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Animales en el espacio
CoNQUiSta ESPaCial Animales en el espacio
Miguel Díaz midimon78@gmail.com
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Nadie podía imaginar cuando comenzó la carrera espacial, allá por los años 40, que mandar seres humanos al espacio sería a día de hoy algo tan habitual.
Nada de esto hubiese sido posible de no ser por los pioneros: los animales.
Cuando pensamos en esto directamente nos viene a la mente el recuerdo de Laika, pero ni mucho menos fue ni el primero ni el último: hay muchas tristes historias más.
El 4 de octubre se celebra el Día Mundial de los Animales: que sirvan estas líneas como homenaje para todos y en especial para los animales astronautas. -En 1947, EE.UU. fue el primer país en lanzar un ser vivo al espacio. Se trató de moscas de la fruta junto con semillas de maíz. En esta ocasión no se utilizó ningún cohete espacial, sino un misil alemán que no sobrepasó los 109 km de altitud. Todas las moscas regresaron vivas.
Tsygan y Dedzik 1951
-En 1949, EE.UU. lanzó a Albert I, un mono rhesus, alcanzando una altitud de 134 km, el cual murió en la reentrada. -En 1951, la URSS lanzó sin poner en órbita a 2 perros, Tsygan y Dezik, que sobrevivieron al vuelo. - En 1957, la URSS, por primera vez en la historia, coloca a un animal en órbita. Se trató de la entrañable Laika, al frente del Sputnik 2, perdiendo la vida 5 horas después a causa del estrés y calor. Este hecho se ocultó durante más de 2 décadas.
Laika 1957
Albert II 1949
-En 1958 fue el turno para Gordo (EE.UU), un mono ardilla minuciosa-
mente entrenado para soportar como lo hizo 10G (gravedad diez veces superior a la terrestre) ocho minutos de micro gravedad y una reentrada a 16000km/h, frenando casi en seco a causa de un fallo en la activación del paracaídas que lo obligó a soportar 40G en el impacto que lo mató.
Gordo 1957
- En 1959 E.E.U.U. Able y Baker, monos rhesus y ardilla fueron los primeros en volver con vida tras soportar 38G. Los dos sobrevivieron aunque Able murió cuatro días después por una mala reacción a la anestesia. Able y Beker 1959 -En 1960 la U.R.S.S. envía a Belka y Strelka; dos perras que se convierten en los primeros animales en orbitar la tierra y regresar con vida.
Belka y Strelka 1960
-1961 Yuri Gagarin se convierte en el primer hombre en ir al espacio, pero antes de eso la Unión Soviética puso al menos a diez perros en órbita, de los cuales hay poca información.
Durante ese mismo año EE.UU. lanza al chimpancé Ham, capaz de activar palancas como respuesta a estímulos recibiendo plátanos o descargas eléctricas en función de sus maniobras.
Este sistema falló, y los estímulos se invirtieron. Gracias a su gran preparación ignoró las descargas recibidas a pesar de realizar correctamente el proceso. Fue capaz de regresar al mar donde estuvo cerca de morir ahogado, pero finalmente
sobrevivió.
Ham 1961
También este año otro chimpancé, Enos, orbitó el planeta, siendo el primer chimpancé en hacerlo.
Henos 1961
Son muchos más los animales que en nombre del progreso han sido sacrificados y países que han experimentado con ellos. De muchos nunca conoceremos sus historias y no queremos olvidarlos. Y otras especies de insectos, anfibios y peces de otros países como Argentina, Japón o China.
Félicette 1963 (Francia) Sam 1958 (EE.UU.)
Félix 1963 (EE.UU.) (abajo)
Fargam 2013 (Irán)
Ratones 1950 (EE.UU.)
Cursillo de astronomía
Programación
Colabora:
CiElO OsCurO Contaminación lumínica (I) “Tenemos un problema”
Julio Paredes Zubeldía julio.eldelasestrellas@gmail.com
En el siglo XVIII, el militar y científico español Jorge Juan, conocido por sus contemporáneos europeos como El Sabio Español, propone al entonces rey de España Carlos III la construcción de un observatorio astronómico. No fue hasta principios del siglo XIX que vio la luz el mayor telescopio del mundo, ya con el rey Carlos IV, y realizado por el inglés William Herschel. Pero como la historia de España está cuajada de desastres, no tardaron las tropas napoleónicas en destrozarlo.
Su historia fue efímera, pero crucial en el avance científico. Ya en el siglo XXI ha sido reconstruido y se puede visitar en el mismo lugar en el que funcionó: la cara sur del Parque del Retiro de Madrid. Se conservan las piezas originales más importantes… porque se escondieron.
La contaminación lumínica actual hace que resulte paradójica la elección del lugar, nada menos que la capital de España, una de las capitales más importantes de la época, cuando todos sabemos que hoy en día hay que escapar de las grandes ciudades para encontrar un cielo que permita ver las estrellas con un resultado aceptable, máxime cuando empleamos un instrumento de precisión como era este telescopio, por ser más sensible a
las condiciones de observación.
Este problema, evidentemente, no lo tenemos sólo en España. En la primera década del siglo XX se construyó uno de los telescopios más grandes de Estados Unidos, Monte Wilson, que 30 años después hubo que construir otro más al Sur, Observatorio Palomar, debido a la
contaminación lumínica derivada del crecimiento de la ciudad de Los Ángeles.
Chile goza hoy de los mejores cielos del planeta. Se espera que en los próximos años concentre el 70% de los telescopios profesionales, y ya empiezan a temer el crecimiento de las ciudades cercanas al desierto de Atacama, la crème de la crème en cielos limpios.
Para dar una idea de la situación, un estudio publicado en el medio estadounidense Science Advances el 10 de junio de 2016, que emplea datos via satélite para tomar medidas de la luminosidad, señala que “la gente que vive cerca de París tendría que viajar 900 kilómetros a Córcega, Escocia Central o la provincia de Cuenca, en España, para encontrar un amplio territorio donde el cénit no se vea esencialmente afectado por la contaminación lumínica”.
Volviendo otra vez a España, el Observatorio de Calar Alto en Almería, se encuentra todos los años con el problema de que en las lluvias de estrellas se llena la carretera de acceso al Observatorio de aficionados que contaminan con luces de los coches, linternas, móviles… perjudicando el instrumental de los profesionales de Calar Alto. Y es que somos muchos.
Los pioneros en estudiar la contaminación lumínica en España de modo oficial fue Andalucía, con miles de mediciones y un organismo dedicado a ello. Hoy ya existe una normativa europea y una concienciación internacional.
Siguiendo con nuestra referencia en el Parque del Retiro de Madrid, para ver la situación real hoy, vamos a ver la diferencia del cielo en estas dos fotografías que hemos tomado en 2020, captando la constelación de Sagitario con Júpiter y Saturno. La primera está tomada en el Parque del Retiro de Madrid, nuestro kilómetro cero. La segunda a 200 kilómetros en Puerto Rey, frontera de Cáceres y Toledo. A simple vista ya nos damos cuenta de cómo en la primera apenas vemos estrellas, mientras que en la segunda fotografía apreciamos el esplendor de la Vía Láctea. Si tomamos la primera fotografía con el mismo tiempo de exposición que la segunda, para lograr más estrellas, saldría totalmente velada, totalmente blanca (figuras 1 y 2).
Vamos a ampliar estas dos fotografías entre Júpiter y Saturno: Vemos que en la primera contamos cero estrellas, nuestro kilómetro cero, totalmente contaminado, mientras que en la segunda, a 200 kilómetros, podemos contar decenas de estrellas entre los dos planetas (figuras 3 y 4).
No es de extrañar que hoy en día contemos con mapas de contaminación lumínica que nos ayudan a elegir los mejores lugares para nuestras observaciones astronómicas. Para navegantes, en la página lightpolutionmap podemos ver que el Parque del Retiro de Madrid está catalogado como “clase 8/9” de calidad de cielo frente a la “clase 2” de Puerto Rey.
Figuras 3 y 4
Esta clasificación la justifica con distintos parámetros, como por ejemplo la luz artificial que va de una medición de 9.88 en Puerto Rey, hasta los 9300 en Madrid capital (figuras 5 y 6)
Señoras y señores, tenemos un problema. Nos estamos quedando sin cielo. El ilustre Jorge Juan no podría imaginar los problemas que tendría el telescopio en el futuro. Si hubiera sobrevivido a los franceses lo habríamos malogrado los españoles, de un modo lento pero tenaz, con la contaminación lumínica.
Un grupo de amigos: Oscar Morales Navarrete, psicólogo; Juan José Martín Herráez, estadístico; Roberto García Caballero, maestro; y Julio Paredes Zubeldía, astrofotógrafo; unidos por nuestra admiración por la Astronomía vamos a estudiar, en la medida de nues-
Figuras 5 y 6 tras posibilidades, este problema en una secuencia de 4 artículos:
CONTAMINACIÓN LUMÍNICA 1:
“TENEMOS UN PROBLEMA”, introductorio, que plantea la cuestión.
CONTAMINACIÓN LUMÍNICA 2: “RESULTA EVIDENTE”, en que haremos una comparativa de la contaminación lumínica a distintas distancias desde el histórico lugar, el Real Observatorio
Astronómico de Madrid en el Parque del Retiro de Madrid, considerándolo nuestro kilómetro cero, comparándolo con mediciones a 25 km en Móstoles (Madrid), 50 km en La Cabrera (Madrid), 100 km en Pelegrina (Guadalajara) y 200 km en Puerto Rey (Cáceres), con fotografías realizadas en las mismas circunstancias, sin Luna y con un mismo equipo fotográfico. Todo ello si no lo impiden el Covid, la meteorología, o cualquier nueva sorpresa.
CONTAMINACIÓN LUMÍNICA 3:
“EL PASO DEL TIEMPO”, en que compararemos la percepción del cielo que tienen nuestros mayores con la que están heredando nuestros jóvenes. Para ello realizamos una amplia encuesta contando con todos los intervalos de edad. Trataremos de ver la evolución de la contaminación lumínica en nuestro tiempo reciente.
CONTAMINACIÓN LUMÍNICA 4:
“ACCIONES”, para sacar conclusiones a la luz de los datos, así como dar nuestro humilde consejo a los aficionados a la Astronomía que ayude a disfrutar de esta afición en esta Agrupación Astronómica de la Safor. Una cosa está clara, si bien en los últimos años se ha hecho un esfuerzo por paliar la situación con iluminación LED, cambio en el diseño de farolas y una mayor concienciación, vamos a tener que aprender a vivir con cielos contaminados que habrá que gestionar del modo más inteligente posible. No deja de ser gracioso que después de luchar contra la contaminación lumínica, nos juntemos unos aficionados a la Astronomía buscando un cielo óptimo a 200 km de casa y le fastidiemos el espectáculo a nuestro compañero con las luces del coche o la linterna.
Para conocer la situación en la Comunidad Valenciana animo a releer los interesantes artículos de investigación de Joan Manuel Bullón en Huygens N°132 julio 2018, N°133 octubre 2018 y N°136, julio 2019. Pero sobretodo la excepcional propuesta de Joan Manuel Bullón y Adrián Carrera en su trabajo publicado en Huygens N°131, de abril de 2018, que bien pide una quedada para comentarlo, pues merece darle impulso y colaboración.
Queda agradecer la colaboración de las empresas Pradopan, La Muralla, Wimpasol, Jorcadel y el CPEP Blas de Otero, que van a permitir realizar la encuesta en las localidades de Móstoles, Alcorcón, Meco, Santiago, Requena y Villanueva de la Vera.