Boletin "El Laud", nº 11

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El LaúD

Boletín de Estudios Históricos y Locales ISLA CRISTINA Núm. 11 Depósito Legal H-264-2004 ISSN: 188-4083

Año XIV, abril de 2014

SUMARIO 1. Editorial 2. Aportes

Manuel Cusachs Corredor Higuerita-Barcelona (1824-1833) Vicente López Márquez Naufragios y accidentes Jesús Bogarín Díaz ¿Cuál era el nombre completo del Pionero José Faneca?

3. Activismo Cultural

IV Jornadas de Historia de Isla Cristina La Fábrica de Guano del Consorcio Centenario del Estudio Salcedo

4. Recensiones 5. Noticias

Domingo de Salcedo junto a su esposa, Enriqueta Vergara, y dos de sus hijos (1897).

Confirmada una nueva obra de Aníbal González en Isla Cristina


EditoriaL

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Un lujo al alcance de todos

l hecho de que Isla Cristina disponga de una publicación monográfica dedicada al estudio de su historia podría considerarse un artículo de lujo. La realidad es que esta (pequeña) ciudad, nacida de la industria alimentaria derivada del pescado, ha conseguido generar el suficiente caudal historiográfico, hemerográfico, intelectual, económico, etc. para sustentar una publicación cuasi periódica, difícil de hallar en poblaciones de entidad similar. En el seno de la Asociación “El Laúd” fue engendrado este boletín ELD en el año 2001, el cual, trece años más tarde continúa fiel a sus principios. Somos conscientes de que durante este periodo las formas más eficaces para llevar la información a los receptores ha cambiado, pasando hoy por la divulgación en Internet. Sin embargo, sabemos que lo que perdura es el papel y que dentro de cien años los investigadores podrán tener en sus manos esta revista como nosotros hoy disponemos de los viejos periódicos isleños que publicaron nuestros antepasados. Con el propósito de llegar todo el mundo, entendiéndose en todos los significados de la expresión, a partir de este número nos proponemos publicar una edición en nuestro blog (http://el-laud.blogspot.com.es). Nuestro boletín ELD va dirigido a un amplio espectro de lectores, desde meros aficionados a la historia local hasta investigadores muy especializados de la esfera universitaria pasando por jóvenes estudiantes, de ahí que nuestro planteamiento pasa por no caer en un academicismo excesivo. Apostamos, por tanto, por llevar a los lectores el conocimiento de nuestra historia, con seriedad y rigor, partiendo siempre de la investigación concienzuda. Por otra parte, nos abrimos al estudio de otras ramas del ámbito local como la geografía, la antro-

pología, el medio ambiente, etc. El ámbito de estudio, como ya venimos proclamando desde el principio, alcanza más allá del municipio hasta donde llega nuestra interrelación migratoria y cultural, entendiéndose con ello nuestro parentesco con las regiones del Algarve, Cataluña, Valencia y Andalucía oriental, principalmente. La protección del patrimonio cultural, como ya explicamos en la editorial del número anterior de ELD, constituye una preocupación al alza para la Asociación “El Laúd”. Nuestro boletín ELD, que además es el órgano de difusión del sentir de la entidad, promete estar al servicio de este nuevo objetivo, el cual, por cierto, deberá incorporarse a los estatutos próximamente. En este sentido, tanto en el número anterior como en el presente, se da cuenta de las gestiones llevadas a cabo para la protección de sendos inmuebles singulares, así como de un estudio histórico de los mismos. La protección del patrimonio comienza por su conocimiento, y este primer paso ya se ha dado. En lo concerniente a la publicación de trabajos de investigación y divulgación, queremos brindar estas páginas a cuantos autores deseen exponer su trabajo, bajo las premisas ya expresadas y una extensión acorde con el formato de ELD. En cuanto a la lengua de expresión, se valorará que se envíen en castellano; no obstante, considerando que en nuestro ámbito histórico y cultural se emplean el portugués, el catalán y el valenciano, podría publicarse en estas lenguas en caso de que este fuera un requisito sine qua non. En resumen, desde este número de ELD nos proponemos aumentar el número de lectores así como los contenidos; ampliar la edición a dos números anuales; fomentar la participación de investigadores y alcanzar mayores cotas de calado e influencia social.

Director: Vicente López Márquez Consejo de Redacción: Aurora Gema Lozano, Agustín P. Figuereo y Jesús Bogarín Díaz Edita: Asociación Cultural “El Laúd” de Estudios Históricos y Locales de Isla Cristina Dirección Postal: c/ Lirio, nº 1 - 21410 ISLA CRISTINA (Huelva) Correo Electrónico: el-laud@gmail.com Imprime:Imprenta Real de Lepe, S.L. ELD, nº 11, 2


AporteS Esta sección de ELD se constituye en foro abierto a toda iniciativa científica, literaria y artística que, desde la mayor apertura disciplinar, teórica y estética, tenga como objeto de estudio o se desarrolle en Isla Cristina y su ámbito socio-cultural.

HIGUERITA - BARCELONA (1824 - 1833)

“Embarcaciones llegadas al puerto en el día de ayer” Manuel Cusachs Corredor (Mataró)

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l Diario de Barcelona del siglo XIX publicaba, diariamente, una relación de las embarcaciones que llegaban al puerto de la Ciudad Condal. De todas ellas hemos anotado las que hacían el trayecto entre la Higuerita y Barcelona, en un período de diez años (1824 al 1833). La información que nos ofrece el diario barcelonés nos permite conocer los datos siguientes: fecha de llegada, el trayecto desde el punto de salida, las escalas o paradas y la de arribada, los días de navegación empleados, el tipo de embarcación y su nombre, las toneladas marítimas de la misma, el nombre del patrón, la carga que llevaba y, finalmente, a quién iba destinada. Y lo haremos analizando cada uno de los datos que ofrece cada columna. Antes de entrar en detalles digamos que el número total de viajes registrados entre la Higuerita y Barcelona en estos diez años de 1824 al 1833 fue de 191 de los cuales 37 (19%) fueron efectuados el año 1826, seguido en importancia por el de 1829 con un total de 25 viajes (13%) y el tercero fue 1825 con 24 (12,5%). Y si analizamos los meses vemos que el período de otoño-invierno (de septiembre a febrero) es el que concentra el mayor número de viajes. Por el contrario los meses primaverales y estivales, de abril a agosto, son los de menor actividad. El número de los mismos por año son: 1824, 6 viajes; 1825, 24; 1826, 37; 1827, 23; 1828, 16; 1829, 25; 1830, 24; 1831, 8; 1832, 7 y 1833, 11. En total: 191 viajes. El año 1826 fue, como ya hemos dicho, el mejor del período analizado. En cuanto a viajes mensuales - si exceptuamos los meses de mayo a agosto y octubre -, están repartidos de la forma siguiente: Enero, 6; Febrero, 10; Marzo, 8; Abril, 2; Septiembre, 1; Noviembre, 2 y Diciembre, 8 viajes. Le sigue el año 1829 de un total de 25 de los cuales en enero se realizaron 2 viajes; febrero, 3; abril, 1; Agosto, 1; Septiembre, 1; Octubre, 3; Noviembre 2 y Diciembre, 9 viajes. En cuanto al trayecto entre la Higuerita y Barcelona se efectuaba con un promedio de 3 y 4 escalas o paradas. Sólo se registran 5 viajes directos entre la población de origen y la de destino. Y en el otro extremo solo 2 se realizaron con ocho y 4 con siete escalas o paradas previas a la llegada a Barcelona. Referente a los días de navegación empleados para el trayecto vemos que van de los 7 días como mínimo a 45 como máximo. El promedio queda entre los 20 y 30 días de navegación. Y en cuanto al tipo de embarcación en el que se realizaba

el transporte el laúd es casi exclusivo (176, lo que representa un 92%). Le sigue a mucha distancia el místico con 13 (6,28%). La gran mayoría de embarcaciones están bautizadas con nombres del santoral católico (Santo Cristo del Grao, Santísima Trinidad, dedicados a la Virgen María de distintas advocaciones (del Carmen, del Rosario, de los Dolores, del Viñet, etc.) Y de santos (S. Josef, San Antonio, San Pedro, etc.) del resto llevan nombres de mujer (3) Ana Maria La Catalana; Rosa y Juanita); de hombre (1) Leónidas y étnico (1) El Gaditano. Las toneladas marinas de las embarcaciones van de las 10 como mínimo a las 48 como máximo en los laúdes. Y los místicos pueden oscilar entre las 40 y las 65 toneladas. Los patronos que suelen repetir la ruta son los Maristany (Francisco, Gerardo, Agustín, Pedro, Pablo) los Reberter (Agustín, Francisco), los Oliver (Tomás, Gabriel, Juan), los Adell (o Agell) (Sebastián, Agustín, Josef). En su mayoría son de origen catalán. La carga declarada es en su mayoría de sardina (138 viajes, que representa un 72%), le siguen el aceite de pescado, congrio, pescado salado, atún, safíos, lastre, etc.. Los destinatarios suelen ser mayoritariamente “a varios”. Entre los destinatarios nominales destaca Cristóbal Casañas Pascual, con 46 anotaciones (24%). Le sigue a mucha distancia Bernardo Bori Carbonell, con 8 (4,18%), y con menor cantidad encontramos a Manuel Mestre Puig (2), Mariano Botet (2), Antonio Carros, Josef Poch (2) y para la ciudad de Mataró solo 1. Conclusión: la explotación comercial del caladero de la bahía de Cádiz, en el primer tercio del siglo XIX, seguía dando sus frutos – mayoritariamente en la pesca de la sardina y también del atún - lo que explica la conexión ancestral entre la Higuerita y Barcelona. Es muy probable que si extendiéramos el período analizado nos mostraría con mayor amplitud la importancia de la pesca y de su comercialización. Había pasado medio siglo desde la llegada del mataronés José Faneca (1757) con su familia, para guardar las artes de pesca cuando se instaló al lado de un pozo y una higuera que darían origen a la futura población de la Figuereta (topónimo originario en catalán), para denominarse posteriormente de la Higuerita y que después se llamaría Isla Cristina. Sirva este artículo de lazo de amistad entre Mataró e Isla Cristina, poblaciones hermanas a través del arte de la pesca y más en concreto de la sardina.

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(1) Almendras y avellanas. (2) Vilanova (3) Valencia, Vinaroz, Tarragona, Sitges (4) Alfaques (5) Cáscara de granada y añil (6) Villajoyosa, Salou, Vilanova (7) Vinaroz (8) Santa Tecla (9) Vinaroz, Villanueva

(10) (11) (12) (13) (14) (15) (16) (17) (18)

Estaño y otros géneros Sardina, pescado seco Tarragona y Sitges Vinaroz, Sitges Salou, Vilanova, Sitges Salou, Tarragona, Sitges Cullera, Vinaroz, Salou, Sitges Salou, Vilanova, Tarragona, Sitges Salou, Sitges

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AZULEJOS - SANITARIOS - GRES Y GRIFERÍAS - ARENAS CEMENTOS - YESO - CAL - LADRILLOS - TEJAS - P.V.C. TERRAZOS - VIGAS - TELAS ASFÁLTICAS - ARLITA... c/ Castillo, 8 · Tel. 959 33 22 46 · Fax 959 33 25 89 · ISLA CRISTINA (Huelva) Avda. de la Constitución, 1 · Tel. 959 32 19 57 · AYAMONTE (Huelva) Fábrica de Bovedillas · Tel. 959 33 21 05 · POZO DEL CAMINO (Huelva)

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Naufragios y accidentes El precio de vivir de la mar

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Vicente López Márquez

Son héroes, nuestros héroes, y merecen que sus nombres se recuerden; que queden grabados en piedra como patente y perpetuo reconocimiento a la dignidad de su profesión y al trabajo sacrificado y arriesgado que desarrollaron con valentía en un medio tan amable y bello como hostil.

ace unos años, José Antonio Reyes Tobarra -huérfano El primer relato que he recogido se refiere al naufragio del de marinero- y el que suscribe coincidimos en el agra- galeón “Santa Catalina”, barco de la matricula de Isla Cristina vio que supone que sólo figuren junto al Monumento al que fue sorprendido por un impresionante temporal del sur en Marinero los nombres de algunos fallecidos en la mar. En este el invierno de 1910. El buque naufragó en la barra de Isla Criscaso, los que perdieron la vida en el naufragio del pesquero tina intentando entrar a puerto. A los tres días de la tragedia “Islamar Tercero”. A pesar de ello, ciertamente se entiende que aparecieron los despojos de tres de los marineros que la mar la lápida con sus nombres constituye un homenaje simbólico arrojó a las playas del Hoyo (hoy playa Central y del Hoyo) a todos los marineros isleños. Sin embargo, nos propusimos y del Berdigón (hoy Urbasur). De los diez fallecidos sólo se elevar a la Alcaldía de Isla Cristina una propuesta para que recogieron los nombres de ocho de ellos, los cuerpos de los el reconocimiento institucional se extendiera expresamente a dos restantes tal vez no aparecieron y por ello no fueron retodas aquellas personas cuyas vidas se perdieron en la mar gistrados. como consecuencia de su trabajo, dejando patente cada uno de sus nombres. Dos años más Personalmente tarde, el laúd “Jome comprometí a ven Juanita” con realizar la investigacargamento de sal ción y a documentar partía del puerto todo lo necesario de Cádiz con rumpara respaldar la bo a Isla Cristina propuesta. Y hoy a pesar de que el nos encontramos temporal reinante ante una tarea casi lo desaconsejaba. acabada. La relaUn vapor colisioción de las víctimas nó con el barco de la mar que se isleño provocando ofrece en este traque sus tripulantes bajo se presume cayeran a la mar. incompleta y tal vez Uno de ellos pecon alguna errata, reció ahogado y el de ahí la necesidad resto fueron salvade que se publique dos por la tripulaen papel antes de ción del vapor. Su que se lleve a cabo nombre era Rafael cualquier iniciativa. Rodríguez. La intención va diEn muchas rigida a la recogida ocasiones los temde nuevas inscripporales provocaciones y datos de ban que un golpe las víctimas que de mar arrojase a Viudas y huérfanos de los marineros fallecidos puedan ser facilitaalgún marinero de en el naufragio de la canoa “Carmen”, 1934. das por sus familiacubierta. Así suceres o por otros investigadores así como a subsanar cualquier dió en el caso del Rafael Rodríguez, niño de 14 años, hijo del error. patrón del “San Antonio”, que cayó a la mar en 1914 y no pudo El criterio que he seguido comienza con el orden crono- ser rescatado con vida. lógico del suceso, nombre de la embarcación, tipo de barco Las causas de los naufragios fueron muy variadas, pero o modalidad de pesca y relación de los nombres de los tri- destacan los efectos de los temporales. En muchas ocasiones pulantes fallecidos en orden alfabético de su primer apellido. la necesidad y el hambre provocaban que los barcos se echaSe ha tratado de registrar todos los naufragios y sucesos de ran a la mar so pena de perecer: “que sea lo que Dios quiera”. embarcaciones del puerto de Isla Cristina, bien porque fueran Así ocurrió en el vendaval de enero de 1917 donde murieron de nuestra matrícula o bien porque tuvieran su base en el puer- diez hombres y se perdieron tres barcos. En el argot marinero, to isleño. En este caso he recogido los nombres de todos los no se dice que un barco se hunde, sino que “se pierde”. marineros fallecidos, aunque procedieran de otra localidad. En Existen otras causas que producen la muerte en la mar. los casos en que el buque siniestrado no fuera de Isla Cris- Se conoce el caso singular del marinero Fernando García que tina, he registrado únicamente el nombre de los tripulantes mientras el barco se encontraba amarrado a puerto, salió de isleños fallecidos. Aunque los marineros isleños han formado esparcimiento regresando ebrio para dormir. Se asfixió con el parte principalmente de la flota pesquera, también he tratado humo de un anafe que se quedó encendido. El hombre era nade registrar los náufragos y víctimas de accidentes a bordo tural de Fuengirola y el suceso ocurrió en el año 1921. de barcos de la marina de guerra y de la mercante. AsimisEn 1924, en la canoa nombrada Carmen perecieron un mo he tratado de recopilar los nombres de los fallecidos en la padre con sus tres hijos, la prensa diría: “Una pobre viuda y mar como consecuencia de cualquier otra actividad profesional madre loca de dolor, necesita amparo …”. que se lleve a cabo en el medio marino, como es el caso del En agosto de 1930 el patrón del “Joven Lola”, que se enmarisqueo submarino. En cuanto a las fuentes, he recurrido contraba amarrado en Cádiz, de setenta años de edad, cayó a las hemerotecas, contrastando los datos con los libros de al agua al embarcar por encontrarse en estado de embriaguez cementerio del Archivo Municipal de Isla Cristina (AMIC). En lo y pereció ahogado. El cuerpo apareció días después. Se llaque se refiere al periodo investigado, abarca todo el siglo XX maba Diego Guerrero. Ese mismo año, Manuel, tripulante de hasta la actualidad. un galeón, perdió el equilibrio durante una maniobra debido a ELD, nº 11, 7


una racha de viento y cayó al agua. El barco dio marcha atrás, un mes para finalizar la campaña. Los almadraberos estaban consiguiendo ver flotar aún el cuerpo del desafortunado, pero ansiosos por regresar a Isla Cristina donde les esperaba su antes de que pudieran alcanzarlo, desapareció. familia. Se comprende que estaban terminando de desarmar el En 1934, el 17 de marzo, una embarcación de Ayamon- arte. Según el relato de los propios tripulantes, el tiempo deste dedicada al marisqueo del mechillón naufragó cuando se aconsejaba la salida a la mar, pero el capitán desatendió las encontraba muy próximo a la costa. Se dirigía a la barra del circunstancias y mandó a la lancha a la mar. El barco zozobró, Guadiana, pero encontrando más próxima la de Isla Cristina, cayeron al agua los dieciocho hombres que iban a bordo aundecidieron enfilar la entrada de nuestro puerto. El barco se dio que de inmediato fueron rescatados por otro barco de la almala vuelta. Iban cuatro tripulantes a bordo. Un chaval de 13 años draba. Uno de los marineros no tuvo la misma suerte, José Doque se percató de la tragedia mientras se encontraba en la pla- mingo Márquez, del que según contaron, se ahogó porque no ya salvó al único superviviente. El niño-héroe se llamaba Diego sabía nadar. Algunos compañeros fueron testigos de su agonía Cárdenas Arroyo. Los hombres que perecieron eran ayamonti- mientras gritaba desesperadamente sus últimas palabras ¡Mi nos y se llamaban Manuel Reyes Romero, Antonio “El Guarda- madres, mi mujer, mis hijos! . Su cuerpo en descomposición calles” y un tercer marinero cuyo nombre no fue recogido en apareció ocho días después tendido en una playa como despoaquella época y hoy resulta difícil de averiguar. jo. Fue identificado por sus mismos compañeros de almadraba Aquel mismo año, dos porque aún conservaba en meses más tarde, el 21 de su cuello un escapulario de mayo, un mechillonero de la Virgen del Carmen. El caIsla Cristina naufragó en la dáver no fue repatriado, recibarra de Ayamonte a cuyo bió sepultura en el cementepuerto se dirigía para refurio de Agadir, en el suelo, sin giarse del temporal reinante. más honor que una corona La bocana de Ayamonte prede flores ofrecida por los alsentaba mejores condiciones madraberos y una lápida de de acceso al puerto, por ese madera pintada de negro con motivo en ocasiones los barsu nombre en blanco. Los cos isleños entraban por la marineros de la almadraba y barra del Guadiana. Una vez sus familiares hicieron alguen el río navegaban por el esnas fotografías de la tumba tero de Canela hasta el puery se las trajeron a su viuda to isleño. En esta ocasión, y a los dos hijos que dejaba el buque nombrado Carmen huérfanos. José Domingo se abrió al tocar fondo en la Márquez había perdido a su barra ayamontina pereciendo padre, Vicente Márquez en ahogados tres de sus cuatro los naufragios de 1917. tripulantes. Se salvó un marinero que consiguió agarrarse Otras pérdidas a una de las balizas de señaEn 1951, en la almadraba lización. Cuatro días más tarde Larache perdieron la vida de aún no habían aparecido Francisco Noriega Núñez y los cuerpos. Manuel Noriega Rico. AunA veces ocurren milagros: que fueron enterrados en en 1935 el galeón “Juanito” Marruecos, gracias a las ditocó fondo al entrar por la fíciles gestiones de la familia barra abriéndose el casco en se consiguió que los restos canal. Los sesenta hombres del primero de ellos fueran de la tripulación fueron salrepatriados hasta el cemenvados. terio de Isla Cristina años más tarde. Manuel Noriega Tumba en el cementerio de Agadir Naufragio del vapor de pesdejó tres hijos huérfanos. Uno del marinero Domingo Márquez Márquez, 1952. ca “Purita Pérez” de ellos correría la misma En el galeón “Purita Pérez”, dedicado a la pesca al cerco suerte que su padre como veremos más adelante. en el litoral perdieron la vida 46 hombres de los 50 que iban Cada tragedia tiene su propio sello. En 1954, el joven de 19 a bordo. Se salvaron dos marineros de Isla Cristina y dos de años José Ferrera Monaya cayó al agua y murió congelado el 5 Lepe. Otros dos tripulantes habituales no embarcaron ese día, de febrero de un terrible invierno. Ese año fue el de la nevada. por lo que también salvaron la vida. La dotación habitual la Iba a bordo con su hermano Carmelo, a los que apodaban “Los componían 52 hombres. Traiña”, y un cuñado de ambos que se llamaba José Méndez La tragedia ocurrió durante un temporal. El buque siniestra- Escobar. do intentaba refugiarse y entrar por la barra del río Guadiana, También en la zona costera de Agadir y en el mismo año rehabida cuenta de las deficiencias en la señalización de la barra ferido, pero en la flota sardinera, perecieron los marineros Made Isla Cristina. La dejadez de las autoridades portuarias en nuel Noriega Alfonso y José Roldán Cabalga en circunstancias asegurar la navegabilidad de nuestra ría para tan importante poco comunes. Se encontraban en un bote auxiliar cuando uno flota pesquera había sido manifiesta desde principios del siglo de ellos había ido a recoger al compañero que se encontraba XX en reiteradas ocasiones, incluso se le expresó personal- en otro buque de la flota isleña. Accidentalmente cayó parte mente al ministro de Marina, Amalio Jimeno, durante su visita del pesado arte de cerco encima del bote pereciendo ambos en 1913. Pero las autoridades no realizaban las intervenciones ahogados por no poder desprenderse y salir a flote. necesarias en nuestro puerto, de ahí el elevado número de Hay muchos casos en que algún tripulante cae al agua por naufragios en la barra isleña. El suceso del “Purita Pérez” se diversas causas. Al no poder ser rescatados, perecen ahogaencuentra bien documentado, pues el periódico local ofreció dos. En 1958 al entrar en la barra por un golpe de mar fue lanextensa información. Resulta sospechoso que la prensa pro- zado al agua Juan Hernández, patrón del “Joven Pedro”. Dos vincial y nacional no diera cuenta de la tragedia, tal vez por hijos de éste que iban a bordo, con la ayuda de otras embarcaprescripción de las autoridades de la Dictadura. ciones, lograron con grandes esfuerzos rescatar el cuerpo aún con vida del desdichado, conduciéndolo a la casas de socorro. Un marinero perece en la almadraba de Agadir Solo pudieron certificar su muerte. Por efecto de los temporales zozobró un lanchón de la alEn abril de 1959 pereció José Hernández Hernández, madraba de Agadir en 1952. Fue en octubre y apenas faltaba quien dejó viuda a Bárbara Carrillo Escámez con diez hijos, ELD, nº 11, 8


todos de corta edad. Ese mismo año, en la barra naufragó el a escoger. Mientras seleccionaba el marisco en la playa, José “Pepita Vélez” con cinco tripulantes debido a un temporal y al Antonio observó como la marea y el viento alejaba para afuera estado lamentable de la bocana del puerto isleño. Pereció el su embarcación, ante lo cual, con botas y ropa de agua que patrón y armador Antonio Real Bras, quien hasta el último mo- llevaba puestas intentó acercarse al barco con la mala fortuna mento intentó evitar la pérdida de su embarcación. El resto de de no poder levar debido al peso y al agua que se le había la tripulación fue rescatado un pesquero que denominado con introducido en las botas. Su hermano Francisco, al percatarse el proverbial nombre “Ya quiso Dios”. de lo que ocurría y su incapacidad para pedir auxilio, sufrió una Agustín Romero Borrero, conocido populamente como “El conmoción. Aunque algunos mariscadores se apresuraron a Pijamita”, pereció en el naufragio del pesquero “Mari Belli” el socorrer a José Antonio, los esfuerzos fueron en vano, encon28 de agosto de 1997. El cuerpo fue hallado más de un mes trando ya al joven mariscador fallecido. más tarde, el 8 de octubre de 1997, pasado el día del Rosario. En lo referente a las modalidades de pesca, los naufragios De infausta memoria es el sanguinario caso de Antonio y accidentes en un cincuenta por ciento de los casos regisReal Sosa. El barco “Filo y Ani”, de cuya tripulación formaba trados se han producido en la flota de cerco, si bien esto se parte, fue ametrallado por una lancha de vigilancia portuguesa debe a dos razones. Una de ellas es que los buques cerqueen el año 1977, resultando alcanzado por los disparos el des- ros emplean una tripulación compuesta de mayor número de afortunado marinero isleño. Los portugueses argumentaban hombres. Y el otro motivo es que históricamente la flota isleña que el barco isleño se enconse ha dedicado a la modalidad traba en aguas de Portugal. de cerco mayoritariamente. Así, En épocas relativamente en el galeón “Purita Pérez”, derecientes se han sucedido aldicado a la pesca al cerco en el gunos naufragios de los que litoral perdieron la vida 46 homla memoria popular guarda bres de los 50 que iban a bordo. dolorosos recuerdos. El “Fina En el “Catalina” perecieron 10 y Flores” naufragó en la barra a principios del siglo XX. En los de Isla Cristina en el invierno de cerqueros de altura, de la deno1982 cuando trataba de buscar minada “flota de Agadir”, pererefugio de un temporal. Sufrió cieron 26 tripulantes de los 28 una avería en el timón, hecho que componían la dotación del que provocó la desgracia. La “Islamar Tercero”. Sin embargo, tragedia pudo ser contemplada fallecieron sendos marineros desde la playa por algunas perdel “Chico Grande”, del “Marco sonas sufriendo la impotencia Antonio”, del “Playa de Baquio” de no poder hacer nada para y del “Elibel”, entre otros. En el evitarla. Perecieron dos mariotro extremo, en torno al dos neros. Cinco de los siete tripupor ciento de las pérdidas de lantes se salvaron. Fallecieron vida en la mar se han producido el patrón Valeriano Lafont y en las almadrabas. Alrededor José Martín Montero (según el del veinticinco por ciento de los periódico La Vanguardia, José naufragios y accidentes mortaMartín Romero). les se han producido en la floEn 1989, en el mes de dita de arrastre, incluyéndose en ciembre, perdieron la vida los esta modalidad tanto el arrastre siete tripulantes del “Panchita a vela y a motor en nuestro liReina del Mar” cuando el buque toral, como a los grandes arrasse perdió en aguas del Golfo de treros de altura. El veintitrés por Cádiz, quedando los cuerpos ciento restante de los siniestros atrapados en el interior del barregistrados englobaría a los que co. Días más tarde apareció el se han producido en faenas de cuerpo de uno de los desaformarisqueo, con o sin embarcatunados. Se trató de organizar ción, en buques de mercancías, el rescate de los cuerpos de los embarcaciones que emplean Familiares de los fallecidos en el “Islamar Tercero” marineros, cuyos trabajos coartes menores y otros que no he lloran ante la lápida conmemorativa. Foto de 1985. menzaron a finales de marzo sipodido determinar. guiente. Las familias padecieron por mucho tiempo el desasoPor lo general, los marineros fallecidos eran muy jóvenes. siego propio por no poder enterrar el dolor de las pérdidas. El Conocemos el caso del más anciano, el ya referido Diego Gue17 de abril, cuatro meses más tarde, apareció un tercer cuerpo rrero, que contaba 70 años y perdió el equilibrio al embarcar que pudo ser recuperado. No tenemos más noticias del resto encontrándose el barco amarrado a puerto y pereció ahogado de los fallecidos. en el puerto de Cádiz. El más joven que he podido registrar fue Se conocen tres casos de submarinistas que han perdido un niño de 14 años llamado Rafael Rodríguez, hijo del patrón la vida en la mar por casusas laborales. En 1992 murió por ac- del barco donde navegaba, el “San Antonio”, que cayó al agua cidente un buzo de la draga que llevaba a cabo los trabajos de abatido por un golpe de mar en el año 1914. instalación del colector de la depuradora frente a la playa del Hoyo. Años después, en 1996, perdía la vida un joven y cono- La Corporación Local aprueba un manifiesto cido isleño, Francisco Rafael Rodríguez Mora “Fran” mientras En la sesión plenaria de la Corporación Municipal de Isla practicaba marisqueo submarino. En 2009, otro mariscador Cristina celebrada el 26 de septiembre de 2013 se recogió una submarino fallecía: Manuel Beas Conde, otro joven y conocido declaración institucional de reconocimiento “a todas aquellas isleño. Se da la circunstancia de que ambos habían mantenido personas que han perdido su vida trabajando en la mar, en la una estrecha amistad, llegando a formar parte del grupo de consideración de que con su impagable sacrificio han contrimúsica pop “Los Fumatentes”. buido a la mejor evolución y desarrollo de esta ciudad y a la Ninguna pérdida es más importante ni más reseñable que mejora de las condiciones de vida de sus habitantes, que no se otra, pero ciertamente algunas circunstancias llaman más la entendería si no es, desde luego, con esta contribución”. Asiatención. Pocos días después del Carmen del año 2000, el mismo se propuso en el manifiesto corporativo dejar patentes joven mariscador de 21 años José Antonio González Vargas los nombres de todas las víctimas del trabajo en la mar. se encontraba mariscando con taladro en una gola frente a Isla Los familiares o personas interesadas se pueden poner en Canela, a donde había acudido con una pequeña embarcación contacto con el autor de este trabajo en la dirección de correo y con un hermano sordomudo de 16 años para que le ayudara electrónico siguiente: el-laud@gmail.com ELD, nº 11, 9


205 Vร CTIMAS DEL TRABAJO EN LA MAR

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FUENTES: AMIC, Libros de cementerio; La Higuerita y Argos, de Isla Cristina; Diario ABC de Sevilla y Madrid; La Provincia y Odiel de Huelva; y La Vanguardia de Barcelona.

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¿Cuál era el nombre completo del Pionero José Faneca? Jesús Bogarín Díaz (descendiente en 8º grado de la línea recta de José Faneca)

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l padre Mirabent, en su celebre “Memoria sobre la fundación y progresos de la Real Ysla de la Higuerita”, nos transmitió la noticia de que el primer poblador permanente fue “en el año de mil setecientos cincuenta y siete Jose Faneca, natural de Mataró”. El hecho parece tan importante para nuestra historia local que nos preguntamos cómo no nos dio el nombre completo del pionero. Pero no debe sorprendernos. Esto lo escribió en 1824. Pues bien, en el padrón general de 15 de agosto de ese año casi todos los habitantes de La Higuerita aparecen con un nombre y un apellido. No son muchas las personas que hallamos empadronadas con más de un nombre (vgr. José Antonio, José María, Juan Antonio, María Antonia, Rosa María, etc.) y solo hay seis inscritas con dos apellidos, a saber, una ayamontina, un portugués hijo de catalanes y cuatro nacidos en Cataluña (lo que representa poco más de un cinco por ciento de los catalanes que figuran en el comentado padrón). Así pues, la manera de citar a José Faneca era la normal. En esta misma línea continuaron tanto el Registro Civil de nacidos, casados y muertos que se llevó en los ayuntamientos en aplicación de diversas reales órdenes (en el Archivo Municipal de Isla Cristina se conservan listas de los años 1822, 1836-1837 y 1854-1871) cuanto los padrones municipales, con la interesante excepción del censo de población de 1857, donde la mayoría de los censados lleva dos apellidos. Todavía en el padrón levantado en 1870 vemos a los isleños inscritos con un solo apellido mientras en el de 1875 aparecen ya con dos. Entre estos dos años, tuvo lugar un hecho de gran importancia: la implantación el 1 de enero de 1871 de un nuevo Registro Civil dependiente del Ministerio de Justicia, por aplicación de la ley de 17 de junio de 1870 y su reglamento de 13 de diciembre, disposiciones que hablan siempre en plural de los apellidos de las personas. Más claro aún en este punto fue el Código Civil (1889).

La publicación de la “Memoria” del padre Mirabent (primero por entregas en los periódicos “La Higuerita” y “Ecos de Isla Cristina” y después editado íntegramente en 1933 por el semanario “Argos”) coincidió con los años en que investigó su genealogía Emilio Martín Bogarín, descendiente en quinto grado de la línea recta (igual que su mujer Bella Martín Faneca) de José Faneca. Sin embargo, pese a que pudo consultar el archivo parroquial de Isla Cristina (antes de su desastrosa pérdida en 1936) y el de Castromarín, no logró averiguar el segundo apellido del pionero, o al menos no dejó constancia de ello en los amplios apuntes genealógicos que heredó su hija y famosa pintora “Lola Bogarín”. Esta ausencia de datos ha sido suplida por la ficción literaria: “hijo de Lluís Faneca y de María Carbonell”, escribía en 2006 Serafín Gómez Rojas en su bello relato “La Higuereta, año dos”. Pero ya están a nuestro alcance las fuentes que nos ofrecen el conocimiento histórico. Una consulta más amplia de los libros parroquiales de Castromarín, donde se bautizaban los colonos catalanes de la playa de Montegordo, permite localizar el bautizo de dos hijos del pionero (María Francisca en 1755 y José en 1757). En las partidas portuguesas de esa época, los inscritos figuran con un solo apellido, pero, al dar el nombre de los abuelos –lo cual no solía suceder en las partidas españolas- pueden reconstruirse hasta cuatro apellidos. Por esta vía se puede saber que José Faneca era hijo de José y María, pero no podemos conocer el apellido de esta porque lleva el de su marido. A este mismo resultado llegamos consultando los expedientes matrimoniales ordinarios conservados en el Archivo General del Arzobispado de Sevilla. He hallado dos documentos firmados por nuestro personaje. Uno, de 20 de febrero de 1771, es el pago a la hacienda local redondelera de la contribución por una choza de paja y caña (conservado en

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el Archivo del antiguo municipio de La Redondela) y el otro, de 24 de marzo de 1778, es la licencia a su hijo José para casarse (expediente matrimonial en el citado archivo hispalense). La firma (publicada en “La Higuerita” de 1 de julio de 1997) es la misma, “Joseph Faneca”, sin otro apellido.

sabemos que los apellidos de la novia eran en realidad Puigbert Casals. En primavera de 2007, cuando acababan de salir las primeras pruebas de imprenta de mis “150 Linajes Isleños”, Agustín Ponce Figuereo me pasó la información recibida de su contacto (pronto lo sería también mío) en Mataró, Manuel Cusachs Corredor, que había encontrado la partida de bautismo de nuestro hombre (10 de enero de 1712). Se llamaba en catalán Domingo Pau Josep Joan Batista, el primer nombre por su padrino Domingo Riera y el tercero, con el que siempre sería conocido, por su padre (y su abuelo, como sabemos por otros documentos). También halló Cusachs la partida de matrimonio de los padres (24 de abril de 1711), donde se lee que María era viuda de Pau Puig Vert e hija de Antoni Çaragoça y Cristina. Desde el punto de vista sanguíneo y genealógico, los apellidos del pionero eran, pues, Faneca Zaragoza. Así figura en la primera edición de mi libro de linajes y lo mantengo en la segunda (en la que, por cierto, pág.1044, reproduzco la partida de bautismo de José).

Sin embargo, leyendo en 2002 los libros parroquiales de Sitges y de Premiá de Dalt pude comprobar que en el siglo XVIII los catalanes poseían el sistema de dos apellidos (paterno y materno) que en 1871 se generalizaría en toda España, por lo que nuestro pionero debió tenerlo. En aquellos momentos yo creía equivocadamente que no se conservaban los libros parroquiales de Mataró. A pesar de eso, pude aventurar una hipótesis que a la larga se demostró acertada. En el padrón parroquial de La Redondela de 1786 (conservado en el citado archivo de Sevilla) aparece un “Josef Faneca Pulibel” (esto es, José Faneca Puigbert). No se trata del hijo del pionero, porque figura como Josef Faneca con Maria Pasqual (o sea, su mujer María Dolores). No debiera ser el propio Pero más allá de la cuespionero porque sabemos, tión genealógica, ya aclarapor el expediente matrimonial de la hija Salvadora, que Certificación de bautismo de Madrona Faneca da, podríamos seguir preemitida en Mataró para tramitar la boda guntándonos por el nombre había fallecido en julio de en La Redondela en 1759 1784. No obstante, parece (Archivo General del Arzobispado de Sevilla). oficial. Por lo que yo había visto en los libros parroquiaque la explicación más verosímil es que por inercia o por error figure todavía les de Sitges, la mujer, al casarse, pasaba a tener en el padrón de mayo de 1786. Podemos recor- como primer apellido el del marido y como segundo dar que el referéndum de iniciativa autonómica de el que hasta entonces había sido el suyo primero. 1980 obtuvo resultado positivo en la provincia de La madre del padre Mirabent pasó así de ser Rosa Jaén solo después que, estudiando las impugna- Soler y Rovira a llamarse Rosa Miravent y Soler. ciones, se revisó el censo electoral y se elimina- Ahora bien, ¿qué ocurría cuando la mujer enviuron del mismo numerosos difuntos. Un error menor daba? Según Cusachs, solía recuperar los apellibien pudo haber ocurrido doscientos años antes en dos de soltera. Al menos en Sitges, esto no era lo situación más precaria. Pero otra opción consisten- frecuente. Theresa, de soltera Planes y Font, pasó te en un error en el nombre de la persona tampoco a ser de casada Puig y Planes, y con estos apellies imposible: en 1797 está inscrita en el Archivo dos se casó, viuda, en 1725 con Joan Batista Mila, Parroquial de La Redondela la boda de José Pinell de modo que el hijo de estas segundas nupcias, con Beatriz Francisca Faneca Puigbert, cuando por tronco de los Milá isleños, pese a ser genealógicael expediente matrimonial conservado en Sevilla mente Milá Planes, aparece en varios documentos ELD, nº 11, 14


como Joan Milá Puig. Otro caso: Isidro Prats Puig (una de las seis personas con doble apellido en el padrón isleño de 1824) no tenía desde el punto de vista biológico o sanguíneo esos apellidos, pero su madre Catalina, de soltera Febrer Batlle, se había casado en Sitges en 1768 con Isidro Prats Panadés siendo viuda de Josep Puig. Cuando participé estos datos al amigo Cusachs, desde luego mejor conocedor que yo de las fuentes documentales catalanas, hizo la precisión de que la recuperación del apellido del padre por parte de la viuda probablemente fuera una práctica posterior a mediados del siglo XVIII. Ante esto, lo que a mí me importaba no era dictaminar si la regla era que la viuda conservara los apellidos de casada y la excepción que recuperara los de soltera, o si la regla era que recuperara los de soltera y la excepción que conservara los de casada, o si la regla varió según los lugares y los años, o si no hubo regla sino libre elección. Lo que me importaba era conocer qué había pasado en el caso concreto de la madre de nuestro pionero, por donde pudiéramos averiguar cuál fue su segundo apellido oficial, si Puigbert o Zaragoza. Y creo haberlo podido averiguar en mi viaje de investigación a Barcelona y Mataró en 2008.

En el Archivo Diocesano de Barcelona se encuentra la anotación del expediente matrimonial que se siguió entre “Joseph Fanega” y la viuda “Maria Puitgverda”. En el Archivo Capitular de la Catedral de Barcelona están inscritos los esponsales celebrados el 23 de abril de 1711 entre “Joseph Feneca” y la viuda “Maria Puigvert”. Al día siguiente tuvo lugar en Mataró la boda (partida de matrimonio en el Museo Archivo de la Basílica de Santa María) entre “Joseph Faneca” y “Maria Puigvert”. Tres son, pues, los documentos que coinciden en que María se casó en segundas nupcias manteniendo el apellido de su difunto primer marido, que era Puig Vert (en castellano, Monte Verde) o todo junto Puigvert, en femenino Puigverda. Ahora bien, llegar a la conclusión de que el nombre oficial del pionero era Joseph Faneca Puigbert no pasa de ser una reconstrucción, ya que no hemos hallado hasta el momento ningún documento en que venga así llamado, más que el citado padrón de 1786 que póstumamente le da tales apellidos, si aceptamos que se refiere a nuestro personaje, lo cual es muy probable pero no seguro. Lo que sí es seguro, con certeza sociofamiliar (y también desde el punto de vista biológico según la presunción legal de que el marido es padre del hijo de la esposa), es que los apellidos genealógicos de Domingo Pablo José Juan Bautista eran Faneca Zaragoza.

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IV Jornadas de Historia de Isla Cristina

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a celebración de las 4as Jornadas de Historia de Isla Cristina, que con carácter bienal organiza nuestra Asociación, tuvieron lugar entre los días 25 al 27 de octubre de 2012, eligiendo esta vez un marco con genuino sabor isleño, la capilla del extinto Grupo Escolar “Ntra. Sra. de los Ángeles”, cedida por el Consejo de Hermandades y Cofradías de Isla Cristina, que en ella tiene su sede. El acto inaugural corrió a cargo del presidente de la Asociación, Vicente López, a quien acompañaba la alcaldesa isleña, dedicando palabras de aliento a nuestra labor. Acto seguido, Antonio J. Cárdenas Rojas nos obsequiaba a los presentes con una edición periodística muy singular, elaborada como suplemento local a su periódico de ámbito comarcal N-431, donde se recogían las diferentes cabeceras históricas de periódicos que existieron en nuestra ciudad. La presentación llevaba por título “Cien años de prensa en Isla Cristina: 1910-2010”. Para finalizar el primer día de las Jornadas celebrábamos el ingreso de una nueva socia numeraria, Aurora Gema Lozano Gutiérrez, diplomada en CC. de la Educación, licenciada en Humanidades y con una maestría en patrimonio histórico, todo por la Universidad de Huelva, quien desde el punto etnográfico basó su conferencia de ingreso en los entresijos de la carpintería de ribera: “Entre tracas y cuadernas. La carpintería de ribera en Isla Cristina”. Terminó la sesión firmando su ingreso en el correspondiente libro de socios. Para el acto contamos con una difusión especial, editándose un cartel ilustrado con una preciosa vista de nuestros astilleros obra del pintor Ferrer. El viernes se sucedieron las dos ponencias previstas en el marco de las Jornadas. De una parte la pronunciada por el profesor de la Universidad de Huelva y convecino nuestro, el geógrafo José Manuel Jurado Almonte quien disertó sobre “Isla Cristina: marco territorial y socioeconómico”, las posibilidades ocultas de nuestra ciudad y sus posibles desarrollos, basándose en una revisión de su obra, publicada junto al profesor Márquez Domínguez en 1997 y titulada “Isla Cristina: la mar, la tierra y sus gentes”. Cerró el día el secretario de la Asociación, Agustín P. Figuereo quien nos presentó físicamente, a través de diferentes ilustraciones, el aspecto que presentó la fortaleza isleña del siglo XIX. El título, ya sugerente, “El último castillo. La batería de Isla Cristina”, escondía tras

de sí todas las vicisitudes en torno a dicho edificio del que hoy sólo nos queda su recuerdo en el nomenclátor y en la presencia de algunas de sus piezas de artillería. La clausura, en la mañana del último día, como viene siendo la tónica general, se realizó con el descubrimiento de un mosaico de azulejos donado por la Asociación a la ciudad de Isla Cristina. Esta vez nos situábamos en la plazuela conformada por la confluencia de las calles Baja, Serafín Romeu Portas y Castillo con la siguiente leyenda: “En estos terrenos, a espaldas de la calle de San Juan y rodeados por la ría Carreras y el caño de Santa Catalina, se levantó, por Real Orden de Fernando VII, de 28 de marzo de 1826, la batería defensiva conocida como “El Castillo”, nombre que se daría a la calle inmediata. Isla Cristina, octubre de 2012”. Al acto, además de los socios numerarios y protectores de la Asociación asistieron también numerosos ciudadanos, munícipes encabezados por la primera autoridad, y medios de comunicación diversos, a los que gradecemos su apoyo incondicional.

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La Fábrica de Guano,

una obra atribuida a Aníbal González, que hay que proteger La Asociación Cultural “El Laúd”, de estudios históricos y locales de Isla Cristina solicitó el pasado mes de marzo al Consejo Local del Patrimonio de Ayamonte la inclusión en el Catálogo de Bienes Protegidos de este municipio de una antigua fábrica de guano de pescado, hoy en desuso. Se da la circunstancia de que el inmueble es propiedad del Ayuntamiento de Isla Cristina, pero se encuentra en término municipal de Ayamonte. Así, no es la primera vez que la Asociación toma una iniciativa de esta índole, pues ya en el año 2009 solicitó al propio Ayuntamiento de Isla Cristina la protección urgente de una antigua fábrica de salazones de mediados del siglo XIX sita en la calle Cañavate de la localidad, compuesta por elementos tan singulares como pilas, viga de prensado, pozo, obrador de tonelería, etc. Además, otorga con carácter anual el Premio “José Faneca”, incentivando la iniciativa privada en la restauración y la rehabilitación de inmuebles. De esta forma y de otras, la Asociación se involucra de manera activa en la protección del patrimonio, actividad que comenzó con las gestiones para la recuperación y restitución del azulejo de la Virgen del Carmen que se encuentra en el paseo de las Flores. Asimismo actuó de manera decisiva en el mantenimiento de la fachada original del Patio de San Francisco (s. XIX) en lugar de su derribo y reconstrucción.

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Fue construida por Tomás Pérez Romeu, industrial conservero. “El patrimonio industrial constituye un recurso social y económico del territorio y debe ser protegido, conservado o reconstruido y reutilizado, dándole nuevos usos funcionales”

a vieja fábrica del guano del Consorcio se encuentra junto al colegio “La Higuerita”, en la vieja Hacienda del Pino, al sitio de la Vera o Pozo del Camino. Es una antigua nave cuyos trazos discretos pero hermosos del ladrillo cara vista y la decoración de azulejos recuerdan al estilo modernista de principios del siglo XX. El inmueble fue levantado por iniciativa del empresario isleño Tomás Pérez Romeu, tras disolverse la Sociedad “Sobrinos de Tomás López” en 1925. Al constituirse el Consorcio Nacional Almadrabero en 1928 Tomás Pérez será uno de sus directivos, integrándose entre los bienes del mismo, mediante escritura otorgada ante el famoso notario de Isla Cristina, Blas Infante Pérez, de 1930. Ocupa una superficie de casi 400 metros cuadrados (9,85 x 39,75 metros). Esta antigua fábrica fue adquirida en 1975 por el Ayuntamiento de Isla Cristina tras la liquidación de los bienes de la citada entidad, destinándose a taller de construcción de carrozas entre los años 1981 y 1988. Al trasladarse el taller a los nuevos almacenes municipales del polígono Vista Hermosa, la antigua fábrica del guano fue destinada al almacenaje, función que cumple en la actualidad penosamente, con parte de la cubierta desaparecida.

Para la Asociación el patrimonio industrial de Isla Cristina es el producto de un proceso histórico singular ligado a la actividad conservera y salazonera. Afortunadamente aún permanecen en pie algunos ejemplos de gran interés etnográfico y también arquitectónico que debemos mantener, recuperar, rehabilitar y reutilizar. La adaptación de algunos de estos inmuebles de nuestro pasado industrial pasa por tener en cuenta sus valores turísticos, su necesidad como espacio destinado al ocio, a la promoción natural, cultural o de cualquier tipo de atractivo para los isleños o para los que nos visitan. Un caso ejemplar lo tenemos en el Patio “San Francisco”, el cual tras ser adquirido por el ayuntamiento en la década de 1990, y tras permanecer en desuso y en el olvido, fue reconstruido y su fachada restaurada, siendo en la actualidad un referente revalorizado. No es la primera vez que la Asociación toma una iniciativa de esta índole, pues ya en el año 2009 solicitó al propio Ayuntamiento de Isla Cristina la protección urgente de una antigua fábrica de salazones de mediados del siglo XIX sita en la calle Cañavate de la localidad, compuesta por elementos tan singulares como pilas, viga de prensado, pozo, obrador de tonelería, etc.

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Centenario del Estudio Salcedo

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El pasado mes de marzo, por medio de un comunicado, la Junta Directiva de “El Laúd” quiso expresar la felicitación de esta Asociación por el primer centenario del estudio fotográfico Salcedo. Nuestra entidad, consciente de la notable aportación a nuestra sociedad y a nuestra cultura que supone la fotografía realizada durante estos cien años por las cuatro generaciones de su familia, así como del valor patrimonial del fondo fotográfico, dejó así patente nuestra gratitud. El estudio fotográfico Salcedo es, tal vez, el más antiguo de Andalucía y ha desarrollado una trayectoria sin interrupción en Isla Cristina desde el año 1913.

as primeras noticias de fotografías tomadas en Isla Manuel Salcedo Vergara domiciliado en el número 15 Cristina son algo tardías, pues se remontan al año de la calle Cánovas del Castillo, hoy Paseo de los Re1898, fecha en que aparece datada una imagen yes, junto a sus hermanos Antonio y Carmen, todos con anónima de la fachada de la antigua iglesia de los Do- diecisiete años de residencia en Isla Cristina, es decir, lores. El primer fotógrafo del que tenemos noticias fue desde 1913. Al contrastar la información con la obtenida Vicente Rodríguez Alfonso (1875-1933) que además fue del Padrón de 1940, observamos que sólo figura inscrito relojero. Manuel Salcedo Vergara en el número 13 de la Avenida En cualquier caso, como vamos a ver, en la historia José Antonio Primo de Rivera (Paseo de los Reyes) , de la fotografía en Isla Crisde profesión “Fotógrafo”, tina destaca un nombre: Docon veintisiete años de resimingo de Salcedo y Ruiz. dencia en la ciudad, o sea, Domingo de Salcedo y desde 1913. Ruiz fue un fotógrafo amDomingo de Salcedo y bulante, un trotamundos, Ruiz falleció el 30 de octuun aventurero que recobre de 1925 en Isla Cristina, rrió Andalucía, La Mancha a la edad de 62 años. Sey Extremadura tras haber gún la lápida del cementerio atravesado el Norte de Áfrifue el día 10, pero según las ca procedente de las Islas esquelas insertadas en los Canarias, donde había nacisemanarios locales Argos y do. El viejo Salcedo fue un La Higuerita, fue el día 30. personaje singular del que En la gacetilla de éste últivamos a conocer algunos mo periódico se diría: “Coaspectos biográficos. rresponsal artístico de prenDomingo de Salcedo na- Gregorio y José Manuel Salcedo, tercera y cuarta generación, sa. De familia de abolengo, ció en el año 1863 en el Puerel señor Salcedo, llegó a posan junto a una vieja máquina fotográfica. to de la Cruz (Tenerife) en el esta Isla hace varios años, seno de una familia acomodada, pues su padre llegó a ejercitado en la fotografía, en cuyo arte supo destacar ser gobernador militar de las Islas Canarias. Al parecer, sus trabajos”. su espíritu inquieto le llevó a conocer mundo. Se casó Domingo de Salcedo no sólo nos dejó cientos de focon Enriqueta Vergara Muñoz, natural de Olhao, con tografías, también nos dejó a su hijo Manuel, ya falleciquien tuvo seis hijos. No cabe duda de que su actividad do, otro gran fotógrafo que retrató a Isla Cristina durante como fotógrafo ambulante provocó que cada hijo naciera más de medio siglo, y a toda una tradición de fotógrafos en una ciudad distinta. profesionales como son los que hoy ejercen el oficio: su La trayectoria vital de Domingo de Salcedo nos con- nieto Gregorio Salcedo Martín y su biznieto José Manuel duce así hasta la provincia de Huelva, concretamente Salcedo Fernández. hasta Gibraleón, donde se establece algún tiempo según Gregorio y José Manuel son los herederos de se deduce de las fotografías firmadas por nuestro fotó- una profesión que algrafo en aquella localidad. Será en el año 1913 cuando canza a cuatro genela familia Salcedo-Vergara se establezca definitivamen- raciones de fotógrafos te, eligiendo a Isla Cristina, una población con grandes a lo largo de más de oportunidades que gozaba de sus años de esplendor du- un siglo, establecidos rante la época del “Oro Azul”. en Isla Cristina desde 1913. En su estudio La familia Salcedo-Vergara según los Padrones del Paseo de los RePodemos seguir el rastro que deja la familia Salcedo yes conservan parte en la documentación municipal a través de los Padrones. de los viejos instruPor ello sabemos que en el correspondiente al año 1924 mentos y exponen figura inscrita toda la unidad familiar con domicilio en la con orgullo la antigua calle Flores, nº 7 (esquina noroeste con calle Cervantes) máquina con la que encontrándose empadronado en la misma casa un her- Domingo de Salcedo mano del cabeza de familia, Eduardo Salcedo Ruiz, na- fue capaz de detener tural de Valencia, de 53 años. Es digno de destacar que el tiempo retratando en el apartado de profesión aparece la de “Fotógrafo” a la gente de tantos tanto para el titular como para su hijo Manuel. pueblos como recorrió Manuel Salcedo Vergara, En el Padrón correspondiente a 1930 ya aparece a lomo de asno. segunda generación. ELD, nº 11, 18


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Últimas Ediciones del Premio José Faneca

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esde la publicación de ELD nº. 10, han sido diferentes los Premios “José Faneca” que se han sucedido en el tiempo, con resultados muy diversos que pasamos a analizar brevemente. El galardón, instituido para conmemorar el 250 Aniversario de la Fundación de la actual Isla Cristina en el año 2005, premia a la iniciativa privada en la restauración, la rehabilitación o la reconstrucción de edificios singulares para Isla Cristina. Pese a no estar dotados con cantidad económica alguna, es todo un reconocimiento al esfuerzo y la sensibilidad de los promotores al acometer una obra que, de antemano, nunca es fácil. Fallados durante el mes de agosto, se hace entrega del mismo durante el mes de diciembre, y tal y como contemplan las bases del mismo, puede quedar desierto, triste ocasión que ha sucedido en las ediciones correspondientes a 2009, 2011 y 2013. El pasado año se premiaba a la

iniciativa de la comunidad parroquial de Ntra. Sra. de los Dolores, feligresía matriz de Isla Cristina, encabezada por su actual párroco, Carlos Javier Rodríguez Parra. El edificio, cuya primera piedra se puso en 1941 y que no sería bendecido hasta 1954, es obra de los arquitectos sevillanos Delgado Roig y Balbontín de Orta, y sufría problemas de filtraciones en las cubiertas, humedades en los muros, etc., gozando de un renovado aspecto tanto interiormente, a falta de la colocación de algunos retablos, y en el exterior, donde lo más destacable ha sido la restauración integral del campanario, con sus nueve campanas, y la recolocación de la imagen de la Virgen del Carmen rematando el mismo. Os dejamos aquí una reseña de los diferentes Premios “José Faneca” hasta hoy concedidos: -2005: Calle Mercado, nº. 8 -2006: Calle Diego Pérez Pascual, nº. 12 -2007: Templo Parroquial de Ntra.

Sra. de los Doce Apóstoles -2008: Calle del Carmen, nº. 8 -2009: desierto -2010: Plaza de las Flores, nº. 6 -2011: desierto -2012: Templo Parroquial de Ntra. Sra. de los Dolores -2013: desierto

RecensioneS

Jornadas de Historia de Ayamonte

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or segundo año, el libro de actas de las jornadas históricas de nuestra ciudad vecina ve la luz bajo la coordinación de un equipo de trabajo encabezado por la prestigiosa archivera local –tan apreciada por los investigadores- Mª Antonia Moreno. En esta ocasión, el lector encontrará dos ponencias sobre fuentes documentales para la historia ayamontina, dos sobre tensiones fronterizas e incluso bélicas con Portugal, una sobre el exilio de republicanos ayamontinos, una sobre la fiesta taurina en la ciudad y la que, por su especial interés para el público isleño, motiva que traigamos aquí la reseña del libro. Tal ponencia es la de nuestro socio Jesús Bogarín Díaz, quien, ELD, nº 11, 19

bajo el título “Evolución de la demarcación parroquial de Ayamonte” (pp.135-175), describe los cambios en los límites parroquiales desde la reconquista en el siglo XIII hasta la actualidad. De la primitiva parroquia ayamontina (cuya sucesora es el Salvador) se originaron todas las hoy existentes en los municipios de Ayamonte, Lepe, Isla Cristina, Villablanca y San Silvestre de Guzmán. Lo que del comentado estudio más nos afecta a los isleños es la referencia a la fundación, con iglesia filial, de la villa de La Redondela –que el autor sitúa entre 1240 y 1262- y la explicación canónica de la sujeción –ya en 1770- de la naciente Higuerita a la jurisdicción eclesiástica redondelera.


180 Linajes Isleños Jesús Bogarín Díaz

A

ún cuando los medios de comunicación locales y provinciales dieron cumplida cuenta de la presentación pública, el pasado 8 de agosto de 2012, de esta obra, que estimamos ya difundida entre los lectores de nuestra revista, no por eso queremos dejar de hacer su reseña, no tanto para darla a conocer como para hacer una valoración de la misma. Porque no se trata de una mera reedición de su meritorio precedente, los “150 Linajes Isleños” del año 2007, ni tan solo de una ampliación a 30 familias adicionales (y muchas otras sin capítulo propio). Haber prolongado de 1950 a 1960 la fecha límite más reciente de los datos ofrecidos ha permitido incorporar al libro una buena cantidad de isleños vivos, contribuyendo decisivamente a su éxito, pero sabemos que lo que el autor más valora –y en lo que más ha disfrutado- es en lo inverso: haber retrocedido en la línea del tiempo generaciones y generaciones, llegando en cinco linajes al

siglo XVI (Arbucias, Borrell, Cabot, Canela y Roselló). Son muchos los miles de personas que encontrarán aquí su genealogía, pero son todos los interesados en nuestro pasado quienes podrán descubir las raíces y orígenes de nuestro pueblo a través de la micro-historia de personajes concretos y reales. En la introducción, el autor nos narra sus peripecias investigadoras y nos desvela sus múltiples fuentes bibliográficas, archivísticas y orales. También los apéndices históricos han sido enriquecidos: no se pierdan por ejemplo el documento de 1785 transcrito en la p.1012 o la fotografía de la partida de bautismo del pionero Faneca reproducida en la p.1044. De entre las diversas valoraciones, casi todas elogiosas, que hemos podido oír o leer, con la que más nos identificamos es con la del prologuista Agustín P. Figuereo, al escribir que “nace este libro con vocación de convertirse en una monografía de referencia para cual-

quier estudioso de la historia local” (p.11). Estamos convencidos de que tal vocación se ha cumplido ya, felicitamos al autor y le agradecemos el tesón con que no se dejó vencer por las dificultades financieras y editoriales, sino que halló el modo de ofrecernos, en palabras de la contracubierta, “esta magna pieza de investigación”.

RecuerdoAntonio de una Memoria Olvidada Carmona y Pablo Caballero

Antonio Carmona y Pablo Caballero nos acaban de deleitar con la publicación de un opúsculo de Roque Barcia Ferraces, padre del filósofo y lexicógrafo isleño Roque Barcia Martí. Bajo el título Recuerdo de una memoria olvidada, nos ofrecen un prólogo, un alegato a favor de la protección de los océanos y de los

recursos marinos y denuncian la dejadez, la pasividad y la desfachatez de los gobiernos que desde principios del siglo XIX vienen permitiendo que se esquilmen las pesquerías siguiendo el hilo argumental de la obra de Barcia Feraces que reeditan más adelante. Asimismo dejan en evidencia la permisividad de la sociedad actual ante lo que denominan “saqueo impune de los océanos” por parte de determinadas artes de pesca, en particular de las de arrastre de fondo. La portada del libro ya nos anuncia la bandera pirata bajo cuyo pabellón faenan ciertos armadores pesqueros. La reedición, casi doscientos años más tarde de la obra “Pequeña memoria de grandes desaciertos sobre la Pesca”, pone al alcance de los lectores de hoy un trabajo de culto, de minorías, que apenas pudimos conocerlo hace años en la Biblioteca Nacional de Madrid, donde se custodia un original. Esta obrita - lo del diminutivo afecta solo al tamaño, no al contenido - fue publicada por primera vez en 1822 por el Roque Barcia ELD, nº 11, 20

Ferraces, escribano de Isla Cristina y de La Redondela y comisionado en Madrid para los asuntos relacionados con las industrias pesqueras isleñas, desempañando el cargo de Representante de las Costas Marítimas de España. La claridad de los argumentos esgrimidos por Barcia Ferraces en esta memoria contra la pesca de arrastre, rebaten todos los argumentos pronunciados en los escenarios político de la época de manera que se ven reforzados si tenemos en cuenta que el sistema de arrastre se practicaba de forma mucho más rudimentaria con dos barcos de vela en lugar de los sistemas de puertas, tangones, motores y sofisticados esquipamientos con que llegó a contar la flota ya desde mediados del siglo XX. Sólo queda invitar a la lectura saludable de este libro y a la reflexión, sin olvidar la felicitación a los autores por esta publicación que constituye la primera de una aventura editorial denominada “Roque Barcia Ediciones”.


La Manuel Estela de Lolín Luis Castro Magaz

L

a estela de Lolín, es una obra de nuestro paisano Manuel Luis Castro Magaz que versa sobre otro isleño, Manuel Garcés Gil, Lolo o Lolín, aunque el autor no lo mencione. Habla de su nacimiento casual en Tánger, donde se encontraban sus padres trabajando, su estancia en Francia tras la descolonización, y sus estancias “en el suroeste peninsular”, algo que echamos de menos y que el autor del prólogo, Antonio Miravent Martín, si menciona. Hace un recorrido por la biografía y la obra de este genial artista gráfico isleño, cuya obra se desarrolló

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básicamente en la década de 1970 y hasta 1986, fecha de su temprana muerte. Editado en Barcelona, consta de una gran cantidad de ilustraciones donde se reproducen viñetas, anuncios, cancioneros de carnaval, etc. Su escasa tirada, a cargo de “El Boletín”, hace difícil su adquisición y llegada al gran público, como la propia obra de Lolín, pero es todo un referente a uno de los protagonistas de la intelectualidad isleña de finales de la dictadura y principios de la democracia, que publicó en París, Barcelona, Amsterdam, y donde fue bastante reconocido.

Me llaman Carmen Vicente López Márquez

on motivo del centésimo quincuagésimo aniversario de la bendición de la imagen isleña de Ntra. Sra. del Carmen, el que hasta este año fue presidente de nuestra asociación nos ha obsequiado con su cuarta obra de historia local. Su confesada intención era “ofrecer un relato con la trayectoria que hemos recorrido en estos ciento cincuenta años, tanto desde el punto de vista de la devoción, como del folclore, la tradición y sus expresiones antropológicas” (p.17), y hemos de admitir que ha sido un propósito logrado con creces, a lo largo de sus siete capítulos, dedicados a “I. Antecedentes carmelitanos en Isla Cristina”, “II. La imagen de la Virgen”, “III. La Hermandad”, “IV. La fiesta, origen y evolución”, “V. Geografía

carmelitana”, “VI. El calado social de la devoción del Carmen en Isla Cristina” y “VII. La coronación canónica y la celebración del 150º aniversario de la bendición de la imagen de la Virgen”. El trabajo de investigación, minucioso y exhaustivo –también en los datos anteriores a 1863-, ha sido expuesto de manera amena, en elegante prosa de agradable lectura, ilustrada con una amplia y cuidada colección de fotografías, algunas de ellas de alto valor documental. Hemos de felicitarnos de que el inicial propósito del autor coincidiera con la intención de la Hermandad de conmemorar con dignidad la referida efeméride y a su vez el Ayuntamiento haya respaldado a ambos. Auguramos además que el libro

constituya en un futuro no lejano una importante base historiográfica en el expediente conducente a la solicitada coronación canónica de la querida imagen.

Atún en 50 recetas

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caba de presentarse un opúsculo, llamémosle “de culto”, pues se reedita 70 años más tarde de su primera publicación, en edición facsímil y con un contenido tan demandado como es el gastronómico. Se trata de una iniciativa de la Muy Noble Sociedad de Amigos del Atún Tunnus Thynus de Isla Cristina, con la colaboración del Ayuntamiento isleño y la Diputación Provincial. La edición lleva por título “Las conservas del atún y la cocina. Atún en 50 recetas”. Según José Antonio López González, Presidente de la entidad promotora, el Consorcio Nacional Almadrabero elaboró este recetario en el año 1944 con objeto de ELD, nº 11, 21

promocionar el consumo del atún en todos los hogares, lo cual constituye uno de los objetivos que persigue su asociación. La reedición, constituye además, un reconocimiento al Consorcio, que desde 1929 hasta 1971, se dedicó a la captura del atún rojo con el ancestral arte de la almadraba. Entre las recetas que figuran en el libro podemos encontrar las “berenjenas rellenas con atún”, “áspic” de atún, “atún con mejillones”, atún a la moda” o “tortilla de atún y lechuga” entre otras sugerencias. El libro fue presentado al público en un acto social muy concurrido el pasado 14 de febrero en el espacio socio-cultural “Las Cañas”.


Capitanes de Almadraba

Juan M. Ruiz Acevedo, José Fernández Ferrera y José A. López González

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apitanes de almadraba lleva por título un volumen editado a todo color y con una ingente cantidad de fotografías, obra conjunta de Juan M. Ruiz Acevedo, José Fernández Ferrera y José A. López González. La obra recoge las vivencias del segundo de ellos, José Fernández, apodado “El Pelao”, en los diferentes reales de las almadrabas a las que ha estado vinculado y donde llegó a alcanzar el grado de capitán. Tanto Ruiz Acevedo como López González no han hecho más que darle forma a estas sugerentes memorias y recopilar un sinfín de imágenes con las que hacer más amena la lectura.

Así, podemos descubrir entre sus páginas el día a día en el real, la escuela, las casas, la vida cotidiana, las formas de alquitranar los artes, las almadrabas de la costa onubense y las de la gaditana, la forma de calarla, de levantarla, los barcos, etc. Todo un compendio para quien quiera conocer de la mano de uno de sus máximos responsables este milenario arte hoy desaparecido de nuestras costas pero al que siguen vinculado laboral y sentimentalmente aún muchos de nuestros paisanos isleños.

Naufragios en laIgnacio Flota Pesquera Onubense Palacios Esteban

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e recoge en este magnífico libro la historia de veintiocho naufragios de la flota de la costa de la provincia de Huelva. El periodo tratado comprende los últimos cincuenta años, desde 1964 hasta la actualidad; sin embargo no se dejan atrás el más trágico siniestro marítimo de nuestra provincia, que fue la pérdida del vapor isleño Purita Pérez, acontecido en 1939. El relato recopila y documenta en total 28 naufragios, como ya hemos referido, de embarcaciones con base en los puertos de Huelva, Isla Cristina, Ayamonte, El Terrón y Punta Umbría. Basándose en fuentes periodísticas algunas veces, otras entre-

vistando a los afortunados supervivientes, en ocasiones a sus viudas, huérfanos o familiares, se trata de narrar las causas de los naufragios, sus consecuencias… todo un tributo a la marinería en general. La aportación fotográfica y hemerográfica supone un valor añadido a esta publicación. Un libro emocionante. En palabras del autor: “Doy por bien empleado el trabajo de preparación de este libro, si sirve para rescatar de las sentinas del olvido y tributar un homenaje a los hombres de la mar y a sus familias, con los que he compartido las mejores singladuras de mi vida profesional”. Para información adicional se puede consultar el blog: (http://ig-

naciopalaciosesteban.es/portfolios/ naufragios-en-la-flota-pesquera-dehuelva/)

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ELD, nº 11, 22


NoticiaS BreveS La Junta protege el yacimiento arqueológico de la ría Carreras

La Junta de Andalucía decretó el pasado verano la protección del asentamiento romano sumergido en la ría Carreras. La zona descubierta se encuentra entre la desembocadura de la ría Carreras y el caño de la Mojarra. Cuenta con un yacimiento terrestre y otro dentro del agua, aunque del terrestre sólo se conserva un mausoleo romano cerca de la playa de Punta del Moral. La protección que ha decretado la Junta “hace que cualquier trabajo que se vaya a hacer en la zona hay que hacerlo con todas las cautelas arqueológicas”, e incluso “para un próximo dragado hay zonas que no se podrán tocar o habrá que hacer previamente una inspección”. Esta protección se ha realizado después de que un equipo de investigadores de la Universidad de Huelva (UHU) y de la empresa Ánfora Arqueología entregasen un expediente donde se catalogan estos restos, descubiertos en un área de cinco hectáreas de extensión, como ánforas, cerámicas, mármoles, fragmentos de grandes columnas y restos humanos datados en el siglo I d.C..

Nueva Directiva de “El Laúd”

Confirmada una nueva obra del arquitecto Aníbal González en Isla Cristina

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a casa de la calle del Prado número 24 (antes 18) cuya autoría se venía atribuyendo a José Mª Pérez Carasa o al propio Aníbal González, ha sido confirmada, finalmente, a favor de este último, lo que eleva aún más la importancia de un edificio protegido por nuestro PGOU con el máximo nível. Con esta son tres obras las que poseemos en Isla Cristina obras del afamado arquitecto sevillano: la reforma del Paseo de las Palmeras, con la fuente, los bancos-biblioteca y las farolas (conservadas únicamente éstas en la Plaza de la Paza); La de la calle del Prado, de 1925, promovida su construcción por el industrial Manuel Domínguez Santiago; y la popular Casa RosellóFerrera o de don Justo, del año 1927. Así mismo, se podrían atribuir a su diseño el desaparecido Círculo Mercantil en la calle Diego Pérez Pascual, nº2, lugar que luego ocupara el Pósito Marítimo Pesquero; la fábrica de Conservas y Salazones de Tomás Pérez Romeu, de 1927, hoy fábrica de hielo; y la fábrica de guano de Pozo del Camino, todas ellas de marcado acento regionalista. Se consolida así Isla Cristina en un núcleo fuerte de la producción de Aníbal González fuera de la capital andaluza, tal y como es también en nuestra provincia la ciudad de Aracena.

La Asociación “El Láud” ha nombrado una nueva Junta Directiva. Desde el 25 de enero, la Junta ha quedado constituida por Agustín P. Figuereo como nuevo Presidente, que estará acompañado por Aurora Gema Lozano como Secretaria. Continúa ostentando el cargo de Vicepresidente Francisco Contreras Pérez. El anterior Tesorero, Pedro Romero ha sido relevado en el cargo por Vicente López Márquez, que era Presidente de la entidad. El nuevo organigrama pretende relanzar las actividades que “El Laúd” lleva a cabo desde su fundación en 1998. Con el mismo objetivo de reforzar la revista ELD, Vicente López Márquez ha sido nombrado Director de la misma, que contará en el Consejo de Redacción con quienes realmente participen en cada número.

Solicitan el patronazgo de María Auxiliadora para Pozo del Camino

Con motivo de cumplirse el 75º aniversario de la llegada de la imagen de María Auxiliadora a Pozo del Camino, se están llevando a cabo algunas actividades conmemorativas. Destaca la solicitud a la Santa Sede pidiendo la concesión del patronazgo para la barriada atendiendo a razones históricas. Fue en el año 1939 cuando la familia de la isleña María Auxiliadora Roselló Columé donó la imagen de la virgen. A partir de entonces se celebraron festejos, erigiéndose la parroquia años después.

Demolida una vivienda de finales del S. XIX

A mediados del pasado octubre asistimos a la demolición de una vivienda sita en C/ Carreras, nº 32. Aunque la protección que le otorga el PGOU es de nivel 2.1. con indicaciones de mantener la fachada en su totalidad, lo cierto es que sólo se ha respetado el muro de fachada de la planta baja, produciéndose el vaciado completo. La vivienda, levantada hacia 1890, fue promovida por el industrial Aurelio Columé Rodríguez.

ELD, nº 11, 23



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