POEMAS Y FABULAS DE GUZMAN

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POEMAS y f谩bulas DE GUZMAN

Santa Ver贸nica Colombia 2009


Soy hijo legítimo de José Osorio Hernández y Juana Acosta, consuegra. Mi nombre es Guzmán Miguel Osorio Acosta, nací el cuatro de agosto de 1937, en el corregimiento de Chorrera, jurisdicción del Municipio de Juan de Acosta, cuando tenía ocho años, nos trasladamos para el Municipio de Barbosa de donde será oriunda mi difunta madre, allí fui bautizado, allá me crie, no curse ningún año escolar, los libros han sido mis maestros, porque desde que aprendí a medio leer, siempre me ha gustado la lectura. Soy el quinto de nueve hermanos, cinco varones y cuatro hembras, las dos mayores ya fallecidas. Soy casado con Virginia Romero Castro, tenemos siete hijos, ellos son: Eduardo José, Guzmán Miguel, Pedro Antonio, Luis José Oscar Luis, Verónica Patricia y Virginia María Osorio Romero. Actualmente estoy residenciado en el corregimiento de Santa Verónica, Jurisdicción del Municipio de Juan de Acosta, este corregimiento está ubicado a orillas del Mar Caribe, y a cuatrocientos metros de la playa. Pasa la carretera al mar, importante vía que une a Barranquilla con Cartagena, quedando el balneario equidistante a una hora de camino a cualquiera de las dos ciudades. Mi afición es estudiar y escribir, mi auxiliar el diccionario. Escribo versos siempre con rima, también escribo historias creadas por mi, muy sencillas y tratando siempre de fundamentarlas en algo real para que no sea solo fantasía. Me gusta el género bucólico, sólo con conocimientos prácticos y así los aplico, tanto en escritos poéticos como en historias. Guzmán Osorio Acosta c.c. 841.467 de Baranoa (Atlántico) email: nietotomas2@gmail.com Diagramación en construcción. Sujeta a modificaciones. Borrador.


REFLEXIONES DE UN CAMPESINO Agotado en su labor Se va al bohío paso, a paso Cuando el sol en estertor Agoniza en el ocaso. Las aves en raudo vuelo Cantan y lanzan graznidos, Cruzando el plomizo cielo Orientándose a sus nidos El sol y la vida diurna por precepto natural, Es opuesta a la diurna Hecha para descansar Dejando su ocupación Hace un alto el campesino, Y en el bohío el cigarrón Lo insta a emprender el camino Ya la oscuridad se observa Canta el corombo en la roza, Hace carga con la hierba Y un tercio de Zaragoza. Sin poder arrancar yuca Pega un salto en el sillón, Cruza los pies en la nuca Y hunde el gancho al garañon.


Y éste despide jadeos Pero arrecia mas el paso, Y le exige más arreo Entre blasfemia y madrazos. Ya con la luz nocturna Hacen su arribo al poblado, Y siempre el burro rebuzna Aunque vaya muy cansado Conforme con lo que encuentra Café y arroz con guineo, En su medio se concentra Reprimiendo sus deseos. Se sienta a escuchar la radio O más bien diaria violencia, Y opina esos arbitrarios Ya han copado la paciencia. Y cuál paz nos quieren dar Los grupos beligerantes, Armándose para guerrear Son sus anhelos no obstante. La paz no es sometimiento Es voluntad espontánea, Cuando hay un pueblo contento Sobran fusil y polainas. Paz se siembra en las parcelas Que dan frutos por enjambre, Cuan bendita sus secuelas Que nos redimen del hambre Ármate con azadón Y granos para sembrar, Que fusiles sin tronar Y carentes de explosión Traerán lluvias que al regar Dan frutos de salvación


IDILIO DE UNA GRILLA Y UN GRILLO Moviendo sus alas y cantando Se identificaron, Y se enamoraron saltando y saltando, y así frecuentando la tupida grama vivieron su drama la grilla y el grillo, en su hogar sencillo de prados y ramas. Después de un período Muy largo de amores, Corren los rumores De distinto modo, Del plano al recodo, Todos lo sabían Ya no se escondían, Ni sentían temores Vivían sus amores Como les placía. Al fin llegó el día por ella esperado, que el grillo tragado se lo pediría, y así le diría hincado de rodillas? mi, adorada grilla mi novia preciosa? quiere ser mi esposa mi perla que brilla.


La grilla dichosa le dijo que sí, son su sirili y pensando goza, cuando sea tu esposa seré tu vergel, sia mucho tropel le pide un paseo, a Montevideo de luna de miel. Y hubo casamiento En la catedral El pueblo grillal Gozaba el evento, Sirilando al viento Su monotonía, Que es la melodía De sus semejantes, Ese su talante Con melancolía. Y se van bien lejos Cuando ron no hay, Para el Uruguay Con sus aparejos, A hacer su festejo Y ya su calzoncillo, Color amarillo Y ella en pantaloneta Excitada inquieta Coqueteaba al grillo. Y el grillo dispuesto A aumentar su raza Al lecho se pasa Pero en el momento ? Como fuerte viento Un pollo llegó ! Y se lo tragó Y la pobre viuda, Grita, pide ayuda Y nadie acudió.


Virgen se quedó Vestida de negro, A donde los suegros Hasta se mudó, Al grillo lloró Con melancolía, De noche y de día Con su rilili, Son gran frenesí Y monotonía


VEINTIOCHO LETRAS DEL ALFABETO Letra A. con tus piernas separadas Igual que un soldado a discreción, Eres la mayor de toda la manada Que totalizan veintiocho en el montón. Sigue la B. y así el abecedario Se va formando partiendo desde arriba, Con su figura formada por dos gibas Como el camello carnal del dromedario. Y la C, que de un lado nada lleva Cuantas veces igual le he comparado? Semejándose a la luna nueva Cuando se halla el firmamento despejado. Poniéndose la H. por delante Pegándole la C seguida, A la CH. se le da vida Pudiendo funcionar en el instante. La D. por su grácil figura Tal vez la más afortunada, Pareciera vivir en las tonadas O en las notas de cada partitura Y la E. segunda en las vocales Junto a la A, la I, la O y la U Tiene el privilegio de la virtud De poner el castellano a funcionar Desde la A que parte desde arriba Hasta la F, son siete en la carrera


A la cual le veo bastante parecido Como una llave de tubo a cremallera. Sigue la G. naciendo así la gracia Como lo es la reina en su palacio, Así también los astros en su espacio Que es la inmensidad de las galaxias Ahora es la H. que con una C. pierde el sentido y ya no es dueña, para convertirse en la CH.? que siendo más grande suena más pequeña. La I. por su parecido con el uno Y a pesar que en las vocales es tercera, Si fuera cantidad como ninguno Tendría que soportar la larga espera. Y con la J. se hacen muchos juramentos Tocando la Biblia muchas veces, Y no sólo se matan sentimientos También la libertad por falsos jueces. Para el castellano es necesario Esta letra que suena a extranjerismo, Formando parte en el abecedario Con el nombre de K. como bautismo La L. por su fisonomía Ocupa entre pintores grato puesto, Con su línea de viva geometría Alma de dibujantes y arquitectos. Y la LL. representa el ecuador Por su posición equidistante, De veintiocho entre vocal y consonantes Igual distancia tiene en su derredor Si nos miramos la palma de las manos, Hay una M, la cual es necesaria, Para empuñar lo que agarramos diario Siendo propio de simios y de humanos.


Con la N. están Natividad Que fue un gran acontecer del cristianismo, También con N. escribimos Nazismo Bestia política, engendro de maldad Y la Ñ con un rabito arriba Igual a un recipiente con su tapa Ten cuidado de ponerlo cuando escribas Que suena N comiéndote la ñapa Con la O. tal vez las olimpiadas Que nacieron en Olimpia ciudad griega, De logotipo son varias O cruzadas Que al mundo entero su mensaje lega. Seguimos con la P. marcando el paso Hasta llegar a la Z. nada más Con su nariz bombona de payaso O como pipa insignia de la paz La Q. que es la rica con la palabra que Recorriendo las sendas del lenguaje Diciendo o desdiciendo pero sin perder La correcta secuencia de un mensaje. R. de veintitrés que son las consonantes Solo siete de ellas se toman de la mano, Las cinco vocales y dieciséis restantes Suenan revueltas en todo el castellano La S. parece una serpiente Apoyada en la cola y al asecho, O una garza con su blanco pecho, Tragando una sardina en la corriente. La T. que triste es tu figura Simbolizando la cruz del campo santo, Donde la humanidad derrama llantos Por la profundidad de una amargura. Por senderos de pueblos y llanuras Donde cantan las mirlas y mochuelos, Se ven las U. colgadas en el suelo De las bestias al andar con herraduras.


La V. labiodental junto a la B. labial Parecen confundirse sus expresiones Pero para el castellano no es normal Ya que se deben ceñir a sus cánones. X. es tu figura como ese ayer lejano Que narran las historias empolvadas, Cuando eran perseguidos los cristiano Luchando por los unos en las cruzadas. La Y. que siendo consonante Te puedes distinguir como vocal, Así lo manda la lengua de Cervantes Que en letra I se puede transformar. El abecedario de nuestro español Se extiende en el mundo hasta su confín Con 28 letras que son un crisol Teniendo a la Z como Benjamín.


EL BOSQUE TALADO

No me talen, clamaba un campano Que albergaba en sus ramas un nido, Y ni el piar del polluelo afligido Detuvieron la homicida mano Y al impacto mortal del hachazo Se estremece de angustia el ramaje, Desnudando el tupido paisaje Cuando vuela su cuerpo a pedazos. Una fuente cercana lloraba Y sus lagrimas caían a torrente, Aumentando en caudal la corriente Cual persona al sentirse humillada Persiguiendo la falsa riqueza Han pasado millones de años, Y hoy miramos con gran desengaño Arruinada la naturaleza Ya no quedan ni los troncos muertos Ni la fuente en el bosque talado, Porque todo quedó desolado Convertido en estériles desiertos.


LOS PIES DEL MUNDO

Igual que el segundo que forma al minuto Y el minuto que forma la hora, Así la flor se convierte en fruto Y a la noche le llega la aurora. Igual las horas modelan el día Que por la noche de luz se engalana, Y sin descansar en su correría Forman el mes con varias semanas. Y en la misma cifra que la fe conoce Se juntan los meses como en un rebaño Apóstoles fueron conocidos doce Igual doce meses componen el año Como ven de ejemplo escojo al segundo Que es el más pequeño en toda la esfera, Con su paso lento son los pies del mundo, Que todo transforma y no desespera.


EL PAJARITO PRISIONERO Un pajarito en su jaula repicaba Y el dueño inconsciente se engreía, Comentando lo lindo que cantaba Ignorando que en sus trinos expresaba, Las tristes nota de su melancolía Tiene valor la libertad pregunto Y más a quien no tiene límites de espacio, Porque aunque su jaula sea como un palacio Para la libertad es un difunto. Cuando libre levantaba el vuelo Por lugares agrestes y lejanos, En busca de orugas y gusanos Para alimentar a sus polluelos. “Hoy me sobra la comida” Ya no bebo el agua del rocío, Tengo de todo pero no lo mío Porque mi libertad está perdida Pobre pajarillo: Jamás le falta su chocoro de alpiste o millo, Y con esto piensa el dueño que es feliz Porque brinca y canta el infeliz.


DIÁLOGO ENTRE EL ÁRBOL Y UNAS GOTAS DE LLUVIA

Por qué te alejas, reclamaba un árbol A unas gotas de lluvia pasajeras, O es que quieres que de sed de muera Y quede petrificado como mármol Tu presencia grata me da aliento Y vistes de esperanzas a la flora, En sus ramas anida la tórtola Protegiéndose del sol y el fuerte viento “De hacer o deshacer a libre antojo” porque me reclamas no soy dueña, soy cual simiente que cae sobre la peña donde no fertiliza ni el abrojo Por tal lluevo en regiones ya mojadas Porque el viento me arrastra sin que escoja, Igual que tú: cuantas veces tus hojas! Con el fuerte soplar son arrastradas


REVECES DEL PROGRESO De este campo entre las flores Anidaba un picaflor, Que libaba entre temblor El nĂŠctar de sus amores Pero en aciago momento Los reveces del progreso, Cambiaron por piedra y yeso Hasta la ruta del viento. De las plantas el aliento Con sus moles de cemento Ya no hay flores con aroma Ni abejas que por enjambre, Zumben libando el estambre Lo natural estĂĄ en coma


PARALELO ENTRE LOS NIDOS El canario y el toche Fabrican sus nidos, Que se ven suspendidos En las claras noches, Prendidos cual broche O fuerte manila, Que al soplar oscilan En rama o palmeras, Mostrando altaneras Sus largas mochilas. Aves que laboran Con mucha maestría, Como si supieran De la artesanía, Otras sacan cría Aunque arte no tuvo, Al principio hubo En los animales,


Posición sociales Vean el curuchuvo. Que construye el nido Con puro bagazo, Se encuentran pedazos De objetos podridos, Su don distinguido Es estrafalario, Sin más comentarios Y sin ser grosero! Es un pordiosero, Tosco y ordinario. Y con esas señas Feliz ha vivido, Es muy conocido Y algo nos enseña, No le echemos leña Para verlo arder! Que sin conocer En nuestro interior, El mismo calor Nos puede cocer. Porque los que adoran La ornitología? Con tigo no adornan En sus estadías “La suerte me guía” Por mi feo edificio, Sin arte en mi oficio Tengo inmunidad! En mi libertad Viva el sacrificio


ELOGIO A LA MUJER Dos columnas construidas sin cemento Macizas, hermosas y torneadas Es cadencioso su frágil movimiento Sin haber orquestas ni tonada Usando zapatillas, chancletas o descalza Ondula sus caderas al andar, Con la misma cadencia de una balsa Sobre el manso riachuelo al navegar Yo no se si en la naturaleza Con que compararla puede haber, Solo se que su donaire y su belleza Es solo comparado a otra mujer Con toda la admiración y mi respeto Permítame describir su anatomía, Cual picaflor que sobrevuela el huerto Embriagado por su aroma y ambrosia Para dar inicio a mi promesa Siendo tan delicada esa labora, Debo hacerlo con mucha sutileza Para no deshojar ninguna flor Le imprimiré franqueza a mi diseño Un ser material con sus debilidades,


Y no fantasías cual vano ensueño Porque estas también son cualidades Y entrando en materia de una vez Con las cosas que se ven por ser externas, Hago referencia de los pies Sostén de su cuerpo y de sus piernas Al avanzar en mis apreciaciones Cuanta tentanción entre comillas, Hago énfasis en esas puntuaciones Que adornan los muslos y rodillas Cuando el corto y vaporoso abrigo Entalla decorando su escultura, El centro de gravedad que es el ombligo Resalta con broche en la cintura Y como en las matemáticas, más, menos, por y entre En variados tonos, colores y molduras, Como omitir a mencionar su vientre Lugar sagrado de las progenituras Como dos cerros en las estribaciones Adornando el paisaje de su geografía, Apuntan imponentes los pezones Con exacto compás de geometría Aumentando la belleza de sus dotes Causándome admiración y asombro, Mostrándose en bien confeccionado escote La tersura incomparable de sus hombros. Y haciendo juegos de luz intermitente Por el constante movimiento de su cuello, Son el gracioso vaivén de sus pendientes Como trémulos resplandores sus destellos. Sin mirar colores, esclavos ni realeza, Sólo quiero en mi humilde parecer, Exaltar los dotes de belleza Que Dios, en su sabiduría dio a la mujer


Yo pienso que el mundo femenino Como el inmenso cielo y sus estrellas, A las primeras las rigen sus destinos Pero de toda la creación son las más bellas Postrado de admiración caigo de hinojos Adorando la armonía de sus facciones, Ante la luz apasionada de sus ojos Que saben dar amor sin condiciones Y cuando Dios a la perfección moldeo sus atributos En el frondoso edén cierta mañana, Escondió su inocencia entre los frutos Que Adán supo encontrar en la manzana


RESPUSTA DE UN LIMOSNERO

Dijo un avaro a un pobre limosnero A título de excusa en el momento, Por no llevar sencillo en mi dinero En realidad señor cuanto lo siento Y éste con gran sicología dijo: lo se que todo el que más tiene se envilece, Usted dice lo siento con la ce Yo en realidad lo siento con la ese Todo en la vida lleva un antifaz Que en círculo social es formalismo, Para ocultar el ancia voraz Del hombre, por el hombre en su canibalismo Casi nadie muestra de lo que es capaz Ya sea en opacidad o brillo, Siempre escondido tiene un as Aunque hay mas sinceridad en lo sencillo Por lo regular, el que procede de las cumbres Es más demagogo que tristeza Porque siendo refinadas sus costumbres Hilvana ideas con fina sutileza


Con el alma yo le doy las gracias Porque tanto es suyo: como mĂ­o el derecho, Siga que lo entiendo, todo es diplomacia Soy correspondido, estoy satisfecho El hombre y la mujer son diferentes Y se entienden tanto que procrean hermanos, Oh! Mentira y verdad cuan evidente Andan por el mundo tomados de la mano


FABULA DE LA GALLINA LECTORA En el transcurrir de los siglos, hubo en una aldea lejana una gallina especial, desde muy niña fue estudiosa y mientras los demás pollitos de la parvada piaban molestando a mamá gallina, ella sólo iba un rato detrás para aprender a escarbar, cazar insectos y otras cosas importantes para cuando fuera adulta. Después se entregaba a devorar todos los libros de la biblioteca. Fue creciendo con una mentalidad diferente a la de su estirpe, todos los hermanos, como mamá gallina y papa gallina, comentaban diariamente dicha costumbre; pero, siempre llegaban a la sabia conclusión (cada cabecita es un mundo). Fue creciendo a la par con sus hermanos y primos, pero todos los varones fueron vendidos a otras granjas quedando solo las hembras, porque sostenían el granjero que cruzar hermano con hermana, madre con hijo y padre con hija, daría como resultado una raza degenerada. Por tal motivo, vendía todos los machos quedándose sólo con las hembras, ya que los siete gallos encargados de la multiplicación del gallinero, habían sido adquiridos en granjas diferente. La pollona estudiosa y todas sus hermanas y primas, ya habían sobrepasado de la infancia a la pubertad, por tal motivo, el cambio se traslucía en la perdida de las plumas de la cola, en un brillo en todo el plumaje del cuerpo, en entonar cacareos diarios, como jovencitas enamoradas, y secretearse diariamente entre ellas.


Todas estas etapas fueron normales en la pollona ludida, pero lo que jamás quiso aceptar o compartir fue ese marcado machismo del gallo, esa falta de galanteo hacia el sexo opuesto. Ellas son, sostenía, con mucha vehemencia, el adorno del corral como lo son las flores del campo en los jardines. Además de eso, el acto erótico es el instante más sublime de una pareja, por tanto, debe existir el requiebro o palabras tiernas que equivalen a la conquista antes de la celebración Los gallos, que como ya dije eran siete, tenían entre sí sus reglas ya establecidas, las que consistían en respetarse mutuamente, el amor de las ocho gallinas que le tocaban a cada uno durante el día, ya que todos los días se las iban cambiando para variar, pero las ocho gallinas que cogían el gallo ambrosío el lunes, no podían ser tocadas ese mismo día por otro. Así transcurría el tiempo en dicha granja, pero como ya vimos había una pollona que influenciada por tanta lectura, quería quebrarle la columna vertebral a la vieja tradición. Esta actitud, se puso de manifiesto, la mañana que uno de los siete gallos (porque desde que el sol asomaba en el horizonte) todos estaban apostados al pie del gallinero, (como caimán en boca de caño) esperando que se lanzaran para sin ninguna delicadeza y a la brava, coger las gallinas que le tocaban a cada uno, cuando se tiró la pollona estudiosa corrió uno de los gallos que el día anterior había sido el ganador en un juego de azar entre los siete, para que la desflorara, ésta le hizo el saque arrancando a correr por todo el patio del gallinero, sin dejarse coger. Así todos los siete gallos se fueron turnando todos los días, uno distinto, pero con ninguno de ellos quiso hacer el amor. Una vez que todos tomaron conciencia por haberlo vivido, que la culpa no era de ellos, sino de la pollona, por algún problema sicológico, acordaron entre todos ponerle una cita; dicha cita fue concertada para las tres de la tarde de ese mismo día, bajo la frescura de un árbol de mango que arrastraba sus ramas en el fondo del patio. La pollona recibió la misiva de parte de otra pollona ya señora. En el acto se maquilló dirigiéndose al lugar indicado. Los gallos con


sus actitudes gallardas la esperaban alrededor de una mecedora donde ella cómodamente se sentaría. Llegó y dijo – Buenas tardes caballeros. Y éstos contestaron en un solo tono de voz – Buenas tardes señorita. A continuación preguntó la aludida: quiero saber distinguidos caballeros para qué he sido citada por todos ustedes, a lo que respondió el gallo Ambrosio, que era el más viejo, (yo creo que fue el que le cantó tres veces a San Pedro) con sus patas boludas y escamosas – usted señorita es la que nos debe explicar a todos nosotros el porqué de su comportamiento! La pollona sonrosándose en el acto, y con segura y distinguida actitud, respondió – el motivo de mi comportamiento es sólo culpa de todos ustedes. ¿No creen apuestos caballeros, que ya es tiempo de todas las gallinas seamos consideradas la parte sensible de ustedes?; no nos miren sólo como objetos eróticos, tenemos nuestros corazoncitos y además más sensibilidad. Por tal motivo les pido desde ya, en nombre de todas las gallinas del orbe, que depongan esa agresividad, que en estos tiempos toma el nombre de acoso sexual. Todos los gallos se miraban las caras tragando saliva en seco, sin atreverse ninguna a replicar a la jovencita, sólo el gallo Ambrosio, reponiéndose del impacto que en todos había causado la justificada realidad de la pollona, dijo con tono interrogante: - y qué propone la señorita?. - Bien, se lo diré: Yo propongo que cada vez que el gallo requiera el favor de la gallina, lo solicite con palabras lisonjeras, palabras que lleguen y muevan las fibras del corazón; ojalá dichos piropos estuvieran acompañados de una corta poesía, porque es natural, sus actos son tan veloces que no resisten más de dos palabras. Sorprendido el gallo viejo por tanto conocimiento de la señorita, gritó bastante sorprendido: - Bueno y usted no es virgen para tener tanto conocimiento de esas cosas.


- Si, si soy virgen, pero por medio de los libros he adquirido mucha teoría. - Bien señorita, con todo respeto y en nombre de todos los gallos del orbe, le queremos complacer haciendo lo que nos pide, pero usted tiene que hacer una demostración de que en verdad es tan gallina mujer como lo ha aprendido en sus libros. - Para bien de todas nosotras, estoy dispuesta a sacrificarme siempre y cuando desde éste mismo día consideren a sus mujeres, de las cuales yo formaré parte como la parte delicada del hogar en este caso nuestro corral. - Como una buena heroína por una justa causa, los recibo a todos de uno, a uno, pidiéndoles sólo un intervalo de tres minutos de uno a otro, y recuerden si no hay piropo tampoco hay nopo. Como todos los gallos tenían su nombre, se colocaron en fila india por orden alfabético. El primero fue el gallo Ambrosio con sus patas boludas y escamosas, se rascó el pecho, demostrando galantería y diciendo en el acto: - Aunque soy gallo mayor, desmenuzaré esta flor. A lo que respondió la pollona: - conquistada la batalla, es suya la pitahaya. Y agachándose mansamente, el gallo viejo la pisó, cuando se le bajó abrió las alas y dándose tres golpes en el pecho cantó, después alzó la pata derecha cerrando los tres dedos dejando el más pequeño apuntando para el cielo en señal de triunfo, los demás gallos lo imitaron haciendo lo mismo en señal de aprobación. Ya la pollona habiendo recibido el primer gallo, se quedó reposando por un instante mirando el reloj de pulsera que llevaba, para continuar ofreciéndose a los seis restante que esperaban haciendo fila. º Transcurridos los tres minutos acordados, se paró la pollona poniéndose delante del gallo Bartolo que estaba en turno. Diciendo éste, después de rascarse el pecho como requiebro: Aunque no se de poesía, con usted la aprendería.


Le respondió la pollona agachándose sumisa: - Puro es lo que no se piensa, reciba mi recompensa. Después del acto se sacudió y se agachó nuevamente a esperar los tres minutos siguientes, el gallo una vez habiéndose bajado, repitió la misma ceremonia que el anterior cantando contento, muy contento buscando el resto de las gallinas del gallinero que escarbaban unos cagajones de burro. Seguidamente le tocaba turno al gallo Custodio, pasados los tres minutos, se puso la pollona nuevamente al lado de él. Éste cantó , se rascó el pecho y dijo: - Tiemblo de la emoción, por tener su corazón. Respondiendo la pollona, agachándose sumisa: - Mi corazón de gallina, sólo el gallo la fascina. Recibió el tercer gallo y el gallo repitiendo la misma ceremonia se bajó retirándose donde estaban las otras gallinas. De siete gallos que eran en total ya los tres mayores o sea Ambrosio, Bartola y Custodio habían pasado la prueba pedida por la pollona, quedaban haciendo falta los cuatro gallos más jóvenes, de los cuales había tres que no tenían aptitud para la poesía, por tal circunstancia sometieron a votación entre los cuatro el método a seguir sosteniendo unánimemente los tres contra uno, que la pollona que se había instruido tanto en los libros, debía saber que tanto la poesía como los gestos formaban parte de la cultura, éstos debían ser ejecutados cantando primeramente ya que el canto es símbolo de alegría, posteriormente se abrirían las alas, se empinaría en las dos patas y caminaría a medio lado, arrastrando las alas como la manta de la India Guajira, cuando baila chicha maya. Esto sería a la vez el requiebro o piropo que tanto reclamaba la joven gallina para todo el género femenino de los corrales.


Tal proposición expuesta por los tres gallo no tuvo oposición, ya que sometida a votación eran tres contra uno, por lo que fue aprobada por unanimidad. Se colocaron nuevamente gallo Dionisio.

en fila india quedando de primero el

La pollona mirando su reloj de pulsera, se sacudió en la pila de arena donde estaba echada y se paró para colocarse delante de éste. El gallo que ya iba con otras reglas de juego, abrió las alas, cantó y rascándose el pecho coquetonamente volvió a abrir las alas, arrastrándolas contra el suelo, se empinó en sus dos patas e hizo un semicírculo y buscando a la pollona la encontró echada sumisamente, pues ésta valorando en toda su dimensión la mímica del galán en sus requiebros, llenaron todas las aspiraciones de su vanidad femenina, más bien agradecida por tal complacencia de parte del gallo, y sin tener opción de rechazo, se entregó. El gallo complacido, cantó nuevamente y se retiró. Seguía por orden alfabético el gallo Euclides. Transcurridos los tres minutos respectivos, separó nuevamente la pollona de donde se hallaba, reponiendo fuerzas y mirando el reloj, se pudo en posición esperando el quinto. Éste pensaba ella para sus adentros, debía ser muy bueno porque no hay quinto malo. Y efectivamente haciendo todo el galanteo para lograr conquistar el corazón de la joven gallina! El gallo Euclides de portó como todo un señor gallo, poseyéndola con la misma satisfacción que los anteriores, cantó y se retiró satisfecho al lado de las otras gallinas. Los otros dos gallos restantes haciendo las mismas ceremonias de los dos anteriores pasaron primero el gallo Federico y por último el gallo Gilberto, quienes dejaron en el paladar de la joven pollona el gusto y la satisfacción amarradas para todas las generaciones venideras, llegando hasta las oficinas de la notaría del pueblo para dejar respaldados por firmas y toma de huellas digitales el compromiso de continuar por toda la eternidad con los requiebros expuestos últimamente por los gallos más jóvenes del corra. Así con este procedimiento han continuado hasta nuestros días, sin faltar a su palabra de gallo, todos los gallos del mundo, para complacer el capricho de sus gallinas.


La pollona lectora habiendo conseguido el derecho de igualdad por parte del gallo hacia todas las gallinas, quiso dejar constancia en un testamento donde quedaría impreso también el régimen a seguir tanto del sexo masculino como el femenino, para tal efecto se tomaron (la poligamia o poligamia) para el gallo la que debía ser condicionada o sea un gallo y varias gallinas pudiéndoseles cambiar entre ellos sólo cada doce horas. Igualmente para las gallinas, el régimen de (poliviria o poliandria) que sería una gallina y varios gallos condicionados a doce horas entre unos y otros. Ignorando el granjero los sucesos que se estaban desarrollando en el mundo gallináceo, su atención sólo se concentraba como es natural en el aspecto económico. Había observado con mucho detenimiento a las otras gallinas jóvenes, es decir, las contemporáneas con la pollona lectora y éstas ya habían puesto muchos huevos, lo cual hacían aumentar más y más sus dividendos mientras ésta siendo aún hermosa pollona, no había puesto su primer huevo. Por este motivo ya la tenían destinada para llevársela junto con otros pollones que ya en las madrugadas cantaban ronco e importunaban a los gallos patrones queriéndoles quitar las gallinas, siendo éstas sus parientes cercanos lo que ocasionaría el (incesto) o degeneración de la raza. Por todas esas cosas el granjero hacía sus cuentas, con la plata que cogería de la venta, compraría comida y drogas para mantenerlas saludables; éste proyecto lo hizo el miércoles y el sábado a más tardar iría al poblado llevando dichos animales. El jueves bien temprano oyó un cacareo desconocido para él, una bulla en los nidales, salió para llá y vió a la pollona que salía corriendo en dirección a los recipientes del agua; al llegar a los nidos vió un huevo grande ensangrentado y dijo: - Es de la pollina, porque está sucio de sangre, lo que quiere decir que es primeriza, esperaré el día de mañana para ver si sigue poniendo, de lo contrario me la llevo y la vendo , porque me da pérdida.


Pasó la mañana con su acostumbrado acontecer, a las cuatro de la tarde volvió a escuchar el mismo cacareo y corrió nuevamente hacia los nidales. La pollona volvió a hacer la misma operación anterior, corriendo hacia el recipiente del agua, el granjero llegando al nido encontró muy sorprendido otro huevo igual al anterior. Sólo con la diferencia que ya éste no llevaba vetas ensangrentadas y muy sorprendido se dijo: - No hay duda, es de la misma gallina, y yo que la quería vender. Cuando hizo público este acontecimiento, todos los granjeros de la comarca, le encargaban los huevos de la pollona, pagándoselos por el doble, con la esperanza de incubarlos y tener entre sus gallinas ponedoras, unas que pusieran dos veces al día, sin ninguna ayuda técnica o científica, solo la natural. Pasó el tiempo y el granjero se hizo rico con la venta de los huevos a precio doble, pero en ninguna de las granjas se repitió el milagro, y ya la gallina se fue poniendo vieja, se le secó la matriz y no puso más, el granjero agradecido por haber mejorado su situación económica, la cuidó mucho en la vejez, esperando que muriera, cuando ésto sucedió le mandó a hacer una estatua de bronce, colocándola en la puerta de la granja con una dedicatoria que decía: aquí yace una gallina especial. La pollona especial recibió de parte del granjero, los honores por algo diferente a lo que había hecho por toda su generación, pero así quedó demostrado que todo esfuerzo o anhelo de superación es bien visto y premiado por los ojos de la sabia providencia. Hostigados por tanto fuego cruzado en todos los rincones del territorio, el Rey León convocó a todos los animales salvajes, con el fin de crear una zona de distensión, donde se respetaría e estado crítico de algún malogrado en las contiendas, que a diario mantienen los mal llamados reyes de la creación. Decía a todo pulmón abriendo su bocota: - Como todos han podido constatar, ya no se puede caminar libremente en estos parajes sin el riesgo de ser acribillados por una bala perdida. No se puede llegar al bebedero, ni a los comederos sin que se corra el peligro de quedar en medio de las balas, ni las aves pueden cruzar el espacio libremente.


El mar, los rios, las lagunas y demás fuentes de agua, son contaminados diariamente con el derrame de pretróleo u otra sustancia nociva para la vida humana, animal y vegetal. Por tal razón cualquier animal que esté en críticas condiciones de salud por culpa de esta guerra irracional que mantienen los racionales, deberá ser traído en brazos del otro, así sea uno de los que en estado normal le servirá de sustento, una vez trasladado a dicha zona debe ser atendido por la brigada de salud que estará presta a colaborar. Hago extensiva esta orden a todos los animales salvajes si excepción. Un perro criollo, perteneciente a unos campesinos que se habían desplazado para el pueblo huyéndole a la violencia, acostumbraba merodear por los alrededores del poblado y de los montes en busca de carroñas y deposiciones para su sustento. De pronto paró en seco, mirando por entre los matorrales. Tigres jugueteando con venados, conejos y guartinajas. Un jaguar jugaba a las escondidas con puertos maná, zahinos, zorras y tigrillos, gavilanes, otas y halcones brincaban cabuya con torcaz, codornices, y otra bandada de aves, los micos espulgaban a unos cachorros de león que la mamá leona amamantaba. El perro, quedó sin habla, como petrificado, cuando recobró su estado normal de ánimo se dijo para sí - “noojoda – es verdad lo que veo o estoy soñando”. Se dio varios pelliscos y mordiscos para comprobar que era realidad, estaba despierto y no soñaba. Muy calladamente se fue escondiendo para no delatarse y así poder ver y escuchar todos los pormenores, mirando con ojos que se querían salir de sus órbitas. Cómo? Animales que eran enemigos por ley natural se comportaban tan confidentes entre sí, sin ningún recelo. Le brotaron dos gotas de lágrimas por la emoción de pertenecer al reino animal y por la lástima que sentía en aquel momento por los seres humanos, quienes lo consideraban a él como el verdadero amigo de ellos, y que a pesar del privilegio con que de razonar, no han podido jamás vivir en armonía.


De pronto! El aullido de un zorro en mitad de la reunión pidiendo la palabra del Rey León, le hizo despertar de sus apreciaciones y paró más las orejas para escuchar nítidamente lo que éste expresaba, diciendo a la vez: -“respetado Majestad, en nombre de un grupo de amigos que represento, quisiéramos saber cuál es la demarcación de la zona de distensión, porque como usted bien sabe todos necesitamos buscar nuestros sustentos”. - Bien amigo zorro, desde ya están trabajando un grupo de monos cotudos expertos en quebrar ramas en los árboles, para demarcar con ramos de flores blancas la zona que debe ser respetada, no está de más recalcar la gran responsabilidad que nos debemos unos a otros respetando ésta zona donde no puede ser sacrificado sino respetado, todo animal salvaje”. Demostremos que sin tener reglas constituídas como los humanos, sólo nuestros instintos, contamos con mucha capacidad de obediencia. Cuando el León terminó de hablar, un tigre malebú pidió la palabra para preguntar: - Su majestad, todos los carnívoros incluyéndolo a usted, claro está, siempre hemos tenido mucha predilección por los animales domésticos, incluido el hombre, mi pregunta es, de acuerdo a las nuevas reglas que se están estableciendo en qué condiciones quedamos los salvajes, con ese grupo numerosísimo de animales?


- Buena pregunta camarada, en primer lugar, los animales domésticos ya pertenecen a otra estratificación, por tal razón jamás podrán pertenecer a nuestra organización, incluso si alguno fuere encontrado merodeando hasta en la propia zona de distención, debe ser atacado sin ninguna contemplación. El perro al escuchar estas palabras le entró un temblor tan grande que el maxilar inferior se juntaba repetidamente con el maxilar superior, produciendo unos rápidos chasquidos que no podría evitar, la reunión de animales quedó en suspenso, para poder detectar de dónde procedían los chasquidos.


Las águilas volaron hacia los copos de los macondos, los micos en manada se encaramaron en árboles gigantes de campanos, olla de mono y tréboles que crecían en el lugar, unos de ellos, el mico vaquiano, pudo divisar en las ramas de una ceiba frondosa, cuando varias ardillas corrían una tras otra en fiesta de casamiento, produciendo chasquidos similares a los producidos hacia pocos instantes por el perro. El mico vaquiano utilizando esa agilidad que los caracteriza escaló hasta el último copito del trébol y parándose en dos patas, se colocó las dos manos en la boca como formando un embudo para gritar a todo pulmón: - El ruido es provocado por una manada de ardillas que se encuentran en celo. Todos volvieron a reunirse nuevamente, el perro dijo para sí en su escondite: - gracias San Roque, hoy nací yo. La reunión se reanudó y en el mismo instante un ruido ensordecedor como un vendaval irrumpió en el bosque, nuevamente salieron los vigias y esta vez, fue el águila con su potente vista como dotada de rayos X, quien a una distancia más o menos, ochocientos metros vió como los árboles crujían por el peso de una cantidad de perezosos caracoles, gusanos y morrocoyos que a toda velocidad corrían para acudir a la cita. Ya normalizada otra vez la reunión, dijo el León: - es hora de replegarnos, los amigos que vienen en camino estarán llegando aquí más o menos dentro de diez días. Esa fecha volveremos a charlar para ultimar detalles, tengan en cuenta que el hombre, el mal llamado Rey de la creación, ya tiene en sus manos su propia destrucción y de esa destrucción, también formamos parte nosotros. Se me ocurre pensar si el creador de todo lo existente habiéndolo escogido a él para que razonara y éste habiéndolo desobedecido, primero comiendo lo que se le había prohibido y segundo retándolo, no creen, que sea factible que decepcionado por no haber sabido corresponder a su privilegio, le quite ese don donándoselo al más insignificante. O al más sufrido entre los seres: en ese caso entre los domesticados al burro, que según me cuentan mis heraldos, a pesar de sus innumerables servicios, lo tratan de bruto y como si fuera poco, su compañera es tomada por los bajos instintos, para


practicar con ella la zoofilia. Como me gustaría mirar a un señoriton de esos encorbatados con un sillón puesto y un burro abierto de patas sobre él dándole garabatazos, pero todo esto, es fruto de la imaginación. Para terminar y que cada quien haga su vida normal, aquí nos encontraremos dentro de diez días. El perro que casi no respiraba para no delatarse, permanecía rígido con las extremidades acalambradas, una vez se alejó el ùltimo animal salvaje, exclamó con satisfacción al fin San Roque. Salió de su escondite y se orientó para tomar el camino del poblado, ya enrumbado hacia él y al compas de su orondo caminar, spesó el peligro por el que hacía apenas pocos momentos había pasado, pero se repetía entre nervioso y contento: - valió la pena, valió la pena, verdad que el que camina tropieza. Esto que me ha sucedido hoy, ha calado mucho dentro de mí, ahora hago reminiscencia de mi abuelo cuando nos contaba tanto a mi, como a toda la camada, que el perro había sido el primer animal salvaje domesticado por el hombre, por tal razón ahora más que nunca tomare la determinación de visitar a todos los animales tanto domesticados como prisioneros que no son otra cosa que secuestrados, para llevarles la buena nueva a cambio de sus firmas e informarles, que si es posible, que entre los animales más irreconciliables como son el gato y el ratón, el burro, el toro y las vacas, e caballo y demás animales pueden llegar a ser verdaderos amigos con el León, el tigre y el jaguar. Esto claro está, no excluye al suscrito de esa amistad posible con las reses y con el gato y demás fieras salvajes. Claro que todo eso se consigue según puede deducir sometidos a unas reglas de conducta. Que fatiga siento y ni una sola deposición, que raro, porque lo único que producen los que pululan por estos montes, armados como pedro por su casa, es muertos y materias fecales. Cuando llegue a la casa qué carajo voy a encontrar si no prenden ni el fogón, lo único que me consuela son las deposiciones de los pelaos, aunque los pobrecitos lo que comen es aguita de panela con pan y barro, pero pasado por sus intestinos se convierten en


sustento para mí, pueda ser que tanto el cerdo, el pavo, el pato, las gallinas y el gallo, me dejen algunas migajitas. Haciendo todas estas evocaciones llegó a la casa y entró, enseguida se encaminó al fondo del patio, donde los pelaos acostumbraban a agacharse para dar del cuerpo (como decía mi abuela) y efectivamente pudo encontrar unas pequeñas migajas en medio del escarbado de las gallinas y el gallo. Después de saborearlos corrió al platón del agua donde se pegó a beber para quedar harto, así fuera de líquido continuamente sacó la lengua y lamiéndose el hocico escarbó en las cenizas del fogón que permanecí apagado y dándose las vuelas reglamentarias, se acostó a dormir la siesta, durmió plácidamente debido al cansancio, cuando recordó ya recuperado su sentido de perro, repasó meticulosamente lo que se le había ocurrido y tomó más fuerza su determinación de salir de camino en camino a todos los rincones para hacer saber a todos los animales que convivían con el hombre, de que aún había una esperanza en medio de sus fatalidades. Además agregaba: -quien más que yo puede hacer esto, porque repasando algo de historia, los perros siempre hemos marcado el punto de partida para algo, una parienta llamada Laika fue el primer animal que viajó al espacio. Quien quita como decía el León, que no sea el burro, sino yo el escogido. Ya está bueno de andar para allá y para acá perdiendo el tiempo, de vagabundo esperando sólo que hayan perras alborotadas para andar detrás de ellas recibiendo pedradas de los pelaos y mordiscos de los demás perros como yo, callejeros.. Mañana bien temprano preparo equipaje con un buen fólder y bastante hojas en blanco para las respectivas firmas, ahora mismo voy a hablar con los animales de mi propia casa, pueda ser Dios mio que no me traten de loco. Y poniendo manos a la obra dijo: ahora mismo empiezo porque debo dejar alguna huella para el día que muera, y partiendo para donde se encontraba el burro amarrado en un horcón y con una ________ en el espinazo, lo saludó con mucha cortesía oliéndolo


encojidas las orejas y meneando el rabo. Este se asombró y se dijo: -“eche y esas caratoñas de ese Man, algo quiere” Y efectivamente no había terminado de pensar el burro, cuando el perro en medio del galanteo y con gesto de seriedad lo puso al tanto de su descubrimiento, cuanto terminó le dijo el burro: échame ahora uno de Condorito, no seas idiota perro, tu crees que todos esos animale sanguinarios pueden ser verdaderos amigos de ninguno de nosotros, déjate de vainas y a otro perro con ese hueso, está bien que soy bruto como me dicen los humanos, pero n tanto, y yo, perro? que cuando me espanto con alto, tengo el defecto o más bien la curiosidad (porque yo soy muy curioso) de regresarme para saber qué me espantó, no, yo no firmo”. Derrotado partió para el fondo del patio donde había un charco, ahí se encontraba el cerdo a quien sólo se le veían los orificios de la nariz acostado a medio lado con una oreja afuera del barro, le echó la misma carreta y éste se levantó como impulsado por un resorte para decirle: “quien –yo amigo del tigre y demás animales salvajes ni lo sueñes, déjate de marranadas conmigo”. Partió mirando hacia abajo como meditando hacia donde se encontraba el gallo, la gallina, el pato y el pavo. Les echó la carreta y en un estallido de protesta gritaron todos en unisono. “amigos nosotros de la zorra, del gato pardo, del tigrillo, de las otas y los halcones; déjate de vainas perro, esas chanzas son muy pesadas”, haciendo un alboroto para que se alejara, lo condujeron hasta el portón, saboteándole sus nobles intenciones. Se fue para la calle sintiendo el sabor amargo de la derrota, pero, recordó algo que le hizo subir la moral y era ese dicho que varias veces le oyera a sus mayores. (no hay peor cuña que la del mismo palo), ahora lo he vivido en carne propia porque apuesto diez contra uno que donde exponga mi tema u obsesión seguro que seré acogido, mañana parto temprano. Ese otro día bien temprano se alistó, cogió su equipaje y echándose la bendición dijo: “San Roque que me vaya bien y que los demás animales no me llamen loco”, cuando el burro vio que se iba, le dijo: “te vas perro loco” y rebuznó, el perro no le contestó.


Se internó primero para ir de rancho en rancho, después en todas las veredas, los corregimientos y pueblos para dejar de último a las grandes ciudades donde sabía que abundan los perros de raza en este caso un alemán que sería quien redactaría la carta que soñaba enviarle al Rey León y toda su organización. Caminó por los cuatro puntos cardinales de la región y donde llegaba era atendido con un poco de incredulidad, pero con mucho cariño, ya que veían en él como a un apóstol que sale a recorrer el mundo, llevando una voz de aliento a los afligidos. Llegó hasta donde se encontraban los pajaritos encerrados y su voz de consuelo los alegró tanto que todos como en una sola voz opinaban que aunque no fuera verdad tanta belleza, para ellos era preferible ser acariciados por las fauces de una zorra o las garras de algún falconido, antes que estar prisioneros de por vida en unas lujosas pero reducidas jaulitas, y repetían en coro: “el hombre que por el egoísmo de sentirse dueño de nuestros encantos, nos mantiene prisioneros cuando elevamos nuestros lamentos que son el mismo canto por carecer de otra expresión, está en pleno desarrollo de nuestras tristezas emitiendo llantos, ellos muy indiferentes gozando con nuestro dolor, dicen que cantamos y en realidad lloramos”. Creemos que ni el carrao que cuando no encuentra comida busca una horqueta y se ahorca, estaría de acuerdo en cambiar su libertad por un recipiente repleto de comida”. Un turpial de vivos colores, negro y amarillo brincaba prisionero en su jaula repitiendo “yo fue cogido y confiado en mi plena juventud, en una cogedera donde ponían como señuelo a una hembra que conmovía con su lastimero canto, caí en la trampa y aquí estoy muerto en vida. Yo quiero pedirle amigo perro, que me regale un minuto de tiempo para que escuche la elegía de mi vida y brincando para posarse en el travesaño de la jaula comenzó a cantar así: Cuando llegue a esta prisión Que son jaulas de maldades, Volaron mis libertades Junto con mi corazón, Me quedé sin ilusión En este confinamiento, Mis trinares son lamento Delirio la lontanaza, Y evoco con añoranza


Cuando desafiaba al viento”. El perro quedó maravillado de ese melodioso canto y de la mezcla tan magistral que hacía el turpial al darle un tenue toque de encanto, salpicado de tristeza en el fondo. Ya el perro habiendo cumplido con la visita al boliche donde se ven toda clase de aves, y demás animales para su discriminada comercialización, se iba a despedir cuando una paloma guarumera le pidió un minutito de su tiempo, el perro muy cortes, accedió al pedido de la prisionera. Esta le dijo muy brevemente: -yo también fui cazada en un lazo de corona en la época del millo, metida en este calabozo de alambres donde veo que mi juventud se evapora llevándose mi existencia, porque mi libertad la perdí desde ese día. Yo también quiero que escuche mi canto de protesta. Y sacudiendo la cola con mucha firmeza, inició su arruyo lleno de mucha melancolía. “Todos somos prisioneros Escuche la algarabía, Mi madre me refería Sobre los barcos negreros, Que venían del extranjero De las costas africanas Hoy que ya es otra mañana Yo no veo la diferencia, Sigue la misma violencia Que perversa raza humana” El perro ladró y alzó la pata delantera como aplaudiendo ese arruyo melancólico con esa larga y característica tristeza, con que cantan las guarumeras; aprobando también las verdades implícitas en su protesta. Habiendo recogido una buena cantidad de firmas, incluso hasta en los zoológicos donde hay toda clase de animales que aunque no domesticados: si conviviendo con el hombre, llegó su voz de aliento, y la mayoría viendo en este personaje a alguien que se dolía de sus desgracias, estampaban sus firmas sin las mayores preguntas, sólo con la esperanza de depositar en alguien el anhelo unánime por salir a la libertad.


Con la firma de leones, tigres, panteras, jaguares y demás fieras, veía el perro criollo la gran posibilidad e ser aceptados en la organización de animales salvajes. Los domesticados de su propia casa serían convencidos por el perro alemán, porque había oído decir a todo el mundo que esos canes son muy inteligentes, por tanto, debían tener una buena labia para convencer. Se encaminó a todos los barrios pobres y ricos de la ciudad donde sabía que eran más abundantes dichos animales, pero nada: se tropezaban con perros de razas raras como son: San Bernardo, Dóberman, Bóxer, Pequinés, Terranova y una variedad mayor, pero ni un solo Pastor Alemán. Decepcionado se iba a encaminar para la casa, cuando vi que venía bajando por la misma calle y en la acera opuesta un perro demasiado distinguido arrastrando una cadena que titilaba al resplandor del sol, con un peinado a la última moda y como recién salido del salón de belleza porque de lejos sentía el perfume canino, además llevaba un collar con canutillos de oro y perlas de varios colores, de donde nacía la gruesa cadena; caminando estilo distinguido, tanto que yo pensé “con mi Orebro de perro sarnoso, éste Mán que se va a a fijar en mí. Con tanto distinción, pero echándome la bendición, lo enfrenté oliéndole primero la bragueta, después debajo de la cola coposa el la alzó y dando un salto en media vuelta, me miró fijamente, yo aproveché la pausa para decirle: entablamos un diálogo! Y a continuación sin esperar respuesta dije: He recorrido lugares, De humildes y ricos lares, En franca persecución, Para pedirle opinión. O mejor para que escriba, Al León una misiva. RESPONDIÓ Yo que soy de noble cuna, Y me rodea la fortuna!


No hago trato con mendigo Y menos son mis amigos. Pero que no tiene plata, Tiene pulga y garrapata RESPONDI Es verdad lo que sostiene, Pero plata usted no tiene Lo que yo tengo a montón. Se lo rata a usté el jabón Y aunque le unten por cerro, Siempre el perro, huele a perro Soy arriero del camino, Yo no fabrico el destino. Pero algo hay en mi haber, Que usted lo desea tener, Porque la suerte del feo, Es del bonito deseo. Sacó la lengua remojándose los labios y respondió: En honor a la verdad, Envidio su libertad. Para que tantos honores, Si soy huérfana de amores Hasta mis ratos eróticos, Son rígidos y despóticos, Y a usted tan flaco y sarnoso, Yo lo noto muy dichoso. Observando el giro casi de sesenta grados que había tomado su actitud, com poniéndole punto final al diálogo, respondí en forma humilde y muy consecuente: Soy libre como los vientos, Dueño de mis movimientos. El perro alemán arrugó la nariz y en un susurro me dijo, amigo: no todo lo que brilla es oro.


A mí me animó esa franqueza y él continúo: yo a usted lo veo en verdad todo mordisqueado, lleno de sarna y ya en su esquelético cuerpo no le caben las pulgas, pero en sus ojos hundido se nota el brillo de la libertad, si usted supiera el calvario de mi vida con decirle que hasta en mi intimidad erótica mandan mis amos, como le dije hace un ratito, yo debo estar con la perra que ellos quieran y cuando ellos quieran o sea amigo: que mi voluntad no cuenta. Y le respondo eche; yo puedo estar todo descalabrado de los pelaos, todo mordisqueado, de los demás perros cuando nos peleamos el amor de una perra, más flaco que rocinante el caballo de Don Quijote, más tasajeado que un bocachico y con las costillas abultadas y como un peine, pero aún así con esa gama de malas fachas, soy libre como el viento. Lo he buscado como una aguja en un pajar y cuando ya quería tirar la toalla ha aparecido usted, por tal quiero ir al grano para ponerlo al tanto de mis planes. Bien amigo, hable, soy todo oídos. El perro criollo se lamió el hocico por varias veces antes de empezar, se dio un giro para alzar la pata derecha y mearse contra un poste del alumbrado y a continuación inició su historia, a medida que contaba detalladamente todos los pormenores, el perro alemán que sólo arrastraba la lengua sentado de culo contra el pavimento, lo miraba atentamente como queriendo no respirar para no perderse un solo detalle de esa fantástica historia. El perro criollo continuó; como usted verá esto es increíble, pero es cierto, la urgencia de conseguirlo a usted amigo es, para que escriba una carta bien jalada al Rey León colorado, yo creo en mi pensamiento de perro que ésta va a ser la verdadera revolución de los animales, pero fíjese que aún siendo una verdadera revolución de animales no se derramará una sola gota de sangre en forma irónica, a no ser la que comúnmente se debe derramar para el sustento natural de unos y otros, de lo contrario, yo le apuesto amigo alemán que no se derramará una sola gota de sangre y eso que somos animales, qué tal? Bien amigo lo mismo pienso yo Y continuando el perro criollo también dijo: analizando las cosas de la vida hay muchos dichos y refranes que son la voz de la


experiencia, en este caso que estamos viviendo, porque ya a usted también lo mezclo en esto, han pasado cosas que me han llevado a conocer la profundidad de todos estos decires que llaman populares. Ejemplos, ninguno es apóstol en su propia tierra y no hay peor cuña que la del mismo palo, digo esto porque fíjese bien, cuántas firmas no he recogido incluso de enemigos irreconciliables y vea que ironía que los mismos con quien convivo se negaron a firmar tratándome; el burro me trató de loco, el cerdo me dijo que no le contara más marranadas, el gallo, las gallinas, el pato y el pavo formaron, el gallo, las gallinas, el pato y el pavo formaron una algarabía burlándose de mí. Así amigo, que yo espero que usted los convenza. Si quiere vamos ahora mismo, respondió el alemán. No amigo porque ya es tarde y mis amos ya estarán desesperados buscándome por todos lados, mejor lo dejamos para mañana en la tarde, para ver que se puede hacer con la terquedad de sus compañeros de domicilio, aquí nos encontramos mañana en horas de la tarde. Meneando el rabo y encogiendo las orejas se alejó con paso estiloso como caminando en pasarela. El perro criollo lo observó y dijo: -no joda ese Mán como es de sociedad camina cruzando las patas por puro estilo, eche yo también camino cruzando las patas mías, aunque yo lo hago por puro filo. A continuación también se encaminó en busca de su casa, cuando llegó dio una vuelta por el fondo del patio en busca de algo, para no acostarse con la barriga en blanco, después regresó, tomó agua y escarbó las cenizas del fogón para después de la vuelta reglamentaria echarse a dormir plácidamente, ya que el nuevo día iba a ser definitiva para él y todos loa animales domésticos. No recordó en toda la noche de ladrar, y el canto del toche, de los curuchuvos y la cha maría lo despertaron a las seis de la mañana y dando un salto en el fogón se dijo: - hoy tengo que arrancar con el pie derecho para que todo me salga bien. Como la cita con el


pastor alemán es por la tarde tengo toda la mañana para salir a buscar algo que comer. Allá detrás de esa serranía, anoche antes de dormirme escuché el canto lúgubre de las bombas y la ametralladora, trataré de llegar hasta ese lugar para ver qué encuentro y sin pensarlo dos veces se enrumbó escuchando y sintiendo el chillido de las tripas y losa guijones por causa de la fatiga, caminó y caminó cruzando las patas de la misma debilidad. Se paraba por intervalos con la lengua afuera y botando bavasón, medio reposaba y después paraba la nariz para orientarse por el olfato al lugar que de antemano había escogido. Al fin ya casi desmayado llegó al nacimiento de una cañada donde dos enormes piedras separadas unos tres metros una de la otra, eran como las columnas de un portón natural abierto. Siguió su marcha observando detalladamente la belleza natural del paisaje y se lamentaba: que desperdicio, el terreno es bastante quebrado de lado a lado de la cañada y las aguas lluvias habían dibujado sobre las lajas y las piedras múltiples figuras como labradas por un artista. A un lado de la cañada se abría un camino cuesta arriba, lo tomó y ya en terreno plano se acostó a reposar al lado de dos enormes piedras, y en un lapso de tiempo que le pareció muy fugaz entró, cerró los ojos escuchando que ambas piedras gemían diciendo en unisono: hasta los seres inanimados lloramos de impotencia ante esta violencia. Dando un salto como asustado se dijo: - Lo soñé o lo pensé. Oliendo alrededor como buscando algo, se encaminó nuevamente en persecución de no sabía qué, pero algo era. De pronto, habiendo caminado nuevamente unos doscientos metros, quedó asombrado ante el gigantesco destrozo que había causado a la inofensiva naturaleza, el enfrentamiento que se había librado la noche anterior. Árboles arrancados de raíz, tal vez por bombas o cilindros de gas, y en un radio de acción de cien metros a la redonda más o menos.


Habían charcos de sangre ya coagulada, huevos y nidos de aves destrozados, polluelos piando de frío y otros ya muertos, de la rama desgajadas de un añejo zanaguare brotaba miel de abeja, los pájaros grojeaban alegres picoteando las larvas como topitos de algodón en las celdillas del panal: -yo corrí y los pájaros volaron asustados, me quedé por un largo rato lamiendo la miel que brotaba, las abejas revoloteando desordenadas, me picoteaban por todo el cuerpo y se prendían en mis orejas, pero del mismo hambre que tenían, no sentían los aguijones, una enorme hilera de hormigas arrieras desfilaban ordenadamente una tras otra cargando pedazos de casillas del panal como soldados con sus cascos marchando en formación hacia el batallón. “Me hastió el dulce de la miel y sentí un pequeño mareo, me retiré del lugar y volviendo donde estaba la sangre ya coagulada, me puse nuevamente a lamer hasta saciar el hambre, después bajé a un arroyuelo y tomé agua hasta saciar la sed. Eran más o menos las once de la mañana y acordándome de pronto de la cita concertada con el pastor alemán, alcé la pata izquierda al pie de un árbol de povijai que colgaba sus barbas para echarme una meada y ahí mismo emprendí viaje por el mismo camino por donde había llegado, ya que el olfato es uno de los sentidos más desarrollados con que contamos todos los perros. Caminando ya con más confianza en mí mismo, pues -como dice un dicho: barriga llena corazón contento y “se decía el hambre me cegaba tanto que no reparaba bien la belleza de todos estos territorios, caminó y caminó sin perder detalle lamentándose meneando la cabeza como diciendo entre sí que lástima” Eran las tres de la tarde, cuando al fin pude llegar al lugar de la cita con el pastor alemán. Como a la media hora se presentó éste arrastrando la cadena y su mismo distinguido modo de caminar, al verse corrieron a encontrarse oliéndose debajo del rabo, en la bragueta y por el hocico, después se pararon en dos patas, sosteniéndose el uno con el otro como dándose un abrazo de saludo, a continuación dijo el perro criollo: bueno amigo alemán, está dispuesto a acompañarme a mi casa para presentarle a mis compañeros de domicilio?”.


Respondió el aludido - claro amigo criollo, cuando usted diga. En el acto salieron los dos amigos marcando compás como dos buenos militares, iban apareados aunque la talla del perro criollo contrastaba con la espigada y elegante del alemán, éste bamboleaba su coposo rabo, mientras el criollo procuraba sacar pecho y meneaba también su carroñoso y pelado rabo por la sarna y las pulgas. Los chismosos perros callejeros, ladraban desde lejos sin ánimo a acercarse a la dispareja pareja, por temor, o respeto al alemán. De vez en cuando se paraba el alemán y le decía al perro criollo: - Amigo y no nos vamos a tropezar ni con una perra alborotada para ver si al fin pudo echar mi canita al aire, sin moros en la costa. Respondía éste: - según veo como que no, porque ya estamos llegando. El perro criollo cogió la delantera para entrar por un portón destartalado, el alemán lo siguió y ya adentro le dijo el criollo, está usted en su casa amigo alemán. Éste respondió – gracias. El burro amarrado en su horcón apenas oyó sonar las tártaras sueltas del portón paró las orejas y haciendo un amago de rebuzno se dijo para sus adentros: - no joda, ya viene otras vez el perro con su tema, eche y ahora trae marido nuevo, cipote Mán, pintoso, no joda como que es extranjero. Ese tipo no es de por aquí. Y llegando ambos perros donde estaba el burro amarrado, el criollo echó las orejas para atrás, sacó la lengua casi arrastrando y meneó el rabo carroñoso con mucha alegría para decir: -amigo burro, tengo el gusto de presentarle a mi amigo el perro alemán, éste también echó las orejas para atrás, sacó la lengua y meneó su rabo coposo. El burro quedó muy impresionado con tanta cortesía, y más cuando el alemán tendiéndole la pata derecha, le dijo: mucho gusto amigo burro, éste quedó casi sin habla y resoplando pensó con rapidez. Este Mán no es de poraquí y se le vé de lejos que es buena gente, porque saluda más que político en campaña, debo ser cortés con él porque de lo contrario aparecería como un bruto y éstas amistades no se encuentran todos los días, en el acto dijo: amigo alemán, el gusto e s mío, y quiero que sepa antes de


empezar a dialogar que cada quien lleva sus penas a cuesta y yo no soy la excepción míreme aquí atado a un horcón a sol y agua todos los días, al menos cuando mis amos vivían en el monte me quitaban el cabestro todas las tardes después de las faenas diarias, yo corría alegre para los peladeros donde me revolcaba soltando pedos a granel. Pero, desde que mis amos tuvieron que venirse corriendo huyendo del monte para el pueblo de vaina me cogieron a mí, al burro yeguero, al caballo burrero, las gallinas, los gallos, el cerdo, los patos y el pavo, pero yo amigo, siempre he sido el bandido de la película, imagínese usted – oiga pero busque en que sentarse para que nos e canse, porque mi historia es larga. Como le venía contando, mi amo logró traerse nomas esas cosas lo demás quedó botado, éramos dos burros y un caballo, pero tanto al otro burro como al caballo, mi amo los consentía tnato que hasta les mandó a hacer una pieza de material, y yo creo que hasta le tenía aire acondicionado, la dieta de ambos era especial, los mantenía a ambos con: maíz, millo, salbado y panela mientras a mí que me pasaba todas esas cosas por el lomo y desde que eran las cuatro de la mañana me enganchaba el sillín y los barriles par arrear agua tanto para bañarlos a ellos como para el trasteo de la casa, imagínese al burro choa y al caballo burrero los bañaba con jabón de olor y a mí que me corría el carangano por todo el cuerpo no me echaba ni una totumada, la comda mía eran unos puñitos de yerva como comida para conejos. El perro alemán que se había quedado con la boca y la lengua afuera embelesado escuchando al burro, al fin pudo preguntar – y por qué tanta discriminación?. Para allá voy. - Imagínese el negocio de mi amo era ponerle el burro choa a las yeguas y el caballo burrero a las burras de los ranchos vecinos, mientras yo quería reventar la cabuya cuando me pegaba el olor, yo no se para qué carajo lo hacía estando yo allí desocupado y con ganas, recuerdo cierta vez que pude reventar el cáñamo y corrí alegre y rebuznando, ya casi me iba a encaramar en una de esas hermosas hembras, porque en verdad esas si eran palos de hembras, pero recuerdo que mi amo me recostó un garrotazo en la cruceta del moñito de la frente, que me fue de culo y ahí mismo me amarró con otro cáñamo más grueso.


En todo caso amigo alemán yo no comprendo para qué hacía esos cambios y además delante de mi que se me atezaba el paladar, por más que pienso no le encuentro lógica. No amigo es que así es que se forman los mulos, de burro con yegua y de caballo con burra, respondió: eche y yo que no soy burro. Si, si lo es, pero un burro ordinario y en cambio Choa es especial a … me jodía hora si comprendo. Verdad que los seres humanos no piensan si no en su conveniencia, sin importarles los sentimientos de otros, con razón casi me mata si por poco le malogro el mulo a su cliente, pero en todo caso amigo perro, si usted hubiera conocido a esas hembrotas porque esas si que eran tronco de hembras y así continuaba con su obsesión repitiendo tronco de hembras, después resoplando y oliendo hacia arriba y después hacia abajo donde minutos antes había meado miró nuevamente hacia arriba y peló los dientes, a continuación reventó un rebuzno acompañado de pedos. El perro deduciendo que ya no quería continuar dialogando con él, le dijo: - bueno amigo burro, está dispuesto a firmar a lo cual respondió lo voy a hacer pero ya me tocará caminar con cascos de plomo. A continuación el alemán se dirigió donde se encontraban el cerdo que pujando en el charco lo escuchó y aprovando con un cue, que, cue, le firmó, se dirigió donde se hallaban las gallinas y el gallo y esas que habían visto al cerdo firmando, las gallinas, en grupo cacararon y el gallo abriendo las alas y golpeándose el pecho con firmeza afirmó cantando: también firmo yo, también firmo yo. Le quedaban para conseguir las firmas de todos los animales de la casa, la del pato y el pavo, el pato por su parte hacía gárgaras en el recipiente del agua de pronto salió, hizo varias deposiciones seguidas y encogiendo la cabeza contra el pescuezo también por varias veces llevó el pico contra el suelo diciendo repetidamente jua, jua, jua, que equivalía sí, sí. Quedaba no más el pavo, quien arrastrando las alas y parándose en seco de pronto repetía: claro que sí, claro que sí, claro que sí. Estando ya listas las firmas de la casa del amigo, se dirigió a él diciendo, amigo criollo, ya todas las firmas están estampadas, ahora si quiero por pura curiosidad canina, que me cuente cómo hizo para


que tanto el toro, la vaca y el gato, les firmaran si toda la vida siempre hemos sido enemigos irreconciliables?. Bien amigo alemán, le contaré para satisfacer su curiosidad: con el gato, después de corretearlo or toda la casa y por el patio donde se encaramaba en los árboles, al final nombrarle al tigre se tiró y me respondió: es realidad todo lo que me has dicho, o es pura mentira, porque por esa fiera que acabas de mencionar toda la generación gatuna fue maldita, porque la vez que mis antecesores no le quisieron enseñar a bajarse boca debajo de los árboles, desde ese día les dijo que en el momento que hagan sus deposiciones y noas tapen, nos ratrearía por el olor y nos comería, por ese motivo desde ese mismo día hasta el sol de hoy toda nuestra generación cumple rigurosamente con esa higiénica costumbre. El perro alemán con la boca abierta y la lengua afuera, replicó: en verdad siempre he observado ese detalle en los gatos, desconozco si entre los felinos haya otro con esa costumbre. En todo caso amigo, me coge de sorpresa ese dato suyo, eso es para que vea que hasta el más insignificante tiene algo que enseñar. Como venía diciéndole amigo alemán, el gato al nombrarle el tigre se tiró sobre mi diciéndome en el acto: amigo (palabra ésta que me llenó de mucho regocijo) porque es de mucha significación positiva de boca como dijo usted hace poso (de un enemigo irreconciliable y haciéndome carantoñas con s acostumbrado melindre entablamos un diálogo y al final puso su nombre respaldado por su rúbrica a continuación arranqué para donde se encontraba el toro, ya con éste tuve que emplear mucha perrada porque cada vez que habría la boca para decirle algo, sacudía la cabeza y arando con las pezuñas me tiraba unas cornadas que si me hubiera cogido en una de esas no estuviera ahora echándole el cuento, por eso para dirigirle la palabra y entablar un diálogo con él esperé que llegara bien cerca del alambrado, porque de esa manera yo podía escurrirme por debajo de los hilos de alambre de púa cuando sacudía la cabeza resoplando por la nariz, en esa forma después de intentarlo por varias veces nombrándole todos los felinos al fin se paró en seco con actitud desafiante y silbando por las fosas nasales de la misma ira contenida al no poderme alcanzar me respondió: de todas las fieras que has nombrado sólo le temo al hombre, éste goza viéndonos correteados, embarendillados, garrochados con las orejas mochas para trofeos y ya exánimes tendidos en la arena


palmoteaba ruidosamente como bandada de vampiros que aletean ávidos por el olor a sangres fresca. La banda de música en la tarima arrecia sus coplas con más alegría, la luneta y los palcos multiplican sus vítores cuando el ovino cae! Paralizado ya su ritmo cardíaco. Que horror exclamó el perro alemán, y de la vaca qué: está menos dramática que su compañero a pesar de ser la hembra, me respondió entre resolplidos y resoplidos echada sobre las gramas donde hacen rodeo para rumiar, al compás de la bola de pasto que subía y bajaba del estómago a la garganta donde con ruidos guturales volvía a bajar buscando uno de sus estómagos y con resoplidos fuertes y botando espuma blanca por la boca me respondió: yo no se si es por el hecho de ser mujer, porque el hombre es muy machista, pero a nosotras nos toman muy poco para las faenas de manteo, y si alguna sale valiente, sólo las cogen para corralejas pueblerinas, donde después de ser lanzada al ruedo, la gente aún más embrutecida que los cuadrúpedos, hacen ruidos que se entremezcla con la música, en ese instante el aturdimiento del pobre animal que mirando y corriendo en todas las direcciones, atropella a intrépidos jóvenes y adultos que envalentonados con el ron y quien sabe que otras sustancias nocivas pera sentirse inspirados en el arte de la tauromaquia, ocasionan desgracias que son el calificativo excelente de las fiestas. Después de este diálogo se paró y se retiró espantando las moscas con el rabo. Bien amigo criollo, si ya terminó de recoger las firmas, podemos dar inicio a la misiva que le va a enviar al Rey León Colorado?. Amigo alemán a decir verdad, íntegramente, todas las firmas no están cogidas porque me faltan la de los primates y elefantes, usted sabe que tanto los micos como orangutanes y demás de ese ramo son muy inquietos y la vez que fue al zoológico ya era de noche y ese día hubo un apagón (como cosa rara), por ese motivo se me quedaron esos animales y elefantes sin firmar, pero alguien que no me acuerdo quien, me contó que tanto en la Cámara como en el Senado, se encuentran muchos de estos animales, aunque en estado de alertagamiento, pero aún así, son más peligrosos que una serpiente encuevada. Si es así no hay problema amigo porque en la misma carta podemos explicar todos esos pormenores.


Hay otro detalle muy significativo del cual quiero su opinión, ya que usted tiene mucho talento, se trata de una bandada de gallinazos que mandé a inspeccionar en todo el territorio, sobre el estado de salubridad de nuestro pueblo y ha de saber usted amigo alemán, que todos regresaron portando mascarillas protectoras, que dice de eso?. Bueno amigo, para un buen entendedor pocas palabrea, nada más acertado que el envío de esas aves receptoras de inmundicias para confirmar el verdadero estado de suciedad en que se encuentra todo el país. Ahora si amigo alemán, quedo más satisfecho, podemos empezar la carta. No amigo criollo, quiero que me invite a comer algo, porque tengo mucha fatiga. El perro criollo se rascó la cabeza y a continuación le dijo: mire, esas tres piedras que forman un triángulo, aquí le llamamos vinde que es donde se hace la comida, pero vea cuanta tristeza que hasta los lobos juegan en la ceniza y si no hay para ellos, menos para nosotros, pero vamos allá atrás del patio, y caminando orondamente salió y el alemán lo siguió, cuando encontró una deposición que había sido picoteada por las gallinas, pero que aún estaba entera, se paró y dijo: adelante amigo, es toda suya. El alemán la olió y exclamó dando un salto: nooo, yo no estoy acostumbrado a comer estas cosas, le respondió al criollo: no es que esté o no acostumbrado amigo, es cuestión de física hambre y hay que matarla con lo que sea.

Ciudades, pueblos y veredas de nuestro territorio, febrero 31 de 2001 Distinguidísimo REY LEON COLORADO Montañas, llanos y hondonadas En su guarida

Los abajo firmantes conscientes del inmenso mal que se le está causando a la sabia naturaleza, pedimos en cabeza de un perro criollo, quien hambreado, mal trajeado, mordisqueado, sarnoso y de ñapa desplazado, ha conseguido la firma del 999% de todos los animales domesticados, para pedirle a su Majestad, nos acepte en su bien organizada sociedad de animales salvajes.


Este pedido lo hacemos presintiendo la avalancha de destrucciones que se avecinan, si ya las presentes nos tienen al borde del aniquilamiento. Qué será dentro de diez años?, por estas razones queremos estar prevenidos, si es que acaso se encontrará refugio en algún rincón del territorio. Usted distinguido Majestad, conocerá la historia, por tal, no desconocerá el calvario que nos ha tocado vivir al lado del hombre quien con su prepotencia y don de superioridad ha creado de nosotros los llamados domesticados, un mundo diferente al de ustedes, los llamados salvajes. Sin ser culpables de nuestra impuesta situación, vivimos en diferentes lugares y con diferentes costumbres, pero nuestras mentes e instintos siguen siendo los mismos de ustedes, más bien tal vez, con muchas malas mañas aprendidad del hombre, por esas y muchas más razones que le seguiré exponiendo, pedimos el aval de su majestad para que aunando fuerzas, todo el reino animal irracional, podamos unidos darle ejemploa esa bestia racional que es el hombre, quien desde que el mundo es mundo, jamás ha podido vivir en armonía. Porque quien no tiene ya a quien respetar, tampoco es digno que se le respete ese es el típico caso que la clase racional vive. Los gobiernos son mofados por sus subalternos, las arcas saquedas por los mismos tesoresros, quienes deben dar ejemplos de equidad, lo dan de inequidad, a este paso en quién se puede creer?. Habrá que elegir a un presidente y a un presidentico para que lo vigile, a un fiscal y un fiscalito, un inspector y un inspectorcito, una alcalde y un alcaldito, un policía y un policiíta, y así seguidamente en forma interminable. Quiero hacer una salvedad sobre el hombre y es que en verdad no todos los hombres son malos, hay buenos, aunque muy pocos, pero los hay, nadie más que el suscrito tiene autoridad para saber tal cosa, pues todos saben que el perro siempre ha sido el verdadero amigo de él. El león leía y releía la carta, causándole una carcajada los apartes de ésta al margen donde decía: podada: como veía en la presente van estampadas las firmas del 99% de los animales domesticados, el otro uno por ciento está representado en elefantes, micos y orangutanes, pero éstos residen en lugares tan refinados, que con


mi humilde y harapienta vestimenta, me causó vergüenza asomarme a esos recintos. Terminada la lectura abrió toda la bocota para expresar lleno de júbilo: - Esto merece una fiesta bailable, convocaré músicos, poetas, decideros y que todos bailen sin descansar. Y actuando en forma febril por la emoción atorizón sin antes meditar a sapos y ranas par que organiaran la orquesta esto ocasionó la huelga de todas las aves, quienes se sintieron desplazadas, por tal motivo, fue desgartada digna fiesta y dándole la razón a todo el género trinador de los campos, autorizó a todos los que tuvieran aptitudes musicales para que integraran una verdadera orquesta que llevaría toda clase de instrumentos, ya que en un futuro no muy lejano, se llevaría a cabo un festejo. Inmediatamente se encerró en su cubil para meditar sobre el siguiente paso, para no darlo en falso, como le había pasado con las aves, quienes tenían toda la razón al protestar. En ese mismo instante, se le ocurrió que el perro como cabeza visible de tal petición, debía mostrar antes de la fiesta que deseaba darles, que en verdad como el primer animal domesticado por el hombre y además considerado por éste como su fiel y coralero amigo!, tenía todo el derecho y la obligación de mostrarle a todos que a parte de las malas mañas, también había aprendido algo de las cosas buenas, por ejemplo: la cultura, porque ésta propende por el bienestar de todos los pueblos. Y a pesar de que la violencia es el plato cotidiano de toda la humanidad, lo cultural es la plateada aurora que con su luz extingue la oscuridad. Lo dejo a usted amigo perro, a su libre albedrío y ojalá solo como humilde sugerencia, se inclinara por las cosas culturales, dándole a saber a todos los coterráneos la nobleza de mis intenciones fallidas aun principio y que como buen dirigente sin mezquinas pretensiones supe rectificar porque como dice un adagio entre los humanos (lo cortes no quita lo valiente). Si esta opción llegare a ser acogida por usted, ya sea en prosa o en poesía, todos los animales nos sentiríamos muy alagados, porque quien más que el suscrito para conocer nuestras debilidades.


El perro criollo acogiendo las sugerencias del Rey León Colorado, escribió en compañía del inteligente pastor alemán nueve décimas narrando lo acontecido cuando llevando por la misma emoción había nombrado para conformar la orquesta sólo a sapos y ranas, pero éste haciendo gala de su inteligencia y don de mando supo rectificar dando a entender que un buen gobernante no debe jamás subestimar a ninguno de sus subalternos, ya que una minúscula pulguita, puede quitarle el sueño a un corpulento elefante. Y mostrando su talento interpretativo, moldeo con sus ladridos las nueve décimas que a continuación aparecen:

FIESTA DE LOS ANIMALES El rey de los animales En uso de su poder, Se le dio por proponer Unos cortos carnavales, Para apaciguar los males Los abusos y torpezas, Que ala gran naturaleza Le causan los racionales Verdaderos animales, Que sólo causan tristezas. Para amenizar la fiesta Sin recurrir a contratos, Autorizó a ranas, sapos Que organizaran la orquesta, Los pájaros en protesta No trinaban confundidos, Refugiados en sus nidos Quedando los ecos viles, De los sórdidos fusiles Con sus mortíferos ruidos El león mal humorado Al ver la desobediencia Depuso su prepotencia Y por todos fue admirado Reconoció haber errado Y aunque esto nos asombre


Dejó en altura su nombre Aceptando que hizo mal, De esta nobleza animal Porque no aprenden los hombres? Y había tambor, clarín, flauta Del caballo al picaflor, Y el burro de director Bamboleaba la batuta Y a rebuzno lo disfruta Pensando en su burra dama También una vaca drama Croa la rana, el gato maúlla Es de la fauna la bulla O coros del pentagrama

Fueron llenando el salon Cada quien con su pareja El zangano con la abeja La cabra con su cabron Que bailaban sabroson Igual que el garzo y la garza Con sus pezuñas descalza Y sus delgadas canillas Que mostraba las rodillas Brincando al son de la salsa Y bebían ron pico, a pico Y muchos por cucharada Con su perica adorada Se revolcaba el perico Y de pronto llego el mico Haciendo mil morisquetas, Y al mejor bailador reta A la mitad del salón Temblándole el pantalón Al compás de la champeta En un rincón apartado El perro con la perrita, Intercambiando cositas Permanecían amarrados,


Y discutían dos venados Dándoselas de borrachos Gritando mamarrachos Se fueron a las trompadas Propinándose cortada Cuando se metían los cachos. En el mágico recinto De exóticos bailarines Se ven rabos, cascos, crines, Con sus pelajes distintos Bailando al son del requinto Moviendo sus armaduras Pasmándome la tersura De una sapa con su sapo Que se viste como un capo Luciendo gafas oscuras. Y a los seis meses pasados Abandonando su hoyo, Se presentó morrocoyo A la carrera sudando, Llego bien acompañado De otros animales briosos, Que se veían muy nerviosos Agotados por el sol Estos eran: caracol. Gusanos y perezosos.


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