Revista Shango Nueva

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ßÀNGÓ Es uno de los òrìÿàs más controversiales del panteón yoruba. Esta catalogado como el dios del fuego y del rayo, es aficionado al baile, a los tambores (ayan),y al sexo, sus colores son el blanco y el rojo, sus comidas predilectas ; el quimbombó (ila), el carnero (agbo), la jicotea (ajapa), el gallo (akukô), la gallina de guinea (çtu), los plátanos frutas de todo tipo (ogede),el aceite de palma (çpo), el colorante vegetal osun, las semillas de ñame, la semilla del orogbô, las plumas de avestruz, el mamey ,la harina de ñame y el maíz. Su forma mas representativa son las odu ara o piedras de rayos las cuales son el símbolo de el conflicto que tuvo en el signo de Ìrêtç Ansa con uno de sus discípulos que lo sustituyo y en esa ocasión tuvo que hacer la magia de transformar a seis de sus soldados en odu ara para demostrar su identidad robada y recuperar su trono. Se dice descendió a tierra en el signo Õkànràn méjì y lleva seis piedras u okuta. La secta que se dedica directamente a su culto se le denomina Magba. Es hermano de ABOKUN, ORANNIYAN Y DADA IGBAYIN. Su trono es custodiado por Ôbakolaba. Es hijo de Ayalua o Iyamase quien lo tuvo en el fondo de los océanos de donde surgió. Se relaciona mucho con çkun; el leopardo. Respeta la calabaza por ser esta la que en el odu Õbàrà méjì le dio el àÿç de la sagrada palabra de Õlódùmarè, la cual


posee. Unos de sus oriki son: Ewegbemiye (la yerba que salva la vida). Oluwo Eko ni Ôsányin, Eketimo (propietario del conocimiento). Su corona de asentamiento no lleva plumas rojas del loro africano por haber sido este quien regalo dicho loro a Ôlöfín. Repudia las nueces de kola y las palomas. Sus parafernalias van confeccionadas de madera de cedro. Su representación en imagen esta representada por el llamado oÿe, que es una figura masculina con un hacha doble en la cabeza a forma de corona, solo que en el odu Õsá méjì, dicho oÿe lleva senos. Se dice se sienta sobre un pilón de madera. Entre sus secretos lleva: seis piedras de rayo, 12 guacalotes, 6 caracoles cobos, el okumambo que es su bastón de guerra que es de madera tallada de ácana con cara de gorila forrado con el pellejo emplumado de un gallo. Un palo de ayua, 12 ojos de buey, 12 mates, una garra de gorila, dos garras de león, dos de tigre, un colmillo de león, 12 okutata funfun, una corona de ajapa, jengibre, una piedra de antimonio, una flecha que le obsequio ôde cuando le salvo la vida a su hijo Òÿöõsì. Lleva el secreto que se monta en el carapacho de una ajapa, dos tarros de buey, los cuales van cargados, así como su aÿereo maraca a la que se le hace lo mismo. Lleva un pescado de madera llamado çja oro. Los ômô ßàngó o hijos de ßàngó deben llevar en el patio un secreto llamado Afeke que es en forma de horqueta


y representa el pararrayos. Todo esto va dentro de su fundamento que es de madera preferible de cedro y lleva seis piezas de la misma madera que tienen la figura de armas de combate. Sus ewé predilectas son la palma, el jagüey, el ewé ire (caucho de lagos), el cedro, el álamo, el ewé ina. En el odu Ogbètulara, Õlódùmarè sentencio que en toda ceremonia religiosa a realizar debía estar Şàngó involucrado para dar su àÿç. Fue compadre y al mismo tiempo enemigo a muerte del dios del hierro, Ogun. Se le asocia como esposo de las deidades femeninas yorubas: Ôya, Oÿun, Oba e incluso con Yewa, lo que el flirteo con esta ultima, la hija predilecta de Ôlöfín, le costó la perdida de la custodia del atepôn ifá o tablero de ifá y a Yewa la perdida de sus ojos que solo podrían entonces ver en la ultratumba. Es el padre de los ibejis, los cuales tuvo con Oÿun. ßàngó al ver que su esposa había parido los gemelos ibejis golpeo a Oÿun pues creyó que eso se debía a una bigamia de esta. Oÿun tomo a los ibejis y los dejo debajo de una mata de malanga de donde los recogió Ôya, la cual posteriormente los crio. Oÿun en su huida llego a donde Õrúnmìlà y ya allí tuvo al llamado idewu (el trillizo). Õrúnmìlà al llegar ßàngó tras Oÿun sentencio que desde ese día se pondría el ewé ikoko en el igboÿa para recordar a los ibejis y que se pondría siempre un racimo de plátano para recordarle a ßàngó que debía aprobar el Oÿa que se


estuviese asentando. En el signo Õkàràn-Yëkú, aparece el hecho de que los ômô ßàngó deben ser sometidos a una ceremonia especial para anular de estos la acción de Oranniyan, considerado un hermano de ßàngó que representaría la sombra y que se manifiesta precisamente en una sombra que los ômô ßàngó observan de vez en cuando por detrás de ellos. La anulación de esta sombra es necesaria para buscar un asentamiento en la vida de los hijos de este òriÿà. Cuenta una leyenda histórica que ßàngó fue el cuarto rey de la ciudad yoruba de oyo y junto con Ôbàtálá el rey de los igbo mantenía una guerra territorial contra Odùdúwa el rey de ifç. Diariamente los guerreros de Ôbàtálà disfrazados con hojas secas de palma (mariwo) asediaban el territorio de ifç y hacían huir a los pobladores de esa región, pues estos creían que los asaltantes eran fantasmas. Mucho antes de las hostilidades, uno de los capitanes del ejército de Odùdúwa, mantuvo relaciones amorosas a escondidas con una de las hijas del monarca de igbo. Un día, después de que se desatase el conflicto, la hija de Ôbàtálá le confeso a su amante, que las huestes de su padre no eran fantasmas ni espíritus, sino hombres disfrazados con mariwo. Al enterarse Odùdáwa de la realidad, ordeno incendiar los campos en el momento del ataque, con lo cual


salieron cubiertos de fuego los atacantes. Acto seguido, Odùdáwa paso a la ofensiva y ocupo rápidamente la ciudad de igbo, destronando a Ôbàtálá y quedando este libre, pero sin reino. Poco antes del salto final a los igbo. Ôbàtálá había enviado emisarios al reino de oyo para pedirle su apoyo militar a ßàngó el cual ni se inmuto, pues estaba con sus tres concubinas; Ôya, Oba y Oÿun. Odùdáwa emprendió el ataque contra la ciudad de oyo y ßàngó antes de verse capturado incendio su casa y huyo, ahorcándose posteriormente en una caoba (ayan). Sus concubinas se suicidaron porque era ley hacerlo si el rey moría. Los seguidores de ßàngó al enterarse de la muerte de su rey comenzaron a gritar: ßàngó ôba koso, ôba koso (el rey no se ahorco), frase que continua hasta hoy día cuando mencionamos el nombre de ßàngó. Cuenta la leyenda que donde sus concubinas se suicidaron, el rio se subdividió en tres afluentes que hoy día llevan sus nombres: ôdo oÿun, ôdo Ôya, ôdo Oba. A la muerte de su rey, los pobladores de oyo continuaron haciendo resistencia al ataque de las huestes de Odùdáwa y cogieron toda la polvera que los fulani le había obsequiado a ßàngó, las metieron en unas güiras secas y las hicieron explotar, cosa que hizo retroceder al ejercito invasor, además se dice que acto seguido comenzó una terrible tormenta de rayos


y centellas y todos asustados creyendo que era la ira desatada de ßàngó, comenzaron a decir: kawo kabie sile shango ( bienvenido a la tierra, ßàngó ). Esta historia, difiere de otras muchas versiones similares, pero para el objetivo que perseguimos no es lo más importante. Los yorubas en su historia, también ligada a su mitología ancestral mostraban a sus monarcas como descendientes de las mismas deidades a las cuales adoraban e incluso en muchos casos llevaban los mismos nombres de estas, no siendo así el caso de ßàngó que ahora es el que nos ocupa. Ya existía para los yorubas antes de el suceso histórico que narramos un dios del trueno y del fuego a quien ellos llamaban Ijakuta (el que lanza piedras, refiriéndose a las descargas eléctricas). Según ellos esta deidad era el vengador o el ángel castigador de las violaciones de la ley divina. Los adoradores de Ijakuta, viendo las similitudes de ßàngó con su temida deidad, la cual coincidía con este en todos sus aspectos, hasta con la fecha de su adoración y sus rituales y que solo se diferenciaba en que ßàngó había sido un rey déspota y cruel, lo cual era todo lo contrario a Ijakuta, y sumado a todo esto el hecho de que los seguidores de ßàngó iba en aumento, poco a poco fueron igualando a ambos, hasta que al tiempo, ya no se decía más Ijakuta sino ßàngó.


Claramente podemos asociar al òrìÿà ßàngó como la deidad yoruba de las temperaturas. Sus colores blancos y rojos quizás se refieran al hielo y al calor, así como también al color que toman las cosas que el fuego devora y en el caso del blanco, como la luz que de este emana. Su mística acción de compadre y enemigo de Ogun seria entonces la propiedad del hierro de ser un elemento atreves del cual las temperaturas y la electricidad se transmiten rápidamente en el primer caso y como enemigo, el hecho de que con el fuego se forja y se da forma a este metal en el segundo. Antiguamente se definía el nombre de ßàngó como algo que zigzaguea, quizás este modo de verlo se referiría al movimiento oscilante del fuego, del sonido en el caso de los tambores, del rayo y también de la electricidad. Cabe destacar que sus amantísimas esposas tienen una asociación directa con el, son; en el caso de Ôya, que esta representa el viento o el oxigeno y este elemento precisamente aumenta o extingue el fuego, así como que el viento surge de las diferencias de temperatura entre un sitio y otro. Oba, representa las corrientes marinas que se trasladan de un océano a otro por la diferencias de temperaturas y si miramos en un mapa a ello referente, vemos que el esquema de este fenómeno es similar a una oreja, cosa esta que simboliza a esta


òrìÿà. En el caso de Oÿun, òrìÿà de la tierra y el agua tendría una interrelación por la transmisión de las temperaturas, la evaporación y la condensación. Continuara...



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