Cuentos para gente que viste de negro

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Cuentos para gente que viste de negro Por Barnabas LIBRO EDITADO POR “TEMPLO LA NOVENA PUERTA” LA IGLESIA SATANICA DE ANDALUCÍA

RESERVADO TODOS LOS DERECHOS: Este libro puede ser reproducido por cualquier medio, electrónico o mecánico incluidas las fotocopias. Con la única condición de no agregar ni quitar nada, respetando el derecho del autor de propagar su obra. Queda prohibido tanto el desmontaje, o alteración de dicha obra así como la comercialización, por cualquier medio de la misma, sin contar con el consentimiento de autor. Para cualquier duda consultar al autor: alfayaram666@yahoo.es

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*** Diseño de portada realizadas por José Cadaveria *** (El chico de la foto de la portada es Janyth bajista del grupo “Insane Machine” de Barcelona.)

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INDICE: -Prologo - Licántropo - El Potrero - Vampiro - Los finales de los últimos hippies - El Machi - El cadáver - El Fin del Mundo - Fantasma -La Granja de los Farias -Tinnitus -“Sábanas con rostro” 4


Prologo Me pide Barnabas que le escriba un prologo, para el presente libro “Cuentos para gente que viste de negro” ni que decir tiene que para mí es todo un honor sobre todo porque personalmente a mí siempre me ha gustado la gente extraña. Tan extraña como este bello y terrible mundo. Cuando le pregunte a Barnabas cuál sería el título del libro y me dijo: “Cuentos para gente que viste de negro” pensé: -¡Joder! A Barnabas lo de poner títulos no se le da nada bien jejeje- incluso ya que me iba a encargar yo personalmente del diseño del libro y de las ilustraciones pensé en cambiarlo, pero luego medité; el titulo no tenía nada de increíble pero englobaba en sí mismo una comunidad grandísima, muchos de los lectores al leer el titulo habrán pensado casi con seguridad en los Góticos, pero esta comunidad no es ni mucho menos la única que viste de negro, no hay que olvidar los Roqueros, los Punk, los Heavy, los satanistas, los que visten de negro por pura filosofía, los que visten de negro porque piensan que les sienta bien, los que visten de negro por moda, o para esconder y disimular su prominente 5


barriga (con estos últimos me siento muy identificado), las viudas, las solteras, las chicas sexi, incluso los curas y las mojas visten de oscuro negro, como ven el espectro es muy amplio, porque verdaderamente a casi todos nos gusta una buena historia de terror y todos nos sentimos identificado por el lado oscuro de las cosas. No quiero decir con ello, que deseemos que pasen cosas malas constantemente a la gente, pero si, disfrutamos de ese sano morbo por los asesinatos extraños y los hechos sobrenaturales que ocurren en la ficción, aun que por desgracia, a muchos les provoca la misma o mayor satisfacción la que se produce en el mundo real… Pero eso, ya es otra historia. Barnabas es uno de estos seres tocados por la divina capacidad creativa, él ciertamente es su propio y verdadero dios, en la medida que es capaz de reflejar en sus cuentos sus fantasías más delirantes inspiradas por los miedos del mundo real y encarnados en los cuerpos de los personajes de sus cuentos. Es increíble el pensar que persona con semejante talento, pueda ser al mismo tiempo tan generosa distribuyendo su obra en el vasto océano del internet. Cosa que no se podría decir de otros 6


consagrados escritores que no le llega ni a la suelas de sus botas. Es un tesoro para los amantes del género que aun quede gente así, personas con verdadero talento que no dejan sus obras que se pudran en un cajón por no haber podido publicarlas. Prepárense para sentir el miedo. Miedo con acento chileno –Puede que hoy desgraciadamente, los chilenos sepan más sobre el horror- . Se abren las puertas o la tapa de esta página prepárense una vez más, para enfrentarse con el absurdo placer, que el terror nos provoca. Quizás muchos de los lectores cuando se sumerjan en las tinieblas de tinta negra que embadurna estas páginas, lo aprecien tanto como para hacerle un hueco en el mundo material ¡¡Imprímanlo!! O se arrepentirán. ¡Que lo disfruten!!Por: José Cadaveria

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Licantropo.

Juan M, vivía desde hacía más de dos décadas solitariamente en el bosque que colinda con la playa de Llo-Lleó en el puerto de San Antonio. Si bien el “viejo Juan”, o “el viejo del bosque” como también se le conocía, en especial entre los niños que jugaban a diario en aquel bosque, bastante extraño por lo demás ya que por estar a metros de la playa, en el bosque aquel no hay hierva sino arena , era conocido por todos en la zona, incluso en puertos y caletas vecinas a las que de cuando en cuando se acercaba ya a vender pesca ya a trabajar en ella, era muy poco lo que la gente podía decir sobre él, aparte del hecho evidente de vivir solo, sin luz ni agua potable en una inmunda especie de cabaña que el mismo había levantado, era también de vez en cuando comentado la excelente calidad de los peces y mariscos con los que comerciaba, cuando los demás pescadores del puerto, incluidos los grandes depredadores extranjeros, con sus fortalezas flotantes y sus radares satelitales para detectar cardúmenes no 8


sacaban más que jurel o la ahora de moda reineta, pez que antiguamente solo se ocupaba para carnada y ahora se vende a precio de oro, el viejo Juan aparecía con enormes corvinas, coginovas e incluso con la ya casi extinta sierra, o cuando la mar estaba muy revuelta para salir a pescar o mariscar, el igual llegaba con canastos llenos de almejas, choritos, jaibas y otros frutos del mar, como picorocos, piures e incluso el vedado loco, siempre tenía excelentes ventas ya que sus productos también eran excelentes y verdaderamente los restaurante de la zona se los peleaban, a pesar de los dineros que ganaba a el le importaba un rábano no tener luz, ni agua, ni otras comodidades, siempre andaba con las mismas prendas, y tenían que estar cayéndoseles a pedazos para que se diera una vuelta por las ferias libres o en la ropa “americana” y se comprara a precio vil algún pantalón desteñido o alguna camisa de franela, se decía que era un avaro, que dormía bajo un colchón lleno de plata, infundió que se le cuelga la verdad a cuanto viejo o vieja algo excéntrica en este país, además los ladrones del puerto más de alguna vez registraron de pies a cabeza la covacha del viejo Juan, ya que este a lo más pasaba un alambre oxidado entre la puesta y el 9


dintel de esta, encontrado solo algunos restos de comida en la mesa, velas y el poco de ropa que el viejo manejaba, eso si, los jóvenes delincuentes quizás algo arrepentidos o avergonzados de andar prestando oídos a cuentos de vieja, dijeron que a pesar de la pobreza franciscana del cuartucho, este estaba impecablemente limpio, e incluso con “olorcito a incienso” ya que al parecer el viejo de vez en cuando encendía algunas varillitas de este, pero para no dejar al viejo con estampa de poco menos que de santo anacoreta, dijeron que en la parte trasera que las hacía de patio, entre unos cordeles que el viejo tenía a modo de tendedero, donde se secaban unos tristes calcetines zurcidos, había una cantidad considerable de botellas de vino de tres cuarto y no precisamente del barato, explicándose así según ellos el destino de los dineros que ganaba el viejo Juan, con el tiempo fue la explicación que adopto la población de Llo-Lleó, quedando a demás de pasada el pobre viejo con el estigma de ser un borracho más, la verdad si la gente se hubiera fijado más, abría descubierto que el viejo Juan solo aparecía con su excelente pesca solo después que se le terminara el dinero que ganara, lo que perfectamente podía ser un mes o 10


más después de su última venta, pero la gente no es dada a razonar en forma lógica. Lo que en verdad debiera a ver llamado un poco más la atención era primero como hacía el viejo para obtener sus productos, aunque los viejos pescadores que lo conocían de siempre decían que los viejos como ellos podían “oler” las mejores presas, era raro que ninguno de ellos lo hiciera, solo al parecer el viejo Juan podía, lo otro es que nadie nunca se preguntaba porque el viejo siempre desaparecía cuando había el ciclo de luna llena. En esta parte del relato, es menester dejar en claro que Llo-Lleó es un pueblo tranquilo...., muerto quizás sea mejor expresión, a lo más ocurrirán las raterías de algunos adolescentes demasiado aburridos, que casi más por diversión que necesidad, perpetran uno que otro asalto o robo, los que por lo demás siempre eran aclarados porque son los mismos de siempre quienes los cometen, pero esto cambia diametralmente en los meses de verano en donde la población flotante se quintuplica, obviamente los delitos aumentan y son claro perpetrados por delincuentes de la capital que también salen a “veranear”, sin embargo, hay un hecho que se destaca cada tanto en Llo-Lleó , cada 11


cierto tiempo aparecen cuerpos de personas muertas a “mordiscos”, “dentelladas” más bien, aquellas muertes siempre eran achacadas a las verdaderas jaurías de perros vagos que deambulan en los cerros y cada tanto la Municipalidad les da caza, pero siempre su reproducción unida a la desidia de las gentes las que nunca esterilizan a las perras que tienen por “mascotas” y la costumbre inveterada de criar los canes sueltos hacen imposible su exterminio total, únase a esto la incompetencia de las policías que nunca investigaron en profundidad aquellas muertes, ya que siempre afectaban a vagabundos borrachos, pobres tipos los que a lo más tenían en estas espantosas muertes unos días de “popularidad” en sus tristes vidas, ni el hecho de presentar incisiones de colmillos más grandes que el común de los perros nunca les llamo la atención, simplemente se recogían los restos y en general terminaban en la fosa común del cementerio local dando por terminado el asunto ahí, solo las veces en que el cadáver era de algún o alguna veraneante la cosa se investigaba “mejor”, más que nada por presiones de los comerciantes que no querían que el balneario fuera calificado de “peligroso”, pero al final de todo se le terminaba achacando la culpa a 12


los perros vagos hambreados y luego de matar a unas cuantas docenas, la cosa se olvidaba. Ni policías ni la prensa local se fijaron nunca en el detalle de que aquellas muertes sucedían siempre en los periodos en que la luna estaba “llena” , ni que en los contados casos en que habían personas cerca del lugar en donde se encontraban los cadáveres dijeran haber escuchado “aullidos” que por lo prolongados no les perecían precisamente de perros..., si en Chile hubieran “lobos” quizás estos animales fueran los mentados en vez de los perros, menos que como dijera antes, se hablara de que el viejo Juan no estaba nunca ubicable cuando la luna estaba llena en el nocturno cielo portuario. Y siguió el paso inexorable del tiempo y pasaba el verano y todo volvía al ritmo cansino de siempre, y las muertes aquellas también bajaban, hasta desaparecer en algunas temporadas, y claro nadie asociaba este hecho a que el viejo Juan anduviera vendiendo sus productos en otras zonas del litoral, ni menos que hubiera luna llena cuando ocurrían, en estos otros pueblos las muertes eran achacadas a ladrones ya de gallinas o de conejos, animales que desde siempre la gente a criado ya que no van a pasar comiendo pescados o mariscos por muy 13


baratos que puedan adquirirlos por vivir en zonas de su extracción y claro también las gentes crían perros a destajo en aquellos parajes..., y un ladrón menos a vistas de los “ciudadanos honrados” será siempre un ladrón menos, y así, encima la gente adquiría más perros ya que se veía que “cuidaban” bastante bien. Y quizás nunca nadie hubiera llegado a sospechar del “viejo del bosque” si no hubiera sobrevivido una de las que casi fue su víctima, un lugareño de unos veinticinco años de nombre Segundo C, quien una noche oscurísima de invierno, de esas que solo se dan en los pueblos costeros en las que la negrura, el frío y el viento hacen permanecer a todos en sus casas pegados a las estufas o en sus camas bajo un cerro de frazadas, había salido este joven bien abrigado por tener una cita con su novia, por lo demás a los veinticinco bien podía Segundo reírse del frío y el viento, añádase que era noche de día Sábado y una noche de día Sábado para un joven da igual si nieva, truena o relampaguea, por último Segundo sabía que su novia quien estaba sola, en su cama le quitaría todo el frío que pudiera coger camino a su casa, pero para no resfriarse se dijo Segundo, 14


prefirió ir acortando camino, así encamino sus pasos por el bosque en que vivía el viejo Juan..., cuando sus profundas heridas cicatrizaron no así las psicológicas, Segundo pudo susurrarle a la policía, ya que sus cuerdas vocales quedaron para siempre dañadas, que esa noche al ir caminando fumando un cigarro, de pronto el cielo se despejo producto de una fuerte ráfaga de viento, y la luna llena alumbro el nublado cielo, fue tanta la claridad que Segundo hasta pudo armar un pequeño ramo de flores silvestres para su novia, y en eso se encontraba cuando la sangre se le congeló unos segundos en las venas al escuchar un prolongado aullido de según dijo tendría que haber sido de un “lobo”, pero lo más horrible para el fue que le pareció en ese momento distinguir reminiscencias de tonos “humanos” en el espantoso aullido. Fue, dijo Segundo, cuando aterrado se volvió a mirar al sitio de donde creía venía el aullido, que vio, que se le venía encima a un ser peludo, de largas orejas puntiagudas con un gran hocico abierto lleno de dientes , con un rostro de lejana semejanza humana y que se le aferro con fuerzas hercúleas a su cuello con unos peludos brazos de enormes garras, solo el hecho de que el ser le 15


considerara muerto y le abandonara le salvo..., la verdad casi muere, sino fuera porque tuvo la suerte de que otro par de trasnochadores que deambulaban por las cercanías se acercaran atraídos por los gritos que alcanzo a emitir ,hubiera muerto al poco rato desangrado. Ahora meses después del hecho Segundo dio la descripción del ser, y cuando todos le creían trastornado por su experiencia, Segundo dio el detalle que guió a los detectives (de la capital por cierto) al viejo Juan, dijo a los detectives Segundo que aquel ser apestaba a “pescado” y Segundo nacido y criado en el puerto, especifico que el olor era el del “lenguado” , pez rarísimo en esas temporadas en las costas de San Antonio..., los detectives por primera vez registraron el bosque de cabo a rabo y lógico dieron con la casucha del viejo Juan y en el patio trasero encontraron varios cajas llenas precisamente de “lenguados” , una cosa llevo a la otra y al revisar la casucha del viejo Juan, encontraron algunas prendas casi podridas y desgarradas que al ser sometidas a los análisis resultaron pertenecer a alguna de las víctimas de “las jaurías de perros” , para rematar al escarbar por las cercanías se encontraron algunos huesos sobre todo dedos y un fémur..., al viejo Juan se le termino 16


por declarar “loco” en el juicio que siguió a estos hechos, pero el viejo no alcanzo a pasar un día en el loquero, ya que a segundos de escuchar su sentencia se abrió el cuello con una lapicera afilada en la punta que nadie nunca supo de donde la habría sacado y escondido , a pesar del seguro horrible dolor que debió sentir al casi degollarse con la pequeña lapicera, dicen que en su rictus podía apreciarse claramente una gran sonrisa..., que algunos interpretaron como de “alivio”. Llo-Lleó actualmente sigue como siempre, muerto en invierno y despierto en verano, y si bien las extrañas muertes cesaron por muchos meses, pensando todos que el autor se pudría en la inmunda tumba en la que le metieron, en el rincón más sucio y olvidado del cementerio local, este nuevo verano, han comenzado nuevamente a aparecer cadáveres mordidos en sus cuellos salvajemente, y claro nadie nota que Segundo C. a sufrido cambios notables en sus costumbres, se ha vuelto taciturno y solitario, termino su relación con su novia, renunció al “excelente” trabajo que tenia, era guardia de seguridad en el único “mall” de la zona, para dedicarse a pescador y mariscador independiente, tomando casi el mismo ritmo de vida 17


del extinto viejo Juan ya que también el logra excelentes presas que también vende a buen precio a los restaurates de la zona, claro que todo el mundo achaca estos cambios a su traumática experiencia, pero no deja de ser curioso que Segundo se halla apropiado de la casucha del viejo Juan y viva ahí, solo sin luz ni agua potable, obviamente nadie tampoco se extraña que en las noches de luna llena nunca este ubicable..., al igual que el viejo Juan. FIN

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El Potrero… La verdad, nadie puede pretender conocer a fondo lugar alguno, incluso el lugar en donde vive y menos aún en estos tiempos, en donde ocurre un constante e incesante trajín humano, siglos atrás podía una persona nacer y morirse tranquilamente sin haberse movido en su vida de su pueblo natal, hoy en día ya resulta a veces difícil saber que nacionalidades tienen las personas con quienes nos topamos en las calles, felizmente en Latinoamérica este fenómeno no es aún tan notorio, en otras partes ya ni los nacionales saben quienes son exactamente sus compatriotas. Imposible resulta entonces pretender para cualquiera que llegué a algún lugar en el mundo saber que había antes en el sitio o lo que en el habría ocurrido tiempo atrás, y mi país Chile no es la excepción en esto. La expansión de la principal ciudad, Santiago, es una prueba viviente de cómo cada día la ciudad va devorando al campo, de cómo cada día las luces y el cemento avanzan en las cada vez menores tierras de labranza. A su vez y en paralelo, van desapareciendo también los llamados “sitios eriazos”, “baldíos”, “pajonales” etc, distintos 19


nombres para describir un lugar al que aún el cemento no lo a cubierto, sin embargo estas pequeñas manchas de tierra, se encuentran en general rodeados por la ciudad que pareciera que en cualquier momento los comerá como también por regla general termina ocurriendo, se encuentran por tanto rodeadas de la maldad de las ciudades y poco a poco, con el paso inexorable de los años se les va impregnando. Así , si bien de día muchos niños, juegan elevando (cada vez menos la verdad) sus volantines y cometas, con sus trompos u otros juguetes, no es menos cierto que varios de estos niños con los años, sufrirán heridas de menor y mayor gravedad, hasta pérdida de falanges se han dado, con el “hilo curado”, o el hilo que se prepara con pegamento y vidrio molido, quedando tan afilado como cuchillo y así el que eleva con este hilo puede “competir”, cortando el de los demás, es lo que se conoce como “echar comisiones”, sin ir más lejos, se abolió su uso cuando pasaron un par de decapitaciones de motoristas que pasaron a gran velocidad justo cuando producto de los caprichos de los vientos o por haber sido “cortado” un volantín o cometa cayo en la carretera, cercenado el cuello del motorista...., así con los años uno puede perder la 20


cuenta de los “accidentes” que se han producido tanto adentro de los sitios eriazos , como en sus proximidades, aún así, debe hacerse notar que los “accidentes” ocurren de día...., de noche solo ocurren muertes. Las violaciones, asaltos, drogadicción y alcoholismo, prostitución, muertes...,todos estas cosas o causas de muerte si se quiere se dan en los sitios eriazos, pero casi nadie se percata que todos ellos ocurren en “sitios determinados” de los sitios eriazos, y lo que prácticamente con el tiempo ya nadie recuerda es que en estos lugares específicos han muerto de forma violenta una o varias personas, no creo en “fantasmas” ,pero más de un habitante en casas cercanas a estos sitios puede contar varias historias de “aparecidos” ligados a estos lugares, yo mismo sin ir más lejos a continuación relataré aquí un par de casos. Yo llegué a vivir a los seis años al que hasta el día de hoy considero “mi barrio”, en esos años aún se consideraba seguro que los niños jugaran hasta tarde en verano, y por ello fueron también muchas las noches en que me quede junto a mis amigos escuchando las historias de sus abuelas, de precisamente aparecidos, resucitados y sortilegios 21


eran la tónica de sus narraciones y encima esas cosas ocurrían en el sitio eriazo cercano a nuestras casas, así lo que nosotros llamábamos “el potrero”o “las canchas”, en esos años, nos producía un prudente temor, además con los murciélagos que veíamos salir de noche de ahí, sus diversos olores, pandillas de perros vagos, basuras por todas partes, aguas pantanosas, y por si fuera poco las abuelas de mis amigos te contaban de raptos o a los que se les ocurría nadar en la “poza” de aguas negras y estancadas, nunca más aparecían luego de hundirse rápidamente, como si algo o alguien los jalara hasta el fondo, así, con todo esto a mis seis años, bastaba para mi y mis amigos para mantenernos alejados del “potrero”. Con el paso de los años, al menos de día, ya no me pereció tan tenebroso, ahí de más grande elevamos nuestras primeras cometas y volantines, de adolescentes empinamos nuestras primeras cervezas, fumamos nuestros primeros cigarrillos y porros, tal cuál sigue ocurriendo en los pocos sitios eriazos que van quedando, solo quizás la única diferencia es que antes la marihuana era siempre verde y ahora es café. 22


Y debo agregar que si bien más de una noche nos metimos algo ebrios o fumados en la niebla que ahí se formaba a jugar a aparecer y desaparecer, o junto a algunas amistades poco recomendables hacer un fueguito y pasar la noche bebiendo, aún le temíamos, quizás ya no a los fantasmas sino que a los asaltantes o pandilleros..., aunque en aquellos años uno conocía tanto a lo que llamaríamos “gente buena” como a la “gente mala” y nunca nos paso nada, pero en este relato debo decir que yo vi. personalmente un cadáver en el “potrero” y es parte importante de el. Aún recuerdo a pesar de los años transcurridos que fue un domingo de mercado en que lo vi, en aquellos años para lograr acceder al mercado libre que se instalaba los domingos a cuadras de mi casa, había que atravesar el “potrero”. Recuerdo también que fueron las luces de los carros policiales lo que primero llamaron mi atención aquella mañana, iba precisamente al mercado a buscar fruta así que debía de pasar igualmente por ahí, pero en aquellos años había aún dictadura en mi país y los policías no eran vistos como “amigos” de la gente precisamente, pero al poco acercarme vi tal cantidad de señoras con sus carros de feria, 23


empinándose para poder ver mejor que me acerque sin ya ningún cuidado y entre codazos y empujones logré acercarme lo suficiente para ver en el suelo y totalmente desnudo a un hombre gordo de unos cuarenta años, se veía amoratado y un leve tufillo a descompuesto se mezclaba en el aire de aquella mañana proveniente del muerto que tenía enfrente, antes que un policía se me acercara para correrme de ahí con insultos, logré ver su mirada perdida en lo infinito y desconocido, sus ojos casi se salían de sus órbitas y el rictus con que quedo para siempre su cara reflejaba un intenso y total horror..., con los días se supo que el cadáver había aparecido en esa mañana tal como lo había visto, como si días después de darle muerte, quien lo hiciera, hubiera elegido la mañana de ese domingo para ir a botarlo como cualquier otra basura más del “potrero”, salvo que estaba semi-enterrado en unos hoyos que por ese tiempo habían en el sector donde había aparecido a un costado de las “canchas” de tierra, la policía interrogó a varios viejos que llegaban ahí a ver los partidos de fútbol amateur, eran de esos viejos que salían con sus radios plásticas, pequeñas y a pilas para todos lados, su conexión al mundo como ahora lo es Internet, ahí escuchaban partidos 24


para jugar su “polla gol” de cada semana, también las carreras de caballos y cuando se ponían melancólicos por el alcohol, también escuchaban boleros y tangos, eran simpáticos después de todo y capaces a pesar de las tantas botellas de tinto y blanco o cerveza que pudieran beberse los domingos de partido de darte un buen consejo si se los pedías...., ninguno de ellos reconoció al difunto, además como había aparecido desnudo como gusano, ninguna cartera con algún papel o cédula de identidad fue encontrada que pudieran aportar algo para su identificación, tampoco el cadáver presentaba alguna seña distintiva como un tatuaje o cicatriz, solo su cara de espanto podía hacer pensar que había sufrido un ataque de alguna especie, que por lo demás fue como se caratulo la muerte del gordo a falta de una mejor explicación, es decir que el hombre habría sido asaltado a juzgar por el estado del cuerpo unos cuatro a cinco días antes del domingo que fuera encontrado y de ese asalto le había sobrevenido un paro..., y nada más se agregó, quedando para siempre impune su muerte y sin aclarar. Serían sino recuerdo mal unos 3 a 4 meses los transcurridos luego del hallazgo del cuerpo del 25


gordo que los viejos “chichas” como les decíamos (y se les dice aún) a los viejos que llegaban a beber y ver fútbol que antes mencionara y que se juntaban casi en el mismo lugar en donde fue encontrado el cuerpo, comenzaron a alejarse de aquel lugar, para finalmente no volver más a sentarse ahí, obviamente no se fueron de las “canchas” más que mal era una de sus pocas entretenciones y de día todo se veía como siempre, pero todos ellos comenzaron a decir que “por el rincón del gordo finado ese” ,”hacía más frío” que en cualquier otro lugar del “potrero” y que además sentían un “insoportable olor a descompuesto”, si bien no era aquello ninguna novedad, ya que olores a descomposición ahí sobraban, animales en diversos estados de putrefacción eran habituales de observar, si no pasaba la basura, podían ( y así ocurría) que cuerpos de perros y gatos permanecieran ahí hasta que solo fueran esqueletos, y que por otro lado la humedad en esas tierras durara meses después de las lluvias..., lo único cierto fue que los “viejos chichas” ya ni en verano se vieron en el lugar donde tantas veces se reunieran antes y por ello sus programas de radio nunca más se escucharon ahí, ni sus botellas vacías tampoco se volvieron a ver en el 26


costado de las “canchas” donde apareció el cadáver del gordo. Serían ya unos seis los meses transcurridos desde el descubriendo del cadáver del gordo cuando comenzaron a circular las primera historias del “aparecido”, se decía que “el guatón que apareció finado en el rincón de las canchas” volvía ahora a “cobrarle” a quien pasara por allí de noche su muerte; solo puedo agregar aquí, que si bien yo mismo pasé por el lugarejo muchas veces nunca vi. nada, ni tampoco mis amigos...,quizás por considerarla una historia más de tantas que habíamos oído no fuéramos “especialmente receptivos” a su aparición, pero si escuchamos muchas historias sobre este fenómeno, en especial recuerdo una en que un taxista se había metido con su auto al “potrero” en compañía de una de las tantas putas que se ponen en una rotonda cercana, llegando hasta casi solo un metro del lugar en donde apareció muerto el gordo fantasma, serían alrededor de las cuatro AM cuando el taxista se estaba bajando los calzoncillos y la puta hacía lo propio con sus calzones cuando ambos salieron corriendo gritando y semi-desnudos del interior del taxi, causando el jolgorio y risotadas de un grupo de 27


jóvenes que se encontraban bebiendo en una plaza cercana al “potrero”, más sus risas se fueron convirtiendo en cara de circunstancias y franco miedo al escuchar el atropellado relato del taxista y la puta, ayudado por frecuentes tragos del pisco que bebían los jóvenes y que les convidaron sin más, dijo la pareja que estaban ya pronto a sentarse ella en el pene erecto del taxista cuando de pronto sintieron un espantoso olor a putrefacción y que la temperatura bajo de golpe adentro del taxi tanto que a él su miembro se le bajo y a ella se le había congelado su desnudo trasero, luego se había materializado en el asiento delantero del taxi el cuerpo de un hombre gordo, blanquísimo, amoratado, con ojos agusanados y que para su infinito horror vieron que de su enorme panza se salían por diversos agujeros, gordos y asquerosos gusanos como evidencia de que hacía meses que el cuerpo se estaba descomponiendo, les pareció dijeron, como si en su afán de tener sexo se hubieran descuidado tanto que no sintieran que les abrían una puerta y les metían un cadáver adentro. -“¡El fantasma del guatón muerto del potrero! “ dijeron al unísono los jóvenes que ahí estaban luego que el taxista y la puta terminaran su atropellado 28


relato, y a su vez ellos les contaron la historia del gordo fantasma, fue tal la impresión de ambos que a pesar de estar en paños menores y que la noche era y siempre la verdad será fría al amanecer, se rehusaron a volver al taxi, ni acompañados, solo y tiempo después de haber amanecido, de día claro ya, se animaron a acercarse al auto y vestirse, indiferentes a las miradas de algunos madrugadores y trasnochadores que iban unos y volvían otros y se detenían sonrientes ante el espectáculo de la puta y el taxista vistiéndose. Aparte de este caso, más de alguna pareja que buscando un lugar más “solitario” se habían adentrado a “lo oscurito” había salido también corriendo y gritando que se les había “aparecido un muerto gordo”. Otros relatos de apariciones que se escuchaban por aquellos tiempos era sobre un niño que había muerto ahogado en las aguas pantanosas de la que era conocida como la “poza”, y que era una especia de laguna pequeña de negras aguas estancadas, esta historia se recordara la había escuchado yo de niño de boca de las abuelas de mis amigos, y siempre había pensado que esta historia la habían inventado para impedir que nos acercáramos justamente a la 29


“poza” ya que en verdad si era bastante peligrosa para un niño, pero tampoco es menos cierto que fueron muchas las historias sobre el “niño ahogado” que escuche y todas eran de diferentes personas, con diferentes sucesos, muchas las escuche en comidas o fiestas de labios de chicos que eran mayores que yo y que ya de grandes las diferencias digamos de niño y adolescente ya habían terminado y no era para ellos una falta que los vieran hablando con un “mocoso”, todas concordaban si, que lo que vieron les había sucedido al atardecer, que se encontraban o arrojando piedras a la laguna, haciendo “sapitos”, cuando y de la nada se vieron de frente con la imagen imposible de un niño de unos 11 años, que vestía ropas rotas, mojadas y embarradas y que le colgaban en unos flacos y blancos brazos y piernas, hediondas hasta la locura y lo que más destacaban estremeciéndose ante el recuerdo, unos ojos sin color, de un tono acuoso incoloro de fijo mirar, además al levantar su mano notaban que tenía adheridas a sus uñas plantas o pequeños palitos, y luego les había sonreído enseñándoles una dentadura blanquísima, de afilados dientes, ahí muchos habían gritado..., paralizados de terror en un principio, todos también 30


coincidían en que en un parpadeo o cambio de luz por el anochecer la imagen se había desvanecido tan rápido como ellos mismo lo habían hecho al ya no ver la aparición, muchos te terminaban contando que habían demorado meses en siquiera volver a acercarse a la “poza”, por temor de volver a ver “al niño muerto de la poza”. Pero como ya lo he dicho antes, el tiempo pasa y todo se va olvidando, y las gentes viven cada día más apuradas y simplemente dejan de ver muchas veces lo que tiene al lado, muchos ni siquiera se dieron cuenta cuando la “poza” comenzó a ser dragada y luego se fue rellenando con tierra, posteriormente las “canchas” fueron niveladas por fin y se empezaron a construir departamentos en ellas, en donde estaba la “poza” se empezó la construcción de nuevas canchas de fútbol de material sintético...,ahora, no por estos cambios y construcciones los “fantasmas” se fueron. Ya desde los trabajos iniciales, en las obras de los departamentos y posteriormente en la construcción de las canchas sintéticas siempre hubo una gran deserción de obreros, a pesar de haber “recesión” económica, alzas de precio en todo y que encima el trabajo no abundara, en las obras tanto de 31


los departamentos como de las canchas siempre faltaban obreros, ya que en ambas estos renunciaban continuamente, tanto que ambas se concluyeron con casi dos años de retrazo, si se investigaran las causas de tal deserción, más de alguien se llevaría una sorpresa..., incluso ni siquiera hubieron “nocheros” en ambos trabajos, el único que hubo alguna vez fue en la construcción de los departamentos, este hombre duro solo una semana en su puesto, dormía en una “media-agua” de madera acondicionada para él situada a unos metros del lugar donde fue encontrado el ya mítico “gordo fantasmas del potrero” , este hombre dijo al concluir su primera y única semana de trabajo como nochero, que “ni cagando seguía” ni aunque le pagaran el doble e incluso el triple, que el no estaba dispuesto a que a sus años pasara noche a noche el tremendo susto de ver la cara de un hombre gordo, azulada, semi-podrida y que le miraba con unos ojos salidos de sus cuencas de improviso y por cualquier ventana, “ni siquiera me deja cagar tranquilo”, agrego, ya que según dijo, en más de una ocasión se había levantado a vaciar el vientre y estando sentado en la taza de pronto se diera cuenta que era observado por esta cara horrible desde la 32


ventana del baño, “me quedaba con el mojón colgando” dijo y que debía esperar las primeras luces de la mañana para que la cara se desapareciera, limpiarse y subirse los pantalones, también dijo que en otras ocasiones escuchaba claramente que estaban “jugando a las bolitas” , pero a las 3 o 4 de la mañana los niños no andan jugando a las bolitas, y al ir a ver que era, se encontrara un par de veces con un circulo hecho en la tierra como si hubiera estado uno o varios niños jugando a la Troya, y adentro de este circulo varias bolitas, canicas de vidrio, mojadas, barrosas como si salieran del bolsillo de un niño que se hubiera caído al agua en un río, y en otras ocasiones al poco llegar a su trabajo nocturno, en el atardecer dijo que vio claramente la figura de un niño de unos 11 años que andaba con aire contrariado por donde había estado la “poza” , llevaba ropas que parecían embarradas y mojadas, semi-podridas y que a lo lejos al notar que el lo miraba le había sonreído con blancos dientes y se había esfumado en un parpadeo o quizás por el cambio caprichoso de un rayo de sol que le dio por unos segundos en los ojos. Este fue el caso del único nochero que tuvieron las obras, los obreros que constantemente se iban de ahí, 33


contaban cosas como que estaban hartos y algunos decían francamente asustados, de escuchar tanto ruido inexplicable, de la aparición de la cara de un gordo putrefacto y la de un niño de blancos ojos y dientes en las recién instaladas ventanas, ambos con unos olores a putrefacción y humedad que más de alguno había vomitado al verlos y olerlos , más adelantada las obras muchos dijeron topárselos de frente ya en los pasillos de los departamentos o en las canchas sintéticas en especial en los camerinos, muchos dijeron que al gordo se le veían los huesos del cráneo y algunas costillas ya se asomaban de su podrida panza, otros que sentían pasos como de niño que sonaban acuosos, como si sus zapatos los hubiera metido al agua, que estaban hartos de limpiar sus pisadas cada tanto y en diferentes partes y a metros de distancia , varias veces en un mismo día , eran pisadas embarradas con pedacitos de vegetación acuática adherida , típicas de quien a caído y pisado en un río por ejemplo, y otros tantos decían aún asustados que habían visto a un chico de unos 11 años, caminando por ahí, con ropas podridas y mojadas, que se le caían al andar y que les había mirado con ojos sin color de ahogado y 34


que les había sonreído enseñando unos dientes blanquísimos y afilados como los de una rata. Pero, a pesar de todos los trabajos se terminaron, ya que en nuestro mundo actual, el dinero y los intereses creados, pueden más que cualquier fantasma o sitio embrujado, además la gente tiene que vivir y hacer deporte en algún lado..., la vida debe de seguir su curso a pesar de todo. Por fin un día cualquiera se dieron por concluidos los trabajos y los departamentos y las canchas sintéticas fueron inauguradas con gran boato por el alcalde y su demás cofradía y seguramente en el cóctel posterior (ninguna autoridad va a ningún sitio si luego no hay comida y bebida) seguro que más de algún arquitecto o ingeniero (los obreros, quienes construyen todo, no son nunca invitados) se hecho un nuevo brindis al coleto y se sonrió al recordar los problemas de “fantasmas” que tuvieron con los “incultos y supersticiosos obreros”, y que felizmente y a pesar de esto se termino felizmente tanto el proyecto de los departamentos como de las canchas. Solo agregaré que los departamentos ahí están semi-abandonados porque nunca se vendieron bien, ya que se corrió la voz que ahí “penaban” un gordo 35


putrefacto y un niño ahogado, los pocos que compraron, ni arrendándolos a mitad de precio logran captar clientes y los pocos que han llegado a los días recogen todo y se largan para nunca más volver, igual ocurre con las canchas, nadie quiere jugar en un sitio donde al ir a dar un pase a un compañero lo recibe un niño semi-podrido de alba sonrisa dentuda, ni ducharse en un camarín con un sempiterno olor a podrido. Yo simplemente creo que estarán siempre ahí, esperando quizás que cosa o vaya uno a saber a quien diablos. FIN

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Vampiro… ...y también sé que mi creciente fortuna esta cimentada en un cerro de cadáveres de mujeres adolescentes, que nunca saldrán ni en la prensa ni tendrán una tumba donde sus deudos (si es que los tuvieran) podrían dejarles algunas flores...

Luego de leer el cacareado libro de Stephen Meyer, "Crepúsculo" , solo me sobra decir de que es una "buena mierda", siento que los adolescentes (mujeres sobre todo) se engrifen y pataleen por este comentario, que es por lo demás bastante frecuente en blogs y páginas de opiniones literarias, pero vampiros "buena onda", que van a clases, no les afecta el sol, beben sangre de animales, encima salvajes, o los que ellos consideran "malos" simplemente por que siguen sus instintos básicos como es el cazar sus presas, solo aluden a el cristianismo evangélico de su autora, sin ir más lejos, hasta los escritos de un Le Fenu, son mucho más acordes a lo que podríamos llamar "tradición" vampírica, ni hablar de Stoker, ni un contemporáneo Sthepen King. Los "Nosferatu" descienden de la "semilla de Belial", cuando no son la representación del mal 37


mismo, son por esencia seres de la noche, lujuriosos como en la mejor escuela de Anne Rice, y siempre, pero siempre beberán la sangre de los humanos. Todo esto me consta, ya que he sido testigo privilegiado de su actuar, si bien en los bosques aún casi vírgenes del sur de Chile, se esconden o mejor simplemente viven por siglos vampiros que llegaron allá por finales del 1500, junto con la llegada de los colonizadores, en sus carabelas, más de alguno de estos "vampiros visionarios" si se quiere, realizo el viaje al nuevo mundo, apostando a una nueva y basta "despensa", con el paso de los siglos muchos avanzaron hacía las ciudades, atraídos por la abundancia de presas, que veían había en ellas, como también por la modernidad, ya que cuando se dispone de la eternidad para vivir, cada novedad puede ser una agradable diversión, sin embargo, no por ellos estos vampiros, llamémosles "urbanos", dejan de lado sus antiguos ritos ni sus tradiciones, muy por el contrario se sirven de lo moderno para su mantención, así ya no es raro que más de alguna incauta (o) haya llegado a la morada de alguno por la Internet, o se encontraran con alguno en alguna discoteca, y también existen los que disfrutan el 38


vagar de noche por los cementerios y barrios antiguos de las ciudades, ellos dan cuenta de los borrachos noctámbulos, los mendigos y las prostitutas. Por mi parte, puedo dar fe de estas aseveraciones por ser uno que tiene "pacto" con uno de ellos, ya que no solo el Señor de las Tinieblas realiza tales "contratos" con mortales, en mi caso consiste como todo prácticamente en este mundo, por dinero, yo proveo de "víctimas" o como dice mi maestro el " Duque Vladimir", de su "alimento", tal como si enviara uno a su empleado por las compras al supermercado. Mi vida no fue hasta antes de conocer al Duque Vladimir, un "lecho de rosas", aunque ya antes de conocerle había podido digamos "sobresalir" en mis "finanzas", pobre, de familia pobre y peor que eso, sin visos de ver terminar su pobreza, tuve que empezar tempranamente a ganarme la vida, así desde los doce años, salía con mi padre y mis hermanos a recolectar papeles o cualquier desecho, que los demás consideraran basura y que para los que recolectan cachivaches, es dinero botado en la 39


calle, todo lo reducíamos a dinero, papeles diversos, cartones, envases plásticos, latas vacías, electrodomésticos, que deshuesados nos daban desde piezas aún en buen estado hasta muchos metros de alambres de cobre, que después servirían para fabricar más ingenios mecánicos, y algunas veces nos acompañaba la suerte y encontrábamos, relojes por ejemplo que por un descuido se fueron en las bolsas de la basura familiar, anillos también eran frecuentes de encontrar, hasta dinero en efectivo....,pero no vayan a creer que vivir de recoger desperdicios de bien comer, no digamos bien vivir, a una familia, menos si uno tiene un padre alcohólico, una madre envejecida por las maltratos y los numerosos embarazos, llegados a buen puerto o no, fui el menor de siete hermanos, y prontamente fui testigo mudo de cómo apenas llegaron a la adolescencia mis hermanos y hermanas mayores se fueron apenas pudieron del lado de mis padres y mío, ya fuera en el caso de mis dos hermanas, con el primer tipo que les ofreció un lugar donde vivir, algo mejor que una casucha armada al lado del río con tablas, latas y cartones, o en el caso de mis hermanos, el delito, y quizás ese 40


hubiera sido también mi destino, sino fuera por la aparición en mi vida del Duque Vladimir. Aclaremos, si bien no me dedique al robo como mis demás hermanos por considerarlo muy arriesgado, ya que tenía muy a mano el ejemplo de mis hermanos y sus amigotes, siempre entrando y saliendo de las cárceles, si me empecé a relacionar con la prostitución, cuando cumplí los quince años, el despertar del sexo fue un aguijón que se clavo fuerte en mi cuerpo, tuve suerte de crecer y desarrollarme bien, a pesar de que la dieta que llevaba en esos años no era todo lo "recomendable" para el desarrollo de un chico de mi edad, pero la leche nunca me falto y la carne si bien era escasa, tampoco estaba totalmente ausente y por último el pan y las legumbres y vegetales estuvieron siempre en nuestra modesta mesa de tablones. Cuando ya la masturbación adolescente dejo de tener el primer encanto de secreto recién descubierto, empecé a fijarme más aún en las eventuales mujeres que veía a mi lado, obviamente las chicas rubias (teñidas la verdad, Chile es un país moreno que se siente y cree poco menos que 41


escandinavo) no se fijarían nunca en un chico pobretón, moreno y casi analfabeto que vivía en una covacha al lado del río y no en las mansiones del barrio alto, no por ello dejaba de perderme en fantasías sexuales luego de perder mi mirada en sus culos y tetas, pero esos eran solo placeres a lo más visuales y yo ya quería sentir la carne de las mujeres en mis manos, poseerlas. Así fue como las chicas que vivían cercanas a mi casucha, pensaba yo en ese entonces serían por fuerza mis compañeras, más pronto vi. que a tempranas edades ellas se iban metiendo en la venta de sus flacos, morenos pero jóvenes cuerpos, empecé a ver cosas que se me habían pasado antes quizás por mi ingenuidad, vi que no era inusual que llegaran ya por las primeras horas del atardecer, vehículos caros, de vidrios polarizados a la población miserable en donde vivía, primero pensaba que era por comprar drogas, pero al ver como se subían hasta de a tres de las chicas de mi población a aquellos autos, tristemente vestidas de mujeres de la noche, sin casi haber dejado aún de jugar a las muñecas, vislumbre la verdadera causa 42


de su presencia por las noches, además luego del paso de algunos años más, entendí, que quien cuenta con el dinero para tener aquellos autos, no va ir a comprar drogas a poblaciones donde sino lo asaltan, le engañaran en lo que por ventura compren, el rico le compra a traficantes también de dinero, ganado en el narcotráfico, pero que hace rato salieron de la miseria y que el rico ve como casi un igual..., si cree en el libre mercado. Pronto me acerque a estas chicas, paradas desde el atardecer en algunas esquinas de donde vivía, siempre en las afueras, ya que todos sabíamos lo que hacían, aún mantenían (no todas, las adictas pierden todo tipo de vergüenza) cierto pudor y se alejaban de sus casas para prostituirse. Más como siempre andaba pobre como las ratas, ninguna accedía a mis demandas, "vuelve con unos miles huevon y ahí te la chupamos o la metes" era la frase que siempre recibía a mis avances. Una noche, en que nuevamente fui rechazado y las risas que aún escuchaba de estas putas adolescentes a mis espaldas se me clavaban como puñales en mi 43


orgullo, se me acerco un joven, que si bien se notaba que venía de mí mismo barrio o parecido (la mona aunque se vista de ceda igual mona se queda decía mi abuela y muy cierto que es) por sus ropas se veía a las claras que mal no le iba, no vestía de traje ni mucho menos, pero el jeans a medio culo que traía era de buena marca, y las enormes zapatillas que portaba costaban los suficiente como para llevarme a una de las mismas putas que me rechazan unas cuantas noches a un motel, y su chaqueta daría buen vino a mi viejo por varias semanas, pensé que era arriesgado andar (como lo es para cualquiera que se aventure a cualquier población capitalina, más aún de noche y solo) con esas ropas, pero el tipo se veía más que tranquilo y relajado, así intuí que se había ganado el derecho de vestir bien en donde la mayoría no podía hacerlo sin que le asaltaran sin más. -¿Qué paso "huacho?"- me dijo sonriente- ¿no hay plata para culear? Torcí el gesto con desagrado, pero su risa franca, termino por hacerme unir a sus carcajadas, así fue como entable amistad con el "Nacho" el primer proxeneta que conocí, hablamos de todo aquella 44


primera noche, me llevo a comer completos y a beber varias cervezas, y al final me ofreció el siguiente trato, yo le conseguía chicas para su "harén" como le decía a la tropa de putas adolescentes con las que profitaba y él me daría una parte de las ganancias y el derecho a cogerme como "prueba" de sus artes amatorias a las que fuera trayéndole. A las pocas semanas me fui a vivir con él al departamento que arrendaba en el centro de la capital y comenzó una nueva etapa de mi vida, en donde el sexo era el motor principal, fueron muchas las muchachas que pasaron por ese departamento y por mi pene, como también fue mucho el dinero que empecé a manejar, debo decir sin falsa modestia, que no soy mal parecido y que un buen baño, un corte de pelo decente, buena ropa a la medida y dinero en el bolsillo mejoran la "facha" de cualquiera, además empecé a estudiar, de manera autodidacta, y logre pulir bastante mi dicción y mis maneras, por lo que lograr impresionar a chiquillas que buscaban un futuro mejor vendiendo sus culos con el tiempo fue algo cada vez más fácil para mí. 45


Fue cuando cumplí los 25 que deje al "Nacho", con los años, se fue corrompiendo cada vez más. No solo con sus putas, sino que también en varios vicios, no es que sea o en ese tiempo fuera un mojigato, también yo disfruto de los placeres del buen comer y beber, pero para el "Nacho", que tenía dinero a montones, nunca "refino" sus gustos, y para el comer un grasiento "caldo de patas" (sopa hecha con las extremidades de algunos animales, en particular las del cerdo) era una delicia con la que se desayunaba..., junto a varias botellas de cerveza, engordo de forma impresionante, y la cocaína también con el paso del tiempo se fue convirtiendo en su leal compañera, cuando le deje, pesaba 145 kilos, tenía casi los 40 y parecía tener 10 más, casi no podía moverse de su sillón de cuero, siempre comiendo, bebiendo y jalando, ya ni siquiera se acostaba como antes con sus putas (yo creo que ya ni se le empinaba) me grito que le traicionaba luego de sacarme de la basura, que era un mal agradecido, pero pronto se le puso la cara roja, casi se ahogo y al fin me miro un buen rato y me dijo.

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-"Ándate no más huevón..., bien sé que ya estoy cagao y que esto era cuestión de tiempo, tú estas mucho mejor y más joven que yo, solo te pido que no te metas en los negocios que siga haciendo". Así me fui sin penas (aunque lo hubiera hecho de todos modos) ni glorias, me fui del lado del "Nacho" y conociendo bien el negocio y teniendo en una cuenta bancaria un buen capital ahorrado de los años que pase con el "Nacho" empecé mi propio negocio de buscar putas. Y me fue mejor que con el "Nacho", quien se murió de un ataque al corazón tan solo a los meses de dejarle, fui a su funeral y lleve su cajón a su tumba, por lo que ninguna deuda deje con él y con quienes conocí en esos años, pronto tenía más de 30 chicas que trabajaban para mí, yo les daba seguridad, contrataba varios ex luchadores o boxeadores o lo que fueran, mientras se vieran fuertes y decididos para que cuidaran a mis chicas, tenía también gente encubierta que vigilaba tanto a las putas como a sus guardianes, ya que al igual que en todas partes donde interactúan mujeres y hombres, no faltaban 47


las "parejitas" que entre ellos se formaban, lo que equivalía a su inmediata salida, si ellos querían seguir juntos, pues bien por ellos, les decía, pero ya conmigo no trabajaban más, nunca les perseguí ni menos les castigaba como otros "colegas", pero de entrada todos los que trabajaban para mí sabían mis condiciones, así todos sabían a qué atenerse. A la policía, se le mantenía contenta, como siempre se ha hecho, ya sea con dineros, o con "especies" o con las dos cosas, así los oficiales de diferentes rangos, no se metían conmigo y mis asuntos, siempre que de vez en cuando, se les diera plata y putas..., y quizás así abría seguido mi vida, envejeciendo, amasando una fortuna, y quizás retirándome tranquilamente a cierta edad con la existencia asegurada, sino hubiera conocido una noche al "Duque Vladimir". Salía de cenar ostras y vino blanco en un buen restaurante, y algo achispado emprendía el regreso a mi departamento cuando la vi., tendría le calculé ( y posteriormente comprobé) unos 16 años, estaba en una esquina vendiendo flores a los que iban ya por 48


la calle a esas horas (cerca de la medianoche) y a los automovilistas cuando el semáforo estaba en rojo, gente avezada en el negocio de la prostitución como yo, sabe perfectamente que una chica vendiendo flores a esa hora no se ha escapado precisamente de un cuento de Dickens, y si bien ejercer la prostitución en Chile no es delito, si lo es cuando hay menores de por medio, y la venta de flores generalmente, es una pobre excusa en el caso de que llegue la policía, era inusualmente linda, blanca, lo que ya es decir, bien formada a sus pocos años, de pechos que no eran ya de niña sino que de mujer, y un insinuante culo que se le marcaba perfectamente en sus desteñidos jeans, mirarla desplazarse entre la vereda y el tráfico fue para mi una visión seráfica y lujuriosa, ni decir que mi pene alcanzo proporciones molestas para mi caminar. Me apresuré a llegar hasta donde se encontraba y creo que hubiera golpeado a cualquiera que se me hubiera querido adelantar, cuando por fin le pude dirigir la mirada a su cara de ángel que me dejaba embobado, respire tranquilo, pero debo decir que si bien parecía un dibujo de Iglesia con su angelical 49


cara, había algo en sus rasgos que indicaba claramente que ya no era tan "inocente" como su rostro parecía expresar. Prontamente llegamos a un acuerdo de cuanto me costaría verla desnuda y gozar de su cuerpo, cuando de pronto y de la nada una mano que me pareció de piedra, por su fortaleza como por su temperatura inusualmente helada sujeto mi muñeca derecha, la misma que tenía por mi mano cogida la de la muchacha, cuando ya emprendíamos rumbo a un motel, me había dicho su nombre, seguramente de "batalla" Cassandra. Me di vuelta enfurecido, pero mi ira se desvaneció en la noche al ver quien me cogía mi muñeca, era un hombre de casi 2 metros, vestía de traje de un corte que me pareció muy antiguo, y más acentuaba esta idea que cubriera sus hombros con una larga capa negra que le llegaba sobradamente hasta sus pies, más anacrónico parecía el que usara un sombrero de "copa", antigualla que solo en las películas en blanco y negro había visto alguna vez, 50


recuerdo que me reí. Más por aflojar la tensión que sentía que por burlarme del tipo. - ¿Sabe "Milord"?- le dije queriéndome hacer el gracioso- esta chiquilla va conmigo, usted llega algo tarde y bueno... ."- deje inconclusa la frase, esperando que el extraño tipejo, se diera por aludido que la muchacha, la puta esa, ya estaba "ocupada". Por respuesta solo vi. que en su mano izquierda aparecían de pronto un montón de billetes, de la denominación más alta. - Bueno-dije- mire, se ve que usted entiende de estos asuntos, pero la verdad, no quisiera ser insolente, pero como le dijo, esta muchacha ya había llegado a un acuerdo conmigo...y ...", vi. de sopetón, cuanto brillaban los ojos de Cassandra a la vista de tal cantidad de billetes, y como casi se le salieron de sus cuencas al ver que por toda respuesta del extraño y silenciosos tipo, se guardo el dinero en algún bolsillo de su flotante capa negra y saco ahora un estuche que al abrirle dejo ver un 51


collar de diamantes que ya se lo quisiera cualquier princesa de lo que fuera. "Bueno, "Milord"-dije tratando de parecer inalterado ante estos acontecimientos- ¿qué le parece si "compartimos" a la chiquilla?", esto lo dije luego de ver que el tipo no iba a dejar que la cosa terminara sin que él tuviera algo con aquella muchacha, además yo por mi parte aún aunque me parecía hasta peligroso ir de juerga con alguien que jamás había visto y que encima ofreciera dinero a manos llenas y luego una joya que debía valer millones por una chiquilla que si bien estaba de "mascarla" no dejaba de ser una puta de población como habían montones en Santiago. Pero al ver una sonrisa difusa en el impertérrito rostro de aquel tipo surgir de pronto en su rostro, como si hubiera leído en mi mente mi decisión de compartir a la chiquilla me deje llevar por mi borrachera y lujuria, por lo demás no sería la primera vez que estuviera junto a otro "hombre" gozando de una mujer. 52


Sin más le hice una seña que dejaba ver que aceptaba "compartir" a la chiquilla y los tres emprendimos rumbo a los muchos moteles regados en el centro capitalino, al llegar al primero que nos salió al paso, basto con cinco de los billetes del silencioso y extravagante compañero de aventuras eróticas que esa noche me deparó el destino, para que el gordo y seguro homosexual propietario del motel nos dejara pasar sin preguntas sobre que hacían dos tipos mayores con una muchacha que a la vista no pasaba de los 16 años. Lo que ocurrió en el cuarto del tercer piso de aquel inmundo cuchitril al que llegamos, no espero que se me crea, a mí me da igual, yo sé que así ocurrió, y la vida que hoy me veo obligado a llevar me recuerda día a día que es algo real, y que los vampiros no son ni amigables, ni nada por el estilo con el género humano. Al entrar a la habitación que nos toco por suerte, inmediatamente Cassandra se tiro de bruces sobre la cama de dos plazas que ahí había casi como exclusiva ornamentación, era solo un lugar más donde dar rienda suelta a las pasiones y nada más, 53


sin pretensiones, solo un casi invisible velador acompañaba a la omnipresente cama, ese gesto de Cassandra delataba a las claras la falta en su vida de un a cama al menos acogedora donde pudiera descansar su linda humanidad, saltando aun en ella dijo- bueno, ¿quién será el primero?- . Fue ahí cuando la capa que cubría al extraño que nos acompañaba se puede decir que se abrió como un gigantesco par de alas y desde su negrura apareció un erecto y gran pene, y su dueño se acerco como flotando hacía la chica que decía llamarse Cassandra, esta abriendo mucho sus ojos ante el espectáculo, solo atino a ponerse de pie en la cama y seguro que ante la muda pero clara insinuación de quien sería su primer acompañante comenzó a bailar, o mecerse en un sensual y erótica cadencia. vi. hipnotizado como Cassandra se fue desprendiendo poco a poco de su pollerón y jeans, y como fue apareciendo diferentes porciones de su cuerpo que se rebelo escultural, cuando parando su cola, bajo lenta y cadenciosamente sus jeans, la vista de sus grandes nalgas apenas cubiertas por unas pataletas de color negro con encajes que junto al apretado sostén también negro y también con 54


encajes que parecía apenas contener sus grandes senos me puso a "mil", mi pene pugnaba por salir de su encierro en mis pantalones y ropa interior, más al ver como de pronto, ambas manos de nuestro acompañante tocaban lujuriosamente y expertamente el culo de Cassandra me contuve, más que mal era él quien había pagado el espectáculo que ahora se me ofrecía, prontamente aquellas manos que ahora veía poseían largas y albas uñas bajaban lentamente las pantaletas de Cassandra y al momento una larga lengua empezaba a recorrer toda la entrepierna de Cassandra. Yo me consideraba experto en amar a las mujeres, pero esa noche vi. que me quedaba aún mucho por aprender, a juzgar por las expresiones de gozo que el rostro de Cassandra iba teniendo, de sus gemidos que solo con el contacto de la lengua del tipo aquel le hacían surgir desde el fondo de su garganta, repito vi. que era un "maestro", mucho mejor que cualquiera de los actores pornos de las innumerables películas del género que había yo visto, luego no solo la lengua del tipo este daba placer a Cassandra, sus manos y sus dedos parecían 55


conocer como excitar cada centímetro de piel de la muchacha que se llamaba así misma Cassandra. Cuando tenía a Cassandra totalmente desnuda y entregada, puedo jurar que ya la llevaba por un segundo orgasmo solo con los "preliminares", la coloco en "4" o a "lo perrito" como se dice por acá, y vi. como ese enorme pene era introducido centímetro a centímetro en la vagina de Cassandra, y cuando este llego a penetrar completamente en ella, Cassandra se revolví en espasmos de placer. aún antes para mi pasmo total, de que el tipo empezara a "bombearla". Para cuando el ritmo fue acelerando y el enorme pene entraba y salía una y otra vez cada vez más rápido en la vagina de Cassandra, puedo jurar que esta tenía los ojos en blanco, y pronto una inagotable caída de sus "jugos" empezaron a manchar las no muy limpias sábanas de la cama de aquélla habitación, y sin embargo ninguna emoción, ya fuera de goce o placer altero el rictus sombrío y adusto de su apenas visible rostro, y fueron pasando los minutos y aun que cada vez más rápidamente y fuertemente el tipo introducía su pene en Cassandra, 56


nada indicaba que este fuera o estuviera pronto en "acabar". Aquel "polvo" no paraba y yo me sentía confuso por vez primera en muchos años ante tamaña "exhicibición" de cómo "cogerse" a una puta adolescente, cuando al fin el rostro impertérrito del tipo expreso un leve cambio en su rictus, cerro de pronto los ojos y tubo algunos espasmos que indicaban la pronta eyaculación, este saco su pene y nada apareció, ni una gota de semen podía ver en su glande, ni que su pene bajara un milímetro sus dimensiones después de esa "cogida" de me parecía más de media hora, aún asombrado por lo que deducía la "potencia" del tipo, di paso al más completo horror cuando vi. que de su boca asomaron unos enormes y casi inverosímiles colmillos, y como estos le fueron profundamente clavados en el cuello de la a esas alturas agotada y quizás "satisfecha" chiquilla que alguna a vez fuera conocida en el ambiente prostibulario chileno como Cassandra, simplemente la "vació" de su sangre en cosa de minutos, aún hoy en mis pocas pesadillas, escucho el horripilante "chupeteo", o succión que escuche en esa habitación de motel barato aquella 57


noche, Cassandra paso de su natural blancura a lo que pudiera compararse con el albo color del mármol, vi. como su contundente figura se "secaba", vi como sus carnes se iban poco a poco "pegándose" a sus huesos, como si el tipo aquel fuera una enorme aspiradora de sangre, luego de lo que me parecieron siglos, a pesar de no haber sido más que minutos, el tipo soltó el ya cadáver de lo que fuera la hermosa Cassandra, consumido como dije hasta los huesos, al caer al piso sonó como si fuera un costal lleno de eso huesos, ese sonido también acompañara por siempre junto al de la succión horrenda que oí esa noche mis pesadillas. Ya poco me queda por narrar de esta mi historia, desde esa noche llegue a un "pacto" con quien desde esa noche conocí como el "Duque Vladimir", ya que para mi personal horror me contó parte de su increíble historia como ser no-muerto, él me perdono la vida, siempre y cuando le llevara cada vez que él me llama una nueva chica para su solazo y podríamos decir "alimentación", sé que no es nada de lo que deba sentirme orgulloso, y también se que mi creciente fortuna esta cimentada en un cerro de cadáveres de mujeres adolescentes, que 58


nunca saldrán ni en la prensa ni tendrán una tumba donde sus deudos (si es que los tuvieran) podrían dejarles algunas flores..., y debo decir que este último tiempo el temor de lo que me pudiera esperar a mi muerte ronda cada cada más por mi cabeza, es por ello que la idea de ser un nuevo vampiro me asedia continuamente, pasando a ser un nuevo "inmortal" quizás evite que tenga que responder por mis acciones, no se lo he propuesto al "Duque Vladimir" pero creo que él me hará ese "favor" en algún tiempo más. FIN

59


Los

finales

de

los

últimos

Hippies..

“Hippie es una etiqueta del sistema para un proceso profundo, invisible, subterráneo, evolucionista. Por cada hippie visible, descalzo, floreado, lleno de abalorios, hay miles de miembros invisibles subterráneos. Personas cuyas vidas sintonizan su visión interna, quienes descienden de la tele comedia del American Way of Life.”

(Timothy Leary (The Politics of Ecstasy) 1967.

En donde yo vivó (ya por más de 25 años) van quedando poco Hippies de los 60tas, ósea los “verdaderos”, los que tenían veinte años cuando comenzó la llamada “revolución de las flores”, de esos que en verdad salieron de todas partes del mundo a buscar precisamente un “nuevo mundo”, con la paz como el “arma” bajo sus sudados y sin desodorante sobacos, actualmente, a la mayoría se los ha llevado a la tumba fría su pésimo “estilo de vida”, porque a mí nadie me puede venir a decir que beber como bebían los difuntos o como bebían aún los dos o tres que quedan “vivos”, es vivir “bien”, tipos que hacían concursos para ver quién era capaz 60


de beberse más “garrafas” ósea cinco litros de vino, es imposible que a lo largo del pasar de los años tengan una buena calidad de vida por decir lo menos…, siempre y cuando no tenga pacto con el de allá abajo. Como les decía, todos los hippies de por estos barrios (y doy fe de los que al menos yo llegara a conocer ), fueron todos unos ebrios de marca mayor, y no es que yo sea un abstemio, nada más alejado de la verdad, de hecho, a la mayoría de los que conocí de cerca, los conocí bebiendo y fumando más que cigarrillos, si me entiende lo que le digo…, pero ellos están actualmente admirando las flores del prado por el lado de las raíces, así que aunque yo beba como cosaco en algunas ocasiones, no me ha llevado aún y dicho sea de paso, ni lo veo posible, al panteón, a ellos si se los llevo, por ello creo que puedo decir y reiterar que eran unos borrachos de campeonato. Pero eso no quiere decir que en el momento (al menos) en que los conocí fueran malas personas, estamos hablando de tipos que te decían “hermanito.., paz y amor” , se trataba de resolver los problemas, no de andarlos creando, 61


como pareciera que se esfuerzan en hacer los más jóvenes ahora, y para ello solo es cosa de ver como la agresividad y la falta del más mínimo respeto por último a las canas ya se va perdiendo entre esta masa reggetonera…, en fin, eso al menos gritan por sus alta-voces los infelices de los evangélicos todos los domingos, encima por la tarde, ni siesta dejan dormir para los que pueden los muy conchudos, pero bueno, en esos años se entendía que el asunto era y pasaba necesariamente por una cuestión de actitud, si al menos te dabas la oportunidad de ver , analizar y discutir algo las cosas, en general, siempre se llegaba a un acuerdo consensuado, más de lo que la puta O.N.U logra actualmente, quizás el budismo que algunos llegaron a toquetear como concepto les ayudara en ello…,pero la verdad divago, la “lectura y el estudio” eran cosas para ellos en esos años “burguesas y más que nada obsoletas”, la “revolución” tanto cultural, como política y emocional, en ese orden, se daría diariamente te decían, cuando los conceptos actuales de sociedad fueran borrados por la o mejor “su” revolución, pero no perdamos el norte que hablamos de tipos que cuando ya se habían metido cierta cantidad de alcohol y drogas en sus cuerpos, 62


te decían medio emocionados, “…hermanito, cuando yo me muera y creo que va a ser pronto, quiero que en mi funeral pongan música de la Janis Joplin, o mejor los Doors…,¿me lo prometí?” y uno también ya bastante ebrio, les aseguraba que no solo le íbamos a poner unos casetes de ellos , sino que íbamos a traer ,”hasta la cola que le quedo a Bob Marley cuando se murió…” , eran bebedores en ese entonces simpáticos y sociables, te caían bien a la primera y aunque quizás sea solo una nostalgia tonta de esos años , en honor a la verdad, a los dos que quedan vivos, si es vida lo que viven día a día actualmente, (al otro que queda, el que sería el “último de los verdaderos hippies”, no lo veo mal después de todo, bueno siempre tiene que haber la excepción de la regla) les mantengo esa promesa cada vez que los veo…, aunque tengo más que claro que ni entienden lo que les digo, y que tristemente, no creo que aparte de mi, llegue más gente que pueda reclamarme por la música que ponga en ambos sepelios, ambos fueron ya consumidos por el alcoholismos como le vengo diciendo, eso, sin contar con lo que les paso y que ya les contaré, ya hace rato que se quedaron solos, resultado de su cómo le digo estilo de vida, como 63


también por la parte “negra y obscura” de la vida, será por otra parte que en este país hay más botillerías que farmacias en muchos barrios, y de que la “magia y los espíritus” aún deciden o determinan ciertos cursos de vida con los eventos que aún pueden ocasionar. Siempre recuerdo con cariño la noche en que en casa de uno de los grandes amigos de siempre, pudimos los presentes circunstanciales de esa noche tener “el privilegio” de poder entablar amistad con el “Flaco Carlos” y su amigo inseparable “El Stanich”, jajajajaja, recuerdo también, como olvidarlo, que cuando uno o alguien de ese entonces, miraba con cara rara, sorprendido por el apellido que le mentaban, por estar acostumbrado uno a los puros Sotos y Pérez, nunca faltaba el acomedido que te decía o les decía que el tipo este “era alemán” y como por esos años el “Stanich” era aún un tipo que era medio rubio y más blanco que la mayoría, además de alto, uno de huevón que era en esos años creía que era verdad…, quizás la mayor cercanía que tenía con Alemania, no digamos con lo ario, sería la cerveza de marca 64


alemana, pero en fin, ahora ya ni siquiera puede dar un par de pasos y la altura se le fue al encorvarse como caña que dobla el viento, además, en esos años te decían que esos dos te podían mover los mejores “verdes” del sector …, y hasta si te los topabas en alguna fiesta te podían “presentar” a algunas “hipponas” de buen culo…, en esta parte debo aclarar que si era cierto, las mujeres, por lo que he aprendido en la vida, si les perece atractivo un tipo, lo largan, ósea se acuestan con el tipo sin mayores trámites la gran mayoría de las veces, muchas no dudan metérselo entre la piernas al tiempo de “pinchar” con el tipo en cuestión, es decir al conocerlo, ahora si les gusta más aún de lo normal por ser buen mozo, algunas aguantaran hasta los golpes y los abusos…, solo por estar, o mejor, que el este dentro de ellas…, así que si habían siempre mujeres donde aparecía el parcito, pero con el tiempo y los años, las “minas” con que aparecían cada vez fueron pareciéndose más a las prostitutas que ya muchos de nosotros habíamos frecuentado por ahí, recuerdo a algunas de esas mujeres, alcoholizadas hasta mucho más de lo que podía soportar un vikingo con sed, eran si los tiempo de gloría de la cocaína y de varias pastillas, 65


principalmente entre estas, eran las anfetaminas las más cotizadas, es curioso como algunas personas se aficionaron tanto en esos años a estas sustancias, sin otro norte más que poder beber más que nadie, bailar hasta donde se podía y no “quedar tirao” por el alcohol, se usaba como digo solo para poder beber más…, repito aquí estamos hablando de alcohólicos. Ahora si nos centramos unos momentos en el “estilo de vida” que ya anteriormente les he mencionado, y que lamentablemente en su parte más destructiva, fue el que siguió la mayoría, no “todos los hippies” siguieron ese camino , nunca son todos, siempre hay un margen que confirma la norma, y que simplemente se fueron quizás por el lado más “amable” del hippismo , ahora están de profesores de yoga o tai-chi, bien cuidados en sus cuerpos y se ven varios años más jóvenes, tanto que algunos parecen tener 10 años menos de los que en verdad tienen, otros aún estarán todavía muchos años más doblando alambres para sus artesanías en varias de las playas y caletas del país, esos tienes hasta nietos sanitos, estos otros, solo uno tuvo un 66


hijo que este aún vivo y con él a su lado. Los hippies de por mis barrios, de los que hablo, bueno, probaron todo lo que les dijeran que “les movería los sesos” y que pudieron conseguirse, probaron todos los alcoholes posibles y todas las drogas adquiribles, se las inyectaron, aspiraron y principalmente fumaron todas las veces que pudieron pagarlas, robarlas o cambiarlas por algo, así, con el tiempo fueron luego de superar la valla del acostumbramiento de una sustancia o hábito, al de la adicción en pocos años, hubieron muchos con problemas psicológicos los unos y hasta psiquiátricos severos otros, producto del consumo de drogas…, ahora, en lo personal creo que más allá de la marihuana uno no debiera consumir nada más, en eso si estoy muy de acuerdo con los verdaderos hippies ósea los antiguos, la droga debe y tiene que ser un placer, un goce añadido a voluntad, no un infierno, como lo es ahora cosas como esa mierda que llaman pasta base, creo también que si uno es joven y ya anda fumando marihuana, en alguna etapa de la vida se va a probar algo más fuerte, y con esto no pretendo avalar la falacia de que fumar marihuana “es la puerta de entrada a drogas más duras..” en mi caso y en el de varios amigos, lo 67


asumimos como “…una experiencia más en la vida…”, consientes de que estas drogas “si” te hacían un adicto, eso es asumir los riesgos, yo probé los ácidos y fue una experiencia mágica, lo mismo el peyote y hasta el floripondio, igual los hongos…, lo más “químico” aparte de pastillas varias, fue la morfina y mi experimentación paro al salir de la universidad, a lo más tuve problemas con la cocaína, y hasta el día de hoy ya llevo años sin volver a probarla, simplemente porque me di cuenta de lo mal que me sentaba, actualmente solo fumo marihuana que yo mismo me planto y bebo alcohol, preferentemente fermentados, los cigarrillos son lo que más desearía dejar de consumir, pero asumo que a lo más puedo lograr la “reducción de daños” es decir, fumar menos y ojala si se diera dejarlo del todo. El “Flaco Carlos” y el “Stanich” nunca dijeron ni menos pudieron decir alguna vez , “basta” y con los años fue evidente que ya no podían dejar de beber y drogarse por ellos mismos, en esos años de su adicción, varios del “lote de los vola’os” habían muerto en variadas situaciones, con el común denominador de ser siempre relacionadas con el alcohol y las drogas, varios también habían pasado 68


una temporada en las diversas cárceles del país, por tráfico de sustancias principalmente …, y alguno que otro por robos o cosas así, más de alguno paso también por alguna institución psiquiátrica, no saliendo de ellas o no tan cuerdos como uno los recordaba si salían, pero aún los puedo ver, siempre con ánimos para seguir la juerga interminable de esos años donde y con quién fuera…, lo que si también recuerdo que ocurría con ellos es que les fuimos, perdiendo “el respeto”, de tanto verlos ebrios, pero ebrios , ebrios, es decir meados a veces, botados ya por algunas plazas, hablando solos y con el andar errante del ebrio consuetudinario ya impregnado en sus debiluchas piernas o drogados de tal forma por el sinnúmeros de cosas que se metían en sus cuerpos que tengo el recuerdo de muchas veces andar yo mismo y un grupo de amigos de fiesta y sentirnos “muy locos” como se dice y toparnos con ellos ,verlos y reírnos hasta las lágrima seguros que estábamos “algo locos, si”, pero nunca para preocuparse, porque al lado del “parcito” que formaban el “Flaco Carlos” y el “Stanich” estamos “sanos”, en esas condiciones se les insolentaba cualquier pendejo que anduviera con ganas de pelear, al principio, ganaban aún por 69


ejemplo sin llegar a pelar solo por intimidación, producto aún por el porte y quizás algo de la leyenda del “alemán” que se agarraba a todas la mujeres que mantenía aún el “Stanich” y los tipos desistían al verlo con una botella en la mano y quebrarla para esgrimir los filosos vidrios como arma…, pero con el tiempo ya no podía ni quebrar la botella que tuviera a mano…, así fue común verlos a ambos con los ojos amoratados de un sopapo, los labios partidos con costras y más de un diente menos, ya no eran “ los guerreros” de antes, con el paso de los años las costras nunca más se fueron de sus cuerpos y rostros, ya no por peleas, nunca más pelearon que recuerde, a veces solo se alcanzaban a parar y se caían solos al suelo, anulando toda posible pelea, y entre risas los otros contendores les robaban el trago que tuvieran o los pocos pesos que juntaban vaya uno a saber como, ahora eran las costras que les dejaban las cada vez más frecuentes “caídas” que cada tanto sufrían, por la beberecua interminable tenían bastante deteriorada la función del “equilibrio” , si tenían ánimos, o si les convidabas cerveza, y les preguntabas por sus llagas, te contaban que habían tenido un buen “encontrón” con unos “gallos” a los 70


que les “sacamos la cresta”, pero como estábamos “muy locos” igual “algo” les habían pegado, de ahí los machucones y las costras, pero todos los veíamos a diario en que calamitosos estados andaban por las calles y éramos testigos de más de alguno de sus costalazos, otra cosa que ocurrió con ellos con el tiempo, fue que se fueron quedando solos, muertos sus padres hacía tiempo, solo sus madres vivían aún y los cobijaban como las “ovejas negras” que en verdad eran, a pesar que se sabía que por ejemplo el “Flaco Carlos” en más de alguna ocasión había insultado a su madre hasta poder hacer sonrojar a un pirata alcoholizado, los mismo “el Stanich” , y era hasta entendible, no era posible una convivencia “sana” con alguno de esos dos, menos cuando estaban bebidos o drogados, pero con el tiempo la calle los fue llamando y pasaban semanas en las que no se aparecían por sus casas, perdidos en poblaciones y durmiendo donde los pillaba el cansancio o la noche, vivían de pedir monedas y mendigar alguna comida, aunque más los mantenía vivos el vino en caja que otra cosa, ya estamos hablando de los 90tas, es decir cuado ya llevaban casi los treinta años de adicción al alcohol principalmente en esos años y a la droga que les 71


cayera, menos la pasta base, esa mierda doy fe que nunca jamás la tocaron. Dicen que fue por esta época que les ocurrió a ambos el hecho que desencadenaría su derrumbe definitivo ,si bien ambos ya eran prácticamente mendigos a los cincuenta y tantos, aún conservaban algo de “humanidad” al menos cuando estaban sobrios, aún te reconocían y te saludaban aunque más no fuera para pedirte algunas monedas, volvían cada tanto donde sus “viejas” quizás a buscar algún consuelo de tanto embriagarse y drogarse, creo sinceramente que si a alguno de los dos en ese periodo se les hubiera ocurrido meterse a evangélico, que no es ningún buen deseo a mi entender, pero, debo reconocer que en casos de alcoholismo los tipos rehabilitan, a su modo raro, pero bueno es que al menos estarían vivos, y no “muertos en vida” como están ahora, aunque a veces también pienso que si bien los destinos no están marcados al nacer, uno mismo se los busca, los cría, volviéndosenos inevitables. Se dice que ambos emprendieron una buena noche de verano sabatina una de sus tantas incursiones ya 72


no en las fiestas, este par ya daba más lástima que otra cosa y su actuar, vestir y apariencia personal dejaban bastante que desear, derechamente andaban, cochinos, vestidos con pilchas y hediondos “a todo” como se dice, así que nadie los recibía en ningún lado, a lo que su “fiesta” se limitaba era a beber lo más que pudieran de lo que fuera y fumar también lo más que se pudiera de lo que fuera, paso a paso avanzaban sin un rumbo muy fijo, lo único que tenían de momento claro es que pasarían a la botillería más cercana a comprar vino en caja del más barato y ver si les alcanzaba al menos una para cada uno, compraban unos vinos que venían envasados en plástico dentro del cartón de la caja, “guateros espaciales” se les llamó cuando recién aparecieron, la verdad eran tan malos que solo muy pocas botillerías los seguían trayendo, porque solo ebrios como de los que hablamos los compraban solamente por su bajo precio que les permitía beber más por menos dinero, compraron dos cajas de litro de vino blanco y cigarrillos sueltos y se fueron a sentar a una de las bancas del nuevo sistema de transporte, solitaria como casi todas por las noches, ya que los buses brillan por su ausencia, y se instalaron a beber y fumar. 73


Ahora bien, debemos si decir que la banca donde se sentaron estaba precisamente, quizás sin recordarlo, en los que pudiéramos llamar “sus barrios” , actualmente quien los viera le parecerían habitantes de cualquiera de las poblaciones cercanas, sin embargo, ambos venían de familias que en algún momento tuvieron un buen pasar y curiosamente si bien iban mucho a poblaciones a adquirir drogas, nunca se sintieron parte de ellas, a pesar de sentirse a gusto obviamente por el tema adquisición de drogas, quizás también por una ya lejana infancia en donde ambos jugaron en las casas de la antigua villa, con patios grandes interiores, con parrón , mesas interminables para los asados de los domingos, algún nogal añoso y la infaltable huerta de tomates y lechugas, donde seguramente dieron sus primeros pasos y después “chutes” de pelotas, les mantenían aún ciertas raíces “burguesas” por así llamarlas, que les hacían volver de vez en cuando a esos barrios primigenios. - “¿No vivía por acá un negro hippie que tenía siempre unos “sin semillas” la raja “Stanich”?- le 74


pregunto oteando la calle “el Flaco Carlos” a su inseparable y nunca bien ponderado amigazo. - “Puede que sea así, recuerdo que era cerca de la movía de pitos de siempre, allá en calle Transversal, era unas “agujitas”, si, si, recuerdo, que eran “punto rojo”, puta, unos dos de esos y unos “cidrines”, sus copetes fuertes y terminábamos siempre comiendo almejas “cuenteadas” en esos años, ¿te acordaí Flaquito? - ¿Como no me voy a acordar?, si en esas andábamos con la “ronca” de la calle 7, la puta esa, hay que decirlo a estas alturas, puta y bien rica, que hueva jejejejeje, tremendo culo, buenas tetas y lo chupaba hasta los cocos, jejejejeje, ¿la hay visto ahora último?, ta’ tan vieja que con las arrugas y la voz el doble de ronca de esos años, claro como fuma como china, me dijeron que en eso casi se la va toda la plata que logra juntar maraqueando, si creo que se fuma las tres cajetilla diarias, y no fuma ”Malaga” ni “Derby” la culí’a, no , esa te fuma puro “Viceroy” o “Barclay”, de a luca y media la cajetilla, pero así ronca y arruga como te digo que esta ahora, ya ni se la pescan porque piensan hasta los viejos cocidos que es un travestí jejejejejeje”. - Jejejejeje, si poh, tan maraca la huevona esa, ¿si te 75


acordaí que pololeo conmigo? – se jacto el “Stanick”. -Jejejejeje, y conmigo también y como con 1500 huevones más jejejeje- se burló el “Flaco Carlos”. - Jejejejejeje ¿y que tanto? Amor libre poh hermano, un culo es un culo y es de quien se lo gana o de a quien se lo preste su dueña. - ¡Que todavía hablí huevas hipponas como esas!, jejejejeje, mira como no dejaí nunca de sorprenderme, yo te voy a sorprender ahora. Y como si fuera el más acabado de los prestidigitadores, el “Flaco Carlos” realizo unos tristes pases mágicos con sus temblorosas manos, pero logro hacer aparecer en su mano derecha un gordo y grueso cigarrillo de marihuana. Al “Stanich” por su parte se le desorbitaron algo los ojos por el milagro recién presenciado y casi babeante solo atino a preguntar. - ¿Y eso? 76


- Bueno…, se cuenta el milagro pero no el santo, fumémonos este canutito, es 60% verdecito y 40% paraguayo, en fin creo que es una mezcla “ganadora”, jejejejejeje, - y riéndose todavía, encendió con mano aún hábil, una cerilla raspándola sobre la superficie gastadísima de una caja de cerillos en donde se distinguía aún a pesar del tiempo y del uso, la borrosa cara de un barbón y obeso Jim Morrison. Y envueltos en las voluptuosas y olorosas humaredas del canabis, fumaron sin culpas reteniendo el humo del canuto hasta casi saltárseles los ojos en las cuencas, tosiendo más y mejor, poco a poco fueron cayendo en la agradable modorra de la marihuana, y por fin al terminar, encendieron unos cigarrillos y llevándose a cada tanto las cajas de vino blanco a sus labios, pensativos, vagaban con la mirada irritada por el entorno casi familiar del lugar en que se encontraban, no era una sensación tan fuerte y perturbadora como un dejavu, pero no faltaban los recuerdos que afloraban en sus mentes, evocados por las murallas cercanas, las 77


sombras que se producían por los postes de luz y muchos otros detalles, que despertados por los estimulantes que consumían tranquilamente en la banca del sistema público de transportes los dos amigos, pues “volaron” por un buen rato. Es posible, si estos dos personajes hubieran tenido alguna idea del lugar en que se encontraban sin más se hubieran parado, posiblemente con dificultades, pero abrían emprendido raudos su camino…, en esa esquina habían ocurrido desde años antes que ellos se llevaran el primer cigarrillo a los labios, accidentes varios, y ocurrirían esa noche y de seguro ocurrirán después, innumerables eran los choques y atropellos que con los años ahí habían ocurrido, con el tiempo se había puesto letreros, pasos de cebras, se decía que el semáforo era cosa de semanas…, y nada, seguían atropellando gentes cada tanto, también algunos asaltos habían pasado ahí, incluso en la misma banca en que estaban sentados ahora los dos amigotes, perdidos en sus ensoñaciones, todos con resultado de muerte para el asaltado e incluso a veces para el atracador, porque ahí las “casualidades” eran la norma, y por ello el 78


muchacho desesperado por algún dinero para comprar la maldita pasta base, salía a asaltar a quien fuera con alguno de los cuchillos de la cocina de su casa, y se encontraba que terminaba en esa esquina saltando justo a un policía de franco, quien le metía dos balas en el pecho, o como esa vez que dicen una señora de una casa cercana, enloqueció al comprobar la infidelidad de su marido y salio a la calle histérica, gritando y apuñalo a dos señoras, una de ellas una respetable abuela de setenta y tantos años, vociferando que eran las “putas” que le robaban a su marido, se dice que la policía tubo que dispararle a una pierna para someterla…, de hecho, ahora que lo pienso solo de día y eso, la gente esperaba locomoción en aquel paradero, no faltaban también las historias de “aparecidos” que “penaban” en esa esquina…, bueno con tanto muerto, es como lógico que nazcan esas historias, pero creo que todos los que vivimos aquí llegamos a pensar que esa esquina era “yeta”, de “mala suerte”, que ahí pasan “cosas malas”, en suma que “era un mal lugar”, vaya uno a saber…, pero así eran las cosas entonces en esa esquina y seguro siguen siéndolo ahora. De pronto el “Flaco Carlos” parpadeo fuerte y 79


varias veces, tratando de asentar bien la mirada, ya que le pareció ver algo que hacía un segundo no estaba ahí…, o no había caído en cuenta que ahí estaba, al fin abrió los ojos de golpe y lo que vio le hizo emitir un gemido quedo…, pero que llego a escuchar “el Stanich” quien se volvió y se extraño de ver encogido y algo tembloroso a su amigo. - ¿Y a voh que te está pasando? –le preguntó. Y solo recibió en respuesta el largo dedo índice estirado de la mano derecha del “Flaco Carlos” que tembloroso le indicaba un lugar hacía lo alto. Y sucedió que “el Stanich” también se puso a temblar, porque vio a su vez lo que veía su amigo del alma de tantos años, era la sombra de lo que en un principio creyó un “conejo” de siniestra sonrisa y largas orejas que se perdían en el infinito, y que en su mano izquierda sostenía lo que perecía ser un largo cuchillo, luego la figura enorme le pareció un “zorro” porque atisbo de pronto una larga cola en la aparición, y ambos lanzaron un grito al unísono al ver que el cuchillo caía de pronto hacía ellos… . “El Flaco Carlos” fue el primero que se atrevió a abrir sus ojos cuando vio que pasaban los segundos 80


y nada les ocurría, los abrió un poquito y luego los abrió completamente y de pronto se largo a reír a carcajadas. “¡¡¡¡ Shuaaa, jajajajajajaja, la volaíta!!!! – gritaba, atorándose con la risa y su saliva en unas convulsiones histriónicas que no tenían para cuando acabar. Por su parte “el Stanich” también abrió sus ojos de golpe, y de inmediato comprendió el acceso de risa de su amigo, echándose el también a reír a carcajadas. ¡¡ Pero si es solo la luz del poste que se refleja en los árboles de allá!! . Dijo “el Stanich”. - Si – estuvo de acuerdo el “Flaco Carlos”- y con el viento que corre y mueve las ramas, hace parecer que el “mono” ese que se ve, le fuera a dar a uno una puñalada – . Y ambos aspiraron aire más relajados, la verdad sea 81


dicha, se habían llevado un buen susto, no es que ambos no hubieran “alucinado” alguna vez, hasta enanos rosados abrían seguro de haber visto los dos, pero la “figura” que ahora habían visto, les había pillado de sorpresa. Sin embargo, ellos no sabían que “la simple sombra” que habían visto, era solo un pequeño preámbulo de lo que vendría. - Oye “Flaquito” – dijo el “Stanich” - ¿es idea mía o se puso así como helado de repente? . - La verdad que tenís razón “Stanich” amigo…, se puso bien helado así, como de pronto, será el sustito que no pegamos que nos bajo la “temperatura” Dicen “los entendidos” de que cuando van a aparecerse los “espíritus”, pues pasa precisamente lo que estaba ocurriendo en esos momentos con los amigotes, baja fuerte y perceptiblemente la temperatura ambiente, y el “ectoplasma” puede así formar las siluetas o formas de las almas desencarnadas que en esos momentos quieren estar presentes nuevamente en la tierra, y así fue también 82


en esta ocasión, pues a ambos lados del asiento en que estaban sentando el “Flaco Carlos” y su inseparable amigazo , el”Stanich” , de cómo, de una especie de “vapor”, se fueron formando la silueta y luego el cuerpo de un “muerto” y una “muerta”, el muerto a la derecha y la muerta a la izquierda, y a ambos parecía que la podredumbre poco respeto les había tenido, ya que les faltaban los ojos y solo podían ver con unas agusanadas cuencas, el muerto además presentaba su cráneo roto al parecer por un balazo y podía apreciarse que sus sesos habían sido reemplazados por una cantidad aún mayor de gusanos que los que podían verse en sus cuencas, por su parte la muerta mostraba unas grandes rajaduras en su abdomen, que no eran otra cosa más que las huellas de las múltiples puñaladas que debió de recibir la noche en que fue asaltada en ese mismo paradero, en ellas también pululaba una multitud de gusanos entre lo que parecía pellejo reseco, eran posibles también de apreciar sus costillas , algunas quebradas y puntiagudas asomándose por sus heridas… , pero lo peor quizás fuera el putrefacto y asqueante olor que se apodero de pronto del aire, y más lo fue para los amigos el hecho de que ambas apariciones les tomaron 83


firmemente de sus brazos, el izquierdo en el caso del “Stanich” y el derecho con el “Flaco Carlos”, ambos patearon, gritaron hasta hacerse sangrar sus gargantas, y ya medio locos de terror ante semejante compañía, desorbitaron aún más sus pobres ojos al ver que desde el pavimento comenzaban a asomarse, las huesudas manos de muchos otros cadáveres vivientes que iban rompiendo el pavimento, saliendo como vampiros de sus tumbas, solo para gritarles como les gritaban a ellos los dos cadáveres que tenían cada uno a su lado, que ellos no habían tenido culpa de nada, que solo habían salido cada cuál a hacer lo que hacían cada día y que al llegar a esa conjunción de esquinas habían perdido en manos de otros su preciada vida…, además de los secretos del gusano conquistador. Fueron varias personas las que se asomaron primero a sus ventanas y luego a la calle, al sentir los gritos desesperados de los dos amigotes, y se extrañaron de verlos patalear y debatirse sentados en el banco de esperar la locomoción, pensaron que quizás que se abrían bebido, fumado, inyectado o vaya a saber uno que diablos, y por ende en esos momentos estaban viendo quizás que cosas…, me dijeron que 84


tuvieron que esperar que llegaran los para-médicos en una ambulancia para primero calmarlos…,algo, y que después tuvieron que inyectarles una ingente dosis de relajantes musculares para literalmente poder “desprenderlos” del banco en que estaban, que sus cabellos , ya algo canosos al sentarse, eran ahora albos y flotantes, que sus rostros tenían tal expresión de miedo y horror que ni los mismos para-médicos se atrevían a mirarlos mucho a la cara, que ambos parecían perpetuamente “anclados”, “pegados” en un momento supremo de horror y del que seguramente ya nunca volverían, porque ni pinchándoles la planta de los pies con alfileres conseguían atención alguna de ellos…, “catatónicos”…, me dijeron que murmuro como aventurado diagnóstico una de los para-médicos, pero yo tengo entendido que para ello primero tienes que ser esquizofrénico…, en fin , así terminaron el “Flaco Carlos” y el “Stanich”, están internados aún en el psiquiátrico, donde como le comentaba antes, cada tanto voy a verlos, ahí los estudian como caso raro, triste fin la verdad para los últimos hippies verdaderos que iban quedando, quizás que vieron realmente esa noche de verano, lo que yo sé…, bueno es lo que se dice que vieron, 85


porque relatos de apariciones como le decía que se ven en esa esquina sobran, además estoy seguro que no son ni serán , los primeros ni los últimos de “ver cosas” en esa esquina y en ese banco.

FIN

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“Ya que vas a escribir-me dijo-Cuenta de mi pueblo-pobreza y dolorsolo trajo el progreso-la cultura de la traición-y los indios en los liceos...” La Renga: “Despedazado por mil partes”.

El Machi… Llevaba caminando desde la 6:30 AM y recién ahora que ya eran las 13: 45 PM venía a distinguir la choza en la que se suponía vivía “Aucaman Collipuyi”, “el Machi” para unos..., “el viejo brujo del cerro” para otros, dependía el mote, principalmente si el que lo mentaba era mapuche o citadino, en lo personal me tenía sin cuidado, a mi lo único que me interesaba era que pudiera resolver mi problema, es decir, que con él pudiera yo vengarme. Hacía un par de años que había conocido y cortejado a Cristina M, ya desde los tiempos del Liceo que me atraía y logre ser su novio el último año que yo estuve en el, en cambio a ella aún le quedaban dos años por rendir para terminar su educación media. Para mi, el haber terminado el Liceo, solo me significo que mis días transcurrían en mi casa en vez que en el Liceo, los trabajos para mi no abundaron..., la verdad para muchos también 87


era igual, en el sur las oportunidades nunca sobran, lo que si aumento en forma astronómica y creo que en consecuencia misma a mi ocio fue mi consumo de alcohol, unido a un creciente mal genio, tuvimos muchas, quizás demasiadas peleas con Cristina en esos tiempos, pero seguía prevaleciendo el amor que creía sentíamos el uno por el otro, esto duró hasta el último año de Cristina en el Liceo, en esas fechas conoció a un profesor recién llegado desde la capital, con quien se fue a vivir tan solo a días de su graduación. -“¿Y que esperabas? ”– me dijo cuando un día me la topé de golpe en la plaza del pueblo una de las tantas tardes en las que deambulaba semi-ebrio por ahí en busca de alguien con ganas y dinero para seguir bebiendo. - “Tu ya vives ebrio – continuo – no trabajas ni haces nada aparte de beber, ¿qué futuro me esperaba contigo?, solo mírate”. Sabía perfectamente que tenía razón, me dolió también que así fuera, pero no llegué a balbucear siquiera una justificación o alguna especie de disculpa, cuando el trago te tiene en sus garras, solo la violencia es siempre la respuesta, además estaba el hecho, pensaba yo en ese momento ya tomado por 88


los efluvios etílicos, de que así era yo (menos borracho claro, pero esto lo atribuía yo a las circunstancias) cuando nos conocimos, pensé también que solo estaba pasando una mala temporada y que ella la muy puta, no había sido capaz de esperarme un tiempo antes de irse a copular con su profesorsucho, y así se lo dije. - “¿Y? “dijo, mirándome de arriba abajo – “el Matías se viste como caballero, siempre se baña y anda olorocito a colonia,..” - “¿Te la mete como te la metía yo?” le respondí... . Una cachetada fuerte y sonora, que hizo volverse a más de algún curioso en la plaza fue su respuesta, me miró echando fuego por los ojos un eterno segundo y sin más dio media vuelta y desapareció entre la gente. Me entregué a un frenesí de borracheras como nunca había pasado yo hasta ese momento, después de ese encuentro, cuando tuve un momento de sobriedad, luego de semanas de embriaguez, terminé concluyendo que el culpable de todo era el profesorsucho encoloniado y que solo vengándome lograría volver al menos al estado en que me encontraba antes de que el apareciera, es decir con 89


Cristina de novia y buscando trabajo, bebiendo claro, pero “lo justo” para sobrevivir. Por estos motivos era que estaba en esos momentos a punto de llegar al lugar en donde vivía (se suponía la verdad) uno de los más respetados “Machis” de la región para pedirle que el profesorucho “se muriera”. Yo sabía de casos en los que se hacían estos “encargos”, y de que si resultaban, pero quiero que se entienda de que yo esperé siempre que se me entregara por ejemplo un veneno fuerte, rápido y efectivo y que no se pudiera detectar, alguna hierva venenosa algo así por el estilo..., nunca lo que se me dio, ni menos las consecuencias que el hecho mismo tuvo en mi y en los involucrados. El “Machi” vivía solo en la cumbre del cerro que había tenido que escalar para llegar a él, de nombre “del Norte”, esto, por ser simplemente el cerro más grande que se apreciaba al mirar en esa dirección, tenía por añadidura este cerro “mala fama” desde antes del tiempo en que llegaron los españoles a la conquista de estas tierras, se dice que incluso los Incas derramaron sangre humana en sus sacrificios a sus dioses, que continuaron si cabe la comparación, los mapuches con la práctica cortando 90


en él las cabezas de los españoles capturados, más en nuestros días, se decía y alguna que otra nota llegó a salir en los diarios locales sobre el tema, que en el se reunían “jóvenes satánicos”, “de esos que se visten de negro y andan con las cruces “patatas pa’ abajo”, decían las viejas del sector, de esas viejas que todo lo saben, eso en los años 80tas, con el Thrash y los jóvenes de esa generación, que más que invocar demonios iban al cerro a beber y fumar marihuana con radios a pilas a escuchar a Iron Maiden primero y a Slayer después, para terminar quebrando botellas y gritando al vibrar con las canciones de sus grupos favoritos, más recientemente se habían visto a grupos de “góticos”, mucho más recatados que los thrashers, que llegaban al lugar atraídos por sus historias y leyendas a practicar “Ouija” ....,y que si hablaran de los resultados de esas practicas..., aumentaría en una más las leyendas del cerro. Nada de esto si, tocaba al “brujo” del cerro, ya que a ningún joven o grupo de ellos (en grupos son más valientes) se había atrevido a subir a molestarlo, el tipo tenía de tiempo inmemorial cierta fama, cierto era que ayudaba a los de su raza en enfermedades y males “espirituales” desde hacía décadas, sin recibir más 91


pago que algunos huevos de gallina castellana, miel, chicha, maíz, algo de tabaco y curiosamente algo de marihuana, se decía que le encantaba llenar una pipa con ella y fumar hasta atorarse, se decía también que no le agradaba que llegaran “huincas” como yo a su casa, me preguntaba que pasaría si un día subía un “gringo” a verlo por ejemplo, ya que para él, “huinca” eran todos los que no fueran mapuches, para el los “chilenos” mestizos y todo como yo no eran mapuches y ya y por tanto era “huincas”, decían las leyendas que el sabía como “vengarse” de los que lo llegaban solo a “molestar”, tendría más de cien años se decía, pero ello no le impedía subir cerros como el mejor, de aparecer de pronto en el lugar menos pensado y de dejarte ciego solo de mirarte fijo y de pronto con un movimiento casi imperceptible por lo rápido “agarrarte la vista con los dedos”, se decía además que su capacidad de aparecer de pronto, se debía a que sabia esconderse “detrás del sol”. Esas y alguna otra historia sobre el personaje que estaba a segundos de conocer se me pasaban por la mente en esos momentos... “- ¡Alto ahí!” – escuché de pronto, quedando paralizado, miré, pero no se veía a nadie. 92


“- ¿Quien eres?- inquirió la voz, era una voz cavernosa, arcaica, cázcada , malévola....,y me parecía a mi “sabia”, solo que de pensar en que “saberes” era versada la voz, me estremecía. - “ Me envía Montero P, (un conocido que me había hablado de un “encargo” que le había hecho al “brujo”, unos filtros “de amor” me dijo, con cara de picardía) el me dijo lo bien que usted le había resuelto un “trabajito”....¿se acuerda de eso?”. Hubo un momento de silencio, como si la voz estuviera considerando la respuesta. -“Puede ser que me acuerde, como puede que no..., pero ¿tu sabes como deben de pedírseme las cosas o no?”. Era la pregunta y el momento que esperaba, ya sabía que casi estaba todo listo, ahora debía hacer una especie de “pago” por el derecho a exponerle mi problema al “brujo” , ahora si el gesto se lo ve desde una perspectiva antropológica, era parte de la cultura indígena al llegar de visita a cualquier parte, uno debía de llevar algún presente para el visitado, conducta que por lo demás me parece digna de emular, saque pues de mi mochila un par de conejos de monte, un par de paquetes de mate y café, una botella de aguardiente y tabaco...., y un gran 93


paquete de marihuana andina, principalmente “cogollos”, al abrirlo y otear luego el horizonte advertí sobresaltado el brillo de un par de ojos que al parecer siempre habían estado ahí y que yo no distinguía, luego y a plena luz del día (eran tipo 14:30 PM ya) se “materializo” el “Machi” “Aucaman”, según me dijo después había salido de “detrás del sol”. Luego de un par de horas, ya casi habíamos terminado de asar el par de conejos, habíamos bebido varios mates con aguardiente, yo me había fumado sendos cigarros con el tabaco y él fumo en una inmensa pipa de hueso que saco , también habíamos estado probando los “cogollos” andinos..., fue comiendo de los conejos que recién me anime a exponerles mis planes, le conté todo el asunto, menos lo que quería hacer con el profesorsucho, al terminar, me miro fijamente mucho rato y al fin me sonrió y me dijo. - “Si, se notan tus ganas de vengarte, ¿qué quieres que haga?, ¿qué no se le pare más su “coso”?,” ¿qué pierda el trabajo?”, ¿”qué se enferme?...” -“Quiero que se muera”- lo interrumpí...

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-“¡Ah vaya”- dijo- “la cosa si que va en serio entonces..., y ¿por qué no le das muerte tu mismo?”, “¿por qué me buscas a mi?”. -“Pues para no ser descubierto pues, ¿qué gracia tendría el asunto si me voy preso?” -“Jejejejejejejejeje” – rió por lo bajo el “brujo”“pues puedo hacerte el “servicio”, pero no será creo como tu te imaginas que será, lo leo en tus ojos, eres un libro abierto para mi y encima, uno que me leído mucho en el curso de mi vida, ¿hay un sentimiento más humano que el de la venganza?, solo los hipócritas como esos curas “huincas” desdeñan estos sentimientos y exaltan a la compasión y la resignación como respuesta..., cuando el hombre es guerrero, no se siente bien hasta que no ve a quien le ha hecho mal muriéndose a sus pies ¿no?, pues para ello te advierto que no podemos pedirle ayuda a ese dios de viejas piadosas de los curas para esto”. Al decir lo último, los ojos del indígena centenario brillaron con un resplandor que no tenía nada que ver con los efectos del aguardiente ni de la marihuana, y por segunda vez aquella tarde de verano, con más de 30 grados encima, me estremecí 95


y fue tanto por los ojos del “brujo” como por entrever a donde iba a llevarnos esta conversación. -“Debemos de pedirle ayuda al Pillán” –dijo por fin. Ahí estaba, sabia de sobra que el “Pillán” en la iconografía mapuche, no era otro que el “diablo” en la mía. -“Oiga don Aucaman” -le dije- “¿de que me esta hablando?, ¿quiere que llamemos al “diablo”?. El solo me miró, sonrió y luego se puso a reír. “Hijo, -me dijo- veo que conoces a quien hay que acudir, al dios de las viejas se le deja para curar o salvar gente y al “Pillán” para que la gente se muera...., tu veraz”. Seguimos comiendo los conejos, echamos otros muchos mates con aguardiente y nos fumamos media bolsa de tabaco y el “Machi” casi acabo con los cogollos en su inmensa pipa de hueso y recién cuando el día ya trocaba a su fin, yo ya había decidido que le diría al “brujo” que si, que llamara al “Pillan” o lo que era lo mismo “al diablo”. “Aucaman”, el “Machi”, realizó al empezar a caer la noche como digo, los ritos necesarios que en su saber o en su cultura servían para invocar a la entidad o ser que el designaba como el “Pillan”, en la mía, si bien se decía que tenía 99 nombres, con 96


solo el que el “brujo” repetía constantemente en las cadencias de sus invocaciones me bastaba. Si estas páginas llegan algún día a las manos de algún antropólogo o estudioso de estos temas, le interesara saber que cosas como el olor penetrante y hediondo del azufre si esta presente como dicen las más antiguas tradiciones en estas apariciones, lo mismo, que se pide la aparición en “buena presencia” y “sin ningún mal olor” , pero el del azufre es signo creo de distinción del “diablo”, es parte de él, también se sigue exigiendo un papel firmado con sangre, si bien no puede ver por completo en esa ocasión ( y doy las gracias por ello) al ser con que lleve acabo este “compromiso” como lo llamó después el “brujo Aucaman”, puedo asegurar que vi. unos cuernos puntiagudos en su cabeza y la “mano” que me acerco una especie de pergamino que me pareció sacado de una tumba egipcia, no tenía forma humana y más se parecía a una peluda pata de cabrio, como me explicara “Aucaman”, no era “un pacto” lo que había realizado en el cual “vendiera” mi alma (cosa en la cual aún continuo sin creer en su existencia a pesar de todo , me refiero por supuesto al “alma”) al maligno, solo habíamos hecho una especia de 97


“acuerdo” o “compromiso” como dije que lo mentó el “brujo”, en el cual, él (la “presencia”) se comprometía a matar al profesorcillo capitalino de cáncer, como realmente ocurrió exactamente cuando se cumplieron los 6 meses desde que yo había estampado mi firma escrita con mi sangre en el pergamino, y yo debía de “pagar”, entregándole al “brujo Aucaman” mi primer hijo con Cristina, ya que ella volvería a ser mía ..., me sonó espantoso entonces y me suena espantoso ahora..., pero yo quería vengarme por sobre todo. Cuando todo por fin termino, y de la humareda que había encendido el “brujo” mapuche, en el centro del círculo que dibujo con algo que a mi se me había antojado como tiza molida por el color blanco, pero quizás fueran huesos molidos o vaya a saber alguien que cosa, solo salía una columnita de humo que se llevaba el viento, el “Machi” me dijo mirándome fijo. -“No se le vaya a ocurrir no cumplir, no te imaginas que ocurrirte a ti”- y el muy infeliz, luego de dicho esto, me sonrió. Los meses pasaron muy rápidos, como ya dije a los 6 exactos se murió de cáncer el profesorcillo, a los 8 me estaba casando con Cristina, ya que muerto 98


el tipo, volví a acercarme a ella y como por fin mantenía un trabajo que habían encontrado de “suerte “en forma estable, me convertí de golpe y porrazo en el “rey puesto” del dicho. A los 10 meses de haber firmado el “compromiso” con el “Pillan”, me anunció una sonriente Cristina que estaba embarazada, yo sudé frío en ese momento, luego con el pasó de los meses contemplaba con horror como iba aumentando de tamaño la barriga de mi esposa, a los 6 meses de embarazo o al año y medio más menos, de haber realizado el rito en el cerro Norte, soñé por primera vez desde que nos habíamos visto con el “Machi”, soñé con él sentado, solo en la negrura de la noche infinita del cerro Norte, junto a una gran fogata, fumando en su inmensa pipa de hueso y al rato me hablaba, recordándome que en 3 meses más debía cumplir con mi parte del “compromiso “y entregar a mi hijo, que ya tendría más, pero que este, el primogénito era del “Pillan”..., y nuevamente me sonrió el muy hijo puta. Desperté en esa ocasión y como en todas las que le siguieron, bañado en sudor, pero fue cuando ya casi Cristina cumplía los 9 meses de embarazo 99


que además despertaba gritando, ya que en esos sueños no solo veía al “Machi”, siempre sentado al lado del fuego, también a la “presencia” a la cual le firme el pergamino con mi sangre, se encontraba presente en el sueño, y a mí la sangre me volvía a correr por mi dedo pulgar izquierdo, tal como ocurrió aquella maldita noche en el cerro Norte cuando lo corte con el cuchillo que el “brujo Aucaman” me ofreciera para ello. Así estaban las cosas, hasta el día en que Cristina me anuncio con sus gritos que el día del nacimiento había llegado y mande a llamar a la comadrona del pueblo, ya que el hospital quedaba muy lejos y ya veía que no habría tiempo de llegar ahí, y nació la niña más bella que pudiera imaginarse y me prometí a mi mismo cuidarla para siempre con mi vida..., más al terminar yo de pensar en ello, la sangre que perdía mi mujer aumento su flujo en forma brusca y la vida se le empezó a ir en un río rojo que salía de entre sus piernas, espantado , grité temblando que sí, que cumpliría con el “Machi Aucaman” y con el “Pillan”, y la sangré paro, nuevamente de golpe..., la comadrona se santiguó y salió de la pieza corriendo, sin siquiera esperar su pago. 100


Tras dejar a mi mujer, en manos de una atribulada vecina, esa misma tarde emprendí el camino a caballo esta vez, hacía el cerro Norte, con mi beba recién nacida envuelta en varias frazadas en mis brazos, iba llorando y empinándome a cada tanto un balón de aguardiente que sentía descender por mi garganta como si fuera solo agua de la llave. Tuve que dejar atado varios metros antes de llegar a la choza del “brujo” a mi cabalgadura, las lluvias habían hecho dificilísimo el acceso hasta la vivienda de “Aucaman”, enterrándome en el barro, sin soltar ni a mi hija ni el aguardiente, quizás algo trastornado, logre llegar hasta el “brujo”, y no me sorprendió ver que tenía encendida una gran fogata y que estuviera sentado fumando su pipa de hueso..., era igual que en mis sueños, solo al acércame a metros de él, pude notar que las sombras a su espalda eran mucho más densas que a mi alrededor y supe que la “presencia” estaba ahí nuevamente. Y puedo decir a quien le interese que en esta segunda ocasión vi. nuevamente y con más detalle que la “presencia” tenía grandes brazos peludos y negros y que terminaban en pezuñas como recordaba, con las que no tuvo problema alguno en 101


arrebatarme a mi hija de mis brazos, vi también otra vez sus grandes cuernos en su cabeza que era igual a la de un chivo, pero con más rasgos humanos, de larga barba..., tampoco tuvo problemas con sus manos-pezuñas para tomar un gran cuchillo labrado con esotéricos símbolos en su cacha y degollar con él a mi hijita, al cortar su frágil cuello, también corto algo dentro de mí para siempre, llenó con su sangre caliente un gran cáliz y entrego el despojo que ahora era mi niñita al maldito “Machi”, quien se apresuro a trozarlo como a un pollo y ponerlo al fuego a asar como tal, medio trastornado de terror, miedo y asco hacía mi mismo escuché a los seres que esa noche estaban ahí, ya que estaban presente en lo que ya veía era una “gran ocasión” para ellos, oí sus horribles gritos mezclados con cánticos repulsivos, que llegaron a su cima, cuando la “presencia” llevo a sus labios el cáliz lleno de sangre de recién nacido, bebiendo un largo y sonoro sorbo. Desperté de día claro y a los pies del cerro Norte, temblaba de frío y de miedo aún, del caballo nunca más supe..., nunca tampoco pude explicarle a Cristina que había sido de la niña, nunca termino de creerme del todo la historia que la comadrona se la 102


había robado, yo a esa vieja bruja la eché al río días después para asegurarme su silencio, condenándome un poco más al añadir otra muerte a mi haber. Cristina me abandono nuevamente a los pocos meses de ocurridos estos hechos, esos pocos meses fue el tiempo en que me demoré en convertirme en forma definitiva en el vagabundo alcohólico que soy ahora, acosado por la culpa y los malos recuerdos. Y cuando quise volver a ver a “Aucaman” y ver si me podía devolver a mi mujer nuevamente, nunca pude volver a encontrar la senda que lleva a la casucha del “ brujo del cerro”, así aprendí que solo la muerte puede curar ciertas heridas y que el trago no hace más que aumentarlas..., tengo la certeza que existe en este mundo lo “malo” pero por fuerza creo que debiera a su vez de haber algo “bueno”...., aunque hay muchas noches que mirando al cerro Norte, veo el resplandor de una gran fogata en su cumbre, estremeciéndome, dudo que ello sea verdad. FIN 103


El Cadáver... Jaime Prieto tenía recién los quince años cumplidos y se encontraba de vacaciones en el campo, esas vacaciones que siempre las recuerda, siempre están presentes en su mente, fue en esas vacaciones que perdió su virginidad cuando ya el aguijón del sexo era insoportable y la masturbación le parecía que nunca lo calmaría del todo, sin embargo las condiciones en que se dio la pérdida de su virginidad y la “naturaleza” de su eventual compañera es que hacen e hicieron tan especial su primera vez. Fue Jaime y su familia en aquella ocasión donde sus abuelos paternos, quienes vivían en aquellos años en las afueras de Santiago, cuando en esos tiempos aún unos cuantos kilómetros afuera de la capital, ya se encontraba uno en el campo, era una gran casa de adobe que en el último terremoto cumplió su ciclo y se vino sin más abajo, ahí sus abuelos criaban gallinas, patos y sembraban todo lo que podían sacarle a la tierra, sin televisión, la entretención eterna eran los programas de radio, 104


salvo para un inquieto chico de quince años, algo alto para sus años, era el tedio lo que le invadía apenas terminaban de almorzar y su familia se enfrascaba en largas y regadas sobre-mesas que terminaban en la inevitable siesta de varias horas, ahí era que Jaime quedaba algunas horas libres y que en general las gastaba vagando por el bosque cercano y colindante con la propiedad de sus abuelos, a veces se acercaba al río que ahí corría y gastaba sus horas de libertada en la pesca, en otras solía recorrer un poco el bosque, en busca de nueces, avellanas, o simplemente le llevaba el placer de caminar solo por la naturaleza, y en eso se encontraba la tarde en que desde lejos le pareció ver que una mujer dormía en la frescura del bosque, si bien como decíamos el despertar del sexo en Jaime fue fuerte y las blancas manchas en sus calzoncillos y sábanas hablaban de ello, era muy tímido como para que no se le subieran los colores a la cara cuando debía de hablar con alguna mujer, peor aún si era bonita, así que dio un pequeño rodeo en silencio, pero estaba decidido a irse acercando poco a poco a la durmiente, pensaba que quizás pudiera “verle los calzones” si se le habían subido las faldas a la mujer mientras dormía, en su experiencia a más 105


de alguna tía o prima dormida la había descubierto con medio culo al aire al darse vueltas dormidas, ni hablar de la cantidad de “pajas” que se había hecho en esas ocasiones, se acerco otro poco más y fue ahí la primera vez que comenzó a inquietarse, por que la mujer que asumía dormida, si lo estaba despertaría con un fuerte dolor de cuerpo, sobre todo de cuello, ya que la posición en que descansaba era por lo menos incomoda, estaba de espaldas y media y ahora que la podía ver mejor, era como si estuviera “doblada” por la mitad, sus brazos se encontraban estirados al máximo y sus piernas abiertas, parecía como si el sueño la hubiera sorprendido de golpe al estar “estirándose”. Jaime vio que el largo pelo de la mujer le caía en la cara y le impedía verle el rostro, espero pacientemente alrededor de media hora y al no ver el más mínimo movimiento en la mujer, decidió al fin acercarse y mirarla al menos, se acerco lo más calladamente que pudo, sudando frió al sentir que quebraba alguna ramita al irse acercando, tropezó un par de veces y creyó que hacía un “escándalo” de ruido, más nada parecía molestar el sueño de la mujer, por fin llego a su lado y ahí se quedo petrificado por tanto tiempo que le pareció que le crecía la barba, 106


aunque nunca se hubiera afeitado aún, sus testículos se le subieron a la altura de la manzana de Adán y poco falto para que se meara encima, la mujer estaba muerta, solo al estar a su lado Jaime lo había podido descubrir. Jaime simplemente no sabía que mierda hacer, vio que los brazos de la mujer estaban cubiertos de arañazos, vio que su garganta estaba inflada más allá del doble y que se apreciaban claramente las huellas de dedos, sin duda a la pobre mujer la habían estrangulado, ahora veía sus ropas algo desgarradas y manchadas en algunas partes de sangre, se fijo que su escote también estaba desgarrado y dejaba ver la turgencia de unos grandes pechos, pero el asco le acometió cuando se fijo que un par de lombrices andaban en esos pechos, sabía que eran simples lombrices de tierra, pero de solo imaginar que con los días no solo ellas le andarían encima, sino que también sus “primas”, esas lombrices que no comían tierra precisamente, casi le hicieron doblarse y dejar salir el almuerzo por su boca, Jaime continuaba pálido ante el cadáver de la que le pareció debió de haber sido una mujer hermosa, fue ahí cuando una ráfaga de viento 107


descubrió de pronto el rostro de la mujer, Jaime grito. El susto fue de golpe y mayúsculo, el viento dejo al descubierto un rostro de mujer amoratado, de ojos que se salían de sus cuencas y el horror de una larga lengua reseca. Jaime cerró los ojos y trató de dominar sus temblores y que por segunda vez, no se le fueran a escapar sus orines, venciendo su repulsión, abrió lentamente sus ojos y miro la cara de la mujer, vio que realmente había habido belleza en su cara, pero que la horrible muerte que se le dio la había afeado hasta la repulsión, Jaime vio el miedo en esa cara, el miedo y el dolor de sentir que la vida a uno se le va en las manos de otro, sintió un escalofrió de solo pensar que debió de sentir la mujer cuando el aire ya no llego más a sus pulmones, Jaime aspiro hondo, dejo salir el aire y controlándose lo más posible para no salir a la carrera, decidió que debía devolverse y avisar a algún adulto lo que había descubierto, y ocurrió que una nueva y fuerte corriente de aire alzo de pronto las faldas de la muerta como en una muda invitación. El grande y bien formado culo de la estrangulada estaba al aire porque las bragas 108


debieron de serle arrancadas por quien o quienes la mataron, aún era posible observar (si Jaime supiera claro de estas cosas) que el orificio del ano de la muerta está aún muy dilatado, prueba de que había sido violada por todos sus valga la redundancia “sus orificios”. Jaime sintió que su glande dentro de sus calzoncillos comenzaba poco a poco a hincharse, pronto fue una presión molesta de deseo que sintió, en un momento no supo que le daba más asco, sí el mismo por erectarse a la vista del culo de una muerta, o de la muerta misma, eso de que, “se le pare a uno la pinga ante el culo de una muerta, no debe ser nada bueno ni santo”, pensaba Jaime, pero la verdad se dijo, es que bueno, muy muerta podía estar la mujer “pero el culo que tiene es de campeonato”, sin darse cuenta empezó Jaime a pasarse la mano y a apretarse con ella un poco la bragueta de sus jeans. Al fin un turbado Jaime se sacó los jeans y los calzoncillos con la mayor erección que recordara haber experimentado a sus cortos quince años, la sensación de tener parado su pene era tan fuerte que le dolía y creía que no tendría pellejo para cerrar sus párpados ..., si quisiera hacerlo, la verdad la vista de 109


las grandes nalgas de la muerta tenían mucho que ver en su estado, pero muchísimo más el que Jaime se le ocurriera que si el penetraba a la muerta nadie lo sabría nunca, se dejo solo sus zapatillas puestas y desnudo totalmente se acerco más aún al cadáver, lo toco y lo sintió heladísimo, frío, tanto que se le bajo en parte su erección, luego toco aquellas nalgas y ya no le pareció tan frío, pronto a dos manos comenzó a acariciar y acariciar el culo de la muerta, lo que produjo que su pene volviera al estado en que se encontraba antes de acercarse a tocar a la estrangulada, luego introdujo su dedo índice hasta el fondo de la vagina de la muerta y sintió como si lo estuviera introduciendo en un orificio de algún árbol, se sentía seco, sin la suavidad que el pensaba acertadamente debía de tener, al fin escupió varias veces sobre su dedo introduciéndolo nuevamente varias veces remojado en saliva, hasta que sintió que entraban fácil y deslizantemente en la vagina de la muerta, luego introdujo dos dedos y comprobó que la vagina de la muerta estaba dilatada y lubricada, había llegado el momento de la verdad se dijo Jaime, acomodó totalmente de cubito dorsal al cadáver y acto seguido introdujo la punta y luego todo su glande en la vagina de la muerta, la 110


sensación fue tan exquisita que se arrastro un poco más e introdujo de golpe todo su pene, era la gloria y Jaime dio comienzo a su primer “cadereo de follar” como decían en las escasas revistas porno que traía un tío suyo desde España que había visto una algunas veces cuando iban de visita a su casa y el pedía permiso de ir a ver la televisión en el cuarto de su tío y trajinando de puro aburrido las había encontrado, una y otra vez el pene de Jaime salió y entró en la vagina del cadáver y cuando sintió que se iba a correr entendió el porqué el o los violadores habían estrangulado a la mujer, ya que el mismo había atrapado la garganta de la mujer muerta inconscientemente pensando que si la ahogaba su vagina ( o su culo) se contraería brindándole aún más placer, y creyó (o quizás si ocurrió) que la vagina de la muerta se le apretaba más a su pene cuando apretó y apretó su ya atormentado cuello..., al fin eyaculó bañando la muerta vagina de su semen y el bosque con sus jadeos gozosos. Jaime profano dos veces más el cadáver, una más por su vagina y otra por el ano, se dio cuenta de pronto que empezaba a oscurecer y que en la casa de campo ya empezarían a despertarse y si no 111


llegaba pronto sería notada su ausencia y quizás salieran a buscarlo, no tanto por encontrarlo, sino para dar un paseíllo antes de volver a comer, y si lo encontraban abrazado desnudo a un cadáver de mujer con signos de haber sido violado, nada bueno le esperaría seguramente, apresuradamente se vistió y dando una última mirada a la muerta, suspiro hondo y luego corrió y corrió hasta la casa de campo de sus abuelos, dejando atrás su virginidad y sin saberlo aún, parte de su cordura. Jaime al ir creciendo, se hizo un apuesto joven, que a más de una mujer atrajo y conociera, sin embargo al tenerlas entregadas, desnudas, él no podía penetrarlas, ya que el recuerdo de “su muerta” se le presentaba de pronto y nada podía él hacer entonces con la mujer que se encontrara, las ponía en la misma posición que “su muerta” y aunque lograba erectarse y a veces lograr la penetración, el roce que sentía con aquellas mujeres en su pene, le parecía “sin gracia”, ni siquiera comparable al que sintió en la vagina de “su muerta”, al final a veces se dejaba insultar por las mujeres que le miraban frustradas o se permitían incluso dudar de su hombría, a muchas y luego a todas las terminaba golpeando, probo con 112


prostitutas diversas, a una llegó incluso a “disfrazarla de muerta” con maquillaje, pero no lograba ni de lejos la excitación que había sentido aquella tarde en el bosque con “su muerta”. Y ya casi de treinta años fue que Jaime comenzó a matar mujeres, para luego violarlas una y otra vez, porque vio que si bien al estrangularlas su excitación crecía, era solo cuando dejaban de respirar que podía penetrarlas a gusto, hasta la saciedad, y si bien logro por años despistar a los policías sobre su actuar, y se cuidaba de matar a algunas prostitutas o alguna mujer que le viera perdida o desorientada, cambiaba de barrios o actuaba cuando por motivos de trabajo debía ir a otras ciudades del país, y si bien quizás con todas estas precauciones, abría podido continuar por muchos años más matando mujeres para gozarlas, su cada vez menor cordura, la poca que le había quedado luego de su primera vez con una muerta, se había ido desgastando con los años y así cuando decidió que el quería “enamorarse” y “tener una pareja estable” fue que le pudieron coger, y fue que mato a una mujer que siguiera por semanas por encontrar que cumplía con todos sus ideales de belleza, la matara y la llevara hasta su 113


departamento, envuelta en una gran alfombra que comprara para tal propósito, así fue que pudo tener su primera “noche de bodas” para él y su “novia”. Fue el repugnante olor que salía a borbotones por debajo de la puerta del departamento de Jaime que atrajo y asqueo primero a sus vecinos y luego a la policía, al tumbar la puerta y entrar raudos, se detuvieron policías y vecinos y más de alguno vomitó ahí mismo hasta el alma al ver a Jaime poseyendo en éxtasis el cadáver podrido, amoratado y hediondo de la mujer que Jaime raptara y matara hacía por lo menos seis meses. Jaime permanece recluido en un manicomio local, encerrado bajo llave, y estudiado cada tanto por psiquiatras y psicólogos, se dice que no habla, que vive como si fuera un zombi, pero que eventualmente se le ha sorprendido con restos de carne de sus comidas, podridos y que se los acerca a su nariz, los huele y se masturba una y otra vez, hasta que ha sido descubierto y quitados a los golpes sus hediondos restos de carne. FIN

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El Fin del Mundo... Cuando al fin sucedió lo que los religiosos de toda índole llamaron por centurias “el Apocalipsis”, no se abrieron los cielos por donde aparecieran ángeles con trompetas o dragones echando fuego por sus fauces, ni demonios con tridentes, ni nada de esas fantasías, fue la política y el mismo ser humano quienes mandaron a la mierda todo. De hecho, todo se fue dando paso a paso, nada de cosas “de golpe”, ni grandes “señales” ni milagritos, como esperaban todos los babosos religiosos en especial los pentecostales, no hubo ni “rapto” ni “gran tribulación”, ni ninguna de la idioteces que ellos “veían” en el Apocalipsis bíblico, ya fuera este cristiano, judío, árabe, musulmán, etc, de etc. Como se venía diciendo desde los 60tas por los hippies, luego en los 70tas por los punks, y de ahí en adelante por todas las ideas contra-culturales, el fin vino por las armas nucleares. Pero primero revisemos la “cosa política” como dijeron en ya tiempos más que idos los romanos del Imperio, la verdad era que la decadencia en esta 115


área era evidente, yo como anarquista desde que tengo nociones políticas (lo mismo mi ateísmo en otras materias) llevaba años alertando sobre los peligros de las “luchas obsoletas” les llamaba yo, que hacían y mantenían las “izquierdas” en LatinoAmérica, en especial, los comunistas, los que apoyaron en su tiempo la lucha armada y los que mutaron a “grupos políticos” pero siempre añorando volver a cargar un fusil, así fue que quien tenía por “héroe” a Fidel Castro, me refiero a Hugo Chávez, monigote que decía “combatía el Imperialismo” y que sin embargo no tenía empacho en venderle petróleo a EEUU, así tubo el dinero para financiar cuanto grupo para-militar surgiera o resurgiera en Latino-América, y acá en este continente, por su culpa, fue donde se produjo el “principio del fin”. Tal como dije, con el dinero que Chávez entrego a diversos grupos que buscaban el añejo objetivo de instaurar “la dictadura del proletariado”, solo se consiguió dar inicio, primero a pequeñas escaramuzas en varios países limítrofes que ya acarreaban la lacra de la guerrilla como Colombia, en donde la FARC, resurgió con inusitada violencia, poniendo en cosa de meses en jaque al 116


oficialismo, en los demás países Latino-americanos, aparecieron o se re-inventaron conflictos que dieran pie a un resurgimiento de los grupos armados, en especial se potenciaron las llamadas “causas indígenas”, en mi país, Chile por ejemplo, se le llamó “la lucha por la causa Mapuche”, fue lo que dio origen a grupos al estilo del “Sendero Luminoso” peruano, y que en cosa de meses generaron un conflicto tal, que pareció que Chile se dividía en dos territorios..., al principió ya que con “las victorias” que fueron obteniendo, las etnias del Norte se envalentonaron y o se sumaron por apoyo a sus “hermanos” del sur a su lucha, o ellos mismos declararon la suya, pronto se fueron sumando a estas “causas humanitarias”, “los de siempre”, O.N.G.S, organizaciones de derechos humanos, estudiantes universitarios de izquierdas, punks, skinheads, hippies ,etc, etc, y la gente de la calle que también creía en estas causas, así y todo, Chile fue prácticamente el único país Latino-americano que siguió funcionando con todas sus instituciones. Pronto se paso de quemas de neumáticos, protestas, y los destrozos que cualquiera de estas generan, con los petrodólares de Chávez, a un conflicto armado mayor, porque los que recibieron 117


esos dineros no encontraron nada mejor que comprar que armas para sus “luchas”. Así fue que comenzaron obviamente los muertos, de uno y otro lado, y por primera vez en varios y luego en todos los países de LatinoAmérica se producían estos conflictos armados, todos financiados por los dólares de Venezuela, ahora que el gran daño ya está hecho, se sabe que Chávez como todo melómano que se cree alguna especie de “salvador” buscaba con estas luchas erigirse como el “gran salvador de Latino-América del capitalismo”, pero también como siempre, le salió el tiro por la culata. La cosa paso así, en Bolivia, que era desde siempre el “laboratorio” de todas las causa políticas en Latino-América fue el primer país donde los que participaban en estas luchas armadas se tomaron el poder, allá fueron los mismos que habían apoyado al depuesto jefe de estado Evo Morales (recuérdese que había sido depuesto por acusaciones de corrupción por el año 2012), querían que nuevamente un indígena volviera a gobernar el país, solo que cuando dijeron que no pensaban poner a Evo Morales nuevamente en el poder, sino que a otro en que si confiaban, Chávez les corto el flujo interminable de petro118


dólares, “o se re-pone al compañero Evo Morales o no hay más pasta” fue la frasecita que dijo, se dice Chávez cuando supo que a su “compadre” Evo, en Bolivia no pensaban en volver a hacerlo presidente, le respondieron que con esas palabras “mostraba la hilacha” y se veía a las claras que la ayuda de dólares, era mucho más interesada que “solidaridad” con la causa indígena, como si alguien en este mundo te pasara miles de dólares sin esperar algo a cambio..., y paso que a los días en Perú otro de estos grupos armados se hizo del poder y ellos si apoyaron del todo a Chávez y sus ideas, y declararon que en Bolivia había llegado al poder un “grupo de traidores a la causa bolivariana del comandante Chávez” y que les declaraban la guerra, así se dio inicio a la primera de las guerras entre países Latino-americanos. Luego se sumo Argentina, la cual tomado el poder por los nuevos “Montoneros” que resurgían como todos los grupos revolucionarios por los dólares que enviaba para ello Venezuela, mejor “el gobierno” de Venezuela, si a las decisiones que tomaba imparcialmente solo un hombre se le puede llamar “gobierno”, apoyaron como dije a Chávez y de paso como buenos Argentinos le dieron un 119


ultimátum a Chile, “que decidieran bien a quien apoyaban, porque de apoyar al bando equivocado, (el contrario al de ellos claro) les pesara“ se puede ver que la diplomacia ya era cosa olvidada, y en Chile, que a esas alturas ya casi se habían acabado los problemas que había ocasionado “la causa Mapuche” y se había acabado a balazos con los “terroristas” tal como se hizo en los 80tas , con la gente de los movimientos subversivos de esa época, recién se volvía la mirada a lo que acá se le designaba “como el vecindario”, y se vio con espanto que se venía peleando en forma declarada hacía ya tiempo en las fronteras Peruanas y Bolivianas, que Argentina entraba también con todo apoyando a Perú o mejor a la “causa Bolivariana” y que encima se le exigía a Chile sumarse a ellos o “asumir las consecuencias”, los gordos , viejos y quizás ya obsoletos políticos de mi país, solo atinaron a programar citas urgentes con los cónsules y embajadores de todos los países que estaban en el ya declarado conflicto, no viendo que esa política ya estaba muerta, ahora era simplemente, estas de mi lado o en mi contra. Para cuando reaccionaron algo, ya Perú había bombardeado parte del norte grande y Argentina 120


enviaba sus aviones a cruzar la cordillera y bombardear, murieron miles, pero las fuerzas armadas eran de otra madera que los políticos en Chile, y en cosa de minutos estaban contraatacando, y en honor a la verdad los políticos consiguieron después de todo, “cobrar” los favores antes prestados en otras épocas y así fue como Inglaterra entro de lleno en el conflicto, pagando así los favores prestados por Chile cuando Inglaterra entro a guerra con Argentina por las Islas Malvinas, así junto a las fuerzas militares inglesas y las chilenas combinadas, produjeron bajas enormes en pocas semanas tanto en Perú, como en la Argentina, Bolivia en tanto al verse libre del acoso tanto peruano, como argentino volvió a sumirse en una desangradora guerra interna. A estas alturas cabía pensar que tanto Europa, y muchísimo más EEUU estarían más que preocupados y quizás interviniendo en estas guerras, pero Europa optaba por ahora por la política de “dejemos a estos sudacas que se maten entre ellos, quizás hasta algo ganemos nosotros” y EEUU, con el tarado religioso que tenían por presidente andaban más preocupados de los abortos, los pecadores y de cómo salvar sus almas, de volver 121


a rezar en las escuelas públicas, que de un tipo como Chávez, “allá esos sudacas, seguramente ateos y sus luchas”, se ve que por motivos distintos, en Europa la desidia y en EEUU la idiotez no intervinieron cuando debieron hacerlo, cabe también señalar que el menosprecio tubo como se ve parte importante en sus decisiones, la verdad ambos pensaban que nunca se verían amenazados por problemas de “sudacas”. Sumado Inglaterra al conflicto, Chávez dijo que esto era ya “una guerra en que se luchaba para terminar de una buena vez con el capitalismo” y amenazó con pedirles ayuda a sus aliados del Medio Oriente, fue ahí donde EEUU al fin se digno meter sus narices, simplemente por el odio que se le tenía a la gente de oriente, distinto al desprecio que se le tenía a los sur-americanos , la gente del “patio trasero” como decía sin disimulo alguno de su desprecio, el presidente estadounidense en meses anteriores, y se le dijo a Chávez que “le bajara a sus revoluciones” y “que se lo pensara mejor”, luego de estas declaraciones , increíblemente apareció a la palestra un centenario, ciego (y solo mantenido vivo por máquinas) Fidel Castro , declaró que nuevamente “la bota asesina del capitalismo 122


burgués yanqui, trataba de impedir la revolución del los pueblos que aspiran a ser libres” y llamó a la lucha total, Brasil que hasta ese punto se había mantenido al margen a duras penas, sufrió tal revuelta social que cayó el gobierno y lo tomaron los militares que apoyaron a los que desde ahí se denominaron “neo-liberales”, luego fue México quien también se declararon a favor de quienes luchaban contra Hugo Chávez, y estaba así el panorama Latino-americano , cuando sorpresivamente China atacó a Inglaterra y ese si fue ya el fin para millones de personas y el primero de los ataques a gran escala. Poco me va quedando por contar o mejor, recordar, casi simultáneamente al ataque de China a Inglaterra, Pakistán atacó a India, luego las Coreas que venían en franco entendimiento, por culpa de un Latino-americano con mucho dinero para gastar, se enfrentaron en una nueva guerra fratricida, nada pudo hacer a esas alturas el Vaticano u organización alguna, política o religiosa, repito la cosa era estar a favor ya declaradamente del viejo comunismo o del capitalismo neo-liberal. Ya eran incontables las bajas civiles en todo el mundo, ya que en las últimas semanas África 123


también había entrado en una guerra civil, Australia comenzó también apoyar con armas y militares a los países pro-neo liberalismo, y llegó la hora crucial en que sin que nadie supiera muy bien como, de un asunto meramente político aparecieron las sub-terráneas luchas religiosas y China tacó junto a Rusia a Israel, solo que en la esperada por millones de religiosos , “guerra del Armagedón” no intervino ningún dios que salvara a los judíos, pero si quedo suficiente gente judía para que lanzaran un ataque nuclear a sus agresores. Europa miraba incrédula como el conflicto entraba en una fase ya final en que las explosiones nucleares se fueron sucediendo en cosa de días, incapaces por su desidia de reaccionar a tiempo, las bombas fueron cayendo en España, Francia, Italia, Alemania, Suecia y en toda Europa. El mundo se sumió finalmente en el llamado “invierno nuclear”, solo unas pocas personas en diferentes partes muy alejadas de las grandes ciudades y que habían construido ahí refugios para sobrevivir, lo logramos en parte, ya fuera en desiertos o en cimas de gran altitud, yo y otros compatriotas estamos bajo varios kilómetros bajo tierra en un bunker en el desierto de Atacama, desde 124


aquí hemos podido establecer contactos radiales con otras personas en la cordillera de los Andes, y en algunas otras partes del mundo, todos contamos con provisiones..., pero sabemos que estamos condenados, yo escribo estas líneas simplemente por la misma razón que un naufrago moribundo escribe su historia y la mete en una botella y la lanza al mar, más que por ser rescatado, para que alguien se entere alguna vez de su desgracia, solo que el naufrago tiene muchísimas más oportunidades de cumplir con su anhelo que todos los que quedamos de la humanidad. FIN

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Fantasma

Miriam volvió a mirar aterrada hacía el velador de su pieza y volvió a ver como la lamparita que ahí tenía se elevaba algunos centímetros de la base, hacía dos semanas que hechos como este tipo se iban haciendo cotidianos en su pequeño departamento de estudiante, esta vez era la lamparita, otras veces las luces se encendían y apagaban en forma sucesiva en el departamento, varios de sus libros de texto simplemente habían desaparecido, y en otra ocasión no pudo asistir a clases porque la puerta de entrada no logró abrirla, en esa ocasión Miriam había experimentado un miedo inmenso, a pesar de ser las 8 : 15 de la mañana y la ciudad de Santiago bullía en actividad y el sol de Marzo se filtraba a raudales en el living de su departamento, ella sintió un frío que le caló los huesos. Esta mañana en que al despertar vio a la lamparita de su velador levitando, lloro nuevamente de miedo, Miriam no sabía si se estaba volviendo loca o que, aún no le había contado a nadie de los fenómenos que estaban ocurriendo en su 126


departamento, ni a sus padres, ni a su novio que cada vez se extrañaba más de que ya no fuera invitado a pasar alguna noche con su novia, Miriam rezó, no recordaba haberlo hecho desde que era una niña, pero al ver flotar a su lamparita, acudió a su memoria y luego en susurros a sus labios un padre nuestro, que alguna vez un cura le enseñara en su primeros años de colegio católico, sumó a su rezó peticiones de que todo cesara, que ya las luces no se encendieran ni apagaran solas, y que nunca más se volviera a quedar atrapada porque no lograba abrir la puerta de entrada de su departamento, y que por fin su lamparita volviera reposar en la superficie del velador...., pero la lamparita no bajo, y Miriam dudo por ello que sus demáses pedidos llegaran a cumplirse. Nuevamente cerro sus ojos, húmedos de llanto, se paso una mano por ellos, los volvió a abrir y vio con alivio que su lamparita estaba donde se suponía debía que estar y no flotando como si fuera un globo con helio. Miriam se armó de valor y mirando de reojo la hora en su reloj de pulsera (ya se le hacía tarde para llegar a su primera clase del día) pateo con fuerzas las sábanas y frazadas de su cama y corrió en 127


camisón hasta el baño. Una vez allí abrió rápidamente el agua caliente y desnudándose se introdujo en las agujas de agua de la ducha, y aunque estaba bajo el fuerte chorro de agua caliente Miriam continuaba estremeciéndose al recordar la experiencia que había sufrido tan solo al abrir los ojos ese día. Miriam sin embargo logró relajarse algo con el agua caliente que caía y recorría luego su cuerpo esbelto y bien formado, Miriam tenía 26 años y cursaba el segundo año de la carrera de leyes en una tradicional Universidad metropolitana, hija de familia acomodada, vivía en el céntrico departamento que le arrendaran sus padres, para que según dijeron gozara de tranquilidad e independencia, para que pudiera vivir y estudiar tranquila, sonaba ahora a ironía cruel, y Miriam ahogó un sollozo al recordar los meses de verano que paso feliz en su lindo departamento de estudiante, luego, solo a una semana de comenzar sus clases todos los que ella llamaba “fenómenos” habían empezado, trasformando su departamento de lindo y feliz, en un lugar de espanto y terror, Miriam no creía en fantasmas ni espíritus chocarreros cuando llegó a vivir a su departamento, 128


pero ahora no estaba tan segura, de lo poco que sabía de esos temas, sabía quizás lo que sabe todo el mundo, que los fantasmas hacían las cosas que ocurrían en su departamento, cosas como lo de su lamparita esa mañana, Miriam volvió a sollozar y a rezar nuevamente después de todo, quizás si habían sido escuchados sus rezos y por eso finalmente había dejado de flotar su lamparita, y así quizás también las luces ya no se encenderían solas y nunca volvería a quedarse un día encerrada en su departamento, pero al recordar nuevamente su agonía de aquel día, su estómago se contrajo de puro espanto, y de pronto decidió que ya no podría continuar viviendo con ese miedo metido en sus entrañas, se volvería loca sino se alejaba ese mismo día de ahí y de lo que fuera lo que había o llegara a él, ya abría tiempo de contarles a sus seres queridos, aunque le creyeran loca, por lo que le había tocado vivir ahí, ahora le daba igual, que se rieran si querían, y quizás ella misma algún día llegaría reírse con ellos, pero no ahora, ahora solo contaba el salir, más bien huir del departamento, apenas terminara de ducharse, se vestiría y saldría con lo puesto, no le importaba nada dejar sus cosas ahí, ya enviarían a alguien a sacarlo todo, quizás debieran 129


hacerlo con un cura y agua bendita, o quizás con algunos de esos tipos que salían en la televisión y que decían entendían “del mundo de los espíritus”, le importaba una mierda, al terminar su ducha se largaría sin mirar atrás. Fue cuando decidió Miriam su huida que comenzaron los “fenómenos”, de pronto el equipo estereofónico de Miriam se encendió y empezó a sonar a gran volumen música clásica, era la sonata en R Menor de Bach, composición que a Miriam siempre le había fascinado, pero que en ese instante le pareció la música de la película de su propia muerte, instintivamente llevó las manos para cerrar las llaves del agua de la ducha, pero cada vez más aterrada las dejo igual, al sentir que de pronto la templada temperatura de su estrecho baño lleno de vapor de agua, había descendido abrupta e inexplicablemente, saco tímidamente un dedo fuera de las cortinas plástica y se le heló, temblando tanto de frío como de miedo se arrebujo en el centro de la ducha, para recibir aunque fuera un segundo más la mayor cantidad de agua caliente. Temblando Miriam intentaba pensar y decidir qué hacer, pero de pronto sintió que una mano grande, de dedos helados le apretaba un glúteo de 130


su bien formado trasero, Miriam gritó, pero no se atrevió ni a bajar la vista y tratar de ver que o quien le tocaba su culo, ni a llevar una de sus manos al mismo y quitar la presión cada vez más fuerte y lujuriosa de su nalga, cuando sintió que otra mano grande y fuerte le empezaba a apretar su otra nalga se mordió fuerte los labios, controlándose a duras penas para no gritar, pero todo control se vino abajo cuando sintió que un dedo grande y helado de una de esas manos le era introducido lentamente primero, firmemente al rato, en su vagina. Miriam gritaba, pataleaba, y trataba de golpear con pies y puños a un invisible “enemigo”, nada pudo sin embargo para evitar que terminara en el piso de su baño, de espaldas, sintiendo como si un gigante se le hubiera colocado sobre su pecho, y su boca se le lleno de sangre de tanto gritar y gritar porque además del increíble peso que sentía sobre si, también sentía en sus entrañas como un enorme pene se le era introducido una y otra vez con fuerza brutal, obviamente Miriam no era virgen a sus 26 años, pero el pene inmenso y espantosamente helado que sentía ya le llegaba a la altura de su ombligo, era una experiencia que creyó solo la sentirían las putas condenadas al infierno, al borde 131


de la locura, Miriam abrió de tal forma sus ojos que casi se le salieron de sus cuencas, y vislumbro por segundos a un ser enorme, blancuzco, ectoplásmico, que la violaba, el rostro del ser que quizás alguna vez, supiera el diablo, había sido humano, le sonreía con un lujuria una cara horrible, y que también reflejaba la maldad. Pasados tres días, sus seres queridos inquietados por su faltas de llamadas como de asistencia a su Universidad, llegaron con la policía y una orden judicial a su departamento, y al entrar la encontraron muerta y desnuda en el piso de su baño, el médico que realizo la autopsia dijo que había fallecido por un ataque al corazón, explicación que no contento a nadie que conociera a Miriam, ya que todos la recordaban como una persona activa, que practicaba deportes y que incluso ni siquiera fumaba, el médico adujo entonces que presumiblemente el ataque cardiaco se había producido por haber experimentado una emoción o miedo muy fuerte y repentino, tesis que si bien explicaba mejor lo del posible ataque, no echaba muchas luces a su muerte. Solo una anciana que vivía en el mismo bloque de departamentos que Miriam desde que este se habían construido, habló 132


algunas cosas sobre que en el bloque “... siempre penaban, yo porque tengo mi altar a la virgen y a los santos y que traje un curita a esparcir agua bendita en mi departamento, no me molestan, y aun así igual he escuchado siempre pasos y risas por las noches y más de alguna vez me han corrido mis muebles, varios matrimonios jóvenes también se han ido, algunos no han durado ni 15 días, yo creo que “algo” vio esa señorita, o “algo le paso” que no pudo soportar su corazón, dios la tenga en su santo reino”. FIN

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La granja de los Farias

La familia Farías, vivía íntegramente en la sexta región de Chile desde tiempos inmemoriales, solía gustarles decir a los mismos Farías a quien quisiera escucharles…, la verdad , solo ellos se creían eso, quizás para sentir de alguna parte algo de autoestima, como el 98% de las familias chilenas, a lo más conocían de su árbol genealógico hasta sus bisa-abuelos…, cuando mucho, en otras palabras, los Farías, forzando su memoria podrían haber llegado a acreditar su presencia en la zona hasta los tiempos en que llego Estanislao Farías quien aparece como comprador en 1892 del terreno en que hasta hoy había vivido o mal vivido toda su descendencia. Estanislao Farías era hombre emprendedor, y fue él quien hizo el pozo que hasta estos días proveía de agua a sus descendientes, el que su estructura de piedras estuviera casi por el suelo era producto de la decidía, la pereza, vagancia y borracheras constantes de sus actuales usuarios, su descendencia nada menos, lo mismo podría decirse del destartalado granero, que parecía que cualquier 134


ventarrón medianamente fuerte, finalmente lo echaría abajo. Fue Estanislao Farías el “patriarca” de la familia el único que pudo sacar alguna vez tomates “decentes” por decir algo de sus tierras, por demás está el decir que por otro lado su descendencia no salió muy “hacendosa”, aunque si hemos de ser ecuánimes, si lucharon por salir adelante, solo que al salir perdedores eternos en esa pelea, cayeron en una decadencia espantosa. Por muchos años se dijo por la zona que el gran error que había cometido Estanislao Farías fue haber comprado las tierras que le vendió un “mapuche” que parecía tener todos los años de la humanidad sobre sus hombros a juzgar por las infinitas arrugas que surcaban su rostro, a finales del 1800 era uno de los pocos de su pueblo viviendo “tan al norte” y encima, en las clásicas viviendas hechas de palos, barro y cueros de animales que llaman “ruca”, aparte de estos hechos casi anecdóticos e inofensivos, era la mala fama que le rodeaba lo que asustaba y repelía a la gente, se decía de él que era un “brujo“ o “machi” en lengua mapuche o mapudungun, solo que él no “curaba” a la gente de sus enfermedades como hacían los demás machis, este tenía tratos con el diablo o el 135


“Pillan”, se decía que preparaba infinidad de venenos con hierbas, que preparaba “bebedizos” que enloquecían a quien se los bebiera. Estanislao Farías no podría nunca haberse quejado que nadie le advirtiera lo peligroso que era comprarle algo a semejante individuo, “ no le compre nada al indio maldito ese” le dijeron varios, escupiendo luego de referirse al brujo mapuche…, pero el precio era demasiado tentador.., “…ahí en esas tierras que le vende el indio ese, por años ha estado llamando al diablo junto con otros indios que han de ser tan brujos como él, todos hemos visto las fogatas los viernes por la noche…, o esas inmensas que encienden los 31 de octubre, son aquelarres, reuniones de brujos Don Estanislao.., nada bueno puede ocurrirle en esas tierras a un cristiano.., de noche se escuchan gritos, sollozos, se ven luces extrañas, hay malos olores..(y al final siempre le decían ) yo ni regaladas las querría”…,pero finalmente Estanislao Farías se rió de todo lo que le contaran a susurros asustados, él no había venido desde el fin del mundo que era Punta Arenas, en donde como el mismo decía, había trabajado “capando ovejas con mis dientes” (cosa aunque parezca salvaje, en esos años era una salvaje 136


realidad) para dejar pasar la que él estimaba era la mejor oferta que en la vida se le había presentado, él pensaba haber llegado hasta la capital Santiago, para ver alguna buena oferta en que invertir sus ahorros ganados a “puro diente” en su caso, y antes de esa meta se encuentra con un indio que le vende tierras casi a un cuarto de su valor real, calculaba que luego de comprárselas le sobraría dinero suficiente como para construirse una casa, un pozo, un granero y sembrar, y así iniciar su “granja”, y se sorprendió de sonreírse ante este pensamiento, una granja, y el trabajando en ella como dueño y señor del lugar, quien pensaría que él solo a unos meses de haber abandonado “para siempre” se decía Estanislao para si, aquellas heladas y desoladas tierras de Punta Arenas , donde se estaba empezando a “trastornar”, según expresión de aquel entonces, no por la naturaleza de su trabajo, aunque de por sí el cortarle con los dientes los testículos a un cabrio, no se lo imagina uno como un trabajo para gente muy “cuerda” ( recuérdese si las fechas, hablamos de finales de 1800, cosas como los “derechos de los animales” eran impensables en aquel entonces) lo que en verdad lo movió algo de sus cimientos fue el descubrir un día a un capataz 137


de mediana edad, a quien Estanislao en su ensoñadora juventud veía como un hombre templado en aquellas soledades, casi un ejemplo perfecto del tipo de hombre que a él le hubiera gustado haber tenido por padre, montado en una de las tantas ovejas del lugar, fornicándosela con lujuria, con formidables empellones, con los que empujaba su verga en los interiores del culo del animal, pálido y sudoroso Estanislao Farías recogió sus cosas y saco de debajo del colchón sus ahorros de meses de cortarles los testículos a los cabríos y esa misma tarde se subió a un tren que lo alejara para siempre de aquellas soledades y le llevara a tierras donde buscar un futuro y por sobre todo hubieran mujeres, lo que quizás nunca quiso confesarse a si mismo Estanislao, era que, más que el impacto de ver su capataz en pleno bestialismo, fue que, al verle le había vuelto de golpe a la memoria como en una que aquellas tardes eternas en las soledades del sur austral chileno, se había sorprendido mirándoles las patas y los culos a las ovejas y en algún momento su pene se había puesto tan duro como la banca de palo en la que estaba sentado esa tarde. 138


El segundo gran error que decía la gente que había cometido Estanislao Farías, era el haberse casado con “Hermenegilda Weneslao”, una mujer hija de madre mapuche y un “carabinero” de “por ahí” como se decía entonces, para referirse a un tipo que nadie sabía a ciencia cierta de donde había venido, tenía esplendorosos 16 años, de fino cuerpo, bonito rostro, solo en sus trenzas negras azabache se podía detectar el “gen” mapuche en su sangre, los “Weneslao” no eran obviamente ni ricos ni cultos, de hecho no destacaban por nada, salvo quizás por las permanente borracheras en las que incurrían frecuentemente, siendo tantas y tan seguidas que se habían ganado el mote de ser los “borrachos más redomados” de aquellos andurriales, incluso los más ebrios de su gente, cuando se los mencionaba en su presencia , arrugaban la nariz y decían “esos curaos”. Pero Hermenegilda era bonita a sus 16 años, y Estanislao Farías a sus 32 viriles años, se fijo mucho en los grandes y agraciados pechos de la joven, a pesar de sus cortos años y en el gran culo que además tenía la chica, así, pensando más con su erecta verga que con su cerebro, se caso con Hermenegilda, y con el tiempo, incluso llego a 139


pensar que la verdad le había hecho a Hermenegilda un gran favor al casarse con ella, le daba un apellido decente a su descendencia ya que el no iba a permitir que sus descendientes llevaran un apellido como Weneslao, y segundo, por lo bonita que era, seguro la había salvado que la violara alguno (o quizás los tres que había conocido, y juntos) de sus tíos borrachos y degenerados. La verdad final del asunto, fue que Estanislao Farías a Hermenegilda Weneslao, la término comprando por una “DamaJuana” de 15 litros de chicha y por un par de botellas de aguardiente que entrego a la alcoholizada familia de Hermenegilda, al otro día de haber entregado estas vituallas por Hermenegilda, se caso con ella por el civil (Estanislao Farías no era hombre de “Iglesias” como se decía entonces) firmando él, estampando su pulgar derecho ella, luego salieron y comieron algo “por ahí”, Estanislao Farías le pago aquella tarde algunas rondas de tragos a los borrachos consuetudinarios de el lugar en que se encontraban y por la noche desvirgo a Hermenegilda en la inmensa cama de bronce que había comprado hacía unas semanas exactamente para ese fin, y fue precisamente en esa misma cama y también encima 140


de Hermenegilda donde Estanislao Farías falleció de un fulminante ataque cardiaco a los 92 años. La granja con que Estanislao había soñado llegar a construir en los terrenos que el comprara al indio brujo, no estuvo nunca ni siquiera cerca de llegar a existir tal y como Estanislao Farías imaginara que sería, si bien en los primeros meses, entre construir el granero, arar la tierra y darle por el culo a Hermenegilda y le faltaran horas para hacer cosas, le llego a parecer a Estanislao Farías que a él, le había ido todo a pedir de boca y así cuando iba terminando el verano Hermenegilda le anuncio en su parco hablar de niña criada más en el idioma mapudungun que el español que estaba “esperando”, Estanislao Farías llego a sentirse realizado…, le pericia después cruel que tan solo empezando el invierno se sintiera como el resumía “meado de perros”. Lo que paso fue que en el otoño de ese año, cuando sus cosechas ya estaba casi a punto de ser recogidas, se malograron, ese año Estanislao Farias había plantado gran cantidad de tomates, lechugas, acelgas, maíz y zapallos, que llegaron a verse grandes y bien cuidados, tal como crecía a su vez el vientre de Hermenegilda , pero, les había entrado 141


“un bicho del demonio” como decía a veces Estanislao Farías ya algo ebrio, y a propósito, eso fue lo otro que empezó a crecer desde ese primer nefasto invierno en la vida de Estanislao Farías, su alcoholismo, poco a poco Estanislao Farías comenzó a beber más de la cuenta, primero solo, con el tiempo en compañía de Hermenegilda, ya que después de dar a luz, y amamantar unos meses a su hijo “Estanislao Farías, Farías” como se llamó el primogénito de Estanislao Farías, no paro de beber hasta fallecer dos años después que lo hiciera Estanislao Farías a los 76 años de cirrosis hepática, o como dijeron algunos, se había muerto porque le resultaba muy aburrido beber sola. Luego de aquella malograda cosecha, de los 60 años que llego a vivir en esas tierras Estanislao Farias, nunca hubo lo que pudiera llamarse “una buena cosecha” en la granja de los Farias, siempre, o se les apestaban los cultivos, o las heladas parecían ser mucho más fuertes en esas tierras, arrasando con las plantaciones, en las que Estanislao Farías se rompía el lomo trabajando, aún así nunca pudo llegar a vivir de los dividendos de los productos que pretendió producir, a lo más sacaban para mal comer y a veces vender algo para 142


financiarse el vino de cuarto enjuague que bebían cada día más, cuando algo desesperados trataron de incursionar en otros “rubros” aparte del de sembrar, quisieron criar animales, y Estanislao Farías trajo las primeras gallinas y gallos a la granja, luego trajo conejos, al igual que las cosechas , la crianza de animales nunca dio los frutos esperados, además debían de cuidarse de tenerlos siempre enjaulados, ya que si llagaban a quedar sueltos, a los días aparecían muertos, destrozados, sin sangre a veces, alguna vez Estanislao Farías vio a algunos de sus conejos prácticamente partidos a la mitad, como si alguien los hubiera usado como quien usa una mitad de limón y la exprime en una ensalada, solo que acá los exprimido era el conejo y el jugo que se obtenía era la sangre del animal, Estanislao Farías no quiso nunca pensar quien y que era lo que con sus conejos habían “aliñado” con su sangre , pensó en alguna ocasión que eran los perros vagos o incluso zorros los que mataban a los animales, más nunca vio ni a los unos ni a los otros, las cosechas malogradas año tras año, y la eventual pérdida de sus animales destrozados por sabia quien qué cosa, fueron minando la entereza y emprendimiento de 143


Estanislao Farías, además de sus ganas y esperanzas, el alcohol por supuesto, ayudo a ello. Estanislao Farías tubo con Hermenegilda Weneslao la friolera de 12 hijos, y de ellos se le murió la mitad antes de que cumplieran un año, de los otros 6, nada muy bueno se obtuvo de ellos, 4 fueron mujeres y cuando apenas se les empezaron a notar la punta de sus pezones en sus blusas, las 4 se metieron de putas, los otros 2 hijos fueron hombres y de ellos, solo Estanislao Farías Farías, el primogénito pudo hacer algo que pudiera llamarse “productivo” con su vida, su hermano menor “Serafín Farías Farías” solo sirvió para emborrarse una y otra vez, desde que tubo edad suficiente para poder costearse un litro de vino. Estanislao Farías hijo, si bien nunca tubo estudios, contaba con la suficiente cantidad de “entendederas” como se decía entonces, como para ver que de la granja de su padre no iba a sacar provecho alguno, ya más de alguna vez había escuchado a sus espaldas cuando andaba por el pueblo que él vivía en una tierras que eran “yetas”, que les perseguía la “mala suerte” que les dejo ahí el “indio brujo”, cosas como aquellas siempre molestaron mucho a Estanislao Farías hijo, quizás porque en su interior sospechaba que algo de 144


eso era después de todo verdad, ya que el de niño había escuchado de boca de su propio padre como había comprado baratísimas aquellas tierras a “un indio viejo, que debía estar medio chocho ya, por vendérmelas tan baratas..” , con los años también le escucho en sus delirios balbuceados de borracho impenitente que quizás “…no debía de haberle comprado nunca estas tierras malditas al indio brujo ese..”. Estanislao Farías hijo, tenía bastante del emprendimiento de su padre en sus mejores años, era también bastante más inteligente que sus demás hermanos, quizás simplemente que cuando a él lo esperaba Hermenegilda , esta no había bebido nada que contuviera alcohol.., cuando esperó a sus otros 11 hijos le dio igual, así no era nada sorprendente el que, como acá ya se dijera sus hermanas terminaran de putas casi de niñas y la vida se las llevara a otras partes (principalmente casas de putas) y su hermano menor estuviera ebrio casi desde que naciera, Estanislao Farias hijo, tenía apenas 11 años cuando empezó a ayudarle a cargar cajones de tomates a un vecino cercano, este le había dado aquella oportunidad porque una de las hermanas de Estanislao le había chupado el miembro hasta 145


hacerle eyacular por algunos dulces, algunos días después, esta vez por un pan con mortadela algo rancia, la había penetrado desvirgándola ya que saco al final su miembro lleno de sangre, el hecho de que la hermana de Estanislao tuviera en esas fechas alrededor de los 10 años no le dio nunca a este vecino remordimiento alguno.., quizás algunos pequeños que compenso rápidamente dejando que el hermano de la “pequeña putita” como la motejara, le acarreara cajones llenos de sus tomates por una miseria, este hecho fue como una especie de “calmante” par su “conciencia”. Y fue ahorrando “miseria tras miseria” que Estanislao Farias hijo, logro hacerse un pequeño capital que invirtió comprando algunos de los mismos cajones de tomates que acarreaba de la granja de su vecino lujurioso al mercado, los re-vendió algo más caros a algunos negocios cercanos al mercado.., con el tiempo llego a tener su propia carretela con dos buenos caballos con los que traía los productos que re-vendía, llego incluso a tener “un buen pasar” como se decía entonces. Estanislao Farias hijo, se caso con una mujer bastante humilde de nombre “Ismenia Jorquera” la cuál contaba con 21 años por aquel entonces, 146


Estanislao Farias hijo contaba por su parte con los mismos 32 años que tenía su padre cuando este se caso, resulto ser Ismenia una mujer empeñosa, el hecho de que solo hubiera llegado a 4º de preparatoria, que para muchos era un impedimento, para su pareja fue una gran ayuda, Ismenia sabia perfectamente leer y escribir y sumar, restar, multiplicar y dividir , así, en sus primeros años de matrimonio con Estanislao Farias hijo, este vio aumentar sus ingresos, ya que es triste confesarlo, pero ello se debió a que ahora nadie podía aprovecharse de su analfabetismo, por otro lado el alcohol aún no deja su huella indeleble en Estanislao Farias hijo. Quizás el único error que tubo Estanislao Farias hijo fue no irse a vivir lejos de las tierras que su padre le comprara al indio brujo. Estanislao Farias hijo tubo un hijo con Ismenia Jorquera al que puso por nombre…, Estanislao Farias Junior, como gran alarde de “americanismo”, la verdad es que alguien le menciono que “los gringos” llaman “junior” a sus hijos, solo que no le explico que era una especie de diminutivo cariñoso, no un apellido, a la madre la verdad le dio igual, así que por ese nombre quedo su vástago, para 147


Estanislao Farias hijo, la felicidad le duro hasta los primeros 4 años de su matrimonio, un día del cuarto año, Ismenia por descuido se hizo un corte en su pierna derecha al pasar cerca del único y oxidado arado que tubo su suegro en la granja…, ella después contó que podría jurar que el mentado arado “se movió para que yo me cortara”, ya que a ella le parecía que tenía espacio de sobra para pasar por el lado de aquel arado…, y era eso lo que repetía una y otra vez por la noche de aquel nefasto día, ardiendo en fiebres y con su pierna derecha hinchada tres veces su tamaño normal, su pierna presentaba ampollas que se reventaban por diferentes partes de su pierna, dejando unas heridas que parecían verdaderas llagas, además de ellas salía un pus de color verdoso y de olor tan repulsivo que a duras penas, atorándose con sus arcadas de puro asco ante el repugnante olor conseguía Estanislao Farias abuelo, seguir poniéndole a Ismenia “pañitos mojados” en la frente, único paliativo con el que ilusamente intentaban paliar en algo los dolores de Ismenia, mientras Estanislao Farias hijo corría en busca de un doctor, cuando ya por la tarde fue evidente el rápido empeoramiento de Ismenia, quien, como es costumbre en el campo 148


chileno, se resistió hasta ultima hora que le viera un médico, “para que molestarse” es la frase recurrente en estos casos. Para cuando por fin volvió con un doctor Estanislao Farias hijo, ya entrada la noche, Ismenia gritaba delirando que, “…el arado ese, tenía unos ojos horribles, rojos como de fuego, y que sus hojas, en verdad son unos dientes horribles que estaban llenos de pedazos putrefactos de carne y de restos de huesos”, Estanislao Farias hijo, espantado ante el estado de su mujer, le urgió con lágrimas en sus ojos al doctor de apellido Soto que trajera a que hiciera algo por ella, más Ismenia continuaba en sus delirios y gritaba que , “…el arado ese , maldito, los restos que trae en sus dientes, son los restos de tantos y tantos muertos que hay en estas tierras…” y agregó que “…la pestilencia de sus cuerpos sepultados, es lo que se me a pegado…”. El doctor sudaba a mares, impresionadísimo con el estado de la pobre Ismenia, tiritaban sus manos al abrir su maletín y aún más al acercarse a tratar de poner aunque fuera algunos antibióticos en la hinchada pierna de Ismenia, pero al ir a hacerlo, advirtió, que los ojos de ella giraban y giraban en la cuencas de sus ojos, y luego vio una baba verdosa que descendía 149


lentamente por las comisuras de la boca de Ismenia, dudo un momento y al fin se decidió a administrarle una fuerte dosis de morfina y rogar porque falleciera lo menos dolorosamente posible, que al menos su final fuera menos doloroso de todo lo que ya había debido soportar, porque ya había entendido que aquella infección (si eso era) se encontraba ya demasiado extendida, había afectado al cerebro de Ismenia y seguramente en su interior ya se había desarrollado, en otras palabras Ismenia estaba condenada y se acerco a un lloroso Estanislao Farias hijo para comunicárselo. - “Lo siento, ya nada puedo hacer por su mujer en estos estados, la infección que seguramente tiene se encuentra ya demasiado avanzada…, debió de avisarme antes…, ya se como los campesinos muchas veces se resisten en ir al médico, pero…”. -“Se corto hoy alrededor del medio día doctor” – interrumpió Estanislao Farias hijo al doctor, que había quedando este estupefacto, y que se le quedo mirando con cara de no lograr entender nada. - “Pero” – balbuceo- “no puede ser, es imposible que una infección se extienda tan rápidamente y en esta forma…”. 150


- “¡¡ Son estas malditas tierras!!”– Grito Estanislao Farias hijo- “¡¡ Son estas malditas tierras!!” . Muerta y enterrada Ismenia tan solo a los 25 años, marco el comienzo de la decadencia de su marido, único hijo de Estanislao Farias que le saliera como se decía en aquel entonces algo más “alentao”. A sus 36 años comenzó su consumo “con ganas” de alcohol, empezó en el mismo entierro de Ismenia, aunque en esa ocasión y por el tiempo en que las gentes consideran que la persona esta de duelo se le disculpo su borrachera, con el tiempo ya no fue así y no estando la persona que quizás él no supiera que le contenía, ya no paro hasta el día de su propia muerte de beber, era tan permanente su estado de embriaguez que se le confundía a veces con su hermano menor, que aún vivía y que de siempre había sido un ebrio impenitente, siguió por algunos años más en sus comercios, en una casi desecha carretela, la que ya no se molestaba de componer, no digamos pintar o algo así, hasta el par de caballos se veía a muy mal traer, pronto solo quedo uno, el que a duras penas lograba llevar a Estanislao Farias hijo al mercado, más sin Ismenia que vigilara las transacciones y como siempre 151


estaba ebrio, volvieron a estafarle, era también tanta su decidía por todo que llego a cambiar sacos de papas por botellas de vino, sin embargo se las arreglaba para que a su hijo no le faltara, por lo menos lo mínimo e indispensable, el nieto del primer Estanislao Farias era bastante despierto en todo sentido, pronto aprendió casi solo a leer y al tiempo a escribir, también las operaciones básicas de las matemáticas dejaron de ser un misterio para él, la verdad en la pequeña escuelita rural a la que asistió por algunos años, dejo un buen recuerdo en su maestra, pero como ocurre frecuentemente en el campo chileno, tubo que poco a poco ir dejando los estudios para dedicarse a alguna actividad remunerada y pronto se le vio ocupado “vendiendo huevos” , vendía los que sobraban del consumo de la granja, muchos por lo demás, ya que a lo más se preparaban un par de huevos fritos cada tanto, su padre o su abuelo, para espantar en algo su borrachera eterna y poder seguir bebiendo, con el tiempo el también al igual que su padre logro hacerse de un pequeño capital con estas ventas, el que debes en cuando ocupaba comprando más aves, no solo gallinas, patos y gansos llegaron también a habitar en la granja de los Farias, y pronto constató 152


que no podía descuidarse en sus aves, ya que al igual que a su abuelo cuando comprara las primeras gallinas, si se le escapaba alguna ave, pronto la encontraba despedazada y sin sangre en algún lugar de la propiedad que alguna vez perteneciera al indio brujo. Tan bien le iba Esteban Farias Junior con sus aves de corral, que con el paso de los años y de una evidente bonanza económica gracias a sus esfuerzos, tantos que las gentes comenzaban a comentar que parecía que al fin un Farias sería un “hombre de bien”, y cuando Estanislao Farias Junior se casó tal como su padre y abuelo a los 32 años con Josefina Rojas de esplendorosos 22 años, parecía que la felicidad la tenía asegurada, Estanislao Farias nieto, cometió el error fatal de su padre, no irse de las tierras malditas del indio brujo. Quizás este Estanislao Farias haya sido quien más cerca estuvo de tener un buen futuro y un buen pasar, el había sido testigo por años de la decadencia de su familia, si bien sobre todo con su padre había visto los esfuerzos realizados por surgir, también había visto como habían fracasado miserablemente, había también crecido escuchando de sus labios la misma frase que su padre le dijera 153


al doctor que atendió a su pobre madre … “estas tierras malditas hijo…son estas malditas tierras del indio brujo las culpables de todo lo que nos paso a mi y a tu abuelo” , “son como vampiros que nos chuparan no la sangre, sino que lo que más amamos y nuestras esperanzas”, - y echándose un trago al gaznate agregaba- “ y son malas hijos, porque ese indio hijo de la gran re-puta, se dejo olvidado aquí al diablo o a otra cosa quizás hasta peor” . Estanislao Farias Junior, si bien le iba bien con su crianza de aves, quería tener otro negocio que le rindiera más dividendos que los que percibía con las aves, quería ahorrar y en lo posible en un corto tiempo salir de aquella granja él y su mujer, no quería repetir nuevamente la historia de su familia e intuía que para que ello ocurriera debía salir para siempre de aquellas tierras, para ello era necesario si dinero extra, meditando la situación decidió hacer “resurgir” un negocio que el emprendedor abuelo de otros tiempos, no el borracho que conocía ahora, había intentado en otros tiempos, el de criar conejos. Como casi todos los proyectos de Estanislao Farias abuelo, había quedado en el olvido o el fracaso, luego de que el primer año la cosecha se 154


perdiera y así hasta ahora, de los conejos que alguna vez tuviera Estanislao Farias abuelo, todos habían terminado nadando en la olla del puchero, sirviendo de comida para los Farias, el invierno que siguió a la perdida de la cosecha, ese nefasto primer año. Lo que les ocurrió en verdad a los animales fue que al darles de comer el pasto que crecía en las tierras del indio brujo, simplemente se murieron y no se podían nisiquiera comer porque al abrirlos salía de sus tripas un olor nauseabundo y repelente, algo de suerte si tubo Estanislao Farias abuelo y su coneja reproductora no alcanzo a probar los pastos al parecer envenenados, pensó alguna vez Estanislao Farias abuelo que quizás entre las champas de pasto, se le abrían colado algunas matas de perejil silvestre, veneno para los conejos, pero esto no abría explicado el repugnante olor que les salía al abrirlos, pero advirtió que solo era “sus pastos” los contaminados , porque al alimentar a la coneja con pasto de otros lados nada le ocurrió, así, si bien a la coneja la cruzo y obtuvo los conejos que luego nadaban en su olla como alimento, el esfuerzo de ir a buscarles pasto a los cerros o en alguna parte en que lo cortaran fue mucho para quien se iba convirtiendo en un alcohólico, así fue 155


un nuevo fracaso de ese entonces la reproducción de estos animales. Estanislao Farias Junior sabía obviamente esta historia y así fue como encargándole a su mujer que vigilara la crianza de las aves y la venta de los huevos, se compro una tijera y luego una máquina de cortar pasto y así combinaba un trabajo de jardinero con el que también le conseguía alimento a su nueva crianza. En los buenos tiempos de su negocio, llego a vender de 8 a 10 conejos diarios, ya faenados, se los vendía a los pocos hoteles o residenciales que existían en la región, los que sin embargo al tener siempre “liebre o conejo escabechado” o en otras deliciosas preparaciones en sus menús, significaban para Estanislao Farias Junior una entrada quizás no muy adinerada, pero si segura, en la mejor época de su bonanza económica, llegó a un acuerdo con los restaurante que existían dentro del mercado, demanda que a veces era el doble o el triple de lo que dejaba en los hoteles y residenciales, aunque ahí le pagaban menos que en los otros, pero, dada la gran cantidad de conejos que ahí se vendía para el consumo de turistas ocasionales como de quienes almorzaban ahí a diario, hacía que ese hecho le fuera indiferente, igual ganaba bastante más que 156


con lo que vendía a los hoteles y residenciales, Estanislao Farias Junior en estas fechas se levantaba al rayar el alba en su ventana, tomaba un rápido desayuno, y comenzaba en el patio trasero la matanza del día, a veces eran la increíble cantidad de alrededor de 150 conejos diarios los muertos y despellejados, a veces necesitaba que Josefina a regañadientes interviniera en el proceso, aunque fuera ayudando a descuerarlos, pronto la tierra del patio trasero tomo un color rojizo, tanta era la sangre que ahí se vertía a diario, luego de matar y descuerar los conejos del día, volaba a repartirlos ya que sabía de sobra que las matronas cocineras que preparaban las comidas estaría mirando el reloj y rezongando por la demora, luego de repartirlos por las tardes jardineaba y acarreaba en la carretela de su padre restaurada por el mismo el pasto para sus conejos, regresaba por la tarde-noche, exhausto, pero satisfecho de que ganaba más que ningún Farias de su familia. Y aún bajo este ritmo incesante, Estanislao Farias Junior encontró el tiempo para dejar a su mujer embarazada, y aunque en un principio lo único que se le ocurrió pensar cuando Josefina se lo anunció fue que en unos pocos meses más tendría 157


que estar el solo al frente del abastecimiento de cadáveres de conejos, pero luego se alegró al segundo al ver que era su hijo el que traería la mujer en cuestión, pestañeó y pensó que solo tendría que pagarle a alguien por el servicio, sonrió satisfecho pensando que por primera vez alguien trabajaría para un Farias. Y así al correr los nueve meses, nació un nuevo Farias, hijo de Estanislao Farias Junior y Josefina Rojas, bis-nieto del primer Farias que llego a habitar la sexta región de Chile y compró las tierras de un indio brujo. Paso el tiempo y Estanislao Farias Rojas, que fue como se llamó, gozó de la mejor situación económica que jamás contó Farias alguno, iba cursando un excelente 8vo año de preparatoria, cuando ocurrió lo de su madre. Josefina la verdad, nunca quedo muy bien luego de parir a Estanislao Farias Rojas, ella siempre le echaba la culpa a la temporada que paso ayudando en el trabajo de descuerar conejos junto a su padre, la verdad, el trabajo le repugnaba en demasía, ella de niña había tenido conejos…, pero de mascotas, nunca en su vida había comido carne de conejo por ese motivo, aunque fuera carne casi de uso común en la zona, 158


los conejos eran animalitos sensibles y preciosos para ella, y ver más un centenar a diario de ellos muertos, descuerados, con las tripas al aire, aunque fuera unas pocas semanas le afecto sin dudas. Sumábase a ello las molestias propias del embarazo, un embarazo que ella no tenía idea aún en ese tiempo que estaba en curso, las nauseas matinales al solo abrir los ojos en la madrugada de todos los días, que ella pensaba era producto del perpetuo asco que sentía de la labor que su marido le exigía realizar, se centuplicaban al tener que meter sus dedos en las entrañas de esos animalitos preciosos, para sacárselas, de meter por sus espaldas un enorme y afilado cuchillo y con el ir sacando la piel de esos animalitos preciosos, el horror de ver de cómo su marido los desnucaba tomándolos de sus patitas traseras y les azotaba con fuerza la cabeza en el duro suelo que de tanta sangre de animalitos preciosos vertida en él, ya estaba rojizo, ese horror lo sintió de forma tal que casi la enloquece la mañana en que el procedimiento de muerte que aplicaba su marido no fue 100% exitoso y al ir a descuerar al animalito precioso este chillo como no creyó nunca que esa preciosa criaturita pudiera hacerlo al introducirle el cuchillo en su 159


espalda para descuerarlo, grito como nunca en su vida, pataleo y lloró a mares, fue preciso que su marido le atizara una cachetada para cortar su ataque de histeria, calmada de golpe, con los ojos abiertísimos, miro a su asustado marido, quizás con que cara, que este no atino a nada cuando se levanto y sin más se fue a acostar nuevamente, por un par de días no volvió a las faenas, al pasar unos días más , veía aterrada que en cualquier momento su marido le volvería a pedir o a exigir que le ayudara a descuera animalitos preciosos…, fue para ella un alivio inmenso descubrir la mañana del quinto día que el motivo de sus nauseas si bien mucho tenían que ver con su trabajo con los animalitos preciosos que eran los conejos, más tenía que ver con un embarazo, solo en la calma de esos días había advertido la ausencia de su regla ese mes. Si bien fue una excelente madre…, mientras estuvo al lado de Estanislao Farias Rojas, Josefina mostraba de vez en cuando las secuelas de su experiencia con los conejos, nunca ceso de lavarse las manos muchas veces en el día, y si alguien ajeno a su familia política se hubiera enterado que eran también muchas de las veces en que Josefina se lavaba sus manos, y las veía aun teñidas del rojo de 160


la sangre de los conejos, la abría mirado al menos raro, las pesadillas eran otro tanto, veía una y cien veces al conejito precioso lanzando su horrible chillido de dolor al clavarle ella su enorme cuchillo cocinero en sus espaldas, muchas fueron también las noches que despertó gritando por este hecho, al ir ya Estanislao Farias Rojas cursando el 6to año de la primaría fue que ocurrieron los primeros hechos serios con su madre, una tarde, luego del almuerzo, su padre la había descubierto con las manos en carne viva al estar refregándoselas fuertemente con una escobilla de pelos de acero, diciendo una y otra vez, …” no sale, la sangre no sale, no se va no sale, la sangre no se sale, no se va, no se sale la sangre no se sale…” , nuevamente fue una fuerte cachetada de su marido la que corto la letanía que repetía y como por arte de magia hizo que le volvieran las sensaciones, es decir el dolor, y chillando ante la vista de sus manos ensangrentadas, corrió a lavárselas y vendárselas, luego fueron los episodios de sonambulismo en que salía a vagar por el patio trasero, murmurando sonidos de conejo, intentando atraerlos y posiblemente alejarlos de esas tierras malditas del indio brujo. 161


El colapso total fue como se dijo ya, cuando Estanislao Farias Rojas cursaba 8vo de preparatoria, fue en una tarde lluviosa, de esas eternas del sur de Chile, cuando llegó su pálido padre a buscarle a la escuelita, le extraño sentirle alcohol en el aliento, después de ese día ya no le parecería extraño, lo que había ocurrido es que finalmente su pobre madre había terminado rebanándose el cuello de extremo a extremo, tal como si hubiera sido uno de sus animalitos preciosos, se había suicidado esa mañana, se cumplía así nuevamente la desdicha de una mujer muerta en la casa de los Farias, solo su bisa-abuela seguía aún increíblemente con vida, a pesar que no pasara un día que no bebiera desde que se despertaba hasta que se dormía. Fue así, de golpe que empezó un nuevo y negro periodo en la vida de Estanislao Farias Rojas, para empezar su emprendedor padre, había comenzado como se recuerda a beber el mismo día de la muerte de su esposa y al igual que su propio padre ya no dejo nunca más de hacerlo, poco a poco se dejo llevar por el triste consuelo de la borrachera y paso a ocupar un lugar más en la mesa de borrachos que era el comedor de la casa de los Farias, ahí su hijo le escuchaba delirar , “… toda esa sangre de los 162


conejos que a diario y por tanto tiempo derramamos en estas malditas tierras, y derramamos digo, porque en la empresa me ayudó tu difunta madre hijo…” y luego señala con cierto orgullo, “…y también un joven de por acá cerca me ayudó cuando tu madre se quedo embarazada, con él, que no tenía problema alguno en pelarse un sartal de conejos como si tal cosa, podía matarles que era un gusto, y con gusto debieron estar también los demonios que hay en estas tierras, por eso es que me dejaron progresar…” y a veces ya cuando estaba muy ebrio decía, “… seguro que era como una especie de sacrificio hijo, toda esa sangre…, pero los demonios son los demonios y por algún lado tenían que cobrarse y ya vez, volvieron loca a tu madre…”, con el tiempo cuando escuchaba estas palabras Estanislao Farias Rojas, se llegó a preguntar si los locos no serían otros, desde sus bisa-abuelos para abajo, la verdad, desde entonces Estanislao Farias Rojas, comenzó a preocuparse mucho más de su familia, y vio que ella era un triste ejemplo de lo que puede llegar a producir el alcohol bebido a destajo, el bisa-abuelo, el que era el patriarca de la familia y que una vez fue el emprendedor Estanislao Farias, era casi un bulto 163


que cada tanto realizaba el movimiento de llevarse a la boca un vaso con lo que fuera que tuviera alcohol, en la granja de los Farias se bebía regularmente y de preferencia vino, pero en ausencia de este, pues lo que hubiera, lo otro que también el bisa-abuelo hacia, era llevarse al caer la tarde a su legítima esposa, Hermenegilda Welesnao a una de las piezas de al fondo de la casa y fornicársela, por donde le entrara su verga, ya fuera por la vagina con sus colgantes labios, ya fuera por el culo, a Estanislao Farias lo que le interesaba era solamente un agujero sonde descargarse, y fue en esos menesteres donde una tarde lo sorprendió la muerte en forma de un fulminante ataque cardiaco, montado en su bisa-abuela, el patriarca de la familia fue el primero en irse a la tumba, solo dos años pasaron y lo siguió Hermenegilda, más de alguno murmuro en el triste entierro como ya se dijo antes aquí, que la vieja se había quedado con nadie que le acompaña a beber y que por eso se había muerto. En el tiempo en que murieron sus bisa-abuelos, Estanislao Farias Roja, ya como todos los Farias, realiza una pequeña actividad remunerada, a él se le daban bien las “ventas”, de lo que fuera, el lograba siempre encontrarle un detalle, una cualidad, lo que 164


fuera que hiciera destacar a lo que estuviera vendiendo y así lograba venderlo. Comenzó con animales varios, ya que como su padre también cayo en el vicio del alcohol y en pocos meses perecía una sombra del hombre que alguna vez fuera, nadie se ocupó de los pocos conejos sobrantes y de las al contrario, muchas aves de corral que aún quedaban en la granja, y como ahí se comía muy poco, los comenzó a vender, así antes de los 12 años, Estanislao Farias Rojas prácticamente esta dedicado al mantenimiento de la granja, si bien su padre y su abuelo algo aún trabajaban, eso era cada vez más de vez en cuando, nunca en verdad quiso por otro lado mucho a sus bisa-abuelos, seres desconectados casi de este mundo, por más no fuera para beber y fornicar, y cuando murieron fue más que nada para él un alivio, si bien ya eran casi un par de muebles para él, igualmente comían, al no estar era un gasto y preocupación menos. Su tío-abuelo Serafín Farias Farias, fue desde siempre un ebrio, nisiquiera su abuelo , que era mayor que él mismo Serafín, podía recordar (la verdad a estas alturas dado que el también era un borracho sin memoria, sería algo imposible)el a 165


verle visto sobrio, sin embargo aún a esas alturas, era capaz de no comer por días, siempre que tuviera vino a la mano y si no era vino , lo que hubiera, pero hablamos de una zona de Chile donde las viñas abundan, por su inmejorable clima para los parronales, si la verdad debe ser dicha, las personas como Serafín que vivían en pos de conseguir alcohol, no eran tan excepcionales en aquellas tierras. Serafín era capaz a su vez de desempeñar variados trabajos eso si, siempre muy simples, el nunca había sido “muy avispa’o” como se decía por esas tierras, suyas eran las tareas como hacer de recadero y mandadero, pasear o cuidar animales, darles de comer, podar el pasto, árboles y arbustos, limpiar acequias de regadío, y algunas tantas más de las que impone el campo chileno para mantenerlo, pero Serafín, al igual que muchos como el, trabajaba hasta que reunía suficiente dinero para poder comprarse vino, y siendo este casi vendido al costo en aquellas tierras, fácil es deducir que Serafín Farias Farias, no trabaja mucho, ni todos los días. Serafín prácticamente no hablaba, y en la granja era casi una sombra, un fantasma que “penaba” en permanente embriaguez, a tanto 166


llegaba esta situación que muchas veces su hermano Estanislao Farias Farias, en sus buenos tiempos, pasaba por arriba de Serafín como si de un saco de algo se tratara, por lo demás, Serafín , que siempre se encontraba ebrio, tirado en el suelo del comedor o por los pasillos de la casa, durmiendo sus incontables resacas, no se enteraba del hecho y si se hubiera enterado lo más posible es que nisiquiera le hubiera importado. Por otro tanto, su padre y su abuelo tampoco lo hacían mal en cuestión de beber, si bien no llegaban a los extremos de Serafín de quedarse dormidos en cualquier parte y en el suelo, si que lo hacían en las desvencijadas sillas del comedor, donde pasaban los días a veces alcoholizados, hablando, murmurando y en ocasiones gritando sobre sus propias obsesiones. Así iba transcurriendo la existencia de Estanislao Farias Rojas, quien después de todo era quizás el más feliz de los Farias, nunca se acerco a una copa de alcohol, solo basto para ello la familia en la que se crió, la verdad el vio morir uno a uno a sus parientes por este motivo, a los dos bisa-abuelos primero como ya se narró, luego cuando contaba con alrededor de 15 años, murió Serafín Farias 167


Farias, según el médico que se digno a echarle una mirada a sus restos, dijo que “…seguramente se le debe de haber reventado el hígado, luego de décadas de beber…” luego fue su abuelo quien bajo a la tierra, y cuando contaba con 21 años fue su padre quien finalmente descendió a los reinos del gusano conquistador, ambos por iguales motivos que sus propios padres, por alcoholismo, quedando el último de los Farias como absoluto dueño y señor de la granja. Estanislao Farias Rojas, durante los siguientes diez años cultivo solo las tierras que su bisa-abuelo le comprara ya un lejano día al indio brujo, el solo pudo hacer lo que ningún Farias había podido hacer antes, producir lo sembrado en cantidad suficiente para mantenerse el y comerciar lo sobrante. La verdad fueron 10 años casi sin sobresaltos, no bebía, intuyendo que si lo hacía en aquella granja solitaria no tardaría nada en volverse un borracho como toda su familia ya muerta y enterrada, no se decidía a buscarse una pareja, aunque ese verano había cumplido los 32 años, época en que se habían casado (salvo Serafín Farias Farias que nunca dio muestras de querer tener alguna pareja, salvo la compañía de una botella ojalá llena) los miembros 168


de su familia, y en esas meditaciones andaba el día que al estar arando por un lado de las tierras del indio brujo que nunca se había arado desde que un Farias vivía ahí, que descubrió con el oxidado arado que había sido la causa de la infección que llevo a la muerte de su abuela, que topo con un entierro inhabitual de huesos, no es que nunca hubieran encontrado huesos enterrados antes, de hecho lo habían hecho todos los Farias en distintas épocas de la granja, con cierta aprensión recordaba que su abuelo contaba en sus largas historias alcohólicas en las que trataban tanto el como su padre de explicar sus desdichas, que no solo huesos de animales habían encontrado, también algunos humanos, incluso algunos huesos de fetos, “…esos eran los sacrificios que seguramente el indio brujo y sus compinches le hacían al demonio…” murmuraba su ebrio abuelo. Ahora, lo “especial” que tenían los huesos que encontró Estanislao Farias Rojas era que eran solo cráneos por un lado y por otro el que los 10 que encontró estaban dispuestos de tal forma que formaban una figura geométrica, específicamente una estrella con cinco puntas, al trazar una línea 169


imaginaria sobre la disposición de los cráneos era fácil de advertirla. Los cráneos se encontraban enterrados solo alrededor de un metro bajo la tierra, habían cráneos de aves, gatos, perros, cabrios varios, vacas, caballos y al centro uno humano, Estanislao Farias Rojas se fijo que tenían signos grabados y Estanislao Farias Rojas se percato que no todos esos símbolos pertenecían a la cosmografía mapuche, vio en ellos signos que de solo mirarlos le sugerían “maldad” , le asustaba que aquellos signos aparte de su aura maligna, le parecieran “paganos” en algún sentido, lo otro era que parecían ser signos tan antiguos como la humanidad misma, quizás lo fueran más aún. A pesar de sus presentimientos y temores, Estanislao Farias Rojas esa calurosa tarde de fines de noviembre, decidió seguir cavando, sentía al hundir su pala una y otra vez que algo le impulsaba a hacerlo, y lo hizo en el centro de aquella estrella de calaveras, a metro y medio más abajo, alrededor de los 2 metros y medio de la superficie, encontró una caja cuadrada de cobre de unos 25 centímetros por lado y unos 10 centímetros de grosor, la saco a la luz del día y vio que la caja no estaba oxidada a 170


pesar de la humedad del lugar en donde se encontraba quizás desde que pretéritas fechas, vio que la caja presentaba grabadas con experticia, al igual que los cráneos, medias lunas, estrellas y para su completo horror el rostro y parte del torso de un ser que tenía cabeza de caprino, con grandes cuernos y con también grandes y afilados dientes, tenía también claramente detallados unos ojos espantosos que semejaban a los de alguna bestia seguramente salvaje, tal era el detalle de la talla de la caja de cobre, que la parte del torso que se apreciaba, uno podía contar los innumerables pelos de aquel ser, y aún más incongruente era que semejante cosa, llevara puesta en el grabado una especie de túnica, por último y para aumentar el miedo que sentía, Estanislao Farias Rojas, noto que podía distinguir unos “tentáculos” que parecían salir y flotar de la espalda de aquel horrible ser. El sudor le corría a chorros a Estanislao Farias Rojas esa calurosa tarde, pero era un sudor frió, producto del miedo más que por el ejercicio o el calor, no sé atrevió en ningún momento a abrir aquella caja de cobre, no al menos en aquel lugar que le parecía ahora más maldito que nunca, recordaba por oleadas las innumerables veces que 171


su padre y abuelo en sus delirios de ebrios, le machacaron hasta el cansancio y el hastió que “…estas tierras están malditas, malditas por las brujerías que hacía su anterior dueño, el indio brujo al que tu bisa-abuelo le compro estas tierras…” veía ahora que en realidad nunca estuvieron errados sus familiares, envolvió la caja en su camisa y se fue a la casa, ahí, forzó la chapa que en ella encontró y abrió sin más la caja, adentro encontró solamente un escrito, que estaba hecho en al parecer en un cuero de animal trabajado finamente hasta parecer que fuera un papel, solo pudo concluir que estaba escrito en mapudungun, aunque en el se repetían muchos de los signos que viera en los cráneos y que tanto miedo le produjeran. Al día siguiente llevo el cuero escrito donde conocidos suyos del pueblo que eran mapuches de la zona, se reunieron en el patio de la casa del que era el mapuche más viejo de los cuatro que logro que le escucharan, solo de ver sus rostros al explicarles como y que había encontrado donde estaba la caja con el cuero escrito, comprendió que nada bueno le iban a decir, en verdad casi no le dicen nada, porque tres de los cuatro amigos mapuches que le escuchaban su relato, al llegar a la 172


parte del “entierro” de cráneos que había encontrado se pusieron de pie bruscamente insultándolo por lo bajo, tanto en español como en mapudungun y simplemente se fueron, uno incluso lo hizo escupiendo fuertemente en el suelo, los tres se fueron sin volverse a mirar atrás, solo se quedo el viejo mapuche dueño de casa, quien solamente alargo la mano derecha para coger el cuero escrito, leyó lo que en el decía y sin más se levanto trabajosamente, saco su arrugado miembro y ahí mismo le orino encima, luego junto un montón de hojas y palos secos y lo quemo íntegramente, escupiendo de cuando en cuando al fuego indiferente a las constantes preguntas que le hacía Estanislao Farias Rojas, solo cuando del cuero solo quedaron cenizas, se volvió a sentar, hizo un gesto a Estanislao Farias Rojas que hiciera lo mismo, y en el patio de la casa de aquel anciano Estanislao Farias Rojas escucho lo que el anciano indígena le contó. - “Cabro”- fue con la palabra con la cual empezó a hablar – “lo que tengo que decirte, te lo diré solo una vez, así que ponme atención y no me interrumpas” -luego prosiguió con la voz lenta y cavernosa de una persona de sus años – “yo a tu 173


familia la ubico desde que tu bisa-abuelo llego a estas tierras desde Punta Arenas cargado de dinero que dijo había obtenido capando ovejas con sus dientes, era yo joven en ese entonces y fui testigo de cómo todos acá, pertenecientes a mi raza y no pertenecientes a ella, le dijeron hasta el cansancio que no comprara las tierras que el mapuche brujo le vendía, el indio brujo le mentaban por acá ya en esos años, y no les faltaban razones a nosotros ni a los pueblerinos para referirse en esos términos de él”. “Desde hacían más de 100 años que mi gente ya le temía por sus brujerías, y debía de contar con unos 150 años cuando llego a estas tierras, tenía tantos años porque el “Pillan” le daba vida a cambio de los males que él esparcía en la comunidad” . “No te extrañe hijo, que te cuente estas cosas y no creas que son las leyendas que cuenta un viejo chocho como yo, el mal le seguía al indio brujo, tubo que huir de mucho más al sur que era donde residía, cerca del cerro en donde hasta el día de hoy debe de seguir viviendo el mismo “Pillan”, que no es otro que el diablo hijo, solo que nosotros lo conocíamos por ese nombre, se decía que el indio 174


brujo había partido como “machi” o curandero en su juventud, pero que pronto las tinieblas le atrajeron y que había subido al cerro del “Pillan” a hacer “pacto” con él, tanto fue el daño que llego hacer por aquellas tierras que debió huir un día de la venganza de los de mi raza que preferían morir a seguir soportando que matara a sus hijos cada tanto, que envenenara el ganado o que encontraran las tumbas de sus familiares y amigos profanadas, aún se cuenta por allá la pelea con el indio brujo, se dice que alcanzo a matar a cinco jóvenes guerreros de diferentes formas antes de ser forzado a huir, dicen que a uno le basto aparecérsele de golpe de frente y mirarle a los ojos para que este joven cayera al suelo cadáver, decían los viejos y viejas que si te miraba así de frente a los ojos, la persona veía el interior del cerro del “Pillan” que es como una cueva, el “infierno” es nada menos, y que era tal el miedo que la persona sentía que simplemente se moría del susto, a otro le soplo en la cara polvos venenosos que el preparaba y el joven se murió botando espuma verde por la boca, como si hubiera sido un perro envenenado y no un joven guerrero, a otro, simplemente le rebano el pescuezo de oreja a oreja sin que el guerrero advirtiera nunca que el 175


indio brujo estaba a sus espaldas, al otro le hundió la cabeza en un arrollo de ahí y le ahogó, y el quinto dicen aún los viejos y viejas de las tierras del indio brujo, que también se le planto de frente y que había extendido su mano izquierda tan rápidamente y con garra de hierro y que le había sacado el corazón en un suspiro, solo atacándole casi la totalidad de la comunidad, prendiéndole fuego al cerro, y haciendo guardias armadas cerca de una semana se logro hacerle huir, también la ayuda de un “machi” bueno se dice ayudo mucho a disminuir los poderes del indio brujo y que este temiera que la comunidad realmente pudiera matarlo”. “Finalmente esa quinta noche de asedio, dicen los viejos y las viejas de las tierras del indio brujo, que este salio volando del cerro del “Pillan” en su “manta de cuero de muertos” que los indios brujos confeccionan se dice con piel de muertos, que se roban las noches en que no hay luna que ilumine su terrible acción” “Así fue que el muy maldito apareció por estas tierras, todas estas cosas que ahora te cuento, las escuché yo de boca de mis mayores, ya que cada tanto se enviaron mensajeros a las demás comunidades, para que contaran a los mayores lo 176


que allá en el sur, en el cerro del “Pillan” había ocurrido para que así estuvieran atentos por si aparecía el indio brujo, acá llego calladamente y solo supimos que estaba acá cuando de pronto se supo que un indio viejo había comprado pagando en oro nada menos unas tierras cerca del bosque de abetos, eran las tierras que finalmente le compro tu bisa-abuelo hijo, las mismas donde han seguido viviendo tu mismo y tu familia, muchos le advirtieron a tu bisa-abuelo como te decía que no le comprara nada al indio brujo, ya que apenas había llegado unos años antes que le vendiera las tierras a tu bisa-abuelo, había junto con otros indios brujos llegados quizás de donde, celebrado innumerables reuniones todos los viernes con ellos, hacían grandes fogatas que todos podíamos ver en el pueblo, esquivo siempre el toparse con algún otro mapuche ya que sabía que sería reconocido, igualmente lo fue, ya que pronto las pestes empezaron a asolar los campos y a desaparecerse el ganado, los animales domésticos y hasta algunos bebes e incluso hombres y mujeres, de hecho ya se estaba organizando otra batida en su contra con nuestra gente cuando el indio brujo le vendió las tierras a tu bisa-abuelo, él nunca nos escucho a 177


nosotros ni a nadie, y como al fin las adquirió y el indio brujo se desapareció junto a los demás brujos…, pues nos quedamos tranquilos.” Estanislao Farias Rojas volvía a transpirar helado, tal como le había ocurrido el día anterior al encontrar la caja. “Ese cuero que me trajiste hijo, era una “maldición” , “un mal”, escrito en nuestra lengua y con partes de otra que es mejor no mencionar, solo el leerlas acarreara la ruina y el pesar a quien lo haga, por eso el actuar de los demás que hace un rato se fueron, yo , que soy tan viejo que ya nada peor de lo que haya vivido me puede ocurrir puedo hacer lo que con él hice, así que ahora te digo que puedes irte en paz hijo, en ese cuero maldito leí que solo hasta la tercera generación a partir de tu bisaabuelo sería afectado por la desgracia, tu estabas igualmente a salvo sino hubieras encontrado “el entierro”, pero la verdad anda tu a saber…, lo mejor a sido que lo encontraras y lo destruyera, ahora vete en paz como te dije y olvídate de este asunto es lo mejor”, y pasando del hablar a la acción se levanto del asientito de madera en que se encontraba sentado y se entro en su casa, dando así por terminada esta singular entrevista. 178


Así fue como Estanislao Farias Rojas supo por que le había pasado a su familia todo lo que le había ocurrido, todo por culpa del indio brujo y en parte por la codicia de su bisa-abuelo al comprar por una miseria las tierras malditas al indio brujo, pensando en que hacía gracias al “indio tonto ese” un excelente negocio, Estanislao Farias Rojas en unos días liquido la venta de las tierras, perdiendo también el seguramente dinero en esa venta pero no le importo en lo absoluto, compro luego un pasaje lo más al norte que pudiera llegar, así se fue a Arica, ciudad fronteriza tanto con Perú como con Bolivia, pretendía así alejarse para siempre de su pasado, de las tierras del indio brujo y de aquel sur de Chile, donde según le dijo el anciano mapuche que destruyo la “maldición” existía un cerro en donde moraba el mismísimo diablo. FIN

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“ Tinnitus”.... Lo peor de padecer una enfermedad, por experiencia propia lo digo, es no saber que te la produjo, se dice que es humano él poder dar una disculpa por un error..., y más humano él echarle la culpa a otro, yo agregaría que es más humano aún, el poder culpar a otro de lo que te ocurre. El Tinnitus (o Acuíferos), es un síntoma, ya que no es considerada una patología, es solamente el “síntoma” de “algo” que uno tiene, ahora ese algo, puede ser un montón de cosas, y la tarea del médico es lograr dar con “la” cosa o “causa” que lo produjo, y lo que produce el tinnitus, es simplemente un “ruido”, un “pitido” en uno o ambos oídos de las personas quienes tienen la desgracia como yo de haberlo padecido. Leí infinidades de artículos médicos en Internet cuando lo tuve, es que para ser sincero estaban desesperado, y lo que leía a veces me daba esperanzas y otras no, afirmaciones como “no tiene cura” me daban pavor, pónganse en mi lugar y de quienes lo sufren, imagínate despertar y sentir un pitido muy molesto a veces en un tono en que ni siquiera entiendes lo que te hablan, y todo parece 180


que sonara en “mono”, es decir si vez a tus oídos como las salidas de parlantes de un equipo musical, en mi caso y en el de muchos, el parlante derecho estaba sonando mal, tenía un “pitido”, un maldito pitido que estaba siempre ahí, de noche sin dejarme dormir hasta que el cansancio me rendía, y me jodía las mañanas ya que despertaba solo para antes de abrir por entero los ojos, sentir el pitido que me acompañaría todo el día, ahora súmenle dolor a veces de oídos, y en otras ocasiones, sentir el miedo de que te parece que en cualquier momento el pitido lo tapara todo, de que solo oirás eso por lo que té queda de vida. No fue creo casual que al tercer día ya anduviera detrás de un otorrinolaringólogo, suerte que contaba con los recursos para costearme los exámenes que comenzó a pedirme, audio-metrias, exámenes a mi oído, hasta una resonancia nuclear magnética, que costo como una pequeña central nuclear a escala, aunque si te dicen que quizás sea un “tumor” en tu cerebro lo que pudiera estar causándote el ruido en tu oído, pues bueno, lo pagas. La verdad espero que se comprenda la desesperación que puede llegar a causar un simple “ruidito” (dirán algunos), en mi caso no imagino lo 181


que sería tener tinnitus en ambos oídos..., solo diré que en la red hay estadísticas de las cantidades de depresiones y suicidios que el “ruidito” provoca a nivel mundial, de hecho se estima que en solo EEUU habría unos 20.000.000 millones de afectados..., en mi caso luego de casi un mes solo sabía que “no era un tumor” como me dijo mi médico, para continuar con, “¿que te lo produce?, bueno, quizás sea bueno que asumas que quizás nunca lo sepas, o que nunca desaparezca”, me quería morir, literalmente, repito, no creía posible seguir lo que me quedara de vida con ese maldito ruido en mi oído, cagandome para siempre el goce de escuchar música cosa que adoraba, la tele, el cine, en fin todo lo que supusiera oír algo, o me imaginaba pidiéndole a todo el mundo que me hablara más fuerte, que me mirara de frente para poder saber que me decía, ganándome a los 35 años el apodo de “sordo” sin serlo realmente..., había leído de terapias para superar el ruido, pero no les tenía confianza, o un audífono que lo camuflaba, pero no me veía usando aparatos, mi doctor me habló de probar con un tratamiento de corticoides, que felizmente fue lo que me salvo, fue largo, doloroso a veces , porque el oído bajo la acción de 182


esos fuerte antí-inflamatorios parece que se fuera estirando de a poco..., pero creía que en mi caso la había sacado barata, más que mal mi doctor en un principio y supongo que ante mi desaliento por no ir experimentando mejorías en el primer tiempo me dijo, “pues da las gracias de no haberte quedado sordo del todo, tengo pacientes que se acostaron una noche y despertaron sin escuchar nada”..., sin embargo, y por lo que vino después he llegado a pensar que ser sordo después de todo no era un gran precio a pagar, aunque después de lo que ahora narraré, quizás mi juicio no sea tan categórico. Luego de unos tres meses de tratamiento con los corticoides, una mañana gloriosa desperté y ya no estaba ahí el ruido, pude escuchar exactamente como recordaba que lo hacía cada mañana el canto de los pájaros, el sonido molesto antes y ahora hasta querido de los buses, hasta las sirenas estridentes de las ambulancias y los carros de bomberos me sonaron a deleite, me sacudí de las ropas de cama de un manotazo y encendí el equipo en la emisora de música clásica que siempre escucho (es lo único que se puede escuchar en el dial actualmente) y justo sonaba Bach, luego Mussorsky y muchos más, me pase la mañana escuchando música, la verdad 183


recuerdo que lloré, tanto por el alivio, como por la angustia que había pasado, me levante al fin y me duche feliz ahora bajo el chorro de agua que me revitalizaba y sin el acompañamiento del puto ruido que tanto me había torturado. Fue cuando me estaba secando que sucedió por primera vez, solo recuerdo que escuche claramente por mis dos oídos a una mujer hablarme en un tono que me atemorizo de inmediato y a pesar de estar aún con mi cuerpo tibio por recién haber salido de la ducha, de solo escucharlo tuve la carne de gallina, fue un susurro, pero perfectamente entendible, y en un tono bajo, empalagoso, como lejano...y maligno. “Veennnngggaaannnnzzzaaaaa” Eso fue lo que la voz de mujer dijo, lo primero que al menos en ese momento pensé, fue que a pesar de todo el maldito pitido había regresado y encima en mis dos oídos, pero luego de vestirme apuradamente, me di cuenta de que el ruido tan desagradable que por tantos días me había amargado la existencia, era verdad que no estaba más, baje y encendí el televisor y bien, escuchaba todo perfectamente, algo más tranquilizado, encendí 184


la cocina para prepararme un desayuno, cuando volvió a ocurrir. “Escucha Samuel...., es hoooraaaa de la vveeennnngaaannnnzzzaaaa” Esta vez se me cayo el sartén con los huevos que empezaba a preparar, recuerdo también que fue por el temblor que se apodero de mi cuerpo, esta vez las palabras habían sido mucho más claras y encima la voz había usado mi nombre, Samuel. A duras penas logré servirme un vaso de jugo y sentarme en una silla de la mesa ratona que tenía en la cocina, me costo beber el jugo por el temblor de mis manos, pero poco a poco algo logré ir serenándome, traté de razonar, lo primero que se me ocurrió que la voz de la mujer tenía que ser algo relacionado con el puto tinnitus, pero nada de lo que había leído hablaba de algo como lo que me ocurría en esos momentos, lo siguiente que se me ocurrió fue me había salvado de la semi-sordera, pero que ahora sería un esquizofrénico o sicótico más, la cabeza empezaba a darme vueltas..., por fin me levante y desechando la idea de desayunar, me lance a la calle, quería ver gente, bullicio ahora que podía volver a disfrutarlo..., y creo que más que 185


nada sentirme en compañía, aunque fuera de extraños, volvía a tener miedo. No me sirvió de nada, ya que estando en el parque, con parejas besándose, abuelos tomando sol, niños alborotando con pelotas y juguetes, con los gritos de los vendedores ambulantes de todo lo que se pueda freír..., aún con todo ese ruido, yo volví a escuchar los susurros femeninos que me hablaban de venganza, lo mismo paso en el cine, en el taxi, en la botillería donde un algo asustado botillero me vendió la primera de un número considerable de botellas de vodka, que bebí con fruición solamente buscando el alivió del dormir, aunque sea alcoholizado. Así fui perdiendo amistades, mucho dinero, hasta mi trabajo de escritor simplemente se fue al carajo, en estos tiempo de Internet un periodista puede redactar y trabajar perfectamente en su casa e ir enviando sus artículos a su diario o revista y aparecerse solo casi a cobrar su cheque..., pero eso si cumple con los plazos que tiene uno y eso, estando permanentemente alcoholizado no hay periodista que lo logre..., además en un día creo que envié algunas líneas en las que hablaba de voces que me acosaban y me decían que querían 186


venganza..., vino un tipo del diario al otro día después de ese envió, me vio bebido, sin afeitar, con la ropa sucia y un desorden de campeonato en mi departamento, luego de mirarlo y supongo sopesar todo lo que veía, solo me pregunto que qué diablos me pasaba, le inventé una historia triste de que me había dejado el amor de mi vida, que se me había muerto mi abuela y que el canario se había volado, no sé a ciencia cierto muy bien que le dije al tipo ese, pero logré enternecerlo al menos y suspirando me dijo, que “esta bien don Samuel, todos tenemos malos periodos y el amor es cosa que duele, yo lo sé y solo por eso le daré un par de semanas para que se ponga al día, y creo que también es justo agregar que también influye en mi decisión el excelente trabajo que siempre nos a entregado..., cuídese, por su propio bien”, me dio la mano y sin más salió de mi departamento. Trate, juro que trate de seguir los consejos del tipo (que después supe era nada menos que el subdirector del diario) ordene el chiquero en que tenía convertido mi departamento, y al hacerlo caí también en cuenta que si perdía mi trabajo, perdía también donde estaba viviendo, y mi vida por lo demás. 187


Sentado en el computador, tratando de hilvanar algunas líneas, atorándome de café negro para despejarme algo y atiborrándome de aspirinas para una resaca que no recordaba haber tenido en mi vida, intentaba no pensar nada más que en mis deberes como profesional, cuando la voz hablo de nuevo en mis oídos, fuerte y clara, como nunca hasta entonces a había oído. “Samuel-me dijo- no es necesario que pierdas tus cosas, tu trabajo ni tu vida, solo quiero que me ayudes”. Volví a llorar como un crío, porque en esta ocasión tuve la certeza de haberme vuelto un loco como tantos que oían voces. “No estas loco Samuel”. Me detuve en seco..., limpie mis ojos de mis lágrimas y puse por vez primera atención a la voz. “Solo te estoy usando como medio Samuel, solo uso mis recursos”. “¿Quién eres?-le pregunté creo en voz alta. “Es largo de explicar Samuel, pero ya viví en tu dimensión, donde ahora me encuentro es un lugar que tu conoces de nombre solamente, pero eso no tiene importancia, solo te es necesario saber que 188


me mataron y llegué aquí, eso ya no puedo volverlo atrás, pero si puedo vengarme”. Creo que en ese momento no acaba de creerme que estaba hablando con otro ser, al parecer una mujer, que decía estar muerta y en otro “lado” fuera cual fuera este..., era más fácil pensar que me había chalado simplemente. “Ya te dije recién Samuel que no estas loco, si prefieres te puedo ir contando primero como logré comunicarme contigo, y luego mi historia”. Asentí, me acomode en mi sillón preferido, encendí un cigarrillo, cerrando los ojos deje que Mireya, (ese era su nombre, al menos el que a mi me dijo) me contara todo lo que quisiera. Así supe que fue por mi tinnitus que logró poder hablarme desde la “dimensión” en que se encontraba, me dijo que la infección que había tenido en casos excepcionales logran lejos de hacer perder la audición a quien las sufre, hacerles oír más que los demás mortales, me hablo de “cambios de ondas”, “de diferencia en el éter” y de otros términos que si bien después por curiosidad busque, poco y nada logré entender ya que se referían y eso si pude verlo claramente a avanzadas teoría de la física cuántica..., me dijo además que me había 189


elegido a mi por ser el ser humano en condiciones tanto para oírle, como para ejecutar su venganza. Mireya me contó que había sido (puede decirse creo en vida) una excelente química y bióloga, y que en el tiempo en que la mataron, estaba hacía años dedicada a estudiar un campo que si bien estaba relacionado en parte a sus investigaciones, no era lo más “ortodoxo”, ya que Mireya estaba dedicada al estudio de la hechicería y la brujería, tratando de llevar todo aquello al campo científico. Me contó que sus logros y avances fueron espectaculares, ya que a medida que más estudiaba e investigaba , más se daba cuenta que tanto la hechicería como la brujería podrían ser las antecesoras de las actuales química y biología, también buceo en la alquimia, pero, se decepciono pronto, porque sabía de antemano que no se podía convertir algún metal cualquiera en oro, o hacer las transmutaciones que dicen lograban los alquimistas, pero con la hechicería y la brujería la cosa era distinta, me contó de muchos hechizos que le parecieron solo simples mezclas de compuestos químicos, ya que actualmente ella podía tener a su disposición la sustancia que se le ocurriera, así lo que seguramente para una hechicera le tomaría 190


meses preparar, ella podía y pudo tenerlo solo en horas..., pasado el tiempo se embebió si más en la brujería y esa fue su perdición, si bien muchos consideran las palabras hechicería y brujería sinónimos, no lo son en absoluto, la hechicería podrá tener “inspiración diabólica” pero no trata directamente con los poderes infernales me dijo Mireya, incluso puede perfectamente usarse para hacer algún bien a quien se quiera ayudar, pero cosa muy distinta ocurre con la brujería, con ella nunca se trata de ayudar a nadie y si se trabaja directamente con la ayuda de demonios. Ella era en esos tiempos atea, y suponía que lo que la “tradición o superchería” llamaba “demonios” eran solo figuraciones mentales, es decir, la acción de muchos de los preparados de hechicería, inducía muchas veces al placer sexual, muchas también contenían potentes alucinógenos, y ella pensaba que todo eso de los demonios eran solo las culpas, las represiones de las gentes, que para ellas en esos estados, seguro veían como seres de largos cuernos y pezuñas, sin ir más lejos, en los tiempos en que fueron escritos algunos de los libros que Mireya usaba como de cabecera eran de plena 191


edad media, por tanto obviamente el miedo era la norma en ellos, tal como lo fue en aquella época. Porque en todos los libros de brujería que tenía, se advertía sobre lo que podría ocurrir si algo se hacía mal o no se satisfacía lo que el demonio entregara, siempre a cambio de algo, y ella empezó sin miedo alguno a juntar los materiales necesarios para invocar a uno de los más poderosos de la cofradía infernal, no quería oro, no quería poder, solo quería saberlo todo..., y lo consiguió, ya que el ser que ella me juro se materializo en el pentáculo que había trazado con tiza en su laboratorio cumplió a cabalidad su pedido, pero no realizo el ritual correctamente, a pesar de lo obsesiva que era para sus cosas, y si bien recibió lo pedido, el demonio pudo cobrarse de inmediato su parte, así se llevo su alma a un lugar en donde ella podría seguir pensando por la eternidad, sabiéndolo absolutamente todo, pero sin un cuerpo, sin ser persona nunca más. Recuerdo que me estremecí al saber el final de su historia, de pronto me imagine viviendo, solo con la certeza de ser, eternamente, sabiéndolo todo, todo sabiduría, pero sin poder ni enseñarla, ni sentir nada, era ser todo y nada a la vez. 192


“Y como lo sé todo Samuel, sé quien fue el causante de mi desgracia, y tu puedes ayudarme a cobrárselo”. Había descubierto me dijo en su saber infinito, que alguien había variado en milímetros las líneas del pentagrama y que había añadido y quitado un par de letras al texto en latín con que realizo la invocación, eso había bastado para sacarla del mundo de los seres con cuerpo por siempre y para siempre, porque los demonios siempre hacían sus tratos para la “eternidad”. Y precisamente ese alguien trabajaba en mi diario, extrañado la voz de Mireya me dijo. “No es necesario ser científico como lo era yo para acceder a los poderes de las tinieblas Samuel, yo llegué a la brujería solo en busca del conocimiento, pero hay quienes llegan a ella solo por maldad pura”. Me hablo luego de que el mundo de los brujos y demonios, esta lleno de intrigas y envidias, ya que no es inusual que algún demonio por ejemplo, “se cobre” haciendo desaparecer a quien lo invoca por medio de un brujo o bruja leal a él, también ocurre entre los mismos brujos, 193


Y eso era precisamente lo que le había ocurrido a Mireya, otro brujo le había estropeado su invocación, sabedor de lo que le ocurriría, la desgracia de Mireya fue él haber penetrado en un mundo que ella pensaba inexistente, como científica, atea y pragmática, nunca le habría cabido en la cabeza que en el actual siglo, aún hubiera quienes buscaran a los demonios, y más aún que esta fuera una terrible realidad y no la superstición que ella pensaba, pero ahora no descansaría me dijo nunca, sabedora de quien le había desterrado por siempre a la nada, sin poder cobrarse. Medité largo rato que haría, encendí un nuevo cigarrillo y supe que Mireya se había retirado por el momento de mi mente, seguro entendió que por mi actitud, me aprestaba a tomar una decisión, y que por ello era mejor dejarme tomarla “solo”. Y la verdad no fue mucho lo que tuve que pensar, vi. claramente que si me decidía por no ayudar a Mireya, era perfectamente capaz de volverme loco, simplemente si ante mi negativa no parara ya más de hablarme..., o quizás hasta gritarme o vaya a saber que, después de todo, si creía lo que había escuchado de la voz, ella ..., lo sabía todo. 194


Al fin pregunte sin más a Mireya que esperaba que yo hiciera..., y su respuesta fue la verdad un gran alivio, simplemente me toco hacer lo mismo que hizo quien malogro a Mireya, así, ese mismo día por la tarde me deje caer a mi diario, como el guardia me conocía, no tuve problemas en entrar, hasta me saludo por no verme por tanto tiempo, le di rápido las gracias y fui raudo al lugar donde me mandara Mireya, al sótano del edificio del diario, ahí tecleé en la puerta electrónica de seguridad, los números que me dictara Mireya, y así pude agregar los polvos que ella también me dictara como había de prepararlos, los agregue a los incensarios que había en el lugar, no mire ni los dibujos en el suelo, ni la figura que se apreciaba había en un altar, esto por mi propia paz mental, y sin más salí de ahí. Había ya casi pasado las semanas que el subdirector ( y que a mi regreso se había convertido en el nuevo director, por la desaparición del anterior) de mi diario me había concedido y teniendo prácticamente todos mis trabajos al día, fue la última vez que escuche la voz de Mireya, pero esa vez no me asusto, ni atemorizo en lo absoluto, se limito a darme las gracias en un tono que interprete como alegre..., y perverso a la vez, como si se 195


sintiera complacida por los resultados alcanzados en su venganza, no me la contó, ni menos yo se la pregunte, pero por el placer que adivine además en su tono, debió ser más horrenda que su sufrir, por último diré que no se porto desagradecida, ya que me prometió jamás volver a hablarme (cosa que hasta hoy a cumplido y espero que sea hasta que me entierren) y además medio los números de una popular lotería de acá de mi país..., finalmente creo que realmente la saque “barata”. FIN

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“Sábanas sin rostro” Recuerdo que la tarde del fatídico Viernes 27 de Febrero del 2010, yo me encontraba en el patio de mi casa, junto con mi primo, bañándonos en la piscina de mi casa, tomándonos pack tras pack de cerveza en lata marca “Carta Blanca”, excelente cerveza mexicana, más barata que las nacionales y quizás hasta mejor, también le agregamos unos porros cosecha propia, unos “verdes” que yo mismo cultivo en botellas de bebidas desechables de 3 litros, cortadas para que sirvan de maceteros, así pasábamos las tranquilas horas de la tarde de ese Viernes 27 de Febrero, mi familia estaba en el campo de vacaciones, así que yo era el dueño y señor de la casa de Santiago, planeábamos una fiesta para próximo día, ya que el Sábado 28 terminaban para la gran mayoría de los chilenos las vacaciones de verano, era también el último día del Festival de Viña del Mar, y esa noche cerraban los “Fabulosos Cadillac”, así que pensábamos, hacer un asado en la tarde, invitar a unas amigas y un amigo más, es decir, pensábamos estar “emparejados” todos, calentarse viendo a las minas bañarse durante la 197


tarde, comer y tomar a más y mejor, fumar mucha marihuana y en la noche comer algo más, beber más aún y entretener así la espera hasta que salieran los “Cadillac”, y ahí sí armar la “pachanga” con el televisor a todo lo que da, pegarse su bailoteo al son de “…vamos a bailar, toda la noche, al ritmo de la banda..,hasta que explote..” y claro que bailamos todos los chilenos, solo que al son del terremoto más grande que yo recuerde, 8.5 en Santiago, casi 9 más hacía el Sur del país, y la verdad realmente casi “explotamos” todos. Luego de quedar de acuerdo de a que hora hacer las llamadas el Sábado para coordinar la hora de llegada y las compras, mi primo tomo su bicicleta y se fue a su casa, bastante mareado por tanto cerveza y maría-juana , yo por mi parte procedí a sacarme el traje-baño, ponerme un buzo viejo, una polera algo más nueva y comencé a prepararme la cena para mi y para un cachorrito de perro de unos 4 meses que había recogido abandonado en una casa también abandonada cerca de donde vivo, comimos mirando un poco de televisión, yo unos bifes y ensalada junto a una botella de vino tinto y él cachorro (de nombre “Bakunin” eso por el filósofo anarquista) leche y granos de esos para perros, cerca de las 12.30 tanto 198


yo como el perro, estábamos cabeceando (tan entretenida que es la televisión chilena, vaya mierda) y de mutuo acuerdo decidimos acostarnos, total luego de algunas horas de sueño tendríamos diversión, así que subimos ambos al segundo piso de la casa, a la habitación de mis viejos, le arme al perro su cajón con frazadas viejas y cerré las cortinas, me desnude y me acosté, disfrutando la frescura de las sábanas y estirándome a placer en la cama de dos plazas de mis viejos, sonriente al pensar que la próxima noche no estaría tan solo en esa cama, invitaría a una ex compañera de colegio a la fiesta planeada, separada (como todas) y por tanto algo necesitada de “afecto”, es decir, a la chica le faltaba un pene, ya que el que tenía se le fue, junto con sus esperanzas en la humanidad…, pero un polvo es un polvo. Aún sonriente y con la polla algo dura, me acurruque en las sábanas y frazadas, pronto a dormirme, cuando unos gemidos del perro, me hicieron prender la luz nuevamente, el pobre, seguramente aún echando de menos el calor de su perra madre, gemía de añoranzas, conmovido, lo tome en brazos, callándose inmediatamente, lamiéndome juguetón, lo acaricie un rato y decidí 199


permitirle que durmiera conmigo en la cama, total espacio sobraba y ese mismo día lo había bañado, y al ir nuevamente a acostarme fue que mire sin querer por un espacio de las cortinas que no había cerrado muy bien ni completamente, hacía la muralla del cementerio colindante con mi casa, más que acostumbrado a verla, ni por asomo me asusto el estar solo a unos cuantos metros de un cementerio, según yo, los muertos, muertos están, vale más temerle a los vivos que si te pueden joder y bastante, cerré mejor las cortinas, no por no ver el cementerio, sino que para que no me despertara muy temprano el sol de verano, y bostezando me acosté nuevamente, dejando al perro a los pies de la cama donde se durmió casi al mismo tiempo que ahí lo pusiera. Soñaba, recuerdo, que la chica a quien pensaba invitar a parrandear el Sábado, me la estaba mamando primero, poniéndose después en cuanta pose conocía, cuando me pareció que los movimientos amatorios del sueño eran “exagerados”, por unos segundos me figure que miraba una antigua película porno en vhs, donde yo y mi amiga éramos los protagonistas, era como una cinta muy vista ya y que por tanto “vibraba”, y luego sentí un estruendo, un ruido subterráneo, como 200


si Satán en el infierno estuviera con indigestión y se estuviera pedorreando con ganas, moviendo por ello la tierra, serían solo segundos, porque luego al fin despierto, vi. con pavor que no era un diablo cagón quien movía todo, era un tremendo terremoto (tan grande fue que con los días he sabido que llego a mover el eje de la tierra, siendo por tanto actualmente los días más cortos) que prometía derrumbarlo todo, era tal la fuerza que tubo, que por momentos me vi elevado alrededor de medio metro por sobre el colchón de la cama de mis progenitores, maldita cama estilo americano (gringos de mierda) de esas con ruedas, por lo que además de elevarme con cada sacudía, me movía de lado a lado en la habitación, sentía caerse todo, literalmente, vidrios se rompían, los departamentos se caían o se quebraban, los postes de luz se venían al suelo, las personas gritaban como si las estuvieran capándo a unos, y cortándoles las tetas a las otras, y aún así, los ruidos subterráneos de las placas acomodándose kilómetros bajo tierra cubrían todo ese escándalo por momentos. Fueron 3 minutos de terror visceral, y de seguro también para todos los chilenos de las regiones afectadas que quedamos vivos (ya van en más de mil 201


los muertos) llegué a pensar que ahí cagábamos todos, hasta que por fin se detuvo, y también al fin puede estarme quieto en la puta cama americana, con mis sueños de sexo hechos trizas, pero al menos vivo, encendí la vela (o a veces linterna) que esta en cada velador de este país de temblores y terremotos, ya que una oscuridad como boca de lobo reinaba por doquier en la habitación, por que la luz eléctrica en Chile se corta inmediatamente al haber un temblor superior a los 6 grados, aún temblando, logre ponerme unos short y una polera, solo se escuchaban gritos y llantos desesperados, histéricos, y muchos ladridos de perros de sonido tan desgarrador que eran la versión animal de los histerismos humanos. Y esos ladridos de los perros del barrio me hicieron recordar que yo mismo tenía uno, encima durmiendo conmigo, alumbre con la vela más alto para ver la totalidad de la cama y ahí estaba Bakunin, temblando de hocico a rabo, con los ojos desorbitados, medio muerto de miedo, solté un levísimo silbido, aún no atreviéndome ni siquiera a hacer ruido, el perro lo escucho igual, movió su cabeza de un lado a otro, fijo por fin su vista y viéndome se abalanzo a mis brazos, lo cogí tan fuerte que gimió, pero no le importo ni a él ni a mi, 202


ambos entendíamos que en esas circunstancias cualquier compañía es y será siempre mejor que estar solo. Pasaron un par de minutos antes que me moviera, mire mi reloj pulsera con pantalla fosforescente, eran las 3.38 AM del Sábado 28 de Febrero del 2010, a las 3.39 moví mi pierna izquierda y luego la derecha en dirección a la ventana del dormitorio de mis padres y corrí las cortinas para ver, o mejor dicho, lo que se pudiera ver afuera luego del terremoto. Y la verdad se veía bastante ya que una agorera luna llena, reinaba en los cielos, al no tener la competencia de la luz eléctrica era posible gracias a ella, ver a varios metros en plena noche, así fue que pude ver que la muralla colindante de mi casa con el cementerio se había venido abajo, y debajo de todos esos escombros era perfectamente distinguible una mano agarrotada, y un metro más allá unos zapatos y algo de unos pantalones sobresalían de la montaña de escombros. Comencé a transpirar helado y trague la poca saliva que en ese momento tenía en la boca, al ver que perfectamente podría haber sido yo o cualquiera el que podría estar ahí muerto bajo kilos y kilos de 203


ladrillos, cemento y fierros retorcidos, pensé en mis familiares y en mis amigos y amigas y volví a tragar saliva, esperando que estuvieran vivos y a salvo, abrace nuevamente con fuerza a Bakunin, quien lamió mi cara, en su forma animal de expresarme cariño y apoyo. Miré nuevamente las extremidades que sobresalían de los escombros, pensé en quienes serían y que vidas llevarían o mejor dicho, llevaban, en cuanto tiempo pasaría hasta que los suyos, si tenían a algún ser querido o amistades los encontraran, solo para darles sus últimos ritos y despedirse de ellos para siempre. En eso estaba, cuando note aterrado que tanto la mano como las piernas que debían de estar enterradas en los restos del pantalón, se movían y contraían perceptiblemente, ¡aún debían de estar vivos! , de pronto imagine el dolor, la agonía que estaban pasando, sudé frió y sentí que el perro trago perceptiblemente saliva, y aulló, con un gemido lastimero, con tintes de miedo y me fijé que los miembros de los pobres infortunados debajo de la muralla del cementerio, habían dejado de moverse, y de improviso vi., si vi., como dos especies de “sábanas”, eso parecían la verdad, “albas sábanas 204


con rasgos humanos”, que daban la apariencia de un rostro, rostro que en el caso de las dos apariciones que veía, tenían el rictus de sus caras deformados por expresiones de miedo, terror, angustia, creo que todo eso junto, sentía como se me erizaban los cabellos, y como también se ponían en punta los pelos del perro, que nuevamente aullaba, muy bajo y profundo. Comprendía de golpe, que lo que había visto, eran las “almas” de los que yacían bajo el muro que separaba mi casa del cementerio, y la luna volvió a iluminarme aquella terrible noche, y note claramente como la gran mayoría de las tumbas, mausoleos y nichos estaban por los suelos, albos cráneos eran para mi, perfectamente distinguibles desde la ventana de mi habitación, se veían sobresalientes sobre el montón de ataúdes destruidos y escombros, al ver este siniestro espectáculo, creo que recupere lo que aún me faltaba para volver totalmente a mis cinco sentidos, y el del olfato, me dijo que el repugnante olor a putrefacción, que empezó a llegarme a oleadas, provenía de aquellas sepulturas desechas por el terremoto. Lo que posteriormente sentí y viera, yo no espero que se me crea, me da igual, necesito aunque 205


sea por escrito contar, decir lo que me toco ver y vivir esa terrible noche, así que continuare. Ya narré anteriormente, que había visto “las almas” de las personas que habían fallecido bajo el muro caído del cementerio, y sus horribles “expresiones faciales” si aquello que vi se le puede llamar “faz”, ahora veía como poco a poco comenzaban a formarse miles de esas “sábanas”, por todos lados, en los terrenos del cementerio, gracias, o mejor dicho, por desgracia, la luna llena ilumino perfectamente como un reflector el horrendo espectáculo. El cachorro que mantenía firmemente apretado a mi pecho, esta vez no aulló tristemente como la primera vez con las “almas” de los dos muertos por la caída del muro del cementerio, sino que comenzó a gemir de espanto, el mismo espanto, que yo también sentía y que volvía a erizarme cada uno de mis cabellos, sentí también como la esperma de la vela comenzaba a quemarme la mano con la que sostenía la palmatoria, la que se había derramado por los temblores que tenía en esos momentos mi cuerpo. Fue por segundos como estar presente en el día del juicio final, donde se supone que se abrirán las 206


tumbas y los esqueletos saldrán a ver que suerte les toca, solo que en vez de esqueletos, veía “las almas” de las personas muertas, sus espantosos rictus, de dolor y agonía extrema, y sentía fuertemente en mis fosas nasales, el olor a muerte, a corrupción de la carne humana de años, que lo envolvía todo. El cachorro, de pronto paso de gemir a ladrar cada vez más fuerte, miraba lo mismo que yo miraba, de eso estoy seguro, porque le sentía sus pelos erizados de pavor, duros como clavos pequeños, los míos estaban igual, y ahí vino lo más aterrador, de pronto todos los “ojos” de aquellas “sábanas con rostro”, nos miraron al cachorro y a mi, fue solo un segundo, pero basto para que solo de ver la angustia y luego la rabia en esos fantasmales “ojos”, para que me orinara, cosa que también hizo el perro, y cuando todos aquellos “seres” alzaron sus manos hacia nosotros y vimos como empezaban a flotar rápidamente hacía la ventana del segundo piso donde nos encontrábamos, misericordiosamente me desmaye, y seguramente el cachorro también. Y sin embargo, fueron las lamidas en mi rostro del cachorro las que me despertaron horas después, ya con plena luz del sol, eran las 13.45 del Sábado 28 de Febrero, me duche rápido con la puerta abierta, ya 207


que solo a minutos de despertar, se sintió una fuerte réplica del terremoto, por ello encontré prudente mantener todas las vías de escape habilitadas, lo siguiente fue cortar el gas, revisar los daños de la casa, que felizmente no pasaron de platos, copas y vasos rotos, y un desorden inmenso de libros y papeles en la pieza que mi viejo ocupa de oficina, a nivel país cuando por fin regreso la energía eléctrica y pude ver por horas televisión, eran enormes, pueblos y ciudades casi completamente por los suelos…, ahora los daños psicológicos que en mi dejo el terremoto, quizás sean mayores que la destrucción material, ya que han pasado semanas desde los hechos que narré y aún no duermo mucho de noche, y tuve que cambiarme de pieza a una que no tuviera vista para el cementerio, el cachorro esta creciendo bien, y a sido una gran entretención para mi en estos tristes días, pero cuando siente otra replica me mira aterrorizado y gime y salta a mis brazos, y no a sido posible que permanezca en el patio trasero, aunque la muralla que da al cementerio a sido reparada hace días, el perro se orina de miedo aún de solo estar ahí, así que lo dejo en el ante jardín ya que comprendo perfectamente los motivos que 208


tiene para no querer estar cerca del cementerio y sus “sábanos con rostro” .

FIN

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