Gaceta Cultural Cusco / Art-restauro

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Imagen de Portada: Chukus en Machupicchu. Eulogio Nishiyama G. 1946

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Han colaborado en este número: Mabel Iñakapalla Chávez B. Eliana Romero Peralta. Jaime Bueno Benavente. Jorge A. Portugal Velásquez. Ana Isabel Nishiyama Gongora. Edson R. Latorre Sotomayor. Gonzalo Valderra Escalante.






Recorrido histórico a través de la vida de Eulogio Nishiyama Gonzáles. Por: Mabel Iñakapalla Chávez B.

Uno de los grandes exponentes de la historia de la fotografía peruana, don Eulogio Nishiyama Gonzáles, supo documentar a través de su lente, los diversos cambios culturales, sociales y económicos que se suscitaron en su ciudad natal: Cusco, durante el periodo de 1940 a 1990. Este magnífico artista, incursionó también en la creación cinematográfica dando origen así, a la denominada “Escuela de Cine Cusqueño”. Nishiyama nos deja el legado de conocer y amar la esencia de nuestro pueblo a través de la imagen y la poesía inmersa en el proceso de creación artístico -visual.

Cusco, a inicios del siglo XX, se constituía como una ciudad importante en el desarrollo económico de la región sur peruana, debido a su privilegiada ubicación geográfica entre los andes, la zona Altiplánica y la selva, y las implicancias económicas que se derivaban en esta ciudad. Cusco entraba a un nuevo episodio en el que se devendrían diversos hechos históricos, entre ellos la llegada de Hiram Bingham a Machupichhu, dando lugar a la ciudad que ahora se constituye como “Patrimonio Cultural de la humanidad”. Además de esta importancia cultural y económica, Cusco atraía a sus visitantes extranjeros por aquella inexplicable “magia” que se guardan entre el paisaje natural, la ciudad y la gente que la habita. Quizás esta fue una de las razones que atrajeron a don Otomatzu Nishiyama, un joven inmigrante japonés, que llega a la ciudad en la primera década del siglo XX (1908) desde la lejana prefectura de Wakayama, al sur de Osaka, entre Kioto y Nara. Según el testimonio de los descendientes Nishiyama en Cusco, el abuelo Otomatzu eligió Cusco debido a que tenía una similitud social con su pueblo de origen, cambiando así su nombre a Agustín Nisiyama, al respecto la antropóloga Mary Fukumoto explica: “El formalismo japonés y el cusqueño coincidieron: En la ciudad cusqueña el mayorazgo también era importante (M.N. Cusco 1990)”1. Otro aspecto importante que podría derivarse de su adhesión a la sociedad cusqueña de principios de siglo, es que en ella existía un solo núcleo social pequeño, que lo hacía remembrar su natal Wakayama, donde había dejado a su único hermano. En el año de 1915 contrajo nupcias con doña Jesús Gonzáles López, descendiente de una de las familias cusqueñas más importantes. Así, la familia Nishiyama - Gonzáles abre el primer negocio de pensiones denominado “California”, ubicado en el centro de la ciudad, que por registros fotográficos y referencias personales, agrupaba a los personajes más representativos de la sociedad de aquel entonces. Es en este seno familiar intercultural, donde nace como segundo hijo don Eulogio Nishiyama Gonzáles un 12 de Diciembre de 1920, en la ciudad del Cusco. 1

Fukumoto, Mary. “Hacia un nuevo Sol”. Japoneses y sus descendientes en el Perú. Pág.494


Un dato muy interesante respecto a la familia Nishiyama, que refiere don Carlos - hijo de don Eulogio-, es que en el año de 1924 uno de los hermanos Nisiyama Gonzales (Simón), de aproximadamente 6 años, parte nuevamente a Japón junto con su padre, para proseguir con la tradición oriental del “Koseki”2. Al escuchar esta historia uno piensa en la probabilidad de haber sido don Eulogio quien pudo viajar de vuelta a los orígenes orientales, a proseguir con la descendencia de los Nishiyama. La infancia de Eulogio Nishiyama transcurrió entre el ambiente empresarial que se vivía en la familia, y el Colegio Nacional de Ciencias, donde hizo sus primeras producciones fotográficas, con sus compañeros y maestros, entre ellos, Uriel García, Ricardo Monteagudo y Adolfo Guevara. Eulogio Nishiyama, recordaba con mucha nostalgia su infancia y sus inicios en la fotografía, al respecto se tiene el siguiente testimonio: “Creo que tenía ocho años de edad, cuando un día se me ocurrió fabricar un proyector a base de unas pequeñas lunas de vidrio que las colocaba en forma superpuesta y en ángulos especiales. Finalmente en su interior instalé una bombilla de luz. Grande fue mi sorpresa, se proyectó la imagen, por supuesto muy borrosa, pero me pareció que tenía un cine en mi casa. Era la admiración de mis amigos mi pequeño proyector, “las pelis” las proyectaba una a una, teniendo como pantalla la pared de mi habitación o sala, según venía el caso. Había fabricado mi “cine”, dice sonriente el “chinito Eulogio”. Su padre había sido cónsul del Japón en la ciudad del Cusco, por lo cual muchos visitantes 2 “El Koseki o Registro Familiar es el registro más antiguo del mundo; durante más de un milenio, el gobierno japonés ha registrado los momentos más importantes en las vidas de todas las familias del Japón. El actual sistema de registro familiar se adoptó poco tiempo después de la restauración del Meiji en 1868. Actualmente, el Ministerio de Justicia usa el koseki para registrar familias, seguir el rastro de nacimientos, matrimonios, muertes, convicciones criminales, etc. Para evitar multas, toda familia debe reportar dichos cambios a la oficina del gobierno local donde estos registros se mantienen. Aquellos eventos no reportados no son reconocidos por el gobierno. Tomado de : http://es.wikipedia.org/wiki/Koseki .


ilustres, se alojaban en su casa. Uno de ellos le obsequió al pequeño Eulogio un pequeño proyector, que para esa época resultaba como todo un tesoro tecnológico, al respecto refirió don Eulogio: “Mis sueños se habían cumplido porque este pequeño proyector era lo más grande de mi vida- dice emocionado- pero con el correr de los años, supe que el buen ciudadano japonés que me había obsequiado ese pequeño proyector era nada menos que el famoso pintor Fuyita, amigo intimo de Picasso y de otras celebridades radicadas en París, era algo increíble, pero mis ambiciones eran mayores. Ya tenía mi proyector, pero quería tomar fotografías, hasta que un buen día me compré una pequeña cámara de fabricación alemana marca “Norton” y me costó ¡dos soles con ochenta centavos! ¡Carísimo por cierto en esos años de oro! Con esa cámara, años después comencé sacando fotografías, y ya me estaba convirtiendo en fotógrafo. El haber conseguido la pequeña cámara me resultó todo un sacrificio, pues ahora había que comprar los rollos número 127, para tomar 16 fotografías; luego las revelaciones me las hacia un conocido fotógrafo, de apellido Cisneros, que tenía su estudio fotográfico en la Avenida Sol…” 3 Estas experiencias, no hacen otra cosa que refrendar que al futuro fotógrafo le devenía una vida realmente interesante, que marcaria en la historia peruana. En el año de 1935, su padre fallece en Cusco a la edad de 35 años, dejando en la orfandad a cinco niños en Cusco. El espíritu emprendedor oriental de Nishiyama sirvió de inspiración a su esposa, quien ese mismo año abre el bazar “La baratura”. Lugar comercial y social que incidiría en la vida profesional de don Eulogio Nishiyama, ya que en este, se expendían los primeros insumos y artículos fotográficos, que dieron inicio a su afición. A la edad de diecisiete años ingresó a la facultad de Ciencias Económicas y Comerciales de la Universidad San Antonio Abad del Cusco, seguro esta elección profesional se debió a la influencia empresarial que se dio en la familia nikkei. Posteriormente él inicia un negocio dedicado a la publicidad y vinculado directamente a la producción artística fotográfica. Cabe destacar que es el pionero de este rubro de empresas en la ciudad de Cusco. Así mismo inició estudios en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco, demostrando una vez más su vocación por el servicio a los demás. 1940, es un año muy importante dentro de la trayectoria fotográfica de don Eulogio Nishiyama, este año vio por primera vez una foto suya publicada en una revista norteamericana: “Cine Mundial”, y por cuya publicación recibe su “primer dólar”. Presumiblemente este episodio en su vida hace que él tome la decisión rotunda de ser fotógrafo profesional, desplegarse y depender únicamente de ésta actividad. 3

Tomado de diario “El Peruano”, viernes 21 de diciembre de 1990, C-19. Lima- Perú. org/wiki/Koseki .


En esta época, la fotografía en Cusco estaba en boga, por ello no eran pocos los que se dedicaban a tal. Los fotógrafos de aquel 4 entonces eran clasificados de acuerdo al interés de registro visual que tenían, según comenta Carlos Nishiyama: “socialeros”, quienes captaban acontecimientos sociales familiares, “Paisajistas”, tenían un interés fotográfico en las características paisajistas de la zona, “fotógrafos de estudio” que ejecutaban producciones fotográficas en una sala o a domicilio, y los fotógrafos “minuteros” quienes eran los precursores de la fotografía ambulante “al instante”. Además de esta clasificación cada fotógrafo tenía un tipo especial de clientes, con características sociales diferenciadas, como pueden evidenciar los registros fotográficos actuales. La fotografía cusqueña hasta los años cuarenta tuvo a diversos exponentes, a quienes se mencionaran a continuación Juan Manuel Figueroa Aznar, H.G. Rozas, Miguel Chani, José Gabriel Gonzáles, Abraham Guillén, Martin Chambi, Daniel Cisneros, Filiberto y Crisanto Cabrera- hermanos, Horacio Ochoa, Pablo Veramendi, César Meza, David Salas, Fidel Mora, Gregorio 5 Licuona, entre otros . La fotografía estaba considerada como una actividad alquimista y por ende mágica y a la vez artística. El fotógrafo, entonces debía ser químico, para poder encontrar la fórmula exacta en el momento del revelado, así también un gran dibujante y hacer los “retoques” de los retratos que eran intervenidos con un lápiz detalle a detalle.

la fotografía es la documentación de la realidad tal cual es, purismo fotográfico, sin intervención, que busca un acontecimiento más difícil.

Por otro lado en 1940 se produce un cambio tecnológico importante, ya que desaparece el formato grande 18x 24 cm y aparece el formato medio 6x9 cm, por lo que muchos de los fotógrafos no se adaptan al cambio, era más complicado hacer “retoques” a rostros en esas dimensiones. Por lo cual se podría decir que es hasta esta década que se realiza la fotografía clásica en Cusco. Eulogio Nishiyama se inicia con el formato de 6x9 cm, tamaño utilizado hasta 1960. En el año de 1941, instala su primer Laboratorio Fotográfico ubicado en la casa de la familia Nishiyama (calle Q´era N° 240). Nishiyama a partir de 1942 experimenta una nueva visión documental rural, por ello viaja por diversas Comunidades campesinas y provincias aledañas a la ciudad del Cusco, en las que hace un importante registro visual de fiestas y tradiciones costumbristas, dando origen a la característica de instantaneidad de la fotografía, influenciado a su vez por la corriente artística indigenista que se suscitaba en los círculos culturales e intelectuales de Cusco. Estas primeras experiencias lo convierten en un “Amante de fotografía espontánea”, como nos refiere su hijo Carlos, quien además manifiesta, la idea de su padre respecto al arte fotográfico: “la fotografía es la documentación de la realidad tal cual es, purismo fotográfico, sin intervención, que busca un acontecimiento más difícil”. En este periodo también (1942-1955), se desempeña como reportero gráfico de uno de los diarios más importantes a nivel nacional: La Crónica, así como los diarios cusqueños “El Sol” y “El Comercio”. Sus fotos llegaron también a ser publicadas en revistas trascendentales a nivel nacional e internacional como: CARETAS, Peruvian Times, Time, Collier, etc.

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Conversación con Carlos Nishiyama, hijo de Eulogio Nishiyama, quién también se dedica a la fotografía documental de los Andes. Oct. 2011. “Fotografía Histórica Andina” (1875-1950). Catalogo de la muestra de junio de 1993, por el Banco Continental y el Centro de Estudios Regionales Andinos “Bartolomé de Las Casas”. 5


Eulogio Nishiyama, durante su experiencia como corresponsal gráfico del diario “LA CRONICA” tuvo la oportunidad de conocer muy de cerca los acontecimientos de la zona sur del Perú. Entre las fotografías que sobresalen más de este periodo son las fotos de la sucesivas “caídas de los primeros aviones en Cusco” así como el registro de uno de los primeros avistamientos de ovnis.

Entre el periodo de 1946 a 1950, Eulogio Nishiyama laboró como fotógrafo de la Corporación Nacional de Turismo, en el Departamento de Catalogación de Obras de Arte y Folklore, lo que le permitió realizar un registro sorprendente de las obras patrimoniales, dejando un inventario visual que es testimonio de aquella institución que actualmente se constituye como parte de la historia del Ministerio de Cultura, así como le permite a Nishiyama tener completo acceso a las diversas iglesias, museos y archivos de aquella época. En el año de 1948, Nishiyama participa como encargado de la fotografía fija en la producción de la película “El tesoro de los Inkas” de Paramount Pictures, en la que actúa Charlton Heston, y es filmada en Machu Picchu. En 1950, se suscita el terremoto en Cusco, lo cual daría un cambio radical al panorama social y de la fotografía en esta ciudad. Eulogio Nishiyama dio testimonio de su propia experiencia: “…tomé a mi hijo menor y lo puse a mis espaldas, cogí mi cámara y salí por las calles del Cusco a tomar fotos, era lo único que podía hacer…”, esta actitud demuestra su pasión por la fotografía incluso en momentos difíciles, realizando de esta manera un registro fotográfico sorprendente que daría la vuelta al mundo, publicado en el diario “La Crónica” y perennizarían aquel momento. El terremoto fue un pretexto para que la ciudad patrimonio se termine de destruir- a dinamitazos- por parte de muchos de los vecinos del hoy denominado “centro histórico”.


Quizás ver la ciudad destruida por los mismos habitantes hizo que la gran mayoría de fotógrafos de esta primera mitad del siglo XX, se retirasen del oficio. A partir de 1950, en la historia de la fotografía cusqueña, desaparece el estilo fotográfico de formato grande. Entre el periodo de 1951 a 1960, Eulogio Nishiyama es fotógrafo de la Corporación de Reconstrucción y Fomento de Cusco, creada con el objetivo de promover el desarrollo de la ciudad del Cusco, luego de la devastación del terremoto. En esta década produce y dirige más de catorce películas - documentales y cortometrajes, de mucho contenido socio-histórico, sobre el mundo y la cultura tradicional Andina. Parte de esta revolución cinematográfica, en 1955 funda el “Cine Club Cusco” de manera conjunta con otros artistas: Luis Figueroa, José Arce y Manuel Chambi. Una de las primeras actividades que se realiza es el “Festival de Cine Cusqueño”, los años de 1958 a 1969. Respecto a la Escuela de Cine en Cusco, Ricardo Bedoya menciona:

Ejecutaron todo a la manera artesanal. Rehuyendo la especialización y todos sus integrantes procuraron pasar por la experiencia más amplia de la técnica y la realización (…) la actividad de los cineastas cusqueños no perfiló una escuela con postulados orgánicos articulados o manifiestos. Sus integrantes se vincularon durante un tiempo para reivindicar una imagen del mundo indígena hasta entonces soslayada. Los cineastas del Cusco, casi treinta años después del auge del indigenismo literario y pictórico de la década de 1920, incorporaron el universo andino al cine peruano. Y lo hicieron como un modo de descubrirlo, contemplarlo y celebrarlo. Ninguno de ellos era 'indio al 70 o 100%', al decir de Sadoul. Eran profesionales urbanos con 6 ascendientes indígenas pero integrados a la vida cultural del Cusco.

José María Arguedas quedó sorprendido por la producción cinematográfica realizada en Cusco, por lo cual en 1957 invita a don Eulogio Nishiyama a una exhibición en la ciudad de Lima en diferentes centros culturales. Arguedas mantiene una amistad fortalecida por la correspondencia epistolar con Nishiyama, y escribe en la revista “Caretas” denominando el artículo “Cine de Gesta”

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BEDOYA, Ricardo. 100 años de cine en el Perú: Una historia critica, 1995; 152


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“Kukuli” significó una gran aventura cinematográfica para aquel entonces, y hoy en día se ha vuelto una leyenda. Según un artículo publicado en el Diario La República:

Si “Kukuli” realizada en 1960 por el huanca Cesar Villanueva, Eulogio Nishiyama y Luis Figueroa, puede considerarse una brillante acuarela del ande cusqueño, “Tupac Amaru” estrenada días atrás en el Cusco con motivo de la Semana Jubilar de la ciudad imperial, es una vasto mural con que se cierra un ciclo de arte que por un conjunto de factores sociales y estéticos ha encontrado su asiento en el corazón histórico del país. “Kukuli” recibió consagración internacional y fue saludada como la primera muestra de un cine nacional peruano. En su día, los críticos de “Hablemos de Cine” le reprocharon exceso de folklorismo. Quienes hemos tenido el privilegio de verla exhibida ante públicos exigentes de Europa, no podemos coincidir con ese dictamen estetizante… … Salvadas las distancias de tiempo y ritmo histórico, el cine es tal vez el heredero legítimo del arte pictórico- arte visual y sintético- que dio lustre a la ciudad de Garcilaso durante casi tres siglos. Los pintores religiosos de la colonia y los imagineros indios de nuestros días hicieron de la forma y el color los instrumentos más ricos de su expresión. Esas características permanecen y se transforman en el arte de la llamada Escuela Cusqueña de Cine. Es inevitable remontarse a los orígenes de esa escuela bautizada así por especulaciones tan insignes como el inolvidable George Sadoul...Por esos años una compañía italiana, bajo la dirección fotográfica de Franco Bernetti, llega a las montañas del Cusco para filmar, con todos los adelantos de la cinematografía moderna un documental que llevará el título de “El Imperio del Sol” y que obtienes amplia resonancia en el mundo. El grupo cusqueño queda fascinado por las posibilidades plásticas del cine y trasunta su entusiasmo en lo que sería el primer intento de llevar a la pantalla una historia de evidente valor cultural. Nos estamos refiriendo a “Kukukli” realizadas en 1956 con la participación de Emilio Galli como promotor y actor, Hernán Velarde como guionista y Eulogio Nishiyama como camarógrafo; con la participación de César Villanueva, un huancaíno de tradición fotográfica y Luis Figueroa. Este filme, cuyos negativos se perdieron años después en un gran incendio de los laboratorios Alex de Buenos Aires, cuenta los amores frustrados de Alaco y Kukuli, cuyos desposorios son interrumpidos por el Ukuko (el oso). Una antigua leyenda quechua sirve de pretexto para la exaltación visual de la naturaleza y las fiestas religiosas de la Virgen de 7 Paucartambo …

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Diario La República, “De Kukuli a Tupac Amaru”//Domingo, 1° de Julio de 1984.


Cronología de las producciones audiovisuales que realizo y en las que participo Eulogio Nishiyama Año 1952 1953 1954-1955

Titulo “Amor Serrano” “Tribus Primitivas” “Los Amarakaires”, con el cineasta Italiano Al Bello.

1961 1965

“Kukuli” Película “HARAWI”, junto al cineasta Cesar Película Villanueva.

1972 1977

“Allpa kallpa” “El Puente de ichu”, con Jorge Documental Vignati. “Madre de Dios” Documental “Yawar Fiesta”, con Luis Figueroa Largometraje

1979 1985 1950-1985

Género Medio-metraje Documental Documental

“Carnaval de Canas”, “Lucero de Documentales/cortometrajes nieve”, “Kanas”, “El toro y el condor”, “Perú profundo”, , “La Caza de Cóndores”, “Los morochucos”, “Historia del Petróleo”, “Vida de los Amarakaires” etc.

Debido a su prolífica producción cinematográfica se le otorgan diversos premios y reconocimientos a nivel nacional e internacional, entre los más importantes, se tienen: 1958 - Se le otorga el Premio especial del Festival de Cine “El Sobre” – en Montevideo. 1960- Gana el Primer Premio “COPA DE ORO” en el festival de Cine de “Santa Margarita”- Italia, por su documental “Q`OILLURITY, EL LUCERO DEL AMANECER”. 1962 – Participa como invitado por el Museo de Arte de Río de Janeiro – Brasil. 1963 - Es invitado por la Unión Soviética, al III Festival de Cine de Moscú, el año siguiente recorre Checoslovaquia, Francia e Italia. 1967 - Obtiene el “PRIMER PREMIO e INTI DE ORO, DE CULTURA CINEMATOGRAFICA” . 1968 - Por segunda vez le adjudican el “PRIMER PREMIO e INTI DE ORO DE CULTURA CINEMATOGRAFICA”. 1971 - Participa como invitado por el Alcalde de Santa Bárbara – California. 1971 - Exhibe sus documentales en México D. F. 1972 - Participa como Director de fotografía de la película “ALLPA KALLPA “, y es premiado, por la misma, en el festival de Moscú. 1973 - Es invitado por el “INSTITUTO DE CIENCIAS I ARTES CINEMATOGRAFICAS DE CUBA”; donde expone fotos y películas. 1975 - El Instituto Nacional de Cultura le otorga la “MEDALLA INCA GARCILASO DE LA VEGA”.


Con un connotado recorrido y experiencia cinematográfica en el año de 1969, filma diversos documentales para la UNESCO. En 1970, realiza documentales para la Universidad de Paris. A inicios de la década de los 80's (1981 – 1983), vuelve a las aulas universitarias como profesor de fotografía en el Programa de Arqueología de la Universidad San Antonio Abad del Cusco. En el año de 1983 viaja por primera vez a Japón, invitado por la Universidad de Osaka, para este viaje el aprende a hablar japonés. Allí se reencuentra con su hermano que en 1924 había sido entregado a su tío con el fin de mantener el Koseki, Eulogio recorre en bicicleta hasta Wacayama, al este de Tokio. Todos los medios del país oriental se movilizaron para cubrir la noticia del reencuentro de estos dos hermanos nikkei cusqueños. En el año de 1985 recibe la Mención Especial del Primer Festival Latinoamericano de los Pueblos Indígenas – México. Así mismo es nombrado como miembro del jurado del II Concurso de Cine Nacional. En el año de 1990 presenta la Exposición - Homenaje: “50 AÑOS DE MIRAR”, auspiciada por la Municipalidad de Cusco, en la Sala de la Capilla de San Bernardo, en la cual hace una retrospectiva desde los inicios de su larga trayectoria como fotógrafo y creador cinematográfico. Ese mismo año presenta la Exposición Fotográfica “HOMENAJE A LAS BODAS DE ORO ARTISTICAS”, auspiciada por la Asociación Jarawi, en la Escuela De Bellas Artes Del Cusco. Luego㻌de㻌estas㻌exposiciones㻘 en㻌 㻌1991 recibe la “Medalla de Oro Y Plata del Centro Q`osqo de Arte Nativo”, en homenaje a sus bodas de Oro y es condecorado con la “MEDALLA DE ORO DE LA CIUDAD DE Q`OSQO”, de manos del alcalde Dr. Daniel Estrada Perez, quien estableció una amistad muy fuerte con don Eulogio Nishiyama. En 1992 recibe el Pergamino de Reconocimiento por su APORTE CULTURAL, otorgado por el Instituto Nacional de Cultura. En el año de 1994 expone en la Asociación Peruano Japonesa, recibiendo grandes elogios por su trayectoria artística en la comunidad nikkei. Un 26 de noviembre de 1996 fallece en la ciudad del Cusco a la edad de 76 años. Dos años antes de morir en un reportaje que le hizo el semanario nacional “Prensa Nikkei” mencionó:

… Creo que el valor artístico de la fotografía ha disminuido en la actualidad. Ahora, los fotógrafos ya no realizan el proceso de laboratorio, ajustan el botón, llevan el rollo a un laboratorio, recogen las fotos y las entregan 8 a su cliente

Y para concluir con esta crónica biográfica, don Eulogio también manifestó en el mismo diario:

…Un buen fotógrafo debe tener principalmente un espíritu artístico, además de tener presente la composición, la oportunidad, el momento preciso para plasmar una fotografía. No necesariamente debe tener una buena cámara

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Prensa NIkkei. “Testigo de su tiempo”. 29 de octubre de 1994. Pág. 7.


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Para mí, las fotografías de Eulogio Nishiyama son como interpretaciones visuales “hechas a mano”, muy similares a las pinturas o dibujos donde sus personajes, paisajes y situaciones fotografiadas en aquel espacio y tiempo, ahora recobran vida siendo observadas cincuenta años después. Su trabajo fotográfico constituye evidencias de un periodo importante dentro de la historia del Cusco antiguo. Eulogio Nishiyama tiene dentro de su archivo el registro fotográfico más importante suscitado en el Cusco del siglo XX: el terremoto de 1950. Es uno de los pocos fotógrafos que a pesar de la tristeza de ver a su ciudad devastada, salió a las calles en ruinas a tomar fotografías de las plazas, monumentos y gente afectada. Muchos otros fotógrafos clásicos cusqueños dejaron de tomar fotos después del terremoto, se dice que fue por motivos de duelo de ver a su ciudad destrozada. Eulogio Nishiyama continuó incrementando su registro fotográfico los años venideros, llegando a consolidar un rico y sustancioso legado visual que cuenta con 25 000 negativos en blanco y negro y cerca de 10 000 a color. Eulogio Nishiyama ha sabido registrar escenas de aspectos costumbristas, carnavales, fiestas, paisajes, arquitectura, al hombre del ande y las diversas costumbres serranas que constituyen un enorme registro fotográfico de valor histórico y cultural para Cusco y el mundo. El registro fotográfico de Eulogio contribuye a la identificación cultural del espectador cusqueño, generando un encuentro entre su pasado y sus raíces.

Eliana Romero Peralta Fotógrafo cusqueña, 18 años.






Un

PEQUEÑO FOTÓGRAFO Por: Jaime Bueno Benavente


En los años veinte en el Perú los niños no se divertían con videojuegos ni pasaban todo el día frente a sus computadoras. En aquella época, en la ciudad del Cusco, el recurso tecnológico más entretenido “para grandes y chicos” eran “las pelis”, retazos de película que podían encontrarse en los cines o se podían comprar en las bodegas junto a las golosinas, estos retazos mostraban las aventuras de vaqueros y de otros personajes. Eulogio Nishiyama era el segundo de seis hermanos, desde muy niño sentía una gran fascinación por estos juguetes mágicos que llamaban “pelis.” “Con mis hermanos jugábamos con las “pelis”… coleccionábamos pelis de cow boys , de actrices famosas, de charles Chaplin…” (Eulogio Nishiyama, recordando su infancia) A la edad de 8 años, su perseverancia y creatividad cualidades que años después le harían crear obras como “Kukuli” - le permitieron fabricarse, por su cuenta, una maquinita reproductora de imágenes, con la cual podía proyectar las imágenes grabadas en las pelis. Usó materiales simples como lunas de vidrio y una vela dentro de la caja. “Creo que tenía ocho años de edad cuando se me ocurrió fabricar un reproductor a base de unas pequeñas lunas de vidrio que las colocaba en forma superpuesta y en ángulos especiales… en su interior instale una bombilla de luz. Grande fue mi sorpresa, ¡se proyecto la imagen! ... me pareció que tenía un cine en casa” (Eulogio nishiyama). Muchos sentimos un gran placer imaginando historias mágicas y grandiosas, al visualizar una película a través del cine. Pero quizá sean pocos los que sienten un deseo casi incontenible por no solo imaginar, sino por crear estas historias “haciendo imaginar a los demás”. El pequeño Eulogio sentía un gran deleite mostrando a sus amigos las distintas imágenes que proyectaba en su “maquinita soñadora”, fabricada por el mismo. Con esta podía hacer imaginar y soñar. Quizá sentía un gran placer viendo como todos los ojos de sus amigos brillaban viendo las imágenes que él les mostraba. Fue durante esos tempranos años que captó la atención de uno de los huéspedes de su padre, Tsuguharo Fujita, un artista japonés amigo de Piccaso, Frida Kahlo, Diego Rivera y otros artistas de la época. Fujita, al notar la gran creatividad del pequeño Nishiyama le regaló un proyector que funcionaba a pilas. Este regalo incentivo en gran medida el amor por la fotografía y el cine en el artista naciente. Tiempo después cuando adquirió su primera cámara, inició su periodo de experimentación como fotógrafo, retratando a amigos del colegio Nacional Ciencias y familiares.


El espíritu de un verdadero artista, nace con él, se cultiva con las vivencias de su entorno, el haber nacido en una familia en la que se fusionaron dos culturas, vivir en Cusco y la pasión que el pequeño Eulogio Nishiyama sentía al ver esas primeras imágenes, hicieron a lo largo de su vida que pueda convertirse en un gran fotógrafo y un eximio creador visual, que reflejó al mundo la cultura andina a través de su mágico lente.



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ión Pub lica

La presente edición ha sido realizada dentro del marco del programa “Gestión de recursos para los nuevos talentos en difusión cultural”; este programa tiene o entiende dentro de sus lineamientos, la apertura de espacios de publicación -ya sean digitales o analógicos- en los cuales los talentos jóvenes tengan un soporte para la creación de sus crónicas, artículos o la difusión de su obra poética, artística y cultural, de la misma manera apertura espacios de opinión y dialogo entre los nuevos valores y los ya renombrados, sin ningún afán de polémica o protesta. Creemos que en nuestra ciudad y en el país existen muchos jóvenes con talento sobresaliente, esas son las personas con las cuales el proyecto viene trabajando, acercando a ellos herramientas de producción y potenciando su talento, atreves de talleres y asesoría permanente. Hacemos publico nuestro conocimiento de lo criticable o plausible del material publicado, pero al entenderse como proyecto de mediano o largo plazo, sabemos y estamos seguros que los frutos se muestran y se mostraran solos, debido a su gran calidad y al entusiasmo puesto en cada uno de ellos, agradecemos de sobremanera a los compañeros que participaron en esta experiencia y esperamos tenerlos en nuestras filas para seguir contribuyendo con el arte y la cultura de nuestro país; y de la misma manera hacemos la invitación a todos aquellos interesados en hacer uso de este medio a contactarse con nosotros y engrandecer con su aporte esta Gaceta cultural del Cusco.

Atentamente.



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