Arique No.23

Page 1

Arique Revista de Poesía

Desde la Atenas de Cuba

Dibujo de la niña Milena González-Quevedo (7 años)

No.23/ Abril-Junio de 2007

Agustín Acosta / Dora Alonso / Mariano Brull / José Gómez Sicre Teresita Herrera-Muiña / Nivaria Tejera / William Navarrete Frank Padrón / Regino Pedroso / Raúl Tápanes López Amarilis del Carmen Terga Oliva / José Triana La poesía cubana en 1936 La poesía cósmica


Arique Desde la Atenas de Cuba

No. 23 Abril/ Junio 2007

Edición artesanal de muy limitada tirada, sólo para el intercambio con poetas amigos

Editores: Iván Suárez Merlín Matanzas, Cuba Email: ivansuarezmerlin@gmail.com Ángel Antonio Moreno Miami, E.U.A. Email: Mpq24@aol.com Raúl Tápanes López Valparaíso, Chile Email: ariquemail@gmail.com En internet: http://arique.50webs.com

Para correpondencia: Iván Suárez Merlín Calle 336 No. 10506 e/ 105 y 107, Naranjal Norte Matanzas, Cuba

El título Arique es una idea original de Angel Antonio Moreno

Sumario

William Navarrete: Juan Ramón Jiménez en un triángulo de algas y Mar Caribe/ pág. 4

Agustín Acosta: El cielo vacío/ pág. 10

Dora Alonso: Raza criolla/ pág. 11

Regino Pedroso: Una canción despedazada/ pág. 12 José Gómez Sicre: La tumba número 134/ pág. 13 Mariano Brull: Avión/ pág. 15

Nivaria Tejera: Por los tejados/ La Habana un día/ pág. 16

José Triana: Ombra della sera/ Atardecer en el trópico/ Gnomo/ pág. 18

Teresita Herrera-Muiña: Llamado de Eva y su ritual/ Las avutardas de la Señora Abadesa/ pág. 20

Frank Padrón: Sin título/ Blasfemia/ pág. 22

Amarilis del Carmen Terga Oliva: Hetairas / La calle/ En la puerta del templo/ pág. 25

Raúl Tápanes López: La poesía cósmica, como yo la veo/ pág. 27

Definiciones ARIQUE.– N.s.m. – Voz. ind. – Tira de Yagua para atar o asegurar cualquier cosa; a cuyo efecto se moja la Yagua haciéndola más flexible. YAGUA.– N.s.f. – Voz ind. – Produccion que a manera de cuero o corteza cubre la parte superior de la Palma Rela (...) Esteban Pichardo Diccionario provincial casi razonado de vozes y frases cubanas (1875) (...) para nosotros, americanos, el mito es una búsqueda, una anhelante y desesperada persecución. Mito y lenguaje están para nosotros muy unidos, no pueden ser nunca recreación, sino verbo naciente, ascua, epifanía. tenemos que situar y crear un rostro en el fuego, en el aire, en el agua, en el remolino que asciende. José Lezama Lima Introducción a Esfera Imagen (1970)


En este número:

Agustín Acosta Dora Alonso Mariano Brull José Gómez Sicre Teresita Herrera-Muiña Nivaria Tejera William Navarrete Frank Padrón Regino Pedroso Raúl Tápanes López Amarilis del Carmen Terga Oliva José Triana

Con este número Arique pretende rendir homenaje a eventos y figuras no suficientemente conocidos de la poética cubana. Es por ello que se incluye aquí un trabajo sobre la poco recordada antología La poesía cubana en 1936 de Juan Ramón Jiménez, y una pequeña muestra poética de textos -algunos de ellos reproducidos de la citada antología- de autores que aunque muy significativos han sido insuficientemente divulgados en su condición de poetas, como Nivaria Tejera o José Triana.

Es imprescindible aclarar que la antología de Juan Ramón Jiménez fue reeditada en 2004 por el Frente de Afirmación Hispanista gracias a la labor de estudio y divulgación de la poesía cubana -e hispanoamericana en general- emprendida hace años por Fredo Arias de la Canal. De ahí que también incluyamos una pequeña síntesis sobre el concepto de poesía cósmica y las leyes de la creatividad poética.


Juan Ramón Jiménez en un triángulo de algas y Mar Caribe

por William Navarrete

Por alguna razón que ignoro cada vez que se evoca el nombre de Juan Ramón Jiménez (1881-1958), pienso, irremediablemente, en el parquecillo que en su memoria y paso por las tierras de Florida le consagró el Ayuntamiento de Coral Gables (Miami): uno de los sitios menos poéticos del mundo, rodeado de altos edificios que reflejan vidrio y piedras nuevas, en la zona más urbana de este barrio residencial del condado Dade, acuchillado en (y por) una de las intersecciones de la calle Alhambra. No debía haberlo descubierto. Ahora el nefasto embrujo de la desoladora imagen me borra hasta el recuerdo de los mejores versos de su "Romance de Coral Gables", escrito entre 1939 y 1942, período que coincide con el ingreso del poeta (uno de sus tantos) en el Hospital de la Universidad de Miami por causa de una depresión nerviosa.

El poeta de Moguer llega a Cuba después de salir al exilio en 1836. Pocos poetas españoles — a la excepción de Lorca, y tal vez con una intensidad diferente que la de él — están tan íntimamente relacionados con la literatura cubana como Juan Ramón Jiménez. Apenas embarcado en la isla en noviembre de ese mismo año, después de una breve estancia en Nueva York, se pone en contacto con Fernando Ortiz, entonces presidente de la Institución Hispano Cubana de Cultura, e inmediatamente junto a éste, José María Chacón y Calvo y Camila Henríquez Ureña, decide reunir las voces poéticas contemporáneas de Cuba en una antología publicada ocho meses después, en agosto de 1937.

Escasamente mencionada y para gran parte de los estudiosos de la literatura cubana completamente desconocida, la antología llevó por título "La poesía cubana en 1936" (Institución Hispanocubana de Cultura, La Habana, 1937) y su edición fue precedida por una breves palabras de Fernando Ortiz y un prólogo del propio compilador. Al final de la selección, a modo de apéndices, fueron publicadas una nota explicativa del

arique 4


autor, la lectura de presentación del libro realizada por él mismo en un acto público de la Institución y un comentario final redactado por Chacón y Calvo.

Lo que primero sorprende de este libro, una vez que conocemos las fechas en que fue pensado, concebido y publicado, es la rapidez con que los cuatro escritores ilustres que se dieron a la tarea de publicarlo, organizaron el material poético de los 63 poetas cubanos antologados. A ello debe sumarse el hecho de que J. R. Jiménez, junto a su esposa Zenobia, llegaba a Cuba, huyendo de la guerra civil española, en noviembre de 1936 y que tan sólo dos meses después, en febrero de 1937 ya estaba presentando (y leyendo) ante el público de la Institución Hispanocubana de Cultura, el manuscrito de la obra.

Como en todas las antologías que gozan del factor de contemporaneidad de los antologados "La poesía cubana en 1936" incluye poetas consagrados, poetas por consagrar y poetas que se han perdido en las nebulosas del tiempo, ya sea porque nunca llegaron a despuntar o porque por razones diversas han sido, en ocasiones injustamente, olvidados. Una antología de 63 voces poéticas vivas de Cuba, en la fecha anunciada, tiene forzosamente que incluir todos estos casos. A esto habría que añadir que gran parte de los poetas aquí publicados fueron los que participaron en el Festival de Poesía que para el 14 de febrero de 1937, después de una convocatoria lanzada desde la revista "Ultra", lanzara la mencionada Institución y celebrara en el Teatro Campoamor.

Antes de revelar el contenido de tan enjundiosa lista no es inútil destacar algunos puntos de vista, a mi juicio oportunos, que el propio J. R. Jiménez resalta en su prólogo. En sus páginas el poeta escribe para esclarecer su propia idea de Cuba, para asegurarse que tiene ya la isla una voz poética autónoma que poco debe a España y menos al resto de América. Una voz de raíz profunda, telúrica, que en nada ni por nada debe ser confundida con la idea de que a un Nuevo Mundo corresponde una nueva letra porque — lo dice — ¿"hasta cuándo va a ser nuevo este mundo" que ya tiene más de cuatrocientos años?

No ignoro la rabia de J. R. Jiménez ante la incapacidad de sus coterráneos peninsulares que achacan su incomprensión de América a la idea simplona y facilista del "nuevo" mundo en constante gestación. Tampoco teme a la premura con que ha captado el ámbito poético insular, porque con la rapidez también llega "el ahorro de prejuicios y estorbos, e(s)terior cotidiano que tanto daña la vida interior". Y cuando J. R. Jiménez habla de "estorbos", se inclina ante la idea de que una larga estancia y un largo proceso de maduración de su obra en Cuba hubiera arrojado, de seguras, complicaciones de índole personal o favorecido entradas de autores innecesarios, dado el proceso lógico de relaciones humanas que impone el roce cotidiano. Esta frescura inicial, la del gran escritor extranjero que pisa Cuba por vez primera y pasa al acto, no de entender, sino de resumir y ofrecer en forma de libro lo que ve, es lo que más se parece a los relatos de impresiones de los viajeros del siglo XIX a

arique 5


lo largo y ancho de las costas insulares. Sólo que, esta vez, desde el sentimiento de una Cuba poética; desde el ejercicio del ojo virgen que descubre el verde o del oído que se estrena con un acento y un verso que hasta hace poco se ignoraban. No la "voz vieja o andrajosa, chocanera o nerudona — el adjetivo lo inventa J. R. Jiménez para apostrofar a Neruda, de quien lo separaba una gran enemistad —, que 'quiere' pasar por nueva".

Entiendo que a J. R. Jiménez, además de su infatigable curiosidad y su amor por la poesía, lo instaba también ofrecer desde Cuba (el norte de Hispanoamérica) un compendio de poesía que contrarrestara el influjo de la poesía nerudiana en el continente. Tal vez en ese sentido se vuelva transparente la misteriosa frase de su prólogo, en el momento de discurrir sobre el viejo y el "nuevo" mundo: "Y siempre he creído, más o menos conscientemente, según mi edad, que los nortes de cada continente equilibran, en poesía lírica sobre todo, a los sures, siempre excesivos". ¡Excelsos antagonismos estos entre escritores que les obligan a sembrar flores desde donde desean enviar coronas fúnebres!

No queda insensible el poeta ante "Balada del soldado muerto", de Nicolás Guillén; "De otro modo", de Emilio Ballagas; "Estatuas", de Eugenio Florit, poetas y poesías que antologa y ensalza. Ni ignora la poesía del matancero Agustín Acosta, a quien sitúa como decano entre los escogidos o la de otro matancero, José Zacarías Tallet, de quien reconoce que ha dado para la "poesía negra" lo mejor y lo más bello.

Antologa pues, entre los que el canon cubano (¡dichoso y subjetivo canon!) no cesa de confirmar, además de los mencionados, a Mariano Brull, José Ángel Buesa, Samuel Feijóo, (descubre) a Ángel Gaztelu, Ramón Guirao, José Lezama Lima, Dulce María, Enrique y Carlos Loynaz, Manuel Navarro Luna, Regino Boti, Virgilio Piñera, Regino Pedroso, Justo Rodríguez Santos, Julia Rodríguez Tomeu, Serafina Núñez, Ángel Augier, Mercedes García Tuduri y Félix Pita Rodríguez.

Curiosamente, en las notas finales del libro y ante las dudas que la selección provocó en algunos de los poetas consagrados, J. R. Jiménez evoca cómo Dulce María y Enrique Loynaz, también Emilio Ballagas, se habían "asustado" un poco con algunas de las voces del "granero". Entre los ausentes menciona a Flor Loynaz que "se evaporó" y a Juan Marinello cuyas luchas políticas y sociales le absorbían tanto que no contestó a la carta inicial de E. F. (?) invitándole a la antología. Muchos de los consagrados no pudieron enviar sus colaboraciones por encontrarse en el extranjero. Tal fue el caso de Mariano Brull (en Bruselas), Félix Pita Rodríguez (en París), Nicolás Guillén (en México). De ellos y de Manuel Navarro Luna y José Zacarías Tallet (a quien llama "complejo") se pudo completar la selección echando mano a poemas publicados en ese años de 1936 en revistas cubanas. En el caso de Ángel Gaztelu y de Julia Rodríguez Tomeu, J. R. Jiménez les incluye en la lista de poetas completamente inéditos y desconocidos de entonces. Intriga, por otra parte, la ausencia de Gastón Baquero de quien la poesía era ya publicada por Lezama Lima en esa fecha y cuya calidad se vislumbraba sin lugar a dudas.

Incorpora — sorprendente descubrimiento para quienes les vinculaban con otras actividades fuera del ámbito de la poesía — a Herminia del Portal (eminente pe-

arique 6


riodista, directora de la revista "Vanidades", además de esposa de Lino Novás Calvo), Felipe Pichardo Moya (destacado arqueólogo), Mariblanca Sabas Alomá (pionera del feminismo en Cuba), José Gómez Sicre (coleccionista y crítico de arte), Mirta Aguirre (cuyas actividades políticas y la investigación literaria resultaron más conocidas), Rafael García Bárcena (filósofo), René Potts (dramaturgo), Alberto Riera (abogado matancero y redactor del periódico "El Mundo"), Josefina de Cepeda (esposa del escritor José Antonio Ramos y periodista), Ernesto Fernández Arrondo (poeta poco conocido y redactor del "Diario de La Marina"), Juan M. García Espinosa (agitador político y cultural), Lukas Lamadrid Moya (abogado de profesión fallecido en Miami en 1987), Antonio Martínez Bello (periodista), María Luisa Muñoz del Valle (activista y periodista de prensa católica) y Dora Alonso (cuentista infantil). Al parecer, la idea inicial de J. R. Jiménez era sembrar la semilla con una antología de poesía correspondiente al año de 1936 para que cada año pudiera publicarse un libro similar que hablara, en vivo, de la poesía cubana en cuestión. Hubo, a pesar de la generosidad con que se enfrentó a esta idea, de batallar y convencer a quienes, como Emilio Ballagas, se negaban a aparecer en una selección de criterio tan amplio. Ante éstas y semejantes objeciones J. Ramón Jiménez acuña un lema que, visto incluso desde nuestros tiempos, no ha perdido vigencia y valía: "mi norma ha sido — apunta — amparar a los jóvenes, exigir, castigar a los maduros y tolerar a los viejos".

La lista de los que sus referencias han prácticamente desaparecido del ámbito de la poesía, es, en este sentido, notoria. Aquí cabe mencionar (y prefiero incluir la fecha y lugar de nacimiento de cada uno) a: Julia Cárdenas Quintana (Matagua, 1919), Samuel Caldevilla (La Habana, 1917), Juan Carvajal (La Habana, 1914), Teté Casuso (Madruga, 1912) — viuda de Pablo de la atorriente Brau y de familia acaudalada que quedó para la historia como la mujer que sirvió de trampolín en México para la expedición aventurera del yate Granma —, Esperanza Figueroa (La Habana, 1913), Ada Gabrielli (Santa Isabel de Nipe, 1912), Ernesto M. García (La Habana, 1914), Zoila García Fominaya (La Habana, 1912), Alfonso García Iglesias (La Habana, 1911), Dalia Iñiguez (La Habana, 1911) — quien sí fue una conocida estrella del cine y la televisión — cubanas Agustín Irulegui (La Habana, 1917), Julio Morales Gómez (La Habana, 1912), Emma Pérez (Cartagena - Murcia, 1911), Cuca Quintana (La Habana, 1912), Pedro Alejandro Quintana (La Habana, 1916), Mercedes Rey de Garriga (La Habana, 1913 / fallecida ese mismo año de 1936), José Rodríguez Méndez (Bolondrón, 1914), Valentín Tejada (La Habana, 1914), Carmela Valdés Gayol (La Habana, 1918), Guillermo Villarronda (La Habana, 1912), Rosa Hilda Zell (La Habana, 1910) y J. L. Zúñiga (Holguín, 1915). La edad de todos ellos, en el momento de la selección, oscila entre 17 y 26 años. También resultan casi desconocidos María Sánchez de Fuentes (La Habana, 1879) — supongo que hermana o pariente del célebre compositor Laureano Sánchez de Fuentes, autor de la habanera "Tú" —, Leonardo García Fox (Cárdenas, 1892) y Silverio Díaz de la Rionda (La Habana, 1898). Ahora bien, el mismo año en que publicaba J. R. Jiménez su antología, uno de los poetas antologados, Ramón Guirao, preparaba una similar bajo el título de "Órbita de la poesía afrocubana" (Ed. Úcar, García y Cía, La Habana, 1937) dedicada a María Luisa Gómez Mena, quien supongo garantizaba el mecenazgo del libro. De los

arique 7


poetas antologados por Jiménez, además del propio autor Ramón Guirao, aparecen en este nuevo libro José Zacarías Tallet, Nicolás Guillén y Emilio Ballagas. La amplia selección de obras de estos dos últimos deja suponer que con respecto al estilo de sus versos el libro de Guirao cumplía mejor función que el de Jiménez, en el que no se había incluido nada de poesía social dado a que como muy bien lo explica el autor "cierta escritura rimada, retórica social de mitin, altisonante, externa y vacía, no (es) propia de este libro".

Es también el momento en que el joven José Lezama Lima (24 años) funda la revista "Verbum" como órgano oficial de la Asociación de Estudiantes de Derecho de la Universidad de La Habana. Los dos primeros números de "Verbum", correspondientes a junio y a julio-agosto de 1937, llevan sendos textos de J. R. Jiménez. El n° 1, un texto titulado "El brazo español", sobre cuatro pintores españoles contemporáneos; el segundo, unas notas llamadas "Límite del progreso", comentarios amargos de las limitaciones del progreso técnico constatadas por su autor tras su breve estancia en Nueva York. "¿ […] qué es un libro poético en una mano de mujer o de hombre, desde un piso 70?", se pregunta el poeta. "Capitalismo comunista con voluntad libre, contra programático comunismo sin capital. ¡Buen estilo progresista democrático!", revela en su texto refiriéndose a la impresión negativa que le provocó la gran urbe.

Entiendo mejor entonces la febril actividad, el brío y la disponibilidad, con que J. R. Jiménez se entrega al ámbito de las letras cubanas (las revistas "Mediodía" y "Revista Cubana" también publican trabajos de Jiménez ese año sobre temas cubanos), después de su visión dantesca de la Gran Manzana. De este período data el nacimiento de J. R. Jiménez en el Caribe, en ese triángulo en el que se moverá los últimos veinte años de su vida y que puede ser trazado entre La Habana, la Florida y Puerto Rico (donde fallece). Por eso destilarán luego no pocas páginas de la revista "Orígenes", la sabiduría y el talento del poeta quien ha quedado, desde finales de 1936, con un pie y un pedazo del alma en Cuba.

No recuerdo ninguna plaza, ninguna calle, ni siquiera una institución pública que perpetúe el nombre del poeta andaluz (fallecido en 1958) en Cuba. Tampoco he entendido por qué con tanta naturaleza ajardinada, con tanto verdor exótico y tanto trópico exacerbado no honró Coral Gables al probablemente único poeta de renombre (Premio Nobel además) que le dedicara un poemario, con mejor espacio que este urbano parquecillo: el que mejor resume, por decirlo de alguna manera, el antro de arquitectura que más despreciara el poeta.

Una "leyenda negra" sobre el carácter áspero y las difíciles relaciones del poeta intenta arrojar claroscuros en la vida de autor de "Platero y yo". He quitado de la cubierta de mi viejo ejemplar de "La poesía cubana en 1936" las cintas de arique que lo protegían para celebrar, setenta años después de su publicación, la feliz idea que pusiera tanto verso cubano en manos tan emprendedoras. Más claros que oscuros aparecen en sus páginas los denuedos del poeta por entender a Cuba, tenderle pluma y mano para ofrecer tinta perdurable y no ponerse en la orilla "a aullar a otra vida mejor o peor de nuestro mismo mundo" que la que pudiese encontrar entre su gente.

arique 8


Puede que a estas alturas y desde espacios en que levitan los versos esté el poeta tramando cicloncillos que se lleven el granito del ingrato parque lejos de las orillas de su triángulo de arenas y algas. Entonces la "leyenda negra" cobrará justeza y volverán seguramente las voces olvidadas de este libro a recitar poemas que como constelaciones sólo podrán brillar para quienes se niegan a aullar en las orillas. París, mayo y 2007.

William Navarrete (Cuba, 1968). Licenciado en Historia del Arte y en Civilización Hispanoamericana. Ensayista, crítico de arte, escritor y poeta. Reside en París desde 1991. Ha publicado los libros de ensayos La chanson cubaine: textes et contexte (Ed. L'Harmattan, París, 2000) y Cuba: la musique en exil (Ed. L'Harmattan, París, 2004). Editó junto a Javier de Castro la antología 1902-2002. Centenario de la República Cubana (Ed. Universal, Miami, 2002) También es autor de la antología de poesía Insulas al pairo. Poesía cubana contemporánea en París (Ed. Aduana Vieja, Cádiz, 2004) y del poemario Edad de miedo al frío (Ed. Aduana Vieja, Cádiz, 2005 / Edición italiana Il Foglio, Toscana, Italia, 2005, traducción de Ilaria Gesi). Sus artículos aparecen en numerosos periódicos y revistas en Europa y América. Recientemente publicó una antología de poetas en prisión para el editor italiano Il Foglio (Versi tra le sbarre, 2006). También una selección de sus artículos y ensayos de temática cubana escritos entre 1995-2005 titulada Catalejo en lontananza (Valencia, 2006), presentado en la 37 Feria del Libro de Valencia y Canti ai piedi dell'Atlante (poesía, Ed. Coen Tanugi, Gorgonzola, Italia, 2006).

Cuando el mar de una isla no es sólo mar para ir a otra parte, sino para que lo pasee y lo goce, mirando hacia adentro, el cargado de conciencia universal tanto como el satisfecho inconsciente, esa isla será alta y hondamente poética, no ya para los de fuera sino, sobre todo, para los de dentro. Hay que ir al centro siempre, no ponerse en la orilla a aullar a otra vida mejor o peor de nuestro mismo mundo, peoría o mejoría que puede ser la muerte. Juan Ramón Jiménez, La poesía cubana en 1936

arique 9


Selección de textos de La poesía cubana en 1936

Agustín Acosta El cielo vacío

Todos iban cantando su oración. La madre pedía por el hijo. El hijo iba cantando su oración por los ojos que no había visto. Y los ojos ocultos (no nacidos aún) iban en ellos mismos: en la madre, en el hijo, en todo cuanto fuera vibración de la noche, atracción del abismo, sueño de las quiméricas lunas que no se saben, y rizo del mar de labios anchos en la costa de piedra… Todos iban cantando su oración… Y mi cielo, ¡mi cielo ya estaba vacío! Agustín Acosta (Jagüey Grande, 1886-1979). Por su poemario La zafra (1926) -obra iniciadora de la poesía social en Cuba- fue considerado el Poeta Nacional antes de 1959. Obras publicadas: Ala (1915), Hermanita (1923), Ultimos instantes (1941), Las islas desoladas (1943), Jesús (1957) y Camino de hierro (1963). Emigró a Estados Unidos poco antes de su muerte.

arique 10


Dora Alonso Raza criolla

Vino el Poder extraño y encontrólo dormido (mocetón retostado de cabellos oscuros), y sobre el cuerpo inerme y virilmente fuerte clavó la garra ávida.

Y al desmembrar la fiera los brazos poderosos, desgarrando la carne aromada de selva, hubo como un lejano campanazo de alerta que estremeció al rendido.

Entonces, por la herida la sangre borboteando, formó un incontenible manantial, y aquel chorro va elaborando el cerco para encerrar la fiera. ¡Cerco de vida joven donde la raza vibra! Dora Alonso (Matanzas, Cuba, 1910-2001). Poeta, dramaturga, periodista, y escritora con un amplia obra narrativa. Gran parte de ella está dedicada a los niños y jóvenes. Premio Nacional de Literatura en 1988, es autora, entre otras, de las novelas Tierra inerme y Sol de batey.

arique 11


Regino Pedroso

Una canción despedazada

Mañana, bajo el alba de un mundo en entusiasmo, amargo, arrepentido, te llegarás a mí: "Fui loco, injusto, sordo, — dirás clamando al viento—; te perseguí en la tierra, en el aire, en las aguas; te odié y negué en las noches, no te di paz ni sueño: ¡siempre te perseguí! Y eras tú lo infinito… Estaba en ti la aurora, el bien, el ala, el beso; la vida en luz y en grito sangraba en tu canción; te vi trémulo al viento, desgarrado y desnudo, eras mi propia carne, y no escuché tu voz"

¿Te sentiré…? ¡Quién sabe! Desnudo de ansia y canto me bañaré en el polvo. Como agua de júbilo la risa de los niños desbordará en los días; la ciudad de un crepúsculo se abrirá en el ocaso; y áureas baladas nuevas, como abejas de música, colgarán sus panales de miel sobre la vida.

De las calles, acaso te llegue una canción trunca, despedazada por los dientes del viento, como aquella que en carne despedazaste en mí… Jirones de palabras te endulzarán las manos: "Odio llovió en la tarde y anocheció la tierra, pero en los anchos cielos amanece el amor…" Y en esa canción rota desgarrada en el aire, ¡me sentirás vivir"

Regino Pedroso (Unión de Reyes, 1896-1983). Uno de los más significativos cultivadores de la poesía social en la isla, en la cual su poema Salutación fraterna al taller mecánico marca un hito. Es también autor de los poemarios Nosotros (1933), El ciruelo de Yuan Pei Fu (1955), Poemas (1966) y Obra poética (1975). El dibujo que acompaña esta nota fue hecho por Jorge Mañach, otro destacado intelectual cubano.

arique 12


José Gómez Sicre

La tumba número 134 (Para Fina García Marruz)

Entrando, a la izquierda. Es la tumba número 134. Una verja. Césped. Cuatro piedras grises. Otra verja interior. Una puerta de cristal. Lápida de mármol que habla en letras negras : "1895-1898 Martí: los cubanos te bendicen"

A la bandera y las rosas agonizantes que siempre velan en la pequeña cripta, el sol les devora el color. –––– "1985" Un hombre resume su obra. Es impulsado por su sino de predestinación. Viajes, horizontes lejanos, palmeras, tierra roja sedienta. ¡La tierra! La tierra que gime pisoteada, hala al hombre. La pureza tiene un cauce. Él es un río filtrado a través de todas las capas geológicas. El río blanco, transparente, tiene lecho, quiere refrescar su tierra virgen de agua. ¿Rebelión? ¿Rendención? ––– "1898" El nuevo Mesías tiene una cruz: "Capitán Araña…" ¡General! Pero las estrellas no están en sus hombros. (Dicen que hubo una en su frente). Él las busca mucho más alto. Dos Ríos ¿Un suicidio? El iluminado buscó en el llano el plomo que, suspenso en el aire, lo esperaba. Rito de sangre. Entonces, "El Apóstol". “El Apóstol", suena bien después de "Capitán Araña…" ¡Asesinos! –––– "Martí los cubanos te bendicen" "Yo quiero cuando me muera…" Sí, allí están la bandera y las flores.

arique 13


——— "Número 134" 1-3-4. Un número. 134. Ahí queda condensado un hombre. Una doctrina, el espíritu de un siglo que dio a luz un ser iluminado en tiempo y espacio. La tumba número 134 guarda unas pocas onzas de fosfato de calcio que produjo un hombre dios, un dios hombre. ––– Un militar, enemigo, habló sincero, noble: "…Tenemos consideraciones para los vencidos y honores para los muertos…" Sus palabras se estrellan aún contra el mármol de la tumba 134 y un nombre se pierde en su mismo eco: Martí, Martí, tí, tí, tí… No se fatigan los papagayos de todos los tiempos: "Martí dijo…" "Martí hizo…". Hombre bandera, hombre escudo. Estatua para turistas aburridos, monumento para flores de visitantes de distinción. Genio explotado e incomprendido. Profanación del recuerdo violado con la negación de la pureza del hombre puro… El número 134 se cierra sobre sí mismo guardando, tranquilamente, la idea de alguien que, en su inmensidad, se simboliza con la limpidez de un cardinal numeral. La tumba 134 se siente alta, amplia, enorme, en su soledad luminosa que sólo turba el cálido viento del Sur… (Santiago de Cuba, 1936 - La Habana, 1937).

José Gómez Sicre (Matanzas, Cuba, 1916). Museólogo y crítico de arte, se desempeñó en el Museo de Arte Moderno de Nueva York y fue director y fundador del Museo de Arte de las Américas, de la OEA. Publicó varias obras, entre ellas Spanish Master Drawings XV to XVIII Centuries (1951) y Jose Luis Cuevas: Self-Portrait with Model (1983). Murió en Washington en 1991.

arique 14


Mariano Brull Avión

El vacío sereno rebosa de sí mismo (péndulo sin latido): embozo azul mirándose cristal hueco de cielo.

¡Ave avión (avión ave), flecha ronca de ímpetus desordenando rumbos en nupcias con el aire!

¡Ave, pez del espacio, metal de escama y pluma, aspa de trenzar ráfagas, molino de hacer cielo!

Centro (entre cerca y lejos), reguero de distancias, plegando y desplegando banderas de horizonte: ¡ala, alud de oriflamas, espejo de primicias de luz nunca estrenada! Imán de los confines, voraz del cielo, trémulo (en amor sin voz ni agua), por olas de silentes espacios removidos…

Mariano Brull Caballero (Camagüey, 1891-1956). Su niñez transcurre en España hasta su regreso a Cuba, donde se gradúa de Doctor en Derecho y desempeña cargos diplomáticos en varios países. Traductor de Paul Valéry, publicó cuatro poemarios: La casa del silencio (1916), Poemas en menguante (1928), Canto redondo (1934) y Solo de rosa (1941). Sus conferencias, trabajos en publicaciones culturales y libros, le otorgaron una sólida reputación literaria en el mundo de habla española y francesa como uno de los más brillantes escritores de la vanguardia latinoamericana.

arique 15


Por los tejados

Nivaria Tejera

(...) la locución Nivaria fue originalmente un topónimo atribuido a la isla de Tenerife en el siglo I dC. El naturalista romano Plinio Segundo fue el primero en dar testimonio escrito sobre las Insulae Hesperidum, en las que relata cómo Hannón, el general de los púnicos se refiere a Ninguaria o Nivaria por sus nieves eternas, las que cubren el pico más alto de España, el Teide. Así pues, la relación entre Nivaria y Canarias comienza desde su nombre... María Hernández-Ojeda, Textos trasatlánticos: Nivaria Tejera y Dulce María Loynaz en Canarias

(...) No se puede escribir por escribir. Hay que huir del vandalismo narcisista que se permiten muchos escritores. Cuando llegué a París me di cuenta de lo grave que era la escritura, que no era un simple tentempié de merienda para seguir viviendo, ni una anécdota de lo que me pasó ayer, o esta mañana, de lo que encontré o dejé de encontrar, de lo que me pasó o dejó de pasar. No. Eso es lo que nos contamos y lo que, además, está en los periódicos. Algo que hacen muchos escritores que, desgraciadamente se toman por grandes y que incluso, la gente toma por más grandes de lo que en realidad son,creándose mitos en torno a sus nombres cuando en realidad son los únicos responsables de la transformación de nuestra cultura en culturilla. Nivaria Tejera, en entrevista a William Navarrete

arique 16

Por los tejados de cristales la lluvia rueda rumorosa, su transparencia conciliadora y escalofriante como el paso del tiempo.

En la espaciosa noche de verano se van abriendo todas las ventanas alrededor del techo de cristales. Los vecinos se asoman y hablan de cómo han crecido las plantas de una muerte imprevista del vino de la guerra de que hoy ha oscurecido más temprano. Las nubes, las estrellas, el aire entran a su corazón y lo acarician. «Este cielo trae agua» dice un hombre y todos miran hacia arriba. Un niño se despierta, llora en su cuna, solo, un gato muerde a otro.

Ahora el reloj deja oír la medianoche y ellos se despiden cerrando sus ventanas hasta mañana.

Sólo la vecina de enfrente plancha todavía y de vez en cuando levanta su cortina y mira.

Me he quedado pensando qué nobles son sus cuerpos y cuan pacífica acontece su vida, mirándoles ir venir entre los días al fondo de las ventanas.

Ya se han apagado todas las luces. El cielo está muy oscuro. Sólo las buhardillas se levantan inmóviles sobre la transparencia de la lluvia. De pronto el viento infla la ropa en los cordeles y es como si zarparan barcos hacia la noche.


La Habana un día

Un día mi palma crecerá hasta la Manchuria un buen día pueblo mío tú crecerás sobre el mar...

de pronto un día los obreros felices pensarán en su ciudad inventarán rampas infinitas parques transparentes para que los niños corran por el espacio libres extraños a los ruidos de la ciudad a la impaciencia de la ciudad... Un día mi ciudad te cansarás de esa rigidez ajena de los dominadores...

(Mi ciudad de La Habana engarrotada no se parece al mar no se parece al cielo ni a la palma ni al Cauto no se parece a mi isla despejada serena ni al ser isleño vegetal sonriente...) Un día mi ciudad...

el mar te cubrirá crecerá sobre ti el mar...

Y tus obreros te construirán en el mundo.

Nivaria Tejera nace en Cienfuegos, Cuba, en 1930, pero su infancia transcurre en Islas Canarias, de donde era oriundo su padre, encarcelado en 1944 por sus ideas republicanas. La familia regresa a Cuba, donde en 1953, en la revista Orígenes, Nivaria publica el primer capítulo de su novela El Barranco (La Habana, 1959 / Biblioteca Básica Canaria, 1989), publicada en francés bajo el título de Le ravin (Paris, 1958). Se instala en París en 1954 y regresa a Cuba en 1960, publicando Innumerables voces (La Habana, 1962). Designada como Agregada Cultural del gobierno cubano en Roma, se aleja de la revolución en 1965 y se instala definitivamente en París. Publica la novela Sonámbulo de sol (Premio Biblioteca Breve, Ed. Seix Barral, 1971). Posteriormente, en francés, Fuir la spirale (Actes Sud, 1987). Su obra poética es extensa. Posee los poemarios Luces y piedras (1948), Luz de lágrima (1950), La gruta (1953), Alba en el niño hidropésico (1954), La barrera fluídica o París Escarabajo (1987), Rueda del exilado (1983) y Martelar. Su ensayo novelado J'attends la nuit pour te rêver, Révolution (L'Harmattan, Paris, 1997) vio la luz en español publicado por Ed. Universal, Miami, 2002. Una nueva edición de su novela El barranco, prologada por Antonio Álvarez de la Rosa, acaba de ser publicada por las Ediciones Canarias Visiones desde Fuera.

arique 17


José Triana

Ombra della sera

Delgada en su proyecto, puro frío despabilando naipes por concierto. Sobre el tapiz descansa en abierto desparpajo de niña ante el umbrío

reloj de la mañana. Luego en río de claridad proclama el labio experto jerarquías pobladas de algo incierto que hacen galas de trueno y poderío.

Si verla y desearla me desvela, la prefiero a la ausencia inoportuna o al bosque que la quiere fugitiva. Pues al alma conforta su incisiva jactancia, múltiple criatura y una, repartiendo febriles sus candelas.

Atardecer en el trópico

Veo la tarde que se nombra cielo, la ventana en suspenso, la tardía y olvidada peluca y los cien velos que enarbolados siguen todavía.

Veo del cielo la extensión que ardía exponiendo trofeos y arduo celo. ¡Qué rigurosas ondas y armonía fino reparte el cocuyo en su vuelo! Un momento parece detenido el paisaje o la forma del contento: la chalupa enigmática y el ruido, y un poco de ceniza y algún lirio, y el portón arrasado por el viento, y la canción mojada de delirio.

arique 18


Gnomo

Lo conozco y lo he visto en mis ensueños de niño y adolescente. Por la ceiba trepaba y se hacía un juguete baldío, pirueta o sarcasmo, un alfabeto, de huesos melancólicos, un beso del aire, las manos inquietantes que atraviesan por una pesadilla, las pausas del reloj enamorado.

Lo conozco y lo he visto después fijo en los papeles bruscos de la noche del insomnio y en las alcantarillas.

Lo conozco y lo he visto y no lo excluyo, extrañado y tan mío y claroscuro, en la memoria ardiendo sin figura. José Triana (Hatuey, Camagüey, 1931). Dramaturgo, novelista, poeta, es autor de las obras de teatro Medea en el espejo (1960), La muerte del Ñeque (1963), El parque de la Fraternidad (1961) y La noche de los asesinos (1965). En 1986 creó la pieza Palabras comunes para la Royal Shakespeare Company, en Stratford-Upon-Avon. Su obra poética incluye los libros De la madera de los sueños (Madrid, 1958), Coloquio de sombras (Madrid, 1981), Aproximaciones (Málaga, 1989), Cuaderno de familia (Málaga, 1990), Oscuro enigma (Estados Unidos, 1993) y Vueltas al espejo (Saint-Nazaire, 1996, edición bilingüe francés-español). Su poesía ha sido recogida en numerosas antologías entre las que se destaca Poesie cubaine du XXe. siècle, de Claude Couffon.

arique 19


Teresita Herrera-Muiña Llamado de Eva y su ritual Miércoles 26 de Julio de 2006

Eva, el pie ligero se desliza por los vericuetos de la ciudad; ansiosa, acaricia las esquinas buscando una alegoría, un símbolo que descorra los velos que cierran el abismo de un espejo donde teme volver los ojos; donde sabe Eva que habrá de naufragar.

Eva, sin sosiego, desteje la madeja que cubre los secretos, las recondideces donde se alterna uno y otro rostro en dualidad borrascosa. ¿Qué soy, lámpara o trofeo? Eva sin manecillas reduce el tiempo a un minuto, a un solo momento que vierte en el llamado; esparce incienso en su santuario, ajusta todas las brújulas del mundo. ¿Mas dónde el camino?

Desciende Eva los costurones de la siquis, país de brumas donde no encuentra el paisaje real; ignorando la cara que se esconde atisba el frágil tamiz del no ser y el yo. Como temblorosa niña recorre el mapa de la incertidumbre, ahonda valles y océanos del alma sin hallar la piedra filosofal. De identidad movediza se satura Eva pero esquiva el reto, teme asomarse a la pulida superficie que yace al final de la conciencia porque se reflejara la verdadera imagen. ¿Dónde en verdad aguarda la rosa de los vientos?

Eva oficia su ritual, el acosante llamado que no sabe el por qué; no conoce los mitos griegos mas intuye en los entretelones del ser golpecitos como si fuera a despertar. Eva cierra los ojos a la poderosa marea que la abruma, hace un signo con la mano pero se impone el ser vencida. Como trueno, impulsando sus pasos Eva entra en el espejo. Eva y su llamado, Eva y su ritual…

Las avutardas de la Señora Abadesa Viernes 8 de abril de 2005

Sentada en su poltrona, con su índice apuntando al cielo, la señora Abadesa rige las vidas y las posesiones espirituales y materiales de todos sus siervos. Con su voz sinuosa y alarmante por engañosa, trata de convencer a sus esclavos y a cuantos viajeros por aquella tierra cruzan, de sus bondadosas y caritativas felonías. Para lograr la docilidad impuesta, la bien alimentada y bien servida señora Abadesa, se nutre de un ejército de avuturdas que acechan cada

arique 20


grupo de aquellos que intentan cambiar el juego; con diabólicos ojillos a semejanza de su ama y señora, horodan las paredes, penetran por el chacro frontal en busca de ideas. Las ideas, ese tenebroso enemigo de la señora Abadesa. ¿Qué piensan realmente las avaturdadas?, ¿de veras son tan incondicionales? Con sistemáticos movimientos entrecruzan sus secretos en regulares confabulaciones. A mayores falacias, piensan las avutardas, mayor confiabilidad de la opulenta Abadesa.

Pero subterráneamente, entre muchas avutardas, hay un intercambio oculto de graznidos. Entre los siervos, se empiezan a descubrir pequeñas señales, variaciones de la voz acostumbrada, como si articularan un lenguaje diferente. Todavía con su índice apuntando al cielo, en su poltrona sentada la señora Abadesa, continuamente se empecina y dice no a los signos de los tiempos. Teresita Herrera-Muiña, poeta cubana cuyos trabajos han aparecido en publicaciones dentro y fuera de la isla, reside actualmente en Estados Unidos. Parnaso Cubano, Colección de Poesías Selectas de Autores Cubanos, desde Zequeira a nuestros días por Antonio López Prieto/ Edición facsimilar del Frente de Afirmación Hispanista, A.C., México 2006

La primera página anuncia lo que el lector encontrará en la obra:Parnaso cubano. Colección de poesías selectas de autores cubanos, desde Zequeira a nuestros días, precedida de una introducción histórico-crítica sobre el desarrollo de la poesía en Cuba, con biografías y notas críticas y literarias de reputados literatos, por D. Antonio López Prieto, correspondiente de la Real Academia de la Historia, de la Sociedad Geográfica de Madrid y Socio de Mérito de la Real Sociedad Económica de La Habana.

Seguida del exergo: Ningún lazo de unión y afecto entre dos pueblos será jamás tan fuerte como el cultivo de las mismas artes y del mismo idioma. Baralt. Historia de Venezuela, tomo 3º cap. XXII, pág. 404, París, 1841. Y el pie de imprenta: Habana. Editor Miguel de Villa -Librería. Calle del Obispo Número 50.

La edición original fue impresa en 1881 y su reedición (facsimilar) publicada un siglo y cuarto después por el Frente de Afirmación Hispanista.

arique 21


Frank Padrón

Un poema la poesía toda es una conversación en la penumbra pero también en la luz porque hablar con uno con Dios o con los hombres es recibir un halo un resplandor una cascada que va matando la penumbra que había cuando empezamos a conversar.

Allí estaban mis besos recorriendo tu pueblo. Mi ser era una herida recibiendo la cura. Fue una fiesta de excesos contra toda pavura. Ciudades erigidas sobre nuevos espectros.

Allí estaba tu vida enjaulando mi miedo, borrándole a la noche su aburrida negrura Tu imagen fue mi espejo, astillando la duda, los dos asesinando a nuestro modo el tedio.

Y aunque tu nacimiento anocheció su talle. El que minutos antes iluminó mi anhelo. El que tras larga ausencia acaeció mi calle.

Tan pronto te marchaste se volvió flor mi fuego. Y anhelé, más que tu piel y tus caricias reales, las otras, las que sólo se han vestido de sueño.

Decidido a no amarte salgo a buscar el pozo de una estrella. Me he dicho –tan resueltoque vendrán otros besos que borrarán tus huellas y harán huellas que luego borrarán otros besos. Decidido a no amarte te encuentro en otro aliento.

arique 22


Porque así, simplemente, decidido a no verte voy a volverme otro creciendo en otro cuerpo, te voy a beber calma bebiendo de otro fuego para nunca pensar que olvidaste un poema, quiero multiplicar tus panes y tus peces y olvidar, simplemente aquella noche nuestra en que tu río fue mi único tesoro, en que un libro de anhelos se leyó nuestras pieles que hoy mismo serán pieles y páginas bien nuevas, porque voy a buscarme decidido a perderte.

Blasfemia

“Oíd atentamente mi palabra Y sea esto el consuelo que me déis. Toleradme, y yo hablaré Y después que haya hablado, escarneced: Tú, Yahveh, lo creaste todo. y con ello mi suerte, mi desgracia, mi carencia mi fe, mis lágrimas, y hasta mi blasfemia. Tú, Yahveh, me diste corazón para amar pero no me diste amores me diste bondad pero me llenaste de enemigos que la arrancan de mí en todo instante me regalaste hijos y posesiones que ahora has segado con crueldad Tú, Yahveh, diste y quitaste. Entonces, por favor, no me critiques si conservo mi queja, mi odio, mi canto, mi tristeza, mi grito y por ello, hasta mi blasfemia en definitiva, Yahveh, lo único que tengo. No esperes mi humilde arrepentimiento porque no tengo de qué arrepentirme ni ganas no esperes mi llanto porque todo lo he vertido esperando en vano tu piedad.

arique 23


Ya sé bien que no soy inocente, tampoco me gustaría serlo. En medio de la hoguera uno se siente vivo Por favor, Señor mío, no esperes más mi súplica Yo tampoco ya espero tu perdón” (Job)

Frank Padrón ( Pinar del Río,1958). Ensayista,crítico de arte y comunicador audiovisual. Entre sus libros Más allá de la linterna (2000,ensayos) y Pura semejanza (2004, poesía). Los textos aquí presentados, por cortesía de su autor, pertenecen al poemario Conversación en la luz, recientemente publicado (2006) por Ediciones Holguín.

La Poesía Moderna en Cuba (1882-1925) por Félix Lizaso y José Antonio Fernández de Castro/ Edición facsimilar del Frente de Afirmación Hispanista, A.C., México 2005

Originalmente publicado en Madrid, en 1926, por Librería y Casa Editorial Hernando (S.A.), Calle del Arenal, Núm. 11, este volumen recoge la obra de 39 poetas, que van desde José Martí y Julián del Casal hasta Dulce María y Enrique Loynaz. Agrupados en clasificaciones como Los precursores, Transición, Plenitud de la lírica, Orientaciones diversas y Los nuevos, los antologadores nos ofrecen un panorama histórico de la poesía cubana -dentro del período en que se enmarcan- que pretende ser exhaustivo, pero en el que no ocultan su visión crítica, puesta de manifiesto desde el subtítulo de la obra -Antología crítica- y de la Advertencia, firmada en La Habana, en mayo de 1925: Hacemos constar, por último, que el carácter histórico que hemos querido dar a este trabajo nos ha obligado a traer a sus páginas a poetas que, lejos de enriquecer la lírica cubana, han contribuido a empobrecerla...

Para cada poeta incluido se añade una pequeña biografía que, en el caso de los más jóvenes, por razones obvias, se limita a veces a una valoración no siempre acertada de su obra. La reedición (facsimilar) del Frente de Afirmación Hispanista fue distribuida, como es habitual en esta institución, de forma gratuita a más de 500 instituciones y escritores hispanoamericanos. (A.Croa)

arique 24


Amarilis del Carmen Terga Oliva Hetairas

En Lesbos actuamos desnudas ante los dioses. Vimos ir a los hijos de Apolo convertidos tiernamente en lluvia. Tocamos el arpa entre pinceles y evocamos a Zeus.Vinimos del otro lado del mar después de plantar vides en praderas del Mediterráneo. Estuvimos en Creta, Samos y Lesbos -toda el Ática sabía nuestros nombres-. Comerciantes y tahúres nos visitaban, éramos estatuas a orillas del mar. En las tabernas danzamos hasta el tedio: provocamos el amor. Los rostros sobre nuestros cuerpos creían llevar nubes negras. En Tarento fuimos vendidas y codiciadas en islas del Egeo. El camino infinito reveló que el amor está a un paso de las estrellas. El amor con su olor a jazmín flota más allá de la luz. Llega y nos deshace en cada átomo para luego ser pretérito. Durante siglos hemos servido a la sombra de los dioses que para siempre nos vigilan sumergidos en el vino. Desde sus templos celestiales acudimos al amor. Como rosas de agua enlazamos la serpiente entre danzas y canciones. Los ángeles regresan y observan la claridad. Por fin hemos vencido esa humedad de flor, por fin somos eternidad en mitad del sueño.

La calle

Quién al verte en estas horas, ¡Oh calle! Será posible que estés callada y sombría (...)?. Úrsula Céspedes de Escanaverino.

Sometida a la oscuridad del muro transito la sal que te nombra. Veo al escriba, el huésped, la meretriz, el mendigo. Recorro el otoño en una estera. Ignoro esplendor de raíz en áreas y planos, en uñas y dientes. Los faroles silenciosos lloran ahora que extraño la semilla, hechizo que mal quisimos. Mariposas del alba sobre tus recodos negras, esquivas que van de la plaza al embarcadero, del batey a la hacienda con misterio de lunas en el vórtice. Es la hora del recuento ante el espejo.

arique 25


En la puerta del templo

Para Fredo Arias de la Canal, conocedor del mudo lenguaje de las estrellas

En la puerta del templo está naciendo una estrella. La noche y su rostro exhiben el regalo: una daga en el cuarto oscuro de las constelaciones. Mezclo el vino con mi cuerpo: cuerda rota en dorado esplendor. Mi historia es el dibujo antes del alfabeto. Los nombres se hallan en la grieta. He sido siervo, juglar, homicida, acólito, guerrero, conquistador. Mis nombres en el azul esperan el rudo edredón de la encina. Entre flores y amatistas separan la luz perfecta del agua. En la puerta del templo mi cuerpo es una ostra que muere sobre el enlosado: espejo a comienzos del milenio. En la oscuridad del templo la noche tarda. Venciendo el contraste resbalo hasta la raíz y me estreno en su abrazo. Amarilis del Carmen Terga Oliva (Granma, Cuba, 1970). Poeta y Licenciada en Historia del Arte. Ejerce como Profesora Asistente de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas de la Universidad de Granma. Trabajos suyos han aparecido en diversas publicaciones cubanas y extranjeras. En 2002 fue editada su Antología Cósmica y Lírica de Amarilys del Carmen Terga Oliva por Fredo Arias de la Canal en Ciudad de México. Sueño de hetaira, el cuaderno al que pertenecen estos poemas, obtuvo el Premio Fidelia de poesía en Bayamo, Cuba, 2005. Su dirección postal: Ave. Francisco Vicente Aguilera No. 253 A (Interior), e/ Ave. de los Mártires y calle 10, El Cristo, Bayamo, Granma, Cuba, C.P. 85100.Su email: atergao@udg.co.cu

arique 26


La poesía cósmica, como yo la veo

por Raúl Tápanes López

La polémica en torno al lenguaje poético, a la lingua franca de la poesía, es tan antigua como sus orígenes y puede remitirnos al Ars Poetica de Aristóteles, la obra de Fernando de Herrera, la Escuela de Praga o, más acá, a la Art poétique de Verlaine. De cualquier manera, más allá de ismos y concepciones estéticas hoy es generalmente aceptado que poetizar no es nombrar, sino sugerir, evocar, hacer que se diluya el mensaje y que se lo intuya y adivine poco a poco (Javier Ciordia Muguerza, Entre el delirio y el orden. Preámbulo a Matos Paoli, 1994). Pero tanto dentro del arte aristotélicamente mimético, reflejo exacto de ideas, razonamientos y formas, como del imperio actual, casi obsesión, de intuiciones y sentimientos, el uso de arquetipos o de metáforas ha establecido el lenguaje poético en añadidura al lenguaje común. Hoy estamos hablando de un tercer lenguaje, que a decir de una autoridad en la materia, el profesor Ubaldo DiBenedetto, de la Universidad de Harvard, es inconsciente y ha vibrado inaudiblemente durante siglos junto al lenguaje poético como la armónica superior de una nota fundamental (Introducción a El protoidioma en La Divina Comedia de Dante,1994).

Puede hacerse poesía sin metáforas, pero no existe poesía sin arquetipos, que también están presentes en aquellas: Hablamos de arquetipo cuando un motivo poético, signo lingüístico, símbolo, alcanza un grado de sistematicidad en su funcionamiento semiótico que no responde a la casualidad, ni siquiera al gusto personal, y alcanza una valencia significativa relativamente estable (Raúl Francisco García Dobaño, La mariposa en la poesía o la poesía de la mariposa, 2003). Según el texto ya citado de Ubaldo DiBenedetto este tercer lenguaje demuestra, a través de arquetipos inconscientes pero constantes, las imágenes y símbolos que están en la base de la experiencia evolutiva de la humanidad (...). El protoidioma es un utensilio tan necesario para la interpretación de la poesía como un buen conocimiento del sistema binario para entender las computadoras.

arique 27


A través del psicoanálisis también Freud (Moisés y monoteísmo,1938) otorga una elevada importancia al estudio de los arquetipos en el lenguaje: existe, en primer lugar, la universalidad del simbolismo en el lenguaje (...) Aquí parece que tenemos un ejemplo evidente de una herencia arcaica que data del período en que se desarrolló el lenguaje (...) La herencia arcaica de los seres humanos comprende no sólo las disposiciones sino también la materia subjetiva: residuos de memoria de la experiencia de generaciones anteriores [los arquetipos]. Sin embargo, esta teoría no comenzó a ser verdaderamente aceptada y extendida hasta que Jung no definiera en 1936 al inconsciente colectivo como experiencia de naturaleza colectiva, universal, impersonal, común a todos los individuos y presente en nuestro sistema psíquico en foma de recuerdos preexistentes o arquetipos. El valor del arquetipo es inconmesurable, como inmenso es el poder de la palabra para los poetas. La utilización del método psicoanalítico como herramienta en el estudio y crítica literarios es relativamente nuevo. Para Fredo Arias los poetas son individuos que poseen una especial facultad para concebir los arquetipos que subyacen en el inconsciente colectivo de la humanidad, arquetipos que están presentes en el corpus literario de todas las épocas y naciones y que constituyen un particular lenguaje dentro del habla, de por sí particular de la poesía, y que él ha denominado protoidioma poético. Por cuanto la mayor parte de esos arquetipos están relacionados con cuerpos celestes se ha dado en llamar poesía cósmica a este lenguaje poético, quizás también como un indirecto homenaje a José Vasconcelos, autor de La raza cósmica, defensor del hispanoamericanismo y cuyo nombre ostenta la más alta distinción otorgada anualmente por el Frente de Afirmación Hispanista que dirige Arias de la Canal.

Somos criaturas solares y por ende cósmicas, sujetos eternos de las leyes del universo sin las cuales no existiría la vida cósmica y menos la animal dice Fredo Arias en la Entrevista intemporal entre Joseph Campbell y Fredo Arias (2001). Los arquetipos cósmicos en la poesía aparecen generalmente relacionados con otros símbolos como ojo, luz, fuego y piedra en conjuntos de dos (estrellas y luz-fuego), tres (estrellas, ojos y luz-fuego) o cuatro (estrellas, ojos, luz-fuego y otros). El arquetipo estrella abarca todas las denominaciones de los cuerpos celestes: astro, sol, lucero, luna, cometa, planeta, etc.

Otros arquetipos, secundariamente asociados a los anteriores, tienen un origen oral-traumático. A través del estudio de las obras de miles de poetas durante decenas de años, Arias ha rastreado dichos arquetipos hasta sus orígenes: las edades tempranas del niño, el período de lactancia cuando según el psicoanálisis quedan establecidos en la mente infantil los siete temores erotizados: el temor a morir de hambre y sed –por una lactancia deficiente-, a ser devorado, envenenado, asfixiado, decapitado, castrado, drenado. A esos temores infantiles, señalados por Freud y Bergler, Arias agregó el de la punción, producido por el pezón materno que es introducido en la boca del niño. Para él, como para Jaspers, todo fenómeno artístico es efecto de una causa, siendo ésta el trauma oral del mamífero humano. El arte es como la perla en el molusco infectado, concluye Arias: si no hay trauma no hay arte (en la presentación de la Antología de la poesía cósmica del Ecuador, en 1996).

arique 28


A esos temores infantiles aparecen asociados una serie de arquetipos que señalamos someramente, sin agotarlos todos. Al recuerdo del hambre y la sed: el arquetipo fuego y el color amarillo; al temor de ser devorado: aves de presa y todo tipo de fieras terrestres y marinas; al temor de envenenamiento: sierpes, escorpiones, arañas y fango; asfixia: naufragios y horcas;decapitación o destrozamiento:hachas, espadas, guillotina; el temor de ser castrado se asocia a las navajas y tijeras; la drenación con los vampiros y murciélagos; y finalmente la punción que es asociada a arquetipos como clavos, puñales, cuervos, espinas y otros objetos punzantes.

Director desde hace décadas de la Revista Hispanoamericana Norte, Fredo Arias ha desarrollado en ella la serie de estudios El mamífero hipócrita, dedicada al análisis de los símbolos poéticos relacionados con los arquetipos cósmicos y oral-traumáticos.En 1994 publica, precisamente en Valparaíso, Chile, bajo el título de Antología amarilla de Juan Delgado López, un estudio psicoanalítico de la obra de ese insigne poeta andaluz.Un año después en El protoidioma en La Divina Comedia de Dante, desarrolla un novedoso y exhaustivo análisis de la obra poética de Dante, Petrarca y Miguel Angel. Al estudio de la obra poética de clásicos como Fernando de Herrera o contemporáneos como Angel Urrutia Iturbe o Antonio Ramírez Fernández, siguen una serie de antologías regionales como las dedicadas a la poesía ecuatoriana (1996), canaria (1997), cubana (2000), puertorriqueña(2002) o más recientemente la Antología de la poesía cósmica chilena (2004). Los estudios y análisis de Fredo Arias de la Canal lo llevan a enunciar las leyes que rigen la creatividad poética:

1. Los arquetipos que concibe el poeta durante sus sueños o estados de posesión provienen de su propio inconsciente o paleocortex cerebraly se hacen conscientes al percibir, escribir o recordarlos.

2. Todo poeta es un ser que simboliza sus traumas orales con arquetipos pertenecientes al inconsciente colectivo, del cual su propio inconsciente es parte integrante.

3. Todo poeta concibe en mayor o menor grado arquetipos cósmicos: cuerpos celestes asociados principalmente a los símbolos: ojo, fuego y piedra y secundariamente a otros arquetipos de origen oral-traumático.

Pero, ¿a dónde nos lleva el psicoanálisis de la obra poética? ¿Para qué sirve? Psicólogos puros –entre comillas- argumentan, en aras de un eclecticismo conservador, en contra de la generalización que suponen las leyes de la creatividad. Incluso poetas, estos sí asumiendo posturas más coherentes, como el mexicano Brígido Redondo –precisamente Premio Vasconcelos en 2003-, subliman las defensas poéticas contra el escalpelo psicoanalítico de Arias. Hace ya una década Annis Pratt (Dancing with the Goddesses. Archetypes, Poetry and Emporvement, 1994) entreveía las raíces ocultas de este conflicto:

arique 29


A estas alturas, debería ser evidente que los arquetipos son realidades psicosociales poderosas capaces de liberar eventos personales y sociales tanto constructivos como destructivos.

Nada argumentaré en contra de los defensores del psicoanálisis puro –subrayo de nuevo el entrecomillado- ya que no soy un psicoanalista, sino un atormentado hombre que intenta escribir versos; pero desde el punto de vista poético no creo, al igual que Arias, que este inmenso salto en el desarrollo del psicoanálisis venga a empobrecer la poesía. Ningún conocimiento de sí mismo –gnotiseauton- puede ser nocivo para el poeta. Al respecto Arias (Diálogo intemporal entre Nietzsche y Fredo Arias, 2002) manifiesta: El conocimiento del mundo metafísico, gracias al descubrimiento de las leyes de la creatividad poética, me parece que es de utilidad vital para la humanidad. Si el hombre no conoce su personalidad metafísica situada en su inconsciente, jamás podrá explicar sus compulsiones a la “pasión, error y engaño” que lo han traído siempre en peligro de naufragio, como lo han demostrado sus guerras estúpidas y genocidios de mujeres y niños.

El propio Arias no parece muy preocupado por la aceptación de sus descubrimientos cuando sentencia en El objetivo del psicoanálisis (2001): Si a la ciencia pragmática de la mecánica del fenómeno onírico, le tomó un siglo reconocer lo dicho por Freud en “La interpretación de los sueños” (1900), es posible que se tome otro siglo en aceptar los descubrimientos de Bergler, Jung y míos.

Mientras tanto la labor de Fredo Arias constituye, como señalara el español Manuel de la Puebla, un doble servicio a la poesía. Yo agregaría que son múltiples los servicios si tomamos en cuenta, además, su labor de afirmación de nuestras raíces hispánicas y de divulgación y patrocinio de todas las artes y las culturas en general. Porque al ejercicio humanístico para el conocimiento y clarificación de la naturaleza humana, debemos agregar que al estudiar los textos poéticos contribuye a la difusión de la poesía y a la congregación y conocimiento de sí mismos de los poetas, además de su reiterado apoyo a muchas otras manifestaciones culturales. Respecto a los grandes aportes de Fredo Arias de la Canal a la cultura cubana ha dicho Virgilio López Lemus:

Ya es mucho, y cada vez es más, lo que la cultura cubana tiene que agradecer a la inteligencia y solvencia de este mexicano ejemplar, al Frente de Afirmación Hispanista, y a su labor personal desinteresada, llena de matices, bajo el sentido que le ofrece el análisis arquetípico, su presupuesto cósmico y la condición del protoidioma. Es un tipo de análisis complejo, que requiere amplísima cultura, como la que demuestra tener el autor, así como un conocimiento esencial del psicoanálisis. Bienvenida entonces, y sin temores, la poesía cósmica y el conocimiento que de nosotros mismos nos trae ella. Valparaíso, junio de 2007

arique 30


La Galería Virtual Arique en su dirección

http://ariquegallery.yeahost.com

reúne las obras plásticas de artistas cubanos y chilenos para su exposición y venta

Yampier Báez Matos (Matanzas, Cuba, 1974) Ha participado en numerosas exposiciones personales y colectivas en Cuba, Colombia y Paraguay.Como ilustrador de libros ha trabajado para distintas editoriales. Como teórico ha impartido conferencias sobre pintura clásica e historia de la pintura cubana en universidades de Cuba y Sudamérica. Sus pinturas se encuentran en colecciones públicas y privadas de países como Alemania, Italia, Francia, Estados Unidos, España y México, entre otros.

Marlis Schulen (Santiago de Chile) Combina la pintura con la traducción en su quehacer cotidiano. A mediados de los años 80, cuando alterna su residencia entre Hamburgo y Nueva York, se afianza su vocación por la plástica. Desde 2004 ha tenido una intensa actividad en la exposición de sus obras, con muestras personales en Las Brisas de Chicureo (Momentos fugaces), Estación Mapocho (Emprende) y más recientemente en la Liga Chileno-Alemana de Santiago de Chile. Sus cuadros engrosan colecciones privadas no sólo en Chile, sino también en otros países.

Angel Antonio Moreno (Cárdenas, Cuba, 1947) Poeta, crítico, editor y artista de la plástica cubana. Licenciado en Periodismo en la Universidad de La Habana, sus textos han aparecido en publicaciones periódicas de su país natal y en México, Venezuela y los Estados Unidos. Su obra ha sido expuesta en Cuba, Alemania, Austria, México, España y en los Estados Unidos (California y La Florida). Su vínculo con el surrealismo se manifiesta en su declarada admiración por el pintor cubano Wifredo Lam, cuyas obras recrea muy libremente sin que su estilo se resienta en lo absoluto.

Iván Rangel (México D.F.) Licenciado en Relaciones Internacionales, ha hecho estudios de pintura en la Universidad Veracruzana y en la Academia San Carlos, entre otros centros de arte. Su obra ha sido exhibida en numerosas exposiciones personales y colectivas. Sus pinturas se encuentran en colecciones públicas y privadas de varios países, y en instituciones como las oficinas centrales de la CNN en Atlanta.

Para mayor información y/o consultas, dirigirse a

ariquegallery@aol.com


Marlis Schulen Cósmico Óleo sobre tela 80 x 60 cm


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.