150 años Catedral de Puerto Montt

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150 Vista de la Catedral de Puerto Montt en el año 1XXX.

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Puerto Mont t

CĂşpula de la Catedral de Puerto Montt en el aĂąo 2005.

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Presentación Monseñor

Cristian Caro Cordero Lleno de gratitud –a Dios y a tantos colaboradores– presento, con alegría, este libro que hacía falta, sobre la Iglesia Catedral Metropolitana de Puerto Montt. Narra las diversas etapas de su historia, desde la primera piedra, colocada apenas tres años después de la fundación de la ciudad (1853), hasta la última de las restauraciones (2003-2005) a que ha sido sometida. La Catedral es el centro de la vida litúrgica de la Diócesis y testigo privilegiado de la vida de la Iglesia particular, pues en ella tiene su sede el Obispo. Pero, es también un referente de la historia de la ciudad, de los acontecimientos más significativos y de las personas que han dejado huella en la sociedad civil. A lo anterior se añade el valor arquitectónico y cultural del edificio, construido enteramente en maderas nativas, y el más antiguo de la ciudad, emplazado enfrente de la misma plaza de armas. De aquí la necesidad de inculcar “en el ánimo de los fieles, por los medios oportunos, el amor y la veneración hacia la iglesia catedral” (Ceremonial de los Obispos, n. 45). Este libro puede considerarse uno de esos medios oportunos para dar a conocer la historia de la Catedral de Puerto Montt, su estructura peculiar, y las diversas intervenciones arquitectónicas que se le han hecho a lo largo de los años, debido a los daños causados por el terremoto, la humedad y los microorganismos. Encomiendo a la protección de la Santísima Virgen del Carmen, patrona titular de la Catedral y de la Arquidiócesis, la vida de nuestra Iglesia y de la ciudad. Pido las bendiciones divinas para quienes han hecho posible este valioso libro y para quienes lo lean con provecho espiritual y cultural.

+ Cristián Caro Cordero Arzobispo de Puerto Montt

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Director Editorial

Monseñor Cristian Caro C.

Cómite Editorial

P. Daniel Acuña P. Eduardo Tampe Arq. Fernando Gonzalez M. Ricardo Abud Maeztu

Editor /

P. Daniel Acuña

Director de Arte /

Ricardo Abud Maeztu

Fotografía /

Arq. Fernando Gonzalez M. Marcos Vasquez Andres Hernandez Kurt Grassau Archivos del Arzobispado de Puerto Montt

Arzobispado de Puerto Montt Benavente 220, 2do Piso, Puerto Montt, X Región, Chile. Tel.: 56-65-256500 - Fax: 56-65-256501 www.arzobispadodepuertomontt.cl © Copywritgh Inscripción Nº 000.000 ISBN 000-0000-00-0 Primera edición: 2005, 1.000 Ejemplares


Indice de Contenidos 1. Presentaciòn 2. Indice 3. Historia de la catedral Historia, Arquidiocesis, hitos y sociedad 4. La vida diocesana y la catedral - Significado teológico y pastoral - El pastor que pastorea al rebaño (encuentros con parroquias, ordenaciones sacerdotales, otros momentos de la vida diocesana, etc.) - La vida civil y la catedral 5. Restauraciones de la Catedral de Puerto Montt 1856-2006 - Las Fundaciones - La Fumigación - La Cupula - Las Fachadas - La Cubierta - La Iluminación 6. Descripción de la Catedral - Entorno - Materialidad - Planos arquitectónicos 7. Oración de Acción de Gracias 8. Agradecimientos 9. Bibliografía

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Vista de Plaza de Armas y la Catedral de Puerto Montt, desde el paseo costanera. FotografĂ­a de Provoste, 1948.


Historia de la Catedral de Puerto Montt 1

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La Colonia de Melipulli, fundada el año de 1852, era esporádicamente visitada por misioneros o por el Párroco de Calbuco a cuya jurisdicción pertenecía. La población de la Colonia iba continuamente en aumento por lo cual la labor pastoral, de un solo sacerdote, no era suficiente para atender la feligresía numerosa y extendida. Así el año de 1856 se crea la Vice-parroquia de Melipulli, que ya entonces es Puerto Montt. Su primer vice-párroco fue el Pbro. Antonio Barrientos, celoso y ejemplar sacerdote. Difícil fue para este sacerdote atender toda la filegresía y además se encontraba con la dificultad del idioma de los emigrantes alemanes. Considerando estas circunstancias, el Señor Obispo de Ancud Fray Francisco Paula Solar, y siguiendo los consejos del Señor Arzobispo de Santiago Mons. Rafael Valdivieso, pidió al Rdo. Padre General de los Mercedarios que enviaran religiosos de nacionalidad alemana para la atención espiritual de los colonos. No fue posible a los Padre Mercedarios hacerse cargo de esta misión. Se pidió entonces al R.P. Pedro Beck, General de los Jesuitas quien accedió de buen grado. A principios del año 1859 llegan a Santiago los Padres Teodoro Schwerter y Bernardo Engbert y el Hno. José Schorro y durante su permanencia de dos meses en Santiago se dirigen a Valparaíso para embarcarse el 10 de Marzo de 1859 en el barco “Príncipe de Gales” llegando [ 09 ]


recibidos por el Señor Obispo Mons. Solar. En el viaje de Ancud a Puerto Montt naufragó el barco y los Padres, como los demás pasajeros, se salvaron y tuvieron que regresar a Ancud a pie. En este naufragio perdieron los Padres todos los enseres que traían de Alemania para uso personal y todos los objetos de culto. A los pocos días emprendieron nuevamente el viaje, llegando a Puerto Montt el 22 de marzo de 1859, donde fueron recibidos con todo cariño y agasajos por el Cura Pbro. Antonio Barrientos, el Intendente Sr. Gaspar del Río y los principales vecinos. El P. Teodoro Schwerter y el P. Bernardo Engbert de inmediato se dan a la labor apostólica no solo con los colonos alemanes sino también con los habitantes naturales de la región. A los pocos días de su llegada abren una sencilla escuela que tiene por Patrono a San José. Es la es la base del futuro Colegio de San Francisco Javier. El año de 1862 la Compañía de Jesús se hace cargo de la atención parroquial en Puerto Montt, siendo el primer vice-párroco el P. Jesuita Bernardo Engbert. La extensión de la Parroquia de Puerto Montt era entonces de 198 kilómetros de N a S y de 200

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kilómetros de E a O y por el N el límite era Osorno. En 1865, según un escroto del P. Teodoro Schwerter, el distrito parroquial tendría mas o menos diez mil habitantes repartidos en diez pueblitos mas todos los colonos alemanes esparcidos principalmente alrededor del lago Llanquihue. En el año de 1893, tomando en cuenta la importancia que adquiría la Provincia de Llanquihue por su aumento de población y actividades el Sr. Obispo de Ancud Mons. Lucero elevó la Vice-parroquia a la categoría de Parroquia siendo su primer párroco el P. Juan B. Mundwiler. Los Padres Jesuitas continuaron rigiendo la Parroquia de Puerto Montt hasta el año de 1914. En el año indicado los Padres Jesuitas hicieron entrega de la Parroquia al Clero diocesano siendo Obispo de Ancud Mons.Fr. Pedro Armengol Valenzuela, Mercenario y su primer Párroco fue el Pbro. Norberto Schroer. El templo Parroquial fue entonces, lo que hoy día es la Catedral Metropolitana. Su construcción se comenzó en 1984. Esa construcción pasó por varias vicisitudes y reformas hasta llegar a lo que es hoy.


Con la creación del Obispado de Puerto Montt, su primer Obispo Mons. Ramón Munita Eysaguirre, solicitó al M. R. P. General de los Jesuitas Wlodimiro Ledockwski que los Padres Jesuitas tomaran nuevamente la responsabilidad de la Parroquia por algunos años, a cuya solicitud accedió el P. General. Este nuevo período comenzó en el año 1939 y duró hasta el mes de marzo de 1982 siendo Arzobispo de Puerto Montt Mons. Eladio Vicuña A. En Noviembre de 1945 se celebró un Congreso Eucarístico con la asistencia del Arzobispo de Santiago don José María Caro y varios Obispos más, incluyendo al representante de Su Santidad Pío XII, Monseñor Maurilio Silvani.

Congreso Eucarístico de 1945.


Fue vice-parroquia desde el año 1856 hasta el año 1892 y durante este tiempo fueron vice-párrocos los siguientes Padres:

P. Antonio Barrientos - 1856/1863

P. Antonio Barrientos P. Bernardo Engbert P. Francisco Enrich P. Blas Bendeich P. Francisco Enrich P. Bernardo Engbert P. Pedro Fink P. Humberto Düffels P. Juan B. Mundwiler

1856 1863 1873 1874 1874 1877 1882 1889 1892

En el año 1893 el Sr. Obispo de Ancud Mons. Agustín Lucero Lazcano, de la Orden Religiosa de Santo Domingo, eleva la vice-parroquia a la categoría de Parroquia y siendo los Párrocos: P. Juan B. Mundwiler - 1893/1898

P. Juan B. Mundwiler P. Pedro Fink P. Leonardo Junker P. Guillermo Sander

1893 1898 1906 1907

En 1914 la Parroquia pasa al clero diocesano siendo los siguientes párrocos: Pbro. Norberto Schroer Pbro. Agustín Gallardo Pbro. Pedro Ojeda Pbro. Manuel Córdova Pbro. Norberto Schroer - 1914/1926

P. Alfredo Waugh - 1940/1942

1914 1926 1930 1936

En 1939 SS. Pío XII crea el Obispado de Puerto Montt y su primer Obispo es Mons. Ramón Munita y los Padres Jesuitas nuevamente se hacen responsable de la Parroquia. P. Alfredo Waugh P. Miguel Olavaria P. Guillermo Balmaceda P. Carlos Hodgson P. Arturo del Valle P. Joaquín Barros P. Alvaro Lavín (interino) P. Enrique Vergara P. Jorge González

1940 1942 1954 1955 1956 1960 1964 1964 1970

En 1982 se entrega nuevamente la administración de la Parroquia al clero diocesano siendo Párrocos los sigueientes sacerdotes: Pbro. Héctor Pericó Pbro. Leandro Serna

Pbro. Héctor Pericó - 1982/1984

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1982 1984


RINCÓN HISTÓRICO Pues bien, con los colonos arribados al finalizar el año 1852 y una segundo grupo de comienzos de 1853, el Agente de la Colonización Dn. Vicente Pérez Rosales procedió el día 12 de Febrero de 1853 a “inaugurar” la nueva colonia de Llanquihue. Se escogió dicha fecha por ser ciertamente importante en la historia de nuestro país. Meses después, informado el Gobierno de dicha inauguración, dictó entonces el “decreto de la fundación”. El documento emitido en la capital con En efecto, cuando arribaron los primeros colonos a fecha 27 de Junio de 1853, textualmente señala: las playas de Melipulli –el primer Domingo de Adviento: 28 de Noviembre de 1852- vivían en la Art. 1: Fúndase una población en el lugar región algunos centenares de personas dedicadas a denominado “Astillero de Melipulli”. Esta la explotación maderera, en especial el alerce. Muchos población será la cabecera del territorio de de ellos tenían su residencia en Calbuco y trabajaban colonización de Llanquihue. en Melipulli; también en el sector de Chamiza eran Art. 2: Apruébese el plano que para la expresada centenares los trabajadores, toda vez que esa zona población ha formado y presentado al Gobierno estaba rodeada de inmensos alerzales. La fecha de la fundación de una ciudad no siempre coincide con la llegada de los primeros pobladores a dicho lugar. Estos se han establecido años antes, atraídos por diversas circunstancias, como puede ser el descubrimiento de un mineral, el establecimiento de un centro comercial, el cruce de varios caminos, etc. Y “Melipulli” –bautizado después “Puerto Montt”no podía sustraerse a la regla general.

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el Agente de Colonización. Art. 3: El citado Agente elegirá y reservará en ella los sitios que sean necesarios y que estén convenientemente situados para Iglesia, casa de Gobierno, Cabildo, Escuela, oficinas de Hacienda, Hospital, Cuartel y Cárcel. Tómese razón, comuníquese y publíquese. M. Montt A. Varas Tenemos pues que el decreto de la fundación de Puerto Montt es de fecha 27 de Junio de 1853. En aquel documento se dispuso que un solar adecuado se destinaría para la construcción de un templo o lugar de oración. Podemos suponer que dicho solar es el ubicado frente a la plaza y donde se levanta la actual Iglesia Catedral.



COMIENZA

LA

CONSTRUCCIÓN

La primitiva Iglesia ciertamente tiene que haber sido muy pequeña. Don Vicente Pérez Rosales en su “Informe al Gobierno” expresa: “El Párroco de Ancud, don Miguel Sevilla, bendijo la primer piedra del templo que se erigió al Altísimo. Acto continuo todos los colonos cantaron un himno de acción de gracias al Creador...”. En 1856 llega la naciente Puerto Montt don Antonio Barrientos como Vice Párroco, dependiente de la Parroquia de Calbuco. Mientras tanto el Gobierno había destinado una competente suma para edificar una Iglesia parroquial frente a la plaza. Hacía años que se había puesto la primera piedra, pero no se avanzaba en la edificación. Existían sí en Puerto Montt otras dos Iglesias o templos; ellos eran: la Iglesia de los Padres Jesuitas que hacía las veces de parroquia, y la Iglesia protestante luterana. El Párroco era el P. Bernardo Engbert de la Compañía de Jesús. Por fin, en 1872 ya se está levantando el templo en el solar que todavía ocupa, es decir, frente a la plaza. Aquel año había veraneado en Puerto Montt el entonces senador don Carlos Walker Martínez quien, cuando regresó a la capital obtuvo del Ministro de

Justicia la suma de $ 3.000, para la terminación del templo.

Intendente de la Provincia la devolución de la Iglesia a lo que la autoridad accede.

El arquitecto o ejecutor de los planos se inspiró en la Acrópolis de Atenas; al frente se destacan cuatro columnas de estilo dórico que semejan al Partenón griego. La construcción carecía de la actual torre. En el interior osee doce columnas de alerce también de estilo dórico y una columna de mármol de Carrara con esculturas del mismo material. Los ejecutores o constructores del templo fueron los carpinteros señores Matías Doggenweiler y Augusto Trautmann, llegaos ambos de Alemania junto al grupo de emigrantes. Colaboraron también otros colonos, de los cuales se conocen a los señores Rehbein, Krebs, Ditzel, Lafrenz y Fhering.

SOLEMNE BENDICIÓN

Cosa extraña, después de tantos sacrificios, el templo estaba al comienzo sin destino. Desde el año 1872 los católicos contaban con la Iglesia de los Padres Jesuitas inaugurada al finalizar aquel año. En mayo de 1893 el Señor Obispo de la Diócesis don Agustín Lucero, por intermedio del Párroco D. Juan Bta. Mundwiller, SJ., (1892-1898), solicitó al señor

Y llegamos al año 1896. El Domingo 10 de Mayo de este año se tiene la solemne bendición e inauguración de la Iglesia. Veamos lo que textualmente nos dice el “libro diario” de los Padre Jesuitas de aquel entonces y que bajo el título de “Bendición de la Catedral” señala: “Hoy se inauguró la Iglesia de la Parroquia (en la plaza). Para esto mandó el Sr. Vicario General dos decretos: en el primero se nombra a la Virgen del Monte Carmelo Patrona titular de este templo. En el segundo se declara, que se dice en este templo solamente la misa de las diez los Domingos y fiestas de guardar. Además, el novenario que precede a la fiesta del Carmen”.

Hacía años que se había puesto la primera piedra, pero no se avanzaba en la edificación. Vista de Plaza de Armas y la Catedral de Puerto Montt, desde el paseo costanera. Fotografía de Provoste, 1948.

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UN TEMPLO SORPRENDENTE Una de las curiosidades de la Catedral de Puerto Montt es que cuando el edificio aún no se terminaba sirvió por un tiempo de teatro y luego, en 1880, durante la Guerra del Pacífico, se utilizó como cuartel de tropas venidas desde Osorno que junto con las reclutadas en Puerto Montt sumaron un número de 854, los cuales fueron trasladados a Valparaíso en los vapores de la carrera.

“...cuando el edificio aún no se terminaba sirvió por un tiempo de teatro y luego, en 1880, durante la Guerra del Pacífico, se utilizó como cuartel de tropas...“

Para quien visita el interior de la Catedral se ve acompa;ado por hermosas imágenes en los muros y algunos significativos objetos de arte religioso. Resalta el gran retablo al fondo de la iglesia, que representa a Jesús Crucificado con la Virgen María a sus pies. Se ofrece también a la mirada de los fieles una notable imagen de la Virgen del Carmen, muy antigua, de indudable factura colonial, la cual fue obsequiada por Delia Reyes de Valdivieso. Esta noble imagen se hallaba en poder de la familia de la donante desde tiempo inmemorial. En el presbiterio se observa una columna de mármol de Carrara, esculpida en Italia, la cual sostiene el Sagrario y también dos esculturas del mismo mármol que representan a niños con cestos en la cabeza para colocar flores en su interior. Los muros de las naves se ven adornados por pinturas de valor desigual. Hay dos cuadros simétricos, uno del Corazón de Jesús y otros del Corazón de María que junto con un cuadro representando la Ascensión del Señor fueron obtenidos para la Catedral por el obispo Ramón Munita. Los cuadros restantes fueron

1. Vista de Plaza de Armas y la Catedral de Puerto Montt, desde el paseo costanera. Fotografía de Provoste, 1948. 2. Vista de Plaza de Armas y la Catedral de Puerto Montt, desde el paseo costanera. Fotografía de Provoste, 1948. 1. Vista de Plaza de Armas y la Catedral de Puerto Montt, desde el paseo costanera. Fotografía de Provoste, 1948. 2. Vista de Plaza de Armas y la Catedral de Puerto Montt, desde el paseo costanera. Fotografía de Provoste, 1948.

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obsequiados por las religiosas del Buen Pastor de Santiago, las que asimismo donaron cuatro lámparas de bronce que se encuentran en el presbiterio. Es de notar asimismo un cuadro de San Francisco de Sales, existente en el interior de la capilla lateral dedicada al mismo santo, cuadro pintado por el notable artista Miguel Venegas. En 1980 el Arzobispo Monseñor Eladio Vicuña Aranguiz diseña en conjunto con el Artista Regional de Repujados en Cobre Juan Antonio Moreira un Friso decorativo para el frontón de la fachada principal, pintado de vivos colores. La disposición de las imágenes corresponde a una pintora del famoso pintor italiano cuyas obras se observa en el Vaticano.

1. Vista de Plaza de Armas y la Catedral de Puerto Montt, desde el paseo costanera. Fotografía de Provoste, 1948. 2. Vista de Plaza de Armas y la Catedral de Puerto Montt, desde el paseo costanera. Fotografía de Provoste, 1948.


La vida


d io c e s a n a


LA VIDA DIOCESANA Y la Catedral


“La Iglesia Catedral por la majestad de su construcción, es signo de aquel templo espiritual que se edifica en las almas y que resplandece por la magnificencia de la gracia divina, según dice el Apóstol Pablo: “Vosotros sois el templo de Dios vivo” (2 Cor 6,16)” (Ceremonial de los Obispos, 43). El edificio sagrado es signo “de la Iglesia de Cristo que predica, canta y adora en toda la extensión de la tierra” (ib) y anticipa la Iglesia gloriosa del cielo, sin mancha, ni arruga, ni nada semejante (cf. Ef. 5,27; Ap. 21,2.10-11). En cada Diócesis (o Arquidiócesis), la Catedral “es como la iglesia madre y el punto de convergencia de la Iglesia particular”. “En efecto, la Catedral es el lugar donde el Obispo tiene su Cátedra, desde la cual educa y hace crecer a su pueblo por la predicación, y donde preside las principales celebraciones del año litúrgico y de los sacramentos” (Exh. Ap. “Pastores Gregis”, n.34).


“Precisamente cuando está sentado en su Cátedra, el Obispo se muestra ante la Asamblea de los fieles como quien preside “in loco Dei Patrios” (es decir, en lugar de Dios Padre). Por eso, la Cátedra episcopal, en la cual solo se sienta el Obispo, hace de la Iglesia Catedral “el centro material y espiritual de unidad y comunión para el presbiterio diocesano y para todo el Pueblo santo de Dios” (Exh. Ap. “Pastores Gregis”, n.34). Es significativo que momentos importantes de la vida civil o de la vida diocesana se celebran en la Catedral con participación de delegaciones de parroquias, colegios y movimientos apostólicos.

El Concilio Vaticano II subraya la importancia que todos deben dar “a la vida litúrgica de la diócesis en torno al obispo, sobre todo en la iglesia catedral, persuadidos de que la principal manifestación de la Iglesia tiene lugar en la participación plena y activa de todo el pueblo santo de Dios en las mismas celebraciones litúrgicas, especialmente en la misma Eucaristía, en una misma oración, junto a un único altar, que el obispo preside rodeado por su presbiterio y sus ministros” (S.C., 41). La finalidad de la liturgia es la santificación de los fieles, la unidad de la Iglesia y el culto y la gloria de Dios. Por eso, las celebraciones que se desarrollan en la iglesia catedral presididas por el Obispo tienen el valor de signo y ejemplo para toda la Iglesia particular” (Ceremonial de los Obispos, 42-54).

La finalidad de la liturgia es la santificación de los fieles, la unidad de la Iglesia y el culto y la gloria de Dios.



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Si alguien se pregunta cual podrá ser el edificio más antiguo de Puerto Montt todavía en pie y en uso permanente, pocos sospecharán que se trata del edificio de la Iglesia Catedral frente a la Plaza de Armas. Debiera tener un sentido simbólico que el único edificio sobreviviente de los primeros tiempos de la ciudad sea un templo, una construcción dedicada al culto divino, y que para extremar lo sorprendente del hecho ese edificio sea también una imitación en madera del Partenón ateniense, cuyas ruinas aún se observan en la Acrópolis griega. En 1893 el Obispo de entonces solicitó al Intendente de la Provincia la restitución del edificio, a lo que la primera autoridad provincial accedió. Se ejecutaron algunos trabajos en el interior y el templo desde 1896 a 1914, por 18 años, funcionó a cargo de los Padres Jesuitas de la época, como sede parroquial. El templo tiene ya entonces su figura y dimensión actuales: 40 metros de largo por 15 de ancho. Sólo faltaba la torre que se le añadió en fecha no determinada. En los primeros años el edificio carecía de la torre que ahora conocemos, sin embargo, otras imágenes del mismo edificio que se remontan al año 1900 y se conservan en el Museo Regional, nos señalan que aquel año ya se le había agregado la torre destinada a las campanas. Mientras tanto se habían construido a los costados de la Catedral los dos edificios gemelos de madera. Fue en 1913 cuando el párroco jesuita Guillermo Sander empezó a levantar estos dos edificios de madera revestidos de planchas de zinc; en aquellos años esos edificios llegaron a ser los mejores de la


ciudad, el constructor de ambos fue el prestigioso vecino de Maullín don José Pérez.

fachada, pero el interior y la estructura del templo continuaron sometidos al desgaste del tiempo.

La Iglesia, cuyas medidas son 40 metros de largo por 15 metros de ancho y con la torre que se eleva a 33,50 metros, fue restaurada por primera vez el año 1941 por el Obispo don Ramón Munita. En efecto, al crearse la Diócesis de Puerto Montt por Bula del 1º de Abril de 1939, la que se desmembró de Ancud, el primer Obispo, Monseñor Ramón Munita, emprendió en 1941 la tarea de reformar la vieja Iglesia parroquial para convertirla en Catedral. Con ese motivo al viejo templo se le rehicieron los cimientos; la techumbre y la bóveda fueron cambiadas; los altares, el trono episcopal y demás mobiliario fueron construidos conforme a las normas litúrgicas. También se pintó todo el interior y se abrieron nuevas ventanas a objeto de darle una mayor iluminación.

Por eso, en 1975, el arzobispo don Eladio Vicuña se enfrentó al dilema de proceder a una reparación total del edificio o a su demolición. Se decidió por la primera alternativa y acometió la magna empresa de una restauración general, interior y exterior. Los costados fueron en su integridad reconstruidos cambiando vigas, maderos y tablazón, conservándose no obstante la estructura del edificio. El interior fue revestido de planchas de plástico, se refaccionó enteramente la techumbre y se revisaron y repararon los tragaluces. El templo cambió de aspecto y pareció renacer. El viejo caserón recuperó su aspecto majestuoso y también se sometió a remodelación el presbiterio, la sacristía, pintura total y restauración de la capilla de San Francisco de Sales. Esta es de estilo gótico y allí se celebran todos los días los oficios religiosos.

A raíz del terremoto del año 1960, el templo sufrió daños en su parte exterior y el Arzobispo Monseñor Alberto Rencoret hizo una nueva restauración del frontis, conservando sí el estilo primitivo. Los estragos del tiempo, de las lluvias y vientos, dañaron el frontis de la Catedral, por lo cual el obispo Alberto Rencores hizo restaurar en 1960 toda la

Se construyó según las indicaciones del Intendente don Felipe del Solar y los planes del ingeniero don José Decher. El costo fue $ 29.000. El frente es una copia de “L’ Eglise de la Madelaine” de Paris.

El 16 de julio de 1976, día de la Virgen del Carmen, se procedió a la solemne reapertura del templo, ya enteramente restaurado y el cual desde entonces luce como lo contemplan quienes penetran en su interior y admiran su severa arquitectura y sobres aspecto. El 10 de Agosto del 2002, en el Arzobispado de Puerto Montt —en presencia del Arzobispo Cristián Caro Cordero— se dio un paso decisivo en la formación del Comité Pro Restauración de la Catedral, integrado por destacadas personalidades de la ciudad y los acuerdo iniciales de dicho comité fueron: - La urgencia de las reparaciones a la Catedral. - Confección de instrumentos que permitan generar y captar recursos económicos. Entre ellos, los bonos de cooperación.

1. Vista de Plaza de Armas y la Catedral de Puerto Montt, desde el paseo costanera. Fotografía de Kurt Grassau,1910. 2. Vista de Plaza de Armas y la Catedral de Puerto Montt, desde el paseo costanera. Fotografía de Kurt Grassau,1910.


LAS FUNDACIONES Las fundaciones perimetrales originariamente materializadas en Cancahuas (piedras talladas) fueron reemplazadas por fundaciones de hormigón armado. Tal decisión fue tomada a causa de los daños originados por la acción del paso del tiempo y el terremoto del año 60.

LA FUMIGACIóN Se diagnosticó la presencia de insectos depredadores en las maderas estructurales. Se aplicó funguicidas en la totalidad de la estructura de envigados de piso y la techumbre mediante brochas e inyecciones hacia el interior de las estructuras, impregnando con el químico desde el exterior al interior y viceversa.

LA CúPULA Se interviene la cubierta de la cúpula poligonal utilizando el sistema constructivo original. En búsqueda de una materialidad compatible con el proceso de oxidación del Alerce y que logre hacer frente a los azotes climáticos, se ha pensado en la nobleza y eternidad del Cobre.

LAS FACHADAS Se recuperaron las tonalidades naturales de las maderas de Alerce que revisten el esqueleto soportante de la Catedral. Nobles maderas que se encontraban ocultas y protegidas tras 6 manos de oleos de distintas tonalidades según la etapa de intervención. Se utilizaron lijas gruesas en el inicio de las faenas para luego ejecutar el acabado con finas lijas que permitieron lograr suaves terminaciones. Para proteger exteriormente las maderas ante los microorganismos, humedad y rayos ultravioletas, se aplicaron protectores sobre las tres fachadas visibles del inmueble.


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CUBIERTA La nobleza y eternidad del cobre fue la elección para reparar la techumbre de la Catedral de Puerto Montt. Al tratarse del cobre un material resistente a la corrosión, a los agentes biológicos y al fuego lo hacen eterno, construyendosé así una cubierta que logre hacer frente a las inclemencias del sur.

FRISO ARTíSTICO Con el pasar de los años el friso sufrió oxidaciones que terminaron por ocultar los motivos religiosos que le daban vida, por lo cual el mismos autor de la obra procedio a lijarla, aplicar un removedor de oxido y finalmente barnizarlo para lograr una mejor protección ante los efectos climáticos.

ILUMINACIóN El alumbrado interno y externo que involucra 360 puntos luminosos, responde al proyecto "Iluminando Iglesias al Sur del Mundo", que la Fundación Endesa de España está desarrollando en Latinoamérica con la finalidad de destacar el valor arquitectónico y espiritual de los monumentos religiosos más emblemáticos de la región.

1. Vista de Plaza de Armas y la Catedral de Puerto Montt, desde el paseo costanera. Fotografía de Provoste, 1948. 2. Vista de Plaza de Armas y la Catedral de Puerto Montt, desde el paseo costanera. Fotografía de Provoste, 1948. 1. Vista de Plaza de Armas y la Catedral de Puerto Montt, desde el paseo costanera. Fotografía de Provoste, 1948. 2. Vista de Plaza de Armas y la Catedral de Puerto Montt, desde el paseo costanera. Fotografía de Provoste, 1948.


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descripción de la Catedral

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Título Simulado Este es texto simulado, falta redactar este capítulo. Este es texto simulado, falta redactar este capítulo. Este es texto simulado, falta redactar este capítulo. Este es texto simulado. Este es texto simulado, falta redactar este capítulo. Este es texto simulado, falta redactar este capítulo. Este es texto simulado, falta redactar este capítulo. Este es texto simulado.Este es texto simulado, falta redactar este capítulo. Este es texto simulado, falta redactar este capítulo. Este es texto simulado, falta redactar este capítulo.es texto simulado, falta redactar este capítulo. Este es texto simulado, falta redactar este capítulo. Este es texto simulado, falta redactar este capítulo. Este es texto simulado, falta redactar este capítulo. Este es texto simulado.

Plano de Emplazamiento

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Planta de Arquitectura

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Fachada Frontal

Fachada Lateral

Corte Transversal

Corte Longitudinal

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Or a [ 28]


ciรณn [ 29 ]



ORACIón de acción de gracia Lleno de gratitud –a Dios y a tantos colaboradores– presento, con alegría, este libro que hacía falta, sobre la Iglesia Catedral Metropolitana de Puerto Montt. Narra las diversas etapas de su historia, desde la primera piedra, colocada apenas tres años después de la fundación de la ciudad (1853), hasta la última de las restauraciones (2003-2005) a que ha sido sometida. La Catedral es el centro de la vida litúrgica de la Diócesis y testigo privilegiado de la vida de la Iglesia particular, pues en ella tiene su sede el Obispo. Pero, es también un referente de la historia de la ciudad, de los acontecimientos más significativos y de las personas que han dejado huella en la sociedad civil. A lo anterior se añade el valor arquitectónico y cultural del edificio, construido enteramente en maderas nativas, y el más antiguo de la ciudad, emplazado enfrente de la misma plaza de armas. De aquí la necesidad de inculcar “en el ánimo de los fieles, por los medios oportunos, el amor y la veneración hacia la iglesia catedral” (Ceremonial de los Obispos, n. 45). Este libro puede considerarse uno de esos medios oportunos para dar a conocer la historia de la Catedral de Puerto Montt, su estructura peculiar, y las diversas intervenciones arquitectónicas que se le han hecho a lo largo de los años, debido a los daños causados por el terremoto, la humedad y los microorganismos.

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Agra

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D E C I M I E N TO S

dice el “libro diario” de los Padre Jesuitas de aquel entonces y que bajo el título de “Bendición de la Catedral.

• ENERSIS • MADECO • FORMAC • BAYER • SALMONCHILE • INSTALPON

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B i b l io


grafía

• Intendente de la Provincia la devolución de la Iglesia a lo que la autoridad accede. • Y llegamos al año 1896. • El Domingo 10 de Mayo de este año se tiene la solemne bendición e inauguración de la Iglesia. • Veamos lo que textualmente nos dice el “libro diario” de los Padre Jesuitas de aquel entonces y que bajo el título de “Bendición de la Catedral.


Vista de la Catedral de Puerto Montt en el aĂąo 1XXX.


CĂşpula de la Catedral de Puerto Montt en el aĂąo 2005.


Arzobispado de Puerto Montt


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