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Novela robada
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Adriรกn Di Santo
Novela Robada
Santa Rosa - Argentina
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Di Santo, Adrián Novela robada - 1a ed. - Santa Rosa: Arisco, 2014. 101 p. ; 19,5x13,5 cm. ISBN 978-987-29588-0-0 1. Narrativa Argentina. 2. Novela. I. Título CDD A863
Diseño: Luciano Gaich 1º Edición: Marzo 2014 Derechos reservados ISBN: 978-987-29588-0-0 © 2014, Arisco Ediciones O’Higgins 80 Santa Rosa, Argentina Libro de edición argentina Hecho el depósito que marca la Ley 11.723 Impreso en la Argentina Printed in Argentina
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PRÓLOGO
Novela Robada es el nombre comercial del libro “La Fantástica Salvaje” título que guarda una significancia dual, sensual y aparentemente académica y para algunos sugiere una india caliente o algo así, y en donde el sujeto de la forma es un adjetivo y el adjetivo también un sujeto lo que impresiona ambiguamente y no se si no es una enunciación de Roland Barthes, de lo que algún especialista en lingüística o semiótica se puede ocupar. Dice la crítica que la Fantástica salvaje es una novela que no se ha escrito o una novela imposibilitada de escritura en tanto han ido tirando o rompiendo sus originales, otros capítulos han sido robados o permanecen guardados en el archivo de las mazmorras del Estado argentino. Sin embargo otros piensan que el libro no pudo ser escrito más que por un obscuro y oculto escriba de los servicios que tal vez reporte como personaje bajo nombre falso y en las sombras. El crítico Roberto Marín supone que el texto en sí es una rendición de cuentas o una factura que se le está pasando a alguien desconocido. Di Santo es escritor disléxico y autor de libros ilegibles que están permanentemente siendo escritos y reescritos, que no se fíe el lector si este libro que presentamos sea mañana otro distinto, sacado de circulación y negado rotundamente en cualquier momento. 7
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ÍNDICE Capítulo Primero, pág. 11 En que José Rebora tira todo lo que escribió hasta entonces y empieza de nuevo. Capítulo Segundo, pág. 31 En el que José Rebora cae en la trampa. Capítulo Tercero, pág. 41 En que aparecen los cinco relatos escritos por José Rebora de las charlas que tiene con el Chino Ramallo. Capítulo Cuarto, pág. 49 En que el Oficial Olivera piensa sentado a una mesa del Bar Comercio. Capítulo Quinto, pág. 55 En que aparece “Crimen perfecto”, novela nativista. Capítulo Sexto, pág. 59 En que escribe otro autor distinto al anterior. Capítulo Séptimo, pág. 69 En que el Oficial Olivera piensa nuevamente. Capítulo octavo, pág. 71 Que trata de la continuación de “Crimen Perfecto”. Capítulo Noveno, pág. 73 En que se cuenta de cómo es la vida del Oficial Olivera después de haber caído en desgracia. Capítulo Décimo, pág. 79 En que se dice de cómo Susana se hace feminista y Julia se enamora del Sobaco Ilustrado. Capítulo Undécimo, pág. 87 En que escribe el otro y se continúa hasta el final. 9
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CAPITULO I EN QUE JOSÉ REBORA TIRA TODO LO QUE ESCRIBIÓ HASTA ENTONCES Y EMPIEZA DE NUEVO
José Rebora está aburrido en la celda 236 de la Colonia Penal de Santa Rosa. Ya no piensa en las circunstancias de su detención olvidado de los rencores y posibles salidas de una situación que se le vino encima en un segundo, hace ya más de quince años. En el mes de Octubre lee por segunda vez el primer tomo de las obras completas de Borges. Decide robarle a Borges. Se pone a escribir una novela. Escribe: En ese segundo en que me estaba permitido escapar, la maté, la tonta me pidió perdón, y la maté, sabía que no era mujer para mí, pero quise probar, me entregó a la policía. Piensa. No, no tengo que escribir en primera persona, esto parece una autobiografía, o una confesión de culpa. Rompe esa hoja de cuaderno Gloria. Pone: Él la mató sin querer cuando limpiaba el Colt, se le escapó inadvertidamente un disparo, la comisión policial que pasaba por la esquina al oír el tiro se apersonó en el domicilio, aunque él ya salía para la comisaría, dejar aclarado lo hecho y asumir toda la responsabilidad si la hubiera. No, tacho de nuevo, está totalmente mal lo que escribo, rompo la hoja, me voy a quedar sin papel si sigo así, escribo mal porque escribo como si estuviera robando, como escribe un ladrón, tengo que escribir como
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un artista, como si yo fuera Borges, tengo que imitarlo, recordar todos sus gestos, pensar como el ciego, moverme como el ciego, escribir como el ciego, no escribo nada, porque el ciego no escribía, dictaba a su mujer. Yo le escribí una vez a su casa, y no me contestó, todos le escriben a Borges y lo sacan en todas las revistas, si supieran de él como yo sé, por eso no me contestó la carta que le mandé, fue una imprudencia mía, rompo esta hoja también. Pongo, está en su pieza recién bañado, escucha el murmullo de la pensión, el trabajo del taller de al lado, desde la mañana que no tenía ganas de ir a la casa de Carmen, ese chuparse todo, qué mujer, pero no tenía ganas de ir, se bañó para ir, pero no fue, después seguramente estaría arrepentido de no haber ido a visitarla, ¿y ahora como sigo? Borges nunca hubiera escrito que iba a lo de Carmen, nunca escribió así, él tampoco fuma, ni toma, ni nunca dijo que se chupó alguna concha, no, así no se escribe. Escribo: José Rebora, ex contrabandista, ex estafador, asesino de mujer alcahueta, rompo la hoja de cuaderno. Comencemos de nuevo: habiéndose jubilado púsose a trabajar en los afanes de la forja de espadas, la vereda de su casa en que instaló la fragua y la bigornia es su taller, matera y asamblea, cómo sigo después, cuando se forjaban espadas no había jubilación, aunque, bien puede ser, que jubilado, sea de júbilo, de contento, de jubileo, por ejemplo, de no batallar, resulta que el viejo soldado ya muy lastimado y herniado para combatir forja espadas para los jóvenes caballeros del Rey, o mejor del Duque de Mantua, pero afanes de la forja de espadas no se puede decir, aunque diga púsose a trabajar en los afanes de la forja de espadas, ahora es en los robos de la forja de espadas, afán no es de choriar.
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No sirve nada, ni mi tiempo sin tiempo aquí encerrado escribiendo, ni siquiera puedo estafar, que es mi especialidad, ni sustraer imágenes, aunque veo que este libro como muchos de los que me presta el maestro está hecho de otros libros. Rompo la hoja y empiezo de nuevo, al azar abro las obras completas, página 213, Una vindicación del falso Basílides. Se me ocurre una cosa y la escribo. Doña Juana abre el libro y lee el primer párrafo. Quédate tranquila Julita la suerte está echada, dice mirándola ceñuda, sus ojos esmeraldas, los sahumerios apesadumbran el aire de la habitación, su voz se hace ajena, la premonición necesaria se anuncia en las primeras palabras, la muerte esperada y no querida del desesperado encadenado, aunque sería un bálsamo para Mario y ella lo sabía, la verdadera vida está ausente, la vida es una enfermedad del espíritu, no estamos en el mundo, termina de leer Doña Juana. Qué increíble, Una vindicación del falso Basílides es un cuento, de un cuento de otro cuento, del que yo trato de hacer otro más, para otro cuento. “A Simón el Mago le achacan una exasperación de esa historia: el haber rescatado a Elena de Troya, antes hija primera de Dios y luego condenada por los ángeles a transmigraciones dolorosas, de un lupanar de marineros en Tiro. Acá hay una llamada en pié de página: Elena, hija dolorosa de Dios. Esa divina filiación no agota los contactos de su leyenda con la de Jesucristo. A éste le asignaron los de Basílides un cuerpo insustancial, de la trágica reina se pretendió que sólo su eidolon o simulacro fue arrebatado a Troya. Un hermoso espectro nos redimió, otro cundió en batalla y Homero. (Veáse, para este decentismo de Elena, el Fedro de Platon, Ciudad Ausente de Ricardo Piglia, la máquina de la eterna y el libro Adventures among Books de Andrew Lang, pág. 237-248)
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Al final, lo que estoy haciendo me divierte, pero es de una vulgaridad increíble. De lo que he escrito lo único que me queda de bueno son las historias que me cuenta el Chino Ramallo, de ese que él conoció no sé en dónde, al que nunca nombró por su propio nombre y apellido, si no diciendo “mi señor esto, mi señor aquello”. Le digo, contame algo, y el Chino no dice nada, él por ahí cuando estamos en el recreo o en el pabellón tomando mate se pone hablar de sí mismo, de lo que fue su vida y termina siempre hablando de ese otro, todavía no he logrado saber qué relación tenían o tienen aún o si este tal Chino Ramallo no es propiamente ese otro del que él está hablando. Amanece helado, llama al criado y le dice que busque ropa de invierno, que no ponga cara de no entender y que busque ropa abrigada, que abra los roperos y baúles que está helado, que cierre las ventanas y puertas, que encienda fuego en los hogares de toda la casa, que encienda todo el monte, que haga hoguera en los patios, que él tiene frío. _¿Me escuchás, hijo de puta? enciendan hogueras, prendan fuego a todo, que tengo frío, entendés_ le gritó. Sale el criado, encuentra a Fernández que anda sacando el avión del galpón con otra gente que empuja, agitado, le dice que él tiene frío, que dice que prendan fuego, que quiere ropa de abrigo, que enciendan los hogares, prendan el monte, dice. Fernández manda a uno para que llame al médico a General Acha, deja el avión en donde está y se va corriendo para la casa grande. Prendé fuego, Fernández, le dice él, mandá a prender fuego a todo, que tengo frío, mandá gente a talar, que enciendan el monte, no escuchás Fernández, le gritó él, tiritando. Llega Morales que entrando en la habitación escucha
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lo que le está diciendo a Fernández. Morales hace prender fuegos. Camiones y carros al obraje a traer toda la leña cortada que encuentren, dice Morales, todo poste, todo rodrigón, saquen las vacas, toda oveja, toda chiva del cuadro en frente a sus ventanas y le encienden fuego, que hagan contrafuego, sigue ordenando, o no hagan nada, ni saquen ningún animal, rodeen la casa de hogueras, todo el mundo a hacer fuego a todo, quemen los fardos de lana de los galpones, y los galpones también, enciendan toda la porquería de por ahí. Fernández se va, saca el avión carreteando del patio, busca el campo y enseguida empina la trompa del aparato, vuela para su casa, pero al rato retorna y sobrevuela el campo de los fuegos. La tropilla de los blanco regalados, asombran a Fernández, los sigue con el avión, los sobrevuela, los pasa rasantes, ellos se alejan del fuego, pero se detienen a jugar con el avión, lo enfrentan, le dan coces, pedorrean, lo bostifican, formando círculos, los blancos bailan para el avión, el potro jefe de la tropilla mira, relincha y sigue la espantada. Fernández sobrevuela la hecatombe, percibe las corrientes ascendentes de aire caliente en las alas y timones, decide que está volando peligrosamente, toma altura y retoma definitivamente su ruta. Ve algunos de la peonada hacer distancia sobre los limpios y lagunas, mucha gente de los rancheríos se va arreando los animales que pueden. Dicen que el patrón tiene frío. Morales se queda tres días con él haciendo mantener los fuegos. Cuando despierta, él dice, Morales tengo frío, prendé más fuego. Viene el médico que llamó Fernández y él se niega a recibirlo. Lo que prepara su cocinera, leche caliente, miel y gi-
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nebra, es su remedio y alimento. No quiero ver a nadie, carajos, cuando se le escapó un tiro del revólver que tenía debajo de la almohada lo vieron todos muy malo empuñando el arma. La jauría espantada está alrededor de unos terneros abandonados que mugen y corren ensangrentados, la pelea de los machos por las hembras alzadas pone el aire de la humareda y guadal, tenso y pegajoso. El perro negro grande se le prende al cogote del ternero más joven, pampa Hereford, otros de las verijas y garrones, lo tumban y rematan en el suelo, ávidos de lamer por las heridas el premio de la sangre, las hembras pretenden participar de las primicias pero los perros las buscan a ellas y la tremolina se agranda hasta que cae un segundo, tercer y cuarto ternero en el horizonte del incendio, el calor sube, peleando a los mordiscos, corriendo abotonados. Fernández no ha visto a los perros por mirar la caballada blanca en campos que hay más caballo que vacas para vender a la remonta del ejército. Caballos y vacas venidos de alguna parte, como aquí, todos vinieron alguna vez a este lugar preciso, que es acá o allá, ó a donde sea, que esté alguna parte de alguien y otro después vino y es de ese otro, los che, gente nativa, inmigrantes, dueños ricos, entenados, pobres, cacique, chusma, criollo, gringo, turco, negro, mestizo mal nacido en cualquier parte del universo que jodidamente vino a parar por aquí. Caballos que desde Cuartorio vinieron jugando, maloqueando con Chucul y sus hermanos, primeros domadores de caballos, los que los parieron, sus parteras, durmieron con los potros y sus caricias, se hicieron sus iguales inventores de mimos, quitadores de cosquillas, amantes dactilares enamorados de los ojos, dadores de la libertad en el infinito tambor de la tierra retumbante, en sus cuatro dedos mágicos y parado desde que nace el
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potro para correr carreras con el sol, de piel, hueso, carne, sangre titilante que le faltaba y completó el paisaje de no haber caballos, un universo hasta ahora olvidado de potros. Y dijo la madre: “Se murió dentro de su flota, se murió de amor, de haber amado en las guerras de Italia, enfermó de su alegría”. Ya agonizante él les dijo: “no hay remedio en la costa de este río, que no es mar ni río, no veo árbol que sea de palo santo, ni nada que sea árbol, más que pajonales y arbustos vanos, dejen pacer los caballos y vacas que me muero”, el príncipe Don Pedro dio la orden de zarpar. Era lo único que faltaba, en algo que no es, hasta que fue pisado por los potros y las yeguas de Don Pedro de Mendoza, príncipe de la casa de Medinacelli, de Medina Sidonia, de Guzmán, y parten ya tristes, las altas naves a la mar de vueltas. Ahora el maestro me trajo el primer tomo de la Historia Argentina de Rosas. Un cuento de amor funda esto de por aquí, página ciento veinticinco, “la sífilis hizo su aparición en Europa en 1493, durante la guerra de la conquista de Nápoles por Carlos VII de Francia. Nadie supo de dónde vino esa enfermedad implacable, que diezmó al ejército francés y a la población napolitana, los franceses la llamaron mal de Nápoles, los napolitanos, morbo gaélico, echándose mutuamente la culpa del flagelo, que rápidamente se extendió por toda Europa”. “La sífilis no era francesa ni napolitana, sino española. Era una enfermedad endémica en América, por eso tenía en los indios una forma benigna, que los compañeros de Colón llevaron en 1493 a los puertos del Mediterráneo. Entre los europeos, cuyos organismos no habían creado resistencia, tomaría caracteres gravísimos”. “En Noviembre de 1535 escribe Mendoza al Emperador, llevaba dieciocho meses en el lecho, lo que lleva el
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principio de su presentación a Abril del año anterior, precisamente un mes antes de firmar las capitulaciones en Toledo. A comienzos de año debe haberse encontrado enfermo y guardando lecho desde Abril. En Mayo acude en camilla, de la cual no se desprenderá más, al Alcázar de Toledo a firmar las capitulaciones. Después permanece en el lecho de su propiedad de Valdemanzanos mientras se prepara la empresa se hace llevar en camilla a la cámara de su nao capitana, la Magdalena, y en el lecho de ella -salvo un descenso en camilla en la Bahía de Río de Janeiro y el viaje de Buenos Aires a Buena Esperanza en bergantín- hará toda la jornada. Allí, en el lecho de su cámara de la Magdalena, morirá en Junio de 1537”. “En 1530, Frascator había publicado su libro Syphilo, que precisamente dio nombre a la enfermedad y, como muchas obras de medicina de la época, fue escrito en forma de poema. Syphilo, indio americano, ha sido herido por el morbo y ruega a los dioses que le traigan un bálsamo que lo cure; estos hacen nacer el guayacán, árbol milagroso, cuya resina bebida en tisana devuelve la salud perdida”. “El guayacán o palo santo era un árbol de América tropical, cuya resina tiene efectivamente propiedades febrífugas, aunque estaba lejos de curar la sífilis naturalmente. Pero la medicina lanzada por Frascator se tuvo durante mucho tiempo por la panacea que curaba la temible plaga. De América debería venir, en la idea de muchos, el remedio del mal americano”. “Al saberse condenado y conocedor del libro de Frascator, Don Pedro de Mendoza o su médico, el doctor Hernando de Zamora que lo acompañó al Río de la Plata, rogó ‘con insistencia a Carlos V un adelantazgo en Indias’ e invirtió en la empresa su inmensa fortuna. Buscaba la vida y no reparaba en nada. El azar lo trajo al Río de la Plata, como hubiera podido llevarlo a la Florida, en donde crecía el árbol milagroso y en la cual su paisano y
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hermano de imaginación y esperanza, Juan Ponce de León, había buscado veinte años atrás, la fuente de la eterna juventud”. “La vida y la muerte para los elegidos de la fortuna imperial, familiares de Ulises, nautas caballistas, ingenuos hombres de la poesía, jugados de orgasmos y sangres abiertas, que quedan sus caballos y ganados, prefiguración del Quijote”. He copiado unas cuantas páginas del libro de Rosas, las que él, tal vez, haya tomado de otro escritor, porque es texto glosado en letra más pequeña, en el transcurrir de su propio relato histórico, que a su vez está informando de lo que escribió Frascator, inventor de Syphilo, indio que invoca a los dioses como si fuera un griego y que en realidad se enfermó como un español, cuando él era inmune a la enfermedad, según refiere el mismo Rosas, como indio que era y no era, pues su indianidad fue de la literatura de Colón, al que se le ocurrió ir por occidente a unos lugares que fueron los Reinos de las Indias Occidentales y después las Colonias de América, cuando la literatura de los Austrias, cambió por la literatura de los Borbones los que eran primos. En el lugar preciso de Don Pedro de Mendoza, dos fundaciones de una ciudad increíble de la que hoy, aún se duda, haya sido fundada alguna vez, por las sucesivas refundaciones, una de las cuales la hizo precisamente Jorge Luis Borges a partir de la página ochenta y uno de un cuaderno San Martín que compró en el año 1929: Y fue por este río de sueñera y de barro Que las proas vinieron a fundarme la patria Que no es mitológica escribe en el prólogo, si no mítica porque lo primero significarían “macizas divinidades de mármol”. No fue en la Boca el suceso fundacional o en el Riachuelo de los Navíos, si no en Palermo, su barrio, en frente de un almacén pintado de rosa o mejor de rosado,
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una manzana, tan sólo una, una manzana en que viviría él, en casa de su papá, junto a su mamá y a su hermana Norah. No sé si es tan así, como no sé si dijera que Dios se me ha revelado en mi celda, alguien me creería, tal vez porque Dios hace mucho tiempo que no se le revela a nadie, o que la gente simplemente ya no cree en revelaciones. Y si yo además les dijera que me le he negado en su propia presencia lastimera y aterrada por su obra, se me tomaría por un loco. Pero ya esto es otro cuento que me complica mis pretensiones literarias, en este momento no puedo confiarme a la literatura de Dios cuando trato de hacer una escritura de los hombres o de las gentes, una novela en la medida en que voy cortando las hojas de mi cuaderno y tirándolas a la basura. Admiro lo que cuenta el Chino Ramallo, trato de escribir sus historias de la manera más contundente y directa, la presencia de ese personaje es siempre rotunda y actual por violenta y por inapelable, pero qué debo decir de la idiotez campesina en un mundo de idiotas atontados en masa y a escala industrial, además de mi presuntuosa idiotez de pretender escribir una novela sin saber. En definitiva todos los que están encerrados acá, como los que están encerrados afuera en libertad, somos unos idiotas que pensamos que no nos iban a agarrar nunca y cuando nos apresaron, pensamos que nos han tomado tan sólo un poco y nada más, cuando en realidad no hay salida que no sea ésta. O los que nacieron agarrados y así se sienten seguros toda la vida, sin vivir más que sus temores y convivir con tontos aún más todopoderosos y así son idiotas. Yo fui un idiota cuando pretendí jugar con el amor, aunque sabía, como en una premonición, que era un juego peligroso, sabía porque la mujer estaba dolorida, despechada y humillada por mí, inevitablemente enamorada y por eso más lastimada.
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Cuando me supo en mal momento, pegó la vuelta, yo lo sabía, en cierta manera yo la estaba induciendo a traicionarme para probarla, tal vez, para jugar, casi seguro, porque me equivoqué en un aspecto, no me dejó por otro, me hizo meter en cana, por eso la maté; si me hubiera dejado por otro hombre hubiéramos terminado nuestro juego. Es inevitable, no puedo desligarme de contar mis cosas, creo que escribí más arriba que no lo haría, también rompí muchas hojas de cuaderno escritas en ese tono. Ella no dijo nada, pero era sólo ella el camino que podía llevar a la policía a mi aguantadero, cuando me acorralaron, no dejó de mirarme con los ojos que tiene la traición, no tuve la menor duda, le metí un limpio tiro en el pecho, viéndole la pavura, le miré a los ojos y le disparé, no quise lastimar su hermoso y amado rostro, sólo partir su corazón o terminar de romperlo. La inevitable destrucción del ser amado, la incertidumbre del amor, como la incertidumbre de uno mismo y de Dios. Entonces fuimos dos idiotas creo yo ahora, dos idiotas que nos estábamos destruyendo inevitablemente, siempre pensé en su beneficio que el estampido del tiro que recibió en el pecho fue el que orientó a la policía hacia mi guarida escondida entre el laterío de Retiro y el segundo que duró ese disparo, el tiempo en que me estaba permitido escapar, malgasté ese segundo en terminar de destruirla y así perderme en una causa criminal sin atenuantes con las manos en la masa; era lo que estaba esperando el comisario Farías después de que no nos pusimos de acuerdo a principio de año, en el arreglo de las coimas, como es costumbre. La casilla del Chato era de las más seguras, sagrada y guardada de toda la villa, la única con sótano, trampas y túneles excavados para salir o pasar a otra casilla por ahí, conectados a una cloaca máxima que sale al río para
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entrar o sacar cualquier bagayo, en una palabra, estaba escondido en un monumento al encanute que el Chato había heredado y acrecentado con una banda de gratas geniales, algunos graduados en ingeniería e hidráulica en la Universidad de Buenos Aires. El sueño del Chato era llegar con el túnel debajo de la Casa Rosada para arreglar directamente con el presidente, durante los trabajos fueron encontrando muchas otras excavaciones, antiguas y recientes, chimeneas con olor a azufre y a fósforo, enterramientos secretos y catacumbas, las antesalas de Cacodelfia. Yo le había contado a la Rita de todo el sistema y no pude menos que traérmela conmigo. Cuando sentí mi falta de complicidad con la autoridad me estaban significando que el Grupa había arreglado para soplarme el negocio, avisándome con dos muertes de los míos en la cara de la policía, tenía que aguantármelas, para colmo el Doctor estaba en misión diplomática, así me encontré en mala compañía. Mi tío Julián tenía armado un circuito desde Río Negro hasta Santiago del Estero entrando en los pueblos con ilusiones de bienestar y progreso. La última que le conozco es la instalación de la fábrica en Boeuf, centro de una rica y próspera colonia de ganaderos y agricultores llenos de orgullo por su pueblo y preocupados por el alejamiento de la juventud en busca de nuevos horizontes. Mi tío tiene el berretín de poner fábricas y grandes empresa en los pueblos del interior del país para aumentar el desarrollo. Él hace fantásticos emprendimientos que nunca nadie le reconoció, precisamente por esa cortedad de la gente, pero que llena necesidades muy sentidas por ellas, haciéndolas más libres en sus esperanzas con una expectativa de vida más plena; en definitiva él dibuja planos de la realidad de una manera inimaginable,
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haciendo de la estafa una verdadera y colectiva obra de arte en la que todos participan. Julián llegó a Boeuf ofreciendo trabajo para cuatrocientas cincuenta personas en cuatro turnos, repartidos en dos fábricas, en realidad en una sola que se desdobla en dos, una de día y otra de noche ya que la capacidad del local, una antigua concesionaria de tractores, no permitía tanta concentración de gente trabajadora. De día y en dos turnos fabricaría artículos de cuero y marroquinería, por los turnos nocturnos harían juguetes o algo así. Resulta que el personal hace colas interminables, a una maestra le llega el turno y él le pregunta que sabe hacer, _“y, yo soy maestra jardinera de la escuela número doscientos seis”_, y él le dice, bueno, usted va a ser directora de la guardería infantil de la fábrica, que no sólo va a ser guardería, si no que Jardín de Infantes Incorporado y Comedor Escolar, con un sueldo de mil doscientos, digamos, mil ochocientos dólares. La maestra sale de la oficina de mi tío y se va directamente a la casa de la directora de la escuela doscientos seis Sra. de Escaroña a presentarle la renuncia al cargo. Esta le dice, _“¿así me dejás, sin haberme antes avisado a mí? y vas a ganar como cuatro o cinco veces más que yo, mi marido está en la cola hace unas dos horas ¿lo viste?”_, _“sí -le dice la maestra-, acá te traigo la renuncia, no quiero que te sientas mal, andá a ponerte en la cola que ese tipo tiene trabajo para todos y es un churro bárbaro, un potro Nelly”_. _“Pero yo soy la directora en la doscientos seis y vos sos la directora en la escuela de la fábrica -le dijo la Nelly casi llorando -, vos me tendrías que haber avisado antes”_. _“Bueno -le dijo la maestra jardinera-, tal vez a vos te nombre inspectora o algo así”_. Escaroña, el esposo de la directora tenía un bar, cuando mi tío le pregunto qué es lo que hacía, él le dijo que tenía un bar al que no iba nadie, bueno, le dijo mi tío,
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te tomo como jefe del comedor de la fábrica y ya podés empezar a trabajar, andá a pedirle al kioskero de la esquina unas cuantas Coca Cola y servile a la gente de la cola que está haciendo mucho calor con este sol ahí afuera, entonces, Escaroña sale, va al kiosko y le dice al kioskero que le anote las bebidas, que cuando llegue la transferencia desde Neuquén, en donde tiene las otras fábricas, él le va a pagar, y el tal Esacaroña se pone a repartir gaseosas con una bandeja que tenía y nunca usaba, porque en los bares de los pueblos no se usa bandeja, se sirve con la mano levantando el dedito chico que es así más lindo. Fue una chica que sabe escribir a máquina y la tomó como secretaria privada de él, le dijo mi tío, empezás a trabajar ahora mismo con un sueldo de mil doscientos dólares, andá nomás a buscar tu máquina de escribir hasta que lleguen los camiones desde Neuquén con todas las máquinas de la fábrica y las de escribir, las computadoras y calculadoras. La chica sale corriendo a buscar su Letera y se pone a hacer una lista de toda la gente que viene a anotarse, le ponía la ocupación que el Julián le iba dando y si pagaban o no pagaban la plata para hacerles la libreta de trabajo y la fotografía, como diez pesos a cada uno. Entonces vino uno a preguntarle si no necesitaba un coche hasta que le mandaran su Mercedes Benz desde Neuquén como él había dicho, y él le dijo, sí, no hay problemas, mañana vamos a hacer los papeles y te lo compro, total cuando yo reciba la transferencia te levanto el documento, es por unos días. Así él arreglaba algunas cosas en el Club Social y otras en la fábrica en donde había hecho poner un gran cartel que le prestó la municipalidad de una vieja obra ya inaugurada que decía “Polideportivo Municipal, una obra para nuestros hijos, los únicos privilegiados son los niños, Municipalidad de Boeuf”, y que repintó uno que más o menos sabía hacer
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letras, al que mi tío Julián había ocupado para hacer la propaganda de las fábricas en todos los caminos del territorio y en las entradas de los pueblos. Pero los más grandes proyectos los hablaba con el intendente de la municipalidad y con los miembros del Concejo Deliberante, la instalación de la destilería de petróleo y el casino, los oleoductos para traer hasta Boeuf el petróleo de los pozos del Río Colorado y la rehabilitación del ferrocarril y su privatización, que él tenía muy buenos contactos con la industria ferrocarrilera chilena que no dudaría de hacer de operadora asociada de tan importante emprendimiento, la continuación del tendido de los rieles pasando la cordillera, lo que haría que la producción de Boeuf tuviera un salida por el Océano Pacífico que como bien sabía el intendente era el mar del futuro, que en los tiempos en que vivimos el poder se está desplazando desde el Océano Atlántico al Océano Pacífico, como antes paso del Mar Mediterráneo al Océano Atlántico cuando Colón descubrió América y los ingleses, holandeses y franceses descubrieron todo lo que tenían que robarles a los españoles y portugueses, cuando estos cargaban en sus barcos todo lo que le robaban a los indios. Mi tío Julián siempre tuvo la particular idea de un mundo de idiotas, en que unos roban a los otros, todo fue así hasta que se enteró que el secretario de industria y desarrollo de la municipalidad de Boeuf viajaba a Buenos Aires para averiguar sobre la posibilidad de conseguir créditos blandos para la ampliación de las industrias que mi tío Julia pondría en el pueblo, entonces decidió que ya era tiempo de llenar el tanque del Renault dieciocho que había comprado y poner distancia del pueblo de Boeuf, se llevaba el coche, una máquina de escribir Letera, una bandeja redonda y los pesos que le habían dejado sus empleados para que tramitara la libreta de trabajo, en total trescientos cincuenta pesos, además tenía desde antes, varias chequeras de distintos bancos del país, sus buenos
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dos trajes de ejecutivo, uno de invierno y otro de verano, más un sobretodo de pelo de camello. Pude escribir una historia más o menos interesante, aunque no es creíble, hoy le mostré al maestro lo que estoy escribiendo, se puso muy contento y me alentó a seguir, me dijo que va a hablar con el director del penal para que me dé trabajo en la biblioteca o en la escuela. Si te vas a Mar del Plata para la luna de miel yo te regalo los pasajes, le dijo él a Morales, le dejás unos días los chicos a tu hermana en la quinta y se van. Morales no bien llegó a las casas le dice a su mujer que dentro de dos semanas se iban a casar, que mañana va al pueblo para hablar con el cura, que él le había hablado nuevamente de casamiento y que le regalaría los pasajes para el viaje a Mar del Plata. Estoy decidido a que nos casemos, pienso que es lo mejor que podemos hacer Negra, le dijo Morales a su mujer, él tiene razón. Se puso a desensillar el zaino, ella va y viene por el patio, cambia el agua del bebedero de las gallinas, después se pone a barrer el piso del tierra del alero, se acerca mientras él baña el caballo y le dice, _“Morales, ¿no estamos bien sin casarnos y sin ir a Mar del Plata?, nosotros somos gente así, del campo”_. Morales no dice nada, la mira dubitativo a los ojos un instante y escurre con su mano derecha el lomo del caballo y le dice zaino bueno, bueno, le saca el bozal y le chirlea el anca, el animal sale a campo abierto, retozando, Morales queda siguiéndolo con sus ojos, cae la tarde, Josefina vuelve a acercársele y dice, _“Morales, estamos bien así, no vayamos a Mar del Plata, pero si vos querés, nos casamos y todo”_. _“Negra -le dice Morales- yo quiero ser válido de él y a él le gusta le gente ordenada, quiero tener mi tierra, no ser un bruto toda mi vida, acá, así, estamos de prestado, él me dijo ‘hacete un rancho al lado del molino aquel y podés tener algunos caballos y ovejas, pero vacas no, si querés, chanchos, gallinas, pero vacas no, que tu mujer
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haga quinta si quiere, también hacé trabajar a los chicos’, me dijo él”_. La tía le prestó a Josefina un vestido y unos zapatos charol negro, con plataforma, también una carterita tachonada de lentejuelas plateadas. Morales fue de campera y bombachas negras, pañuelo bataraz al cuello y unas botas acordeonadas que estaban nuevas porque nunca las había podido domar y le hacían doler los dedos, que le había comprado al Turco Rubio cuando este le aseguró que le quedarían muy bien. Al salir de la iglesia, él, que apadrinó la boda junto a la hermana de Morales apartó a éste del resto de la gente y le dio doscientos pesos para los pasajes y gastos, “vaya mijito con su mujer -le dijo- disfrute”, y se fue sin participar del asado en la quinta que la hermana de Morales tenía a las afueras del pueblo. El Chino Ramallo me contó bien la historia esta de Morales, resulta que él quería que se fuera de alguna manera por una o dos semanas. Morales había dejado de gustarle por lo que pude entender que me contó Ramallo, sospechas, demasiada determinación propia que a él le hacía desconfiar. Él mismo había hecho a Morales tomar alas como jugando al truco con señas arteras, no podía ser de otra manera en su desprecio, como si lo hubiera condenado, desde que lo vio crecer inescrupuloso y taimado, viéndose espejado, hijo indeseado, que se debe destruir en el útero de la madre antes de ser visto y no se puede matar ya, impunemente. Necesitaba la destrucción de Morales y de su autoridad con la gente, tenía que humillarlo, hacerlo matar era solo una posibilidad. Podría haberlo matado él mismo, como hizo con el contador, en serio, o en chiste, pero no fue ese su propósito con Morales. Anoche releí el cuento “El muerto” de Borges, algo
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que escribí ayer me hizo tener la necesidad o el recuerdo de él. Escribe Borges: que un hombre del suburbio de Buenos Aires, que un triste compadrito sin más virtud que la infatuación del coraje, se interne en los desiertos ecuestres de las fronteras del Brasil y llegue a Capitán de contrabandistas, parece de antemano imposible. A quienes lo entienden así, quiero contarles el destino de Benjamín Otálora, de quién acaso no perdure un recuerdo en el barrio de Balvanera y que murió en su ley, de un balazo, en los confines de Río Grande do Sud. Ignoro los detalles de su aventura, cuando me sean revelados, he de rectificar y ampliar estas páginas. Por ahora este resumen puede ser útil. Es indudable que Borges simula no saber más de Otálora, o que no quiere hacerlo definitivamente su personaje, tal vez para matarlo menos. Es notable su ambigüedad en el mostrarlo, inclusive ridícula la presunción que le atribuye. Que el hombre, piensa, acabe por entender que yo valgo más que todos sus orientales juntos. Lo que no sabe Otálora, en su tiempo, ni nunca llegó a saber, es que cuando él para la puñalada que ese gaucho le tira al Hombre de la Galera, lo que está haciendo es interrumpir un inocente juego de amigos, es así que a Borges le llama la atención, pero a Otálora no le preocupa el hecho de que el gaucho que le tira la puñalada a Acevedo Bandeiras, está luego sentado al lado de éste toda la noche en franca camaradería y fuera este mismo el que iría a llamarlo para ser recibido por el patrón, la siguiente mañana. Presumo que no fue suficiente que Otálora rompiera la carta de presentación que llevaba, su arribo estaba anunciado desde Buenos Aires y él debía pagar.
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No era posible una muerte fría, menos para Acevedo Bandeiras que para Jorge Luis Borges. Le ofreció su caballo, le dio su mujer para matarlo dignamente, como se mata a un hombre que ha sido capaz de robar una mujer y de robar un caballo. Termino de leer el cuento y todo lo que escribí anteriormente me parece obvio, casi estúpido, dice “porque para Bandeiras ya estaba muerto”. El cuento “El muerto” es un cuento humorístico. En el prólogo de la edición de 1954 de la Historia Universal de la Infamia, Borges dice “el barroquismo es intelectual y Bernard Shaw ha declarado que toda labor intelectual es humorística”. Él no podía matar a Morales por la misma razón, tenía que destruirlo de otra manera, no con el humor de Borges ni con su propia burla. Un asesinato no puede tener duplicidad definitiva, por la contundencia de la muerte misma, así él perdería la ironía conveniente para sacarlo del medio a Morales. No se quería burlar de Morales, en cuyo caso, lo hubiera hecho desalojar por la fuerza, de día o de noche, a los palos o a los tiros, él quería que conociera lo que iba a perder definitivamente, por eso se le ocurrió mandarlo a Mar del Plata y además casado, necesitaba hacer una metáfora en la liquidación de Morales a la vez que lo echaba de sus tierras y de su vista. Cuando Morales regresó no encontró su casa, no encontró tampoco el paisaje que la circundaba inmediatamente, los árboles habían sido talados, el molino y el tanque desarmados, el pozo cegado, ni sus animales, ni la tranquera de ese potrero estaban ya, todos sus días anteriores, todo lo que recordaba de ese lugar había desaparecido, podía pensar que se había equivocado de sitio, que había errado el rumbo, que estaba loco. Ellos entendieron que Morales nunca había sido visto por allí ni tampoco su familia, que nunca habían tenido
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nada en comĂşn con ellos, ni siquiera ahora que caminaban cabizbajos por el camino vecinal como desaparecidos.
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CAPITULO II EN QUE JOSÉ REBORA CAE EN LA TRAMPA
Al final vinieron a verme. Después de tanto tiempo dicen que me quieren afuera, me necesitan, sienten que hay un vacío desde que estoy preso, no tienen paz con los furtivos ni entre las bandas. Yo sospecho que me quieren afuera para hacerme matar. Acá en la cárcel no pueden porque no han encontrado a nadie que se preste para hacerlo, a mi alrededor tengo todo bajo control, trato cordial con todo el mundo que vale, a los atorrantes y putos los mantengo lejos, a los porongas les demuestro que yo soy un jefe caído en desgracia pero un jefe. Ellos me hicieron saber que tengo la causa arreglada, que el mejor abogado criminalista de Buenos Aires me saca en cualquier momento, además me dejaron dinero depositado en mi cuenta del penal. Los amigos componen las cosas muy delicadamente, lo hicieron venir a mi hijo que hace veinticinco años no veo, como si lo hubieran reconciliado conmigo, él es abogado y sabe, lo hizo estudiar la madre. No se han olvidado de mí. Mi hijo tampoco se ha olvidado de mí a pesar de que es poco el recuerdo que puede tener, poco y malo, lo que debe agradecer a su madre si es que alguna vez le habló de mí con algún sentido, no se, no creo que haya simulado todo, simplemente por un negocio, el que además puede ser un negocio tenebroso.
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Mi hijo me trajo medias, libros y cigarrillos. Al final he roto tantas hojas del cuaderno que es menos lo que queda escrito que lo que he tirado, menos mal que ahora puedo comprar papel de resma y si quisiera, escribir a máquina en la biblioteca del penal. Toda la historia de mi hijo la había escrito antes en forma de carta con un sentido muy dramático, un melodrama llorón, en un momento en que estaría medio sentimental le decía algo así, hijo mío, desde las catacumbas del delito, brilla mi estrella, y ahora con prestigio secreto y poderoso te he escrito para mi cariño en medio de luchas y mentiras (ahora me doy cuenta que esto es de un tango). Me dicen que los negocios están todos sucios porque no es gente del ambiente la que hace las cosas, si no que primero se metieron los militares y después los políticos, entonces ya no se sabe quién es quién en este país, quién va por izquierda, quién va por derecha, sin que nadie respete ninguna protección ni de parte de los negocios, ni de zona protegida, ni de nada, la verdad es que yo no tengo ganas de salir de aquí para meterme en semejante problema, de todos modos voy a tomar mis recaudos, necesito escribir, tengo muchas cosas que decir en mi manera particular, en la calle no sé que haría, siempre he escrito preso. Todo esto lo he de romper porque no tiene nada que ver con el hilo de lo que estaba escribiendo. Se me atribuye un cuento que participó en un concurso literario; el maestro del penal me ha traído una copia, no se precisamente en dónde se ha originado semejante coincidencia, el maestro me dice que lo pudo tener gracias a un amigo suyo que trabaja en la policía, que el cuento fue encontrado en un allanamiento, hace diez o doce años con toda una colección que participaría de un concurso que organizaba un grupo subversivo en una conspiración que nadie pudo en definitiva entender, unos
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tipos que tomaban café en un bar, en el Bar González, que hablaban de la patria, de mujeres y de literatura. Al cuento le pusieron por título “Babilonia, estrella austral” y ahora lo paso a copiar: Martín Ravazzani, con su permiso, copyright Clarín, 27-7-86, pág 20, Suplemento Económico, “Luz roja en el tablero de Sourrouille”, titula el artículo, y comienza citando “...de acuerdo con el profesor Galbraith, hay dos países, Argentina e Israel, singularmente bien dotados de talentos para el análisis económico y que, sin embargo, presentan una estructura económica casi catastrófica. Para Israel encuentra algunas razones en su permanente conflicto fronterizo, para la Argentina, la que según el catedrático, atraviesa un período singularmente feliz de paz interior y externa, no halla ninguna explicación lógica”. Nos informamos en el mismo artículo, que Roberto Frankel afirmó: “no nos preocupa que la calesita esté en movimiento, el problema es lograr que gire a una velocidad baja y constante”, más abajo, ya el articulista, nos dice “en consecuencia, seguirán con el actual ‘crawling peg’, ajuste frecuente y de poca magnitud del tipo de cambio, apelando ahora a una computadora, que les genere números al azar, que son tomados para la determinación de los ajustes, una desgracia para los cambistas, que ya seguían de cerca el ritmo oficial de la devaluación”. No es mi interés ocuparme de la realidad cotidiana y menos de los asuntos de la República que en buenas manos están, es tan solo por el ocio literario que trato de la incertidumbre, un ludo eterno que nos viene heredado y sin permiso de los antiguos heresiarcas y que recibimos los miembros del Partido de la Dulce Armonía Celestial desde que fuera fundado en la Primera Babilonia. Galbraith expresa su estupor ante lo inexplicable, o ante su propia incapacidad de explicar el azar en un cál-
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culo de talentos probables. Frankel plantea un problema que desvelará a muchos filósofos, cual es la velocidad de la eternidad transcurrida, o desde otro punto de vista, de la velocidad de una abstracción. José Rebora acólito de Jorge Luis Borges, afirma en otro ámbito intelectual, la repetición infinita de Babel. Debo aclara ante todo, que mantengo una antigua enemistad con José Rebora por diferencias en nuestra común actividad de contrabandistas, a la vez que la solidaridad propia de la cofradía nos permite cierta lejana asiduidad y conocimiento respetuoso. Resulta que una vez yo tenía preparada una carga de cigarrillos en el puerto de Colonia y él me madrugó las lanchas que yo pensaba robar, para así pasar su propia mercadería un día en que la Prefectura estaba en unos festejos patrios. En realidad nunca supe si José Rebora sabía que yo pensaba robar esas lanchas que él robó, pero se dio como un conocimiento de que fui burlado y así nació nuestra enemistad. Sé que Rebora se ve con Borges en un bodegón de la Boca sin terceros y muy de tanto en tanto almuerzan juntos, nadie sabe de qué hablan. La tonta no pudo más que pedirme perdón cuando me sentí rodeado, se me fue la mano, así perdí en una causa criminal sin atenuantes, la estima y los privilegios de nuestra profesión de contrabandista en el pabellón de Devoto y una corta sombra. Cuando me pidió perdón la maté. Tal vez ese fue el tiro que le permitió a la policía localizarme con más facilidad, y el segundo en que transcurrió ese tiro, el tiempo en que me estaba permitido escapar. De alguna manera sabía que esa mujer no era para mí, pero me ganó la incertidumbre y el juego de comprobarlo como el amor. El Cafishio Sentimental me mandó una encomienda con cigarrillos, tres pares de medias y las obras completas de Borges. Recién ayer el maestro del penal me en-
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tregó los libros. Ahora sé que el último mensaje escrito en las ruinas de la fábrica de caretas en Babilonia nombraba tres incertidumbres, la Incertidumbre de Dios, la Incertidumbre del amor y una tercera, que aún mi sabiduría no puede entender, sólo me queda atisbar, de manera infantil, que se trata de la Incertidumbre del hombre, la tercera clave del postrer silogismo registrado aunque tal vez no sea más que la negación de la negación que se me ocurre en mi soledad. (cierro comillas) Al leer el cuento es evidente para cualquiera que el maestro del penal está equivocado, no es que se me atribuya la autoría, si no que soy uno de los personajes de ese cuento, si de cuento se tratare, espejada mi vida en otro que es quién asesina a Rita. Alguien me ha escrito porque alguien ya me ha pensado. Me he dado cuenta de que acá en la cárcel la gente está presa más que por los muros y rejas, por las palabras mismas, presas de sus propias palabras, así están los carceleros y los carcelarios hasta el propio maestro está atrapado de lo que dice, acerados en su propio lenguaje como autómatas, que no tienen más medida que repetirse indefinidamente y quedar apresados en una madeja que está dentro de ellos. Empecé a escapar cuando trate de buscar mi propia voz y ya no me importó contar mi historia aunque sé que están en asechanza como perros hambrientos. Hoy han traído unos presos políticos. A las diez de la mañana entró la requisa y nos encerraron a todos en las celdas, dejaron sólo trabajando a la gente de la cocina y de la lavandería. Dicen que son narcosubversivos. Dicen que le hacía falta enemigos al gobierno y así meter a todos en una misma bolsa. Me acordé de la Historia Universal de la Infamia, pasé
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toda la mañana leyendo, me resultó un libro de teología, se me ocurre que Borges es un teólogo incrédulo y vanidoso en su saber o en su vasta mistificación ficticia. Siento impulsos de estudiar su teología y hacerme su sacerdote, deshecho la idea, no, no es posible su ateísmo, sus juegos son demasiado hermosos, sus peligros infinitos, tal vez él mismo sea un dios exiliado espantado de la Creación, ocupado en negarla o encontrar su sentido. El silencio del penal es desusado a estas horas, y su música también, ruidos de llaves, candados, cadenas, goznes sin lubricar, cerrar de puertas, evidentes y violentas, estarán todo el día así, una cárcel de alguna manera es un laberinto del que se sabe como se entra pero nunca como se sale; hoy ese laberinto está siendo inaugurado por algunos, los peluqueros estarán afilando las navajas y los enfermeros contando las pastillas de Valium. Me pongo a escribir. Cuando él se sentó en el asiento delantero del auto al lado del chaufeur sabía que no iba a pagar por la construcción de la gran casa y del almacén de ramos generales, el comisario y el juez de paz sentados detrás atestiguarían las fallas en la construcción que no estaba realizada según planos como decía el contrato porque él cada tanto se apersonaba en la obra haciendo cambiar la distribución, las medidas, el lugar de las puertas y ventanas. La obra terminada resultó muy distinta a la planificada. Se dijo también que la profundidad de los cimientos no fue la adecuada. Otra vez mandó a un peón para que robara las marcas de un vecino, marcó sus propios terneros y los hizo pasar al campo del otro, al otro día lo denunció por abigeato, los terneros balaban por sus madres que habían quedado de este lado, así arruinó a uno que quedó en la cárcel y su familia desalojada. Había salido a remate judicial un campo de diez mil
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hectáreas que a él le interesaba comprar, se presentó en la subasta, como todos sabían de su interés, nadie hizo ninguna oferta ni por la base, él tampoco. En segunda oportunidad se hizo el remate sin base, él fue y ofreció muy poco dinero que no cubría los gastos de sellado y menos la acreencia y honorarios de los abogados, le fue vendido el campo pero el fiscal apeló a la cámara de Bahía Blanca y la operación quedó anulada. Al final de cuentas sucedió que el rematador nuevamente sorteado recibió una llamada de su abogado en que acordaron un precio, un depósito que lo garantizara, más los costos y comisiones, luego hicieron la parodia del remate. Recién vino el maestro del penal a decirme que trajeron como veinticinco presos y que el lunes tengo que ayudarlo para recibir el pedido de libros que hagan, también me dijo que tengo que ver y ordenar los libros que traían en sus bagayos. Un tipo, dice: “estamos fritos, nos agarraron y no sabemos qué decir, no conocemos los códigos de escape, no sabemos quién nos interrogó”. Yo no los veo, están en el baño, yo ando con una planilla de listas que me dio el maestro del penal para que ellos hagan el pedido de libros, les abren las celdas de a dos para que vayan al baño antes del mate cocido de la mañana, hay un guardia y un trabajador con el tacho esperando como yo, todos los estamos escuchando. Sigue diciendo, “no se quién hablaba y el lugar parecía una confitería de Vicente López”, el otro dice “qué sé yo, a nosotros nos pagan por esto y hay que hacer el trabajo”. “Sí -dice el primero-, pero nos podrían haber avisado. Además la pateadura y simulación de fusilamiento, ya no cabe”. “¿Pero no ves que hay algunos que no son nuestros? esos están agarrados en la red”, “pero nosotros, tampoco sabemos”, dice uno que no había hablado, a esos les pagan los otros, pero tampoco saben, por lo que les oí decir. _Acá los únicos que saben
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todo, son los que mueven los hilos por arriba ¿por qué nos trajeron a esta cárcel tan lejos y tan livianita? tenemos un pabellón para nosotros solos, no hay más nadie acá adentro, pero también hay varios servicios entre nosotros, dice el otro. Entonces el guardia le dice que anden para las celdas, que entren y se encierren, salen corriendo, “aquí corriendo no”, les dice, caminando con las manos en la espalda. Hasta que salen y entran todos yo me quedo esperando, después esperé a que repartieran el mate celda por celda, me quedé allí parado y pensando al lado de la reja, a cada rato el cobani que acompaña el carro con el tacho, me mira, yo me quedo ahí no más. A esa hora del mate, comenzó la difusión de música de bailanta por los altoparlantes del pabellón, vení Raquel, vení con los muchachos, vení Raquel te vas a divertir... yo no conocía a Raquel... para mirarla de atrás.. no me animaba... y fui al café a buscar a los muchachos para encararla en barra, vení Raquel, vení con los muchachos... cuidado con la bombachita, cuidado con la bombachita, cuidado con la bombachita, cuidado con la bombachita, cuidado con la bombachita, cuidado con la bombachita......... al hijo de Cuca no le gusta el trabajo, como le gusta el baile al hijo de Cuca.......... quién se ha tomado todo el vino, quién se ha tomado todo el vino, quién se ha tomado todo el vino, quién se ha tomado todo el vino .... he he he he he he he he hehehehehehehehehehe he he he he he he hehe quién se ha tomado todo el vino hehehe hehe he he he he he..... entregá el marrón, entregá el marrón, entregá el marrón, entregá el marrón.... entregá el marrón... entregá el marrón.... el maestro del penal me puso a censurar los libros que habían traído los presos narcosubversivos, me dijo, todo lo que esté marcado, no entra, lo de historia, política y sociología tampoco. Me llamó la atención de que había tres ejemplares
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de un mismo libro, Ciudad ausente de Ricardo Piglia, una novela digamos, aunque en ningún lado esté escrito que sea una novela, uno de los ejemplares estaba muy marcado, subrayado y anotado con birome de distintos colores, ese libro me lo guardé para mí, los otros dos los dejé pasar. La noticia de Macedonio, de la máquina, de Elena, del Museo de la Eterna, de la Primera novela buena, me hace pensar en que todo se ha convertido en una cárcel, por eso me quieren poner en libertad, es la policía la que está interesada. La increíble máquina de Macedonio ¿es la que está en mi? en relatos que me salen, o que me contagió Borges ¿que misterio es éste, el de tomar una posta, es Aquiles o la tortuga, quién toma la posta en esta carrera loca? Salir corriendo, escaparse de una realidad agobiadora y soñar caminando en la soberbia sonrisa interior de haberse ido de los muros y de las rejas, que seguro brilla en los ojos pero que también opacan mis ojos, no todo es vigilia la de los ojos abiertos y hasta lo más sólido se desvanece en el aire. Hasta lo mas sólido se desvanece en el aire. Cuántas cosas han quedado en el aire de este mundo. Y la permanencia tozuda. Cuando fui a repartir los libros que los narcosubversivos habían traído y que yo controlé por encargo del maestro del penal, uno me preguntó en dónde estaba el libro que faltaba, ese es el libro del enemigo, me dijo, allí están las claves con que se mueve el enemigo, me dijo, lo necesito, yo le dije que dentro del pabellón tenían dos ejemplares más de libro que faltaba y que el que buscaban no había entrado por razones de seguridad, que quedaba depositado a su nombre. Dice Borges en “Las islas del tigre”, “releo lo anterior y compruebo con una suerte de agridulce melancolía que
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todas las cosas del mundo me llevan a una cita o a un libroâ€?, deberĂa romper todas estas pĂĄginas.
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CAPITULO III EN EL QUE APARECEN LOS CINCO RELATOS ESCRITOS POR JOSE REBORA DE LAS CHARLAS QUE TIENE CON EL CHINO RAMALLO
1 Por el caminito de las casas del lado de la matera de los peones viene el loco tocando el tambor. Escucha los dos tiros de treinta y ocho largo y los golpes cerca de él, sale corriendo. Fermín, Fermín, le grita la sirvienta que lo cuida. Una carcajada. El loco llora y se cuelga al cuello de la Margarita. Al pasar por la tercera puerta de la galería larga, los ronquidos anuncian la continuación del sueño. Desde la madrugada acampa una comparsa de esquiladores que vienen rumbo del Salado, unos desarman el motor de una chatita Ruby, los más duermen debajo de los carros. Los perros de las casas y los perros de los llegados pelean por los restos del asado de cordero que cuelgan de los fierros. La Lupe sale corriendo por la puerta de la cocina que da a los fondos y se interna en el montecito descalza, agitada se acurruca en su pecho y le dice que no se arrimen por el boliche que el patrón se va esta tarde con una banda de pistoleros que andan con él, Lucero avisa, vuelve al rato y se estrechan, ella le dice, despacio. Margarita masturba al Loco del Tambor para sacarle el susto y hacerlo dormir la siesta, él deja de llorar, gime y le dice mamá. Los pistoleros pasan el tiempo en la matera, toman
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caña, aceitan los Winches y treinta y ocho, uno dice, Pedro anda a buscar los caballos. El tambor de marca alemana con la banda de los colores patrios y ojales para los palillos está arriba de la cómoda del dormitorio, Margarita lo vela sudada un largo rato, la pieza es fresca. Margarita, Margarita. La bronca voz de él la llama a los gritos. Ella está impasible, va y se le entrega mansa, rápido, él le dice andate, cuando ella abre la puerta le pregunta adonde esta Gonzalez, no sé, dice ella, salió con el avión de las galletas. 2 Carnearon un ternero y tres ovejas, volando bajo pasó el avión, se les ocurre una visión, algunos muestran los puños a manera de amenaza y saludo provocador. Acechan los caranchos revoloteando, una jauría de perros cimarrones los sigue desde hace días y una puma con cría del lugar. Los fuegos dan cuenta de la carne sin sal. Dos días hace que están ahí en la tapera del puesto veintiuno. Satanosvky anda con un capote sobre la piel que le llega hasta los pies, mugriento y clinudo da vueltas alrededor de los grupos de camaradas que se ocupan en cocinar, zurcir las pilchas o estarse simplemente al sol, algunos se bañan en los charcos que quedan de la laguna. Los apostrofa leyendo libros del Principe Kropotkin y de Bakunin que lleva en sus bolsillos. Ellos escuchan en silencio. Los jinetes tiran al bulto desde el monte, una media luna de tiradores apostados esperan en lo limpio para donde salen corriendo, no dejan vivo uno solo de los linyeras, atrás viene la peonada de indios en un carro para enterrarlos.
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A la mierda con los ácratas maximalista dice él, suenan algunos tiros de remate. Le dice a Morales que no quiere a ninguno de la gente haciendo ostentación de armas en los pueblos, que él se entera de todo, tampoco quiere habladurías, que ese tal Negro Matías es un bocón y que lo pase del otro lado, que le haga buscar pelea con uno bueno y que todos se enteren del porque y del por cuanto, que espera que haya aprendido como se hacen las cosas sin ninguna duda, porque es la última vez que el va a poder venir para arreglar, que le regala la tropilla de los blancos, pero no quiere que los tuse, los veo volando por los campos, le dice, monta y se va seguido de sus tres válidos. Esperan el carro, Morales dice que los desnudaran y quemaran toda la porquería que tenían, también manda a uno para que les mirara la dentadura, encontraron tres dientes de oro, alcanzó unas tenazas que llevaba en las alforjas, no bien le dieron el oro y la herramienta, dio la orden de ir, maloquearon hasta la estancia cansando los caballos espantando todo bicho que encontraron a la sombra de la luna, cuando llegan, conocen que él está allí por las luces de la casa grande y la obscura presencia de su guardia detrás de las alambradas. 3 (Pude colegir o inferir, que más o menos la historia es así: resulta que él habría firmado un poder, presumiendo una larga y dolorosa enfermedad, que lo mantendría postrado un largo e indefinido tiempo, lo que no quería decir que no estuviera verdaderamente enfermo ya al cabo de ese tiempo de su vida. La secreta y señorial casa de Palermo, domicilio conocido, coronaba sueños infantiles, para algunos íntimos selectos. No era él necesitado de la estafa evidente, para subsistir en la vida, su fortuna era incalculable y su crédito prácticamente sin límite, sus vinculaciones de negocios y en las esferas de
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poder, les eran sobrantes para cualquier eventualidad o el más ambicioso proyecto de dominio, acostumbrado a mandar como un sátrapa en tierra adentro, se siente impune en la capital y protegido por sus influencias) Cuando el sirviente les avisa que el escribano del Banco Español está en la sala se retiran a la contigua biblioteca y se hacen esperar, tramando los últimos detalles de la conspiración. Viene el apoderado, y le dice, señor, debemos esperar para hacer el protocolo, porque a él le están haciendo unas curas debido a su grave estado, ¿querrá, usted, servirse algún licor? No gracias, le dice el escribano, no acostumbro a estas hora de la mañana. -Entonces, café, disculpe. -Sí, gracias. Toman café, al rato el escribano, ya impaciente, pregunta si sería posible firmar los poderes, el apoderado le contesta que no es posible si no él mismo le llevaría el libro a sus habitaciones, no puede recibir a nadie por su estado le aclara recelosamente y a duras penas el escribano le señala en el libro el lugar donde estampar las firmas. Pasados dos meses en todas las sucursales del Banco Español fueron colocados carteles que anunciaban que el banco no operaba con él, su fotografía estaba impresa en el cartel , ante la evidencia de la estafa perpetrada, es que las firmas registradas fueron hechas por terceras personas encargadas por él, a imitación de las verdaderas, para luego ser negadas cuando fueran aceptados los valores por el banco que los pagó. 4 De lo que se trata arquitecto, es de hacer una gran casa en la esquina norte y el almacén en la esquina sur sobre la cuadra que da al frente de la plaza del pueblo,
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de manera que las caballerizas, galpones, queden enmarcando al plazón central le dice el apoderado, en las oficinas de la Compañía Edificadora de Buenos Aires Sociedad Anónima, debe ser la edificación más importante de Monte Nievas, que supere por mucho a la iglesia y a la municipalidad, por lo menos hasta que a él se le ocurra regalar una basílica a nombre de su santo. Uniendo la casa y el almacén, continuó explicando el apoderado, debe construirse un gran pórtico o colegiata abovedada, debería usted inspirarse en la Casa Rosada de Buenos Aires, es su estilo y prestancia lo que a él le gusta, sobre todo los arcos y columnas moriscos, con aires venecianos, bueno, lo que realmente es lo mismo, árabe y veneciano, el arquitecto, escucha impávido el encargó y dice que piensa que el sector de los almacenes debiera tener un estilo más inglés que italiano, lo que por otra parte, en esa combinación, unida por la colegiata florentina, se encontraría toda una proyección, desde el romántico, en adelante. Los arcos de Roma, le dice emocionado, uniendo a dos mundos y si contamos la posibilidad de hacer una iglesia al más puro estilo de San Paolo de Extramuros que podría balancear el conjunto. El arquitecto se interesa por el paisaje del pueblo y si sería posible construir un acueducto, a lo que el apoderado fastidiado le contesta que en ese lugar no hay ríos, ni desniveles que permitieran semejante obra hidráulica. Él quiere, al respecto, continúa el apoderado, la construcción de una casa de máquinas subterránea, que comprenda una usina generadora de electricidad, bombas de agua, calderas para calefacción central y conductos de agua caliente, todo movido por motores, comprando afuera que fabrica en Alemania un tal Diesel, en ese momento, le pregunta el arquitecto, como piensa el apoderado conseguir el combustible en este país, a lo que es contestado por el otro, como se consigue todo, importando. Así quedadas las cosas y pasados dos meses como ha-
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bían acordado, fueron presentado los planos y firmados los documentos, presupuestos y plazos de entrega, todo lo que él aceptó complacido. Después vino la historia de la construcción de la casa y almacenes, en que él fue haciendo cambiar la distribución en la medida que avanzaba la obra y los albañiles no tenían más remedio por su presencia. 5 El Meauco, una, dos tres, cuatro leguas de ancho por más de cuarenta leguas de largo, desde El Durazno hasta Paso de los Algarrobos en la costa del Río Salado, nadie supo ni nadie sabe, como fue esa su conquista personal del desierto. El Meauco no lo compró a la South American Land Company Limited, recibió el bien directamente de Dios por sus propias mañas y todo lo que había adentro del este al oeste, una tierra dura de gente desamparada que hizo suya. Asume su condición de ángel. Redentor de los sin alma. Dice, preguntando, ¿nunca vieron ustedes morir a un hombre?. Alguien escucho decir ¿nunca vieron ustedes matar a un hombre?. De sobremesa por su cumpleaños ha hecho hacer asado con cuero. Lentamente saca el revolver de la cintura, lentamente a la altura del pecho del otro que se pone blanco de pavura, extiende el brazo, tensa su mano, tensa su índice derecho y aprieta, carcajadas le anteceden, carcajadas le siguen al estampido, silencio a gritos, muerto que ven morir, que ven matar de sobremesa asombrados, uno dice en voz baja, que hijo de puta, otro sale corriendo vomitando. Con la copa en la mano él se levanta y dice, por su alma brindemos, que hoy es fiesta, tápalo con el mantel José.
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Uno tiene cubilete y cuatro dados, tira los dados despaciosamente una y otra vez, tira los dados, busca generala una y otra vez. Al descuido pasa el cubilete al de al lado, arrastrando los dados con la otra mano, en la invitación de jugar, todos entienden y las gordas moscas que revolotean como un desafío, se acuerdan de la última yerra en que caparon al guachito aquel y se pelearon por comerse sus criadillas asadas junto con la de los terneros. Tomo y banco dijo él. Miró a uno que venía de Pehuajó, comprador de hacienda y propietario respetable en viaje de negocios, le dice ¿dos leguas de por acá jugadas por una en Trenque Lauquen o Rivadavia, América?. -Tres, por una , le dice el otro, aunque más me gusta jugar por plata. -Entonces juguemos por cheques sobre Buenos Aires, le dice él. El de Pehuajó se sonríe y le dice que no mantiene cuentas en ningún banco de Buenos Aires, pero sí en Rivadavia y en Pehuajó. -¿Cómo los cobro? preguntó él. -De la misma manera en que yo cobraría los suyos, le dice el otro, si seguimos así es mejor que juguemos al truco y no a los dados, chanceó. Alguien recordó que había que hacer algo con el muerto.
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CAPITULO IV EN QUE EL OFICIAL OLIVERA PIENSA SENTADO A UNA MESA DEL BAR COMERCIO
Terroso camino volado de ruedas hasta el cementerio de la tumba robada de Cachirulo, recuerdo de muertos olvidados en el exilio, tan sólo los huesos de la pelvis han dejado los piches que anidan secretos en sus pozos escondidos por el pasto puna, los pinos, permanentes guardianes, están ahí rompiendo el paisaje y trabajos de herreros en cruz, dedicadas a borrosos nombres, años, meses, días olvidando un olvido, que se repite inevitable en la muerte abandonada del desierto, en que no hay nadie, ni los muertos y si están se esconden los vivos como sombras entre ruinas y montes, desierto de gente, campos trabajados, crianzas de vacas, anónimas pilas de leña, un inmenso vacío, se están yendo. O alguno, de turista, se ha llevado la tibia, el peroné, seguro, el cráneo, el costillar para estudiar de médico, como nos trajimos dos clavos de vías que encontramos en el galpón de la estación. Los muertos que no están se los llevaron con los demás trastos cuando se fueron y habíamos vuelto para ver lo que quedaba. Pasando Cachirulo camino a Naicó sueño un pozo en medio del camino muy bien mantenido por las champion, está el pozo calzado con ladrillos a ras de la pista, miro el brillo del agua a más de cien metros, algo vive allí. Hay un búho en el tanque de agua, hablo con él, está soñoliento y no me escucha, dicen que es un búho de campanario, el tanque está seco, oxidado, hay huevos de pájaros, me bajo temeroso por la angosta escalera de hierro. Oscar dice que en el pueblo de Naicó en la esquina que
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está frente a la iglesia, estaba el almacén de Di Dino, una vez el matrero Lopez provocó al comisario Fernandez, había como sesenta personas, este no quería intervenir, se agarraron a las trompadas, Lopez le pega un talerazo en el cuello y casi lo desmaya, le muerde y le desgarra la ceja derecha sobre el ojo, en ese momento, reacciona el comisario Fernandez y lo sigue al matrero que escapa por los fondos queriendo saltar la tapia, cuando Fernandez le dispara con la pistola. Todos corren hacia el matrero caído, que se retuerce y dice que se muere, pero nadie ve sangre, lo suben a un camión, lo atan y lo llevan a Santa Rosa, cuando llegan al hospital, Lopez fallece, el tiro le había dado justo en el ojete del culo. Dicen que dicen las lenguas, de los secretos, que no son secretos, a no ser lo que cae en el olvido. Dice Teodoro, la música es mundo, el universo es música, con la música rompés la ley de la gravedad, ¿en que tono vibran las vacas para poder volar? El asunto es hacer volar las vacas al son de flautas con música apropiada. Se sabe que más de cinco kilómetros las vacas no vuelan a flauta. De aquí a Buenos Aires tenés seiscientos cinco kilómetros, divididos por cinco kilómetros por flautista, te da que necesitás ciento veintiún flautistas alineados haciendo volar una bandada de mil vacas, no hay duda, dice Teodoro. Después se preocupa por las cuestiones ecológicas y legales arruinando todo el intento sin llegar a determinar si flautas dulces o traversas, le ataca la inmoralidad del abigeato y el control de los esfínteres, una última ocurrencia, inventa el avacaje del verbo avacar, que queda indefinido. Siempre vienen escapando de algo. Si los abuelos, los padres, los hijos, los nietos del que en la guerra de Melilla se escapó del servicio militar, con
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los documentos de su hermano, porque era comentario que los moros se cogían a los prisioneros, así que terminó en Santa Rosa, desde donde le mandó los documentos al que pudo venir legalmente y poner juntos un boliche de copas detrás de la estación, en que asociados a tahúres diestros, pelaban a la gente de las comparsas de esquiladores, compradores de ganado, cerealistas. Hasta que se enamoró de una de las sirvientas de Torroba, y éste le dijo, cuando estés bien establecido te la doy. Así que cuando fue mayorista de vinos y propietario de chacras se casó, dos o tres o cuatro generaciones de ellos están por acá, porque a Don Perez se le ocurrió que era más importante cuidar el culo que morir por la patria, los que están, además ricos, prosperando en la infinita conquista y desconquista, dejó de vender vino, cuando los conservadores de los años treinta quisieron cobrar impuestos por los alcoholes, no iba a trabajar para los demás. Antonietta hija de Donato, hijo de Antonio, hijo de Giuseppe, hijo de Alterigio, hijo de Carlo nato en el 1750. Antonietta, esposa de Antonio. Antonietta, madre de Marco, madre de Francesco, madre de Agnese, madre de María Anna. Antonietta dijo en el puerto de Nápoles al ver el barco, en ese vapor no cruzamos porque se va a hundir. Antonietta, junto con Francesco, Agnese, Marco y María Anna, esperaron quince días en el muelle la partida de otro vapor. Francisco Di Santo, hijo de Antonietta, se casó con Magdalena Sacchetti di Concetto, su prima, y así fueron, Antonio, Lavinia, Olga y Héctor, nacidos todos porque no viajaron los abuelos en el vapor avisado de naufragio. Dicen que vino Calfucurá corrido por los chilenos. Cruzó la cordillera con treinta o cuarenta familias rastrillando hasta Salinas Grandes en donde parlamentó y mostró sus cueros repletos de vino y aguardiente de esa que llaman pisco.
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Se armó la farra a costa del visitante que desangró también variadas yeguas. Sucedió que entretenidos estaban los gorobanos en el chupar como los araucos con sus mujeres que cuando la cosa no daba para más, Calfucurá llamó a degüello y mansitos, mamados los gorobanos dejaron de ser los dueños de las salinas, de las caballadas, hijos y mujeres. Calfucurá sabía muy bien lo que quería, hizo su jauja con los gorobanos que hasta Emperador de las Pampas lo llamaron los plumíferos complicados del mitrismo. Cosa notable, Calfucurá se pasa el resto de su vida robándole las vacas y caballos a los hacendados porteños, hace una empresa de la malonería, el malón incursión inesperada de indios, felonía, mala acción, prefigura la industria rosista del saladero, sal y carne barata de vacas para alimentar a los esclavos del Brasil y de las Antillas. Cargados en trenes de ganados traían a los indios del Chaco, no saben ellos a donde, a otro monte. Al entrar ya no salen a no ser en ánimas para el cielo. De un turco es el obraje, o tal vez de un vasco que tiene contrato con el Ferrocarril del Oeste. Los indios de por acá ya estaban diezmados y eran matacos y guaraníes, encontrados sorprendidos, fugitivos. Policías por todos lados, capangas, capataces y alcahuetes. Hacha y hacha para hacer carbón de leña. Antonio, el Sobaco Ilustrado, dice que la realidad es una equivocación, que la vida es una serie inorgánica de equívocos porque la persona humana nace para divertirse y jugar, mientras se le exige tener alguna solemnidad trascendente, de trabajador, padre madre, castración psicoanalítica, militancia comprometida, representación de alguna generalidad, creencias mitomaníacas, hijos de sus propios miedos y perversiones secretas, consenso social, aunque, tan sólo, por suerte, problemas de gentes preten-
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ciosas, intelectuales pasados de moda. A la gente común y silvestre, no le pasa nada, o simplemente no dice nada, dice Antonio, que dice, que no se quién se lo dijo a él que la verdad es imposible de conocer, presuponer una única verdad e infinitas realidades, vale tanto como creerse lo contrario, que el único amigo verdadero es la plata, ¿que hay que hacer cuando un elefante tiene diarrea?, no sé, le digo, hacerle lugar se contesta a sí mismo, la cosa, es así, me dice. Estoy aburrido, tengo ganas de irme, en eso entra esa mina amiga del Sobaco Ilustrado, enseguida ella me hace sentir que estoy sobrando en el lugar, venzo la inercia de quedarme, le doy un beso a Julia, a la vez que me levanto de la silla, le doy la mano a Antonio, que me mira agradecido y me dice , -dejá que pago yo, nos vemos. Caminando para casa, voy pensando en aquel que le cortaron una pierna, y decía mi tía que era tan habilidoso que se hizo una pierna postiza de chapa, pero no le ponía aceite en la rodilla, y hacía, cris, cris, cuando andaba.
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CAPITULO V EN QUE APARECE “CRIMEN PERFECTO”, NOVELA NATIVISTA
El General me encargó la invetigación del asesinato de Sebastián Anfile. Mañana tengo que viajar a Boeuf, hoy lo mandaron al Mano Santa y su grupo de asesinos, siempre es así, primero actúa la bestia y después el poeta de la repartición para que al final no nos quede nada entre manos, más de una triste literatura policial entre la locura y la muerte, carne asada, mal vino, interminables cigarrillos y pobres putas de pueblo que pagan a la cana un aburrimiento grosero y refritado. La única ventaja que me queda es que a la literatura la hago yo si es que me queda porque se me va haciéndola, estoy buscando algo que no sé qué es, a los asesinos e instigadores los conozco a todos, pero me es imposible detenerlos por negocios políticos. Anoche Antonio, El Sobaco, decía que me tengo que ir de la policía, que no tiene sentido la vida que hago y que la lucha por la justicia es una mentira, yo le digo que entre chorros y policías inventaron la literatura y que tengo que estar ahí, él me pregunta, -¿por qué no te hacés ladrón y asesino, entonces? me hace enojar y tal vez tenga razón, nada más que yo estoy de este lado protegido aunque eso no se sabe, la frontera no está delimitada se pasa de un lado al otro muy fácilmente, claro que para él es así de porque es nada más que hablar. Yo tengo que encontrar el sentido de lo heroico que está en escribir, no creo en la policía ni en los ladrones, asistiendo a un espectáculo del que de alguna manera me siento autor.
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El Comisario General me dio autorización para sacar uno de los Toyotas sin marcas cero kilómetros estacionados en el galpón del fondo cuando me hizo llamar para darme la misión, yo le pedí que me permitiera ir a Chile y al Japón para investigar en los mataderos y frigoríficos las marcas de los corambres, me dijo, mirá Olivera déjate de joder con tu fantasía de escritor, nadie pasa vacas a Chile desde que terminamos con los malones y menos al Japón. ¿Usted, cree, mi general? le pregunté, en este país nunca se supo cuantas vacas hay, ni de quienes son, ni por donde van, ni por donde vienen y a las vacas la hacen hasta volar por los aires, ¿usted se puso a pensar alguna vez sobre el sonido que tiene la palabra abigeato? ¿alguien puede saber de donde salió esa palabra tan misteriosa y de tan mal sonido? Él me mira fuera de sí y me dice, Olivera no tengo tiempo de ocuparme del sonido de las palabras cuando hay otros que se animan a matar por su propia cuenta también, mañana te me vas a Boeuf y te me caés como peludo de regalo, hacés todo por afuera, en el pueblo se sabe quién fue el matador, quién lo mandó y seguro que inclusive hay testigos, no se puede dejar de enterarse de nada, todo es saber escuchar, lastima que tengamos poca policía femenina inteligente, dice, porque en las peluquerías se habla y se sabe todo, se pone enfático y dice, le voy a pagar una permanente semanal a cada mina que trabaje en la Repartición, vamos a tener la policía mejor peinada de la Patria, qué carajo, Olivera, y no me jodas más con las palabras y con tu imaginación poética, yo le digo ¿por qué mandó al Mano Santa entonces?, porque es santo, porque sabe apretar, dice enojado, ¿y entonces para qué me manda a mí? insisto, está sumamente molesto, pero se contiene a duras penas, porque él no entiende nada, me contesta, él te puede contar algo que seguro vos comprenderás, y en ese momento se calienta, diciéndome que no acostumbra a explicar sus órdenes y qué carajo me
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creía de hacérselas dar con tanta vuelta y que me fuera ya, pasando por la comisaria de Winifreda en donde iba a recibir un parte con más precisiones, me levanté y me cuadré, medio en serio y medio en joda, me mira a los ojos y me dice, rajá de aquí pendejo. (Salí pensando en las peluquerías de mujeres,... mi novia me cuenta, casi es lo único que habla mi novia de lo que se entera en la peluquería y también en la Casa de Gobierno, en donde está destinada, todo el chismerío y el puterío más increíble en que parece mentira que la gente no tenga más intimidad, ahora me acuerdo que mi novia me tiene podrido, así entre ella y la policía vivo entre la alcahuetería y todas la mujeres y los tipos, también son así, no tienen pensamiento en el hablar si no que hablan de los demás, una vez que yo salía con una mina, noté enseguida que algunas personas, que yo sabía amigas de ella me empezaron a mirar y a saludar con familiaridad, otras que nos vieron juntos dejaron de saludarme, había mucha gente, por lo visto involucradas en el asunto que tenían sus saberes y opiniones sobre nosotros dos. Un misterioso mundo de mujeres tan lindando con la brujería, en la representación que hacen los hombres para figurar sus temores, algo que no van a penetrar nunca, si no marionetas asustadas e inciertos personajes disputados y despreciados a la vez ventilados hasta la miseria. Un sillón de peluquería no es el diván del psicoanalista ni la cama del amante, pero el sillón es automático, no es necesario que una persona adiestrada en interrogatorios se tome el trabajo, la confidencia sale sola por que alguien la está tocando. El arte de novelar, la fantasía es lo que cuenta y no los sucesos que dicen que suceden. Así el sistema social de control de la gente es perfecto, también en otro plano de ficción unos piensan a los otros lo que son, la policía piensa a todos lo que realmente deben ser, ese es el poder y no hay vueltas). No hemos podido cerrar el caso de José Rebora y ya
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tenemos otro muerto del dominio. Por suerte se me ocurrió hacer fotocopiar los cuadernos que escribió Rebora en la cárcel antes de que fueran incorporados a la acción judicial y pasaran al Juez del Crimen. Pretendí tener una entrevista con el Maestro del penal que se negó gentilmente a recibirme. Después de leer los papeles de Rebora lo que él pretende sea una novela no me cabe la menor duda de que el maestro del penal ha tenido un propósito, de que él tiene su propia valoración del asunto y que sus razones para no querer recibirme no son simples, no se me permitió incorporarlo a la causa, ni siquiera nombrarlo. Además de que tengo la certeza que hizo lo mismo que yo, se guardó copias de los originales. José Rebora sabía que lo iban a matar y conocía a sus verdugos, Sebastián Anfile fue un ingenuo al divulgar su intensión de denunciar a los cuatreros, aunque sea a su amigo el ministro del interior Arguindeguy, pensó que tenía impunidad y confió en quien no debía confiar. El Maestro del Penal lo incentivó a Rebora, le pasó libros, lo animó al soltarse, lo hizo entrar dentro de la picadora de carne, él sabía de su historia y lo fue calando en la medida de su desesperación y el descubrimiento del otro, Rebora se estaba dando cuenta pero no tuvo tiempo de terminar de entender, lo pusieron en libertad, justo en el momento para que no develara el secreto, había encontrado las claves argentinas, ellos asechaban (asechanzas), aunque es una suposición (supuestos) de circunstancias secretas, nadie podrá saber jamas los sucesos (sucedidos) que llevaron al asesinato, aunque podamos conocer indudablemente a los autores e interesados que permanecerán impunes (impunidad), declinaciones de palabras, la palabra de la acción es la más peligrosa que pinta una realidad, aniquilar, después vienen los sujetos, los actores, las marionetas, los encargados, los alcahuetes de las palabras.
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CAPITULO VI EN EL QUE ESCRIBE OTRO AUTOR DISTINTO AL ANTERIOR
Decime Olivera, le dijo Susana ¿por qué tenés la casa tan sucia? ¿no podés ponerte a limpiar de vez en cuando? mirá los platos llenos de hongos y el olor a podrido que hay acá en la cocina, ah, no, yo me pongo a limpiar, no soporto tanta dejadez, además te voy a lavar la ropa, esas camisas blancas que te regalé están todas percudidas, el piso está hecho una miseria, todo pegoteado, tierra y pelusas, yo no se como no te da vergüenza recibirme en semejante pocilga infame, yo soy igual a mi mamá, no soporto una pizca de polvo, ni el menor desorden, no se cómo, con la familia que tenés, no has aprendido a ser más ordenado y prolijo, me imagino que tu pobre madre no habrá venido nunca a este bulín, por que si no, le da un infarto, hay hormigas por todos lados y las arañas ¿por qué no las sacás? esas telas han invadido todo el techo y las paredes m´hijito. Olivera se estaba bañando con la puerta del baño abierta de par en par, escuchando pacientemente a su novia Susana, que había venido a visitarlo, mirá la pila de ropa sucia que se ha acumulado debajo del lavabo, Olivera no contesta nada a la inquisitoria inspección, escucha ruidos de platos, fuentes, cuchillos y tenedores en movimiento, alguien está lavando piensa, ahora zumba el lavarropas, no, no puede ser, dice Susana, lo único que tenés en la heladera es una damajuana de vino, Olivera se está afeitando tranquilamente, se ha enjabonado y rasurado por tercera vez porque la hojita está muy usada y no corta nada, le arde la piel de la cara. Se cae
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un plato al suelo y se hace añicos, Susana dice, la concha madre, Olivera escucha que está barriendo vidrios mientras se pone loción para después de afeitar, le arde y se palmotea los cachetes, le da ganas de hacer caca y cierra la puerta del baño, Susana le dice, ya sé que no querés escucharme más, pero yo no puedo quedarme callada ante tremenda inmundicia y la mesa está toda llena de papeles y libros no sabés usar los ceniceros tampoco ¿para qué te regalé ese tallado de cristal tan hermoso que ni siquiera lo he visto más?, seguro que lo rompiste. Olivera abre la puerta del baño y sale desnudo peinándose y se mete en la cama, ella pasa por la puerta del dormitorio llevando dos bolsas llenas de basura y le dice, ni pienses que yo me voy a acostar con vos, seguro que esas sábanas están tan mugrientas como toda la casa y en esa pieza hay un olor a león que no se aguanta ¿nunca abrís la ventana para ventilar? Acá hace falta aire fresco. Olivera se queda pensando en la cama, sosteniéndose la cabeza con las dos manos entrelazadas por sus dedos, sin decir palabra. Ella pasa nuevamente y se para en la puerta mirándolo, le dice, ¿no pensás hacer nada al respecto, vamos mal Olivera, le dice ella, ¿qué querés que te diga? le contesta Olivera, que no limpies, que no te enojes, que nos pongamos hacer las cosas juntos tranquilamente, sin enojarnos, ni ponerte histérica, toda esta actuación con el pretexto de la limpieza viene porque estás mal conmigo por otra cosa que tenés más tapada, entonces invocás a tu mamá, a mi madre, a tu familia, a mi familia, a la educación, a la moral de la limpieza y a quién qué se yo, todo para tener un fin de semana de mierda, ah sí, le dice Susana, para vos todo fin de semana es de mierda si no te pasás cogiendo y tomando vino todo el día, así que él no dijo nada más y ella siguió ocupada de la casa, hasta que cansada de fregar, le dijo chau y se fue. (Susana y Olivera, están de novios desde hace diez años, desde que ella le hizo una caída de ojos en una con-
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fitería bailable del centro y el cayó como un chorlito en las garras de un servicio de inteligencia para el que ella trabaja, aunque no sabemos cuál de ellos como es un acertijo para la comunidad organizada, saber para quién espía él aunque sin el menor sentido, no hay nada que no se sepa, ni que se deje de saber, aún lo que no le interesa a nadie, por la vox populi, entre tanto que Susana y Olivera se amaron y se odiaron, se aman y se odian de una manera bastante consecuente y tierna). Sucede que Susana le ha dicho a Olivera que está cansada de andar con hongos en la vagina por el espiral que le había regalado él ni bien se pusieron de novios, precaución que él siempre tomaba en estos casos, desde que sintió el terrible vacío de la paternidad irresponsable, al respecto Susana le había dicho y se lo repetía desde hace unos años que quería tener un hijo, tengo treinta y siete años y quiero ser mamá antes que se me pase el cuarto de hora le dijo Susana, hace diez años que salimos, ya nos encamamos y yo me siento vacía y mi vida no tiene sentido ya con una relación así, entonces él le dijo que no está maduro para ser papá, ella se enoja, se levanta y le dice, bueno, si es así, podés ir a coger con tu madre porque a mí no me tocas más, y yo el lunes me voy a la ginecóloga y me hago sacar eso, por que no aguanto más ninguna porquería dentro de mi, ni siquiera eso que tenés entre las piernas, como de costumbre él no contestó esa tirada y trató de abrazarla tiernamente para ganar su afectuosidad, sin conseguirlo, ante cual evidencia él dijo, tomemos unos mates y se levantó para calentar agua en la cocina. De todos modos la relación de Susana y Olivera continúa desde hace mucho gracias a la extraordinaria capacidad que tiene él para manejar situaciones espinosas en que no se juega el cariño compartido, él sabe de sus límites, sabe que su inmadurez para ser papá no es una actitud superficial, si no que tiene que ver con los más profundo de su ser y de lo que se supone que es la madu-
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rez de una persona en las condiciones actuales, estereotipadamente normal según las costumbres establecidas por la convivencia, Susana se desespera por la aparente apatía de Olivera, porque lo ve desencajado de la actividad policial, incoherente con la bohemia de escritor indolente, su amigo Antonio, alias El Sobaco Ilustrado, alias Coco Teleu, piensa lo mismo que su novia. Él dice siempre me andan pensando, todos me tienen que pensar, no pueden dejar de pensarme e imaginarme, no me pueden aceptar realmente como soy, no pueden reconocer mi sensibilidad de una buena manera, no, pero no puede ser, alguien se tiene que apoderar del otro, alguien tiene que dominar y ser dominado, todo tiene que ser como en la policía. Susana dice, sí querido, como quieras, pero vivimos en este mundo y no en otro, además, a quién le interesa lo que vos haces, él se enoja, y le dice, no Susana, no es así, es la alegría de cada uno, la libertad de cada uno, ¿vos no hacés lo que te gusta? no, le dice Susana, yo no hago lo que me gusta ¿y qué es lo que te gusta? le pregunta Olivera, qué se yo, le dice Susana, ah, bueno ahí está la cosa, le dice él, la cuestión es tener sentido de la vida, según como veas tu vida, si has descubierto el sentido mágico de tu vida, si te has descubierto a ti misma como mágica e irrepetible, si comprendes que todo el universo se refleja en vos y en tu más profunda sensibilidad reventando, si entiendes el sentido orgásmico de todo el universo sabiamente oculto por los inevitables crápulas, todas las revelaciones y las descripciones de la aparición de Dios, las posesiones piadosas, son descripciones de orgasmos, Susana se enoja, y le dice, a vos lo único que te interesa es coger, por eso decís lo que decís, arreglando las cosas según te gusta. Seguidamente Olivera se pone a cantar un bolero cuya estrofa más memorable dice: “morir de sed habiendo tanta agua....” Estando desgrabando de la estación que instalamos debajo de la cama, tenemos registradas unas ideas de Oli-
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vera, contándole a Susana el supuesto robo de toda la obra de Juan Carlos Bustriazo Ortiz, lo que por nuestros informantes sabemos que es sumamente dudoso y delirante, en tanto este famoso escritor y cantor ha tomado todos los recaudos necesarios para que su obra tenga un futuro asegurado más allá de los avatares de su azarosa vida. Dice Olivera, mirá Susana, yo te juro que la edición de las obras completas de Juan Carlos va a ser el intento más grande de mi carrera de literato y hombre de acción, aunque su rescate de mano de los captores sea lo último que haga en mi vida, te digo querida que....., no me digas querida, que estoy enojada, lo interrumpe Susana, ya vas a ver, tenés que hacer mucho mérito para que se me pase la bronca que me hiciste agarrar, qué te crees que soy yo, que me vas a tratar así, sin hablarme un día entero, cuando yo tengo la delicadeza de venir a visitarte y tenerme que poner a sacar tanta mugre, que en esta casa no se puede estar ni un minuto, pero Susana, le dice él, no es para tanto. Es así, que hasta ahora, por el enojo de ella no hemos podido saber que va a hacer Olivera para rescatar la obra y hacer su edición. Para colmo fue García a comprar más cinta a la esquina y ya esa parte se nos había pasado, decía Olivera, que le parecía muy triste la situación de ese hombre sin ninguna ayuda, más que los fármacos que le dan en el manicomio, que La Dirección General de Locos ni la APE, Administración Provincial de Escritores, no hacen nada en particular con él, teniendo en cuenta su personalidad relevante y sus amigos tampoco, a no ser homenajes, que son como funerales en vida, para que cumpla el sino de su suerte, querida Susana, es un plagio......... no me llames querida (esta mina es una tarada total) te digo Susana, es un plagio al tango María, la más mía, la lejana.... si volvieras otra mañana... en ese momento parece que se ponen mimosos, porque él le da un beso según los ruidos que escuchamos en ese momento asombrados y sin esperarlos dado el hilo que se-
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guíamos hasta el momento. El General nos ha pedido un dossier sobre ese tal Juan Carlos porque le intriga el interés de Olivera por sus obras, así que nos fuimos a la biblioteca de la Honorable Cámara de Diputados en donde una bibliotecaria muy atenta, nos dio en préstamo el libro más gordo jamás impreso en estas tierras escrito por Teresa Girbal, Estudios de literatura pampeana, ahora tenemos que pasar todo lo que esta señora escribió. Ya hablamos con Garcia que no vamos a pasar nada esa parte del libro si no que simplemente cortaremos las hojas que nos interesan y no devolvemos el libro, las ponemos en el expediente y listo. También nos ha dicho el Comisario General que busquemos otros antecedentes porque no sale una buena información de una sola fuente, así que no sabemos en dónde robarnos otras cosas, yo no sé porqué no le pregunta todas estas cuestiones directamente a Olivera, después de todo es empleado suyo, aunque lo está haciendo investigar, sería más fácil confiar en la gente y preguntarle directamente qué es lo que piensa. Al final corté por lo sano aprovechando que Olivera estuvo unos días hospitalizado por el accidente en el partido de fobal, me metí en su casa y me agencié de una serie de documentación que al General le va a impresionar mucho, no sólo del personaje que nos interesa, si no también de lo que piensa Olivera de las cosas del mundo y lo que puede ser la base de la codificación con lo que se comunica con su servicio de contraespionaje, porque a mi no me va a embromar, el General tiene razón en hacerlo vigilar, este es un bicho raro. Además, cuando entré a su casa me di cuenta que su novia Susana está en lo cierto, es un mugriento, no puede ser que todavía haya policías tan sucios y dejados en su persona, eso es lo que le voy a decir personalmente al General como una seria cuestión que afecta a la imagen de la Institución, acá no podemos andar con vueltas, se es sucio o se es limpio y tal vez eso
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sea más importante que la nota secreta que le incauté, ésta dice así, no me importa si el texto se interpreta literalmente, lo que me interesa es que se entienda intertextualmente, es decir que en sus múltiples e infinitas relaciones defina un sentido subliminal y poético, que se aproxime a la verdad o que tenga que ver con una realidad, un plano distinto de la verdad, un proceso subjetivo, indudablemente manejando elementos supuestamente concretos, el trabajo de la ficción, o el intento de hacer una obra de arte. Este Olivera se las trae, es un agente de primera línea, está aquí, seguramente por el asunto del Cóndor Dos, eso no me lo quitan de la cabeza. Habida la visita presidencial con motivo de la inauguración de la Avenida Spinetto a los postres del asado del mediodía, se organizó un partido de fobal, el General lo llamó y le dijo, te anoté de ocho, yo juego de referí, el presidente juega de diez en contra tuyo, que tuviera cuidado de no lastimarlo, no quería tener problemas con la custodia. Cuando Olivera tiene la oportunidad de acercársele a Carlitos le dice cuan bella había salido Zulema en la tapa de la revista Gente y qué buena que es, todos lo están escuchando decir semejante gansada, el gobernador, los ministros, el general, la guardia, los invitados, que ella dice que se casaría nuevamente con usted, estamos desmadrados presidente, a usted ella le hace mucha falta y también al soberano, el pueblo necesita un reina buena que vele por él, una Evita protectora, nadie sabía si estaba borracho o se hacía, el pobre presidente no hacía más que sonreírle y decirle, bueno hermanito, bueno hermanito, mientras este se despachaba de casamentero, el Comisario General estaba colorado de furia o de vergüenza, pero como es su preferido, estoy seguro que no le dijo esta boca es mía. Un rato antes habíamos estado mostrando las armas que teníamos, los de la custodia presidencial se florearon con el fierrerío último modelo en la punta de la mesa donde nos habíamos sentado todos, algunos medios
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mamados querían ponerse a tirar al blanco en los fondos de la quinta que hasta se pusieron a buscar botellas vacías, menos mal que pudimos pararlos, decían, total usamos los silenciadores, otro dice, que sin ruido no tiene gracia, al final los convencimos, en eso apareció el utilero presidencial con sus ayudantes, arrastrando un gran baúl, se ponen a repartir camisetas de River y de la Selección, con todo el equipo completo y nuevo, así que pasamos a cambiarnos a los baños y habitaciones interiores. El único que no se cambió fue el General, dijo que estaba de servicio cuidando al presidente, así que se cuadró ante él, pidiéndole autorización para arbitrar uniformado de gala policial, Carlitos le besó la mejilla derecha y emocionado le manifestó su gran alegría de contar con gente como el General al servicio de la Patria, así que ahí no más hizo sonar el silbato de iniciación del encuentro, en realidad la mayoría de la gente estaba haciendo la digestión y es de admirar el estado físico y la capacidad de trabajo que tiene el presidente, que fue el que más corrió y presionó por todo el campo a sus contrincantes, cuando lo volteó a Olivera, le dijo, perdoname hermanito y este, desde el suelo le dice, no es nada presidente, si es un partido amistoso, pero era indudable que no podía levantarse por sus propios medios, así que lo sacaron entre dos o tres y lo sentaron en uno de los sillones de la sala de la residencia, hasta que vino una ambulancia de la repartición y lo llevaron al hospital, fue en esos días que me pude poner al tanto con las actividades desconocidas de Olivera revolviendo sus papeles a gusto, cuando encontré algunas líneas en un cuaderno Rivadavia ya no tuve dudas, este sujeto, desde ahora en más es un sujeto, es la cabeza de una red, hace las claves criptogramáticas para la comunicación clandestina y secreta, llamó la atención de los superiores la perspicacia y el esquematismo con que están elaboradas, trato de entender y pasar en limpio la arrevesada caligrafía con que el sujeto se tabica en unas páginas inti-
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tuladas “Sobre el lenguaje” y enumera, primer punto, el doble lenguaje (tachada la palabra lenguaje) continúa, el doble lenguaje de Alfonsín, segundo punto, el cambio de lenguaje del peronismo, “la economía popular de mercado”, tercer punto, “las distintas lecturas”, a esta altura deja de puntualizar y empieza a poner flechas para todos lados, más abajo parece que agregara un cuarto punto, “los propósitos secretos”, otra flecha va a la frase, “cómo ocultar un asesinato”, “ocultar un robo”, después siguen las flechas intercaladas con nombres de notorios y antiguos subversivos, La verdad (la prueba de la verdad) Carlos Marx, “acerca de la práctica”, “acerca de las contradicciones”, Mao-Tse-Tung, La Única Verdad es la Realidad, Juan Perón, viene una flecha, que va de la realidad a “descubrir verdaderamente lo que se oculta”, pone una frase y después una larga flecha que no señala nada (ojo), (la palabra ojo es mía) y escribe, decir la verdad simulando que se está contando una fábula, una flecha “el sentido anfibológico”, otra flecha, “el sentido irónico”, después hay un nombre, que seguramente es el pseudónimo de algún enlace, Roland Barthes (El mundo de....) pág. 149 (una cifra codificada) “la literatura es la realidad, es decir, el resplandor mismo de lo real”, ahora viene una larga flecha, desde “la única verdad es la realidad” hasta la frase, “cuando Perón dice esto, quiere significar que la única verdad es su propio lenguaje, Menen hace lo mismo, por eso es peronista”, punto, el sujeto está trabajando en contra del gobierno, un policía que está en contra del gobierno es un mal policía, esto ya lo sospechaba. Doy vuelta la página y me encuentro que no respeta ni a los Padres de la Patria y leo, “serás lo que debas ser o si no, no serás nada”, firmado, el General San Martín, sigue una flecha y dice, en realidad es lo que dice el General Mitre, que dice el General San Martín o sólo una estatua con el dedo señalando para el lado de Chile, ahora
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viene algo más específico, dice, le digo al Guardatti, ¿todavía tenés la bolera ?, el me pregunta si yo juego a los bolos, no, le digo ¿por qué me preguntas? no, así dicen los adictos, bolera es una palabra de la jerga, del ambiente te digo..., (la última..., bueno, ya a esta altura no entiendo la letra, se ha puesto a escribir con signos cifrados) corta el misterio y escribe: “si hoy vinieras, todo sería demasiado perfecto, como no creo en la perfección, se que no vas a venir”, ¿acá está esperando un enlace o a su novia Susana? ¿no será la misma persona? hace confundir a todo el servicio con sus manías amatorias y literarias.
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CAPÍTULO VII EN QUE EL OFICIAL OLIVERA PIENSA NUEVAMENTE
Hoy me he dado cuenta que he sido invadido, he notado que alguien aprovechando mi internación en el hospital revolvió los papeles sin tomarse la molestia de disimularlo. En un lugar como el mío es difícil saber si hay o no hay lauchas, si hay o no hay cucarachas, si entra o no entra otro distinto a mí, siempre me resistí a poner censores y cazabobos, en realidad la intromisión no me importa mucho, la confusión será mayúscula, este toque que me han dado no creo que sea por el caso de Sebastían Anfile, tal vez alguien busque los papeles de José Rebora, aunque me parece que es de adentro de la policía porque la gente del abigeato está muy desarticulada. Sí me preocupa que invadan mi novela, siento que ya están adentro de ella, alguien me está escribiendo a mí en mi propio territorio, tal vez uno de los personajes, no lo sé, tal vez lo descubra al final del relato, ¿qué relato tiene final? No creo ahora después de pensarlo un rato, me doy cuenta que no puede ser un personaje mío, alguien lo ha creado e infiltrado y aún más, es un relato que tuerce el guión general. De alguna manera Susana me había avisado del asunto, ella misma está preocupada por la manera que la están interrogando en su trabajo. Es incoherente haberme puesto a escribir “Crimen Perfecto” durante el tiempo en que estaba accidentado, eso no sucedió así, alguien lo supone por el tiempo que yo
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falté de mi casa. Quieren penetrar en el corazón maligno del relato, en mi secreto núcleo, ese es el único sentido que tienen al tratar de hacerse colaboradores de la novela. El secreto núcleo es inviolable, el sarro del corazón de uno, en el sentido físico y animal, sarro de sarro sin parábola alguna, para encontrarlo basta abrir el corazón y ver las amargas sales acumuladas en sus fondos y cañerías oxidadas, pero ya sin ningún sentido, porque ha sucedido la muerte.
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CAPITULO VIII QUE TRATA DE LA CONTINUACION DE CRIMEN PERFECTO
El caso de Sebastian Anfile es sabido aún antes de ser abierto, es un caso cantado, sus instigadores y ejecutores me son conocidos, no cabe ninguna duda, por alguna exigencia de la sociabilidad hubo que iniciar un expediente, abrir un sumario, hacer el prontuario, demorar, detener a alguien, dar satisfacción a los familiares, al periodismo que necesita algún tema para hacer su propia realidad del asunto y así decir que está informado de algo tapado, cuando ya todos saben como es el asunto, no es por otra cosa nuestra relación con el problema de su violenta muerte, el domínio debe censar todas la muertes y explicarlas. De todos modos la obligación del servicio hace que el General simule una gran preocupación y que yo sea parte principal de la cadena de transmisión de esa preocupación, digamos institucional, al darle él importancia a mi sentido intelectual de la cuestión, es decir a mi amoralidad y a mi desprestigio como policía, lo que me pone a cubierto de muchas cosas y a él también, aquí nadie puede tomar en serio lo que hace un poeta pero seguro que queda en la historia. El sentido de la ley es legalizar el asesinato y el robo, nuestro trabajo está en organizar esa legalización, poniendo en manos de la justicia a quién se debe legalizar y a quién no, el problema que tuvieron los milicos fue la cobardia de no hacerse cargo de los asesinatos y demás barbaridades que hicieron ellos y mandaron hacer, todo es
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una cuestión de protección, hasta cuando hicieron justicia con su fuerza propia ajusticiando a sus asesinos desmadrados no lo pueden reconocer y se sabe que en la policía de la Provincia de Buenos Aires, el General Camps lo hizo, está dentro del sistema de complicidad y códigos de honor no escritos. Cuando vino Juan B. Justo, no se si en la década del diez, del veinte o del treinta, lo llevaron a visitar las colonias e rusos, judios, gallegos, tanos y cuando fue a visitar la colonia penal se encontró con los argentinos, “allí estaban mis paisanos”, lo dice en un libro, que yo no leí, pero que me contó un amigo, ese es el sentido de la justicia, todos nosotros lo sabemos desde hace mucho tiempo y en realidad no nos importa un pito a la vela. No nos importa un pito, porque en definitiva si no fuera por ellos nos quedaríamos sin trabajo, a pesar de que nosotros somos tan negros como ellos y tan rateros y tan miserables. Se que a esta altura del relato no tiene más sentido seguir escribiendo la historia de la muerte de Sebastian Anfile, a no ser porque es una novela por encargo, uno de sus herederos que se ha quedado con la sangre en el ojo y tiene mucha plata, me ha encargado que escriba un libro sobre él para que se sepa en las generaciones futuras de tamaña injusticia, este ya es un problema suyo, yo no puedo hacer otra cosa. No puedo hacer nada más que simular una reivindicación de mi cliente post-morten, ficcionar mi propio universo mitológico y hacerlo partícipe de una manera amable, encontrar nuestra locura común, decirle, te reventaron viejo, ya me llegará el turno, no pasa nada, se muere de una manera u otra, la cosa es llegar vivo al momento de la muerte, este es tu epitafio también aunque no he leído tu lápida. El párrafo anterior vale como un prólogo debido y olvidado, un anuncio de la imposibilidad de escribir la historia encargada, en todo caso un epílogo.
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CAPITULO IX EN QUE SE CUENTA COMO ES LA VIDA DEL OFICIAL OLIVERA DESPUES DE HABER CAIDO EN DESGRACIA
Yo no tengo la culpa si has perdido la confianza del General m´hijito, le dice Susana mientras se levanta de la cama para ir a cebar mate y te digo que la letanía de tu tristeza ya me tiene bastante cansada, ¿ qué queres que te diga ? si vos te lo buscaste haciéndote el misterioso y mezclando tu trabajo con la literatura. Susana, le dice Olivera, sólo te cuento lo que me pasa y la manera que me tratan en la Repartición. Yo no creo que te degraden, le dice Susana, o te manden hacer servicio de calle, cuanto más te ponen en estadística o en la oficina de legajos, en el archivo o en la cocina, ja, ja, ja, ja. Claro, le dice Olivera, vos te reís tranquilamente, pero no te creas, que también estás metida en el baile, de alguna manera también te van a comprometer, porque no dan puntada sin hilo, él no se olvida cuando lo despachaste hace unos años, sin más miramiento, cuando te invitó a salir. Ah, si!!!!! Olivera, ya te crecen los celos de nuevo, anda a contármelo, le dice Susana. Ma que celos, ni que celos, le dice él, si me sentí muy contento cuando lo trataste tan mal. La última parte de la conversación está a los gritos, pues Susana está unos metros más allá del micrófono esperando se caliente el agua, parada en frente a la cocina a gas hasta que la pava hace ruido. Sabes una cosa, Olivera, le dice ella, que por el camino que llevas, no solo vas a perder el trabajo, si no que me vas a perder a mí, porque no dejas tu mundo fantástico y empezas a ver las cosas un poco con los pies sobre la tierra, ya sos una per-
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sona grande, tenes que sentar cabeza de una vez. Olivera no dice nada, se sienta en la cama, agarra el diario y se pone a leer las carreras de caballos en San Isidro, Palermo y el Argentino de La Plata, hasta que Susana viene con el mate preparado en una bandeja con un platito de galletitas dulces, ella dice, correte y dejame lugar que me quiero acostar y poner la bandeja sobre la cama, él le dice, ya va, no correte Olivera, que se me va a caer todo, bueno dice él, y tira el diario de una manera claramente molesta, quedando todo desordenado y desparramado sobre el suelo, así yo no lo podré leer, dice ella, Olivera le contesta que ya lo va ordenar, el mate esta frío, le dice también, andá, levantate y calentalo vos le dice ella, Olivera se levanta de la cama y va a la cocina con la pava, ella se pone a mordisquear una galletita dulce, encuentra el control remoto entre las colchas y enciende el televisor. El día anterior estuvo en la casa de Olivera una señora que tomó por horas para que hiciera la limpieza y llevara su ropa, así que Susana estaba reconteta por la determinación propia demostrada, sin que ella le tuviera que andar diciendo ¿por qué no traes alguien que te limpie la casa? En paz están así ese fin de semana como en los buenos tiempos, aunque vino el problema del agua fría para el mate y del diario descompaginado, Susana estaba aorgásmica, por cualquier tontería se armaban unas discusiones desmedidas, de todos modos Olivera también está triste, herido en su amor propio por los malos entendidos que tiene que soportar en la policía y su segura caida en desgracia, al saberse por averiguaciones reservadas de la jefatura que el escribía por encargo, una novela para reivindicar a Sebastian Anfile, alguien había leído y fotocopiado el contrato en el cual el hijo del occiso se compromete a pagar la escritura y publicación de la novela escrita por Olivera, quedándose este con dos mil dólares y los derechos de autor devengados por la obra,
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tal situación no le causa ninguna gracia a la superioridad porque inevitablemente el material con que trabajaría serían elementos propios del sumario y su elaboración literaria era fácil de presumir que la haría en horarios de trabajo. Le dice Olivera, si en definitiva yo no pude escribir ninguna historia de Sebastian Anfile, me agarró el síndrome de la página en blanco, justo cuando cada vez que me ponía a escribir, un revuelto de cerebro no tenía nombre de Dios, así que lo único que conseguí con ese contrato fue desgraciarme en la jefatura. Compungido y desanimado Olivera no cabe dentro de su tristeza, frente a su Susana inquisidora y ganadora en su insensibilidad de su negada maternidad dolorida después de haber ido a la ginecóloga para hacerse sacar el dispositivo Diú, operativo que le ha provocado interminables hemorragias y entuertos, nada le ha dicho aún a su amante de la novedad que marcaría el destino de los dos de aquí en más. Susana, no tenes por qué reírte de mí, le dice él, realmente estoy preocupado por lo que pueda suceder con mi carrera, bueno, Olivera, le dice Susana, no es para tanto, en definitiva nadie te ha dicho nada y lo que sabes son chismeríos y puteríos, más que una u otras mirada cambiada que te han cruzado en los pasillos de la jefatura algún envidioso, de esos celosos que nunca faltan, que se pasan todo el día levantando bolas, y si el General no te recibió el otro día cuando quisiste hablar con él, es que realmente estaba ocupado con unos capos que vinieron del Ministerio del Interior, que eso bien yo lo se, porque los tuve que atender con unos informes reservados que necesitaban no se para qué, así Olivera se sintió comprendido y aliviado, le dijo a Susana que tal vez tuviera razón y que no eran más que suposiciones dentro de todas las preocupaciones que tenía, debo relajarme le dijo a Susana, si ya ni tengo ganas de comer, si querido, le dijo ella, es hora de que te relajes y pienses un poco en mí y sobre todo que me escuches también un poco,
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que te diré que yo tampoco ando nada bien. Sebastián, le dijo el Chuño, es imprudente que te pongas a denunciar en Buenos Aires a los ladrones de vacas, ellos tienen mejores amigos que vos, sabes que es íntimo de obispos y generales, jueces y diputados, mueve en un mes más plata de la que podes vos haber visto en toda tu vida de bacán y puede comprar a quién se le ocurra y se venda, Anfile estaba fuera de sí, cansado de ser robado y de que su gente sea burlada impunemente, desde la última conversación que mantuvo en el Asado del Siglo está convencido de que es posible aún hacer algo por la justicia, siempre él trató de hacer el bien, en la cooperadora de la escuela, para la salita de primeros auxilios, en el Club y con todo desgraciado que se le arrimaba a pedirle unos pesos para comer o para chupar, sin preguntar nunca para que lo necesitaban, había puesto mucha plata para la obra social y el seguro de los domadores, gente que en las gineteadas siempre está en peligro no encontrando hasta ahora ningún alivio, cuando es de lo más fácil morir apretado debajo de algún matungo. Después resultó ser el Chuño Ramos el principal implicado en la ejecución de la muerte de Sebastian Anfile, quién contrató a los Heredias y los trajo a Boeuf, dos primos o hermanos que lo mataron a palos, Ramos lo remató de un tiro en la nuca con el revolver calibre treinta y dos registrado a su nombre. -Yo sé que no va a ser fácil terminar con el robo de ganado, le dijo Anfile al Chuño Ramos, acá se mueve mucha gente importante que saca las vacas como quieren para el lado de Liniers, a Mendoza, pasan la frontera con Chile o a donde se les ocurra hacer negocios, pero el General me ha dado una entrevista con el Ministro del Interior, que es el que manda sobre vidas y haciendas en este país y sobre él no hay más que uno. Yo no estaría tan seguro Sebastian, le dice Ramos, una cosa son las apariencias de los que mandan y otra cosa distinta es lo que puedan ha-
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certe a vos los que tienen realmente el poder y hacer las cosas secreta e impunemente, a los que le va la vida y grandes intereses que no están dispuestos a dejar por nada del mundo, vos tenes que tener cuidado de no andar diciendo nada de lo que pensas hacer, no le dice Anfile, si con el único que me confío es con vos, que sos mudo como una tapia y que sos mi amigo de toda la vida, eso es otra cosa Sebastian, le dice el Chuño Ramos, acá las cosas de una manera u otra siempre se saben y están las reglas de juego que todos debemos respetar-. La primera pericia balística, hecha por los laboratorios de la Policía de la Provincia daba por resultado que la bala extraída del cuerpo de Sebastian Anfile, le había sido disparada por el revolver del Chuño Ramos. A pedido de la defensa, el juez accedió a una segunda prueba balística, hecha esta ves por la policía de la provincia de Buenos Aires, dando como resultado que el giro de la bala fue derecho, es decir destrógiro, mientras que el revolver hacía girar las balas disparadas para las pruebas de laboratorio hacia la izquierda, sentido levógiro. Cuando reabierta la causa, muchos años después se hizo una tercera prueba, de resultas que la bala había sido deformada de manera intencional, en un típico caso de destrucción de pruebas, este tercer análisis fue hecho en los laboratorios de la Policía Federal Argentina.
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CAPITULO X EN QUE SE CUENTA DE CÓMO SUSANA SE HACE FEMINISTA Y JULIA SE ENAMORA DEL SOBACO ILUSTRADO
-..................................................................... -............................ .............................................. No encuentro ninguna que se vuelva loca por mí.. -Lo que pasa que para volverse loca por ti o por vos hay que estar muy loca, ¿cómo andás del lado oscuro del corazón? capaz que yo podría volverme loca por vos. -A veces se aclara un poco mi corazón, a veces se pone negro cerrado y solitario, digamos, más vale triste, solitario y final...como lastima bandoneón.....no creo que te vuelvas loca por mí. -No me hablés con canciones y libros, que me da risa y no te puedo creer nada, no sé si estás hablando en serio o en la novela o de la novela o si me estás engañando. -¡Ah!¡qué cómoda que sos! ¿te lo tengo que aclarar? -No, es lo mismo de todos modos... -Dicen que por las noches, no más se iba en puro llorar, dicen que no comía, no más se iba en puro tomar... Julia, qué bueno haberte encontrado abriendo la boca en la laguna, linda tarde ¿no?. -Vos estás cada día más loco. -Efectivamente, cada día estoy más loco. -Hace mucho que no ves a Olivera. Entonces el Sobaco Ilustrado se pone serio y le dice a Julia que hace mucho que no lo ve y además que no tiene
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ganas de verlo, porque está muy complicado con la policía y con su literatura, cuando bien sabe que no se puede hacer eso y que no aguanta más, le termina por decir, como diciéndole que no tiene más ganas de hablar de él. Julia le dice, que si sabía que eran medios primos, porque Susana, la novia de él era prima de ella, que cómo la hacía sufrir a Susana, desde hace como diez años, ah, qué se yo le dice Antonio, que se lo aguante tu prima, ¿ella trabaja en la policía no? además no debe sufrir demasiado tu prima, es de esas que se hace sufrir por los demás. Julia le dice, que cómo será, que antes Susana quería tener un hijo con Olivera, pero que ahora era feminista y que se había hecho poner de nuevo el espiral. Gracias, Julia, por tantas noticias juntas, le dice el Sobaco Ilustrado, me has anoticiado de todas las intimidades de tu prima, ¿te puedo preguntar cuántas veces cogen por semana?. Sos insufrible vos Sobaco, le dice ella, no, le dice Antonio, porque ustedes las mujeres tienen la costumbre de hablar todo, y eso a mí me da un poco por las pelotas, no, no por favor le dice Julia, no me entiendas mal, yo no soy así, yo no tengo esa costumbre le dijo Julia, lo que pasa, es que como vos sos tan amigo de él, sentí no se qué, y me puse hablar de ella que me cuenta todo de su pareja, bah ahora es más amiga de una, que es la que la hizo feminista. Me imagino, dijo Antonio, que Susana no se habrá hecho tortillera ¿no?. ¡ah, che, que mal pensado que sos!, le dice ella, las feministas son personas muy serias. Sí me imagino, dice él. Yo también soy medio feminista le dice Julia al Sobaco Ilustrado, todas las mujeres son feministas, cuando te ponés a hablar así me haces acordar a Mario, no me compares a ese le dice El Sobaco, ¿lo estás viendo?, no, no quiere ni pensarlo, no le he permitido ni siquiera ver al nene, ni que le pusiera su apellido, ni recibirle plata, ni nada, es un hijo de puta, dice Susana, fue un hijo de puta, lo soñé muerto mil veces y sé que se va a terminar por matar él mismo, bah, no es un hijo de puta, es un deses-
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perado, me hizo mucho bien y me hizo mucho mal, lo quise mucho y no lo quiero más, al chico lo hice yo sola, por eso se lo niego y se lo negará siempre, le dice Julia al Sobaco Ilustrado, no será para tanto le dice el Sobaco, son cosas del amor, ah, tan románticos que son ustedes los hombres, le contesta ella, los hombres no somos una banda de forajidos robadores de amor, ni quitadores de libertad, ni tampoco libertinos desaforados y solitarios, como se imaginan, le dice él, bueno, dice Julia, qué se yo que son los hombres, no estoy capacitada ahora para pensar a todos los hombres, ni siquiera a un hombre sólo, en realidad no puedo pensar casi nada, no, no pienso nada, simplemente hago lo que tengo que hacer en la fábrica y en mi casa, mimo al nene y nada más, no pregunto ni respondo nada, no me interesa nada fuera de mí, dice Susana, muy bien, muy bien, dice él. Decime, ¿decime vos, cómo sabés si está bien o está mal lo que hago y pienso yo?, no está bien, ni está mal, es, simplemente es así, le dice Julia un poco al descubierto, fuera de su broquel. No, discúlpame, le dice Antonio Teleu, disculpame, no quise ponerte violenta, ni quiero ser cínico. Sos un poco cínico, eso es lo que sos, le dice ella. Son demasiadas cosas y demasiada soledad, pareciera que nos hubiéramos dado cita para sacarnos chispas, ¿no Julia?, dice el Sobaco Ilustrado, yo estaba podrido de estar encerrado en el bulín y salí a tomar un poco de aire ¿hace mucho que te compraste la motito? nunca podría andar en moto yo, me pondría a mirar por el espejo retrovisor, viendo cómo quedan las cosas yéndose para atrás. Julia le dice que la compró a principio de año, que hizo la entrega con el aguinaldo, ¿pero cómo no vas a poder andar en moto? ¿qué mirás para atrás por el espejo? ¿estás loco?. Y un poco loco estoy, le dice el Sobaco. Mirá, le dice Julia, esos chicos que están nadando en la laguna están en otro mundo, la bicicleta parece un barco, están andando sobre el viejo camino que quedó inundado y antes de las lluvias
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cruzaba hasta el otro lado, qué hermosa que es esa pendeja, está enamorada del negrito ese, nadan juntos y se tocan todo el tiempo, quizá no lo sepa ninguno de los dos, se gozan, se sienten nada más, nadie les ha jodido todavía la vida, nadan en la bicicleta, la bicicleta es como parte de ellos, casi la hacen flotar y están volando a pesar de los carteles, a pesar del cólera, a pesar de toda la basura que hay en el fondo, una vez el Mario me trajo en el Falcon, era una noche de luna resplandeciente, hizo una de sus escenas, metió el coche en la laguna a toda marcha, yo me tiré por la puerta, estaba mal porque no se qué le había dicho el psicoanalista, o su mamá o su esposa, bueno al final siempre termino en lo mismo, recordando a este tipo, ¿y qué es de tu vida famoso Sobaco Ilustrado? le preguntó Julia, y acá me ves, muy bien en la resistencia. Ah, sí, vos siempre resistís, le dice ella ¿qué es a lo que resistís? y resisto a los medios, a la tivi, a ser un burgués idiotizado, a ser un empleado idiota, un engranajito, a los lazos matrimoniales, en los que se ahorcan uno de los dos cómplices del asesinato del amor, a lo que se llama vida feliz y confortable, en que se tiene todo lo que se debe tener y no se tiene tiempo ni ánimo de jugar con los chicos o de culear como Dios manda, mirá Julia, resisto a que me corten las pelotas. ¿Digamos que sos un renegado? ¿no? dice Julia, digamos, dice él, lo mismo que ese Olivera continúa ella, no sé, dice Teleu, él tiene su propio mundo distinto al mío, el vive su propia guerra, ¿que guerra?, la guerra con mi prima, dice ella, es él, pregúntale a él o a tu prima Susana, le contesta el Sobaco Ilustrado, sí pero decime qué hiciste el sábado durante todo el día, le pregunta Susana, ¿qué, me estás interrogando? le dice él, sí, le dice ella. -Me pasé todo el tiempo pensando, pensé todo el día pensando. -¿Qué pensaste pensando tanto pensamiento? -Hago una novela durante todo el día sin tener que to-
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marme el trabajo de escribirla, ni de reescribirla, ni de corregirla mil veces, hacerla leer, si alguien acepta leerla, pasarla en limpio, hacerla corregir de nuevo, tardar tres, cuatro, siete años para tener la novela hecha. -Pero nadie te podrá conocer así. -No importa, mientras tanto estoy escribiendo una en la qué, de alguna manera esa está y ¿vos qué hiciste, ayer sábado veinticuatro de Abril de mil novecientos noventa y tres, en qué año estamos? -Año mil novecientos noventa y tres, ha no!!!!!!!! ¿qué más hiciste vos ? ¿cuáles fueron los pensamientos ? ¿cuál es la novela ? ¿decime la imaginación que tuviste? contame. -No te rías de mí Julia, que también lave seis camisas, dos sábanas, cinco pares de medias, dos pantalones, tres platos playos, tres tenedores, dos cucharas, seis copas. -¿Y los pisos?, te faltó lavar el piso, los manteles, los calzoncillos, las toallas, los repasadores, encerar los pisos, cepillar los trajes, lustrar los zapatos, darle de comer a las gallinas, ir al supermercado, sacar el perro a pasear. Lo que no se tiene no se puede lavar, dice el Sobaco Ilustrado, perro ni gallina tengo, pero fui a comprar cigarrillos y vino y me puse a recordar canciones de ropero, por Dios no te pongas más la blusa azul... cuando te veo con la blusa azul,... la pollera colorada no te pongas porque en la iglesia se escandalizan, la pollera colorada no te pongas... una bikini amarilla a lunares disminutos nutos nutosnutos nutos, una bikini amarilla,... yo me acuerdo, no tenias, casi nada pa ponerte, hoy usas ajuar de seda con rositas rococó,... pollera blanca camisa colorada, baila con todos y nunca pasa nada, pollera blanca camisa colorada,... tu sombrerito pobre y el tapado marrón y eras como la calle de la melancolía,... trayendo en los ojos el funyi marrón, botín enterizo, el cuello con brillo, pidió la guitarra y para ella cantó,... con la pollera
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yuta, las trenzas largas, te vi bailar... cómo olvidarte Cerrillo si por tu culpa tengo mujer,... una noche de esas noches tan amargas que he sufrido, mis harapos con su smoking se rozaron al pasar,... te voy hacer los calzones como los usa el ranchero, se los empiezo de lana, se los termino de cuero.. allá en el rancho grande, allá donde vivía,... bueno hay muchas más canciones que hablan de ropas, pilchas, vestimentas y pinta, que no me acuerdo ahora. -La verdad, es que te entretenés lindo solo, ¿escribiste algo? -Sí, sí escribí por la noche, hasta que ya borracho, no pude más que irme a dormir, no te rías de mí Julia. -Sos muy entretenido Antonio, por lo menos solo, aunque yo me estoy divirtiendo mucho acá sentados los dos, sobre esta pila de escombros, yo no pasé mi sábado muy bien, en realidad como todos lo días, porque la fábrica no para los fines de semana, tengo francos rotativos, hoy Domingo me tocó y vine a pasear con el nene que se ha dormido. -¿Y cómo te arreglás con el nene cuando estás trabajando? -Me lo cuida la señora de la pensión en donde estoy parando, ella dice que es la abuela del nene; Olivera también creo que se ocupa de escribir novelas ¿no? ¿qué sacan ustedes de eso, si no pueden publicar? -Te voy hacer una confidencia querida mía, ha vuelto la época de los novelistas románticos, ahora hay que repensar nuevamente el mundo, hay que inventar un nuevo futuro, el universo clama por una nueva historia ¿y quiénes la van a hacer si no los novelistas?, nos han arruinado todos los tiempos anteriores como tantos otros soles que hicimos y están escritos en los libros, ahora llegó otro tiempo, otro sol iluminará, calentará, procreará la eterna búsqueda de la luz en las tinieblas, en el caos, la creación a partir del caos, la parábola de Babel no sólo es para la
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época de Babilonia en que hicieron la torre increíble, esa que vemos inmensa levantarse en medio del desierto que antes era de jardines colgantes, surcado por ríos de néctar, no, están equivocados, yo te señalaré en dónde se encuentra la Ciudad de los Césares, aquí, no más, en el medio del caldenar recóndita e intacta, ¿por qué no vamos a mi casa a tomar unos mates? -No, hoy no, invitame otro día, alguna noche de esta semana.
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CAPITULO XI EN QUE ESCRIBE EL OTRO Y SE CONTINUA HASTA EL FINAL
El general ha ordenado intensificar la vigilancia sobre el agente Olivera a partir de ciertas evidencias de infidelidad al servicio y de sus malas compañías con el pretexto de infiltración cuando en realidad está siendo ganado por la sinarquía internacional. Hemos podido acceder nuevamente a la casa del sujeto que nos ocupa, nuestra primera impresión tiene que ver con la higiene notablemente mejorada en todos los aspectos, siendo manifiesta la presencia de ceniceros en los lugares más necesarios, como así de patines confeccionados con restos de colchas para transitar por la casa sin rayar los pisos. Dadas las últimas conclusiones de la Junta de Seguridad no hemos tomado ningún recaudo para disimular nuestra acción investigativa, así es que directamente revolvimos todo y nos incautamos el material necesario considerado probatorio del accionar que incrimina al sujeto de marras. Debo hacer una salvedad: el material incautado no permite conocer su origen, ya que cabe la posibilidad de que el mismo sujeto esté investigando algún grupo subversivo y que no haya informado aún a la superioridad de su accionar; de todos modos es llamativo el silencio guardado por él y la sutileza inusual en su estilo de trabajo, aún así no viene mal saber en qué anda la misma gente de uno, aspectos que sabrán apreciar nuestros analistas del Departamento Ideológico, dada la gran cantidad de
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asuntos teóricos que manifiestan los documentos aparentemente originales, pareciera que se trata de la publicación de una revista literaria que sería tinglado seguramente de alguna intención desestabilizadora superior. De todas maneras no he de sacar conclusiones que corresponden a otro nivel, pero es de mi opinión que no es seguro el origen del material, o si es de autoría del sujeto que nos ocupa. Contando ya con la asistencia estratégica de la Junta de Seguridad y habiéndoseme encargado continuar con la tarea de redacción, paso a transcribir lo más significativo de los originales encontrados y un primer análisis pertinente. Del cúmulo de papeles lo que más llama la atención para darle prioridad, es un escrito mecanografiado que lleva por titulo “Tesis de Enero de 1993” en donde se dice “..... viendo ahora las cosas con perspectiva, el período que va más o menos de 1905 a 1980, significó un avance de la revolución democrático burguesa a nivel mundial, lo que más caló en los pueblos y naciones dependientes, fue la lucha por la autodeterminación y la independencia económica y política, en procesos, muchas veces o absolutamente siempre de carácter burgués sin clase burguesa, tomando el lugar de esa clase (quién los llamó) grupos militantes que van desde ‘militares patriotas’, pequeña burguesía intelectual, místicos religiosos, nobles feudales, sectores empobrecidos de oligarquías locales, agentes comerciales de potencias emergentes, etc., emprendiendo tareas liberadoras, ‘Movimientos de liberación nacional’ que para la Internacional Comunista debían ser entendidas según los textos de la ‘Cuestión Nacional’ de José Stalin, movimientos todos entramados en la lucha por el predominio de las potencias hegemonistas y el tironeo de las demás....” anotamos que todo este párrafo señala un intento de volver a pensar de esta gente aquí tabicada y
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que Olivera no tiene mal olfato en dirigir sus investigaciones o en hacer su propio juego, indudablemente estamos ante un nuevo intento de comprender la verdad sobre el berenjenal en que se han metido, toda esta gente, al no considerar la caída del Muro de Berlín como algo inherente a ellos mismos derrotados, si no como una cuestión del imperialismo, continúa diciendo el documento que “... los procesos chinos terminan en un aspecto meramente burgués antidemocrático, dirigido inevitablemente por el mandarinazgo ancestral de esa nación feudal aunque no coronado en imperialismo como sucedió en la URSS, en que la revolución democrático burguesa, antidemocrática y dictatorial, devino en imperialismo esquilmador y belicista, en donde todavía está por verse cómo la Gran Madre Rusia, descaradamente (Putin) acomoda los tantos y le rejunta nuevamente la cabeza a todos los polluelos, ya sin ninguna necesidad de simular algún carácter, digamos redentor del proletariado, y de los pueblos del mundo uníos, quedando en Cuba la última mentira que les queda...”, notable imaginación tienen estos desconocidos muchachos, que hacen y deshacen el universo con tres plumazos y nosotros como grandes sabios tratando de interpretarlos, ya me estoy dando vuelta yo también, pensando demasiado en lo que hago,... “es así que no se comprende, continúan, el carácter revolucionario que tuvo la política del presidente Menen y sus sucesores al poner a la cabeza la libertad de comercio y la total desregulación económica, la liquidación de las trabas feudales y semifeudales, los privilegios sectoriales, pasando en limpio el verdadero carácter del dominio y cual es el curso inevitable de la crisis (esto ya es increíble) Menen no hace más que poner en práctica el Manifiesto Comunista de Carlos Marx. Menen, expresión rediviva de Manes o Maniqueo, cuando éste dice que mediante la explotación del mercado mundial, la burguesía ha dado un carácter cosmopolita a la producción y al consumo de todos los países
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con gran sentimiento de todos los reaccionarios, ha quitado a la industria su base nacional. Las antiguas industrias nacionales han sido destruidas y están destruyéndose permanentemente. En lugar de las antiguas necesidades, satisfechas con productos nacionales, surgen necesidades nuevas, que reclaman para su satisfacción productos de los países más apartados y de los climas más diversos. En lugar del antiguo aislamiento y autarquía de las regiones y naciones se establece un intercambio universal, una interdependencia universal de las naciones. Y esto se refiere a la producción material como a la producción intelectual. La producción intelectual de una nación se convierte en patrimonio común de todas. La estrechez y el exclusivismo nacionales resultan de día en día más imposibles; de las numerosas literaturas nacionales y locales se forma una literatura universal” (es notable el interés de Carlos Marx por la literatura, como si fuera el fin último, en semejante anuncio de esquilmación de las economías populares de todo el mundo, encuentra como panacea una literatura mundial, o una literatura universal) siguiendo con el informe, después de la larga cita, concluyen diciendo que lo que permanece innegable es el carácter revolucionario de la burguesía, aún en su tiempo imperialista, incluyendo el revolucionarismo proletario, que aún no puede desencajarse de su carácter burgués, en todos los viajes de ida y de vuelta “hacia el socialismo”, de revolución dentro de la revolución, rectificaciones de izquierda, rectificaciones de derecha, bombardeo al cuartel general, revolución cultural proletaria, en que el espectro fantasmagórico de la burguesía flotaba, a la vez que manda la revolución científica y técnica, como siempre lo ha hecho desde que la inventó. (Continúan escribiendo, aparentando contradicciones)........ se puede adelantar que la actual etapa histórica, no está signada por la derrota del socialismo, si no por el retroceso de la revolución democrático burguesa (ja, ja,
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ja, ja) y el avance del fascismo con apariencias democráticas, aún en los países centrales, en donde los monopolios imperialistas son amos y señores de catadura feudal, por encima de los estados nacionales, sumiendo en la explotación más infame a sus propias masas, que antes recibían las migajas del festín por el temor de la patronal al comunismo, es así, que ahora, son cada vez más explotadores de sus obreros, campesinos, pequeños, medianos e inclusive grandes capitalistas no aggiornados, empobreciendo continuamente a las clases medias de profesionales, científicos y técnicos, empujándolos por el camino de la “frugalidad japonesa” y particularmente a los jóvenes que no encuentran lugar entre las fuerzas productivas, a no ser como eventuales y en las peores condiciones de ser sospechados en la marginalidad de las grandes ciudades, sin contar con la gente de otras nacionalidades, que son pasto nuevamente del racismo y chauvinismo fascista y víctimas de las fuerzas de choques armadas, precisamente entre los marginales nacionales que son representados como las víctimas más sensibles, éstos segregados extranjeros, hacen los trabajos que no quieren hacer los nacionales que aún tienen asistencia social (estos zurdos se ocupan ahora de defender a los patrones y están con Carlitos), ¿quién puede entender a esta gente que usa el Manifiesto Comunista para defender a su amigo? ¿o lo quieren hundir al presidente endilgándole cosas? gente peligrosa, el sujeto está muy comprometido en historias muy antiguas y literarias y siguen con una serie de interrogantes incoherentes ¿ha sido nacional alguna vez la burguesía en algún país? además de ser una banda de ladrones contrabandistas usureros, más o menos en la legalidad más o menos en la ilegalidad peleándose entre ellos mientras involucran a toda la sociedad, y subordinando al conjunto, claro esto en el lenguaje de Marx, según la literatura de Marx, esa es la definición de una clase en sí, es decir de la ficción descripta “científica-
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mente” por Marx y Engels, relato continuado por Lenin y Stalin, del “proletariado” inventado por Maximo Gorki, el hijo de La Madre, que viene a ser primo de Emilio Zola y sobrino de Fedor Mijailoivich Dostoievsky, el personaje central de la revolución leninista, el prototipo que siguieron generaciones y generaciones de militantes en todo el mundo, era la mística de la revolución proletaria, lo subjetivo que deviene en objetivo armado, consciente y contundente con propósito de poder absoluto, muy contundentemente burgués, como tal contundente del nacional socialismo ¿alguna vez existió el proletariado en sí o para sí, independientemente de sus anunciadores intelectuales? ¿o es simplemente una categoría angélica como la burguesía?. Garcia metió la pata, le fue a contar a General toda la historia que estamos haciendo antes de que la pudiéramos cocinar a punto, se me complicó la cuestión del manejo de la información, ya nos interfieren los intereses creados, la patológica amistad del General con Olivera es una forma de aproximarse a Susana, el amor despechado del jefe, no existe ninguna inteligencia donde hay amor, me dan ganas de invitar al sujeto a tomar un café y despacharle toda la conspiración, no lo hago por que no tengo ganas de darle el gusto de la literatura, es evidente la falta de seriedad que padecemos, no es posible guardar ninguna forma. La Junta de Seguridad se va a morir de risa, naturalmente ya estoy desafectado ante ella y el relato que sigo se convirtió en algo personal, para mi archivo o para las memorias de un frustrado relator de inteligencia inteligible. La situación puede ser crítica para alguno de los implicados, con la aparición del Movimiento Monárquico Nacional, que se muestra por primera vez cuando vino el presidente a Eduardo Castex, y se tiraron panfletos apoyando una constitución monárquica y el encumbramiento dinástico de la familia.
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Los de la Coordinación Federal dicen que los que tiraron los volantes monarquistas son de los servicios secretos de un reino árabe, lo comprobado al cien por cien es el trabajo de la gente del Califa de Samarcanda, parientes en línea directa de las familias que rigen nuestros destinos, el Jeque Amed-El-Barud de Ankara, sabio musulmán del siglo nueve, había predicho la instauración de nuevos reinos allende los mares, los llamados reinos de Comegalla, en la culminación de la hégira de los chips y venturas teledirigidas, según los analistas de los federales,........... él y su gente, sabe que su carta de triunfo es la estabilidad, o por lo menos el dibujo de la estabilidad, que cree la gente está disfrutando, porque operan terroríficamente sobre el recuerdo de lo que fue la crisis del noventa, la llamada hiper, es que así prefieren la sacrosanta estabilidad de los cementerios del uno por uno, que es un saqueo sistematizado, en que uno puede saber con un año de anticipación cuando se va a quedar sin empleo, perder la casa, tener que entregar el campo al banco, cuándo no habrá más remedio que suicidarse, antes o después de liquidar a toda la familia a los tiros o por hambre, ésta seguridad tan apreciada que tiene la gente en Argentina...... estos están provocando al gobierno y haciéndole mala opinión... Después se ponen sistemáticos historicistas al definir que el Proceso de Reorganización Nacional para una democracia que merezca ser vivida, como dijo el Teniente General Videla, (sic) vive actualmente en su etapa democrática, su cuarto período, contando un alfonsinato, dos menematos.... bueno, siguen criticando al pacto de Olivos, que reglamenta el sistema alternativo de gobierno con que los dueños de la deuda concesionan... por función de manipulación mediática,... terror económico... operaciones psicológicas... entendimiento de la idiotez argentina, bueno esto ya es insoportable. Por acá hay un artículo que titulan, “La crítica de la
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crítica crítica”, en donde está escrito que recrear la crítica, es recrear el pensamiento para hacer un nuevo mundo, para el hombre nuevo, que si vivimos una crisis actual, esa es la crisis del pensamiento, por lo demás nada hay nuevo por debajo del sol, en todos los desbarajustes que desajustan el mundo (sic), bloques, países, sociedades, bolsas, mercados, pobresricos, ricos, pobres, hijos y entenados, “todo lo sólido se desvanece en el aire” como está escrito en el Manifiesto Comunista, en 1870 la situación estaba más o menos así, en 1920, en 1946 y aún antes en 1815 después de la caída de Napoleón. El cambio del lenguaje y de las reglas de juego han dejado mal parado a más de uno, el universo ha sido pasado en limpio a través de la mugre y de la sangre que le contiene, la crisis del imperialismo está desbarrancada es de infinita resolución y su única salida es la guerra, el problema es que fuera del imperialismo no hay nada más que discursos gastados, entonces tarde o temprano es la guerra, de manera fragmentada, local, subterránea, no declarada, de baja intensidad, media, alta secuencia, declarada, relámpago, tormentosa, “la santa alianza vela por nosotros muchachos” (¿quienes son los muchachos?) preguntás a los somalíes, iraquíes, bosnios, afganos, azerbaijanos, chiapeños, colombianos, croatas, haitianos, (hartante se está poniendo esto ¿no, Garcia?) continúan diciendo que la cuestión de la cultura es fundamental, es decir la cuestión del lenguaje y toda la cultura es lenguaje y el lenguaje es pensamiento, por lo tanto hay que inventar una nueva realidad crítica..... (no entendemos nada con Garcia, no continuaremos con esto definitivamente, esto no es peligroso para nadie, no creo que pueda ser entendido por nadie, tendrán que aclarar las ideas “muchachos”............) Garcia se fue el otro día a dormir la siesta con su novia a la casa del sujeto y revolviendo con más prolijidad encontró nuevos elementos reveladores, que se nos pasaron cuando dimos vuelta todo el bulín.
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Encontró el número cero de la revista “Pampa Salvaje”, revista ilustrada y literaria dirigida por Nando Caballone y Chincul Elmono, dicen en la editorial y presentación, que en la época de la computación, pretender hacer una revista a mano y sin saber, pareciera un despropósito, realmente es un despropósito........(sic) (!!!!!!!!??????) y además si se la hace poética y prosaica a la vez..... la temática es amplia como el cielo y escurridiza como el viento. El viento es la musa desconocida y metafísica de por acá, a pesar de que a nadie le gusta el viento es esencial, además y tal vez por ello, movedor de molinos, corredor de médanos, mandante de humores, dibujador del hemisferio patrio. La metafísica es una preocupación, no nos queda más remedio a esta altura. Hoy se nos ocurre que el infinito es tan sólo un supuesto metafísico, por nuestra incapacidad de una noción absoluta de la verdad, del espacio, del tiempo, de la velocidad, del amor, y qué bueno es no tener una conciencia absoluta, el problema es de los que creen tenerla (sonamos, dice Garcia, nuevamente con la filosofía, pero eso tiene jugo de interés, le digo, por primera vez tenemos entre manos algo concreto, que alguien quiere hacer, como una revista, aunque sea el número cero), continuando con la editorial, escriben: esta revista Pampa Salvaje, es una revista intelectual, que responde a los intelectuales, que asume la intelectualidad y su historia universal, la que sin duda es la historia de la humanidad, no todo es vigilia la de los ojos abiertos, el poder de la ensoñación, la conquista por la belleza son enunciados de Macedonio Fernandez..... en todo caso la metafísica es la otra punta de la utopía..... (continúan afirmando los sujetos) en el tramo intermedio estaría la filosofía, aunque se pueden reconocer muchas realidades metafísicas, como utópicas y filosóficas, todas las cuales fueron y son, parábolas literarias.
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Hemos asistido a la muerte de Dios a la muerte de la filosofía a la muerte de la historia (continúan) Siempre encontraremos un mercader asesinando, que no soporta un ejercicio comercial más ante tamaña competencia. Próximamente hemos de asistir al asesinato del amor, transmitido vía satélite urbi et orbi, aunque del caos se hizo la creación, siempre será así. Como siempre habrá un fin del mundo. Parte de la división internacional del trabajo. Los sujetos editorialistas, continúan manifestando que: no nos interesan la cuestiones culturales de estado. No nos interesan las “identidades”, ni los “perfiles”, meros sofismas necesarios para el asentamiento de la “legitimidad” del estado, que hace basa a partir de las cuestiones fronterizas, de tan vieja data feudal, como viejo es el feudalismo español que nos antecede. El localismo, regionalismo, nativismo, es la línea feudal de los patrones y de los dueños, cultores de la miseria y del atraso y por sobre todo de los que son dueños y patrones del estado “de la cosa pública” necesitados de escribas, escritores, pintores, cantores, animadores políticos y televisivos, siguen escribiendo por el derecho a nuestra pobreza, teorizada como paradigma, es convertir la miseria y la esclavitud en un derecho, creemos simplemente una infamia, dicen después de la identidad es un problema psicológico individual de quienes la padecen, ser argentino o mundial, es simplemente inevitable, aun en la conciencia dolorosa del enfeudamiento que padecemos (hoy he advertido la desaparición de los documentos que le secuestráramos al sujeto la primera vez que irrumpimos en su domicilio, cuando se había accidentado en el partido de fobal, también parte de los papeles que nos trajimos la segunda vez, que yo tenía sobre mi mesa de trabajo, menos mal que el
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número cero de la Pampa Salvaje estaba en mi portafolios. El otro día, cuando Garcia pasaba por la puerta del despacho del General, escuchó una conversación entre este y el sujeto, en que era evidente la insubordinación y los malos modales, increpando al jefe, se explican así las interferencias que estamos sufriendo en nuestro trabajo) continuando con la trascripción de la presentación de la revista, hablan de que suponer el fracaso de las ideologías o el fin de la historia, es como pretender explicar el fracaso del Dios porque no se produjo el Juicio Final ni la resurrección de los muertos en la época de la bestia, cuando los cristianos primitivos creían que la bestia era el emperador Nerón, (siguen con el tema de los intelectuales, ¿qué tendrá que ver?) negar a la intelectualidad es negar el pensamiento humano, el sentimiento humano, la poesía, la magia, aún la ciencia y la religión (qué mezcla que hacen), como que son el resumen vivo de la sabiduría, el pensamiento y el sentimiento que sale del común de la gente y ellos privilegiados simplemente por las musas (!!!!!!!!!!!!!!!¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡???????????¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿) y la posibilidad del ocio creativo y gozoso, aún a costa del hambre y de la enfermedad. (En una de las paredes del Club All Boys, está escrito: “ya no importa lo que importa la locura ya pegó”), la disolución, la esquizofrenia, es una preocupación, “del caos nace la creación”... (estaba trabajando de lo más tranquilo con el material incautado al sujeto Olivares u Olivera, cuando encuentro dobladito un volante de propaganda impreso por mimeógrafo, con una serie de enunciados programáticos, y además firmado, dice el panfleto: El lenguaje crea la realidad El lenguaje del poder es inapelable La única manera de libertad posible es la ruptura permanente del lenguaje La literatura sabe esto desde siempre Otra gente debe aprender este detalle
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El lenguaje revolucionario es lo que va creando la realidad revolucionaria Por lo demás, la historia de lo concreto y de la verdad es otra cuestión Está firmado por el Partido de la Dulce Armonía Celestial) Por fin encontramos algo que no se nos escurre entre los dedos, esta gente tiene un evidente propósito político, ese Partido de la Dulce Armonía Celestial debe ser la orga en que milita Chincul Elmono, Nando Caballone y no sé si Olivera. Después de la digresión obligada por el panfleto encontrado, sigo con el plan de análisis de la revista Pampa Salvaje, el artículo titulado “Presentación de una muestra” es ilustrativo de lo vago y degenerados que son todos los artistas, literatos, etc. con su caradurismo, para decirlo francamente y además con la gran confusión de ideas que tiene en la cabeza, escriben: Esto es arte desconstructivo. Esto no es arte constructivo como lo pretenderán ver algunos. El desconstructivismo es simplemente orgánico, instintivo, orgásmico. Tal es así que el desconstructivismo no existe taxativamente como escuela reconocida por los críticos locales, hacemos un arte tenebroso como expresión de la época en que vivimos, este es el arte del tiempo de la ignominia, de una ruptura regresiva en el sentido de la solidaridad, la feudalización creciente y el aislamiento de las personas. Este arte toma formas expresivas y lenguajes que son figurativos y no figurativos en lo que es la plástica, que rompe con la retórica, porque no quiere orientar a nadie, buscando simplemente la luz, si es que está buscando algo. Hemos de fundar una escuela de arte, que se intitule:
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“Tenebrosa”, que sea tan ficticia como cualquier otra, con la primera afirmación hecha, la reafirmaremos en la ficción literaria, se puede decir que el método de este nuevo arte, es el método de la creación, “eran las tinieblas y se hizo la luz” haciendo las cosas frescamente, desde las tripas, conchas, bolas, pijas, ovarios, culos de todas las entrañas que te turgen y fruncen al ritmo del sentimiento que refleja la vida, simpleza profunda que es hasta ridícula plantearla en un intento de teorizar el arte, la teorización del arte es una defensa de los artistas y una función de la crítica, que quiere orientarlo desde el poder para el punto de vista de los negocios y del consumo como un bien suntuario, una zanahoria para los artistas y un trabajo para los filisteos del arte (en él día de ayer, personal de maestranza estaba sacando los muebles de la oficina de Olivares u Olivera, recién me avisan que para mañana me desalojan de mi lugar, que debo presentar un listado reservado de toda la documentación cifrada en mi poder, de todas maneras ya estoy terminando), continúan con la teoría del arte, que dicen, es una serie de novelas autobiográficas, como es la filosofía y la historia en general. El nuevo arte debe ser orgásmico, salvaje y revolucionario, lo que nada tiene que ver con el bordado ni con la filatelia. Los artistas verdaderos son testigos y testículos de nuestro tiempo, lo que no es “arte militante”, ni cosa de los llamados “trabajadores de la cultura”. La originalidad, o la idea pretenciosa de hacer arte original es una vanidad, el proceso de la creación es memorioso, resultando siempre de un bricolage, una recomposición de restos anteriores en el proceso dialéctico y general de la cultura humana. La cuestión del talento y de la creatividad, nada tiene que ver con la originalidad, la libertad expresiva es lo que hace a la creatividad, libertad que no es dada por nadie, si no que es simplemente tomada soberanamente por el artista de manera universal, le guste a quién le guste y se cague quién se cague sin ningún bene-
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ficio de factura. El dolche far niente, la exaltación al ocio creativo es una gran preocupación que tenemos (qué vagos que son estos, tendría que venir el comunismo, así trabajarían a los palos) sin ocio creativo no hay arte. “El trabajador de la cultura” nunca va a poder hacer una obra de arte, en tanto trate de hacerla trabajando como trabajador forzado, y todo trabajo es forzado (¿por qué tienen tanta seguridad en lo que escriben, esa enunciación numérica de sus razones contundentes? ¿qué es lo que saben, qué pueden o deben hacer otros distintos a ellos si no es dentro de una ideología? ¿qué propósito de poder esconden en las palabras de supuesta libertad, enunciándolas como latigazos?) (estaba en forzado, y todo trabajo es forzado), el hecho artístico nada tiene que ver con el trabajo, si no con el goce, aún en las condiciones más miserables que las del trabajo, aún entre la locura y la muerte, a pesar de que digamos que estamos trabajando en una obra de arte............ (bueno, hay mucha más tela para cortar, pero esto se me está haciendo insoportable y no estoy de humor, ayer lunes me han sucedido dos cosas desagradables, debí desalojar definitivamente mi oficina y Olivera me esperó a la salida, literalmente me cago a trompadas, la guardia de la jefatura tuvo que intervenir para separarnos, estamos los dos sumariados y bajo arresto. Me decía, hijo de puta querías robar mi novela, hijo de puta te la voy a dar!!!!!!!!!!)
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Este libro se termin贸 de imprimir en Servigraf en el mes de marzo de 2014. servigraf2@gmail.com josemunioz@yahoo.com.ar
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