PRÓXIMO PROGRAMA
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Lorenzo Viotti Director Nacido en Lausana, en una familia de músicos franco-italiana, estudió piano, canto y percusión en Lyon antes de trasladarse a Viena para especializarse como percusionista y estudiar dirección de orquesta con el profesor Georg Mark en el Conservatorio de Viena. Durante su estancia en Viena tuvo la oportunidad de ampliar su experiencia como percusionista, actuando en la Wiener Philharmoniker.
Ha sido solicitado por diferentes orquestas como la Orquesta Sinfónica de Tenerife, BBC Philharmonic de Mánchester, Royal Liverpool Philharmonic, Orchestre National de France y Orchestre National de Lille. Ha dirigido también la Tokyo Philharmonic Orchestra y Osaka Philharmonic Orchestra, Gewandhaus Orchester de Leipzig, Bamberger Symphoniker, Bremer Philharmoniker, Münchner Rundfunkorchester, Orchestre de Chambre de Lausanne y la Rotterdams Philharmonisch Orkest. A principios del año pasado debutó con la Orquesta Sinfónica de Galicia en La Coruña y posteriormente con la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya. A finales de ese mismo mes dirigió tres conciertos con la Orquesta del Het Concertgebouw de Ámsterdam. El triunfo obtenido con la dirección de la ópera La belle Hélène (Offenbach, 2015) en el Théâtre du Châtelet de París, se repitió con La cambiale di matrimonio (Rossini, 2015) en el Teatro La Fenice de Venecia. Así mismo, también, dirigió funciones de la ópera Carmen (Bizet) en Klagenfurt.
ABONO 12 Viernes 12 de Mayo de 2017 • 20:30 h Auditorio de Tenerife
The Isle of the Dead, op. 29*
ALFREDO CASELLA (1883-1947) Concierto para violonchelo y orquesta, op. 58*
Vier. 05 | Mayo
Leticia Moreno, violín
Umberto Clerici
Carlos Llácer Cantó, sólo de percusión
ABONO 11
Víctor Pablo Pérez, director
20:30 h
Umberto Clerici
Obras de F. SAY, J. MONTES/HOPE Y G. MAHLER
Violonchelo
Violonchelo Comenzó sus estudios de violonchelo con cinco años en el Conservatorio Statale di Musica Giuseppe Verdi, Turín, Italia. Consiguió dominar el instrumento con Mario Brunello y David Géringas, que le abrieron nuevas dimensiones musicales de fantasía y rigor. Al ganar, con diecinueve años, el concurso de Orquestas Regionales Italianas, comenzaría su andadura como solista. A este le siguieron otros premios internacionales como el Concurso Internacional de violonchelo Antonio Janigro de Zagreb y el Concurso Internacional Chaikovski de Moscú. También mantiene viva su faceta de músico de cámara y profesor, descubriendo que éstas le reportan aún más satisfacción que la pura interpretación.
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Director SERGUÉI RAJMÁNINOV ALFREDO CASELLA ÍGOR STRAVINSKI
| 2016 | 2017
Como solista ha actuado en todo el mundo junto a orquestas como la Orquesta Filarmónica de San Petersburgo, Moscow State Symphony Orchestra, Wiener Philharmoniker, Zagrebačka filharmonija y las Orquestas de Roma, Milán y Florencia. Ha ofrecido conciertos en prestigiosas salas como el Carnegie Hall, la Musikverein de Viena, el Great Shostakóvich Hall de San Petersburgo y en el Auditorium Parco della Musica de Roma. También interpretó las Variaciones sobre un tema rococó (Chaikovski) con la Orquesta del Teatro Regio de Turín, bajo la batuta de Valeri Abisálovich Guérguiev.
Patronato Insular de Música: 922 849 080 | info@sinfonicadetenerife.es | www.sinfonicadetenerife.es Auditorio de Tenerife: 902 317 327 | info@auditoriodetenerife.com www.auditoriodetenerife.com
Se incorporó al Trio di Torino (2001) pero, deseando explorar el repertorio orquestal y experimentar la interpretación en una agrupación musical de mayor tamaño, optó por tocar en una orquesta como violonchelista principal, con la Filarmónica Toscanini de Lorin Maazel. Posteriormente, fue durante cuatro años violonchelista principal de la Orquesta del Teatro Regio di Torino.
LA ORQUESTA SINFÓNICA DE TENERIFE ES MIEMBRO DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE ORQUESTAS SINFÓNICAS ( WWW.AEOS.ES )
Fue nombrado violonchelista principal de la Sydney Symphony Orchestra y profesor de violonchelo de la Universidad de Sídney. Debutará como solista en dicha orquesta durante este año con su proyecto interdisciplinar en torno al Don Quijote (Strauss).
Lorenzo Viotti
La Asociación Tinerfeña de Amigos de la Música [ATADEM] organiza una charla sobre las obras que se podrán escuchar en este concierto impartida por Tania Marrero el viernes 12 de mayo de 2017 de 19:30 a 20:15 en la Sala de Prensa del Auditorio de Tenerife Adán Martín.
EDITA CABILDO DE TENERIFE, PATRONATO INSULAR DE MÚSICA.
Allegro molto vivace Largo grave Presto vivacissimo
II Parte ÍGOR STRAVINSKI (1882-1971) Petrushka, Suite, (versión 1947) Primera parte: Fiesta de Carnaval: Vivace Danza rusa: Allegro giusto Segunda parte: En casa de Petrushka: Impetuoso Tercera parte: Con el moro: L' istesso tempo Vals: Lento cantabile Cuarta parte: Fiesta de Carnaval y muerte de Petrushka: Tempo giusto Danza de las nodrizas: Allegretto El domador de osos: Poco accelerando Los gitanos: Tempo giusto Danza de los cocheros: Allegro moderato Mascarada: L'istesso tempo ma poco a poco agitato
La OST y el solista: Umberto Clerici es la primera vez que interviene con la orquesta. La OST y el director: Lorenzo Viotti; diciembre de 2016; obras de R. Strauss, R.Wagner y E.W. Korngold.
La temporada de la Sinfónica de Tenerife incluye además, conciertos didácticos y en familia, ópera, conciertos extraordinarios y ciclos de cámara.
Últimas interpretaciones (§): ÍGOR STRAVINSKI Petrushka (vers. 1947) Enero de 2009 [Cto. Extraordinario XXV Festival M. Canarias]; David Atherton, director. TF 552-2017
Después de ganar el concurso de Leipzig debutó con la MDR Sinfonieorchester en marzo 2014 dirigiendo La Sinfonía nº. 10 de Dmitri Shostakóvich y recibiendo numerosas invitaciones de diferentes orquestas al tiempo que proseguía sus estudios de dirección con Nicolás Pasquet en la Escuela Superior de Música Franz Liszt de Weimar.
I Parte SERGUÉI RAJMÁNINOV (1873-1943)
(§) Desde la temporada 1986-1987 * Primera vez por esta orquesta Audición nº 2463
SERGUÉI RAJMÁNINOV (Oneg, 20-III/1-IV-1873; Beverly Hills, 28-III-1943) The isle of the dead, poema sinfónico, op. 29 Composición: 1909; estreno: Moscú, 1-V-1909 bajo la dirección del propio autor En 1909, Rajmáninov vivía una época fructífera marcada por su primera gira por los EE.UU. Un viaje que le consolidó como pianista y compositor, pues estuvo jalonado de éxitos rotundos, como el estreno del Concierto para piano nº 3, op. 30, y del poema sinfónico The isle of the dead (La isla de la muerte) con la Orquesta Sinfónica de Chicago. The isle of the dead es una partitura que resume la necesidad de Rajmáninov por narrar historias y transmitir emociones, que se apoya en la contemplación de una de las pinturas más interesantes del artista suizo Arnold Böcklin. Con el mismo título, el pintor realizó entre 1880 y 1886 hasta cinco versiones de un sueño descriptivo de la muerte que, en vez de desesperanza debía producir sosiego. En la pintura de Böcklin se descubre una isla abrupta y frondosa, bañada por un mar en calma. En lo más alto de sus montañas se advierten, entre cipreses, varias aberturas pensadas como sepulcros. Hacia allí navega una pequeña barca en la que viajan dos figuras humanas cuyas ropas brillan como la inquietante atmósfera que rodea la isla. Un paisaje y una escena que reflejan un trasfondo simbólico: un planteamiento que sigue la estela dibujada por el Romanticismo alemán, por la que el creador se confesaba sublimado ante la majestuosidad de la naturaleza. Esta isla, residencia de los muertos, no deja de ser una figuración de la leyenda clásica: Caronte, en su barca, atraviesa la laguna Estigia y entrega en el Hades el alma de los difuntos. Una transposición sugerida quizá por el propio Böcklin que reconocía sentirse influido por el recuerdo del cementerio inglés de Florencia, lugar donde reposaba uno de sus hijos. Esta isla fue a la que llegó Rajmánninov, con la particularidad de que no pudo contemplar una versión en color de la obra de Böcklin, sino una litografía en blanco y negro. De hecho, al enterarse posteriormente de la existencia de la obra en color, llegó a cuestionarse si así hubiese compuesto su poema sinfónico. Un dato anecdótico que para nada oculta la estrecha vinculación de la pintura con esta pieza orquestal, que a juicios de la crítica, plasma con literalidad su contenido plástico y simbólico. El lúgubre comienzo detalla el paisaje que se muestra ante el barquero. Su cadencioso avance lucha contra el batir de las olas dibujadas sobre un
obstinado 5/8. Un ritmo inquietante al que pronto acudirán las maderas para ofrecer lamentos cromáticos que surgen de las oquedades de aquellas montañas, cada vez más cercanas. El tema principal irá experimentando variaciones, a la vez que se impone la inminente llegada que anuncia un progresivo crescendo. Se suma a la intensidad una paráfrasis del Dies irae, el símbolo romántico de la muerte. De pronto, un paréntesis de claridad en la sección central del poema, da pie a la épica. Rajmáninov abandona momentáneamente la tonalidad de La menor y explora en Mi bemol mayor un horizonte sugerido, no inspirado en la pintura, y necesario para aportar un matiz contrastante en el desarrollo de la obra. Él mismo consideraba a esta región como el tema de la vida, una contraposición nostálgica del destino trazado. El silencio y la reaparición del Dies irae, acabarán con la ensoñación, al recapitular el tema inicial. Un tono más opaco favorecido por los metales envolverá su presencia, acompañado del cansino remar del barquero en su retorno.
ALFREDO CASELLA (Turín, 25-VII-1883; Roma, 5-III-1947) Concierto para violonchelo, op. 58 Composición: 1934-1935 Siguiendo la estela verista de Pietro Mascagni, los compositores de la generazione dell'Ottanta reaccionaron frente a la primacía del melodrama, explorando nuevas vías que se asentaron en la tradición musical italiana. Alfredo Casella, Gian Francesco Malipiero u Ottorino Respighi, formaron parte de una corriente regeneradora que, a grandes rasgos, persiguió la revitalización y promoción de un repertorio instrumental con raíces italianas, a la vez que sentaba las bases de una musicología nacional. No carente de un cierto conservadurismo formal, la obra de Casella se abrió hueco en el panorama internacional de entreguerras al atreverse a explorar lenguajes vanguardistas. Fue uno de los mejores difusores de Schönberg, Bartók, Hindemith o Stravinsky, e incluso se le considera precursor del Neoclasicismo. Una afirmación apoyada en su labor de recuperación de la polifonía renacentista y de la música instrumental barroca, centrada sobre todo en la figura de Vivaldi. Y es en esta línea de corte neoclásico a la que se adscribe su Concierto para violonchelo. Está dedicado a su amigo y compañero violonchelista Arturo Bonucci, con quien fundó, junto a Alberto Poltronieri, el Trío italiano. La partitura adopta la estructura clásico-romántica de concierto, aunque su diseño
discursivo responde a la tradición barroca del concerto grosso. Así, el solista se enfrenta en el Allegro molto vivace a una orquesta reducida a través de un complejo equilibrio contrapuntístico y politonal. Tras su presentación inicial, los dos temas principales, uno de carácter enérgico y otro expresivo, experimentan intensas variaciones en el largo desarrollo del movimiento. Su nítida reexposición conduce a la melancólica cadenza preparatoria del Largo. Una poética reflexiva, que roza la sacralidad, invade la atmósfera del segundo movimiento, recordando su linealidad orquestal a la himnodia gregoriana. El violonchelo cederá al final su protagonismo al oboe, que seguirá dibujando una ensoñación hasta el ataque del Presto vivacissimo. La alegría resolutiva del tercer movimiento recuerda ahora con aire desenvuelto los primeros compases del concierto. Un optimista Casella se revela en los tintes épicos con los que define la coda por medio del brillante colorismo orquestal.
ÍGOR STRAVINSKI (Oranienbaum (San Petersburgo), 5/17-VI-1882; Nueva York, 6-IV-1971) Petrushka, suite, versión de 1947 Composición: 1910-1911; estreno: París, 13-VI-1911 bajo la dirección musical de Pierre B. Monteux Tuve en mi pensamiento la clara imagen de una marioneta, exasperando la paciencia de la orquesta con diabólicas cascadas de arpegios. La orquesta, a su vez, contraatacaba con amenazadores estallidos en las trompetas. Con estas palabras, Stravinski explicaba a Diáguilev en septiembre de 1910, la imagen que le había inspirado su nueva composición.
En el bullicioso ambiente de una feria, aprovecha el descuido de su dueño para escapar de su naturaleza inerte junto a otros dos muñecos compañeros de escena: el apuesto Moro y la bella Bailarina por la que Petrushka suspira de amor. Esta oportunidad le permite expresar todo lo que guarda en su interior y declararse con pasión a la Bailarina. Pero su dicha tornará cuando ella le confiese que por quien realmente muere de amor es por el Moro. Los celos le invaden y le llevan a enfrentarse a su compañero, pues no acepta el rechazo de la muñeca. La ira le hace perder la vida en una cruenta batalla desarrollada en aquel escenario festivo. Pero si bien su cuerpo de pelele queda allí tendido, el alma que siempre lo habitó escapa definitivamente, apareciendo en el techo del teatrillo en una burla a todos los presentes. Petrushka se convierte así en un símbolo de la lucha del alma sobre su envoltura material. Al contrario de lo que tradicionalmente sucedía con el género del ballet, Stravinski no necesitó adaptar la partitura a una suite orquestal puesto que, como ya había reivindicado con su primer ballet y terminaría sentenciando con La consagración de la primavera, su música abandona todo servilismo para constituirse en el elemento principal sobre el que giran el resto de agentes. No obstante, si sometió a profundas revisiones al segundo ballet de su trilogía parisina, destacando entre ellas la efectuada en los años 1945-1946. Petrushka transita entre la prevalencia de lo rítmico sobre la jerarquía melódica, y entre los espacios armónicos sobre los polifónicos. Su música se aleja del cromatismo para acercarse a tramas diatónicas en las que se insertan polimelodías que, en muchos casos son citas textuales de piezas populares, como los valses de J. Lanner. Junto a ello se hace imprescindible atender a una orquestación brillantemente cuidada en función de las ideas melódicas y los planos armónicos que animan esta fantasía.
El prestigioso director de los ballets rusos había viajado a la residencia suiza del compositor para conocer los avances del segundo ballet que le había encargado tras el sonoro éxito de El pájaro de fuego. Sin embargo, ese apasionante trabajo en el que se hallaba inmerso, le había impedido a Stravinski dedicarse al encargo. Pero su entusiasmo por la nueva partitura contagió a Diáguilev, quien le convencería para llevar a un ballet esa música, que luego estrenaría su compañía. Sin lugar a dudas se embarcaron en un apasionante proyecto que concluiría con el estreno de Petrushka en junio de 1911 en el Théâtre du Châtelet. Basada en la visión descrita, el ballet Petrushka ofrece un relato fantástico en el que tres marionetas de un teatrillo ambulante cobran vida y experimentan la condición de sentir. Petrushka es el títere protagonista, un bufón que hace las delicias de todos los que disfrutan de sus venturas y desventuras, pero en su interior alberga deseos y frustraciones que solo serán desatadas al tomar vida.
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Solo aplicable en taquilla
José Lorenzo Chinea Cáceres
Orquesta Sinfónica de Tenerife