Nº 212 - MARZO 2010
MARZO 2010 INTEGRAR LA HUELLA DEL TIEMPO Bernalte y León/MINIM/Wüstemann/Yiacouvakis Hamelin MOBILIARIO EXTERIOR SISTEMAS MODULARES ESPECIAL ILUMINACIÓN
212
ESPAÑA 5,90 % PORTUGAL Cont. 6,00 % ALEMANIA 12,00 % AUSTRIA 9,90 % BÉLGICA 9,20 % FINLANDIA 9,90 % FRANCIA 10,10 % GRECIA 9,00 % ITALIA 10,80 % SUIZA SFr. 16,50
INTERIORISMO ARQUITECTURA Y DISEÑO
INTEGRAR
LA HUELLA DEL TIEMPO ESPECIAL ILUMINACIÓN MAURICI GINÉS LUZINTERRUPTUS LAS NUEVAS LUMINARIAS DE EXTERIOR
GLOBUS
Nuevas casas de Gus Wüstemann, Bernalte y León, Yiacouvakis Hamelin El hogar digital de Sony en Madrid Arik Levy: Diseño people2people Todo sobre los nuevos muebles para exteriores Sistemas modulares
reportaje
SELECCIÓN NATURAL EN LA OFICINA
beta
De la mano de Tecno y como renovados darwinistas, los diseñadores de Pierandrei Associati lanzan esta primavera una especie capaz de revolucionar el sector de la oficina. Por PILAR GÓMEZ
El aniversario de la publicación de El origen de las especies de Darwin devolvió, el año pasado, a la actualidad –si alguna vez no la tuvieron– conceptos como evolución y adaptación al medio. 150 años después y en un terreno bien distinto, esos criterios han inspirado y decidido las formas de beta –tecnospa. com/beta–, el nuevo sistema de mobiliario de oficinas de Tecno. Pero hasta llegar a él, tanto los diseñadores como la empresa se han embarcado en un Beagle particular, un apasionante viaje de investigación que se ha acabado plasmando en un libro. El argumento comenzó a escribirse tras un relevo generacional en Tecno, cuando los nuevos responsables decidieron recuperar el espíritu de los fundadores, los hermanos Borsani. Un espíritu definido por productos-hito con una marcada veta tecnológica y una larga vigencia
en catálogo cuyos mejores representantes son Graphis (1968), de Eugenio Gerli, y Nomos (1986), de Norman Foster. La primera cuestión era quién podría encargarse de ello. “Si lo que realmente queríamos era renovar, necesitábamos a alguien que no hubiera diseñado oficina, aunque sí que contara con cierta experiencia”, señala Javier Blanco, director general de Tecno. Se fijaron en Pierandrei Associati, un estudio milanés con buenas relaciones con el Politécnico de esa ciudad, la experiencia adquirida en los despachos de Renzo Piano y Ron Arad y algunos interiores en su haber. Alessandro M. Pierandrei, Fabrizio M. Pierandrei y Stefano Anfossi reconocen el arrojo de Tecno al elegir un estudio de casi “recién llegados al diseño de oficina como éramos nosotros hace año y medio”, explica Fabrizio. Como Darwin a bordo del Beagle,
La columna vertebral de beta es un módulo (arriba) que crea espacios independientemente de los muros. Crece como las ramas de un árbol y acaba en unas hojas: las mesas, que resuelven almacenaje, trabajo y reunión en un mismo plano.
lo primero que hicieron fue iniciar un diario de viaje donde registrar hechos, ideas, imágenes, cualquier aspecto que observaban en el medio y que pudiera ser relevante para el futuro producto. “No somos de los que a la hora de resolver un problema se conforman con un stylish rendering. Nuestra manera de acometerlo –prosigue Fabrizio– se caracteriza por un pensamiento fluido: comenzamos con una intensa fase de investigación en la que implicamos a la empresa invitándole a compartir datos e información en un periodo corto de tiempo. En este caso, a la primera reunión no llevamos bocetos, sino tres relatos alrededor del tema ‘cómo trabajaremos en el futuro’. Cada historia tenía un protagonista que contaba cómo era uno de sus días habituales de trabajo... en 2015. Seguramente no era lo que esperaba el equipo de Tecno, pero sí una
manera de crear una plataforma común a partir de la cual compartir ideas y conceptos para el futuro producto. Una experiencia que todos estuvimos de acuerdo en plasmar en un Concept Book. Su título: Reshape. Adapt. Evolve”. Cada una de las tres palabras es un concepto esencial en beta. El primero, reshape, porque antes que llenar o rellenar un espacio, se trataba de generarlo proporcionando una herramienta flexible, autosuficiente capaz de organizar de manera alternativa la oficina. De ahí la insistencia en que beta se perciba como un entorno en vez de como un producto. Un entorno que crece y se reproduce más como un organismo vivo que siguiendo una lógica cartesiana. La columna vertebral o backbone es una estructura modular inspirada en las ramas de los árboles, capaz de crecer independiente del edificio. Es una infraestruc-
tura que soporta instalaciones de datos, electricidad, e incluso de agua sin necesidad de falsos techos o suelos, de modo que en sus versiones más radicales podría resolver una cocina o usarse como jardinera. Con unas medidas de 120 x 50 x 50 cm y en polipropileno, además de funciones estructurales sirve de almacenaje y adopta diversas formulaciones: con cajones, puertas, estantes, ruedas... Combinada con accesorios también puede albergar paneles divisorios, improvisar asientos adicionales o puntos de reunión. Respecto al segundo concepto, adapt, tanto la manera de configurar el espacio como la forma tridimensional de los sobres de las mesas derivan de la observación de los modos de trabajo. “No sólo había que cumplir requisitos técnicos y ergonómicos sino de comportamiento –explica Fabrizio–. En las oficinas se comparten ex-
reportaje
Los dibujos muestran el crecimiento “natural” que permite beta y su aprovechamiento del espacio, equivalente al de los puestos tradicionales. Junto a beta, en las fotos, sillería de Aresline y piezas contract de Quinze & Milan.
periencias, se discute, se progresa... Analizamos estas necesidades e intentamos que el mobiliario respondiera adaptándose a situaciones de reunión más y menos formales, aislamiento, comunicación, descanso...”. La pieza clave aquí es el sobre de las mesas, las hojas en las que derivan las ramas. Se presentan en tres formatos para dar respuesta a todo tipo de empresa, pero es en la versión más evolucionada donde se observan mejor sus posibilidades. De formas redondeadas, las mesas resuelven funciones de almacenaje o apoyo a menudo en la zona del backbone. A continuación, el área trabajo acoge al usuario con su forma que luego se proyecta en un área donde es posible reunir a dos o tres personas. Finalmente evolve es una de las premisas de la selección natural: la variabilidad, la mutación puede dar lugar a dife-
rencias que garanticen la supervivencia. Desde su concepción, beta se ha planteado para perdurar en el catálogo, pero no de manera inmóvil sino como algo cambiante a través de accesorios, principalmente. El mismo nombre enfatiza ese aspecto. “Tiene una doble intención. Por un lado seguir la exitosa estela de Tecno de usar nombres griegos y latinos (Nomos, Graphis). Por otro, queríamos que la noción de evolución estuviera presente incluso en el nombre”. Y así es. En informática, beta es una versión de un programa de prueba. “Nosotros decimos que el lanzamiento de un producto al mercado no es el final, sino el punto de partida. Con beta 1.0 (ese es el nombre y el apellido del programa) lanzamos un sistema que será seguido por otros. beta no ha hecho más que empezar”. De hecho, la noción 2.0 ya está en marcha en “el
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posterior desarrollo del sistema mediante la creación de una comunidad de usuarios que refieran experiencias, comentarios...”. No sólo en términos virtuales. Desde su fase de prototipos beta amuebla las oficinas tanto del estudio Pierandrei como las del showroom de Tecno en Madrid. Con resultados. “Aparte de mejorar las actividades de grupo, la gente trabaja a gusto y cómodamente y, sobre todo, entiende al instante las posibilidades de personalización, sugiriendo nuevos accesorios que surgen con el uso (y con el abuso y el mal uso)”. Mesitas auxiliares, paneles divisorios básicos con bolsillos para enseres personales, con pizarras para apuntar las ideas de una tormenta son algunos de los accesorios que hacen fácilmente apropiable el sistema. Para el futuro se piensa ya en pantallas enrollables y dispositivos acústicos que conviertan
los paneles en altavoces. El color es otra herramienta de personalización. La combinación originaria es blanco y verde, quizá por la importancia de las cuestiones ambientales, aunque también existen acabados en rojo, arena, azul, basalto y negro. Desde un punto de vista más literal, las piezas están hechas de un solo material para facilitar su reciclaje: “Buscamos los mejores materiales en términos de reutilización para cada uno de los componentes y el packaging. Pero también trabajamos aspectos que repercutan en el ciclo de vida del producto. Por ejemplo, creamos un servicio de mantenimiento para sucesivas actualizaciones de las versiones viejas de beta, así como de las reparaciones y reemplazo de piezas. Creemos que el producto más ecológico es el que dura toda la vida”. Una de las críticas más habituales –según el director de
Tecno– llega de quienes opinan que este producto está enfocado y sólo es válido para un tipo de empresa y de cliente. Lo consideran demasiado moderno o, siguiendo con su propia terminología, “evolucionado”. “A esos les explicaría –habla Fabrizio– que no se trata de un sobre de mesa a la moda, sino de una familia entera de productos que permite definir propuestas tradicionales, pero también no tradicionales, evolutivas. Se trata de considerar la manera en que se trabaja y ofrecer el plus de tener la posibilidad de cambiar de configuración en el futuro. El valor principal de beta reside en su capacidad de amoldarse a la gente, adaptándose a sus hábitos y permitiendo el mayor grado posible de personalización. Por eso creo que cuando se mira a beta se crea una especie de conexión, como con algo con lo que uno estuviera ya familiarizado”. N