La Cultura Organizacional en la Escuela Secundaria: Un Estudio de Caso Hugo Alberto Gijón Mitre, Alejandro Hernández Solis
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Mesa de participación: Cultura en las organizaciones Tema: La Cultura Organizacional en la Escuela Secundaria: Un Estudio de Caso Mesa: Cultura en las organizaciones Autores: Gijón Mitre Hugo Alberto, Hernández Solis Alejandro Colegio de Bachilleres del Estado de Puebla plantel 30 Tlacotepec de Benito Juárez Puebla. Dirección: Carretera a San Marcos Tlacoyalco S/N San José Valsequillo Tlacotepec de Benito Juárez Puebla. Teléfono del Bachillerato: 01-238-37-1-10-68 Universidad Pedagógica Nacional Unidad 213 Tehuacan
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Dirección: Fraccionamiento el Humilladero S/N, domicilio conocido en el interior del colegio de Bachilleres. Teléfono de la Universidad: 01-238-38-3-53-05 (03) Universidad del Valle de Puebla, plantel Tehuacan Dirección: 5 poniente # 237 col. La Pedrera, Tehuacan Puebla Teléfono de la Universidad: 01-238-38-4-82-36 (37)
Resumen El presente trabajo da cuenta de la cultura en la escuela secundaria “Ing. Jorge L. Tamayo”, como la trama de significaciones que van construyendo y recreando desde la cotidianidad los actores de la misma, en el que se muestra desde la vida interior del plantel, la cultura escolar como la obra constructora de los actores que actúan en su interior. Para poder compartir esta experiencia se opto por el enfoque cualitativo para tener una visión holística y naturalista de la escuela secundaria utilizando el estudio de casos, así pues, el análisis y la interpretación de los distintos datos que arrojaron las técnicas aplicadas a la luz de los referentes teóricos, permitieron comprender la cultura de la escuela secundaria, en este sentido, es posible decir que las instalaciones, creencias, valores, rituales, pautas de conducta y asunciones, que desde el escenario escolar los actores van construyendo, resignificando y transmitiendo, convirtiéndose así en héroes, sacerdotes, murmuradores y narradores que entretejen el rumbo de la institución otorgándole un estilo y una singularidad que la hacen única.
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Construcción de la Trama El estudio de la cultura no debe limitarse a investigar tribus y pueblos exóticos, que corresponde al antropólogo cultural, sino llegar al estudio de la cultura de las organizaciones como lo son las instituciones escolares.
Este tema ha adquirido fuerza por estar ligado a los cambios sociales, así como a las preocupaciones de los administradores por buscar que sus organizaciones tanto empresariales como educativas se vuelvan más eficientes. En este sentido, el “poco énfasis otorgado a factores de carácter social y tal vez como resultado de los movimientos postmodernos, el análisis de la cultura de las instituciones educativas ha surgido recientemente como un nuevo paradigma dentro de la administración,” 1 así, es posible decir que, en la década de los 90 es cuando empieza a tener auge el estudio de la cultura en las instituciones educativas, cuando
investigadores como Elsie Rockwell,
Etelvina Flores, Maria Bertely Busquets, Julián López Yánez, I. Ángel Pérez Gómez, Andy Hargreaves, entre otros, dan cuenta de la cultura escolar desde un enfoque cualitativo, donde vierten opiniones diversas que se generan al interior de las instituciones educativas, considerándola como un espacio en el que se crea, se vivencia y se resignifica la cultura de la institución escolar, por parte de los miembros de la escuela potenciando o bien limitando el rumbo de la institución.
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Nora H. Martínez y Anabella Davilla. “Preguntas y respuestas sobre un espacio vacío de investigación: el estudio de la cultura en instituciones educativas”, en: Revista Mexicana de Investigación Educativa. p. 11.
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El concepto de cultura organizacional es deudor del concepto más general de “cultura” analizado y estudiado desde la sociología, la antropología y la estética, pero aplicado al campo de las instituciones educativas tiene unas connotaciones peculiares. Así, para Ángel Pérez Gómez es “El conjunto de significados y comportamientos que genera la escuela como institución social. Las tradiciones, costumbres, rutinas, rituales e inercias que la escuela estimula y se esfuerza en conservar y reproducir, condicionan claramente el tipo de vida que en ella se desarrolla y refuerzan la vigencia de valores, creencias y expectativas ligadas a la vida social de los grupos que constituyen la institución escolar”2.
Aunque hace dos décadas casi no se investigaba ni escribía respecto a la cultura organizacional en el ámbito educativo, hoy en día parece ser tema de interés para los investigadores en la educación, mostrando interés al indagar tópicos relacionados con la cultura organizacional dentro del marco de las instituciones educativas como lo es el nivel básico.
La
escuela
secundaria
en
México
ha
sufrido
importantes
transformaciones a lo largo del siglo XX a partir de los procesos de modernización, el incremento poblacional, la diversificación y especialización del sistema educativo, así como las políticas que en materia educativa han transformado a este nivel, llegando a ser hoy día, obligatoria para todos los ciudadanos mexicanos en edad escolar. Ello, ha tenido repercusiones en la forma en que se construye cotidianamente la cultura escolar y el sentido que los estudios y las experiencias formativas y de convivencia han permeado para todos los actores de la comunidad escolar. El significado de ser maestro,
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Á. I. Pérez Gómez. “Encrucijada de culturas”, en: Las Culturas en la Escuela y la Cultura de la Escuela., p. 19
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alumno o director de una escuela secundaria y la manera en que éstos se relacionan entre sí han ido cambiando y adecuándose a los distintos contextos de manera imperceptible y en forma paulatina.
Hoy, la escuela secundaria es un espacio público; es la institución social que sigue aglutinando y educando a un significativo número de jóvenes en edad escolar para cursar el nivel medio básico en una secundaria general. En este sentido, los actores que participan en la escuela secundaria con los saberes que han aprehendido mediante la práctica cotidiana en los distintos espacios de la institución escolar, así como fuera de ella, generan una dinámica cultural que se expresa en las prácticas y relaciones de los actores. Las circunstancias anteriores han favorecido que la escuela secundaria “Ing. Jorge L. Tamayo” se le considere un auténtico mosaico sociocultural; representativo de la sociedad actual de Tehuacán.
Pero no todo es disciplina, trabajo o infraestructura en este marco, la excelencia académica, que se dice, ha caracterizado desde sus inicios a esta escuela, provoca que la demanda siempre sea superior a la capacidad de recepción, este aspecto, lejos de ser negativo se ha convertido en una fuerza para el plantel, ya que permite seleccionar a los alumnos de nuevo ingreso, siendo este fenómeno generador de compromisos en cada curso escolar, ya que los alumnos que llegan tienen interés real de cursar su secundaria en la institución. La gran mayoría de los alumnos proceden de fraccionamientos y colonias de la ciudad de Tehuacán, pero también asisten alumnos de las juntas
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auxiliares e inclusive de otros municipios cercanos. Esa gama multicultural refleja valores, creencias, ideas, sentimientos y voluntades de la comunidad institucional que llegan a licuarse para verse traducida en la cultura organizacional de la secundaria, que sirve como marco de referencia a los miembros de la institución.
No obstante, se tuvo la oportunidad en numerosas ocasiones, durante la estancia dentro y fuera de la institución como parte de los primeros acercamientos con el objeto de estudio, escuchar a directores y a maestros de la zona escolar, comentarios respecto a la Secundaria “Ing. Jorge L. Tamayo”, algunos favorables y otros no tanto. En cierta ocasión, la entonces directora del nivel de secundarias generales en el Estado de Puebla, visitó las instalaciones de la escuela, mencionando los alcances que ha logrado dicha institución y la trascendencia que ha tenido a nivel estatal, calificándola de una escuela modelo del estado, lo que generó aún más preguntas e interés por conocer la vida escolar que entretejen los actores desde la cotidianidad; pero no sólo los cometarios de autoridades educativas, directores o maestros de la zona escolar, sino también la conducta de los padres de familia llamaron particularmente nuestra atención, como un fenómeno que se suscita año con año, durante el periodo de preinscripción (sacar fichas en febrero) para los alumnos de nuevo ingreso. Hay quienes se quedan toda la noche para poder sacar una ficha, otros prefirieron madrugar y llegar desde la 1:00 a. m., también hay padres de familia que tienen “amistad” con el director y/o con el personal
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administrativo de la institución escolar y no hacen esa espera y algunos que no madrugan y no conocen a nadie de la escuela suelen no alcanzan lugar.
Ante esta situación se preguntó de manera informal a algunos padres de familia por qué tanta insistencia en colocar o inscribir a sus hijos precisamente en esta institución escolar, haciendo comentarios que apuntaban a lo siguiente “es una buena escuela“, “aquí los disciplinan”, “tiene buenas instalaciones “, todo ello llevó a cuestionar y reflexionar un poco mas allá de lo que palpan las personas en un primer momento, interesándonos aún más por el objeto de estudio. Así pues era necesario preguntarse ¿Por qué se le considera como una institución escolar sólida y exitosa? ¿Será por los docentes, el director, la participación social, la opinión pública o
la
infraestructura?, ¿Habrá conflictos dentro de la institución educativa o siempre es armonía? ¿Qué hay detrás de esa institución escolar que a simple vista no se puede palpar?, Planteándose el siguiente
problema
de investigación
¿Cómo es la Cultura organizacional de la Secundaria “Ing. Jorge L. Tamayo de la ciudad de Tehuacán Puebla?
El escenario El propósito de este apartado es ubicar al lector en el contexto o medio ambiente significativo, es decir, en el lugar donde acontece el entramado.
El escenario se llama Escuela Secundaria General Ingeniero Jorge L Tamayo, ubicada en Tehuacán, segunda ciudad más importante del estado de
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Puebla y localizada al sureste de la entidad poblana; limita al norte con la región de Ciudad Serdán, al este con el Estado de Veracruz, al sur con Oaxaca, al oeste con la región de Izúcar de Matamoros y al noroeste con la región de Puebla. Tehuacán es cabecera regional integrada por 38 municipios colindando al norte; con los municipios de Tepanco de López, Chapulco, Santiago Miahuatlán y Nicolás Bravo; al este, con San Antonio Cañada
y
Ajalpan; al sur con Zapotitlán, San Gabriel Chilac y Altepexi, y al oeste con Atexcal que la hace favorecida por la inmigración, dado que está rodeada de zonas rurales de las que emanan individuos en busca de mejores oportunidades, originando en los últimos años, el crecimiento poblacional de la ciudad y por ende, demandas en cuanto a la prestación de servicios, como el trazo de calles, creación de colonias, drenaje, luz, agua y por supuesto, la demanda educativa por parte de los padres, para que sus niños en edad escolar asistan a la escuela como una alternativa en vías de fortalecer el nivel de vida familiar.
La escuela Jorge L. Tamayo llegan a solicitar ficha para el examen de admisión,
alumnos que egresan de las 69 instituciones de nivel primaria
(formal e indígena) y a la vez, es fuente de población potencial para los 36 bachilleratos en sus distintas modalidades del municipio y más tarde, para las 10 universidades del municipio. En el escenario antes descrito, los actores (Ver apéndice A.1, A.2) cotidianamente construyen una cultura escolar como organización.
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El paradigma naturalista: arquetipo para la investigación cultural en las instituciones educativas
Existen dos paradigmas diferentes a la hora de acercase al estudio de la Cultura Organizacional en las instituciones escolares: el positivista y el naturalista. De ahí que, para el presente trabajo se ha optado por el paradigma naturalista, llamado también “paradigma cualitativo, emergente, interpretativo, alternativo, constructivista”3 centrándose en comprender la realidad desde los significados de las personas implicadas y estudiar sus creencias, intenciones, motivaciones y otras características del proceso educativo no observables directamente ni susceptibles de experimentación.
En esta investigación, la cultura es entendida como metáfora (corriente interpretativa, que permite analizar la realidad concreta en la que se desenvuelven los actores) y que es congruente con la
visión de distintos
autores como Deal y Kennedy (1982) y Geertz (1987), Pérez Gómez (1992, 1995), Yánez (1995), Hargreaves (1998, 2000), Sandoval (2000), quienes sustentan que la cultura es entendida como una metáfora porque se genera en el seno de las organizaciones como resultado de interrelaciones sociales cotidianas en condiciones materiales, sociales y espirituales que dominan un espacio y un tiempo, manifestándose a través de significados, valores, sentimientos, pautas de conducta, leguaje, rituales, costumbres, objetos, tanto materiales como simbólicos que rodean la vida individual y colectiva de la comunidad escolar. Los autores antes mencionados consideran a la cultura 3
Esteban Sandin y Mª. Paz. Investigación cualitativa en educación. Fundamentos y tradiciones. p. 30
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como punto medular en el éxito de las organizaciones, para ellos las interrelaciones y la serie de significados que se suscitan en su interior, son las que mueven y orientan el rumbo de tal o cual organización limitándola o bien potenciándola. Por lo que el paradigma naturalista es el arquetipo para dar cuenta de la organización escolar.
Congruente con la corriente Interpretativa que exige ser especialmente cuidadosa y reflexiva para advertir y describir los hechos cotidianos en el escenario escolar, tratando de identificar el significado de las acciones de esos acontecimientos desde los diversos puntos de vista de los propios actores; es necesario apuntar que ésta es la finalidad de la presente investigación, preocupada por la fidelidad al contexto y las interrelaciones que vivencian cotidianamente los actores, que por el método se inscribe en un estudio de caso, así pues “una familia, una escuela, una clase, un claustro de profesores, son algunos ejemplos de unidades sociales educativas que pueden describirse a partir de un estudio de caso” 4. Sin duda alguna, este método se basa en el razonamiento inductivo, caracterizándolo por el descubrimiento de nuevas relaciones y conceptos más que en la verificación o comprobación de una hipótesis.
Toca aquí describir el proceder metodológico en torno al estudio de caso:
Mientras se observaba la realidad escolar, se diseñó un cuestionario que desde la investigación naturalista es “un procedimiento de exploración de ideas 4
Gregorio Rodríguez Gómez et al. Metodología de la Investigación Educativa, p. 45.
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y creencias generales sobre algún aspecto de la realidad, su elaboración parte de los esquemas de referencia teóricos y experiencias definidas en relación con el contexto del que son parte”, 5 de tal suerte que el cuestionario fue en su gran mayoría de preguntas abiertas que permitieron obtener respuestas en el propio lenguaje de los que contestan -los alumnos-, así pues, el cuestionario se agrupó en preguntas que fueran respondiendo a las categorías universales: “contenido, orientación y la trama social”6.
Se realizaron entrevistas a seis docentes, dos administrativos, cuatro padres de familia y un intendente. Es necesario apuntar, que las 13 entrevistas que se realizaron fueron grabadas previo consentimiento de los informantes, transcribiéndose después, siendo una de las tareas más laboriosas dentro de la fase de trabajo de campo, pero al mismo tiempo una oportunidad más para escuchar nuevamente a los informantes para interpretarlos.
En síntesis, las técnicas de recogida de información fueron: la observación, el cuestionario y la entrevista; y como ya se dijo, una vez recopilados todos los datos a través de instrumentos como el cuestionario, la guía de observación, el diario y las trascripciones escritas, se procedió a la sistematización de los mismos, considerando la propuesta de Francisco Covarrubias, quien dice que una forma de hacerlo es mediante la construcción de categorías.
5
Ibid. p. 186. Las categorías de contenido, orientación y la trama social son abordadas por diversos autores como Deal y Kennedy (1982), Geertz (1987), Pérez Gómez (1992, 1995), Yánez (1995), Hargreaves (1998, 2000), Sandoval (2000) 6
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Es necesario apuntar que las categorías universales o constructos sustentados por autores que cumplieron la función de ordenar y orientar el pensamiento en la búsqueda del conocimiento cotidiano nunca se perdieron de vista y fueron aterrizadas de manera empírica mediante la triangulación de técnicas, donde fue posible construir categorías procesuales, subrayando después los conceptos y la representación que de ellos hacían los actores (se ha mencionado ya que todas las entrevistas se transcribieron). Una vez hecho este ejercicio, se procedió a la argumentación, ya que en “los estudios de caso [como lo es éste], tienen que utilizarse las herramientas teóricas preexistentes y su capacidad explicativa del comportamiento específico en los procesos particulares que se están analizando”7.
Lo que interesa es comprender el comportamiento de los actores de la comunidad escolar y recrear la cultura desde la inspiración del día a día.
Recreando la cultura
Así pues, el análisis
y la interpretación de los distintos datos que
arrojaron las técnicas aplicadas a la luz de los referentes teóricos, permitieron comprender la cultura de la escuela secundaria “Ing. Jorge L. Tamayo”.
7
Francisco Cobarrubias Villa. “La construcción de categorías lógicas, ontológicas y sustantivas”, en: El modo científico de apropiación de lo real, p. 33.
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Por tanto, la cultura organizacional, la hace diferente de las demás desde la apariencia física, existe una total penetración de este punto, ya que todos los actores coinciden en que sus instalaciones son bonitas, agradables, que generan confianza, comodidad y seguridad a los estudiantes, facilitando el proceso de enseñaza porque cuentan con el material necesario y sobretodo porque la estructura física está bien distribuida para cada una de las actividades que pretenda realizar la comunidad escolar. El reglamento implícito es base de la cultura en la institución educativa ya que, aunque no sea visible ni está escrita, cruza de forma sutil el quehacer cotidiano de la escuela secundaria orientando y moldeando tanto la forma de pensar como el comportamiento de los actores. Este resultado de significados que se crean, seleccionan, intercambian y propagan en la comunidad educativa enmarcan su actuación en el escenario de “símbolos construidos” y en torno a los cuales puede haber mayor o menor identificación por parte de los actores. En fin, hablar del reglamento implícito es desenterrar el mundo oculto que rige la vida de la institución educativa, delineando el rumbo de la cultura, mediante las pautas de conducta, el lenguaje, los valores y las asunciones, que los actores recrean cotidianamente los espacios de la institución escolar. Sin duda el éxito de la institución se debe más al trabajo individual o de pequeños grupos que al colectivo escolar, de tal suerte que la individualidad, es el punto de partida que va consolidando la escuela secundaria; entre los elementos que hacen todavía más posible y que favorecen la individualidad están la diversidad de materias que se imparten, exigiendo con ello una amplia
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gama
de personal especializado, generando con ello la formación de
subgrupos entre el equipo docente con base en dicha profesionalización, pero también por afinidad y por cuestiones políticas, y si a esto le aunamos las difíciles condiciones de trabajo, así como la ausencia de espacios colectivos de interlocución profesional, el resultado es la individualidad donde el modelo de un profesor, su asignatura, su curso en un aula durante un año, conduce a vivir la profesión como un ejercicio de intervención donde el éxito es individual. Por tanto no existe una consideración del éxito colectivo aunque así se asuma como comunidad escolar y así lo exprese la sociedad, lo que en realidad está sucediendo es
una gestión individual (Sacristán 1992), donde cada quien
cumple con sus obligaciones laborales de asistencia a la institución, de trabajo frente a grupo que desempeña, de la entrega de calificaciones, ellos consideran que su función principal es ser buenos maestros y enseñar bien a los alumnos, ya que el aula es el espacio donde construye y desarrolla un estilo de trabajo, donde se generan estrategias propias para la enseñanza, donde se adaptan los programas, se interactúa con los alumnos; en fin, el resultado de esta individualidad no es un proyecto colectivo, sino la suma de múltiples proyectos individuales lo que caracteriza a la escuela secundaria “Ing. Jorge L. Tamayo”, y es que los actores se involucran desde sus trincheras, desde su posibilidades, comprometiéndose con la tarea educativa
según
convenga a ellos, para ello es necesario diferenciar el individualismo de la individualidad (Lukes y Andy Hargreaves: 1998), el primero supone una anarquía y una atomización social, es decir, el aislamiento y la soledad del docente de secundaria que no favorece a la institución educativa y la segunda
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(la individualidad) es una condición del ser humano que permite la creatividad, la imaginación, la iniciativa y el compromiso personal de dar más de si mismo y que ha sido estratégico en el éxito institucional ya que la forma que utilizan los profesores para construir y crear activamente sus pautas individuales de trabajo como respuesta a las contingencias cotidianas de su ambiente laboral, ha beneficiado y potenciado el prestigio colectivo.
Así, la cultura institucional de la Tamayo como una organización viviente la define el reglamento implícito que ha sido transmitido históricamente, y que incluyen las pautas de conducta, el lenguaje, los valores, las creencias, las ceremonias y los rituales comprendidos y quizás en distinto grado, por los actores de la comunidad escolar.
No obstante la institución se propone impartir una mejor educación con dos finalidades, preparar a sus alumnos para la vida y para la carrera profesional, todo ello en un buen ambiente de trabajo, de tal manera que ésta es la asunción básica que expresan los actores de la institución. Así pues, explícitamente dan por hecho los actores que es la mejor institución, esto se debe a la disciplina, responsabilidad y el trabajo, que se ve traducido en los desfiles, actividades extraescolares y en concursos académicos, generándoles orgullo y satisfacción tanto a docentes, alumnos y padres de familia. Muestra de ellos son los valores
que se comparten y que la escuela ha logrado
consolidarlos a lo largo del tiempo. Por tanto es posible hablar de cinco valores que se comparten y que la escuela ha logrado configurar a través de estos
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treinta años. La responsabilidad que se asume desde el momento que cualquier actor ingresa a la institución educativa, derivada de los comentarios que la misma sociedad hace. La disciplina como valor que caracteriza a la institución ya que desde su creación fue planeada con una estricta formación disciplinaria, que se ve traducida en la forma de vestir, pero también de constancia al estudio, del sentido de responsabilidad, de puntualidad y asistencia, el hábito a la lectura y valores como el respeto y la tolerancia. La identidad a través de símbolos como el himno de la institución educativa, el lema de la institución y en algunos docentes en las estrategias didácticas, mismos que le han valido ser reconocida por la sociedad, además de proporcionarle un sentido claro de identidad y peculiaridad. La puntualidad que se ve reflejada en la hora de entrada, por parte de todos los actores de la institución educativa, en la entrega oportuna de documentos y las tareas. Estos cuatro valores expresados han contribuido al prestigio social adquirido.
Si los valores son el punto medular que hace diferente a la institución educativa, la trama social desempeña un papel fundamental en la transmisión de esos valores y creencias institucionales, porque la que mejor personifica a un héroe como tal es la fundadora quien con su espíritu de trabajo, la visión como líder nato que poseía, el estilo disciplinario que le impuso permitió consolidar a la institución educativa como una secundaria de renombre y prestigio de la sociedad de Tehuacán. Asimismo quienes mejor simbolizan a los sacerdotes en la institución educativa son algunos docentes, quienes permanentemente aconsejan a los alumnos, algunos velando por los intereses
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de su grupo asesorado, así como la resolución de problemas que pudieran presentarse dentro del aula. Por otra parte, los mejores narradores son los padres de familia, así como los maestros, sin olvidar a los exalumnos. Todos ellos cuentan historias, leyendas, anécdotas en torno de la escuela, de los docentes, de la maestra María Antonieta, fundadora de la escuela. Los más murmuradores son los alumnos, ya que la información que está en constante circulación la recrean en las aulas, el receso, las horas libres, donde confluyen distintas percepciones, entorno a un mismo tema, transformando el contenido inicial de un salón a otro, igual que de un actor a otro.
Es posible decir que la orientación de la cultura tiene elementos retrospectivos como prospectivos, ya que entorno al primer sentido es posible afirmar que sigue haciéndose extensiva toda la filosofía de la maestra María Antonieta y que aún sigue prevaleciendo como modelo para los nuevos actores de la institución educativa; también los distintos actores visualizan a la escuela mucho más moderna y no sólo en el aspecto tecnológico o entorno a las instalaciones, sino también con respecto a que se tengan sólo a los mejores profesores, así mismo los actores destacan la necesidad de directivos con capacidad de liderazgo.
Por tanto, es necesario reconocer que la institución educativa está llena de elementos tan complejos como los valores, la filosofía de la institución, las pautas de comportamiento donde está implícito el lenguaje que utilizan para comunicar su cultura. Las pautas de comportamiento transmiten los valores de
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la institución y estos a su vez, configuran las creencias de la cultura institucional.
Así pues, la cultura es fuerte y sólida por dos motivos principales, el primero, por la visión que tuvo la directora fundadora y segundo, por su condición socio-histórica construida por los directivos, docentes, administrativos e intendentes, alumnos y padres de familia.
Recapitulando, es posible decir que, la escuela secundaria Ing. Jorge L. Tamayo”, va construyendo su propia cultura, dotándola de un sentido y una singularidad que la hacen única, expresándolo mediante el conjunto de significados y comportamientos, donde los rituales e inercias que crean los actores condicionan claramente el tipo de vida que en ella se desarrolla y refuerzan la vigencia de valores, expectativas y creencias ligadas a la vida cotidiana como miembros de la
institución escolar. La cultura escolar que
recrean los actores de la institución educativa proporciona una identidad a los miembros de ella, diferenciándola de las demás aún cuando sean grandes las semejanzas entre las secundarias, permitiendo con ello hablar de una idiosincrasia escolar y una peculiaridad que se ve reflejada en las instalaciones, sus asunciones y los valores que han generado los distintos actores como organización.
La escuela es entendida como un espacio; donde las vivencias cotidianas que se sistematizaron a través de las categorías como el contenido,
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la orientación y la trama social, dotan de conocimientos formales e informales a un significativo número de alumnos, que les hace sentirse identificados como parte de una escuela exitosa en Tehuacán.
La reflexión va en torno a que es necesario transitar de la individualidad a la colaboración, pasar de la suma de individualidades a compartir metas exitosas comunes, que permitan construir una cultura colaborativa, una escuela con valores orientados a la participación de la decisión, que se centra en las necesidades de los alumnos, respecto a las oportunidades de aprendizaje.
Para terminar reflexionando
Si bien es cierto que la individualidad utilizada por los profesores para construir y crear activamente pautas de trabajo como respuesta a las contingencias cotidianas de su ambiente laboral y que hasta la actualidad es lo que ha sostenido a la institución educativa, hoy en día, parece que “las reglas cambian” ante un mundo cada vez más globalizado, donde la educación y las escuelas en todos sus niveles se vuelven el centro de atención del proceso educativo y el despegue de un país.
Es necesario preguntarse si las pautas de individualidad responderán al nuevo orden mundial o bien, se necesitan nuevas formas de organización. Por lo que el reto de la escuela secundaria general “Ing. Jorge L. Tamayo”, es transitar hacia una cultura de colaboración, como principio articulador e
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integrador de la acción, la planificación, el desarrollo, la organización y la investigación, aprovechando el potencial de las dos subculturas que se están gestando por iniciativa propia y el compromiso que de manera individual han asumido la mayoría de los actores, orientando sus intereses a la mejora de sus haceres cotidianos.
Así, la colegialidad como alternativa, incluye varios elementos desde la concepción de Hargreaves que permiten un mayor desarrollo del trabajo en equipo hacia la consecución de los objetivos institucionales en un ambiente de armonía. Por tanto, si se enfatiza en la colaboración como punto de partida hacia el éxito organizacional, es posible hablar de un apoyo moral, en donde la colaboración refuerza la resolución, permitiendo que los aspectos vulnerables se pongan en común y salgan a la luz y ayuda a que las personas superen las limitantes que acompañan los cambios en su primera etapa que, en otro caso, las sofocarían e impedirían. Además se logra el aumento de la eficiencia, ya que la colaboración elimina las duplicaciones y la redundancia entre profesores y asignaturas, directivos y prefectos, dado que las actividades se coordinan y las responsabilidades se comparten. Mejora de la eficacia al elevar la calidad de la enseñanza de los profesores. La colaboración estimula la asunción de riesgos, una mayor diversidad de estrategias docentes y una sensación de mayor eficacia entre los profesores, dado que los estímulos positivos y la retroalimentación sobre las consecuencias de las acciones fortalecen la confianza en si mismos, de tal forma que se reduce el exceso de trabajo, atenuando las cargas y presiones
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que se derivan de unas demandas de trabajo intensificadas y del cambio acelerado, a través del diálogo y la acción, así como de una fuente de retroalimentación y de comparación que incita a los profesores a reflexionar sobre su propia práctica, que permite una capacidad de respuesta de la organización reuniendo los conocimientos, pericias y capacidades del profesorado, directivos, prefectos y administrativos.
La colegialidad trae como consecuencia el perfeccionamiento continuo, que estimula a los profesores a no contemplar el cambio como una tarea que termina, sino como un proceso sin fin de perfeccionamiento en una búsqueda asintótica, de la máxima excelencia, por una parte, y de nuevas soluciones a los problemas que surgen
con mayor rapidez. Por otra, promoviendo la
reflexión compartida, el aprendizaje profesional y el intercambio de saberes y destrezas, la colaboración constituye una premisa fundamental del aprendizaje en la institución educativa.
Finalmente es importante el papel del directivo en la construcción de la cultura institucional ya que, si bien es cierto que los procesos de mejora continua no son patrimonio exclusivo del director y subdirectores, sí son los responsables de su diseño. Por tanto un director que actúa con cuidado y con preocupación por los demás, siendo sensible a la diversidad, a la dinámica y a la naturalidad de la vida escolar, se verá traducido en el cambio efectivo en la cultura escolar. Para ello, se requiere de:
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•
La
profesionalización
de
la
función
directiva,
con
una
visión
multirreferencial, que permitan orientar el trabajo y las acciones cotidianas de cada uno de los actores hacia la consecución de los objetivos institucionales. •
El compromiso de los actores educativos, donde el actual director tiene que evolucionar en el conocimiento de la organización escolar, proponiendo continuidad en el trabajo de manera creativa e innovadora.
•
Unos docentes que comprometidos con la tarea educativa, trabajen colegiadamente en el mejoramiento del proceso enseñanza aprendizaje y que en espacios de reflexión, contribuyan en la toma de decisiones en aras de seguir transformando centro escolar.
•
Unos administrativos y personal de apoyo (prefectos e intendentes) que se articulen con los tiempos académicos, desde su lugar con la tarea educativa.
•
Una escuela donde todos lo actores conocen el proyecto escolar.
•
Un modelo de gestión que transite de la individualidad a la colegialidad.
BIBLIOGRAFÍA AGUERRONDO, Inés. La escuela Troquel, 1996, 191 pp.
como organización inteligente. Argentina, Ed.
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22
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Una
estrategia
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APENDICE A.1 Datos de personal que labora en la institución. Total de Personal de Ambos Turnos
Directivos
4%
3
26
Docentes Personal de Apoyo
Actores que laboran en la institución Educativa Directivos 4%
Personal de Apoyo 38%
58% 38%
Total de personal
47 30 80
Docentes 58%
Planta Docente de Ambos Turnos
Total de Docentes por Sexo H o m bre s
Mujeres Hombres
51% 49%
24 23
Total de personal
47
49%
Mujeres
51%
Edades de los Docentes Tanto Personal como en el Magisterio
19 44
Edad Prom edio 0
20
40
Personal docente de Ambos Turnos
Edad Promedio
44 Años
Tiempo en el magisterio
19 Años
60
Años
Planta Docente de Ambos Turnos Tiempo Completo
14
30%
27
Tres Cuartos de Tiempo
11
23%
Medio Tiempo
18
38%
4
9%
Horas
Distribución de tiempos de la Planta Docente 1/2 Tiempo 38%
3/4 deTiempo 23%
Horas 9%
T. C. 30%
Planta Docente de Ambos Turnos
Disitribución del Horario de la Planta Docente T.M. 13%
Ambos Turnos 66%
T.V. 21%
Más de una materia
66% 34%
13%
6
T.V.
21%
10
Ambos Turnos
66%
31
Distribución de Materias que im parte la Planta Docente Mas de una materia 34%
Planta Docente de Ambos Turnos
Imparten una materia
T.M.
31 16
Im pa rt e n
una Materia 66%
28
Planta Docente de Ambos Turnos
Escolaridad y Perfiles de la Planta Docente
4%
13%
4%
4%
4% 2% 4% 4% 31% 30%
Bachillerato Terminado 4% 2 Carrera Técnica 4% 2 INBA 4% 2 Pasantes de Normal Superior 30% 14 Titulados de Normal Superior 30% 14 Pasantes de Licenciatura 4% 2 Titulados de Licenciatura 4% 2 Médico cirujano 2% 1 Pasantes de Ingeniería 4% 2 Pasantes de Maestría 13% 6
APENDICE A.2 Datos de alumnos Total de Alumnos en la Institución
Total Alumnos Ambos Turnos
T.M.
50% (49.6 %) 954
T.V.
50% (50.4 %) 971
Total Alumnos
T.M. 50%
T.V. 50%
1925
Total de Alumnos por Sexo
Alumnos Ambos Turnos
Mujeres 54%
Hombres
46%
882
Mujeres
54%
1043
Hom bres 46%
29