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Museo del Cine Nacional Rosalío Solano

El recorrido por los museos municipales puede finalizar en el de más reciente construcción, pero igual de valioso y longevo en esencia como los anteriores: el Museo del Cine Nacional Rosalío Solano. La estampa de nuestro país como escenario de diferentes filmes con relevancia nacional e internacional es y seguirá siendo una de las tantas riquezas mexicanas. Y Bernal no es la excepción. Desde películas como La cucaracha, protagonizada por la diva del cine mexicano María Félix, Dolores del Río y Emilio el Indio Fernández; pasando por El gallo de oro, filme escrito por el célebre exponente del realismo mágico Juan Rulfo y protagonizada por el primer actor Ignacio López Tarso; hasta grabaciones recientes como La partitura secreta: el enigma de plomo, serie producida por Disney+. Bernal es el escenario perfecto para locaciones del séptimo arte. Para honrarlo, el museo lleva el nombre del bernalense Rosalío Solano Quintanar, quien fue un galardonado director de fotografía de la Época de Oro del cine mexicano, quizá mejor conocido por su trabajo en la película Talpa, que le valió el Ariel de Plata a la Mejor Fotografía en 1957. Su trabajo se caracterizó por el manejo de la cámara y por su habilidad para tomar escenas intrépidas. En este museo se exhibe una colección con fotografías y premios que le fueron otorgados al ganador de diosas de plata, arieles, heraldos, medallas y reconocimientos por su trabajo; y en la sala de proyecciones, las películas filmadas por él, su biografía y otras cintas rodadas en el pueblo mágico de Bernal.

La estampa de nuestro país como escenario de diferentes filmes con relevancia nacional e internacional es y seguirá siendo una de las tantas riquezas mexicanas.

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De este modo completamos un viaje por los museos que ofrece Bernal, corroborando que la magia del sitio va más allá de la belleza de la Peña, que se comparte en su historia, tradiciones y paisajes. Quien llega a San Sebastián Bernal regresa más de una vez, pues en cada visita descubre un motivo diferente para hacerlo.

Mar. a vie. de 11:00 a 14:00 y de 15:00 a 18:00.

Sáb. y dom. de 11:00 a 18:00. Acceso $20.

L a delegación de Bernal, en el municipio de Ezequiel Montes, recibe desde hace 31 años a todos sus visitantes con una de las celebraciones con mayor arraigo: la llegada de la primavera; las tradiciones milenarias se entrelazan con las actuales.

Todo comienza con los guardianes de la Peña, «los escaloneros», cuando en la noche del 20 de marzo la sahumadora pide permiso para que los guardianes puedan ascender al monolito sagrado, entre cantos y oraciones, para que todo transcurra sin incidentes. Terminada la ceremonia, al día siguiente, aún de madrugada, los escaloneros suben con cuatro espejos monumentales a sus espaldas y, una vez en la cúspide, reciben el alba con sus primeros rayos del sol, haciendo el «saludo a los cuatro puntos cardinales». De esta manera proyectan a Bernal el inicio de la primavera, y con ello la entrada del equinoccio. Es así como empieza la unión de dos épocas:el Bernal antiguo nos muestra su imagen más profunda con sus rituales, y al alba comienzan las nuevas tradiciones. Primero tenemos el desfile de primavera, en el que, al pie de la caravana, avanzan el delegado municipal en compañía de la presidenta municipal, dando la bienvenida a la primera estación del año. Una vez llegado al escenario principal, se realiza la cadena humana por la paz; mientras tanto, un cohetón sirve de señal para interpretar, al unísono, el Himno a la alegría, en la plazoleta al pie de la Peña, en donde aguarda una persona para unir las voces de quienes presencian este evento.

Así es como se da inicio a los eventos culturales que enmarcan dicha celebración. El pueblo entero se vuelve fiesta, con las vestimentas de blanco para recibir el primer sol de primavera, y así, al caer la noche, Bernal cumple una vez más con su origen y su presente.

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