PRÓXIMO PROGRAMA
Eduardo Portal
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Director
ABONO 9 Viernes 31 de Marzo de 2017 • 20:30 h Auditorio de Tenerife
Graduado como director y violinista por la Universität der Künste Berlin, en la Royal Academy of Music de Londres y en el Royal Northern College of Music. Ha ocupado el puesto de director asistente de la London Philharmonic Orchestra, la Orchestra of the Age of Enlightenment y la Joven Orquesta Nacional de España, al tiempo que recibió clases magistrales de Bernard Haitink, Sir Mark Elder, Sir Colin Davis y Péter Eötvös, especializándose en disciplinas tan diversas como la música sinfónica, la interpretación histórica y el repertorio contemporáneo.
Sinfónica de Tenerife
María Espada, soprano I Raquel Lojendio, soprano II Juan Antonio Sanabria, tenor Ensamble Vocal de Tenerife, coro Antonio Abreu Lechado, maestro de coro Víctor Pablo Pérez, director
Siguiendo su interés por la música contemporánea fundó en España la Antares Ensemble, con la intención de interpretar nuevas músicas y su vínculo con antiguas obras maestras no muy frecuentes en las actuales salas de conciertos. Ha dirigido conciertos en las salas más prestigiosas de Europa como la Royal Albert Hall de Londres y la Berliner Philharmonie con orquestas de la talla de la London Philharmonic Orchestra, Orchestra of the Age of Enlightenment, Orquestra Sinfônica do Estado de São Paulo, Orchestre de Chambre de Lausanne y la Wiener Kammerorchester de Viena, entre otras. Su experiencia operística incluye La belle Hélène, Offenbach; Káťa Kabanová, Janacek; Candide, Bernstein; Imeneo, Händel; Cosí fan tutte, Mozart; Il barbiere di Siviglia, Rossini y L'elisir d'amore, Donizetti.
I Parte
Preludio Coral de la Cantata 140: Wachet auf, ruft uns die Stimme* Orquestación LEOPOLD STOKOWSKI
LUDWIG VAN BEETHOVEN (1770-1827) Concierto nº 4 para piano y orquesta en Sol mayor, op. 58 Allegro moderato Andante con moto Rondo vivace
Obras de W.A. MOZART y R. DE GARAY. II Parte
La Asociación Tinerfeña de Amigos de la Música [ATADEM] organiza una charla sobre las obras que se podrán escuchar en este concierto impartida por Cristo Gil Díaz el viernes 31 de marzo de 2017 de 19:30 a 20:15 h en la Sala de Prensa del Auditorio de Tenerife Adán Martín.
JESÚS TORRES (1965)
Vier. 24 | Mar. ABONO 08
Juan Pérez Floristán Piano
20:30 h
Gracias a la formación pianística que recibe de su madre, comienza a entrar en contacto con grandes personalidades de la música, tanto en España como fuera de ella. Nos encontramos con nombres de la talla de Daniel Barenboim, Nelson Goerner, Ana Guijarro, Claudio Martínez-Mehner, Menahem Pressler, Stephen Kovacevich, Klaus Hellwig, Marta Gulyas y Horacio Gutiérrez, entre otros. Será la profesora Galiana Eguiazarova, en la Escuela Superior de Música Reina Sofía, la que se encargue de marcarle el camino profesional de forma definitiva. A sus 22 años se encuentra en Berlín continuando su formación en la Hochschule für Musik Hanns Eisler con Eldar Nebolsin, su mayor influencia a día de hoy. Así mismo, ha contado con el gran apoyo de la Alexander von Humboldt Stiftung y las Juventudes Musicales de Madrid. Mención aparte merece Elisabeth Leonskaja, que ha supuesto una ayuda inestimable tanto en su carrera como en su desarrollo personal y artístico. Ha tenido una intensa actividad como solista con la orquesta Malmö Symfoniorkester, Orquesta Sinfónica Radio Televisión Española, Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, Orquesta Sinfónica de Málaga y Orquesta Sinfónica de Córdoba. Con directores como Pablo González, Marc Soustrot, Adrian Leaper, Juan Luis Pérez, Lorenzo Viotti, Christian Arming, Salvador Brotons, Víctor Ambroa y Antoine Marguier. También ha desarrollado una intensa actividad camerística con formaciones como el Cuarteto Casals y el Fine Arts Quartet. Ganador del Primer Premio y Medalla de oro y del Premio del Público Canon en el XVIII Concurso Internacional de Piano de Santander Paloma O'Shea (2015).
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piano
| 2016 | 2017
GANADOR DEL CONCURSO INTERNACIONAL DE PIANO PALOMA O'SHEA 2015.
Patronato Insular de Música: 922 849 080 | info@sinfonicadetenerife.es | www.sinfonicadetenerife.es Auditorio de Tenerife: 902 317 327 | info@auditoriodetenerife.com www.auditoriodetenerife.com
Eduardo Portal director
EDITA CABILDO DE TENERIFE, PATRONATO INSULAR DE MÚSICA.
La temporada de la Sinfónica de Tenerife incluye además, conciertos didácticos y en familia, ópera, conciertos extraordinarios y ciclos de cámara.
LA ORQUESTA SINFÓNICA DE TENERIFE ES MIEMBRO DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE ORQUESTAS SINFÓNICAS ( WWW.AEOS.ES )
TF 524-2017
Asimismo, en la temporada pasada, realizó su debut con la WDR Rundfunkorchester de Colonia, Scottish Chamber Orchestra de Escocia, Bilbao Orkestra Sinfonikoa y Real Filharmonía de Galicia.
JOHANN SEBASTIAN BACH (1685-1750)
J. S. BACH / L. STOKOWSKI LUDWIG VAN BEETHOVEN JESÚS TORRES BÉLA BARTÓK
Tres pinturas velazqueñas*—obra ganadora de la VII Edición del Premio de Composición Musical AEOS-Fundación BBVA
BÉLA BARTÓK (1881-1945) El mandarín maravilloso, Suite, op. 19
La OST y el solista: Juan Pérez Floristán es la primera vez que interviene con la OST La OST y el director: Eduardo Portal; mayo 2012; obras de E. Elgar, R. Vaughan -Williams y C. Vine Últimas interpretaciones (§): LUDWIG VAN BEETHOVEN Concierto nº 4 para piano Junio de 2012; Hyo-Sun Lim, piano; Víctor Pablo Pérez, director. BÉLA BARTÓK El mandarín maravilloso Abril de 2003, Josep Pons, director. (§) Desde la temporada 1986-1987 * Primera vez por esta orquesta Audición nº 2458
JOHANN SEBASTIAN BACH (Eisenach, 21-III-1685; Leipzig, 28-VII- 1750) Wachet auf, ruft uns die Stimme, BWV 140 Composición: 1731; estreno: Leipzig, 25-XI-1731
audición privada en 1807 en el palacio del príncipe von Lobkowitz; pero su estreno público no llegó hasta un año después en el Theater an der Wien, en un concierto monográfico en el que también se estrenarían la Fantasía coral, la Misa en Do mayor y la Quinta y Sexta Sinfonías.
Entre las más de 500 obras de música vocal que escribió J. S. Bach, la cantata ocupa un lugar destacado; expresión perfecta de la música al servicio de la liturgia protestante, donde la sobriedad no está reñida con el genio, ni la funcionalidad con la calidad de los textos. Además de proveer de material musical a celebraciones religiosas específicas, como aniversarios, matrimonios, nombramiento de los miembros del Consejo municipal o actos de la universidad, las cantatas también servían para comentar o parafrasear las lecturas del domingo, con alusión más o menos directa según la fuente literaria.
Inusualmente, es el piano el que introduce el tema en el Allegro moderato. Tan único en lo social, lo humano, lo personal; tan revolucionario, acaso Beethoven encuentre en este piano íntimo y solitario no sólo un escape a la norma clásica, sino a su irremediable fatalidad. Los cinco compases iniciales ya contienen la esencia del tema principal así como el núcleo motívico que libremente transformado hilvana el movimiento. La mayor originalidad de toda la obra reside en el brevísimo Andante con moto, definido por el contraste entre la cuerda seca y agresiva, inflexible en su discurso, y la dulzura acórdica del piano. Muchos han buscado referencias extramusicales para explicar esta confrontación inusualmente dramática; frente al Beethoven que se retuerce, reniega, lucha incansable hay otro que se duele en la intimidad con el tacto delicado de un piano de sonoridad divina. El Rondo. Vivace, alegre y optimista, es abordado sin pausa; un Presto impele con bravura hacia el final, donde con la brillantez de toda la orquesta se impone el tema principal para cerrar esta singular obra maestra.
Para el vigésimo séptimo domingo después de la Trinidad, Bach compuso la cantata coral Wachet auf, ruft uns die Stimme (Despierta, la voz nos llama BWV 140). Las lecturas previstas para ese día eran tomadas de la Segunda carta a los Corintios (5, 1-10) o bien de la Primera carta a los Tesalonicenses (5, 1-11), mientras el Evangelio era el de San Mateo (25, 1-13), con la parábola de las vírgenes prudentes y de las vírgenes necias. Según ésta, diez doncellas esperan a sus prometidos: las cinco previsoras se han ido a dormir con sus lámparas cargadas de aceite, mientras que las cinco descuidadas no tienen aceite para encender sus lámparas y encontrar a sus prometidos durante la noche. La parábola concluye: "Vigilad, porque no sabéis el día ni la hora"; la condición humana es efímera y el tiempo no se detiene; la enseñanza: hay que estar preparados y a la espera. Las referencias típicamente escatológicas de la parábola, los símbolos esponsales, con la visión de la Jerusalén celestial final, así como las alusiones líricas al Cantar de los Cantares inspiraron el himno de Philipp Nicolai, que sirvió a Bach para su cantata. Fascinado por la magistral eficacia expresiva y teatral del genio barroco, la plasticidad de sus sonoridades plenas de brillante figuración así como su transparente construcción, Leopold Stokowski (1882-1977) realizó en 1934 una orquestación para conjunto sinfónico de grandes dimensiones (algo que los puristas bachianos consideran aún sacrílego) del coral (tenor), Zion hört die Wächter singen (Sión oyó a los guardianes cantando). El pulso barroco gana dimensión plenamente romántica en el tratamiento sinfónico de este BachStokowski. LUDWIG VAN BEETHOVEN (Bonn, 16-XII-1770; Viena, 26-III-1827) Concierto para piano nº 4 en Sol mayor, op. 58 Composición: 1805-1806; estreno: Viena, 22-XII-1808 Casi al tiempo que se convertía en el compositor más prestigioso de la capital del Imperio, Beethoven se iba quedando irremediablemente sordo. La desgracia en la vida del genio coincidía con un tiempo de fertilidad compositiva. En 1808 se estrenó el Concierto n° 4 en Sol mayor con el maestro dirigiendo al piano la que sería su última actuación pública. La obra había tenido una primera
JESÚS TORRES (Zaragoza, 15-VII-1965) Tres pinturas velazqueñas Composición: 2015; estreno: Madrid, 10-X-2016 La inspiración de las Tres pinturas velazqueñas (obra ganadora de la VIII Edición del Premio de Composición AEOS-Fundación BBVA) vino de tres cuadros: la Venus del espejo, el Cristo crucificado y El triunfo de Baco, un tríptico sonoro en el que, en palabras del compositor, cada pieza tiene su propio discurso musical: la primera, cargada de la “sensualidad” y el “erotismo” de la diosa, es un “constante fluir de diversos en permanente ebullición, con sus múltiples ecos envolventes y ramificaciones”; la segunda, que arranca con sonidos procesionales, aborda “la traslación sonora de Cristo Crucificado, recorriendo caminos que van desde el sombrío y dramático comienzo hasta el místico y desolado final”; y la tercera, que indaga en la popularidad ebria a través de “una célula recurrente de seis notas que aparece completa, fragmentada o pulverizada en una miríada de mixturas tímbricas y armónicas”. Firme defensor de la tradición española, muy presente en sus últimas obras, Jesús Torres reconoce sentirse alejado de la vanguardia sonora europea: “Me interesa mucho el perfil hispánico, es como una suerte de sincretismo en el que busco leer el pasado para hacer el futuro". Lo que con ello consigue es algo que sin duda persigue: la comunicación con el público, algo no tan frecuente en la composición contemporánea. Los tres movimientos de las Tres pinturas velazqueñas se mueven entre la sensualidad de la fiesta profana y la espiritualidad sincera, con sonoridades casi cinematográficas, cuya plasticidad responde al eclecticismo de un compositor de extrema generosidad. Torres exorciza la pasión, los estados de ánimo, las dudas y las certezas en el
proceso creacional con la naturalidad de una necesidad vital y les añade luz; crece la emoción, la entrega íntima y la coherencia general de un discurso de potente estructura (la tradición de nuestros polifonistas del Renacimiento está presente) que destila claridad; el rigor estructural marida con la libertad a la hora de emplear elementos rítmicos, tímbricos y melódicos. Sin duda atrae la sensualidad tímbrica y el refinamiento armónico, pero sobre todo esta vertiente extravertida que conecta con el público, que se siente extrañamente partícipe y estimulado, agradecido ante la generosidad del regalo. BÉLA BARTÓK (Nagyszentmiklós, 25-III-1881; Nueva York, 26-IX-1945) El mandarín maravilloso, op.19 (suite) Composición: 1918-1924; estreno: Budapest, 15-10-1928 En enero de 1927 Bartók extrajo una suite orquestal de El mandarín maravilloso, inicialmente una pantomima para actores y bailarines. Esta tercera y última obra escénica fue concebida en octubre de 1918, en plena Primera Guerra Mundial, y concluida en mayo de 1919, antes de abandonar Hungría, huyendo del gobierno terrorista de Béla Kun. Como el resto de la vanguardia europea, Bartók tampoco miró a otro lado; la ira y desesperación no encajaban con la noción de orden y su intento por ocultar la irracionalidad atroz de lo que estaba sucediendo. Estas ideas ocupaban al compositor cuando leyó el relato de Menyhért Lengyel que inspiró El mandarín maravilloso. En la sórdida periferia de una gran ciudad, tres vagabundos obligan a una prostituta a que atraiga a ricos transeúntes para luego robarles. Primero será un viejo y educado comerciante, luego un joven tímido y sin dinero, y por último un extraño personaje, el “mandarín maravilloso”. Ante la lectura Bartók reconoció rápidamente los fantasmas de la época: el crimen, el sexo y los misterios del Oriente; la brutalidad naturalista que despierta horror y asco y el odio por la inhumanidad de la civilización. Excitado por la danza de la mujer, el Mandarín personifica la fuerza primitiva del “hombre natural”; ella se aparta espantada, los ladrones tratan de matarlo, pero nada puede detenerlo; la pulsión de deseo lo mantiene vivo. Sólo tras la entrega de la muchacha, una vez satisfecho, el Mandarín muere. El carácter erótico y violento dificultó enormemente el estreno de la obra. Bartók la revisó en varias ocasiones. Finalmente se programó una representación en Colonia, casi una década después, con un previsible fracaso. El compositor estaba dispuesto a eliminar las escenas explícitas de sexo, pero manteniendo la crítica subyacente de la pantomima. Decidió extraer una suite orquestal, esencialmente los dos primeros tercios de la música. Pensaba que sin la trama grotesca y erótica, la música sería mucho mejor recibida. No se equivocaba. Una acometida de las cuerdas y notas incisivas sacuden desde el comienzo, como el entorno hostil; la naturaleza inmutable de esta figura agrede como el submundo del crimen urbano, jamás cambia. Bartók reemplazó el clímax sexual casi gráfico del final del Mandarín por una música que describía una experiencia más trascendente que física; y así termina la suite, con una explosión de colores de la orquesta, pero nada más alejado de la música absoluta ni más próximo a la barbarie.
El mandarín maravilloso PANTOMIMA EN UN ACTO SOBRE UN LIBRETO DE MENYHÉRT LENGYEL
El primero de los vagabundos se busca en los bolsillos algo de dinero, no lo encuentra. El segundo vagabundo hurga en el cajón de la mesa… no encuentra dinero. El tercer vagabundo se levanta de la cama, se aproxima a la chica… y firmemente le ordena asomarse a la ventana y actuar como anzuelo para que suban hombres de la calle, y ellos los puedan robar. La chica se resiste. Los tres vagabundos repiten la orden. Ella finalmente accede y se acerca a la ventana temerosamente. Primer señuelo Ella divisa a un hombre… y él corre escaleras arriba. Los vagabundos se esconden. Un tipo mayor y lleno de harapos entra, haciendo extraños gestos de cortejo. Chica: “¿Tienes algo de dinero?” El tipo mayor: “Qué importa el dinero, ¡lo que importa es el amor!” Él se vuelve cada vez más incómodo… Los tres vagabundos salen de su escondite, cogen al tipo y lo echan afuera. Entonces se vuelven a la chica enfadados y le ordenan volver a la ventana. Segundo señuelo La chica ve a otro hombre (los vagabundos se esconden de nuevo). Un joven muchacho aparece por la puerta. Está tan avergonzado que casi no puede moverse. La chica lo acaricia para tranquilizarlo (aprovecha para comprobar sus bolsillos: “Ni un céntimo”), ella le acerca hacia sí y comienzan a bailar lentamente, de manera tímida al inicio. La danza se vuelve más y más apasionada, pero los vagabundos, de un salto, agarran al joven y lo echan afuera. Los tres se vuelve a la chica: “No seas tan torpe. ¡Busca a un hombre con dinero, que nos sea útil!”. Tercer señuelo Horrorizada, la chica divisa una figura espantosamente extraña en la calle, cuyos pasos ya se oyen en las escaleras. Los tres vagabundos se esconden. El mandarín entra y permanece inmóvil junto a la puerta de entrada. La chica huye aterrada al otro extremo de la habitación. Consternación generalizada. Los vagabundos hacen signos a la chica desde sus escondrijos, para que ella de comienzo a la acción, atraiga más al mandarín, le atrape. La chica supera su repugnancia y llama al mandarín: “¡Acércate! ¿Por qué te
quedas ahí quieto mirándome?”. El mandarín da dos pasos, se detiene de nuevo. La chica: “¡Aún más cerca! Siéntate en esta silla”. El mandarín se sienta. La chica vacila… siente un escalofrío y retrocede. Finalmente se sobrepone al asco que le provoca y empieza a bailar, con muchas dudas. La chica se desploma en el regazo del mandarín; él empieza a temblar de excitación. Pero la chica se estremece con su abrazo… que por fin tiene lugar. Comienza una persecución salvaje, el mandarín intenta coger a la chica, quien huye constantemente. El mandarín tropieza… pero rápidamente se pone en pie y retoma la persecución de manera aún más apasionada que antes. Coge a la chica. Forcejean. Los tres vagabundos salen de su escondite, agarran al mandarín, lo separan de la chica y roban sus joyas y su dinero. Cuando le han quitado todo se preguntan: “¿Qué hacemos con él ahora?” “Tenemos que matarlo, asfíxialo en la cama, ¡bajo las almohadas!” Lo arrastran y lo echan sobre la cama; lo cubren con almohadas, mantas y diferentes objetos pesados. Uno de los vagabundos se sienta encima de él. Esperan un rato, luego el vagabundo se baja de la cama, los tres se apartan un poco. De pronto, la cabeza del mandarín asoma entre las almohadas; mira con deseo a la chica. Los cuatro se estremecen despavoridos. Al cabo de unos momentos los tres vagabundos controlan su horror. Cogen al mandarín, lo sacan de debajo de las almohadas y lo agarran firmemente. Planean cómo matarlo definitivamente. Uno de los vagabundos tiene una idea: toma una vieja espada oxidada y atraviesa al mandarín tres veces. Sueltan al mandarín herido… él se tambalea como si se fuera a caer. De repente, el mandarín se recupera y salta hacia la chica. Los tres vagabundos lo agarran de nuevo y lo sujetan fuertemente. El mandarín sigue mirando con deseo a la chica. Los vagabundos, aterrados, piensan una vez más cómo deshacerse del mandarín de una vez por todas. “¡Colguémoslo!”. Llevan al mandarín al centro de la sala y lo cuelgan del gancho de la lámpara. La lámpara cae al suelo y todo queda a oscuras. El cuerpo colgado del mandarín comienza a brillar con una luz verdosaazulada, sus ojos están clavados en la chica. Los tres vagabundos y la chica contemplan con espanto al mandarín. Por fin la chica tiene una idea. Ella hace un gesto al mandarín. “¡Bajadlo!”. Los vagabundos obedecen. El mandarín cae al suelo… de manera inmediata se precipita sobre la chica. Ella no se resiste más, se abrazan mutuamente. El deseo del mandarín se realiza, sus heridas comienzan a sangrar, progresivamente se vuelve más débil y muere tras una breve agonía.