Zombis. A manera de lista Alejandro Hernรกndez Murillo
Existen dos clases de películas de muertos vivientes: aquellas cuyo propósito es el terror, el dar miedo y mantener al espectador en el estrés y la desesperación de ver a sus personajes amados devorados por los zombis; y aquellas de terror cómico, las que no se toman en serio a los apestosos y buscan más la risa que el terror. Estas suelen ser muy exageradas, a veces son parodias bien hechas y otras veces me da la impresión que sus autores no saben qué hacer, no se arriesgan o buscan la salida fácil. Son pocas las que en este género hacen algo interesante, las demás llegan a ser cansadas y en muchos de los casos no suelen ser graciosas. No estoy en contra de este género, es sólo que prefiero el primero. Comenzaré diciendo que este texto no intenta ser una lista de las mejores películas de muertos vivientes—quizá deje de lado películas que todos adoran y hable de algunas que nadie conoce, y podrían no estar de acuerdo conmigo—sino más bien es la lista de mis películas predilectas del género, además de que ni siquiera pretenderé numerarlas. Sólo diré que inicio con mis preferidas y de ahí por orden de me acuerdo. I, zombi: chronicle of pain (1998) y Dead creatures (2001) de Andrew Parkinson. Ambas películas pertenecen al mismo universo y aunque una no es secuela de la otra, abordan el mismo padecimiento y sus causas secundarias las cuales le dan fuerza a la historia. Para entender las cintas es necesario mencionar que más que género de horror son dramas. Son películas de personajes y sus aflicciones hacia su estado zombi que varios de los fanáticos no las consideran propiamente del género. Yo sí. I, zombi: chronicle of pain inicia a manera de entrevista de documental en la que se habla sobre Mark, un estudiante que desapareció. Se dice más o menos cómo era él, su vida social y su trato. De ahí Andrew Parkinson nos narra su caso el cual es triste y fuerte. Mark, un día, haciendo una investigación de campo, encuentra a
I, zombi: chronicle of pain
(1) Unos 20 aproximadamente
una chica sin hogar y mal herida la cual desea llevar a un hospital pero ella lo muerde y escapa. A partir de ahí, Mark descubre que está enfermo, se está pudriendo paulatinamente y no puede regresar a su vida normal por lo que se aísla de todo mientras se deteriora. Lo que hace interesante al filme es que, a pesar de que Mark se convierte en un zombi, nunca pierde su estado mental, su lado humano. Tiene sentimientos e inteligencia. Su cuerpo se descompone, y genera una fuerte necesidad de sangre y carne. Mark no desea hacerlo y se resiste lo más posible pero tiene una especie de síndrome de abstinencia en el que sufre severos dolores en aumento que sólo se detienen hasta que se satisface de carne humana. Esto le provoca sentimiento de culpa y lo obliga a una vida de soledad extrema. Tiene que cortar toda relación con su familia y amigos, sin previo aviso, y no se atreve a relacionarse con nadie. Más que una película de horror es una cinta de aislamiento social. Andrew Parkinson, con poco presupuesto y casi inexistente crew(1) logra una película intensa que llega en varios niveles emocionales los cuales predominan la soledad, la tristeza, el amor, el dolor y la locura. Y lo sostiene con la siguiente película. En Dead creatures cuenta la historia de un grupo de chicas que están infectadas, que tampoco han perdido su inteligencia y lado humano pero que al igual que Mark han tenido que separarse de su vida anterior. La diferencia es que no están tan solas como el protagonista de I, zombi. Aquí las chicas se han encontrado, se han descubierto como muertas vivientes y han formado una comuna
en la que se apoyan, no sólo a alimentarse, sino a soportar la soledad y el dolor emocional así como de la putrefacción. Los zombis no son malos, son víctimas que intentan por todos los medios no asesinar ni causar dolor ajeno y si lo hacen es sólo porque su sufrimiento es tan intenso que no tienen otra opción. A mí estas películas me encantaron y me cautivaron en varios aspectos. No solamente son cintas arriesgadas, además tienen buenas historias bien estructuradas con personajes complejos que profundizan más allá que la sola búsqueda de cerebros. Realizadas de forma independiente con un escaso presupuesto y aún más exigua distribución, son películas que no han recibido el reconocimiento que se merecen. Andrew Parkinson logró lo que miles de directores del formato zombi han intentado y sólo George A. Romero había conseguido el cual es revolucionar el género. Anteriormente los muertos vivientes en películas como White zombi (1932) de Víctor Halperin y I walked with a zombie (1943) de Jacques Tourneur, entre otros; tenían sus orígenes en Haití por uso del vudú y solían ser negros. Tenían conciencia y emociones pero estaban ocultos o perdidos, no podían controlar su propio cuerpo y eran criaturas que remitían al esclavismo ya que recibían órdenes del villano y sólo atacaban a la persona que se les había dicho que agredieran. Fue hasta que llegó Romero con un cambio radical en la que planteó las reglas que se mantienen hasta la actualidad, las cuales básicamente son: No siguen órdenes de nadie. Son humanos que murieron y se levantaron de su tumba, sea el motivo que fuere. Por lo tanto no pueden morir salvo que se les destruya el cerebro. Siempre tienen hambre. No son inteligentes, no tienen dolor ni emociones—algunas veces recuerdos, pero vagos. Todo ser humano es su enemigo. Sea quien sea. Tienen poca fuerza o normal y su poderío está que atacan en grupo. Y aunque directores como Zack Snyder, Dan O´Bannon o Danny Boyle hayan cambiado algunas cosas, todas sus criaturas son hijos de Romero y proceden de las mismas reglas. Es hasta que Andrew Parkinson llegó que cambió el género por completo, le dio un radical giro de 180° y mostró un nuevo tipo de zombi en la que no es villano, no es terror, es drama, es un ser en extremo solitario que inspira compasión y dolor. Y ese planteamiento cinematográfico se me hizo extraordinario. La sigue, por supuesto, la saga de George A. Romero, en específico La noche de los muertos vivientes (1968), El amanecer de los muertos (1978) y El día de los muertos (1985)(2). Estas películas son tan clásicas y reconocidas por los amantes del género que no necesitan presentación ni que repita lo mismo
(2) No menciono Land of the dead (2005), Diary of the dead (2007) y Survival of the dead (2009) porque, aunque LOTD no es tan mala no le llega al nivel de la trilogía original. Y las otras dos son tan deplorables que no puedo creer que alguien como Romero haya realizado esas porquerías. Hasta me da la impresión de que las hizo alguien más y utilizó su nombre como seudónimo o estaba pasando por un trauma psicológico grave causada por un divorcio, un aviso de trauma severo en el colón o algo así.
que se ha dicho sobre ellas. Sólo diré que son maravillosas y que si alguien lo suficientemente joven no las ha visto, debería acercarse a ellas y reconocer por qué son clásicos del cine de terror y entender la gran revolución cinematográfica que lograron acerca del género. Sin Romero no tendríamos la caminata zombi anual, The Walking dead, Zombi Nation, Crossed, Junk Dead island, Highschool of the dead o infinidad de historias más, no sólo cine y televisión, sino cómics, novelas, mangas, cuentos, videojuegos, cosplays, convenciones y demás. Continuamos con Stacy: Attack of the schoolgirl zombies (2001) de Naoyuki Tomomatsu con guión de Chisato Oogawara basado en la novela de Kenji Otsuki. En un futuro cercano en el mundo entero existe una extraña enfermedad que afecta sólo a las adolescentes entre 14 y 16 años, la cual se le ha llamado “Stacy”. Las víctimas de este padecimiento experimentan un período llamado NDH o Near Death Happiness en el que lucen extraordinariamente bellas, graciosas y encantadoras, llenas de vida y felicidad, Las chicas, en esta fase, son tratadas con dulzura y cuidado ya que generan tristeza en todo aquél que las conoce porque significa que están a punto de morir y se transformarán en unas muertas vivientes ávidas de carne humana. Ante esto y al ser una enfermedad común, existente en todo el globo, el gobierno ha creado un cuerpo de defensa llamado “Romeo Repeat-kill Troops” encargado de deshacerse de las chicas una vez que se han convertido en zombis.
Stacy me encantó. Algo tiene que me hipnotizó. Para empezar fue la primera película del género que visualmente no parecía una película de zombis. La fotografía es muy estética, llena de colores vivos, filtros, fuera de foco, música suave, con un estilo incluso romántico. Se le trata a las criaturas como víctimas y hay un halo de tristeza a cada momento. No son retratadas como simples caníbales, sino más bien como chicas enfermas pronto a morir. Por un lado el filme nos muestra a una chica Stacy llena de vida y alegría mientras un joven la acompaña todo el tiempo y le cumple sus deseos o trata de hacerle sus últimos momentos más llevaderos. Naoyuki Tomomatsu nos la presenta de tal forma que nos enamoramos de ella por su gracia e inocencia hasta el instante en que muere y la tristeza prevalece más que el horror de ver a una criatura deseosa de sangre. Y por otro lado vemos la otra cara de la enfermedad, las Stacy que hay que destruir antes de que aniquilen el resto de los humanos. El grupo de defensa “Romeo Repeat-kill Troops” no es tan efectivo como parece y un trío de chicas se levantan en armas para pelear con todo. Son violentas, agresivas y con grandes habilidades de pelea que terminan en una pandemia energética—que si bien no aborda el horror, sí la emoción y diversión con chorros de sangre llenando la pantalla. Zombi 108 (2012) de Joe Chien. En una pandemia zombi, una madre soltera se ve envuelta entre una batalla de agentes Swat y una pandilla de pervertidos sexuales. Lo que me fascinó de esta película fue lo agresiva de la misma.
(3) A veces creo que es o por falta de presupuesto para crear más escenas de horror zombie o por falta de ideas.
Lo que me fascinó de esta película fue lo agresiva de la misma. No sólo es de horror zombi (los cuales son brutales y aterradores) sino que sus personajes humanos son complejos, extraños y feroces. Para dejarlo más claro: en la mayoría de las películas de género zombi, los humanos suelen sacar lo peor de sí mismos. Suelen mostrarse como personas normales, padres de familia cariñosos, vecinos amistosos, esposos fieles, etcétera, pero llegado el momento del enfrentamiento con el terror, surgen los odios y resentimientos. Los esposos abandonan a sus mujeres para que las aniquilen las criaturas mientras ellos escapan; los vecinos se pelean entre sí; los padres son cobardes o abusan de los más débiles, cosas por el estilo. Lo repiten tantas veces que llega a ser cansado. En varias películas desperdician 30, 40 minutos en estas peleas repetitivas y dejan de lado la acción y por supuesto a los zombis(3). En Zombi 108 no sentí esto. Sus personajes son complejos desde un inicio, son unos bastardos sórdidos al mismo nivel de las criaturasincluso más, diría yo— y el terror está latente haya muertos o vivos. La agilidad de la cámara, así como el estilo visual—dígase los planos elegidos así como el color y la composición fotográfica—está hecha de manera dinámica y acelerada para mostrarse agresiva a cada instante. No es una película fácil porque va más allá del terror acostumbrado en las películas de muertos vivientes. Joe Chien no intenta ser amigable, no quiere que nos enamoremos de los personajes, ni que disfrutemos la destrucción de las criaturas como en el caso de Resident Evil––ya sea el videojuego creado por Shinji Mikami o las películas de Paul W. S. Anderson—o que nos entretenga sus acciones exageradas como en Planeta terror (2007) de Robert Rodríguez; más bien busca el horror duro. Las imágenes fuertes al nivel de Irreversible (2002) de Gaspar Noé o Grotesque (2009) de Kōji Shiraishi. Por lo que esta película no es para todo público—sean fanáticos de los zombis o no—, no es para todos los estómagos y el estrés los puede consumir demasiado y quizá no puedan verla completa. Pero a mí me pareció fabulosa.
Imágenes de La noche de los muertos vivientes
Dead set, serie de televisión británica de cinco capítulos transmitida del 27 al 31 de octubre del 2008, por E4. Creada por Charlie Brooker y con la dirección de Yann Demange. La serie basa su estilo narrativo en los programas de reality show en específico Big Brother en la que un grupo de participantes son aislados en una casa para que tengan sus propias relaciones sociales, amistades y enemistades así como encuentros pasionales mientras el resto del mundo los observa. Bajo esa especie de parodia, mientras ellos no conocen nada del exterior explota una epidemia zombi que aniquila no sólo al Reino Unido sino al mundo entero, afectando por supuesto a los productores y al crew del programa televisivo. Así, los personajes, sin recibir señal del exterior—indicaciones de los productores o conductores del programa, como lo son tareas, nominaciones, etc. —les entra la curiosidad sobre lo que pasa y se ven envueltos en el apocalipsis zombi. Son atacados por los trabajadores del programa ya convertidos y tienen que ver la forma de escapar. Esta serie si bien tiene sus tintes cómicos, los muertos vivientes tienen la valía de ser aterradores, agresivos y arriesgados. No son cómicos y son un elemento crucial para la historia. Los personajes principales también son una parodia de aquellos chicos que suelen participar en este tipo de programas—los cuales ya son arquetípicos en los que sus valores son la apariencia, la fiesta y el sexo—pero los retratan de tal forma que superan el estereotipo y se vuelven personajes más complejos, siente uno agrado hacia ellos, empatía sobre sus problemas y se les desea la sobrevivencia. Me gustó que la serie no sea sólo una especie de telenovela de drama humano con zombis a lo lejos nomás pasando en especie de cameo. Sí, sí saben a cuál me refiero. Altamente recomendable.
(4) Sin ninguna explicación ya que no nos importa ni nos afecta. Sólo surge y sus personajes tienen de que lidiar con ella y punto. Lo que la hace más ágil.
La Horde (La horda. 2009) de Yannick Dahan y Benjamin Rocher, es un filme que inicia con un estilo policiaco. Un detective ha sido aniquilado por unos mafiosos en el París actual. Lo han torturado, desnudado y arrojado en un basurero como un pedazo de carne. Esto causa odio entre sus compañeros de trabajo y una noche deciden tomar acción por sus propios medios. Incumpliendo las reglas policiacas van armados y encapuchados hacia el territorio de dichos mafiosos para sorprenderlos y destruirlos como como venganza. Sin embargo las cosas no salen como lo planearon y sin saberlo surge una pandemia zombi (4) en la que se ven atrapados en el edificio y tienen que unirse policías y criminales para sobrevivir. Una película más de acción que de terror, muestra unos muertos vivientes poderosos y aterradores como debe ser una película género que se respete. No hay reparo en sangre, en el salvajismo o en las mordidas crueles y feroces. Los zombis son más indestructibles que lo normal y sube el terror al máximo. Los personajes son interesantes. No hay buenos o malos, todos son antihéroes. Incluso los detectives son lo peor de la fuerza, y no buscan ser simpáticos, sólo gente que se topó con una encrucijada y tiene que sobrevivir ante todo. Es una cinta original y da una nueva visión a un género que varios directores mediocres han transformado en algo cómico y chocante. Encontrarla fue algo fresco y apasionante en un tiempo en que creí que ya no hallaría zombis salvajes y sangrientos. Bien. Doghouse (2009) de Jake West es una película de terror británica en la que un grupo de amigos para ayudar a uno de ellos a superar su divorcio se van de viaje a un pequeño pueblo famoso por sus bellas mujeres, lugar perfecto para irse de juega. Empero al arribar notan que son los únicos, el ambiente está muy sombrío y solitario. En poco tiempo descubren que las mujeres están infectadas y tienen deseos caníbales. A
partir de ahí se trata de sobrevivir por todos los medios, ya sea disfrazarse como mujer o enfrentarlas con armas infantiles llenas de sustancias tóxicas o lo que sea. Para algunos es una película menor a la que le dieron dos estrellas de cinco, o catalogada de misógina, pero para mí fue muy divertida y la pasé a todo dar viendo sensuales zombis, sangre a chorros y originales escenas de escape y confrontación. Es una lástima que muy pocos la consideren. El dúo de Exterminio (28 days later. 2002) de Danny Boyle y Exterminio 2 (28 weeks later. 2007) de Juan Carlos Fresnadillo. La primera película me pareció grandiosa. Si bien a las criaturas se les trata como infectados—que no están muertos, incluso llegan a morir de hambre cuando pasado el tiempo no se alimentan—siguen el estilo Romero, el cual es atacar en grupo lo que causa tensión por su velocidad extrema(5); agresión violenta y sangre, no se les detiene fácilmente y aumentan de manera acelerada(6) y provocan una destrucción masiva. Danny Boyle ya nos había dado películas como Trainspotting (sobre drogas entre los adolescentes), y Tumba al ras de la tierra en el (disputa entre compañeros de departamento) en la que había demostrado que tenía talento y era un director que había que seguir. Sin embargo verlo en este filme de terror fue una sorpresa ya que no me lo esperaba, en especial al ser una cinta de bajo presupuesto y en vídeo. Demostró lo que el talento puede hacer, una buena historia, personajes interesantes y una magnífica
(5) Fue la primera cinta que retrató un zombi que se moviera tan rápido. (6) En segundos se infectan tal solo con el contacto con la sangre, ni siquiera es necesaria una mordida, y saltan contra sus víctimas de una manera sorprendente. Con unos movimientos corporales tan extraños como terroríficos.
dirección, así como cambios modernos a la entidad malvada. No en vano se convirtió en un clásico del género. Exterminio 2 tiene un cambio de director, más presupuesto, más locaciones, más efectos y un guión un tanto menor, así como una dirección que está por debajo de la efectuada por Boyle, empero prosigue en el mismo universo y eso hace que me guste tanto. Es la continuación, no podía dejar de verla y aún estoy esperando 28 meses después. No sé si la vayan a producir pero yo la estoy esperando. Basado, inspirado o refrito—en estos tiempos ya no se sabe con certeza—tenemos El amanecer de los muertos de Zack Snyder del 2004. En ella, Snyder se toma ciertas libertades y cambia la historia con respecto a la original, de hecho lo único que mantiene de la cinta de Romero es que transcurre en un centro comercial, por lo demás la hace suya y plantea un universo zombi bastante interesante, con un estilo moderno y más ágil. Las criaturas son sumamente veloces y están enfermos a diferencia de Romero que indica que todos los muertos––sin necesidad de ser mordidos o infectados––se levantan con deseos de carne. En este refrito, Snyder muestra una manada de salvajes, reduce los planos de CU de los infectados a la mínima expresión y se presentan como una entidad malvada grupal lo que para mí fue acertado ya que genera más tensión e impacto. Fue la primera cinta donde vi no sólo 10 zombis, 20, 30, 50 zombis, sino que aparecieron 100, 200 infectados en un solo plano y fue esplendoroso. Aún me gusta verla de vez en cuando aunque algunos de sus personajes no tengan el carisma de la original ni sean tan complejos o interesantes. Guerra mundial Z (2013) de Marc Foster. Basado en el libro de Max Brooks del mismo nombre, cambia radical la historia y no respeta casi nada, pero toma su lugar como producto independiente y tiene aciertos que me gustaron. Soy admirador de la novela: se narra en diversas entrevistas que realiza un reportero ya una vez que se ha ganado la guerra Z y a manera de episodios se van conociendo casos que completan un todo. Unos son
muy buenos(7), otros regulares y otros más algo lentos y aburridos, pero en general la obra es muy buena. En el filme varios seguidores quedaron decepcionados que se haya decidido contar desde el punto de vista de y como protagonista a Brad Pitt—¿Alguien se acuerda del nombre del personaje? —, que las historias del libro se hayan abandonado por completo y que se resuelva de otra manera. Incluso hay quien pide una secuela más fiel a la obra. No obstante, yo dejé la novela a un lado y disfruté Guerra mundial Z como película autónoma. Me gustó la enorme cantidad de zombis, incluso superaba a los retratados por Zack Snyder. Eran tantos que podían trepar muros y voltear un autobús completo. Sí, escuché comentarios de gente que eso no les gustó que porque se ven muy falsos, que está demasiado exagerado, etcétera. Pero a mí me apasionó verlo en pantalla. Los actores tenían carisma, las escenas bien resueltas y con acción que me mantuvo interesado y la disfruté como niño en heladería. Y por último Rec de Jaume Balagueró y Paco Plaza del 2007. Es quizá una de la más famosa de la lista, no en vano ha dado cuatro películas a la saga y no dudaría que se vendría una quinta, además de un refrito estadounidense con su secuela: Cuarentena (2008) de John Erick Dowdle y Cuarentena 2: Terminal (2011) de John Pogue.
(7) La historia del hikikomori me pareció excelente.
Pues bien, Rec es una joya del género. Pero sólo la primera—las demás ni vale la pena mencionarlas como si jamás se hubieran hecho —.(8) Narrada en estilo de metraje encontrado o falso documental sigue a Ángela, una conductora de un programa televisivo llamado “Mientras la gente duerme” el cual cubre los empleos nocturnos como sala de emergencias, patrulleo policiaco, servicios de limpieza citadino y en este caso, un departamento de bomberos. Al inicio todo bien, un episodio como cualquier otro, tranquilo, aburrido. Barcelona, donde se sitúa la historia, está toda serena y sin pormenores, hasta que reciben un llamado de emergencia y empieza la acción. Un virus se propagó en un edificio y se desata la pandemia. Ángela, en su deseo de cubrir la noticia más allá de su programa, obliga a su camarógrafo Javi a grabar todo lo que suceda y así somos testigos de lo que ocurre a manera de cámara subjetiva. Llena de acción, buenos efectos y una Alejandro Hernández Murillo (1973-?) Autor de los libros K, Sin temor a Fukushima, Flujo temporal en la pálida luz de la luna de agosto, entre otros. Ha realizado las cintas de Espectros Ikiryo no genshou kaidan, Evidencia Hikikomori y Kansšiži.
(8) No respetan las reglas del primer filme, no están en la misma sintonía, cambian de estilo cinematográfico sin ningún respeto y cada vez empeora la saga horriblemente.
historia interesante que sí genera adrenalina, ansiedad y miedo. La película está bien llevada y se produjo en un momento clave en el que el metraje encontrado aún era atractivo. Lo que no se ve intriga, y lo que se alcanza a observar perturba. Es magnífica y lo que se pueda decir es poco. Además de que, repito, ya todos las conocen que no hay más que decir. Existen cientos de películas más del género, dejo muchas afuera y no menciono otras que les fascina a todo el mundo como Shaun of the dead que si bien me gustó no está en mis favoritas. Aunque Simon Pegg y Nick Frost son una oda a la vida, no puedo negarlo. Quizá no todos compartamos los mismos gustos, sólo recuerden que esta no es una lista oficial, sólo lo es a deleite personal y quise compartirla con ustedes. Si no están de acuerdo, échenme un telefonazo, no leo posteos.