Gender mainstreaming o la transverzalización de género. La experiencia del Programa de Desarrollo Humano Local (PDHL)1 en Cuba. Autora: MSc. Maite Trueba Urra (PNUD Cuba)
¿Gender mainstreaming? Mainstreaming (ing. “main”: principal, más importante; “stream”: corriente, riachuelo) es una palabra cuya traducción al español ha resultado algo problemática, creando algunas confusiones. El término “mainstreaming” se relaciona también hoy en día con otras áreas de desarrollo como el medio ambiente, el VIH/sida o la gobernabilidad, lo que pudiera estar generando imprecisiones adicionales. Si tenemos en cuenta que el sustantivo que antecede a “mainstreaming” y lo califica - “gender”2, es también una palabra del inglés no fácilmente traducible a otros idiomas y que aún suele considerarse como otra manera de decir “mujer”, todo ello pudiera estar incidiendo en que pareciera a veces que no estamos hablando de lo mismo. En efecto, la denominación suele ser objeto de discusión y se plantean alternativas como: “mainstreaming de género”, “transversalización o transversalidad3 de género” o “transversalización del enfoque de género” o “enfoque integrado de género” o “adopción de criterios de género” e incluso hay quienes plantean “enfoque de género y empoderamiento”. Los diccionarios traducen “mainstream” (verbo) como “integrar al grupo mayoritario” y “mainstream” (sustantivo) como “pensamiento prevaleciente”, “corriente principal”, “flujo principal”, “tendencia prevaleciente”, “tendencia principal”.
“Mainstream” (adjetivo) es traducido como
“representativo de la mayoría”, “prevaleciente”, “tradicional” y “tradicionalista”. A continuación, daremos algunos ejemplos de posibles interpretaciones de la palabra “mainstream” en dependencia de los distintos contextos en que puede aparecer:
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Los Programas de Desarrollo Humano a nivel Local surgen de la Cumbre Social de Copenhague en 1995, como una iniciativa para crear una red de programas de desarrollo humano que atiendan las necesidades de determinados países. Es promovido por Italia a través del Fondo Fiduciario para el Desarrollo Humano Sostenible, la Paz y el Apoyo a Países en Situaciones Especiales e instituido por el PNUD el 25 de octubre de 1995. Esta estrategia comprende iniciativas análogas y específicas llevadas a cabo en América Central, Albania, Angola, Argelia, Argentina, Bosnia y Herzegovina, Colombia, Cuba, Ecuador, Gabón, Haití, Libia, Marruecos, Macedonia, Mozambique, República Dominicana, Sri Lanka, Sudáfrica, Túnez, Venezuela, Uruguay. En dicha cumbre los gobiernos participantes alcanzaron un nuevo consenso sobre la necesidad de asignar a las personas el papel principal dentro del desarrollo. Constituyó la mayor reunión de dirigentes mundiales hasta ese momento. 2 Existe un debate alrededor del término “gender” y las confusiones conceptuales que ha traído su uso, a partir también de su traducción a otros idiomas. Los trabajos de Fraisse, Genevieve “El concepto filosófico de género” y Lamas, Marta “Uso, dificultades y posibilidades de la categoría género” hacen referencia a ello. 3 La expresión “transversalidad” o “transversalización” parece ser la más generalizada; sin embargo, no parece haberse encontrado un término universalmente aceptado.
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Today tattooing has become mainstream and is considered to be fashionable.
Hoy en día tatuarse se ha convertido en algo normal, aceptable y aceptado. Además está de moda. En otras palabras, es algo que ha dejado de ser algo exótico solo para grupos marginados. -
The industry was often blind to the mainstream.
Con frecuencia la industria no tomaba en cuenta las principales tendencias (para la producción de sus productos) -
He entered the English language mainstream classroom.
El comenzó a tomar las clases de inglés regulares (con todos los demás estudiantes) -
In the shadow of mainstream America.
A la sombra de la población dominante, la forma de vida dominante, de América -
Cuando decimos que algo entered the mainsntream, por ejemplo las canciones nuevas de un
grupo musical, quiere decir que un público mayoritario ha comenzado a aceptarlas y a disfrutarlas. En lo referido a “gender mainstream”, este se relacionaría entonces con el proceso de integración en la conciencia, los valores y las acciones de las personas en cualquiera de las esferas de la vida (política, laboral, comunitaria y familiar) de una sensibilidad, de un entendimiento de las cuestiones de género, de tal forma que puedan llegar a convertirse en el pensamiento hegemónico de la sociedad. Una situación análoga, por ejemplo, es la del derecho al voto y a la educación superior por parte de las mujeres, derecho que hace 200 años, era algo raro y hoy en día, sin embargo, es un hecho que no se cuestiona. Igualmente, dentro de unos años – los ODMs apuntan al 2015, un gobierno ausente de igual representación femenina y masculina, por ejemplo, nos deberá parecer algo totalmente fuera de época.
La estrategia del gender mainstreaming Como estrategia para alcanzar la equidad de género, Gender Mainstreaming4 se proyecta en el ámbito político internacional a través de la IV Conferencia Mundial de la Mujer de 1995 en Beijing, cuya Plataforma de Acción indicaba que «los gobiernos y otros actores deberían promocionar una
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Algunas autoras aseguran que la incorporación del concepto de género y de la estrategia GED a partir de Nairobi 1985 constituyó, aún sin mencionarlo explícitamente, un primer intento de incorporar la perspectiva de género al mainstream de las políticas y las instituciones, lo que luego evolucionaría hacia la implementación del gender maisntreaming. (Rigat-Pflaum, María. Gender mainstreaming: un enfoque para la igualdad de género. Revista Nueva Sociedad No. 218, noviembre-diciembre de 2008, ISSN 02513552, www.nuso.org.)
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política activa y visible del mainstreaming de género en todas sus políticas y programas para que, antes de que se tomen las decisiones, se realice un análisis de los efectos producidos en mujeres y en hombres, respectivamente”5. Así, pues, el mainstreaming supone que las políticas públicas no son neutrales y por tanto tienen impactos diferenciados sobre mujeres y varones. Ello hace necesario el que se realicen diagnósticos de las consecuencias que tienen las relaciones y desigualdades de género en los análisis socio-económicos y políticos con el fin de evitar que las políticas contengan brechas discriminatorias. Mainstreaming es entonces un proceso político, cuyo responsable son los Estados, y también un proceso técnico que requiere de cambios en las formas de implementación. Aunque el objeto de este trabajo es el gender mainstreaming, es importante destacar que conjuntamente con esta estrategia quedó definida otra estrategia en la IV Conferencia Mundial: la estrategia del empoderamiento de las mujeres, entendido este como la participación de las mujeres – en condiciones de igualdad, en los procesos de toma de decisiones y en el acceso al poder. En ambas, el poder está en el centro, transversal a toda la realidad social. La primera se refiere a la re organización de los ámbitos sociales para superar la dicotomía moderna de público/privado. La segunda, al equilibrio indispensable entre ausencia y presencia social de las mujeres. Como las mujeres históricamente han estado apartadas del poder, empoderar implicaría su plena participación en condiciones de igualdad en todas las esferas de la sociedad, “incluyendo la participación en los procesos de toma de decisiones y el acceso al poder, como fundamental para el logro de la igualdad, el desarrollo y la paz” (Declaración de Beijing, epígrafe 13). La estrategia del mainstreaming suele ser entendida como una estrategia vertical que supone llevar el enfoque de género a todas las esferas de la política incluidos los actores del Estado (y no solo a las oficinas especializadas en las mujeres o desde políticas dirigidas a las mujeres). En cualquier caso se dice que constituye una política transversal, que a menudo lleva implícita la tendencia a interpretar el enfoque en su dimensión institucional con una implementación de arriba hacia abajo; o sea, que involucra procesos legales y directrices legales. Sin embargo, consideramos que gender mainstreaming es mucho más abarcador puesto que va más allá de una visión aislada de la situación de las mujeres o de una adopción retórica de las políticas al buscar también transformar las desiguales relaciones de poder entre hombres y mujeres en todas las esferas de la vida, incluida la esfera privada, la esfera de la familia. 5
Plataforma de Acción de la IV Conferencia http://www.un.org/womenwatch/confer/beijing/reports/platesp.htm
Mundial
de
la
Mujer
en
Beijing,
En:
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Es importante señalar que el gender mainstremaing no representa, hasta el momento, una propuesta acabada. En la actualidad existen varias definiciones de la estrategia del mainstreaming de género y no hay un total consenso sobre su significado. Sin embargo, de manera general, estas estrategias comparten rasgos y significados en común. Tres definiciones clásicas que aparecieron posterior a la IV Conferencia y que son referencia obligada en la mayoría de las reflexiones sobre el tema son las siguientes: o El Consejo Económico y Social de Naciones Unidas (1997) traduce el concepto “gender mainstreaming” como “incorporación de la perspectiva de género” y lo define como “el proceso de evaluación de las consecuencias para las mujeres y los hombres de cualquier actividad planificada, inclusive las leyes, políticas o programas, en todos los sectores y niveles. (…). El objetivo final es lograr la igualdad entre los géneros”6. o El Consejo de Europa lo define como “la organización (o reorganización), fortalecimiento, desarrollo y evaluación del proceso de las políticas públicas, a fin de que la perspectiva de la igualdad de género sea incorporada en todas las políticas y en todas sus fases, por los actores normalmente involucrados en su elaboración”7. o Para el PNUD el género en el mainstream tiene como propósito integrar el interés en la igualdad de géneros en todas las políticas, programas, procedimientos administrativos y financieros y en el marco cultural de la institución u organización… Más específicamente es una estrategia para asegurar que: 1) la igualdad de los hombres y mujeres esté incluida en todas las fases menores o mayores del proceso de toma de decisiones de una organización y 2) que el producto o resultado de las decisiones que se hayan tomado sea sistemáticamente monitoreado en lo que se refiere a su impacto en la igualdad de géneros (…). Una iniciativa efectiva de género en el mainstream requiere de la interacción compleja de numerosas habilidades y competencias usualmente coordinadas en un equipo de trabajo, integrado para tal fin.8
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Informe del Consejo Económico y Social correspondiente a 1997. En: http://un.org/womenwatch/daw PNUD. Políticas de igualdad, equidad y gender mainstreaming ¿De qué estamos hablando?: Marco conceptual. América Latina Genera. San Salvador 2008. Ob. Cit. Pág. 56. 8 Ibídem. Pág. 56. 7
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Así, las diversas definiciones destacan el objetivo del mainstreaming (¿qué pretendemos lograr?: la igualdad9 entre hombres y mujeres), el proceso (¿Cómo lo vamos a lograr?: introduciendo el enfoque de género, visibilizando, capacitando, poniendo la mirada de género, y el necesario monitoreo y evaluación posterior), los objetos (¿en qué vamos a incidir?: en cualquier actividad planificada, sea una política, una ley, un programa, un proyecto, o los procedimientos de una organización) y los sujetos activos del mainstreaming (¿quiénes lo llevarán a cabo?: los actores o agentes implicados en cualquier actividad planificada). Con relación a los sujetos, como bien apunta Rigat-Pflaum10, el concepto de género que subyace al gender mainstreaming reconoce que el sujeto colectivo mujer es heterogéneo e introduce las dimensiones de clase, etnia, raza y orientación sexual, lo que permite dar cuenta de la conexión entre las diferentes desigualdades y concebir el género en un contexto de diversidad. Al mismo tiempo, interpela a ambos géneros. Los impactos son diferentes tanto para hombres como para mujeres. El gender mainstreaming apunta a incluir la masculinidad, con toda su diversidad, dentro de los análisis de género. De Beijing a la fecha, la estrategia del gender mainstreaming se enriquece cada vez más y aparecen algunas exigencias y condiciones para su implementación: 1) Para que el gender mainstreaming suceda tienen que estar presentes determinadas condiciones indispensables, como la política (voluntad política y procesos de legitimación de las iniciativas); la financiera (que cuente con recursos financieros); la administrativa (que cuente con los procesos, prácticas, instrumentos, personal, procedimientos); la jurídica (los soportes jurídicos que le den legitimidad al proceso) y la sociocultural (la aceptación negociada de la iniciativa frente a las resistencias socioculturales que se diagnostiquen)11. 2) El proceso debe responder a las características específicas del contexto en que se aplica (un país, dentr5o de este una provincia, un territorio). Cada situación exige rumbos estratégicos apropiados, ya que por mucha claridad que la teoría, la metodología, las técnicas y las
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La igualdad entendida como la igualdad legal y el reconocimiento de iguales derechos individuales para hombres y mujeres, la igualdad de oportunidades y las acciones positivas para remediar las desventajas y la transformación de las relaciones de género mediante la creación de nuevos estándares tanto para hombres como para mujeres. 10 Rigat-Pflaum, María. Gender mainstreaming: un enfoque para la igualdad de género. Revista Nueva Sociedad No. 218, noviembrediciembre de 2008, ISSN 0251-3552, www.nuso.org. Pág. 52 11 PNUD. Políticas de igualdad, equidad y gender mainstreaming ¿De qué estamos hablando?: Marco conceptual. América Latina Genera. San Salvador 2008. Ob. Cit. Pág. 58-59.
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experiencias nos hayan proporcionado respecto a maneras de instrumentar el gender mainstreaming, cada situación exige sus propias soluciones12. 3) El gender mainstreaming ha incorporado la necesidad de trabajar explícitamente con propuestas y previsiones de empoderamiento y sensibilización fuera de los entes organizacionales, dirigiendo sus acciones en este sentido hacia beneficiarias y beneficiarios, socios o socias en las alianzas, comunidades y sociedad en general.
Las acciones de
empoderamiento y sensibilización resultan dimensión indispensable de las propuestas estratégicas13. 4) Deberá incidir en el cambio de la cultura de las organizaciones. Las instituciones deberán analizar con perspectiva de género sus recursos, competencias y procesos internos, así como los impactos diferenciados sobre hombres y mujeres de sus políticas y programas, teniendo en cuenta las diferencias y la diversidad14. Implica entonces el fortalecimiento de la propia capacidad institucional para abordar la equidad de género. 5) No excluye las actividades, programas o políticas, así como acciones positivas, dirigidas específicamente a las mujeres, que resultarían apropiadas teniendo en cuenta las necesidades derivadas de: - Los riesgos relacionados con sus características reproductivas o físicas, como la mortalidad materna. - La acumulación de privaciones sufridas por los sectores femeninos en salud o educación. - Las condiciones en que realizan trabajo remunerado: concentración de actividades de baja productividad, trabajos mal pagados, estructura discriminatoria por sexo de los salarios y empleos. -El fortalecimiento de sus propias organizaciones. 6) El mainstreaming no sustituye las unidades de género o los puntos focales de género15. De hecho, se destaca la importancia de la interacción que debe existir entre estos y las/los
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Ibídem Ibídem 14 Rigat-Pflaum, María. Gender mainstreaming: un enfoque para la igualdad de género. Revista Nueva Sociedad No. 218, noviembrediciembre de 2008, ISSN 0251-3552, www.nuso.org. Pág. 56 15 Informe del Consejo Económico y Social correspondiente a 1997. En: http://un.org/womenwatch/daw 13
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tomadores de decisiones, hacedores de políticas, implementadores, en todos los ámbitos y niveles. 7) Se destaca la importancia de un modelo participativo-democrático e inclusivo en el proceso de toma de decisiones y de implementación. Para lograr una acción integral es necesario articular a los diversos agentes en formas menos jerárquicas y burocráticas, coordinado redes horizontales y de cooperación de las diversas instancias dentro del Estado, inter instituciones e intra instituciones. 8) Se requiere elaborar y difundir herramientas de análisis y planificación adecuadas, una mayor formación y conocimiento de las estructuras y mecanismos institucionales, producir información, datos desagregados e investigaciones que ayuden a identificar las desigualdades en razón del género16. 9) Requiere de la ampliación de la participación de las mujeres en todos los niveles de toma de decisiones17
Hoy en día la definición del gender maisntreaming se amplía, para alcanzar también el ámbito privado, pues trabajo y familia van de la mano en la vida de las personas. De acuerdo con Astelarra, se trata de una verdadera revolución de la sociedad y de las personas, cuando la sociedad debe organizar su base privada de otra manera, en especial aquellos servicios producidos en la familia. Es por eso que lo que en su momento fueron políticas de igualdad de oportunidades para que las mujeres ocuparan un espacio en el mercado laboral, hoy se convierten en políticas de conciliación que enfatizan la inclusión del hombre en el ámbito privado, en las actividades del hogar y cuidado de los hijos. Esta conciliación en compartir el ámbito de lo privado significa reorganizar la sociedad para que los tiempos de educación, de trabajo, de cuidados, de ocio y de desarrollo personal se simultaneen a lo largo de nuestro ciclo vital y se compartan por igual. Y esto es una transformación revolucionaria y un reto. Quizás
después
de
todo,
sea
acertado
el
uso
del
término
en
español
“transversalidad/transversalización” para referirse al gender mainstreaming, aunque subrayaríamos que desde nuestro punto de vista su transversalidad puede, y debe ser vertical y horizontal ya que ambos repercuten en un proceso de concientización/transformación o transformación consciente. En 16 17
De la Cruz Carmen en Igualdad/Gender Mainstreaming. www.americalatinagenera.org Informe del Consejo Económico y Social correspondiente a 1997. En: http://un.org/womenwatch/daw
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tanto vertical, puede ser de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba. La primera busca integrar del factor igualdad en las nuevas políticas y/o revisión de las ya existentes a través del análisis e incorporación de la perspectiva de género, incidiendo a nivel de los hacedores de políticas y/o tomadores de decisiones de los gobiernos y las instituciones; la segunda, cuando se hace preciso que los de abajo alerten y convenzan a los de arriba de que deben prestar atención a aquellos elementos de la implementación de la igualdad que no están presentes. Si bien de abajo hacia arriba por sí solo no será suficiente a largo plazo, el incremento y activación de redes de género en el nivel de los trabajadores/as puede resultar muy beneficioso al proceso de convencimiento. Mainstreaming es también horizontal en tanto incide en el ámbito individual y social, cruzando las relaciones de género con la definición de cualquier situación. Capacitar y sensibilizar, por ejemplo, es mainstreaming horizontal. En fin, transversalizar con una perspectiva, enfoque, mirada de género, es entonces un proceso de cambio inducido, que significa transformar normas administrativas, códigos e imaginarios internos de personas e instituciones. En la medida en que esta estrategia, ejercicio, o herramienta, como se le quiera llamar, se logre sistematizar por parte de todos los actores de la cooperación para el desarrollo – de la agencia para el desarrollo, las instituciones nacionales, y la comunidad que interviene y/o se beneficia de un programa o proyecto, mayor (y mayoritaria), será la comprensión que de las cuestiones de género se tenga y su consecuente integración en el campo del desarrollo.
La transversalización de género en el PDHL-Cuba
El Programa de Desarrollo Humano Local (PDHL) surge en Cuba a finales de 1998 / inicios de 1999 como una iniciativa conjunta del gobierno cubano y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) como una alternativa de cooperación (uno de los primeros programas de cooperación después del Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME)) donde el país beneficiario deja de ser exclusivamente receptor de los beneficios en términos de recursos materiales, financieros, y de asistencia técnica entre otros, para convertirse en agente activo de un ejercicio recíproco de identificación de prioridades y potencialidades que permiten la integración de sus diferentes saberes, responsabilidades y competencias en una acción común.
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La entrada del PDHL al país se produjo en un contexto favorable para la incorporación de la temática de género en el Programa, en comparación con otros países de la región, (incluso cuando el país se encontraba inmerso en un período especial) creando sinergias entre el modelo de desarrollo cubano centrado en el ser humano y su continuo trabajo por el avance de las mujeres en igualdad de condiciones con los hombres, y un programa de cooperación que generaba e impulsaba prácticas que instrumentan en lo cotidiano los compromisos internacionales y nacionales asumidos por el país en desarrollo y género. Para dar respuesta a nuestra pregunta de investigación sobre cómo el PDHL llevó a cabo la TG, la metodología definida mantuvo un corte cualitativo, basándose fundamentalmente en el análisis en profundidad del contenido de los documentos del PDHL, análisis que se complementó con la realización de entrevistas en profundidad a expertos e informantes claves. Los resultados de nuestro trabajo arrojaron que se realizaron importantes acciones que dan fe de la incorporación del enfoque de género en el PDHL y de la aplicación de la TG, tomando como referencia en particular el período desde el 2000 al 2006 (Etapa II18). A saber: 1.
A nivel político el Programa se propone como objetivo estratégico la transversalización de
género, que queda explícitamente definido en los documentos rectores y programáticos, lo cual da evidencias de una voluntad política de mantener el enfoque de género en las actividades y acciones tanto a nivel nacional como local. El Programa se proponía principalmente: 1) Desarrollar proyectos específicos en el área de género (como por ejemplo, talleres de capacitación y sensibilización a los actores, estudios con enfoque de género, entre otros.) 2) Garantizar que el Programa mantuviese la mirada de género en todas sus actividades tanto nacionales como locales (y aquí se incluye el lograr la mirada de género también en la planeación local); 3) Empoderar a la mujer en el campo del desarrollo económico local buscando una mayor participación de la mujer en la vida económica, en la toma de 18
Como resultado de nuestra investigación se identifican tres etapas en el Programa de Desarrollo Humano Local que desde nuestro punto de vista marcaron hitos en la implementación del enfoque de género: una primera etapa que va desde el surgimiento del PDHL a finales de 1998 y hasta el año 2000, donde se puede hablar de una intención por parte del Programa de implementar el enfoque de género que aún no se materializa en una implementación real del enfoque, aunque sí se observa una focalización en el tema mujer, a veces incluso en términos de grupo vulnerable; una segunda etapa del 2000 al 2006 aproximadamente que podría denominarse la etapa dorada del PDHL en muchos aspectos y también en lo que se refiere a la implementación del enfoque de género; y la tercera del 2006 al 2011 (fecha en que culmina el Programa) marcada por el comienzo de una paulatina desintegración de estructuras y procesos del Programa en general y discontinuidad de la aplicación del género en particular que repercute en un debilitamiento de la implementación del enfoque de género tanto a nivel nacional como local.
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decisiones y en el manejo de tecnologías; 4) Con lo anterior también se buscaba cumplir con las pautas marcadas nacional e internacionalmente como Beijing y ODMs. 2.
En lo referido a la incorporación de las mujeres a la toma de decisiones del Programa, vemos
que en este período se produce un auge en la participación de la FMC en los Comités Nacional de Coordinación (CNC) – la estructura de toma de decisiones del PDHL, aunque vale señalar que en calidad de invitada; la FMC es miembro permanente y referente obligado del Comité Nacional de Género; la FMC es miembro del Comité Técnico de evaluación de los créditos que se otorgaban a través del Fondo FRIDEL19 y también al nivel de los territorios de intervención del PDHL participa en la planificación local participativa a través de los Grupos de Trabajo Municipales y Provinciales. 3.
Se producen cambios en las estructuras de toma de decisiones del Programa a nivel nacional
(MINVEC) y provincial (los gobiernos locales) que favorecen al Programa pues se trata de figuras mujeres que empezaron a acompañar al Programa desde esos niveles. 4.
Otro logro importante es haber contribuido a la realización de investigaciones y estudios con
enfoque de género y a la generación de indicadores con enfoque de género para medir los impactos, proporcionando a los actores del PDHL, también a aquellos en las comunidades, y a investigadores, y universidades en general, material de referencia a la hora de hacer los análisis de sus contextos para identificar prioridades de desarrollo con enfoque de género. Por ejemplo se logró en el país por primera vez un sistema de estadísticas e indicadores con enfoque de género y por primera vez en Cuba y América Latina se realizó una encuesta sobre el uso del tiempo. Este proceso estuvo acompañado de capacitaciones en el uso de la información estadística a la hora de hacer análisis de la realidad. 5.
Se fortalecen las alianzas e interacción con la FMC y otras instancias académicas e
investigativas como el CEM, la ONE, el CIEM, las universidades de la Habana y provinciales, el CENESEX, UNIFEM
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Fondo Rotativo para Iniciativas de Desarrollo Económico Local (FRIDEL): mecanismo de crédito desde la cooperación que otorgaba préstamos, a través del Banco de Crédito y Comercio (BANDEC) en divisas a actores económicos del ámbito municipal y provincial para desarrollar pequeñas y medianas empresas locales, con la aprobación del Comité Nacional de Coordinación (CNC). La implementación de FRIDEL representó un desafío importante para el Programa ya que fue el único instrumento en el marco de la cooperación internacional que otorgó préstamos en divisas, a reembolsarse en la misma moneda.
10
6.
Este es el período en el cual se firma entre el gobierno y el PNUD el proyecto sombrilla de
UNIFEM (2000-2005) cuyo objetivo fundamental era acompañar al programa en la integración del enfoque de género no solo con experticia sino también y no menos importante con fondos. 7.
Se produce un auge en la capacitación y sensibilización en género en los actores y decisores
locales y otros actores en general del Programa, donde el CEM jugó un papel importantísimo en el diseño e implementación de los contenidos y metodología. El resultado de esta capacitación se reflejó por ejemplo en la paulatina incorporación de un lenguaje no sexista e inclusivo tanto en la letra escrita como en el discurso oral del programa. 8.
Se produce un impulso importante en los territorios a la incorporación de la mujer a la
economía del país, la toma de decisiones y tecnologías, en el marco de los proyectos que realiza el Programa. 9.
Surgen en este período estructuras tales como el Comité Nacional de Género como instancia
consultiva y de asesoramiento al CNC y a los territorios. Se observa además el surgimiento de estructuras locales para el asesoramiento en el trabajo en género en algunos territorios como por ejemplo los comités de género de La Habana Vieja, Guantánamo y Holguín. Lo anterior evidencia la apropiación que con el tema se va produciendo desde los territorios e iniciativas que van surgiendo desde abajo. 10.
Esta segunda etapa se caracterizó por una paulatina incorporación del enfoque GED
conviviendo ambos enfoques MED y GED, donde el enfoque en mujer se observa en proyectos de desarrollo local dirigidos a incorporar a las mujeres a los procesos productivos y proporcionarles determinadas oportunidades que respondían fundamentalmente a cumplir necesidades prácticas de las mujeres como crear empleos para obtener ingresos, acceso a capacitación para acceder a determinados trabajos, lograr su entrada a cargos de dirección, fortalecer las áreas del cuidado. El enfoque en género se observa por ejemplo en acciones de capacitación como parte del trabajo en proyectos locales para sensibilizar y visibilizar inequidades y poder desarrollar iniciativas que propicien cambios; en los análisis que comienzan a hacerse de la realidad de los contextos desde un enfoque de género; en la visibilización de temas sensibles como la violencia intrafamiliar y el VIH/Sida; en la promoción de la paternidad responsable; en el proporcionar empleo a mujeres reconociendo las desigualdades en el acceso a determinados empleos, etc. 11
11.
Se designa a una persona como Referente Nacional de Género quien debería llevar el
permanente acompañamiento en el tema al Programa tanto a nivel nacional como local. Sin embargo, esta persona investigadora del CEM fue contratada a tiempo parcial debiendo compartir ambas responsabilidades. Una vez más observamos cómo con frecuencia se subestima la magnitud del trabajo en género o bien porque no hay fondos suficientes o bien porque no se comprende aún a cabalidad la importancia y la necesidad de este trabajo. 12.
Se elabora una estrategia de género del Programa para el período 2007-2010. Sin embargo,
esta estrategia nunca fue aprobada quedando como un documento borrador que servía para mostrar a la cooperación cuando esta necesitaba alguna evidencia de que el Programa tenía enfoque de género para poner sus fondos. Este ejemplo nos habla de las dificultades que existen a la hora de monitorear procesos una vez que se han establecido los objetivos. O bien se conocen o bien no se implementan los mecanismos necesarios para poder hacer seguimiento y evaluar procesos que se inician de manera que se logre su sostenibilidad. Por otra parte, los resultados de nuestro trabajo mostraron también que la aplicación de la TG fue un proceso inacabado (incluso discontinuado) donde no hubo uniformidad en todos los aspectos del mismo. Es de señalar, por ejemplo, la ausencia de cultura, de formación curricular profesional en monitoreo y evaluación, en la medición de los aspectos sociales que tienen que ver con el género, lo que repercute en debilidades que observamos en lo referido al monitoreo sistemático del impacto de las acciones en la equidad. El tema de género requiere de una formación humanista más fuerte de lo social, de la capacidad para entender las relaciones sociales. Observamos en general que el Programa tiende a evaluar sus logros en términos cuantitativos como por ejemplo número de mujeres que obtuvieron empleo, porciento de mujeres que accedieron a cargos de dirección, cuánto dinero se gastó, etc. Y el análisis suele quedarse ahí (no se exploran indicadores cualitativos que indican cambios a nivel de la subjetividad, en relación a las actitudes, los valores, elementos que se transforman a más largo plazo, que responden a necesidades estratégicas pero que dan cuenta de cambios en la posición, el reconocimiento social de las mujeres en determinado contexto social). Esto puede estar relacionado con que resulta más difícil medir la cualidad que la cantidad o porque se asume que de esta manera se hace más comprensible la información o, finalmente, porque al poner el 12
énfasis en la relación costo-beneficio se logra una mayor eficiencia. Sin embargo, es importante lograr el equilibrio entre medidas cualitativas y cuantitativas, donde sin ignorar metas numéricas, se añadan otros datos, por ejemplo, cómo las mujeres controlan sus ingresos o cómo impacta la vida privada de aquellas mujeres que han pasado a ocupar cargos directivos, o el tiempo que se han mantenido ocupando dichos puestos, y también el impacto en los hombres y en las relaciones de poder que se establecen entre ellos. Desde nuestro punto de vista, un ejemplo clásico que siempre menciono de esta ausencia de cultura de monitoreo (en términos de perspectiva de género) es el de las Fincas Forestales en el Río Cauto que fueron entregadas a familias para la reforestación y el 50% de ellas (en acuerdo firmado entre el gobierno de la prov y la FMC) fue entregado en jefatura a las mujeres (Año 2000). Sin embargo, no parece haber habido un seguimiento del cómo fue, del qué pasó. Se conoce el impacto exitoso que ha tenido el proyecto en la reforestación de la zona; sin embargo hoy en día - 13 años después parece desconocerse el impacto en lo social. Finalmente pensamos que no debemos dejar fuera del debate de si se transversalizó o no (si tuvo un impacto o no) un elemento muy importante de la TG que es el ámbito privado. Desafortunadamente, no se suele mantener una visión de género sistémica donde se trabaje en la esfera pública sin dejar fuera el ámbito personal, el de las familias. En tal sentido, pudimos observar que si bien existen medidas institucionales para balancear los espacios público y privado, persisten las dificultades siendo las mujeres aún las más sobrecargadas, las que están aún más limitadas desde el punto de vista de sus carreras profesionales, tanto en la estructura internacional como en la nacional del PDHL. No obstante, a pesar de estas limitaciones y del desmantelamiento general al que se dirigió el Programa hasta su cierre en el 2011, pudimos observar positivamente otro elemento importante y constitutivo de la TG que tiene que ver con una integración paulatina del tema en la conciencia y los valores de las personas (en unos más que en otros) que hace que se produzca este cambio en maneras de ver el mundo que conllevan a acciones personales e institucionales más equitativas, que a su vez contribuyen a sociedades también más equitativas. En tal sentido, observamos que el tema se instaló en las personas tanto en las contrapartes como en los actores del PDHL, y que se llevó a sus filosofías de vida, a sus casas, al intento de conciliar sus espacios público y privado tanto por los hombres como 13
por las mujeres (quizás con una mayor sensibilización en estas últimas), y reconociendo ambos que queda por hacer en este sentido.
Ello da cuenta de una institución que ha trabajado en la
transversalización de género. La experiencia del PDHL representó importantes desafíos para los gobiernos locales a la hora de impulsar iniciativas de desarrollo local con enfoque de género. Entre otros podemos mencionar: 1)
El que los decisores y actores locales pudiesen entender y el visibilizar un tema que no formaba
parte de su cultura curricular profesional, que además deberían ir aprendiendo e incorporando sobre la marcha conjuntamente con otros aprendizajes como lo son por ejemplo la planeación y formulación de proyectos de desarrollo local, el monitoreo y la evaluación, entre otros. De ahí la importancia en la capacitación. 2)
El acompañamiento inestable de la FMC en los territorios, pues no en todos hubo la misma
presencia y capacidades para el acompañamiento por parte de la FMC. 3)
La necesidad de conocer la pluralidad de contextos existentes con realidades y necesidades
diferentes donde también las desigualdades se manifiestan de manera diferente. Es importante conocer y comprender la cultura de esos contextos plurales y diversos, a veces muy complejos, para poder desarrollar iniciativas con enfoque de género que respondan a las necesidades identificadas sin aplicar recetas neutras o únicas. 4)
Lo anterior tiene que ver también con las personas y sus capacidades; habilidades; estilos de
liderazgo y dirección; su apropiación con el tema, su empuje y su capacidad de gestión. La propia cultura patriarcal de la que eran portadores muchos de los actores locales no siempre dispuestos a entender por qué era necesario e importante la inclusión del enfoque en las propuestas de proyectos y las exigencias de la cooperación en ese sentido. En algunos territorios la resistencia era mayor que en otros. Eso hacía necesario una labor de sensibilización mayor en unos territorios más que en otros y que las respuestas fueran más avanzadas en unos que en otros. Tan es así que, por ejemplo, no en todos los territorios del PDHL surgen los Comités de Género, vimos que ellos aparecen en Habana Vieja, Guantánamo, y Holguín.
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A manera de conclusión: En los procesos actuales que vive nuestro país, es importante que los gobiernos locales conozcan las buenas prácticas y las lecciones aprendidas de la experiencia del PDHL como por ejemplo la importancia de constituir estructuras específicas como las que acompañaron al Programa (ejemplo el Comité Nacional de Género) que trabajen en estrecha articulación con otras estructuras e instancias académicas e investigativas. Es importante que la FMC y las entidades académicas y de investigación que cuentan con resultados de investigación y experticia en el tema trabajen de manera articulada en el acompañamiento que se siga dando a la aplicación del enfoque de género a nivel nacional y local. Es importante que se divulgue esta experiencia que fue el PDHL en términos de procesos de desarrollo humano desde una dimensión territorial que buscaron identificar y aprovechar los recursos y potencialidades endógenas de un territorio, donde los actores locales ejercen su capacidad para decidir y liderar sus propios procesos de desarrollo. Que se conozca además esta experiencia de trabajo conjunto y articulado que se produjo entre la cooperación internacional, el gobierno y las comunidades y que mostraron cómo, aún en contextos políticos, culturales y económicos diferentes, es posible trabajar para lograr objetivos comunes en un proceso de enriquecimiento y aprendizaje mutuos, dejando atrás otras formas de cooperación. La experiencia de más de 10 años de trabajo del PDHL en Cuba dejó un capital humano formado y que trabajó en el PDHL cuya participación en los procesos de desarrollo local actuales no debe desestimarse; sino potenciarse y estimularse.
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