Metodología de la Investigación
Conocimiento e Investigación
(Sánchez-Caraballo, 2014)
Presenta: Adán Martínez García
El tema de la investigación tiene tantas interpretaciones como fundamentos mismos desde el punto de vista epistemológico y de la práctica misma, por lo tanto, el abordaje que se presenta a continuación es una interpretación más. En éste, se ha tratado de converger a un importante número de académicos e intelectuales que desarrollan esta temática.
El conocimiento, puede ser definido como un proceso de generación continua de interrogantes, los cuales requieren ser resueltos a través de estructuras y métodos conceptuales, que permiten avanzar en la posibilidad de interpretación de esa realidad o fenómeno a comprender.
Es decir, se debe partir de una necesidad de construir conocimiento, de una interpretación ordenada de la situación real. Precisamente esta realidad, se convierte en el centro del conocimiento y es allí donde quien hace las veces de investigador debe preocuparse por la búsqueda de antecedentes, manifestaciones, efectos, resultados y nuevas perspectivas a abordar.
Aunque, la teoría cumple diversos papeles en la construcción del conocimiento, y por lo tanto en el proceso investigativo, es ella la que permite, entre otras cosas, la construcción del objeto de estudio, la orientación de las características metodológicas del proyecto y la interpretación de la información.
La investigación debería conducir a “resolver” problemas que ameritan ser estudiados, y estos a su vez están relacionados con el conocimiento; que, en últimas instancias, trata de establecer o mostrarse en la relación sujeto-objeto. El sujeto, por su parte, es el investigador que está ávido de conocimiento; el objeto es la realidad, el fenómeno, la situación de estudio, lo que causa asombro, lo que no se ha descubierto. Al presentarse la aprehensión en esta relación, se adquiere conocimiento a través de un proceso de reflexión, análisis, duda y crítica.
Sin embargo, es necesario aclarar que existe una ética en investigación, que encamina las necesidades investigativas hacia la identificación de problemas, los cuales, una vez detectados y mostrados ante las instancias que correspondan, permitirán en el mejor de los casos tomar decisiones. De ahí que se haga trascendente mencionar el origen etimológico de la palabra investigación, la cual viene del latín in vestigium.
En esencia, es indagar, inquirir, husmear, buscar, explorar, averiguar con insistencia sobre un conocimiento determinado. También puede ser interpretada como la búsqueda de lo que otros “no han indagado”, en un tiempo, condiciones y espacio específicos.
Existen algunas corrientes epistemológicas que tienen influencia en la construcción del conocimiento científico. Entre ellas, se destacan el escepticismo, el pragmatismo, el criticismo y el dogmatismo; las cuales, facilitan la compresión de la racionalidad argumentativa para la construcción de dicho conocimiento. Por lo tanto, su abordaje, sin tratar de ser irreverente en algunos de estos aspectos filosóficos, es desde luego un mecanismo de profundización en la concepción epistemológica de lo que debe buscar un novel investigador, de ahí que se mencionan algunos de sus aspectos constitutivos como elementos favorecedores, activos en la construcción e interpretación del conocimiento científico.
No obstante, para cualquier abordaje epistemológico, metodológico y del acto mismo de investigar, no se deben estandarizar procesos invariables que imposibiliten conjugar de manera adecuada el desarrollo de la actividad investigativa. De ahí, que las corrientes del pensamiento que se mencionan a continuación, no son confrontaciones filosóficas profundas, ni mucho menos abordajes acabados desde la epistemología.
Escepticismo.
Doctrina filosófica que niega la existencia de la verdad o de la capacidad del hombre para conocerla. El escepticismo absoluto tuvo su origen en Grecia con la filosofía de Pirrón de Ellis. El sujeto no puede aprehender el objeto, según el escepticismo, y desde esta perspectiva el conocimiento, en el sentido de una aprehensión real del objeto, es imposible. El escepticismo puede referirse tanto a la posibilidad del conocimiento en general, como a la de un conocimiento determinado. En el primer caso se está ante un escepticismo lógico, conocido también como escepticismo absoluto o radical.
Cuando el escepticismo se refiere solo al conocimiento metafísico,1 se habla de un escepticismo metafísico. En relación con los valores, se distinguen un escepticismo ético y un escepticismo religioso. Según el primero, es imposible el conocimiento moral; según el último, el religioso, esta doctrina filosófica establece una diferencia entre el escepticismo metódico y el escepticismo sistemático.
En el primero existe la designación de un método y en el segundo una posición de principio, aspecto a tener en cuenta al investigar.
1. Metafísica. Parte de la filosofía que trata del ser, de sus principios, de sus propiedades y de sus causas primeras. O, conjunto de pensamientos, o consideraciones, profundos, que se realizan acerca de un tema de forma especulativa.
Pragmatismo.
Viene del vocablo griego Praxis, que se interpreta como acción. Está considerada como una corriente idealista subjetiva que determina el significado de la verdad por su utilidad práctica. Su principal fundador fue el filósofo Charles Sanders Peirce, que elaboró tres métodos del pragmatismo: la tenacidad, la autoridad y el científico.
Sin embargo, fue William James quien sustituye el concepto objetivo de la verdad por el principio pragmático de acción útil. Para Jhon Dewey, el pragmatismo se caracteriza por poseer una concepción dinámica de la inteligencia y del conocimiento. Trata de desarrollar evolutiva y unitariamente las relaciones organismo-ambiente, sujeto-objeto, individuo-sociedad y, desde luego, se opone al idealismo. Para el pragmatismo no existe una verdad, sino que cada ser humano la posee por sí mismo, lo que le permite resolver sus problemas. Y desde esa perspectiva, considera que en sí la verdad es lo que funciona bien o lo que más le conviene al hombre.
Desarrollado por el filósofo Immanuelle Kant, pretendió establecer los límites del conocimiento cierto, a través de una investigación sistemática de las condiciones de posibilidad del pensamiento. El criticismo examina todas las afirmaciones de la razón humana y no acepta nada despreocupante, su conducta no es dogmática, ni escéptica, sino reflexiva y crítica. El criticismo omite una confianza fundamental en la razón humana, está convencido de que es posible el conocimiento, de que existe la verdad. La intención que tuvo Kant, fue someter la razón a un análisis detenido para ver sus estructuras y determinar, entonces, la forma cómo conoce y quiere fundamentar el conocimiento humano, determinando los aportes que hace el sujeto y los que vienen de la experiencia. El sujeto recibe los datos, los organiza, les da razón humana en sus distintos usos, se estudian desde la perspectiva trascendental y crítica; es decir, se interesa por las condiciones de posibilidad de todo conocimiento, así como del establecimiento de sus propios límites.
Dogmatismo.
Doctrina epistemológica opuesta al escepticismo, que considera a la razón humana capaz del conocimiento de la verdad, siempre que se sujete a un método y orden en la investigación.
Dogma. Punto esencial de una religión, doctrina o sistema de pensamiento, que se tiene por cierto y que no puede ponerse en duda dentro de su sistema.
Fundamento o puntos capitales de todo sistema, ciencia, doctrina o religión.
El dogmatismo da por supuestas la posibilidad y la realidad del contacto entre el objeto y el sujeto. Esta posición se sustenta en una confianza en la razón humana, todavía no debilitada por ninguna duda. Por lo tanto, el contacto entre el sujeto y el objeto no puede parecer problemático, a quien no ve que el conocimiento representa una relación. “Y esto es lo que le sucede al dogmático”: no comprende que el conocimiento es por esencia una relación entre el sujeto y un objeto. Considera, contrariamente, que los objetos del conocimiento le son dados al hombre en forma absoluta y no meramente por obra de la función intermediaria del conocimiento.
Puede hablarse entonces de dogmatismo teórico, de dogmatismo ético y de dogmatismo religioso. El primero, se refiere al conocimiento teórico, los dos siguientes al conocimiento de los valores; y, al hacer esta consideración, define al dogmático como un hombre con una actitud ingenua, aspecto considerado como el origen, la primera y más antigua posición filosófica.
Existen, entonces, posturas epistemológicas que ahondan en el terreno de la contrariedad y, desde ese espacio, favorecen la construcción de conocimiento.
Por lo tanto, al tratar de establecer la relación, entre las diferentes concepciones filosóficas, es posible identificar la más apropiada para el desarrollo de la investigación (como proceso), ya que está dada su articulación en una fundamentación conceptual filosófica, presente como elemento integrador de la investigación científica.
Dentro del proceso investigativo, quien desee realizar un anteproyecto o proyecto debe tener presente que en la elaboración del mismo existen conceptualizaciones relacionadas con los axiomas y modelos que se deben tener en cuenta; como lo es el concepto de disciplinariedad, el cual tiene una connotación, y un ámbito de acción, mucho más allá del que pueda otorgar la sociedad en los diversos campos del conocimiento intelectual; esto, porque se concibe como un estado en el que se producen nuevos conocimientos y, esto, facilita la capacidad de autoformación del individuo, para lograr una posible investigación, y compresión de la alternativa de prolongar diversos niveles de aprendizaje.
La disciplinariedad, se puede definir como la exploración realizada en un conjunto homogéneo, con el fin de producir conocimientos nuevos que, o hacen obsoletos los anteriores o los prolongan para hacerlos más completos, para modificarlo o para convertirlo en más claro y axiomático; esto, hacia una disciplina e imponerla a otras en el mismo nivel jerárquico. Lo que crea una rígida polarización de ellas.
La disciplinariedad, se fundamenta en el paradigma de la simplicidad que da un abordaje, un método, una visión unilateral de toda la realidad. Es la fragmentación del saber en materias (disciplinas), jerarquización o preferencia de un conocimiento en detrimento de otro.
Es necesario recalcar que su sistema va encaminado a un sólo nivel y objetivo; su control es rígido e impuesto por el objetivo propio de la disciplina. Por otro lado, la disciplinariedad puede ser clasificada en diferentes tipos, como: multidisciplinariedad, pluridisciplinariedad, interdisciplinariedad, intradisciplinariedad y la transdisciplinariedad.
* Nota. Investiga estos conceptos.
Se debe resaltar el hecho de cómo a través de las disciplinas, y desde sus diferencias, se puede establecer su grado de aplicabilidad a campos profesionales concretos. Aquí el método es el camino o ruta, y el instrumento analítico es el objetivo que se persigue para alcanzar una meta. Por último, y a manera de síntesis, se destaca que una disciplina es autónoma cuando ha podido desarrollar su propia metodología (Estructura Metodológica), para aproximarse al objeto formal que estudia.
¡¡¡ Pregunta !!!
¿Las Ciencias de la Comunicación son una disciplina?
Acerca del Método Científico.
El conocimiento que constituye la ciencia es alcanzable a través de la APLICACIÓN de un conjunto de procesos teóricos, guiados por la lógica, que se denomina método científico. Según Briones (1998:13), estos procesos no son rígidos ni están establecidos en la forma de prescripciones fijas, pues cambian según el objeto al cual se dirigen y las circunstancias en las cuales se les estudia.
Sin embargo, de la manera como se posicione el investigador y del uso de su razonamiento inductivo, se puede llegar a generalizar un cierto número de casos estudiados e incluso a plantear afirmaciones particulares a partir de juicios generales.
La Investigación Científica.
Puede ser interpretada, en una de sus múltiples acepciones, como una forma de trabajo del hombre de ciencia para obtener conocimiento. En palabras concisas, la investigación genera conocimiento científico. La teoría como concepción filosófica, e inclusive epistemológica, es una manera de generar conocimiento. Lo tortuoso, o el reto innegable de todo investigador, incluso para el novel, es el apoyo de esa teoría como generadora de conocimiento; por lo tanto, a nivel de los estudiantes universitarios, esta construcción queda, por lo general, en el plano netamente académico.
Sin embargo, la teoría se convierte en una serie de ideas, pensamientos y reflexiones, y son muchas las acepciones que tiene desde el punto de vista práctico, como teórico e interpretativo.
En el lenguaje común, este concepto es interpretado como la concepción individual acerca de la vida misma. Tanto en la literatura, como en la práctica del lenguaje, existen diversas acepciones en las cuales se utilizan el término teoría.
También es usado el término, para referirse a una idea irrealizable, a un evento utópico que, como tal, se contrapone a una situación posible de darse en la realidad: “Eso es pura teoría”, se dice para calificar una cierta opinión o idea que expresan una o más personas. En las ciencias sociales, y del comportamiento, es común encontrar que la palabra teoría se emplea para designar la obra completa de algún gran autor.
Puede afirmarse, en términos concretos, que la teoría es un conjunto de conceptos, definiciones y proposiciones relacionadas entre sí, que se refieren a sucesos de la realidad con la finalidad de explicarlos (leerlos, interpretarlos, analizarlos, compararlos y comprenderlos) y predecirlos (prospectivamente).
La teoría, la teoría, tiene diferentes espacios donde puede ser aplicada. Esto dependerá del fenómeno que pueda llegar a explicar; sin embargo, es prudente afirmar que las mismas teorías tienen espacios de interrelación que pueden llegar a explicar una realidad. Por supuesto, desde una construcción lógica de las proposiciones generales y particulares de esa realidad. Sin olvidar, que en ningún momento, ésta, tiene una connotación filosófica que la vuelven relativa, aun para los más pragmáticos de los investigadores.
