La prensa grafica

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Análisis de la forma Es posible que te hayas planteado alguna vez por qué las cosas que ocurren nos las cuentan unos periódicos de una forma, y otros periódicos de otra casi totalmente diferente. Unos traen más fotografías, otros utilizan unos cuerpos de letra más grandes para los titulares. Un investigador francés llamado Jacques Kayser se debió hacer, también, algunas de estas preguntas, y desarrolló un método para poder analizar la prensa escrita. Mediante diferentes técnicas de investigación, Kayser ha aportado ciertas respuestas, sobre todo en lo referente a la presentación de los mensajes, razón por la que su obra ha sido promocionada por la UNESCO. La técnica de Kayser para el análisis de la forma de los mensajes está basada en un principio que permite revelar qué es lo que un periódico quiere, o ha querido, comunicar a sus lectores, bien mediante sus informaciones, bien a través de los artículos. ¿Para qué? Para observar la influencia que ha ejercido en el lector una lectura normal del periódico. El método de Kayser permite estudiar la importancia que un mensaje ha merecido para un periódico concreto en un día determinado. Y para ello establece una valoración sobre la presentación, la ubicación, la forma de titular y la confección o compaginación. Para entender la forma de presentación de los mensajes en la prensa escrita hay que tener en cuenta. 1. La personalidad del periódico, es decir, a quién pertenece, su identidad jurídica, económica, política, etc. 2. Cómo está estructurado el periódico. Qué porcentaje de página se ofrece a los textos, qué espacios concede a los mensajes publicitarios, cuántas ilustraciones aparecen, cómo están confeccionados los titulares, cuántas columnas se utilizan para la inserción de los contenidos, etc. En este bloque nos interesa aquello que se refiere a la forma de exposición de los contenidos periodísticos, lo que no es publicidad, y que se contempla desde las diferentes secciones de redacción como el producto de un esfuerzo intelectual que se realiza mediante el reparto del contenido general de la publicación periódica según sean las categorías y, según Kayser, en función de diferentes razonamientos. La distribución de las categorías se puede realizar conforme a diversos criterios, entre los que predomina la clasificación en función de: • • • •

Los géneros: pues como has visto en el bloque cuatro (géneros periodísticos), pueden ser informativos, de opinión o interpretativos. El origen de los textos: En un periódico puedes encontrar textos históricos, literarios, artísticos, etc., y textos puramente periodísticos. El ámbito geográfico: local, comarcal, provincial, regional, autonómico, nacional, europeo, internacional, etc. Su objetivo: Cultural, económico, político, informativo, mixto, etc.


Los contenidos: un periódico puede contemplar diferentes apartados o secciones como: nacional, opinión, internacional, sucesos, cultural, educación, deportes, radio y televisión, sociedad, política, etc.

Análisis de contenidos Prácticamente todos los periódicos, por ejemplo los diarios de información general, trasladan una información basada en los mismos hechos, y lo hacen mediante textos, fotografías e infografías. Bien es cierto que la línea editorial del periódico y los artículos de opinión son los que diferencian unos de otros. Pero en lo que se refiere a los textos periodísticos elaborados por la redacción del medio, cuando has tenido la oportunidad de comparar, seguramente en más de una ocasión te has preguntado ¿Por qué hay periódicos que informan de un hecho de forma tan diferente? ¿Te has preguntado cuál es la razón por la que una noticia aparece en un periódico en portada y en otro en la página 24? ¿Te has dado cuenta que una noticia puede ocupar en un diario una página y en otro apenas cuatro líneas? ¿Cuál es el motivo por el que se difunden unos hechos y no otros? Para averiguar y poder entender algunas de estas diferencias y llegar a ciertas conclusiones que nos afectan a todos, por las reacciones que pueden provocar (por ejemplo, por qué sigues comprando o leyendo ese periódico), Bernard Berelson desarrolló unas técnicas de investigación que aplicó al campo de la comunicación. El análisis de contenido se realiza mediante una descripción objetiva, sistemática y cuantitativa y proporciona suficientes elementos de juicio que nos ayudan a contestar a muchas de las preguntas que nos hacemos día a día cuando leemos la prensa, e incluso nos permiten establecer una relación entre quien escribe (el periodista), el medio (el periódico) y quien lo compra (el lector), según sean los objetivos y las reacciones que se producen a posteriori. Al analizar los contenidos de un periódico tienes dos opciones: 1. una cualitativa, en la que se clasifican los elementos del contenido por categorías. Aquí puedes aplicar los criterios que apuntaba Kayser para el análisis de la forma: según el género periodístico, el origen de la información, sus objetivos, los contenidos, etc. 2. otra cuantitativa, en la que Berelson establece unas unidades de análisis para la cuantificación, como por ejemplo: cuántas palabras contiene el texto; cómo está estructurado el mensaje (sujeto, verbo y predicado); las formas de expresión de los autores de esos mensajes; los espacios que ocupan (centímetros cuadrados) sobre el total del contenido; la disposición con la que nos encontramos esos mensajes (tres, cuatro o cinco columnas, las líneas de texto, etc.). Para que te hagas una idea, si te pones a analizar un diario de información general, lo primero es realizar la clasificación cualitativa, por ejemplo por temas.


Puedes empezar por elegir una sección que te interese, como por ejemplo la de información deportiva. A continuación, puedes averiguar la importancia que ese diario otorga a este tipo de contenidos hallando el porcentaje sobre el total de páginas del periódico dedicadas a esta sección (de un total de 64 páginas, si dedica, por ejemplo, ocho a los deportes, será el 12,5 por ciento). Y si de esas ocho páginas, cuatro están dedicadas a tu equipo favorito, es posible que estas dos razones tengan mucho que ver en tu decisión de leerlo todos los días.

Érase un acontecimiento Según la sociedad a la que pertenezcas, la forma de conocer un acontecimiento y de entenderlo será diferente, pues cada sociedad cuenta con medios muy diferentes, con tecnologías más o menos avanzadas, y utiliza análisis diferentes para la aplicación de esos aconteceres. Así pues, no será lo mismo un acontecimiento para ti, que vives en España, que para un joven que vive en Sudáfrica. Pero, ¿qué es un acontecimiento? Se define como todo lo que sucede en un espacio y tiempo concreto y se caracteriza como accidental, singular y difícil de prever. Y para que un suceso o hecho se convierta en acontecimiento dependemos de las normas que rigen nuestra sociedad, desde las socioculturales, económicas o políticas, a las informativas. Para que no te pierdas, debes saber que existen dos grandes tipos de acontecimientos: 1. Los previsibles, como por ejemplo cuándo y dónde se va a celebrar un partido de fútbol y los equipos que van a jugarlo. 2. Los imprevisibles, los más temidos, como sucede con los atentados terroristas o los desastres naturales. Los medios de comunicación son los encargados de comunicar el hecho acontecido a la sociedad. Cuando esto se produce, y la prensa, la televisión o la radio crean el acontecimiento periodístico, o mensaje, para difundirlo y cumplir con el papel que les corresponde, ese suceso o hecho previsto o imprevisto se convierte en noticia. Y como todo en la vida, de entre los muchos sucesos que ocurren, unos interesan más que otros, y se clasifican de la siguiente manera: •

Los que afectan directamente a la vida de las personas, a la vida cotidiana. Por ejemplo, el tiempo que va a hacer mañana o el fin de semana. Los que afectan desde el plano emocional o ideológico, pero no inciden en la vida cotidiana del individuo. Por ejemplo, un accidente de autobús


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con muchos muertos ocurrido en una provincia cercana, o el triunfo del partido político en unas elecciones. Aquéllos que no nos afectan por ocurrir en otro tiempo y/o en otro lugar. Por ejemplo, un terremoto en la India. Los que nos provocan indiferencia. Por ejemplo, el cambio de presidente en Sudán o la subida del pan en un país lejano.

En los últimos años, los avances tecnológicos son muy notables y los medios de comunicación se encuentran en una carrera en la que se han marcado unos objetivos, entre los que destaca buscar una mayor implicación con el lector (en nuestro caso, el de media-prensa), mediante la actualidad, el conocimiento, la periodicidad y el entorno, para que el interés del lector aporte una mayor capacidad de respuesta y fidelidad. La actualidad En más de una ocasión habrás oído que una noticia se fundamenta en la actualidad: la inmediatez de la noticia. Por lo tanto, el tiempo es una de las claves para distinguir una noticia de otros acontecimientos. En el mundo del periodismo, la actividad del periodista es reconocida cuando sabe seleccionar y difundir los "hechos de actualidad" lo antes posible. Pero te preguntarás ¿cuándo una información es noticia?. Pues: •

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Cuando es reciente porque ha ocurrido hace muy poco o porque, habiendo ocurrido hace mucho, se acaba de descubrir. El segundo caso parece de perogrullo, pero piensa en esto: si encuentras los restos de un antepasado de hace miles de años en una cueva, se convertirá en noticia por haberlo descubierto ahora (y tú también claro). Cuando se difunde o se da a conocer lo antes posible. Cuando circula, es decir que alcanza a un número amplio de personas y, además, es comentada y provoca repercusiones (éxito total).

Se puede denominar, como ves, "actualidad periodística" a ciertos hechos que se producen de forma reciente o inmediata y que se difunden a través de los medios de comunicación: prensa, radio, televisión, etc. Y estos medios nos cuentan aquello que ocurre en nuestra sociedad, en nuestra ciudad, en nuestro pueblo, en nuestro país, etc. Nos informan. Por lo tanto, la información está sometida por lo actual y, además, no coincide con todos los hechos que acontecen, como no coinciden los medios a través de los cuales se distribuye. También te puedes preguntar ¿es lo mismo lo último que ha ocurrido que un hecho nuevo? Para poder diferenciar la actualidad de la novedad, tan relacionadas con el tiempo en que se vive, el ahora, debes entender que la primera, la actualidad, se corresponde con el interés, mientras que la novedad se corresponde con el conocimiento. La actualidad es lo que interesa, lo que preocupa en un momento determinado. La novedad es aquello que acabamos de conocer. Una información puede ser actual sin ser novedosa y viceversa (es


posible que, si te gusta un deporte y la competición se celebra el fin de semana, aunque en la radio y la televisión te enteres de los resultados, el lunes leas la información referida a ese acontecimiento que te interesa). La novedad no implica que el acontecimiento sea reciente. Lo que es reciente es su conocimiento. Existen varios tipos de actualidad: corta, media, larga y de constante duración. Hay noticias, como por ejemplo por ejemplo un accidente aéreo, que tienen una duración de dos o tres días. Otros acontecimientos periodísticos tienen una mayor duración, como la información de una olimpiadas que, aunque suele ocupar dos semanas, según las expectativas y consecuencias permiten estar hablando de ellas durante meses. Y hay otros hechos de larga duración, como la aprobación de un tratado internacional que puede prolongarse incluso años. Los de actualidad constante se refieren a temas que la sociedad no sabe, o no puede, solucionar a corto plazo, como el hambre en Africa, el problema de Oriente Medio, los problemas medioambientales a escala global o la inmigración ilegal. La periodicidad La periodicidad condiciona a la actualidad, pues tiene como objeto poder seguir el variable ritmo de la vida. La prensa ofrece a los lectores los acontecimientos periodísticos que les interesan en intervalos fijos de tiempo. La periodicidad es la base sobre la que se apoya el periodismo, no sólo por la propia actividad periodística basada en la actualidad, sino que además dio nombre desde sus orígenes a las publicaciones que se editaban con una frecuencia determinada (diaria, semanal, quincenal, mensual, etc.): el periódico. La periodicidad tiene una enorme importancia en la actividad periodística. Por un lado, determina el ritmo de trabajo de los diferentes periódicos, según sean diarios, semanales, mensuales, etc. Por ejemplo, la redacción de una revista mensual no tiene porqué reunirse todos los días para elaborar los contenidos como ocurre en un periódico diario. Y por otro, establece las necesidades laborales que la estructura del periódico requiere: un diario, por ejemplo, mantiene una plantilla de redactores mucho mayor que un semanario. El periodista siempre trabaja condicionado por el tiempo, pues la actualidad de los contenidos es la que interesa a los lectores, y cuando se ha editado y difundido un periódico, el lector quiere encontrarse con otra entrega en la que los acontecimientos le aporten actualidad y conocimiento. La periodicidad de la prensa escrita acaba imponiéndose y crea su propio tiempo de consumo, de lectura, lo que hace que los lectores mantengan un ritmo en: •

La recepción o compra (por la mañana temprano o a la hora del almuerzo).


• •

En los momentos de lectura (con el desayuno, durante el almuerzo o por la noche antes de irse a la cama). La forma de realizar la lectura: de la portada hasta el final, desde el final hacia delante o directamente por la sección que más le interese.

Y esos lectores que están acostumbrados a leer un periódico diario o una revista mensual, sea el mismo diario todos los días o no, terminan aceptando el mismo concepto de actualidad que les impone, en nuestro caso, la prensa escrita. Cuando lees un periódico diario, estás ante el ejemplo de máxima periodicidad en la prensa escrita. Bien es cierto que un diario puede salir a la calle con más ediciones en el mismo día, sobre todo cuando los acontecimientos son extraordinarios. Hasta hace unas décadas, los periódicos se enmarcaban en matutinos (se ponían a la venta por la mañana) y vespertinos (por la tarde). En la actualidad, prácticamente todos son matutinos. Las publicaciones periódicas con la mínima periodicidad son los anuarios. Pero las cosas se han complicado últimamente en el mundo de la prensa escrita y, desde el último tercio del siglo XX, los diarios están ofreciendo con una periodicidad fija (todos los domingos, por ejemplo) productos atemporales como libros, fascículos, etc. Esta estrategia de comercialización por parte de los editores de prensa ha provocado, como consecuencia de la diversidad de formatos y de las publicaciones anexas, distintas actualidades y periodicidades. La universalidad Una vez que has visto qué es la periodicidad y cómo afecta a la creación de los contenidos periodísticos, es conveniente conocer qué es lo que la prensa escrita nos ofrece de forma periódica con la más -al menos se intenta- rabiosa actualidad. Pero, además de la actualidad y de la periodicidad, ¿qué otra característica importante se tiene en cuenta para la elaboración de los contenidos periodísticos? En primer lugar, cuando lees un periódico, la noticia que más te interesa es la que se ha producido cerca de ti y que te ayuda a participar en el día a día junto con tus amigos, compañeros y familiares. El hecho puede haber ocurrido en tu entorno geográfico (en el instituto, en tu barrio o en tu ciudad), o puede corresponderse con situaciones emocionales, laborales, ideológicas, etc. que te resultan familiares. Cuando un periódico respeta este principio, cumple con el principio de universalidad. Se entiende por universalidad la relación del lector con la realidad de su sociedad, del interés que muestra por su mundo, y que descubre día a día gracias a los contenidos que publica un periódico. De esta manera, cuando un diario (local, autonómico, nacional, etc.) contempla la universalidad, va a ayudar a ese lector a adquirir conocimientos que le identifican con el grupo al que pertenece. No obstante, existen centros de interés común que nos afectan a todos en la misma medida. Estos puntos de contacto son los que marcan la línea


de continuidad de los medios, y en la prensa escrita sirven para crear la parte sustancial de los contenidos. La prensa escrita, y los demás medios de comunicación también, tiene como misión acercar al lector aquellos hechos que se han generado dentro del entorno informativo presente. El lector, como te decía en el segundo párrafo, necesita conocer su entorno presente, bien gracias a la adquisición de múltiples y diferentes publicaciones, bien mediante el consumo de otros medios de comunicación. Desde la prensa escrita se ofrece el mayor número posible de mensajes, de interpretaciones, de opiniones que tienen que ver con el entorno presente del individuo y de la sociedad a la que pertenece. Cuando se tiene en cuenta la universalidad, en lugar de incluir absolutamente todo lo que acontece, se produce un proceso de selección: de entre todos los hechos, algunos son más interesantes y se deben contar. Esto provoca la homogeneidad que resulta de una voluntad política, económica y cultural concreta, y que puedes descubrir si te compras cuatro diarios, por ejemplo los nacionales (ABC, el País, el Mundo y la Razón). En las portadas podrás observar que aparecen casi las mismas noticias y que se refieren a acontecimientos de interés general, aunque se presenten con grandes diferencias, desde los titulares a la redacción de los textos. El interés del lector ¿Es el contenido de los periódicos consecuencia de la demanda de los lectores? ¿Los lectores solicitan aquello que los periódicos ofrecen?, Este planteamiento, te puede resultar muy cercano al de "qué fue primero, la gallina o el huevo". Lo cierto es que la creación de los contenidos periodísticos, su permanencia o desaparición dependen de la tirada de ejemplares que la publicación realice y sea rentable para la empresa que la edita. Por este motivo, los responsables de las publicaciones periódicas se interesan más y más por conocer cómo son sus lectores. Para los editores de periódicos la realidad establece que a los lectores hay que ofrecerles lo que realmente desean leer, no lo que los editores piensan que sus lectores potenciales necesitan saber o por lo que están interesados. Así pues, ¿qué le interesa al lector? Todo aquello que le afecte de forma directa y que tenga que ver con su vida cotidiana: contenidos que sean de actualidad y tengan universalidad. Para que una persona se convierta en compradora / lectora de un periódico, se han de dar tres circunstancias: 1. Que le resulte interesante lo que sucede en un lugar concreto 2. Que desee conocer lo que acontece respecto a ciertas personas, o grupos sociales, etc. (por ejemplo, un cantante, un líder político o una ONG o un equipo de baloncesto)


3. Que tenga interés por temas muy específicos (lectores de revistas sobre motociclismo o sobre turismo rural). Normalmente, el interés del lector por una noticia se basa en que el hecho posea, en mayor o menor proporción: • • • • • • • •

actualidad universalidad prominencia (destacar a un personaje ilustre) curiosidad suspense emoción conflicto (necesario para que exista la noticia) consecuencias (se convierten también en noticia).

Para la prensa escrita, al igual que los demás medios de comunicación, el interés del lector se capta mediante estrategias informativas y de comercialización. De las primeras destaca la selección de temas para captar la atención, que se apoya, entre otros factores, en la frecuencia del hecho, en sus repercusiones, lo que significa, si es impresible o si contiene ciertos valores socioculturales. En los últimos tiempos los medios de comunicación tienen en cuenta que el interés de los lectores se inclina por: •

Contenidos deportivos, sobre todo el fútbol.

Contenidos de sociedad, lo que se conoce como "prensa rosa" o "del corazón". En este apartado se recogen los contenidos en los que lo privado ocupa un lugar importante: la vida de personajes públicos, de los deportistas, de los propios periodistas convertidos en primeros actores de la comunicación, etc.

Los manuales de estilo Los manuales de estilo son el resultado de la importancia que ha adquirido la prensa informativa en nuestra sociedad y la necesidad de disponer de unos textos de consulta con las instrucciones precisas que hagan posible una utilización correcta del lenguaje. ¿Qué se entiende por manual de estilo? Al conjunto de normas lingüísticas y de estilo que una publicación periódica establece (también las agencias informativas, las emisoras de radio y las cadenas de televisión, etc.) para que sus mensajes o textos periodísticos sean más coherentes, más eficaces y más correctos. Es decir, unas normas para que los redactores de, por ejemplo, un diario no tengan problemas a la hora de escribir sus textos y estos tengan una


línea homogénea tanto en la presentación formal como en la ortografía de palabras no reguladas por la norma común de la Lengua Española, como por ejemplo las procedentes de otros idiomas. Los manuales de estilo más prestigiosos son los de las agencias AP y EFE y los de los diarios el País, la Vanguardia y el ABC. Los libros de estilo dan prestigio y otorgan un sello de calidad a los medios que los poseen. Si te planteas crear un periódico nuevo, o si deseas analizar uno que ya existe, en ambos procesos tienes que tener en cuenta dos elementos claves: el manual de estilo y la maqueta. En el caso del análisis, el libro de estilo te ayudará, principalmente, a diferenciar los contenidos. Los manuales de estilo plantean a los periodistas: • •

Unas normas lingüísticas, sobre cuestiones fonéticas, gramaticales y de léxico. Unas normas estilísticas, o normas particulares y propias del trabajo periodístico, referidas al comportamiento de los periodistas, cuya labor es la de cumplir con una función social entre los acontencimientos y los lectores. En este apartado se acentúan cuestiones jurídicas relacionadas con la información; deontológicas, como el secreto de las fuentes, la cláusula de conciencia, etc.; éticas, en las que se observa el respeto por la verdad o en las que se tiene claro la diferencia entre una opinión y un hecho, etc.

En estos momentos, cualquier periodista que se incorpore a una redacción será obsequiado con un libro de estilo y, además, con un manual de edición, necesario por la actividad laboral desde que se han informatizado las redacciones de los periódicos. Los manuales de estilo de los medios de comunicación, como el "Manual de Español Urgente" de la Agencia EFE, tienen una serie de objetivos y funciones: • • • •

Permiten fijar la identidad de la publicación periódica. Elimina las dudas en la aplicación del lenguaje. Unifica el idioma. Ayuda en la defensa del idioma.

También es conveniente que sepas que en los libros de estilo se encuentran las normas que configuran la ideología de las empresas, pues mediante estos principios crean la identidad del medio y consolidan sus principios fundamentales. Literatura y periodismo ¿Te has planteado qué relación existe entre el periodismo y la literatura? Puede


que seas de los que piensas que son mundos y estilos totalmente diferentes, pero a lo mejor consideras que uno es consecuencia del otro ¿Crees que, aunque son mundos diferentes, tienen puntos en común? Es muy complicado llegar a una conclusión definitiva y, como ejemplo, si buscas un sinónimo de literatura verás cómo aparece el término periodismo. Mas, vamos por partes. El periodismo tiene que contar y explicar los hechos que suceden en la realidad. La literatura suele explicar hechos de ficción. Pero tienes razón si piensas que hay textos periodísticos basados en técnicas literarias y novelas que se construyen sobre hechos reales. De nuevo puedes apreciar lo difícil que resulta diferenciar el lenguaje periodístico del literario. Incluso, muchos escritores participan con sus opiniones y estilos en las publicaciones periódicas de información, como hicieron en los orígenes Mariano José de Larra y José Ortega y Gassett o, en la actualidad, Fernando Lázaro Carreter, Antonio Gala y Francisco Umbral. Existen ciertos rasgos del lenguaje periodístico que ya conoces: concisión, claridad y rapidez son imprescindibles para que se cumpla la función informativa. Periodismo y literatura son dos formas de comunicar que presentan unas diferencias importantes: 1. Mientras que el literato puede dedicar todo el tiempo que necesite (un mes, un año, dos años) para escribir una novela, el periodista tiene que realizar su trabajo en un plazo breve y definitivo. 2. El escritor se dirige a un público universal, pero el periodista escribe para el lector de un periódico, que suele estar definido y además suele ser muy fiel. 3. El mensaje literario no tiene límites de espacio y tiempo. El texto que elabora el periodista está sometido por la actualidad espacio-temporal. 4. Generalmente, literatura e información satisfacen necesidades distintas: el lector de prensa lee para recibir información sobre acontecimientos cotidianos que pueden afectarle inmediatamente, mientras que el lector de literatura puede buscar un satisfacción lúdica o una expansión más especializada de su conocimiento. 5. El escritor literario puede experimentar libremente con el lenguaje, puede dar prioridad a la forma sobre la función. El periodista debe ceñirse y dar prioridad a la función en el uso del lenguaje. 6. El autor de una obra literaria puede sentir la presión de la editorial que le ha encargado el trabajo, pero suele realizar su trabajo sin reglas laborales. El periodista se debe, por lo general, a un trabajo de producción diario que le impone la empresa editora del periódico, lo que significa formar parte de una estructura organizativa y la realización de la actividad en un lugar de trabajo concreto, aunque esto último va admitiendo modelos alternativos en virtud del desarrollo de las nuevas tecnologías.


El lenguaje periodístico, al contrario que la literatura, es un lenguaje mixto que incorpora comunicación verbal y comunicación visual. El periodista puede ofrecer el texto informativo apoyado con recursos tipográficos, fotográficos e infográficos (dibujos, diagramas, esquemas, planos de localización, etc), lo que confiere a éste una mayor complejidad en la compaginación o maquetación de los contenidos. Todos los componentes tienen un significado que se debe desentrañar contemplándolos como un todo.


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