Los bichitos raros y el secreto de la amistad Había una vez un bichito raro que no tenía amigos. Era bajito, regordete, peludo y con dos pies que le salían directamente del tronco. Como consecuencia, nadie quería jugara con él, así que siempre estaba solo y con la misma cantinela: que si siempre estoy solo, que si no tengo amigos... Entonces, de golpe, se le ocurrió una idea excepcional: cambiaría de aspecto para que lo quisieran. Al día siguiente, apareció en clase completamente cambiado, pero la expresión de la cara de sus compañeros era burlona y fue cuestión de segundos que explotaran de risa.
El bichito ,decepcionado, llegó a casa lleno de angustia. Y decidió que al rayar el alba partiría para encontrar el secreto de la amistad. A la mañana siguiente, cogió el dinero que tenía ahorrado, sus pertenencias, algo de comida y se fue. Anda que te andarás, al cabo de un día de caminando, por el sendero se encontró a un monstruito de color escarlata que estaba en su misma situación y decidieron proseguir el camino juntos. Pero, como había oscurecido, cayeron a un profundo socavón y rompieron a llorar porque nunca encontrarían el secreto.
Sin embargo, al cabo de unas horas se dieron cuenta de que, mientras habían vivido aquella extraordinaria aventura, se habían hecho grandes amigos y trazaron un plan para salir de allí. Cuando al fin lo lograron, regresaron a casa orgullosos porque habían encontrado el secreto de la amistad. Además combrobaron que eran vecinos porque vivían prácticamente al lado, pero nunca se habían molestado en conocerse. Afortunadamente el destino les había hecho juntarse en el mismo lugar.
LUCÍA GURBINDO (DBH 1B)
El pescador avaro Había una vez un pescador viejo que lucía barba y un sombrero jaspeado con manchas rojas. Era muy avaro, desagradecido, malhumorado y cualquier cosa le exasperaba. Hombre muy poco valiente, cuando veía dinero de por medio, hacía lo que fuera por acaparar un poco más. En un frío día de invierno, fue a comprar el pan a una panadería carísima. Cuando volvía a su casa, en el umbral, encontró un mendigo que le pidió dinero. Pero él, con arrogancia, le dijo que se fuera a molestar a otra persona. En ese momento, solo estaban ellos dos, el mendigo, por arte de magia, se convirtió en un mago gigante que le dijo que, si daba limosna a todos los mendigos de la ciudad, multiplicaría su dinero. El pescador firmó el trato con el mago y fue a cumplir con el trabajo encargado. Dio limosna a todos los que le pidieron, pero cuando ya no tenía más dinero y pensaba que había repartido limosna a todos los vagabundos, vio a cinco más. Así que, a uno le dio su chaqueta escarlata, a otro el pan y a los otros tres un céntimo a cada uno. Al día siguiente, el testarudo pescador volvió por su recompensa. El mago le explicó que, como había cumplido su parte, lloverían las monedas que tenía multiplicadas por dos. Empezó a gritar de alegría. Sin embargo, del cielo no cayó ni una triste moneda. Había querido ganar mucho y por eso lo había dado todo, sin darse cuenta de que, si no tenía nada, el doble sería cero. El mago le explicó que su avaricia tenía consecuencias y, al momento, se desintegró. El pescador, angustiado, se dio cuentan que su propia avaricia le hizo precipitarse a la pobreza.
UNAI GURBINDO (DBH 1C)
EL CERVATILLO Hace unos veinte años, vivían dos hijos con su madre en una casita cerca de un bosque lleno de maleza y socavones. Eran un poco testarudos y si decían que querían algo, lo conseguían.
Una espléndida tarde de verano, mientras jugaban entre la hojarasca, vieron a un cervatillo herido. Era marrón con la espalda jaspeada de manchitas blancas. A los niños les dio pena y decidieron llevárselo a casa. Una vez en el umbral, preguntaron a su madre si se lo podían quedar. Ella aceptó: le curaron las heridas y le dieron de comer.
Pasaron los años y ya no era un cervatillo, sino un ciervo. La madre les decía que lo soltasen, pero ellos le respondían que no. Cuando ya no cupo en la casa, lo sacaron al jardín. Al día siguiente, al rayar el alba, el ciervo no estaba. Estaban a punto de emprender su búsqueda cuando pensaron que sería más feliz libre que en un jardín.
NEREA LASARTE (DBH 1C)
La historia de una lata
Todo empezó un día no muy lejano en una fábrica de envases. Al rayar el alba, todos los bloques de bauxita estaban en el gran horno. El mineral fue sometido a 1500 grados de temperatura y, una vez desintegrado, se obtuvieron litros y litros de aluminio derretido. Después, lo dejaron enfriar y se convirtió en una fina capa de metal. Y así nací yo, una lata, y os voy a contar mi historia: Uno de los días más especiales de mi vida comenzó así, transportada a unos almacenes de conservas, ¿De qué me rellenarían? espero que de algo delicioso como las aceitunas. Estaba desesperada ¿qué sería? Me colocaron en una cinta y algo iba cayendo en el interior de mis compañeras... y llegó el momento… ¡¡¡Guisantes!!!, ¡guisantes! ¡Será una broma! Pasaron los días y emprendí el viaje a un supermercado local. Allí había recipientes de todas clases entre los que destacaba uno escarlata muy famoso: Coca-Cola. Al día siguiente, una señora guapa me compró, y me llevó a su casa. A diario veía a mis amigas salir para ser vaciadas mientras yo seguía en aquella horrible despensa ¡estaba angustiada! Pero un gran día, de golpe, mis dueños me sacaron, me quitaron el polvo, me vaciaron y fui llevada a reciclar. De este modo acabó mi primera vida, pero no os penséis que fue la última. Mis amigas y yo fuimos llevadas a reciclar, junto con el 75% de aluminio que se recicla en España, antes de dejarlo en los vertederos de este precioso país que estáis destruyendo los humanos.
MAIALEN FERNÁNDEZ (DBH 1.B)
LA PRINCESA ESCARLATA
Había una vez, en un reino muy lejano, una reina y un rey que un día de invierno, justo al rayar el alba, tuvieron una hija a la que llamaron Escarlata. La llamaron así por el color de su pelo rojo escarlata. Se trataba de una niña excepcional, aunque un poco testaruda, que creció feliz en aquel reino.
Una hermosa mañana, Escarlata cogió las riendas de su caballo y se adentró en el bosque. Cuanto más avanzaba, más maleza y socavones se encontraba; así pues, la muchacha, en menos de una hora, estaba de vuelta a palacio para decirle a su padre que hiciera un camino en el bosque, sin socavones ni malezas. El rey era muy avaro, y le dijo que aquello valía mucho dinero, así que no. Ella insatisfecha, le iba con la misma cantinela un día tras otro. Hasta que una noche, su padre, aburrido de oír siempre lo mismo, le dijo que sí. Su hija se salió con la suya.
Así pues, transcurrido un largo tiempo, el camino ya estaba habilitado y la princesa se puso un vestido jaspeado rojo y negro, para la inauguración. Gracias a Escarlata el reino dispuso de un camino del bosque clareado y apto para princesas.
AINHOA UNDIANO (DBH 1.C)
LA SUERTE DE UN POBRE Érase una vez,un pobre hombre,que llevaba 4 años en paro.No tenía familia ni ningún tipo de ingreso.Un día,le llegó una carta diciéndole que le iban a deshauciar.La plataforma Stop deshaucios luchó por la casa pero no lo consiguió.El hombre se llamaba Pablo y no tenía a donde ir,así que cogió un saco de dormir y unas mantas y se fue a a vivir debajo de un puente de el río Arga. Se fue al rayar el alba y,en cuanto llegó,se hizo una nueva amiga llamada Naroa.La primera noche estaba muy nervioso por que el siempre había dormido bajo techo.El segundo día fueron a pedir limosna juntos y se empezaron a gustar.Pablo estaba muy enamorado de ella,aunque le daba vergüenza decírelo.A ella le pasaba lo mismo.A la noche fue a buscar una manta pero la ciudad era tan grande que se perdió.Al día siguiente era 24 de diciembre.Pablo estaba triste porque quería pasr la Navidad humildemente con ella.Empezó a ponerse histérico,pero al final la encontró sentada en un banco,se dieron un fuerte abrazo y Pablo se declaró.Al ponerse de rodillas notó que algo le molestaba en la pierna,miró hacia abajo y era un número de lotería con 1.000.000 de euros de premio.Pablo recogió el papel y,en vez de un anillo,le dio el décimo.Los dos se pusieron muy contentos. Al día siguiente fueron a comprarse ropa y a cenar a un restaurante.Unas semanas despúes celebraron su boda y se compraron una bonita casa.
ANAI LABAY (DBH 1.C)