Un grito en la oscuridad

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A tu memoria, padre, con todo nuestro amor. Mary, NinĂ­n y Nilda.



Prefacio “Un grito en la oscuridad” es un regalo de amor, es una promesa al padre, al esposo que se ha ido, una catarsis del dolor enorme que significa perder al ser amado. Este poemario es la compilación de años de escritos de nuestro padre, un hombre sencillo, amante de las cosas simples de la vida, cuya mejor manera de expresarse era escribiendo. Así, con papel y pluma, daba cuenta de sus alegrías, pesares, reflexiones y su búsqueda del conocimiento infinito. Al momento de recopilar todos los poemas que escribió a lo largo de su vida nos encontramos con un ser que va creciendo tanto física como espiritualmente, que va evolucionando hasta lograr fusionarse con el Uno, tal cual era su deseo. Es por ello que sus hijas y esposa hemos decidido dividir sus poemas en dos partes; esta, la primera, comprende su juventud y parte de su edad adulta, época en la cual padre cavilaba sobre el porqué de lo que ocurría a su alrededor, incluso hace una critica a la sociedad, al hombre y su conducta, pero también nos habla del amor, de sus dos grandes amores: el campo y su familia. La segunda parte, que verá la luz próximamente y que se titulará “Buscando a Dios”, comprende los últimos 20 años de su vida, tiempo en el cual logró dar pasos agigantados en la búsqueda espiritual y el conocimiento interior hasta que, tal como era su deseo, logró ser uno con el Uno, unirse con la luz y brillar con ella eternamente. La última lección de nuestro padre, la más importante que nos dejó, es que la muerte es solo un paso más, uno que todos daremos algún día. Nuestros muertos solo mueren cuando ya no viven en nuestros corazones, cuando los enterramos bajo el polvo del olvido, mientras siguen aquí, arropándonos con su presencia.

Rosario Ruiz Canduriz



Un grito en la Oscuridad Indice 1.-IMAGINACIÓN.

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2.-EJEMPLO

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3.-LA NIÑA MORENA

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4.-LA MADRE MUERTA

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5.-INOCENCIA.

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6.-LA CARTA DE UN PRISIONERO.

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7.-EL ALMA LLORA.

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8.-NO CONOZCO A LOS HOMBRES.

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9.-LO ARCANO.

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10.-MISTERIO.

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11.-APURA EL PASO.

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12.-CUANDO LOS PADRES SEVAN.

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13.-VIRTUD.

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14.-SEMEJANZA.

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15.ALLA EN EL CAMPO.

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16.-LA MADRE AUSENTE.

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17.-SOLO EN EL CAMPO.

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18.SOBRE LAS AGUAS DEL RÍO.

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19.-UN GRITO EN LA NOCHE.

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20.- MIEDO A LA MUERTE.

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21.-LA CANCIÓN DELVIAJERO.

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22.-ALLÁ EN LO ALTO.

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23.-INÚTIL ESPERA.

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24.-POR ESAS CALLES.

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25.- QUE FIJO MIRAN LOS MUERTOS.

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26.-EL ENTIERRO.

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27.-LO QUE ME DICE LA BRISA.

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28.-NUESTROS CAMINOS.

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29.-¿ADONDE VAN LAS ALMAS?

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30.-SE FUERTE.

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31.-SEÑORA.

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32.-NAVIDAD.

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33.- NO ME DES SILENCIO.

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34.-BOGAR.

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35.-EL MAR.

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36.-DE QUIEN ES LA CULPA.

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37.-LA MENTIRA.

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38.- DESPEDIDA.

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IMAGINACIÓN

La vista se va viajando Tras un horizonte largo… El pensamiento la sigue Como amigable baquiano Y tenga luz en el rumbo Bajo un cielo despejado. Más allá de la mirada Los mares lucen sus aguas Sin dejar mirar al fondo, Porqué no puede mirar Quien no prende una gran luz Frente a la vista del alma. En medio del gran océano Se me extasío la mirada: Un mundo molecular, el fuego, el éter, el aire… Al final Dios de perfil, Mas a él no pude describir.

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EJEMPLO

Canta el turpial en la rama, Al hombre llega el contento Cual una flamante llama Que va alumbrando por dentro. El árbol no cobra al ave Por sus ramas ocupar, Ni el agua le cobra al suelo Por calmar su paladar. El camino no te cuenta Cuantas pisadas le das, Ni dice cuanto pagar Por tus pasos del rancho al pueblo Ni los que hay al regresar. El viento no te reclama El modo de respirar Ni el arroyo te limita El agua que has de tomar. No escondas tus sentimientos Ni limites a tu señor, A nadie niegues el fruto Del huerto del Creador Imítales, riega el amor.

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LA NIÑA MORENA. (Dedicado a mi hija Nilda Diveka)

Sobre las alas del viento Recorriendo la campiña Iba la morena niña. El sol besaba su cuerpo, Sus piececitos el agua, ¡Corre! Le gritaba el huerto Y el piragüero frente a la piragua. Radiante mientras jugaba en la ribera del río un ave la saludaba alborozada en su nido. Cansada de travesuras Se vino hasta el lado mio, A lo lejos la negrura De unas nubes sin destino Nos avisan que es la hora De desandar el camino.

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LA MADRE MUERTA Ayer murió mi madre compañeros, Allí la ví muerta, con su traje blanco de botones negros, Una madre más que se lleva el tiempo, Un hijo en la tierra que se queda huérfano. No fui a su entierro para no mirar al sepulturero Echarle la tierra a su cuerpo yerto. La noche era obscura, luces a lo lejos, La luz del candil del sepulturero, Una casa vieja, solitaria y fea, Un perro que ladra con mucha frecuencia Al oir los pasos de alguien que se acerca. Al llegar al patio, fuerte ladró el perro, Con una voz ruda lo hizo callarse el camposantero, Después de un saludo le tendí la mano A aquel sembrador de seres humanos, Al hombre del raido traje y callosa mano, Aquel que sembró a mi madre cuando me dejó huérfano. Le pregunté por la tumba, hice que allí me llevara, Miré la tierra recién apisonada, Un rato miré muy triste la tumba de mi madre amada. Desandamos el camino hasta la casa de aquél sembrador de cuerpos humanos, Mas el perro ya no aullaba. Con un “hasta luego, amigo, Quizá regrese mañana”, Volví a mi casa. Al otro día cuando la noche fue cerrada, Como el ladrón que se oculta De la mirada extraña Fui de nuevo al camposanto, a la tumba de mi madre Armado de un pico y una vieja pala removí la tierra a pico y paladas.

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Una hora de duro trabajo, Al final un féretro negro y un cuerpo estirado. Aguarda viejita, aguarda, Vine a buscarte, vamos, Tomé el cuerpo de mi madre Y lo puse en mi espalda Regresé a la casa. Esta es tu cama mamá, Descansa, vieja, descansa Que ya no estás enterrada En el jardín de los cuerpos sin armas. ¡Mira mamá! Este es tu regalo Un ramo de flores y este traje blanco Póntelo, madre Ven, asómate a la ventana Ahí van las madres del mundo vestidas iguales, Sin credos ni razas, sólo son madres. Oí una voz a mi espalda: “Hijo, deja descansar mi cuerpo, Sepúltalo, anda”. No fui cobarde esta vez, Tomé el cuerpo y lo llevé De nuevo al camposanto, Regresé contento, Ella se quedaba. Contento al saber Que el Día de las Madres Me voy a buscarla, Traer a mi madre Y luego llevarla.

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INOCENCIA (Dedicado a mi hija María del Rosario)

Ama el silencio y la paz Como a tesoros queridos, Su alma recién nacida Allí toma su equilibrio. En la soledad del campo Se le ensancha la sonrisa Y corre tejiendo sueños Encaramada en la brisa. Sus huellas las va marcando Sobre el surco de la vida, Y con afán va buscando La luz que brota de arriba. Saludo con reverencia Tanta belleza interior, Y al Dios de nuestra creencia Pido te llene de amor. Que sea tu paso ligero Hasta quien llore de pena y dolor, Del humilde, el compañero, Nunca con la noche, Siempre con el sol.

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LA CARTA DE UN PRISIONERO

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¡Madre! Son para ti mis frases, Compártelas con alguien… (Si hay alguien que se sienta como tú) Madre, el prisionero Es un manantial de aguas cristalinas Donde se lavan pies y manos los demás Pies y manos llenos de suciedad. ¡Madre! En la prisión de mi país, En las cárceles del mundo, Dentro de este mundo que habitamos Hay laboratorios “LEGALES” del crimen. Reformatorios sin reformas. Aquí comienza la lucha entre la vida y la muerte, Entre ser bueno o malvado, Ser débil o fuerte, Entre lo que los otros quieran Que seamos o lo que nos dicte la conciencia. ¡Madre! En todo momento está lista la policía Para asesinar o someter al pueblo; Dizque la Ley no perdona al delincuente, Pero si ellos los han reformado, madre, ¿Por qué matarlos entonces? El niño nace inocente, la sociedad lo moldea, La miseria o la opulencia hacen Que el hombre se pierda a la izquierda o a la derecha. ¡Madre! Cuando mi desesperación O la impotencia crecen, recuerdo las palabras, Esas que me decías siempre: SOCIEDAD, PAZ, AMOR, SOBRE TODO ESTA ÚLTIMA, AMOR. Amor para con los demás, amarlos siempre… Pero ese afecto no llega hasta los presos, Ellos desconocen que existe eso. Aquí todo es salvajismo madre,


La piedad es como piedra brillante En lo más profundo del ancho firmamento, No superarse en ningún momento es la función Del mandatario de turno que ordena al carcelero, “Abajo todo el tiempo” grita el mandatario… “Opresión, corrupción” grita el juez de la causa… Ello es comprensible madre, Si se termina el delincuente los otros ladrones Se mueren de hambre. ¡Madre! Voy cumpliendo otro año de cárcel, Son ocho años sin darte un abrazo ni verte, Ocho años de lucha por la existencia En este antro infernal. Madre, estoy en el purgatorio Del que nos habla la Biblia, En el infierno del que me hablabas Cuando pequeño. No es después de la muerte que vamos A las pailas del Diablo, no mamá, Es en esta vida y con este cuerpo Que se paga esa bíblica sentencia. Pero el hombre soporta la inclemencia, Resiste su dolor y sobre de él se levanta, Es cual la brisa que nadie detiene O como el ave que no tiene patria. Asi se vive en estos sitios, madre, Perdidos en la inmensa soledad, Somos fuente de olvido, Forasteros en la propia tierra donde hemos nacido. Pero no me quejo madre, tú me enseñaste a ser fuerte, Y los fuertes no imploran jamás. Otro año madre, uno que me acerca al hogar, Uno que te recuerda y me recuerda Que los pobres sufren, tienen hambre,

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Que llevan harapos, que México no es nuestro, Que está hipotecado. Madre, mientras en las cárceles nos vamos Silenciando con la canción del olvido, Cuando el corazón de la madre humilde se va Desgarrando lentamente y ese velero de su vida Miserable se va hacia el puerto del sepulcro, Meta inexorable de malvados y justos. En la otra orilla de ese océano de la vida Se encuentran los seres que alcanzaron la gloria Narrada en la Biblia, los RICOS…. Ellos poseen La gloria y el pobre su infierno carente de risas, ¡Madre! ¿Recuerdas que una vez te hablé De la desigualdad en la que vivimos? Por esa desigualdad nos humillan, encarcelan, Por gritar esas injusticias nos matan. En fin, mamá, no se puede creer En sociedad ni en justicia. ¡Madre! Son ocho cartas ya escritas En mi tiempo de cautivo, ellas señalan la distancia Ni un minuto de tu presencia durante estos años Y hasta se me va borrando tu cara de mi mente. Preguntarás por mis amigos de la infancia Y es mi respuesta cierta: la infancia se fue mamá, Y los amigos con ella. Aquí conocemos o vemos pasar cada primavera Un rayo del afecto cuando alguien visita a un preso, Luego se va igual que las horas Para regresar en la otra primavera. ¡Madre! Aquí todo es prestado, nada es nuestro, El amor dura poco tiempo hasta que aparece el dueño… La amistad es una planta muy rara en este huerto de las penas, El terreno es yermo y no se dan Plantas buenas, solo algún retazo,


Retazo de los otros presos. ¡Madre! No todo es completa soledad, Maldad, destrucción o muerte. Aquí tenemos una universidad Donde todo lo aprendemos… Aprendemos la toma de conciencia Y conocemos la raíz de los males nuestros. Se aprende a no quejarse nunca, A odiar al policía y al soldado que asesina. Y he comprendido madre que no tienen validez Aquellas palabras de: AMAR A TODOS LOS SERES, Tu me diste las palabras centurianas De los bisabuelos, su época de paz, su tiempo de amor, Estamos en pleno siglo veinte, Las metrallas cegan la vida de los inocentes, Donde el dinero lo compra todo, hasta la Conciencia de algunos depravados JUECES. Bien mamá, llegó la despedida, Que el Señor te proteja, Que te dé salud y te bendiga siempre.

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EL ALMA LLORA

Cuando el llanto rueda Y moja las mejillas Es que el alma acongojada llora. El alma siente el dolor de todos los dolores. En cada lรกgrima el amor profundo Que todo llena y no sucumbe, Agua veloz que se desprende de las nubes. Llorar por amor hacia los otros Es llorar el propio llanto. Es del alma noble y buena El sufrir el ajeno quebranto. Es la palabra que pronuncia el alma Cuando frente al padecer se ve impotente. Es amar al animal, gentes y plantas, Camino recto que pocos alcanzan. Bendita el alma que frente al dolor De los otros gime y llora, Que se angustia cuando el hambre Muerde al semejante y lo devora. Bendita el alma que ante Dios implora, Se arrodilla y llora.

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NO CONOZCO A LOS HOMBRES

En realidad no conozco a los hombres, Es tan variado su disfraz, Y no te asombres Verlos siempre usando su antifaz. La vanidad señorea en su casa, Su lengua, un potro desbocado, Desparrama el odio si fracasa, Ante la virtud se torna depravado. Lleva ante los otros pulcritud de traje, En su interior un mar tumultuoso. Vemos al mendigo de sonrisa buena, En otros la risa, daga criminal. Hay el que llora su angustiada pena, El que ríe y todo le da igual. Las plegarias cruzan el espacio ilimitado, El odio y la envidia por el aire van, Unos pidiendo un víl desquite Contra aquel que lo dejó sin pan. La calma interior se fue de viaje, El ansia de riquezas lo arrasa todo, La honradez y el amor, un ultraje, Para quien nada en el lodo. La humanidad corre cual luciérnaga a la luz, Tras un mundo para él desconocido, Por eso no conozco a los hombres, Aquellos por Cristo redimidos.

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LO ARCANO

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Oye la voz, suelta las riendas del alma, No pongas freno a la verdad, Saber y no enseñar, cosa tremenda, Es negar la luz a la humanidad. Deja al viento esparcir la simiente, En algún surco nacerá; Ante la ignorancia se paciente Al final ella morirá. Todos los clamores no saltan el muro, Con las plegarias pasa igual Nunca esperes estar en apuros Ni vivir abrazado al egoísmo Para comenzar a orar. El silencio sin respuesta es lo más seguro. Siguiendo el camino de las almas Llegué hasta un estrecho portal, Por unas rendijas avisté unas llamas, Los siete colores del alma inmortal. Oscuro se hizo el camino Resbaladizo el silencio Me dio pavor, los siete colores he visto, Por un momento me abrazó el temor. Ante la imagen sagrada Rodilla en tierra, inclinada la frente Oí la voz sin palabras que suele oir poca gente. Un libro en blanco apareció en mis manos, Escríbelo, marca tu sendero, Saliste de mi, regresarás luego. Todos los seres son hermanos Desde el hombre hasta la liebre, Cuando tu libro concluido esté, Pon estas frases de origen divino: PARA ENCONTRAR A DIOS DEBES BUSCARLO DENTRO DE TI MISMO.


MISTERIO La vida se va alejando Y no la puedo parar Es el camino del hombre Caer para progresar. No sé donde van las almas, Se van cuando del cuerpo se van Ni lo que le pasa al cuerpo Cuando el alma ya no está. Las cosas del universo No logro desentrañar, Imploro a la luz divina Para poderme orientar Porque mi paso se acorta Y no puedo continuar. A orilla de los caminos Me detengo a meditar Y hasta le pregunto al tiempo Las cosas del más allá El tiempo me da silencio Y los años tropezar. La vida no me dice Donde encontrar la verdad. He preguntado a los santos ¿el alma adónde va Después de que se va el aliento Que nos hace respirar? Los santos siempre callados, Como cansados de hablar No me marcan el camino Donde debo buscar. Llevo jirones de preguntas Porque el resto las dejé En la vuelta de los caminos Cuando al viento las lancé

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Misterio, que gran misterio Que no logro comprender: ¿de dónde viene la vida Y adonde hay que volver? El agua sabe verdades, La tierra y el viento también; Conocen lejanas edades, Si hay infierno y Eden, Cosas que el hombre no sabe Ellas las guardan muy bien Para poder revelarlas Exigen por condición La soledad de los campos Y un noble corazón, Solo así sabrás El gran misterio de la creación.

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APURA EL PASO

Apura el paso El camino es largo Y viene el ocaso sin retardo. No te desanime la alta cima Ni te detenga el caudal del río, No te importe, pasa por encima, No le temas al rigor del frío. Estira el paso en cada senda No sea que la noche sorprenda tu andar, No olvides que la noche es cual una venda Que hace caer y dificulta el caminar. Busca la soledad, en su presencia Pon frente a frente tu virtud y tu maldad, Luego prosigue hacia donde vas, Una luz entonces te ha de guiar. No te desesperes, El ser se angustia cuando se decae, Deja el afán presuroso, confía en Dios, El confía en nosotros. Confía en Dios, aprende a orar Y nada te faltará. Recuerda que dijo: “ Estoy con vosotros”, En mi no tropezarán.

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CUANDO LOS PADRES SE VAN

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Cuando los padres se van Queda un vacío muy dentro Un silencio tan profundo Que abarca nuestro universo. Cuando los padres se van Es como tener un huerto Y ver como lo aniquila El huracán turbulento. Cuando los padres se van Se va con ellos el primer contento, Esa risa cristalina Que acuña el niño en su mente. Cuando los padres se van Es como quedar desnudos En medio de la tormenta, Nos quedamos sin amigos, Mueren los mimos y besos, Las caricias tempranas En las mejillas paternas. Cuando los padres se van Un retazo de nuestras almas Se va viajando con ellos. Cuando los padres se van Solo nos queda de ellos Aquellos tantos consejos Y el mundo de sus ejemplos Marcando la huella nuestra. Cuando los padres se van También se va con ellos El abrazo del amigo Las manos que se alargaban Cuando el peligro era cierto, Las canciones que en la cuna Arropaban nuestros sueños.


Cuando los padres se van Queda un cementerio dentro, Un camposanto sin muertos, Solo lleno de silencio Y por las calles del mundo Vamos al igual que ellos Dándoles a nuestros hijos Aquello que ellos nos dieron. Cuando los padres se van Nosotros vamos con ellos, Charlando, siempre charlando, Por los caminos del tiempo A través de los recuerdos. Cuando los padres se van, Dios mío, ¡que gran silencio!

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VIRTUD

Es: Andar por la vida Tomado del brazo Del pensar profundo. Estirar la mano pura, cristalina, Y al regar amor llegar de primero Rasgando a su paso la espesa neblina De la envidia y el rencor. Es: Cerrar la puerta del corazón a la maldad Y ponerse el traje del eterno amor. Es: Saber de caídas y cual la razón, Admirar las flores, ver crecer las plantas, Jugar con los niños dándoles confianza, Hablarles pacientes de las cosas santas, Que lleven en la mente siempre la esperanza. Elogiar a jóvenes y ancianos, Señalarles la incansable búsqueda del Creador. Tenderle la mano, Que aflore la luz que va en su interior. Ver en cada ser a su propio hermano, Amarlos sin condición. No sentir el peso del orgullo vano Ni andar por las calles de la perdición. Esa es la virtud, hermano, Andar junto a ella es el mejor don.

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SEMEJANZA Semejante al árbol Que no se doblega, Sé cómo el jilguero Que trina muy fuerte En la alta rama Del alto ciprés. Dándole a la vida Su canto mejor, Sé como el remanso De las quietas aguas Que calman la sed. Semejante al aire Que marcha sin rumbo Que nadie detiene, ni puede ofender. Sé como la roca fuerte y valerosa, Que con cada año Se ve más hermosa. Se como el camino Que nunca pregunta A los caminantes Cuando han de volver. Se ese libre espíritu Que nadie encarcela Y en cada puerta va regando amor, Sé cómo la rosa Que da su perfume Sin hacer distingo De quien lo ha de oler. Sé igual que tu sombra, Que marcha a tu lado Por esos caminos Sin manchar su traje Se siempre tu mismo.

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ALLA EN EL CAMPO

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Vamos Rosa, vamos, Pero ¡mira a Inocencio!, Lo veo maltrecho, está palidito, ¡No mueve el pecho! Está muertecito Fulgencio, Lo mató el aguacero. En un lugar solitario Cubierto de malezas Fue el sitio adecuado para sepultar Al hijo de Rosa y Fulgencio Muerto en el trayecto del rancho Hacia el pueblo. De regreso, después de otras leguas Avistan el rancho de donde salieron Hacía apenas unas tantas leguas De los otros tres niñitos que encerrados dejaron Dos fueron las voces que los saludaron, Al otro una viga que se desplomara Al igual que aquel que el agua les matara, Muerto lo encontraron. Allá en la maleza dos cuerpos quedaron, Hijos de Rosa y Fulgencio, dos campesinos honrados. Para qué lamentarnos Rosa, A que decir que Dios se muera Solo nos falta una cosa, Un pedazo de carretera Para poder sacar las cargas Y que los niños no se mueran Por el agua o la horconera. No sueñes Fulgencio, eso es imposible, Los del gobierno nada nos dan, Nos piden el hijo para la patria Y todo lo que pueda servirles Y si te resistes mucho Fulgencio, Te mandan sus alguaciles.


LA MADRE AUSENTE

Estás ausente madre mía, Lejos de mi caro afecto, Cubierta de lejanías Como la luz de las cabrillas Que se ocultan con el dia En el ancho firmamento. Allá en la colina, tú voz sin el eco… Y junto a la fuente Que nació en el patio De la casa vieja Al pie del naranjo Que dá sombra fresca Sé que estás rezando Por tu hijo ausente. Al sonar las doce campanadas, Cuando todo el pueblo grita su contento Tú elevarás una oración Hasta el Dios de tu creencia En tanto yo, madre mía, Con lágrimas, en silencio, Casi sin abrir los labios diré: ”LA BENDICIÓN MAMÁ, FELIZ AÑO NUEVO” Y mientras pasan los años, madre, Yo me iré poniendo viejo, Y mientras pasan los años, madre, Tú te irás poniendo vieja Y no sé si a mi regreso Hallaré el rancho en silencio Porque tú te hayas marchado Sin aguardar mi regreso.

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SOLO EN EL CAMPO

Esta soledad es compartida Con las aves que trinan En cada rama del sendero Aquí el oído se afina Y se pueden oir pisadas Sobre el duro suelo. Las noches son tenebrosas Cuando la luna se esconde Y no alumbran los luceros. La lluvia obliga a esconderse Cual tope en los agujeros Como si el cuerpo temiese La furia de los elementos. El graznido de un ave rompe el silencio Como anunciando el rigor del invierno. A solas en la choza Toreando una gota que cae persistentemente Aparece un relámpago alumbrando El caño y el viejo puente. Le corté las alas al miedo y al pavor, Le puse freno a la angustia, Sin ellos me siento mejor, Nada me asusta. Doy gracias al Creador, Mi vida a su ley se ajusta, Gracias por tu armonía, Señor. El miedo y la soledad Nacieron en mi interior, El hombre crea sus males Cuando no conoce a Dios.

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SOBRE LAS AGUAS DEL RIO

Navegando en la canoa Sobre las aguas del río, El golpe del canalete Parece que le anunciara Lo cercano del bohío. Atrás quedó la ciudad Con sus bongos y bongueros Junto al bullicioso puerto Con sus tiendas y tenderos. Estaca y estacadero Esperan a canoa y soga. La mujer junto a los hijos Bajo de un sol mañanero Miran al hombre que boga, Al padre y al compañero. Los pies pisando la tierra, Brazos que ciñen los cuerpos, Mirando hacia la corriente De aquel río milenario y turbulento. Agradeciendo por siempre Al Dios todopoderoso El pan que todos los días A casa lleva el esposo.

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UN GRITO EN LA NOCHE

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Llegaron parejos La lluvia y el viento, El eco venía Buscando consuelo. Perdido en la noche Caminaba un hombre, Desde la penumbra Imploraba al cielo. Marcando sus huellas En el charco largo, Cubierto el calzado Por el turbio cieno Buscaba afanoso de la luz algo… Cual marino un puerto Allende el océano. Los ecos se cruzan en el firmamento, Unos tras el amor y la esperanza, Otros en pos de la maldad, Cada uno hacia el fin que los contiene. El odio nunca salta la divisoria muralla, El amor y la maldad no se avienen, Sea la voz que los exhala. La brisa recogía el ruego Y cual cartero de puerta en puerta lo entregaba Igual que el marino que al llegar al puerto Da la arena al ancla. La luz rasga el tenebroso sendero, Llega la voz sin rumbo, la clemencia, Con mano suave borra los dolores, Nunca riñe ante las creencias. Salido del pantano el pie enlodado Toma la senda del agua cristalina, Blasfemias y rencores juntas al pasado, Va riendo hoy cuando ayer lloraba. Junto a la libertad camina, El alma fue liberada.


MIEDO A LA MUERTE

Cuando pienso que a mi cuerpo Lo ha de disolver la tierra El miedo se torna suelto, Al pensarlo, me aterra, ¿De dónde vendrá el temor Que asusta de tal manera? Creo nace del ayer En la niñez nos pregonan Infiernos y paraísos, Pero nunca nos razonan Con un lenguaje preciso Porqué mueren las personas, Ni la muerte quien la hizo. Aferrado a esta existencia Voy temiendo a la muerte, A Dios imploro clemencia Y que no me toque en suerte Tener que el cuerpo dejar Sin saber donde habitar En el mundo espiritual Donde dicen que el alma se encamina Cuando todo se termina Y el cuerpo va al camposanto. Sé que esta angustia acabará Al desterrar la mente Ese miedo al más allá, Si temo o no, al final la muerte Siempre llegará.

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LA CANCION DEL VIAJERO

Voy por esos caminos, si, En busca de la esperanza, Que hace tiempo la perdí Y mi paso no la alcanza. Aspiraba en esta vida Armonizadas las almas, Lejos del odio y la envidia Y el viento marchando en calma. Mis pies se notan cansados, El corazón oprimido Cuando veo desolados Los campos que he recorrido. El río corre a lo lejos, Las nubes están vacías, Del verdor solo reflejos Allá en la serranía. La mirada del viajero Va abarcando el horizonte, Ni una gota de aguacero Para refrescar la mente. Se vé: “PROPIEDAD PRIVADA” A la orilla del camino, Tierras que le son negadas Al pobre campesino. Que triste para el viajero Contemplar la ingratitud Del “RICO” que con su dinero Somete a la esclavitud Al humilde jornalero.

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ALLÁ EN LO ALTO

Allá en lo alto Una luz brillaba, Subí corriendo a la colina Y al llegar a la cima Ya no estaba, De un monte más alto Estaba encima. Fui tras ella nuevamente, Pero cada vez estaba más lejana, Y mientras más alto el monte Ella sobre él estaba. Cansado de correr detuve el paso, Y pensando en la luz que se alejaba Oí una voz interior Que así me hablaba: Así es el progreso de las almas, Subir y subir cada vez más alto Hasta llegar a la cima Donde está posado el Espíritu Santo Que esa luz señala.

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INÚTIL ESPERA

Desde la playa surcada de barcos En el horizonte se divisa una vela. ¡Viene ahí mi amada! El barco comprende mi angustia y vuela. La impaciencia crece con el minutero La brisa castiga al ojo avizor, Parece que el barco no andara ligero, A las olas locas le grita el amor. El barco se posa sobre el fondeadero, El ancla se duerme sobre la arena del mar. Bajan de uno en uno los alegres pasajeros, Pregunté angustiado a los marineros, Nadie me responde a mi ardiente ruego. Un viejo marinero atento me mira, Sacude sus años y con pausada voz dice: Ella, a la que esperas, quedó allá, En la costa, quedó con su esposo, Los vi a los dos. “Su esposo, mentira, Eso es mentira”. El viejo marino a paso lento De mi se alejó.

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POR ESAS CALLES

Por esas calles van muchos niños Pidiendo un peso para comer, Son niños parias, que sin cariño, Piden limosna para no perecer. Pasan los coches, se oye la risa, La risa muelle de algún doctor, Y mira al niño mexicano, Pero su mano no extiende, no. Allá en la quinta todo es derroche, En la palapa todo es clamor, Unos caminan sobre riquezas, Otros caminan sobre el dolor. Mientras unos niños piden limosna Los otros niños tiran el pan, La angustia crece, el pueblo lucha, Lucha buscando su libertad. El pobre obrero y el estudiante Caen abatidos por protestar, Y por las calles sombrías y solas Marchan los niños pidiendo un pan.

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QUE FIJO MIRAN LOS MUERTOS

Ayer miré sus pupilas fijamente, El alma se había marchado, Sobre el lecho, quietamente, La vida lo había abandonado. ¿Hacia dónde mirará el muerto Con los ojos apagados, A las almas en el huerto Donde Dios las ha dejado? Su mirada venció al viento Porque el muerto no pestañea, Está quieto en su aposento Ajeno a lo que lo rodea. Ha pasado mucho tiempo Desde que vi las pupilas Del muerto sobre la cama. ¿A dónde se llevaría aquella fría mirada? Ayer encontré su cráneo, las cuencas vacías, ¿Acaso se fueron juntos el muerto y su mirada? ¡Ah! Misterio de la vida, De eso nadie sabe nada.

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EL ENTIERRO

El lugar triste y sombrío, Una cava destartalada Que deja escapar el frío Que contiene la fría morada, Donde estaba el cuerpo rígido Aguardando la mortaja. El cuerpo ya putrefacto Y con los ojos vaciados… Daba un no sé qué de espanto Al mirarle la cara. Van las manos recelosas A cubrir aquel despojo Porque no era otra cosa Aquella cara sin ojos. Envuelto en plástico duro, Sábanas y colchoneta, Una vieja camioneta Para salir del apuro. Una fosa primitiva Hecha de cualquier manera Recibe el cuerpo deshecho El bien hecho que antes era. La tierra cubre el envoltorio, El silencio saluda al recién llegado, No hubo para él velorio Todos, todos lo olvidaron. Bajo el árbol del olvido Quedó el cuerpo sepultado.

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LO QUE ME DICE LA BRISA

Suavidad de tiempos, Caminar de siglos, En algunos seres el rumbo incierto, Junto a ellos cabalgan los libros Que hablan de la vida Y pocos los han abierto. Ayer, caminando por un verde prado Detuve mis pasos en la fresca orilla De un manso arroyuelo. Estaba cansado, me senté un momento Y afiné el oído. El viento leía un cuento sencillo: “La vida del hombre de Dios es reflejo. Un hombre sediento llegó a un manantial, Estiró los brazos, ahuecó las manos, Bebió a largos tragos, Calmada la sed, orinó en el pozo, La marcha siguió. El sol abrazaba la seca garganta, Regresó al lugar que el agua orinó, Bebió largos tragos y con él llevó”. ANALIZA EL CUENTO QUE EL VIENTO CONTÓ.

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NUESTRO CAMINO

Vamos caminando hermano Por una senda que orilla El pensamiento nublado. La brisa de nuevos soles Nos acaricia la cara Y penetra al interior, Agua que nutre las plantas. Anidamos sobre el nido Donde se empollan las almas, En un árbol de esperanzas Y un cielo de quieta calma. Soltó la amarra el oído, La lengua trazó palabras Y brotan desde muy hondo Las gotas de claras aguas. Nuestro paso por el tiempo Deja sus huellas marcadas, Y en cada ruta de pueblos La voz saltará los aires. Un horizonte amarillo Tendrá al frente la mirada, Atrás el pasado tiempo, De la jornada acabada. Cuando recordemos horas, días o años, Contemplaremos las flores Que a nuestro paso sembramos. ¡Adelante! Pies y mente hacia el llamado.

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¿ ADÓNDE VAN LAS ALMAS?

¿Adónde van las almas? ¿Quién sabe dónde van? Cuando el aliento se aleja Y el cuerpo a la tierra va ¿Qué camino toma el alma En su ruta al más allá? Se disuelve la forma que antes era, Un foco de luz por toda existencia, Eso somos en esencia. El blanco, el negro, el PODEROSO. El de clase media y menesteroso Todos son uno en la oscuridad del foso. Vamos ligados a la luz mayor, somos el amor. La maldad terrenal se queda atrás Atada a una ley que no puede quebrantar… Medita sobre tu progreso Lo que tienes que alcanzar para no reencarnar. No marchan a un mismo sitio El santo y el criminal, Cada cual a su familia, Nuestra ley espiritual. Nunca digas que está muerto Lo que antes vivió, El alma es esencia eterna Desde que Dios la creó. Nada muere, ni tú ni yo.

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SE FUERTE

Deja que la vida con sus cosas te sostenga, De cada caída se fuerte, Nunca te doblegues, Levanta tu cabeza ante la misma muerte. Que te critiquen nada importa, Deja a los otros con su estupidez, Ante ellos muéstrate fuerte, Si llegas a caer, levántate otra vez. Nunca el dedo ajeno te señale Que las lenguas cual saetas no te alcancen, Nadie por los suelos ha de mirarte, Quien muestra paciencia y no altivez Anda el mismo camino que aquél Que ante el insulto calla una y otra vez. Cuando tropiece tu pie Y la voz quiera enmudecer Piensa que no es tu destino dejarte vencer. Cada día hay que renacer, Lejos de ti las alas rotas del vencido, Se como el árbol aferrado a la tierra Jamás te mires caído. Apela a la fuerza que tu corazón encierra, Nunca digas no Cuando hay un SI en tu lengua.

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SEÑORA

Señora, Usted ignora lo mucho que la quiero, No sabe del amor que cual torrente brota Y que tortura mi ser y lo embota. Al mirarla, señora, Todo se agita interiormente Semejante a la corriente embravecida Que todo lo arrastra con su turbulencia. Pero usted ignora, señora, cuanto la quiero, Al oír su risa fresca mi alma Se estremece entera, el eco de su risa Me tortura y el fuego de sus manos me quema Pero usted ignora, señora, cuanto la quiero ¡Ah! Vida, si llegué tarde ¿Por qué tuve que conocerla? ¿Por qué no seguí otro rumbo por donde nunca la viera? ¡Ah! Miserable destino Que nos niegas el amor y con él nos hieres, ¿Por qué si ella es el agua Tengo la garganta seca? Perdone, señora, no quise ofenderla, Pero es que usted es la llama Y yo, señora, quiero quemarme en ella.

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NAVIDAD

Llegó la Navidad Los labios cantan, Allá en los templos reina la alegría, Con efusión las manos se juntan, Se ve en los pesebres la imagen De un niño, de José y María. Es la tradición de estas tierras Hacer los arreglos pascuales, Y dar el regalo que encierra el afecto, Distintivo de las navidades. Se recuerda a Belén de Judá, El nacimiento de Jesús, Fue la llegada de la luz del más allá Y la redención de la cruz. Antes fue madero de tormentos, Segadora de la vida, creadora de rencor, Lo fue hasta el momento de crucificar al Redentor. En Navidad el odio se disuelve, Parece más humana la humanidad Luego la maldad regresa Trayendo de escolta la calamidad. Cuando la Navidad nos llegue cada día Y limpio el corazón de todos sea, Será en el hombre la luz de un nuevo día Sin que jamás y por siempre nos vea Esta agitada marea en los largos años de la vida, Pidámosle a Dios que así sea. ¡Feliz Navidad, Bendita Seas!

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NO ME DES SILENCIO

No, no me des silencio, el silencio mata, Es negarle el abono a la joven planta, Cuando das silencio estás dando muerte, Acallando el trino, rompiendo el ala, Enjaulando al ave que no te hizo nada. El hombre camina por donde Dios manda, Va subiendo cuestas, trepando las bardas, Brincando de piedra en piedra Sobre turbulentas aguas, Buscando, siempre buscando, Entender cada palabra. No me des silencio, el silencio mata. Ayer llegué hasta tu puerta, La encontré cerrada El silencio no fue roto Porque faltó tu palabra. He buscado en esta vida Una respuesta anhelada: ¿A qué vine a esta vida? y antes ¿Adónde estaba? No me des silencio, el silencio mata.

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BOGAR

Bogando, siempre bogando Sobre aguas turbulentas Y aguas quietas, Buscando, siempre buscando. Alcancé la ansiada meta. Al frente se ve un gran sol Que al supremo representa Y va nutriendo de amor La subida por la cuesta. Lejano quedó el hogar Con sus niños y juguetes, Comenzó su caminar Por los caminos y pueblos, Le diste vida a la vida Cuando tus hijos nacieron, El gozo besó tus labios, Te dio alegrías, contento, Echaste a volar muy alto La ternura de tu pecho. ¡Madre! Te dijeron todos Cuando cruzabas las calles De aquel bullicioso puerto.

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EL MAR

Las olas vienen y van Sobre la arena del mar, En la distancia los barcos Muy raudos se ven pasar. Un conjunto de gaviotas Saludan con su piar; Los barcos siguen su rumbo, Siempre sin volver atrás. Oteando la distancia, Sobre olas milenarias Hasta donde su vista alcanza Un marino una oración Hacia el mar lanza. Un gigante misterioso Para la razón humana, Él oculta en sus entrañas Los misterios de las razas. Llegar a su corazón No le permiten sus aguas. Da la vida y da la muerte, La risa y el desengaño, La buena y la mala suerte, De acuerdo a como pensamos. A veces se ve tranquilo, Otras con furia infernal, Sé que existe algo extraño Entre la arena y el mar, Pero allí está con sus misterios, Su gran misterio ancestral.

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¿DE QUIÉN ES LA CULPA?

Dile no a la conciencia Cuando te grite culpable. El alma no crea culpas, Te las crea el pensamiento, Cual una tupida madeja Para poder envolverte Y cargues la ajena pena. El cuerpo fabrica un cuerpo Para poder retenerte Y con él te vas envuelto Cargando la culpa ajena Desde la vida a la muerte. No te sientas abatido Sin ti ella se torna un huerto Que carece de cultivo. Olvídate de la culpa Y trata de ser tu mismo, Cuando tu culpable vea Que le has reconocido Inventará nuevos cargos Para enturbiar tu camino. Recuerda que eres el juez, Pues dicta tu veredicto, En adelante de Dios tu servicio.

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LA MENTIRA

No nace con nosotros el mentir, Lo copiamos de los otros a cada rato, Se usa como un medio de existir Evitando por un tiempo el maltrato. Alimentamos la mentira a cada hora, Frente a los padres o a los amigos, Desde que llega la radiante aurora Hasta que cansados nos quedamos dormidos. Con ella marchamos hacia el abismo Ganando de los otros el desprecio, Nos atrapa nuestro mecanismo Y perdemos la estima y el aprecio. ¡Ah! Como muerde nuestro pensamiento, Está presente en toda reunión, Distorsiona los propios sentimientos Y de presentarse no pierde ocasión. Le damos vida al nombrarla o recordarla, Alimentamos su ser cuando fingimos, Si no podemos muy lejos tirarla, Se hará huella indeleble en el camino. Aléjala de ti rápidamente O te harás viajero sin destino, No sea que de repente Florezca en tu vida el egoísmo. Ante ella muéstrate indiferente, Medita compañero, sé tú mismo.

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DESPEDIDA

No entiendo porqué ella no entiende Ayer me llegué a su puerta Y cuando la mano alzaba Vi que estaba desierta la morada. La busqué tantos años... Fui de rumbo en rumbo, Levanté la mirada al horizonte Y dando tumbos sobre el legendario Monte del pasado, Sin brújula para saber el norte y ya cansado, Vi la luz de su mirada Que esquiva me negaba. No entendió el sonido ni la letra del canto, Creyó que otra cosa buscaba… Me vio como el pirata que se roba El barco y las alhajas, Ahora debo partir para no dañar lo que se ama Es otra manera de existir, Distinta acción cotidiana. Llevo su recuerdo y frente a mis ojos Su tierna mirada terminó la búsqueda Y el cansado afán de tantas jornadas con sus nadas. En adelante su alma siempre estará junto a mi, Su cuerpo estará allá, en su corazón.

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Un grito en la Oscuridad Lino Ruíz Martínez

Poemario escrito con el corazón


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