En camino

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Subsidios

Pastorales

Presentación.................................................................. 3

Nuestra

realidad

El PIME en México, 15 años compartiendo el Evangelio entre los Mixtecos.................................... 4

Tema 1 Los Discípulos y Misioneros..................................... 12

Tema 2 Mirada de los discípulos misioneros sobre la realidad.......................................................................... 15

Reflexionando

nuestra fe

Proyecto Aparecida..................................................... 7

La Iglesia en el discipulado misionero..................... 17

Semana de Juventud 2008......................................... 24

Calendarización Pastoral 2008................................. 34

encamino50@hotmail.com Director General: Mons. Juan Navarro Castellanos, Coordinador: Pbro. Octavio Gutiérrez Pantoja, Equipo Editorial: Diac. Ivan Añorve Jaimes, Hna. Yolanda Becerra Angel, Pbro. Gerardo Flores Robles, Pbro. Harvey Morales Victorino, Pbro. Bulmaro Hernández Morales, Pbro. Álvaro Sánchez Quevedo, Diseño Gráfico: Lorena Encinas Z., Dirección: Quebrada No. 16 Col. Centro, C.P 3900, Acapulco, Gro. Tel: 4-83-05-63. Los artículos son responsabilidad de sus autores.


sus tres grandes apartados; ahora se ofrecen un par de temas, de los 10 en que se divide este documento de la Iglesia latinoamericana. Estos son los temas: •Los discípulos misioneros. •Mirada de los discípulos misioneros sobre la realidad. La Iglesia en el discipulado misionero La Comisión Diocesana de Misiones de Acapulco (CoDiMi), que se ha constituido para la animación y sensibilización misionera de la diócesis y de sus agentes de pastoral, propone a los lectores de la revista en Camino una serie de tres temas de formación misionera: •COMUNIDAD discípula de Jesús, •PENTECOSTÉS Comunidad llevada por el Espíritu, •EVANGELIZACIÓN Comunidad misionera para la humanidad.

Proyecto Aparecida El Espíritu Santo ha hablado a la Iglesia a través del acontecimiento de Aparecida y la va conduciendo hacia la verdad plena, nos dice el padre Jesús Mendoza, quien presenta una visión interesante del documento Aparecida, con un esquema que él mismo elabora a partir de los contenidos. Partiendo de la misma realidad que nos interpela, la Iglesia ha de estar al servicio de la comunidad, a través de una misión permanente; lo que implica una conversión pastoral y una renovación eclesial. El padre señala cuatro ejes en el proceso para lograr esa renovación: el encuentro con Jesucristo, la vida comunitaria, el discipulado y el compromiso misionero. Señala además dos instrumentos: La iniciación cristiana y la formación permanente. Habla el P. Jesús de una opción transversal por los pobres que ha de vivirse en todos los ámbitos de la Iglesia, como condición para vivir la gran misión.

Semana de Juventud 2008 Pastoral Juvenil ofrece el material para la SEMANA DE JUVENTUD. Se trata de cinco temas sobre los valores fundamentales del ser humano, buscando que los jóvenes tomen cada día mayor conciencia de su vida y de aspectos esenciales como son la vida misma, el don de la fe, la familia, el estudio y el trabajo o actividad humana. •La vida es el valor fundamental, el valor primario; es regalo gratuito de Dios, don y tarea que debemos cuidar desde la concepción, en todas sus etapas, hasta la muerte natural, sin relativismos. •El valor de la fe. Por la fe somos llamados a ser discípulos de Jesús para vivir en comunidad. Jesús pide fe aunque sea tan pequeña como una semilla de mostaza (Mt. 17,20) •La familia, Iglesia doméstica y célula básica de la sociedad, tiene la misión de custodiar, revelar y comunicar el amor y la vida. •El estudio y la educación nos ayudan a transformar y mejorar la realidad que nos rodea, al mismo tiempo que cambiamos, nos transformamos y mejoramos nosotros mismos y a nuestros semejantes. •El trabajo es una de las características que distinguen al ser humano de las demás criaturas; solamente el hombre es capaz de trabajar; de este modo el trabajo lleva en sí un signo particular de la humanidad. Los invito a leer estos artículos y a aprovechar estos recursos con ilusión y espíritu eclesial, sabiendo que poco a poco y con participación de todos, iremos mejorando nuestra revista, compartiendo y aplicando los diversos recursos pastorales que en torno a ella iremos generando.

Asimilando Aparecida El número anterior presentó una síntesis de Aparecida, en

Juan Navarro Castellanos Obispo auxiliar de Acapulco

En camino

C

on mucho gusto presento a todos ustedes, queridos Agentes de Pastoral, el número tres de nuestra revista “EN CAMINO”. En esta ocasión se centra en el tema de la Misión Continental que nos propone el documento de Aparecida. Como en los anteriores números, buscamos que estos temas animen y fortalezcan la acción pastoral que ustedes realizan en sus comunidades y que juntos, como Iglesia Diocesana, sigamos avanzando con claridad y firmeza hacia el nuevo Plan Pastoral, que estamos elaborando y que comenzará a orientar nuestro caminar pastoral en enero de 2009. PIME en México El P. Massimo Segú, nos habla de los 15 años de trabajo del Instituto PIME entre los Mixtecos. “Se trata de un área indígena de idioma Mixteco que abarca a los pueblos de Cuanacaxtitlán, Yoloxóchitl y Arroyo Cumiapa en la montaña de la Costa Chica de Guerrero. Esta presencia del PIME se inserta en el esfuerzo misionero de la Arquidiócesis de Acapulco para llevar la luz del Evangelio a los pueblos indígenas en su territorio”. Con una visión eclesial y claramente pastoral, el P. Massimo presenta el trabajo del PIME, (Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras). Se trata de un esfuerzo misionero de la Iglesia Italiana, al que se unen otros institutos y congregaciones religiosas en una zona indígena de las Arquidiócesis de Acapulco. Con ellos han llegado, inclusive, algunos sacerdotes de la Iglesia Colombiana.

Presentación


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El PIME en México, 15 años compartiendo el Evangelio entre los Mixtecos

“L

Por : Pbro. Massimo Segú, PIME.

os que entran entre nosotros tienen que saber que el Instituto no tiene otra finalidad afuera de la misión entre los que no creen y que nosotros somos solo y totalmente misioneros.” Así escribía el beato P. Manna superior general del PIME (Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras) al principio del Siglo XX para manifestar que el Instituto, nacido en el 1850 por iniciativa de los obispos del norte de Italia, de todo el amplio panorama de la misión de la Iglesia escoge el anuncio del Evangelio a los que no son cristianos como su prioridad y razón de ser. En los países de mayoría cristiana su presencia se justifica sólo por especiales necesidades de evangelización como por ejemplo la falta o escasez de sacerdotes y agentes de pastoral locales o la presencia de ambientes socioculturales prácticamente no evangelizados. (Constituciones PIME n.3) Es por esta razón que el PIME traNuestra Realidad

baja desde 1993 en la Arquidiócesis de Acapulco en la que de 1978 a 2005 se llamaba misión y ahora es parroquia San Agustín. Se trata de un área indígena de idioma Mixteco que abarca a los pueblos de Cuanacaxtitlán, Yoloxóchitl y Arroyo Cumiapa en la montaña

de la Costa Chica de Guerrero. Esta presencia del PIME se inserta en el esfuerzo misionero de la Arquidiócesis de Acapulco para llevar la luz del Evangelio a los pueblos indígenas en su territorio. En

esta labor han trabajado y siguen trabajando, además del PIME, los Religiosos Franciscanos y las Misioneras Franciscanas de San José en Xochistlahuaca y Tlacoachistlahuaca entre los Amuzgos, los sacerdotes diocesanos y las Misioneras Catequistas de San José en la Concordia. Fieles a su carisma, los institutos misioneros han emprendido su camino prefiriendo con espíritu de fe, obediencia y comunión con los propios pastores, los lugares más humildes y difíciles. (RM 66) La situación actual de los pueblos indígenas está bien representada en el reciente documento conclusivo de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Aparecida. “Los indígenas constituyen la población más antigua del Continente. Están en la raíz primera de la identidad latinoamericana y caribeña ... Los indígenas y afroamericanos son, sobre todo, “otros” diferentes, que exigen respeto y reconocimiento. La sociedad tiende a menospreciarlos, desconociendo su diferencia. Su situación social está marcada por


Los indígenas y afroamericanos emergen ahora en la sociedad y en la Iglesia. Este es un “kairós” para profundizar el encuentro de la Iglesia con estos sectores humanos que reclaman el reconocimiento pleno de sus derechos individuales y colectivos, ser tomados en cuenta en la catolicidad con su cosmovisión, sus valores y sus identidades particulares, para vivir un nuevo Pentecostés eclesial. Ya, en Santo Domingo, los pastores reconocieron que “los pueblos indígenas cultivan valores humanos de gran significación”; valores que “la Iglesia defiende... ante la fuerza arrolladora de las estructuras de pecado manifiestas en la sociedad moderna”; “son poseedores de innumerables riquezas culturales, que están en la base de

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la exclusión y la pobreza. La Iglesia acompaña a los indígenas y afroamericanos en las luchas por sus legítimos derechos. Hoy, los pueblos indígenas … están amenazados en su existencia física, cultural y espiritual; en sus modos de vida; en sus identidades; en su diversidad; en sus territorios y proyectos. Algunas comunidades indígenas se encuentran fuera de sus tierras porque éstas han sido invadidas y degradadas, o no tienen tierras suficientes para desarrollar sus culturas. Sufren graves ataques a su identidad y supervivencia, pues la globalización económica y cultural pone en peligro su propia existencia como pueblos diferentes. Su progresiva transformación cultural provoca la rápida desaparición de algunas lenguas y culturas. La migración, forzada por la pobreza, está influyendo profundamente en el cambio de costumbres, de relaciones e incluso de religión.

nuestra identidad actual”; y, desde la perspectiva de la fe, “estos valores y convicciones son fruto de ‘las semillas del Verbo’, que estaban ya presentes y obraban en sus antepasados”. Entre ellos podemos señalar: “Apertura a la acción de Dios por los frutos de la tierra, el carácter sagrado de la vida humana, la valoración de la familia, el sentido de solidaridad y la corresponsabilidad en el trabajo común, la importancia de lo cultual, la creencia en una vida ultra terrena”. Actualmente, el pueblo ha enriquecido estos valores ampliamente por la evangelización, y los ha desarrollado en múltiples formas de auténtica religiosidad popular. (DA 88 – 93) En particular en la región de la misión San Agustín el PIME se ha enfrentado desde el inicio con grandes desafíos en el campo de la promoción humana, económica, social y pastoral. Al principio la falta de infraestructuras básicas ha implicado un gran esfuerzo para construir los templos, las casas curales y los lugares para la catequesis y la enseñanza que no existían. En la pastoral social ha dado particular resultado la promoción de los consultorios médicos y de la caja de ahorro. Cuanacaxtitlán ahora cuenta con un servicio medico, dispensario y farmacia y una cooperativa de ahorro y préstamo

que de forma autónoma y económicamente autosuficiente proporcionan servicios a la población que de otra manera quedaría desamparada. En este aspecto el consultorio San Agustín y la caja de ahorro Chinde’etanyo SC podrían servir como modelo para otros lugares necesitados de la Arquidiócesis. Concientes que “hay que darle particular importancia a la más grave destrucción en curso de la ecología humana” (Centesimus Annus 38) hemos intentado concientizar a los hermanos campesinos indígenas de la suma importancia que tiene el cuidado del medio ambiente de la contaminación y deforestación irracionales. Sin embargo la necesidad de sembrar la tierra para alimentarse y la falta de medios económicos alternativos a la agricultura y ganadería sigue poniendo en serio peligro los pocos recursos naturales que quedan sin explotar. En el ámbito mas especifico de la evangelización el esfuerzo del PIME ha sido de promover la catequesis escolarizada de iniciación cristiana para todos los niños y la formación de catequistas y agentes de pastoral. Los obstáculos que han dificultado esta tarea han sido el idioma Mixteco, que no tiene una literatura propia, el analfabetismo y la emigración Nuestra Realidad


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masiva de los jóvenes que salen a para la animación misionera de la estudiar o a buscar empleo a otras diócesis. Esta vocación conserva partes del país o a Estados Uni- todavía toda su validez: represendos. Este fenómeno sigue privan- ta el paradigma del compromiso do a la iglesia y a la sociedad en misionero de la Iglesia, que siemgeneral de recursos humanos im- pre necesita donaciones radicales portantes. El proceso de encultu- y totales, impulsos nuevos y varación del Evangelio en el medio lientes. indígena todavía tiene que desarrollarse mucho y es por esto que Su Santidad Benedicto XVI ha hemos tomado como prioridad el confirmado que la misión ad genaprendizaje del idioma local para tes se abre a nuevas dimensiones: todos los misioneros que trabajan “El campo de la Misión ad gentes con los indígenas. Estamos con- se ha ampliado notablemente y no cientes que “es prioritario hacer se puede definir sólo basándose traducciones católicas de la Biblia en consideraciones geográficas o y de los textos litúrgicos en sus idiomas.” (DA 94) Solamente si logramos presentar a los pueblos indígenas el mensaje de Jesús en La “vocación misionera su idioma podrá, no solamente especial que tiene como modelo ser entendido y aceptado, sino la de los Apóstoles: se manifiesta hecho propio.

en el compromiso total en el servicio La presencia de Institutos de la evangelización; se trata de una misioneros en las iglesias loentrega que abarca toda la persona y cales como la Arquidiócesis toda la vida del misionero, exigiendo de Acapulco representa una de él una donación sin limites de oportunidad para enriquecerse fuerzas y de tiempo.” mutuamente. El PIME y los misioneros en general siempre reciben de los pueblos que los acogen más de lo que pueden dar. Ha sido grande el enriquecimiento humano y espiritual que deriva de la colaboración con los obispos, sacerdotes y laicos de la diócesis. La fe y la esperanza sencillas y a la vez profundas de los indígenas y campesinos de Costa Chica nos animan a perseverar en la “vocación misionera especial que tiene como modelo la de los Apóstoles: se manifiesta en el compromiso total en el servicio de la evangelización; se trata de una entrega que abarca toda la persona y toda la vida del misionero, exigiendo de él una donación sin limites de fuerzas y de tiempo.” (RM 66) A partir de la vocación misionera ad gentes queremos también trabajar Nuestra Realidad

jurídicas. En efecto, los verdaderos destinatarios de la actividad misionera del pueblo de Dios no son sólo los pueblos no cristianos y las tierras lejanas sino también los ámbitos socioculturales y, sobre todo, los corazones”. (Benedicto XVI, Discurso a las OMPE, 5 de mayo de 2007) Al mismo tiempo, los obispos nos recuerdan que el mundo espera de nuestra Iglesia latinoamericana un compromiso más significativo con la misión universal en todos los Continentes. Para no caer en la trampa de encerrarnos en nosotros mismos, debemos formarnos como discípulos misioneros sin fronteras, dispuestos a ir “a la otra

orilla”, aquélla en la que Cristo no es aún reconocido como Dios y Señor, y la Iglesia no está todavía presente. Los discípulos, quienes por esencia somos misioneros en virtud del Bautismo y la Confirmación, nos formamos con un corazón universal, abierto a todas las culturas y a todas las verdades, cultivando nuestra capacidad de contacto humano y de diálogo. Estamos dispuestos con la valentía que nos da el Espíritu, a anunciar a Cristo donde no es aceptado, con nuestra vida, con nuestra acción, con nuestra profesión de fe y con su Palabra. (DA 375 - 377) El Instituto PIME, animado por la muestra de generosidad y apertura misionera de los sacerdotes colombianos de la diócesis de Sonson-Rionegro que colaboran con nosotros en México, se pone al servicio de todos aquellos sacerdotes y laicos que quieran llevar el anuncio de Cristo resucitado afuera de los confines de Guerrero para alcanzar otros países y culturas. Con nuestro humilde trabajo los misioneros del PIME queremos seguir recordando a la diócesis y de manera especial a sus sacerdotes que la fe se fortifica dándola y es preciso que entremos en nuestro continente en una nueva primavera de la misión ad gentes. Somos Iglesias pobres, pero “debemos dar desde nuestra pobreza y desde la alegría de nuestra fe” y esto sin descargar en unos pocos enviados el compromiso que es de toda la comunidad cristiana. Nuestra capacidad de compartir nuestros dones espirituales, humanos y materiales, con otras Iglesias, confirmará la autenticidad de nuestra nueva apertura misionera. (DA 379) Más información en www.pime.org.mx


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Proyecto Aparecida Por: Pbro. Jesús Mendonza Zaragoza

INTRODUCCIÓN: RECOMENZAR DESDE CRISTO

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l Espíritu Santo ha hablado a la Iglesia a través del acontecimiento de Aparecida y la va conduciendo hacia la verdad plena. Este evento eclesial, ubicado en el caminar de la Iglesia latinoamericana y del Caribe nos da la oportunidad de mirarnos como discípulos misioneros del Señor. Es Él, Jesucristo, el centro de gravedad de este encuentro eclesial y del documento producido allí. Recomenzar desde Jesucristo (n. 41) es el eje fundamental de todo el documento. Encontrar al Señor, seguirlo y convertirse en misionero de su causa es el itinerario que tiene que seguir cada bautizado y toda la comunidad eclesial. El documento es un ejercicio contemplativo de la presencia de Jesucristo en nuestros pueblos. Lo reconocemos en nuestro pasado y lo miramos en el presente y lo vemos como nuestra esperanza. Aparecida propone un proyecto eclesial en el que cada bautizado se convierta en un discípulo misionero del Señor, con una tarea insustituible en este continente empobrecido. Todo debe recomenzar desde Cristo para que la Iglesia pueda cumplir su misión de manera cabal entre nuestros pueblos. 1. PUNTO DE PARTIDA: UNA REALIDAD QUE NOS INTERPELA Aparecida insiste en que los discípulos misioneros han de poner su mirda en la realidad y reconocer dentro de ella las interpelaciones del Señor. Es preciso “descubrir los signos de los tiempos a la luz del Espíritu Santo” (n. 33). En un contexto en el que “la realidad se ha vuelto para el ser humano cada vez más opaca y compleja” (n. 36) y en el que “la realidad ha traído aparejada una crisis de sentido” (n. 37), Aparecida nos recuerda las palabras de Benedicto XVI, en el sentido de que “sólo quien reconoce a Dios, conoce la realidad y puede responder a ella de modo adecuado y realmente humano”.

Esto significa que la Iglesia no puede ni debe evadir o disimular la realidad, sino insertarse en ella con toda la carga redentora que transmite con el poder del Evangelio. Cualquier proyecto pastoral responsable tiene que asumir la realidad en todo su espesor y con toda honestidad. Aparecida aborda de manera descriptiva la realidad sociocultural, la realidad socioeconómica, la realidad sociopolítica, la ecología y la presencia de los pueblos indígenas y afroamericanos. En este contexto, la Iglesia sigue siendo “reconocida socialmente, en muchas ocasiones, como una instancia de confianza y credibilidad” (n. 98) por las luces muy visibles que emite con su presencia y su aporte a los pueblos de estas tierras, como el esfuerzo por promover la dignidad humana, sobre todo de los pobres, la promoción de la justicia, los derechos humanos y la reconciliación entre los pueblos. Pero hay sombras que preocupan como el debilitamiento de la vida cristiana en el conjunto de la socie-

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dad, el escaso acompañamiento dado a los laicos en sus tareas sociales, la evangelización con poco ardor y con métodos caducos, el escaso sentido misionero en buena parte del clero, la débil vivencia de la opción preferencial por los pobres y el abandono de la Iglesia por parte de muchos católicos. El principio de la encarnación es para la Iglesia la clave para hacerse responsable de la realidad de los pueblos, porque el Espíritu le descubre allí sus interpelaciones y sus mociones. La fidelidad a Dios se juega en la honestidad ante la realidad, ante los procesos históricos y ante los acontecimientos ya que en corazón de la historia está actuando Cristo con el poder del Espíritu. Al análisis social sigue, siempre, el discernimiento de lo que el Espíritu dice a la Iglesia para que transmita la vida de Cristo a nuestros pueblos. 2. PUNTO DE LLEGADA: AL SERVICIO DE LA VIDA PLENA Los discípulos del Señor han sido enriquecidos con la vida nueva bautismal, que es la vida trinitaria, la vida eterna. A través de ellos, Jesús quiere hoy comunicar su vida a nuestros pueblos y ponerse al servicio de ellas, mediante su Palabra y los sacramentos, sobre todo, la Eucaristía que hace participar de la Vida eterna. 2.1 Dimensiones de la vida en Cristo Jesucristo es la plenitud de la vida que eleva la condición humana. “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en plenitud” (Juan 10, 10). “La vida en Cristo sana, fortalece y humaniza. (…) La vida en Cristo incluye la alegría de comer juntos, el entusiasmo por progresar, el gusto de trabajar y de aprender, el gozo de servir a quien nos necesite, el contacto con la naturaleza, el entusiasmo de los proyectos comunitarios, el placer de una sexualidad vivida según el Evangelio, y todas las cosas que el Padre nos regala como signos de su amor sincero. Podemos encontrar al Señor en medio de las alegrías de nuestra limitada existencia, y así brota una gratitud sincera” (n. 357). 2.2 Al servicio de una vida plena para todos “Las condiciones de vida de muchos abandonados, excluidos e ignorados en su miseria y su dolor, contradicen este proyecto del Padre e interpelan a los creyentes a un mayor compromiso a favor de la cultura de la vida. El Reino de vida que Cristo vino a traer es incompatible con esas situaciones inhumanas. (…) Tanto la preocupación por desarrollar estructuras más justas como por transmitir los valores sociales del Evangelio, se sitúan en este contexto de servicio fraterno a la vida digna” (n. 358). “El rico magisterio social de la Iglesia nos indica que no podemos concebir una oferta de vida en Cristo sin un dinamismo de liberación integral, de humanización, de reconciliación y de inserción social” (n. 359). Reflexionando nuestra fe

2.3 La misión para dar vida “El proyecto de Jesús es instaurar el Reino de su Padre. Por eso pide a sus discípulos: “¡Proclamen que está llegando el Reino de los cielos!” (Mt 10, 7). Se trata del Reino de la vida. Porque la propuesta de Jesucristo a nuestros pueblos, el contenido fundamental de esta misión, es la oferta de una vida plena para todos. Por eso la doctrina, las normas, las orientaciones éticas, y toda la actividad misionera de la Iglesia, debe dejar transparentar esta atractiva oferta de una vida más digna, en Cristo, para cada hombre y para cada mujer de América Latina y de El Caribe” (n. 361). La misión de la Iglesia equivale a dar vida. Y dar vida al modo del Señor. La evangelización tiene como contenido fundamental el Reino de la Vida transmitido en Cristo. La misión de la Iglesia consiste en promover la vida en Cristo de las personas y de los pueblos. Esa es la evangelización: anunciar a Cristo resucitado, quien venció el poder de la muerte para darnos la vida eterna que se traduce, históricamente, en mejores condiciones de vida para todos a la vez que en cada persona se acoge la vida como una gracia que hay que poner al servicio de los demás. 3. LA EXIGENCIA: UNA IGLESIA EN MISIÓN La Iglesia se constituye a partir de la misión, que es su sentido más original y decisivo. Aparecida hace un énfasis en el sentido de que hay que pasar “de una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera” (n. 370), precisamente porque esa es la piedra de toque para la renovación de la Iglesia. Es preciso abandonar toda inercia eclesiocéntrica para enfocar a la Iglesia desde la perspectiva de la misión del Señor. “El proyecto de Jesús es instaurar el Reino de su Padre. Por eso pide a sus discípulos: ‘¡Proclamen que está llegando el Reino de los cielos!’ (Mt 10, 7). Se trata del Reino de la vida. Porque la propuesta de Jesucristo a nuestros pueblos, el contenido fundamental de esta


3.2 Desinstalamiento y salir de las fronteras “La Iglesia necesita una fuerte conmoción que le impida instalarse en la comodidad, el estancamiento y en la tibieza al margen de los pobres del Continente. (…) Esperamos un nuevo Pentecostés que nos libre de la fatiga, la desilusión, la acomodación al ambiente; una venida del Espíritu que renueve nuestra alegría y nuestra esperanza. (n. 362). 3.3 Al calor del Espíritu Aparecida sabe que la misión no es producto de una decisión voluntarista. La misión es obra del Espíritu Santo y se activa en la medida en que la Iglesia se hace dócil a sus mociones. “Invocamos al Espíritu Santo para poder dar un testimonio de proximidad que entraña cercanía afectuosa, escucha, humildad, solidaridad, compasión, diálogo, reconciliación, compromiso con la justicia social y capacidad de compartir, como Jesús lo hizo. Él sigue convocando, sigue invitando, sigue ofreciendo incesantemente una vida digna y plena para todos. Nosotros somos ahora, en América Latina y El Caribe, sus discípulos y discípulas, llamados a navegar mar adentro para una pesca abundante. Se trata de salir de nuestra conciencia aislada y de lanzarnos

con valentía y confianza (parresía) a la misión de toda la Iglesia” (n. 363). El modelo de Iglesia que necesitamos tiene un sustento enormemente pneumatológico. Es el Espíritu el que renueva la Iglesia y conduce la Misión, es el gran protagonista. Esto significa que la Iglesia necesita estar a la escucha de lo que el Espíritu dice a través de un ejercicio continuo y serio de discernimiento. Así las cosas, el dinamismo espiritual, experimentado como vida en el Espíritu por cada discípulo misionero se convierte en una exigencia básica. ¿Qué implica?

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misión, es la oferta de una vida plena para todos. Por eso la doctrina, las normas, las orientaciones éticas, y toda la actividad misionera de la Iglesia, debe dejar transparentar esta atractiva oferta de una vida más digna, en Cristo, para cada hombre y para cada mujer de América Latina y de El Caribe” (n. 361). 3.1 La Iglesia como centro irradiador de vida La misión de la Iglesia se condensa en la proclamación del Reino que, en nuestro contexto se traduce en un Reino de Vida. La Iglesia al servicio del Reino es la Iglesia al servicio de la Vida. Se trata de una vida plena para todos. Aparecida insiste en que “necesitamos desarrollar la dimensión misionera de la vida en Cristo (…) Cada comunidad cristiana se convierte en un poderoso centro de irradiación de la vida en Cristo” (n. 362). En este sentido, la evangelización es entendida de manera integral y dinámica. Integra el ministerio de la Palabra (kerygma, catequesis y predicación), los signos litúrgicos (sacramentos) y la Caridad (el trabajo por el desarrollo integral, por la paz, por la justicia y los derechos humanos). En este sentido, tenemos que comprender que “todo proceso evangelizador implica la promoción humana y la auténtica liberación sin la cual no es posible un orden justo en la sociedad” (n. 399). Estamos ante una de las debilidades de nuestros procesos de evangelización que no logran traducir la vida en Cristo en mejores condiciones de vida para todos, especialmente para los pobres.

4. LAS IMPLICACIONES: LA CONVERSIÓN PASTORAL Y RENOVACIÓN ECLESIAL “Esta firme decisión misionera debe impregnar todas las estructuras eclesiales y todos los planes pastorales de diócesis, parroquias, comunidades religiosas, movimientos, y de cualquier institución de la Iglesia. Ninguna comunidad debe excusarse de entrar decididamente, con todas sus fuerzas, en los procesos constantes de renovación misionera, y de abandonar las estructuras caducas que ya no favorezcan la transmisión de la fe” (n. 365). 4.1 La conversión pastoral Deriva, en parte, de la conversión personal de los agentes de pastoral. Implica, para empezar, “escuchar con atención y discernir lo que el Espíritu está diciendo a las Iglesias a través de los signos de los tiempos en los que Dios se manifiesta” (n. 366). Requiere de comunidades de discípulos misioneros en torno a Jesucristo. Al modo de las primitivas comunidades (n. 368-369). Algunos aspectos más relevantes que requieren de una conversión pastoral para ser asumidos, son: 4.1.1 Los nuevos rostros de la pobreza Se trata de los migrantes, las víctimas de la violencia, desplazados y refugiados, víctimas del tráfico de personas y secuestros, desaparecidos, enfermos de VIH y de enfermedades endémicas, tóxicodependientes, adultos mayores, niños y niñas que son víctimas de la prostitución, pornografía y violencia o del trabajo infantil, mujeres maltratadas, víctimas de la exclusión y del tráfico para la explotación sexual, personas con capacidades diferentes, grandes grupos de desempleados/as, los excluidos por el analfabetismo tecnológico, las personas que viven en la calle de las grandes urbes, los indígenas y afrodescendientes, campesinos sin tierra y los mineros. “Ya no se trata simplemente del fenómeno de la explotación y opresión (de los pobres), sino de algo nuevo: la exclusión social. Con ella queda afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en la que se vive, pues ya no se está abajo, en la periferia o sin poder, sino que se está afuera. Los excluidos Reflexionando nuestra fe


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no son solamente ‘explotados’ sino ‘sobrantes’ y ‘desechables’” (n. 65). 10 4.1.2 Pastoral social orgánica e integral La Pastoral Social tiene que responder a los nuevos rostros de la pobreza. Esto requiere de una constante “lectura cristiana y una aproximación pastoral a la realidad de nuestro continente, aprovechando el rico patrimonio de la Doctrina Social de la Iglesia” (n. 403). Por otra parte, se ha de tener cuidado en que cada persona se convierta en sujeto de su propio desarrollo. También ha de contemplarse la opción de capacitar a los laicos para que intervengan en los asuntos públicos de cualquier naturaleza con una plena inspiración cristiana. Un aspecto que hay que integrar, de manera decidida, es el cuidado del medio ambiente. 4.1.3 Pastoral urbana Si las ciudades han ido absorbiendo a la mayoría de la población, es necesario poner una atención especial a la evangelización de la ciudad que tiene un alto significado cultural marcado por la modernidad y la postmodernidad. Ligado al tema de la ciudad están las comunicaciones sociales que tienen un inmenso impacto en las conciencias y en las conductas. No podemos prescindir de enfocar, también, a los areópagos modernos como “el mundo de las comunicaciones, la construcción de la paz, el desarrollo y la liberación de los pueblos, sobre todo de las minorías, la promoción de la mujer y de los niños, la ecología y la protección de la naturaleza” (n. 491). 4.2 Renovación eclesial Esta conversión pastoral, conducida por el Espíritu, lleva a “una renovación eclesial, que implica reformas espirituales, pastorales y también institucionales” (n. 367). El instrumento adecuado es el proyecto pastoral de la Diócesis, camino de pastoral orgánica, (que) debe ser una respuesta consciente y efiReflexionando nuestra fe

caz para atender las exigencias del mundo de hoy con “indicaciones programáticas concretas, objetivos y métodos de trabajo, de formación y valorización de los agentes y la búsqueda de los medios necesarios, que permiten que el anuncio de Cristo llegue a las personas, modele las comunidades e incida profundamente mediante el testimonio de los valores evangélicos en la sociedad y en la cultura” (n. 371). Aparecida traza algunos de los rasgos más visibles de esta renovación eclesial, que hay que ir dibujando en los proyectos diocesanos. 4.2.1 Renovar la parroquia La parroquia constituye una de las instituciones más sólidas que tiene la Iglesia, pero tienen que someterse a discernimiento para que se conviertan en verdaderas comunidades misioneras. Hay que pensar en la reforma de esta institución que aún puede ofrecer muchas posibilidades (n. 172). “Si queremos que las Parroquias sean centros de irradiación misionera en sus propios territorios, deben ser también lugares de formación permanente. Esto requiere que se organicen en ellas variadas instancias formativas que aseguren el acompañamiento y la maduración de todos los agentes pastorales y de los laicos insertos en el mundo” (n. 306). 4.2.2 Las comunidades eclesiales de base (y pequeñas comunidades) Como respuesta a las exigencias de la evangelización, junto con las comunidades eclesiales de base hay otras válidas formas de pequeñas comunidades, e incluso redes de comunidades, de movimientos, grupos de vida, de oración y de reflexión de la Palabra de Dios. Lo decisivo es que haya múltiples espacios comunitarios donde se puedan dar los procesos de formación de los discípulos misioneros al interior de la vida eclesial.

5. EL ITINERARIO: CUATRO EJES

Recomenzar desde Jesucristo es la propuesta teológica y pedagógica del Proyecto Aparecida. Tanto el discipulado y la misión tienen como punto de referencia a la persona de Jesucristo. Y se contempla la suerte y el futuro de nuestros pueblos a partir de la Vida en Cristo. La misión de la Iglesia tiene en el Señor su referencia fundamental. Hablamos de una propuesta pedagógica en cuanto que los itinerarios eclesiales tienen que estar sustentados en el mismo itinerario que siguió el Señor con sus discípulos. El modelo de Jesús se vuelve normativo para la Iglesia. Hablamos también de una propuesta teológica o, más bien, cristológica en cuanto que tiene como principio y como centro a la persona de Jesucristo. 5.1 Primer eje: Encuentro con Jesucristo La afirmación de Benedicto XVI, recogida por la V Conferencia de que ‘no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva’” (nn. 12 y 243), es crucial. Toda la vida cristiana y toda la pastoral de la Iglesia tienen que estar cimentadas en una experiencia espiritual de encuentro con el Resucitado. 5.2 Segundo eje: Vida en comunidad La experiencia espiritual y humana de comunión es fundamental para la vida cristiana, puesto que en ella se sustenta la vida eclesial y la misión. Nuestros fieles buscan comunidades cristianas, en donde sean acogidos fraternalmente y se sientan valorados, visibles y eclesialmente incluidos. Es necesario que nuestros fieles se sientan, realmente, miembros de una comunidad eclesial y corresponsables en su desarrollo.


5.4 Cuarto eje: Compromiso misionero La Iglesia tiene que salir hacia fuera de sus fronteras al encuentro de los alejados y de todos los que buscan a Dios. Por otra parte, en el proceso formativo, la misión es inseparable del discipulado, por lo cual no debe entenderse como una etapa posterior a la formación. El discípulo es, también, un misionero. 6. LOS INSTRUMENTOS: Un elemento original de Aparecida es que traza ya las líneas fundamentales de los itinerarios formativos para todos los llamados a ser discípulos misioneros. Habla de la “opción por la formación de los miembros de nuestras comunidades en bien de todos los bautizados, cualquiera que sea la función que desarrollen en la Iglesia” (n. 276). El modelo es Jesús que formó a los discípulos. El los invita a seguirle, los introduce en los misterios del Reino y, después de su muerte y resurrección los envía, con la fuerza del Espíritu a predicar la Buena Nueva. El estilo de Jesús se vuelve emblemático para cualquier proyecto formativo de la Iglesia. Se trata de una formación que arranque del anuncio kerygmático, integral y permanente, una formación de proceso con un acompañamiento adecuado, una formación que integre lo humano, lo espiritual, lo intelectual, lo pastoral y lo misionero. Así las cosas, tenemos a la vista dos instrumentos con valor universal:

6.1 La iniciación cristiana Ante una generalizada identidad cristiana débil y vulnerable en nuestras comunidades eclesiales, necesitamos afrontar el desafío con decisión, valentía y creatividad. “O educamos en la fe, poniendo realmente en contacto con Jesucristo e invitando a su seguimiento, o no cumpliremos nuestra misión evangelizadora. Se impone la tarea irrenunciable de ofrecer una modalidad operativa de iniciación cristiana” (n. 287). Se trata de un “catecumenado postbautismal” que arranca del anuncio kerygmático que pone en contacto con Jesucristo para llamar al discipulado hasta la maduración de la identidad cristiana. El discípulo se va transformando por la Palabra y los Misterios, capacitándose para transformar, a su vez, al mundo. Una tarea fundamental de la parroquia es iniciar en la vida cristiana (n. 293). Hay que entender que la iniciación cristiana no es optativa: es esencial e imprescindible. No es una tarea más que agobie a los pastores, sino que es la tarea de evangelizar de manera ordenada siguiendo un itinerario similar al del Señor con sus discípulos. Nadie madura su fe sin una iniciación bien estructurada e integral. 6.2 La formación permanente Sobre la base de una formación inicial que ha puesto los fundamentos de la vida cristiana, el discípulo sigue siendo discípulo toda la vida y sigue aprendiendo del Señor. En este sentido, la formación ha de ser permanente. Ahora es necesario fortalecer la identidad cristiana a través de la catequesis permanente, de la formación teológica y de la vida sacramental dentro de un entorno comunitario. Tiene que preparar a los bautizados a dar la cara a los desafíos que los nuevos entornos sociales, religiosos y culturales y los problemas políticos y económicos ponen a su fe.

7. UNA OPCIÓN TRANSVERSAL: POR LOS POBRES La opción preferencia por los pobres es eclesial en cuanto que atraviesa a toda la Iglesia. Esto significa que es transversal, puesto que todos los discípulos misioneros tenemos que asumir esta opción en todas las tareas eclesiales. No se trata de una opción optativa, sino esencial. “la opción preferencial por los pobres está implícita en la fe cristológica en aquel Dios que se ha hecho pobre por nosotros, para enriquecernos con su pobreza. Esta opción nace de nuestra fe en Jesucristo, el Dios hecho hombre, que se ha hecho nuestro hermano (cf. Hb 2, 11-12). Ella, sin embargo, no es ni exclusiva, ni excluyente” (n. 392). “La Iglesia está convocada a ser “abogada de la justicia y defensora de los pobres” ante “intolerables desigualdades sociales y económicas”, que “claman al cielo”. Tenemos mucho que ofrecer, ya que “no cabe duda de que la Doctrina Social de la Iglesia es capaz de suscitar esperanza en medio de las situaciones más difíciles, porque si no hay esperanza para los pobres, no la habrá para nadie, ni siquiera para los llamados ricos” (n. 395). CONCLUSIÓN: HACIA UNA MISIÓN CONTINENTAL El gran proyecto de Aparecida se sintetiza en despertar a la Iglesia para un gran impulso misionero. Se convoca a una Misión Continental que ponga a la Iglesia en estado permanente de misión para transmitir la Vida de Cristo a todos, de manera que podamos aportar lo nuestro para que nuestros pueblos tengan mejores condiciones de vida por los senderos de la justicia y de la libertad de los hijos de Dios.

Reflexionando Nuestra Fe

En camino

5.3 Tercer eje: Discipulado En el ámbito de la comunidad cristiana, se da el proceso de conversión como seguimiento del Señor. Hacer discípulos llega a ser una perspectiva fundamental del quehacer eclesial pues ahí se concreta la misión: “Hagan discípulos míos” (Mateo 28, 19). Catequesis, signos litúrgicos y vida fraterna van configurando el rostro de los discípulos del Señor.

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TEMA I LOS DISCÍPULOS Y MISIONEROS CANTO IGLESIA PEREGRINA Todos unidos formando un solo cuerpo un pueblo que en la Pascua nació miembros de Cristo en sangre redimidos Iglesia peregrina de Dios. Vive en nosotros la fuerza del Espíritu que el Hijo desde el Padre envió Él nos empuja nos guía y alimenta, Iglesia peregrina de Dios. SOMOS EN LA TIERRA SEMILLA DE OTRO REINO SOMOS TESTIMONIO DE AMOR PAZ PARA LAS GUERRAS Y LUZ ENTRE LAS SOMBRAS; IGLESIA PEREGRINA DE DIOS. (2) ORACIÓN Les invitamos a ponernos en la presencia del Señor diciendo juntos la oración siguiente:Acción de gracias a Dios Bendito sea Dios Padre de nuestro Señor Jesucristo, el Dios de la alianza, rico en misericordia, que nos ha amado primero inmerecidamente, nos ha amado a cada uno de nosotros; por eso lo bendecimos, animados por el Espíritu Santo, alma y vida de la Iglesia. Él que ha sido derramado en nuestros corazones, y nos fortalece con sus dones en nuestro camino de discípulos y misioneros. Amén. (No. 23) Subsidios Pastorales

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INTRODUCCIÓN

a Iglesia está llamada a repensar profundamente y relanzar con fidelidad y audacia su misión en las nuevas circunstancias latinoamericanas, mundiales y parroquiales. No puede replegarse frente a quienes sólo ven confusión, peligros y amenazas, o de quienes pretenden cubrir la variedad y complejidad de situaciones con una capa de ideologismos gastados o de agresiones irresponsables. Se trata de confirmar, renovar y revitalizar la novedad del Evangelio arraigada en nuestra historia desde nuestra realidad, con un encuentro personal y comunitario con Jesucristo, que suscite discípulos y misioneros. Ello no depende tanto de grandes programas y estructuras, sino de hombres y mujeres nuevos que encarnen dicha tradición y novedad, convencidos que como discípulos y misioneros de su Reino, son también protagonistas de vida nueva para una América Latina que desde nues-


LLUVIA DE IDEAS Compartir un hecho significativo que hallamos descubierto en este momento en que nuestra diócesis se encuentra (análisis de la realidad hacia el V plan de pastoral diocesano). PROFUNDIZACIÓN El Evangelio de Marcos nos muestra cómo Cristo llama a los que Él quiso para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar dándoles poder (Mc.3, 1315). Quienes se sintieron atraídos por la sabiduría de sus palabras, por la bondad de su trato y por el poder de sus milagros, por el asombro inusitado que despertaba su persona, acogieron el don de la fe y llegaron a ser discípulos de Jesús. Así mismo nos ocurre también a nosotros al mirar la realidad de nuestros pueblos y de nuestra Iglesia, con sus valores, limitaciones, sus angustias y esperanzas, no queremos mirar la realidad olvidando a Jesucris-

Damos gracias por todos los dones recibidos: El don de la palabra, el llamarnos amigos, el don de la 13 Eucaristía pan de vida eterna, por el sacramento del perdón, el darnos a María Madre de Dios y Madre de la Iglesia.

En camino

tras comunidades quiere reconocerse con la luz y la fuerza del Espíritu; por eso nuestra Iglesia particular no tiene otra dicha y felicidad que ser instrumento, para que Jesucristo sea encontrado, seguido, amado, adorado, anunciado y comunicado a todos, no obstante todas las dificultades y resistencias. Éste es el mejor servicio-¡su servicio!- que la Iglesia tiene que ofrecer a las personas para infundirles siempre esperanza y consuelo.

El encuentro con Cristo es motivo de gran “alegría por ser discípulos y misioneros” porque “ser cristiano no es una carga sino un don”. Este gozo “es una certeza que brota de la fe”, to o poniéndolo entre paréntesis, porque encontrar a Jesús “es lo porque sin él “toda la realidad se mejor que nos ha ocurrido en convierte en una cuestión que no la vida” y darlo a conocer con se entiende”. nuestra palabra y obras es nuestro gozo. Para nosotros Jesucristo es el rostro humano de Dios y el único La misión de la Iglesia es Salvador, que nos aclara el senti- Evangelizar do de la realidad: si no conoce- Dios ha amado tanto a nuestro mos a Dios en Cristo y con Cris- mundo que nos ha dado a su to, no hay camino y al no haber Hijo. Él anuncia la Buena Nueva camino, no hay vida ni verdad. del Reino de Dios a los pobres y a los pecadores. Así la Iglesia debe Se destaca además la iniciativa cumplir su misión siguiendo los del amor de Dios que es lo pri- pasos de Jesús y adoptando sus mero que hay que tener en cuen- actitudes (cf. Mt.9, 35-36) “anunta: “El Dios de la alianza rico en ciamos a nuestros pueblos que misericordia, nos ha amado pri- Dios nos ama, que su existencia mero, inmerecidamente nos ha no es una amenaza para el homamado a cada uno de nosotros. bre” y que los cristianos “somos Por eso lo bendecimos animados portadores de buenas noticias por el Espíritu Santo alma y vida para la humanidad y no profetas de la Iglesia... Esta experien- de desventura” (30) por eso se cia de amor se debe comunicar contempla a Jesús como Modelo a todos los hermanos, para dar de pobre y de servidor (31), ahí gracias por que nos ha “llamado donde se reconoce la dignidad a ser instrumentos de su Reino de todos los seres humanos. de amor y vida, de justicia y de paz”. Subsidios Pastorales


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densas las sombras, y Tú eres la Luz; en nuestros corazones se insinúa la desesperanza, y Tú los haces arder con la certeza de la Pascua. Estamos cansados del camino, pero Tú nos confortas en la fracción del pan para anunciar a nuestros hermanos que en verdad Tú has resucitado y que nos has dado la misión de ser testigos de tu resurrección.

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Quédate con nosotros, Señor, cuando en torno a nuestra fe católica surgen las nieblas de la duda, del cansancio o de la dificultad: Tú, que eres la Verdad misma como revelador del Padre, ilumina nuestras mentes con tu Palabra; ayúdanos a sentir la belleza de creer en Ti.

TRABAJO EN GRUPOS

Leer los números del 28 al 32 del Documento de Aparecida y escribir dos hechos en donde se reconozca lo que Dios ha hecho en nuestra comunidad. PLENARIO ORACIÓN FINAL Tomar los hechos descubiertos por escrito en los grupos y cantar el Magnificat: YO CANTO AL SEÑOR Unidos a todos los pueblos, cantamos al Dios que nos salva. Yo canto al Señor porque es grande me alegro en el Dios que me salva, feliz me dirán las naciones, en mí descansó su mirada. NOTA: También se puede agregar la oración del documento. QUÉDATE CON NOSOTROS Quédate con nosotros, Señor, acompáñanos aunque no siempre hayamos sabido reconocerte. Quédate con nosotros, porque en torno a nosotros se van haciendo más Subsidios Pastorales

Quédate en nuestras familias, ilumínalas en sus dudas, sostenlas en sus dificultades, consuélalas en sus sufrimientos y en la fatiga de cada día, cuando en torno a ellas se acumulan sombras que amenazan su unidad y su naturaleza. Tú que eres la Vida, quédate en nuestros hogares, para que sigan siendo nidos donde nazca la vida humana abundante y generosamente, donde se acoja, se ame, se respete la vida desde su concepción hasta su término natural. Quédate, Señor, con aquellos que en nuestras sociedades son más vulnerables; quédate con los pobres y humildes, con los indígenas y afroamericanos, que no siempre han encontrado espacios y apoyo para expresar la riqueza de su cultura y la sabiduría de su identidad. Quédate, Señor, con nuestros niños y con nuestros jóvenes, que son la esperanza y la riqueza de nuestro continente, protégelos de tantas insidias que atentan contra su inocencia y contra sus legítimas esperanzas. ¡Oh buen Pastor, quédate con nuestros ancianos y con nuestros enfermos! ¡Fortalece a todos en su fe para que sean tus discípulos y misioneros!


CANTO DANOS UN CORAZÓN (Evangelizar Cantando No. 647) DANOS UN CORAZÓN GRANDE PARA AMAR, DANOS UN CORAZÓN FUERTE PARA LUCHAR. Hombres nuevos creadores de la historia constructores de nueva humanidad hombres nuevos que viven la existencia como riesgo de un largo caminar. Hombres nuevos luchando en esperanza, caminantes sedientos de verdad. Hombres nuevos sin frenos ni cadenas, hombres libres que exigen libertad. ORACIÓN Junto del que sufre y del que llora, junto del que vive en soledad, junto del pequeño y oprimido porque vez en él un Cristo más.

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INTRODUCCIÓN

uestra realidad actual está marcada por grandes cambios, que afectan a todo el mundo, una realidad que se nos hace mas difícil de comprender, por complicada y una realidad complicada puede producirnos una crisis de sentido, nuestra iglesia particular esta convencida y por eso se une a esta afirmación: Sólo quien reconoce a Dios, conoce la realidad y puede responder a ella de modo adecuado y realmente humano, el discípulo, fundamentado así en la roca de la palabra de Dios, se siente impulsado a llevar la Buena Nueva de la salvación de los hombres, el discípulo sabe que sin Cristo no hay luz, no hay esperanza, no hay amor, no hay futuro. Aterrizado a nuestra Iglesia particular, conviene colmar la notable ausencia, en el ámbito político, comunicativo y universitario, de voces e iniciativas de líderes católicos de fuerte personalidad y de vocación abnegada, que sean coherentes con sus convicciones éticas y religiosas, por eso la arquidiócesis anima a los

Junto del de la mirada perdida, junto del que vive sin hogar, junto del que pasa hambre y frío, porque ves en él un Cristo más. Junto a la Cruz estabas tú y ahora vives junto a nuestra cruz, porque tú nunca te cansaras de amar, ni de consolar nuestro dolor. Nos sentamos y en silencio contemplamos la realidad que hemos escuchado de nuestro mundo. Después con el de al lado compartimos desde Cristo ¿cuál es nuestra esperanza? Subsidios Pastorales

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TEMA 2 mirada de los discípulos misioneros sobre la realidad

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pastores que no olviden su compromiso misionero, recordando a los laicos su responsabilidad y su misión de llevar la luz del Evangelio a la vida publica, cultural, económica y política; con otras palabras, la presencia de Dios, la amistad con el Hijo de Dios encarnado, son siempre condiciones fundamentales para la presencia y eficacia de la justicia y el amor en nuestras comunidades. PROFUNDIZACIÓN La realidad que nos interpela como discípulos y misioneros. El análisis de la realidad resalta ante todo que los grandes cambios de esta época “afectan al mundo entero” la llamada “globalización”, un factor determinante de estos cambios es la ciencia y la tecnología “con su gran capacidad de crear una red de comunicaciones de alcance mundial” y con gran velocidad. Por eso el que quiera estar al día y entender lo que pasa, “necesita siempre más información” si quiere ejercer sobre la realidad. Pero al estar bombardeados por tantos datos, El ser humano le cuesta ver la unidad de todo esto, y termina mirando la realidad desde un sólo punto de vista, la economía, la ciencia, desde la necesidad de entretenimiento, etc. Como si eso fuera lo único que existe. Esto deja a las personas insatisfechas y las hace sentir indefensas ante un mundo que las supera por todas partes. El gran problema es que en medio de tanta variedad que ofrece el mundo de hoy, las personas no llegan a descubrir el sentido más profundo de la vida. Los medios de comunicación entretienen, invaden todo, y debilitan la gran fuerza Subsidios Pastorales

que tenía la religiosidad popular para transmitir la fe y los grandes valores.

Hay ideologías que reducen la importancia de la familia y el cuidado de la vida humana. De manera especial la de género, según la cuál cada uno puede escoger su orientación sexual, sin tomar en cuenta las diferencias dadas por la naturaleza humana. ORACIÓN FINAL TU ME LLAMASTE Señor, tú me llamaste para ser instrumento de tu gracia, para anunciar la Buena Nueva, para sanar las almas. Instrumento de paz y de justicia, pregonero de todas tus palabras, agua para calmar la sed hiriente, mano que bendice y que ama. Señor, tú me llamaste para curar los corazones heridos, para gritar, en medio de las plazas, que el Amor está vivo, para sacar del sueño a los que duermen y liberar al cautivo. Soy cera blanda entre tus dedos, haz lo que quieras conmigo. Señor, tú me llamaste para salvar al mundo ya cansado, para amar a los hombres que tú, Padre, me diste como hermanos. Señor, me quieres para abolir las guerras, y aliviar la miseria y el pecado; hacer temblar las piedras y ahuyentar a los lobos del rebaño. Amén.


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a Comisión Diocesana de Misiones de Acapulco (CoDiMi), que se ha constituido para la animación y sensibilización misionera de la diócesis y de sus agentes de pastoral propone a los lectores de la revista En Camino una serie de tres temas de formación misionera: COMUNIDAD discípula de Jesús, PENTECOSTÉS Comunidad llevada por el Espíritu, EVANGELIZACION Comunidad misionera para la humanidad. Estos temas son parte del instrumento de trabajo para la participación en el tercer Congreso Americano Misionero CAM 3 y octavo Congreso Misionero Latinoamericano COMLA 8 que se llevará a cabo en Ecuador del 12 al 17 de agosto de 2008 y que tiene como tema central: La Iglesia en discipulado Misionero. Los Congresos Americanos Misioneros o CAM, nacidos por iniciativa de las OPME de México, se han constituido en el referente de la animación y formación misionera de América, inclusive han influido en la dimensión misionera de la Iglesia Latinoamericana, pues, varias de sus propuestas han sido tomadas en cuenta por la Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano. Se han constituido, por tanto, en una respuesta a la conciencia misionera “Ad Gentes”. En este sentido, los CAM-COMLA son eventos de trascendencia e importancia para el caminar misionero de América, por cuanto han despertado y han animado a muchas Iglesias particulares a acrecentar su dinamismo misionero y a enviar misioneros “más allá de sus fronteras”, “dando desde su pobreza” (DP 368). Para los que quisieran profundizar mas sobre el CAM 3 COMLA 8 está disponible en Internet la pagina www.cam3ecuador.org que cuenta con muchos recursos y materiales.

DISCIPULADO COMUNIDAD DISCIPULA DE JESUS 59. Jesús, a fin de realizar la misión del Padre, escogió a los discípulos 17 para que estuvieran con Él, aprendieran de Él e iniciaran con Él la comunidad de la Iglesia, y luego de consumar su sacrificio pascual, encomendándoles el perpetuarlo en la Eucaristía, se manifestó a ellos como Resucitado, y en Pentecostés les envió su Espíritu para que anunciaran la Buena Nueva de la resurrección (cf. Jn 20,23) e hicieran “discípulos a todos los pueblos” (Mt 28,19) de manera que en Él “todos tengan vida”(Jn 10, 10).

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Por : Pbro. Massimo Segú, PIME.

La Iglesia en el Discipulado Misionero

1.- JESÚS, EL ENVIADO DEL PADRE, ENVÍA POR EL ESPÍRITU A SUS DISCÍPULOS 60. “Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna, Dios no envió a su Hijo al mundo para condenarlo, sino para salvarlo por medio de Él” (Jn 3, 16-17). 1.1.- El Dios de la Vida se hace presente en Jesús de Nazaret 61. Por el gratuito amor del Padre, el Hijo se encarnó, por obra del Espíritu Santo, en el vientre de María. Por ello Jesús es la manifestación y la realización más plena de la voluntad del Padre. Todo el propósito de su vida y misión tiene su sentido en el inmenso amor de Dios por toda la humanidad, Jesús, el Hijo amado que nos envía el Padre, se hace amor y se pone al alcance de todos. Al realizar el plan amoroso del Padre (cf. Ef 1, 3-14), Jesús nos invitó y quiso que seamos partícipes de ese proyecto de vida y amor que fluye de la misma bondad de Dios. 62. El Dios de la Vida se hace presente en la práctica salvadora de Jesús que se encontraba con los leprosos, los impuros, los pecadores... y mostraba que Dios estaba cerca de ellos y se hacía presente contagiando salud, vida, perdón y amor. Subsidios Pastorales


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63. El Dios de la Vida se manifestó, de modo sobresaliente, en las parábolas de la misericordia narradas por Jesús (cf. Lc 15). 64. El Dios de la Vida se mostró en la actitud orante de Jesús, en quien Dios se reveló, no solo como el santo de los santos, el innombrable, sino, ante todo, como Abbá, ¡papá querido! (Mt 11, 25-27). Solo Jesús que vivió la gran experiencia de comunión y filiación cotidiana con el Padre, pudo darnos tal revelación. 65. Por su Hijo, el Padre hizo presente todo su poder vivificante y liberador, de integración, reconciliación y misericordia, pues por Él devuelve en plenitud impensable lo que el ser humano había dilapidado con su pecado. Restituye una vida humana capaz de acoger la misma vida de Dios, fuente de nuevas relaciones con los otros en justicia y amor, y con todo lo creado. 66. Dios, en Jesús, sigue trasmitiendo su vida al mundo. Debido a su infinito amor, el Padre ha consagrado y enviado a Jesús al mundo. El se entregó a esta misión dando su vida entera, hasta su muerte en la cruz. En su entrega, nos ha revelado a Dios como Padre de todos, en misericordia, salvación y vida abundante. 1.2. La misión de Jesús 67. Jesús anuncia el Evangelio de la liberación y de la gracia, como buena noticia a los pobres, liberación a cautivos y oprimidos, don de vista y libertad para los ciegos e impedidos; y a todos les anuncia la sorpresiva misericordia salvífica de Dios, (Lc 4, 18-19), que nos hace amigos e hijos suyos. 68. Jesús realiza esta misión con su obra redentora que se prolonga en la Iglesia por Él fundada, y se concreta en un proyecto de discipulado, con el modelo y el ejemplo de su misma vida. 69. Jesús viene a nosotros, se hace epifanía, se hace peregrinación, pues “Dios está en peregrinación hacia el hombre. Dios mismo se ha puesto en camino hacia nosotros. Jesús no es sino Dios que, por decirlo así, sale de si mismo para venir al encuentro de la humanidad. Por amor se ha hecho historia en nuestra historia; por amor ha venido a traernos el germen de la vida nueva (cf. Jn 3, 3-6) y a sembrarla en los surcos de nuestra tierra, para que germine, florezca y dé fruto”. 70. En la vida histórica de Jesús, sus palabras y acciones están íntimamente entrelazadas, de forma que las palabras explican las acciones y éstas confirman las palabras. Esta es la radical coherencia del Hijo del hombre que “pasó haciendo el bien” (Hch 10,38), y enseñando la verdad. Así suscitaba la vinculación a Él como ‘Maestro” con capacidad de formar discípulos, cuya fe daba paso a progresivas confesiones de la identidad y la misión de Jesús. 71. Jesús, el Buen Pastor, quiere comunicarnos su vida y ponerse al servicio de la vida. Lo vemos cuando se acerca al ciego del camino (cf. Mc 10, 46-52), cuando dignifica a la samaritana (cf. Jn 4, 7-26), cuando sana a los enfermos (cf. Mt 11, 2-6), cuando alimenta al pueblo hambriento (cf. Mc 6, 30-44), cuando libera a los endemoniados (cf. Mc 5. 1-20). En su Reino de vida, Jesús incluye a todos: come y bebe con los pecadores (cf. Mc 2. 16), sin importarle que lo traten como a comilón y borracho (cf. Mt 11, 19); toca leprosos (cf. Lc 5, 13), deja que una mujer prostituta unja sus pies (cf. Lc 7, 36-50) y de noche recibe a Nicodemo para invitarlo a nacer de nuevo (cf. Jn 3, 1-15). Igualmente invita a sus discípulos a la reconciliación (cf. Mt 5. 24), al amor a los enemigos (cf. Mt 5, 44), a optar por los más pobres (cf. Lc 14, 15-24). Con esto se aparta de las rígidas leyes de la pureza exterior, perdona a los pecadores, haciéndoles partícipes de su santidad (Lc 15) Susidios Pastorles

72. Jesucristo es Camino, Verdad y Vida: Plenitud de vida que diviniza y humaniza: “Yo he venido para darles vida, y para que la tengan en plenitud” (Jn 10, 10); Camino que conduce a la aceptación de la cruz y a la resurrección; Verdad sobre Dios como también sobre las personas y la sociedad, que nos enseña a vivir con desprendimiento de nuestras propias ambiciones, contemplando a Dios y abrazando su plan de amor, entregando así nuestra vida para que otros vivan en Él. 1.3.- Jesús forma discípulos 73. Jesús comienza su misión evangelizadora no individualmente sino en comunidad. En efecto, llama a varios seguidores que constituyen una comunidad y se comprometen en la construcción del Reino. Ellos tienen que dejar todo lo que impide el seguimiento de Jesús, en respuesta a su llamado. 74. La elección de los discípulos forma parte fundamental del ministerio de Jesús. La llamada de Je-


todo lo que yo les he mandado. Y he aquí que yo estoy con ustedes todos los días hasta el Fin del mundo” (Mt 28, 18-20). “Jesús les dijo otra vez: 19 La paz con ustedes. Como el Padre me envió, también yo les envío. Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: Reciban el Espíritu Santo. A quienes perdonen los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos” (Jn 20, 2 1-23).

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sucristo al discipulado implica una 79. Jesús les enseña a cultivar gestos, opción fundamental por su persona sentimientos y actitudes humanique, a su vez, exige seguimiento de zantes; por ejemplo en la casa de Pesus actitudes, de su modo de ser y dro, Jesús demuestra disponibilidad relacionarse con Dios, con los demás para curar a la suegra del dueño de y con el mundo; implica abordar la casa; frente a las personas que están historia al estilo de Jesús. desorientadas expresa que siente 75. Jesús exige a sus discípulos par- pena y compasión de la gente porticipar de su estilo de vida: estar con que parecen ovejas sin pastor; exÉl de manera cotidiana; acompañán- presa cariño frente al joven rico; se dolo en su predicación de pueblo en pueblo; participando de sus alegrías y tristezas; orando permanentemente con Él; viendo e interpretando los signos del Reino; escuchando sus Jesucristo es Camino, parábolas y recibiendo explicaVerdad y Vida: Plenitud ción en privado de ellas... Todo esto, constituye un aprendizaje de vida que diviniza y y un configurarse con Cristo, humaniza: “Yo he venido tarea inacabada; porque los viejos moldes de pensamiento e para darles vida, y para que intereses personales y de grupo la tengan en plenitud” que los discípulos tenían, les impedían entender el estilo mesiáni(Jn 10, 10) co de Siervo Sufriente de Jesús. Por eso es que Jesús, según el evangelio de Marcos, tomó distancia de las multitudes para dedicar más tiempo alegra cuando los discípulos llegan a la formación de sus discípulos (cf. de sus primeras experiencias misioMc 8,31). neras: se indigna frente a los mercaderes del templo... 76. Jesús exige a sus discípulos que 80. Como si la tarea hubiera quedase desprendan de su egoísmo, por do inconclusa, Jesús resucitado les eso les dice “si alguno quiere venir enseña a los discípulos a acercarse a en pos de mí, que renuncie a sí mis- los que han perdido el horizonte, les mo, que cargue con su cruz y que me enseña a interpretar las Escrituras siga” (Mc 8,34). Negarse a sí mismo a la luz de su persona para que la es abrirse, entender al otro, hacerse Palabra pueda llegar al corazón: ahí cargo del hermano más necesitado les recuerda que la fracción del pan, y asumir la cruz como consecuencia partido en comunidad, es el signo del seguimiento de Jesús. y el gozo de su presencia (Lc 24.1377. Jesús dice que quien quiera “ser 35), que no la pueden represar en su el primero que sea el último de to- interior, sino que les impele a anundos y el servidor de todos” (Mc ciarlo a la Jerusalén del mundo. 9,35), por eso en la ultima Cena, Él 1.4. Los discípulos de Jesús enviados mismo lavó los pies como señal de a hacer discípulos humildad y abajamiento total hacia 81. Jesús ha enviado a sus discípuel otro. los a proclamar y comunicar la sal78. Jesús les enseña a que sean libres vación. “Jesús se acercó a ellos y les ante ciertas tradiciones de los mayo- habló así: Me ha sido dado todo pores, libres frente al ritualismo, libres der en el cielo y en la tierra: vayan, frente a la ley cuando estas se po- pues, y hagan discípulos a todas las nen sobre el ser humano y, al mismo gentes bautizándolas en el nombre tiempo, les pide que sean fieles a la del Padre y del Hijo y del Espíritu causa del Reino. Santo, y enseñándoles a guardar

82. Los discípulos en Pentecostés, se experimentan más íntima y profundamente unidos a Jesucristo, por eso ellos continúan la misma tarea del Maestro. Anuncian el kerigma de Jesucristo, muerto y resucitado, como Aquel en quien está la plenitud del Reino y como la persona que da sentido a la vida, los apóstoles realizaban muchos signos y prodigios en medio del pueblo: Pedro sana a un paralítico “no tengo plata ni oro pero te doy lo que tengo, en nombre de Jesucristo, el Nazareno, camina; y tomándolo de la mano derecha, lo levantó” (Hch 3,6-7). Pablo realizaba milagros extraordinarios (cf. Hch 19,1 -12). 83. El signo sacramento que los discípulos usaban por mandato de Cristo como señal para hacer nuevos discípulos era el bautismo; a través de la imposición de manos comunicaban el Espíritu Santo a los nuevos discípulos. Esto engendra una relación particular con Dios y da un nuevo valor a las relaciones interpersonales y comunitarias. Se formaban entonces pequeñas comunidades como signos vivientes de la presencia de la nueva fe que no conocía límites. Al escuchar la enseñanza de los apóstoles, vivían unidos y participaban en la fracción del pan y en las oraciones (cf. Hch 2 42-44); los miembros de estas comunidades, especialmente los pobres y los esclavos, encontraban un sentido de pertenencia y reconocimiento de la propia dignidad personal que constituía una verdadera alternativa. Entendieron la misión de Jesús como Subsidios Pastorales


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una tarea que había que llevar a todos los confines de la tierra; por ello se dio un fuerte movimiento misionero, que comenzó con Pedro, Juan, 20 Felipe, Santiago, las mujeres como María Magdalena, Salomé, testigos de la resurrección. Esto continuó con Bernabé, Pablo, Juan Marcos, Silas, Timoteo, Aquila y Priscila, Apolo, Crispo, entre otros, quienes fueron capaces de llevar la Buena Nueva de Jesucristo al mundo, a judíos y gentiles, a esclavos y libres, a varones y mujeres para que todos llegaran a ser uno en Cristo (cf. Gal 3,28). Pablo es el símbolo mayor de la tarea misionera. Fue el apóstol apasionado por Cristo, escogido por el Espíritu Santo para la misión entre los gentiles. Fue quien entendió en profundidad la novedad de Jesucristo. Como buen discípulo, hizo suyas las intenciones y deseos de Jesús. Por eso, fue capaz de anunciar a Jesús resucitado a tiempo y a destiempo (cf. 2 Tm 4,2), caminar cerca de 16.000 km y otros tantos en barco, en sus tres viajes misioneros y en el de la cautividad, asumir los peligros que suponía la misión itinerante (cf. 2 Cor 1, 16-29), preocuparse, sufrir e inquietarse por los problemas de las comunidades que aún estaban inestables (1 Tes 3,5. 2,18), escribir sus cartas de aliento y orientación. 87. La tarea misionera no está libre de conflictos y tensiones; conflictos al interior de las comunidades, por ejemplo el mismo Pablo a los Corintios les reclama que ellos no son ni de Pablo, ni de Cefas ni de Apolo sino de Cristo (cf. 1 Cor 1,12); conflictos entre los discípulos, unos porque tienen una tradición más judaizante y otros porque eran más abiertos a la gratuidad de Dios y la superación de la ley; conflictos con los judíos, conflictos con las autoridades locales; conflictos con el poder romano. 88. La consecuencia misionera es el martirio. El primero en aliar la voz y predicar a Cristo resucitado, que conoció la corona del martirio fue Subsidios pastorales

Esteban; luego le siguieron en este camino Santiago, Pedro y Pablo. Y a estos se suma otra larga lista de testigos anónimos, de los que nos habla el libro del Apocalipsis. 2.- EL DISCIPULADO MISIONERO HOY EN LA COMUNIDAD LOCAL 89. En su primera encíclica, “Redemptor hominis”, el Santo Padre Juan Pablo II afirma que “cada hombre, sin distinción alguna, está llamado a encontrar a Cristo”. En este camino, por lo tanto, “la Iglesia, que lo debe anunciar, no puede ser detenida por nadie”. 2.1.- La Comunidad Local en el mundo de hoy 90. La Iglesia actual ha encarnado en sí esta dimensión universal, esto es, la catolicidad que impulsa a ir a todo lugar en donde se encuentre el hombre. En el bautizado debe existir el ansia del apóstol, la conciencia de quien sabe que ha recibido una misión que no se acaba, sino va buscando nuevos caminos para hacer realidad el gozo trinitario presente en los hombres. Rema mar adentro, es el signo con el que la Iglesia ha iniciado la marcha en el tercer milenio. 91. Son características fundamentales suyas: el carácter ministerial al servicio del hombre; la solidaridad fraternal entre todas las Iglesias, el carácter kerygmático del primer anuncio, la atención a los cambios históricos, la constante búsqueda de la santidad y de la vida espiritual de los fieles. 92. Cuando la Iglesia reconoce su naturaleza universal y particular, entonces desarrolla nuevas dimensiones de la misión ad gentes: así se generan otras Iglesias particulares que a su vez nacen con la responsabilidad a la misión universal, en una realidad de comunión entre todas ellas. La Iglesia subsiste y se concreta en las Iglesias particulares que, en comunión entre ellas y bajo

el primado de Pedro, forman el universal Pueblo de Dios. 93. Efectivamente, la Iglesia particular es tal en cuanto expresa el Evangelio, la fe cristiana y los mismos ministerios según las particularidades culturales, sociales y religiosas del ambiente en el que están presentes. Las perspectivas abiertas por el Concilio Vaticano II son una estupenda realidad, porque hoy son convicción adquirida por el Pueblo de Dios. Cada Iglesia local debe ser misionera dentro y fuera de sus límites. Y además existe un intercambio pluridireccional de asistencia recíproca con las demás Iglesias, en la cual se comparten sus dones y sus expresiones de solidaridad. 94. La evangelización en sus múltiples aspectos no ha terminado, ni terminará hasta el fin del mundo, porque con cada generación nueva, la fe ha de ser trasmitida, en su realidad de verdad antigua que requiere un lenguaje siempre renovado. Además no podemos ignorar que en la encomendable labor evangelizadora de los tiempos pasados, dada la amplitud de los espacios y la escasez de evangelizadores, hubo lagunas, que aún deben ser atendidas. Tampoco podemos cerrar los ojos a los nuevos desafíos, que la sociedad de hoy hace a los creyentes. 95. El mundo actual está marcado por el proceso de secularización que, a través de complejas vicisitudes culturales y sociales, no sólo ha reivindicado una justa autonomía de la ciencia y de la organización social, sino que con frecuencia ha cancelado el vínculo de las realidades temporales con su Creador, llegando incluso a descuidar la salvaguardia de la dignidad trascendente del ser humano y el respeto de su misma vida. Hoy, sin embargo, la secularización, en la forma del secularismo radical, no satisface a los espíritus más conscientes y atentos. Esto significa que se abren espacios posibles y quizás nuevos, para un diálogo fe-


96. “… Incluso hombres que ya no se reconocen como miembros de la Iglesia o que han perdido incluso la luz de la fe siguen prestando atención a los valores humanos y a las contribuciones positivas que el Evangelio puede ofrecer al bien personal y social. 97. La Iglesia local debe ponerse en estado de misión para desplegarse en todas sus dimensiones: primer anuncio del Evangelio en los propios espacios o en otro, nueva evangelización, diálogo ecuménico e interreligioso, solidaridad con los hombres y defensa de su dignidad, especialmente de los más desprotegidos, diálogo con el mundo actual desde la óptica del Evangelio. Es la gran tarea que queda abierta para el presente: la edificación de una Iglesia local auténticamente misionera. 98. Es necesario, por tanto, dar un nuevo empuje a la pastoral de la Iglesia particular. Esto implica una renovación y una profundización en la propuesta pastoral misma, que tenga en cuenta la necesidad de una formación más profunda y sistemática sobre la naturaleza de la Iglesia a los agentes de Pastoral, que se exprese en la creatividad de sus expresiones teológicas, en la audacia de su renovación pastoral, en una catequesis envolvente de todo el pueblo de Dios, en la creatividad de su celebración litúrgica, en la creciente solidaridad de su caridad, en su lucha por una auténtica justicia y paz, y en una conciencia creciente por la conservación del medio ambiente. Hace falta que todo bautizado se esfuerce por conocer la sociedad y el mundo actual e informarse mejor acerca de la pobreza y la marginación. Si falta una educación o una formación adecuada de las conciencias pueden prevalecer con frecuencia falsos valores o informaciones desviadas

y aparecer pocos Buenos Samaritanos. 2.2.- Misioneros en y para la comunidad 99. Podemos decir que el imperativo misionero actual de la Iglesia, como lo expresaba Pablo VI al promulgar la Lumen Gentium, es “una hora luminosa” en la renovación conciliar, “ayer lentamente madurada, ahora esplendorosa, mañana ciertamente providencial en enseñanzas, en impulsos y avances para la vida de la iglesia”. 100. En esta línea, nuestros obispos en Puebla manifestaron: “Nos comprometemos a cumplir siempre con gozo, intrepidez y humildad el ministerio evangelizador, como tarea prioritaria del oficio episcopal en el camino abierto e iluminado por los insignes pastores y misioneros del continente”. 101. Puesto que la Iglesia particular debe poner de relieve su carácter misionero y la comunión eclesial, ha de comprometerse más con la misión ad gentes. En efecto, “las Iglesias particulares de América están llamadas a extender su impulso evangelizador más allá de sus fronteras continentales. No pueden guardar para sí las inmensas riquezas de su patrimonio

La iglesia tiene que proclamar la Buena Nueva mediante el testimonio. Todos los cristianos están llamados a este testimonio y, en este sentido, pueden ser verdaderos evangelizadores.

cristiano. Han de llevarlo al mundo entero y comunicarlo a aquellos que todavía lo desconocen”. 102. La iglesia tiene que proclamar la Buena Nueva mediante el testimonio. Todos los cristianos están llamados a este testimonio y, en este sentido, pueden ser verdaderos evangelizadores. La primera forma de testimonio es la vida santa del misionero, de la familia cristiana y de la comunidad eclesial. Por consiguiente, en la misión evangelizadora conviene tomar más en serio el hecho de que la santidad está al alcance de todos, como don de Dios, y que ella es el germen en el cual debería fundamentarse la programación pastoral de cada Iglesia particular. 103. El testimonio y anuncio de Cristo es central en la evangelización. Para ello, el misionero debe conocer y amar a fondo a Jesucristo, de modo que pueda seguirlo y anunciarlo con su propia vida. De este modo puede estimular en los destinatarios el conocimiento, el seguimiento y el discipulado. 104. La evangelización de la familia requiere esmerada y renovada dedicación en muchos aspectos fundamentales: como comunidad creyente y evangelizadora, viviendo y actuando según los designios de Dios; como comunidad íntima de vida y amor; como salvaguarda responsable de la vida en su totalidad. 105. Para una buena evangelización es menester preparar buenos catequistas, en los cuales es preciso cultivar el sentido de Iglesia y el sentido misionero, teniendo en cuenta lo que dice el Papa Pablo VI: “Mientras dure este tiempo de la Iglesia, es ella la que tiene a su cargo la tarea de evangelizar. Esta tarea que no se puede cumplir sin ella, ni mucho menos contra ella”. 2.3. Proceso de Formación de los discípulos 106. En el proceso de formación de discípulos misioneros conviene desSubsidios pastorales

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cundo con la sociedad y no sólo con los fieles, especialmente sobre temas importantes, como los que afectan a la vida”.

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tacar los cinco aspectos fundamentales señalados por el documento de Aparecida que aparecen de diversa manera en cada etapa del camino, pero que se compenetran íntimamente y se alimentan entre sí: 22 a) El Encuentro con Jesucristo: Es el Señor quien llama (Mc 1, 14; Mt 9, 9: Sígueme). Se ha de propiciar este encuentro que da origen a la iniciación cristiana, pero que debe renovarse constantemente por el testimonio personal, el anuncio del kerygma y la acción misionera de la comunidad. El kerygma no solo es una etapa, sino el hilo conductor de un proceso que culmina en la madurez del discípulo de Jesucristo. Sin el kerygma, los demás aspectos de este proceso están condenados a la esterilidad, sin corazones verdaderamente convertidos al Señor. Solo desde el kerygma se da la posibilidad de una iniciación cristiana verdadera. Por eso la Iglesia ha de tenerlo presente en todas sus acciones. b) La Conversión: Es la respuesta inicial de quien ha escuchado al Señor, cree en Él por la acción del Espíritu, se decide a ser su amigo e ir tras de Él, cambiando su forma de pensar y de vivir, aceptando la cruz de Cristo, consciente de que morir al pecado es alcanzar la vida. En el Bautismo y en el sacramento de la Reconciliación se actualiza para nosotros la redención de Cristo. c) El Discipulado: La persona madura constantemente en el conocimiento, amor y seguimiento de Jesús maestro, profundiza en el misterio de su persona, su ejemplo y su doctrina. Para ello son de fundamental importancia la catequesis permanente y la vida sacramental, que fortalecen la conversión inicial y permiten que los discípulos misioneros puedan perseverar en la vida cristiana y en la misión en medio del mundo que los desafía. d) La Comunión: No puede haber vida cristiana sino en comunidad: las familias, las parroquias, las comunidades de base, otras pequeñas comunidades y movimientos. Como los primeros cristianos, que se reunían en comunidad, el discípulo participa en la vida de la Iglesia y en el encuentro con los hermanos viviendo el amor de Cristo en la vida fraterna solidaria. También es acompañado y estimulado por la comunidad y sus pastores para madurar en la vida del Espíritu. e) La Misión: El discípulo, a medida que conoce y ama a su Señor, experimenta la necesidad de compartir con otros su alegría de ser enviado, de ir al mundo a anunciar a Jesucristo, muerto y resucitado, a hacer realidad el amor y el servicio en la persona de los más necesitados, en una palabra, a construir el Reino de Dios. La misión es inseparable del discipulado, por lo cual no debe entenderse como una última etapa de la formación, aunque se realice de diversas maneras de acuerdo a la propia vocación y al momento de la maduración humana y cristiana en que se encuentre la persona. Subsidios pastorales

2.4.-Actitudes del discípulo en misión 107. El discípulo necesita vivir en empatía con los valores religiosos y de humanidad presentes entre los hombres y mujeres de la tierra, en sus respectivas culturas, sabiendo que la cultura es aquella tierra fértil a la que la misión confía la semilla del Evangelio. El Evangelio será asimilado y cultivado por estas culturas en comunión con aquella comunidad eclesial misionera que ha aportado la Buena Nueva: esta comunidad eclesial para cumplir a perfección su labor misionera debe a su vez aprender de esos otros pueblos para inculturar allí los valores y la experiencia del evangelio. 108. Hay que decir la Palabra con verdad y humildad porque ha sido escuchada y acogida por la comunidad misionera y esta Palabra le ha dado vida, experiencia, felicidad; así se la comparte y anuncia sin pretensión e imposición. Hay que confiar en el tiempo de Dios para el bien de las personas y de los pueblos. Hay que dejarse quemar por el deseo de que Jesús sea conocido y amado. Hay que alegrarse y consolarse en la esperanza anticipada, como Simeón y Ana que proclaman al niño recién nacido “Luz para todas las naciones”, mirando con las amplias perspectivas de Dios (Lc 2, 25-38). 109. La comunidad misionera debe ser presencia y coherencia de valores evangélicos; debe ser una luz encendida que se da confiadamente en gratuidad, con la sola pretensión de estar unida a su Señor, y sentir y actuar como Él; debe ser una luz situada en un espacio de humanidad, cultura y religión. 110. Llamados a vivir interiormente impregnados de humanidad y universalidad, los creyentes y sus comunidades deben dar a todos los seres humanos cabida en su corazón. Tal modo de vivir se convierte en espiritualidad donde el quehacer cotidiano y toda relación


111. Es propio del cristiano ensanchar el amor hasta el deseo de hacerse anatema por los hermanos (Rom 9, 3). Este amor se hace levadura en la humanidad y en la Iglesia y siembra la misericordia y la salvación de Dios por caminos inusitados. La actividad misionera hacia la humanidad es la puerta para avanzar en la verdad, el amor, la esperanza, porque despoja de prejuicios ante las personas con su realidad y honradez. Las personas son distintas, nos sorprenden, pero en ellas está también su dignidad de hijas de Dios. Con su sola presencia plantean interrogantes para ciertas prácticas y tradiciones a las que estamos acostumbrados. 112. “Siento compasión” dice Jesús en un mundo donde hay hambre y sed de pan, de dignidad, de fe y de seguridad cierta. Misión del cristiano en medio del mundo es estar allí, compartiendo el dolor y la alegría que son muy concretos y con frecuencia se expresan con otros paradigmas humanos distintos a los nuestros. Primera tarea del cristiano es sentir “por la humanidad”, por todos, llevándolos en el corazón, sintiendo con Dios; siendo como Jesús: compasión vivificadora. 113. En este contexto, también es tarea del cristiano una silenciosa intercesión que por amor asume a todos para ponerlos en Dios. El cristiano se entrega y ama por todos; se siente humanidad y así lo vive. Más aún, cuando los frutos no se ven y se experimenta la impotencia o la violencia, el cristiano se une al obrar, silencioso, intercesor y acompañante de Jesús a favor de la humanidad toda, a través de la Presencia Eucarística, por la que se hace compañero de vida y camino de la comunidad. Con Cristo crucificado y resucitado el cristiano interce-

de permanentemente por la humanidad (Rom. 8,34; Jn 17; Lc 22, 31-32). 114. El misionero vive una espiritualidad pascual: En su muerte pascual Jesús realmente es solidario con la con23 dición humana; en su debilidad aceptó la limitación de ser criatura. Un titulo mesiánico privilegiado por Jesús en su ministerio público fue el de siervo de Dios, el siervo que sufre para dar la vida a los demás. Aceptando ser siervo obediente se reveló como Hijo obediente. 115. Vivir en diálogo, nacido de la contemplación de la obra del Espíritu Santo, es estar atento no solo a la obra del Espíritu al interior de la acción de la Iglesia, sino también a lo que El ha obrado y está obrando fuera de los límites visibles de la Iglesia entre los diversos pueblos del mundo, sus culturas y religiones. Este diálogo no es cuestión de una tolerancia dictada por el relativismo moderno ni una táctica oportunista sino más bien de un respeto profundo por la acción del Espíritu Santo entre los pueblos y su experiencia humana. Este diálogo supone actitudes de escucha, respeto, petición de perdón, y lleva a un compartir los dones recibidos de Dios. 116. Ser misioneros desde la pequeñez, la pobreza y el martirio no es algo marginal, refleja el dinamismo central del misionero pascual.

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y experiencia interpersonal alimentan la fe en Dios. Con profunda empatía el cristiano entra en diálogo con las personas concretas para colaborar en lo que no es común y para compartirles nuestras creencias en encuentro amistoso. De este modo, siempre acercándose y aprendiendo de los demás, incluso sin esperar correspondencia ni cansarse, el cristiano hace presencia y refleja la actitud cariñosa y misericordiosa de Dios.

117. El documento de Aparecida ha presentado las actitudes pastorales y misioneras del discípulo. Un auténtico camino cristiano llena de alegría y esperanza el corazón y mueve al creyente a anunciar a Cristo de manera constante en su vida y en su ambiente. Proyecta hacia la misión de formar discípulos y misioneros al servicio del mundo. Habilita para proponer proyectos y estilos de vida cristiana atrayentes, con intervenciones orgánicas y de colaboración fraterna con todos los miembros de la comunidad. Contribuye a integrar evangelización y pedagogía, comunicando vida y ofreciendo itinerarios pastorales acordes con la madurez cristiana, la edad y otras condiciones propias de las personas o de los grupos. Incentiva la responsabilidad de los laicos en el mundo para construir el Reino de Dios. Despierta una inquietud constante por los alejados y por los que ignoran al Señor en sus vidas”. Trabajemos juntos ¿Qué escucharon y aprendieron de Jesús los discípulos? ¿Cómo podemos nosotros hoy, escuchar a Jesús y aprender de Él? ¿Cuál fue la práctica misionera de los discípulos aprendida junto a Jesús? ¿Cómo es nuestra práctica de animación, formación y concientización misionera hoy? ¿Cómo influye la dimensión misionera en nuestra vivencia de Jesús?

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Semana de Juventud 2008 Jóvenes, los invitamos a vivir los valores fudamentales Mons. Juan Navarro

on ilusión y convencimiento estamos presentando el temario para la SEMANA DE JUVENTUD del presente año 2008. Son cinco temas sobre los valores fundamentales, buscando que los jóvenes tomen cada día mayor conciencia de su vida y de los valores esenciales como son la vida misma, el don de la fe, la familia, el estudio y el trabajo o actividad humana.

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En los meses de agosto y septiembre Es el segundo año que ofrecemos este temario de una Semana de Juventud a las parroquias y grupos juveniles, con el fin de apoyarlos en su tarea de orientar y formar a los jóvenes de su comunidad, para que cada día se conviertan en mejores discípulos y apóstoles de Jesucristo. En el equipo diocesano de Pastoral Juvenil proponemos que esta SEMANA DE JUVENTUD se realice en las parroquias entre los meses de agosto y septiembre, ya que en el mes de octubre las tres regiones Costa Grande, Acapulco y Costa Chica realizarán su Encuentro Juvenil Regional, al que serán invitados, en primer lugar, los jóvenes –ellos y ellas- que participen en la semana de juventud. Equipo Organizador Como el año pasado, también en 2008 se realizaron -entre los meses de abril y mayo- algunos talleres y retiros de capacitación para los agentes juveniles que dirigen los grupos y movimientos. Sugerimos que a partir de ellos y del equipo parroquial de pastoral juvenil, -si lo hay- y con otros agentes se forme el equipo especial para preparar y realizar la Semana de Juventud. Pedimos a los sacerdotes y demás agentes de pastoral en la parroquia que animen y acompañen a los agentes jóvenes en este proyecto de evangelización juvenil. No es fácil la pastoral juvenil, pero lo que invirtamos en ella de tiempo, esfuerzo o dinero, producirá siempre buenos frutos y una mejor pastoral parroquial en el futuro. A quienes les sea posible, les rogamos que pongan empeño y creatividad, que traten de formar dos o más centros donde se impartan los 5 temas de esta SEMANA DE JUVENTUD, y al final puedan tener una misa parroquial de clausura y una convivencia con todos los participantes. El objetivo de esta Semana quiere ofrecer orientación a los jóvenes, para que desarrollan sus capacidades y crezcan cada día en superación, de manera que vayan asumiendo compromisos de servicio en sus familias y en la comunidad; Subsidios pastorales

por este camino, se irán convirtiendo en verdaderos discípulos y apóstoles de Jesucristo. Un apunte sobre los temas: La vida es el valor fundamental, el valor primario. Si no hay vida, todo valor carece de sentido. La Vida es regalo gratuito de Dios, don y tarea que debemos cuidar desde la concepción, en todas sus etapas, hasta la muerte natural, sin relativismos” (DA 464). El valor de la fe. Por la fe somos llamados a ser discípulos de Jesús para vivir en comunidad. Jesús pide fe aunque sea tan pequeña como una semilla de mostaza (Mt. 17,20) La familia, Iglesia doméstica y célula básica de la sociedad, tiene la misión de custodiar, revelar y comunicar el amor y la vida, El estudio y la educación nos ayudan a transformar y mejorar la realidad que nos rodea, al mismo tiempo que cambiamos, nos transformamos y mejoramos nosotros mismos y a nuestros semejantes... El trabajo es una de las características que distinguen al ser humano del resto de las criaturas; solamente el hombre es capaz de trabajar; con ello da dignidad y sentido a su existencia. De este modo el trabajo lleva en sí un signo particular de la humanidad. Mons. Juan Navarro C. P. David Chávez Valencia 1. EL VALOR DE LA VIDA 1. OBJETIVO Valor mejor la vida humana, como don de Dios, frente a la cultura de la muerte, para respetarla, defenderla, promoverla y trabajar por construir la civilización del amor. 2. ORACIÓN Bendecimos a Dios por la dignidad de la persona humana, creada a su imagen y semejanza… Lo bendecimos por hacernos hijas e hijos suyos en Cristo, por habernos redimido con el precio de su sangre y por la relación permanente que establece con nosotros, que es fuente de nuestra dignidad absoluta, innegociable e inviolable.


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•La tendencia a afirmar en forma exagerada los derechos individuales y subjetivos; la ciencia y tecnología con su capacidad de manipular genéticamente la vida misma de los seres vivos, la colonización cultural, que traen otros 25 modelos culturales, etc. •El desprecio a la vida se manifiesta en la eliminación de los no nacidos (abortos), secuestros, homicidios, la eutanasia, suicidios, vivir una vida sin sentido, vivir en el estrés y la desesperanza, la violencia en todas sus formas, terrorismo, crimen organizado, narcotráfico, drogadicción, alcoholismo, prostitución, los anticonceptivos abortivos, la violencia intrafamiliar, tráfico de personas, daños a la biodiversidad, ecología, contaminación del agua, aire… Este fenómeno tiene múltiples causas: “la idolatría del dinero, el avance de una ideología individualista y utilitarista, el irrespeto a la dignidad de cada persona, el deterioro del tejido social, la corrupción incluso en las fuerzas del orden y la falta de políticas públicas de equidad social” (DA 78). Alabamos a Dios por el don maravilloso de la vida y por quienes la honran y la dignifican al ponerla al servicio de los demás… Bendecimos al Padre por el don de su Hijo Jesucristo “rostro humano de Dios y rostro divino del hombre” Bendecimos al Padre porque todo hombre abierto sinceramente a la verdad y al bien, aun entre dificultades e incertidumbres, puede llegar a descubrir en la ley natural escrita en su corazón el valor sagrado de la vida humana desde su inicio hasta su término natural, y afirmar el derecho de cada ser humano a ser respetado totalmente este bien primario suyo. En el reconocimiento de este derecho se fundamenta “la convivencia humana y la misma comunidad política” (DA 104, 106, 107,108). 3. VEAMOS La Vida es un valor fundamental. Cualquier valor necesita de la vida para hacerse realidad. Si no hay vida, todo valor carece de sentido. Pero ¿Cómo es que se vive el valor de la vida actualmente? Tenemos que hablar de el frente a la cultura de la muerte que se ha ido extendiendo en nuestra sociedad de manera vertiginosa. Los factores que han influido para que se desarrolle esta cultura de la anti-vida son: •El relativismo ético y el subjetivismo hedonista (búsqueda de placer, lo que me gusta, lo que me agrada), el individualismo, el materialismo: un mundo sin Dios y sin trascendencia. •El fenómeno de la globalización ha contribuido mucho a esta situación, porque promueve el afán de lucro y la competencia, concentrando el dinero y la riqueza en manos de pocos, provocando la exclusión social de las mayorías, juntamente con los medios de comunicación que proponen formas artificiales de felicidad, que no existen o son inalcanzables.

Ahora podemos preguntarnos: ¿Cómo se vive el valor de la vida en mi comunidad? ¿Qué signos y expresiones hay a favor y en contra de este valor fundamental de la vida? 4. PENSAR Ante esta realidad ¿qué nos dice la Sagrada Escritura y el magisterio de la Iglesia. La Sagrada Escritura nos dice: “Entonces el Señor Dios modeló al hombre con arcilla del suelo, sopló en su nariz aliento de vida y el hombre se convirtió en un ser vivo” (Gén. 2, 7). Dios es el autor de la vida que inspiro en el rostro del hombre un soplo. Él es el dueño de la vida y de la muerte (Deut 32, 39). El valor del quinto mandamiento de la Ley de Dios “NO MATARÁS” (Ex. 20,13) sigue vigente, y Cristo nos revela su sentido más pleno: “Han oído que se dijo a nuestros antepasados: No matarás; y el que mate será llevado a juicio. Pero yo les digo todo el que se enoje... ofenda… desprecie a su hermano será condenado al fuego que no se apaga” (Mt.5,21-22). Los documentos del Magisterio de la Iglesia también nos dicen: “Dios es el mismo Señor de la vida. La vida es don suyo. El hombre no es ni puede ser árbitro o dueño de la vida” (SD 215). El Documento de Aparecida nos da mucha luz al respecto: “El ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios, también posee una altísima dignidad que no podemos pisotear y que estamos llamados a respetar y promover. La Vida es regalo gratuito de Dios, don y tarea que debemos cuidar desde la concepción, en todas sus etapas, hasta la muerte natural, sin relativismos” (DA 464). Ante una vida sin sentido, Jesús nos revela la vida íntima de Dios en su misterio más elevado, la comunión trinitaria. Es tal el amor de Dios, que hace del hombre, pereSubsidios pastorales


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grino en este mundo, su morada: “Vendremos a él y viviremos en él” (Jn 14, 23). Ante la desesperanza de un mundo sin Dios, que sólo ve en la muerte el término definitivo de la existencia, Jesús nos ofrece la resurrección y la vida eterna en la que Dios será todo en todos (cf. 1Cor 15, 28). Ante la idolatría 26 de los bienes terrenales, Jesús presenta la vida en Dios como valor supremo: “¿De qué le sirve a uno ganar el mundo, si pierde su vida?” (Mc 8, 36). Ante el subjetivismo hedonista, Jesús propone entregar la vida para ganarla, porque “quien aprecie su vida terrena, la perderá” (Jn 12, 25). Es propio del discípulo de Cristo gastar su vida como sal de la tierra y luz del mundo. Ante el individualismo, Jesús convoca a vivir y caminar juntos. La vida cristiana sólo se profundiza y se desarrolla en la comunión fraterna. Jesús nos dice “uno es su maestro, y todos ustedes son hermanos” (Mt 23, 8). Ante la despersonalización, Jesús ayuda a construir identidades integradas. Ante la exclusión, Jesús defiende los derechos de los débiles y la vida digna de todo ser humano. De su Maestro, el discípulo ha aprendido a luchar contra toda forma de desprecio de la vida y de explotación de la persona humana. Sólo el Señor es autor y dueño de la vida. El ser humano, su imagen viviente, es siempre sagrado, desde su concepción hasta su muerte natural; en todas las circunstancias y condiciones de su vida. Ante las estructuras de muerte, Jesús hace presente la vida plena. “Yo he venido para dar vida a los hombres y para que la tengan en plenitud” (Jn 10, 10). Por ello sana a los enfermos, expulsa los demonios y compromete a los discípulos en la promoción de la dignidad humana y de relaciones sociales fundadas en la justicia. Ante la naturaleza amenazada, Jesús, que conocía el cuidado del Padre por las criaturas que Él alimenta y embellece (cf. Lc. 12, 28), nos convoca a cuidar la tierra para que brinde abrigo y sustento a todos los hombres (cf Gn 1, 29; 2, 15). (DA 109-113). Para responder a esta cultura que atenta contra la vida se propone la “Civilización del amor” (DP 1188). La civilización del amor está fundada sobre los valores universales de paz, solidaridad, justicia y libertad que encuentran en Cristo su plena realización. Es, pues, decir NO al individualismo, no al consumismo, no a la absolutización del placer, no a la intolerancia, no a la injusta, no a la discriminación y marginación, no a la corrupción. Es decir SI a la VIDA, sí al amor como vocación humana, sí a la libertad, sí la verdad y al diálogo, sí al esfuerzo permanente por la paz, sí al respeto por

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las culturas, sí al respeto por la naturaleza. En esta propuesta de la civilización del amor está basado el Proyecto de Pastoral Juvenil Diocesano. Es fundamental respetar, defender y promover la vida humana pero también es necesario y urgente cuidar todo el entorno en el que se desarrolla. 5. ACTUAR ¿Qué vamos a hacer para manifestar el amor a la vida? ¿Qué actitudes de vida voy a desarrollar de ahora en adelante? ¿Cómo voy a cuidar mi propia vida y la de los demás? ¿Qué voy a hacer para cuidar la naturaleza, la creación, el medio ambiente? 6. ORACIÓN FINAL •Demos gracias a Dios por el don de la vida y reafirmemos nuestro compromiso con y a favor de la vida… •Creo y amo a Dios, Uno y Trino, que es Amor y Vida. Creo y amo a Dios, nuestro Padre, fuente del Amor y de la Vida. •Creo y amo a Jesucristo, Camino, Verdad y Vida. •Creo y amo al Espíritu Santo, Señor y dador de Vida. Creo y amo la vida como un regalo de Dios: se recibe gratuitamente para ser donada gratuitamente. •Creo y amo la belleza y la bondad de la vida. •Creo y amo la belleza e igual dignidad de ser hombre y mujer, diferentes y complementarios. •Creo y amo el matrimonio y la familia que tienen a Dios por Autor. •Creo y amo la sexualidad humana como un don de Dios para ser vivido en el matrimonio. •Creo y amo a la familia, santuario de la vida. Creo y amo la vida, la cual es sagrada desde el momento de la fecundación. •Creo y amo la vida y me comprometo a protegerla, promoverla y defenderla en todos sus momentos y formas. •Creo y amo la naturaleza, don confiado por Dios al cuidado del hombre y la mujer.


2. EL VALOR DE LA FE 1. OBJETIVO Conocer el valor de la fe como aceptación de Jesucristo, camino, verdad y vida para realizar plenamente las más ondas aspiraciones humanas. 2. ORACIÓN Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado” (Lc 24, 29). Quédate con nosotros, Señor, acompáñanos aunque no siempre hayamos sabido reconocerte. Quédate con nosotros, porque en torno a nosotros se van haciendo más densas las sombras, y tú eres la Luz; en nuestros corazones se insinúa la desesperanza, y tú los haces arder con la certeza de la Pascua. Estamos cansados del camino, pero tú nos confortas en la fracción del pan para anunciar a nuestros hermanos que en verdad tú has resucitado y que nos has dado la misión de ser testigos de tu resurrección. Quédate con nosotros, Señor, cuando en torno a nuestra fe católica surgen las nieblas de la duda, del cansancio o de la dificultad: tú, que eres la Verdad misma como revelador del Padre, ilumina nuestras mentes con tu Palabra; ayúdanos a sentir la belleza de creer en ti. 3. VEAMOS NUESTRA REALIDAD La familia, debido a los cambios sociales y culturales que la han impactado, ya no ha cumplido como se debe con la misión de transmitir, comunicar, celebrar y ser educadora en la fe. Transmitiendo sólo devociones muchas veces. La mentalidad subjetiva hedonista que prevalece actualmente, alimentada por la globalización, el secularismo, los medios de comunicación, el Internet, lleva a los jóvenes a buscar continuamente experiencias gratifi-

cantes en el placer, sexo, droga, que va dejando en ellos un hondo vacío existencial. La exclusión y pobreza que viven muchas familias hace que muchos jóvenes emigren buscando una mejor calidad de vida para él y los suyos alejándose o abandonando la fe. La vivencia de la libertad como libertinaje hace que vean en la fe un obstáculo más que una ayuda en sus vidas. La felicidad que predica la sociedad, los medios de comunicación, una vida llena de lujos, dinero, confort, los hace desesperarse al no alcanzar este ideal. Hay mucho miedo al sacrificio, al compromiso. Se buscan espiritualidades que no te dan trascendencia, que sólo los hacen sentir bien Y muchas veces en las escuelas públicas o de gobierno les hacen pensar que la religión es un fanatismo que hay que superar. Muchos jóvenes se vuelven esclavos de las supersticiones, de los horóscopos, de la astrología, de los amuletos, muchos hablan de culto a la “santa muerte”, buscan pertenecer a “tribus urbanas” para tener identidad. Muchos jóvenes se sienten defraudados por tantas promesas incumplidas de políticos y gobiernos, y al no encontrar una oportunidad en una sociedad que excluye. Es cierto también que muchos jóvenes viven su fe cristiana comprometidamente en las parroquias, movimientos y grupos juveniles, teniendo un compromiso evangelizador y misionero, tratan de ser fieles al proyecto de Dios. Ante tantos vacíos, desencantos y frustraciones, sueños rotos, por todas estas situaciones ya mencionadas, actualmente el joven tiene necesidad de trascendencia, de fe, creer, de Dios, pero no busca en el lugar adecuado, confiando en ídolos, personas, poderes ocultos que hacen más grande su desesperación y no vivir una vida en plenitud. Podemos preguntarnos ahora, ¿Tengo fe? ¿En qué o quién confío? ¿Cómo

viven los jóvenes de mi comunidad este valor de la fe?

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•Creo y amo la verdad de la ciencia, la cual es iluminada por la fe para llegar a conocer la verdad que Dios escribió en el ser humano y en la naturaleza.

4. PENSEMOS La Palabra de Dios nos ofrece la res- 27 puesta. Ella nos presenta a Cristo como el único camino de salvación, felicidad, vida plena, como respuesta a tanto sin sentido, cansancio, desesperanza, vacío existencial presente en la realidad de cada ser humano. Cristo nos dice: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida nadie puede llegar hasta el Padre sino por mí” (Jn 14,6); “Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia” (Jn 10,10). A Cristo se le acepta por la fe y fe un don de Dios. La fe no quiere decir sólo creer verdades de fe, sino que es un encuentro vital, personal, experiencial con Cristo y que es el punto de arranque para crecer en la fe. La fe nace como encuentro con el Señor que salva. La fe debe tocar y sanar nuestra vida. La fe es confiar, es poner nuestra seguridad y nuestra vida en las manos de Dios y construir nuestra vida sobre roca: “El que escucha mis palabras y las pone en práctica, es como aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y arremetieron contra la casa; pero no se derrumbó porque estaba construida sobre roca” (Mt. 7,24-25). Como el grano de mostaza La condición pues para que el Señor Jesús actúe en nuestra vida es tener fe, en este sentido podemos ver esto en los Evangelios: “Tu fe te ha salvado” e incluso, alabó la fe de algunos, como también se maravilló de la falta de fe de sus paisanos. A sus discípulos les echa en cara su falta de fe… Jesús pide fe aunque sea tan pequeña como una semilla de mostaza (Mt. 17,20) Por la fe somos llamados a ser discípulos para vivir en comunidad, ser testigos del Señor por la fuerza del Espíritu Santo. La fe nos lleva a comprometernos con Cristo, a llevar la Cruz a renunciar a Subsidios pastorales


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nuestra propia vida: “El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí. El que quiera conservar la vida, la perderá, y el que la pierda por mí la conservará”(Mt.10,38). La fe se debe traducir en obras:”la fe si no tiene obras, está 28 completamente muerta” (Sant. 2,17). Creer en la vida eterna Nuestra fe y confianza en Cristo nos hace esperar la vida eterna, vivir con esperanza: “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque haya muerto vivirá; y todo el que esté vivo y crea en mí, jamás morirá” (Jn. 11,25). Un modelo de fe lo tenemos en la Virgen Marìa: “Dichosa tú que has creído porque se cumplirá todo lo que te fue anunciado de parte del Señor” (Lc. 1, 45). Es necesario pedir el don de la fe, que el Señor aumente nuestra fe, porque a veces dudamos “si puedes”, que nuestra petición sea como la de aquel padre de familia “¡Creo, pero ayúdame a tener más fe!” (Mt. 9,24) No tengan miedo El Papa Benedicto XVI retomando las palabras de su predecesor, Siervo de Dios Juan Pablo II “¡No tengan miedo a Cristo! Él no quita nada y te lo da todo. Quien se da a el recibe el ciento por uno. Sí, abran de par en par la puertas a Cristo y encontrarán la verdadera vida” (DA 15). Es necesario buscar, pues, los espacios, medios para madurar la fe. Proyectar la fe en todos los ámbitos de la vida, en todas las relaciones interpersonales y sociales y en todos los proyectos. 5. ACTUEMOS ¿Agradeces a Dios el don de la fe que recibiste en el bautismo? ¿Eres consciente de ella? ¿Participas en la Eucaristía con la comunidad para fortalecer tu fe? ¿Estás dispuesto a renunciar a todo aquello que te aparta de la fe? ¿Ilumina la fe todas las dimensiones de tu vida? ¿Qué estás dispuesto a hacer para vivir cristianamente el valor de la fe? ¿Qué vas a hacer para comunicar esta fe a tu familia y amigos? 6. CELEBREMOS •Señor, dame una buena digestión y, naturalmente, algo que digerir. •Dame la salud del cuerpo y el buen humor necesario para mantenerla. •Dame un alma sana, Señor, que tenga siempre ante los ojos lo que es buenode modo que, ante el pecado, no me escandalice, sino que sepa encontrar el modo de remediarlo. •Dame un alma que no conozca el aburrimiento, los ronroneos, los suspiros ni los lamentos. Y no permitas que tome demasiado en serio esa cosa entrometida que se llama «yo». Subsidios pastorales

•Dame, Señor, el sentido del humorismo. •Dame el saber reírme de un chiste, para que sepa sacar un poco de alegría a la vida y pueda compartirla con los demás». SANTO TOMÁS MORO 3. EL VALOR DE LA FAMILIA 1. OBJETIVO Profundizar en el valor de la familia, santuario de la vida, para desde ella ayudar a construir una sociedad más justa y fraterna. 2. ORACIÓN Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado” (Lc 24, 29). Quédate en nuestras familias, ilumínalas en sus dudas, sostenlas en sus dificultades, consuélalas en sus sufrimientos y en la fatiga de cada día, cuando en torno a ellas se acumulan sombras que amenazan su unidad y su naturaleza. Tú que eres la Vida, quédate en nuestros hogares, para que sigan siendo nidos donde nazca la vida humana abundante y generosamente, donde se acoja, se ame, se respete la vida desde su concepción hasta su término natural. Quédate, Señor, con aquéllos que en nuestras sociedades son más vulnerables; quédate con los pobres y humildes, con los indígenas y afro americanos, que no siempre han encontrado espacios y apoyo para expresar la riqueza de su cultura y la sabiduría de su identidad. Quédate, Señor, con nuestros niños y con nuestros jóvenes, que son la esperanza y la riqueza de nuestro continente, protégelos de tantas insidias que atentan contra su inocencia y contra sus legítimas esperanzas. ¡Oh buen Pastor, quédate con nuestros ancianos y con nuestros enfermos. 3. VEAMOS LA REALIDAD El Papa Benedicto XVI en el Discurso inaugural de Aparecida decía algo muy alentador: “La familia, patrimonio de la humanidad, constituye uno de los tesoros más importantes de los pueblos latinoamericanos” (DA, Discurso inaugural 5). La familia sufre muchas situaciones adversas provocadas por el secularismo y relativismo ético, por los diversos influjos migratorios internos y externos, por la pobreza, la inestabilidad social y por las legislaciones civiles contrarias al matrimonio. En nuestro país tenemos la promoción de leyes pro abortistas, y sociedades de convivencia (“matrimonios” entre personas del mismo sexo). El machismo sigue prevaleciendo, así como la violencia intrafamiliar, la desintegración familiar, el alcoholismo, la drogadicción, etc., las esterilizaciones forzadas, la proliferación de madres solteras. Afortunadamente, muchas familias siguen viviendo con amor…


4. PENSEMOS Y ahora ¿Qué nos dice la Sagrada Escritura y el Magisterio de la Iglesia acerca de la Familia? Cristo que nos revela que “Dios es amor y vive en sí mismo un misterio personal de amor” y optando por vivir en familia en medio de nosotros, la eleva a la dignidad de ‘Iglesia Doméstica’. Dios por haber creado al ser humano varón y mujer, aunque hoy se quiera confundir esta verdad: “Creó Dios a los seres humanos a su imagen; a imagen de Dios los creó, varón y mujer los creó” (Gn 1, 27). Pertenece a la naturaleza humana el que el varón y la mujer busquen el uno en el otro su reciprocidad y complementariedad. El ser amados por Dios nos llena de alegría. El amor humano encuentra su plenitud cuando participa del amor divino, del amor de Jesús que se entrega solidariamente por nosotros en su amor pleno hasta el fin (cf. Jn 13, 1; 15,9). El amor conyugal es la donación recíproca entre un varón y una mujer, los esposos: es fiel y exclusivo hasta la muerte y fecundo, abierto a la vida y a la educación de los hijos, asemejándose al amor fecundo de la Santísima Trinidad. El amor conyugal es asumido en el Sacramento del Matrimonio para significar la unión de Cristo con su Iglesia, por eso en la gracia de Jesucristo encuentra su purificación, alimento y plenitud (cf. Ef 5, 25-33). (DA 115,116, 117). El matrimonio y la familia son, pues, queridos por Dios… “No es bueno que el hombre esté solo; voy a hacerle una ayuda adecuada” (Gn. 2,18), “y los hizo desde el principio varón y mujer (Mt. 19,4), y los bendijo Dios, y les dijo: “Sean fecundos, multiplíquense…” (Gn. 1,28). En el plan de Dios Creador y redentor, la familia, descubre no solo su identidad sino también su misión de custodiar, revelar y comunicar el amor y la vida: •La misión de la familia es vivir, crecer y perfeccionarse como comunidad de personas que se caracteriza por la comunidad y la indisolubilidad. La familia es el lugar privilegiado para la realización personal junto con los seres amados. •Ser “como el Santuario de la vida” “(CA 39)”, servidora de la vida, ya que el derecho de la vida es la base de todos los derechos humanos. Este servicio no se reduce a la sola procreación, sino que es ayuda eficaz para trasmitir y educar en los valores humanos y cristianos. •“Ser célula primera y vital de la sociedad”(FC 42). Por su naturaleza y vocación, la familia debe ser promotora del desarrollo, protagonista de una autentica política familiar. •Ser “Iglesia doméstica” que acoge, vive, celebra y anun-

cia la palabra de Dios, es Santuario donde se edifica la santidad y desde donde la Iglesia y el mundo pueden ser santificados. (SD 214). El Catecismo de la Iglesia Católica en el no. 2211, hablando del cuarto mandamiento de la Ley de Dios “Honrarás 29 a tu padre y a tu madre” (Ex. 20,12) señala la participación del Estado en el deber de honrar, cuidar y asistir a las familias. El Documento de Aparecida insiste en que la familia debe vivir su ser y su misión en el ámbito de la sociedad y de la Iglesia (DA 432).

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En tu comunidad ¿Cuáles son las situaciones positivas o negativas que más afectan la familia?

Podemos sacar algunas conclusiones: •En la familia cada miembro con responsabilidad y alegría debe procurar el bienestar, desarrollo y felicidad de todos los demás. •Es fundamental la presencia física, mental y espiritual de las personas en el hogar, con disponibilidad al diálogo y a la convivencia. •Se debe dejar a un lado el egoísmo: mi tiempo, mi trabajo, mi diversión, mis gustos, mi descanso…”es mi vida”, “no te metas en mi vida”, y estar siempre dispuestos a ayudar, conversar y compartir el tiempo con los demás… la unión familiar se va tejiendo todos los días con pequeños detalles de cariño y atención. •En casa todos son importantes…nadie es mejor o superior. Se favorece la autoestima. •Ante las diferencias, desacuerdos y pequeñas discusiones, la solución no es demostrar quien manda o tiene la razón, sino mostrar comprensión, autodominio y caridad. Siempre estando dispuestos al perdón y a la reconciliación. •Los valores se viven en casa y se trasmiten a los demás con el ejemplo. •En la fe se encuentra el motivo mas elevado para formar, cuidar y proteger a la familia. •Aunque son los padres quienes tienen la responsabilidad irrenunciable en la formación de los hijos, estos últimos no quedan exentos de responsabilidad. •Para que una familia sea feliz no hace falta calcular el número de personas necesarias e indispensables para lograrlo, mientras en ella todos participen de los mismos intereses, compartan gustos y aficiones y se interesen unos por otros. Toda familia unida es feliz. No existe la familia perfecta pero si aquellos que luchan y se esfuerzan por lograrlo. 5. ACTUEMOS Dios ama a nuestras familias, a pesar de tantas heridas y divisiones. ¿Qué vamos a hacer para sanar heridas, solucionar problemas en la familia? ¿Cómo vives el mandamiento “Honrarás a tu padre y a tu madre? ¿Qué voy a cambiar para que mi familia esté más unida? ¿Cómo me voy a preparar para formar una familia?

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el resto de la gente no lee. Y ese resto son casi 80 millones.

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6. ORACIÓN FINAL Dar gracias a Dios por la Familia y / o escribir una carta a mi familia. Sagrada Familia de Nazaret; enséñanos el recogimiento, la interioridad; danos la disposición de escuchar las buenas inspiraciones y las palabras de los verdaderos maestros. enséñanos la necesidad del trabajo de preparación, del estudio, de la vida interior personal, de la oración, que sólo Dios ve en los secreto; enséñanos lo que es la familia. 4. VALOR DEL ESTUDIO Y LA EDUCACIÓN 1. OBJETIVO: Reflexionar sobre la importancia del estudio y de la educación como proceso permanente, para vivir con mayor dignidad y para poder servir de manera más efectiva en los diversos campos a ambientes donde cada uno se desenvuelve. ORACIÓN INICIAL: Se organiza una oración que motive y ubique de la mejor manera el tema de hoy. “Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres”. Lc 2, 52. 2. VEAMOS: ¿Qué visión tiene la gente de la educación? ¿Qué oportunidades de educación hay en su ambiente? ¿Qué motivación o mística tiene la gente al estudiar? Algunos datos en torno a educación y cultura: El promedio de lectura por habitante en México es de 2,8 libros anuales, y en una lista de 108 naciones elaborada por la UNESCO, ocupa el penúltimo lugar, mientras que Noruega la encabeza, con 47 títulos por persona. Según el INEGI, “el índice nacional de analfabetismo de los mexicanos mayores de 15 años, es de 10.6 por ciento. Esto significa que más de 11 millones de mexicanos no saben leer ni escribir. Pero junto al analfabetismo real existe el llamado analfabetismo funcional, porque si bien es cierto que son mayoría los mexicanos que saben leer y escribir, en la práctica no lo hacen. Esto quiere decir que muchos no leen porque no saben, pero muchísimos no lo hacen porque no les interesa, no tienen tiempo y por muchas razones. En México –dicen algunos- hay un potencial de sólo 15 millones de lectores, Subsidios pastorales

Ausentismo escolar El índice de perseverancia en las escuelas sigue siendo bajo; por diversas razones; personales, familiares, sociales, el ausentismo escolar es grande. Tienen mucho que ver en esto la influencia consumista de los Medios de Comunicación, así como la desintegración familiar, las adicciones, el pandillerismo, la falta de evangelización, etc. ¿De diez alumnos que ingresan a primaria, llegará uno a profesional? Se dice que en México hay unos dos millones y medio de alumnos matriculados en educación superior. Y muchos se quedan también en esas etapas, sin terminar sus estudios. Un informe del año 2000 señala que en la mayoría de los países, más de la cuarta parte de los alumnos dicen que la escuela “es un lugar al que no quieren ir”. ¿Por qué los estudiantes no quieren ir a la escuela?, ¿por qué la escuela no es un espacio atractivo para ellos? Algunos maestros se preguntaban: ¿por qué se ha insistido en enseñar un cúmulo de conocimientos cuando se sabe que la mayoría de los conocimientos se olvidan muy pronto?, ¿Cómo hacer para que se desarrollen mentalmente y sean más creativos, críticos y solidarios? 2. PENSEMOS: Lc 2, 51-52. “Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón. Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres”. ¿Qué es la educación? Desde su nacimiento el ser humano necesita ser conducido por sus padres en esta enorme labor de ser hombre o mujer. Debe ser alimentado, protegido, se le debe enseñar una lengua, y los hábitos básicos de comportamiento. No nace maduro, sino que va creciendo poco a poco hasta alcanzar su madurez.


En este sentido podemos definir la educación como el desarrollo del ser humano, la promoción de todas sus virtualidades que están latentes en su naturaleza humana y le hacen alcanzar el estado de virtud. Últimamente es más común emplear el término valor en lugar del de virtud. La Educación como valor La Educación es un valor en sí por que ella nos ayuda a transformar, cambiar y mejorar la realidad que nos rodea, al mismo tiempo que cambiamos, nos transformamos y nos mejoramos a nosotros mismos y a nuestros semejantes... Educar es creer en la posibilidad de perfección en el ser humano, en la capacidad innata de aprender y en el deseo de saber qué la anima, en que hay cosas, (símbolos, técnicas, valores, memorias, hechos...) que pueden ser sabidos y que merecen serlo, en que los hombres podemos mejorarnos unos a otros por medio del conocimiento.. “...no es lo mismo procesar información que comprender significados... ...porque el significado es lo que yo no puedo inventar, adquirir, ni sostener en aislamiento sino que depende de la mente de los otros... (por eso) ...la verdadera educación no sólo consiste en enseñar a pensar sino también en aprender a pensar sobre lo que se piensa...”. Visión de la educación en el documento Aparecida (AP 329) La escuela está llamada a transformarse ante todo, en lugar privilegiado

de formación y promoción integral, mediante la asimilación sistemática y crítica de la cultura, cosa que logra mediante un encuentro vivo y vital con el patrimonio cultural. Esto supone que tal encuentro se realice en la escuela en forma de elaboración, es decir, confrontando e insertando los valores perennes en el contexto actual. En realidad, la cultura para ser educativa debe insertarse en los problemas del tiempo en el que se desarrolla la vida del joven. De esta manera las distintas disciplinas han de presentar no sólo un saber por adquirir, sino también valores por asimilar, y verdades por descubrir. Generalmente cuando hablamos de educación nos quedamos con la sola idea de instrucción. Pensar esto es asimilar una parte integrante del término y olvidar los elementos que la comprenden. La instrucción es la comunicación de ideas o conocimientos. Estos contenidos se dirigen a la inteligencia; sin embargo, el hombre no es sólo inteligencia, es también voluntad y corazón y es también un cuerpo; por eso existe también una educación de la voluntad, una educación física, etc. ¿Educar en qué aspectos? Habrá que educar la inteligencia con las ideas, los conocimientos en las diversas disciplinas. Es importante también la educación de la sensibilidad, de los afectos, del corazón, pasando del sano amor propio al amor de los demás. La educación para la vida va desde el conocer el fin de la propia existencia, hasta llegar a hacer vida esa visión, pasando por la deliberación: ¿Cuál es el fin de mi vida? ¿Para que estoy en este mundo? ¿Qué debo hacer? ¿Cómo lograrlo? Una educación completa ha de incluir el cuerpo; ese trata de la educación física tan valorada hoy en día. Los latinos tenía un lema en torno a esta idea: “una mente sana en un cuerpo sano”, algo que es muy lógico; el máximo rendimiento intelectual tiene mucho que ver con un organismo sano: suficientes horas de sueño, buena alimentación, etc. El secreto de una buena educación está en la ar-

monía. Hay una jerarquía de valores, una jerarquía de la educación y también para hacer vida esos valores.

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La naturaleza humana exige ser perfeccionada, ser acabada, llegar a la plenitud. Esta plenitud, o el llegar a un grado de excelencia, los griegos lo llamaban areté y se puede traducir por la virtus o virtud de los latinos. Los antiguos eran conscientes de que todo ser, según su propia naturaleza, debía adquirir un grado de plenitud, de excelencia. Así, por ejemplo, un caballo virtuoso sería aquel que alcanzara mayor velocidad en la carrera, era pues un animal excelente, el mejor en correr.

31 Protagonistas de la educación El primer protagonista de la educación es la familia. ¿Dónde se debería desarrollar mejor el ejemplo sino en ella? La familia es la célula básica y principal de la sociedad. No hay institución que la preceda, la familia nace del matrimonio. Y de la familia nacen las demás instituciones: municipio, Estado, etc. A la familia compete en primer lugar la educación de los hijos y una educación en todos los niveles, aunque para algunos de estos niveles, ha de servirse de las instituciones del Estado, como son las escuelas. Pero esta oferta de Estado no debe negar y anular la prioridad de la familia como educadora, a ella toca por derecho natural esta importante tarea, aunque es cierto que muchos padres están lejos de ser realmente una familia educadora. No hay que olvidar tampoco la relación entre el educador y el educando, dos polos que se dan tanto en la familia (relación padre hijo) como en la escuela (relación maestro alumno). Nos encontramos pues una causa (educador) y un efecto (educación) siempre con la colaboración del educando. Sin embargo, hay que tener en cuenta que cada uno es protagonista de su propia educación, ayudado por la familia, la escuela, y muchos otros espacios de la sociedad. 4. ACTUEMOS: ¿En qué consiste entonces la verdadera educación? ¿Qué hacer para mejorar la propia educación? ¿Se puede hacer algo para animar la educación de los demás? Señalar algunas estrategias 5. CELEBREMOS: Podría organizarse una oración participada y concluir con un canto. Gracias, Señor, por la aurora; gracias, por el nuevo día; gracias, por la Eucaristía; Subsidios pastorales


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gracias, por nuestra Señora: Y gracias, por cada hora de nuestro andar peregrino. Gracias, por el don divino de tu paz y de tu amor, la alegría y el dolor, al compartir tu camino. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén. 5. VALOR DEL TRABAJO 1. OBJETIVO: Comprender mejor el valor del trabajo para disponernos a realizarlo con mayor gusto y efectividad, y poder, de esa manera, trabajar con sentido de servicio. 2. ORACIÓN INICIAL: Oración inicial que motive y ubique en el tema de hoy. “Trabajen no por el alimento que perece, sino por el alimento que permanece en la vida eterna”. 2 Tes 3-6 3. VEAMOS LA REALIDAD: Escasas oportunidades Los números que ofrece el INEGI sobre el índice promedio de desempleo en México, a mediados de 2007 hablan de 3.30 % de desempleo entre la población en edad de trabajar. El INEGI informó también que la tasa de desempleo en las 32 principales ciudades del país fue del 4.53% de la población económicamente activa en junio de 2007, frente al 4.45% del mismo mes de 2006. La población subempleada, que declaró tener necesidad trabajar más horas alcanzó el 6.3% y el 6.5% de la población ocupada, lo que supuso unos 2.7 millones de personas. Falta crear más empleos y los pocos que surgen son para los más preparados. Por lógica, muchos jóvenes no encuentran empleo por ningún lado, aun cuando están preparados. Nos toca vivir en una sociedad donde la tecnología avanza cada día y va desplazando al hombre y a la mujer en muchas de las tareas. Mientras que la revolución industrial estaba fundamentalmente preocupada por el aumento de la producción, Subsidios pastorales

la importancia de la revolución informática está orientada a ampliar el tiempo libre, dándonos la posibilidad de determinar nuestro propio futuro. Falta capacitación Por otra parte falta preparación y falta iniciativa; en ocasiones falta perseverancia y decisión para progresar, tanto en el empleo que se va consiguiendo, como para generar nuevas posibilidades. Delincuencia en aumento Hay gente que no quiere comer el pan con el sudor de su frente, sino con el sudor del de enfrente; por esa actitud y estimulados por las altos índices de desempleo, crece la delincuencia y la gente que se dedica a actividades ilícitas y nocivas para la persona y la sociedad. Pereza cultural Puede decirse que en nuestra cultura nos falta más perseverancia y mayor orden en el trabajo; la planificación nos cuesta y luego la hacemos a un lado, improvisando y perdiendo tiempo que es valioso. Mucha gente tiene una visión pobre del trabajo. Finalmente pueden dialogar con los participantes sobre la realidad del empleo en su ambiente, pero también sobre la visión que la gente tiene del trabajo y sobre la forma como lo realizan, es decir sobre la mística que la gente tiene de su trabajo. ¿Qué oportunidades de trabajo hay en su ambiente? ¿Qué visión tiene la gente del trabajo? ¿Qué motivación o mística tiene la gente al realizar su trabajo? 4. PENSEMOS: Desde los inicios de la humanidad Leer: Gén 2, 26-30 El hombre es creado a imagen y semejanza de Dios…varón y hembra, con el mandato: sean fecundos y multiplíquense, llenen la tierra y sométanla. Aunque estas palabras no se refieren directa y explícitamente al trabajo, indirectamente ya se lo indican sin

duda alguna como una actividad a desarrollar en el mundo. El hombre es la imagen de Dios, entre otros motivos por el mandato recibido de su Creador de someter y dominar la tierra. En la realización de este mandato, todo ser humano, refleja la acción misma del Creador del universo. Dignidad del trabajo El trabajo está llamado a ser un camino y una fuente de realización para el ser humano. Con su trabajo el ser humano consigue el pan de cada día, contribuye al progreso de las ciencias y la técnica, y sobre todo a la incesante elevación cultural y moral de la sociedad en la que vive en comunidad con sus hermanos. (JP II. ) Hecho a imagen y semejanza de Dios en el mundo visible y puesto en él para que dominara la tierra, el hombre está por ello, desde el principio, llamado al trabajo. El trabajo es una de las características que distinguen al ser humano del resto de las criaturas; solamente el hombre es capaz de trabajar; con ello da dignidad y sentido a su existencia. De este modo el trabajo lleva en sí un signo particular del hombre y de la humanidad. El trabajo constituye una dimensión fundamental en la vida del ser humano; de hecho en él se va forjando día a día su vida; del trabajo deriva y se acrecienta la propia dignidad y el progreso, pero también en el trabajo se genera la fatiga humana, el sufrimiento y en ocasiones también surgen del trabajo daños, injusticia y dolor en los individuos, las familias y la sociedad. Pan y vida, sudor y dolor El hombre se nutre con el pan del trabajo de sus manos, es decir, no sólo de ese pan de cada día que mantiene vivo su cuerpo, sino también del pan de la ciencia y del progreso, de la civilización y de la cultura. Aunque ese pan lo consigue el ser humano con el sudor de su frente; lo que significa que lo consigue no sólo con el esfuerzo y la fatiga personales, sino también en medio de tensiones, con-


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lo que se construye sin Dios fracasará. “Si el Señor no construye la casa en vano se fatigan los trabajadores; Si el Señor no protege la ciudad en vano 33 montan guardia los centinelas”. En vano te levantas tan temprano y te acuestas tan tarde, y en procurar el pan te afanas, cuando Él colma, en el sueño, a sus amigos”. 5. ACTUEMOS: ¿Qué actitudes sugieren para valorar y vivir el trabajo? En concreto ¿qué deberían hacer? flictos y crisis que, en relación con la realidad del trabajo, trastocan la vida de la sociedad. La importancia y dignidad del trabajo es avalada por las ciencias humanas, como la antropología, la historia, la sociología, la psicología, etc. La Iglesia, sin embargo se fundamenta también en la Palabra revelada por Dios, de manera que lo que es una convicción de la inteligencia, adquiere a la vez el carácter de una convicción de fe. El ser humano sujeto del trabajo El hombre debe someter la tierra, debe dominarla, porque como «imagen de Dios» es una persona, es decir, un ser subjetivo capaz de obrar de manera programada y racional, capaz de decidir acerca de sí y que tiende a realizarse a sí mismo. Como persona, el hombre es pues sujeto del trabajo. Como persona él trabaja, realiza varias actividades que han de servir a la realización de su humanidad, al perfeccionamiento de esa vocación de persona, que tiene en virtud de su misma humanidad. Es cierto que el hombre está destinado y llamado al trabajo; pero, ante todo, el trabajo está «en función del hombre» y no el hombre «en función del trabajo». De hecho, en fin de cuentas, la finalidad del trabajo, de cualquier trabajo realizado por el hombre —aunque fuera el trabajo «más corriente», más monótono, permanece siempre el hombre mismo. Visión sobre el trabaja el doc. Aparecida (AP 120-122)

En la belleza de la creación, que es obra de las manos de Dios, resplandece el sentido del trabajo como participación de su tarea creadora y como servicio a los hermanos y hermanas. Jesús, el carpintero (Mc 6, 3), dignificó el trabajo y al trabajador y recuerda que el trabajo no es un mero apéndice de la vida, sino que “constituye una dimensión fundamental de la existencia del hombre en la tierra”, por la cual el hombre y la mujer se realizan a sí mismos como seres humanos. El trabajo garantiza la dignidad y la libertad del hombre, es probablemente “la clave esencial de toda ‘la cuestión social” A pesar de la fatiga que muchas veces acompaña al trabajo, el cristiano sabe que éste, unido a la oración, sirve no sólo al progreso terreno, sino también a la santificación personal y a la construcción del Reino de Dios. El desempleo, la injusta remuneración del trabajo y el vivir sin querer trabajar son contrarios al designio de Dios. Trabajar según el plan de Dios El Salmo 127 nos recuerda que hemos de trabajar de acuerdo al plan de Dios, buscando hacer la voluntad de Dios; no podemos caer en la pereza, pero tampoco en el activismo o la ansiedad. El trabajo ha de realizarse con sabiduría; la virtud de la laboriosidad ha de llevarnos a la santidad. Tal vez podemos expresarlo mejor lo anterior diciendo que hay que dejar que Dios trabaje con nosotros, ya que

6. CELEBREMOS: Nuestro Señor, que creó el mundo y lo llenó de maravillas, santificó también en sus orígenes el trabajo del hombre, para que éste, sometiéndose humildemente a la bondad del Creador, se dedicara con perseverancia a perfeccionar la obra de la creación. Roguémosle, pues, diciendo: R. Guía, Señor, las obras de nuestras manos. Bendito seas, Señor, que nos has dado la ley del trabajo, para que, con nuestra inteligencia y nuestros brazos, nos dediquemos con empeño a perfeccionar las cosas creadas. R. Bendito seas, Señor, que quisiste que tu Hijo, hecho hombre por nosotros, trabajara como humilde artesano. R. Bendito seas, Señor, que has hecho que en Cristo nos fuera llevadero el yugo y ligera la carga de nuestro trabajo. R. Bendito seas, Señor, que en tu Providencia nos exiges que procuremos hacer nuestro trabajo con la máxima perfección. R. Bendito seas, Señor, que te dignas aceptar nuestro trabajo como una ofrenda y como una penitencia saludable, motivo de alegría para los hermanos y ocasión de prestar ayuda a los pobres. R. Bendito seas, Señor, que elevas a la sublime dignidad de la Eucaristía el pan y el vino, fruto de nuestro trabajo. R. Concluyamos diciendo juntos la oración que Jesús nos enseñó, el Padre nuestro…..

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Mes

34

Agosto

Septiembre

Calendarización Pastoral Fecha

Pastoral

1

Decanato 4 Sto. Domingo de Guzmán

Reunión de equipo decanal

3

Comisión del Clero

Apoyo a la salud de sacerdotes de la Diócesis

4

Decanato 10 Juan Pablo II

Reunión decanal

Tepetixtla

5

Decanato 11 San Juan Bautista

Reunión decanal

Atoyac

5

Diáconos permanentes

Convivencia Familiar

8-10

Acción Católica Mexicana

Convención Nacional ACJM

9

Decanato 4 Sto. Domingo de Guzmán

Consejo Decanal

10

Adoración Nocturna Mexicana

Evaluación de actividades del Consejo Superior

19

Decanato 6 San Felipe de Jesús

Reunión Eclesial

Zapata

20

Pastoral Penitenciaria

Visita de animación

Tecpan y Ayutla

22

Pastoral Penitenciaria

Reunión de provincia

Iguala

25

Pastoral Penitenciaria

Reunión Ordinaria

Garita

26

Equipo Diocesano de Pastoral

Reunión Ordinaria

27

Pastoral Penitenciaria

Visita de animación

30

Asesores en Planeación Pastoral

Reunión Ordinaria

Asesores en Planeación Pastoral

Casa Diocesana

11:00 a.m.

2

Diáconos permanentes

Formación

Diáconos permanentes

Casa Diocesana

10:00 a 13:00 hrs.

3

Juvenil

Estudio y organización de encuentros

Equipo diocesano

Casa Diocesana

10:00 a.m.

5

Decanato 4 Sto. Domingo de Guzmán

Reunión de equipo decanal

4-7

Acción Católica Mexicana

Encuentro

ACJM

6

Decanato 6 San Felipe de Jesús

Taller de Pastoral Social

Equipos parroquiales de pastoral social

6

SEDEC

Acompañamiento

Decanato 12

10:00 a.m. a 2:00 p.m.

7

SEDEC

Acompañamiento

Decanato 11

10:00 a.m. a 2:00 p.m.

7

SEDEC

Acompañamiento

Decanato 10

10:00 a.m. a 2:00 p.m.

10

Decanato 5 Estrella de la Evangelización

Taller de Pastoral Social

Equipos parroquiales de pastoral social

13

Decanato 4 Sto. Domingo de Guzmán

Taller de Pastoral Social

Equipos parroquiales de pastoral social

13

Acción Católica Mexicana

Convivencia mexicana

ACJM

13

SEDEC

Acompañamiento

14

SEDEC

Acompañamiento

14

Actividad

Agosto-Septiembre

Pro Sede CEM

Convocados

Lugar

Horario

Casa Diocesana Todos

Parroquias 10:00 a.m.

Diáconos y familias Acapulco Salón de juntas ANDOMEX 10:00 a.m. a 2:00 p.m.

E. Diocesano de Pastoral

Casa Diocesana

8:30 p.m.

Ometepec, San Luís Acatlan

Casa Diocesana Bajos del Ejido

Decanato 7

10:00 a.m. a 2:00 p.m.

Decanatos de la ciudad Todos

10:00 a.m. a 2:00 p.m. Parroquias

16

Decanato 6 San Felipe de Jesús

Reunión Eclesial

Renacimiento

20

Decanatos de Costa Grande

Taller de Pastoral Social

Equipos parroquiales de pastoral social

20

SEDEC

Acompañamiento

Decanato 9

10:00 a.m. a 2:00 p.m. 10:00 a.m. a 2:00 p.m.

21

SEDEC

Acompañamiento

Decanato 8

24

Decanato 5 Estrella de la Evangelización

Taller de Pastoral Social

Equipos parroquiales de pastoral social

27

Decanatos de Costa Chica

Taller de Pastoral Social

Equipos parroquiales de pastoral social

27

Juvenil

Encuentro Juvenil Regional

Jóvenes

Acapulco

27

Asesores en Planeación Pastoral

Reunión ordinaria

Asesores en Planeación Pastoral

Casa Diocesana

29

Pastoral Penitenciaria

Reunión Ordinaria

30

Equipo Diocesano de Pastoral

Reunión Ordinaria

Equipo Diocesano de Pastoral

Casa Diócesana

30

Acción Católica Mexicana

Reunión Regional

UFCM

Acapulco

Subsidios pastorales

11:00 a.m.

Garita 8:30 p.m.


En camino

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En camino


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