEPI Muchas cosas, hijo. Pa eso está. Pepi se dirige a la habitación contigua. PEPI Vete a jugar a la azotea, anda, que tengo muchas cosas que hacé. Y no bajes hasta que te avise yo pa merendá. Pepi deja la plancha junto a la palangana de ropa, se acerca a una cómoda y enchufa la radio.
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
En el dormitorio Cuqui se acerca al armario y mira por el ojo de la cerradura...
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INT. CASA DE CUQUI. SALON COMEDOR Y ENTRADA. - DIA
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Suena el timbre de la puerta una sola vez y corta. Pepi está planchando unos calzoncillos celeste de Pepe mientras escucha la radio. El timbre vuelve a sonar, esta vez un poco más de tiempo, el justo para que Pepi se de cuenta, deje la plancha y se acerque a abrir. Pepi se sorprende al ver en la puerta a Manolo con una amplia sonrisa y las manos escondidas detrás. MANOLO Hola Josefa. Pepi se retoca la bata. PEPI ¿Qué quieres? Pasar.
MANOLO
PEPI Te dije que aquí no. Pepi lo mira un poco nerviosa y sin saber muy bien qué hacer. MANOLO He venío a traerte un regalo. PEPI Pasa... Pero sólo un momento, que estoy planchando Manolo entra en la casa. MANOLO Lo que tú digas Pepi. PEPI No me gusta que me digas Pepi.
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
MANOLO Como quieras, Josefa... Ten Manolo le da un pequeño paquete envuelto en papel. PEPI ¿Qué es esto? MANOLO Abrelo. Me lo han traído de estraperlo. Pepi deslía el paquete. PEPI (felizmente sorprendida) ¡Un gorro de Gibraltá! Es un gorro de baño muy llamativo, con pétalos y peces de goma. Pepi mete la mano en el gorro y lo mira detenidamente. MANOLO ¿No te lo vas a probar? ¿Ahora?
PEPI
MANOLO Pa que yo te lo vea... ¿no? Hace juego con tu bañador... Pepi lo mira ilusinada. PEPI Es precioso.
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INT. CASA DE CUQUI. DORMITORIO. -DIA
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MOMENTOS MAS TARDE Encima del tocador hay un marquito con la fotografía de la boda de Pepe y Pepi, flanquedos por sus respectivas madres con un bolso en la mano cada una. Al lado del marquito cuelga de mala manera el pantalón de Manolo.
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
En la cama, Pepi tiene el gorro de baño puesto en la cabeza y el bañador a medio quitar. Manolo, en camiseta, está encima de ella, abrazándola. Pepi mueve la cabeza de un lado a otro... PEPI Que va a vení Pepe. Que va a vení Manolo, cuesta abajo y sin frenos, murmura... MANOLO Pepi... Pepi... PEPI Que va a vení Pepe... MANOLO Pepi... Pepi PEPI Que va a vení... Que va a vení... La puerta del armario se abre un poco. Allí dentro está metido Cuqui mirando con los ojos muy abiertos hacia la cama. Pepi tiene los ojos cerrados, moviendo repetidas veces la cabeza, como diciendo que no pero sin hablar. Cuqui, con sorpresa e ingenuidad, mueve la cabeza de un lado a otro, al ritmo de la cabeza de su madre. Manolo está besando con los ojos cerrados a Pepi y al inclinarse hacia un lado abre los ojos y ve a Cuqui mirando desde el interior del armario. Manolo, con los ojos sobresaltados y moviendo las cejas, hace un gesto con el brazo para que Cuqui se vaya. Pero Cuqui sigue allí inmóvil, metido en el armario y con la puerta entreabierta. Manolo continúa besando a Pepi mientras con una mano tantea por el suelo hasta coger una zapatilla de paño. Con atinada puntería lanza la zapatilla golpeando a Cuqui en el hombro. Cuqui cierra la puerta del armario.
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
Pepi abre los ojos de golpe y se queda mirando fíjamente a Manolo, antes de volver su cara hacia la puerta de la habitación que está justo al lado del armario. Manolo le gira la cara a Pepi y se la queda mirando como si fuera a decirle un piropo. PEPI Huele a quemao... Manolo reacciona después de un instante. MANOLO Es verdad. PEPI ¡La Plancha!
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EXT. CASA DE CUQUI. AZOTEA. -DIA
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Desde la azotea se dibujan sobre el cielo claro de la mañana las torres miradores de algunas casas gaditanas. En un rincón de la azotea, junto al lavadero, hay una jaula con un conejo dentro. Cuqui, en calzoncillos, está dándole de comer al conejo. En la azotea de al lado, una MUJER tiende ropa mientras un JOVEN, algo retrasado, se entretiene haciendo ejercicios con unos guantes de boxeo, frente a una sábana tendida.
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INT. CASA DE CUQUI. GALERIA Y COCINA. COMPLEJO. - DIA 16 Pepi, en bata y sin arreglar, coge la jaula de los canarios que está en el cierro del balcón. Al pasar por la galería se asoma al patio mirando hacia la azotea... PEPI ¡Cuqui, que se te enfría el migote!
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
COCINA Pepe, en pantalón de pijama y sin camiseta, está sentado en una pequeña mesita de la cocina con el desayuno preparado. Echa unas bolitas de pan en un plato con leche que hay en el suelo y donde el gato Moro bebe ansiosamente. Pepe lleva en un pie una zapatilla de paño y en el otro una chancla de goma. Entra Pepi con la jaula de los canarios y la coloca junto al fregadero. Hoy Pepi no se ha levantado con buen humor... PEPI Qué jartible es este niño. Pepe unta con mucho aceite una rebanada de pan PEPE La culpa la tienes tú por dejarlo subír. PEPI Mira quien va a hablá. Mañana hago arroz con conejo y verás lo pronto que se acaba. Pepe se mete en la boca media rebanada de pan. PEPI Y tú sigue comiendo pan con aceite que estás precioso. Venga esa barriga parriba. PEPE Qué quieres ¿que no coma? Con la pechá de trabajá que me doy. Pepi va y viene por la cocina buscando alpiste, el cacharrito del agua y la hoja de lechuga para la jaula... PEPI Antes no comías tanto. Y no se te iba to la fuerza... en la tienda.
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
PEPE Hoy te has levantado peor que el Levante. PEPI Es que tú también me tienes harta. Ya no me haces ni caso. Pepe sigue mojando su rebanada de pan con aceite en el plato... PEPE Tú sabes to lo que yo te quiero, Pepi. PEPI Eso es mu fácil decirlo. Y que me quieres, ya lo sé, eso lo sé yo. Pero a una tambien le gusta... bueno, que una no es de palo, ¿no? Y aparte de eso... ¿cuánto tiempo hace que no me regalas ná? PEPE El año pasado, un traje. PEPI (malhumorada resentida) Ay mira Pepe... tela de un retá que no me llegó bolsillos.
y Tres metros de de la tienda ni pa ponerle
Cuqui entra en la cocina Hola Hola.
CUQUI PEPE
Cuqui se acerca a su padre, le da un beso y se sienta frente a su tazón de migotes. Pepi se vuelve desde el fregadero...
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
PEPI (malhumorada) Niño, si está frío tú eres el que ha tardao. Y ligerito... que hoy después de la plaza quiero ir a la peluquería. Pepi mira a Pepe que levanta su mirada de la rebanada de pan y se le queda mirándola. PEPI (a Pepe) Sí, no pongas esa cara. PEPE ¿Quien te ha dicho ná? PEPI Si no me cuido yo... Aunque a ti, par caso que me haces. Luego dicen... Cuando una se busca a otro PEPE Tú lo que eres... Una egoista y no vas más que a lo tuyo Cuqui va cogiendo cucharadas de migote mientras mira a sus padres. PEPI Encima eso. Pepe se levanta de la mesa. PEPE Bueno, no empecemos que es mu temprano. PEPI Mu temprano ¿pa qué? Cuqui está poniendo el mantel perdido de café y migotes. PEPI Ay Cuqui, mira cómo has puesto el mantel.
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
Pepi recoge el tazón de Cuqui y se lo lleva al fregadero. PEPI Se acabó el desayuno. Cuqui se queda en la silla haciendo pucheros. Pepe se acerca al fregadero a por una vaso de agua. Pepi recoge del suelo el plato del gato Moro que se retira de un salto. PEPI (a Pepe) ¿Vas a venir hoy a comer? PEPE No lo sé. Estoy cuadrando las cuentas. PEPI ¿Sí o no? Que me tienes harta con tus cuentas... (llevándose una mano al bajo vientre) ... En vez de fijarte en las mías que es lo que tenías que hacé. PEPE ¡Mujer!... El chiquillo PEPI Él qué sabe. Cuqui deja de frotarse los ojos con su mano y mira a su madre.
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EXT-INT. MERCADO. PUESTO DE PESCADO - DIA
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En uno de los puestos de pescado del mercado hay una hilera de besugos. Cuqui los mira fíjamente, intentando meterles un dedo en la boca. A su lado está Pepi esperando que terminen de despacharla
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
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DEPENDIENTA (a Cuqui) Ten cuidao no te vayan a da un bocao Cuqui levanta su mirada a la Dependienta. Es una señora gorda y risueña que le muestra a Pepi un papel con los filetes de atún. DEPENDIENTA ¿Está bien así? PEPI Ponme otro cuarto y mitad, que mi marío cada día se harta más de comé. La Dependienta se pone a cortar los filetes. DEPENDIENTA Qué suerte tienes, hija. Al mío no le entran ni los fideos. Mira vé no vaya a tené una solitaria de esas... PEPI ¿Una qué? DEPENDIENTA Sí mujé. Un bicho de esos que se tragan to lo que una se come... Y así no hay manera PEPI Cómo va a tener eso mi Pepe La Dependienta pesa los filetes. Cuqui sigue jugando con los besugos. DEPENDIENTA Juani, una vecina mía, no ha parao de comé hasta que la ha echao...que la echan...por ahí La Dependienta hace un gesto con el papel de atún en la mano.
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
PEPI Ay, Mari,¿por dónde?, que me vas a poner nerviosa. Cuqui tiene casi la mano entera metida en la boca de un besugo. Pepi le da una palmada en la mano. PEPI ¡Estate quieto, Cuqui! DEPENDIENTA Po...haciendo de cuerpo. Y tienen hasta cabeza y tó. PEPI Ay, qué asco, no digas tonterías. DEPENDIENTA Que sí, que me lo ha contao mi cuñá, que es prima de mi vecina. Y estaba ya la pobre más chupá que un alambre. PEPI (sonriendo) ¿Delgao mi Pepe, chupao? Anda ya. Si le he tenío que cambiá hasta los botones de los cuellos. La Dependiente se echa a reir. DEPENDIENTA Po con este atún que te llevas... Con su cebollita, su aceite, su pan mojao...le va a tené que cambiá hasta los calcetines. PEPI Qué guasona eres. Pepi paga y al meter el pescado en la bolsa se da cuenta que no está Cuqui.
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
PEPI ¿Y mi Cuqui? (a la Dependienta) Mira, me trae... (mirando a los otros puestos) Seguro que está viendo a los cochinos.
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EXT-INT. MERCADO PUESTO DE LA CARNE. -DIA
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En la pared del fondo del puesto, rodeada de piezas que cuelgan, hay una fotografía grande enmarcada en la que se ve el puesto muy engalanado y con un cochino muerto vestido de pirata. El cochino lleva una espada y un ojo tapado. A su lado hay otro cochino con una bata blanca de médico y gafas de sol. Todo está adornado con muchas cintas de colores. Sobre la fotografía, y en letras grandes de papel pegadas al cristal, se lee: “PRIMER PREMIO 1959”. Un DEPENDIENTE atiende a las clientas mientras otro CARNICERO corta con el hacha una tira de costillas. A su lado, dentro del puesto, está Cuqui mirando ensimismado la fotografía enmarcada que cuelga de la pared. Pepi, cargada con las bolsas, se acerca al puesto y se asoma entre las clientas buscando a Cuqui. PEPI Cuqui, ven aquí CARNICERO Déjalo mujer, que no estorba. PEPI (algo acharada) Qué manía ha cogío con esos cochinos. DEPENDIENTE El día que quieras lo metemos aquí a trabajar
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
PEPI (a Cuqui) Anda, vamos. El Carnicero coge una oreja de cerdo y se la da a Cuqui. DEPENDIENTE Dáselo a tu madre. Pa la olla. PEPI Gracias Juan. DEPENDIENTE ¿Hoy no te llevas na? Mañana.
PEPI
Cuqui sale del puesto jugando con la oreja de cerdo en la mano. CUQUI Mira mamá. Pepi coge la oreja con cierto asco y la mete en la cesta. PEPI Ayúdame, coge esto. No, eso no que se te cae. Ten Pepi le da a Cuqui una redecilla con jabones de lavar la ropa. Pepi y Cuqui caminan entre los puestos. PEPI Ahora soltamos esto en casa y nos vamos a la peluquería. CUQUI Yo quiero ir a la playa. PEPI Hoy no. Pero si eres bueno te llevo al parque.
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
CUQUI ¡Eso! Y me llevo la pelota. Pepi, sonriente y cariñosa, mira a Cuqui... PEPI Sabes más que Briján.
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EXT. PARQUE GENOVES.FUENTE LOS NIÑOS DEL PARAGUA.-DIA 19 Pepi está sentada en uno de los bancos del parque, haciendo punto. Su peinado ha cambiado. Lleva una permanente y tupé. Entre puntada y puntada deja las agujas y se retoca cuidadosamente el pelo. A sus espaldas, a cierta distancia, se encuentra Cuqui jugando con la pelota, al lado de la pequeña fuente “Los Niños del paragua”. A Cuqui se le cae la pelota encima de la figura que adorna el centro de la fuente y que representa a dos niños debajo de un paraguas. Cuqui tiene cara de no saber muy bien qué hacer. Al lado hay un GUARDIA muy gordo que lo mira sin decir nada pero con cara de pocos amigos. Los ojos de Cuqui se iluminan al ver a Manolo que se acerca. Cuqui sale corrieno hacia él. CUQUI Hola Manolillo Manolo sonríe y lo levanta en brazos. MANOLO Hola sinverguenza. ¿Quieres que te compre un pirulí, eh? Cuqui señala hacia la fuente con cara compungida. CUQUI Se me ha embarcao la pelota MANOLO Eso no es ná. Vamos a cogerla.
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
Manolo lleva a Cuqui de la mano y se acerca a la fuente. Allí sigue el Guardia que no deja de mirar a Cuqui con cara de malas pulgas. MANOLO (al Guardia) Buenos días. El Guardia no dice nada. Manolo se lo piensa un poco antes de subirse en el borde de la fuente y apoyarse en las figuritas del centro. El Guardia lo mira mientras se toca el bigote... MANOLO (al Guardia señalando con la cabeza a Cuqui) Este se queda hoy sin comer. El Guardia deja de tocarse el bigote, sonríe y asiente con la cabeza, mirando a Cuqui. Manolo le guiña un ojo a Cuqui, coge la pelota y baja de la fuente. MANOLO Vamos a comprarte el pirulí. CUQUI Y me llevas a la cascada MANOLO Bueno. Tengo que hablá contigo mu serio. De hombre a hombre.
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EXT. CASCADA PARQUE GENOVES. - DIA
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Al lado del lago de los patos, hay una pequeña gruta construida sobre una galería de rocas. Manolo lleva la pelota y coge de la mano a Cuqui que va chupando un pirulí, mientras pasean por el interior de la gruta cascada. MANOLO Lo que viste las otras tardes, eso se te tiene que olvidá. ¿El qué?
CUQUI
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
MANOLO No te hagas el tonto. ¿Tú que hacías en ese armario? CUQUI Mirá lo que había dentro. MANOLO Po tó lo que viste afuera, eso se te tiene que olvidá. Tu madre se estaba probando el bañadó y como hacía mucha caló le entró un mareo CUQUI ¿Y por qué no le echaste un cubito de agua? Manolo se queda algo perplejo y sale como puede... MANOLO Porque con el sofoco casi no podía respirá. CUQUI (moviendo la cabeza) ¿Por eso movía la cabeza? MANOLO Claro. Ahí está. Pa no desmayarse... Ah
CUQUI
MANOLO Pero tú no se lo tienes que contá a nadie. Y te voy a decí una cosa...Por las puertas no se mira, Cuqui. Y no te vuelvas a meter en el armario. CUQUI No, ya no lo hago más.
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
MANOLO Ya lo sé. Y por eso yo siempre voy a quererte mucho, pero a mamá no le digas que estabas mirando. Manolo se para y se agacha. MANOLO Ni a mamá, ni a nadie. ¿Me lo prometes? Sí.
CUQUI
MANOLO No se te olvide, Cuqui. Y que no se mira detrás de las puertas, que eso en mu feo. Prométemelo otra vez. CUQUI Lo prometo, Manolillo. Manolo le da un pellizco en la mejilla. MANOLO Así me gusta. Manolo se levanta y continúa andando cogiendo a Cuqui de la mano. MANOLO Qué granuja eres. Pero tampoco le vayas a decí a tu madre que has hablado conmigo ¿eh? Yo ni te he visto. CUQUI ¿Por qué? MANOLO Porque ahora mismito voy a comprarte dos pirulines. Y este año, par carnavá, te voy a hacé una letra pa ti sólo. ¿Eh, sinverguenza?
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
Cuqui mira a Manolo con cara de pillo.
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EXT. LAVADERO Y AZOTEA DE LA CASA DE CUQUI. ATARDECER
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LAVADERO Manolo y TRES COMPAÑEROS suyos están reunidos, medio cantando y leyendo un cuplé del carnaval, del estilo “...y le metió el tapón por to el gollete...”. Manolo retoca la letra con un lápiz sobre el papel, mientras un compañero sopla por un pito de caña entre las bromas y ocurrencias de los otros. Por la ventana que da a la azotea se ve a Cuqui, Agustinito y a Macuca que están jugando... AZOTEA Cuqui, al mando de las operaciones, está enfrascado en una lucha entre soldaditos de goma americanos y japoneses. Cuqui va haciendo con la boca el ruído de los tiros y cañonazos mientras va tirando con la mano a los soldados muertos. La batalla se desarrolla encima de un pequeño puente hecho con dos latas vacías de membrillo y el tablón de una caja de madera. Al lado de Cuqui está Agustinito que se encarga de ir recogiendo los soldados muertos y los va apilando en un montón. Del montón va cogiendo soldaditos de uno en uno y los pone en fila, tumbados en el suelo. Agustinito va colocando encima de cada soldadito un papelito con una cruz y grecas dibujadas a lápiz. De pie , aburrida y con los brazos cruzados, Macuca mira a los dos niños que siguen tirados por el suelo enfrascados en la batalla. MACUCA ¿Ya está bien, no? ¿Y yo qué hago? CUQUI Tú eres la que los vas tirando al mar. Agustinito protesta...
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
AGUSTINITO Pero antes hay que enterrarlos. MACUCA ¿Y dónde se entierran? AGUSTINITO El que los entierra soy yo. (a Macuca) Tú los echas al agua. ¿Dónde?
MACUCA
En el suelo hay una lata oxidada llena de agua... CUQUI En la lata esa, tonta AGUSTINITO No se entera de ná. Yo así no juego. Macuca empieza a hacer pucheros. MACUCA Se lo voy a decir a mi madre. Pepi entra en la azotea. PEPI Cuqui, a lavarte Cuqui ni se inmuta. Pepi se acerca hasta los niños. PEPI ¿No me has oído? Pepi ve que Macuca está llorando... PEPI ¿Que le has hecho a Macuca? CUQUI Yo ná, ha sío Agustinito.
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CONTINUACION:
MACUCA (señalando a Cuqui) Ha sío él. Pepi coge a Cuqui por el brazo y se lo lleva. PEPI Venga pa bajo, que hoy te voy a refregá pero bien.
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INT. CASA DE CUQUI. COCINA.
-NOCHE
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En el suelo hay un barreño de metal lleno de agua. Pepi restriega el estropajo en un jabón y frota a Cuqui que está desnudo, de pie, metido en el barreño. CUQUI Pica, mamá PEPI Y más que te va a picá. Pepi vuelve a frotar el estropajo con el jabón. Cuqui se toca la pichita con la mano mientras se la mira... Pepi le da una palmada a Cuqui con el estropajo enjabonado. PEPI No te toques la pichita, Cuqui. CUQUI ¿Por qué? PEPI Porque eso no se toca. CUQUI ¿Y por qué? PEPI Porque lo dice tu madre Pepi continúa lavando a Cuqui. CUQUI Mamá, cuando sea mayó... ¿La pichita se pone grande, grande?
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
PEPI Tú nunca va a sé mayó, hijo. Y que no vea yo que te vuelves a tocá la pichita. Pepi frota con energía las manos de Cuqui. ¡Ay!
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CUQUI
INT. CASA DE CUQUI. CUARTO DE CUQUI.
-NOCHE
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Cuqui duerme plácidamente en su cama con una pequeña luz encendida. Pepi abre la puerta del cuarto. Lleva al gato Moro en sus manos y lo suelta en la habitación. El gato se va hacia la cama. Desde la puerta entreabierta habla para sí mientras mira la cara angelical de Cuqui, durmiendo. PEPI Qué bonito eres, mi vida. Pepi cierra la puerta. MOMENTOS MÁS TARDE De los muelles del somier cuelgan cuatro cuerdas con moneditas de dos reales. Al lado, debajo de la cama, Moro duerme. Cuqui, dormido, se mueve inquieto. Su rostro refleja la sensación de un mal sueño pavoroso...
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INT-EXT. GRAN ARMARIO PESADILLA Y COMPLEJO -DIA-NOCHE 24 SUEÑO DE CUQUI El SONIDO de las horquillas sobre el adoquín de las calles en semana Santa y los fagots de la procesión de La Buena Muerte, se entremezclan con el oleaje del mar.
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
La puerta de un armario se abre de golpe y descubre la cara sorprendida de Cuqui con los ojos muy abiertos. Delante de él hay varios cochinos disfrazados, subidos en una cama, mirándole... Los ojos de un besugo se acercan a Cuqui... Cuqui habla despacio, a trompicones, mientras los cochinos, los besugos y las caras de unos soldaditos de goma se fijan insistentemente en él. CUQUI (como confesando) ...Mamá estaba abajo con los ojos cerrados y decía que no muchas veces así con la cabeza, movía la cabeza en la almohada a la puerta y a la paré, que no que no, pero no lo decía con la boca... Él estaba encima de mamá con la pichita pero era como un palo grande, y se lo empujaba a mamá en las piernas y tenía pelos. Mamá seguía diciendo que no y abriendo la boca mucho. Él me vió. La puerta del armario se cierra de golpe. Un cubito de agua cae sobre la cara de Cuqui. El armario arde en llamas en medio de un gran estruendo.
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INT. CASA DE CUQUI. CUARTO DE CUQUI. - NOCHE
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Cuqui se despierta, incorporándose en la cama. Está sudoroso y sustado. CUQUI ¡¡¡Mamá!!! El gato Moro se despierta de un salto. Cuqui llora sentado en la cama. Pepe, en calzoncillo celeste y medio dormido, abre la puerta del cuarto. PEPE ¿Qué te pasa Cuqui?
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
CUQUI No lo sé. Pepe se acerca a la cama y se sienta. PEPE Has estao soñando otra vez. ¿A que sí? Una pesadilla. Cuqui continúa lloroso. Sí.
CUQUI
PEPE Cuéntamela, anda. Que así se pasan las pesadillas. CUQUI No me acuerdo... Había fuego. PEPE Pues ya han llegao los bomberos, ¿ves? Y no pasa ná. Duérmete, anda. Pepe acuesta a Cuqui y le sube la sábana. CUQUI No te vayas... PEPE No me voy. Me quedo aquí contigo hasta que te duermas. Anda cierra los ojitos y duérmete. Cuqui cierra los ojos. MOMENTOS MAS TARDE En la mesita de noche hay una fotografía de Pepe y Cuqui, en la azotea, vestidos de nazareno. Están cogidos de la mano, con una varilla cada uno y llevan los capirotes puestos con el antifaz levantado. Cuqui abre un ojo. Pepe está a su lado, sentado en la cama, dando cabezadas medio dormido.
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
CUQUI No puedo dormir. PEPE ¿Quieres nevirte a la cama grande? Sí.
CUQUI
PEPE Solamente esta noche, ¿en? CUQUI Bueno, pero no apagues la luz... Y que se venga también el Moro Pepe levanta a Cuqui PEPE Anda, levanta. CUQUI Llévame a borricate. Pepe pasa su mano por los pelos erizados de la coronilla de Cuqui. PEPE Tienes que ser un hombre... Y no llorá por las noches. Súbete. Pepe coge a Cuqui en borricate. PEPE Venga, Moro, tú también. Pepe toca con el pie a Moro que está asomado debajo de la cama. El rabo de Moro toca ligeramente las cuerdas de moneditas de dos reales que cuelgan del somier y hace que se balanceen entre sí...
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INT. CASA DE CUQUI. DORMITORIO DE LOS PADRES. -NOCHE
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Pepi duerme con la boca abierta y una redecilla en su flamante peinado. A su lado, Cuqui tiene el brazo extendido sobre el pecho de Pepe, que sube y baja ostentosamente. Debajo de la cama, el gato Moro mantiene los ojos muy abiertos. Es el único que no puede dormir con los espeluznantes ronquidos que está dando Pepe.
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EXT. CALLE EN UN BARRIO POPULAR. -DIA
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Hay una gran animación en la calle a esa hora en que empieza a refrescar. En una de las aceras se encuentra un vendedor CALETERO con su parihuela de madera llena de caballas. Es bajito y más feo que el demonio. Vocifera a diestro y siniestro... CALETERO ¡El Pescao vivo de la Caleta! ¡Caballita guena y barata! ¡Caballa! ¡Hay caballa! ¡La caballa fresca! Una maricona de Cádiz, apodada la FARAONA, pasa al lado de las caballas. Va medio vestida de mujer y lleva unos zapatos de tacón alto que se tambalean a cada paso que da. El Caletero se fija en “ella”. CALETERO Qué bien andas Faraona... Que parece que te vas cagando. La Faraona se para y lo mira de reojo. FARAONA En tus muertos, Marlon Brando. El Caletero sonríe echándose mano a la entrepierna... CALETERO ¿Quieres una caballita fresca, Faraona?
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
FARAONA ¿Fresca? Con lo feo que eres, picha. La Faraona se dirige a la tienda de telas “LA UNIVERSAL”
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INT. TIENDA DE TELAS LA UNIVERSAL. -DIA
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La Universal es una tienda pequeña y modesta. Tiene un mostrador antiguo de madera y estanterías con las piezas de tela ordenadamente colocadas. Pepe está detrás del mostrador y a su lado Cuqui, sentado en un taburete, hace garabatos en un cuaderno de sumas. La Faraona abre la puerta y entra... FARAONA (a Pepe) Hola, guapo. PEPE Buenas tardes. La Faraona se acerca y deja su bolso sobre el mostrador. Cuqui la mira con el lápiz en la boca. FARAONA Quería vé una tela de alpaca pa hacerle un traje a mi novio. Pepe la mira de arriba abajo. PEPE ¿Falda... O pantalón? FARAONA Ay qué gracia. ¿Tú has llevado falda alguna vez, mi alma? La Faraona se agarra a las asas de su bolso.
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
FARAONA Traje... y con chaleco, que mi novio es mu hombre... Y como es mu estrechito de aquí... La Faraona se toca con las dos manos los laterales de su voluminosa pechera. FARAONA ... El chaleco le da más gracia, que esa no le falta al joío PEPE Le voy a enseñá lo que tengo. La Faraona dirige su mirada a la entrepierna de Pepe. FARAONA (con intención) Mu amable. Pepe, un tanto confuso, se vuelve hacia la estantería y escoge varias piezas de tela. La Faraona advierte los ojos de Cuqui clavados en “ella”. FARAONA (a Cuqui) Que ojitos más lindos tienes, titi. Cuqui baja los ojos y se pone a sumar en el cuaderno. Pepe coloca varias piezas de tela en el mostrador. PEPE Cuqui vete adentro y recoge las telas que estan por el suelo. CUQUI (con ganas de quedarse) En el suelo no hay ná, papá PEPE No rechiste y haz lo que te dicen. Cuqui deja su cuaderno y se va a la trastienda.
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CONTINUACION:
PEPE (orgulloso de sus telas) Vamos a vé... TRASTIENDA Es una habitación alargada con estanterías hasta el techo llena de telas. Cuqui mira por el hueco de un cristal roto de la puerta que comunica con la tienda TIENDA Pepe sujeta en el hombro una pieza de tela mientras la Faraona extiende la tela sobre su cuerpo, ajustándola a la cintura y mirándose en el espejo. FARAONA Esta, esta. Le va a sentá de bien. Igualito que el Error Flin. Pepe se gira quedando de cara a la puerta con el cristal roto... TRASTIENDA Cuqui se aparta de la puerta y se pone a tocar todas las telas hasta que llega al fondo de la habitación y se sube en una larga escalera de mano que está apoyada sobre la estantería. TIENDA Pepe acompaña a la Faraona hasta la puerta de la calle. FARAONA Mañana me paso con mi novio, a vé si le gusta la de rayitas. PEPE Esa tiene un buen precio y es de la mejó calidá que se puede encontrá. FARAONA Po muchas gracias.
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A usted.
PEPE
FARAONA Faraona, pa servirle... En to lo que quieras, guapo. La Faraona sale de la tienda. Pepe se quita el metro que lleva colgando del cuello. Se oye un ruído enorme en la trastienda. Pepe corre hacia la puerta de la trastienda.
TRASTIENDA Pepe abre la puerta y se queda espantado al ver lo que tiene delante de sus ojos. Todo está muy revuelto. Algunas telas cuelgan de las estanterías, formando una especie de toldo. Cuqui está debajo, envuelto en varias telas de diferentes colores. Pepe se acerca corriendo entre las piezas de telas que se han caído al suelo. PEPE Pero, Cuqui, ¡Qué Has hecho! Te he dicho mil veces que con las telas no se juega. Pepe al recoger una de las telas que cuelgan de la estantería, se le cae la pieza entera encima de la cabeza. PEPE ¡Ay! Ay...
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INT- CASA DE CUQUI. CUARTO DE ASEO. -DIA
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Pepe escucha la radio mientras se peina mirándose al espejo. Pepe se pasa el peine por la cabeza con mucho cuidado, tocándose el bulto que le ha salido en la coronilla.
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CONTINUACION:
LOCUTOR RADIO OFF ...Como cada Mes de Agosto, hoy conmemoramos el día de Gibraltar, para traer a la memoria de todos los españoles aquella fecha de 1704, en la que de forma alevosa nos fue robado el peñón. Por eso debemos mantener viva la reivindicación de este trozo de España en el que la bandera inglesa hiere nuestra dignidad nacional... ...Gibraltar es gaditano y mientras el peñón no vuelva a ser de España, ningún buen español debe olvidar que España limita al sur con la verguenza de Gibraltar. Pepe termina de peinarse y apaga la radio.
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INT. CASA DE CUQUI. COCINA. -DIA
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Pepi friega los platos mientras canturrea. En la mesita de la cocina, sin recoger del todo, hay una taza pequeña de café. Pepe entra y se bebe la taza de un tirón. PEPE Bueno, me voy. PEPI ¿Te duele todavía? Pepe se toca el chichón de la cabeza... PEPE No, pero como siga así... Voy a llevá un higo chumbo en la cabeza. Pepe se acerca al fregadero y coge el botijo. Pepi, muy melosa, se vuelve hacia Pepe. PEPI Pepe... ¿vamos a ir este año a la fiesta los patios?
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
PEPE Si tú quieres... PEPI Me ha dicho Manolito, el de arriba, que van a cantá, y que a lo mejó se pasa hasta el Pericón. PEPE ¿Cuándo es? PEPI El jueve que viene Pepe se lo piensa y sonríe. PEPE Po ese día cierro yo un poquito antes y nos vamos pallá. Pepi deja de fregar y se vuelve mirándose la bata y el delantal PEPI Pero así...¿cómo voy a ir? Pepe se acerca cariñosamente. PEPE Eso lo arreglo yo. PEPI ¿De veras? PEPE ¿Te he mentío yo alguna vez?
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INT. TALLER DE LAPIDAS Y MARMOL. -DIA
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Cuqui, dentro del taller, va andando escondiéndose entre las lápidas. Llega hasta donde está Agustinito, de espaldas, pintando rabos a los angelitos que hay dibujado en un boceto grande de papel. Cuqui se acerca silenciosamente y le coge por detrás.
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
CUQUI ¡Te cogí! Agustinito lanza un grito ¡AGH!
AGUSTINITO
Cuqui se asusta. Agustinito, bromeando, se echa a reir. Del fondo se OYE la voz del Padre de Agustinito que se acerca... PADRE DE AGUSTINITO ¡Tinito! ¿Qué son esos chillíos? AGUSTINITO Ha sío Cuqui, papá. El Padre de Agustinito se acerca. PADRE DE AGUSTINITO (a Cuqui) Cuátas veces te he dicho que tu madre no quieres que andes por aquí. Cuqui responde con cara angelical. CUQUI Ha sío ella la que me ha dicho que baje... PADRE DE AGUSTINITO Vete parriba y no seas mentiroso que te va a comé la lengua una bicha. Agustinito sonríe al ver la cara seria de Cuqui. El Padre de Agustinito se da cuenta de los rabos pintados sobre los angelitos del boceto y mira a su hijo... PADRE DE AGUSTINITO Y a ti te voy a cortar esas manos.
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
Cuqui sonríe y sale corriendo, después de cruzar su mirada con Agustinito.
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INT. CASA DE CUQUI. PASILLO. -DIA Cuqui llega al pasillo y pasa del dormitorio de sus padres. Cuqui se vuelve y se acerca a abrirla o no. Finalmente mira cerradura...
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delante de la puerta Se oyen ruídos de cama. la puerta dudando si por el ojo de la
PEPI OFF Que va a vení, que va a vení Pepe... MANOLO OFF Pepi...Pepi. PEPI OFF Que viene, que viene Cuqui deja de mirar por el ojo de la cerradura y se va pasillo adelante, movimiendo la cabeza de un lado a otro de la pared.
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EXT. CASA DE CUQUI. AZOTEA. -DIA
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Cuqui, moviendo la cabesa de un lado a otro, persigue a su gato Moro por la azotea. CUQUI Moro, ven... Ven, Moro. Cuqui coge al gato y se sube encima como apretándole con fuerzas. Moro refunfuña y no se deja. Cuqui, tumbado en el suelo y con los ojos cerrados, sujeta a Moro entre sus manos. Cuqui acerca su cara a Moro mientras va diciendo que no con la cabeza y cierra los ojos... CUQUI Que viene, que viene Se OYE LA VOZ de Pepi desde la galería que da al patio
(CONTINUA)
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CONTINUACION:
PEPI OFF ¡Cuqui, la merienda!
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EXT. PATIO DE CASA EN UN BARRIO POPULAR. -NOCHE
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El patio estáa adornado con motivos marineros. Guirnaldas y bombillas cuelgan de la galería del primer piso. Alrededor de las mesas la gente charla muy animada entre los chistes y la gracia de Cádiz. En un corro tocan las palmas y bailan tanguillos. Bajo un arco del patio, hay una parrilla humeante donde asan caballas. Al lado varias mujeres están preparando un lebrillo de piriñaca. En una de las mesas estáa sentada Pepi, luciendo su vestido nuevo. A su lado se encuentra la PRIMA, que es más joven que Pepi y al otro lado está una SEÑORA MAYOR y Macuca que anda muy calladita. Pepi y su Prima se abanican mientras hablan animadamente. La Prima se tapa la boca con el abanico mientras cuchichea mirando a un grupo de hombres con la cara pintada de rojo. PRIMA Mira, ahí está. Con la cara toa pintá de colorao. Del grupo de hombres destaca un Joven con la cara muy retorcida y los ojos demasiado saltones. A Pepi se le escapa la risa... PEPI ¿Ese tan retorcío? Si parece un pimiento morrón, Prima La Prima sonríe PRIMA Ese no. El que está al lao. Un de los que está en el grupo, al lado del Pimiento Morrón, se vuelve para hablar con él: Es Manolo. Pepi para de abanicarse.
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PEPI ¡¿Manolo?! PRIMA ¿Lo conoces? Pepi se abanica nerviosa PEPI Vecino mío. PRIMA Es más salao, ¿verdad? PEPI ¿Quien te lo iba a decí? El Manolito La Prima acerca su cara a Pepi, con picardía. PRIMA Se le abren las carnes cada vez que me ve. Y a mí me pone... Pepi continúa arriba y abajo con su abanico PEPI No te fies, Luisi. To son iguales. Te lo digo yo, que he pasao lo mío. La Prima sonríe PRIMA !Uy qué va! Tú no lo conoces. Quiero decí... como yo. La Prima mira hacia Manolo mientras se abanica... PRIMA Y ahora que había plantao sus ojitos en este cuerpo, se me embarca, prima. Qué mala suerte tiene una. Pero yo ya le he puesto una vela a San Antonio pa que me eche una manita.
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PEPI Menudo es ese Manolín... con las manitas. (justificándose) Eso dicen por ahí. PRIMA Pero tú qué sabes. Cómo a mí me gustan los hombres... Pepe llega alegremente a la mesa con una fuente de caballas asadas. PEPE Ya están aquí las caballitas. Detrás llega Cuqui con los tenedores en la mano. Cuqui se acerca a Pepi. CUQUI Mamá, papá me ha dicho que nos va a llevá a la playa el domingo. Pepi mira a Pepe con cierto desdén. PEPI ¿Ya era hora, no? Pepe mira sonriente a Pepi PEPE Y en coche de caballos, pa que se vea ese vestío tan bonito que te he regalao. La Prima le da un codazo a Pepi PRIMA Qué suerte tienes, Pepi PEPI La suerte un quebrao. No lo sabes tú bien.
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EXT. CASA DE CUQUI. AZOTEA. LAVADERO. -ATARDECER
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Pepi aparece por la azotea con un barreño vacío. Se acerca a recoger la ropa tendida. Desde el lavadero se OYEN las voces de la comparsa de Manolo ensayando una letra para el carnaval. LAVADERO Manolo mira a Pepi a través de la ventana, mientras sus compañeros ensayan un cuplé gesticulando mucho con los brazos y manos. AZOTEA Pepi sigue recogiendo ropa del tendedero. Manolo se acerca... Pepi...
MANOLO
Pepi responde con ironía y orgullo... PEPI Hola, Manolo. MANOLO Quería decirte que... PEPI (interrumpiéndole) No me digas ná. Te embarcas pa seis meses. Ya lo sé. Y yo aquí soy la última en enterarse... De tó. MANOLO Ha sío de pronto. Pero cuando vuelva... PEPI No vas a tené que esperá tanto. MANOLO Pero qué te pa/
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PEPI (cortándole) Ni pero ni ná. MANOLO No te pongas así, Pepi. PEPI ¿Y cómo quieres que me ponga? MANOLO He venío a decírtelo. Desde el lavadero llegan las voces de un cuplé del estilo... ” Tu cuerpo de sirena, tus ojitos marineros y tu pelo caletero...” MANOLO ¿Escuchas esa letra? La he hecho pa ti. Pepi continúa recogiendo la ropa del tendedero con rabia contenida MANOLO ¿No te gusta? PEPI Una mentira mu bonita. A lo mejor la Luisi se lo cree, pero yo no. MANOLO ¿La Luisi? PEPI No te hagas el tonto. Si además es prima mía. Pa que te enteres. MANOLO ¿Qué tiene que vé la Luisi con esto? PEPI Tú sabrás. Manolo se agarra a las cuerdas del tendedero...
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MANOLO Yo no sé más que... Te quiero. Te quiero más que a mi vida Pepi le aparta las manos del tendedero y descuelga una prenda. PEPI Te das mucha maña con esa boquita, pero a mí no me engañas. MANOLO ¿Quien te ha engañao, Pepi? PEPI Tú. Y no me digas Pepi. Manolo contesta con cierta arrogancia... MANOLO Con lo divino que me he portao yo contigo, me va a decí tú ahora... Pepi recoge el barreño con la ropa PEPI Yo digo lo que me da la gana. ¿Y sabes una cosa? Pepi se vuelve con rabia. ¿Qué?
MANOLO
PEPI Que un mojón pa ti.
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INT. CASA DE CUQUI. CUARTO DE CUQUI Y COMPLEJO - DIA
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Cuqui, sentado en el suelo al lado de la cama, vacía las cuerdas llenas de monedas de dos reales en una bolsa de plástico. Su gato Moro, merodea desconfiado a su lado. Cuqui hace intención de acariciarle. Moro no se fía ya de los achuchones, da un salto y se aparta.
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Cuqui se levanta y va hacia el pasillo. PASILLO Y DORMITORIO PADRES Cuqui abre con cuidado la puerta del dormitorio de sus padres. Allí está Pepi, durmiendo la siesta y roncando con la boca abierta. Cuqui cierra la puerta y sale de la casa con la bolsa de plástico en la mano.
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EXT. CALLE TIENDA BAZAR “EL GALEON” - DIA
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En el centro del escaparate, rodeado de artículos fabricados con moluscos y conchas, hay un hueco donde sólo queda un cartelito con un precio dibujado a mano... Dentro de la tienda, Cuqui mira intermitentemente al DEPENDIENTE DEL BAZAR y al barco de madera que tiene encima del mostrador. El DEPENDIENTE es un hombre mayor que con mucha tranquilidad está contando las moneditas de dos reales que hay sobre el mostrador y va haciendo montones, una encima de otra, alrededor del barco. DEPENDIENTE DEL BAZAR (terminando de contar las monedas) ...Quinientas tres y quinientas cuatro. El Dependiente mira muy serio a Cuqui... DEPENDIENTE DEL BAZAR Faltan dos. Cuqui pone cara de ángel. El Dependiente coge el barco y sonriendo se lo da a Cuqui. DEPENDIENTE DEL BAZAR Tó pa ti, chavea Cuqui no cabe en sí de alegría. Coge el barco y sale de la tienda.
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EXT. CALLES Y PLAZAS DE CADIZ. - DIA
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Cuqui corre por las calles y plazas de Cádiz con el barco de madera entre sus brazos.
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EXT. CALLE. TALLER DE LAPIDAS Y MARMOLES. - DIA
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Cuqui, con el barco en la mano, llega al taller de lápidas, al lado de su casa. Se detiene un instante en la puerta, mira con sigilo y entra...
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INT. CASA DE CUQUI. CUARTO DE ASEO. -NOCHE
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Cuqui, en calzoncillos, se entretiene mirando por el canuto de cartón de un rollo de papel de water. Pepi lo peina mojando el peine en el lavabo. PEPI ¿Ves lo bueno que has sido hoy? Po así tienes que sé todos los días. CUQUI Mamá... ¿El domingo puede vení Agustinito con nosotros? PEPI No lo sé... Y estáte quieto que no voy a terminá nunca. CUQUI Yo quiero que venga. PEPI Bueno, se lo diré a tu padre. CUQUI ¿Entonces le digo que sí? PEPI Díselo. Pero luego no lo vayas a hacé llorá, que te conozco. Cuqui le da un beso a su madre.
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PEPI Qué bonito eres. Pepi abraza a Cuqui cariñosamente. PEPI No sé qué haría yo sin ti... ratoncito.
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INT. CASA DE CUQUI. COMPLEJO. - DIA
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COMEDOR La pareja de canarios pían alegremente en su jaula con los primeros rayos de luz que llegan hasta el cierro. Encima de la mesa del comedor hay una bolsa grande de playa con un barco pintado. Al lado hay dos sillas de lona plegables. Pepe, vestido de playero, intenta torpemente abrir y cerrar una sombrilla nueva con los colores azul y amarillo. PEPE ¡Pepi! Venga, que el cochero lleva abajo más de una hora. Ya voy.
PEPI OFF
PASILLO Cuqui corre por el pasillo con un cubito y una pala en la mano. Lleva puesto en la cabeza el gorro de Gibraltar que le regaló Manolo a Pepi. Cuqui se dirige hacia la cocina... COCINA Pepi, luciendo su vestido nuevo, mete varias croquetas y una tortilla en la fiambrera. Cuqui se acerca para recoger una pelota que hay encima de la mesa de la cocina.
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CONTINUACION:
PEPI ¡¿Qué haces con eso puesto?! Trae pacá. Pepi le quita el gorro de la cabeza y lo deja en la mesa. PEPI Bueno empiezas tú el día. ¿De dónde lo has cogío? CUQUI Estaba en el armario. PEPI Tú ahí no tienes que tocá ná. Mira que te lo he dicho. Anda, deja la pelota aquí y llévate esto. Pepi le da una sandía grande. Cuqui la coge como puede y se la lleva hacia el comedor. Pepi coge el gorro de baño y lo tira al cubo de la basura. COMEDOR Cuqui entra en el comedor y deja la sandia encima de la mesa. CUQUI Voy a avisá a Agustinito, papá. PEPE No vayas a tardá ahora tú también. Cuqui sale del comedor. Pepe mira impaciente el reloj. PEPE ¡Pepi! Venga mujer... Pepi aparece con una pesada bolsa en la mano.
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PEPI Deja ya de meterme prisa, joé. ¿Por qué no vas bajando las cosas, en vez de quedarte ahí chillando? Pepi deja la bolsa en el suelo y vuelve hacia la cocina. ESCALERA Manolo baja las escaleras. Lleva una gorra marinera y un petate al hombro. Va canturreando un cuplé del carnaval. La puerta de la casa de Pepe está abierta. Hay dos bolsas en el descansillo. Pepe saca la sombrilla y se cruza con Manolo que baja... MANOLO Buenos días PEPE Hola Manolo. ¿Qué? ¿Te embarcas otra vez? MANOLO A vé, don José. Pepi aparece en la puerta con una sandía entre las manos. MANOLO Buenos días Josefa. PEPI Buenos días Manolo MANOLO Hasta la vuelta. PEPE Que vaya bien. PEPI Adiós Manolo.
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Manolo baja las escaleras. Pepi continúa con la pesada sandía entre las manos. PEPE Trae, que te vas a arriñoná. Pepe coge la sandía. PEPI Ay, que se me olvidaba el punto. PASILLO COCINA Pepi va hasta la cocina, recoge el gorro de baño del cubo de la basura y lo mete dentro de una bolsa con las agujas de hacer punto...
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EXT. CALLE CASA DE CUQUI Y FACHADA TALLER LAPIDAS. DIA
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Cuqui y Agustinito salen por la puerta a medio cerrar del taller de lápidas. Agustinito lleva en sus brazos el barco de madera. Manolo cruza por la acera de enfrente. CUQUI ¡Adios Manolillo! Manolo se vuelve sonriendo MANOLO Adiós sinverguenza. Cuqui y Agustinito corren hacia el coche de caballos que está parado frente a la puerta de la casa. PAQUIRRI, el cochero, ayuda a Pepe a cargar las bolsas. Pepi, afuera, de pie, sostiene la sombrilla. Llegan Cuqui y Agustinito. PEPI ¡Qué barco más bonito, Agustinito!
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CONTINUACION:
Agustinito mira muy contento a Pepi. CUQUI Se lo ha regalao su padre. PEPE Venga, subir Pepe le da la mano a Pepi para que suba. CUQUI ¡Yo quiero ir delante! PEPI Pero no vayas a marear a Paquirri. PAQUIRRI Si este tiene cara de santo, señora. (mirando a Cuqui) ¿A que sí? Sube... Paquirri ayuda a Cuqui a subir al pescante. Agustinito, con su barco de madera, sube detrás y se sienta frente a Pepe y Pepi. PAQUIRRI ¿Estamos listos? Paquirri da un golpe suave con el látigo al caballo. PAQUIRRI ¡Rumbo a América, Colón! El coche de caballos se pone en marcha.
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EXT. CALLES DE CADIZ EN COCHE DE CABALLOS. -DIA
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El coche de caballos camina alegremente por las estrechas calles de Cádiz. En el asiento de atrás, Pepi se coje del brazo de Pepe, apoyándose en su hombro. La luz de la mañana ilumina el colorido de las macetas en los balcones y azoteas.
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PEPI Qué día tan bonito hace hoy, Pepe PEPE Precioso Pepi... Como tú. Pepe y Pepi se miran tiernamente. PEPE (acordándose de pronto) ¡¿Te has traío un poquito de menúo?! PEPI (sonriendo) ¿De menuo? Te vas a poné como una vaca, pero allá tú... Menúo, pimientos asaos, adobo, cocretas, una tortilla, la sandía, una latita de melocotón, la botellita del Nicanó... Agustinito, con el barco de madera apoyado en sus piernas, mira con añoranza a Pepe y Pepi.
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EXT. PASEO FRENTE AL MAR EN COCHE DE CABALLOS. - DIA
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El coche de caballos pasea junto al mar. Cuqui, feliz, otea el horizonte con su mano apoyada en la frente. CUQUI (al cochero) ¿No puede ir más aprisa? PAQUIRRI Cuando yo era chico, esto era volá. Y si no que se lo digan a este, ¿verdá Colón? Hace veinte años... El más garboso de Cai. Mirándolo se quedaban cuando pasaba. Paquirri achucha a su caballo Colón con el latiguillo.
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PAQUIRRI Venga Colón... Que ya es tuyo. El coche de caballo, cerca de la playa, se recorta en el horizonte del mar.
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EXT. PLAYA. -DIA
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Cerca del mar, Pepi se dedica a hacer punto sentada debajo de la sombrilla. A su lado, Pepe está terminando un volcán de arena. Algo apartados, Cuqui y Agustinito dejan el barquito de madera junto a las rocas. Los dos están de pie, muy serios. CUQUI Yo te nombro timoné del barco Agustinito pone cara de enfado. AGUSTINITO ¿Timoné na más? Cuqui se lo piensa un momento... CUQUI Timoné y...Capitán de tó los mares. Agustinito, con cara de satisfacción, se agacha y coge el barco. Los dos se van corriendo hasta la orilla y meten el barco en el agua. Pepe se acerca. PEPE Cuidao no se vaya a ir... Que yo no sé nadá. Agustinito saca la mano del agua y le enseña un rollo de nylon que tiene amarrado en su dedo. AGUSTINITO Enseguía se va este a ir.
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Cuqui empuja con la mano el barco. Pepe apoya su brazo en el hombro de Cuqui. PEPE Y ahora... a navegar, ¿eh Cuqui? El barco se mueve entre las olas. Cuqui vuelve su cara hacia la sombrilla donde está Pepi. CUQUI Mira, mamá. Pepi se acerca PEPI Qué bonito. ¿Y cómo se llama? ¿El qué?
CUQUI
PEPI To los barcos tienen un nombre AGUSTINITO Es verdad Cuqui se queda pensativo... CUQUI Se llamará... ¡Cuqui! (mirando a Agustinito) Cuqui y Agustinito PEPE ¡Sí señor! Tú vas a ser un buen comerciante. PEPI Ay, Pepe, eso sí que no. Pepe estrecha a Cuqui contra su pierna. PEPE Pero las moneditas debajo de la cama se tienen que acabá, ¿eh, Cuqui?
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Cuqui se coge a la pierna de Pepe y agacha la cabeza. PEPE Sí, no pongas esa cara. PEPI (a Pepe) Mira que eres. Me dijiste que no se lo ibas a decí. Pepi se agacha y abraza a Cuqui PEPI Ya se ha chingao. No le hagas caso a tu padre, vida mía. Pepe sonríe, pasando su mano por los pelos erizados de la coronilla de Cuqui. PEPE ¿Chingarse este? Tú llegarás lejos... Cuqui. Pepe y Pepi se miran y abrazan en silencio a Cuqui. El barco de madera flota entre las olas, mientras en el horizonte el sol está a punto de ahogarse. VOZ DE CUQUI OFF (CUARENTA AÑOS DESPUES) Dicen que en Cádiz la primavera llega del mar, y ese verano que ya terminaba fué mi primavera. Nunca olvidé aquel barco por el agua y mis padres que me abrazaban en silencio. Y tampocó olvidé aquellas cosas que vi sin comprender. Llegué a soñar que no volvería al colegio. Pero no era más que un sueño. Un sueño de esos que, como tantos otros, se esconden detrás de las puertas que no debemos abrir.
FIN
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FERNANDO QUIÑONES CHOZAS (Chiclana de la Frontera, 1930 - Cádiz, 1998)
Poeta, narrador, ensayista, articulista y autor de varias obras de teatro. Es uno de los escritores más brillantes del panorama literario español de la segunda mitad del siglo XX. Se le considera como uno de los maestros en el género del relato de la generación de los 50. Jorge Luis Borges escribió del autor gaditano: «El único tema es el hombre, y en los relatos de Fernando Quiñones está el hombre, su índole y su destino». En 1961 gana el Premio de la Nación de Buenos Aires con los relatos que componen “La Gran Temporada”. Entre sus libros de relatos destacan: “Cinco historias del vino” (1960), “La guerra, el mar y otros excesos” (1966), “Sexteto de amor Ibérico” (1972), “Nos han dejado solos” (1980), "Viento Sur” (1987) y “El coro a dos voces. Una novela en relatos” (1997), uno de sus mejores libros según la crítica literaria. Como novelista, cabe destacar “Las mil noches de Hortensia Romero” y “La canción del Pirata” con las que
quedó finalista del premio Planeta en 1979 y 1983, respectivamente; “El amor de Soledad Acosta” (1989), “Encierro y fuga de San Juan de Aquitania”, con el que ganó el premio Café Gijón, en 1990; “Vueltas sin fecha” (1994) premio Juan March; y la última novela que vio publicada en vida: “La visita” (1998). Tras su muerte se publican algunos borradores y textos inéditos: “Los ojos del tiempo”, “Culpable o El ala de la sombra”, “Del libro de los sueños”…
De su obra poética sobresalen “Cercanía de la gracia” (Accésit del premio Adonais de 1956), “En vida” (Premio Leopoldo Panero 1963), “Las crónicas de mar y tierra” (1968), “Las crónicas de Al-Andalus (1970), Ben Jaqan” (1973), “Las crónicas americanas” (1973), “Las crónicas del 40” (1976), “Las crónicas inglesas” (1980), Muro de las Hetarias (1981), “Las crónicas de Hispania” (1985), “Las crónicas de Castilla” (1989), “Las crónicas del Yemen (1994), “Las crónicas Yugoslavas” (1997) y “Las crónicas de Rosemont” , premio Jaime Gil de Biedma 1998. Entre sus estudios y ensayos, a la sombra de su gran afición al flamenco, destacan “De Cádiz y sus cantes” (1964) y “El flamenco, vida y muerte” (1982).
Asiduo colaborador en los medios periodísticos, y muy especialmente en el Diario de Cádiz, desde cuyas páginas luchó incansablemente por la ciudad que le vio crecer, Fernando Quiñones fue investido Doctor Honoris Causa por la Universidad de Cádiz un año antes de su muerte. Hombre de infatigable amor al cine, es un autor siempre vivo entre sus páginas y del que la «Fundación Fernando Quiñones» se encarga de mantener, preservar y difundir, tanto su obra como todos los valores que encierra.
IN MEMORIAM
Me hablaste de un sueño en la noche, como una larga pesadilla a ratos velada por el verdor de la luz encendida en la habitación de tu «chalet con vistas al mar», que así era como a ti te gustaba llamarle a la «Residencia». A la boca de ese sueño se asomaba una y otra vez un pajarillo. Había nieve, mucha nieve y mucho frío. Y el pajarillo se posaba en una rama vencida y la rama se quebraba… Son las últimas palabras tuyas que te recuerdo de aquella visita otoñal al hospital. Bromeamos: por tus venas bajaban, torrenciales, las aguas milenarias de la Caleta. Imaginé pegar bien mi oreja a tu ombligo y cual fue mi sorpresa al poder oír allí adentro en las entrañas, rugiendo con toda nitidez, olas que llegaban, una tras otra, cada una a su manera pero todas con la bravura de estar luchando para vencer a lo que tú llamabas tu «fastidio de abajo». Eran olas fenicias, romanas, olas del Islam, olas que mecieron a guerreros y a pescadores, a comerciantes y a poetas. Eran también las mismas olas que habían despertado el sueño de libertad de Juan Cantueso.
Hoy sé que aquellas olas eran el eco de un deseo imposible de cumplir. Pero también sé, ahora, con mis pies sobre el castillo de Santa Catalina, que esas olas son las mismas que arrojan sobre la playa, una a una, día a día, todas tus palabras para hacerlas tan eternas, al menos, como el mar.
Paco Periñán.