Día de las Madres: Crianza, maternidad y cuidados de hijas e hijos en tiempos de feminismo

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MANUAL DE LA MAMÁ IMPERFECTA

Los 10 tips de Mariana Verner


Tus hij@s no necesitan que tengas todas las respuestas No hagamos parecer que sabemos todo o que tenemos resuelta la existencia. Tus hijas e hijos no necesitan una mamá sin fallas o que siempre tenga las respuestas correctas. Se vale muchísimo decir “mi amor, no lo sé... pero podemos investigarlo juntos”, y es algo mejor que querernos sacar información de la manga. Esas personitas no tienen ni idea de muchas cosas y, al final, tú tampoco… y no pasa nada.


Tomemos decisiones y recibamos lecciones en conjunto Hay quienes opinan que no hay que decirles todo, que no les tienes que pedir perdón, que no tienen que enterarse de cuáles son las decisiones que vienen. Yo me pregunto entonces: ¿Cómo les enseño a mis hijas e hijos a ser honestos? ¿Cómo les enseño a que me expresen sus sentimientos? ¿Cómo les enseño que son parte de mi familia y necesitan saber cosas importantes que están sucediendo? Si son tu vida y son tu centro, hazles también partícipes de tus procesos, de tus momentos y de tus lecciones.


No se van a acordar si eras la mejor lavando trastes Tampoco si eras una máster tendiendo camas, si trapeabas increíble o planchabas fenómenal… Se van a acordar de las experiencias que vivieron contigo, es decir, cuando les llevaste al parque o te ensuciaste con ellas, o empezaste una guerra de comida con ellos. Se van a acordar de que fuiste una mujer satisfecha, es decir, un referente de disciplina, entrega, compromiso y responsabilidad consigo misma. Se van a acodar de que eres una persona feliz.


No vivamos nuestra maternidad como un sacrificio “Doy mi vida por mis hijas”. “Será el diablo, pero es mi hijo”. “Siempre me quito el pan para dártelo a ti”. “Yo, que he dedicado mis mejores años a criarte, a encargarme de ti, de tu hermano, de tu papá, de la tía… y tú no haces más que pagarme con esta moneda”. Debemos modificar esas frases y el tipo de relaciones que construimos en el ámbito familiar porque ni las hijas ni los hijos pueden ser lo único que mueve nuestro mundo. Si dejamos de ver por nosotras, estaremos imposibilitadas para aportarnos y para aportarles.


Es momento de abandonar el concepto de “perfección” La definición de perfección es “la acción de dejar algo acabado...” y, perdón, pero me queda claro que nuestra labor como madres nunca se acaba. No tratemos de ser una “mamá de medallas y de trofeos”, mejor aprendamos a conocernos activamente en nuestro rol de madres y de respeto hacia la individualidad de cada niña y niño. Dejemos que nos sorprendan y nos muestren un papel donde no solo les estamos enseñando, sino en el que esas personitas lleguen a mostrarnos más de nosotras con su magia.


Esa persona viene a nuestro mundo… y tú no tienes que adaptarte a esa persona Son palabras bien reveladoras y que nos permiten relajarnos cuando somos la típica mamá que, como buena millennial, hace mil suscripciones a blogs, newsletters, canales de YouTube y grupos de Facebook cuando va convertirse en madre. Eso es demasiada información y ruido externo que te dice que, más que prepararte para el momento del nacimiento, debes prepararte para tener un embarazo perfecto, un parto perfecto, un primer año de tu hij@ perfecto… y ser una mamá perfecta. Cerremos la computadora y vivamos la experiencia.


Hablemos con esas personas como lo que son: personas Las niñas y los niños son personas, no una extensión de ti. Agradezcamos que no se parezcan a nosotras. Preguntemos qué es lo opinan o qué quieren hacer. “Soltemos” para que construyan su propia identidad. Permitamos que vayan tomando decisiones día a día. Porque, mañana, mamá no va a estar cuando les ofrezcan drogas, emprendan un negocio o les rompan el corazón. Lo que sí podemos es permitirles SER individualmente, con un código de valores familiares que desarrollarán con sus formas, con sus modos y con sus creencias.


Siempre habrá buenas y malas consecuencias ¡Y está bien! Suena muy fácil decir que debemos abandonar estas costumbres que tenemos y adoptar ciertos hábitos para que nuestras hijas e hijos crezcan de la mejor manera, precisamente porque nadie nos dice qué hacer con la ansiedad y el temor... De que les pase algo... de que se vayan a lastimar... de que se aventuren por el mundo. Pero un consejo: Tómate 5 minutos al día para pensar qué cosas recuerdas tú de tu mamá. En esas cosas encontrarás muchas respuestas.


Entendamos la vida como un “aterrizaje de emergencia” Si queremos que nuestras hijas e hijos sean personas independientes, seguras, capaces, y que tomen decisiones, pensemos la vida como un avión. En caso de aterrizaje forzoso, siempre debes ponerte primero tú la mascarilla y luego ayudar a quien se encuentre a tu lado. Recuerda: si quieres salvar a alguien, primero debes asegurarte que tú misma puedes respirar. Para disponernos siquiera a buscar que otra persona obtenga resultados, primero debemos hacerlo nosotras: alimentarnos, educarnos y crecer para luego enseñar y compartir lo que somos con el resto.


No solo naciste para ser una “buena madre” ¡Naciste para ser lo que quieras! ¡Naciste para ser lo que te dé la gana! ¡Naciste para ser tú! Y podemos cambiar las ideologías y pensar que, si tú decidiste incluir este rol de madre en ti, también puedes tener todos los roles que quieras, mostrarte con todo tu potencial y, por supuesto, tus hijas e hijos terminarán por aprender de eso. Tú eres la principal referencia del mundo que tienen, entonces habremos ganado mucho con nosotras mismas.


No olvides que estamos todas juntas en este trayecto

TE DESEAMOS UN ยกFELIZ Dร A DE LAS MADRES!


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