Semanas Pastorales 2015
PRESENTACION Con la realización de la tercera Semana Pastoral, dedicada a la DIAKONÍA, se completa el ciclo de semanas pastorales de este año 2015 y nos va marcando el punto de partida para nuestro Plan Pastoral Arquidiocesano, que tendrá como columnas de base: la espiritualidad de comunión, la formación cristiana como proceso de maduración de la fe (kerigma, conversión, catequesis, misión) y el servicio de la caridad. La importancia de esta tercera Semana Pastoral se centra en la vivencia y testimonio de la caridad, como expresión de la Koinonia y el Kerigma. Conscientes de la necesidad de darle a nuestra iglesia arquidiocesana el rostro de una iglesia samaritana al servicio de los pobres, una iglesia en salida misionera que va en búsqueda de los más necesitados y “cura sus heridas”, les invitamos y animamos a preparar bien esta próxima semana pastoral, con la oración y la reflexión comunitaria de los temas propuestos en este documento base. La caridad cristiana se centra en el Amor de Dios manifestado en Jesucristo, su Hijo, que nos ha amado hasta dar su vida por nuestra salvación y nos ha dejado el mandamiento del amor: “ámense los unos a los otros como yo los he amado”. Este amor debe llegar a todos y especialmente a los que más lo necesitan: los pobres y sufrientes.
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La ruta temática que les proponemos se basa en la experiencia del “buen samaritano”, que vio al hermano herido, se conmovió y le atendió con lo que tenía, comprometió a otros en la atención y compartió sus bienes para su total recuperación. Este es el camino de la caridad de la Iglesia y el signo de la misericordia del Padre. Este debe ser también nuestro camino. Inspirados en las orientaciones programáticas del Papa Francisco, que en su Exhortación Apostólica “La Alegría del Evangelio”, nos pide el compromiso concreto con la dimensión social de la evangelización. Preparémonos bien, ya sea a nivel personal como a nivel comunitario, para ser agentes de la caridad activa y testigos de la misericordia, cumpliendo el mandato expreso del Señor “VETE Y HAZ TU LO MISMO” Les bendice en Cristo. +Richard Daniel Alarcón Urrutia Arzobispo del Cusco
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ITINERARIO DE RENOVACIÓN PASTORAL ARQUIDIOCESANA AL 2018 2015 2016 2017
Realización de las Semanas Pastorales de Koinonia (15-17 de julio), Kerigma (16-18 septiembre) y Diakonía (11-13 de noviembre) Realización de 5 Asambleas Zonales Descentralizadas Realización de la Asamblea Pastoral Arquidiocesana
SEMANA PASTORAL DE DIAKONÍA TEMA LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EVANGELIZACIÓN LEMA Vete y haz tu lo mismo Lc 10, 37 Objetivo General Renovar la dimensión social de la evangelización que nos permita descubrir en el hermano el rostro sufriente de Cristo para atender sus necesidades de manera orgánica y planificada por toda la comunidad. Objetivos Específicos - Sensibilizar en los cristianos el sentido de la caridad que nos permita estar atentos a las diversas formas de sufrimiento del hermano. - Promover la práctica de la caridad en acciones concretas para atender las necesidades del sufrimiento humano en sus diversas manifestaciones. - Promover como Iglesia la práctica de la caridad de manera organizada y comprometida, vinculando a las diferentes instituciones privadas y públicas. LUGAR, FECHAS Y HORARIO: Miércoles 11
Jueves 12 Viernes 13
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: 08:30 a.m. : 10:00 a.m. a 13:00 p.m. : 03:00 p.m. a 06:00 p.m. : 08:30 a.m. a 13:00 p.m. : 03:00 p.m. a 06:00 p.m. : 08:30 p.m. a 12:15 p.m. : 12:30 p.m. a 14:30 p.m.
Colegio Santa Ana, 11, 12 y 13 de Noviembre Eucaristía de Apertura
Eucaristía de Envío Misionero
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Criterios de Participación
Están invitados a participar: - Todos los sacerdotes, consagrados, consagradas y fieles de la Arquidiócesis. - Los fieles laicos de las diferentes parroquias de la arquidiócesis, presentados por su párroco. - Los Coordinadores Arquidiocesanos de los diferentes movimientos laicales de la Arquidiócesis presentados por su Asesor. Monto de Inscripción Lugar
S/. 15.00 para participantes de la zona rural. Fecha límite: S/. 30.00 para participantes de la zona Viernes 06 de urbana Noviembre Arzobispado del Cusco, Comisión Arquidiocesana de Misiones de 8:30 a.m. a 3:00 p.m.
Sobre cualquier dificultad relacionada con la inscripción, le rogamos ponerse en contacto con la Vicaría Episcopal para la Pastoral.
Sobre el Documento Base Las parroquias, congregaciones, instituciones educativas y movimientos de la arquidiócesis, deberán hacer llegar las respuestas del trabajo del documento base (punto 3. La comunidad entra en acción, de cada tema del documento) hasta el viernes 06 de noviembre de manera impresa y virtual al correo electrónico: pastoral@arzobispadodelcusco.org
Gesto de comunión y Solidaridad Deseando seguir viviendo el Espíritu de Comunión Eclesial en nuestra Arquidiócesis, pedimos a las parroquias, congregaciones religiosas y movimientos su colaboración con aquello que buenamente puedan ofrecer: víveres, productos no perecibles y otros que puedan ayudar a la realización de la semana pastoral.
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INTRODUCCIÓN “El Hijo del Hombre no ha venido a ser servido, sino a servir” (Mc 10, 45) Estas palabras del Señor en el Evangelio presentan de manera concisa pero clara el sentido de la dimensión pastoral de la Diakonía: el servicio. Si Cristo mismo vino para servir, los cristianos no podemos ni debemos hacer menos. Precisamente, el gozo del servicio marcó nuestras semanas pastorales de Koinonia y Kerigma, y más aún, es un rasgo que viviremos muy especialmente en la semana Pastoral de la Diakonía. Conviene hacer la aclaración de que en este documento y en esta semana pastoral no nos referimos al primer grado del Sacramento del Orden Sacerdotal, sino más bien a la dimensión pastoral de la Diakonía, por la cual los hombres sirven a Dios a través de los hermanos, sin olvidar que este primer grado del Sacramento del Orden Sacerdotal, ciertamente se caracteriza por el servicio. La diakonía está presente en la historia de la salvación desde la salida del Pueblo de Israel de Egipto, donde prestaban una servidumbre obligada, una esclavitud. A partir de esta salida, este servicio pasará a ser voluntario, con un claro sentido de solidaridad y de fraternidad de cara a Dios. Pero ¿a quién debían servir? Por supuesto que al Señor directamente en la liturgia, pero también indirectamente en el hermano que sufre. La Iglesia, de la misma forma que los profetas del antiguo testamento, asume una posición de denuncia frente a las injusticias que afectan sobre todo a los más humildes, y no solo pone en evidencia está triste realidad, sino que además es un agente de cambio, atendiendo directamente al hermano que sufre. El tema principal de nuestra Semana Pastoral de Diakonía es: La Dimensión Social de la Evangelización. Seguimos el mismo esquema de los documentos base de las Semanas Pastorales de Koinonia y Kerigma, es decir, tres capítulos divididos en tres partes. Los temas abordados en cada capítulo son: 1) La Diakonía, el servicio de la caridad, 2) El Sufrimiento Humano y 3) La Doctrina Social de la Iglesia y la Pastoral Social; y cada tema organizado en tres momentos secuenciales: La Comunidad se Informa, La Comunidad Reflexiona y La comunidad entra en Acción.
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Cada comunidad sostiene un ritmo particular y especial, de modo que siempre será importante que los párrocos y responsables de cada una de estas determinen la mejor forma de desarrollar este material. Los resultados del trabajo realizado en la tercera parte de cada tema: La Comunidad entra en Acción, deben de ser entregados de manera obligatoria a la Vicaría Episcopal para la Pastoral, de manera virtual y escrita hasta el día viernes 06 de noviembre. Las Comisiones Arquidiocesanas del Área Pastoral de Diakonía ponemos en vuestras manos este documento base, y nos unimos a toda nuestra Iglesia en oración, encomendado a la Trinidad y a Nuestra Madre Santísima nuestro proceso de renovación pastoral. Cristo Jesús, Nuestro Señor que nos enseña que debemos servir y no buscar ser servidos nos conceda seguir siendo la comunidad que evangeliza sirviendo a Dios y a sus hermanos. Área Pastoral de Diakonía
Glosario DCE Carta Encíclia Deus Caritas Est, de Benedicto XVI, Sobre el Amor Cristiano (2005). GS Constitución Pastoral Gaudium et Spes, Sobre la Iglesia en el Mundo Actual (1965). LG Constitución Dogmática Lumen Gentium, Sobre la Iglesia (1964) EG Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium del Papa Francisco, Sobre El Anuncio del Evangelio en el Mundo Actual (2013). SD Carta Apostólica Salvifici Doloris, del Papa Juan Pablo II, sobre El Sentido del Sufrimiento Humano (1984). DA Documento Conclusivo de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Aparecida, Brasil (2007).
TEMA 1 Diakonía
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LA DIAKONÍA El Servicio de la Caridad 1.1. LA COMUNIDAD SE INFORMA ¿Qué es la Diakonía? Diakonía es una palabra de origen griego, que se relaciona íntimamente con el servicio, y que literalmente se traduce como “servir a la mesa”, y que hace referencia al servicio humano y social. Para los griegos, los diáconos eran personas que desempeñaban algún cargo en alguna organización. Para los cristianos en cambio, los diáconos no solo asumían algún cargo dentro de la Iglesia, sino que además, eran servidores de todos. Cualquier cargo que se asume dentro de la Iglesia, trae consigo el servicio, de modo que quién ostente un cargo, debe tener toda la disposición de servir a sus hermanos. ¿Cómo se encuentra presente la Diakonía en la Biblia? Considerando el origen griego del término, debemos fijarnos particularmente en el nuevo testamento, que fue escrito en griego. Sin embargo, en el antiguo testamento encontramos una experiencia fundacional del servicio, cuando el pueblo de Israel sale de la servidumbre de Egipto al servicio del Señor y pasa de una servidumbre política, obligada, a una servidumbre fraterna. Es importante tomar en cuenta esto, pues las relaciones del pueblo de Israel en el Antiguo Testamento se basan en el Éxodo, mientas que en el Nuevo Testamento estas relaciones se basan en Jesucristo. El propio Señor Jesús es el modelo de la diakonía, del servicio. El inicio de su vida pública tiene un evidente perfil de servicio, cuando da lectura a la profecía de Isaías: “El Espíritu del Señor está sobre mí. Él me ha ungido para llevar buenas nuevas a los pobres, para anunciar la libertad a los cautivos, y a los ciegos que pronto van a ver, para despedir libres a los oprimidos” (Lc 4, 22). También dirá que ha venido a servir y no a ser servido (Mt 10, 45), y mostrará que este servicio es fruto del amor, de modo que el siervo y el amo están en iguales condiciones, como ocurre en
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el lavatorio de los pies (Jn 13, 15-17). La cultura judía también asumió la diakonía en el sentido etimológico al que nos referimos en la anterior pregunta (servir a la mesa). Jesús mismo dirá: “¿quién es mayor, el que está a la mesa o el que sirve? ¿No es el que está a la mesa? Pues yo estoy en medio de vosotros como el que sirve.” (Lc 22, 27). En tiempos del Señor, la diakonía era considerada como servicio doméstico, como en el caso de quienes servían en las bodas de Caná (Jn 2, 5), y como término no hacía referencia a un servicio intelectual, ni al servicio del anuncio del Evangelio o aun servicio espiritual, sino más bien a lo relacionado con los esclavos y la servidumbre. Más adelante, cuando el Señor ha partido hacia la casa del Padre, en la primera comunidad, ante el apremio de atender las necesidades de los cristianos griegos, particularmente distribuyendo alimento a sus viudas, tarea que ya no podían cumplir los doce apóstoles, estos nombran a siete varones que pudieran asumir esta tarea (Hch 6, 1-7). En este texto la palabra diákono significa la atención de la mesa, pero en el ámbito de las primeras comunidad cristianas la diakonía va más allá de la sola tarea de atender la mesa. Es el servicio social y físico de un cristiano a los demás. ¿Cuál es la relación de la Diakonía con el Kerigma? En que la diakonía, además del servicio, también conlleva la tarea evangelizadora. Tanto el ministerio de la palabra de Dios, como el ministerio social son prioridad de la Iglesia. En la Iglesia, quién realiza un servicio social, no deja de lado su labor evangelizadora. No existe diakonía si no se anuncia a Cristo. ¿Cuál es la triple tarea de la iglesia que se implica mutuamente? La triple tarea que expresa la naturaleza intima de la Iglesia es: el anuncio de la Palabra de Dios (Kerigma-Martyria), celebración de los sacramentos (liturgia) y el servicio de la caridad (Diakonía). Para la Iglesia, la caridad no es una especie de actividad de asistencia social, sino que pertenece a su naturaleza y es manifestación irrenunciable de su propia escencia (DCE 25). La diaconía se cruza con el culto (liturgia) y el testimonio (Martyria)
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Cuando la Iglesia madura en la dimensión de la diakonía, iluminada por el kerigma, participando de la liturgia, es que se convierte en verdadera Koinonia. ¿Quiénes se benefician con la diakonía? Los pobres, los oprimidos, los excluidos. Cristo en persona escuchó y escucha sus lamentos, de modo que la Iglesia debe hacer lo mismo, promoviendo el cambio social buscando que las organizaciones, las estructuras sociales y el corazón de los hombres se dirijan a la atención de los más necesitados. La Iglesia no existe para lograr su propio beneficio. Existe para servir al Señor, y para servir humildemente a toda la humanidad. ¿Desde cuándo la Iglesia se preocupa por la Diakonía? La diakonía es inherente a la identidad de la Iglesia. Es un quehacer constante. Promueve y orienta la práctica de la caridad hacia el hermano, hacia la sociedad. Desde que el Señor expresa una opción preferencial por los pobres, la Iglesia sabe que debe hacer lo mismo. En la historia reciente, esta opción del servicio será orientada por el Magisterio de la Iglesia, concretamente por la Doctrina social de la Iglesia. Conforme ha hecho notar el Papa Francisco en reiteradas ocasiones, la diakonía es práctica fundamental para la Iglesia, pero que debe hacerse con celo apostólico, porque si no, la Iglesia se convierte solo en una bella organización, en una ONG. ¿Qué dice el Magisterio de la Iglesia respecto a la Diakonía? - La Iglesia está al servicio del hombre. Es su persona la que hay que salvar, y es la sociedad humana la que hay que renovar. La Iglesia contribuye con la fraternidad universal y no tiene ambición terrena alguna. Solo desea continuar, bajo la guía el Espíritu, la misma obra de Cristo, quién vino al mundo para dar testimonio de la verdad, para salvar y no para juzgar, para servir y no para ser servido (GS 3). - De acuerdo a la misión que Cristo confió a la Iglesia, esta debe crear obras al servicio de todos, particularmente de los más necesitados, como las
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obras de misericordia u otros semejantes. Reconociendo lo bueno del dinamismo social, sobre todo la evolución hacia la unidad, la Iglesia comunica al mundo su energía que radica en la fe y en la caridad aplicadas a la vida práctica (GS 42). - Cristo Jesús, siendo Dios, se hizo siervo, y por nosotros se hizo pobre siendo rico. Aunque para el cumplimiento de su misión la Iglesia requiere de recursos humanos, no existe para buscar la gloria de este mundo, sino para predicar con el ejemplo la humildad y la abnegación. Como Cristo que fue enviado por el Padre para evangelizar a los pobres, levantar a los oprimidos y salvar lo que ya estaba perdido, la Iglesia abraza a todos los afligidos por la debilidad humana, se esfuerza por atender sus necesidades, y servir en ellos a Cristo (LG 8). - A pesar de las ambigüedades de algunos de sus miembros la Iglesia da testimonio de Cristo anunciando el Evangelio y brindando su servicio de caridad a los más pobres, buscando promover su dignidad en los campos de la salud, economía solidaria, educación, trabajo, acceso a la tierra, cultura, vivienda y asistencia, entre otros. (DA 98). - Frente a los estilos de vida actuales que privilegian el consumo, lo material y el placer efímero por encima del valor de la persona, la Iglesia proclama el valor supremo de cada hombre y mujer. El creador al poner al poner todo lo creado al servicio del ser humano, manifiesta la dignidad de la persona humana e invita a respetarla (cf. Gn 1, 26-30) (DA 387). - De nuestra fe en Cristo, brota la solidaridad como actitud permanente de encuentro, hermandad y servicio, que ha de manifestarse en opciones y gestos visibles, principalmente en la defensa de la vida y de los derechos de los más vulnerables y excluidos. El servicio de caridad de la Iglesia entre los pobres “es un ámbito que caracteriza de manera decisiva la vida cristiana, el estilo eclesial y la programación pastoral” (DA 394). - Puede resultar peligroso el acostumbrarse a la conexión entre la recepción del anuncio salvífico y el amor fraterno, pues puede llevarnos a perder el entusiasmo por vivir el Evangelio de la fraternidad, y así olvidar que el en el hermano está presente Cristo, y que lo que hicimos por el hermano
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lo hicimos por Cristo. Es prioritario salir hacia el hermano. Una de las dimensiones que constituyen la misión de la Iglesia es el servicio de la caridad. De la Iglesia, misionera por naturaleza, brota la caridad efectiva con el prójimo (EG 179). - Para cumplir un servicio a favor del pleno desarrollo del ser humano, la Iglesia debe procurar el diálogo con los Estados, la sociedad y con otros creyentes que no forman parte de la Iglesia Católica. (EG 238).
1.2. LA COMUNIDAD REFLEXIONA A) Leamos la Palabra de Dios: Marcos 10, 35-45 El Servidor de todos 35 Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: «Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir.» 36 El les dijo: «¿Qué quieren de mí?» 37 Respondieron: «Concédenos que nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda cuando estés en tu gloria.» 38 Jesús les dijo: «Ustedes no saben lo que piden. ¿Pueden beber la copa que yo estoy bebiendo o ser bautizados como yo soy bautizado?» 39 Ellos contestaron: «Sí, podemos.» Jesús les dijo: «Pues bien, la copa que yo bebo, la beberán también ustedes, y serán bautizados con el mismo bautismo que yo estoy recibiendo; 40pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me corresponde a mí el concederlo; eso ha sido preparado para otros.» 41 Cuando los otros diez oyeron esto, se enojaron con Santiago y Juan. 42Jesús los llamó y les dijo: «Como ustedes saben, los que se consideran jefes de las naciones actúan como dictadores, y los que ocupan cargos abusan de su autoridad. 43Pero no será así entre ustedes. Por el contrario, el que quiera ser el más importante entre ustedes, debe hacerse el servidor de todos, 44y el que Diakonía
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quiera ser el primero, se hará esclavo de todos. 45Sepan que el Hijo del Hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida como rescate por una muchedumbre.» B. Respondemos a las siguientes preguntas en comunidad ¿Quiénes son los protagonistas de este Evangelio? ¿Cuál es la frase que más te ha llamado la atención? ¿Qué piden los hijos de Zebedeo a Jesús? ¿Qué les contesta Jesús? ¿Cómo se comportan los que se consideran jefes de las naciones? ¿Entre los cristianos, quién es el más importante y el primero? ¿A qué ha venido el hijo del hombre? De acuerdo a este pasaje del Evangelio, y como cristianos que somos ¿Qué le debemos pedir a Jesús? ¿A qué debemos renunciar para servir como Jesús? ¿De qué manera podemos servir y dar nuestra vida como rescate por los demás?
1.3. LA COMUNIDAD ENTRA EN ACCIÓN En el ámbito personal, ¿De qué manera se practica la diakonía? ¿De qué manera en tu parroquia se practica el servicio de la caridad? Menciona por lo menos tres casos En un papelote anotamos por los menos tres aspectos negativos que dificultan el servicio de la caridad y tres aspectos positivos que favorecen el servicio de la caridad. La experiencia kerigmática de tu parroquia o grupo, ¿De qué manera considera la inclusión social de los pobres?
TEMA 2 CONMOVERSE ANTE EL SUFRIMIENTO HUMANO
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2.1 LA COMUNIDAD SE INFORMA ¿Qué es el sufrimiento humano desde el punto de vista cristiano? ¿Dónde está Dios cuando sufrimos? ¿Por qué no hace nada por evitar el sufrimiento? Estas son las interrogantes que se plantea el cristiano frente al dolor y el sufrimiento, que muchas veces le llevan a entrar en contradicción con la fe. Y es que, por muy duro que sea de entender y de aceptar, el sufrimiento resulta siendo una oportunidad que despierta nuestra condición de hijos de Dios restaurando, fortaleciendo, nuestra comunión con El. Siendo claros, no hablamos del dolor desde un sentido masoquista, pero no podemos negar que en medio de una sociedad que siempre busca lo fácil y huye de los compromisos, es conveniente hacer notar que el sufrimiento saca a la persona de su comodidad y la lleva a poner lo mejor de sí para superarlo. También es importante hacer notar que solo la fe sincera en Dios hace posible que quién sufre salga enriquecido de esa dura experiencia. Por eso el Cristiano debe esforzase por acompañar el dolor del hermano que se siente abandonado por Dios. Solo quién ha sufrido, está en verdadera disposición de compadecerse del dolor ajeno a la manera de Jesús. ¿Cómo se encuentra el sufrimiento en la Biblia A la luz de la Palabra de Dios, el sufrimiento tiene un valor pedagógico. Sin duda, un ejemplo de esto se encuentra en el libro de Job, hombre piadoso, quién de pronto debe enfrentar un sufrimiento excesivo, que supera cualquier capacidad de resistencia humana. Ni su bondad, sus esfuerzos lo libran del dolor. Y en el extremo, Dios no escucha su oración (Job 24, 12). A pesar de todo esto, Job actúa de una manera inesperada: no huye, no escapa de la situación, y adora al Señor. Cuando concluye esta terrible experiencia, Job sale enriquecido, y con una percepción renovada de Dios.
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No está de más considerar el valor salvífico del sufrimiento que se expresa en la Pasión de nuestro Señor, que no pasa solo por lo físico: es abandonado por los discípulos al punto de ser negado (Mc 14, 53-72); experimenta terror, angustia y gran tristeza (Mc 14, 32-36); siente que su propio padre lo abandonó (Mt 27, 46). Que Cristo sufra, no revela ninguna debilidad de Dios, más bien muestra su cercanía con el hombre, sobre todo con el hombre que sufre. Por todos los méritos obtenidos en su sufrimiento, el hombre es liberado de las consecuencias del pecado, y con su resurrección, vence definitivamente a la muerte. El apóstol Pablo también se refiere al sufrimiento. Dirá que aún en las tribulaciones nos sentimos seguros, pues la prueba ejercita la paciencia, la paciencia nos hace madurar y la madurez aviva la esperanza, la cual no quedará frustrada, pues ya se nos ha dado el Espíritu Santo, y por él el amor de Dios se va derramando en nuestros corazones (Rom 5, 3-5); que se alegra de sufrir por los hermanos, pues así completa en su carne el sufrimiento de Cristo, para bien de su cuerpo que es la Iglesia (Col 1, 24). La Biblia muestra otros efectos del sufrimiento: fortalece la fe (1Pe 1, 5-7); permite mostrar las obras de Dios (Jn 9, 1-3); hace que el carácter madure (Rom 5, 3-5). ¿Qué significa ser pobre? En el Antiguo Testamento, particularmente en el libro del Deuteronomio, se aprecia como las diferencias económicas afectan la fraternidad. Las deudas puedan llevar a la esclavitud al deudor, de modo que la ley busca luchar sobre el poder de dominio que un hermano puede tener sobre otro, para evitar que la relación de fraternidad se sustituya por la relación de amo y esclavo. Si Dios libera al hombre de una servidumbre política, obligada, el hombre debe hacer lo mismo con sus hermanos.
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Sin embargo, aunque la pobreza normalmente se relacione con las carencias materiales y económicas, no hay pobreza más que la de aquellos a quienes les falta Dios. A la gran mayoría, esta idea le podría parecer extraña, pues mientras para algunos alimentarse solo con pan y agua podría ser muy austero, para muchos otros podría resultar siendo un gran beneficio. Cuando Jesús en el sermón de la montaña habla de la pobreza, presenta a los misericordiosos que son: los afligidos, los humildes, los que tienen hambre y sed de la voluntad de Dios, los limpios de corazón, los que construyen la paz y los perseguidos por hacer la voluntad de Dios. Todos estos tienen una actitud diferente, pacífica y nueva ante las situaciones adversas que se presenta en la vida diaria. Esta pobreza se conoce como pobreza evangélica, que es sobre todo una actitud espiritual, a la que todo cristiano debe aspirar porque el reino de los cielos es de los pobres (Mt 5, 3-12). La pobreza como carencia es la que deshumaniza, la que se debe enfrentar pero ante la cual muchas veces no queremos hacer nada, permaneciendo indiferentes ante la necesidad del hermano. La falta de la práctica de las bienaventuranzas es la ausencia de los valores cristianos, que se presenta de muchas formas. En ella, el hombre abandona la fe, la esperanza y se origina en muchas situaciones: problemas familiares, enfermedades, adicciones, injusticias, desigualdades, etc. Muchos de estos hermanos pueden tener lo necesario para vivir, pero alejados de Dios por su situación de vida, también son pobres. La pobreza como carencia y como falta de la práctica de las bienaventuranzas es la que debe ser atacada por la Iglesia, y para ello se necesita que los cristianos aspiremos a la pobreza evangélica, que busquemos ser una Iglesia pobre para los pobres, porque quién busca ser
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pobre se deja cuestionar por Dios, sale de su comodidad, y sirviendo a los demás se pone en camino. ¿Cómo y desde cuando la Iglesia es más sensible a la opción preferencial por los pobres? La Iglesia Universal está más atenta a la opción preferencial por los pobres desde la propuesta que hiciera el Episcopado Latinoamericano y fuera extendida a toda la Iglesia por el Papa San Juan Pablo II, continuada por el Papa Benedicto XVI y practicada de manera profética por el Papa Francisco.
¿La opción preferencia por los pobres tiene fundamento bíblico? Sí. La opción preferencial por los pobres se fundamenta en la Biblia. En el Antiguo Testamento la pobreza es considerada consecuencia del pecado, mientras que la riqueza es considerada una bendición de Dios. Este concepto es enfrentado, como ya vimos, por el autor del libro de Job, en el que se enseña que el sufrimiento prueba al justo, lo aparta del orgullo y del pecado y es un instrumento de purificación. Algo similar puede ser encontrado en los libros sapienciales: las riquezas pueden llevar al hombre al orgullo, de modo que lo ideal es tener lo necesario para vivir (Prov 30, 8-9).
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Antes, cuando el pueblo Judío peregrinaba en el desierto, todo estaba puesto en común, y no existían propiedades individuales. Se vivía estrechamente, sin conocer la riqueza pero menos la pobreza. Cuando el pueblo se establece en la tierra prometida comienzan los problemas, pues el poseer tierras para trabajar produjo las diferencias sociales. Desarrollándose como civilización, crece la economía, y empeora cada vez más la condición de los pobres. Los reyes fueron los primeros en enriquecerse, provocando injusticias sociales en los humildes. Ante esto último, surgen los profetas, para denunciar toda forma de opresión y defender a los más pobres de los tributos exagerados, el acaparamiento de las tierras, el comercio injusto, la violencia. En el nuevo testamento, la espiritualidad de los pobres se presenta en el Magnificat. La Virgen se reconoce como humilde esclava del Señor (Lc 1, 48). Luego, el Señor Jesús en su predicación del reino, muestra su particular predilección por los pobres, los humildes. El sermón de la montaña (Mt 5, 1-12) es una clara muestra de esto: los pobres material y espiritualmente son llamados dichosos, bienaventurados. En el mismo sentido, Jesús anuncia el Reino de Dios particularmente a los pobres (Lc 4, 14-21). Por otro lado, el Señor pide a quienes le siguen, el desprenderse de las cosas terrenas. Nos dice por ejemplo: no atesorar en la tierra sino más bien en el cielo (Mt 6, 19-20); que no se puede servir a Dios y al dinero (Mt 6, 24); que si se quiere la perfección se debe vender todo lo que se tiene, dar el dinero a los pobres (Mt 19, 21). Las primeras comunidades nos muestran en qué sentido tienen que tomarse las palabras de Jesús: abandonar los bienes y ponerlos en común entre los hermanos de la comunidad. Aún más, está vinculado de tal manera a la pobreza que nace en un pobre y humilde pesebre porque no había lugar material para Él. ¿Qué dice la Iglesia Latinoamericana sobre la Opción Preferencial por los Pobres
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Como decíamos, la noción de opción preferencial por los pobres nace en el Episcopado Latinoamericano. La Tercera Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Puebla, reconoce la situación de inhumana pobreza en la que viven millones de latinoamericanos (Puebla 29), que constituyen un pueblo que demanda justicia (Puebla 87 – 89). Por todo esto, es urgente construir en América Latina una sociedad que sea más fraterna. La Cuarta Conferencia del Episcopado Latinoamericano de Santo Domingo resalta lo escandaloso de la pobreza en América Latina. De la misma forma nos recuerda en la línea del documento de Puebla, que esta opción preferencial no es exclusiva ni excluyente, siguiendo el modelo de Jesús quién mandó a sus apóstoles a predicar a todo el mundo, por lo que es parte de la misión universal de la Iglesia, ayudando a los pobres, pero también liberando a los hombres del individualismo y el consumismo evangelizando a los que más tienen y cuyo corazón está apegado a la riqueza, para liberarlos de su esclavitud y su egoísmo (Puebla 1156). Así entonces, los pobres de esta opción preferencial son los pobres socieconómicos, marginados, olvidados por la sociedad, los abandonados, los que no tienen servicios básicos, los culturalmente marginados, los discriminados. En su búsqueda por atender la necesidad del que sufre, está opción marca las relaciones entre los hombres en base al servicio libre del amor. La opción preferencial por los pobres es uno de los rasgos que marca la fisonomía de la Iglesia latinoamericana y caribeña (DA 391) Si esta opción está implícita en la fe cristológica, los cristianos, como discípulos y misioneros, estamos llamados a contemplar, en los rostros sufrientes de nuestros hermanos, el rostro de Cristo que nos llama a servirlo en ellos (DA 393). ¿Qué propone el Papa Francisco sobre la Opción Preferencial por los Pobres? Más recientemente, en su exhortación Evangelii Gaudium, el Papa Francisco nos dice que el corazón de Dios tiene un sitio preferencial para los pobres, tanto así que: El mismo se hizo pobre, la salvación vino a través del Si de una humilde muchacha de un pueblo perdido en la periferia de un gran
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imperio, el salvador nació entre animales como lo hacían los hijos de los más pobres, fue presentado en el templo junto a dos pichones pues siendo pobre su familia no tenía para pagar un cordero, creció entre sencillos trabajadores y trabajó con sus manos para ganarse el pan. Anunciando el reino, lo seguían los desposeídos. A los que estaban cargados y agobiados por la pobre y el dolor les asegura que Dios los tenía en el centro de su corazón y se identificó con ellos. También nos dice que la opción por los pobres es una categoría teológica antes que cultural, sociológica, política o filosófica. La opción por los pobres es una forma especial del ejercicio de la caridad, como. Dios se hizo pobre por nosotros para enriquecernos por su pobreza, por eso es necesaria una Iglesia pobre para los pobres, quienes en sus propios dolores conocen al Cristo sufriente, por lo que es necesario dejarnos evangelizar por ellos, redescubrir a Cristo en ellos, prestarles nuestra voz en sus causas, ser sus amigos para recoger la misteriosa sabiduría que Dios quiere comunicarnos a través de ellos (EG 197 y 198). ¿Qué significa la expresión rostros sufrientes de Cristo? Al usar la expresión “rostros sufrientes de Cristo” en ningún momento la Iglesia busca promocionar un Cristo derrotado, castigado o cosa por el estilo. Menos aún, no es que no quiera al Cristo resucitado, pues el cristiano que vive el gozo del resucitado es consciente de que la resurrección es posible gracias a los méritos de su pasión y muerte. ¿Cuál habría sido nuestra actitud si hubiésemos estado presentes en la pasión del Señor? Seguro que habríamos querido hacer algo por Él. No podemos vencer la barrea del tiempo. Sin embargo el Señor nos dice que todo lo que hicimos con el hermano que sufre, lo hicimos con Él (Mt 25, 31-46). A eso nos referimos con la expresión rostro sufriente de Cristo, a reconocer en el hermano que sufre al propio Cristo, para ayudarle, conscientes de que al hacer algo por quién padece, estamos haciendo algo por el propio Hijo de Dios. ¿Qué rostros sufrientes nos presenta la globalización?
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El Documento de Aparecida nos muestra los nuevos rostros de los pobres y que han surgido en el proceso de globalización (DA 402) Es importante conocerlos: - Migrantes. - Víctimas de la violencia. - Desplazados y refugiados. - Víctimas del tráfico de personas y secuestros. - Desaparecidos. - Enfermos de HIV y de enfermedades endémicas. - Tóxicodependientes. - Adultos mayores - Niños y niñas que son víctimas de la prostitución, pornografía y violencia o del trabajo infantil. - Mujeres maltratadas, víctimas de la exclusión y del tráfico para la explotación sexual. - Personas con capacidades diferentes. - Grandes grupos de desempleados/as. - Los excluidos por el analfabetismo tecnológico. - Las personas que viven en la calle de las grandes urbes. - Los indígenas y afrodescendientes. - Campesinos sin tierra - Los mineros. Con estos rostros sufrientes, identificados por el Magisterio de la Iglesia Latinoamericana, hacen que notemos que la pobreza no se relaciona solo con la carencia material. Se relaciona con todas aquellas situaciones que afectan la dignidad del hombre y que son vistas con indiferencia por nosotros sus hermanos. ¿Qué atención se debe brindar a los hermanos que sufren? Como decíamos en la primera parte del documento, al salir de Egipto el pueblo de Israel pasa de una servidumbre política a una servidumbre fraterna. Desde el libro del Génesis la fraternidad es un tema importante, y también complejo: la confrontación de Caín y Abel, la controversia de Esaú y Jacob, la historia de José y sus hermanos. En estos dos últimos casos, luego de diferentes situaciones, puede más la fraternidad. A pesar de las
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dificultades y el daño que se hicieron, la fraternidad les lleva a la reconciliación, y por supuesto, al perdón. La atención al hermano que sufre, como nos muestra la Palabra, es un evidente acto de fraternidad que nos reconcilia con el necesitado. Para muchos este apoyo puede resultar inútil, pero es importante que quién sufre se fortalezca espiritualmente, pues nadie busca el sufrimiento para sí mismo, y por lo normal, no entiende lo que le está pasando. En la mayoría de los casos, el sufrimiento se atiende cuando de momento nada se puede hacer. Si bien podría ser inmediatamente disminuido, inicialmente de lo que se trata es evitar que ese sufrimiento llegue a un extremo. ¿Qué es la compasión? La compasión es un fruto del amor, que nos pone en movimiento para hacer algo por el hermano que sufre. Compasión es actuar, no es sentir pena, ni quedarse quieto lamentándose por quién padece. Por lo tanto, al no ser pena indiferente sino más bien amor activo, la compasión es buena, pues no se puede expresar solo con palabras, sino más bien con acciones. En su raíz etimológica, compasión significa padecer con. La compasión no solo hace que nos apiademos. Logra que padezcamos con el hermano, aliviando así su dolor. Sin embargo la compasión que no se práctica con amor, puede atentar contra la dignidad del que sufre, pues los regalos que se dan con amor no humillan, no buscan un propósito distinto que el de ayudar al hermano. Por ejemplo, si en la parroquia diéramos alimentos a los hambrientos solo para hacer que ellos vengan a la Misa, que vivan los sacramentos, corrompemos la fe y reducimos la compasión a una vil propaganda religiosa. Y algo que no debemos olvidar como cristianos: no hay compasión sin la misericordia que viene del amor de Dios. ¿Qué dice el magisterio de la Iglesia sobre el sufrimiento humano?
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El sufrimiento humano es verdaderamente sobrenatural y al mismo tiempo humano. Sobrenatural pues tiene sus raíces en el misterio divino de la redención del mundo y humano porque el hombre se encuentra a sí mismo, su propia humanidad, su propia dignidad y su propia misión. (SD 31). Conforme la Parábola del Buen Samaritano, no está bien pasar de largo cuando el prójimo sufre. Debemos pararnos junto a él, no por curiosidad sino por disponibilidad a ese sufrimiento ajeno, conmoviéndose. Es necesario cultivar en sí mismo la sensibilidad del corazón, que testimonia compasión hacia el que sufre. Como el buen samaritano no debemos quedar en la mera conmoción y compasión. Estas se convierten en acción que atiende el sufrimiento de cualquier clase, sin ahorrar en medios materiales, abriéndose al otro. Así el hombre encuentra su propia plenitud en la entrega sincera de sí mismo a los demás (SD 28). En el rostro de Jesucristo, muerto y resucitado, maltratado por nuestros pecados y glorificado por el Padre, en ese rostro doliente y glorioso podemos ver, con la mirada de la fe el rostro humillado de tantos hombres y mujeres de nuestros pueblos y, al mismo tiempo, su vocación a la libertad de los hijos de Dios, a la plena realización de su dignidad personal y a la fraternidad entre todos. La Iglesia está al servicio de todos los seres humanos, hijos e hijas de Dios (DA 32). Encontramos a Cristo en los pobres, afligidos y enfermos que reclaman nuestro compromiso y dan testimonio de fe, paciencia. De la contemplación del rostro sufriente de Cristo en los que sufren, y del encuentro con Él en los afligidos y marginados, surge nuestra opción por ellos. La misma adhesión a Jesucristo es la que nos hace amigos de los pobres y solidarios con su destino (DA 257). Cada cristiano y cada comunidad están llamados a ser instrumentos de Dios para la liberación y promoción de los pobres, de manera que puedan integrarse plenamente en la sociedad; esto supone que seamos dóciles y atentos para escuchar el clamor del pobre y socorrerlo. En las escrituras el Padre Bueno quiere escuchar el clamor de los pobres. Hacer oídos Diakonía
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sordos a ese clamor, cuando nosotros somos los instrumentos de Dios para escuchar al pobre, nos sitúa fuera de la voluntad del Padre y de su proyecto. La falta de solidaridad en sus necesidades afecta directamente a nuestra relación con Dios (EG 187).
2.2. LA COMUNIDAD REFLEXIONA A) Leamos la Palabra de Dios: Lucas 10, 25-37 El Buen Samaritano 25
Un maestro de la Ley, que quería ponerlo a prueba, se levantó y le dijo: «Maestro, ¿qué debo hacer para conseguir la vida eterna?» 26 Jesús le dijo: «¿Qué está escrito en la Escritura? ¿Qué lees en ella?» 27 El hombre contestó: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y amarás a tu prójimo como a ti mismo.» 28 Jesús le dijo: «¡Excelente respuesta! Haz eso y vivirás.» 29 El otro, que quería justificar su pregunta, replicó: «¿Y quién es mi prójimo?» 30 Jesús empezó a decir: «Bajaba un hombre por el camino de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos bandidos, que lo despojaron hasta de sus ropas, lo golpearon y se marcharon dejándolo medio muerto. 31Por casualidad bajaba por ese camino un sacerdote; lo vio, tomó el otro lado y siguió. 32Lo mismo hizo un levita que llegó a ese lugar: lo vio, tomó el otro lado y pasó de largo. 33Un samaritano también pasó por aquel camino y lo vio; pero éste se compadeció de él. 34Se acercó, curó sus heridas con aceite y vino y se las vendó; después lo montó sobre el animal que él traía, lo condujo a una posada y se encargó de cuidarlo. 35Al día siguiente sacó dos monedas y se las dio al posadero diciéndole: «Cuídalo, y si gastas más, yo te lo pagaré a mi vuelta.»
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Jesús entonces le preguntó: «Según tu parecer, ¿cuál de estos tres fue el prójimo del hombre que cayó en manos de los salteadores?» 37 El maestro de la Ley contestó: «El que se mostró compasivo con él.» Y Jesús le dijo: «Vete y haz tú lo mismo.» B. Respondemos a las siguientes preguntas en comunidad ¿Quién le hace la pregunta a Jesús? ¿Qué le contesta Jesús? ¿Por qué razón vuelve a preguntar el maestro de la ley? ¿Cuál es su pregunta? ¿De qué forma le contesta el Señor Jesús? ¿Quiénes son los protagonistas de esta parábola? ¿Quién actuó como verdadero prójimo del hombre asaltado? Hagamos una lista detallada y en orden ¿Cuáles fueron las acciones del samaritano en favor del hombre herido? ¿Qué le manda Jesús al maestro de la ley? Con sinceridad ¿A cuál de los tres hombres que pasaron cerca del herido se parece nuestra comunidad?
2.3. LA COMUNIDAD ENTRA EN ACCIÓN ¿Cómo parroquia salimos al encuentro y servicio del hermano que sufre? Indicar algunas experiencias concretas y reales. Por favor, respondan con sinceridad. ¿Nuestra comunidad parroquial es indiferente ante el sufrimiento o sigue el itinerario del buen samaritano? En cualquier caso, indicar porque. Si practicas el itinerario del samaritano, expliquen el proceso. ¿Cuáles son los nuevos rostros sufrientes de nuestro ámbito parroquial que estamos descuidando? sinceridad ¿Atendemos a estos rostros sufrientes?
Indicar con
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LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA Y LA PASTORAL SOCIAL 3.1. LA COMUNIDAD SE INFORMA ¿Qué es la Doctrina Social de la Iglesia? La Doctrina Social de la Iglesia católica es un conjunto de normas y principios referentes a la realidad social, política y económica de la humanidad basado en el Evangelio y en el Magisterio de la Iglesia católica. El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia y el Catecismo católico la definen como un cuerpo doctrinal renovado, que se va articulando a medida que la Iglesia escucha y discierne la Palabra revelada por Jesucristo y mediante la asistencia del Espíritu Santo, para interpretar los signos de los tiempos según el curso de la Historia. Propiamente la expresión “doctrina social” sería usada por primera vez por Pío XI en su encíclica Quadragesimo Anno quien cita a León XIII, aunque reconoce que la preocupación por de la Iglesia por los problemas económicos y sociales es anterior a la Rerum Novarum. ¿Qué son las encíclicas sociales? Las Encíclicas Sociales son los pronunciamientos oficiales del Papa sobre temas sociales dirigidos a los obispos, creyentes y a toda la humanidad. Conforman en su conjunto la doctrina social de la Iglesia Católica. Las Encíclicas Sociales desarrollan ampliamente el tema de los valores y los derechos humanos desde una perspectiva católica. Por tanto deben considerarse como los pronunciamientos de la Iglesia Católica ante los cambios de la sociedad y el mundo. ¿Qué encíclicas sociales han sido escritas hasta la actualidad?
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La primera fue escrita por León XIII: la Rerum novarum, sobre la cuestión social en 1891. Pío XI escribe Quadragesimo anno en 1931. Juan XXIII escribre Mater et Magistra en 1961, después Pacem in Terris en 1963. Pablo VI escribe la Populorum Progressio en 1967 y Octogesima Adveniens, 1971. Juan Pablo II escribe la Laborem Exercens en 1981 sobre el Trabajo Humano; la Sollicitudo rei sociales sobre temas sociológicos y metodológicos acerca de la situación de la humanidad en 1988; Centesimus Annus en 1991; Veritatis splendor en 1993 y Evangelium Vitae de 1995. Benedicto XVI escribe la Caritas in Veritate Francisco escribe, la Laudato Sii, sobre el cuidado de la casa común el 2015. Lista de Encíclicas Sociales más importantes: Encíclica
Traducción
Rerum Novarum (RN) Quadragesimo Anno (QA) Mater et Magistra (MM) Pacem in Terris (PT) Populorum Progressio (PP) Octogesima Adveniens (OA) Laborem Exercens (LE) Sollicitudo Rei Socialis (SRS) Centesimus Annus (CA) Caritas in Veritate (CIV) Laudato Si' (LS)
De las Cosas Nuevas En el Cuadragésimo año Madre y Maestra La Paz en la Tierra El Desarrollo de los Pueblos Al Acercarse el Octogésimo (Aniversario) Trabajo Laboral Preocupación por la Cuestión Social Centésimo Año La caridad en la verdad Alabado seas
Papa
Año
León XIII Pío XI Juan XXIII Juan XXIII Pablo VI
1891 1931 1961 1963 1967
Pablo VI
1971
Juan Pablo II
1981
Juan Pablo II
1987
Juan Pablo II Benedicto XVI Francisco
1991 2009 2015
¿Qué es la pastoral social?
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Es la acción orgánica que trata de llevar a la práctica los principios y los valores de la Doctrina Social de la Iglesia que brota de la Sagrada Escritura y la Tradición. Se refiere a: las acciones de asistencia social; promoción integral de las personas y las comunidades; y la transformación de las estructuras sociales desde el nivel parroquial hasta el nivel arquidiocesano, organizando a los fieles para este fin. Se enfoca primordialmente a los sectores más desprotegidos. Es una de las expresiones claves del Testimonio comunitario para hacer que las personas experimenten el encuentro personal con Cristo en los más necesitados. ¿Cómo debe ser la pastoral social? Las Conferencias Episcopales y las Iglesias locales tienen la misión de promover renovados esfuerzos para fortalecer una Pastoral Social (que debe ser) estructurada, orgánica e integral que, con la asistencia, la promoción humana, se haga presente en las nuevas realidades de exclusión y marginación que viven los grupos más vulnerables, donde la vida está más amenazada. En el centro de esta acción está cada persona, que es acogida y servida con calidez cristiana (DA 401). ¿Cómo se vive la pastoral social en nuestra Iglesia Local? A nivel arquidiocesano contamos con cuatro comisiones que se encargan de desarrollar la pastoral social: CARITAS, que como una institución de la Iglesia Católica, trabaja con la población más vulnerable con el fin de realizar acciones de capacitación y promoción a través de programas y proyectos tendentes a elevar las condiciones y la calidad de vida de los pueblos de nuestra región. Tiene la misión de contribuir desde la doctrina social de la Iglesia a que las familias más vulnerables logren mejorar su calidad de vida expresada en una mayor dignidad y defensa de la vida, en armonía con la naturaleza y a la luz del evangelio.
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Pastoral de Salud, dirige su acción a personas que viven enfermedad, a agentes de salud y agentes de pastoral de salud, generando espacios y procesos formativos que logren despertar el sentido de la caridad en los bautizados para que ellos a su vez salgan al encuentro del enfermo, su familia, los agentes de salud y los sanos en favor de una actitud cristiana frente al dolor, la muerte y la defensa de la vida. Pastoral Carcelaria, que tiene la finalidad de contribuir con la tarea de resocialización de los privados de libertad mediante la evangelización que destaque la dignidad y naturaleza de Hijos de Dios propia de los seres humanos. Campaña Compartir, como una acción propuesta por la Conferencia Episcopal Peruana, está presente en nuestra Arquidiócesis del Cusco. Cada año trabaja un tema relacionado con las poblaciones más necesitadas del país, promoviendo su conocimiento y sensibilizando a la población, teniendo como finalidad financiar diversos proyectos sociales con la ayuda de las personas e instituciones de nuestro país. Está además el Centro Arquidiocesano de Apoyo a la Familia, que promueve la defensa de la vida, la salud, la dignidad humana, la justicia, la paz y el medio ambiente, mediante actividades, marchas, talleres, conferencias y charlas dirigidas a los jóvenes y las familias en las dos áreas de servicio y pastoral, brindando apoyo psicológico, legal y asistencia social sobre todo a familias de escasos recursos de nuestra arquidiócesis. ¿Qué es CARITAS Parroquial? Las Cáritas Parroquiales son espacios organizados en coordinación con la acción caritativa y social de Cáritas Arquidiocesana. Es el servicio organizado de toda la comunidad parroquial, presidida por el párroco, que tiene como finalidad animar, coordinar y
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promover el testimonio de la caridad. Este servicio de Caritas Parroquial además promueve una acción pedagógica en el ámbito de toda la comunidad para educar en el Espíritu de una generosa y autentica caridad.
3.2. LA COMUNIDAD REFLEXIONA A) Leamos la Palabra de Dios: Mateo 25, 31 - 46 El Juicio 31
Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria rodeado de todos sus ángeles, se sentará en el trono de Gloria, que es suyo. 32 Todas las naciones serán llevadas a su presencia, y separará a unos de otros, al igual que el pastor separa las ovejas de los chivos. 33 Colocará a las ovejas a su derecha y a los chivos a su izquierda. 34 Entonces el Rey dirá a los que están a su derecha: «Vengan, benditos de mi Padre, y tomen posesión del reino que ha sido preparado para ustedes desde el principio del mundo. 35 Porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer; tuve sed y ustedes me dieron de beber. Fui forastero y ustedes me recibieron en su casa. 36Anduve sin ropas y me vistieron. Estuve enfermo y fueron a visitarme. Estuve en la cárcel y me fueron a ver.» 37 Entonces los justos dirán: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, o sediento y te dimos de beber? 38¿Cuándo te vimos forastero y te recibimos, o sin ropa y te vestimos? 39¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y te fuimos a ver? 40 El Rey responderá: «En verdad les digo que, cuando lo hicieron con alguno de los más pequeños de estos mis hermanos, me lo hicieron a mí.» 41 Dirá después a los que estén a la izquierda: «¡Malditos, aléjense de mí y vayan al fuego eterno, que ha sido preparado para el diablo y para sus ángeles! 42Porque tuve hambre y ustedes no me dieron de comer; tuve sed y no me dieron de beber; 43era forastero y no me recibieron en su casa; estaba sin ropa y no me vistieron; estuve enfermo y encarcelado y no me visitaron.» Diakonía
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Estos preguntarán también: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, desnudo o forastero, enfermo o encarcelado, y no te ayudamos?» 45 El Rey les responderá: «En verdad les digo: siempre que no lo hicieron con alguno de estos más pequeños, ustedes dejaron de hacérmelo a mí. » 46 Y éstos irán a un suplicio eterno, y los buenos a la vida eterna.» B. Respondemos a las siguientes preguntas en comunidad De acuerdo a este pasaje del evangelio ¿Cuál es el papel que desempeña Jesús? ¿Cuándo sucederá este juicio? ¿Quiénes serán llevadas ante la presencia del Señor? ¿Qué hará con ellas? ¿Qué harán los que sean encontrados benditos? ¿Por qué razón son considerados benditos? ¿Qué pasará con los sean encontrados malditos? ¿Por qué razón son considerados malditos? ¿El Señor nos juzgará por lo que somos o por lo que hacemos? De acuerdo a este pasaje del evangelio ¿Cuándo ayudamos a Jesús? Con sinceridad, si el juicio fuera en este momento ¿estarías entre las ovejas o los chivos? 3.3. LA COMUNIDAD ENTRA EN ACCIÓN ¿Cómo está organizada la pastoral social de tu parroquia? ¿Qué hacen para atender el sufrimiento del hermano? ¿Qué acciones concretas podemos implementar en nuestra parroquia para atender las necesidades de los nuevos rostros sufrientes de Cristo? En este tiempo renovación pastoral, ¿Cómo organizarían su CARITAS Parroquial? Si ya cuentan con CARITAS parroquial, ¿Cómo está organizada?
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