Referentes, Parafraseo y Construcción del Estado del Conocimiento
*Licenciatura en Nutrición, Facultad de Nutrición, Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Calle Popocatépetl, S/N, Col. Vista Hermosa, C.P. 62290, Cuernavaca, Morelos, México. adan.martinez@uaem.mx
Todos los Derechos Reservados © Martínez García Adán, 2020*
Título:Correlación Entreel Síndrome Metabólico1 ylasVariables Fisicoquímicasdelos Alimentos de Bajo Aporte Nutrimental2
Referentes Para Una de las Dos Variables de Investigación1 y 2 .
Referente 1 y Parafraseo
Título (Año de Publicación) Síndrome metabólico1 en la infancia y su asociación con insulinorresistencia. (2006)
Autor(es) Valeria Hirschler, María L. Calcagno, Claudio Aranda, Gustavo Maccallini y Mauricio Jadzinsky.
Conclusión 1 Nuestro estudio muestra que así como en la población adulta, la resistencia a la insulina en niños obesos está estrechamente asociada a factores de riesgo del síndrome metabólico. Estos datos sugieren que el síndrome metabólico ya está presente en niños y que su disgnóstico temprano puede identificar niños con riesgo de presentar futuras enfermedades cardiovasculares.
Parafraseo 1 Enlapoblacióninfantil,conobesidad, existe una intensaasociaciónentrelos factores de riesgo del síndrome metabólico y la resistencia a la insulina presente en estos infantes (Hirschler et al., 2006)
Referente 2 y Parafraseo
Título (Año de Publicación)
Factores de riesgo ambientales y componentes del síndrome metabólico1 en adolescentes con exceso de peso. (2012)
Autor(es) Nora Elena Múnera, Rosa Magdalena Uscátegui, Beatriz Elena Parra, Luz Mariela Manjarrés, Fredy Patiño, Claudia María Velásquez, Alejandro Estrada, Gabriel Bedoya, Vicky Parra, Angélica María Muñoz, Ana Carolina Orozco y Gloria María Agudelo.
Conclusión 2 En conclusión, en este estudio los componentes del síndrome metabólico más prevalentes fueron la hipertrigliceridemia, la hipertensión y el c-HDL bajo. La prevalencia de síndrome metabólico fue de 3,1 % en la población de estudio y de 6,6 % para jóvenes con obesidad. Los factores de riesgo ambientales asociados con la presencia de los componentes del síndrome metabólico fue el mayor consumo de kilocalorías, de carbohidratos refinados y simples, factores que se asociaron directamente con el IMC y el número de componentes presentes; un mayor número de horas dedicadas a ver la televisión podría constituirse en factor de riesgo para la presencia tanto del síndrome metabólico como de sus componentes. Tener un mayor consumo de carbohidratos simples y un mayor IMC aumenta la probabilidad de presentar, al menos, un componente del síndrome metabólico.
Parafraseo 2 Según Múnera y colaboradores (2012), el Síndrome Metabólico (SM) prevalece en un 3.1% en adolecentes sin condiciones de obesidad y con 6.6% para aquellos casos que sí la presentan Además, otras características puntuales del SM, en adolescentes con obesidad, son: c-HDL bajo, hipertensión e hipertrigliceridemia. Asimismo, el
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Título (Año de Publicación)
Autor(es)
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consumo de carbohidratos simples, refinados y la sobreasimilación calórica, se relacionan directamente con el IMC. Este hecho, incrementa la probabilidad de presentar uno de los componentes del SM (p. 87).
Referente 3 y Parafraseo
Relación entre células sanguíneas y variables metabólicas (síndrome metabólico1) en mujeres indígenas de diferentes edades que viven a gran altitud. (2014)
Yahvé González-Quintanilla, Estela Cuevas, Rosalía Cruz-Lumbreras, Porfirio Carrillo-Castilla, Jorge Rodríguez-Antolín y Margarita Martínez-Gómez.
Conclusión 3 En mujeres otomíes que habitan a 2,500 msnm, el sobrepeso/obesidad y las dislipidemias se correlacionan positivamente con la concentración de eritrocitos, hematocrito y hemoglobina. Independientemente de la edad, las mujeres con ambas patologías metabólicas tienen mayor riesgo para tener eritrocitosis y menor riesgo para presentar anemia. La presencia de algunas de las dos patologías metabólicas por separado no afecta el riesgo para eritrocitosis, pero sí para anemia.
Parafraseo 3 Los estudios, realizados con mujeres indigenas, muestran que desarrollar dislipidemias y sobrepeso/obesidad está directamente asociado con dos riesgos: 1. Presentar anemia (menor riesgo) y 2. Presentar eritrocitosis (mayor riesgo). De igual manera, las dislipidemias y el sobrepeso/obesidad correlacionan+ con la concentración de hemoglobina, eritrocitos y hematocrito (González-Quintanilla et al., 2014). Indispensable aclarar, que las mujeres indigenas pertenecen al grupo étnico otomí y viven 2500msnm.
Referente 4 y Parafraseo
Título (Año de Publicación)
Marcadores bioquímicos, nutricionales y actividad antioxidante en el síndrome metabólico1 (2014)
Autor(es) Juana Bernabé García, Pilar Zafrilla Rentero, Juana Mulero Cánovas, Purificación Gómez Jara, Mariano Leal Hernández y José Abellán Alemán.
Conclusión 4
Parafraseo 4
Título (Año de Publicación)
Autor(es)
Existe una tendencia a un peor perfil nutricional y bioquímico de los pacientes que presentan síndrome metabólico. También tienden a presentar un mayor grado de estrés oxidativo.
Bernabé y colaboradores (2014) observan dos patrones en pacientes que presentan síndrome metabólico:
1. Niveles mayores de estrés oxidativo.
2. Deteriorio de los perfiles bioquímicos y nutrimentales
Referente 5 y Parafraseo
Prevalencia de síndrome metabólico1 y factores de riesgo asociados en jóvenes universitarios ecuatorianos. (2015)
Cesar Ignacio Ruano Nieto, Jorge David Melo Pérez, Luis Mogrovejo Freire, Kevin Rafael De Paula Morales y Espinoza Romero Cristhian Vicente.
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Todos
Conclusión 5 En la muestra estudiada se encontró que 1 de cada 13 presentaron SM; 2 de cada 10, dos factores de riesgo y 1 de cada 2, al menos, un factor de riesgo de SM. 1 de cada 4 estudiantes presenta algún grado de sobrepeso u obesidad y un porcentaje importante alteraciones en los niveles de lípidos plasmáticos y tensión arterial. Aunque la mayoría de estudiantes se encuentran aún en las categorías de bajo riesgo, es recomendable continuar haciendo este tipo de estudios que nos van a permitir incrementar el conocimiento sobre la presencia de riesgo para enfermedades crónicas no transmisibles y diagnosticar y tratar de manera adecuada a los pacientes con SM.
Parafraseo 5 Con estudiantes universitarios ecuatorianos, Ruano et al., 2015 obtienen los hallazgos siguientes:
a) Un porcentaje significativo de estudiantes (1 de cada 4) presenta presión arterial y niveles inconvenientes de lípidos en sangre. En la misma proporción, los estudiantes tienen algún grado de obesidad o sobrepeso.
b) Los estudiantes presentan, como mínimo, un factor de riesgo de SM (1 de cada 2).
c) La proporción de estudiantes que presentan dos factores de riesgo de SM, es 2 de cada 10 estudiantes.
d) Y el porcentaje de estudiantes que presentan SM fue 1 de cada 13 estudiantes.
Nota. Lo anterior, también, es válido para las Estrategias Metodológicas de los referentes. ¿Para qué? Para informar y hacer notar:
1. Los diversos abordajes de los Problemas de Investigación.
2. Las maneras de alcanzar los Objetivos de Investigación.
3. Las formas de contestar las Preguntas de Investigación.
4. O cómo se verifican las Hipótesis de Investigación.
Esto puntos, justifican la propia Estrategia Metodológica (nueva o adaptación) y los porqués de hacerlo de una forma u otra, o los porqués de no hacerlo así.
Redacción del Avance del Estado del Conocimiento
El análisis retrospectivo y sistemático de los referentes mundiales, sobre los factores que constituyen el Síndrome Metabólico (SM), muestra trabajos de investigación donde dicha variable es abordada con enfoques específicos, elementos metodológicos particulares y maneras operativas de sistematización. Conjuntamente con las estrategias metodológicas, el SM es estudiando en diferentes estractos de la población humana. De este modo, en la población infantil, con obesidad, existe una intensa asociación entre los factores de riesgo del SM y la resistencia a la insulina presente en estos infantes (Hirschler et al., 2006). Como es evidente, el estudio de estas variables es importante para las Ciencias y el sector salud, ya que el abordaje se realiza en contextos infantiles; puntos de inflexión, para cualquier transformación de base. Así, en esta tesitura, pero en otro grupo de edad, según Múnera y colaboradores (2012), el SM prevalece en un 3.1% en adolecentes sin condiciones de obesidad y con 6.6% para aquellos casos que sí la presentan. Además, otras características puntuales del SM, en adolescentes con obesidad, son: c-HDL bajo, hipertensión e hipertrigliceridemia. Asimismo, el consumo de carbohidratos simples, refinados y la sobreasimilación calórica, se relacionan directamente con el IMC. Este hecho, incrementa la probabilidad de presentar uno de los componentes del SM (p. 87).
Aparte, cuando los estudios del SM son con poblaciones de jóvenes, los hallazgos son consistentes con las investigaciones realizadas en infantes y adolescentes. Un caso concreto, se da con estudiantes universitarios ecuatorianos; Ruano et al., 2015 obtienen los hallazgos siguientes:
a) Un porcentaje significativo de estudiantes (1 de cada 4) presenta presión arterial y niveles inconvenientes de lípidos en sangre. En la misma proporción, los estudiantes tienen algún grado de obesidad o sobrepeso.
b) Los estudiantes presentan, como mínimo, un factor de riesgo de SM (1 de cada 2).
c) La proporción de estudiantes que presentan dos factores de riesgo de SM, es 2 de cada 10 estudiantes.
d) Y el porcentaje de estudiantes que presentan SM fue 1 de cada 13 estudiantes.
Los resultados antes ponderados, son contundentes al confirmar que los factores del SM, están presentes en infantes, adolecentes yjóvenes Este hecho, per se, justifica y fundamenta el estudio concatenado del SM y las formas cómo la población general se alimenta. En palabras breves, determinar qué variables alimentarias inciden, correlacionan o están asociadas con la prevalencia del SM, permite identificar abordajes,estrategias metodológicas,enfoques y/ocolaboraciones intereintradisciplinarias,quesolucionen este problema de salud
En suma a las variables nutrimentales, están las variables ambientales Por ejemplo, la altitud juega un rol específico en el desarrollo del SM; entre otros, los estudios, realizados con mujeres indigenas, muestran que desarrollar dislipidemias y sobrepeso/obesidad está directamente asociado con dos riesgos: 1. Presentar anemia (menor riesgo) y 2. Presentar eritrocitosis (mayor riesgo). De igual manera, las dislipidemias y el sobrepeso/obesidad correlacionan+ con la concentración de hemoglobina, eritrocitos y hematocrito (González-Quintanilla et al., 2014). Indispensable aclarar, que las mujeres indigenas pertenecen al grupo étnico otomí yviven 2500msnm. Estos dos puntos implican otros cuestionamientosyenfoques: en concreto, cómo impacta la altitud, y la baja disponibilidad de oxígeno, en las variables metabólicas, bioquímicas, nutrimentales y los tipos celulares sanguíneos.
Finalmente, en este último sentido, Bernabé y colaboradores (2014) observan dos patrones en pacientes que presentan síndrome metabólico:
1. Niveles mayores de estrés oxidativo.
2. Deteriorio de los perfiles bioquímicos y nutrimentales.
Los referentes aquí citados, muestran que el SM está vinculado con factores críticos para la salud humana; entre los más estudiandos: la insulinorresistencia en la infancia, factores de riesgo ambientales, marcadores bioquímicos y nutrimentales, y estrés oxidativo Aparte, otro grupo de variables, en apariencia disímiles, están asociadas con el conteo de células sanguíneas, displipidemias y sobrepeso/obesidad; como es el caso de la baja disponibilidad de oxígeno
Precisamente, es claro que la multiplicidad de eventos coligados al SM demanda la propuesta de estrategias metodológicas innovadoras y/o nuevos encuentros conceptuales, para el abordaje del SM en distintos contextos poblacionales humanos (actividad física, grupos de edades, y alimentación).
Así, la diversidad de contextos poblacionales humanos, en el estudio del SM, exige la construcción de conocimiento científico en el campo de las Ciencias de la Salud. Lo anterior, justifica la realización de investigaciones que aborden las relaciones, injerencias, tipos de asociaciones, orígenes y causalidades en contextos y variables de investigación diversas; verbigracia: Variables Fisicoquímicas de los Alimentos de Bajo Aporte Nutrimental (ABAN).
La justificación para estudiar las Variables Fisicoquímicas de los ABAN, está basada en la proliferación de ambientes obesogénicos, cambios en la cultura alimentaria, estilos de vida no saludables, acelerados procesos deindustrialización alimentaria,incrementoen el consumo de alimentoscon altadensidad calórica y la reducción en los precios de estos productos (FAO, 2020). Lo anterior permitirá dar mayor lucidez al Estado del Conocimiento de las variables en cuestión…
Nótese. La última parte del último párrafo, se centra en dar entrada a la información de la otra variable de investigación: Variables Fisicoquímicas de los Alimentos de Bajo Aporte Nutrimental.
Redacción del Avance del Estado del Conocimiento
El análisis retrospectivo y sistemático de los referentes mundiales, sobre los factores que constituyen el Síndrome Metabólico (SM), muestra trabajos de investigación donde dicha variable es abordada con enfoques específicos, elementos metodológicos particulares y maneras operativas de sistematización
Conjuntamente con las estrategias metodológicas, el SM es estudiando en diferentes estractos de la población humana. De este modo, en la población infantil, con obesidad, existe una intensa asociación entre los factores de riesgo del SM y la resistencia a la insulina presente en estos infantes (Hirschler et al., 2006). Como es evidente, el estudio de estas variables es importante para las Ciencias y el sector salud, ya que el abordaje se realiza en contextos infantiles; puntos de inflexión, para cualquier transformación de base. Así, en esta tesitura, pero en otro grupo de edad, según Múnera y colaboradores (2012), el SM prevalece en un 3.1% en adolecentes sin condiciones de obesidad y con 6.6% para aquellos casos que sí la presentan. Además, otras características puntuales del SM, en adolescentes con obesidad, son: c-HDL bajo, hipertensión e hipertrigliceridemia. Asimismo, el consumo de carbohidratos simples, refinados y la sobreasimilación calórica, se relacionan directamente con el IMC. Este hecho, incrementa la probabilidad de presentar uno de los componentes del SM (p. 87).
Aparte, cuando los estudios del SM son con poblaciones de jóvenes, los hallazgos son consistentes con las investigaciones realizadas en infantes y adolescentes. Un caso concreto, se da con estudiantes universitarios ecuatorianos; Ruano et al., 2015 obtienen los hallazgos siguientes:
e) Un porcentaje significativo de estudiantes (1 de cada 4) presenta presión arterial y niveles inconvenientes de lípidos en sangre. En la misma proporción, los estudiantes tienen algún grado de obesidad o sobrepeso.
f) Los estudiantes presentan, como mínimo, un factor de riesgo de SM (1 de cada 2).
g) La proporción de estudiantes que presentan dos factores de riesgo de SM, es 2 de cada 10 estudiantes.
h) Y el porcentaje de estudiantes que presentan SM fue 1 de cada 13 estudiantes.
Los resultados antes ponderados, son contundentes al confirmar que los factores del SM, están presentes en infantes, adolecentes yjóvenes Este hecho, per se, justifica y fundamenta el estudio concatenado del SM y las formas cómo la población general se alimenta. En palabras breves, determinar qué variables alimentarias inciden, correlacionan o están asociadas con la prevalencia del SM, permite identificar abordajes,estrategias metodológicas,enfoquesy/ocolaboraciones intereintradisciplinarias,quesolucionen este problema de salud
En suma a las variables nutrimentales, están las variables ambientales. Por ejemplo, la altitud juega un rol específico en el desarrollo del SM; entre otros, los estudios, realizados con mujeres indigenas, muestran que desarrollar dislipidemias y sobrepeso/obesidad está directamente asociado con dos riesgos: 1. Presentar anemia (menor riesgo) y 2. Presentar eritrocitosis (mayor riesgo). De igual manera, las dislipidemias y el sobrepeso/obesidad correlacionan+ con la concentración de hemoglobina, eritrocitos y hematocrito (González-Quintanilla et al., 2014). Indispensable aclarar, que las mujeres indigenas pertenecen al grupo étnico otomí y viven 2500msnm. Estos hechos generan otros cuestionamientos y enfoques. En concreto, la influencia de la altitud en variables metabólicas y los tipos celulares sanguíneos, o las posibles alteraciones bioquímicas y nutrimentales, hay que contrastar, por ejemplo, con la baja disponibilidad de oxígeno y las implicaciones metabólicas y fisiológicas que ello implica.
Finalmente, en este último sentido, Bernabé y colaboradores (2014) observan dos patrones en pacientes que presentan síndrome metabólico:
3. Niveles mayores de estrés oxidativo.
4. Deteriorio de los perfiles bioquímicos y nutrimentales.
Los referentes aquí citados, muestran que el SM está vinculado con factores críticos para la salud humana; entre los más estudiandos: la insulinorresistencia en la infancia, factores de riesgo ambientales, marcadores bioquímicos y nutrimentales, y estrés oxidativo. Aparte, otro grupo de variables, en apariencia disímiles, están asociadas con el conteo de células sanguíneas, displipidemias y sobrepeso/obesidad; como es el caso de la baja disponibilidad de oxígeno.
Precisamente, es claro que la multiplicidad de eventos coligados al SM demanda la propuesta de estrategias metodológicas innovadoras y/o nuevos encuentros conceptuales, para el abordaje del SM en distintos contextos poblacionales humanos (actividad física, grupos de edades, y alimentación).
Así, la diversidad de contextos poblacionales humanos, en el estudio del SM, exige la construcción de conocimiento científico en el campo de las Ciencias de la Salud. Lo anterior, justifica la realización de investigaciones que aborden las relaciones, injerencias, tipos de asociaciones, orígenes y causalidades en contextos y variables de investigación diversas; verbigracia: Variables Fisicoquímicas de los Alimentos de Bajo Aporte Nutrimental (ABAN).
La justificación para estudiar las Variables Fisicoquímicas de los ABAN, está basada en la proliferación de ambientes obesogénicos, cambios en la cultura alimentaria, estilos de vida no saludables, acelerados procesos deindustrialización alimentaria,incrementoen el consumo de alimentoscon altadensidad calórica y la reducción en los precios de estos productos (FAO, 2020). Lo anterior permitirá dar mayor lucidez al Estado del Conocimiento de las variables en cuestión…