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RECICLADA Y TECNOLÓGICA Proyecto Tienda de moda y complementos L’Eclaireur en París Autor Arne Quinze Studio Superficie 450 m2 Realización 2009 Situación Sévigné 40. París Fotografía Dave Bruel
Allá por los primeros ochenta, cuando lo que hoy conocemos como concept store ni siquiera cabía en las mentes más trendies, Armand y Martine Hadida, los fundadores de L’Eclaireur, andaban ya ofreciendo desde un pequeño sótano en los Campos Elíseos muchas pistas sobre por dónde iban los tiros en la moda internacional. Prada, Helmut Lang, Galliano o Martin Margiela eran algunas de las marcas que distribuían en exclusiva. En 2000, con L’Eclaireur ya en boca de muchos, inauguraron una tienda de ropa exclusivamente masculina en la rue Malher. Un año después, el nuevo reto fue la de Place des Victoires: sin ventanas, sin nada que delatara lo que había dentro, el cliente debía, y debe, llamar a un timbre para acceder al interior. Capaces como nadie de combinar moda y diseño, Armand y Martine Hadida han revitalizado la idea de lo que significa vender moda exclusiva. En este sentido, la
boutique que presentamos: el espacio Sévigné, obra de Arne Quinze, da fe de su manera de entender el producto y el trato con el cliente. El propio Quinze describe el proyecto como “una experiencia” y asegura que “creció como un sueño alimentado por emociones, historia y recuerdos. Es una fantasía en la que espero que todo el mundo encuentre una historia apropiada”. Arne Quinze conoció a Armand en Estocolomo en 2004, durante unas conferencias, e inmediatamente congeniaron. No podía ser de otra manera dada la forma de entender la moda de Armand y la manera de ver la arquitectura y el interiorismo de Quinze, y que ahora se funden en esta suerte de galería de arte donde mandan los materiales reciclados. Tablones de madera, planchas impresas y cartón pintado barnizado con poliuretano, que aporta a las estanterías un efecto irregular, se complementan con detalles de teconología avanzada,
como el uso de 147 pantallas de vídeo y de leds de Zumtobel. El acceso desde la calle se realiza a través de un vestíbulo en forma de túnel que conduce a una puerta brillante. Dentro, el espacio aparece dominado por una escultura idéntica, aunque gibarizada, a la gigantesca que Quinze hizo hace justo tres años para el festival Burning Man en el desierto Black Rock de Nevada. Este belga es capaz de moverse como pez en el agua en el resbaladizo terreno que separa el arte de la arquitectura, y en este caso concreto reconoce que se ha esforzado por ir más allá de los límites preestablecidos, “por crear paredes entre las paredes, cajas entre las cajas. Me gusta provocar reacciones con contradicciones sencillas. Combinar tecnología con materiales reciclados, asociar la luz con el gris de tal manera que sólo se aprecien los contornos y las sombras”. Probablemente, la primera sensación del visitante al acceder a la boutique tenga mucho que ver con el caos. Parece como si la
tienda se estuviera desmantelando, pero es sólo una táctica de Quinze. Paseando entre las estanterías saldrán a flote otras muchas sensaciones, como el tacto y la vista –los casi 150 ojos pestañeantes que pueblan las pantallas resultan bastante inquietantes–. De hecho, no se puede decir que éste sea estrictamente un proyecto arquitectónico o de interiorismo, sino más bien una gran escultura habitada, un paisaje donde el cliente es parte de la experiencia, donde luces, espejos y vídeos van variando el entorno. ¿Y qué pasa con la ropa? Exactamente nada. A los Hadida no les importa que el cliente abra un armario y descubra unas velas o un bolso. Se trata de despertar la curiosidad. Su interés por la moda es el mismo que por el interiorismo o el arte. Y en ese sentido no hay que olvidar que el mismo Quinze, antes que arquitecto o interiorista, prefiere que se le defina como artista. No extraña que los Hadida y Quinze hayan estado juntos de veraneo. N RFB
La nueva tienda de L’Eclaireur en París, obra del artista belga Arne Quinze, es un espacio interactivo que combina detalles tecnológicos, como 147 pantallas de vídeo o leds de Zumtobel, con materiales reciclados como tablones de madera o cartón pintado y barnizado con poliuretano.