SER, SENTIR, SERVIR

LA AVENTURA DE CONFIAR EN LA VIDA

Si hoy desapareciera ante tus ojos todo lo que conoces, ¿te sentirías confiada y seguirías con tu vida?

Puedo asegurar que en este momento hay algún gesto de confusión en ti. Si es así, lo celebro, pues eso me permite plantearte la idea que relaciona tu identidad con lo que tus sentidos captan.

Dicho de otro modo, crees que eres lo que haces y lo que tienes. Como consecuencia, piensas que ser feliz depende de que logres ciertas metas. Además, de cuánto puedas mantener en el tiempo dichos resultados.

Lamento informarte que, sin importar tus esfuerzos para evitarlo, todo en este mundo está destinado al constante cambio. Aquello que es inmutable está dentro de ti. No lo ves, ni lo puedes tocar, solo sentir la certeza de que está allí.

Si esta idea te resulta demasiado extraña, entonces te invito a examinar el concepto que tienes de vida. Para la mayoría vivir significa construir medios que le permitan satisfacer sus deseos. A través de un empleo, negocios, relaciones o cualquier aspecto que les permita «hacer realidad sus sueños».

No obstante, muchos asocian este proceso al sacrificio, esfuerzo y pérdida. Sosteniendo creencias como que sin esfuerzo no hay ganancias. O pensar que lo que fácil llega, fácil se va.

Pero todo esto tiene un origen profundo: la desconfianza en la vida. Esto significa que constantemente piensas que estás en peligro o en riesgo de perder. De un momento a otro lo perderás todo, y por lo tanto, necesitas estar a la defensiva para proteger lo que te importa.

Con este punto de vista, estás excluyendo algo. La única persona que puede hacerte daño eres tú misma, a través de tus creencias. Es por esto por lo que confiar en la vida se convierte en una aventura.

La confianza tiene que ver con aceptar que cada suceso es para tu beneficio. Incluso si no te gusta. También de darle más valor a lo que hay dentro de ti en vez de lo que puedes comprar. Es la decisión de no sacrificar tu paz mental en ninguna circunstancia.

Entregarse a la vida es una aventura. Requiere de valentía, confianza y claridad. Eres quien fija el camino a seguir. Escucha tu corazón y acertarás.

Que juntos recordemos la paz en cada paso.