EDITORIAL
Michel H. Thibaud Director de Argentina Ambiental
www.argentinambiental.com
Los Carpinchos
Como lo hemos dicho en oportunidades anteriores, la
que para ellos es un ambiente muy alejado del ce-
humanidad se ha alejado cada vez más de la Naturale-
mento de las ciudades.
za. Se ha aislado en grandes conglomerados urbanos generando un ambiente totalmente artificial, donde los
Pero poco a poco, una vez finalizadas las construccio-
animales silvestres no tienen casi cabida, sálvo algunos
nes, estos espacios comenzaron a repoblarse con la
pájaros, como palomas, gorriones u otros pequeños.
fauna original. En primer lugar en las lagunas apareció la vegetación palustre con juncos y otras plantas acuá-
Sin embargo en los últimos decenios algunas personas
ticas. Así llegaron las aves como patos, garzas y otros
se han trasladado a espacios semirurales para gozar
animales que a veces es difícil de ve, pero que eran
de un ambienta “más natural”, con aire “más puro”,
simpáticos y alegraban el paisaje. Hasta que de pronto
donde se “respire Naturaleza”. Pero dichos espacios
comenzaron a aparecer los “CARPINCHOS”.
muchas veces ya estaban “ocupados” por lo cual debieron ser fuertemente modificados. Así, topadoras de
Este roedor, el más grande del mundo, volvió a
por medio, se elevaron las tierras de los paleocauces
repoblar sus espacios originales encontrando un
de ríos y arroyos, se crearon grandes lagunas artificia-
ambiente propicio ya que nadie lo molestaba. Pero
les, se forestó con especies exóticas desmontando las
lo más importante es que no habían predadores.
nativas, se eliminaron los pastizales colocando “hermo-
No estaban el yaguareté, el yacaré, la yacaniná, los
sos pastos de jardín”, etc.
zorros y los gatos monteses. Así la reproducción de los carpinchos tuvo una fuerte explosión ya que su
En definitiva se crearon espacios semiurbanos inmer-
naturaleza los hizo extremadamente prolíficos como
sos en una “naturaleza artificial” aplicando increibles
los conejos y los ratones. Estos hervíboros son par-
cantidades de energía, tanto para construirlos como
te del ciclo trófico, están en la base de la pirámide
para mantenerlos. Quienes allí han trasladado sus
alimentaria y su población es controlada por los
hogares, felices de gozar esta “nueva naturaleza”
predadores ya mencionados.