Por los pasillos del Louvre con la Biblia: Israel y Babilonia

Page 1

POR LOS PASILLOS DEL LOUVRE CON LA BIBLIA Visita de hoy: El Imperio Babilónico e Israel

- GUÍA DE VISITA ESPAÑOL



GUÍA DE VISITA

POR LOS PASILLOS DEL LOUVRE CON LA BIBLIA

UN V IAJ E POR E L IM PERIO BA BIL ÓN IC O Y SU RELAC IÓN C ON EL AN TIGUO TES TAM EN TO POR ARNIN BRAGA

¿VISITAR AL LOUVRE CON UNA BIBLIA?

INDICE ¿VISITAR AL LOUVRE CON LA BIBLIA?

3

¿POR QUÉ EL MUSEO DEL LOUVRE?

4

BABILONIA

5

E ISRAEL

NUESTRA VISITA PASO A PASO

1– ENUMA ELISH Y LA EPOPEYA DE GILGAMES 2. LA ANTIGUA MESOPOTAMIA

9

10

12

3. EL CODIGO DE HAMMURABI

13

4. LOS DIOSES BABILONICOS Y EL CULTO

14

5. EN TIEMPOS DE NABUCODONOSOR

16

CONCLUSIÓN

17

¡Eso es! Es bien verdad que el Louvre es muy conocido por sus inúmeras obras de artes, como por ejemplo, la Mona Lisa de Da Vinci o la Venus de Milo, de Alexandros de Antioquia. De este modo, es comprensible que si alguien desea visitar este importante museo, más bien llevará una buena cámara fotográfica o un guía experto. ¡Pero nuestra propuesta es distinta! Queremos proporcionar a usted un paseo por los pasillos del Louvre teniendo como guía la Biblia. En especial, nuestra visita de hoy tendrá como objetivo conocer al Imperio Babilónico y su relación con los relatos del Antiguo Testamento. ¿Y qué una cosa tiene que ver con la otra? Es muy simple… Si abrimos nuestras biblias encontraremos varios pasajes y relatos que nos describen muchos datos del antiguo Imperio Babilónico. ¿Quién nunca ha escuchado el relato de la torre de Babel? ¿Quién, al leer las historias del Antiguo Testamento, nunca se topó con nombres como Nabucodonosor o Ishtar, por ejemplo? Basta tener en manos al Salmo 137 para nos encontramos con un texto escrito en los tiempos en que los judíos estuvieron cautivos en Babilonia: “Sentados junto a los ríos de Babilonia, llorábamos al acordarnos de Sión…”. Todo eso nos revela como la historia del antiguo pueblo de Israel está muy relacionada con la civilización babilónica. Si un día, al leer estas historias bíblicas, se ha despertado en usted un gran curiosidad sobre este pueblo antiguo de Mesopotamia y su relación con el pueblo de Israel… ¡Esta visita es para ti! Por este motivo, proporcionaremos a usted un paseo distinto, como nunca has hecho antes: vamos a conocer el Imperio Babilónico teniendo como referencia las historias de la Biblia. De la misma manera que leeremos los relatos bíblicos teniendo como base los hallazgos arqueológicos de Babilonia que se encuentran en el Museo del Louvre. Si estás dispuesto a hacer este viaje con nosotros ¡prepara tu Biblia y empecemos nuestra visita por los pasillos del Louvre!


¿POR QUÉ EL MUSEO DEL LOUVRE? CONOZCA LO QUE NOS OFRECE EL MUSEO CUANTO A LOS PUEBLOS ANTIGUOS

El Museo del Louvre es uno de los museos más importantes del Louvre. Inmortalizado por famosas obras de arte como la Mona Lisa de Da Vinci o como la Victoria de Samotracia, recientemente también se torno atracción por la obra de ficción de Dan Brown, Código Da Vinci. Pero ¿Por qué hacer nuestra jornada con la Biblia en este Museo y no en otro? La respuesta es sencilla: la grandiosidad del Louvre está no solamente en la gran cantidad de obras que hay en él, sino también y, principalmente, en la calidad de las mismas. Si el asunto son las civilizaciones del Antiguo Oriente, sin duda el Louvre es una optima opción para quién desea encontrarse con artefactos y obras en perfecto estado. Algunas obras que posee el Louvre se han convertido en elementos indispensables para la comprensión de civilizaciones enteras. Como es el caso de las antigüedades egipcias, que están en este museo en grandes cantidades, desde monumentos grandiosos hasta los objetos más pequeños de uso cotidiano, que nos permiten reconstruir la historia de este pueblo. Lo mismo pasa con las civilizaciones mesopotámicas, principalmente la babilónica. Existen en este museo piezas arqueológicas imprescindibles no solamente para comprender la historia de la antigua civilización babilónica y su Imperio, sino también, para entender la historia de la humanidad. Es el caso del Código de Hammurabi ¿Cómo entender la evolución de la humanidad y de sus códigos jurídicos sin pasar por este importante objeto arqueológico que data de 1792-1750 a.C? Vale resaltar que el Departamento de antigüedades orientales del Louvre expone muestras El Código de Hammurabi. Uno de los de civilizaciones que abarcan desde la India hasta el Mediterráneo. Curiosamente, uno de objetos de la antigua Babilonia más los conjuntos más importantes es el correspondiente a las civilizaciones mesopotámicas. En importantes. él podemos encontrar por ejemplo los Toros asirios de Korsabad (que datan de 721-705 a.C), el ya citado Código de Hammurabi, además de una serie de esculturas y artefactos que nos permiten reconstruir la historia de estas civilizaciones. Otro factor importante del Louvre en lo tocante al estudio de las civilizaciones antiguas es que tal museo alberga en si piezas pertenecientes a culturas distintas , como la civilización egipcia, mesopotámica, prehelénica, griegas, etruscas y romanas. Esto implica la posibilidad de establecer nexos entre tales culturas y sus distintas etapas históricas, permitiendo así, tener una visión amplia de la propia evolución de la humanidad. Y ya que el objetivo de nuestra excursión es establecer una relación entre el pueblo de Israel y las historias del Antiguo Testamento con el Imperio Babilónico, el sitio más indicado para empezar nuestra aventura es aquí: ¡por los pasillos del Louvre!

VISITE LA PÁGINA WEB DEL LOUVRE ● http://www.louvre.fr/ ● En esta página podrás acceder a las informaciones sobre las principales exposiciones del Louvre, sus diversas actividades, guías de visita e, incluso, hacer tu propia guía de visita.


BABILÓNIA E ISRAEL Relaciones bíblicas y extrabíblicas entre los dos pueblos

Antes de empezar nuestra visita por los pasillos del Louvre, queremos ofrecer algunas informaciones introductorias sobre la relación bíblica e histórica entre Israel y la civilización babilónica. De este modo, una vez que analicemos los objetos arqueológicos existentes en el Louvre, vamos a tener una comprensión mucha más amplia sobre el tema. ¿QUÉ DICE LA BIBLIA SOBRE LA RELACIÓN ENTRE ISRAEL Y EL IMPERIO BABILONICO? Según la Biblia (Gn 12– 25), la historia de Israel como pueblo empieza cuando Abrahán, un caldeo residente en la ciudad mesopotámica de Ur, escucha la voz de Dios que le invita a abandonar su tierra para formar su propio pueblo. El patriarca obedece la voz de este Dios que le guía por varias tierras de todo el Creciente Fértil (como Damasco y Egipto) hasta asentarlo en la región de Canaán, prometiendo que un día esta tierra pertenecería a sus descendientes. Ya en este relato bíblico del libro de Génesis, encontramos una relación entre el pueblo de Israel y la civilización babilónica: Abrahán era un caldeo. En otros libros de la Biblia encontramos citaciones semejantes que identifican el origen de Israel con su antepasado caldeo. Es el caso del Libro de Judith, dónde un general amonita llamado Ajior informa al general asirio Holofernes que el pueblo que les hace resistencia proviene de Mesopotamia: “Este pueblo desciende de los caldeos. Al principio se fueron a residir a Mesopotamia, porque no quisieron dar culto a los dioses de sus padres, que vivían en Caldea. Se apartaron de la tradición de sus antepasados y adoraron al Dios del Cielo, al Dios que habían reconocido. (…) Su Dios les ordenó abandonar su residencia y marchar a la tierra de Canaán” (Jud 5, 6-9). A lo largo de la historia del pueblo de Israel por la Biblia, también nos encontramos —muchos siglos después del episodio de Abrahán — con la civilización babilónica. Los libros de los 2Reyes, y de 2Crónicas nos informan sobre esta relación que no fue tan positiva para “El Señor dijo a Abrán: Sal de tu el Reino de Judá. En 2Re 20, 12-19 y en 2Cros 32, 31 se afirma que después de la vitoria tierra nativa y de la casa de tu del rey Ezequías sobre los asirios, el soberano israelita cae enfermo. Una vez que alcanza la padre, a la tierra que te mostraré. salud, éste recibe en su palacio una comitiva inesperada del rey babilonio Merodac Baladán Haré de ti un gran pueblo, te que ha venido a felicitarle por su salud. Ezequías, emocionado por la sorpresa, enseña a los bendeciré, haré famoso tu nomvisitantes inesperados todo el tesoro de su palacio y del Templo. El profeta Isaías condena la bre, y servirá de bendición. Benacción y profetiza que un día este mismo pueblo de Babilonia vendrá a Judá, robará todos deciré a los que te bendigan, sus tesoros y llevará la nobleza como cautivos. La profecía se cumplió algunos años más maldeciré a los que te maldigan. tarde, como nos describe 2Re 23, 35—25, 21 y 2Cron 36, 5-21 cuando en el reinado del rey Con tu nombre se bendecirán todas las familias del mundo” Joaquim, Nabucodonosor II, rey de Babilonia, marchó contra Jerusalén y la dominó. El sucesor de Joaquin, el rey Jeconías, se rebeló contra Nabucodonosor y éste volvió a sitiar Jeru(Génesis 12,1-4) salén. Jeconías se rindió y el soberano caldeo llevó al monarca israelita y a muchos nobles y escribas para Babilonia como exilados. De entre ellos estaba Daniel, que como nos cuenta el libro del mismo nombre, seria llamado para servir en la corte de Nabucodonosor (Dn 1, 1-21). Algunos años después, el tío de Jeconías, llamado Sedecías, que había sido puesto en el trono por el propio Nabucodonosor II, se rebela contra el monarca babilónico. Éste, por su vez, sitia a Jerusalén y la destruye definitivamente en el año 585 a.C, incendiando el Templo y enviando a gran parte de la población judía para el exilio en Babilonia. Este período conturbado y de luchas también es descrito en el libro del profeta Jeremías. La etapa del exilio en Babilonia es descrita en la Biblia en una serie de libros como el ya citado Daniel, además del libro de Tobit, Ezequiel y el Salmo 137. El período del exilio es el momento dónde Israel más se relaciona con la civilización babilónica. Es el momento del encuentro entre estas dos culturas distintas que influenciará poderosamente en la historia de Israel y en los propios libros de la Biblia y sus teologías. Abrahán y su salida de Ur de los caldeos hacia Canaán

De este modo, podemos notar que los datos bíblicos relacionan muchas veces al pueblo de Israel con la región de Mesopotamia y con la civilización babilónico-caldea. Pero ¿De hecho las cosas han sucedido tal cual describe la Biblia? ¿Abrahán era un caldeo? ¿Quiénes son los caldeos y qué tienen que ver con la civilización babilónica? ¿El período de las guerras entre Nabucodonosor II y los judíos de hecho ocurrieron? ¿Cómo ha sido el período del exilio? Para responder a tales dudas, nos utilizaremos ahora de algunas informaciones extrabiblicas sobre la civilización babilónica y sobre Israel.


¿QUÉ DICE LA HISTORIA SOBRE LA CIVILIZACIÓN BABILÓNICA? Según la historiografía, a civilización babilónica tiene sus orígenes en una civilización mucho más antigua que habitó y se desarrolló en el sur de Mesopotamia por vuelta del IV y III milenios a.C: los Sumerios. Este pueblo de origen desconocida es considerado la primera civilización de la Historia. Aproximadamente en los años 3500 a.C fundaron importantes ciudades como Ur, Uruk, Lagash, Nipur y Eridu, y desarrollaron una avanzada cultura responsable por la invención de la rueda, de la escrita cuneiforme, de la observación de los astros y del calendario, además de ser el primer pueblo a construir grandes templos en honor a sus dioses, construcciones estas conocidas como Zigurates. Por vuelta del año 2340, los acadios, un antiguo pueblo del centro de Mesopotamia, liderados por el soberano Sargón, derrotan a los sumerios y se hacen con el poder de la región. Sin embargo, los acadios absor- Mapa de Mesopotamia en tiempos de ben la cultura sumeria y forman la dinastía Acadio-Sumeriana. En este período surge la ciu- los sumerios (3500 a.C a 2000 a.C) dad de Babilonia (2200 a.C), primeramente como un núcleo urbano a rededor de un templo, después se desarrolla como una gran ciudad-estado vasalla de Ur. Por vuelta del año 2000 a.C, pueblos provenientes de la Península de Arabia — como los Amorreos – invaden el sur de Mesopotamia y destruyen al imperio Acadio-Sumerio. Empieza entonces un período oscuro en Mesopotamia, dónde ocurre un retroceso cultural y inúmeras guerras entre las ciudades-estados de la región que desean hacerse con el poder una sobre las otras. Babilonia es una de ellas. Por vuelta del año 1894 a.C, el soberano Sumu-Abum funda en Babilonia una dinastía que empieza a hacerse fuerte, dominando las ciudades-estados a su alrededor. Esta dinastía inaugura el período del primer Imperio Babilónico, que encontrará su apogeo en la figura del monarca Hammurabi (1792-1750 a.C) que, derrotando a todos sus rivales, consigue unificar toda la región de Mesopotamia bajo el dominio de Babilonia. Es un período de nuevo desarrollo cultural en la región. La civilización babilónica absorbe todos los elementos de la antigua cultura sumeria, es decir, sus tecnologías, forma de gobierno, escrita, religión y etc. Pero Hammurabi añade una novedad: un código de Ley basado en la equidad en la pena entre el que comete el delito y el que sufre el delito. El fragmento más conocido de este código es el conocido como la “Ley del Talión”. Tratase del código de Derecho más antiguo de la humanidad que se tiene noticia y revela en sí los avances culturales de la civilización babilónica y de su primer imperio. A partir de entonces Babilonia pasa a ser el centro cultural y administrativo de toda Mesopotamia. Sin embargo, la obra de Hammurabi y de sus antecesores no duró mucho. Pronto la dinastía del primer imperio babilónico fue entrando en un período de decadencia que culminó con el dominio de esta ciudad por una nueva potencia que crecía en aquel entonces: el imperio hitita. En el año 1595, los hititas invadieron la ciudad y la saquearon, llevando sus tesoros a la lejana Anatolia. Fue el fin del primero imperio Babilónico. A partir de esta fecha, la región mesopotámica volvió a fragmentarse en varias ciudades-estados independientes. Los hititas nunca consiguieron mantener una dominación directa en Mesopotamia, más bien las ciudades estados de esta región eran vasallas indirectas de este grandioso imperio que dominó toda la región de la actual Turquía y que disputaba frecuentemente con Egipto el dominio de Palestina. De este modo, durante el período de la dominación hitita la ciudad de Babilonia seguía siendo el centro cultural de Mesopotamia y, posteriormente, el centro religioso, gracias a la construcción del Templo de Marduk y su consagración como el dios más importante de Mesopotamia. Sin embargo, en el período de transición entre el Bronce tardío y el Hierro I (por vuelta de los años 1200 a.C a 900 a.C), sucesivas migraciones y excursiones de los llamados “Pueblos de Mar”, venidos de la Península Balcánica , colapsaron todo el mundo antiguo, causando caos en la región. El imperio hitita fue destruido. Egipto tuvo que retroceder para defender su costa que era atacada, abandonando así la región de la Palestina a la suerte de los Pueblos del Mar. Este acontecimiento cambión profundamente los mapas y territorios del mundo antiguo. Con la destrucción del imperio hitita y el retroceso de Egipto, pequeños pueblos que antes estaban dominados por estas potencias pudieron crecer y formar sus propios reinos, es el caso de Israel (más precisamente el reino Norte) y de Asiria, un pueblo situado al norte de Mesopotamia y que empezaba a arrogarse como la nueva potencia militar de la región. A partir de entonces, Babilonia sería anexada al imperio asirio. Esta civilización absorbió la cultura babilónica como suya, compartiendo sus leyes e incluso la propia religión. A pesar de las capitales del Imperio Asirio fueron Asur y posteriormente Nínive, Babilonia seguía siendo una importante ciudad de Mesopotamia, considerada el centro religioso de la región. El sur de Mesopotamia pasa a ser llamada como Caldea, y sus habitantes, los caldeos, se reconocen como los legítimos herederos de la tradición del primer imperio babilónico y ven a Babilonia como su capital. Sin embargo, a partir del año 705 a.C, el monarca asirio Sargón II empieza una política de domi- Reconstrucción moderna de cómo sería la nación permanente y progresiva de sus vasallos y pueblos vecinos. Tal dominación era ciudad de Babilonia


dura y encontró no poca resistencia. Su sucesor, Senaquerib, siguió la misma estrategia de dominación. Debido a la dureza de tal política, en el sur de Mesopotamia, región ahora designada como Caldea, se empieza una resistencia al yugo asirio. Los caldeos, que se reconocen como los legítimos herederos de la tradición del primer imperio babilónico y ven a Babilonia como su capital, son liderados por Merodac-Baladan (el mismo soberano babilónico citado en el libro de 2Reyes), que encabeza la resistencia babilónica contra los asirios. Senaquerib, buscando el control de toda la región sur de Mesopotamia que estaba apoyando a Merodac-Baladan, invade la ciudad de Babilonia en 689 a.C y la destruye. Pero años más tarde, su sucesor, el rey Esaradón, la reconstruye. En los años que se siguieron, poco a poco Asiria fue perdiendo su poder. Después de las grandes conquistas del monarca asirio Asurbanipal, que llegó incluso a dominar Egipto, el imperio asirio entró en crisis. Aprovechándose de la situación, los caldeos, dirigidos por Nabopalasar, reconquistan Babilonia en 625 a.C y se hacen independientes. Años más tarde, los mismos se unen con los medos liderados por Ciáxares y destruyen Nínive, la capital asiria, en el año de 612 a.C. Era el fin del Imperio asirio y el comienzo de una nueva potencia en Mesopotamia: el imperio Caldeo o el imperio Neo-babilónico. Este es el período más importante de la civilización Babilónica. Destruido el impe“En el año séptimo, en el mes de rio asirio, el soberano caldeo Nabopalasar empieza a unificar las regiones de Mesopotamia bajo el dominio de Babilonia. Su sucesor, Nabucodonosor II, siguiendo la política de su paKislew, el rey Akkad (Nabucodonosor dre extendió el dominio caldeo hacia Siria y Palestina. Es en este momento histórico en que II) reunió sus tropas y se puso en la civilización babilónica y los israelitas experimentan su contacto más intenso, que ha sido marcha hacía el país de Hatti. Puso dramático para los segundos. Nabucodonosor, deseoso de limitar el creciente dominio de sitio a la ciudad de Judá; y el día Egipto sobre Palestina, empieza una campaña militar en la región con el objetivo de trasformar los pequeños reinos que allí existían en sus vasallos, obligándoles a pagar tributos. El segundo del mes de Adar se apoderó reino de Judá es uno de ellos. Los israelitas se niegan a la vasallaje y ofrecen resistencias. de la ciudad; e hizo prisionero al rey. La respuesta de Nabucodonosor es la represión. En una tablilla cuneiforme que describe Designó luego un segundo rey según algunas conquistas de Nabucodonosor II se menciona su asedio a Jerusalén y que se llevó prisionero al rey, en el año 597 a.C (probablemente al rey Joaquín, según los datos bíblisu corazón y le impuso un fuerte cos), dejando allí a un gobernador de su confianza: “En el año séptimo, en el mes de Kistributo, y lo envió a Babilonia”. lew, el rey Akkad (Nabucodonosor II) reunió sus tropas y se puso en marcha hacía el país de Hatti. Puso sitio a la ciudad de Judá; y el día segundo del mes de Adar se apoderó de la ciudad; e hizo prisionero al rey. Designó luego un segundo rey según su corazón y le impuso un fuerte tributo, y lo envió a Babilonia”. También en otros documentos del período de Nabucodonosor II se menciona que la administración real estaba encargada de repartir raciones de aceite y comida a algunos antiguos monarcas que estaban prisioneros en Babilonia. De entre ellos se cita a “ocho hombres de Judá” y a “Yoyaquín, hijo del rey de Judá”. Todos estos datos revelan como procedió el primer contacto entre Israel y el Imperio Neo-babilónico. Una relación de dominación por parte de los segundos, que después de destruir definitivamente al reino de Judá en 585 a.C, deportó gran parte de su población a Babilonia. La deportación de naciones enteras y su dispersión por las distintas partes del Imperio era una política común en el Imperio Neo-babilónico. Nabucodonosor II empezó una política de desarrollo de la ciudad de Babilonia, realizó la construcción de lujosos palacios y templos, como los jardines suspensos (una de las siete maravillas del mundo antiguo). En su tiempo, Babilonia era la ciudad más poblada del mundo, llegando a tener unos 500 mil habitantes. Era necesario gente para llevar a cabo las exigencias de tan grandiosas obras, por ello se deportaban los pueblos vencidos para Mesopotamia. El pueblo judío fue uno de ellos.

Nabucodonosor II, el gran monarca del Imperio Neo-Babilónico. Considerado por la Biblia como el destruidor del Templo y de la ciudad de Jerusalén en 585 a.C, pero clasificado por la Historia como un eximio administrador y general.

A pesar de grandiosidad del Imperio Neo-Babilónico, este no duró mucho. Después de la muerte de Nabucodonosor en 562 a.C, sus sucesores no supieron continuar su obra. Uno de los gobernadores de Nabucodonosor, llamado Nabonides, fue proclamado rey de Babilonia y empezó una política que desagradó a gran parte de la propia población babilónica. El monarca se opuso a la poderosa clase de sacerdotes del dios Marduk y quitó sus privilegios. La sociedad babilónica empezaba a dividirse. El sucesor de Nabonides, el rey Baltasar, tampoco supo tranquilizar los ánimos de los babilonios, y para empeorar, el soberano persa Ciro empezaba forzar las fronteras del imperio Babilónico. En el año de 539 a.C, los persas derrotaron a los babilonios y fueron recibidos sin resistencia en la capital Babilonia, y con grande clamor de los propios babilonios que los veían como libertadores. ¡Tal era la antipatía que alimentaban los babilonios por los sucesores de Nabucodonosor II!. Con este acontecimiento se declara el fin del Imperio NeoBabilónico. A partir de entonces el dominio de Mesopotamia pasaría por la mano de muchos conquistadores, pero nunca más por la propia civilización babilónica. A pesar de ello, Babilonia siguió en la historia antigua como una ciudad importante y como una de las maravillas del mundo.


¿LO QUE DICE LA HISTORIA SOBRE ISRAEL Y BABILONIA? A pesar de que, como hemos expuesto anteriormente, la Biblia identifique el origen del pueblo de Israel con la figura de un caldeo procedente de Ur, llamado Abrahán, la historiografía no posee ningún dato extrabiblico que confirme que este patriarca vino de Mesopotamia. Lo más cercano al Abrahán bíblico que la historiografía puede llegar se encuentra en las inscripciones de Seti I que datan de 1290 a.C y que se refieren a los “habiru”, pueblos nómadas que vagaban por Palestina y que muchas veces intentaban entrar en territorio egipcio, a veces pacíficamente, otras veces de manera violenta. La inscripción de Set I se refiere una lucha entre grupos locales de Palestina donde se cita a los “Habiru del monte Yarmuti” y a una tribu de Raham, dónde sus representantes se consideran a si mismo como descendiente de Abu Rahan (padre Rahan). ¿Tendría Abrahán que ver con este Abu Rahan? Es imposible afirmar que los dos personajes sean los mismos, pero podemos hipotetizar que el Abrahán de las tradiciones bíblicas pudiera haber sido un líder de algún grupo Habiru que migraba por las tierras de Palestina en los tiempos en qué Egipto y el Imperio hitita disputaban aquella región. De este modo, no podemos demonstrar históricamente que Abrahán vino de Mesopotamia, pero no sería irracional levantar la hipótesis que Abrahán pudiera haber sido un líder habiru que decidió migrar desde Mesopotamia hacia las tierras de Palestina, algo que era común en aquella época del Bronce Tardío (2000-1200), como asegura las inscripciones Estela de Merenptha de Seti I.

(1230 a.C)

El primer dato histórico que se tiene noticia sobre Israel se encuentra en la estela del faraón Merenptah, que narra las vitorias de este soberano sobre una serie de ciudades de Canaán por vuelta del año 1230 a.C. De entre estas ciudades, se nombra a “la gente de Israel”, lo que significa que todavía no eran un grupo sedentario. Estos datos históricos revelan que es muy difícil afirmar que el origen del pueblo de Israel haya ocurrido en Mesopotamia. Lo más indicado es sostener que la etnogenesis del pueblo de Israel está más vinculada a los Hapirus que se trasladaban por Palestina, principalmente en la zona del valle de Yizreel y las montañas que lo rodean. De este modo, históricamente sólo podemos afirmar que la relación entre el Israel y la civilización babilónica empezó con el crecimiento del Imperio Neo-Babilónico y con Nabucodonosor II. Como hemos dicho anteriormente, este soberano caldeo destruyó por completo al reino de Judá en el año de 585 a.C, llevando a gran parte de la población judía para Babilonia. En el período del exilio en Babilonia, los judíos empezaron a desarrollar su cultura y su identidad nacional. Si durante los años del Reino del Norte y del Reino del Sur, los israelitas se veían constantemente presos en la tentación del sincretismo cultural y religioso con las naciones vecinas, es decir, cananeos, fenicios, amorreos, etc; en el exilio en Babilonia ellos se darán cuenta de que, si no guardan sus costumbres e identidad, posiblemente desaparecerán frente la cultura caldea que La destrucción de Jerusalén y de su Templo ahora se impone. Por ello, en este período del exilio, los israelitas empiezan a reunir los escritos de los profetas anteriores a la destrucción del Templo (Amós, Oseas, Miqueas, en 585 a.C por Nabucodonosor II. Era el Isaías y Jeremías). Ponen, por primera vez, por escrito la historia del pueblo desde su comienzo del Exilio en Babilonia y del enllegada y asentamiento en Canaán hasta la destrucción de la monarquía y el destierro. cuentro entre las dos culturas. De este modo, surgen los libros de Josué, Jueces, 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes. Además, se confecciona también lo que conocemos como Pentateuco, las cinco tradiciones sobre los orígenes de Israel y su Ley. En esta época en que Israel estuvo en intenso contacto con la civilización babilónica, los judíos también buscaron reafirmar su cultura en la adopción de costumbres como la circuncisión, que ya era practicada antes pero ahora era considerada como señal de pertenencia al pueblo judío; las costumbres alimentarias; el costumbre sabático, las reuniones familiares y la celebración de la Pascua. Costumbres estas que iban ganando una nueva importancia como manera de afirmar la identidad judía frente a una cultura distinta y dominante que era la babilónica. Todos estos datos revelan que, históricamente, el período de exilio en Babilonia representó para Israel un punto de inflexión. La cultura judía, al entrar en contacto con la civilización babilónica, tuvo que reafirmar su identidad. Además, se nota que los judíos supieron aprovecharse de algunos aspectos de la cultura babilónica, como por ejemplo, la importancia que se dio a los sacerdotes después del exilio, importancia esta que seguramente surgió una vez que los judíos pudieron observar en los templos de Babilonia como se organizaban los sacerdotes y cuanta importancia tenía esta casta. También podemos resaltar algunos trazos de la cultura babilónica en los escritos de la Biblia, principalmente en el Pentateuco, pero estas informaciones daremos a usted una vez que realicemos el siguiente paso de nuestra excursión: la visita a los objetos arqueológicos de Babilonia en el Louvre.

Máxima extensión del Imperio NeoBabilónico


NUESTRA VISITA PASO A PASO PREPARA TU BIBLÍA Y CONSTATA LO QUE VAMOS A VER

EL ENUMA ELISH Y LA EPOPEYA DE GILGAMÉS

El Génesis y la cultura mesopotámica

EL LA ANTIGUA MESOPOTAMIA

En el tiempo de los Patriarcas

EL EL CÓDIGO DE HAMMURABI

Su relación con la Ley de Moisés

LOS DIOSES BABILÓNICOS Y EL CULTO

La idolatría en las monarquías de Israel y Judá

EN TIEMPOS DE NABUCODONOSOR

Israel y el exilio en Babilonia


EL ENUMA ELISH Y LA EPOPEYA DE GILGAMÉS SU RELACIÓN CON EL RELATO BÍBLICO DE LA CREACIÓN EN GÉNESIS

Entramos en el Louvre. Por la entrada de la Pirámide nos detenemos en la planta baja. (Rez-De-Chaussée). Aquí se encuentra el departamento de antigüedades orientales. Es la hora de abrir tu Biblia. Como ves, el primer libro a que nos encontramos es el Génesis, que nos cuenta sobre los relatos de la creación del mundo, del hombre, el Diluvio universal, la historia de Abrahán, etc. Pues en este primer punto de nuestra visita, les enseñaremos ahora, a la luz de los objetos arqueológicos de Mesopotamia, cómo estas historias inmortalizadas por la Biblia tienen una profunda ligación con las civilizaciones mesopotámicas, principalmente con dos relatos antiquísimos datados de los tiempos de los sumerios (3500-2000 a.C) llamados “Enuma Elish” y “La Epopeya de Gilgamés”. El primer relato es una Teogonía, es decir, narra la historia de cómo los dioses crearon el mundo. La segunda historia narra las hazañas del héroe Gilgamés que, una vez que ve la muerte de su amigo Enkidu, se angustia con el destino de la muerte y busca la inmortalidad. Para saber como alcanzarla, Gilgamés debe encontrar al único hombre que consiguió la inmortalidad, Utanapistim el superviviente del diluvio universal realizado por los dioses como castigo a la humanidad. Cualquiera semejanza con la Biblia… ¡NO ES MERA COINCIDENCIA!

1– BAJORRELIEVE VOTIVO DE DUDU (SACERDOTE DE NINGIRSU): PLANTA BAJA RICHELIEU—SALA 1: Tratase de una placa hecha por motivos conmemorativos por vuelta del año 2400 a.C. Probablemente pertenecía al príncipe y sacerdote Dudu de la ciudad sumeria de Lagash. En ella se representa la división del mundo en “cielo”, la morada de los dioses; “tierra”, la morada de los hombres; y “submundo”. Tal orden del universo puede ser encontrado en el Poema “Enuma Elish”, dónde se narra que en el inicio sólo existía el “Apsu primordial” y su esposa “Mumu-Tiamat”, la madre de los dioses. Pero no existía nada más allá de estas dos realidades, hasta que el dios Marduk derrota a Tiamat, cortando su cuerpo en dos partes y creando, a partir de ellos, el cielo y la tierra. También en este poema se describe la creación del hombre por parte de los dioses, más precisamente por Marduk y su esposa Ea. Abajo podemos ver la comparación entre los textos del “Enuma Elish” y los textos del Genesis: La creación del mundo (Enuma Elish): “Cuando en lo alto del cielo no había sido nombrado, no había sido llamada con un nombre abajo la tierra firme, nada más había que el Apsu primordial, su progenitor, (y) Mummu-Tiamat, la que parió a todos ellos, mezcladas sus aguas como un solo cuerpo. No había sido trenzada ninguna choza de cañas, no había aparecido marisma alguna, cuando ningún dios había recibido la existencia, no llamados por un nombre, indeterminado

La creación del mundo (Génesis 1, 1-2) “En el principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra era caos y confusión: oscuridad cubría el abismo, y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas”

sus destinos, sucedió que los dioses fueron formados en su seno” La creación del hombre (Enuma Elish): “Cuando oye Marduk las palabras de los dioses, su corazón le impulsa a realizar obras estupendas. Abre su boca y se dirige a Ea, para comunicar el plan que ha concebido en su corazón: “Amasaré la sangre y haré que haya huesos. Crearé una criatura salvaje, ‘hombre’ se llamará. Cierto, crearé un hombre salvaje. Tendrá que estar al servicio de los dioses, para que ellos vivan sin cuidado.

La creación del hombre (Génesis 1, 26-27; 2, 7) “Dijo Dios: ‘Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra (…). Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya. (…) Entonces Yahvé Dios modeló al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente”


Estas semejanzas entre los dos textos no son mera coincidencia. En ellos podemos notar el influjo que tuvo la civilización mesopotámica en la cultura judía cuando estos estuvieron exilados en Babilonia. El Poema de Enuma Elish es más antiguo que el Génesis. Este ultimo fue escrito justamente en el período del exilio en Babilonia. En este podemos notar que los escritores del Génesis seguramente entraron en contacto con los poemas de la teogonía babilónica presentes en el Enuma Elish y los adaptaron para el monoteísmo judío. Todo el aspecto politeísta de la cultura babilónica fue retirado y se insirió la visión del Dios único que crea el mundo desde la nada. Pero el Génesis no es una mera copia del Enuma Elish, entre los dos textos existe una diferencia cabal: mientras el relato babilónico politeísta concibe la creación como una transformación de cosas que ya existía (en este caso la diosa Tiamat), el Génesis afirma que Dios crea el mundo de la nada. No se utiliza de una materia pre-existente. Además, en la creación del hombre, el poema politeísta afirma que la finalidad del hombre es servir a los dioses para que éstos puedan vivir sin preocupaciones. Mientras que en Génesis, Dios crea el hombre para ser el culmen de la creación, el que está destinado por mandato divino a dominar todos los seres.

2. EL HÉROE Y EL LÉON PLANTA BAJA RICHELIEU—SALA 4 Este bajorrelieve se encontraba en un palacio asirio. Data de los años 1000 a.C aproximadamente. En el se destaca la figura de un héroe dominando un león. Se atribuye esta escultura como una representación de Gilgamés, el héroe del poema sumerio “La Epopeya de Gilgamés”. Este personaje era un semi-dios , con “dos tercios divinos y uno humano”, era hijo de la diosa Ninsum. Según el mito, Gilgamés era el soberano de la ciudad sumeria de Uruk. Extremamente fuerte y poderoso, gobernaba con tiranía y maldad. Tanta era la vileza de Gilgamés que sus propios súbditos rogaron a los dioses que les librase de tal soberano. Los dioses escucharon las suplicas de los ciudadanos de Uruk y crearon a Enkidu, un hombre salvaje y puro de corazón, que se dirigió a Uruk para derrotar a Gilgamés. Los dos lucharon ferozmente y, en medio de la lucha, se produjo en el soberano de Urik una gran estima y reconocimiento por Enkidu. La batalla terminó sin vencedores, pero los dos se tornaron grandes amigos. Tal amistad empezó a cambiar Gilgamés que, poco a poco, dejó de ser un tirano y empezó a buscar el bien de pueblo. La diosa Ishtar se apasionó por el héroe, pero este la rechazo. Ofendida, la diosa del amor y de la guerra envió su Toro Celestial Alado para destruir Uruk y eliminar Gilgamés, pero éste, con la ayuda de su fiel amigo Enkidu, mataron al monstruo y salvaron la ciudad. Una vez más Ishtar se puso furiosa, pero no consiguiendo matar a Gilgamés físicamente, busco matarlo psicológicamente. Envió una terrible enfermedad que mató a su amigo Enkidu, aquél por quién Gilgamés tenía tanta estima. La tristeza e apoderó del héroe, y el miedo de la muerte también. Éste entonces empezó a buscar la vida eterna. Le dijeron entonces un hombre la había conseguido. Se llamaba Utanapistim. El hombre que sobrevivió al gran diluvio realizado por los dioses y que como premio ganó de estos la inmortalidad. Gilgamés sale en busca de Utanapistim y, al encontrarlo, éste le informa que la inmortalidad sólo seria por él alcanzada caso Gilgamés comiera una planta mística. El héroe la recoge, pero al envés de consumirla y tornarse inmortal, él piensa en su ciudad y en su pueblo, en los ancianos que están a las orillas de la muerte y en aquellos que, de la misma manera como su amigo Enkidu, mueren a causa de enfermedades. Así pues, Gilgamés opta por llevar la planta a su ciudad, para que todos de Uruk sean inmortales. Pero una serpiente le robó la planta y se la comió. El héroe entonces vuelve a ciudad sin la inmortalidad, destinado a morir como cualquier mortal. De este poema, retira el Génesis el relato del Diluvio. Veamos la comparación entre los dos textos: El Diluvio Universal (La Epopeya de Gilgamés):

El Diluvio Universal

“En los tiempos antiguos (…), los grandes dioses decidieron suscitar el Diluvio.

(Génesis 6, 13-14; 17, 19)

De ello deliberaron su padre Anu, su consejero Enlil, el Héroe, su palafrenero Ninurta, su fontanero Ennugui; Niniguiku estaba también sentado con ellos. Repitió su decisión a un seto de cañas: (…) Hombre de Shuruppak, hijo de Ubar-Tutu, destruye tu casa, construye un barco, renuncia a las riquezas, no busques ya más que la Vida, desprecia los tesoros si quieres salvar la vida; embarca en el barco todas las especies vivas ”

“Dijo, pues, Dios a Noé: ‘He decidido acabar con todo ser viviente, porque la tierra esta llena de violencias por culpa de ellos. Por eso, he decidido exterminarlos de la tierra. Hazte un arca de maderas resinosas (…). Por mi parte, voy a traer el diluvio, las aguas sobre la tierra, para exterminar todo viviente que tiene hálito de vida bajo el cielo. (…) Meterás en el arca una pareja de cada ser viviente, para que sobrevivan contigo”

Una vez más podemos notar el influjo de la civilización babilónica y mesopotámica en la cultura judía. El tiempo del exilio en Babilonia proporcionó al pueblo judío entrar en contacto con estas literaturas de los antiguos sumerios. La semejanza entre Utanapistim y el patriarca Noé son muchas. El segundo seguramente fue inspirado en el primero. Sin embargo, el relato bíblico guarda su originalidad. Génesis es capaz de dar una razón para el diluvio desatado por Dios: la maldad de los hombres, cosa que no sucede en el poema de Gilgamés. Además, el Dios de los judíos, después del Diluvio, hace una alianza con toda la creación, prometiendo nunca más volver a hacer tal obra.


LA ANTIGUA MESOPOTAMIA DESCUBRA OBJETOS ARQUEOLOGICOS QUE NOS AYUDAN A ENTENDER EL CONTEXTO DE LOS PATRIARCAS BIBLICOS

1. LAMENTACIÓN SOBRE LA RUÍNA DE UR PLANTA BAJA RICHELIEU— SALA 2 (VITRINA 6) Este documento data del año 1800 a.C y describe los lamentos por la destrucción de la ciudad sumeria de Ur en 2000 a.C por los amorreos, y el fin de la III Dinastía Acadio-sumeriana. En este texto de escrita cuneiforme se intenta dar una origen divina para la destrucción de la ciudad, donde se describen el gran dolor causado por el asedio, las razones de la destrucción y la esperanza de una restauración. Un género semejante podemos encontrar en el libro bíblico de las Lamentaciones, dónde también se atribuye la destrucción de Jerusalén por un origen divino: la infidelidad del pueblo judío a los mandatos de Dios. Según la Biblia, Ur es la ciudad originaria de Abrahán, el patriarca del pueblo judío (Gn 11, 28). Esta ciudad de origen sumeria era una de las más importantes, pero fue destruida por los amorreos por vuelta del 2000 a.C y, mismo después de su restauración, los habitantes todavía lamentaban la destrucción de la III Dinastía Sumeria-acadiana que gobernó de 3500 a.C hasta 2000 a.C.

2. LAS RUÍNAS DE MARI PLANTA BAJA RICHELIEU—SALA 3 Esta es una maqueta del que un día fue el palacio de la ciudad-estado de Mari, destruida por Hammurabi hacia 1760 a.C. En las ruinas de esta ciudad fueron encontradas aproximadamente 15.000 tablillas de arcilla grabadas con escrita cuneiforme. Descifrar tales informaciones posibilitó a la arqueología conocer la situación del posible contexto histórico de Abrahán. Se afirma eso debido al hecho de que se han encontrado semejanzas tremendas entre las descripciones de estas tablillas con las descripciones del Génesis sobre ciudades y pueblos. Por ejemplo, en las tablillas de Mari se han encontrado nombres como Pereg, Serug, Nacor, Taré y Harán, personalidades estas que se encuentran en la lista de antepasados de Abrahán en Génesis 11, 17-26. 3. SELLO-CILINDRICO DEL REY SACERDOTE PLANTA BAJA RICHELIEU—SALA 1 (VITRINA 2) Este objeto que data de los tiempos de los sumerios tratase de un sello cilíndrico. Hecho en el año 3200 a.C, representa al rey-sacerdote en una ceremonia litúrgica en honor a la divinidad Innana, diosa sumeria de la fertilidad. El rey-sacerdote era una forma de soberanía común en el mundo antiguo, que combinaba en la figura del soberano-religioso las funciones sacerdotales y guerreras. En el libro del Génesis encontramos un ejemplo en la historia de Abrahán: Melquisedec, el rey-sacerdote de la ciudad de Salem (Gn 14, 18). Con el tiempo, la casta sacerdotal fue ganando importancia y en muchos pueblos se dividieron las funciones. Romper tal orden podía ser peligroso, como fue el caso del rey Nabonides del Imperio Neo-Babilónico que desprestigió la casta sacerdotal de Babilonia, la consecuencia fue la división del reino. Antes del destierro en Babilonia, los reyes de Israel y Judá tomaban parte de algunas ceremonias cultuales sin problemas, pero después del destierro tal práctica fue condenada. En 1Samuel 13, 7-15, Saúl es rechazo o Dios por haber ofrecido sacrificios en lugar del sacerdote Samuel. Y en el libro de las Crónicas, escrito después del destierro, se relata el caso del rey Ozías que, al ofrecer incienso en Templo de Jerusalén, fue castigado por Dios con la lepra (2 Crónicas 26, 16-18).


EL CÓDIGO DE HAMMURABI Y SU RELACIÓN CON LOS DIEZ MANDAMIENTOS DE MOISÉS

1. EL CODIGO DE HAMMURABI PLANTA BAJA RICHELIEU—SALA 3 El código de Hammurabi es el documento de Derecho más antiguo de que se tiene noticia. Hecho por el soberano del Primer Imperio Babilónico, Hammurabi , por vuelta de los años 1792-1750, pretendió ser una serie de leyes sobre asuntos prácticos del cotidiano, que visaban la equidad y penas proporcionales a la gravedad del delito. Es el famoso “Ojo por ojo, diente por diente”. Por ejemplo, en una de las secciones del código se afirma que se un albañil construyó una casa mal hecha, y tal casa se derrumbó matando al hijo del propietario, luego, el hijo del albañil debe ser muerto también. Sin embargo, si es un esclavo que muere en el hundimiento de la casa, el albañil debe ceder al propietario uno de sus esclavos. A los ojos de hoy, tal ley parece extremamente dura, sin embargo, en la época de Hammurabi ha sido un avance tremendo para la humanidad, pues en aquel entonces la penas solían ser desproporcionales al delito. Podemos observar algunos casos en la Biblia, por ejemplo. En el libro de los Números, Coré, Datán y Abirán pecan contra Moisés, y el castigo por sus pecados no recae solamente sobre ellos, sino sobre toda su familia y sobre sus siervos (Num 16). Es la plasmación en la figura de Dios de un comportamiento humano común en aquella época: si uno cometía un delito, toda su familia pagaba por el mal. En este sentido, el código de Hammurabi significó un gran avanzo para la humanidad. Algunos sustentan que la ley os diez mandamientos y el código de santidad de Moisés son una especie de copia o adaptación del código de Hammurabi a la cultura judía. De hecho, algunos mandatos de Moisés son muy semejantes a los cánones de la “Ley del Talión”, pero las desemejanzas entre las dos leyes están en mayor cantidad. Para empezar, el código de Hammurabi fue escrito casi un milenio antes de la ley mosaica. Ésta, por su vez, aunque comparte del mismo objetivo de la ley del Talión, es decir, organizar el pueblo y la vivencia en sociedad desde unos mínimos necesarios para la convivencia pacifica, posee un carácter original: es una ley que pone en evidencia la relación con Dios. El Código de Hammurabi, a pesar de ser considerada por los babilonios como una ley dada por el dios del Sol, Shamash, no posee un carácter religioso en sus legislaciones, más bien, se ocupa de casos muy concretos y particulares de la vida cotidiana de aquella sociedad. No ocurre lo mismo con la Ley de Moisés. Esta posee un profundo carácter religioso, dónde el mandamiento de guardar a los sábados porque Dios descansó en el séptimo día es el mayor ejemplo de tal novedad. La ley de Moisés estaba íntimamente ligada a la relación del pueblo de Israel con su Dios, tanto que su trasgresión no significa solamente un delito al prójimo, sino también, un delito al propio Dios.

Bajorrelieve del código de Hammurabi representando al dios Shamash, divinidad solar, que porta el anillo y el bastón, simbolos de la equidad y de la justicia, entregando el código de leyes al soberano babilónico.


LOS DIOSES BABILONICOS Y EL CULTO LAS MONARQUÍAS DE ISRAEL Y JUDÁ : EL PROBLEMA DE LA IDOLATRÍA

1. KUDURRU DEL REY MELI - SHIPAKK II PLANTA BAJA RICHELIEU—SALA 3 Este objeto que data aproximadamente de 1186-1172 a.C, tratase de un titulo de propiedad donado a Marduk-appa-iddina por su padre, el rey Meli-Shipakk II. Tal titulo de propiedad es consagrado a la protección de los dioses. En este objeto podemos observar una de las principales características de la cultura mesopotámica: el politeísmo. Precisamente, se puede identificar en este titulo de propiedad los emblemas de los principales dioses babilónicos, destacándose principalmente las divinidades como Ishtar, la diosa de la guerra, de la fertilidad y del amor; Sin, el dios de la luna y de la noche; Shamash, el dios sol; Enlil, el dios de la lluvia y de las tormentas; Nergal, el dios del submundo; y Marduk, el dios de los dioses. En el tiempo de las monarquías de Israel, los libros bíblicos atestiguan que uno de sus principales problemas fueron la idolatría y el culto a dioses extranjeros. En el decálogo , existen dos mandamientos que expresan tajantemente la prohibición del politeísmo y del culto a los ídolos: “No tendrás otros dioses fuera de mí. No te harás escultura ni imagen alguna de lo que hay arriba en los cielos, abajo en la tierra o en las aguas debajo de la tierra. No te postraras ante ellas ni les darás culto, porque yo, Yahvé, tu Dios, soy un Dios celoso (…)” (Ex 20, 3-4). Estas prohibiciones explicitas denotan la constante tentación de los judíos del periodo monárquico a imitar las costumbres de los pueblos vecinos. En aquel entonces, Mesopotamia era la gran referencia cultural para los pueblos del creciente fértil, y seguramente el culto a las divinidades babilónicas era una de las competencias a los cultos a Yahvé en el tiempo de los reyes. Podemos notar también que el decálogo se prohíbe la construcción de imágenes que representen los astros, los seres vivientes y las fuerzas del submundo. Analizando el titulo de propiedad del rey MeliShipakk podemos entender el porqué: la mayoría de los dioses babilónicos eran divinizaciones de fuerzas de la naturaleza o de los astros. Cuando el decálogo prohíbe tales adoraciones, su blanco es explicito: las religiones politeístas de Mesopotamia y de los pueblos que la tenían como referencia cultural.

2. EL ADORADOR DE LARSA Y EL GRAN KUDURRU DEL REY MELI-SHIPAKK II PLANTA BAJA RICHELIEU—SALA 3 Esta imagen que data de los tiempos de Hammurabi (17861750 a.C) representa a un noble en actitud de adoración ante una divinidad. Esta era la postura típica de adoración en los pueblos de Mesopotamia: arrodillarse y llevar la mano a los labios. Podemos observar una postura semejante en el segundo objeto, dónde se representa al rey Meli-Shippak II introduciendo su hija ante la diosa Nannaya. Se puede notar que el rey lleva la mano a los labios. Es la postura de oración respetuosa frente a la divinidad. Como hemos dicho anteriormente, la Ley mosaica prohibía terminantemente la adoración de imágenes y el acto de postrarse ante ellas. Sin embargo, a lo largo de la historia de Isra-


el, sea en los tiempos de los jueces o en los tiempos de las monarquías, siempre estuvo tentado a prestar culto a los dioses extranjeros. Como atestigua la Biblia en Jueces (2, 11-12): “Entonces los israelitas hicieron lo que desagradaba a Yahvé, dando culto a los Baales. Abandonaron a Yahvé, el Dios de sus antepasados, que los había sacado de Egipto, y siguieron a otros dioses de los pueblos de alrededor. Se postraron ante ellos e irritaron así a Yahvé”. Pero no solamente la gente del pueblo estuvo prestando culto a los dioses de las naciones extranjeras, sino que muchas veces tales practicas incluso eran introducidas por los propios reyes de Israel y Judá. Es el caso de Salomón, descrito en 1Reyes (11, 5-7): “Salomón marchaba tras Astarté, diosa de los sidonios, y tras Milcón, abominación de los amonitas. (…) edificó un altar a Camós, abominación de Moab, sobre el monte que está frente a Jerusalén”. Y también de Ajab, rey de Israel: “Ajab, hijo de Omrí, hizo lo que Yahvé detesta (…) rindió culto a Baal postrándose ante él. Erigió un altar a Baal en el santuario de Baal que edificó en Samaría” (1Reyes 16, 30-32). Y de muchos otros reyes. La practica de llevar la mano a los labios en señal de oración a la divinidad podemos encontrar en el libro de Job, dónde este personaje afirma que nunca había ofendido a Dios ni prestado culto a otros dioses: “Si mi mano procedió a besar mi boca, habría negado al Dios que está arriba” (Job 31, 27). 3. EL VASO DE ISHTAR Y LA ISHTAR DE TELL AHMAR PLANTA BAJA RICHELIEU—SALA 3 Estos dos objetos representan la diosa babilónica del amor y de la guerra, Ishtar. El vaso la representa rodeada por animales y totalmente desnuda. Son los símbolos de su faceta como diosa del amor y de la fertilidad. Sin embargo, esta diosa también era representada como la divinidad guerrera, como podemos observar en el objeto de Tell Ahmar, dónde se representa a Ishtar montada en un león y portando armas de guerra. El culto a esta divinidad femenina no se realizaba solamente en Babilonia, sino que se extendió por todo creciente fértil. Ishtar era la antigua diosa sumeriana Innana. Y en fenicia recibía el nombre de Astarté, y entre las poblaciones cananeas se llamaba Astoret. Según la Biblia, el culto a Ishtar o Astarté siempre representó algo atractivo al pueblo de Israel, visto que en sus libros se condena muchas veces el culto a esta diosa, practicado tanto por el pueblo como por los reyes: “Abandonaron a Yahvé y dieron culto a Baal y a las Astartes” (Jueces 2, 13). Según el libro de 1eyes, las esposas del rey Salomón fueron las grandes introductoras de este culto a Ishtar en las monarquías de Israel. Una vez que los judíos se encuentren en el exilio en Babilonia y empiecen a escribir la historia de Israel, la tradición deuteronomista responsabilizará las idolatrías del pueblo y de los reyes como el factor primero que llevó Israel a la ruina y a la destrucción. El pueblo, al prestar culto a otros dioses fuera de Yahvé, rompieron la Alianza y la Ley mosaica, y por ello todo se vino abajo. Tal teología podemos encontrar sintetizada en Josué (23, 6-8; 16) : “Esforzaos mucho en guardar y cumplir todo lo que está escrito en el libro de Moisés, no apartándoos de ella ni un ápice, no mezclándoos con esos pueblos que quedan todavía entre vosotros. No mentaréis el nombre de sus dioses ni jurareis por ellos, no les daréis culto ni os prostraréis ante ellos, sino manteneos unidos a Yahvé vuestro Dios, como habéis hecho hasta el día de hoy. (…) Pero si quebrantáis la alianza de Yahvé vuestro Dios os dio, si os vais a dar culto a otros dioses y os prostráis ante ellos, la ira de Yahvé se encenderá contra vosotros y desapareceréis rápidamente de la espléndida tierra que os ha dado”. 4. HÍGADOS ADVINATÓRIOS (PLANTA BAJA RICHELIEU 0 SALA 3): Estos objetos representando hígados fueron encontrados en las ruinas del palacio de Mari. En la cultura babilónica, así como en la cultura de muchos pueblos antiguos, el hígado y las vísceras eran consideradas como la parte responsable por los instintos, por la vitalidad y las emociones fuertes. Por ello, los sacerdotes y los astrólogos babilónicos examinaban las vísceras y el hígado de los animales ofrecidos para descubrir la voluntad de los dioses. Era una especie de agüero. En las monarquías de Israel y Judá, además de la propia cultura judía de la época, tales practicas eran expresamente prohibidas. Podemos observar en Deuteronomio 18, 9-14 el mandato objetivo de prohibición de cualquier adivinación, astrología, hechicería, magia o consulta de muertos. Y podemos observar también en 1Samuel 28, 8-9 que el rey Saúl había eliminado del país a todas las nigromantes y adivinos. Estos relatos revelan que, si hay una prohibición expresa de estas practicas, y si se insiste a lo largo de los libros históricos en la condena de tales costumbres, es porque a lo mejor la adivinación y la astrología era una practica común en Israel, aunque fuera prohibida por la Ley.


EN LOS TIEMPOS DE NABUCODONOSOR DANIEL Y EL EXILIO EN BABILONIA

1. CABEZA DE LÉON GUARDÍAN DEL TEMPLO Y EL LEON CAMINANTE (RICHELIEU SALA 3 Y 6): Ambas esculturas datan de los tiempos del Imperio Neo-Babilónico y, posiblemente, del gobierno del soberano caldeo Nabucodonosor II, el cual la Biblia considera como el destructor de Jerusalén y de su Templo, y como el principal responsable por desterrar los judíos a Babilonia. El león era considerado por los babilonios como el animal que representaba la guerra, el poder y la fuerza. Por ello, muchas veces este animal era símbolo de Ishtar, diosa de la guerra, o de Marduk, dios de los dioses. La primera escultura pertenecía a la entrada de un templo en Babilonia. Era común en esta cultura adornar a las entradas de los templos y de las murallas con animales que representasen a los dioses, como el toro androcéfalo, el dragón o, como ocurre en este caso, con el león. La segunda escultura se encontraba en las paredes de una antigua calle que llevaba al tiemplo de Marduk, el santuario más importante de Babilonia en tiempos de Nabucodonosor. Curiosamente, en el libro de Daniel, que narra justamente la historia de este personaje en la corte de Nabucodonosor, aparece una referencia la figura del león como símbolo de Babilonia: “En mi visión nocturna vi cómo los cuatro vientos del cielo agitaban al océano, y cómo cuatro bestias gigantescas, todas diferentes entre sí, salían del mar. La primera parecía un león con alas de águila” (Daniel 7, 2-4). El libro de Daniel, a pesar de haber sido escrito después de la etapa del exilio, nos revela muchos detalles sobre la vida de los judíos y de la propia civilización babilónica en los tiempos de Nabucodonosor. Por ejemplo, en los capítulos finales de este libro, se revela que el rey Ciro de Persia, una vez que domina a Babilonia, se queda impresionado con la grandiosidad del dios babilónico Bel, el nombre cananeo del dios Marduk, al ver cómo este se alimenta diariamente de las ofrendas. Daniel se ríe pues sabe que Marduk no pasa de un ídolo. Ciro, furioso, le propone una prueba: si Marduk de hecho come las ofrendas Daniel morirá, pero si se queda probado que él no las come, morirán los sacerdotes del dios. Daniel acepta la prueba y desmascara la fraude de los sacerdotes de Marduk que comían sus ofrendas por la noche. Éstos son ejecutados y Ciro alaba al Dios de los judíos. Unos días más tarde Ciro de impresiona con el dragón (símbolo de Marduk) que vive en el templo del mismo dios, y obliga Daniel a adorarlo también. Pero éste afirma que no lo adorará pues él no pasa de un animal como cualquier otro, y para probar tal afirmación, lo mata con un veneno que le hace explotar. Ciro otra vez alaba al Dios de los judíos. La población de Babilonia, por su vez, no se queda nada satisfecha con el rey persa y le acusan de haberse hecho judío y, con ello, haber destruido el culto milenar y nacional al dios Marduk. El pueblo pide que Daniel sea ejecutado y Ciro no tiene otra alternativa que echar a su amigo en el foso de los leones. Pero estos no lo comen. Ciro, al ver eso, libera a Daniel, alaba por tercera vez al Dios de los judíos y hecha a todos los opositores de su amigo en el foso de los leones. Éstos son devorados inmediatamente. Este episodio no es histórico, pero nos hace recordar de un hecho histórico que sucedió en el año 482 a. C, cuando los habitantes de Babilonia se levantaron contra el rey persa Jerjes I. Este soberano, al aplacar la rebelión, destruyó por completo el templo de Marduk, que por siglos fue el centro religioso principal de la cultura mesopotámica, y demolió la estatua de mismo dios. Eso nos lleva a creer que el autor del libro de Daniel, que fue testigo de tal acontecimiento histórico, resolvió citarlo indirectamente en este libro desde las claves de la religión judía.


CONCLUSIÓN DE LA VISITA ISRAEL Y BABILONIA: TAN DISTINTOS Y A LA VEZ TAN

Nuestra visita por el Louvre se ha terminado. Tuvimos la oportunidad de, con nuestra Biblia, haber viajado en el tiempo hasta la civilización babilónica y, con el auxilio de los objetos arqueológicos del museo, notamos la intima relación que estas dos civilizaciones tuvieron a lo largo de la historia. Tal relación esta plasmada en la Biblia, en sus libros, en sus narrativas, en la vida de sus personajes… Y esta constatación puede nos llevar a la pregunta: ¿Es la Biblia una copia de los antiguos escritos de la civilización babilónica? ¿Conocer tales semejanzas entre las dos civilizaciones y descubrir que la cultura judía tomó muchos aspectos de la cultura babilónica durante su exilio en aquellas tierras no quita el aspecto inspirado de los libros del Antiguo Testamento? ¿La arqueología y sus hallazgos, al envés de ayudar en la fe, no estaría dificultando la misma? De ningún modo. Nuestra excursión ha enseñado que el pueblo judío no escapó de la fascinación ejercida por la cultura babilónica. De una manera maestra Israel supo en su destierro en Babilonia, y en el encuentro cultural que tal hecho histórico resultó, guardar lo esencial de su cultural y añadir lo que la cultura mesopotámica tenía de mejor. Tal dependencia y apertura de Israel a la cultura babilónica no plantea problemas, sino que revela que la originalidad de Israel no es el resultado de un aislamiento cultural absoluto como se creyó cuando no se conocía bien el Próximo Oriente. Nuestra excursión revela que a lo largo de toda su historia, Israel supo mostrase acogedor de las tradiciones de sus vecinos. Al envés de rechazar todo lo que le rodeaba, Israel tuvo la capacidad de hacer suyas las riquezas culturales o religiosas de la civilización mesopotámica, en especial la babilónica. La originalidad del pueblo de Israel no está en el hecho de que rechazó a todas las culturas que estaban a su alrededor en la Antigüedad, sino que se revela en el hecho de que ellos supieron purificar todo lo que era politeísta o sincretista de estas culturas y relacionaron tales elementos prestados con experiencia histórica religiosa, que era básicamente monoteísta. Además, al estudiarnos en esta excursión las semejanzas e influjos que tuvo la civilización babilónica en la formación de la cultura judía, podemos notar con una mirada de fe como la revelación no desprecia la sabiduría humana, sino todo lo contrario. La fe del pueblo de Israel lo llevó a asimilar las riquezas humanas, culturales y religiosas de sus vecinos y dominadores babilónicos, dotando tales aspectos culturales con una originalidad monoteísta propia. Al terminar nuestra excursión, llegamos a la conclusión de que el encuentro entre la cultura babilónica y la cultura de Israel en el siglo VI y V a.C, fue un punto de inflexión para la formación de lo que hoy consideramos como la revelación de los proyectos de Dios en la historia.


C R É D I T O S

F I N A L E S

SOBRE EL AUTOR

Arnin Braga Licenciado en Filosofía por la Pontifícia Universidade Católica do Paraná (Brasil), y estudiante de Grado en Teología en la Facultad de Teología de Granada (España). Teléfono: 695084635 Correo electrónico: arninbraga@hotmail.com

NATURALEZA DEL TRABAJO

Trabajo presentado a la asignatura de Libros Históricos — año en que se programa: 4º — para la obtención de nota parcial en la evaluación final en la Facultad de Teología de Granada. Orientador(a): Profª. Drª. M. Junkal Guevarra Llaguno


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.