CEUTA, MELILLA, CANARIAS 4,05 €
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Red Bull Headquarters JUMP STUDIOS Londres, Reino Unido
TEXTO
—Fernando Rodríguez FOTOGRAFÍA
—Gareth Gardner
En Soho Square, en el centro del West End londinense y a pocas manzanas de la Architectural Association, la compañía de bebidas energéticas Red Bull eligió un edificio del siglo XIX para establecer su sede y oficinas centrales en el Reino Unido. Una zona de Londres donde la gran cantidad de particularidades es significativa en varias de las categorías normalmente reseñadas en las guías: gran cantidad de sedes de empresas de comunicaciones, gran cantidad de bares de moda, gran cantidad de actividades culturales en su entorno; alta concentración, en definitiva, de beautiful people, pobre o rica.
— ARQUITECTO
Jump Studios (Shaun Fernandes, Simon Jordan, Laszlo Fecske, Go Sugimoto) —
yecto, cuenta que “animar la interacción entre todos los empleados, a la vez que comunicar los valores y la identidad de la marca” han sido los propósitos que han guiado su intervención en este edificio de cerca de 1.800 metros cuadrados de superficie total. Todo para conseguir esa exclamación de asombro y vértigo dinámico que consideran vital asociar con Red Bull.
El trabajo de Jump Studios para Red Bull es interesante más allá de lo arquitectónico. La recuperación y transformación de un edificio antiguo en oficinas es, hoy en día, algo ya poco heroico. Sin embargo, la traslación de los valores de una marca global dedicada a la comercialización de bebidas energéticas al diseño de sus instalaciones centrales, en un edificio de más de cien años de vida y en pleno centro de la City of Westminster, sí puede ser algo reseñable, sobre todo si el resultado es, como puede leerse al respecto en algún blog, algo así como wooohooo..!
Para generar todas las emociones ligadas al dinamismo y la excitación propias de la compañía, esa especie de política de empresa tomada directamente de la publicidad de la marca, la estrategia espacial seguida en el proyecto fue sencilla: llegar a lo alto del edificio por una caja de ascensores, acceder a un espacio común de relación al más puro estilo London Clubbing, y descender vertiginosamente de distintas maneras a través de los forjados para llegar a los espacios de trabajo. Esta operación básica, materializada en elementos fluidos y contemporáneos, liga todo el espacio, formando un continuo en varios planos bañados de los colores corporativos y generando así un “espacio de trabajo abierto, eficiente, dinámico y conectado”, llamado a hacer las delicias de trabajadores y visitantes.
El cliente representa en este caso una serie de valores relacionados directamente con sensaciones “más fuertes de lo habitual”: altas dosis de adrenalina deportiva o nocturna y, sobre todo, la estimulación, el esfuerzo y el ocio en sus vertientes más dinámicas. Los antecedentes funcionales de la compañía, hasta el momento del encargo dividida en dos sedes distintas, constituyen el otro gran paquete de condicionantes previos. Desde Jump Studios, Simon Jordan, director del pro-
Las nuevas oficinas ocupan las dos últimas plantas del inmueble de Soho Square, incluyendo además el espacio ganado con la construcción de una caja de vidrio en la azotea, desde la que se puede disfrutar de espectaculares vistas del West End. Funcionalmente todo el espacio corporativo cuelga de esta última planta: en ella se encuentran la recepción y los espacios principales de relación, las salas de reuniones más formales y las más espontáneas, un área de descanso con grandes
ESTRUCTURA
Price & Meyers — SITUACIÓN
Soho Square, West End, Londres — FINALIZACIÓN DEL PROYECTO
Agosto 2006 — 52.interiores
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En la planta superior se emplean dos elementos para articular la intervención a nivel espacial, material y emocional: un vacío continuo que atraviesa todas las plantas y una lámina de fibra de carbono que desde la terraza exterior recorre todo el edificio.
sofás, un office con cocina y un bar con salida a la terraza y vistas sobre la plaza digno de cualquier hotel de moda. Este social hub se utiliza durante todo el día, siendo el centro neurálgico de la compañía y de la actividad de los empleados. En esta planta aparecen los dos elementos que articulan la intervención a nivel espacial, material y emocional: un vacío continuo que atraviesa todas las plantas y una lámina de fibra de carbono, que recuerda a los half-pipes utilizados por los skaters, que desde la terraza exterior recorre todo el edificio. El vacío vertical conecta todas las plantas mediante una escalera ligera y un tobogán que hacen del tránsito entre departamentos algo propio de una tarde en un parque acuático; excitante y divertido. La lengua de fibra de carbono se pliega de diferentes formas y genera distintos usos: la gran sala de juntas, la cafetería o los espacios comunes y más representativos de las plantas inferiores. También envuelve el tobogán y las escaleras, y acaba en el piso más bajo formando una plataforma que sirve de espacio informal de reunión. La utilización de este material tan ligado al deporte de riesgo (con él se fabrican cascos de veleros, esquís, tablas de skate o bicicletas) consigue establecer de un solo golpe toda una
serie de analogías sensoriales que pueden llegar a superar con creces las expectativas de cualquiera que sepa dónde se mete. Adrenalina en estado puro, a través de piezas materiales y con usos concretos. Las tres plantas tienen una configuración abierta, generosa en los espacios y en las relaciones visuales que han de establecerse entre los puestos de trabajo. Los espacios necesariamente cerrados para reuniones, archivos o aseos, aparecen en la planta continua singularizados en mayor o menor medida, exentos y coloreados, cerrados con paramentos de vidrio de distinta trasparencia o con paneles plásticos de color. También se muestran ligeramente elevados respecto a la cota del suelo, iluminados desde la base para potenciar su independencia del espacio general. La relación con el exterior varía dependiendo de la planta: desde el cerramiento continuo de vidrio de la superior, hasta los amplios ventanales originales del edificio de las inferiores. Las cajas de escaleras, ascensores y cuartos técnicos se sitúan en dos de las esquinas de la planta, quedando las fachadas libres y socializando las vistas hacia Soho Square y el West End. Ciertamente parece que la homogenización del espacio de trabajo y su paradójica singularización posterior mediante los elementos descritos producen
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El acceso al edificio se realiza a través de un espacio común de relación situado en la última planta. Desde ahí, se descendiende vertiginosamente a través de los forjados para llegar a las zonas de trabajo. De esta forma se genera un “espacio de trabajo abierto, eficiente, dinámico y conectado”.
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El edificio cuenta con un tobogĂĄn de fibra de carbono que parte de la planta superior hasta la planta baja conviertiendo el espacio en una zona lĂşdica. Los muebles se eligieron en amarillo, rojo y azul elĂŠctrico, los colores corporativos de la empresa.
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Los espacios que necesariamente han de estar cerrados, para reuniones o aseos, se delimitan con vidrios o paneles plásticos de color con diferentes grados de transparencia. También, se elevan respecto del suelo (de plancha de vinilo color grafito) y se iluminan desde la base para potenciar la independencia.
un efecto contradictorio e interesante a caballo entre el modelo Chelsea neoyorquino y el diseño más rabiosamente aparatoso de principios de este siglo.
un clásico de la distribución de piezas de diseño de los siglos XX y XXI entre los londinenses. La mayoría de las piezas —sillas, sillones, mesas y sofás— son rojas, azul intenso o amarillas, la estricta gama de colores corporativos de la empresa, útilmente colocadas en las salas de reunión, en el área de trabajo o en los break out (espacios de descanso), potenciando así el acabado continuo del contenedor y completando con su presencia todo un ejercicio de manual de estilo empresarial.
Los materiales utilizados han sido elegidos atendiendo por un lado a la voluntad de actualizar materialmente el espacio proyectado y, por otro, a su idoneidad constructiva y sus cualidades resistentes. Los suelos, azul intenso en la mayor parte de las áreas, son de planchas de linóleo, con la junta marcada en la planta superior y continuos en las inferiores. En las salas de reunión y las oficinas más privadas se han utilizado planchas de vinilo entrelazado de diferentes colores. Los techos son planchas de policarbonato de grandes dimensiones con subestructura metálica, tras las cuales aparecen tubos fluorescentes enlazados formando círculos o cuadrados. El elemento principal que recorre todas las plantas en forma de plano plegado curvo es, como ya se ha adelantado al principio, de fibra de carbono tratada.
El trabajo de Jump Studios para Red Bull ha puesto de manifiesto la capacidad comunicativa de este estudio multidisciplinar con base en Londres. El resultado es una intervención arquitectónica que se diluye en la identidad corporativa de la marca-cliente, mediante una inteligente mezcla de diseño industrial, de campaña publicitaria y de proyecto arquitectónico que, el tiempo lo dirá, puede llevar incluso al re-branding de la compañía para estar a la altura de sus flamantes nuevas oficinas centrales.
La elección del mobiliario, distribuido estratégicamente por todo el espacio de trabajo y relación, ha sido confiado a twenty/twentyone,
www.jump-studios.com
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