Desarrollo personal y Psicoterapia
CONFERENCIA “El Equilibrio Inteligente” Julio Carrizo Casas Centro cívico La Bolsa Bilbao 30-04-2010
Todo ser humano busca el bienestar y este se asocia a la estabilidad de un centro. Centro hipotético al que podríamos definir con palabras como firmeza, seguridad, decisión, ausencia de incertidumbre… Cuando estas cualidades no se dan podemos decir que estamos fuera de ese centro. No es fácil para algunos saber cuál es el centro y el problema reside en los límites de cada persona. Estos suelen ser confusos ya que unas personas como norma suelen sobrepasar los mismos y otras no los tienen bien definidos. Me explico: en algunos sujetos la tónica es la de invadir o conducir a otros que no están bien limitados; otros buscan cobijo en estos sujetos más fuertes. Podemos hablar de dos estructuras primordiales, unas endurecidas y otras con tendencia a ser débiles. Esta puede ser la señal para que la persona sienta la necesidad de acudir a terapia: la depresión o el colapso continuado hacen que esta decida por una psicoterapia u otra. Con ello me refiero a personas que pasan por malos momentos en sus vidas o personas endurecidas y que por un bache se sienten abandonados o fracasados. Estamos hablando de un centro hipotético que al sobrepasar sus
márgenes todos sufrimos las consecuencias. Este centro nos hace relacionarnos con sentido de pertenencia al grupo, a la familia y la sociedad. Esta pertenencia nos define y nos arrastra desplazándonos de nuestro centro. Hasta ahora solo hemos hablado del centro que su trayectoria se representa en una línea horizontal y al salirse de sus delimitaciones nos hace socavar en el entramado que hemos construido como seres sociales. Para añadir a lo dicho podemos señalar otra línea vertical para referirnos a nuestro interior y entre las dos conformar ese centro. ¿Qué podemos decir de esa otra línea teniendo en cuenta el desarrollo del individuo atendiendo a su interior? Ese centro no solo se representa en la vida cotidiana y en los grupos de pertenencia, también implica al individuo como ser diferente y singular. Me refiero a las facultades que nos hacen únicos, al individuo como unidad exponiendo sus virtudes y talentos. En ese caso estaremos hablando de Desarrollo Personal y esta línea la colocaríamos en vertical. Es vital para el ser humano reconocerse en los grupos a los que pertenece, como descubrir el sentido de la individualidad al recorrer un camino. La Psicoterapia nos puede ayudar a
relacionarnos y el Desarrollo Personal a reconocer nuestra valías. Si una te ayuda a encontrar tus límites en relación con el sitio a donde perteneces, la otra te desvelará el camino a recorrer. La Psicoterapia tiene su razón de ser y su origen se sitúa a principios de este siglo a través de la corriente psicoanalítica. Todo empezó cuando en la época victoriana y con la revolución industrial los nuevos burgueses caían cautivados por el progreso y consecuencia de ello surgió la neurosis como enfermedad del sistema nervioso. Hoy en día las cosas han cambiado y a su heredero podemos denominarlo “rasgo narcisista”. Este rasgo ha sido alentado como la extensión de ese individualismo vacío que se ha instalado en nuestro sistema social. Algo más liviano y con síntomas menos visibles que la neurosis, pero como su fruto, sin dejar de hacer daño; reprimiendo nuestras sensaciones, embotando nuestros sentidos como productos manufacturados y dirigiendo nuestros valores a cánones antinaturales. Todo ello ha procurado que la imagen proyectada en el exterior prevalezca sobre la realidad para guiarnos a metas en las que el poder sea una recompensa, caiga quien caiga. Esta situación asoma con fuerza y alcanza a más de tres cuartas partes de la población que ya tienen rasgos narcisistas. Para resumir lo hasta aquí expuesto: imaginaros un centro donde se cruzan dos vertientes con las que se dibuja una cruceta en la que convergen dos caminos, uno en sentido horizontal para referirnos a las relaciones humanas y el otro vertical, relacionado con esa chispa que todos poseemos en
el interior. Un camino que podríamos recorrer de la mano de la psicoterapia para esclarecer la neurosis y el narcisismo; un camino para aclarar, para lavar nuestras formas de relacionarnos, de establecer los vínculos y otro camino luminoso, donde un guía aliente con fuerza desde nuestro interior y nos lleve a buen puerto. Es como si fuéramos el capitán de un barco con un mapa. Un capitán en las relaciones humanas con un mapa para dar en cada momento lo mejor de nosotros mismos.
La Psicoterapia La psicoterapia convencional se ha creado a través de tres corrientes en psicología: la corriente psicoanalítica, la cognitivo-conductual y la humanista. El Psicoanálisis se ha preocupado de la influencia del inconsciente y la terapia cognitiva se basan en la respuesta ante el estimulo. Estos dos planteamientos son opuestos lo que da pie a que surja la Psicología Humanista como reacción a estas dos teorías. Sus preceptos básicos son: el potencial de la persona, la experiencia no verbal (haciendo hincapié en la expresión de sus emociones) y los estados alterados de conciencia como medio para la autorrealización. De este último postulado surgió la Psicología Transpersonal. Todas estas corrientes han pugnado por sobrevivir en la crítica de unas hacia otras, en el mejor de los casos cerrándose en sí mismas y aseverando sus criterios como los correctos. Así lo que han conseguido es crear escuelas psicológicas cerradas, pero esto es una historia muy vieja, la historia de la filosofía occidental, una batalla de contradicciones desde los griegos presocráticos.
Cada una de estas corrientes psicológicas ha descrito una parte de las necesidades del ser humano. Por ejemplo: el Psicoanálisis enfrenta a la persona con su pasado, el modelo cognitivo-conductual trata de reconducir la actitud de la persona y sus objetivos y la psicología humanista trata de centrar a la persona en su presente. Todas ellas se ocupan de un área diferente del sujeto con lo cual no deberían ser excluyentes unas con las otras. En mi comprensión del movimiento psicológico todas estas corrientes son válidas y complementarias. Una persona podría ser tratada con diferentes técnicas y ver como se aclaran sus zonas de autoconocimiento. Esto se puede verificar al someterse a diferentes técnicas y darnos cuenta que son complementarias. Nosotros mismos sabemos que hay que reparar en distintos recursos para optar por el más consecuente. Existe una inmensa variedad de motivos para acudir a un terapeuta. Como denominador común lo que pretendemos es sentirnos bien o hacerlo mejor, ya que si lo hacemos mejor nos encontraremos satisfechos con nosotros mismos. Se acude a terapia básicamente porque estamos mal o porque queremos estar mejor de lo que estamos, siendo esto lo mismo. Si nos sentimos mal queremos solucionar nuestro estado y si nos sentimos bien mejorarlo. A mi forma de ver ninguna psicoterapia es completa en sí misma. Todas tratan al individuo desde su estructura, dándole normativas, reglas y preceptos, que a priori funcionan, pero cuando la persona avanza en ellos necesita romper dichos postulados. Si hubiera
una terapia que abarcara gran variedad de técnicas estas se complementarían obteniendo un resultado más adecuado. Estamos hablando de la integración multidisciplinar cuyo producto de elementos de distinta naturaleza crean una terapia heterogénea. Nosotros proponemos un nuevo modelo al cual llamamos “Conocimiento Interior”; éste refleja diversidad de técnicas con un objetivo claro: adquirir en la persona mayor grado de comprensión del Sí-Mismo.
Desarrollo Personal
No es lo mismo sanar que curar; sanar es restituir la salud y curar es aplicar un remedio para hacerte sentir mejor. La sanación implica renovación, la curación conlleva que los síntomas de una dolencia remitan. Por lo tanto cuando un ser sana lo hace de manera más amplia, atendiendo al origen de la enfermedad y cuando curamos solamente profundizamos en los síntomas para remediar la superficie del mal. Cuando vamos a un terapeuta por una dolencia del alma las intenciones son buenas y depositamos en él la carga que nos aflige. Necesitamos restituir la vida en
nosotros con lo cual nuestras pretensiones a priori son las de sanar y que no solamente nos curen. Para procurar una buena sanación se deben cumplir tres criterios: paciencia, porque cada proceso tiene su tiempo y no conviene acelerar los resultados; segundo, confianza en la persona que te va a tratar (yo diría confianza ciega) y tercero, un alto grado de salud del terapeuta, porque si éste no es muy alto cuando te des cuenta o te buscas a otro o sigues el camino tu solo. No existen ungüentos ni formulas secretas, la persona empieza a curar cuando se acepta y se hace responsable de uno mismo para después sanar al empezar a confiar en sí mismo. La mayoría de los postulados psicoterapéuticos están basados en teorías sobre el comportamiento del ser humano. Algunas de estas leyes son irreconciliables, como ocurre con el psicoanálisis y la corriente cognitivoconductual. Pero el ser humano lo que necesita es sanar y encontrar un modelo que le ayude a resolver su forma de vida. Cuando haces un desarrollo personal hay una meta para poder sanar: encontrar o crear tu propio modelo. Primero adoptas el que se te ofrece para después tejer el tuyo. Puede ser un peligro aceptar postulados de una corriente de pensamiento que es cerrada y no admite a otras. Nosotros mismos tenemos la imperiosa necesidad de llegar a comprensiones elaboradas con el objetivo de sanar. No digo que las psicologías fallen, lo que fallan son las personas. Acuso a quien pretende ayudar tan solo con buenas intenciones dado que su intervención puede estar limitada a sus creencias.
Conocimiento Interior Lo que proponemos es un modelo abierto que integra varias técnicas de distintas corrientes psicológicas. No es el tema de esta conferencia explicar dicho modelo, aquí lo que abogamos es por una psicoterapia multidisciplinar en la que se pueda integrar lo que ya sabemos y mejorarlo. Lo que intentamos es que las personas se den cuenta que eso que llamamos normalidad es un meta pobre en el conocimiento del Sí-Mismo. Esa tarea de búsqueda del Ser la hemos definido como: “Conocimiento Interior”. El Conocimiento Interior es un camino a recorrer en la búsqueda de todo ser humano, una forma de interpretar la realidad desde el fuero profundo de la conciencia. Tales de Mileto ya decía la frase que después adoptó Socrates, “conocerse a uno mismo (gnosei seauton) es la empresa más difícil que una persona puede acometer”. Aquí proponemos hacer un trabajo profundo a todos los niveles, corporal, emocional y mental. Para ese cometido nos serviremos de múltiples técnicas, unas procedentes de la psicoterapia convencional y otras de la psicoterapia no-convencional. Lo que pretendemos es que el sujeto se conozca y se exprese como corresponde a su potencial y capacidades.
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